PRESENTACION DEL LIBRO “HE APOSTADO POR LA LIBERTAD”
En el auditorio de Bankia, el pasado día 31 de enero tuvo lugar el acto de presentación del reciente libro-entrevista, realizado por el periodista Luigi Geninazzi, al autor, S.E. el Cardenal Angelo Scola, quien acompañado de Mons. Luis Argüello, secretario general de la Conferencia Episcopal Española y haciendo las veces de interlocutor, mantuvieron un animado diálogo que sorprendió a los asistentes con su exposición totalmente dedicada encontrar a Jesús que siempre está cerca de nosotros.
Diálogo sobre la Iglesia en el mundo actual a partir del libro, tuvo tres preguntas sobre las que giró el total de la conferencia, claves del libro y que fueron: Método Cristiano, Trinidad, Eucaristía y matrimonio y anunciar el evangelio en una cultura postsecular. Mons. Argüello señaló que el libro gira entorno a los encuentros, del Cardenal Angelo Scola con el Señor y que encierra la clave del libro. A continuación, dijo que, en el cristianismo europeo, el método de la vida cristiana se identifica erróneamente con otras cosas y nos alejamos a Jesús. Es una especie de indiferencia y relativismo que hacen desaparecer los principios cristianos. Siendo joven, recordaba le había marcado mucho el compromiso de su padre, camionero de profesión, por la justicia. Sin embargo, su madre era muy religiosa y tenía muy en cuenta lo que decían los “curas”. Su padre compraba L'Unità y Avanti, diarios de izquierdas y su madre los tiraba a la basura.
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El encuentro con Mons. Luigi Guissani, fundador de Comunión y Liberación, le permitió al Cardenal Scola entender un modo de vida cristiana que situaba a Cristo en el centro de la vida y vivía la Iglesia como algo que facilitaba la libertad, de modo que el rostro de los otros llegaba a ser el rostro casi sacramental de Cristo. Mons. Argüello comentó que la pedagogía del Papa Francisco está explicada en el libro por el autor, así como la dimensión social del dogma. El misterio trinitario se muestra como la relación de la Santísima Trinidad, la familia y la sociedad, de donde se deduce como en la familia convergen el misterio de la Trinidad y la Eucaristía. El cardenal hizo notar la dificultad con la que, actualmente, convivimos en nuestras culturas “evolucionadas”, con el resultado de haber perdido el sentido de la Trinidad. No sorprende que una Cultura que ha perdido la consciencia de que en el mismo Dios existe la unidad de la sustancia y la diferencia de personas. Eso lleva a no reconocer que la diferencia sexual entre hombre y mujer no es la diversidad, sino que es una dimensión intrapersonal, de nuestro yo. Muchos citan a San Juan Pablo II pero no parece que hayan entendido la opción radical de este Papa en lo referente a la teología del cuerpo. A partir de ahí yo he elaborado mi teoría del misterio nupcial, que parte del reconocimiento de la diferencia que nos introduce en la experiencia del amor y que no puede no implicar la fecundidad. Por poner otro ejemplo -Romano Guardini ve al hombre como un ser en tensión-, como en la sociedad civil también debe haber un respeto en la diferencia con el otro, lo peculiar del cristianismo, eleva el amor al prójimo como valor fundamental. Más tarde, afirma que si no cuidamos de la familia el cristianismo se desencarna, añade, por tanto, la cuestión de la familia es fundamental y lo que hoy está en crisis es la relación hombre-mujer. Mons. Argüello al volver a intervenir señala de si es posible anunciar el evangelio en una sociedad postsecular o bien dejarse llevar por la tentación de “recluirnos en nuestro propio monasterio”. El Cardenal Scola, respondió que, en la sociedad varia de nuestros días, la fe está sometida a diferentes percepciones culturales. Una de ellas puede ofrecer la fe como una fuente de valores, con la que se puede vivir en una sociedad relativista. Otra posición es la de llevar la cruz en favor de otro. El camino mas adecuado para recorrerlo es una implicación entre libertad y gracia. Tenemos que entender de que al hombre le convence cuando se habla de libertad. El cristianismo no es una idea sino un encuentro con Cristo que adquiere por la Eucaristía, como recordaba Benedicto XVI. El Evangelio, necesariamente, se debe anunciar cuando la persona misma ofrece su testimonio sobre el encuentro que ha experimentado con Cristo y su sentido de pertenencia a una comunidad.
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