VILLAMAR

Page 1

RESUMEN: VILLAMAR Asentada en el Valle de Coinan, la antigua Guaracha, Guarachita o San Miguel Guarachita, hoy Villamar, remonta sus orígenes etnológicos a la cultura mexica, según vestigios arqueológicos encontrados en la cabecera municipal. Identificada sobre todo por su gran hacienda, la de Huaracha, donde predominaba la voluntad semi-feudal de sus propietarios, no faltaron las manifestaciones de inconformidad por parte de los nativos, según lo acreditan las fuentes a que acude el autor, las que procesa de una manera sencilla y coloquial, para que los lectores adquieran una visión muy clara del objeto de estudio. El municipio —uno de los más extensos del Estado de Michoacán— no sólo interesa por su historia de transformaciones incesantes, sino asimismo por los personajes que han nacido allí. Se hace hincapié en el fenómeno de la migración, que ha sido un aspecto digno de consideración, dentro de un proceso de globalización irreversible. De la mano constante de los documentos originales y de datos que obtiene de la tradición oral, el autor construye un relato paciente y concienzudo sobre la evolución de uno de los más florecientes emporios agro-ganaderos durante la Colonia y buena parte del México independiente.


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Monografía Municipal

GUARACHITA AYER… VILLAMAR HOY

JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

H. AYUNTAMIENTO 2002-2004 2004 2


VILLAMAR

PRESENTACIÓN

E

H. AYUNTAMIENTO de Villamar, Michoacán, pretende con el presente texto, que los habitantes del municipio conozcan de la mejor manera posible su historia. Para los que aquí habitamos será una herramienta eficaz para conocer a detalle cuáles han sido las transformaciones vividas durante el devenir histórico de nuestro municipio. Para los miles de villamarenses que habitan en los Estados Unidos —será sin duda—, un elemento para continuar recordando a la matria terrenal. Para los estudiantes del municipio y nuestros hijos será un elemento de carácter pedagógico, del cual estoy seguro que aprenderán lecciones invaluables de amor a su terruño. A casi 20 años de que Jesús Álvarez del Toro escribiera por primera vez esta monografía, el Ayuntamiento que me honro en presidir acordó realizar esta segunda edición corregida y aumentada; hoy la encontramos con más sustancia, con documentos novedosos y desconocidos para quienes somos nativos de Villamar y sus comunidades. Sería deseable que la mayoría de los habitantes del municipio conocieran esta monografía, para de esa manera concientizar a nuestros hijos y estudiantes de nuestra vida pasada, en la que fincamos nuestro presente y a través del cual podemos lograr un futuro mejor. L

Villamar, Michoacán

Abril de 2004

Dr. Sergio Ruiz Andrade Presidente Municipal de Villamar 2002 – 2004

3


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

A MODO DE INTRODUCCIÓN

G

UARACHITA AYER…

VILLAMAR HOY, es al transcurso de los siglos, un ejemplo del devenir histórico. Ubicado, según algunos tempranos estudiosos en el antiguo Valle de Coinan, junto a La Barca, Jal.; Sahuayo y Pajacuarán del Estado de Michoacán. La primera dificultad para quien desee conocer su historia es la ubicación etnocultural de sus habitantes precolombinos: Que si fueron chichimecas, purépechas o tarascos, tecos o cuitlatecos, mexicanos o de algún otro grupo cultural que habitó lo que hoy conocemos como Mesoamérica, tres certezas nos ayudarán a comprender mejor este hecho: Primeramente, los vestigios arqueológicos encontrados en la cabecera municipal, nos muestran que ahí se asentó un grupo cultural que por su expresión escultórica se asemeja a la cultura mexica; en segundo lugar, en crónicas realizadas por los primeros españoles en andar por este sitio, así como en los informes de las visitas realizadas en el Obispado de Michoacán en el siglo XVIII, se da cuenta y razón de que se trataba de indígenas mexicanos y, finalmente, la toponimia del asentamiento es tarasco e indica bailadorcito. Lo que sí nos queda claro es que desde antes de la llegada de los españoles a Michoacán, Guarachita o San Miguel Guarachita, era la cabecera de un vasto territorio circunvecino, por lo que en la conquista al asentamiento existente se le siguió considerando como tal. En poco más de tres siglos el acontecer guarachiteño no reflejó más que la voluntad omnipotente de los hacendados. La hacienda se sobrepuso a todos los límites, sobre todo a los de carácter geográfico y político. A los dueños de la hacienda no les importó más que acumular tierras y más tierras, en lo que conocemos como el periodo colonial y para finalizar el siglo XVIII, se enfrentan a las primeras inconformidades organizadas de los indígenas guarachiteños, lidereados por Juan Magdaleno Vázquez, el primer y más desconocido de los líderes agrarios del país, quien sustentó su lucha en la restitución de tierras apropiadas por la hacienda y que Guarachita continuara siendo la cabecera del universo de los guarachas, legitimando así el reconocimiento como pueblo indígena, primero, y 4


VILLAMAR

después la legitimación del poder político que había sido arrebatado por los hacendados de Guaracha. A dos décadas de un primer acercamiento a la historia de una comunidad asimilada por el poderío de una de las más grandes haciendas del México Colonial y postindependentista, hoy entendemos más a fondo la lucha librada por los actores sociales en la conformación de la historia del municipio de Villamar. Nuevas fuentes se han localizado en el Archivo General de la Nación; trabajos novedosos sobre la región o sobre comunidades que hoy forman parte del municipio en mucho nos han ayudado para que el ciudadano común y corriente de Villamar tenga una fuente confiable de su pasado. La estructura del presente trabajo es similar al publicado hace ya veinte años; varían algunas concepciones metodológicas tratadas con sencillez para que los villamarenses de hoy se sigan sintiendo orgullosos de sus antepasados y de su actual presidente municipal, Dr. Sergio Ruiz Andrade, quien ha demostrado un interés inusitado por conocer cada vez de mejor manera el pasado de su municipio. María Libier de Jesús Ayala Manzo, viene a sumarse a los personajes que dan lustre a la cabecera municipal: Abogada de prestigio internacional fue la primera mujer que ocupó el cargo de Magistrada de Circuito en el Poder Judicial de la Federación y segunda mujer en la historia de nuestro país que ocupa una magistratura en el Supremo Tribunal de Justicia de México. Hoy, a dos décadas de distancia, quien esto escribe ha entendido mejor la importancia histórica y política de Juan Magdaleno Vázquez, así como la de Alfonso, Rubén y Agustín Leñero Ruiz; de igual manera la del epónimo Eligio Villamar, español criollo que, dejando de lado los prejuicios de su estatus social, defiende con pundonor la soberanía de nuestra patria. Pablo Canela, líder agrarista en Guaracha y el abogado Alejandro Abarca son, a juicio de quien realiza el presente trabajo, dignos de considerarse como villamarenses ilustres. La importancia económica y política que le otorga el general Lázaro Cárdenas al terruño donde nació su madre será motivo de trabajos posteriores ya que muy poco se ha dicho acerca de la

5


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

paternidad de la modernidad productiva que prohijó el General en nuestro país en lo general y de manera particular en Guarachita. Luis Álvaro, Socorro Ochoa, Sergio Ruiz Andrade y los testimonios orales de los ya fallecidos así como las pláticas ocasionales con los villamarenses de carne y hueso, fueron invaluable apoyo para quien esto escribe y lección vivificante para comprender mejor la historia de uno de los municipios más extensos de Michoacán. No se podría entender el devenir histórico de este jirón de nuestro estado sin el fenómeno de la migración iniciado desde principios del siglo XX y principal motor económico del municipio en nuestros días; pero también de la inventiva y creatividad de los que aquí se quedan. Bajo estas advertencias, quede el lector comprometido a rehacer estas humildes líneas en un proyecto histórico propio y obligado para con su comunidad.

6


VILLAMAR

GENERALIDADES Y UBICACIÓN GEOGRÁFICA

A

del Estado de Michoacán se encuentra ubicado el municipio de Villamar, cuya superficie ha variado por la quitadera y ponedera de ciertas rancherías. Según Genaro Correa Pérez es de 390.5 kilómetros cuadrados y para los topógrafos del Gobierno del Estado de Michoacán es de 324 kilómetros cuadrados. Su ubicación geográfica es como sigue: L NOROESTE

"102º 35' 7" de longitud y 20º 1' 2" de latitud, y su altura sobre el nivel del mar es de 1,540 metros";1 lo anterior hace de la cabecera municipal y sus comunidades, sitios de excelente clima "templado", con lluvias de verano y una temperatura media anual de 18 a 22 grados centígrados".2

La conformación territorial del municipio villamarense se da en el periodo conocido como cenozoico superior volcánico: "constituido principalmente por rocas del plioceno superior al reciente, con el predominio de lavas o basaltos, brechas, tobas basálticas y andesíticas de la serie chichinautzin, localizable entre los paralelos 19 y 20. Es la formación más extendida en el estado y ocupa casi todo el sistema transversal".3 Lo que ahora conocemos como la región de Chapala, los especialistas en geología dicen que se formó de la siguiente manera: "La depresión del Lerma-Chapala, originada como consecuencia de un fallamiento muy extenso que se presentó en el terciario, adquirió carácter lacustre durante el pleistoceno. Antes, y desde el plioceno, la

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Nomenclátor del Estado de Michoacán, México, 1985. p. 32. 2 Correa, Pérez Genaro. Geografía del Estado de Michoacán, T. 1, Física, Morelia, Gobierno del Estado, 1974, p. 198. 3 Ídem, p. 147. 1

7


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO actividad volcánica se manifestó en esta depresión íntimamente ligada con la presencia de fracturas".4

Estas fracturas se siguieron presentando en épocas muy posteriores, prueba de ello es el nacimiento de "La Alberca" y "Los Negritos", zona geotérmica ubicada hacia el norte de la cabecera municipal y que súbitamente se amplió, tras tremenda explosión al inicio del siglo XX, siendo hoy un atractivo turístico que el municipio ofrece a sus visitantes. A pesar de lo variable que es la estructura agraria del municipio, debieron existir tiempos peores y mejores, por ejemplo: "El primitivo lago de Chapala debió de llegar hasta el actual valle de Zamora, pero las emisiones de rocas ígneas de volcanes cuaternarios probablemente lo separaron, convirtiendo por algún tiempo a dicho valle en una cuenca endorreica… otros lagos, actualmente desaparecidos, pueden haberse formado cuando emisiones de origen ígneo cerraron antiguos valles fluviales, como el del Platanar en el Municipio de Villamar".5

Así, quedaron tierras bastante húmedas óptimas para la agricultura y otras, quizás la mayoría, son de temporal y escasamente fértiles por falta de agua. Por otra parte, la textura de la tierra en el municipio presenta variables: a) Suelo negro o chernozem b) Suelo Vertisol c) Suelo Gleysol La definición, utilización agrícola, color y otras características de los suelos que forman el municipio guarachiteño, son los siguientes: a) "El suelo negro o chernozem es uno de los suelos del proceso de calcificación, formado en regiones de escasa humedad con temperatura media anual de casi 16 grados centígrados y una 4 5

Ídem, p. 198. Ídem, p. 201. 8


VILLAMAR

precipitación pluvial de 800 mm.; tiene gran contenido de materia orgánica e importante valor agrícola; presenta un color negro grisáceo al acercarse a las zonas húmedas y café grisáceo cuando la humedad disminuye. En él se desarrolla la vegetación de pradera. Tiene una estructura granular migajosa y en su primera capa negra y profunda se encuentra el humus. b) Vertisol: son suelos de textura pesada, de color negro, que presentan abundante arcilla cementante. Se hinchan con la humedad y presentan muchas grietas de contracción cuando están secos. En estos suelos predomina la arcilla de montmorillonita, que en tiempos de lluvia se expande, cerrándose los poros y haciéndose chicloso el suelo. Contrariamente en tiempos de secas se endurece y agrieta. Estas características limitan su utilización pero el riego la hace posible. En estos suelos se llega a cultivar azúcar, algodón, girasol, maíz, frijol, arroz y otros cultivos. c) Gleysol: los gleysoles son suelos que tienen la influencia de las aguas freáticas cuyo nivel se encuentra a menos de un metro de la superficie. Se forman en materiales no consolidados, exceptuando los aluviales recientes".6 Esta pluralidad de elementos geológicos y de suelos tiene las siguientes colindancias: al norte se limita con los municipios de Venustiano Carranza (mejor conocido en la región como San Pedro Caro) y Pajacuarán. Al viento sur se limita con los municipios de Tingüindín y Cotija. Por el oriente limitamos con Chavinda y Santiago Tangamandapio, éste dicho sea de paso, fue su capital en la época prehispánica. Y al poniente se limita con las potencias política y económica: Jiquilpan y Sahuayo. Las limitantes anteriores son de actualidad, ya que en los tiempos de la colonia formó parte en el plano eclesiástico de

6

Ídem, pp. 315-320. 9


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Sahuayo y Jiquilpan, respectivamente, y en el ramo civil perteneció a la provincia zamorana.

10


VILLAMAR

PANORAMA ECOLÓGICO FLORA

S

SOCORRO OCHOA, los árboles frutales cerriles son los guamúchiles, mezquites, camichines, zapotes blancos y dos o tres especies más; y los que ya necesitan de ciertos cuidados son: limones, naranjos dulces y agrios, aguacates, zapotes negros, papayos, mangos, guayabos, higos, granados y algunos vástagos. En casas y terrenos de nadie existen ocales y fresnos. Esta misma conformación florística se puede apreciar en la mayoría de las comunidades pertenecientes al municipio: Jaripo, San Antonio Guaracha; Guaracha (hoy Emiliano Zapata); Capadero (hoy Nicolás Romero), Las Zarquillas, Cerrito Colorado y El Platanal, entre poblaciones y rancherías. Entre la flora ornamental sobresalen: camelias, bugambilias, floripondios, rosales, dalias, nevando en París; nevando en Londres; violetas, jazmín, huele de noche, granduque, malvas, anturios, orquídeas y bastantes más que son motivo de presunción por parte de sus felices propietarias. La misma informante nos habla de los beneficios de la medicina herbolaria y nos proporciona los nombres de las siguientes plantas medicinales que se dan en los linderos municipales de Villamar: Gordolobo, espinosilla, ciruelilla, árnica, hierbabuena, ruda cimarrona y de castilla, malva del campo, amapola, pasiflorina, pasionaria, té de limón, apio, perejil, toronjil, pelos de elote y otras que escapan a su memoria. Siguiendo la tradición de la medicina prehispánica las plantas anteriores se utilizan para mitigar los nervios, jaquecas, dolores de muela, sofocaduras, golpes, malestares estomacales, problemas urinarios y algunas molestias más. EGÚN DOÑA

FAUNA Ecológica y económicamente la fauna cumple funciones específicas, sin hacer precisiones biológicas en cuanto a especies, doña Socorro Ochoa del Toro ha visto: ratas, culebras, armadillos, tlacuaches, 11


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

conejos, tejones, liebres, zorras, zorrillos, coyotes, ardillas, güilotas, conguitas, zitos, chuparrosas, cenzontles, huitlacoches, golondrinas, calandrias, gorriones, lechuzas, tecolotes, venados, garzopetas, etc. A pesar de los esfuerzos y desvelos de los cazadores, algunas de las especies anteriormente mencionadas se reproducen en forma continua, manteniendo un aceptable círculo ecológico. Entre los animales domésticos generalmente encontramos: gatos, perros, caballos, asnos, mulas, vacas, toros, bueyes, puercos, chivos y gallinas; actividad que ayuda a la manutención del hogar; quedando en nuestros días muy pocos ganaderos, a pesar de haber sido ésta una zona excelente de agostadero, desde tiempos inmemoriales. Geográficamente pues, el municipio se conecta con el resto del Estado y el país, a través de la carretera México-Tijuana; quedan en el recuerdo de los adultos mayores, los caminos de a pie y la arriería, actividad económica que en los siglos del XVII al XX, fue de vital importancia para los guarachiteños, quienes por los caminos del sur llegaban a comercializar con tabasqueños, chiapanecos, veracruzanos y demás entidades del sureste mexicano. La tranquilidad que hoy se vive tanto en la cabecera municipal, como en las tenencias de Guaracha (Emiliano Zapata) y Jaripo se debe, de manera fundamental al proceso de la migración externa. No es difícil asegurar que poco más del 80% de la economía municipal villamarense, se sustenta en las remesas de dólares. Las actividades de producción agrícola han quedado en muy pocas manos: los poquísimos agricultores que cuentan con tierras de riego han sufrido lo indecible ante el proceso de globalización que hoy vivimos; optando casi todos por realizar actividades de migración estacional; es decir, acuden cerca de seis meses a trabajar a los Estados Unidos y regresan a cultivar sus tierras. La población se ha acostumbrado a realizar el comercio mayor en las vecinas ciudades de Sahuayo, Jiquilpan y Zamora sin descontar a la señorial Guadalajara; lugares que permiten hacer viajes en el mismo día.

12


VILLAMAR

GUARACHAN

L

guarachiteña pertenece al periodo de las culturas superiores de la época prehispánica (1,500 A.C. a 1,500 D.C.). De acuerdo a los vestigios arqueológicos encontrados, el lugar sirvió de asentamiento a diversos grupos culturales, manifestándose influencias teotihuacanas, de cerámica estilo mazapán, el esgrafiado y colorido de la cultura Chupícuaro, así como de la cultura azteca, ya que su proceso de expansión llega hasta las márgenes de la laguna de Chapala. El nombre mismo por la terminación "AN" es nahua, en documentos del siglo XVI como "el Cuaderno de tasaciones del Br. (bachiller) Ortega, alcalde mayor en ella. á pedimento del Lic. Benavente fiscal de su Majestad de la Real Audiencia"7 aparecen los siguientes pueblos de la región: Guarachan, Xiquilpan y Cauayo. A LLANURA

"Lo que se colige desta historia es que los antecesores del Cazonci vinieron, a la postre, a conquistar esta tierra y fueron señores della. Extendieron su señorío y conquistaron esta provincia, que estaba primero poblada de gente mexicana, naguatatos y de su misma lengua, que parece que otros señores vinieron primero y había en cada pueblo su cacique con su gente y sus dioses por sí. Y como la conquistaron, hicieron un reino de todo, desde el bisagüelo del cazonci pasado, que fue señor en Mechuacán, como se dirá en otra parte".8

A la expansión de los purépechas, Cualachan y/o Guarachan adquiere paternidad tarasca: "El origen del nombre Guaracha es tarasco: wanari, bailar; waraqua, baile; warari, bailador. El documento del estado en que se hallaba la jurisdicción de Zamora en el año de 1785,

Ramírez, Fernando. Citado por Nicolás León. Noticias para la Historia Primitiva y Conquista de Michoacán. Ed. Interamericana "Antonio Arriaga Ochoa". Imprenta del Museo Nacional, 1904, p. 72. 8 Relación de Michoacán. (1541). Nota de José Corona Núñez. Ed. Balsal. Morelia, 1977, p. 15. 7

13


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

al referirse al significado de Guarachita, apunta que quiere decir bailadorcito".9 Por su parte la Relación de Michoacán en su primera parte nos dice: "cinco días antes de esta fiesta, se llegaban los sacerdotes de los pueblos susodichos, con sus dioses, y venían a la fiesta, y entraban en las casas de los papás los bailadores llamados cesquárechas, y otros dos sacerdotes llamados huaripitzípecha, y ayunaban hasta el día de la fiesta, y la víspera de la fiesta, señalaban en los pechos los sacerdotes dos esclavos o delincuentes que habían de sacrificar el día de la fiesta, y el día de la fiesta bailaban los dichos bailadores con sus rodelas de plata a las espaldas y lunetas de oro al cuello y venían dos principales a aquel baile…10

Moreno, García Heriberto. Guarachita. Tiempos Viejos, Tiempos Nuevos. Ed. FONAPAS-COLMICH, México, 1980, p. 72. 10 Relación de Michoacán. (1541). Nota de José Corona Núñez. Ed. Balsal. Morelia, Mich., p. 9. 9

14


VILLAMAR

NUESTROS ORÍGENES

E

de los pobladores prehispánicos de Michoacán es sumamente difícil, dado que las fuentes que han llegado hasta nuestros días difieren unas de otras. Por ejemplo, José Bravo Ugarte nos dice: SPECIFICAR EL ORIGEN

"…De su origen (de los michoacanos) nada dice la Relación (Relación de Michoacán). Las crónicas, en cambio, los incluyen en el mito de las siete cuevas o Chicomóstoc, bien sea considerado éste como lugar de origen de los indios (versión primitiva) o como lugar de mero tránsito (versión retocada). Y como se incluye a los tarascos entre los mexicanos, se refiere luego un pintoresco episodio para explicar cómo los tarascos cambiaron de lengua y de indumentaria respecto a los mexicanos…"11

A su vez, el maestro José Corona Núñez nos dice: "Sobre los tarascos arqueológicos, los pretarascos, se asientan los tarascos modernos, hombres procedentes de Sudamérica, según lo muestra su idioma y su cultura, que llegan a través de la península de Yucatán, atravesando el brazo del mar de Campeche y desembarcando en Chalchicueyecan, la residencia de la señora que poseía enaguas preciosas, deidad de las aguas de la tierra, nombre antiguo del puerto de Veracruz colocado antes en el lugar llamado ahora La Antigua. Esto se desprende del Lienzo de Jucutacato y de las raíces del tarasco encontradas en el idioma maya (Swadesh). Permanecen bastante tiempo en la provincia de Zempoala como lo testifican las pirámides tipo yácatas de Tzintzuntzan construidas en la periferia del centro ceremonial de Zempoala, en Oceloapan, Veracruz, y sigue su trayectoria hasta la ciudad de Tenochtitlan, Tula, Hidalgo y Calixtlahuacan, México, hasta penetrar en

Bravo, Ugarte José. Historia Sucinta de Michoacán. Ed. Jus, México. 1962, tomo I (III), p. 52. 11

15


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Michoacán. Allí llegan aliados a los nonocalcas que traían como jefe a Tlaltenchicatl: "el anciano de la costa" que muere en Tzacapu".12

Por último, sobre el origen de los tarascos, el Dr. Nicolás León abunda: "Las vagas tradiciones que recogieron los cronistas primitivos y algunas referencias de la Relación (Relación de Michoacán), nos hacen saber que a la llegada de los chichimecas capitaneados por Hireticatame, al centro del país de Michoacán, ya había en él pueblos de lenguas y costumbres diversas de la de los invasores. Ocupándose el cronista La Rea de este punto, dice terminantemente: Algunas relaciones he tenido de personas prácticas que comunicaron a algunos indios muy antiguos, que estos tarascos descendieron de los tecos. Aunque en esto hay equivocación notable, haciendo descender inmediatamente a los tarascos de los tecos, encierra, no obstante, un precioso dato el citado texto, y es el de indicarnos que éstos fueron los inmediatos predecesores de aquéllos en el país que más tarde ocuparon y dominaron. Importa averiguar quiénes hayan sido estos tecos y su aproximación o alejamiento de los tarascos de la época proto-hispana".13

Así pues, las diversas opiniones existentes respecto al origen de los primeros pobladores michoacanos, presentan aportaciones personales e ideológicas que crean un sentido polémico. Sin embargo, para la arqueología de nuestros días se da por descontado la existencia de relaciones comerciales entre las diversas etnias que habitaron no sólo Mesoamérica, sino incluso con las etnias que poblaron Sudamérica. En efecto, las características culturales que presentan los centros poblacionales que se asentaron en el norte, sur y costa de Perú, (cultura kotosh; Chavín, Chimu y Nazca), presentan similitudes con nuestra cultura madre, la Olmeca y con la cultura Corona, Núñez José. Notas sobre la Historia Prehispánica del Occidente de México (Mimeografiado). Escuela de Historia UMSNH. Morelia, 1978, pp. 5-6. 13 León, Nicolás, Noticias para la Historia Primitiva y Conquista de Michoacán, Ed. Interamericana "Antonio Arriaga Ochoa", Imprenta del Museo Nacional, 1904, p. 13. 12

16


VILLAMAR

Tarasca o Purépecha: modos de vida y de producir, deidades; formas de gobierno; de arquitectura; de medicina; de métodos de traslado de grandes bloques de basalto y otros más. Estas similitudes a que nos referimos y que generó polémica a raíz de las hipótesis del doctor Nicolás León y don Edmundo Ruiz, primeramente, y posteriormente por José Corona Núñez, Eduardo Noguera; Kauffman; el lingüista Swadesh e incluso Román Piña Chan, sobre el origen de los Purépechas o Tarascos, se ha venido dilucidando a través de las recientes excavaciones arqueológicas y periodizaciones que se han realizado en los últimos años en Chavín de Huaraz, del departamento de Ancash en Perú. Según la autorizada opinión del doctor Hernán Amat Olazábal, director de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de San Marcos, de Lima, Perú y quien realizó trabajos de excavaciones en el centro ceremonial de Chavín por los años de 1966 a 1972, dice que "La cultura Chavín puede ser ubicada en su periodo formativo sobre 1,200 a 1,100 años antes de Cristo, en tanto que el periodo formativo de las culturas superiores de la época prehispánica en Mesoamérica se da por el 1,500 a. C. Por otro lado, la cultura Kotosh —antecedente inmediato de la Cultura Chavín— se periodiza sobre 2,500 años a. C… …Lo que no podemos negar —afirma el catedrático— son las migraciones de carácter comercial, dado que hemos encontrado influencias de la Cultura Chavín en el norte del continente, sobre todo en Ecuador y Colombia".14

Estas peregrinaciones o migraciones pudieron haber creado procesos de aculturización que a falta de escritura, han devenido en teorías e hipótesis, que los arqueólogos, etnólogos y antropólogos no sólo han soslayado, sino que se han convertido en un verdadero rompecabezas. Recordemos que para el año de 1,500 a. de C., se fechan los hallazgos arqueológicos encontrados en "El Opeño", distante apenas 30 kilómetros de Villamar. Amat, Olazábal Hernán. Entrevista Personal, Lima, Perú, 5 de agosto de 2002. 14

17


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Guarachita, hoy Villamar, es uno de esos casos. Nominativamente se traduce del tarasco o purépecha, pero tuvo asentamientos teotihuacanos, chichimecas, aztecas y tecos, tal y como lo demuestran los pocos restos arqueológicos que ahí se han encontrado y se han podido conservar. Sus actividades productivas también reflejan esos asentamientos: se han localizado huesos de ciervo o venado muy parecidos a los utilizados en la textilería andina; percutores y metates de piedra; figurillas de cerámica tipo mazapán, características de los toltecas; caracoles ceremoniales o pututos, a los que Corona Núñez simboliza "como espiral y que representan la palabra que sale de la boca de los personajes en los códices, especialmente de los Tlatoani, señores que hablan seguramente en representación de sus dioses en la cultura nahua y que en tarasco se dice Uandácuare y que significa el que habla, el que manda, el que ordena".15 Los pobladores guarachiteños son los mismos que se asentaron desde las inmediaciones de la cañada de los once pueblos hacia el poniente: "En tiempos muy próximos al descubrimiento colombino, los tarascos tenían a los Tecos por sus fronteras de oriente, poniente y nordeste, y los que en el centro de la región quedaron después de la expansión tarasca, se asimilaron con ellos".16

Este proceso de aculturización dio como resultado que entre los diversos grupos de la región existieran relaciones de índole varia, prueba de ello es que: "Los habitantes encontraron que el cuerno de venado y el hueso resultaban muy útiles para diseñar diversas clases de utensilios, tales como percutores para trabajar la obsidiana, punzones para la perforación de pieles y para ayudar en el tejido de canastas… algunos ornamentos toscos de concha hechos de especies". Corona, Núñez José. Historia de los antiguos habitantes de Michoacán. Desde sus orígenes hasta la conquista española. Ed. Balsal. Morelia, Mich. 1988, p. 21. 16 León, Nicolás, Op. cit., p. 14. 15

18


VILLAMAR

En las gráficas podemos observar punzones, percutores, hachas e instrumentos de granear, así como caracoles marinos, vasijas trípodes ofrendatorias y cuentas de collares. Todo este material fue encontrado hacia el norte de la cabecera municipal en lo que parece ser tumbas de personajes principales. Cabría hacer la aclaración que cuando la laguna de Chapala se desbordaba, por la fuerza con que lo hacía, cambió el acomodo de las capas estratigráficas, por lo que quienes nacieron en las primeras dos o tres décadas del siglo XX, recuerdan que en la superficie de los terrenos del Ulerio y donde actualmente se localiza La Alberca y Los Negritos, se encontraban cantidades de material arqueológico, las que suponiendo sin ningún valor, fueron utilizadas para jugar en múltiples ocasiones, como blanco para mejorar la puntería de los infantes de aquellos años. Hoy, según fuentes orales, en el centro mismo de la población cuando se han realizado trabajos de pavimentación e introducción del sistema de drenaje y de la red de agua potable, se han encontrado vestigios arqueológicos. GUARACHITA EN LA CONQUISTA Después que los hombres al mando de Hernán Cortés redujeron la oposición tenochca el 13 de agosto de 1521, los españoles se apresuraron a confirmar las informaciones recibidas por los mexicas, iniciando un proceso de expansión hacia las tierras del occidente mexicano, ocupadas éstas por el imperio tarasco y el señorío de Colima. Dichas tentativas se iniciaron por el oriente michoacano (Taximaroa), lugar de entrada al imperio michuaque y de allí llegar a la capital, Tzintzuntzan, donde destruyeron los ídolos que se encontraban en el centro ceremonial conocido como yácatas; de allí salen a tierras más occidentales: Tzacapu, Chilchota, Vrgato, Tziróndaro, Chavynda, Cindagualo, Guaraqueo y hacia los Estados de lo que ahora es Jalisco y Colima. Es fácil imaginarnos el temor que los pobladores de estas regiones sintieron a la llegada de los conquistadores; unos, presurosos llevaron rodelas de oro y plata y otros prefirieron huir hacia lo intrincado de las montañas o sierras de 19


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

la región. Este temor estaba bien fundado, ya que las informaciones llegadas del imperio mexicano, hablaban de la destrucción en que había quedado éste. Gracias a este primer viaje de los españoles se conoció la región y es el antecedente más remoto de los primeros procesos de explotación. "La Relación de las ceremonias y ritos y población y gobierno de los indios de la Provincia de Michoacán" nos ilustra cómo los michoaques previeron, enfrentaron y sufrieron el proceso de conquista, explotación, evangelización y aculturación. Así por ejemplo, el capítulo XIX, de la tercera parte de la Relación de Michoacán: De los agüeros que tuvo esta gente y sueños, antes que viniesen los españoles a esta provincia, nos narra: "Dice esta gente que antes que viniesen los españoles a la tierra, cuatro años continuos, se les hundían sus cúes, desde lo alto hasta lo bajo, y que lo(s) tornaban a cerrar, y luego se tornaba(n) a hender, y caían piedras como estaba hechos de laxas sus cúes, y no sabían la causa de esto, mas de que lo tenían por agüero. Asimismo dicen que vieron dos grandes cometas en el cielo, y pensaban que sus dioses habían de conquistar o destruir algún pueblo, y que ellos habían de ir a destruille, y miraba esta gente mucho en sueños, y hacían todo lo que soñaban, y hacíanlo saber al sacerdote mayor, y aquél se lo hacía saber al cazonci…"17

Si bien es cierto que La Relación de Michoacán data de 1541 y en ella encontramos mitos, también es cierto que recupera parte fundamental de la historia de la conquista española. Así pues, el avance de los españoles en Michoacán y el regreso de Cristóbal de Olid a la ciudad de México-Tenochtitlan, don Hernán Cortés comisionó a don Antonio de Carvajal a que visitara esta región por los años de 1523-1524. Tanto Cristóbal de Olid como el visitador Carvajal, aparte de levantar medianamente un censo de poblaciones indígenas, se dedicaron a destruir cuantas manifestaciones religiosas prehispánicas encontraron a su paso.

Relación de las ceremonias y ritos y población y gobierno de los indios de la provincia de Michoacán, 1541. Ed. Balsal. Morelia, Mich., 1977, p. 231. 17

20


VILLAMAR

Con la información proporcionada por el visitador Antonio de Carvajal, Hernán Cortés empezó la distribución de los pueblos indígenas entre sus gentes de confianza, "los comienzos de la explotación española de Michoacán en forma sistemática ocurrieron en el verano de 1524, cuando Carvajal regresó de Michoacán y Cortés distribuyó los pueblos del reino tarasco, como encomienda entre sus seguidores".18 Cortés asumió la responsabilidad de los primeros repartimientos, sobre todo con fines políticos, dado que su posición de líder quedó muchas veces rebasada como consecuencia de sus problemas dejados en Cuba con Diego de Velázquez y Pánfilo de Narváez, éste, mandado por el primero para que apresara y sometiera a su autoridad a Cortés; sin embargo, el intento fue fallido y Cortés pudo capear el temporal, aunque posteriormente estos repartimientos tuvieron ajustes desde la metrópoli y en función de los requerimientos por servicios que hicieron directamente a la corona la mayoría de los soldados que participaron con Cortés en la conquista. Benedict Warren nos presenta una visión plural de lo que significó la encomienda en los inicios de lo que conocemos como el periodo colonial: "El desarrollo del sistema de encomiendas es uno de los aspectos más complejos de la primera década de dominio español en Michoacán por varias razones: el gran número de individuos envueltos en ello, el conflicto básico y no resuelto entre los sistemas políticos y económicos de Tarascos y Españoles, y los variados y contradictorios intereses políticos. Estos intereses políticos incluían las del liderazgo imperial tarasco, las de los jefes locales a nivel de pueblo, las de los primeros conquistadores-encomenderos, posteriormente las de los colonos españoles, las del liderazgo político español en la ciudad de México y las de la monarquía española en Europa".19

Independientemente de la excelente apreciación de Warren, podemos abundar en el comentario. Si bien es cierto que la estructura de la Warren, J. Benedict. La Conquista de Michoacán. 1521-1530. Ed. FimaxPublicistas, Morelia, Mich. 1977. 19 Ídem, p. 215. 18

21


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

propiedad de la tierra en la época prehispánica respondía a criterios teocéntricos, también es cierto que la propiedad ya estatuía prestigio a quienes la poseían, sobre todo por el usufructo del tributo y más tratándose de un pueblo como el purépecha o tarasco, el cual fincaba su poderío en la expansión de conquistas terrenales y en el gozo del pago de tributo de los pueblos conquistados. Si bien es cierto que la encomienda suplió, en cierta forma, la estructura piramidal que los estados prehispánicos habían formado en cuanto a la posesión de la tierra; este fenómeno vino, también, a agudizar las diferencias existentes entre los pueblos que habitaban este rumbo de Michoacán. A la lejanía de los años, sólo podemos percibir y fundamentar a través de diversas fuentes escritas, los indígenas que deseaban servir a los españoles y los que no deseaban servir y huían, alejándose de los núcleos de población que iban formando los españoles y que tiempo después fueron integrados de diversas maneras —de entre ellas sobresale la evangelización— a la explotación y servidumbre española. GUARACHA: REPARTIDA DOS VECES "El pueblo de Sahuayo y las vecinas tierras bajas y cenagosas de Caro, Guarachan, Pajoacaran, Chaparaco y Jacona, fueron dadas en encomienda, por Cortés mismo, el 24 de agosto de 1524 a Juan de Albornoz".20 Es decir, que en cuanto Cortés supo de la existencia de los pueblos ribereños de inmediato inició el reparto, aunque rápidamente haya cambiado de opinión, ya que en la Tasación levantada por el bachiller Ortega aparece en la tierra michoacana con el número 40, la encomienda de Gonzalo de Sandoval: "Sandoval, Gonzalo, Guaracha, Sahuayo y Jacona". Sólo se da el apellido y uno puede fácilmente pensar que la referencia es a Juan de Sandoval, quien actuó como testigo en las actas de la Tasación Ortega el 31 de abril (1º de mayo de 1528), y que fue representante de Diego Hurtado en Taimeo. Pero, de hecho, el encomendero en ese tiempo era el más Archivo General de Indias. Justicia. Leg. 123. Núm. 1. Citado por Luis González y González. Sahuayo. Monografía Municipal. Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, Mich., 1979, p. 52. 20

22


VILLAMAR

famoso primo de Juan, Gonzalo de Sandoval, como se aclara: "La ciudad de México, con el veedor, Pedro Almíndez de Chirino, sobre el derecho a la mitad del pueblo de Jacona, 1536."21 Lo sucedido en la repartición guarachiteña se debió al falso rumor de que Cortés había muerto en su reconocimiento a las Hibueras y de que pensándolo bien, Gonzalo de Sandoval sería mejor encomendero que De Albornoz, fundamentándose Cortés en que Gonzalo de Sandoval había luchado junto a él en forma por demás fiera en la toma de Tenochtitlan, además de que mediante este hecho, Cortés legitimaba su poderío que desde 1519 los componentes de su expedición le habían otorgado en Veracruz y posteriormente se lo había ratificado Carlos V. He aquí el hecho: "Después de que Salazar y Chirinos declararon oficialmente a Cortés muerto, así como a sus seguidores, enviaron a Francisco de Orduña a visitar las provincias de Colima, Zacatula y Michoacán para redistribuir las encomiendas. Orduña le dio a Jorge Carrillo, vecino de Colima, la parte de la provincia de Ávalos que tocaba a Juan de Ávalos. Cortés, después de su regreso anuló todas las mercedes de encomienda hechas por Salazar y Chirinos. Al parecer Cortés no redistribuyó esta parte de la provincia de Ávalos antes de la llegada de Ponce de León, y posteriormente fue tomada por la corona española".22

Como quiera que haya sido, el reparto de Guarachita fue un hecho consumado en base no sólo del hecho, sino de violencia, tal como lo estipula la Tasación Ortega de que los indios de Guaracha y Sahuayo no querían servir. La negativa parece deberse al trato que los españoles dieron a los indígenas de esta región, a quienes consideraban salvajes. Comparativamente, otro de los pueblos encomendados al mismo Gonzalo de Sandoval, se portaba maravillosamente y enviaba "trescientas cargas de maíz y frijol, diez cargas de ají y diez cargas de sal, puestas en las minas". 23 Es decir, los jaconenses no sólo tributaban, sino que mandaban el tributo al Warren, Op. cit., pp. 226-227. Ídem, pp. 219-220. 23 Ídem, p. 223. 21

22

23


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

mismo sitio en que se necesitaba, cada veinte días como se acordó en los primeros tratos con los encomenderos. Aunque posteriormente y a la sabia decisión del naguatato Esanci Acucecarit (jefe indígena de esta región) "el pueblo de Coraynzanguayan, Guarachan y Cabayo, que son de Sandoval, no quieren servir; fueles dicho el mismo apercibimiento, los cuales dijeron que sí lo harán".24 Y es que los indígenas no estaban equivocados, sabían que el servir a los españoles les significaba llevar las cargas que les especificaba el tributo, hasta las minas de Tamazula, Tuxpan, Amula y Zapotlán, e incluso hasta la región de motines. Aunque posteriormente la legislación novohispana, en un acto humanitario, y derivado de que los indios eran gente de razón, decidió que los cargadores de bastimentos podrían caminar cargando sólo hasta cuarenta leguas. A pesar de la oposición de los guarachiteños, los métodos empleados por los conquistadores fueron más que convincentes y quedaron sujetos a la encomienda de la familia Sandoval. Incluso, dados los constantes ataques chichimecas, los españoles amenazan con enviar a esta región al sanguinario Nuño de Guzmán, de quien los habitantes de la región de Chapala ya conocían por informaciones llegadas con anterioridad. Por otra parte, esta misma región causó sorpresa por su belleza y la potencial riqueza que los conquistadores avizoraron en ella, según Beaumont: "La laguna, que algunos nombran Mar de Chapala, situada en el territorio de los pueblos de Ávalos, tiene más de cincuenta leguas de box, y de ancho por la parte del norte, ya de ocho ya de diez leguas, y por la parte del sur, tres, cinco y seis leguas. Sus aguas son dulces y la abundancia de pescado bagre y blanco, copiosa. Entranle por medio del río grande, y se deja conocer en muchas leguas la diferencia de las aguas en tiempo de lluvias, porque corren las del río turbias, haciendo líneas y las de la laguna, es que están quietas, claras y serenas. Saliendo de la laguna este caudaloso río forma un salto de muchos estados, que hacen horroroso a la vista el precipicio,

24

Ídem. 24


VILLAMAR y corre después muchas leguas por la tierra de la Nueva Galicia hasta ir a dar al mar del sur".25

Y no sólo aguas, sino toda una llanura que se utilizaría para la cría de diferentes tipos de ganado: "A la parte norte de este obispado, hacia la frontera de la nación de los indios chichimecas se cría ganado silvestre y fina, beneficiada".26

En el mapa que se adjunta se observa delimitado lo que fue el reino michoacano con sus limitantes con el imperio mexicano, los pueblos chichimecas y el océano pacífico, tal como lo encontraron los primeros franciscanos que llegaron a Michoacán. Ya encomendadas estas tierras a Gonzalo de Sandoval, nos asalta la duda de si haya conocido o en verdad le hayan interesado las tierras de su encomienda, dado que confirió poder particular para que uno de sus criados fuera el calpixque o administrador general: "Poder conferido por Gonzalo de Sandoval, encomendero, vecino de Tenochtitlan, a su criado Serván Bejarano, para que pueda tener y administrar su casa, haciendas, esclavos, los pueblos de indios que tiene encomendados, los ganados de vaca, puercos y ovejas, y echar a coger oro a los esclavos. En su nombre, recibiría y cobraría del oro, la plata, los esclavos y la ropa, el maíz y las demás cosas que los naturales de los pueblos que le estaban encomendados le fueran obligados a dar como tributos; podría pedir, que fuesen herrados cualesquiera esclavo suyo. Y podría hacer campañas y partidos con los mantenimientos de su pueblo y con sus esclavos".27 Beaumont, Pablo. Crónica de Michoacán. Tomo II, pp. 64 ss. Citado por Nicolás León en Noticias para la historia primitiva y Conquista de Michoacán. 26 Vázquez de Espinoza, Fray Antonio. Descripción de la Nueva España en el siglo XVII, y otros documentos del siglo XVIII. Ed. Patria, México, 1944, p. 140. 27 Protocolo de Archivos de Notarías, III. 116; 1º de febrero de 1528, citado por José Miranda en "La Función Económica del encomendero en los orígenes del régimen colonial. 1525-1531". Instituto de Investigaciones Históricas. UNAM, México, 1965, p. 41. 25

25


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Este tipo de poderes fue bastante usual en el tiempo de la colonia, puesto que los encomenderos prefirieron asentarse en la ciudad de México por razones de carácter económico, ya que los pueblos que les fueron encomendados se regían por una economía natural y no sabían de las necesidades monetarias, alimenticias o de vestido de los españoles. En el mismo año de 1528, Gonzalo de Sandoval falleció en España, heredando su encomienda a Juan de Sandoval su primo. Así, en el trajinar de españoles por este rumbo aparecen: LOS MISIONEROS Al reconocimiento de estas tierras por los conquistadores, les siguió la visita hecha por misioneros que venían a evangelizar a los indígenas: "Los religiosos franciscanos establecieron en esta localidad (Jiquilpan) una doctrina por los años de 1530 a 1540, permaneciendo hasta el año de 1598 en que parece se erigió en curato."28

Los franciscanos parecen llegan a esta región por los viejos caminos de a pie, atravesando cerros y vadeando ríos, de Tarecuato a Jiquilpan, pasando por el cerro de Charapuato y las encomiendas del Paso, San Ángel, Los Granados, Jaripo y el Aguate, para posteriormente regresar por Totolán, Guaracha y Guarachita, haciéndoles saber a los poquísimos habitantes de estas regiones de la doctrina establecida en Jiquilpan. Los sitios antes mencionados contaban con muy poca población, quizá como apunté anteriormente debido a la crueldad con que se portaron los españoles en los primeros años de la conquista. Pueblos enteros desaparecieron, otros vieron reducida su población debido a que infinidad de indígenas fueron llevados por la fuerza a servir a las

Sánchez, Ramón. Bosquejo Estadístico e Histórico del Distrito de Jiquilpan de Juárez. Morelia, 1986. Imprenta de la Escuela Industrial Porfirio Díaz, p. 15. 28

26


VILLAMAR

minas o en menesteres asignados por los españoles y otros más huyeron hacia las zonas montañosas o serranas de nuestra entidad. En cuanto al establecimiento de iglesias, la de Jiquilpan es la de mayor antigüedad por esta región: además, en la tercera y cuarta década del siglo XVI los misioneros llegados de España eran todavía pocos y no podían fundar iglesias con todos los servicios en cada asentamiento indígena al que llegaban. Aunque según fray Antonio Tello, "sus colegas fray Martín de Jesús y fray Juan de Padilla, anduvieron en Jiquilpan y Chapala." 29 Incluso el santo "Fray Jacobo Daciano, estuvo muchas veces con los franciscanos de esta localidad." 30 Quien sí estuvo en Jaripo fue fray Pedro de Aguirre, un provincial que oficiaba en esta comunidad del ahora municipio de Villamar y en Tiripitío, así lo indica en una carta a su hermano Martín de Aguirre, enviada de Jaripo a Bilbao el 25 de mayo de 1584: "Señor hermano: En la flota que al presente está en San Juan de Ulúa recibí unas de v.m. escritas de Bilbao, y después recibí otra, su fecha en Madrid, con las cuales recibí mucho contento, y saber de su salud y de la de todos esos señores deudos, plega a Nuestro Señor la conserve, como yo se lo deseo, yo la he tenido y tengo al presente, bendito Dios. Bien entiendo que v.m. y esos señores deudos tienen deseo de verme en esa tierra, y en verdad que tengo yo harto más deseo de estar ya en ello, aunque veo mal aliño de presente, porque estos padres de esta provincia de Michoacán, adonde estos años he residido, me han elegido por provincial de ella, y yo, por la obediencia, no pude dejar de lo aceptar, y, aunque me sentía harto cansado y fatigado de tantos trabajos pasados, me he forzado a andar por esta provincia visitando, y como estas tierras de por otra son apartadas y ásperas, lo paso con harto trabajo. Plega a Nuestro señor Su Majestad Divina se sirva de ello y lo reciba en cuenta de nuestros pecados. En lo que dice de los trabajos de nuestra prima Mari Pérez de Aguirre he recibido la pena que es razón. Yo quisiera tener con qué la poder consolar. V.M., si acaso no ha vuelto a Bilbao, me haga merced de le escribir mis Tello, Fr. Antonio. Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco. Ed. Fronteras, Guadalajara, 1945, t. II, pp. 7-15. 30 Sánchez, Ramón, Op. cit., p. 153. 29

27


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO encomiendas, y que se esfuerce con Dios, Nuestro Señor, y que reciba esos trabajos como venidos de su divina mano. Señor hermano, yo, como antes refiero a v.m., me hallo en esta provincia con esta carga muy trabajado, y lo que más siento es no tener en todas estas partes un deudo en que me consolar, y querer ya ir a esas partes de España, y a v.m. ver, que es excusado deseo, en tanta manera que no lo podría encarecer que v.m. forzase su voluntad de pasar a estas partes y venirme a ver, lo cual sería para mi de mucho alivio y consuelo. Suplico a v.m. por servicio de Dios me haga esta merced y me dé contento, que, venido a v.m. acá, no le faltará en qué ocupar y entretener, sirviendo a Dios, y yo procuraré de que esté en parte a su contento y donde honradamente gane de comer, y esto lo suplico y ruego con todas las veras que puedo, que, pues está en esas partes fuera de su casa y pasa su tiempo, también lo puede pasar acá, y aun quizá yendo lo mejor que por acá. Y queriendo v.m. venir es fácil alcanzar licencia, y con ella puede venir en la primera flota, y, siendo Dios servido, llegado a estas partes a la Veracruz, y de ahí a México, y en la Veracruz Diego de Herrera, mercader, le dará lo que hubiere menester, porque ya está avisado, y en México Juan Pérez de Otalgui o Juan de Landa, que son amigos, le tendrán, hasta que yo sea avisado, en sus casas, y le regalarán, y llegado acá, Dios no nos ha de faltar, y porque ésta no es para más, ceso.

