NOTA DE PRENSA 2020-5 Madrid 13 de febrero de 2020 CONFERENCIA EN MADRID DEL CARDENAL BALTASAR PORRAS
En el aula magna del CEU, bajo el patrocinio de la ONG ayuda a la Iglesia necesitada, tuvo lugar la conferencia del Cardenal Baltasar Porras, quien llegado desde Venezuela expresó su esperanza dentro de la tristeza que la situación actual del país hermano, está inmerso por el mal hacer de sus gobernantes en una pendiente de desatinos que producen auténticos horrores.
La frase pronunciada por el Cardenal y que más llegó a un auditorio lleno de venezolanos residentes en España y españoles que intentan ayudar desde la distancia fue: “Venezuela es todos los días un milagro”. ¿Cómo se puede vivir así? Venezuela es actualmente un país en el que no existe la clase media, solo los muy ricos y los gobernantes y el resto está constituido por la gran clase pobre que engloba a la mayoría de sus habitantes. Desde que se iniciaron las actuales circunstancias, cinco millones de venezolanos han emigrado allende sus fronteras. Solamente un millón y medio se han dirigido a países cercanos, donde acogen con paciencia a esta riada humana sin sentido. Pero curiosamente no se pueden ofrecer cifras, estadísticas ni informes de ningún tipo, ya que constituyen delito y solamente es el gobierno quien lo puede expresar.
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Un país que es rico con su producto “estrella”: el petróleo y que no es capaz de atender a sus propios desafíos, ya que el beneficio de este producto se disuelve en el “aire”. Es un error terrible intentar que las ideas se vuelvan opuestas a la realidad que se respira. Por otro lado, agradecen a España la ayuda de Telefónica, Repsol, Iberia y otras de menor grado, pero de gran importancia. En todos los conceptos de funcionamiento si tocamos el de la educación, vemos que no existe ya que el presupuesto con el que cuenta se remonta al año 2009. Un empleado o un profesional están cobrando un salario que es equivalente a 100€ mensuales. Las tiendas están vacías, no hay medicamentos y los que se pueden conseguir se reciben a través de los visitantes que los llevan en sus maletas. Podría seguir relatando las miserias y necesidades, pero solo tenemos esperanza y alegría de poder seguir adelante con el intento de salir de esta situación. El acto dio fin con el rezo de la oración por Venezuela recitada por todos los asistentes a una sola voz y con toda la fuerza de los corazones que sufren pero que tienen esperanza en un futuro mucho más deseable para los que sufren sin medida.
José Antonio Cecilia Presidente
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