Relatoria actividad en Canelones sobre Cultura en Canelones

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RELATORIA DE LA MESA REDONDA & INAUGURACION Muestra Itinerante en Canelones “La igualdad no es juego” Ciudad: Canelones Fecha: del 28 de julio. 17.30 horas.

Lugar: Casa de la Cultura de Santa Lucía.

Presentación El pasado miércoles 18 de julio se inauguró en el Teatro Colón de la capital del departamento de Canelones la muestra itinerante “La igualdad no es juego” que exhibe las obras premiadas y seleccionadas por el “Concurso nacional de diseño de afiche sobre juegos, juguetes y género”. La mesa contó con los disertantes: Alejandra Iervolino (Programa País de UNIFEM), Adriana Pitetta (Departamento de Industrias Creativas –Dicrea- de la Dirección Nacional de Cultura del MEC), Alejandro Guarnieri (Director de la Unidad de Recreación y Animación Sociocultural de la Intendencia de Canelones), Milka Sorribas (Coordinadora de la Red Canarias en Movimiento), Manira Correa (Coordinadora Territorial de Inmujeres de Canelones), John Texeira (referente de la ciudad de Canelones por “Canelones de Muestra”) y Soraya Olivera (actriz del departamento). La moderación estuvo a cargo de Cecilia Lucas por Creadoras (MEC). Esta actividad se realizó con el fin de trabajar el enfoque de género en las políticas públicas en cultura de la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura. Cuenta con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Comuna Canaria y se enmarca en la línea de acción “Creadoras” del proyecto proyecto “Fortalecimiento de las Industrias Culturales y mejora de accesibilidad a los bienes y servicios culturales de Uruguay”, denominado también Viví Cultura, que es financiado por el “Fondo para el logro de los ODM (F-ODM)” a través del Sistema de Naciones Unidas (UNIDOS EN LA ACCIÓN).


*** APERTURA Alejandra Iervolino (Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM) Es un placer para UNIFEM, el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, participar en esta mesa de apertura. Quiero transmitirles los saludos de Irene Rodríguez, Coordinadora de Programa País de UNIFEM que, por estar fuera del país, no nos pueden acompañar. La actividad que hoy nos convoca se inscribe en el proyecto “Viví Cultura” en el que UNIFEM está participando para impulsar la inclusión transversal de la perspectiva de género, y para promover actividades con las mujeres del sector con el fin de fortalecerlas y visibilizar sus trabajos. El “Viví Cultura” es un proyecto novedoso e innovador por varios motivos, de lo que sólo voy a mencionar tres. El primero de ellos, se relaciona con la forma de trabajo interinstitucional e interagencial. Contando con la participación del Ministerio de Educación y Cultura, el Ministerio de Industria, Energía y Minería y seis agencias del Sistema de Naciones Unidas en Uruguay, cuenta el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo a través del Fondo PNUD España para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El segundo motivo está relacionado con la posibilidad de trabajar de manera directa la igualdad de género y los derechos de las mujeres con dos ministerios que son organismos responsables de algunas de las líneas de acción del primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos; es decir que a través del proyecto estamos aportando a la implementación del Plan. Y en tercer lugar es innovador porque incorpora un enfoque históricamente ausente en el tratamiento de las cuestiones culturales como es la perspectiva de género. En este marco y con un fuerte compromiso gubernamental, estamos dando los primeros pasos hacia el diseño de una agenda del sector cultural que incorpore el enfoque de género, promueva los derechos de las mujeres, visibilice el trabajo de las mujeres en el sector a través del espacio Creadoras y reflexione en torno a qué intervenciones y políticas son posibles de implementar. El concurso nacional de afiches sobre juegos, juguetes y género es una de las actividades que desde el espacio Creadoras se han realizado. Comenzó con el concurso y continúa con una serie de muestras itinerantes. Se está diseñando un llamado para idear y realizar un juguete que promueva la reflexión sobre el modo en que los juguetes construyen identidades y relaciones de género, que sutilmente naturalizan y perpetúan las desigualdades entre mujeres y varones.