Por (sic) entonces parecieron ser más útiles y necesarias para que los dichos indios pudiesen ser doctrinados. Y lo más importante que les pareció, para que esto se pudiese poner en efecto, fue que se juntasen en pueblos. Y en ellos se hiciesen iglesias, donde hubiese sacerdotes y religiosos que les enseñasen, porque con esto se podía entender en su doctrina y vivirían en concierto y policía, como más largo se contiene en uno de sus capítulos de la dicha congregación, que su tenor es como sigue: La causa principal porque se ha hecho esta congregación y lo que todos más deseamos y oramos a Dios con todo efecto es que estos indios sean bien instruidos y enseñados en las cosas de nuestra santa fe católica y en las humanas y políticas. Y porque para ser verdaderamente cristianos y políticos, como hombres racionales que son, es necesario estar congregados y reducidos en pueblos y no vivan derramados y dispersos por las tierras y montes, por lo cual 28


VILLAMAR son privados de todo beneficio espiritual y temporal, sin poder tener socorro de ningún bien. Su Majestad debería mandar con toda instancia a sus audiencias y gobernadores que entre las cosas que tratan de gobernación que tengan por muy principal ésta, que se congreguen los indios como ellos comúnmente vieren que conviene, con acuerdo de personas de experiencia. Y para que esto haya efecto y ellos sean provocados a congregarse Su Majestad se ha servido de hacerles merced de los tributos y servicios o de buena parte de ellos. Y a los encomenderos mandar lo mismo por el tiempo que tuvieren ocupados en congregarse y poner en orden sus pueblos y repúblicas, pues no se podría hacer sin dificultad y mucho trabajo y costa suya. Y pues todo es enderezado para servicio de Dios Nuestro Señor y salvación y conservación de estas gentes y que consiga el fin que Su Majestad pretende, la congregación suplica lo mande proveer con brevedad, porque se tiene por cierto que de ellos saldrá muy gran fruto, así en la cristiandad como en la policía humana de los indios y se podrá tener más cierta cuenta en el patrimonio de Jesucristo y aun en el servicio y provecho temporal de Su Majestad. Y porque tenemos entendido que para poder ser doctrinados e instruidos los dichos indios es cosa muy importante el reducirlos a pueblos para que en ellos se tenga cuenta con su manera de vida y costumbres y se persuadan al verdadero conocimiento con la suavidad de la doctrina cristiana, os encargamos y mandamos que habiendo el capítulo aquí inserto de la dicha congregación, y todas las demás cédulas nuestras que en esta conformidad se han enviado vais con mucha templanza y moderación poniendo en ejecución la dicha población y doctrina de los indios, con tanta blandura que no pueda causar inconveniente antes sea ocasión para que los que ahora no se pudieren poblar viendo el buen tratamiento y amparo que tuvieren los que se hubieren poblado, vengan después de su voluntad a ello, a los cuales no permitiréis, ni consentiréis se les pongan ningunas imposiciones, ni que sean obligados a pagar más de lo que está ordenado, antes sean amparados y muy bien tratados sin que reciban violencia por la orden referida: lo cual haréis con asistencia e intervención del arzobispo de esta ciudad y parecer suyo; y él, por su parte, y vos por la vuestra procuraréis que esto se ponga en ejecución. Y vos de todo lo que toca a vuestro gobierno, de manera que Dios Nuestro señor sea servido y Nos cumplamos con la

29


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO obligación que como Rey y señor tenemos de procurar el bien y la salvación de las almas de nuestros súbditos."31

En la región guarachiteña o San Miguel Guaracha, el siglo XVI dejó los siguientes recuerdos: muy posiblemente sus contados pobladores observaron con asombro el paso de expediciones conquistadoras hacia el occidente de la Nueva España; otras veces fueron testigos de asentamientos de españoles dispuestos a radicar en Guarachita o en la Estancia de Guaracha o regiones vecinas en el último cuarto de siglo, sobre 1578, fueron actores principalísimos al ser sujetos de que se les repartieran las tierras ejidales a las que tenían derecho toda comunidad indígena. Los guarachiteños testificaron también dos acontecimientos, que aún hoy en día dan de qué hablar, primero, la disminución de la población: "Desde el descubrimiento de México acá se ha ido disminuyendo siempre el número de los indios. A más de los infinitos millares que perecieron en el primer contagio de las viruelas llevado en el año 1520 y en la guerra de los españoles, en la epidemia de 1545 murieron 800,000 y en la de 1576 más de dos millones en sólo las diócesis de México, Puebla, Michoacán y Oaxaca, lo que se sabe por la nota de los muertos de cada parroquia presentada al Virrey".32

Segundo. "Por lo que mira a las fuentes, son tantas las que hay en aquella tierra y de tan diversas calidades, que sería menester formar una historia separada de ellas, especialmente si hubiésemos de comprender las del reino de Michoacán. Hay infinitas aguas minerales, de nitro, de azufre, alumbre, vitriolo y caparrosa, de las cuales algunas nacen hirviendo a borbollones, y tan excesivamente

Solano, Francisco de, Cedulario de Tierras. Compilación de legislación agraria colonial. (1497-1820. Ed. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas. Segunda edición, México, 1991, pp. 250-253). 32 Clavijero, Francisco Javier. Historia Antigua de México. Ed. Porrúa. Colección "Sepan Cuántos", Nº. 29, México, 1974, p. 567. 31

30


VILLAMAR cálidas que en pocos minutos cuecen cualquier fruta o carne de animal".33

En Guarachita, la región geotérmica de los negritos es fiel reproducción de lo que nos dice el Padre Clavijero. Asimismo, sobresalen en este siglo, la tríada de propietarios de la Hacienda de Guaracha y tierras circunvecinas: Juan de Albornoz, Gonzalo de Sandoval y Juan de Sandoval. Aunque también debió ser propietario en este mismo siglo don Alonso de Ávalos, ya que en el primer cuarto del siglo XVII, éste venderá a Don Pedro de Salceda Andrade, siendo ésta la razón más poderosa para que aclaremos la CONFUSIÓN: Que se ha presentado entre Guaracha y Guarachita; entre San Juan Guaracha y San Miguel Guarachita: "Sin mayores distinciones hemos hablado de Guaracha; pero a este punto, es necesario precisar que ese Guarachan, Hualachia o Guaracha corresponde a lo que andando el tiempo, se llamaría pueblo de Guarachita (hoy Villamar) que, todavía en 1631, en la minuta y razón de las doctrinas que ay en este obispado de mechoacán así veneficios de clérigos como guardianías y prioratos de San Francisco y San Agustín con los pueblos y feligreses que cada doctrina tiene, se designa con el nombre de San Miguel Guaracha, a todas luces diferente de la estancia de Guaracha; es decir, de la hacienda de Guaracha que, al crecer económica y territorialmente más que el pueblo tarasco, naturalmente, anterior a la hacienda, se apropiaría, junto con las tierras de los indios de San Miguel, el nombre de Guaracha".34

Generalmente la historia guarachiteña o villamarense ha girado en torno, o bajo las sombras de la hacienda hasta la década de los años cuarentas del siglo veinte. Veamos lo que abunda Heriberto Moreno: 33 34

Ídem, p. 7. Moreno, Heriberto, Op. cit., pp. 75-77. 31


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO "El estado en que se hallaba la jurisdicción de Zamora el año de 1789, ya no deja lugar a dudas. Para entonces, el pueblo de San Miguel Guarachita, era una vicaría del curato de Santiago Sahuayo, y en su territorio se hallan las casas principales de la hacienda nombrada de San Juan Guaracha. La hacienda de San Juan se convirtió en Huaracha y el pueblo de San Miguel se redujo a Guarachita. A lo largo de los siglos, serían los problemas por la tierra y no por el hombre, los que caracterizarían las relaciones entre el pueblo de Guarachita y la hacienda Guaracha".35

Ya aclarada la confusión nominativa, en el plano eclesiástico, Guarachita anduvo como santa la china, de aquí para allá, siendo largo su recorrido: Jacona, Ixtlán, Jiquilpan y Santiago Sahuayo. En el siglo XVI sus cabezas parroquiales fueron: "Según la suma de visitas de 1555, eran sujetos de Jacona los Pueblos de Tangamandapio, Pajacuarán, Ixtlán, Guaracha y Sahuayo. Por 1750, al convertirse Ixtlán en parroquia administrada por clérigos, Sahuayo, Caro, Cojumatlán y Guarachita fueron uncidas a ella".36

Así estuvo Guarachita a lo largo de seis décadas, de 1540 a 1600: poquísimos pobladores, confusión de nombre, permanente búsqueda de cabecera parroquial y sin tierras comunales, para seguir viviendo con pocos cambios en lo que será el siglo XVII. SIGLO XVII Al despuntar el siglo XVII, el entorno guarachiteño se observa asediado por los monopolizadores de tierras de la región chapaleña: Pedro Larios, Alonso de Ávalos, María Delgadillo y Pedro de Salceda Andrade, quien será amo de horca y cuchillo de Guarachita y anexas a lo largo de todo el siglo que enunciamos. De 1600 a 1700, la población colonial tuvo sus altas y sus bajas, según Cook y Simpson, la Ídem, p. 76. González y González, Luis. Sahuayo, Monografía Municipal. Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, 1979, p. 54. 35

36

32


VILLAMAR

población aproximada del centro de México fue en los términos siguientes: "En 1607 la población total era de 2,014.ooo habitantes; para 1650 de 1,500.000 y finalmente en 1700, la población era de 2,000.000".37

Este proceso debió sentirse en el ámbito local, debido fundamentalmente a las enfermedades transmisibles y la escasa atención médica en la época colonial. Es precisamente en los inicios de este siglo cuando la economía novohispana cambia en forma radical, la atención que se había prestado a la ubicación y explotación metalúrgica, poco a poco pierde el interés demostrado en todo el siglo XVI. Los repartimientos de carácter eminentemente feudal iniciados por los soldados de la conquista, tienen en el siglo XVII a convertirse en un proceso económico de mayor apertura, elevando la producción agrícola para abastecer a las ciudades que crecían, poniendo en cultivo áreas que anteriormente estuvieron inactivas. Para comprender en forma global el hecho de los repartimientos y su función económica en la sociedad colonial "Conviene distinguir en la encomienda continental esos dos aspectos: el señorío feudal y el repartimiento capitalista. El beneficio o señorío que se le otorga al encomendero es mucho más limitado que el feudal, pues no incluye derechos jurisdiccionales ni gubernativos, conservando sólo de éste la facultad de percibir tributos y de exigir servicios personales; tampoco implica, por otro lado, la perpetuidad, en cuanto se concede únicamente por tiempo limitado".38

Borah, Woodrow. El Siglo de la Depresión en Nueva España. Ed. ERA, México, D.F., 1982, p. 17. 38 Miranda, José. La función económica del encomendero en los orígenes del régimen colonial, 1521-1525. Instituto de Investigaciones Históricas. Serie Historia, Nº 12, Ed. UNAM, México, 1956, pp. 5-6. 37

33


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Esta estructura económica adquiere en el siglo XVII validez general debido a que, según Francois Chevalier, "cuando en los primeros decenios del siglo XVII la prosperidad minera se derrumbó la tierra vino a ser la única fuente de ingresos, y algunos señores de ganados, a partir de las mercedes originales concedidas a ellos, empezaron a juntar tierras.39 Si bien es cierto que para este siglo Guarachita es todavía un núcleo demasiado pequeño en cuanto a población, empezará a adquirir importancia, no en sí misma, sino a la sombra del núcleo económico más completo de la región, la famosa hacienda de Guaracha. "La hacienda del Monte pasó al sacerdote Alonso de Ávalos que la puso en venta lo antes posible y la vendió en 1625, a un voraz juntatierras en el bolsón de Guaracha, el célebre zamorano don Pedro de Salceda Andrade. Así se formó el conjunto de más de más de cien mil hectáreas, donde había tierras de labor, pastizales y montes, al que se nombraría por siglos: Hacienda de Guaracha.40

La influencia de esta unidad económica fue abrumadora para toda la región, así se tratara del norte, sur, oriente o poniente de la hacienda. Sus dueños viviendo en Zamora, se aseguraban de la explotación de la misma nombrando administradores duros con los peones y leales con los patrones. Su expansión llegó a lo que ahora es el municipio de Tingüindín por el sur; por el norte Pajacuarán compartió la dinámica impuesta por la familia Salceda Andrade; hacia el oriente Chavinda no pudo sustraerse al encanto e incluso las localidades grandes del poniente, como Jiquilpan y Sahuayo, de alguna forma participaron del trabajo, que no de las riquezas de la hacienda. Los repartimientos alrededor de Guaracha, sirvieron más tarde de comparsa al eje económico de la región: "Alonso Muñoz recibió una estancia para agostadero de ganado menor en términos de Jaripo por encima de una llanada, donde los González y González, Luis. Sahuayo, Monografía Municipal. Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, 1975, p. 57. 40 Ibíd., pp. 5-57. 39

34


VILLAMAR naturales siembran sus sementaras de maíz; Luis Sánchez de Espinoza que le vende a Luis Lomelín, un sitio que llaman Tarimoro; el bachiller Álvarez Corona las haciendas de Sindio y San Antonio y Alonso de Hoyo y Bonilla, un sitio de ganado menor y dos caballerías en el llano de Jaripo a un arroyo que por ahí pasa. Alonso de Figueroa, por su parte, obtuvo cinco suertes de tierra, algo así como cincuenta hectáreas, a la otra banda del arroyo que llaman de los Guayabos, abajo del Coyacho.41

La unificación geográfica de los anteriores repartimientos corresponde a lo que ahora es el municipio de Villamar, municipio y cabecera municipal ignorados a lo largo del periodo colonial, de la independencia, de la reforma y de la revolución. Sobresale en forma exclusiva la implantación de una vicaría en Guarachita, dependiente del curato de Santiago Sahuayo a partir del siglo XVIII. El 26 de mayo de 1621, según la Serie de Indios, volumen 9, expediente 318, foja 156, del Archivo General de la Nación, se abunda sobre las ordenanzas respecto a Jaripo: "Para que no se haga novedad en lo relativo a que los indios de Jaripo sean administrados por los religiosos de San Agustín del pueblo de Jacona". El apunte de la ordenanza es ilustrativa, por una parte del crecimiento del entorno guarachiteño y por la otra del conflicto existente entre franciscanos y agustinos ya que el voto de pobreza efectivamente llevado a cabo por los primeros era incompatible con el de los agustinos que entre sus preferencias estaba el considerar las haciendas rurales como el mejor medio para sostener sus iglesias y misiones. Una rápida visión a un mapa de establecimiento de vicarías, guardianías, conventos y parroquias nos dejaría ver que los mejores espacios del centro de Michoacán y de la cuenca del Lerma fueron ocupados por el clero regular, mientras que los lugares más inhóspitos, como los reales de minas y de Tierra Caliente, quedaron reservados al clero secular. Las formas de evangelizar de las diferentes ordenanzas monásticas asentadas en la Nueva España, así como la manera de apropiarse de las tierras y de la fuerza de trabajo de los indígenas; Ochoa, Álvaro. Jiquilpan, Monografía Municipal del Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, 1975, p. 43. 41

35


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

además de la estrecha relación entre iglesia y hacendados fueron la causa que motivó al propio Rey de España a enviar la siguiente cédula al Virrey Luis de Velasco: "Real Cédula al Virrey de la Nueva España para que informe de los inconvenientes que proceden del incremento de los bienes raíces en poder de las órdenes religiosas". EL REY. Marqués de Salinas, mi virrey, gobernador y capitán general de las provincias de la Nueva España. He sido informado que las religiones de ese distrito están tan acrecentadas de bienes raíces, casas, tierras y en otras haciendas, que tienen más de la tercia parte de todas las que hay, adquiridas en ocasión de capellanías y mandas y con título de profesión de religiosos y herencias y por compras que hacen, que convenía que en esto hubiese limitación por los inconvenientes que se pueden seguir y que se van experimentando en daño de los dos novenos que me pertenecen en los diezmos y de las iglesias catedrales y parroquiales que es justo tengan renta equivalente, porque las religiones en virtud de los privilegios que tienen de no pagar diezmos se exceden de pagar los de las dichas heredades, sin embargo que antes que se vendiesen a las religiones pagaban diezmo y que conforme a derecho las tierras decimales o viñas de que antes se pagaban el diezmo a las iglesias, no se pueden excusar de pagarle por cualquier título de que entren en los monasterios, colegios, conventos y que sería necesario sacar breve de su Santidad para que en ese reino se guarde y observe la disposición del capítulo Nuper de decimis, sin embargo de cualesquier gracias o privilegios en contrario dados y que de las causas que esto tocare conozca el ordinario eclesiástico sacando breve particular para esto y sobre los pleitos que nacen cada día con las dichas religiones sobre acciones reales de cualesquier fundos o de petición de herencia o legado o cosa que sea dependiente de contratos de legos, así respecto de todo género de personas que les piden, como de unos religiosos con otros, en que los súbditos padecen mucho y pierden su justicia, por no tener juez sin sospecha ante quien litigar, pues el superior de la religión ante quien los han de hacer es la misma parte, y que en este breve se cometa el de 36


VILLAMAR conocimiento de semejantes causas al ordinario eclesiástico, para que conozca de la manera que se pide a los clérigos ante su juez sin que en esto haya diferencia. Y porque quiero saber lo que cerca de todo lo susodicho hay y pasa y si es así que las religiones de ese distrito se van aumentando en bienes raíces de la manera que aquí se advierte y los inconvenientes que de ello se siguen o se pueden seguir y qué daño reciben las iglesias en no cobrar el diezmo de las tales haciendas y así convendrá sacar breve de su santidad, para que la paguen las que han acostumbrado a diezmar antes que viniesen a poder de las religiones, y para que los ordinarios conozcan de los negocios y causas de religiosos sobre herencias o legados, así respecto de contratos con legos como unos religiosos que con otros o si esto tiene algunos inconvenientes y por qué razón, y lo que sobre todo convendrá proveer y ordenar, os mando que habiéndolo mirado y considerado muy bien, me enviéis relación sobre todo con vuestro parecer". 42

En el informe inédito de beneficios, pueblos y lenguas, se da cuenta de lo que existe en la región guarachiteña, aparece al margen: "De este beneficio sólo el pueblo de Guaracha es de tarascos, todos los demás son mexicanos. San Miguel Guaracha tiene de cuenta veinte vecinos tarascos. El hospital de Guaracha de Juan de Salceda Andrade está poblada con yeguas de cría de mulas, y vacas; coge (doscientas o trescientas) mil fanegas de maíz. La estancia de Sindio de Garcialvarez Corona tiene yeguas de burros y vacas y tiene una quesería. En esta estancia está Garcialvarez, el mozo, tiene cantidad de yeguas de burros algunas vacas".43

Según el padrón de Ixtlán existente en el archivo Manuel Castañeda de Morelia, en el Censo de 1683, Guarachita como parte de ese curato, da cuenta de los vecinos existentes. Tal y como se estilaba por Encinas, T. 4, p. 272. Publicada por González de Cosío, pp. 215-217" (Solano, Francisco de. Cedulario de Tierras. Compilación de legislación agraria colonial. (1497-1820). Ed. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas. Segunda edición, México, 1991. Pp . 304-306. 43 López Lara, Ramón. El Obispado de Michoacán en el Siglo XVII. Ed. Fimax Publicistas, Morelia, Mich., pp. 106-108. 42

37


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

aquellos tiempos, primero se mencionan los casados; posteriormente los solteros; después las solteras y para finalizar los de la doctrina y las mujeres de la doctrina. Poco más de veinte matrimonios son censados; dos solteros; cuatro solteras; siete varones los de las doctrinas y 9 mujeres. Los matrimonios son: Miguel Sebastián y Ana María; Sebastián Fabián y María Hernández; Juan Corona y Paula Ana; Diego Hernández y Micaela María; Juan Jacobo y Nicolasa Beatriz; Francisco Jerónimo y María Cristina; Andrés Martín y Felipa Ysabel; Juan Esquibel y María Francisca; Fabián Sebastián y Francisca Peón; Manuel Vicente y Ana Julia; Pedro Juan y Francisca Hernández; Marcos Pablo y Teresa de la Cruz; Domingo Sánchez y Juana de la Cruz; Juan López y Luisa María; Andrés Jacobo y María Ana; Juan Francisco y Francisca María; Miguel Isidro y Leonor de la Cruz; Nicolás Anaya y Clara Angelina; Felipe de los Reyes y Francisca Hernández; Nicolás Martín y Pascuala María; Juan Rodríguez e Ysabel Angelina y Lorenzo Garzia y Manuela de la Cruz. Los solteros eran: Pedro García y Melchor López y las solteras eran: María Berónica, Catalina, Catalina Francisca y Magdalena María. Los de las Doctrinas que aparecen anotados son: Pedro Miguel, Miguel Sebastián, Pedro Alexandre, Alonso Hernández; Francisco Santiago; Martín López y Francisco Sebastián. En tanto que las mujeres de la Doctrina censadas son: Teresa Rosa, María Magdalena, Leonor Martha, María Luysa, Francisca Luzía, María Mendoza, Isavel Gómez, Ana María y Melchora de la Cruz. Las comunidades más importantes del municipio actual adquieren prestigio desde este siglo: Xaripo, Guaracha (hoy Emiliano Zapata), San Antonio, El Platanal, La Zábila, El Guayabo y algunos otros que desaparecieron o cambiaron de nombre. Entre el 5 de marzo de 1629 y el 30 de marzo de 1635, las quejas en contra de la voracidad de los españoles por las tierras y la fuerza de trabajo indígena es manifiesta, al grado de que el virrey tiene que enviar cédulas y ordenanzas para que se hagan cumplir las leyes. De acuerdo a los Volúmenes 10, expediente 60, foja 28. El volumen 12, expediente 200, foja 124 y del Ramo de Indios del Archivo General de 38


VILLAMAR

la Nación: El 5 de marzo de 1629 se emite un primer llamado de atención: "Para que los jueces repartidores de Michoacán no permitan que vayan alguaciles españoles por los indios y castiguen a los que han hecho agravios a los naturales". Seis años más tarde, el Virrey es más imperativo "Para que la justicia de Michoacán haga cumplir la real cédula y mandamiento inserto, relativa a que los naturales sean amparados en las tierras que se les repartieron y dieron en las congregaciones, sin perjuicio de terceros". Los dos mandamientos anteriores, jamás fueron observados por los españoles avecindados en el hoy municipio de Villamar; contrariamente, la monopolización de las tierras pertenecientes a los indígenas era cada vez mayor. Los métodos para apropiarse de las tierras comunales eran diversos, así nos lo ilustra el maestro Felipe Castro Gutiérrez en su ensayo Indeseables e indispensables: los vecinos españoles, mestizos y mulatos en los pueblos de indios de Michoacán. "Un caso extremo es el de Jiquilpan, donde los vecinos llegaron a ser tan numerosos que prácticamente ocupaban todas las 600 varas por cada viento que por real disposición pertenecían a los naturales de cada pueblo (fundo legal o tierras por razón de pueblo). Los indígenas pidieron en 1697 que se les midieran las tierras desde la última casa, a lo que se opusieron exitosamente los propietarios de la cercana hacienda de Guaracha".

En Xaripo y Guaracha existió hospital para mitigar las penurias de indios, mestizos y mulatos, hospitales que sirvieron para que la fuerza de trabajo de los indígenas no se viera reducida: "Para cerrar esta nota sobre las pestes que diezmaban a los naturales, veamos lo que el ilustrísimo señor Rivera escribió de su puño y letra en la foja en que se habla de Santiago Tangamandapeo: Estos hospitales (el de Santiago y el de Xaripo) y el Pueblo de Tangamandapeo están reducidos a tanta cortedad con la mortandad que han padecido, que se ha de procurar cómo hacerlos de nuevo".44

44

Ibid., p. 30. 39


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Los hospitales cumplían con una función específica en la sociedad colonial, eran reguladores de la pecaminosa voracidad de los españoles, ya que con una mano latigueaban a los indígenas y con la otra pagaban los diezmos, parte de los cuales eran dedicados a los hospitales. Desde el siglo XVI la preocupación del monarca por crear hospitales se reflejó en la Cédula del 7 de octubre de 1541 mediante la cual Carlos I estipuló: "A los virreyes, audiencias y gobernadores que con especial cuidado para que en todos los pueblos de españoles e indios de sus provincias y jurisdicciones se funden hospitales donde sean curados los pobres enfermos e exercite la caridad cristiana".45

En cuanto a la parte que los hospitales recibían de los diezmos, "Se ordenó que de los diezmos correspondientes a cada iglesia catedral se sacasen dos partes de cuatro para el pueblo y cabildo y de las otras dos se hicieran nueve partes; de éstas, dos serían para el Rey, tres para la fábrica de la iglesia catedral y hospital; y de los restantes cuatro novenos sea dado el salario de los curas que la erección mandase para que el mayordomo del cabildo haga con ello lo que la erección mandase".46

Es fácil imaginarnos que los hospitales ubicados dentro de lo que ahora es el municipio de Villamar, Xaripo y Guaracha, se enfrentaron a dificultades enormes, dada la escasa participación que les tocaba. Los hospitales, en la colonia, recibían no sólo a enfermos y peregrinos desvalidos, sino que también a todos los pobres que quisiesen estar allí para trabajar en comunidad, con una distribución proporcional de los ingresos, y atendiéndose a la educación de la niñez y al honrado establecimiento de los jóvenes de ambos sexos que quisieran contraer matrimonio. A pesar de que Guarachita perteneció a la Audiencia de México en el aspecto jurídico, al igual que todas las comunidades indígenas, Muriel, Josefina. Hospitales de la Nueva España. T. II. Ed. JUS. México, D.F., 1960, p. 262. 46 Ibid., p. 268. 45

40


VILLAMAR

su población se vio disminuida en forma considerable, siendo evidente que los hospitales funcionaron mientras que los hacendados quisieron. Las audiencias en el siglo XVI conservadoramente se preocuparon por la suerte de los indígenas, sin embargo, los encomenderos no compartieron la preocupación, sino que prohijaron la disminución de la población natural. Poco más tarde "El descuido de los últimos virreyes en lo tocante a la gobernación interior de la colonia, causa fue de que los encomenderos, y sobre todo los frailes y clérigos, exigieron de los indios grandes trabajos personales, echándose en el olvido las humanitarias disposiciones que sobre este punto habían dictado el monarca, el Consejo de Indias y los primeros virreyes. Cada convento fuera de las capitales y cada cura o doctrinero tenía a su servicio multitud de indígenas que asistían allí turnándose por semanas y meses, desempeñando destinos de porteros, cocineros, hortelano y otros".47

En 1640, las autoridades virreinales tienen que volver a insistir ante los desmanes cometidos por los españoles en contra de los indígenas de la región que nos ocupa, continuando con el Ramo de Indios del Archivo General de la Nación, en el Volumen 12, expediente 51, foja 192, leemos lo siguiente: "Al corregidor de Jiquilpan a fin de que guarde y cumpla lo contenido en este mandamiento, en razón que no compelan a los naturales de su jurisdicción a que compren mercaderías a precios muy subidos y contra su voluntad, y el tenor de cédulas y leyes reales que acerca de esto disponen".

En este siglo la población española aumentó en forma considerable debido a las constantes inmigraciones. De los españoles que se asientan en el entorno guarachiteño encontramos los siguientes apellidos:

Riva Palacio, Vicente. México a Través de los Siglos. T. II (V). Ed. Cumbres, México, D.F., 1979, p. 613. 47

41


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO "Zamora, Morales, Sandoval, Martínez, Ochoa, Roxas, Amezcua, Magayón, Barrera, Herrera, Mendoza, Bargas, Mexía, Cayetano, Arceo, Gutiérrez, Garibay, Mora, Sánchez, Godínez, Del Río, Cortés, Villamil, Torres, Duarte".48

Muy pronto estos apellidos se generalizaron debido a la multiplicación de castas, siendo las más generales: españoles, indios, mestizos, mulatos, moriscos. Si bien es cierto que el siglo XVII fue de calamidades para el grueso de la población novohispana, la región de Guarachita parece haber sufrido poco. A inicios del siglo XVII tembló por la erupción del volcán de Colima, en cuanto a la hambruna que se dejó sentir por todos lados sobre la mitad de la centuria y debido a la "escasez de las cosechas y el monopolio que los ricos hacían del maíz, comenzó a ser causa del hambre más espantosa que recuerden los anales de la colonia",49 por estos rumbos la ganadería y el auge que inicia la hacienda de Guaracha mitigaron en buena forma las necesidades planteadas por otros rumbos. La crisis económica por la que atravesó la Nueva España en el siglo XVII y que se tradujo en la hambruna, fue causa de los problemas más inherentes de la minería: "La escasez de azogue, al paso que la exigencia de los impuestos, produjeron la decadencia en la minería y los mineros procuraban compensar esa pérdida excusando el pago del quinto al rey, sobre todo en el oro, haciéndole salir en polvo o en pasta fuera de la Nueva España, unas veces ocultamente y otras cohechando a los oficiales reales".50

A estas alturas, los españoles todavía pretendían encontrar grandes tesoros metalúrgicos, por lo tanto descuidaron los quehaceres agrícolas y ganaderos, causando escasez de granos y carne, con la consabida pérdida de indios y mulatos que fueron los más dañados, aunque esto se tradujo en pérdida de fuerza de trabajo. Archivo Parroquial de Villamar. (APV) Libro I, Siglos XVII y XVIII. Riva Palacio, Vicente, Op. Cit. p. 618. 50 Ibíd., p. 616. 48 49

42


VILLAMAR

Guaracha, la hacienda, capeó el temporal dedicándose a la agricultura y ganadería: "El principal negocio entonces de Guaracha era la ganadería. Hacia 1637 herraba año tras año, sin contar las herraduras de La Palma y de Cojumatlán, de doce a quince mil becerros, cuatrocientas mulas, cuatrocientos potrillos y potrancas, mil ovejas y veinticinco burros. El segundo negocio de las haciendas de Guaracha era la agricultura. Hacia 1637 se cosechaban por cuenta de los patrones mil fanegas de maíz al año. El tercer negocio consistía en el arrendamiento de las tierras de menor calidad a dos o tres docenas de arrendatarios que pagaban cualquier cosa por una fanega de sembradura y unos animales domésticos".51

A pesar de lo ya mencionado, zonas influenciadas por la hacienda sufrieron algunos daños, "Los tres negocios guarachiteños no alcanzaban a beneficiar a la vasta extensión de la hacienda; por su parte occidental, la adquirida de Alonso de Arévalo Delgadillo, permaneció casi ociosa durante el siglo XVII".52 El trabajo de sustitución fue usual en esta región, ya que en este tiempo la agricultura no fue extensiva, grandes cantidades de tierra fueron dedicadas a la ganadería: "La estancia de La Palma, digo de Guaracha, el rodeo de La Palma y Cojumatlán, el de Chavinda, la Estanzuela, la Estancia de San Nicolás, la Estancia de Buenavista, son de Juan de Salceda Andrade, y en ella hierra doce mil becerros, cuatrocientas mulas, (doscientos), cuatrocientos potros y potrancas, cogen trescientas fanegas de maíz".53

En la centuria de 1600 a 1700 la hacienda de Guaracha forjó su poderío que se hizo extensivo hasta el siglo XX y bajo los designios de los Salceda Andrade llegó a estas tierras el

González y González, Luis. Op. cit., p. 58. Ibíd., p. 58. 53 López Lara, Ramón. Op. cit., p. 108 51

52

43


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

ESCLAVO NEGRO Muy posiblemente los asentistas Juan Rodríguez Cutiño, Antonio Rodríguez Levas o Manuel Rodríguez Lamengo, entraron en tratos con los dueños de la hacienda y acomodaron a bastantes esclavos en Guaracha, así, "De manera inusitada la venida del negro esclavo a las llanuras próximas al decaído caserío indígena de Sahuayo, lo que se tradujo en una bendición para los pocos indios sobrevivientes… Por otra parte, los recién venidos detuvieron la despoblación de la zona, pues no se morían tan fácilmente como los naturales y eran poco o nada castos. También le metieron más fuerza que la que podían meterle los indios a las tareas rudas y en general hicieron posible la marcha inicial de una reciente hacienda que será la consorte inseparable de Sahuayo por tres siglos y pico".54

Así se formó, en lo que ahora conocemos como Emiliano Zapata, una población eminentemente mulata: labios prominentes, pelo rizado, pigmentación de piel oscura, musculosos y algunos detalles antropométricos más. Apellidos mulatos como "Rivero, Maravilla, Zambrano, Ochoa, Argüello", 55 y otros más que empezaron a adquirir importancia en el entorno guarachiteño, como en "Punta Grande, Los Zapotes, Sindio, La Cieneguita, Las Sarquillas, El Platanal, La Cueva, Puerto de Domínguez, Cerrito de Cotijarán, Xaripo, Cruz de Copal, Capadero, Domingo y La Sábila".56 Sin embargo, "Muy pocas veces, como en Guaracha, los negros acarreados servían para las tareas normales de una hacienda común y corriente. En vez de indios siervos que con demasiada frecuencia cometían la ingratitud de morirse, algunos hacendados, como los de Guaracha, metieron en sus latifundios hombres fornidos y de color azabache, que según los vendedores ingleses, provenían de la tierra de Brian o de la tierra de Biatria o de la Terranova y eran muy trabajadores. Sin González y González, Luis. Op. cit., pp. 56-57. Archivo Parroquial de Villamar. Libro I. 56 Id. 54 55

44


VILLAMAR embargo, para la gente del rumbo, más que yunques eran pendencieros y viciosos de muchos vicios, por lo cual se formó un vasto código de prohibiciones contra de ellos: Que no transiten por caminos y veredas después de la caída del sol, que no traigan ningún género de armas, que no usen oro o perlas, que no posean caballos, que no comercien con toda clase de mercaderías, que no sean ordenados sacerdotes, que no ejerzan la magia so pena de caer en las garras de la Inquisición, como muchas veces apoyaron, por clavetear monos, por usar amuletos y demás cosas por el estilo".57

No obstante todo el género de prohibiciones anteriores, los libros parroquiales nos hablan de la existencia de moriscos; es decir, el producto de las relaciones entre un mulato y una española, apellidos moriscos como "Manzo, Salceda y Sabedra" 58 fueron usuales en este siglo, generalizándose en la medida que el mestizaje siguió su proceso. Las correrías de esclavos y mulatos fueron bien pronto motivo de disgusto entre la población indígena y española, ya que los transterrados africanos acechaban por las noches en busca de jóvenes indígenas que satisficieran su apetito sexual. El acontecer del siglo XVII pasó como bólido por estos rumbos, si acaso la presencia de negros y la fortaleza que empieza a adquirir la hacienda de Guaracha son lo más relevante. SIGLO XVIII Al entrar el siglo XVIII, San Miguel Guarachita se entera, como cualquier rincón de la Nueva España, de la sucesión en la monarquía española. Dejan de gobernar los Austria para sucederle los Borbones. El primer año del siglo XVIII asume el trono español Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, quien gobernará hasta 1746. La transición del siglo XVII al XVIII se caracterizó por el abandono de una gran cantidad de terreno cultivable, ya fuera por el desinterés de sus propietarios o por la falta de recursos económicos y humanos. La región del municipio de Guarachita no podía ser la 57 58

González y González, Luis. Op. cit., p. 59. APV, Libro I. 45


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

excepción, dejando grandes cantidades de tierra sin cultivo, tal como dejamos apuntado desde el siglo anterior, la parte occidental de la Hacienda de Guaracha no se cultivó. En el siglo XVIII, Guarachita dependerá en forma total de la hacienda de Guaracha y los cambios que se dan en ésta, van a influir determinantemente en San Miguel. En los primeros años de este siglo la hacienda vuelve a cambiar de propietarios: "La hacienda de Guaracha cambió de patrón a principios del siglo XVIII. En 1710 estuvo en pública subasta. El 6 de octubre de 1711 se remató a favor del capitán don Fernando Antonio de Villar Villamil en 148 mil pesos, a peso la hectárea… Don Fernando puso a Gerardo Galiche al frente de la hacienda recién adquirida. El nuevo administrador fue un hombre de extraña ferocidad que quemó y destruyó muchos ranchos de los naturales y de sus arrendatarios".59

Siete décadas son las que la hacienda durará en manos de la familia del capitán Del Villar Villamil. Setenta años en los que la mano de hierro del apoderado de la hacienda se dejaron sentir en toda la comarca: quema de ranchos de quienes no eran del agrado del administrador Galiche, invasiones a tierras comunales e inclusive a las tierras de la Cofradía de la Virgen del Rosario. A pesar pues de estar ya en el siglo de las luces, la posesión de tierras sigue cumpliendo la función de determinar prestigio y poder, además de la explotación de la fuerza de trabajo, principalmente por parte de dos instituciones que hasta bien entrado el siglo XX perderán el poderío que tuvieron por cuatro siglos: la Hacienda y la Iglesia. "En 1716, los hacendados y los arrendatarios de Guaracha se entran hasta las tierras de la Virgen del Rosario, a las dos caballerías de tierra que dichos naturales tienen en la loma que llaman de La Calera y al puesto nombrado de La Joya… …El italiano Gerardo Galiche, administrador de Guaracha y hombre de extraña violencia, mandó quemar y destruir muchos ranchos de González y González, Luis. Op. cit., pp. 62-63. Archivo General de la Nación, Tierras, Vol. 1192. F. 90 y Archivo General de la Nación del Estado de Michoacán. Leg. 10. Exp. 29. 59

46


VILLAMAR los naturales jiquilpenses y de sus arrendatarios, en El Pajonal, El Derramadero y a la falda del cerrito de Apatzingán. A más de esto, el ganado y caballada de Guaracha entran a pastar hasta cerca de las casas (de Jiquilpan), y en acabándose el pasto se retiran a su centro, por lo que el ganado de la Virgen que llega a un mil reses se ve necesitado a salir a mantenerse dentro de lo que legítimamente les pertenece; pero luego lo corren los vaqueros y arrendatarios de Guaracha; a que no ponen reparo dichos naturales, por estar tan amilanados por ser parte todopoderosa, llegando a sus excesos y tiranía a tanto, que aun algunos rastros de espino y zacate que para sus menesteres suelen cortar dichos naturales, se les quita después de maltratarlos como les parece".60

Los desmanes cometidos por Galiche seguramente se fundamentaron en dos hechos: Primero, en el establecimiento del Tribunal de la Acordada en México sobre la primera década del presente siglo, que permitía seguir a los ladrones y dar seguridad en los caminos a los viajeros; o bien, como una manifestación contra la aparición de las Leyes de Indias que mandaban suprimir las encomiendas de los indios. Sin embargo, la región que ahora ocupa el municipio de Villamar, no sólo tuvo que soportar la crueldad de Galiche, sino que también enfrentó las consecuencias de la peste o Matlazahuatl. Aquí tendríamos que hacer una aclaración pertinente, dado que el desperdigamiento de los archivos parroquiales en Sahuayo, Jiquilpan y Villamar, nos entregan hasta cierto punto datos contradictorios, ya que los encargados de pasar copias a la cabecera eclesiástica sahuayense, parecen no haberlo hecho con la celeridad y responsabilidad necesarias. Para estos años "Guarachita cuenta con una población aproximada de 700 habitantes, Guaracha, la hacienda con mil y el entorno sigue creciendo, pues aparecen nuevas poblaciones como: El Platanal y San Antonio, con doscientos cincuenta vecinos cada uno; Las Arquillas, Sindio y algunos otros sobre cien vecinos".61 Ochoa, Álvaro. Op. Cit., p. 56. Archivo General de Notarías del Estado de Michoacán, Leg. 10. Exp. 29 bis. 61 Cfr. González y González, Luis. Op. Cit., p. 60. 60

47


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Según el documento "Estado en que se hallaba la jurisdicción de Zamora, el año de 1789", de la página 25 a la 30, nos describe con precisión cómo estaba compuesto el entorno guarachiteño: "Guarachita… El pueblo de San Miguel Guarachita (que quiere decir bailadorcito), vicaría del curato de Santiago Sahuayo y sujeto a aquella cabecera, de temperamento más caliente que templado y distante del anterior seis leguas al poniente, contiene 71 ½ tributarios indios: en 61 enteros y 21 medios; a más de 10 reservados de ambos sexos que, aunque anteriormente hablaban la lengua mexicana, no hay en el día quien entre ellos la entienda y todos usan la castellana. Celebran anualmente elección del alcalde, regidor, alguacil mayor, topil y escribano, y a excepción de un corto número que ejerce el oficio de obrajeros, los demás son labradores, sirvientes de las haciendas y rancherías de las cercanías, respecto a que son muy pocas las tierras fructíferas que gozan. Sin documento de fundación, ni fondo, hay hospital con nombre de Cofradía de la Purísima Concepción; y eligen prioste, mayordomo, fiscalito, una capitana, cuatro cargadoras y fiscalita. El primero paga al vicario 3 pesos, estipendio de la misa del de la Purificación; da 1 peso por su comida, 4 gallinas y 6 reales de paraguaca, y siete velas de cera de la tierra, de a real; en la Semana Santa, 2 pesos del lavatorio, y pone la comida de los que hacen de apóstoles, que suele importar 4 pesos; el día de Todos Santos, 3 pesos de la misa, un peso de la comida del vicario y una libra de cera de la tierra; por la función principal de la Purísima, con vísperas, misa y procesión, 9 pesos; uno para la comida del vicario; y de paraguaca, 6 reales en dinero, dos mantas o manteles de algodón de a dos varas y dos de a vara, cuatro gallinas y 20 pesos de las misas de las nueve festividades, y pone 6 pesos de velas de sebo, para que todo el año estén las imágenes con luz; y a los naturales convida con tamales y charape (que cuando menos importa 10 pesos) el de 25 pesos; y cuando concluye el tiempo de su cargo, con atole de dulce, que monta a 3 pesos 4 reales; y todo su desembolso, con 9 reales de voladores, es como 96 pesos y no tiene cosa alguna señalada por ayuda de costa; y por consiguiente, queda el prioste en una situación muy atrasada; y en ocasiones poco menos que esclavizado en una hacienda para poder facilitarlos. Para la función titular nombra dos capitanes cada uno con su alférez y, por lo respectivo a la iglesia, dan el día que se celebra, que suele ser el mes de febrero, 9 pesos; una libra de cera y la misma 48


VILLAMAR paraguaca, que acostumbran los priostes; y el día del santo 4 pesos, estipendio de la misa, y 1 peso de la comida del vicario, y ponen en el altar una libra de cera de la tierra; y se hallan obligados a convidar a los naturales el martes de Carnestolendas con tamales; el día del santo, con atole; y el día de la celebración de la fiesta, con comida; y en los tres, con charape; y conceptúan que les toca a 14 pesos de gasto; fuera de 15 pesos, que a cada uno cuesta el alquiler de vestido y caballo. Habitan en el pueblo 13 vecinos españoles; el uno comerciante de productos del campo; 4 labradores, dos arrieros, un sastre y 5 obrajeros; y se han empadronado 2 tributarios indios sin radicación; y de mulatos, 29; en 16 enteros y 26 medios; a más de 11 reservados de los segundos. En el distrito correspondiente a esta vicaría se hallan las casas principales de la hacienda nombrada de San Juan Guaracha que toca a cuatro distintos curatos; porque su extensión en lo largo pasa de 11 leguas y 5 en lo ancho; tiene en el día como 9,000 reses, mucha caballada y poca siembra de cuenta de ella; pero algo considerable de maíz en sus rancherías que se hallan arrendadas. Los más de los muchísimos arrendatarios de las de esta demarcación, son de cortos pedazos de tierra, por los que pagan a 4 pesos de renta; siembran un poco maíz y pasan en temporadas a los trapiches de azúcar a servir de operarios; y en ellos los conocen por los guaracheños. Se han empadronado, por lo respectivo a la hacienda y en las rancherías, 1 ½ tributarios indios sin radicación: en un entero y un medio, y 233 ½ tributarios mulatos; en 161 enteros y 145 medios; a más de 65 reservados de los segundos".62

Los términos que aparecen en cursivas son la manifestación del proceso de aculturación que combinaba los idiomas tarasco, náhuatl y castellano; así, por ejemplo topil se traduce como el alguacil encargado del orden de la comunidad y el término proviene del náhuatl: topilli=bordón, vara de justicia; escribano se traduce como excelentísimo; paraguacas=ofrendas de víveres y telas para el cura y los vicarios; charape=bebida alcohólica, fermentada de frutas y miel y el término viene del tarasco xarapi, xaripu=cosa agria.