Para terminar, quería decirles que celebramos que las actividades del proyecto salgan de Montevideo y podamos traer esta muestra a la ciudad de Canelones. Y que no sólo sea una muestra sino también que propiciemos diálogos y debates sobre estos temas. Quería acompañarlas en este proceso de empoderamiento de las mujeres en su sector. Agradecerle a la Intendencia de Canelones por este espacio, que empezó como decía Cecilia Lucas con un concurso de afiches y ahora vamos por un segundo llamado que sería el materializar los afiches en juguetes para niños y niñas. Adriana Pitetta (Departamento de Industrias Creativas –DICREA- del Ministerio de Educación y Cultura) Buenas tardes. Quería saludar a los valientes y las valientes que están acá. Y bueno la presentación más formal del proyecto la hicieron Cecilia y Alejandra; así que decir que para nosotras como Departamento de Industrias Creativas, también es muy importante haber formado parte de esta convocatoria y ahora de esta segunda parte en el prototipo de juguetes no sexistas. Esto es por varias razones. Primero porque la Dirección de Cultura entiende que intervención cultural trasciende muchas veces lo que son los artistas, los lugares más tradicionales que siempre tienden a asociarse con cultura: los sectores fonográfico, editorial, o audiovisual más clásicos. Nosotros apostamos por una perspectiva que integre. Por eso hablamos de industrias creativas y no tanto de industrias culturales y sí de otras áreas e industrias que para nosotros también tienen mucho que ver con lo que son las prácticas y los consumos culturales. Como por ejemplo la industria del juguete que a su vez tiene una gran repercusión y un gran impacto a nivel económico y social. Los juguetes vehiculizan una serie de valores socio–culturales. La primera parte de la convocatoria apunta a esto así como la segunda parte del proyecto. Por sobre todo es tratar de imponer lo que puede ser una perspectiva que es innovadora pero que en el mundo ya existe desde hace tiempo. Para la Dirección de Cultura y el Departamento de Industrias Creativas es muy importante fortalecer esta mirada con perspectiva de género. Formar y sensibilizar a través de esta iniciativa nos parece también muy importante así que vamos a estar en todo este proceso acompañando lo que es esta muestra y lo que es el llamado de juguetes que esperamos que sea tan exitoso como lo fue el de los afiches. Así que bueno, un placer y nos volveremos a ver con los juguetes. Milka Sorribas (Coordinadora de la Red Canarias en Movimiento) Buenas tardes, a todos y a todas. Para mí es un gusto compartir este espacio con ustedes para hablar de este tema que a nosotras -como decía Cecilia Lucas- como organización de mujeres de Canelones. Es necesario primero hacer una serie de precisiones, en primer lugar que yo hablo representando ese colectivo de mujeres. Representar significa que se encuentran presentes. En este caso los colectivos de mujeres -en un departamento tan difícil y diverso como es Canelones- tratan de llevar lo que entienden y lo que defienden como son los derechos humanos de las mujeres. Desde ese punto me parece que circunscribe de alguna manera este aporte que hacemos las mujeres. Pero por otro lado también participo del movimiento de mujeres, pero también soy una mujer feminista. Me parece también interesante colocar ese elemento aquí en este espacio de intercambio porque de alguna manera también coloca los aportes en ese sentido. Para nosotras las que somos feministas, el feminismo es una práctica y una teoría que busca transformar las relaciones sociales y culturales entre hombres y mujeres.


Fundamentalmente lo que trata es terminar con las asimetrías de género, con la opresión sexual y crear de alguna forma otra sociedad con otros valores y con otros horizontes: mucho más democrática y mucho más inclusiva. A veces cuando nosotras /os hablamos de feminismo, generamos distintos preconceptos o distintos prejuicios en relación a esto. El feminismo lo podemos explicar a través de tres enunciados. Uno que es de carácter descriptivo: la mayor parte de las mujeres estamos en una situación inferior a los hombres y esto lo establecen los datos estadísticos y los datos sociológicos. Lo constituyen estas estadísticas, los datos que tenemos de indicadores de género, que demuestran evidentemente una verdad irrefutable. Toda persona que haga un discurso público no puede obviar eso porque existen múltiples formas de corroborar esa situación. Por otro lado el feminismo habla desde un enunciado que es prescriptivo: si las mujeres estamos en una situación de subordinación o de inferioridad con respecto a los hombres, esto implica en sí una injusticia social. Podría significar por lo tanto que esta injusticia social tiene que cambiar, y que se tienen que generar instrumentos para cambiar esta situación. Podría también pensarse que las mujeres estamos en esa situación porque somos incapaces de generar condiciones que nos permitan saldar de alguna manera esa brecha. Esto -que puede generar rechazo- en los hechos no es así. Muchas veces nos dicen que las mujeres nos dedicamos mucho a los hijos o a la familia y es por eso que no tenemos éxito en otros ámbitos; otras veces se dice que las mujeres no asumimos determinados riesgos en la política y por eso no llegamos a tener determinados lugares trascendentes o importantes en la política. Pero si nosotros consideramos que es una situación injusta y que es necesario transformarla tenemos que colocarnos desde otro lugar. Por último, el otro enunciado tiene que ver con la práctica cotidiana. Es decir, no soy feminista porque vaya todos los 8 de marzo con una pancarta para decir que se deben de respetar los derechos de las mujeres, o por que compre libros de mujeres, o porque de alguna manera me reúna en todas las reuniones o en todas las acciones de las feministas. Soy feminista porque en el lugar en donde me desenvuelvo, en donde actúo, trato que esa situación de discriminación hacia la mujer no se reproduzca. Eso significa no discriminar a las mujeres; que las madres cuando estamos en nuestro ámbito familiar generemos una situación de igualdad para hombres y para mujeres o que no eduquemos de alguna forma con determinados modelos o estereotipos que no habilitan a desarrollar las potencialidades de los seres humanos. Entonces, eso en realidad, en la práctica es lo que me convierte también en feminista. Desde ese lugar de ver, explicar y entender el mundo. Es como trato de alguna manera de colocar estas reflexiones en lo que tiene que ver con cultura y género. Nosotras como mujeres dentro de la Red Canarias en Movimiento tenemos un solo objetivo, además de barrer las asimetrías de género es generar transformación social y cultural. Es una utopía evidentemente, pero para nosotras es tremendamente válida porque es la que puede justificar de alguna manera un cambio realmente en serio. Un cambio de una estructura social y política que nos oprime. Por lo tanto, desde ese lugar las mujeres trabajamos todos los días en este sentido. Las mujeres siempre hemos sido hacedoras de cultura, hemos transmitido cultura; más allá de que las producciones culturales de las mujeres no hayan tenido el mismo valor y el mismo significado. Muchas veces estas producciones culturales -durante mucho tiempo- han sido consideradas de menor valor, como un pasatiempo, o una cosa que