62

Archivo General de la Nación. Ramo de Historia. Vol. 73; ff: 180-203. 49


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

El crecimiento poblacional fue resultado inmediato del crecimiento económico que, a través de la hacienda de Guaracha pujaba por extenderse hasta donde se lo permitieran los propietarios de las haciendas anexas o de las tierras circundantes. Antes, en el año de 1765, por disposición expresa del Rey de España, Carlos III, quien bajo el argumento de la lejanía de los curatos y la falta de sus ayudantes, los tenientes de cura, se ordena a los virreinatos de Perú, Nueva Granada y Nueva España… enviar informes precisos acerca de las nuevas tenencias existentes, así como sus respectivos distritos; los sínodos que se les han señalado a los sacerdotes que en ellas sirven… y planos de los curatos de las diócesis. En Sahuayo, partido al que pertenecía Guarachita, el oficio de requerimiento del Obispo de Valladolid, Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, fue recibido el 20 de mayo de 1765 por el cura Joseph Marcos de Chavarrieta y contestado el 27 de junio de 1765, bajo el tenor siguiente: "Ilustrísimo señor: El bachiller Joseph Marcos Chavarrieta, cura por su Majestad y juez eclesiástico del partido de Zahuayo, en cumplimiento de lo ordenado por Vuestra Señoría Ilustrísima en su superior despacho de 29 de marzo de 1765, en virtud de la Real Cédula de su Majestad (que Dios guarde), que insertos van por cabeza, habiendo procedido a la Santa Inquisición y averiguación de los términos de este curato y de todo cuanto es consentido en el superior mandato, y hablando en todo con la mayor ingenuidad que pueda, sin faltar en nada digo: que este curato, se compone de cuatro pueblos de indios. El primero es el de Zahuayo, que es la cabecera, y el segundo es el de San Pedro Caro, por el lado del norte, que dista de ésta cabecera dos leguas y media con sus contornos, y por el lado del sur, tiene de distancia menos de legua, y linda con la doctrina de Xiquilpan. Por el lado del poniente está el tercer pueblo que se nombra Santa María Asumpción de Xuquimatlán, que dista de la cabecera tres leguas y con sus contornos, a lo sumo habrá cuatro. Por el lado del oriente está el cuarto pueblo, que se nombra San Miguel Guarachita, que dista de la cabecera cuatro leguas y con sus contornos distará seis o siete, pero en tiempo de aguas, por imposibilitarse el tránsito derecho por los grandes buedales de agua que se forman, y dura hasta fines de octubre, se rodean más de dos 50


VILLAMAR leguas, y viene a quedar de la cabecera más de seis leguas, y su proporción de los contornos, que también se hacen más distantes, por los buedales, que así se hace indispensable mantener ministro en dicho pueblo, como yo lo he mantenido y mantengo en dos años y ocho meses que soy cura de este partido, que antes no se ha hecho con este corriente. Para que este curato esté plenamente administrado, es preciso un vicario en la cabecera y otro en Guarachita, y no basta los tengan los curas en la cabecera, porque después que trabajan redoblemente los dos con el cura, tal vez acontecerá, según las distancias se proporcionan, que falte el pasto espiritual a los feligreses, que se hallan en las distancias referidas especialmente en tiempo de aguas, que retraerán a los mismos feligreses, para ocurrir si son algo omisos y demora más la diligencia por éstas consideraciones y sus precisas ocupaciones, cuando ocurran no se logrará el fin a cuyos inconvenientes se ocurre con mantener ministro en dicho pueblo de Guarachita. Este pueblo tiene su iglesia y sacristía con bautisterio muy competentes y tiene los vasos sagrados y ornamentos muy precisos para la administración y solamente le faltaba formón para hacer hostias, que hice comprar con los derechos de fábrica, que he aplicado a los entierros que allí se hacen, porque tengo ordenado que todos los feligreses de aquel ramo que mueran, se les dé allí sepultura por aliviarlos y formados libros de administración con otro de fábrica, y nombrado mayordomo que corra separadamente, y con más de cien pesos que tiene buenos esta fábrica, está para hacerse, lo que más se necesita para la mayor decencia, y se espera que guardando este gobierno, quedará en breve, con la más que necesaria y precisa. El número de feligreses que administra el vicario de Guarachita según los padrones que he formulado pasan de mil y quinientos de confesión y comunión, y por el trabajo y salario que tengo señalados a dicho vicario. $344.00 y se mantiene de ellos con el agregado de algunas misas de casamiento y otros gajes de juzgado, de manera que con todo no le bajan de $500, y pasa de los $1,000.00, lo que produce este ramo, según la experiencia, tengo en el tiempo que he sido cura que tengo mencionado. A más de lo expresado del salario señalado, el vicario da el pueblo el servicio necesario y el maíz para que se mantenga. El salario referido 51


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO puede deducirse del curato, sin pensionar a las rentas reales, ni a su Señoría Ilustrísima, porque el ramo y el curato todo da competentemente, para mantener los ministros aunque se atiendan los pobres, hay muchos, haciéndoles de limosna varios entierros, como tengo ordenado que así se haga, y se está haciendo no solamente con los totalmente destituidos y desprendidos de bienes y parientes, sino aun con algunas viudas que les suele quedar una u otra bestia, o vaca, con orden que no se les reciba, aunque lo ofrezcan, porque no queden totalmente destituidas, como en caso necesario se hiciera constar, que queriendo obrar con alguna tiranía, produjera este ramo más de lo expresado, y esto también es verdad aunque de balde se haga uno u otro matrimonio de los mal amistados diuturnos que carezcan de facultades, porque no se pierdan sus almas, y se supla a otros por la misma razón, que las más de las veces no pagan, como así todo se está ejecutando. Hasta aquí Ilustrísimo señor el informe que debo hacer de mi curato…"63

El documento nos presenta la importancia que Guarachita tuvo como cabecera político-eclesiástica de la región de las Guarachas. El crecimiento económico a que hacemos alusión, se debió fundamentalmente a las reformas económicas del siglo XVIII en la Nueva España, ya que "la dinastía de los Borbones inicia para España no sólo una nueva casa gobernante, sino una nueva política acompañada de un cambio de las costumbres en la vida social. Con Felipe V llega a la península el pensamiento económico francés, que se encontraba en ese momento en un periodo de florecimiento. Y si la llamada económica contó allí entonces con muy reducido número de cultivadores de algún nombre, a partir de la entronización del nieto de Luis XIV tendrá muy insignes representantes, que no se conformarán con repetir los textos de los autores franceses, como discípulos dóciles y sin inventiva, sino que enriquecerán la crematística en aquellos sus albores".64 González Sánchez, Isabel. El Obispado de Michoacán en 1765. Ed. Comité Editorial del Gobierno de Michoacán. Morelia, Mich., 1985, pp. 13-193. 64 Arcilla Farías, Eduardo. Reformas Económicas del Siglo XVIII en Nueva España, Tomo I (II). Ed. Sep-Setentas, núm. 117, México, D.F., 1974, p. 9. 63

52


VILLAMAR

Entre los representantes más importantes del acontecer económico en España pero que influenciaron en la Nueva España fueron José del Campillo y Cosío y Gaspar de Jovellanos, quienes a pesar de lo anterior cayeron en el error de determinar una Nueva España decadente en su economía, siendo que es precisamente en este siglo cuando el desarrollo económico de la Nueva España se fundamenta y dará paso a las primeras conspiraciones y en sí a la lucha de independencia. No se crea que el crecimiento fue rápido, sobre todo para regiones como la que nos ocupa: "Guarachita, en efecto, era un pequeño poblado que, poco antes contaba con once familias de indios. Que, junto con las tareas de una agricultura siempre insuficiente, se ocupaban en labrar frazadas de lana de las ovejas, mal pacidas en las laderas breñosas del cerro grande de Guaracha. Mas, seguramente, gracias a las reformas administrativas y económicas propiciadas por los reyes Borbones en las últimas décadas, el pueblo, como todos los rincones, villas y ciudades de la Nueva España, había ido ligeramente progresando".65

Este periodo de desarrollo de la economía novohispana se verá alentado por la llegada de Fernando VI al trono español en 1746 y más por el gobierno del nuevo virrey: Don Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revillagigedo, quien con altas dotes administrativas enriqueció notablemente al rey y al propio Virreinato. El periodo de gobierno de Fernando VI duró cabalísticamente trece años, sucediéndole en 1765, Carlos III, quien gobierna hasta el año de 1788, siendo relevado por Carlos IV, quien termina el siglo XVIII como monarca español y de sus posesiones en ultramar, durando hasta 1808, cuando se dan los primeros brotes de la insurgencia en Nueva España.

Moreno, Heriberto. Op. Cit., p. 84. Cfr. Bravo Ugarte, José. Historia Sucinta de Michoacán. III Vols. Ed. JUS. 65

53


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

En la sexta década del siglo XVIII se presentan acontecimientos que influirán en la futura imagen de la Nueva España: "En 1760 España cede Florida y territorio del río Mississippi a Inglaterra".66 Desde 1740, Felipe V había enviado carta a los consejos, justicias y regimientos de Valladolid para notificarles la declaración de guerra en contra de Inglaterra y exhortarlos a repeler la fuerza con la fuerza y a luchar sin descanso, ya que el almirante Ansón había atacado por las costas del Pacífico. "En 1761, llega a Nueva España el visitador don José de Gálvez, estableciendo el estanco de tabaco y las alcabalas".67 El visitador Gálvez llegó a la Nueva España con instrucciones precisas de sanear la Real Hacienda, de dictar medidas que ayudaran al desarrollo de la minería y la industria novohispana, con esto, la economía del virreinato se revolucionó a tal grado que, los moldes de la producción de autoconsumo que se habían vivido se vinieron abajo estrepitosamente, abriéndose paso una economía fundada en la moneda y el libre tránsito de mercancías. Por último "en 1767, los jesuitas son expulsados de España y sus posesiones. En la Nueva España, el virrey Marqués de Croix publicó el bando de expulsión. Fueron embarcados hacia Génova (Italia) y sus bienes, secuestrados. Esto provocó motines en lo que hoy son los estados de Guanajuato y Michoacán".68

Este hecho se dejó sentir en forma muy especial en la región, dado que "…se sabe de la expulsión porque en el naufragio común de la Compañía van cuatro jiquilpenses: el filósofo y poeta Diego José Abad, el misionero Francisco Xavier de Anaya y los novicios Manuel Cimiano y Josef de Sumiano".69

Silva Tena, Teresa. Et. al. "fechas importantes de la historia de México" Un recorrido por la historia de México. Ed. Sep-Setentas. Núm. 200, México, D.F., 1975, p. 20. 67 Ídem., p. 20. 68 Ídem, p. 20. 69 Ochoa, Álvaro. Op. cit., p. 64. Cfr. Archivo General de la Nación. Vol. 309. 66

54


VILLAMAR

Ocho años después de expulsados los jesuitas, los franciscanos dejan la región para que el clero secular se haga cargo de las iglesias que éstos habían jefaturado. En la octava década de este siglo vuelve a romperse la tranquilidad manifiesta desde 1775 en que se despidieron los franciscanos. Primero, por la venta sucesiva de la hacienda de Guaracha a Manuel Esteba de Anaya, Domingo Madariaga y Francisco Victorino Jaso respectivamente, "Guarachita tenía hoy un dueño y mañana otro. Desde 1783 ya no fue de la familia Villar Villamil. Entonces se remató, por ciento setenta y dos mil pesos a favor de don Manuel Esteba de Anaya. Poco después, como Anaya no pudo satisfacer los requisitos del remate, el latifundio pasó a don Domingo de Madariaga, comerciante de la capital, español oriundo del Valle de Severio, señorío de Vizcaya. El nuevo amo murió en 1786, a poco de haber tomado posesión de sus vastas propiedades. En 1790, numerosos acreedores solicitaron que se sacara la hacienda al pregón. En seguida, en las principales plazas del reino se anunció en sonoras y nítidas voces el remate de Guarachita. Don Ramón de Goicochea, principal heredero del difunto Madariaga puso embarazos para dilatar el remate y así poder sustraerle a la hacienda una cuantiosa partida de ganado mayor. Como quiera en la ciudad de México a 24 de noviembre de 1791, los señores presidente, regente y oidores de la Real Audiencia de la Nueva España, habiendo visto los autos de inventario de los bienes… de Don Domingo Madariaga… y el remate celebrado el 31 de octubre de las haciendas de Guaracha a favor de Don Francisco Victorino Jaso por la cantidad de doscientos nueve mil pesos".70

De aquí en adelante la hacienda ya no volverá a cambiar de propietarios, puesto que los Moreno fueron bisnietos del que fuera gobernador de Michoacán. Así, hasta la repartición cardenista los sucesores de don Victorino Jaso serán quienes determinen la producción y sociedad en las Guarachas y puntos circunvecinos. En 1785-1786, existió gran mortandad en todo el obispado de Michoacán debido a la crisis económica que azotó a la Nueva España, González y González, Luis. Op. Cit., pp. 65-66. Cfr. Archivo General de la Nación. Tierras. Vol. 1189. Ff. S-14 y folio 190. 70

55


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

"la crisis económica de 1785-1786 fue la más grande que tuvo nuestro país durante la época de la colonia, y se debe, a una escasez de lluvias que repercutió directamente en la pérdida de las cosechas, ocasionando un alza exorbitante en el precio del maíz… las autoridades civiles, tomaron medidas respecto a esta crisis: el virrey dictó un bando el 11 de noviembre de 1785 en el cual disponía que los hacendados mantuvieran abiertos sus graneros".71 Sin embargo y a pesar de todas las medidas precautorias que se tomaron, la mortandad por hambre escandaliza a quienes han levantado los padrones de mortalidad en este aciago año, así "lo va a demostrar la cifra de 89,445 muertes que se registran en el año de 1786 en todo el obispado".72 En el informe que rinde el Bachiller Pedro Francisco de Olmos al obispo Fray Antonio de San Miguel, indica que en su jurisdicción (Sahuayo) murieron por hambre "411 personas".73 El Obispo de Valladolid tomó medidas desde 1785 para que ninguna carga de maíz saliera del obispado e incluso de los fondos religiosos prestó al ayuntamiento de Valladolid para remediar la crisis de estos años. Determinar cuántos guarachiteños engrosaron este número de muertos es difícil dado lo defectuoso de las partidas de entierro, que el mismo obispo Fray Antonio de San Miguel critica en su visita pastoral a la cabecera eclesiástica de Santiago Sahuayo el 31 de enero de 1789, tres años después de la hambruna: "En el pueblo de Sahuayo a 31 de enero de 1789 años. El ilustrísimo y reverendísimo don Fray Antonio de San Miguel, Obispo de Valladolid de Michoacán el consejo de su santidad en gracia mi señor cristiano en su santa y general visita y en la particular a este curato, procedió a la glosa de los libros parroquiales pertenecientes a la Vicaría de Guarachita auxiliar de este curato que presentó el cura actual Bachiller don Pedro de Francisco de Olmos, y son siete de Florescano, Enrique. Los precios del maíz y la crisis agrícola en México en 1708-1810. Ed. El Colegio de México, México, D.F., 1969. pp. 88-176. 72 Carreño Alvarado, Gloria. "Mortalidad en el obispado de Michoacán a consecuencia de la crisis económica de 1785-1786". Anuario Nº 3. Escuela de Historia. UMSNH, Morelia, 1978, p. 189. 73 Ídem., p. 196. 71

56


VILLAMAR partidas de bautismo de españoles y otros dos de bautismo de indios, y mulatos, uno de cada clase: tres de partidas de entierros en la misma forma: y tres con igual separación de las informaciones matrimoniales; y habiéndose reconocido a todos se advirtió que algunas de estas partidas están defectuosas por falta de expresión, especialmente las de entierros en que se omitió la de si los difuntos murieron sin los santos sacramentos de penitencia y sagrados óleos y si otorgaron, si no Dios su sagrada ilustrísima que debía mandar, y mandaba que por el ministro a cuyo cargo fuere la mencionada vicaría se cuide para lo sucesivo. De asentar todas las gran partidas con puntual se cuide reglas a las ordenanzas y practica de este obispado, y que en consecuencia se exprese en las actas de bautismo los días que tenga de nacida la criatura, y el haberse advertido a sus padrinos la obligación de instruirla en la doctrina cristiana en defecto de sus padres y el parentesco espiritual que contraen con éstos, y el bautizado; que en las partidas de entierros se mencionen si los difuntos murieron sin los santos sacramentos, expresándose el motivo en el segundo sensible caso, sobre que encargaba y encargó gravemente la conciencia de éste; que así mismo exprese si se otorgaron santos óleos y habiéndose otorgado, las cláusulas piadosas que contenga, el que da cuenta al juzgado enterados para que se de en su cumplimiento; que en las partidas de casamiento no se omita el haberse examinado a los contrayentes en los principales misterios de nuestra santísima religión y doctrina cristiana, y su previa disposición con los santos sacramentos de penitencia y eucaristía; que en las informaciones matrimoniales, para que los contrayentes y testigos que sepan escribir, se firmen sus respectivas declaraciones: que fijas en ésta como en todas las partidas se exponga y expresamente el día, mes y año en que se hicieron sin referirse a las fechas de las partidas, las diligencias anteriores; que se folien todos los libros de la vicaría, poniéndose a cada uno su respectiva carátula con la correspondiente expresión el número de fojas que comprende y que por el párroco de este partido se cele y cuide el cumplimiento de estas disposiciones, investigando su observancia en las visitas que con frecuencia debe hacer esta vicaría en desempeño de su ministerio parroquial, sobre que le encargaba y encargó gravemente la conciencia. En cuyos términos daba su santísima ilustrísima dio por visitados los predichos y mandaba y mandó que por mi el infrascripto notario de visitas se ponga en ellos razón esta que comprende este auto parroquial entre.— Su santidad e ilustrísima el 57


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Obispo lo proveyó, mandó y firmó. El Obispo de Michoacán (rúbrica).— Santiago Camino, Notario de visita (rúbrica)".74

Esta vicaría auxiliar de Guarachita tenía ya su importancia, pues venían a bautizar de Tangancícuaro, Chavinda, Sahuayo, Tarecuato, Tingüindín y algunos otros lugares distantes. De ahí que el Obispo Fray Antonio de San Miguel haya procedido a la glosa de los libros de diferentes partidas y dictado órdenes para su mejor funcionamiento. Aunque su visita deje entrever, por otra parte, el interés que él había mostrado por resolver la problemática económica imperante en el obispado desde el año de la hambruna, manifiesta en el acontecimiento del acueducto de Valladolid. En este mismo año (1789), Guarachita recibe una visita distinguida, la cual se encargará entre otras cosas de poner las cuentas de la comunidad en claro, exigir las contribuciones de los tributarios y levantar un censo sobre las actividades económicas de la población. "Cabe referirnos a la visita de los bienes de la comunidad que el 28 de mayo de 1789, se practicó en Guarachita por el capitán don José Antonio Calderón, regidor perpetuo del ayuntamiento de Valladolid y comisionado al efecto por el intendente Juan Antonio de Riaño y Bárcena. En el acto de la visita se pone de manifiesto que, abierta el arca de tres llaves del pueblo de San Miguel Guarachita, la comunidad disponía de 4 pesos, por la renta anual de dos solares y de la existencia de 36 pesos 6 reales, como resultado del año de 1787. La visita, además de revisar las cuentas, sirvió para precisar y exigir las contribuciones del real y medio de cada tributario (entero) y medio tributario, respectivos al año próximo pasado, con arreglo al número del nuevo padrón… mas, según la política española de protección a las comunidades indígenas, se dispuso que la mitad de la recaudación se destinara al establecimiento de una escuela, porque le conviene que sus hijos logren una buena educación y que aprendan a leer y escribir, y, para los salarios del maestro al que subvencionarán con lo que hiciera falta. En cambio, la otra mitad

74

Archivo Parroquial de Villamar. Libro I, fojas 18-20. 58


VILLAMAR serviría para comunidad".75

el

aumento

del

recomendable

fondo

de

la

Esta visita, con toda seguridad, respondió a las instrucciones del capitán del batallón de Michoacán, José María Salgado, quien tuvo a su cargo la realización de las encuestas sobre los pueblos que formaban la jurisdicción de Michoacán y solicitadas por la Secretaría del Virreinato de la Nueva España. Cuentas claras, amistades largas: la sabiduría popular no puede dejarse de lado, más cuando a raíz de esta visita se legitima la propiedad a que tenían derecho los guarachiteños. De seguro, no fue ajena a este interés de parte de las autoridades en bien del poblado, la autorización que obtuvo la comunidad de Guarachita, para proceder a realizar las medidas de tierra a que tenían derecho desde 1578. En espera de su verificación, la ceremonia se había venido aplazando; primero, por un fuerte aguacero que se desató el 2 de junio; luego, por la celebración de la festividad del Hábeas, del día 3. Finalmente, al día siguiente, 4 de junio de 1790, se efectuó. Y ya empezaban los guarachiteños a hacer planes sobre sus tierras recuperadas, cuando el 17 de septiembre, don Ramón Goicochea levantó su protesta por haber realizado la medición ante don Santiago Capanaga, y no ante el propio administrador de la hacienda de Guaracha, don Blas de Bengoechea".76 A pesar de las amenazas provenientes de la hacienda de Guaracha, San Miguel Guarachita no se amilanaba y pretendía crear su universo, aunque siempre girando alrededor de la hacienda. "En el informe sobre el estado en que se hallaba la jurisdicción de Zamora en el año de 1789, ya pudo asentar la existencia de 61 familias de tributarios enteros y 21 tributarios medios; a más de las perspectivas de 10 tributarios reservados. Estos indígenas compartían el vecindario con 13 españoles que, obviamente, tenían en sus manos las principales unidades productivas de aquel Moreno, Heriberto. Op. Cit., pp. 87-88. Cfr. Archivo General de la Nación. Vol. 3, fojas 204-205. 76 Ídem, pp. 87-88. Cfr., Archivo General de la Nación. Tierras, Vol. 1192, ff., 55 y ss. Ejidos-dotación. T. 2696. San Miguel Guarachita. 75

59


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO mundillo. Uno de ellos era el comerciante de productos del campo; cuatro eran los que trabajaban la tierra; sólo dos contaban con mulas para su quehacer de arriería; había cinco obrajeros, competidores de los saraperos indígenas; además, un sastre, que medio llenaba su tiempo de trabajo confeccionando la ropa de gente de razón. Andaban por ahí otros dos indios sin radicación, o, como se les decía, vagos. Completaban el colorido de aquella sociedad intercontinental, unos 40 mulatos, tributarios enteros o reservados".77

Guarachita adquiere importancia en este siglo debido a la influencia religiosa que desarrolla en la vasta región que abarca: "En el distrito correspondiente a esta curia (Guarachita) se hallan las casas principales de la hacienda nombrada de San Juan Guarachita, que toca a cuatro distintos curatos, porque su extensión, en lo largo, pasa de 11 leguas y 5, en lo ancho. Tiene en el día como 9,000 reses, mucha caballada y poca siembra de ella; pero algo considerable de maíz en sus rancherías que se hallan arrendadas. Los más de los muchísimos arrendatarios de las (tierras) de esta demarcación, son de cortos pedazos de tierra, por lo que pagan a 4 pesos de renta; siembran su poco maíz y pasan en temporadas a los trapiches de azúcar a servir de operarios, y en ellos los conocen por los guarachiteños. Se han empadronado, por lo respectivo a la hacienda y en las rancherías un medio tributarios mulatos, en 161 enteros y 149 medios; a más de 65 reservados de los segundos".78

El salir de Guarachita para trabajar por otros rumbos no es nuevo, el flujo migratorio que se presenta en la actualidad tiene aquí sus antecedentes inmediatos. En los últimos siete u ocho años del siglo de las luces, los comuneros guarachiteños reinciden en que los propietarios de la hacienda restituyan tierras que pertenecen a la comunidad de San Miguel Guarachita. Aunque como bien lo dice el maestro Eric Wolf: La hacienda seguía mostrándose ávida de tierras, muy a pesar del mal uso que hacía de ellas. Necesitaba tierras y quería siempre más, no Ídem, pp. 84-87. Cfr. Archivo General de la Nación, Vol. 73, ff. 195-196. Ídem, pp. 92-95. Cfr., Archivo General de la Nación. Historia, Vol. 73, ff. 196-197. 77

78

60


VILLAMAR

para producir más, sino para quitarle tierras a los indios, y obligarlos a depender de la hacienda, para conseguir tierra y trabajo. Cuando un trozo de tierra pasaba a su poder, lo ponía inmediatamente a la disposición de los mismos habitantes de los pueblos despojados para que los cultivaran y criaran ganado, pero mediante un precio estipulado en un cierto número de jornadas de trabajo que habían de efectuarse en las tierras de la hacienda que producían cosechas de lucro. Estos trabajadores obtenidos mediante medios de coerción indirecta, constituían el grueso de la mano de obra de una hacienda. Se les llamaba peones baldillos, porque explotaban el baldío, o sea el terreno inculto de la hacienda. "Entre tanto, pero a menor escala, otro conflicto de tierras tuvo que afrontar don Victorino Jaso. Era el pleito llevado y traído entre la hacienda de Guaracha y la comunidad indígena de Guarachita, y recientemente resucitado, en 1792, por Juan Magdaleno Vázquez y sus compañeros guarachiteños, ante las autoridades de Zamora. El 29 de julio de 1793, fue apercibido el hacendado de un nuevo procedimiento de medidas. El 5 de septiembre se verificaron a vista de ojos; pero, en esta ocasión, se hicieron al ojo del amo, ya que don Victorino fue el primer hacendado de Guaracha que vivió y trabajó en sus posesiones. De tal manera habrá conducido o dirigido don Victorino el acto de las medidas, que en nada satisficieron a los guarachiteños que, contra lo que pretendían, se vieron sin el uso del cerro, laguna y más tierra de pan llevar, de que antiguamente habían disfrutado".79

Juan Magdaleno Vázquez con su actitud es quien influirá para que Filiberto Ruiz prosiga la lucha de recuperación de tierras en el siglo XX. Líderes que por su pasión al terruño merecen ser recordados por todos los guarachiteños y michoacanos, pero que desgraciadamente han permanecido en el olvido oficial y dolorosamente, en la misma localidad. Los estertores de este siglo se dan entre aperturas de caminos que comunicarán a esta región con la capital novohispana, Guadalajara y Ídem, pp. 92-95. Cfr., Archivo General de la Nación. Tierras, Vol. 1192, ff. 61-69. 79

61


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Colima; hecho que aunado al uso común y corriente de la moneda determinará un sistema económico basado en el libre tránsito de la producción y venta, falleciendo el sistema de autoconsumo vigente desde la llegada de los españoles, fenómeno que se presentó desde que los borbones asumen el poder en la metrópoli; es decir, las reformas económicas del siglo XVIII en la Nueva España. En este siglo se da la división territorial de la Nueva España en intendencias, de acuerdo a la Real Cédula del primero de marzo de 1767, pero que entrará en vigor hasta 1786. En este tenor, la nueva conformación territorial va mostrando, poco a poco, lo que será en la actualidad el municipio de Villamar. En el mismo documento del "Estado en que se hallaba la jurisdicción de Zamora, el año de 1789", se da cabal situación de una de las tenencias más importantes del municipio: Jaripo. Así, de las páginas 23 a la 26, leemos lo siguiente: "Jaripo… El pueblo de los Santos Reyes de Jaripo o Jaripo (que en lengua tarasca quiere decir alumbre; y Charipo, la cosa agria); cuyo terreno abunda de tunas desabridas. Este pueblo está sujeto también a la nominada cabecera, y dista del anterior cinco leguas al poniente, de camino algo quebrado. Se han matriculado en él 31 tributarios indios; en 22 enteros y 18 medios; a más de dos reservados, que anualmente eligen alcalde, regidor, alguacil mayor y escribano. Todos son labradores y tienen suficientes tierras de repartimiento para siembra de maíz; pero, sin embargo, van a trabajar por temporadas a los trapiches de azúcar. No hay hospital; pero siguen la misma costumbre que en los otros pueblos de nombrar prioste, mayordomo, semaneros, ventopari, cuatro y yurisipachis que cargan la imagen de la Purísima Concepción, y chunandapari o sahumadora. El prioste corre con la comida del cura o vicario, siempre que van a la celebración de la fiesta de la Purísima, y paga por la misa y regulación del pindecuario catorce pesos; y aunque tiene obligación de dar dos pesos del estipendio de la misa, que se debía celebrar, cuando muere algún tributario; y lo mismo por cada una de las nueve festividades de Nuestra Señora. Hace muchos años que no lo verifican, porque, dicen, se hallan en muy pobre situación; pero, con todo, convida a los demás naturales el martes de Carnestolendas el Sábado de Gloria y el día de la fiesta de la Purísima con comida, en 62


VILLAMAR que, dicen, sólo gastan como 12 pesos y que no acostumbran poner charape. Para la función titular nombran capitán y ayudante, quienes dan la paraguaca el cura que se reduce a un paño que llaman del santo ó 4 pesos; otro de a 12 reales; y otro de a peso; 21 tortas de pan, una libra y tres tablillas de chocolate, cuatro gallinas, etc.; que todo importa como 9 pesos y una libra de cera de la tierra; y también el día de la fiesta dan de comer al común, y pagan entre todos 5 pesos del estipendio de la misa. El alcaide tiene obligación de dar dos libras de cera de Castilla; otras dos, el día de Hábeas; cinco pesos de la misa y lo correspondiente a la comida del cura o vicario. Se han matriculado en el pueblo 19 tributarios mulatos; en 13 enteros y 12 medios, fuera de un reservado; y en ocho rancherías de labor, que se hallan en el distrito respectivo a él, 81 tributarios mulatos; en 59 enteros y 44 medios; a más de 15 reservados de ambos sexos".80

Al igual que en la descripción de Guarachita, aquí también aparecen algunos términos que preciso traducir. Ventonpari=quien lleva la imagen de la Virgen, proviene del tarasco: pani=llevar; yurisipaches=doncellas que llevan la imagen de la Virgen, proviene del tarasco: yurishi= virgen; chunandapari= sahumadora, proviene del tarasco xunganda=resina, pani=llevar; pindecuario=calendario regional que regula las solemnidades y ofrendas, viene del tarasco pindecua=costumbre y finalmente paraguaca=ofrenda de alimentos y otros efectos entregados por el pueblo a curas y vicarios, viene del tarasco parauaqua=don, presente. LOS LITIGIOS DE LA HACIENDA DE GUARACHA A lo largo de todo este siglo la Hacienda de Guaracha se verá envuelta en una serie de quejas y litigios que la harán más famosa, muchas veces no será su delimitación geopolítica la que se encuentre en entredicho; sino que su propietario en turno enfrentará las quejas de 80

Archivo General de la Nación. Ramo de Historia. Vol. 73; ff. 180-203. 63


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

herencia, repartimiento de tierras comunales, posición, cuentas, propiedad de terrenos o remates de porciones de parte de la hacienda o de otras haciendas; e incluso el reconocimiento de obras pías. Arrancando el siglo, por 1709, primero "Matías de Xisneros, representante del Colegio de San Ramón, en el pleito de acreedores de las haciendas de Huaracha, solicita se haga el avalúo de ellas para su remate… Y posteriormente se gira una… Real Provisión para que se ampare a Juan Antonio de Urrutia Guerrero Dávila, Marqués del Villar del Águila, en el arrendamiento del agostadero perteneciente a tierras de las haciendas de Huaracha, que le hizo Manuel Deñor Salcedo".81 Así, en el año de 1733, según el Índice del Ramo de Tierras de la Intendencia de Michoacán, nos dice: "Huaracha. Hda. D., Pedro Duarte de Oceguera, contra don Fernando Antonio Villarreal Villamil, dueño de dicha hacienda, sobre exhibición de los títulos relativos a la hacienda de la Palma. Zamora".82

El crecimiento de la hacienda de San Juan Guaracha era motivo de reclamo de los vecinos, ya que como hemos venido apuntando antes, los encargados de la hacienda en diversas ocasiones traspasaron los límites de una de las más grandes unidades de producción agrícola del obispado de Michoacán, este litigio se dio por posesión de dicha hacienda, ya que más adelante será reclamada por Diego Castellanos y demás herederos de Pedro Ruiz de Alcázar. En 1721 y 1722 "Los naturales del pueblo de Santiago Tangamandapio, contra don Fernando del Villar y Villamil, dueño de la hacienda de Huaracha, sobre tierras del llano de Ario".83 A pesar de las disposiciones reales dictadas en los siglos XVI y XVII, en relación al respeto que se debía tener por las tierras comunales, los hacendados y sus capataces jamás cumplieron dichas ordenanzas. Echenique, March. Felipe I. Índice del Ramo de Tierras de la Intendencia de Michoacán, México, 1993. Ed. INAH, p. 85. 82 Ídem, p. 29. 83 Ídem, p. 35. 81

64


VILLAMAR

Los problemas jurídicos avanzaban, en 1737 "Francisca Javiera Jerónima de Peralta y Luyando, Fernando Jerónimo López de Peralta Villar Villamil e Ignacio de Mesa, albacea de Fernando Antonio Villar Villamil contra Pedro Téllez, administrador de la hacienda de Guaracha, sobre cuentas relativas a las mismas".84 Los herederos del dueño de la hacienda de Guaracha no estaban contentos con la administración de Pedro Téllez y reclamaban el hecho ante las autoridades del Departamento de Zamora. Por esta misma época "Nicolás Espinoza, dueño de la hacienda nombrada el valle de Chavinda, contra los herederos de Fernando Antonio Villar Villamil, dueño de San Juan Guaracha, sobre propiedad de tierras".85 Otra demanda de otro vecino de la gran hacienda. Reconstruyamos un poco los avatares de la Hacienda de Huaracha, siempre basándonos en el excelente y paciente trabajo de Felipe Echenique: "Índice del Ramo de Tierras de la Intendencia de Michoacán": Primero, en 1792, Francisco Victorino de Jaso, interpone queja ante el juez de la Villa de Zamora "sobre el remate de la hacienda de Guaracha, perteneciente a Domingo Madariaga". Posteriormente aparecerá ya en litigio quien será sin duda el más conocido de los propietarios de Guaracha: "Ramón Goicochea, albacea y heredero de Domingo Madariaga, poseedor de las haciendas de Guaracha, sobre concurso de acreedores a sus bienes. El Convento de la Encarnación de México, sobre que Francisco Victorino Jaso, en quien se remataron dichas haciendas, reconozca una obra pía impuesta en ellas por José Jerónimo López de Peralta Villar y Villamil. En el volumen 1192 se encuentran las diligencias relativas a la medida del fundo legal del pueblo de San Miguel Guarachita (1790). Cita las haciendas de San Simón, San Nicolás Buenavista, Sindio, El Platanal, La Palma, Cojumatlán, La Estancia del Monte, Copándaro, Cutzian o Cuisian, Chavinda, Jaripitiro, Urundaneo, San Antonio, San Juan de Toluquilla, La Magdalena, Curinguicharo, El Potrero de las Fuentes y el Sitio de Cumuato, así como los pueblos de Jiquilpan, Sahuayo, Tanhuato, Yurécuaro, San Pedro Caro, San Cristóbal Pajacuarán, 84 85

Ídem, p. 35. Ídem, p. 53. 65


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Mazamitla, San Francisco Tizapán, Jaripo, San Ángel Tacátzcuaro, Tarécuato, Santiago Tangamandapio, Ario, Jacona y Tingüindín, así como el barrio de Totolán".86

Juan Magdaleno Vázquez conocía las diligencias que desde 1778 están asentadas en el Índice de Tierras de la Intendencia de Michoacán, incluyendo el "testimonio del título de composición de tierras pertenecientes a los naturales del pueblo de Huaracha", presentado en Jiquilpan y las efectuadas en 1790 y que contenían las medidas del fundo legal de San Miguel Guarachita, hoy Villamar. Al efecto, juntó a los comuneros de Guarachita y les infundió el deseo de luchar por recuperar las tierras que por disposición del virreinato les habían sido otorgadas desde el siglo XVI. Sin embargo, hacendados y administradores de la hacienda de Guaracha, pusieron su empeño en jamás reconocer las medidas que se estipulaban en dicho expediente. Algunos de los comuneros del movimiento de recuperación de tierras y el mismo Juan Magdaleno Vázquez, tres décadas después, se enrolaron en el movimiento independentista de 1810. Después y ya tomándole sabor a los pleitos judiciales "Francisco Victorino Jaso, dueño de la hacienda de San Juan Guaracha, contra Joaquín Ignacio de Echauri, dueño de San José de Gracia, Tizapán y Toluquilla de la jurisdicción de Sayula, Jal. Sobre posesión de tierras". Los dimes y diretes sobre tierras y aguas en la región donde se asentaba la hacienda de Guaracha eran cada vez más profundos. El incumplimiento de palabra, tan honrada en el siglo XVIII fue motivo para que en el mismo departamento de Zamora, "Diego Rul, se queja en contra de Francisco Victoriano de Jaso, sobre cumplimiento del contrato de venta que le hizo de la hacienda de San Juan Guaracha y sus anexos. Cita las haciendas de San Nicolás y San Simón". Y finalmente, los últimos años de la centuria dieciochesca y los primeros de la centuria independentista, don Victorino Jaso, enfrentará primero al alguacil mayor del ayuntamiento de esta villa, sobre la paga de derechos que debió percibir en las diligencias de posesión de la hacienda de Guaracha, por estar en su jurisdicción"; después "José Antonio Gutiérrez contra Francisco Victoriano Jaso, 86

Ídem, pp. 34-49. 66


VILLAMAR

vecino del pueblo de Tangancícuaro, sobre testamentaria de Juan José Murguía, su suegro", para finalmente enfrentar las quejas del paraje 'Fray Domínguez': "Blas de Bengochea, administrador de las haciendas de San Juan Guaracha y apoderado de Ramón Goyoechea, albacea de Domingo de Madariaga a quien le pertenecían dichas haciendas, contra los naturales de Pajacuarán, por tierras. En el mismo expediente, Lázaro Morales del pueblo de Tangancícuaro, contra los mismos naturales, por tierras del paraje 'Fray Domínguez'… y más adelante vemos que… "Los naturales de San Cristóbal Pajacuarán, contra Francisco Victorino de Jaso, dueño de la hacienda de Guaracha, sobre posesión del sitio nombrado Fray Domínguez (y se anexa un plano)".87 El siglo XVIII fue el siglo del crecimiento y consolidación económica de la hacienda de Guaracha, pero también fue el siglo de la consolidación política de San Miguel Guarachita, ya que continuó siendo la capital del entorno guarachiteño, microcosmo en el que la conciencia de sus habitantes despertó para enfrentarse a los hacendados. El ejemplo de Juan Magdaleno Vázquez así nos lo confirma. Los propietarios de la hacienda fueron grandes acaparadores de tierras y por ende excelentes comerciantes. Fernando Villar Villamil no sólo fue propietario de Guaracha, sino de Copándaro y Jiripitiro y Francisco Victorino de Jaso era el sostén de Tangancícuaro. Ambos, comerciaban sus productos en lo que por aquellos años se conoció como "tierras adentro": Chihuahua, California y los estados del norte de la Nueva España. Amos no sólo de tierras y animales, los propietarios de la hacienda fueron de manera especial, crueles y sanguinarios con quienes les servían. Al fenecer este siglo, un análisis detallado de sus acontecimientos más sobresalientes, nos llevarán sin duda a encontrar las causas que originaron la lucha de independencia en las dos primeras décadas del siglo XIX.