pueden hacer las mujeres cuando terminan de hacer todo lo que deben hacer de acuerdo con el mandato y con el rol que se les ha adjudicado. Por lo tanto, las mujeres durante mucho tiempo hemos transitado por la cultura y hemos sido transmisoras y creadoras de cultura. El reconocimiento y el valor de esa producción han sido bastante marginales. Evidentemente después que las mujeres accedimos al sistema de educación comenzamos a entender que gran parte de lo que es la producción del conocimiento, de la ciencia que aparentaba neutralidad, en realidad no es nada neutral. Sino que está vista de una perspectiva masculina porque de alguna manera la construcción de la cultura patriarcal es una cultura que privilegia a los varones y la construye de acuerdo a un modelo de pensamiento y de vida. Un modelo de valor y de poder que favorece a los hombres. A partir de este momento entonces nosotras decimos que las mujeres tenemos un sistema educativo -público, laico, fundamentalmente democrático- que permite que seamos las principales egresadas de la universidad, las que hemos entrado fuertemente al mercado de trabajo y construimos gran parte del esfuerzo del trabajo en este país. Nos hemos –lamentablemente- quedado siendo las principales empleadoras en lo que es el entorno de lo doméstico y en el entorno de lo privado, ahí no ha habido ingreso por parte de los varones en la medida que nosotras consideramos. Participamos en todos los ámbitos de la vida social y de la vida política, sin embargo democráticamente estamos sub-representadas en todos esos ámbitos. Parecería que la norma se convierte en la excepción. Cuando una mujer se destaca se constituye en una excepción. Ustedes vieron que muchas veces cuando la mujer llega a ser presidente o cuando llega a ser intendenta; o cuando la mujer llega a un lugar determinado aparecen los medios de comunicación como una especie de desconcierto, como si fuera una cuestión inadmisible. Parecería ser entonces que como las mujeres somos simplemente esa parte que apenas puede lograr determinadas cosas. Cuando se logran se transforma en una excepción. No lo ven como un tránsito a una normalidad que debería suceder, lo ven como una excepción por determinados motivos, pero no por motivos que podrían ser entendidos y estamos expuestas a esa situación de injusticia social. Dentro de esa cultura es que nos hemos movido las mujeres, a esa cultura hemos contribuido también muchas veces las mujeres. Los hombres y las mujeres somos seres culturales, la cultura es la que nos humaniza. La cultura es una manera de ser, de estar de pensar y ver el mundo y por lo tanto cada uno lo ve desde su lugar. Pero las mujeres que hemos tenido durante mucho tiempo para nosotras el trabajo y la dedicación que significan los cuidados familiares también hemos reproducido estas situaciones de desigualdades. Entonces esta cultura genera sujetos desiguales, sujetos con jerarquías. Frente a esta cultura creo que es necesario de alguna forma revertir este orden de situaciones que estamos y generar modelos que sean mucho más inclusivos, que sean mucho más abarcadores de la singularidad y la diversidad de lo que somos los y las humanas. Es muy importante la participación de las mujeres en todos los ámbitos, sin embargo lamentablemente, es difícil que una mujer pueda sostener su producción cultural. Me van a decir también que para los hombres también. Pero para las mujeres se convierten en una situación más difícil; por un lado porque muchas veces la cultura es un pasatiempo y no puede ser un medio de vida. Por otro lado, las mujeres muchas veces no tenemos tiempo y renunciamos a las cosas que nos gustan o a las cosas que realmente están conectadas con nuestros propios deseos para hacer cosas que de alguna forma el mandato social nos impone.


Esto puede parecer un discurso feminista repetido y aburrido, pero lamentablemente es una realidad vista y multiplicada muchísimas veces. Nosotras este año hicimos una agenda que se llamo “La agenda de las mujeres”. Nos preocupamos porque estuvieran temas que para nosotras son cruciales como la educación y la cultura. Los colocamos allí porque cada vez que nosotras en Canelones hacemos alguna propuesta de tipo cultural las mujeres se sienten tremendamente identificadas e involucradas: genera gran expectativa de oportunidad. Tal vez porque la cultura es un lenguaje que nos acerca desde otro lugar, desde la subjetividad, desde las biografías personales de cada uno, y nos permite ser un vehículo válido para hacer todos estos planteamientos de una forma mucho más lúdica, más fresca, más fácil de llegar a los demás. Entendemos la cultura como un elemento fundamental para cambiar estos modelos, pero también como una herramienta fundamental para generar una estrategia de cambio que a nosotras nos ha dado muchísimos créditos. Acá tengo a mi lado a quien hizo con nosotros una propuesta acá en Canelones donde participaron una fotógrafa y un grupo de presas de Canelones. Generamos una articulación entre mujeres que evidentemente fue importante. Sé que en Canelones estoy hablando ahora desde el punto de vista de la política pública- se han hecho cosas interesantes pero todavía son insuficientes: el trabajo del lenguaje inclusivo durante la última gestión es un elemento importante; los ámbitos donde se han generado posibilidades de diálogo con responsables de la cultura son elementos importantes. Pero también siguen siendo todavía insuficientes porque no existe la posibilidad del acceso democrático a lo que es la cultura. Muchas de nuestras localidades tienen -por su carácter geográfico- dificultades para acceder a la cultura, pero también hay dificultad en promover la cultura entre los jóvenes y las jóvenes. Muchas veces aparece una distancia muy fuerte entre las posibilidades y potencialidades reales que tienen los jóvenes para poder expresarse culturalmente. Voy a nombrar solo dos cosas que teníamos en la agenda como propuesta concreta: instalar centros de promoción cultural a nivel local con la infraestructura adecuada y la disponibilidad de recursos para el desarrollo inicial de proyectos culturales que promuevan la equidad entre los géneros así como difundir y apoyar la obra artística de las mujeres canarias en las localidades. Para esto es necesario exhibir los aportes de las mujeres al patrimonio cultural departamental. Rescatar el nombre de las mujeres y rescatar las mujeres del departamento para nosotras es fundamental. Todo lo que se nombra, lo que se dice, no es arbitrario, tiene una función y la función es ideológica. Nombrar es colocar -de alguna manera- en el imaginario colectivo y en la cultura de esta sociedad canaria los nombres de las mujeres tan olvidadas. La cultura es una oportunidad excepcional para lograr concluir todas estas potencialidades. Cuando estamos hablando de género no estamos hablando solamente de mujeres, estamos hablando de esa relación tan enriquecedora que se da entre hombres y mujeres en pie de Igualdad de Oportunidades y Derechos y es a eso a lo que aspiramos los Colectivos de Mujeres. John Texeira (referente de la ciudad de Canelones por “Canelones de Muestra”) Trabajo con mujeres desde hace mucho tiempo. Estoy todo el día con mujeres, cuatro hijas mujeres y tres nietas. El tema si es cierto hay como una especie de “vamos a darle un poco para que así hay un poco más de prensa” pero también es cierto que cada uno de nosotros tiene que ganar su espacio. Hoy yo soy un hombre pero yo me tengo ganado mi espacio. Trabajo en una cárcel de mujeres en donde hay por ejemplo 400 mujeres,


como Cabildo, en donde sinceramente no me siento hombre en la cárcel. Esas mujeres me dan un espacio y respeto que afuera los hombres no lo estamos dando. Sé que hay mucha gente que lucha mucho en la cultura, y muchas personas. Por ejemplo hoy tenemos una directora de cultura que es mujer, entonces, hay un espacio ganado. Está bueno. Pero eso espacios no son regalados por los hombres sino que son ganados por ellas mismas. En Canelones tenemos un buen espacio, no es como otras ciudades que de repente son más tapados los derechos de las mujeres. La mujer se ha expresado en Canelones. Tanto en la cárcel con Canarias como con otros grupos de mujeres. Acá se formó una mesa de trabajo sobre la mujer recluida y hoy está funcionando en el Ministerio del Interior. Son 16 mujeres -el único hombre soy yo que tiene poder de decisión-. La cultura de esas mujeres va a crear un futuro va a abrir un espacio. Soraya Olivera (actriz del departamento) Soy trabajadora de la cultura porque soy actriz pero además soy directora y maestra rural. He convivido con la temática de género toda la vida. Te escuchaba decir soy feminista. No sé si decir que soy feminista pero sí desde la práctica cotidiana de ir luchando por un lugar en todos los ámbitos. Porque el arte sirve como una herramienta de transformación -sí yo creo que lo es-. Puede parecer una utopía y más tratándose del teatro que no es un arte artístico que convoque a grandes masas. Sin embargo, es un espacio que se puede llegar de otra manera: desde las situaciones y los sentimientos. El espectador se puede sentir identificado o no. El año pasado trabajamos el “Caso de Amor” de Néstor Flores que trata de un asesinato múltiple que hubo en Montevideo y habla sobre el tema de violencia domestica. No es nuevo, quizá ahora se conozca más porque se habla más. Este año empezamos una obra que se trata de abuso, violencia y droga en la adolescencia. No es nuevo tampoco, pero hacemos la obra y después hacemos foros con la gente. No decimos mucho de que se trata la pieza porque de repente si decís que es de violencia o de abuso la gente no va. Pero el comentario luego fue tan rico y la gente se expreso muy bien. Incluso después nos enteramos que había gente que sufría violencia domestica y se manifestaba en tercera persona. Manira Correa (Coordinadora Territorial de Inmujeres de Canelones) Primero que nada muchas gracias por la invitación, desde el Instituto de las Mujeres y específicamente en el departamento de Canelones es bueno ver como de alguna manera las instituciones públicas convierten aquello que se pensó como el Primer Plan de Oportunidades y Derechos van materializando las metas. Esto era también un compromiso del Ministerio. Coincido plenamente con lo que expresa Milka, si bien no me considero feminista vengo trabajando hace muchos años por los derechos de las mujeres. Cuando me convoca Cecilia Lucas pensaba que en Canelones hay como una cuestión de llevar eventos culturales, obras de teatro a diferentes localidades y si bien muchas veces las mujeres podían acceder a estos espectáculos estos no reflejaban la inclusión de la mujer en la cultura. Si bien podían participar no sé si se sentían incluidas. Entonces, es importante poner sobre la mesa qué valor le damos poder aumentar la participación de la mujeres en la cultura y cómo dejar a la vista esas mujeres que forman parte de nuestra cultura y están totalmente invisibilidades. De alguna manera -desde mi rol como referente de las mujeres en el territorio- pretendo trabajar con el grupo de mujeres que