87

Ídem, pp. 53-85. 67


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

SIGLO XIX El siglo XIX, siglo de la liberación de las colonias españolas, tenía ya sus antecedentes en las últimas décadas del siglo pasado. El descontento entre los sectores más desprotegidos de la sociedad alarmaba a quienes detentaban el poder. Sobre 1797 "ocurrió la llamada conspiración de los machetes, encabezada por don Pedro de la Portilla, de la ciudad de México. Pensaba tomar por insignia una medalla de la Virgen de Guadalupe, abrir las cárceles, prender a las autoridades apoderarse de dinero de los españoles y expulsarlos de la Nueva España, convocar al pueblo y formar gobierno. Denunciado por su primo, don Isidoro Francisco de Aguirre, fue puesto en prisión por el Virrey Azanza".88

En este mismo año del siglo XVIII, el Obispo de Michoacán, don Manuel Abad y Queipo, dirigiéndose al Rey, pedirá beneficios para la población novohispana —como la abolición general de tributos— y hacía un análisis socioeconómico de la Nueva España, donde apuntaba: "Los españoles compondrán un décimo del total de la población y ellos solos tienen casi toda la propiedad y riqueza del reino. Las otras dos clases que componen los nueve décimos, se pueden dividir en dos tercios, las dos castas y uno de indios puros. Indios y castas se ocupan en los servicios domésticos, en los trabajos de la agricultura y en los ministerios ordinarios del comercio y de las artes y oficios. Es decir, que son criados, sirvientes o jornaleros de la primera clase. Por consiguiente resulta entre ellos y la primera clase aquella oposición de intereses y desafecto que es regular en los que nada tienen y los que lo tienen todo, entre los dependientes y los señores. La envidia, el robo, el mal servicio de parte de los amos; el desprecio, la usura, la dureza de parte de los otros… El color, la ignorancia y la miseria de los indios los colocan a una distancia infinita de un español… Al contrario, los curas y sus tenientes dedicados únicamente al servicio espiritual y socorro temporal de estas clases miserables, concilian por estos ministerios y oficios su afecto, su gratitud y su respeto. 88

Silva Tena, Teresa. Et. al., Op. cit., p. 21. 68


VILLAMAR Ellos los visitan y consuelan en sus enfermedades y trabajos. Hacen también de sus abogados e intercesores con los jueces y con los que piden contra ellos. Resisten también en su favor las opresiones de las justicias y de los vecinos poderosos. En una palabra, el pueblo en nada tiene ni puede tener confianza, sino en el clero y en los magistrados superiores, cuyo recurso le es muy difícil. Ellos son, pues, los verdaderos custodios de las leyes y los garantes de su observación. Ellos son también los que deben tener y tienen en efecto más influjo sobre el corazón del pueblo, y los que más trabajan en mantenerlo obediente y sumiso a la soberanía de V. M… Decimos, pues, que nos parece de la mayor importancia lo primero, la abolición general de tributos en las dos clases de indios y castas. Lo segundo, la abolición de infamia de infamia de derechos que afecta las referidas castas; que se declararán honestas y honradas, capaces de obtener los empleos civiles que no requieran nobleza, si los mereciesen por sus buenas costumbres. Lo tercero, división gratuita de todas las tierras realengas, entre los indios y las castas. Lo cuarto, división gratuita de las tierras de comunidades de indios entre los de cada pueblo. Lo quinto, una ley agraria semejante a la de Asturias y Galicia, en que por medio de locaciones y conducciones de veinte o treinta años, en que no se adeude el real derecho de alcabala, se permita al pueblo la apertura de tierras incultas de los grandes propietarios, a justa tasación en casos de desavenencia, con la condición de cercarlos y los demás que parezcan convenientes para conservar ileso el derecho de indios y castas e indios de otros pueblos. Lo séptimo, dotación competente de todos los jueces territoriales a excepción de los alcaldes ordinarios, que deben servir estos empleos gratuitamente como cargas concejiles…89

La visión que tenía Abad y Queipo de la problemática socioeconómica de la Nueva España se agudizó hasta abrir el cauce revolucionario tres décadas después de su informe a Carlos IV. En el primer año del siglo XIX, Mariano, líder indígena del occidente de la Nueva España "intenta restablecer en la sierra de Tepic (Nayarit) la monarquía de

Abad y Queipo, Manuel. "La población Novohispana en 1799" en Matute, Álvaro. México en el siglo XIX. Fuentes e interpretaciones históricas. Antología. Ed. UNAM, México, D.F., 1973. Lecturas Universitarias núm. 12, pp. 61-74. 89

69


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Motecuhzoma".90 El movimiento de Mariano fue sofocado en forma por demás cruel por las fuerzas de la corona y los hacendados. Sin embargo, la semilla estaba sembrada y el estallido revolucionario de 1810 cada vez más cercano. Para este tiempo el universo guarachiteño de San Miguel, hoy Villamar, celebraba las fiestas tradicionales muy a su manera: "El prioste de la cofradía de la Purísima Concepción de Guarachita invitaba a los indios comida con tamales y charape el primer día de pascua de navidad y el martes de carnaval y con otros alimentos más sustanciosos en la Purísima. Tan sólo esta comelitona le costaba 96 pesos, costo que lo ponía en situación muy atrasada y a veces lo empujaba a venderse de por vida a la hacienda". 91 Ésta, la hacienda de Guaracha, vivía el inicio de un esplendor que no se eclipsaría sino hasta una centuria de años más tarde, con nuestra segunda revolución, la mexicana. También, desde entonces, los cambios en el gobierno creaban premoniciones, la instalación y cese de virreyes resultaba una advocación a vivir tiempos mejores, tal como los planteara el Obispo Abad y Queipo. En 1803, sucede el cambio de virrey en la Nueva España, Azanza que salvo la rebelión del indio Mariano en Tepic había gobernado sin pena ni gloria, será sustituido por don José de Iturrigaray, quien pretenderá igualar los fructíferos logros de don Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, segundo conde de Revillagigedo. Este José de Iturrigaray será veleta en manos de criollos y peninsulares al no haber demostrado visión política y libertaria que lo hubiera transformado en uno de nuestros libertadores. Así pues, la suerte estaba echada. Vendrían premoniciones más graves, los jinetes del Apocalipsis bíblico convertidos a la realidad, sobre todo en la esfera regional: "En marzo de 1808 fue la primera invasión que la langosta hizo a este distrito (Jiquilpan), repitiéndose en los años de 1856 y 1887, sin que en realidad hayan ocasionado grandes perjuicios en las sementeras, tal vez por su permanencia, debido a la persecución activa que se

90 91

Silva Tena, Teresa. Op. cit., p. 21. González y González, Luis. Sahuayo. Op. cit., p. 68. 70


VILLAMAR

desató contra ella, y a la gran cantidad de pájaros que se la comía". 92 Si bien es cierto que los destrozos fueron mínimos, la superstición popular no calló y miles de leyendas fueron tejidas en torno a tan singular acontecimiento. Y parece que la conjunción de elementos injustificables se proponían coadyuvar a su certeza, de modo tal que fueran creíbles en lo futuro. Así, en marzo de 1808, Carlos IV abdica al trono de España a favor de su hijo Fernando VII, aunque dos meses después, Fernando VII regresa a su padre la corona, sólo para que Carlos IV la entregue a Pepe Botellas, el hermano de Napoleón I. Así, en forma casual, los mecanismos de la independencia se empiezan a gestar, no sólo en el virreinato de la Nueva España, sino también en los virreinatos de la Nueva Granada, Río de la Plata y el Perú. Mientras tanto, en la región de Guaracha-Guarachita, uno de los estratos sociales que participará en la lucha de independencia, los esclavos, vivían de la siguiente forma: "En la hacienda de Guaracha, los esclavos eran peones que trabajaban de sol a sol, pero en los pueblos de la parroquia de Sahuayo desempeñaban el papel de sirvientes domésticos con el solo nombre de pila, sin apellido familiar, pues no tenían parientes. En Guaracha un alto porcentaje de la población era esclava; en la jurisdicción sahuayense, sólo el 1% a lo sumo".93

Este estrato en Guarachita se avecindó en forma mínima, salvo con los Arceo y los Del Toro, algunas veces como sirvientes y otras como familiares adoptivos de los criollos, como en el caso de los Del Toro. Paralelamente, en la capital de la Nueva España, los sucesos políticos no clarificaban la postura de los diversos sectores de la sociedad. Todavía se creía en la lealtad hacia Fernando VII, españoles y criollos se disputaban la supremacía del virreinato. Los españoles proponiendo que sólo los nativos en la península podrían gobernar a la Nueva España y los criollos exigiendo sus derechos de españoles a salvo.

92 93

Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 63. González y González, Luis. Op. cit., p. 85. 71


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Así, entre dimes y diretes "el 15 de septiembre de 1808, los españoles quitan el mando a Iturrigaray y ponen en su lugar al mariscal de campo Pedro Garibay",94 un virrey de transición que servirá de catalizador a las inquietudes revolucionarias. Y no sólo cambios se dieron, sino que también aprehensiones hubo: "Primo de Verdad, Azcárate, Talamantes y otros miembros del ayuntamiento son puestos en prisión".95 El descontento generalizado de la población novohispana alarmaba no sólo al virreinato, puesto que la metrópoli se debatía por libertarse de la invasión francesa. Los brotes insurreccionales perseguían ya objetivos más definidos sobre lo que debería ser el gobierno colonial, en 1809, se descubre una conspiración más: "conspiración de don Mariano Michelena, don Mariano Quevedo y el capitán José María García Obeso y otros contra el gobierno del virrey. Fueron denunciados y puestos en prisión".96 El proyecto ideológico-político de esta conspiración ya manifestaba repudio a la institución, no eran ataques al gobierno virreinal, representativo de la corona, sino que se quería aprovechar la coyuntura propiciada por la invasión napoleónica y lograr que el gobierno de la Nueva España fuera representativo de los intereses de sus habitantes. Es claro que este tipo de insurrecciones se fraguaban ya en todas las cabeceras de las provincias e intendencias de la Nueva España: Valladolid, Querétaro, Guanajuato, Nueva Vizcaya, Nueva Galicia y algunas más. De la misma manera en que avanzaban las conspiraciones, el virreinato jugaba sus mejores cartas. Tres días antes del levantamiento de Hidalgo, "el 13 de septiembre de 1810, entra a gobernar la Nueva España don Francisco Javier Venegas", 97 virrey que tratará de reprimir a toda costa el levantamiento insurreccional de don Miguel Hidalgo y Costilla.

Silva Tena, Teresa. Op. cit., p. 22. Ídem, p. 22. 96 Ídem, p. 22. 97 Ídem, p. 22. 94 95

72


VILLAMAR

INDEPENDENCIA Y LIBERTAD Al levantamiento de Hidalgo el 16 de septiembre de 1810, lo que apuntaba el obispo Abad y Queipo en su informe a Carlos IV, se cumplía en forma violenta. A pesar de la desorganización inicial, la región central de lo que pronto sería la República Mexicana secundó de inmediato el levantamiento del cura de Dolores. Por la región que nos ocupa los nombres de Martín Toscano y Luciano Navarrete rápidamente se hicieron familiares; el primero se caracterizó por robar sólo dinero y pertrechos pertenecientes a la corona; el segundo asoló a todo el occidente de lo que ahora es el país, siendo su orgullo el tratar de terminar con los hacendados. Así Comienza la función Pues quien más gente reclutó por el rumbo de las Guarachas fue el Amo Torres, gente que ansiaba ver libre a su nación, así: "el amo Torres se hizo de multitudes en los pueblos aledaños a Guaracha y en algunas rancherías de ésta. Con la gente reclutada aquí y con la que ya traía puso en obra la misión que le confiara Hidalgo: poner en ascuas a la Nueva Galicia hasta conseguir su independencia". 98 Al amo Torres se le unieron de Jaripo, Guaracha, Guarachita, Las Arquillas, Capadero, San Antonio, La Resolana, Cerrito Colorado, Tarimoro, Sindio, Tumbiscatio, El Salitre y de las demás rancherías pertenecientes a Guarachita. Ochoas, Mexías, Bargas, Del Toro, Cortéz, Manzo, Ruiz y Chávez de Guarachita se alistaron en las fuerzas independentistas; Lúas, Cervantes, Zavalas, Torres, Cuevas, Arreguines, Canelas, Munguías y Salcedas de Xaripo también se unificaron a las conspiraciones del Amo Torres; de Huaracha, Macieles, Mendozas y Aguijares escapaban de la égida de los amos y junto a algunos esclavos se unen a los insurrectos. Cientos de hombres de la región guarachiteña que se anexaron al cura Hidalgo en Guadalajara fueron olvidándose, unos en prisión, otros por la muerte y otros que jamás regresaron a su terruño y se quedaron en Jalisco o emigraron a Tierra Caliente. 98

González y González, Luis. Sahuayo. Op. cit., p. 92. 73


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Pronto hacen su aparición en la región de las Guarachas otros jefes insurgentes, Luis Macías; Del Río; Albino García y algunos más que su función no ha sido definida, unos los denominan bandoleros y otros insurgentes radicales. A la aparición de los primeros decretos dados por Miguel Hidalgo y José María Morelos, en favor de indios y castas, la mayoría novohispana se inclina por la ruptura total con la metrópoli. Los hacendados son el núcleo de los ataques, ya que se consideraba que en ellos se centraba parte fundamental del sistema virreinal. A la muerte de los líderes del movimiento de 1810 en Chihuahua, la insurrección se atomiza en pequeños grupos, aislados unos de otros, aunque el objetivo seguirá siendo el mismo: el destino independiente de la nación. Uno de esos grupos, el de "don Luis Macías y sus huestes reclutados en la parroquia de Sahuayo dieron en perseguir al señor de Guaracha y a sus allegados y servidores. Tras de incendiarle sus casas en Tangancícuaro, le cayeron a Guaracha, lo golpearon con enojo, mataron a su hijo que pretendió quitárselos y a él lo dejaron por muerto. Moribundo fue conducido a Zamora y antes de llegar a su casa, se le cortó el resuello".99 Triste final de don Victorino Jaso que había comprado el complejo hacendario en 1791 en remate judicial, "la hacienda fue vendida en remate judicial por 209 mil pesos a Don Victorino Jaso. Por medio de Ignacio Pateyro (que recibió poder del señor Jaso)". 100 Así, la lucha por la independencia avanzaba entre el odio contenido por los estratos bajos de la población y la enjundia que mostraban hacendados y principales. Los jefes realistas Negrete y De la Cruz asentados en Zamora para sofocar la rebelión, siempre se vieron en dificultades ante los ataques de los insurgentes. Los primeros bien pertrechados y disciplinados y los segundos, hechos en el fragor de la batalla, mostraron cualidades inimaginables para vencer al enemigo común del pueblo: España. En 1811 y 1812 las Guarachas son escenario de luchas persecutorias en contra de los insurgentes: "el 11 de enero de 1812 el 99

Ídem, p. 93. Moreno, Heriberto. Guaracha. Op. Cit., p. 92.

100

74


VILLAMAR

general D. Pedro Celestino Negrete dio parte a don José de la Cruz desde la hacienda de Guaracha que el jefe realista don Luis Quintanar había derrotado en el Platanal a las partidas de Río y de Macías haciéndoles muchas muertes y heridos, retirándose los insurgentes con rumbo a Los Reyes. En el Platanal poco tiempo antes don Miguel del Río había dado muerte a un señor Jaso, capitán del Rey e hijo de don Victorino Jaso dueño de las haciendas de Guaracha y Platanal". 101 Pronto la labor del ejército realista fructificó, pues las fuerzas de Miguel del Río, Luis Macías y un apellidado Suárez se vieron reducidas a desbandada, y cuando trataban de unificarse de nueva cuenta, el ejército realista recibió refuerzos de la capital de la Nueva España, llegando tropas al mando del capitán Miguel de la Mora a la base gobiernista de Jiquilpan. Por supuesto que la pacificación no fue total, los líderes de la insurgencia unificaron criterios para la continuación de la lucha. Por otra parte, nuevos nombres se anexaban a la ya larga lista de jefes insurgentes "Albino García y su esposa, la cotijense María Guadalupe Rangel, entusiasmados por las prédicas revolucionarias de Farías, formaron un grupo de parientes, conocidos y paisanos, para auxiliar a los rebeldes. Ella, en enero de 1812, cayó en poder de los realistas por el rumbo de Mazamitla y pagó cárcel en Guadalajara. El, fue hecho prisionero en Jaripo, en un fugaz combate, y de inmediato lo llevaron a fusilar a la hacienda de Guaracha, el 12 de marzo del mismo año".102 No bien terminaba el ejército realista de apaciguar a una columna de insurgentes, "cuando ya los desbandados se unificaban y volvían a la carga. Por este mismo tiempo el Amo Torres, Luis Miguel Macías y Marcos Castellanos formaron las famosas tincas, movimientos dirigidos contra los realistas y que tenían como zona de influencia a las Guarachas, la rivera chapaleña, Jiquilpan, Sahuayo, Jaripo, San Antonio. Los anteriores pueblos de Ávalos en la sierra jalisciense y la prolongación hasta la región de Los Reyes y Uruapan, pasando por Cotija, para terminar refugiándose de 1812 a 1816 ya perseguidos y Sánchez, Ramón. Op. Cit., pp. 107-108. Moreno, Heriberto. Cotija. Monografía Municipal. Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, 1980, p. 129. 101

102

75


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

agotados en la Isla de Mezcala",103 uno de los episodios de la resistencia insurgente más espectaculares y en el que seguramente participaron rebeldes guarachiteños. La independencia en las Guarachas se convirtió en una guerra local, de amos contra esclavos y castas, del ejército realista que resguardaba las haciendas contra el pueblo y miembros del bajo clero anexados a las legítimas aspiraciones de su feligresía; generalizando, cada quien había tomado el bando que le correspondía: "Por 1816 y 1817, desde Sahuayo… completaron la desolación general de los pueblos y de la hacienda. Así como los realistas con el apoyo de Guaracha deshicieron poblaciones, los insurgentes saquearon cuanto había en la casa de Guaracha… robaron a su arbitrio los muebles de la finca… la hacienda quedó con cosa de 400 reses en toda su extensión".104

Después de siete años de lucha, fácil es imaginarnos las condiciones económicas de la población en general. La hacienda de Guaracha resguardada por los ejércitos realistas producía apenas lo necesario para satisfacer las necesidades del aparato burocrático que la mantenía en pie: ejército, peones que prefirieron seguir engordando al amo y cientos de mujeres que hacían de todo para medianamente sobrevivir con la esperanza de que sus esposos regresarían algún día. Los pueblos y rancherías que componían la zona de influencia de la hacienda de Guaracha la pasaron peor: sin agua para riego, cultivaron maíz a escondidas, a veces los insurgentes les traían un poco de alimento, pero en la mayoría de ocasiones, villamarenses, salitreños, jaripeños y todos los demás componentes del ahora municipio de Villamar, agudizaron su ingenio para producir para ellos y para quienes luchaban por ellos, temporal o riego, res muerta o robada, burro sacrificado o mula muerta en batalla, eran buen alimento. A pesar de los contratiempos en labores productivas, sorprende que la hacienda de Guaracha produjera, "en 1817 se llegaban a fletar 503

Ochoa, Álvaro. Los insurgentes de Mezcala. FONAPAS-COLMICH, 1985. Rodríguez Zetina, Arturo. Zamora. Ensayo Histórico y repertorio documental. México, D.F. 1952. Ed. JUS., pp. 682-688. 103

104

76


VILLAMAR

mulas",105 producción que llegaba eminentemente a la mesa de los realistas. Pero de 1812 a 1817 no todo fue batalla, sino que aparecen proyectos ideológicos de suma importancia que vendrán a ser el sustento jurídico para la emancipación de la Nueva España: en 1812 se promulga la Constitución de Cádiz, en la cual se declara que todos los habitantes del imperio español, hayan nacido en España o América, tenían los mismos derechos y se suspendieron las desigualdades que existían entre gentes de diversas razas y se elimina el tributo que pagaban los indios a los españoles. Entre 1813 y 1814, a instancias de Morelos, México contará con su primera Constitución. En 1813 se reúne el Congreso Constitucional de Chilpancingo pensando en formular los principios básicos que rijan la nación, y no es sino hasta el 22 de octubre de 1814 cuando el Congreso reunido en Apatzingán, Mich., da a conocer el "Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana", documento en el que toma parte fundamental el más ilustre independentista zamorano, José Sixto Verduzco, quien realmente es el ideólogo de esta Constitución, por supuesto sin restar méritos a la capacidad organizativa de Morelos. En este mismo periodo llega a nuestra nación el español Francisco Javier Mina, quien se une a las fuerzas comandadas por el insurgente don Pedro Moreno. Al mismo año de su llegada el insurgente español es fusilado en el Fuerte de los Remedios. De 1817 a 1821, el movimiento independentista sufre una ruptura organizativa que culmina con la unificación de las diversas tendencias en pugna: el Plan de Iguala es el acercamiento entre las facciones iturbidistas y guerreristas, terminando en los Tratados de Córdoba, donde el último virrey español Juan O'Donojú reconoce la independencia de México, entrando el ejército trigarante a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1824. Se cerraba una etapa de 300 años de colonia, se abría una nueva que sería paliativo a la realidad del país. En el acontecer local, el logro de la independencia da oportunidad de reconocer las tenencias y rancherías de la municipalidad de Guarachita, hoy Villamar. Sobre 1822, "la 105

Archivo del Antiguo Obispado de Michoacán. Diezmatorios. Legajo 1. 77


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

municipalidad de Guarachita tiene una tenencia y es Jaripo; dos haciendas, Guaracha y Platanal, y ranchos que siguen: Estancia de San Antonio; Agua Santa; La Mesa; Varal; Capadero; Cerámica; La Zábila; Resolana; Las Arquillas; La Joya; El Limoncillo; Cerrito Colorado; El Frijolar; El Camichín; El Puerto; El Guayabo; Sindio; Cuaumeo el Chico; Tarimoro; La Ortiga; Cerro Blanco; La Palma; Rincón del Guayabo; Tumbiscatio; El Ajuate; Rincón de Jaripo; Siquítaro; La Ladera; Presa Vieja; Los Palos; Raya de San Antonio; Los Granados; La Cantera; El Aguacate; Joya del Aire; Los Figueroa; El Salitre y El Ulerio".106 Cuarenta rancherías, dos haciendas, una tenencia y la cabecera municipal forman el complejo territorial de San Miguel Guarachita independiente. Un rompecabezas con sus piezas regadas al norte, sur, oriente y poniente de la cabecera, entorno geopolítico que se irá modificando de acuerdo a las divisiones territoriales subsiguientes. Ya medianamente pacificado el país, algunos estudiosos empiezan a hacer recuentos de la población, según don Juan Martínez de Lejarza, en su Censo de 1822 nos dice, "población habida en Guarachita: 5,463 habitantes y nos aclara, los municipios de Sahuayo y Guarachita en el año de 1822 pertenecían al distrito de Zamora".107 El tramo iturbidista De la entrada del ejército trigarante a la ciudad de México hasta 1821, se manifiestan vertiginosamente los acontecimientos del imperio iturbidista: En 1821 "se forma una Junta Provisional Gubernativa que decretó el Acta de Independencia del Imperio Mejicano. Esta junta nombra una regencia, cuya presidencia estuvo a cargo de Iturbide". 108 Los partidarios de Iturbide se organizan hasta llevarlo al poder en forma legítima al año siguiente: "el 20 de julio de 1822, es coronado Emperador de México Agustín de Iturbide con el nombre de Agustín I".109 En ese periodo parecen olvidarse los sacrificios hechos por el Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 139. Ídem, p. 143. 108 Silva Tena, Teresa. Op. cit., p. 24. 109 Ídem, p. 25. 106 107

78


VILLAMAR

pueblo mexicano, los hacendados vuelven a ocupar lugar prominente en la jerarquía social y el pueblo regresa a servirlos. Sin embargo, a finales de 1822 y a principios de 1823, el Plan de Veracruz y el Acta de Casa Mata, dados a conocer por el general Antonio López de Santa Anna como freno a los desmanes y despotismo de Agustín I, llevan al siguiente hecho, "Iturbide renuncia a la corona imperial el 19 de marzo, por el levantamiento de los republicanos al mando de don Antonio López de Santa Anna".110 Ocho meses después, el Congreso Constituyente se reunirá de nueva cuenta para formular los principios básicos de la República, de tal forma "el Congreso promulgó el 31 de enero (1824) el Acta Constitutiva, en que México quedaba constituida en República Popular Federal".111 Al convertirse en República, los Estados, municipios, tenencias, rancherías y demás firmantes del pacto federal, son reagrupados geopolíticamente de diversas formas, así lo que conocíamos como Provincia de Michoacán se convierte en el Estado de Michoacán: "Por decreto expedido el 31 de enero de 1824 y promulgado el 16 de febrero del mismo año, la antigua provincia de Michoacán tomó el nombre de Estado Libre y Soberano; dicho decreto procedía del Primer Congreso Nacional Constituyente, que funcionaba en la capital de la República".112

Los Estados a su vez se subdividieron en partidos, departamentos y municipalidades; por la región de las Guarachas se presentan los siguientes cambios: "Desde antes de la Independencia hasta el 14 de marzo de 1825, Jiquilpan fue cabecera del partido de su nombre y comprendía en su jurisdicción las poblaciones siguientes: Jiquilpan, Tarecuato, San José, Ocumicho, Patamban, Los Reyes, San Gabriel, Cotija, Tingüindín, Sicuicho, Pamatácuaro, Tacátzcuaro, San Ángel, Peribán y Charapan; siendo el partido de Jiquilpan en unión del de Ídem, p. 25. Ídem, p. 25. 112 Romero Flores, Jesús. Diccionario de Historia y Geografía. México, D.F., Imprenta Venecia, 1973, segunda edición, p. 274. 110 111

79


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Pátzcuaro, Taretan, Uruapan, Zamora y Tlazazalca, el departamento nombrado del oeste, cuya cabecera era Pátzcuaro. En la época de que se hace referencia estaba dividido el estado de Michoacán en cuatro departamentos, denominados del Este, Oeste, Sur y Norte, siendo sus cabeceras respectivamente, Valladolid, Pátzcuaro, Tiripetío y La Piedad. El 15 de marzo de 1825, por virtud de la Ley número 40, el partido de Jiquilpan fue parte integrante con el de Zamora, Tlazazalca, Puruándiro y La Piedad del departamento del Poniente, cuya cabecera fue Zamora. La ley número quince del 9 de diciembre de 1831, volvió a darle al Estado nueva división, y entonces el departamento del Poniente, lo compusieron los partidos de Jiquilpan, Zamora, Tlazazalca, La Piedad y Los Reyes, siendo su cabecera Zamora; la citada ley segregó del partido de Jiquilpan a municipalidades de Los Reyes y Tingüindín agregándole los de Sahuayo y Guarachita".113

Siendo Guarachita una de las municipalidades de Zamora se presenta el hecho por el que cambiara el nombre de nuestro municipio: El nacimiento de Eligio Villamar Nicodemus En el libro número cinco del Archivo Parroquial de Villamar se puede leer lo siguiente: "Al margen, Eligio José, español de aquí. En el año de mil ochocientos veinticinco, el día tres de diciembre, Yo Dn. José de Dosal Piedra, encargado de esta adjudicatura, exorcisé y puse óleos y sagrado chrismas a un ynfante de dos días de nacido y bauticé solemnemente aquí en nombre José Eligio, h. l. (hijo legítimo) de Ignacio Villamar y de María Nicodemus cónyuges. Padrino Cristóbal Fuentes a quien advertí su obligación y parentesco espiritual y lo firmé. D. José de Dosal Piedra Theniente de cura Rúbrica"114

113 114

Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 25. Archivo Parroquial de Villamar. Libro de Bautismos Nº 5, f. 52. 80


VILLAMAR

En este libro parroquial el apellido Villamar se encuentra emparentado con los Rojas, Nicodemus, Bargas, Villamil y Del Río, aunque el apellido sólo se presenta hasta la primera mitad del siglo pasado y posteriormente desaparece sin que se le vuelva a encontrar. En este mismo año (1825), asume la presidencia del país el primer presidente constitucional de la República, Don Guadalupe Victoria. Si bien es cierto que desde el triunfo de la independencia el país vive unos años en el marco de la legalidad y en forma pacífica, esta pasividad y legalidad no durarán mucho tiempo; las hostilidades internas y externas arrancan de nueva cuenta con dos hechos fundamentales: la llegada a la presidencia de la República de don Vicente Guerrero y la invasión de Isidro Barradas a Tampico, hechos que hacen de México una nación dividida en beneficio de los hacendados, de aquellos en contra de quienes Hidalgo y Morelos se habían pronunciado, el poderío de los hacendados va en crecimiento constante y son quienes determinan justicia y desarrollo económico en sus zonas de influencia. Al principio de la década de los treintas varios males se aquejan en las Guarachas: en 1830 existe una epidemia de viruela en la que cientos de infantes se ven postrados en cama. En 1833 llega a la presidencia de la República el general don Antonio López de Santa Anna y como vicepresidente el liberal don Valentín Gómez Farías, dupla que sufrirá ruptura al tomar Gómez Farías la determinación de dictar medidas contra el clero. En la región de las Guarachas, este hecho parece sucederse en forma inadvertida, dado que, "en 1833, existió el cólera morbo que cobró muchas víctimas en la región". 115 Ya pasado el peligro de la enfermedad y con cientos de muertos, los vecinos pertenecientes a la municipalidad de Guarachita toman partido por la causa conservadora, más convencidos por los Moreno —dueños de la hacienda— que por ellos mismos, hecho que se repetirá en el conflicto religioso del siglo XX. A las medidas de Gómez Farías, Santa Anna responde con la disolución de las cámaras y dejando sin validez los decretos de don Valentín, acontecimiento que utilizarán los federalistas para 115

Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 122. 81


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

sublevarse en diferentes partes del país. En 1836, cuando el ejército de Santa Anna es derrotado en San Jacinto y tiene que firmar los Tratados de Velasco en los que se compromete a retirar a Texas al ejército mexicano y perder todo Texas, en Guaracha el Amo Diego Moreno cede una parte de la hacienda en arrendamiento. "En 1836, patrono de Guaracha, dio en arriendo la parte occidental y alta de sus latifundios a don Luis Arceo, vecino de Sahuayo, por la cantidad de 4,700 pesos anuales. En 1840, don José Dolores Acuña, del vecindario de Jiquilpan, sucedió a don Luis como arrendatario".116

El arrendamiento a favor de Luis Arceo primero, y después a José Dolores Acuña, son medidas que toma don Diego para sufragar su carrera política y ante la inminente llegada de los liberales al poder y ante la posibilidad de ir contando con aliados que en un momento dado pudieran luchar a su lado. Aunque en este mismo año (1836), el Congreso publique las Siete Leyes Constitucionales, donde determinan que la República será Central y no Federal. Guarachita, junto con la mayoría de las comunidades que formaban su municipalidad, seguirán dependiendo económicamente de la hacienda, unidad productiva que será en realidad el centro económico de todo el occidente de Michoacán. Dada su importancia y riqueza, la hacienda se ve constantemente amenazada por los bandoleros insurgentes. En las inmediaciones de San Miguel Guarachita las fuerzas de Gordiano Guzmán se asentaron en repetidas ocasiones e incluso atacaron varias veces a la hacienda. "En el año de 1837, se da la batalla de Gordiano Guzmán en contra de las fuerzas del gobierno jefaturadas por don Ángel Guzmán cerca de Guarachita".117 Es suposición generalizada que las acciones de Gordiano Guzmán beneficiaban a los jornaleros y menesterosos de Jalisco y Michoacán. De Guarachita y Jaripo se le unieron los inconformes con los designios de los Moreno y algún acomodado que no comulgaba con 116 117

González y González, Luis. Sahuayo. Op. cit., p. 101. Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 123. 82


VILLAMAR

las ideas de los hacendados. Dos o tres Corteses, Chávez, Del Toro, Cervantes y Leñero se alistaron con el que fuera terror de las costas de Jalisco y Michoacán. También se le suele aplicar a Gordiano Guzmán el mote federalista y explicar que su levantamiento se debió a la implantación del régimen centralista de nuestro país. (Cfr. Jaime Olveda). En el transcurso de 1837 a 1847, los pronunciamientos en contra del general Santa Anna son diversos; en estos mismos años el ahora Estado de Yucatán se anexa y desanexa varias veces de la República Mexicana y, para colmo, en este mismo periodo el general Santa Anna pierde una pierna en batalla (Veracruz 1838) y es desterrado en 1845 para volver después a la defensa de México en contra de la Invasión norteamericana "Los Estados Unidos declararon la guerra a México en mayo de 1846, debido a que, según dijo el Presidente Polk en su declaración, México 'ha invadido nuestro territorio y ha derramado sangre norteamericana en tierra norteamericana'. Esa fue la explicación de Polk respecto a las hostilidades que dieron por resultado el envío de tropas norteamericanas contra las poblaciones mexicanas establecidas sobre el margen izquierdo del Río Grande. La República de Texas había reclamado para sí esa zona, pero en realidad nunca había estado bajo su control. El año anterior, poco antes de que Texas aceptara la oferta norteamericana para su anexión a los Estados Unidos, el comodoro Robert F. Stockton que había sido comisionado en Texas por el gobierno de Polk, insistió en que se enviaran tropas al Río Grande. Posteriormente, el Presidente Anson Jones de la República de Texas lanzó la acusación de que el plan del Presidente Polk consistía en hacer la guerra a México en el momento de la anexión de Texas: de esta manera se evitaría la responsabilidad de iniciar una guerra agresiva para adquirir California y otras provincias de México".118

Price, Glen W. Los orígenes de la Guerra con México. Trad. Ángela Muller, México, D.F., Ed. FCE., 1947, Colección Popular, p. 9. 118

83


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Al ingreso del ejército invasor al país, miles de mexicanos se alistaron como voluntarios para defender la integridad del territorio nacional y sobre todo a la capital del país, entre ellos sobresalió un estudiante de leyes, nacido apenas 22 años antes en San Miguel Guarachita y que en la batalla de Churubusco se convierte en Villamar el héroe Enrique Olavarría y Ferrari nos describe la batalla de Churubusco de la siguiente manera: "El enemigo avanzó en dos columnas, una por el camino de Tlalpan y otra por el de Coyoacán, convergiendo sobre Churubusco. El ataque como la resistencia fueron terribles, pero al fin los americanos ganaron la posición a la bayoneta, con pérdida de casi trescientos hombres, y acto continuo se extendieron hacia la hacienda de Los Portales, en cuyo auxilio acudió en persona Santa Anna empeñando un terrible combate, a la vez que la segunda columna enemiga, fraccionándose en varias posiciones con multitud de tiradores, atacaba las posiciones de Churubusco. El jefe del punto lo era el general don Manuel Rincón, y por más de tres horas el fuego fue vivísimo y al fin hubieron de entregarse al enemigo, que los trató con la mayor consideración, sin exigir el empeño de la palabra y sin despojar a nadie de sus espadas y propiedades. Díjose del general Anaya que cuando los americanos hubieron ocupado el convento de Churubusco, y después de saludar cortés y marcialmente a nuestros jefes y oficiales, Twiggs preguntó a Anaya dónde estaba el parque o municiones sobrantes, y éste le contestó: Si hubiera habido parque no estaría usted aquí".119

Es en esta batalla donde Eligio Villamar tuvo importante participación, según el decir de varios autores: "Del Colegio de San Nicolás salieron los licenciados Gabino Ortiz, Francisco W. González, Rafael Carrillo y Eligio Villamar, a combatir, Olavarría y Ferrari, Enrique. Et. al. México a Través de los Siglos, Comp. Vicente Riva Palacio, México, D.F., Ed. Valle de México, 1974, Tomo IV (VI) p. 616. 119

84


VILLAMAR con las armas en la mano la odiosa dictadura santanista y la intervención norteamericana. De este último (Eligio Villamar) que, como miembro del batallón de Bravos formados en México, por nicolaitas que seguían sus estudios en la Universidad u otros planteles, se distinguió en la defensa de Churubusco, se dice en la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos. Hubo en aquella acción (la de Churubusco), rasgos de valor dignos de ser mencionados, entre los cuales merece particular elogio el joven Eligio Villamar, oficial del regimiento de los Bravos, quien desde los primeros tiros se salió sobre el parapeto y permaneció allí, al fuego de los enemigos, alentando a sus soldados y sin dejar ni un momento de vitorear a la República y a los generales Rincón y Anaya. Su arrojo fue tanto más notable cuanto que, dedicado antes a sus tareas científicas y literarias, aquella era la primera vez que afrentaba la muerte en un campo de batalla.

El publicista y licenciado Mariano de Jesús Torres, afirma de Villamar: "Este elogio tan justo y a la vez tan placentero, cubre de gloria al valiente patriota michoacano, y esos laureles tan brillantes que conquistó en defensa de su patria son el timbre más hermoso con que se presenta a los fastos de la historia. Guillermo Prieto en su libro "Churubusco, recuerdos de 1847" canta la gloria de Villamar así: Tremendo es el choque. ¡Tremendo es el rechazo! ¡así el arrecife repele a la mar! mas vuelve a su furia y entre olas y espuma a intervalos vese soberbio luchar. Ahí, bardo erguido, doncel afamado nutrido en el suelo del fértil Letrán alzado en el muro gritaba: ¡conmigo! ¡Conózcanme, yanquis, yo soy Villamar! Villamar tenía entonces 22 años. Había iniciado su preparatoria en el Colegio de San Nicolás y luego, auspiciado por doña Antonia Moreno

85


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO de Depeyre, fue a estudiar leyes a San Ildefonso y San Juan de Letrán, hasta graduarse de abogado".120

Por su parte, don Jesús Romero Flores, con su peculiar estilo nos dice: "Eligio Villamar, defensor de la patria, nació en el antiguo pueblo de Guarachita, Michoacán, que hoy se llama Villamar en honor de su ilustre hijo, el primero de diciembre de 1825. Fueron sus padres don Ignacio Villamar y doña María Nicodemus. Desde muy pequeño, el joven Villamar se distinguió por sus extraordinarias prendas de talento y dedicación al estudio, de tal manera que una acaudalada y filantrópica dama, doña Antonia Moreno de Depeyre, dueña de la hacienda de Guaracha, tomó a su cargo la educación del joven Villamar, enviándolo a estudiar, primeramente a Morelia y, cuando hubo terminado la preparatoria a la ciudad de México. Formó parte, nuestro biografiado de aquella ilustre pléyade de jóvenes michoacanos que tanto se distinguieron en el segundo tercio del siglo pasado, por su vasta literatura y elevado patriotismo y entre los cuales podemos citar a Juan N. Navarro, después cónsul de México en Estados Unidos; Ramón J. Alcaraz, subsecretario de gobernación en el gabinete de Juárez; don Jesús Echaíz, diputado y literato, discípulo predilecto de Ocampo; y de otros muchos cuya enumeración sería extensa. Encontrándose en México estudiando jurisprudencia, aconteció la funesta guerra con los Estados Unidos; Villamar se alistó en el regimiento de Bravo al lado de los generales Pedro M. Anaya y Manuel Rincón; estuvo en la defensa del convento de Churubusco, Portales y la garita de San Antonio Abad. El valor y arrojo de que dio muestra Villamar en aquellas jornadas no pasó desapercibido para los historiadores, que con elevados encomios lo mencionan en la obra "Historia de la guerra entre México y los Estados Unidos". También el poeta Guillermo Prieto lo elogia en una de sus poesías dedicadas a conmemorar el hecho histórico a que hacemos referencia. Vuelto a Morelia, y encontrándose ya recibido, asociado al bufete del Lic. Antonio Morán, fue invitado a un paseo a la alberca de Cointzio. Con Macías, Pablo G. Aula Nóbilis. Monografía del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo, México, D.F. Del Autor. 1940, pp. 104106. 120

86


VILLAMAR el arrojo propio de la juventud, Villamar se lanzó a lo más peligroso de aquel depósito de agua y se propuso pasarlo a nado. Se supone que un ataque cerebral le ocasionó la muerte instantánea. Tal hecho ocurrió en junio de 1852, fue muy sentida la desaparición de Villamar en todo el Estado, en donde gozaba de justa fama por sus cualidades como patriota y literato. Escribió muy bellas poesías, que el Lic. Don Mariano de Jesús Torres dio a luz en un pequeño tomo, coleccionando las que había publicado en la prensa. Se supone que su producción inédita quedó perdida a la muerte de este distinguido portalira. Sus paisanos, entre ellos el Lic. Agustín Leñero, ex ministro de México en la Argentina, han honrado el nombre de Villamar, dándoselo a su pueblo natal, como en justicia le corresponde".121

Loable labor la del capitán Eligio Villamar en contra de la invasión norteamericana, labor que se vio acendrada por las proclamas de los más preclaros michoacanos de aquel tiempo, como don Melchor Ocampo y los componentes del Congreso del Estado de Michoacán. En mayo de 1847, siendo Gobernador del Estado de Michoacán el señor Ocampo, escribe a los miembros del batallón Matamoros de la guardia nacional, "Mis amigos. Acabáis de jurar que seréis fieles a vuestra bandera, es decir, que lo seréis a vuestra patria como soldados. Sin jurarlo, vuestro interés está en serle fiel como ciudadanos. La pobre México, en medio de su angustia, se reposa confiada en el valor de sus buenos hijos, ¿querríais hacerle perder toda esperanza? No; Michoacán, la cuna de los héroes, la tierra clásica de la libertad en la república, no puede tener hijos que la traicionen, que la engañen con un juramento sacrílego. ¿Sería el batallón Matamoros el primero que deslustrase el buen nombre de Michoacán? ¿Seréis vosotros los que hagáis maldecir nuestro Estado y que caiga de su antiguo renombre? No, mil veces no; vais a representar en el ejército nuestras antiguas glorias; aumentadlas. Vais a pelear. Considerad cuánta gloria os espera, cuántos afectos dejáis, cuán grande satisfacción será volver para reunir aquélla y éstos. Hijos somos de nuestras propias obras. Pelead tenazmente y venceréis. Arrancada a la fortuna sus valores; siempre ella los ha 121

Romero Flores, Jesús. Op. cit., pp. 477-478. 87


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO concedido a los valientes. Pensad que no muere por una buena causa sino el que merece el título de hombre. Os considero en este momento como mis hijos. Grave pena me causa separarme de vosotros, en cuya compañía quisiera marcharme; pero os debo decir como las espartanas: volved con el escudo o sobre el escudo. El astro de México aun brilla, aunque empañado. La Constancia será su horizonte; no permitáis que tras de ella se oculte. El mundo puede llenarse de vuestra fama; no dejéis escapar la ocasión de atraernos sus miradas de benevolencia. Marchad, que nuestros votos os acompañan, nuestras bendiciones os esperan: contad en todo con vuestro amigo".122

Esta misiva se hizo extensiva a todos los michoacanos que como Villamar luchaban en contra del invasor. Mes y medio después, el Congreso del Estado de Michoacán, del que formaría parte Eligio Villamar cuatro años más tarde, decreta lo siguiente: "El Congreso del Estado de Michoacán, decreto número 27. El Estado de Michoacán protesta ante la República y el mundo, que jamás reconocerá cualquier tratado que sobre paz se haga con los Estados Unidos, si previamente no desocupan sus fuerzas todo nuestro territorio, y si aquel gobierno no reconoce nuestro derecho a la completa indemnización de los males que nos han causado. Morelia, julio 10 de 1847".123

Terminada la guerra dice Mariano de Jesús Torres en su Diccionario Histórico, Biográfico, Geográfico y Estadístico, que el joven Villamar dejó las armas del guerrero para volver a tomar los libros del escolar, y optando por la carrera del foro, hizo todos los estudios de jurisprudencia, concluida la teórica, emprendió la práctica en el bufete del señor Lic. Dn. Antonio Morán, y al fin terminó su carrera, obteniendo el título de Abogado en 1852… Al morir ahogado en Cointzio, su cadáver fue inhumado en el panteón de San Juan. Arreola Cortés, Raúl. Melchor Ocampo. Textos Políticos, México, D.F., pp. 68-69. 123 Coromina, Amador. Recopilación de las leyes, decretos, reglamentos y circulares expedidas en el Estado de Michoacán. Morelia, Imp. de I. Arango, 1886, T. XI. 122

88


VILLAMAR

Debido a las fuentes escasísimas sobre la vida de Eligio Villamar y su familia, nos queda Una duda Que despejada engrandecerá la personalidad de Eligio Villamar. Sus biógrafos Eduardo Ruiz, Jesús Romero Flores, Pablo G. Macías y Guillermo Prieto, coinciden en afirmar el tutelaje de que fue objeto por parte de la dueña de la hacienda de Guaracha, doña Antonia Moreno de Depeyre. Sin embargo, de acuerdo a testimonios orales de Petra Chávez y a la excelente investigación de Heriberto Moreno sobre Guaracha, podemos concluir lo siguiente: Cuando don Diego Moreno Jaso arrendó parte de la hacienda a Luis Arceo y José Dolores Acuña, lo hizo por necesidad, puesto que pesaban varias hipotecas sobre Guaracha y cuando se casa por tercera vez con la señora Sánchez Leñero, de Guadalajara, ésta es la que se hace cargo total de la hacienda hasta su muerte, ocurrida durante la guerra de los tres años; es decir, durante el trienio 1858-1861. Por otra parte, según doña Petra Chávez "La familia de Eligio Villamar, tuvo posesiones por el Ulerio y tratos comerciales con los dueños de la hacienda".124 Lo que sí es cierto es la ideología liberal de Villamar, hecho que le hubiera traído la enemistad de doña Antonia Moreno, pues fácilmente habrían roto tutora y tutorado. La vida pública de Villamar no terminó en la batalla de Churubusco, apenas días antes el heroico acontecimiento de los cadetes militares que defendieron Chapultepec y que ahora conocemos como Niños Héroes, sino que formó parte del Congreso Constituyente del Estado de Michoacán en el año de 1851, como diputado, siendo Gobernador del Estado don Melchor Ocampo. También es raro que de los cincuentas del siglo antepasado en adelante no encontremos Villamares en el Archivo Parroquial, y que la gente de mayor edad no recuerde habitantes de la cabecera municipal con ese apellido. Chávez, de Del Toro Petra. Testimonio oral. Petra Chávez estuvo casada con Ignacio del Toro, de Guarachita. 124

89


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

De la región de las Guarachas y su entorno participaron en la defensa de México de 1847 otras gentes que desgraciadamente se han olvidado, como es el caso de Demetrio López, de Jiquilpan, quien regresó sin un brazo y con una exigua pensión otorgada por el gobierno. Como consecuencia de la derrota de México ante Estados Unidos en la invasión de 1847, se firma el tratado de Guadalupe-Hidalgo, mediante el cual nuestro país se ve forzado a Ceder la mitad del territorio nacional El 2 de febrero de 1848 "se firmó el tratado de Guadalupe-Hidalgo entre México y los Estados Unidos. México cedía a los norteamericanos los territorios de Texas hasta el río Bravo, Nuevo México y la Alta California, a cambio de 15 millones de pesos. El Congreso de la República se opuso en principio al tratado, pero luego lo aprobó el 13 de mayo".125 Siendo Presidente de la República el general Mariano Arista, Eligio Villamar muere en junio de 1852, apenas un mes antes de que José María Blancarte diera a conocer su "Plan de Jalisco", eminentemente conservador y que persigue como objetivo llevar de nueva cuenta a don Antonio López de Santa Anna a la presidencia, hecho que logran en 1853. En el universo guarachiteño a la mitad del siglo pasado vuelve a aparecer el cólera morbo, aunque en esa ocasión causa menos muertes. La hacienda de Guaracha trata de recuperarse de la inactividad en que se había estancado al descuidarla don Diego Moreno Jaso cuando fue Gobernador del Estado. Sin embargo, "el primero de marzo de 1845, el coronel Florencio Villarreal, el general Juan Álvarez y otros proclaman el Plan de Ayutla, desconociendo el gobierno de Santa Anna. La mayoría de la república secunda el plan".126 La hacienda de Guaracha vuelve a jugar un papel importante en la defensa de los intereses conservadores, no así Guarachita que veía 125 126

Silva Tena, Teresa. Op. cit., p. 32. Ídem, p. 33. 90


VILLAMAR

en la hacienda su enemigo natural. La hacienda otorgaba pertrechos y alojamiento a los conservadores lidereados por el hijo de Santa Anna, José Santa Anna, mientras que de Guarachita muchos se unieron a las fuerzas de los generales Pueblita y Huerta, defensores en Michoacán del Plan de Ayutla. El distanciamiento entre liberales y conservadores se acentuó al grado de provocar lo que más tarde se denominaría la guerra de los tres años. Antes, en octubre de 1855, triunfa el Plan de Ayutla y don Juan Álvarez es llevado a la presidencia de la República; éste forma su gabinete con las personalidades más destacadas del movimiento liberal: Benito Juárez, Guillermo Prieto, etc. En diciembre del mismo año, es nombrado presidente don Ignacio Comonfort, quien de ser liberal moderado, actúa como conservador en 1857, al expedirse la Constitución Política Federal, Benito Juárez se opone desde la Suprema Corte y llega a la presidencia en 1858. El clero defendía sus intereses y se oponía abiertamente al movimiento liberal, para ello los obispos visitaban su jurisdicción cada que podían; por el año de 1854 el obispo de Michoacán, Clemente de Jesús Munguía realizó visita pastoral por esta región, impugnando ya lo que sería la Constitución de 1857, así: "El cura (la Iglesia) lo observará todo desde el campanario y lo aprovechará todo desde el confesionario".127 A la jura de la Constitución de 1857 se opusieron las autoridades eclesiásticas por considerarla atentatoria a las libertades religiosas; veamos los siguientes documentos encontrados en el libro de Providencias del Archivo Parroquial de Villamar: "Con fecha 18 del corriente expidió el ilustrísimo señor obispo de esta diócesis informando su conducta con la del ilustrísimo señor Arzobispo de México, el decreto del tenor siguiente:

Monsiváis, Carlos. Amor Perdido. México, D.F., SEP., 1986. Segunda edición. Lecturas Mexicanas. Nº. 44, p. 21. 127

91


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Habiendo llegado a nuestras manos un ejemplar de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mejicanos, sancionada y jurada por el Congreso General Constituyente el día 5 de febrero de 1857 mandada imprimir y circular y cumplir el día 12 del mismo mes, por el Supremo Gobierno de la Nación y publicada en esta capital el 11 del corriente y bisto en ella varios artículos contrarios a la institución, doctrina y derechos de la Santa Iglesia Católica y estando previendo en el último que sea jurado con la mallor solemnidad en toda la República, declaramos que ni los eclesiásticos ni los fieles, podemos por motivo alguno ni por algún título, jurar lícitamente esta Constitución. Y no queriendo hacernos responsables ante Dios del juramento que por falta de arbertencia prestan algunos de nuestros diocesanos, a quienes tenemos obligación de dar en todo y por todo la Santa Doctrina, disponemos que por nuestra señoría se diga a todos párrocos para que lo tengan entendido y lo hagan entender a los fieles que no es lícito jurar la Constitución. Con fecha 21 del mismo ordena a su Sagrada Ylustrísima se comunique a los vicarios foráneos, a los párrocos y demás a quienes corresponda, según lo dispuesto en el presente decreto: Primero, que no es lícito jurar la constitución por contener varios artículos contrarios a la Institución, Doctrina y derechos de la Santa Iglesia Católica; Segundo, que se les prevenga, muestren a quien corresponda la presente circular, y den cuantas copias estimen convenientes de ella y permitan sacarlas a cuantos las pidan; Tercero, que cuando los que hubieren hecho el juramento de la Constitución se presenten al tribunal de la penitencia, los confesores en cumplimiento de su deber, han de designarles previamente que se retracten del juramento que hicieron del modo posible, pero que siempre llegue al conocimiento de la autoridad ante quien se hizo el juramento, ya sea por el mismo interesado, ya por personas notoriamente autorizadas, por él para que lo haga a su nombre. En cumplimiento de lo dispuesto por su sagrada ylustrísima dirijo a vosotros la presente de orden de los señores gobernadores de la diócesis, sin embargo de la circular que dieron el día 23 del actual para el mejor arreglo e inteligencia de lo que debe practicarse en las circunstancias presentes, a cuyo fin se trasladará en el libro de Providencias cuidando de mandarla a la parroquia siguiente de las que ban anotadas al margen. Dios que a

92


VILLAMAR usted guarde muchos años. 30 de marzo de 1857. Dr. Luis G. Sierra. Secretario. Es copia fiel del original. Guarachita, abril 5 de 1857".128

La incitación a la desobediencia civil es clara y todavía se fortifica con el siguiente documento: "Secretaría del Gobierno Eclesiástico de Michoacán. Con fecha 20 del corriente, dice el ylustrísimo señor obispo, ante gobierno diocesano lo siguiente. Con esta fecha me dice el ylustrísimo señor Arzobispo lo que copio: Ylustrísimo señor, con fecha de ayer digo, al excelentísimo señor gobernador del Distrito lo que sigue: Excelentísimo señor, acabo de recibir la atenta nota de vuestra excelencia en la que se sirve comunicarme que hoy se publica la Constitución, con el fin de que yo dé orden para que se enarbole el pabellón de la nación en la Santa Iglesia Catedral, y para que en ella y en las demás iglesias se repiquen a vuelo durante la publicación. A vuestra excelencia consta que los señores obispos de esta provincia eclesiástica y yo hemos hecho repetidas protestas contra algunos artículos de la Constitución, por exigirlo hasi á nuestro deber, ya que el común de los fieles han estado y están en entera conformidad con el juicio de sus prelados; pero por lo mismo, que vuestra excelencia no llevará á mal dé yo las órdenes de que me habla, las que bien podrían interpretarse como una provocación de los artículos reclamados. Y lo comunico a vuestra excelencia para su conocimiento y efectos consiguientes, reiterándole las protestas de mi particular aprecio y consideración. Méjico, marzo 11 de 1857. Por lo inserto se impondrá V. de los ylustrísimos señores metropolitanos, y obispos de esta diócesis están dispuestos á negar el juramento de la Constitución, y á no prestar su consentimiento á que se solemnice su publicación por parte de la iglesia. Son muy obvias todas las razones que militan a favor de lo dispuesto por prelados tan respetables los cuales fácilmente desentrañarse, fijando la atención en nuestros principios religiosos por naturaleza, fijos e inmutables pugnando pues contra estos varios artículos constitucionales, contra algunos de los cuales ha protestado solemnemente la iglesia mexicana, por ser opuestos al espíritu, doctrina, derechos de la iglesia católica, y habiendo además en la referida Constitución otros puntos de inteligencia ambiguos, y de que por lo mismo se abran 128

Archivo Parroquial de Villamar. Providencias., ff. 3-4. 93


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO siempre que se quiera nos encontramos en la imprescindible necesidad de evitar los males en la parte posible. Aunque el común de los fieles, han estado y están en entera conformidad con el juicio de sus prelados, no falta desgraciadamente que disientan de la verdad ya sea de buena fe por su ignorancia, ya sea de mala fe por su pertinacia. Los que se convierten en uno ó en otro cargo del ministro del curato, que en el cargo de V. son acreedores a su celo compasivo, y a que se les procura reducción al verdadero camino, más que en términos y que por arbitrios (que por ahora combiene sean privados) haya de proveer V se le indicará la mínima prudencia, según las necesidades y características de aquellos. Dios guarde a usted muchos años. Morelia, 23 de marzo de 1857. José Antonio de la Peña. José María Arriaga. Es copia del original, Guarachita, abril 14 de 1857. El Obispo, Clemente de Jesús Munguía".129

Previendo futuras acciones por parte del gobierno federal, Clemente de Jesús Munguía envía la siguiente circular a las iglesias de su diócesis: "Clemente de Jesús Munguía, por la gracia de Dios y de la Santa Sede apostólica de Michoacán. "Que abiendo representado al supremo gobierno de la nación, el día 4 del corriente pidiéndole la revocación de la Ley de 11 del pasado, sobre derechos y obvenciones parroquiales por considerarla opuesta no sólo a la independencia, soberanía y libertades legítimas de la Santa Iglesia sino también su decoro y dignidad, y para el caso de llevarse a efecto e hecho las protestas siguientes: Primera, contra la Ley General en cuanto se opone a los espresados caracteres, derechos y prerrogativas de la Iglesia; Segunda: Que no consentimos ni consentiremos que dicha Ley sea fijada en los cuadrantes y curatos de las parroquias y que aun cuando de hecho y por la fuerzas se fije, no por esto será tenida por Ley ni obedecida como tal en nuestra Iglesia; Tercera: Que sin consecuencia de esta oposición legítima los curas sacristanes, mallores vicarios y fábricas espirituales fueren privadas de su congresía y dotación correspondiente no por esto perderán sus derechos, si no que los conservarán íntegros; Cuarta: Que no podemos ni debemos obligarlas y en consecuencia no los obligamos a que renuncien a este 129

Archivo Parroquial de Villamar. Providencias., f. 1. 94


VILLAMAR derecho y dejen de recibir lo que les pertenece; Quinta: Que aun cuando de hecho no lo reciban por la fuerza que se les haga por no cobrar si no fijan la Ley repetida en los cuadrantes de las parroquias la obligación de conciencia que tienen con excepción de los pobres de solemnidad los respectivos deudores de pagar los derechos parroquiales subsiste siempre y todos quedan obligados ligados con el deber de la restitución; Sesta: Si por falta de congrua, sustentación o en consecuencia de los destierros llegamos a faltar los eclesiásticos necesarios a pesar de nuestro empeño por que los fieles no dejen de estar espiritualmente asistidos, todos los males que de aquí resulten, no son de nuestra responsabilidad, pues no somos los prelados, sino la Ley que impide a los curas y demás personas sus obvenciones y derechos. Debiendo hacer lo posible por nuestra parte para que los fieles de nuestra diócesis no dejen de estar atendidos en sus necesidades espirituales por falta de sacerdotes que les ministren los santos sacramentos, creyendo muy necesario que los párrocos, sacristanes mayores y varios tengan una regla fija y autorizada para conducirse en los casos que puedan ocurrir si se llevan a efecto la mencionada Ley…"130

A pesar de las amenazas de dejar a los fieles sin servicios religiosos, la Constitución del 57 siguió adelante, incluso con el visto bueno de quien en 1864 viene a gobernar nuestro país: El archiduque Maximiliano de Habsburgo. Para este tiempo "en 1860 había 4,500 habitantes en Guarachita".131 Y a partir de la pérdida de la mitad de nuestro territorio se hacen los siguientes comentarios: "Estos (comentarios de la pérdida del territorio mexicano) comenzaron a ser comidilla a pesar de la victoria local de 1861 en que Guaracha vendió la mitad de su territorio"132 a simple vista parecía que la hacienda perdía su poderío, sin embargo la realidad será diferente. Por el año de 1862, según "el doctor Guadalupe Romero, Guarachita tenía la siguiente población: 6,000 habitantes".133 El crecimiento demográfico de las Guarachas era el reflejo de lo que Archivo Parroquial de Villamar, Providencias, ff. 5-7. Romero, J. Guadalupe. Noticias para formar la historia y la Estadística del Obispado de Michoacán, Imprenta de Vicente García T. México, 1962. 132 González y González, Luis. Sahuayo. Op. Cit., p. 107. 133 Apud. Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 193. 130 131

95


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

ocurría a nivel nacional; es decir, que las cuatro últimas décadas del siglo antepasado presentaron aumento poblacional en todo el país. El mismo año de 1862 marca el inicio de una nueva invasión, la francesa, que servirá como fundamento de entronización del segundo imperio mexicano, el de Maximiliano de Habsburgo, invasión e imperio que serán rechazados por el pueblo mexicano. Por las Guarachas, en 1864, los generales Arteaga y Cuervo reclutaron a quienes quisieron defender a la patria de los invasores franceses y de paso, controlar la ambición desmedida de los conservadores. El imperio de Maximiliano llegará a su fin el 19 de junio de 1867, cuando son fusilados en el Cerro de las Campanas Maximiliano, Miramón y Mejía. Poco antes, la Emperatriz Carlota abandona el país en búsqueda de apoyos para sostener en el poder a Maximiliano; a su salida el pueblo entonaba la siguiente composición: De la remota playa te mira con tristeza la estúpida nobleza del mocho y el traidor. En lo hondo de su pecho ya siente su derrota; adiós, Mamá Carlota, adiós mi tierno amor. Es también en esta década cuando se crea el obispado de Zamora, 1864, quedando como su primer obispo don Antonio de la Peña y Navarro. El clero buscaba una descentralización que viniera a redituarle mayores beneficios, sobre todo después de lo que ocurrió en 1857. Veinte años más tarde se creará la parroquia de Guarachita siguiendo el mismo objetivo que el obispado. Es común que la sabiduría popular nos sirva de auxilio para ejemplificar sobre ciertos aspectos y uno de ellos es el familiar; se dice que ni los dedos de la mano son iguales y puede ser cierto aunque cada uno cumpla funciones diferentes. En el caso de la familia Villamar se presentó el siguiente hecho, apenas en 1847, Eligio Villamar había luchado en contra de la invasión norteamericana y en 96


VILLAMAR

1846 un primo suyo, Francisco Villamar, funge como presidente de la Corte Marcial y Comandante de la guarnición de Zamora, Corte que había ejecutado a los que se oponían al imperio de Maximiliano. Ya fraccionada la hacienda por venta, parece que Guarachita se pudo sustraer al influjo de los hacendados, sobre todo a raíz de los intentos de dotación de tierras hechas desde el siglo XVIII por Juan Magdaleno Vázquez, aunque cientos de villamarenses hayan vuelto a la hacienda por necesidad. Además, este parece ser el motivo fundamental para que Guarachita no cuente con agua para riego. "La gente y la tierra de las haciendas de Guaracha reducidos a Cerrito Pelón, El Platanal y San Antonio Guaracha, volvieron al trabajo, principalmente, de la caña de azúcar y garbanzo". 134 Por estos años, "El partido de Jiquilpan se componía solamente de su cabecera, municipalidades de Sahuayo y Guarachita con sus tenencias de Totolán, San Pedro Caro, Cojumatlán y Jaripo". 135 Y la extensión de su municipio era como sigue: "Extensión y cabidad de Guarachita en kilómetros cuadrados: 517.90";136 es decir, muy superior a la que tiene en la actualidad. La acuciosidad de don Ramón Sánchez nos da la razón de los montes con que contaba el municipio de Guarachita "son muchos los montes que tiene el distrito (Jiquilpan) según lo demuestra el plano respectivo que hemos levantado: aquí trataremos de los más notables que, por orden de municipalidades, son los siguientes: Municipio de Guarachita; Guaracha o Guarachita; Frijoles; Boruca; Ocote; Camichín y parte de Pajacuarán; Desfiladero; Jarrillas y Guayabo".137 En cuanto a las tierras de las haciendas nos dice lo siguiente: "Al oriente (de Jiquilpan) se encuentran feraces tierras de las haciendas de Guarachita y Platanal, pertenecientes al municipio de Guarachita, que con sus numerosos canales de riego hacen que sus campos siempre estén cubiertos de verdor y llenos de grandes y robustas vacadas".138 Como se puede deducir, la consigna en contra de Moreno G., Heriberto. Op. Cit., p. 112. Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 26. 136 Ídem, p. 19. 137 Ídem, p. 55-56. 138 Ídem, p. 30. 134 135

97


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Guarachita por parte de la hacienda fue muy acentuada, al dotar de agua al Platanal los canales de riego de que nos habla don Ramón Sánchez se construyeron muy al norte y por arriba de la cabecera municipal, con el fin de que ésta no pudiera contar con el agua de riego. Así, pues, Guaracha se proponía acabar con su eterno rival (Guarachita), ya que los habitantes de San Miguel venían exigiendo respeto por sus tierras comunales desde el mismo asentamiento de la hacienda, además de que a partir de la independencia los habitantes de la cabecera de la municipalidad tomaron partido por la causa liberal. Al restaurarse la República, las reformas económicas del gobierno juarista proponían reactivar todos los campos de la economía mexicana: agricultura, industria, colonización, comercio y sobre todo la construcción de vías férreas que desarrollaran el mercado interno; sin embargo, al morir Juárez, sólo pudo ver terminado el tramo ferrocarrilero México-Veracruz. La falta de capital y la desconfianza de los acreedores hacía difícil el despegue económico del país. Las unidades de producción autosuficientes (las haciendas) se convertían en enclaves de desarrollo sobrepobladas y con poderes amplios. Al iniciar Juárez su campaña electoral que lo reelegiría en 1871, el general Porfirio Díaz lanza el Plan de la Noria en el que manifestaba su repudio a la reelección. A la muerte de Juárez en 1872 le sucede en la presidencia don Sebastián Lerdo de Tejada, quien al pretender reelegirse se encuentra con el Plan de Tuxtepec, proclamado por Fidencio Hernández y secundado por don Porfirio. Precisamente en este periodo, "según memorial de la Secretaría de Gobernación, Guarachita cuenta con una población de 8,318 habitantes".139 Si hiciéramos un cuadro del crecimiento poblacional de Guarachita desde 1822 a 1881, según los datos de diversos estudiosos, éste quedaría de la siguiente manera:

139

Ídem, p. 143. 98


VILLAMAR

AÑO 1822 1862 1881

AUTOR Don Juan José Martínez de Lejarza Dr. Guadalupe Romero Memoria de la Sría. de Gobernación

Núm. de habitantes 5,463 6,000 8,318

En seis décadas la población había aumentado el 60% en la municipalidad de Guarachita, aunque también las necesidades propias de una cabecera municipal habían aumentado alarmantemente; el caso de la tierra será uno de los que más problemas acarreará, tanto a los dueños de la hacienda, como a las autoridades federales, estatales y municipales. Un adelanto de esto lo constituye el siguiente hecho: "En 1882 el presidente de Sahuayo don Ignacio Zepeda acusó a los dueños de Guaracha y al Prefecto de Jiquilpan de obstruir el camino Sahuayo-Guarachita, muy frecuentado por los arrieros. El patrón de la hacienda respondió muy altaneramente: 'Guaracha no ha tenido ni tiene ni quiere tener ningún camino e impedirá, con fuerza armada, el tránsito por sus tierras'. Como quiera, el patrón hubo de ceder por órdenes de Morelia".140

Después de siete décadas en que la conformación de nuestro país adquiere fisonomía propia, los señores de la tierra, los hacendados del México independiente adquieren preponderancia fundamental. La economía nacional en general y en particular en nuestra región, descansaba en la producción agro-ganadera de las haciendas: "Hacia las tres últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX la forma predominante de organización económica, política y sociocultural en la Ciénega de Chapala era ha hacienda. Entonces la región del lago se extendía a lo largo de las municipalidades del distrito de Jiquilpan, integrado por este último municipio, Sahuayo, Guarachita, Cojumatlán y también el municipio de Ixtlán, del distrito

140

González y González, Luis. Op. cit., p. 123. 99


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO de Zamora con sus pueblos ribereños Ixtlán, Pajacuarán, Buenavista y Cumuato".141

Los Moreno, dueños de la hacienda, rehacían el complejo económico que había puesto en peligro su padre cuando ocupó la gubernatura del Estado. En principio de cuentas se hicieron de administradores recios, a quienes los peones respetaban a costa de todo. Asimismo, nombraron como médico oficial a don Ladislao Gómez, quien se encargaba de mantener sanos a todos los trabajadores de la hacienda y, por último, continuaron apoderándose de las tierras comunales de Guarachita. En cuanto a no dejar transitar por el camino SahuayoGuarachita, dos gobernadores tuvieron que venir a transar con sus dueños: "llaman la atención tres visitas practicadas a este distrito (Jiquilpan) por los jefes supremos del Estado, el primero en diciembre de 1885 y febrero de 1890, y el segundo en noviembre de 1894… y en Guarachita les cedió $200.00 para continuación de la calzada que está en los caminos que conducen a dicha población a esta ciudad y a la de Zamora".142 La postura intransigente de los Moreno al no ceder derechos de vía, manifestaba el apoyo incondicional y que el régimen porfirista otorgaba a los grandes hacendados, así lo sintieron y practicaron en Guaracha desde las dos últimas décadas del siglo XIX, hasta ya bien entrado el siglo XX. Las concesiones porfiristas a los hacendados se tradujeron de diversas formas: control político total en la zona de influencia de la hacienda, justicia pronta a favor de los señores y otorgamiento judicial a sus funciones en contra de los peones; en una palabra, el porfiriato convirtió a los hacendados en señores de horca y cuchillo, derecho de pernada y quizá sin pensarlo, los alió a los sectores más reaccionarios del país. Los Moreno de Guaracha pronto respondieron a los requerimientos porfiristas, "hay que mencionar que en 1892 llegó del extranjero magnífica maquinaria para el ingenio de azúcar y de Vargas González, Pablo. Lealtades de la sumisión. Caciquismo. Ed. Colmich. 1993, pp. 21-22. 142 Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 136. 141

100


VILLAMAR

alcohol, movida por vapor. Desde ese momento al ingenio se le dio el nombre de "San Ignacio"; seguro, como justo reconocimiento de don Diego a su medio hermano, Ignacio. Se modernizaron los métodos de cultivo y se trajeron nuevas especies de caña; también llegaron algunos técnicos cubanos… la última década del siglo XIX hizo de la hacienda de Guaracha la dueña y señora de la ciénega oriental de Chapala. Creció a la vera de la política hacendista del porfiriato, no sin arrebatar, de paso, más tierras comunales a Guarachita, su cabecera municipal".143 La hacienda como núcleo económico fundamental de la región, ahogó todas las demás actividades productivas, apareciendo en escala mínima algunas manufacturas como la guarachería y el ramo textil, según una Gaceta oficial del gobierno del Estado de 1892 se refiere a Guarachita de la siguiente manera: "En el pueblo de Guarachita, distrito de Jiquilpan, la producción textil se vincula al mercado local que lo constituyen en gran parte los trabajadores y jornaleros de la importante hacienda agroindustrial de Guaracha",144 esto hizo florecer medianamente la actividad manufacturera del pueblo para quienes tenían como profesión el ramo textil, incluso algunos tenían sus propios telares y otros en forma ocasional empleaban aprendices. A pesar de estas circunstancias, la población continúa creciendo; según el censo levantado el 20 de octubre de 1893, por don Ramón Sánchez, la municipalidad de Guarachita arrojó los siguientes resultados:145 Población Presente 9,779

Población Ausente 113

Población de Paso 17

Cabecera Municipal 2,002

Este crecimiento demográfico agudizaba la problemática económica de Guarachita, ya que muchos salían en búsqueda de mejores oportunidades, pero los que quedaban "por no tener propiedades rústicas y estando la población incrustada, por decirlo así, en terrenos Moreno, Heriberto. Guaracha. Op. cit., pp. 113-114. Gaceta Oficial. Año VII, Nº 633, Morelia, 7 de febrero de 1892. P. I. 145 Sánchez, Ramón. Op. cit., p. 144. 143

144

101


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

de las haciendas de Guaracha y El Platanal, solamente tienen pequeños solares en donde se cultiva algo de riego con el agua de algunas norias o con la que corre de la hacienda de Guaracha. Los lunes es el comercio y le dan poca vida los vecinos de las haciendas mencionadas por tener éstas las tiendas bien surtidas de mercancía".146 Este olvido en que se sepultó a Guarachita y sus comunidades, trajo como consecuencia un deterioro de salud y desnutrición importantes: "Guarachita es el lugar menos sano del distrito (Jiquilpan), hay muchos intermitentes pertinaces y el tifo se desarrolla bastante; últimamente hubo esa horrible enfermedad desde octubre del año de 1893 hasta marzo de 1894, a consecuencia de las aguas estancadas y riegos de la hacienda de Guaracha".147 Sin embargo no todo era malo, para estos tiempos Guarachita contaba ya con dos escuelas, una para niños y una de niñas. Cabe suponer que a las escuelas asistían quienes contaban con los recursos que les permitieran no asistir a las faenas agrícolas. Para el esparcimiento de los adultos, las autoridades de la cabecera municipal solicitaron y consiguieron del gobierno permiso para presentar peleas de gallos, permiso que posteriormente fue revocado dada la violencia que imperó durante su funcionamiento. En la última década del siglo XIX "los recursos de comunicación rápida con que ya contaba la hacienda de Guaracha, fueron a saber, las líneas telegráficas que, en 1891, habían alcanzado a Jiquilpan y a Sahuayo y, dos años después, a Cotija. Guaracha, por su parte, había tenido cinco líneas de teléfono para unir la hacienda capitana con Guaracha y el molino de "San Ignacio".148 El auge de las dos últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX, como ya vimos, fueron producto del periodo porfirista; Carlos Monsiváis nos presenta una visión muy especial de estas tres décadas: "Durante tres décadas de armonía decretada y concentrada, esa entidad polifacética, la República Mexicana, conoció (formalmente) un solo estilo: el porfirismo. Don Porfirio Díaz electo y vuelto e Sánchez, Ramón, pp. 208-209. Apud. Heriberto Moreno. Ídem, pp. 150-151. 148 Ídem, pp. 150-151. 146 147

102


VILLAMAR

reelegir, caudillo y príncipe de la paz (síntesis de México), (un Blowup de nuestro culto a la personalidad), le cedió su nombre a un periodo histórico y le infundió sus atributos de perseverancia y trascendencia. El porfiriato aspiró a la autosuficiencia, el ahorro o eliminación de esas contradicciones que indican juegos dialécticos pero provocan molestias innecesarias". 149 Treinta años de paz y armonía, principio positivista que don Porfirio aplicó a sangre y fuego en una nación que apenas asomaba al concierto internacional. En la región que nos ocupa, "A finales del siglo XIX el escenario regional estaba compuesto por una docena de haciendas que, eclipsadas por la de Guaracha, la más grande de Michoacán—acaparaban las mejores tierras de cultivo y agostadero; doce pueblos libres, 7 municipalidades, otras tantas comunidades indígenas donde residía la mayor parte de la población que había sido empujada a las tierras de menor calidad— y más de 175 ranchos formados por las mercedes de tierra y por la venta de terreno de las grandes haciendas… La región (de las Guarachas) se fue especializando en la producción agro-ganadera. La diversidad de productos agrícolas y la cría de ganado se debió a la riqueza de pastos y de suelos cenagosos cercanos al lago. Los productos principales eran maíz, trigo, garbanzo y garbanza, cebada, alfalfa, frijol y caña de azúcar; la cría de vacas, becerros, borregos y ganado caballar, complementándose con pesca, cestería, rebocería y curtiduría… Guaracha se convirtió así en un caso ejemplar, por la multitud de vinculaciones que desencadenó, fue un verdadero emporio agro-ganadero, industrial y comercial; fue la más próspera de la región y sus alrededores. Su propietario, don Diego Moreno Leñero, fue el que reorganizó a Guaracha, haciéndola eje de la economía regional mediante el manejo de una serie de haciendas: Cerrito Pelón, El Platanal y San Antonio, la inyección de capital y el control de la fuerza de trabajo… El hacendado jugó un papel determinante en la distribución del poder regional, que subordinaba a gobiernos municipales, rancheros, campesinos e indígenas a sus decisiones".150

149 150

Monsiváis, Carlos. Op. cit., p. 19. Ídem, pp. 25-28. 103


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

En los periodos juarista y porfirista, nacen en Guarachita personajes que nos harán hablar de: El periodo de los constructores: Filiberto Ruiz, Felícitas del Río y los hermanos Leñero De 1863 a 1904, Guarachita conoció del nacimiento de personajes que, directa o indirectamente, van a incidir en el acontecer nacional, estatal y regional. Filiberto Ruiz Sandoval, Felícitas del Río Amezcua y los hermanos Alfonso, Rubén y Agustín Leñero Ruiz, bien podrían denominarse los constructores del actual Villamar. Uno a uno se propusieron como objeto único el engrandecimiento y desarrollo de su tierra natal. José Emiliano Ruiz Sandoval, conocido como Filiberto Ruiz, es el primer líder agrarista que conocen las Guarachas y todo el occidente de Michoacán. "En el año del señor de mil ochocientos sesenta y tres a los diez días del mes de agosto. Yo el Br. Benito Méndez teniente de cura de esta vicaría de Guarachita del curato de Jiquilpan, bauticé solemnemente puce el santo óleo y crisma a un infante del lugar de tres días de nacido a quien puse por nombre José Emiliano, hijo legítimo de Antonio Ruiz y de doña Julia Sandoval. Fueron sus padrinos don José Núñez y su hija doña Martha Núñez, a quienes advertí su obligación y parentesco espiritual y para constancia lo firmé. B. Méndez (rúbrica)"151

Así pues, el 7 de agosto de 1863 y con el nombre de José Emiliano nace quien con el correr de los tiempos y por razones desconocidas será conocido como Filiberto Ruiz. Los tres matrimonios del susodicho se efectúan bajo el nombre de Filiberto, desconociendo el hecho incluso sus hijos. Ya advertidos de que el nombre de Filiberto no le fue puesto de pila, existe la posibilidad de que por alguna cuenta

151

A.P.V. Libro de Bautismos. Nº 13, f. 283. 104


VILLAMAR

pendiente él mismo se lo haya cambiado, en adelante lo nombraremos como él quiso que le llamaran: Filiberto Ruiz. En el lapso de 17 años, Filiberto Ruiz contrae matrimonio en tres ocasiones: primero en el año de 1904 con Josefa Moreno, "natural de la hacienda de Guaracha y avecindada en Guarachita en casa de Melitón Moreno, su tío, de donde salió a casarse con Filiberto";152 con Josefa Moreno procrearon 5 hijos: Fernando, Esther, Carmen, José y Antonio. En 1916 "se casó aquí (en Guarachita) en segundas nupcias con María Luz Corona el 22 de enero de 1916 y más adelante leemos: con el nombre de Filiberto se casó aquí en terceras nupcias con Josefa Yépez, ésta también viuda de José Sánchez, el 20 de agosto de 1921".153 Con las dos últimas esposas, parece que don Filiberto no tuvo hijos y a doña Josefa Yépez, José Ruiz Moreno, hijo de don Filiberto, le achaca la quema de documentos, entre los cuales debieron existir los títulos de las tierras comunales de Guarachita. La formación básica de don Filiberto, leer y escribir, parece ser que la adquirió en el ejército, en donde se dio de alta en el regimiento establecido en la ciudad de Zamora. A los 68 años de edad dejó de existir en Guarachita el 25 de noviembre de 1931. En 1865, mientras don Benito Juárez establece su gobierno en Paso del Norte, en Guarachita es bautizada la que será madre del continuador de la política juarista, Lázaro Cárdenas del Río, doña María Felícitas Cecilia del Río Amezcua: Al margen: María Felícitas Cecilia del lugar. En el año del Señor de mil ochocientos sesenta y cinco a los veintidós días del mes de noviembre. Yo el Br. Jerónimo Laurel, teniente de cura y juez eclesiástico de esta vicaría de Guarachita del curato de Jiquilpan, bauticé solemnemente, puse el santo óleo y crisma a una infanta de este lugar. De tres días de nacida a quien puse por nombre María Felícitas Cecilia, hija legítima de don Juan del Río y de doña Antonia Amezcua, fueron sus padrinos don Juan González y doña Ygnacia Amezcua casados a quienes advertí su obligación y parentesco espiritual y para constancia lo firmé. Jerónimo Laurel 152 153

Ruiz Moreno, José. Entrevista. Villamar, Mich., 2 de noviembre de 1986. A.P.V. Libro de Bautismos, Nº 13, Exp. 3, f. 283. 105


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO (rúbrica)154

En la última década del siglo de auroras boreales, cóleras, invasiones extranjeras, décadas de temores y sobresaltos por aparecidos y vivos que mataban de terror, las familias Leñero y Ruiz empiezan a crecer. De 1890 a 1904, nacen José Alejandro Leñero Ruiz, Alfonso Leñero Ruiz, Rubén Leñero Ruiz y Agustín Leñero Ruiz, los tres últimos primos hermanos del primero. En 1894, Alfonso Leñero y Guadalupe Ruiz inician la descendencia que cambiará la faz guarachiteña de San Miguel: Alfonso Leñero Ruiz, nace en 1894; Rubén Leñero Ruiz nace en 1902 y Agustín de los mismos apellidos en 1904. Los tres inciden en el acontecer histórico guarachiteño del presente siglo, los tres con vena de poetas y profesiones diferentes, además de vivir muy cerca de personajes que participarán en la institucionalización del Estado Mexicano. Sus hermanos menores Salvador y Carlos, ya no compartieron las experiencias que les tocó vivir a los primeros; pero vayamos por partes y leamos lo que escribió el profesor Jesús Romero Flores de cada uno de ellos: "Alfonso Leñero Ruiz. Literato y político. Nació en Guarachita, hoy Villamar, Mich., en el año de 1894. En la escuela oficial del lugar de su nacimiento recibió la instrucción primaria, pasando en seguida a estudiar el curso de humanidades en el colegio seminario de Zamora y más tarde en la Universidad Palafoxiana de Puebla terminó el curso de filosofía e inició los estudios de medicina, carrera que se vio obligado a truncar por los acontecimientos políticos que se acontecieron en el país. Tomó parte muy activa en la revolución mexicana, por lo cual mereció ser electo, primeramente como diputado suplente del Congreso de la Unión y después como diputado propietario a la XXXIV legislatura federal. Ocupó una curul con su carácter de diputado propietario en la XLIV legislatura del Estado de Michoacán. "Ha desempeñado los siguientes puestos públicos: inspector de educación, presidente de la junta de conciliación y arbitraje y director del museo michoacano. En el ramo federal ha sido ingeniero auxiliar en el departamento agrario, auxiliar de contabilidad e 154

Ídem, Libro de Bautismo, Nº 14, f. 103. 106


VILLAMAR inspector del departamento del impuesto del timbre. Adquirió el diploma de contador privado y en distintos periodos ha dedicado sus actividades a la industria, la agricultura y el comercio. Ha sido presidente de la cámara nacional de comercio en Zamora. Es un excelente poeta que ha publicado hermosos libros que han sido muy bien recibidos por la crítica; aunque el señor Leñero estima que esta actividad la desempeña como un simple aficionado, nosotros podemos afirmar que es uno de los buenos poetas con que cuenta nuestro Estado en la hora presente. "No desdeña las actividades docentes y a la fecha imparte la clase de literatura universal en la escuela preparatoria oficial de la ciudad de Zamora".155

Don Alfonso se caracterizó pro ser el auxiliar de todos los problemas de los guarachiteños en sus periodos de diputación. En la legislatura local promovió el que Guarachita se llamara Villamar. En la legislatura federal 1930-1931, como compañero de González Gallo (Jalisco), Gómez Cano (Jalisco), Cal y Mayor (Chiapas), Gonzalo N. Santos (Distrito Federal), Pastor Rouaix (Durango), J. G. Abascal (Guanajuato), S. Zataray (Jalisco), M. Garrido Lacroix (Tabasco), Marte R. Gómez (Tamaulipas), Rafael Picazo (Michoacán), Soto Reyes (Michoacán), Plutarco Elías Calles Jr. (Nuevo León), Juan de Dios Bátiz (Sinaloa) y C. Fernández de Lara (Tlaxcala), entre muchos más, luchó porque el reparto agrario se agilizara. Esta legislatura presentó diversos matices ideológicos, desde la derecha hasta la izquierda, pasando por el centro y otros clichés políticos más. Alfonso Leñero Ruiz fue el enlace de sus paisanos en los años del reparto ejidal en Guaracha con el Gobernador del Estado y con las autoridades federales. Como director del museo michoacano se dio a la tarea de editar las hasta entonces escasas referencias bibliográficas que existían sobre nuestro estado. Desde 1947 se dedicó a la distribución de gas L. P. en la vecina Zamora y gran parte de Michoacán. Ayudó a quien se lo solicitó: por ejemplo, "ya terminada la construcción de la iglesia de San Miguel en su pueblo natal, el párroco se dio a la tarea de solicitarle fondos para la cruz de la torre, a Romero Flores, Jesús. Diccionario Michoacano de Historia y Geografía. Op. cit., p. 228. 155

107


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

lo que don Alfonso le entregó una pistola que le habían regalado y con el producto de su venta se compró la cruz de la torre".156 Alfonso y Agustín Leñero, junto a don Dámaso Cárdenas, capearon el temporal de la gubernatura del general Benigno Serrato, quien a toda costa quería cerrar el caso del ejido de la hacienda de Guaracha. Este triángulo se manejaba de la siguiente forma: Agustín, secretario del Gobernador y muy cercano al general Lázaro Cárdenas se daba perfecta cuenta de los tejes y manejes de Manuel F. Moreno y avisaba a su hermano Alfonso a Zamora y éste con su propio avisaba a don Dámaso a Jiquilpan de los últimos acontecimientos sobre el reparto de Guaracha y la práctica terminaba secuestrando telegramas y documentos oficiales que dañaran o retrasaran el proceso ejidal. Don Alfonso Leñero Ruiz se casó con la señora Carmen Mora Álvarez de Pajacuarán, Mich., con la cual procreó ocho hijos. Murió en la ciudad de Zamora, Mich., el 28 de mayo de 1985. Veamos al siguiente Leñero, Rubén Leñero Ruiz "Médico y literato, nació en Guarachita, hoy Villamar, Mich., el año de 1902 y falleció en México en el año de 1942. Inició sus estudios primarios en el lugar de su nacimiento y los terminó en Guadalajara, en cuya Universidad también hizo los estudios preparatorios y profesionales hasta recibir su título de médico. Practicó su profesión en diversos lugares de la República (Guadalajara, Morelia, México). En este lugar fue jefe de los servicios médicos de la Cruz Verde y murió en el cumplimiento de su deber, por lo cual la nación, agradecida, al hospital de la Cruz Verde en México se le dio el nombre de Rubén Leñero. También su pueblo natal ha honrado su memoria dándole su nombre a la escuela primaria. Cultivó la literatura con gran éxito y colaboró en varias publicaciones de diversos lugares del país, y, aun cuando no era muy