están en la cultura. Darles algunos trabajos que estamos realizando con respecto al género y el juego. Estamos trabajando con algunos CAIF en la costa de Canelones y viendo cómo incluir el género dentro de los CAIF y ver aparte cómo cambia el personal técnico según las posiciones y los lugares designados para varones y para mujeres. También estamos trabajando con un grupo de titiriteras para incluir en sus obras la perspectiva de género. Ellas quieren sensibilizar a la población, mostrar la perspectiva de género pero desde lo cultural. Llevar el teatro a las poblaciones más carenciadas y además trasmitir un mensaje. Tenemos que tener la responsabilidad como parte de la sociedad en ver lo que trasmitimos. También trabajamos con un grupo de mujeres mayores de Cuchilla Alta para la inclusión de la perspectiva de género. Este año empezamos con un taller literario, con la deconstrucción de los cuentos clásicos, como Caperucita Roja. Estamos cambiando los roles de los personajes, y esta bueno porque ellas tiene muchas relación con las escuelas de la zona. Ellas poseen mucho tiempo libre porque son jubiladas. Entonces, buscamos influir en las niñas y en los niños desde otro lugar. No solo los acompañan y apoyan sino que también pueden influir en la cultura y en la familia. Luis Pérez Aquino (Director Conservatorio, Dirección Cultura Comuna Canaria): Quisiera hacer un planteo, pero a modo personal. No sé a qué te réferis cuando decís que no se puede llegar a todo el territorio en cuanto a propuestas de cultura. Porque se está llegando, porque me consta y creo que a John también le consta. Si consideramos que de 11.000 alumnos, el 70 por ciento son mujeres, ¡no veo tanta discriminación! Me parece que hay que ver dónde es que estamos errándole la cosa y dónde te resulta a ti que no estamos llegando. Milka Sorribas: Bueno mira yo vivo en Las Piedras, allí no tenemos ningún Centro Cultural acondicionado, salvo la sala Carlitos que a veces tiene alguna evento puntual. Luis Pérez Aquino: ¡Pero yo no hablé de espectáculos! Milka Sorribas: No estoy hablando de espectáculos, sino de Centros Culturales. Luis Pérez Aquino: ¡Está el Centro Cultural Carlitos! Milka Sorribas: Pero el Centro Cultural no está acondicionado muchas veces para actividades culturales especificas. En este período de tiempo apenas tuvo algún arreglo. El cine, por ejemplo, no existe. Luis Pérez Aquino: ¡Pero eso es para todos no es solamente para las mujeres! Milka Sorribas: Primero vamos a hablar de los Centros Culturales, después de por qué yo pienso que las mujeres somos más discriminadas en la cultura. Creo que Las Piedras con la cantidad de población que tiene no puede no poseer un lugar acondicionado donde se pueda hacer intercambios culturales. ¡Es un recorte a la cultura! No digo que el Centro Carlitos no existe sino que digo que las condiciones no están dadas allí. Por ejemplo, si vas a hacer una muestra de fotografía como hicieron “las mujeres de negro”, para nosotras significó una dificultad. Si vas a hacer una obra de teatro, o una presentación de un libro, no hay ninguna sala acondicionada. Tenemos que volver a la Ciudad de Canelones como por ejemplo la Sala Lumiere para poder realizar una


actividad de ese estilo. Carlitos es un lugar bárbaro, está céntrico, es un lugar de referencia pero no está en condiciones. Adriana Pitetta: Los derechos culturales en cuanto a derechos humanos o la diversidad cultural como patrimonio de la humanidad a nivel discursivo lo tenemos muy incorporado. Pero hay una serie de acuerdos, marcos, compromisos, que tenemos como nación. Como la Declaración Universal de la UNESCO donde los derechos culturales tanto como derechos humanos- son como una base a la que nosotros se supone que venimos adhiriéndonos. Me pregunto ¿cómo se termina cristalizando eso en la realidad si verdaderamente contemplamos los derechos culturales como derechos humanos? Por otro lado, ¿cuál es el diferencial que tiene la cultura como forma de terminar ejerciendo los derechos humanos para todos? Porque el valor para defender los derechos humanos tanto de hombres como de mujeres tiene que ver con la supervivencia de la diversidad lingüística, la supervivencia de una serie de costumbres y tradiciones arraigadas en cada uno de los pueblos y todo lo que en definitiva constituye el patrimonio de las sociedades y que permite que dejemos un registro en la humanidad. Eso es una herramienta democratizadora a la hora de pensar en diferencias de género, de clase y de etnia. A su vez la cultura si constituye derechos humanos fundamentales que permiten ejercer una ciudadanía integral y por otra parte el diferencial de los bienes culturales que es esto de ser portadores de valores, de sentidos, de ser constructores de identidad y por tanto no ser como cualquier otro bien independientemente de que también repercuten en la economía de nuestros países y eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de fortalecer lo que es la producción y el consumo de cultura. Y con respecto a lo femenino y lo masculino que se propone y mucho en cultura, en particular en lo que son las industrias culturales como cine, radio, etcétera, tiene a suceder que la mujer es el blanco fácil de la construcción de algunos contenidos simbólicos que siguen produciendo estas asimetrías de las que hablábamos. Por lo tanto a veces el problema de las asimetrías no solo está en la capacidad de acceso o producción sino también que pasa con las mujeres como consumidoras de cultura. Qué pasa con algunas asimetrías que seguimos siendo víctimas en forma pasiva. Parece que son las reivindicaciones de hace 50 años, si siguen siendo las mismas porque son las que venden. Por lo tanto es un gran desafío para los que tenemos que pensar en políticas públicas como se ejerce el monitoreo de todo esto qué es lo más difícil que son los contenidos simbólicos que consumimos hombres y mujeres. Todos aprendimos ese discurso que está bien que la mujer se emancipe y se libere pero de alguna manera se sigue fortaleciendo esa cosa de la mujer como economía de apoyo, del trabajo invisible, la mujer en los cuidados. Y eso es lo que se reproduce en las novelas y todo lo que consumimos a diario. Me parece que caminar para subvertirlo es primero que nada investigaciones actualizadas y creo que lo que estamos tratando de hacer es eso, que es lo que consumimos, hasta donde estamos decidiendo lo que consumimos que es tan importante como lo que producimos. Alejandro Guarnieri (Director de la Unidad de Recreación y Animación Sociocultural de la Intendencia de Canelones) En principio agradecer por haber traído la muestra que me dijeron la vamos a tener en Santa Lucia. Soy recreador, le damos mucha importancia al juego dentro de la comisión de cultura tenemos un programa de inserción cultural en el cual trabajamos con el juego, dentro de ese programa tenemos varios más; trabajamos con niños. Adolescentes y