Leñero Mora, Alejandro. Entrevista. 27 de octubre de 1986. Zamora, Mich. 156

108


VILLAMAR

afecto a la publicidad, instado por sus amigos, publicó Orquídeas, bello libro de poemas".157 El médico Rubén Leñero fue uno de los mejores cirujanos de su tiempo, colaborador de primera línea en los gobiernos estatal y federal del general Lázaro Cárdenas. En Michoacán ocupó el cargo de Delegado Federal de Salubridad donde mostró honda preocupación por erradicar las enfermedades transmisibles, una de las cuales —el tifo— lo llevó a la muerte a los cuarenta años de edad. Siendo director del hospital de la Cruz Verde en el año de 1940, atendió a León Trostky del ataque de que fue objeto por parte de Jacques Mornard, enviado de José Stalin para liquidar al más peligroso de sus enemigos: "…Trasladado al hospital de la Cruz Verde, Trostky se mantuvo lúcido hasta el momento en que comenzó su preparación para operarlo. A pesar de que resistió la trepanación, el doctor Rubén S. Leñero y los demás médicos que lo atienden no creen que sobreviva…"158 Pero Rubén Leñero no sólo se dedicó a la medicina, sino que desempeñó actividades poéticas, musicales y políticas. Perteneció a sociedades científicas y literarias nacionales e internacionales. Rubén Leñero realizó sus estudios de medicina en la Universidad de Guadalajara, donde obtuvo el título de médico cirujano en 1927; la tesis que presentó se denominó "La termoterapia siatérmica en los procesos gonocóccicos", en esta misma ciudad se casó con la señora Carlota Cortina, de Guadalajara, Jal., con la que procreó una hija. Regresó a Michoacán donde desarrolló su actividad profesional en el conocido Hospital Civil de Morelia, lugar en el que sus habilidades administrativas lo llevaron a ocupar la dirección del mismo, pero también le inquietó la docencia y fue nombrado profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michoacán. Paralelamente a sus actividades académicas escribió poesía: en 1924 a los 22 años de edad dio a conocer un conjunto de poesías titulado "Orquídeas", donde muestra su capacidad de creación literaria, revelando sus ilusiones y su pasado. El libro obtuvo el primer premio en los Juegos Florales convocados por la Universidad Michoacana. 157 158

Romero Flores, Jesús. Op. cit., pp. 228-229. Tiempo de México. Nº 13. Ed. SEP, México, D.F., 1984, p. 2. 109


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Regresando a su pasión, la medicina, a partir de 1935 ocupó la titularidad de los Servicios Médicos del Departamento del Distrito Federal, nombramiento recibido de su paisano el general Lázaro Cárdenas. Otro importante capítulo en la vida de Rubén Leñero, ocurre en el año de 1938: Fue director temporal del Hospital Juárez — hospital de sangre— al que eran enviados con frecuencia los heridos que se atendían inicialmente en la Cruz Verde, estuvo en el cargo pocas semanas. Esto motivó que fuera pilar importante en la creación de la Sociedad Mexicana de Traumatología, de la cual llegó a ser su presidente; también lo fue de la Sección de Huesos y Articulaciones de la Segunda Asamblea de Cirujanos en 1936, miembro de la Sociedad de Cirugía del Hospital Juárez y miembro de la Sociedad de Cirugía de Guadalajara. Todas las actividades anteriores lo llevaron nuevamente a la docencia, ahora en la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se desempeñó como jefe de clínica quirúrgica. Su pasión profesional lo llevó a la muerte muy joven, a los 40 años de edad. Falleció el 12 de enero de 1942 víctima del tifo, contraído al tratar a un paciente con dicha enfermedad contagiosa en el puesto central de socorro de la Cruz Verde. El más chico de la triada de los Leñero Ruiz es Agustín. "Literato y político, nació en Villamar, antes Guarachita en el año de 1904. Parte de sus estudios primarios los hizo en el lugar de su nacimiento y los terminó en la ciudad de Guadalajara, los profesionales, hasta recibirse de abogado los efectuó también en la propia capital del Estado de Jalisco. Desde muy joven se distinguió por sus grandes dotes literarias, colaborando con sus producciones (de) versos en revistas y periódicos del occidente de nuestro país; fue también miembro distinguido en diversas agrupaciones literarias: sus poesías figuran en antologías publicadas en Morelia y Guadalajara. Se recibió de abogado en enero de 1927 y fue designado juez de primera instancia en Ameca, Jalisco y meses después el gobernador de Michoacán lo designó Procurador General de Justicia del Estado. Fue jefe del departamento jurídico del Partido Nacional Revolucionario el año de 1931; director y profesor de varias materias de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Michoacana; jefe del departamento jurídico de la Secretaría de Gobernación; diputado 110


VILLAMAR

al Congreso de la Unión en el periodo de 1932-1934; diputado al Congreso del Estado; Cónsul General de México en París durante los años de 1935 a 1937; Ministro de México en Checoslovaquia; embajador y ministro plenipotenciario de México en la república de Argentina. En la actualidad (1959) radica en la ciudad de México entregado al ejercicio de su profesión. En todos los puestos que ha desempeñado el Sr. Lic. Leñero ha dejado profunda huella de su saber, de su prudencia y de su acendrado patriotismo".159 Agustín Leñero fue secretario particular del Presidente Lázaro Cárdenas del Río, posteriormente participó en la candidatura del general Miguel Henríquez Guzmán. Humberto Musacchio en el Diccionario Enciclopédico de México, página 821, analiza el "Henriquismo" dándole una gran importancia a este movimiento. Bajo "Henriquismo" escribe que se le unieron a Henríquez personalidades como Ignacio Ramos Praslow, Juan Martínez Barranco, Celestino Gasca, Rubén Jaramillo, Francisco J. Múgica, Marcelino García Barragán, Ignacio García Téllez, Agustín Leñero, el general Roberto Cruz y Francisco Martínez de la Vega. Después, Agustín Leñero se dedicó al servicio exterior mexicano, representando a nuestro país en diversas naciones. En el gobierno del licenciado Díaz Ordaz, don Agustín Leñero representó a nuestro país en San José de Costa Rica, casado con doña Milagros Bores procreó varios hijos, uno de los cuales, —Agustín Leñero Bores— fue Presidente Municipal de Naucalpan, Estado de México de 1988 a 1990 y posteriormente renunció para convertirse en diputado federal por el distrito de Naucalpan. Los hermanos Alfonso, Rubén y Agustín Leñero Ruiz, tuvieron en común no sólo el ser humanos, sino educación, participación política y desarrollo en las actividades públicas. Los tres tuvieron como profesores de enseñanza primaria a Juan Sandoval, Bernardo Galeaza y Adelaida Ruiz de Cervantes; salvo Alfonso que fue alumno de Monseñor Leonardo Castellanos en el seminario de Zamora. Alfonso Leñero regresó de Puebla perseguido "por haber arengado a sus compañeros de estudio a favor de la Revolución".

159

Romero Flores, Jesús. Op. cit., p. 229. 111


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Ya vuelto a Guarachita (Alfonso), salió a Guadalajara en donde ayudó a su padre don Alfonso, en la administración de una pequeña fábrica de jabón que tenía en aquel lugar, mientras que sus hermanos Rubén y Agustín "se hospedaban como estudiantes en la casa u hotel de las García, donde vivieron y participaron de las ideas liberales de aquel tiempo, junto a González Gallo y Raúl Castellanos. De esa casa de asistencia salieron tres secretarios de la presidencia de la República: J. Jesús González Gallo; Raúl Castellanos y Agustín Leñero".160 La historia del tríptico Leñero arranca de la hacienda de Guaracha, cuando Diego Moreno Jaso termina su periodo como Gobernador de Michoacán, sobre 1833 y se casa con doña Catalina Sánchez Leñero de Guadalajara, a esta última la acompaña en su venida a Guaracha, parte de su familia, entre otros viene su hermano Manuel Sánchez Leñero, a quien le agrada el entorno de las Guarachas y se casa con Mariana Gil, de Sahuayo; de dicho matrimonio nacen entre otros Alfonso y Alejandro, quienes con el correr del tiempo serían el padre y tío respectivamente de nuestros biografiados. A la fusión de los apellidos paternos en los contratos matrimoniales, el Leñero debió haber desaparecido; sin embargo fue costumbre de todos ellos abreviar el Sánchez y aparecer como Leñero, desapareciendo por completo el apellido Sánchez en la tercera generación y quedando sólo el de Leñero. Pero hayan sido Sánchez o Leñero, su importancia radica en la dinámica que imprimieron en la vida de las Guarachas. Si bien es cierto que Juan Magdaleno Vázquez y Filiberto Ruiz lucharon frontalmente en contra de los hacendados, los Leñero con su participación en los diversos puestos que ocuparon en la administración pública, apoyaron el sentir popular de las gentes de su región. He aquí la evidencia del hecho: "Según la trayectoria ideológica y política de Serrato y los fuertes apoyos de que disponía la hacienda de Guaracha en Morelia, Leñero Mora, Alejandro. Entrevista. Zamora, Mich., 27 de octubre de 1986. 160

112


VILLAMAR Guadalajara y México, ya que la esposa del hacendado era hermana del yerno de Calles, poco se podía esperar por parte de los 'agraristas' de Guaracha hacia 1933. Sino porque don Dámaso ocupaba una curul en el senado y porque nuestros 'agraristas', mediante Abel Prado, se relacionaban con Agustín Leñero Ruiz, secretario de Serrato, y con su hermano Alfonso, diputado por el distrito de Zamora y, también, ambos, tíos del 'maistro Abel'. Otro canal siguió abierto con el doctor Durán en Guarachita, casado con una de las hijas de la familia Arias Leñero".161

Si bien es cierto que el ejido de San Miguel Guarachita se resolvió en 1917 y dos años después, en 1919, se amplió la dotación a instancias de Filiberto Ruiz y sus compañeros de lucha. En Guaracha fueron factor importante los Leñero, Andrade y algunos más de Guarachita. Por lo tanto, es posible que sin la participación de don Filiberto Ruiz, doña Felícitas del Río y los hermanos Leñero la conformación geopolítica del actual municipio de Villamar no existiera. Con don Filiberto Ruiz la lucha por la tierra empezó desde el seno familiar — Wenceslao Rivas, Efrén Moreno y otros parientes— y se extendió al pueblo; con doña Felícitas como madre de Lázaro Cárdenas, futuro presidente de la República y quien fue factor determinante del reparto ejidal, amén de otro tipo de ayudas dadas a Villamar y a los hermanos Alfonso, Rubén y Agustín, que desde diversos puestos de la administración pública beneficiaron al rumbo de las Guarachas, incluso sabedores de su descendencia de la última esposa de don Diego Moreno y primos de Diego Moreno Leñero. Desde el siglo XVIII y hasta la finalización de la tercera década del siglo XX, podemos observar en el entorno de Guaracha y Guarachita un proceso de supervivencia agrícola muy semejante a un modelo de producción rural feudalista, el cual detenía el desarrollo agro-capitalista, fundamentándose para producir en un sistema de haciendas, después en los sistemas comunitarios y finalmente en una economía campesina de carácter familiar. Los hacendados recurrían a las fuerzas de trabajo de comuneros y de peones libres asalariados; los comuneros y peones asalariados requerían para su manutención de

161

Ídem. 113


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

explotar ecuaros y pequeñas porciones de terreno alquilados a los hacendados. Durante el siglo XIX en Guarachita existió un permanente despojo de tierras y endeudamiento de los peones, lo que dará origen en el siglo XX a una constante lucha por la tierra; al encono de los trabajadores de la hacienda y a los procesos de migración hacia otros Estados de la República y a los Estados Unidos. SIGLO XX Al iniciar el siglo XX, la faz del emporio de los Moreno cambia radicalmente con dos hechos fundamentales: la llegada del tren con el siglo XX, según Amador Coromina el acontecimiento se dio el primero de enero de 1900 al prolongarse el ramal Yurécuaro-Zamora hasta la estación Moreno. Y por otra parte "…También se hicieron obras importantes de irrigación y dren en las demás hondonadas del rumbo, pero ninguna tan importante como la promovida por el ingeniero Manuel Cuesta Gallardo hacia 1905. Don Joaquín Cuesta, esposo de una hija de don Diego Moreno, el poderoso señor de Guaracha, asumió la responsabilidad de erigir el bordo que detendría las aguas de la laguna de Chapala. Don Joaquín contrató a miles de trabajadores de pico y pala para levantar un vigoroso bordo de piedra y canto que dejó libre de inundaciones periódicas y permanentes a una superficie laborable de cuarenta y seis mil hectáreas, de casi quinientos kilómetros cuadrados. Antes del bordo alguna de esas tierras recibían cultivos temerosos. Después del bordo, toda la superficie protegida por él se sembraría de maíz, trigo, frijol y garbanzo sin grandes riesgos y en gran medida. La mayor parte del terreno fértil ocupado por el lago estaba a punto de convertirse en la tierra de promisión que manaría leche, miel y cereales en abundancia, que alimentaría a miles de personas…"162 La construcción del famoso bordo de la laguna de Chapala de la que recibimos diversas informaciones orales no es sino el proyecto González y González, Luis. Michoacán, lagos azules y fuertes montañas. México, D.F., SEP., 1980. Colección Monografías Estatales, p. 163. 162

114


VILLAMAR

empresarial más ambicioso que un particular —Manuel Cuesta Gallardo—, se haya echado a cuestas con el propósito de recuperar tierras a la laguna, apegándose a los dictados legislativos promovidos por don Porfirio. Casi cuatro décadas antes, otro gran propietario ya había hecho la misma proposición al gobierno federal, nos referimos al hacendado de Cumuato, Ignacio Castellanos, a quien el gobierno de Jalisco le negó, mediante un supuesto plebiscito la autorización para que desecara parte de la laguna de Chapala. Para este tiempo, las dos últimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX, las tierras del oriente de la hacienda de Guaracha no habían perdido su vocación ganadera, de manera primordial se criaba ganado caballar y vacuno. Sin embargo, el propietario de la hacienda de Guaracha, independientemente de los lazos familiares que lo unían con Cuesta Gallardo, consideraba necesario la modificación del vaso de la laguna, ya que con ello se iniciarían nuevos modelos técnicos para el aprovechamiento de la misma: tendría mayor cantidad de tierras; se ahorraría el esfuerzo que le significaba utilizar una gran cantidad de "paleros" para levantar bordos por la sobreabundancia de agua, problema éste que se reflejó hasta 1935, según nos lo hace saber doña Socorro Ochoa y don Luis Álvaro, de Villamar y El Platanal, respectivamente. La infraestructura hidráulica realizada por Diego Moreno en sus posesiones, había modernizado por completo la producción agrícola en las tierras de sus haciendas: canales, bordos y compuertas, se abrían y cerraban según las necesidades requeridas y el tipo de cultivo que se sembrara. Además que sus posesiones crecerían "Con la apertura de 49,991 hectáreas de riego al cultivo, los hacendados y rancheros expandieron su territorio y se beneficiaron de la desecación de la laguna. Para Diego Moreno Leñero, terrateniente de Guaracha, resultó provechosa la desecación por reducir los riesgos de inundación del anterior dique construido por él y por las facilidades de desagüe de sus terrenos. Los pueblos libres, los campesinos sin tierra y las comunidades indígenas, por su parte solicitaban dotación y restitución de tierras".163 Vargas González, Pablo. Lealtades de la sumisión. Caciquismo. Ed. Colmich. 1993, p. 34. 163

115


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Según "la escritura pública del 25 de noviembre relativa a la distribución de la tierra desecada a la testamentaria de Diego Moreno le tocaron 8,960.48 hectáreas, divididas de la siguiente manera: 8,881.36 hectáreas para la hacienda de Guaracha y 79.12 hectáreas para la hacienda de la Cofradía".164 Buen negocio había resultado para los Moreno el proyecto de desecación de la laguna de Chapala. Guarachita se vio beneficiada con el bordo, sobre todo en cuanto a que las inundaciones se vieron disminuidas, aunque siguió sujeta a los designios de la hacienda. Los habitantes de San Miguel vivían la pre revolución entre las labores agrícolas de la hacienda, las pláticas sobre aparecidos y rindiendo culto al milagrosísimo Señor de la Salud. De 1905 a 1910, la cotidianeidad fue suceso permanente que en nada cambió a Guarachita. Si bien es cierto que en el ámbito de la hacienda el descontento era similar al de todo México, las apariencias se guardaron pues muy pocos ingresaron a las distintas facciones del movimiento armado. Por lo mismo en relación a Guarachita hablamos de: La revolución de pasada El vaivén de Ireneo Contreras, José Rentería Luviano, Eugenio Zúñiga, Francisco Murguía, Jesús Carranza, Joaquín Amaro, José Morales Ibarra, Luis Gutiérrez, Manuel Guízar Valencia, Inés Chávez García y Eliseo Zepeda, puso nerviosos a los guarachiteños durante el lustro de 1913 a 1918. Según don Ignacio Maciel "Inés Chávez jamás entró a Villamar, ya que el párroco del lugar apellidado Chávez se enfrentó con Inés y convinieron en llamarse parientes".165 El acuerdo fue respetado por Inés Chávez García quien siempre pasó de lado y las guarachiteñas suspiraron aliviadas, ya que la crueldad de Inés no hacía distingos y a donde se presentaron dejaron hijos sin padre, viudos y padres sin hijas. En realidad la revolución en Guarachita ni se sintió puesto que el punto de partida y atracción era la hacienda de Guaracha, para unos por su riqueza y para otros por el peligro que 164 165

Ídem, Cuadro 1, pág. 38. Maciel Franco, Ignacio. Entrevista. Villamar, Mich., 13 de julio de 1986. 116


VILLAMAR

entrañaba el conservadurismo de sus dueños y su parentela —a excepción de los Leñero de Guarachita—. La visita de Carrancistas, Villistas, Maderistas, Sanchistas y Constitucionalistas acuñó el término de gobierno de la hilacha, "sobre todo quedó grabado en los niños".166 Decíamos que a pocos habitantes de San Miguel les interesó ingresar a la revolución. Sin embargo "se enrolaron aquellos que tenían cuentas pendientes con la justicia, los aventureros y algunos que se llevaron por la fuerza". 167 Entre quienes se recuerdan está "Refugio Amezcua que se enroló con los federales" 168 y quizá algunos más lo hicieron en otros bandos. En Guarachita atemorizaron más las revoluciones de la naturaleza que las de "pum-pun y el caidero". Por ejemplo, "el 7 de junio de 1911 se enojaron tanto San Miguel y el Señor de la Salud que hicieron temblar muy fuerte por querer la repartidera de tierra".169 Y entrando 1913 nos llovió ceniza y tembló fuerte",170 el volcán de Colima había entrado en erupción. A pesar de todo tipo de avisos celestiales, Filiberto Ruiz y sus compañeros de lucha se ponían al tanto del reparto en la hacienda de los Borregos por parte del general Lucio Blanco, Francisco J. Múgica, Heriberto Jara, Juan Barragán y Gabriel Gabina, ellos no quitaban el dedo del renglón. Así, la importancia que tuvo la revolución en Guarachita fue la de convertirse en el catalizador de las ansias reprimidas por recuperar sus tierras comunales. La participación de don Lázaro —hijo de guarachiteña— en la Revolución, fue sin duda, uno de los motivos fundamentales para que los guarachiteños tomaran partido, sobre todo los de San Miguel Guarachita que con Filiberto Ruiz, quien tenía cierta amistad con Francisco J. Múgica, seguían insistiendo en recuperar su dotación de tierras comunales. En esta forma se inicia lo que conocemos como: Del Toro, Amparo. Entrevista, Zamora, Mich., 21 de noviembre de 1985. Del Toro, María Luisa. Entrevista, Zamora, Mich., 15 de septiembre de 1983. 168 Ochoa, Socorro, entrevista. Villamar, Mich., 17 de noviembre de 1983. 169 Chávez, Petra. Entrevista, Zamora, Mich., 1967. 170 Ídem. 166 167

117


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

La historia de la repartición En completa fase de desarrollo, tranquilidad y poderío, casi repitiendo la historia de Victorino Jaso, justamente cien años atrás, la vida rutinaria en la hacienda de Guaracha y sus subalternas, Cerrito Pelón, San Antonio Guaracha y el Platanal, vino a ser rota por los nuevos reclamos que empezaron a levantar los de Guarachita por las tierras perdidas, a lo largo de siglos, ante la hacienda. Habían empezado a llegar a la región las noticias sobre las reivindicaciones agrarias de la Revolución de 1910, y las promesas de tierras que los distintos jefes de las facciones políticas y militares hacían a sus secuaces. Guarachita vio abrirse un portillo a sus esperanzas siempre burladas de volver a contar con sus tierras, como en el muy lejano año de 1578".171 En efecto, la paz porfiriana impuesta a lo largo y ancho del territorio mexicano, vino a resquebrajarse con la inconformidad de un movimiento democrático-burgués, la Revolución Mexicana. De la región de las Guarachas, sólo Guarachita se aventuró a la solicitud de reparto y restitución de tierras tan anunciado en los Planes de San Luis y de Ayala. La lucha iniciada por Juan Magdaleno Vázquez en el siglo XVIII, se continuaba recién iniciada la Revolución. Si tomamos en consideración que el Plan de San Luis fue firmado en 1910 y el de Ayala en 1911, no podemos menos que sorprendernos ante la sutileza política del nuevo líder del movimiento ejidal de Guarachita: Filiberto Ruiz, quien abre expediente en la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria el 20 de septiembre de 1912, acusando recibo don Luis Amezcua, presidente de Guarachita, tres días después, el 23 de septiembre de 1912. A los pocos días, el primero de octubre para ser precisos, la dirección agraria de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria, en oficio dirigido al C. Luis Amezcua, presidente municipal de San Miguel Guarachita, dice:

171

Moreno, Heriberto. Guaracha. Op. cit., p. 120. 118


VILLAMAR "Esta Secretaría no encuentra inconveniente en que esa Corporación Municipal, proceda al deslinde, amojonamiento, fraccionamiento y reparto de los terrenos ejidos del pueblo de Guarachita, conforme a sus títulos y teniendo en cuenta los títulos de las propiedades colindantes y los de las enclavadas dentro de los ejidos, respetando las poseídas sin títulos e informando sobre las circunstancias de la posesión".172

La presidencia de la República estaba ocupada por don Francisco I. Madero, quien debido a las presiones de zapatistas, villistas y carrancistas en lo relativo a las tierras no hallaba la cuadratura al círculo, el país en este aspecto zozobraba. En Guarachita, ya animados por la contestación de la Dirección Agraria, el 7 de octubre solicitaron por mediación del presidente municipal el envío de un ingeniero que practicara el deslinde. La comisión y contestación no tardaron, según oficio número 1855 de la Dirección Agraria, dirigido al presidente de Guarachita, se lee lo siguiente: "Hoy comisionó esta Secretaría al ingeniero Agustín Monsalvez, para que practique el deslinde, amojonamiento, fraccionamiento y reparto de los ejidos del pueblo de Guarachita"...173 Cinco días después, el primero de noviembre, el comisionado se presentó con teodolito y ayudantes ante don Luis Amezcua listo a iniciar su trabajo; el orgulloso presidente guarachiteño avisa al ministro de Fomento y al juez de distrito de Morelia de la llegada de tan importante personaje a su municipio. Este hecho conmovió a los guarachiteños, aunque en realidad Los problemas se iniciaban Don J. Isabel Godínez que había suplido en la administración de la hacienda de Guaracha a don Ignacio A. Gudiño de Sahuayo, envía inconformidad escrita a don Luis Amezcua porque el ingeniero Monsalvez y Bulnes se presentó el día de Todos los Santos a solicitarle permiso para medir los terrenos de la hacienda: Archivo del Registro Civil de Villamar. (en adelante A.R.C.V.) Legajo de dotación ejidal, f. 2; 1 de octubre de 1912. 173 A.R.C.V.; Ídem., f. 6; 26 de octubre de 1912. 172

119


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

"esta administración no tiene autorización del dueño de la hacienda para permitir la medición de sus terrenos que tratan de llevar a efecto los señores ingenieros a que usted se refiere. En tal virtud suplico a usted con el debido respeto que sirva mandar suspender todo procedimiento en tanto que se reciba la orden correspondiente del señor don Diego Moreno la que ya se pide por vía telegráfica; así como también los títulos y planos de la finca, sin los cuales nos será imposible hacer valer los derechos de esta hacienda".174

Este documento marca el inicio de la querella judicial que interpuso Manuel F. Moreno, como apoderado de su padre Diego Moreno y que llega al juzgado de primera instancia de Jiquilpan, el día 5 de noviembre de 1912 y que transcribo íntegro por considerarlo ilustrativo en cuanto a las medidas de la hacienda y los argumentos de los hacendados en contra de la repartición. TRES OJAS DE PAPEL debidamente autorizadas con un sello que dice: Michoacán de Ocampo.=Juzgado de primera instancia del Distrito de Jiquilpan. Al fondo.=Ciudadano juez de primera instancia en auxilio de la justicia federal.=Manuel F. Moreno soltero, mayor de edad, propietario, actualmente en la hacienda de Guaracha de este distrito judicial, ante usted con todo respeto y el carácter de apoderado jurídico del Sr. Mi padre don Diego Moreno, según lo acredito con el testimonio de poder que en una foja útil exibo y pido me sea devuelta, vengo á entablar demanda de amparo contra actos de la Secretaría de Fomento y Colonización e Industria, ejecutados por sí y por medio de su agente ó ejecutor Sr. Ingeniero Don Agustín Monsalvez Bulnes y contra actos del presidente municipal de Guarachita perteneciente a esta jurisdicción, formulando al efecto los siguientes puntos. Primero.=El referido señor mi padre es dueño y está en posesión desde fecha inmemorial de las haciendas llamadas de Guaracha y Platanal, situadas en este municipio y contiguas entre sí con las siguientes estaciones y linderos.=Guaracha junto con su estancia "San Antonio", tiene una estención de diecinueve mil ciento diecisiete hectáreas, seiscientas treinta y nueve haras y linda: norte con el Platanal, pueblo de Guarachita y San Simón, por el sur con Jaripo, San Ángel y Tarecuato; por el oriente con terrenos de 174

A.R.C.V.; f. 6; 3 de noviembre de 1912. 120


VILLAMAR Chavinda y Santiago, y por el poniente con tierras de los pueblos de Sahuayo y Jiquilpan.=El Platanal tiene una extensión de cinco mil setecientas cuarenta y tres hectáreas y linda, por el norte con Pajacuarán y San Pedro Caro; por el sur con la referida hacienda de Guaracha y el pueblo de San Pedro Caro; por el sur con la referida hacienda de Guaracha y el pueblo de Guarachita; por el oriente, con San Antonio y San Simón y al poniente, con tierras de San Pedro Caro y del pueblo de Sahuayo. Segundo.=Estas propiedades junto con las que amparan los títulos que obran en mi poder y se presentarán oportunamente, salieron del dominio de la nación desde el año de mil setecientos once y fueron adjudicadas y dadas en posesión a los cuasahabitantes de mi padre con todas las formalidades exigidas por las leyes entonces vigentes y con citación e intervención de las autoridades y vecinos de Guarachita.=Con fechas posteriores fue confirmada esa posesión en barias resoluciones dictadas por el juzgado de su digno cargo; y la Secretaría de Fomento, a solicitud del señor don Ignacio Moreno, hermano de mi padre hizo un estudio de los títulos que amparan las propiedades a que me refiero, reconociéndolos como buenos y valederos, en virtud de cuyo estudio, el Sr. Presidente de la República, en ocho de noviembre de mil ochocientos ochenta y seis, declaró que dentro de los linderos que se detallan en los títulos exibidos por mi referido tío no eccistían baldíos, demasías ni otra clase de terrenos, sino que la superficie total, comprendida en los planos, era de esclusiba propiedad particular y legales, válidos y perfectos de los documentos que la amparaban.=Tercero.=El Ministerio de Fomento, en la circular número uno, de ocho de enero del corriente año, facultó a los ayuntamientos para promover lo referente al deslinde y amojonamiento, y fraccionamiento y reparto de los ejidos de los pueblos debiendo llenar antes los requisitos que la misma circular determina y practicar la diligencia con intervención de la autoridad política, jefes de hacienda y juez de distrito.=estos por sí o por delegación.=Cuarto.=Según consta por el oficio que acompaño y que bajo el número setenta y uno, fue dirigido al Sr. mi padre, por el presidente municipal de Guarachita, con fecha primero del mes en curso el Ministerio de Fomento en oficio dirigido al mismo presidente del ayuntamiento, en veintiséis de octubre próximo pasado, comisionó al ingeniero Agustín Monsalvez, para la práctica del deslinde, amojonamiento, fraccionamiento y reparto de los ejidos del pueblo de Guarachita, esto conforme a los títulos y a los predios colindantes, de los enclavados en dichos ejidos, respetando los 121


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO poseídos sin títulos… añadió el referido presidente a su oficio la notificación de que el día de ayer darían principio los trabajos indicados.=Quinto.=Por los planos que exibo y que fueron los mismos que sirvieron a la Secretaría de Fomento y al ejecutivo de la nación, para hacer la calificación y declaración que menciono en el punto segundo, se be con toda claridad que el pueblo de Guarachita está enclavado en las propiedades de mi padre y separado por sercas, puestas hace muchos años, algunas de ellas por disposición judicial; y en esta virtud, al salir de los linderos del pueblo, con la medida que está practicándose se invaden los terrenos que en propiedad y posesión pertenecen a mi poderdante.=Sexta.=En día de hoy serca de las nueve de la mañana, el señor ingeniero Monsalvez, en compañía únicamente del presidente municipal de Guarachita, sin citación ni concurrencia de la autoridad judicial, dio principio a la diligencia del deslinde comensando con sus medidas cerca de la cruz del cementerio del pueblo de Guarachita, y continuando asia el poniente, por una de las calles públicas se introdujo a un potrero llamado de Arceo, en donde torció la medida con objeto de cortar cerca de mi propiedad, que divide los terrenos del pueblo del potrero llamado el Salitre. En ese acto me opuse en forma jurídica a la diligencia alegando los derechos que asisten a mi padre, sobre los terrenos que se ivan a invadir, los efectos en la forma de la diligencia que está practicándose y los ordenados por la misma comunicación que se me transcribió en la cual de una manera clara y terminante se ordenaba al ingeniero ejecutor se respetara la propiedad y posesión de los colindantes; aun de aquellos que estuvieran enclavados dentro de los terrenos que demarcaran los títulos de los egidos de Guarachita; pero este Sr. insistió en llevar acabo las diligencias, ofreciéndome hacer constar en un acta que levantaríamos para la Secretaría competente resolviera sobre mi posición.=La diligencia se continuó por la tarde y ha no suspenderla a usted me causará gravamen de difícil reparación, dada la actitud, carácter y condiciones de los indígenas y los actos ejecutados por el ingeniero con los que ha señalado por medio de estacas, dentro de las propiedades de mi padre, los terrenos que dicen los indígenas que permanecen en los egidos del pueblo de Guarachita.=Para practicar la medición y señalar los límites, se han abierto brechas en los montes y según la delineación que me indicó el ingeniero debía seguir para continuarlos habrá necesidad de destruir sementeras de caña de asucar y labor de mais, para que se vea la actitud que los indígenas de Guarachita han tomado con este motivo de esta 122


VILLAMAR diligencia, debo hacer constar que teniendo cortada y amontonada leña en el cerro de Guaracha han dispuesto de ellas.=Derecho.= 1.=El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda contraveracidad que se suscite: I por leyes ó actos de cualquiera autoridad que viole las garantías individuales.=.= Artículo seiscientos sesenta y uno del código federal de procedimientos civiles.= el mismo código, en la sección sexta del título segundo, reglamenta la manera de practicar las diligencias de apeo y deslinde que corresponde única y exclusivamente a la autoridad judicial.= Segundo.=El artículo setecientos treinta del código civil. Reconoce la inviolabilidad de la propiedad y establece que ella no puede [ser ocupada] sino por causa de utilidad pública y previa indemnización.= Tercero.= Conforme al artículo diez y seis de la Constitución General de la República, nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles y posesión sino en virtud de un mandato escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.=el Ministerio de Fomento, por sí al comisionar al Sr. Ingeniero Monsalvez, en el oficio que se transcribió al poderdante y que adjunto, al Sr. Presidente de Guarachita, al sitarme para la práctica de apeo y deslinde y al concurrir a ella y practicarlos con carácter de autoridad política y el mismo ministerio al practicar la diligencia o medición por medio de su agente comisionado, el señor ingeniero Monsalvez, an invadido la esfera de la autoridad judicial y an molestado al Sr. mi padre en su propiedad y posesión, violando así las garantías que el referido artículo diez y siete le otorga.= Cuarto.=el artículo veintisiete de la misma Constitución General de la República establece que las propiedades de las personas, no puede ser ocupada sino por causa de utilidad pública y previa indemnización.= Y las autoridades a que me refiero al poner estacas o señales en las propiedades de mi padre, an ocupado, sin su consentimiento y sin encontrarse en el caso único que las leyes lo permitan ni haber obrado en la forma establecida por ellos.= Quinto.=Es autoridad responsable la que ejecuta ó trata de ejecutar el acto reclamado; pero si este consistiere en una resolución judicial ó administrativa, se tendrá también como responsable á la autoridad que haya dictado.= Artículo seiscientos setenta y uno del código federal de procedimientos civiles fundado en lo espuesto y en lo que previenen los artículos seiscientos setenta y tres, seiscientos ochenta y nueve, seiscientos noventa, setesientos tres, setesientos ocho, setesientos once, setesientos trece y relativos del código sitado, promuevo ante usted, demanda de amparo contra actos del 123


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Ministerio de Fomento, Colonización e Industria por sí y por medio de su agente ingeniero Agustín Monsalvez y contra actos del presidente municipal del ayuntamiento de Guarachita, y á ud. Pido.= Primero.= se dé entrada a esta demanda.= Segundo.=Se pide el informe que corresponda á las autoridades responsables.= Mande ud. suspender el acto reclamado comunicándolo al Ministerio de Fomento por la vía telegráfica y al presidente municipal de Guarachita y al Sr. Ingeniero Agustín Monsalvez, en la forma establecida por la ley.= Esta suspensión es con el carácter de provisional, ofreciendo a ud. dar la fianza que me ordene dentro del término fijado por el artículo setesientos trece ya citado.= Pido igualmente que al hacerse la notificación respectiva al Sr. Ingeniero Monsalvez, se le ordene se abstenga de seguir practicando las diligencias de apeo y deslinde á que me refiero.= A su tiempo pido se aclare que la justicia de la Unión ampare y proteja al Sr. mi padre contra los actos de que me he venido quejando y se manden restituir las cosas al estado que tenían antes de la violación.= Autorizo al Sr. Licenciado Manuel Alfaro, para oír notificaciones en mi nombre y acompaño las copias prescriptas por la ley.= Jiquilpan, Noviembre cinco de mil novecientos doce.= Manuel F. Moreno.= una rúbrica.=confrontado. J. Quiroz, secretario, rubricado. Es copia fiel que sertifico ser tomada de su original, Guarachita, Noviembre seis de mil novecientos doce".175

Inmediatamente terminado de redactar el juicio de amparo, el mismo juez solicita al presidente municipal de Guarachita informe sobre el deslinde de la hacienda y da un plazo de 24 horas para el efecto. Don Luis de Amezcua comunica el suceso al Gobernador del Estado y al Lic. Rafael Hernández, secretario de Fomento, Colonización e Industria. Además de que el día 27 del mismo mes expone ante el juez con sobradas razones, entre otras las siguientes: "Demostrar que a los indígenas de este pueblo les fueron concedidas para ejidos y fundo legal de dicho pueblo una estención de terreno como de ocho mil ectáreas en medida moderna… tierras poseídas por los indios desde tiempo inmemorial y de las que fueron despojados paulatinamente y a mano armada… con los anteriores hechos no se ha violado en prejuicio de los poseedores de Guaracha ninguna de las 175

A.R.C.V., ff. 19-23; 5 de noviembre de 1912. 124


VILLAMAR garantías consignadas en la Constitución Política de la República… no se ha violado el artículo 27 constitucional porque no se ha ocupado ningún terreno de la propiedad de Dn. Diego Moreno pues este Sr. no es dueño de los terrenos á que forman los ejidos de este pueblo… y en el caso presente las tierras que forman los ejidos de este pueblo les fueron arrebatadas á los indígenas de manera violenta, y son poseídas sin título. De esto mismo se deduce que D. Diego Moreno no puede alegar prescripción á su favor pues conforme el artículo 107 del código civil la posesión necesaria para prescribir, debe ser fundada en justo título. Este título no lo tiene Dn. Diego Moreno, porque el despojo no es traslativo a la propiedad… Tampoco tiene D. Diego Moreno buena fé segundo requisito para la prescripción… es poseedor de mala fé el que posee sabiendo que no tiene título úl el que sabe que el título es insuficiente… la declaración de la misma Secretaría de Fomento de que en los terrenos en que se practican estas diligencias no hay excedencias ni demasías en nada perjudica los derechos de los indígenas de este pueblo, puesto que esa declaración confirma las concesiones hecho por los reyes y virreyes españoles a favor de los indígenas de este pueblo… (por lo tanto) no debió darse entrada á la demanda de amparo porque no fija clara y concretamente el acto que estimó violatorio además se está violando el artículo 742 del código federal de Procedimientos Civiles aplicables al caso por mayoría de razón ya que pidiéndose que la justicia de la Unión ampare y protege a Dn. Diego Moreno contra los actos de que ha venido quejándose y por tanto el juez al pronunciar su sentencia tendría que dictarla de acuerdo con la parte petitoria de la demanda es decir conceder el amparo ó negarlo contra los actos que ha venido quejándose lo que está terminantemente prohibido por el citado artículo 742…176

Como se puede ver, después de cuatro siglos de que los guarachiteños de San Miguel estuvieron despojados de sus tierras, esta ocasión ya no la querían desperdiciar. La capacidad organizativa de don Filiberto Ruiz estaba haciendo mella en el poderío de la hacienda. Los dueños de la unidad productiva de Guaracha, por supuesto que no se quedarían de brazos cruzados, bien asesorados jurídicamente presionan al juez a que otorgue el auto de suspensión en el deslinde y depositan fianza para que la suspensión proceda, he aquí el hecho: 176

A.R.C.V., ff. 24-27; 7 de noviembre de 1912. 125


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

"…Visto el incidente de suspensión del juicio de amparo promovido por el señor Manuel F. Moreno, como apoderado del señor su padre don Diego del mismo apellido, contra actos del Ministerio de Fomento, Colonización e Yndustria, de su agente ejecutor, ingeniero don Agustín Monsalvez y Bulnes y del presidente municipal de Guarachita, que se estiman violatorias de las garantías individuales que otorga la Constitución General de la República en sus artículos 16 y 27; vistos en él los informes del ingeniero ejecutor, del presidente municipal citado, así como también lo pedido por el representante del Ministerio Público Federal; y considerando: Que en el presente caso aunque la suspensión del acto reclamado puede producir daño ó perjuicio á terceros, de acuerdo con lo mandado en la segunda parte del artículo 711 del Código Federal de Procedimientos Civiles, el juez tiene facultad de conceder dicha suspensión, si quien la pide da fianza de reparar el perjuicio que se cause, y como el señor Moreno, en el escrito que antecede, manifiesta que está dispuesto á depositar, á disposición de este juzgado que obra en auxilio de la justicia federal, la cantidad que se estime suficiente por los daños y perjuicios que puedan causarse á terceros con la suspensión solicitada, con apoyo en los artículos 716, 720 y relativos al Código Federal citado, se resuelve.= 1º. Es de suspenderse y se suspende definitivamente y se confirma la suspensión provisional del acto reclamado, ejecutado por el Ministerio de Fomento, Colonización e Yndustria, su ejecutor señor yngeniero Agustín Monsalve y el presidente municipal del ayuntamiento de Guarachita, previo depósito que por la cantidad de diez mil pesos y á disposición de este juzgado constituirá el señor Moreno en la agencia del Banco Nacional, en esta ciudad…"177

Efectivamente, el procedimiento del deslinde quedó suspendido a pesar de las tentativas de Filiberto Ruiz y su gente. Las intimidaciones impuestas por los hacendados parece ser fueron más allá de la simple amenaza como veremos más adelante, ya que en este tomo que hemos seguido de cerca se anexan documentos que supuestamente confirman nuestra teoría: Primero, el ahogamiento de Epigmenio Díaz y después la aparición de gente armada por el rumbo de Jaripo 177

A.RC.V.; Ídem, ff. 28-29; 8 de noviembre de 1912. 126


VILLAMAR

que se creía se alzaban en contra del gobierno. Infundir temor a quienes solicitaban dotación ejidal fue práctica usual de los administradores, táctica que realmente les produjo los resultados que ellos esperaban: la retractación de muchos solicitantes. Filiberto Ruiz y su gente vieron a su expediente dormir el sueño de los justos durante dos años, las triquiñuelas legaloides de los Moreno habían hecho esperar el reclamo de aquellos a quienes es necesario mencionar: Nicolás Oregel, Wenceslao Rivas, Luis Amezcua, Juan Oregel, A. Ayala, Efrén Ceja, Toribio Ruiz, Joaquín M. Castellanos, Juan Chávez, Sabás Amezcua, Antonio Manzo, José Diego Arceo, José A. Hurtado, Simón Rodríguez, Mauro Ceja, Fernando del Toro, Antonio Castillo, Eleuterio Castillo, Agapito Amezcua, José María Morales, José Medina, Antonio Reyes, Julián García, Francisco Morales, Jesús Rodríguez, Alberto Meza, Ventura Velázquez, Francisco Núñez, Manuel Méndez (por no saber firmar éste, lo hace Sabás Amezcua en su lugar). Si bien es cierto que debido al amparo interpuesto por Manuel F. Moreno el proceso legal se estanca dos años, el ánimo de los solicitantes no decae, puesto que el número de la organización aumenta en este periodo. Así, el 6 de diciembre de 1914, Martín Amezcua informa a las autoridades respectivas de la reanudación de los trabajos de deslinde y de la llegada del nuevo comisionado técnico, ingeniero José Meneses. Al ver perdida su causa, los dueños de la hacienda responden de una forma violenta. Ordenan a Gilberto Ramírez, subalterno de Manuel Guízar Valencia, jefe de las fuerzas armadas que custodiaban la hacienda, apresar al ingeniero y sus ayudantes, el hecho unifica a los guarachiteños de San Miguel, quienes de inmediato levantan la siguiente acta, dirigida al Ministerio de Fomento, Colonización e Industria: "En el pueblo de Guarachita, a los 21 días del mes de noviembre de 1914, reunidos en la casa habitación del señor don Filiberto Ruiz apoderado legal del mismo para gestionar el deslinde, fraccionamiento, etc., del ejido del pueblo, los cc. Presidente municipal don Martín Amezcua y demás signatarios; convocados por el ingeniero José Meneses nombrado por la Secretaría de Fomento perito para efectuar dichas operaciones, les hizo presente que el día 127


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO anterior a las 12 a.m. y trabajando en uno de los vértices de la triangulación, se presentaron unos individuos armados, quienes con amenaza de muerte, ordenaron suspender el trabajo, habiéndole además aprehendido en unión de los seis peones que le acompañaban en dicho trabajo y conducidos entre filas por orden del C. Gilberto Ramírez a la hacienda de Guaracha. "Que durante todo el trayecto hacia la hacienda, tanto el ingeniero Meneses como los peones fueron rudamente maltratados de palabra. Una vez en la hacienda, los peones fueron puestos en centinelas de vista, y el ingeniero Meneses fue conducido ante un grupo de personas que estaban en la sala de la hacienda. Allí se presentó el C. Mariano Ramírez a quien suplicó manifestase el motivo de su aprehensión, respondiéndole que por violación de los derechos de la hacienda introduciéndose a sus terrenos y causando daños en sus propiedades, a lo cual le contestó que trabajaba como perito contratado por el pueblo y nombrado por la Secretaría de Fomento para hacer el deslinde y conforme a los títulos y planos que le fueron presentados. Que después de una larga discusión, ordenaron los señores Ramírez y el señor Guízar Valencia jefe de las tropas que ocupaban la hacienda, que suspendieran todos los trabajos, a lo cual se les suplicó diese la orden por escrito a fin de cubrir toda responsabilidad para con el Ministerio de Fomento y para con el pueblo de Guarachita. Accedieron las personas antes citadas y fue extendida la orden que principiaba así: 'Suplico a usted se sirva suspender los trabajos, etc., y terminaba: 'En la inteligencia de que si continuáse efectuándolos será severamente castigado'. "Que acto continuo le fueron devueltos los instrumentos, caballos, etc., recogidos y ordenada la libertad de él y los peones aprehendidos. A súplica del ingeniero Meneses, el anterior oficio firmado por el jefe Guízar, fue transcrito al presidente del ayuntamiento, oficio que no había sido aun firmado a las 5 p.m. hora en que salió el ingeniero Meneses de la hacienda, por estar a esa hora durmiendo el mencionado jefe Guízar, no fue recibido por el ingeniero Meneses y se conviene en que ambas comunicaciones serían remitidas a sus destinos el día 21 como a esta hora que son las 2 pasados meridianos, no se han recibido aun los mencionados oficios y además se han visto pasar las tropas con su jefe, rumbo al

128


VILLAMAR oriente, se procede a levantar la presente acta para que sirva de justificación en los hechos mencionados".178

40 firmas y la leyenda de "por falta de lugar quedaron muchas personas sin firmar", el acta llegó a la Secretaría de Fomento el 23 de diciembre, junto a la que el propio ingeniero Meneses levantó solicitando: "Muy respetuosamente, a esa Secretaría que si desea se cumplan sus respetables órdenes y se haga el deslinde del ejido del pueblo de San Miguel Guarachita se sirva gestionar de quien corresponda que sea mandado inmediatamente un fuerte destacamento que se sitúe en las haciendas de Guaracha, El Platanal y San Antonio y en esta población y pueda facilitar escolta competente para que me acompañe así como al ingeniero Adolfo Montoya que me ayude en estos trabajos… en caso de no ser posible le suplico muy respetuosamente se sirva comunicármelo también para incorporarme a esta capital tan pronto me sea posible".179

El Subsecretario de Fomento, Colonización e Industria, Agustín Aragón, turna al general Jesús Garza González, Gobernador de Michoacán el incidente sucedido a su perito el 30 de diciembre de 1914. La contestación llega cerca de dos años después, en 1916, ya siendo Gobernador del Estado de Michoacán el general Alfredo Elizondo. No era infundado el temor que se le tenía a Manuel Guízar Valencia en el rumbo de las Guarachas, Jiquilpan y Sahuayo, el pueblo le cantaba las siguientes coplas: "Manuel Guízar, 'mala alma' como Longinos, su padre, vino a quitarnos la calma con sus mentadas de madre"180

A.R.C.V., Ídem., ff. 36-37; 21 de noviembre de 1914. A.R.C.V., Ídem, ff. 37-38; 21 de noviembre de 1914. 180 González y González, Luis. Sahuayo. Op. cit., p. 147. 178 179

129


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Originario de Cotija y emparentado en línea directa con el candidato a santo Monseñor Rafael Guízar y Valencia, hizo y deshizo por el rumbo, llamándose unas veces villista y otras carrancista. En este tipo el orgullo de los amos de Guaracha empieza a perderse en el olvido. Dice la sabiduría popular que a cada santo le llega su fiesta y a los Moreno ya les llegó. Pero volvamos a la contestación que diversas autoridades dan al pliego petitorio de los solicitantes y del ingeniero Meneses, del 21 de noviembre de 1914. En principio, el general Alfredo Elizondo encarga del problema a su secretario general de gobierno y al secretario de la Comisión Local Agraria, siendo este último el que envía al jefe de tenencia de Guarachita el siguiente documento: "C. Jefe de la tenencia de Guarachita.— En atención al artículo 10 del reglamento de la Comisión Local Agraria, expedido por el Ejecutivo del Estado el 17 de junio del año próximo pasado, transcribo a usted copia de la solicitud que hacen varios vecinos de ese lugar, para que sea publicado en esa misma tenencia por medio (de) rotulones; esperando me acuse el correspondiente recibo: "Los que suscribimos mayores de edad, casados, agricultores e indígenas de esta población, ante usted con el debido respeto exponemos; que como lo acreditamos con los documentos que presentaron nuestros representantes los C.C. Filiberto Ruiz; Nicolás Oregel; Wenceslao Rivas; José María Amezcua; Luis Amezcua; José Diego Arceo; Efrén Ceja; Martín Amezcua; Antonio Manzo en 16 de octubre de 1914. La Secretaría de Fomento decretó la orden para el reparto de los ejidos de este pueblo y habiendo dado principio los trabajos preliminares, una fracción de villistas a instancias de los hacendados que están apoderados de los ejidos de referencia, vino a interrumpir por medio de la fuerza armada que se terminaran los trabajos como lo justificamos con el acta respectiva que con ese motivo se le levantó; como los hacendados aludidos han continuado hostilizándonos en una forma cruel e inhumana a usted ciudadano gobernador suplicamos muy humildemente se sirva impartirnos los beneficios que el supremo jefe de las armadas y encargado del Poder Ejecutivo de la Nación decretó en la H. Veracruz, el día 6 de enero del año retropróximo de 1915 apoyados pues en esta benévola y justa disposición volvemos a suplicar a usted se digne ordenar el inmediato reparto de los ejidos de este pueblo, tomando en 130


VILLAMAR consideración las razones expuestas.— Pedimos justicia y protestamos no obrar de malicia.— Guarachita, Enero 25 de 1916.— Juan Oregel, Ismael Godoy, José Pineda, Luis Oregel, Jerónimo Arceo, Ladislao Arceo, Francisco Guerrero, Efrén Ceja, Nicolás Oregel, J. J. Pineda, Jesús Robledo, Francisco Velázquez, J. M. Amezcua, M. Manzo, José María Pineda, Ignacio Hurtado, León Castillo, José María Morales, Antonio Amezcua, Florentino Núñez, Protasio Rojas, Leopoldo Macías, J. Ignacio Maciel, Abundio Ayala, Juan Chávez, Joaquín M. Castellanos, Joaquín Gutiérrez, José María Rodríguez, Antonio S. Amezcua, Martín Amezcua, A. Manzo, José Canela, Ignacio Núñez, Jesús Rodríguez, Antonio Cornelio, Gabriel Manzo, Filiberto Ruiz, José González, Miguel González, Elías Amezcua, Refugio Pérez, Luis Rodríguez, José D. Arceo, M. Rivas. Rubricado. "Lo que se hace saber a los interesados para que en el plazo de 30 días contados desde la publicación de este escrito se presenten a deducir sus derechos los que pretendan oponerse. Constitución y Reformas. Morelia, 1º de marzo de 1916. El secretario de la Comisión Local Agraria: J.N. Chávez (rúbrica)".181

La partida se presentaba a favor de los solicitantes, quienes pacientemente habían esperado el cauce legal de su solicitud. Hacía ya cuatro años que el litigio sobre las tierras de Guaracha había empezado y todavía faltaba un año más para que el reparto se hiciera efectivo. La presión en contra de los Moreno aumentaba cada vez más, por ejemplo: el general Alfredo Elizondo envía un oficio al presidente de Guarachita ordenando dotar de tierras a los agricultores pobres de la localidad, bajo la advertencia de que se pagará una renta a quien resulte favorecido con el fallo del Ejecutivo. Tres meses más tarde y quizás como respuesta a los sucesos de 1914, el general Alfredo Elizondo, Gobernador del Estado por obra y gracia de Álvaro Obregón, ordena a la Comisión Agraria de Michoacán hacer un estudio a fondo sobre las condiciones en que se encontraba el litigio de las tierras de San Miguel Guarachita, inserto a la orden se anexa copia del documento original de dotación de tierras comunales expedido en 1578 en el que aparecen las medidas del fundo original, así como sus colindancias. A su vez, el ingeniero 181

A.R.C.V.; Ídem, f. 44, 1º de marzo de 1916. 131


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Ponciano Pulido, Director de la Comisión Local Agraria de Michoacán, delega la responsabilidad en Francisco Ruiz Escoto, jefe del quinto comité ejecutivo para que practique los siguientes hechos: "Al margen un sello.— Comisión Local Agraria, Michoacán de Ocampo. Dirección… número 573.=Al centro:--Al C. Francisco Ruiz Escoto, jefe del 5/º comité ejecutivo.=Presente.=Sírvase usted pasar al pueblo de Guaracha, distrito de Jiquilpan, y tomar los datos siguientes: 1/º. Extensión de terreno poseída actualmente por el pueblo. "2/º Reconocimiento de los linderos que marcan los títulos presentados por el representante de los vecinos, y que a la letra, en lo conducente dice… 'Y mandé que trazaran una vara castellana de medir paño y con ella se midió un cordel de cincuenta varas y de allí nos pasamos al cementerio de la iglesia de dicho pueblo y puestos a la cruz que en él hay tomaron el viento del poniente midiendo y a poco salir tomaron tierra alta por toda la falda del cerro que llaman de Guaracha y me presentó un título y merced, y habiendo visto que no era conveniente pasar adelante, allí mandé que pusieran la mojonera y se puso una cruz de mezquite y quedaron medidas los cincuenta cordeles que hacen dos mil quinientas varas que componen media legua; estas son por este viento, hasta que por este viento tiene pocas tierras de pan llevar y de allí volvimos para el pueblo a la misma cruz del cementerio y se tomó el viento del norte que es donde queda la laguna que está abajo del pueblo y esta confina con la del pueblo de Pajacuarán el cual está fundado en una isla y para medir este viento se tomó la orilla por el monte que hace de mezquites y G…des y espinos y se midieron cien cordeles cabales que hacen cinco mil varas que componen una legua y aquí se puso otra cruz de mezquite que sirve de mojonera sin contradicción alguna y por este viento tienen tierras de pan llevar y allí subimos para el pueblo a la dicha cruz y presentes en ella se tomó el viento del oriente por orillas de otra ceja del mal país más pedregosa por todo ese camino que va para Zamora siempre siguiendo el viento dicho de tierra doblada y áspera y se midieron ciento veinticinco cordeles que hacen seis mil doscientas cincuenta varas que componen legua y un cuarto, y esto se les dio por este viento porque así convino y parada la cuerda mandé que pusieran su mojonera como luego se puso una cruz con sementera de piedras sin que hubiera por este medida la menor contradicción y vueltos para el pueblo a la dicha cruz del 132


VILLAMAR cementerio, estando en ella tomamos el viento del sur, el último que se midió y saliendo del pueblo y a poco andar subimos por el mal país de piedra monte espeso todo cerrado todo infructuoso y llegamos midiendo esto a la asomada de un valle en el paraje que está fundado el pueblo de Jaripo y se midieron ciento cincuenta cordeles que hacen seis mil seiscientas cincuenta varas que componen una legua y media, que por ser tierra de poco útil les di por este viento y que esta les puede servir para leña, porque no tienen agua, y así en donde para la medida de este viento mandé a los naturales pusieran sus mojoneras y que se puso una cruz entre un montón de piedras, y gozan esto por este viento sin contradicción alguna, y en esta medida quedaron los dichos naturales redondeados y amojonados y aun contentos…' 3/º Nombres de los poseedores de terrenos de esos límites y los poseídos por el pueblo. 4/º Condiciones generales de vida de los vecinos y sus necesidades urgentes. De todo lo anterior se servirá usted rendir un informe detallado a esta Dirección adjuntando los planos y croquis que estime conveniente o necesarios.=Constitución y Reformas, Morelia, Agosto 9 de 1916.=El Director de la C. Local Agraria.=Ing. P. Pulido.= Rubricado".182

Ya con el dictamen de Francisco Ruiz Escoto, el Gobernador Alfredo Elizondo propone la firma de un acuerdo entre las partes en litigio para que mientras se emita el fallo judicial, ambas partes pudieran trabajar las tierras, sabia decisión ya que lo que el país requería en estos tiempos era producir, la disposición del acuerdo dice así: "En el pueblo de Guarachita, a los catorce días del mes de octubre de 1916, presentes en la casa del señor José María Amezcua, ante los señores coronel José Álvarez e ingeniero Ponciano Pulido como comisionado por el C. Gobernador del Estado para arreglar en lo posible las dificultades existentes entre los vecinos de esta población y los poseedores de la hacienda de Guaracha, comparecieron de una parte el administrador de dicha hacienda Eudoro Méndez y de otra el representante de los vecinos, señor capitán Filiberto Ruiz, habiendo expuesto éste la queja de que el señor Méndez no había obedecido 182

A.R.C.V.; Ídem., ff. 45-46, 9 de agosto de 1916. 133


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO las diferentes órdenes dadas por el Ejecutivo del Estado, relativas a que se proporcionara tierras para el cultivo a los agricultores pobres de la localidad, pagando renta moderada, a que se permitiera a los vecinos la extracción de leña y pasto para sus reses, todo esto en la parte de terreno en litigio entre el pueblo de Guarachita y la hacienda de Guaracha. El señor Eudoro Méndez negó en general los hechos de que se quejan los indígenas, y para evitar futuras dificultades se ha convenido en lo siguiente: 1º. La tierra que se proporcione a los vecinos del pueblo de Guarachita que será asignada por el Presidente Municipal de acuerdo con el oficio del Ejecutivo y que obra en la presidencia, pagará una renta anual de $40.00 oro nacional por fanega de sembradura. 2º. La hacienda sólo tendrá intervención en la valuación de la extensión de terreno que cada vecino cultive. 3º. El valor del arrendamiento quedará depositado en la administración de rentas, de acuerdo con la valuación que se haya hecho. 4º. La extensión la determinará una comisión de dos personas nombradas una por parte de la hacienda y otra por parte del pueblo, siendo el Presidente Municipal quien resuelva en caso de discordia. 5º. Los rastrojos quedarán a favor del dueño del cultivo. 6º. El pueblo podrá sacar leña para sus usos domésticos del lugar que el Presidente Municipal les designe. 7º. La siembra que haga la hacienda dentro del terreno en litigio también será valuada en cuanto a su extensión por la misma comisión para los efectos subsecuentes. 8º. Estas bases serán sólo por el tiempo que dure en resolverse el litigio hoy existente entre la hacienda y el pueblo. 9º. El terreno en litigio es el que abarca el título expedido a favor del pueblo el año de 1578, cuyas copias se pondrán a disposición de la Comisión. 10º. El precio de cuarenta pesos anuales por arrendamiento de una fanega de sembradura se entenderá en terreno cerril, en donde la siembra es con azadón, siendo el doble para terreno que siembre con arado. El señor Filiberto Ruiz firma como enterado y el señor Eudoro Méndez como enterado para dar parte de los señores de la testamentaria, de lo dispuesto por los señores Álvarez y Pulido. 134


VILLAMAR José Álvarez.- Rúbrica.- Ponciano Pulido.- Rubrica.- Filiberto Ruiz.Rúbrica.- Eudoro Méndez.- Rúbrica"183

A pesar del acuerdo firmado por las partes en litigio y con la testimonial del Director de la Comisión Local Agraria, Ponciano Pulido y del coronel José Álvarez, las órdenes de los Moreno son tajantes: No ceder a las pretensiones de los solicitantes. Los tiempos de don Porfirio ya habían pasado, sin embargo, los Moreno se aferraban al poderío que tuvieron en aquel entonces. De las primeras medidas tomadas por el pueblo de Guarachita destaca la orden de Nicolás Oregel, Presidente guarachiteño, relativa a que la hacienda no disponga del potrero denominado "San Diego"; Carlos Aceves, administrador de la hacienda del Platanal remite el oficio del Presidente a Guadalajara, residencia de los Moreno, quienes omiten contestación. El hecho manifiesta de nueva cuenta la inconformidad de los pobladores de San Miguel, quienes de inmediato se dirigen al superior conocimiento del Gobernador Elizondo, a la vez que se nombra a Regino Buenrostro "para que junto a la persona que designe la hacienda para determinar la extensión del terreno que está cultivado y se cultive, dentro del perímetro que ampara el título respectivo".184 A los pocos días, el señor Guajardo, secretario general del Gobierno del Estado de Michoacán, contesta a Nicolás Oregel "…en tal virtud, proceda usted a dar cumplimiento a lo mandado por este gobierno, procurando en cuanto sea posible obrar de acuerdo con el administrador de la hacienda de que se trate para lesionar lo menos que sea posible los intereses de la misma".185 De octubre a noviembre de 1916 la correspondencia entre guarachiteños, Gobierno del Estado y las haciendas de Guaracha y Platanal fue tupida. Las misivas del Presidente Municipal de Guarachita exigían la práctica de las decisiones gubernamentales; los del gobierno estatal están plagados de mesura y buenos deseos y por último, las de los administradores de las haciendas conllevan explícitamente el juego que los amos determinaban, prueba de todo A.R.C.V.; Ídem., f. 47, 14 de octubre de 1916. Ídem., f. 53, 28 de octubre de 1916. 185 Ídem., f. 55; 30 de octubre de 1916. 183

184

135


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

esto es el oficio que el Gobernador Elizondo envía el 2 de noviembre de 1916 a ambas partes y que a la letra dice: "Teniendo en cuenta las dificultades que se han suscitado entre ese pueblo y los poseedores de la hacienda de Guaracha; así como tomando en consideración los datos que se me han suministrado sobre este asunto, he tenido a bien ordenar para bien de ambas partes, que no se consideren subsistentes, ninguna de las determinaciones que anteriormente se han dado sobre el particular, debiendo sujetarse, tanto los propietarios de la hacienda de Guaracha, como los vecinos del pueblo de Guarachita en lo relativo a ese asunto, a las siguientes disposiciones: I. Los propietarios de la hacienda de Guaracha, están obligados a dar siembra en el potrero llamado El Puerto a los habitantes del pueblo de Guarachita, pagando tan sólo a los propietarios de la finca, una renta anual de $20.00 veinte pesos oro nacional por cada cuatro hectáreas de dicha sembradura, o sea una fanega ranchera. II. Igualmente los habitantes de Guarachita tendrán derecho para que usen del pasto necesario para sus semovientes, tomar la leña que ocupen para sus necesidades habituales, del potrero antes referido denominado El Puerto, que tiene una extensión alrededor de 800 ochocientas hectáreas, y que está situado al sur del pueblo de Guarachita, lindando con éste. III. Estas bases quedarán vigentes, entre tanto se resuelve el litigio que subsiste entre el pueblo de Guarachita y los propietarios de la citada hacienda de Guaracha. Todo lo cual comunico a usted para que se hagan efectivas las disposiciones de que he venido haciendo mérito, dándosele el debido cumplimiento. Constitución y Reformas, Morelia, noviembre 2 de 1916. El General Alfredo Elizondo. Rúbrica".186

A pesar de este oficio, ambas partes llegan a la tirantez como puede verse en los siguientes documentos. Primero, Nicolás Oregel, Presidente Municipal de Guarachita envía el siguiente comunicado a los administradores de las haciendas de Guarachita y El Platanal: "Tengo el honor de manifestar a usted que mañana paso con fuerza armada a dar posesión de las tierras del 'potrero de San Diego' a los 186

Ídem, f. 65. 2 de noviembre de 1916. 136


VILLAMAR

agricultores pobres de esta localidad, conforme a lo dispuesto por el supremo gobierno del estado".187 Segundo, Carlos Lambley, administrador a las órdenes de Eudoro Méndez, contesta "por telegrama que se recibió en esta finca, mañana a primera hora está aquí el señor administrador general de ella. Agrega mensaje, quedar arreglado satisfactoriamente por finca, las dificultades con los indígenas de esa".188 Lo que nadie sabía a estas fechas es que don Filiberto Ruiz, en el mayor de los secretos viaja a la ciudad de México a entrevistarse personalmente con don Venustiano Carranza, Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo de la Nación. Don Filiberto entrega la siguiente carta enviada por Nicolás Oregel, Presidente del Ayuntamiento de Guarachita y fechada el 1º de noviembre: "Tengo la alta honra de dirigirme a usted con el único objeto de poner en su superior conocimiento, que exitado por las necesidades de éste mi pueblo, y a la volubilidad del señor Gobernador de este Estado como lo verá usted por las copias de los documentos que presentará el ciudadano capitán Filiberto Ruiz las cuales van marcadas con los números 1, 2, 3 y 4 relativas a la reivindicación de los ejidos que la hacienda de Guaracha le tiene usufructuados a esta población, me veo en el caso de distraer sus altas atenciones en obsequio de la razón, la justicia y el derecho que como usted bien sabe les asiste a los indígenas para cuyo efecto y a mi pesar me veo obligado a salvar el conducto debido en vista de que se ve claramente que nuestro Gobernador parece que no ha obrado con la equidad que exige el Plan de Guadalupe, permitiéndome suplicar a usted muy respetuosamente si lo estima de justicia, les imparta a estos pobres indígenas su valiosa ayuda a fin de que salgan de una situación tan triste de la cual usted no podrá imaginarse como verá en el memorial que el mismo capitán presentará. "Me es altamente honroso protestarle a usted mi respetuosa adhesión. Constitución y Reformas. Guarachita, noviembre 1º de 1916. El Presidente Municipal: Nicolás Oregel. Rúbrica".189 Ídem, f. 63, 8 de noviembre de 1916. Ídem. 189 Ídem., ff. 69-70. 1º de noviembre de 1916. 187

188

137


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Es posible que esta entrevista sostenida con don Venustiano Carranza, haya sido el factor decisivo para que el Ejecutivo de la Nación, tomara la determinación de dotar de ejidos en forma definitiva a Guarachita en septiembre de 1917. Aunque todavía hubo vueltas y revueltas en torno a la repartición días antes de que se conociera el decreto resolutivo del ejido de San Miguel Guarachita y siendo Gobernador del Estado José Rentería Luviano y secretario general de gobierno el Ing. Ponciano Pulido, se recibe el siguiente documento: "C. Presidente Municipal. De Guarachita. Dispone el ciudadano Gobernador del estado, con referencias a gestiones verbales hechas ante esta secretaría por el ciudadano José María Mora se sirva usted comunicar a los propietarios de la Hacienda de Guaracha, no procedan a la ejecución de ninguna obra dentro del terreno que tienen en litigio con los vecinos de ese lugar, hasta mientras resuelve lo conveniente la Comisión Nacional Agraria, cuya oficina tiene en estudio actualmente el legajo formado por la oficina local agraria de esta ciudad. "También por acuerdo del C. Gobernador, dictará usted las medidas que crea oportunas, a fin de permitir en las mismas condiciones en que se concedió permiso el año anterior a los vecinos de esa población, que siembren dichas tierras, en caso que la citada Comisión Nacional Agraria no resuelva el asunto en tiempo hábil para efectuar esa labor. "Sírvase acusar recibo de esta nota, y advertir a los interesados que esta autorización tiene carácter de provisional, a reserva de sujetarse al fallo que en definitiva se dicte sobre el particular. Constitución y Reformas, Morelia, marzo 13 de 1917. El Secretario de Gobierno: Ponciano Pulido. Rúbrica".190

El problema del reparto no terminó ni tan siquiera con la resolución definitiva, veamos el hecho como nos lo narra Heriberto Moreno: "…el 26 de septiembre de ese año (1917), fue despachada la resolución presidencial definitiva de parte de Venustiano Carranza, 190

Ídem, Hoja única. Marzo 13 de 1917. 138


VILLAMAR reconociéndoseles a los guarachiteños sus derechos sobre 1,398 hectáreas. El día 2 de abril de 1918, por fin, se ejecutó la resolución presidencial y Guarachita pudo deslindar sus terrenos de los de la hacienda de Guaracha y también consiguió derecho a una ampliación de un sitio de ganado mayor, esto es, unas 1,746 hectáreas. "Poco les duró el gusto. Dos días después, sucedió lo increíble. Preferimos ceder el relato al representante legal de Guarachita, Filiberto Ruiz que, el 23 de abril de 1918, levantó esta denuncia: El 4 de abril de 1918 se presentó Manuel F. Moreno con el juez de Jiquilpan, Ignacio Ramos Chávez y su secretario, Luis Medina, el Lic. Fernando Gabriel Santoscoy y el Ing. Desiderio Ávila, y el administrador Eudoro Méndez… todos estos señores con un número de fuerza muy competente se presentaron en el pueblo de Guarachita a las 11 horas habiéndose dirigido a las oficinas del Ayuntamiento, desde luego hicieron comparecer ante ellos a las autoridades del lugar y representantes del pueblo, Sr. Filiberto Ruiz, una vez todos reunidos, y sin más trámite, desconociendo completamente las órdenes del Supremo Gobierno, procediendo arbitrariamente, humillando al pueblo entero, y en tono áspero y marcadamente grosero. Tomó la palabra el señor juez Ramos Chávez, y dijo: 'Señores, queda sin efecto, y de mi orden, la dotación y posesión que se les dio, pues esas tierras son, y seguirán siendo de la hacienda de Guaracha; por bien o por la fuerza', terminando este acto, con el ya citado abuso".191

Todavía nueve meses después de la resolución presidencial de D. Venustiano Carranza, don Filiberto Ruiz se quejaba ante don Pascual Ortiz Rubio, Gobernador de Michoacán en los siguientes términos: "Ciudadano Gobernador del Estado, Morelia, Mich. Los que suscribimos vecinos del pueblo de Guarachita, Distrito de Jiquilpan, Mich., y en nombre de la comunidad del mismo ante ud. con el debido respeto, pasamos a exponer lo siguiente: Primero. Con fecha 26 de septiembre del año de 1917, el C. Presidente de la República, tuvo a bien dotar a nuestro pueblo, con un sitio de ganado mayor, por carecer en lo absoluto, de ejido, único medio que nos puede favorecer para vivir.

191

Moreno, Heriberto. Guaracha… Op. cit., pp. 121-122. 139


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Segundo. Con fecha 2 de abril del siguiente año de 1918, se nos dio posesión de dichas tierras con todas las formalidades de la ley. Tercero. No estando conforme con ésta Suprema disposición el representante de la testamentaria de D. Diego Moreno, Sr. Eudoro Méndez, interpuso el recurso de amparo, y aunque sin ningún fundamento legal en qué apoyarse y sólo por la influencia del dinero, hicieron prosperar dicho amparo. Cuarto. Con fecha de 15 de julio de 1918, el C. Licenciado Mariano Palacios, juez de distrito en el Estado, dictó sentencia, fallando en contra del Sr. Eudoro Méndez, y de la testamentaria que representa. Quinto. Y, nuevamente no estando conforme el Sr. Eudoro Méndez, con la anterior sentencia que pronunció el C. Licenciado juez de distrito, apeló. Sexto. Con fecha 17 de noviembre del año anterior de 1918, el C. Licenciado Mariano Palacios, juez de distrito en el Estado, volvió a pronunciar sentencia, fallando en contra del Sr. Eudoro Méndez, y de la testamentaria que representa. Séptimo. Hacemos constar solemnemente, que desde la Suprema decisión dada por el primer magistrado de la nación, y todas las órdenes que se han dictado para beneficiar a nuestro desgraciado pueblo, han sido burladas, por los representantes de la hacienda de Guaracha, y lo comprueba el hecho, de que hasta la fecha en dicha hacienda, por medio de la influencia del dinero, y de la fuerza armada de que poseen, siguen disfrutando de la dotación, que nos pertenece, a pesar de las órdenes tan terminantes como es sin duda, la que en seguida insertamos y que a la letra dice: 'Al margen de un sello que dice: Poder Ejecutivo Federal. Estados Unidos Mexicanos. México.— Comisión Nación Agraria. Secretaría General.— oficio número 4484.— Una rúbrica.— Dentro del margen exacto. "Que la Suprema Corte aún no resuelve en los amparos promovidos por el propietario de la hacienda de Guaracha, para que disfruten de las tierras con que fueron dotados'.— Con referencia al escrito de Ud. fechado el 28 de noviembre último en el que, como representante del pueblo de Guarachita, estado de Michoacán, pide se les dé a conocer la resolución de la Suprema Corte, en los amparos promovidos, por el propietario de la hacienda de Guaracha, le manifiesto que esta resolución, aun no ha sido dictada pero que, con fecha 16 de los corrientes, se giró un oficio al C. gobernador de ese Estado, diciéndole que las garantías, que deben impartirse a los vecinos del pueblo de Guarachita, deben tener como objeto, el que estos disfruten de la posesión de las tierras con que fueron dotados, sin 140


VILLAMAR que sea un obstáculo para esto, los amparos pendientes de resolución ya que en éstos, no se decretó la suspensión del acto reclamado.— Reitero a ud. mi atenta y distinguida consideración.— Constitución y Reformas.— México, 17 de diciembre de 1918.— El Secretario de Agricultura y Fomento.— Presidente de la Comisión Nacional Agraria.— Pastor Rouaix.— Rúbrica.— al C. Filiberto Ruiz, representante del pueblo de San Miguel Guarachita.— 2/ª del campo Florido núm. 55, int. 3, ciudad'. Octavo. Por todo lo expuesto C. Gobernador, si Ud. no nos imparte las garantías que para el caso se necesitan con fuerza armada, serán inútiles cuantas órdenes por escrito mande ese gobierno, al presidente municipal de este lugar, toda vez que dicha autoridad, no tiene garantías ni para él mismo y mucho menos, podría enfrentarse contra una fuerza, de más de 80 hombres, bien dotados y armados, que tienen a sus órdenes en dicha hacienda de Guaracha, los cuales sólo sirven como apoyo de sus representantes, para burlarse de cuantas órdenes mande ese gobierno, favoreciendo a nuestro pueblo, y Noveno. Como comprobación de nuestro aserto, y después de la sentencia dictada por el juez de distrito del Estado en la que falló en contra de Eudoro Méndez, y de la testamentaria que representa, el tantas veces mencionado Eudoro Méndez, haciendo uso del poderío indómito del que hace ostentación, y con el despotismo que lo caracteriza, 'vio con el más alto desprecio' la sentencia de la autoridad federal, mandando recientemente, plantar caña, el terreno de la dotación, y también mandó destruir las mojoneras que habíamos puesto en los límites de las tierras con que fuimos dotados y que nos dividen de dicha hacienda de Guaracha. Estos hechos Sr. Gobernador, en nuestro humilde concepto son imperdonables por lo que de toda buena fé, esperamos ser atendidos en nuestra petición, y queja, en lo que recibiremos gracia y justicia. Quedamos en espera de su respetable contestación. Constitución y Reformas. Guarachita, a 15 de enero de 1919. Martín Amezcua, Ladislao Arceo, A. Manzo, Wenceslao Rivas, J. M. Amezcua, Simón Rodríguez, Antonio González, Joaquín M. Castellanos, Jesús Amezcua, Jesús Méndez, Luis Rodríguez, José María Rodríguez, Marcelo Hurtado, Casimiro Amezcua, Joaquín Gutiérrez, Agapito Amezcua, Juan Chávez, Francisco Morales, Francisco Núñez, Guillermo Amezcua, Jesús Rodríguez, M. Acevedo, J. Jesús Pineda, Antonio Amezcua, Antonio Rodríguez, Marcos Amezcua, Domingo Rodríguez, Efrén Ceja, Guillermo Morales, 141


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Jerónimo Arceo, L. Maciel S., Melitón Moreno, Francisco Guerrero Trejo, León Castillo, Antonio S. Amezcua, Ignacio Maravilla, Florentino Núñez, Julián García, José D. Arceo, Abundio Ayala, José María Clemente, Lorenzo Castillo, José María Castillo, M. Manzo, Jesús Robledo, Isaac Solís, Antonio Gutiérrez, Antonio Chávez, Ignacio Sandoval, Pedro Villanueva, Antonio C. Hernández, Francisco Ruiz, Miguel Ceja, Ramón Zendejas, Benjamín Ruiz, Protasio Rojas, José Medina. Todos los problemas antes mencionados reflejan a la luz del análisis diversas posiciones: primeramente que "éste fue el primer paso del gobierno emanado de la Revolución para convertir la ciénega de Chapala en un proyecto económico 'mixto' planeado, organizado y ejecutado por capitalistas, y financiado y fortalecido por el Estado. En realidad lo que sucedía en el noroeste michoacano sólo era una parte del proyecto político nacional carrancista de conjuntar los intereses económicos privados con los del Estado, cuya expresión más fina fue el artículo 27 constitucional, que incorporó las nociones de propiedad social y privada".192

Como Segundo punto podemos observar que Guarachita arrebata su condición de capital política del entorno de las Guarachas, posición latente durante los siglos de la colonia y en los años de modernización de la hacienda, los años de los Moreno, en los cuales Guarachita asume por las condiciones existentes, una posición secundaria respecto de la toma de decisiones y la cual se verá más radicalizada cuando empiece el reparto agrario en Guaracha, hoy Emiliano Zapata, cuyos habitantes se quejarán en contra de los de San Miguel por supuestos bloqueos en cuanto a los expedientes creados para reparto ejidal; pero que además configura el procedimiento histórico del reparto, ya que en Guarachita siempre había sido despojada de sus tierras y quienes trabajaban como jornaleros en la hacienda se endeudaban, lo que dio origen a una constante lucha por la tierra. La modernización que había iniciado Guaracha, como ya lo vimos en parte, respondía a los requerimientos del modelo económico porfirista, ya que desde

192

Vargas González, Pablo. Op. cit., p. 37. 142


VILLAMAR "el siglo XIX, durante la década de los años ochenta, al cobrar más impulso la industrialización con la inversión de capitales y la extensión de la red de ferrocarriles, se produjo el abaratamiento del costo y la rapidez del servicio de los fletes y con ello el aumento de las ganancias, lo que modificó asimismo la estructura de algunas haciendas. En el proceso de su adaptación al desarrollo industrial, unas haciendas se convirtieron en fincas modernizadas y, paulatinamente, adquirieron las características de grandes empresas agrícolas modernas, como su orientación hacia el mercado nacional, el aprovechamiento de nuevas posibilidades de comunicación, el uso de maquinaria, una contabilidad profesional, la especialización y la división del trabajo en los sectores de la producción y la administración de la tierra, inversiones para el aumento de la producción, la introducción de innovaciones técnicas, la renuncia a algunas relaciones sociales paternalista y otras relaciones de intercambio, determinadas por la costumbre".193

Es dentro de este orden de ideas donde entendemos la inversión que realizan los Moreno en el molino de caña de azúcar de San Ignacio, así como la diversificación de la producción en la Hacienda del Platanal, según nos comenta don Luis Álvaro respecto a "la fábrica de mezcal, adyacente al casco principal de la hacienda; mezcal que era comercializado por los Somellera en Zamora y Guadalajara y para lo cual los plantíos de maguey se realizaban en el cerro blanco; el llano de la cometa; las macanas; el chocolín; potrero grande y las campanas. Ningún pajarero podía tomar alguna tuna o guayaba que le perteneciera al amo. Los jueces de la Acordada eran crueles".194

D. Luis Álvaro recuerda algunos nombres de jueces de Acordada: "Jesús López, Arcadio Ochoa de Jalisco; Jesús Manzo de Guaracha; José Herrera de Jalisco; Ponciano Ceja de las Zarquillas y Rafael Barajas de la Cuestita". Con 95 años a cuestas y una lucidez

Ponce Alcocer, Ma. Eugenia. La modernización en algunas haciendas mexicanas. El fin del sistema tradicional 1867-1920. Ed. UNAM. 194 Álvaro, Luis. Entrevista. El Platanal, Mich., 18 de marzo de 2004. 193

143


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

envidiable, don Luis nos da razón de aquellos años de sobresaltos y penurias en su terruño. INTERMEDIO NATURAL Al principiar el siglo XX, no sólo el tren y el bordo de la laguna de Chapala cambiaron el rostro de Guarachita, la naturaleza misma convino en manifestar la presencia del nuevo siglo dotando a Guarachita de un hermoso lago, que a su nacimiento causó temor. Don Luis G. Arceo Ruiz en crónica radiofónica nos ilustra el acontecimiento de la siguiente manera: "Amaneció el jueves primero de noviembre de mil novecientos con una aurora otoñal que bordaba de oro paja las faldas y lomeríos adyacentes a la piramidal montaña o cerro grande de Guaracha, teniendo a sus pies el blanco caserío cubierto de roja tela con tintes de obscura lama que ahora se nombra Villamar… En el panorama aldeano de ese día, celebraban en el Guarachita de entonces, la fiesta de Todos los Santos, la mañana terminaba en el cenit con las brisas maduras del campo; sus moradores después de asistir a la misma de su precepto religioso acudían en corrillos a la plaza y barrio de las frondas y carrizales del Ulerio, unos platicaban del corte de las vainas de frijol y maizales sarazos para rendir cosecha temprana; otros iban a visitar con ánimo golosino los colmenares de abejas que en ese día les capaban sus panales de ambarina miel que saboreaban con untuoso queso y guayaba y finalmente, en los hogares, las familias contaban a sus niños divertidas leyendas, en tanto que los ancianos referían añoranzas y recuerdos llenos de humorismo aspirando el tono de cigarrillos de oloroso tabaco laborado en Jiquilpan con marca violeta de manufactura de los Herrera. Las campanas del vetusto templo sonaron las doce y las gentes que se preparaban para la comida, que de patriarcal y llena de quietud se torna de espanto y hora trágica con el fin de los tiempos; se deja oír en el fondo de la llanura una explosión de gruesa artillería que conmueve el centro de la tierra y repercute más allá de las cumbres de los cerros que rodean el espectáculo, los cuadrúpedos y aves huyen en busca de refugio. Siguen los truenos roncos como algo que se destruye y resquebraja en el abismo de una enorme fosa de 144


VILLAMAR catástrofe y exterminio de la naturaleza; las gentes corren de sus casas, salen fuera y emigran con la velocidad de su terror y espanto a las faldas del cerro y de allí dominan que los negritos están en erupción vomitando de sus entrañas masas de cieno y acristalados pedernales en ignición quemante e infernal, como hoguera de densos humos y vapores sulfurosos que sacaban y sepultaban la tierra firme dentro de sus fauces plutónicas, eclipsando el claro firmamento de aquel día siniestro que hizo recordar el tenebroso relato del Vesubio que sepultó a Pompeya. Este fenómeno telúrico de origen volcánico duró como veinticinco minutos y horadó un ensanche ovalado a la antigua alberca de unos 400 a 300 metros superficiales en una honda de irregular forma cónica sin poderse calcular su ignota profundidad que manaba gruesos veneros de agua salitrosa que presto llenó su vaso como si contuviera un ojo de mar salado, desprendiendo en su final explosión una nube grande plomiza que se elevó al espacio saturada de cieno negro, hebras de tule y pececillos y que se perdió en el horizonte con rumbo al pueblo de Ixtlán". 195

Sólo dos personas se han ocupado de escribir el hecho que heredó a Guarachita belleza tan singular: el presbítero Efrén Arceo del Río y don Luis G. Arceo Ruiz. Posiblemente la tradición oral se encargó de convertir en leyenda este fenómeno, ya que durante muchos años se habló de que "los negritos se enfurecen cada vez que una mujer los visita". 196 Esta laguna ya existía, así lo consignan los documentos de los repartos de las tierras comunales en 1578, y era conocida como la Laguna de Guarachita, así como la mención que hace de Ixtlán y su entorno el jesuita Rafael Landívar en su Rusticatio Mexicana, sólo que sus dimensiones eran menores hasta el día 1º de noviembre de 1900 en que debido al fenómeno geotérmico amplió su cráter. En efecto, lo que ahora conocemos como La Alberca y Los Negritos es uno de los sitios que conforman la "ruta de la salud", ruta de aguas termales que atraviesan el Estado de Michoacán de oriente a poniente

Arceo Ruiz, Luis G. Michoacán en Marcha. Programa radiofónico, producido y editado por XEZM, Zamora, Mich., 2 de septiembre de 1954. 196 Del Toro, Amparo. Entrevista, 25 de noviembre de 1986. Zamora, Mich. 195

145


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

y que termina en San José de Gracia del municipio de Marcos Ornelas, en el sitio denominado Agua Caliente. El sitio debió ser un asentamiento indígena puesto que en sus alrededores se han encontrado tumbas ceremoniales de las que el maestro José Corona Núñez denominó "tumbas de tiro". En el temblor del año de 1985, la zona de La Alberca y Los Negritos, al igual que el géiser controlado de Ixtlán, sufrieron modificaciones ligeras en su entorno. La actividad sísmica, usual por estar esta porción de la geografía michoacana en el sistema neovolcánico y transversal, produce alteraciones en la escenografía natural. DESPUÉS DEL REPARTO Sin duda que el proceso del reparto ejidal de Guarachita causó revuelo, ya desde 1916 se observa que la hacienda pierde paulatinamente el poder político que por siglos había mantenido. "Comencemos cuando Guaracha movía influencias en la región. Su posición lo permitía. Pero en 1916 se le escapa el nombramiento del médico Amadeo Betancourt como diputado al Congreso Constituyente de Querétaro; y en 1918, Abraham Mejía y Gustavo Maciel le hacen la guerra desde el club político 'Gabino Ortiz'. Empezó a perder Guaracha y de derrota en derrota se acabó la fuerza política de la hacienda".197 El 26 de septiembre de 1917, fecha en que se expide la resolución presidencial en definitiva del ejido de San Miguel Guarachita, los más escépticos avizoran tiempos difíciles para los hacendados, ya que "después de cinco años de la ley del 6 de enero, sólo unos 50 mil campesinos habían recibido una parcela de tierra. Entre éstos y frente a los numerosos poblados urgidos de tierra por todo lo ancho y largo de la República, son de contarse diez poblaciones michoacanas beneficiadas con dotaciones: Erongarícuaro, Etúcuaro, Guarachita,

197

Ochoa, Álvaro. Jiquilpan. Op. cit., p. 152. 146


VILLAMAR

Huiramba, Panindícuaro, Paucuaro, Senguio, Teremendo, Sirepetío y Arecutín".198 A pesar de que faltaba todo por hacerse, los inicios del reparto ejidal marcan pauta para que la efervescencia crezca a nivel nacional. Incluso, quienes al principio no creyeron en las bondades del reparto ejidal, tuvieron que dar marcha atrás en sus comentarios, dado que las ampliaciones de dotación ejidal reafirmaron en última instancia la voluntad de poner en práctica el Plan de Ayala y otros documentos surgidos en el movimiento de 1910. Analizando la legislación agraria emitida durante los gobiernos de Venustiano Carranza y los sonorenses Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles (1917-1929) encontramos que el proyecto de fraccionar las haciendas, o de modificar la estructura de la tenencia de la tierra en México, estuvo sujeto a modificaciones radicales según fueran las presiones sociales (políticas, económicas y militares) propias del momento histórico que se tratara. En cambio, el proyecto de modernización de la producción agrícola elaborado en la última etapa del porfiriato (1904), y que en Guarachita se vivió con el proyecto de desecación de la Laguna de Chapala, prácticamente se mantuvo estable hasta la época de los generales Calles y Cárdenas. En el siglo XXI tenemos que entender que el concepto de hacienda era una forma de vida: un orden, era una célula del poder —político y militar—, era el núcleo de una sólida estructura de vínculos familiares, que encarnaba un modelo de autoridad y un modelo cultural. De manera concluyente podemos decir que la hacienda era un nexo entre el mundo urbano y el mundo rural, y una pieza indispensable en el orden agrario. También tendríamos que tomar en consideración que la mayoría de los sectores sociales involucrados en la definición de la política agrícola gubernamental coincidían en las estrategias y objetivos necesarios para impulsar el desarrollo económico del sector agropecuario. Las diferencias notables se registraron en torno al principio, sostenido por algunos, de que era imposible impulsar el desarrollo de la agricultura si antes no se efectuaba una transformación radical de la tenencia de la tierra: la hacienda era, se 198

Moreno, Heriberto, Guaracha. Op. cit., p. 37. 147


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

aseguraba, improductiva. Así, antes de que se iniciara el movimiento político de Francisco I. Madero en 1910, la Secretaría de Fomento porfirista empezó a reconocer la necesidad de crear la pequeña propiedad o propiedad familiar. Se debatía entonces la forma de llevar a cabo esa transformación puesto que se esperaban resistencias, explicables, de los grandes propietarios. Las opiniones se dividieron una vez más en torno a la forma de lograr ese fraccionamiento: violenta o moderada. En tanto, en Guarachita sucedía que: "Se sacaron la espina y el 20 de agosto de 1919, recibieron más tierras tomadas de la hacienda de Guaracha, en la siguiente forma: Temporal 744 ha. 91 a. 40 ca.