jóvenes. Y escuchando lo que cada uno estaba hablando uno importante es la formación de animadores/as y dentro de ese curso trabajamos el tema de género con juegos de roles donde esto que se aprende se lleva a los barrios en actividades comunitarias. Puedo dar ejemplo de cosas que nos pasaron: en un campito llegamos y habían solo varones jugando al futbol y llegamos con redes y telas y nos tiraban piedras decían que era su espacio. Y fuimos por las veredas a motivar a los más pequeños y a las niñas y hoy en día ese campito es una plaza donde niños y niñas de todas las edades juegan libremente. Es un programa de la Dirección de Cultura de la Comuna. Quiero dejar en claro que si tocamos el tema género. Creemos que el tema de la cultura tiene un poder entendedor, que los juegos no son neutros sino que tiene una intencionalidad y hay que saber cómo manejarnos hacia la otra persona; el fenómeno lúdico es reconocer que el juego está entre nosotros siempre y reconocer también que el juego transforma muchísimo. Nos permite transgredir normas externas e internas, es solo un juego, nos permite dar un paso más, jugar con temas que parecen incambiables o tabúes como el sexo o la violencia y transformarlos en una experiencia de vida. Destacar que nuestra Intendencia tiene un espacio de recreación y aparte recreadores que llegamos con juegos a movilizar niños, jóvenes, adolescentes y también adultos. Cecilia Lucas: Bueno, muchísimas gracias, no sé si tiene preguntas o comentarios. Alejandra Iervolino: Cuando hablábamos al comienzo de la introducción y la experiencia de proyectos, cuando yo decía innovador, también lo pensaba para la agencia. El tema de género donde yo trabajo fue un desafío. ¿Dónde están las mujeres de la cultura? Esto ayuda a reflexionar en función de las políticas que los gobiernos están llevando a delante que cosas se pueden manejar para ser más inclusivo. Si hay más mujeres en Uruguay que hombres ¿por qué no están en los cargos políticos más importantes? ¿Cómo hacer que las cosas mejoren? Hay que ver cómo vamos trazando el camino. Cecilia Lucas: En estos momentos se está realizando un estudio sobre las nomenclaturas de las calles. Allí se está analizando que la mayoría de las calles en el Uruguay que tienen nombre de mujer casi siempre son nombres de santas. Imagínense mujeres y niñas habitando ciudades que no las nombran. Cuántas calles en Montevideo son callejón 1, callejón 2 y no tienen nombre. Entonces ayuda a la ciudad que las calles estén nombradas y también está bueno que las mujeres empecemos a ver que también hay calles con nombres de mujeres. Milka Sorribas: En cuanto al tema de género hay también un discurso que no siempre se condice con la práctica. Porque se dice que es importante el lugar de la mujer, se habla de los derechos, pero no siempre coincide con los hechos. Hay un doble discurso. Luis Pérez Aquino: ¿Quién es que tranca y hace que la mujer no puede avanzar? Soraya Olivera: A veces es la misma mujer, yo trabajo en escuela rural y son las mismas madres las que fomentan la cultura machista. Alfredo Fernández: La más chiquita mía tiene 12 años. Cuando tenía siete quería jugar al futbol y las mujeres de mi casa todas le decían que eso era un juego de varones. El tema de asimetrías siempre hubo, ahora un poco menos, en la época de Artigas muchas veces cuando se hablaba de mujeres “artiguistas” se pensaba que se llamaban así porque


adoraban a Artigas. Nosotros somos producto de una ecuación que ha generado asimetrías.

Público: Me llama la atención -en este momento- que el gabinete municipal está repartido 50 y 50. Hay que lograr convencerlos que un llamado de obra o de choferes también pueden ser para mujeres. Jamás nos planteamos problemas ante eso y los espectáculos que se presentan son la mayoría realizados por mujeres. Una duda, ¿es desproporcionada la cantidad de maestras que hay y no de maestros? ¿Por qué los inspectores son maestros? Hay muchas mujeres que son más machistas que los hombres, se asigna muchas veces ya desde niña el rol de las mujeres y el de los hombres. Son modelos culturales que cuestan mucho modificarlos y para cambiar hay que ir trabajando desde los niños. Milka Sorribas: Si bien las mujeres asumimos roles nuevos pero no nos despojamos de los tradicionales y muchas veces entonces tenemos cuádruple jornadas laborales Público: Leí un artículo en “El País de Madrid” que decía que en España la mayor gestión la hacían las mujeres, la autoría de la obra está en manos de varones y el consumo mayoritario era de mujeres. Como un sándwich. Público: Pero vos prendes la tele y la mayoría de los productos son para mujeres. Público: Hay un montón de propaganda sexista. Pùblico: Se sigue reproduciendo la sociedad patriarcal en la que todavía vivimos.


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