De salitroso 220 ha. 89 a. 95 ca.

De cerril 432 ha. 17 a. 54 ca.

Lo que da un total de 1,397 hectáreas, 95 áreas y 89 centiáreas".199 A los guarachiteños de San Miguel no les interesó que la mayoría de sus tierras fueran de temporal, ni tampoco que no tuvieran agua, lo importante fue la tierra. De 1935 en que se agudiza la lucha por la tierra con el reparto en pleno de Guaracha, la mayoría de las comunidades que forman ahora la municipalidad de Guarachita reciben su dotación ejidal: Las Zarquillas, Cerrito Colorado, San Antonio Guaracha, El Platanal, Jaripo, Tumbiscatío, Tarimoro, Los Granados, Capadero, Salitre, Rincón de Jaripo, La Ladera, Joya de Magallanes, El Guayabo, La Cantera, etc. Un hecho que parece intrascendente vino a definir con precisión los problemas del reparto de la región que nos ocupa, la sucesión testamentaria de don Diego Moreno, "aprobado judicialmente la testamentaria de don Diego Moreno Leñero, el 9 de septiembre de 1919, y protocolizada el 16 de octubre del mismo año; se procedió a dividir legalmente la 'hacienda de Guaracha y anexas'. Tocaría a la hija Luisa, casada con el español Alfonso Fernández Somellera, la hacienda del Platanal, con una extensión de 11,300 hectáreas; y a don Manuel, que hasta entonces había sido testamentaria al frente de todo el conjunto, y que se hallaba casado con la sinaloense y también 199

Ídem, p. 122. 148


VILLAMAR

terrateniente, la señora Laura Almada le correspondería la hacienda de San Antonio Guaracha, con 11,400 hectáreas; la de Cerrito Pelón, con 3 mil y la de Guaracha, con sus 2 mil hectáreas de riego; 1,400 de temporal; 5 mil de cerro y 250 inundadas por el rumbo bajo de Pajacuarán".200 De aquí en adelante los reclamos por la tierra ya son compartidos. Los amos en absoluto comprendieron los justos reclamos de los auténticos dueños de la tierra. Es más, radicalizaron sus posturas: Manuel F. Moreno, asesinando a quienes luchaban por el reparto y su hermana Luisa, dando todo el apoyo de que era capaz al partido Católico Nacional fundado en 1911, del que era presidente su cuñado Gabriel Fernández Somellera, y que a la postre sería el germen de la rebelión cristera en 1926-1929. Aquí será justo regresar al tan traído y llevado documento de dotación de tierras a la comunidad indígena de Guarachita de 1578, ya que como vimos en páginas anteriores, Manuel F. Moreno argumentaba tener documentos en los que incluso el poblado de Guarachita hacia el poniente, sentido cardinal hacia donde se ubica la hacienda de Guaracha, se midieron 50 cordeles, equivalentes a dos mil quinientas varas y éstas hacen media legua, medida que si tomamos en su concepción temporal, la legua equivaldría a 5,572 metros, por lo que estaríamos hablando de la que la extensión de tierras de San Miguel Guarachita se acercaban a 2,786 metros hacia la hacienda; cerca de tres kilómetros hacia el emporio de los Moreno. Hacia el oriente, hacia el camino a Zamora, no por la moderna carretera, sino por la salida del Ulerio, serían una legua y un cuarto, lo que equivaldría a 6,965 metros, casi 7 kilómetros. Hacia el norte donde queda la laguna del pueblo y que confina con la laguna de Pajacuarán, los de Guarachita se extenderán una legua, lo que nos daría hoy poco más de 5 kilómetros y medio; finalmente hacia el sur, hacia el paraje donde está fundado el pueblo de Jaripo, correspondería una legua y media, lo que en la actualidad serían 8,360 metros, poco más de 8 kilómetros. A pesar de la irregularidad de las medidas, Guarachita ocupaba una buena extensión territorial, la que al transcurrir los siglos 200

Ídem. 149


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

coloniales, se mermó considerablemente por la ambición terrenal de los diversos propietarios de la hacienda de Guaracha, llegando a su expresión más álgida con los Moreno; quizá por la modernización de la infraestructura agropecuaria que éstos habían realizado a lo largo de poco más de un siglo en que fueron sus propietarios. Esta conformación geopolítica volvió a la normalidad, incluyendo la hacienda, hasta el siglo XX en que el Congreso del estado de Michoacán de Ocampo dividió en municipios la extensa geografía mexicana. Para reafirmar nuestras cuentas y suposiciones anteriores, el reparto en Guarachita, hoy Villamar fue "el único caso de acción restitutoria en la ciénega de Chapala fue del pueblo de Villamar, el hecho de haber concedido acción dotatoria cuando se había pedido restitución, no fue simple cuestión de terminología legal, tenía un carácter político. En la práctica significaba desconocer que se había incurrido en delito de despojo y esto implicaba un compromiso para los gobiernos locales emanados de la Revolución que tuvieron que tratar con terratenientes; éstos, además, todavía tenían fuerza e influencia política".201

Sin embargo y ante lo que Manuel F. Moreno y sus familiares consideraban una adversidad "en lo que respecta a la organización económica de la ciénega de Chapala, la hacienda seguía siendo la unidad productiva y de comercialización predominante, aun cuando había modificado su estructura interna; en cuanto a su extensión se fue fraccionando como ya lo vimos anteriormente entre familiares y socios y, por consecuencia, cambió su manejo financiero y sus relaciones de poder con el gobierno".202

Para el periodo 1906-1935, don Luis González observa "cinco medidas revolucionarias que recibió Sahuayo y su contorno… la tercera revolución, dirigida por Rafael Picazo, incorporó a las gentes 201 202

Vargas González, Pablo. Lealtades de la Sumisión. Op. cit., p. 42. Ídem, p. 50. 150


VILLAMAR

humildes a la vida política y económica del lugar a costa de altisonantes dimes, diretes y balazos".203 En realidad, la controvertida personalidad de Rafael Picazo dejó honda huella en las Guarachas, vivió un tiempo sobre la década de los veinte en Guarachita y de alguna forma ayudó a quienes seguían solicitando tierras y más de alguna ocasión asesoró a los solicitantes de Guaracha. Por este tiempo, 1923, Guarachita presenta un inusitado interés político por la sucesión presidencial, el periodo de Álvaro Obregón agoniza y la alianza de Partidos Revolucionarios lanza como candidato a don Plutarco Elías Calles; en San Miguel Guarachita esta propuesta es bien vista y se registran los siguientes representantes y partidos políticos: "José Bravo Betancourt y Enrique Leñero, por el Partido Liberal Constitucionalista y del Centro Director de la Campaña Pro-Calles; Filiberto Ruiz, Wenceslao Rivas, Juan Oregel, Antonio Manzo, Juan Isais y Guadalupe Acevedo; representan al Gran Partido Liberal de Michoacán; Agapito Amezcua, Francisco Acevedo, Ladislao Arceo, Aureliano Martínez, José Valencia, Enrique Leñero, Pedro Villanueva, Joaquín G. Castellanos, José Medina, Francisco Velázquez y Salvador Ávalos, representan al ciudadano Rafael Picazo, candidato a diputado propietario al H. Congreso de la Unión; Luis Acevedo, Ignacio Godoy, Joaquín Méndez, Ignacio Acevedo, Juan Oregel, Protasio Rojas son representantes del ciudadano Agustín Orozco Bravo, candidato a diputado suplente del H. Congreso de la Unión y por último, Miguel M. Méndez y Arcadio Acevedo, son representantes del Gran Partido Michoacano Unión".204

Después de las elecciones nacionales, vienen las locales y en éstas, los hacendados no olvidan la afrenta sufrida por los guarachiteños de San Miguel y a toda costa tratan de imponer a quienes ellos consideren aptos para defender sus intereses; así, el Comité Particular Administrativo del ejido de Guarachita, el 3 de noviembre de 1925, informa lo siguiente: 203 204

González y González, Luis. Sahuayo. Op. cit., p. 161. Archivo Municipal de Villamar. Expediente 4; f. 36; 1908-1927. 151


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

"Nos es altamente honroso comunicar a usted que las elecciones fueron verificadas el domingo próximo pasado; hoy, de la manera más atenta, pasamos a manifestar a usted, las infracciones cometidas en dichas elecciones.=En la hacienda del Platanal, fue la 5ª Casilla para regidores impares. En ella se registró la infracción, que el presidente de la mesa electoral desde que se abrió la casilla hasta que se cerró, permaneció armado, tanto más que él mismo estuvo volteando las boletas de los electores, a favor de los terratenientes de los cuales nos hemos quejado y que antes siempre nos traían huyendo. El Sr. Atanasio Muñoz, Ad. de la Hda. del Platanal quien fue presidente de la casilla, tenía órdenes de su patrón Somellera, para voltear las boletas antes citadas. El C. Francisco Velázquez, habiendo pasado a dicha hacienda con el objeto de inspeccionar aquella casilla, se lamentó haberla encontrado como antes expresamos. Entonces el C. Velázquez protestó enérgicamente en contra de aquellos actos, pero fueron inútiles sus esfuerzos, lo que hicieron con el citado Sr. Velázquez, fue, correrlo de aquel lugar, por el grave delito de que reclamaba su derecho como ciudadano. Tanto más, durante aquel acto el segundo escrutador y secretario, y demás miembros, permanecieron armados. En la 1ª casilla que se verificó en este pueblo, fueron, o son incontables las infracciones, entre ellas o las principales, que se acercaron electores armados a votar, que el padrón, no coincidía con las credenciales que no repartieron ni la tercera parte de las credenciales, y una vez, que las pedimos al Consejo y Secretario del H. Ayuntamiento ya muy tarde logramos conseguirlas. El escrutador propietario exigió una copia del acta final habiendo manifestado el presidente propietario exigió una copia del acta final habiendo manifestado el presidente de la casilla y el munícipe Antonio Méndez estuvo antes de cerrar la casilla haciendo reclamaciones sin tener ningún derecho. De las elecciones que se verificaron en la 3ª casilla no decimos, únicamente por no cansar tanto su fina atención. A usted señor gobernador ponemos en el superior conocimiento de usted, para lo que estime de justicia".205

Antes de que se agudice el problema entre la Iglesia y el Estado, Guarachita es una municipalidad de medio pelo, en respuesta a la circular número 35 del Consejo Superior de Salubridad, en el que se 205

Ídem, Exp. 4; f. 12; 3 de noviembre de 1925. 152


VILLAMAR

solicita un censo sobre los establecimientos en que se expenden medicinas. Martín Amezcua, presidente municipal de Guarachita, responde: "En Villamar, 9 establecimientos expenden medicina y sus dueños son: Alejandro Arias; Francisco Arias, Miguel Mora; Primitivo Hernández; J. Jesús Hernández; Manuel Manzo; Juana Oregel; María Hernández de Manzo y Martín Amezcua. En Jaripo, sólo doña María de Jesús Sánchez de Acevedo se dedica a vender medicamentos. En el Platanal, doña Margarita Gil de Méndez. En Guaracha, tres expendios de los que es dueño Manuel F. Moreno y por último don Jesús Cendejas en el Cerrito Colorado".206

En 1928, los problemas derivados del reparto ejidal se traducen en una serie de acusaciones en contra de Filiberto Ruiz, por parte del presidente del Comité Particular Administrativo de Guarachita, J. Jesús Canela. Los documentos firmados por el antes citado y fechados el 23 de septiembre y 28 de octubre de 1928, ponen énfasis en la práctica de "juntas clandestinas en la casa de Filiberto Ruiz, con el propósito de evitar que la comunidad trabajase sus parcelas, además de que dice Filiberto Ruiz que habrá más repartos de tierra". 207 Este hecho orilla a Antonio Manzo, antiguo compañero de lucha de Filiberto Ruiz a apresarlo por dos horas en la cárcel de Villamar, como también obliga al general Lázaro Cárdenas quien tenía un mes como gobernador del Estado, a enviar el siguiente oficio a Antonio Manzo, presidente municipal de Guarachita: "Ruego a usted se sirva dar toda clase de facilidades y garantías al Comité Agrario de ese lugar a efecto de que pueda proseguir sus trabajos y repartir las tierras de acuerdo con las decisiones que el mismo Comité tome sobre el particular… El Gobernador del estado. Lázaro Cárdenas. Rúbrica. Morelia, Mich., 15 de octubre de 1928".208

Ídem. Exp. 4; f. 47; 30 de noviembre de 1927, Ídem, Exp. 6; ff. 62-64; 28 de octubre de 1928 y 4 de septiembre. 208 Ídem, Exp. 6, f. 88; 15 de octubre de 1928. 206 207

153


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Al triunfo electoral del general Plutarco Elías Calles, éste reafirma la tesis que durante su campaña política había presentado, sobre todo la de la Reforma Agraria. Sin embargo, la aplicación estricta de los ordenamientos constitucionales en materia de cultos, provocó entre los católicos radicales, manifestaciones de inconformidad que trascendieron y se convirtieron en La lucha de los cristeros Que a semejanza de las cruzadas de la época medieval inician una guerra santa en contra de las imprudencias asumidas por Plutarco Elías Calles. René Capistrán Garza, organiza la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, a la que un buen número de guarachiteños se afilian. Las autoridades municipales de Guarachita encabezadas por Primitivo Hernández dan cuenta a la Secretaría de Gobernación y al jefe del Sector Militar de Michoacán de los acontecimientos que se suceden en su entorno, los sacerdotes de la municipalidad informan de su domicilio en contestación al requerimiento de gobernación, inserto en la circular 1-201. De acuerdo a los partes de información, Jaripo, Las Zarquillas, Guarachita, El Varal, Cerrito Colorado, El Platanal y Los Zapotes son las comunidades más visitadas por los "rebeldes" de Cristo. Como ejemplo veamos el parte siguiente: "De Guarachita a Morelia, abril 3 de 1929. C. secretario general de gobierno. Estado 44, a la una hora de hoy llegaron los revolucionarios hacienda Platanal en número aproximado de doscientos cincuenta o trescientos. Salieron a las cuatro rumbo al cerro. Respetuosamente. Presidente Municipal. Primitivo Hernández".209

De esto ya se recuerda de manera clara don Luis Álvaro, quien nos narra cómo uno de los cristeros se quedó dormido y fue muerto, a manos de los federales, para posteriormente ser arrastrado hasta el

209

Ídem, Exp. 7; f. 96. 3 de abril de 1929. 154


VILLAMAR

frente del casco de la hacienda, lo que ahora es la plaza de la tenencia, llegando el cadáver convertido sólo en huesos. Los sacerdotes Alejandro S. Leñero Ruiz, Enrique Sánchez, Herminio Orozco, Francisco Orozco Gallardo y Eliseo Ortega que oficiaban en el municipio, tienen mediante oficio qué precisar el lugar de residencia y abstenerse de dirigir culto público o privado, de acuerdo a las órdenes giradas por Plutarco Elías Calles. Los templos son requisados por la secretaría general de gobierno y las casas curales ocupadas por las escuelas oficiales. En marzo de 1929, el general Lázaro Cárdenas en su carácter de jefe de las operaciones militares en el Estado y Gobernador del mismo, envía a Guarachita oficio condenando el alzamiento del general Jesús M. Aguirre en Veracruz, perteneciente éste al movimiento Escobarista: "Para que se sirva hacerlo del conocimiento toda su dependencia y de los C.C. jefes de defensa en cada jurisdicción, así como del dominio público, acabo tener conocimiento que el C. jefe operaciones de Veracruz, ha asumido una actitud rebelde, faltando con esto a sus obligaciones de soldado y a la protesta solemne que hizo de defender las Constituciones y prestar su apoyo absoluto al gobierno que preside el C. Emilio Portes Gil. El suscrito como soldado del Ejecutivo Nacional, como ciudadano consciente de sus deberes, ha protestado la más firme adhesión C. primer mandatario, asegurándole que no serán los elementos dependientes de esta jefatura los que secunden esta actitud innoble que viene a producir nuevos desgarramientos a la patria y apoyado en el patriotismo de todos los elementos, he venido colaborando con el actual gobierno. Espero sabrán hacer honor con sus deberes como soldados y como ciudadanos. Atentamente: Lázaro Cárdenas. Morelia, 3 de marzo de 1929".210

Esta fue una de las dos ocasiones en que el general Cárdenas deja la gubernatura para asumir la defensa de las instituciones del Estado. En mayo del mismo año la rebelión escobarista es sofocada y un mes más tarde, en junio, el conflicto religioso queda resuelto. 210

Ídem, Exp. 7, f. 102, 3 de marzo de 1929. 155


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

"Después de varias rondas de conversaciones entre el Presidente Portes Gil, por una parte, y el Arzobispo Leopoldo Ruiz y Flores y el Obispo Pascual Díaz, por la otra, se llegó al acuerdo de que el clero católico reanudaría los servicios religiosos, siempre y cuando se garantizara a su iglesia la libertad, dentro de las leyes, para vivir y ejercitar sus funciones espirituales. A este respecto, el presidente señaló que no ha estado ni está en el ánimo de la Constitución, de las leyes ni de los gobiernos de la República el destruir la identidad de ninguna iglesia".211

Las autoridades federales proceden a regresar a la Iglesia los bienes incautados. "En Guarachita, Estado de Michoacán, siendo las once horas del veintitrés de julio de mil novecientos veintinueve, presentes en el local que ocupa la sacristía del templo parroquial de esta población, con objeto de hacer entrega del mismo al señor Herminio Orozco, ministro del culto católico, en cumplimiento de lo dispuesto por el Ejecutivo del Estado y comunicado por la Secretaría General de Gobierno a la presidencia municipal de este lugar en respetable oficio número 6375. Departamento de Gobernación, de fecha 19 del corriente mes. Los ciudadanos Efrén Ceja, encargado de la parroquia; Wenceslao Rivas, Juan Oregel, Luis Castillo, Epigmenio Canela, Ismael Godoy, José María Rodríguez, Benjamín Ruiz García y José Pineda, miembros de la junta vecinal; Primitivo Hernández para intervenir en la entrega en su carácter de presidente municipal; el expresado ministro del culto católico, que son los señores Melitón Moreno, José Dolores Arceo, Francisco Arias, Luis Arceo, Alejandro Arias, Bernardino Prado, Jerónimo Arceo, Manuel Manzo y Luis Loera, se procedió a la entrega, previa la información de los inventarios respectivos que fueron levantados por duplicado y firmado por las personas mencionadas. El ciudadano Primitivo Hernández, presidente municipal, advirtió al señor Herminio Orozco su responsabilidad ante las autoridades por infracción a las leyes que rigen sobre materia de cultos y disciplina externa; haciéndole también saber que es responsable de los bienes que se le entregan. Se Tiempo de México. Nº 8, Segunda época, México, D.F., 22 de junio de 1929. 211

156


VILLAMAR dio por terminado el acto levantándose la presente por duplicado, que firman los que intervinieron".212

La prudencia de Emilio Portes Gil, pone fin al problema que por tres años vivió el país. De aquí en adelante los temporaleros del ejido de Guarachita vuelven a salir en procesión con el milagroso Señor de la Salud y a cantar: "Señor de la Salud te vamos a rezar para que nos mandes el buen temporal",213 culto que se extienden aproximadamente hasta el año de 1945 debido a que los de Guaracha querían quedarse con la venerada imagen. La cristiada sacó a flote lo que en el reparto agrario había quedado medio oculto: el temor y el complejo de robo que los sacerdotes habían impulsado en la población que recibía su parcela ejidal. Guarachita como curato, como centro religioso del entorno Guarachiteño, participó a través de fuerte retórica cristiana, sermones diferentes para las diferentes poblaciones que componía el hoy municipio villamarense. En Guaracha no sólo quedaba en sermones, sino que los curas se fajaban muy bien la sotana y se enfrentaban a los seguidores de Pablo Canela, increpándolos con la sabiduría teológica de la excomunión y del irse al infierno por tomar las tierras que no eran de ellos. En Guarachita se estilaba que los sacerdotes visitaran a las familias de los peones de la hacienda para advertirles, bajo pena de excomunión, que no tomaran las tierras de reparto. Recordemos que los pequeños arrendatarios y los trabajadores de las haciendas esperaban del 'buen patrón' la protección, la generosidad y la asistencia, dicho en otras palabras, la satisfacción de sus necesidades básicas a cambio de trabajo, obediencia y lealtad. En la hacienda, el propietario podía actuar como un padre estricto y exigente que se preocupaba por las necesidades temporales de sus trabajadores, les aseguraba el uso de la tierra, siempre y cuando se sometieran a su voluntad, y le proporcionaran el trabajo necesario. Don Luis Álvaro recuerda que en el reparto muchos se rajaron, a pesar de que la gente vivía humillada y nos pone como ejemplo que los pajareros, aquellos trabajadores de la hacienda, contratados para 212 213

A.M.V. Exp. 7, f. 127; 24 de junio de 1929. Ochoa, Socorro. Entrevista, 18 de noviembre de 1986. 157


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

espantar a los pájaros que se tragaban las semillas, los de la Acordada los golpeaban por haber tomado maíz y calabazas de las tierras de los hacendados. Que esto se debió en gran medida a la participación de los sacerdotes y nos comenta que uno de los más prestigiosos cristeros de la región, Eulogio Torres, de Santiago Tangamandapio, vino a radicarse en Guarachita. Esta participación de la Iglesia a favor de los hacendados prohijó uno de los elementos que más adelante analizaremos un poco más a fondo: la migración hacia ciudades vecinas. Zamora, Guadalajara, Morelia, Jiquilpan, Uruapan y Sahuayo, entre otras, fueron el intermedio de cientos de guarachiteños que se vieron obligados a emigrar de su terruño. A pesar de los hechos anteriores, en el trienio 1927-1929, la cabecera municipal de Guarachita ingresa al mundo de la comunicación rápida: el teléfono y el aeroplano, ambos medios se debieron a la influencia directa del general Lázaro Cárdenas como se puede ver en los siguientes documentos: "Ciudadano general Lázaro Cárdenas, Villa Cuauhtémoc, Veracruz. Tengo la satisfacción de comunicar a usted que hoy se inauguró en ésta la línea telefónica y de hacerle patentes los agradecimientos de la H. Corporación municipal que presido por la valiosa ayuda y empeño que se sirvió tomar para que esa mejora que tanta importancia se llevara a cabo en este lugar. Atentamente honrado me siento al reproducir a usted las protestas de mis respetos y estimación muy especial. Sufragio Efectivo, No Reelección, Guarachita, a 28 de agosto de 1927. El presidente municipal. Martín Amezcua. Rúbrica".214

Dos años más tarde y cuando ya agonizaba la gubernatura del general Cárdenas, las autoridades municipales de Guarachita envían el siguiente aviso al secretario general de gobierno del Estado: "C. Secretario General de Gobierno. Fomento 27. Refiérome respetable circular telegráfica, aviación 21, informándole campo de aterrizaje encuéntrase terminado; mide doscientos metros de latitud 214

A.M.V. Exp. 3, Caja 2, f. 171. 28 de agosto de 1927. 158


VILLAMAR por cuatrocientos de longitud; por sus cuatro vientos linda con ejidos de este pueblo y terreno pertenece a mismo ejido. Respetuosamente. El presidente municipal. Primitivo Hernández. Guarachita, agosto 3 de 1929".215

Con teléfono y campo de aterrizaje la comunicación con el resto del Estado fue más rápida. Los años veinte terminaban y la década de los treinta sería la que acabe de integrar a Guarachita en el sector de las comunicaciones con el paso de la carretera México-Tijuana. En 1931, las juntas de los solicitantes de ejido de Guaracha se llevaron a cabo en Guarachita: Ese día, 1º de julio de 1931, se reunieron en la casa de José Ceja de Caros que estaba situada en la calle real de Guarachita y, conforme a un machote que les proporcionó el municipio, redactaron la primera solicitud de ejidos, dirigida al gobernador de Michoacán. Eran los tiempos de Lázaro Cárdenas. Fincaron su derecho en el artículo 3º de la ley del 6 de enero de 1915 y en la ley de dotación y restitución del 21 de marzo de 1929".216 De este año, 1931, en adelante, las comunidades pertenecientes a la municipalidad de Guarachita no descansarán hasta recibir dotación de tierras. La hacienda en este tiempo "acaparaba 34,890 hectáreas de las 37,441 pertenecientes al municipio de Guarachita". 217 Sólo Guarachita había obtenido alrededor de 3,600 hectáreas desde 1917 y 1919 respectivamente. El ejemplo lo seguirían, pues, Las Zarquillas, Jaripo, Capadero, Cerrito Cotijarán, El Salitre en lo inmediato y posteriormente en el sexenio de Cárdenas, todas las demás comunidades. Antes de dejar atrás el tema del reparto agrario en Guarachita y las comunidades que hoy forman el municipio de Villamar, hemos elaborado un cuadro que nos permitirá darnos cuenta de muchos de los aspectos a que hoy se enfrenta el municipio: el fenómeno migratorio interno y externo; antes de la reforma al artículo 27 constitucional el rentismo y traspaso de las parcelas ejidales de riego Ídem, Exp. 6, Caja 2, f. 302. Agosto 3 de 1929. Moreno, Heriberto. Guaracha. Op. cit., p. 163. 217 Ídem, p. 146. 215

216

159


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

a pequeños empresarios agrícolas del propio municipio o de municipios vecinos, y finalmente su venta legal, entre otros efectos. Así de 1917 a 1940 las comunidades pertenecientes al municipio de Guarachita se agenciaron de una superficie de 20,287.86 hectáreas. Del total de hectáreas repartidas, sólo el 10.48% eran tierras de riego; el 31.07% eran tierras de temporal; 57.23% eran tierras de agostadero y 1.27 por ciento consideradas como tierras de otro uso. Según los expedientes 19, 365, 400, 432, 500, 516, 568, 719, 819, 861, 934, 960, 1200 y 1264, del Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria de Michoacán, en los que aparecen solicitudes, fechas de solicitud, fechas de entrega de superficies, tipo de tierras, beneficiados, así como las haciendas afectadas, el cuadro quedaría así: NOMBRE DE EJIDO

NÚMERO DE BENEFICIADOS

SUP. REPARTIDA HAS.

FECHA DE SOLICITUD

FECHA DE DOTACIÓN

S. Antonio Guaracha Guaracha

50 ejidatarios 317

1,320 Has.

Cerrito Colorado Jaripo

99

2,420

126

785.26

Caomeo

66

1,190

Cotijarán

67

153

Los Granados Joya de Magallanes Capadero o Nicolás Romero Presa Nueva

102

3,205

17

738

68

834

19 Sept. de 1934 1º de julio de 1931 16 mayo de 1931 29 Nov. de 1929 16 Sept. de 1931 10 de marzo de 1936 3 de marzo de 1934 12 Nov. 1933 9 noviembre de 1929

10 Junio de 1936 29 octubre de 1935 29 octubre de 1935 2 de abril de 1934 13 de Nov. de 1940 3 de agosto de 1938 20 Oct. de 1935 29 Octubre 1935. 29 octubre de 1935

41

1,099

Joya del aire

29

262.50

13 febrero de 1934 6 octubre de 1935

24 octubre de 1935 16 octubre de 1928

3,320

160


VILLAMAR El Varal

63

756

Las Zarquillas El Platanal

84

1,215

172

1,532

Villamar

282

1,398.10

24 febrero de 1930 13 febrero de 1931 9 de agosto de 1924 Ene. 25/1916

2 de abril de 1934 29 octubre de 1935 15 de enero de 1936 Sept.26/1917

Guaracha, hoy Emiliano Zapata; Guarachita, hoy Villamar y El Platanal fueron las comunidades mejor pertrechadas en el reparto, tanto por la cantidad de beneficiados como por las tierras de riego que a cada una de dichas comunidades les tocó en el reparto: A Guaracha, que fue el mejor beneficiado le tocaron 1,009 hectáreas de riego; a Guarachita 495.30 hectáreas de riego y finalmente a El Platanal se le asignaron 352 hectáreas de riego. El reparto agrario había concluido; los guarachiteños habían cumplido las expectativas trazadas desde Juan Magdaleno Vázquez, y posteriormente la lucha de Filiberto Ruiz, de Guarachita; Pablo Canela de Guaracha; J. Refugio Amezcua; Jesús Canela de Guaracha; José María Cervantes y Manuel Méndez, que entre otros más sacrificaron recursos y familia en su lucha por la tierra. Al terminar el general Cárdenas su periodo de gobierno en el Estado es promovido a presidente del recién fundado Partido Nacional Revolucionario PNR y al año siguiente es nominado candidato presidencial por el mismo partido. Ya en 1934, la región de las Guarachas y Jiquilpan de donde era oriundo el general, se cantaba el siguiente estribillo: "De todas partes, muchachos, venimos a conocer, un gran hombre de Jiquilpan que ya recibió el poder". 218 A los pocos meses de haber asumido la presidencia de la República el general Cárdenas y a iniciativa del diputado Alfonso Leñero Ruiz, Guarachita se transforma en Villamar, Michoacán, perpetuando de esta manera al insigne defensor de la patria: Eligio Villamar Nicodemus. Poder Ejecutivo del Estado. Rafael Sánchez Tapia, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Michoacán de

218

Ochoa, Álvaro. Op. cit., p. 164. 161


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Ocampo, a todos sus habitantes hace saber: Que el H. Congreso del Estado se ha servido dirigirme el siguiente: Decreto El Congreso de Michoacán de Ocampo decreta: número 32 artículo único.— El municipio y la cabecera de Guarachita, se denominarán en lo sucesivo "Villamar", en memoria del ilustre defensor de la patria y escritor democrático, Licenciado Eligio Villamar, héroe de Churubusco, durante la intervención norteamericana y nativo del propio San Miguel Guarachita. Debiendo quedar modificada en ese sentido la Ley de División Territorial. El Ejecutivo del Estado dispondrá se publique, circule y observe. Palacio del Poder Legislativo.— Morelia, Febrero 25 de 1935.— Diputado Presidente, General Enrique Ramírez.— Diputado Secretario. Lic. Gabriel Chávez T.— Rubricado. Por tanto, mando se imprima, publique, circule y observe. Palacio del Poder Ejecutivo.— Morelia, Febrero 25 de 1935.—Rafael Sánchez Tapia.— El Secretario de Gobierno. Lic. José Alfaro Pérez".219

En este mismo "1935 es la última vez que se desborda la laguna de Chapala"220 y termina con los temores de toda la región chapaleña. Causa alegría desenfrenada la expropiación petrolera de 1938, girándose muchos telegramas de adhesión a la medida asumida por el general Cárdenas, "se sintió como una medida propia, tomada por cualquiera de nosotros".221 Todavía en el periodo cardenista, el paso de la carretera MéxicoNogales, sobre 1937, terminaría de integrar a Villamar al complejo mundo de nuestros días. "Los camiones de don Juan del Río de Jiquilpan, hacían el servicio de pasaje de Sahuayo, Jiquilpan, Totolán, Los Remedios, Guaracha, Guarachita, Chavinda, El Llano, Ario y

Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo. Tomo LX, Morelia, 11 de marzo de 1935. 220 Ochoa, Socorro, Entrevista, 19 de noviembre de 1986. 221 Del Toro, María Luisa. Entrevista, 15 de septiembre de 1983. 219

162


VILLAMAR

Zamora".222 Por este mismo tiempo, "Don Luis Loera de Villamar, compra un camión de carga al que los lugareños apodan 'la diablesa' y hace servicios de transporte a puntos circunvecinos".223 Poco a poco, el Villamar lodoso y poco transitable se convierte en un pueblo de mediana importancia, aunque los viajeros lo observen todo de paso. De 1927 en adelante, los lugareños empiezan el éxodo hacia los Estados Unidos de Norteamérica. A la cabecera municipal vienen de Jaripo, Las Zarquillas, Cerrito Colorado, Nicolás Romero (Capadero), El Salitre, La Raya, San Antonio Guaracha, Los Granados, Cerrito de Cotijarán, Emiliano Zapata, Tumbiscatío, Tarimoro, Coameo Chico, en fin, de todo el municipio a solicitar oficios de buen comportamiento y pasar "al otro lado". Emigran familias completas, dejando en el abandono los ejidos que con tanto trabajo y sacrificio habían conseguido. Empiezan a llegar vestidos y pantalones de colores chillantes. Las comunidades parecen pueblos fantasmas. Los que por su mala suerte no pudieron pasar a "los yunaites", regresan a sus comunidades de origen sólo para volver a salir a México, Guadalajara, Morelia, Monterrey o de perdida a Zamora a ocuparse de lo que sea, el objetivo es no permanecer en su terruño. Sobre 1940, la mayoría de las comunidades del municipio se electrifican, los que se quedaron en sus comunidades escriben a quienes salieron de ellas y llegan los primeros radios. También los cines mudos y ambulantes llaman la atención del entorno villamarense. Al paso de la carretera, la mayoría de las calles de Jaripo, Emiliano Zapata (Guaracha), Cerrito Colorado, San Antonio Guaracha y Villamar son empedradas. En esta década los villamarenses sufren dos sustos: "El temblor que destruyó Colima en 1941 y la erupción del Paricutín en 1943".224 De 1950 a nuestros días el flujo migratorio crece alarmantemente, sólo de noviembre a febrero, las comunidades del municipio y la cabecera municipal pueden darse cuenta aproximadamente de la población real con que cuentan. A los que llegan la vida se les hace fácil y muchos los problemas de sus pueblos. Ochoa, Socorro, Entrevista. 26 de noviembre de 1986. Ídem. 224 Ídem. 222 223

163


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

La emigración ha traído problemas colaterales, uno de ellos, quizá el más visible sea el encarecimiento de la propiedad y el que a casi ningún emigrado le interese la solución de los problemas de la comunidad. El fenómeno de la migración en el municipio de Villamar debe analizarse bajo los siguientes criterios: a) La ruptura de la hacienda como unidad productiva y de ocupación laboral, trajo como consecuencia, en los años siguientes al reparto, una desbandada de los habitantes de Guarachita, Guaracha y Jaripo fundamentalmente, hacia las ciudades próximas de Zamora, La Barca, Uruapan, Morelia, Sahuayo, Jiquilpan y México; el motivo fue la búsqueda de mejores condiciones de vida. Los apellidos Manzo, Higareda, Moreno, Ochoa, Del Toro, Yépez, Oregel, Chávez, Ruiz, Andrade, Moreno, Canela y otros más, pronto se diseminaron por esta geografía. Unos regresaron, otros poco a poco se fueron olvidando del terruño. Esta sería la migración interna. b) La primera y segunda guerra mundial fue motivo para que los Estados Unidos de Norteamérica abrieran sus fronteras para que miles de mexicanos y muchísimos guarachiteños se aventuraran a conseguir empleo en las labores agrícolas en los campos de cultivo del vecino país y con salarios que en la región no se pagaban. Ya en la década de los cincuentas del siglo XX y encontrándose Estados Unidos en guerra con Vietnam, la mayoría de los guarachiteños se posicionaron de la importancia de su papel en la economía norteamericana y la mayor parte de ellos optaron por arreglar su estancia de manera legal. Esta sería la migración externa. Este tipo de emigrantes se han organizado y han fundado el club "Eligio Villamar", en los Ángeles, Calif., con el propósito de apoyarse unos a otros y tratar de impulsar a la comunidad de Villamar. c) Otros, los menos, optaron por una doble vertiente: los pequeños profesionistas o comerciantes que migraron hacia las ciudades del interior del país en búsqueda de posiciones burocráticas o de buscar negocios en los cuales invertir el producto del traspaso o venta de sus derechos ejidales y una 164


VILLAMAR

pequeña burguesía que recuperando sus inversiones después del reparto, lograron concesiones de parte de los gobiernos, estatal y federal. d) Pero la que nos parece primordial fue que desde tiempo antes del reparto e incluso antes del proyecto de desecación de Chapala, se había desviado el curso del río Tarecuato, por lo que cientos de hectáreas quedaron sin agua de riego, lo que las convirtió en tierras de agostadero. Clausurando buena cantidad de hectáreas al cultivo y con ello, muchos empleos en las comunidades de Jaripo, Guaracha y Guarachita. A mitad de la década de los cincuenta "la caja del Jatenal se revienta inundando gran parte del municipio, tuvieron que sacar el maíz en canoas".225 Por esos años "don Antonio Ruiz Galván funda el primer cine en Villamar".226 En Jaripo ocurre lo mismo y en el resto de las comunidades las funciones cinematográficas se siguieron presentando en forma esporádica. En la década de los sesentas, el municipio de Villamar logra otras mejoras y en los setentas el auge en los servicios públicos, aleja casi en definitiva la propagación de epidemias en el municipio: agua potable, drenaje y servicios de terracería, iniciados la mayoría en el periodo de 1978-1980. De este mismo periodo a nuestros días la atención a la educación se ha traducido en que casi la totalidad del municipio cuente con los servicios de educación básica, sobresaliendo en su cabecera la implantación del Colegio de Bachilleres. De 1935 en que Guarachita cambia de nombre por el de Villamar, el municipio atestiguará el desempeño de algunos de sus hijos más importantes: Alfonso, Rubén y Agustín Leñero Ruiz, de quienes ya tratamos en forma abundante en páginas anteriores. Otras mujeres y hombres han de la misma manera, dado lustre a su matria terrenal, lo que nos permitirá cuando menos hacer un listado de los hombres ilustres de Villamar. Así, en el ámbito jurídico sobresalen Alejandro Abarca, abogado nacido en Jaripo y que llegó a ser ministro del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco por 1962 y quince 225 226

Ídem. Ídem. 165


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

años más tarde, Ministro del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán. Posteriormente y en el entorno del derecho constitucional, sobresale una mujer Libier Ayala Manzo Nacida en Villamar, es otra de las abogadas de renombre que llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de quien cientos de villamarenses se sienten orgullosos: Ma. Libier de Jesús Ayala Manzo, nació en Guarachita (hoy Villamar), Mich., el 7 de junio de 1913; hija de Abundio Ayala y Ma. de Jesús Manzo. Su acta de bautismo dice: "En Guarachita a diez de junio de mil novecientos trece, yo, el presbítero Felipe Villaseñor cura, exorcizé, puse óleo, sagrado crisma y bautizé solemnemente á una infanta que nació hace tres días en esta población púsele por nombre Ma. Libier de Jesús hija legítima de Abundio Ayala y Ma. Jesús Manzo. Fueron sus padrinos Luis Amezcua y Juana Méndez, cónyuges, á quienes advertí su obligación y parentezco espiritual y lo firmé… Felipe Villaseñor… Doy fé M. Manzo, N.N."227

De su infancia conocemos muy poco, sólo sabemos que cursó sus estudios primarios en el colegio de Villamar. Posteriormente y con su familia fue a radicar a la ciudad de México donde realizó los estudios de secundaria y de 1941 a 1942 los de Bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM. En el año de 1943, ingresó a la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales de la UNAM, habiendo terminado la carrera de Licenciado en Derecho en el año de 1947. En noviembre de 1948, obtuvo su título profesional con la tesis sobre Derecho Internacional Privado, titulada: El artículo 13 del Código Civil como aprehensión de la eficacia internacional de los derechos adquiridos. El jurado que la examinó la aprobó con notas laudatorias. Dictó numerosas conferencias en Asociaciones y Colegios de Abogados, sobre temas del Derecho de Familia; sobre la Constitución 227

Archivo Parroquial de Villamar. Libro de bautismos, Nº 25; ff. 197. 166


VILLAMAR

de Apatzingán y sobre temas relacionados con el Derecho Constitucional. Además fue abogado postulante desde 1948 hasta 1965 y especialista en Derecho Civil. Inició la preparación de las obras: Las Limitaciones Constitucionales en el orden Jurídico Mexicano y El Voto y la Promulgación en la Formación de las Leyes, que quedaron inconclusas con motivo de su fallecimiento. Fue Secretaria de Estudios Jurídicos de la Asociación Mexicana de Abogadas y miembro de la Asociación Nacional de Abogados. En 1963 fue designada por la ONU a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Delegada Alterna, al Seminario sobre La condición de la mujer en el Derecho de Familia, que tuvo lugar en el mes de diciembre del año citado, en la ciudad de Bogotá, Colombia. Cargos en la Administración Pública Federal tuvo muchos. Los servicios a Petróleos Mexicanos los prestó hasta el 10 de junio de 1965, fecha en la que se separó con motivo de su ingreso al Poder Judicial de la Federación. Falleció el día 21 de octubre de 1976 en la ciudad de México, un día después de habérsele notificado su designación como Ministra Numeraria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo cual la coloca como la segunda mujer Ministra del Máximo Tribunal de Justicia de nuestro país. Veamos lo que dice de nuestra biografiada la ministra Olga Sánchez Cordero, en su participación en el Foro Nacional de Abogacía y Liderazgo Social del Abogado, celebrado en la ciudad de México el 23 de junio del año 2000: "Y en el ámbito de las responsabilidades públicas, particularmente en lo que respecta al Poder Judicial, la participación de la mujer en la impartición de justicia se ha incrementado, sin que, desde mi perspectiva, esta participación responda a las necesidades de integración de la mujer en este rubro. Falta ciertamente mucho por hacer, pues el Poder Judicial de la Federación es hoy un bastión de nuestra naciente democracia que requiere de una participación plural y equilibrada que garantice el mandato constitucional de administrar justicia pronta, completa e imparcial.

167


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO Es por ello que en el Poder Judicial de la Federación, la participación de la mujer en los puestos de más alta responsabilidad también se ha visto incrementada. Veamos el proceso. En 1961, es nombrada la primera mujer Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, doña María Cristina Salmorán de Tamayo, misma que es también la primera en integrar una Suprema Corte de Justicia o Supremo Tribunal a nivel mundial. Hoy en día la biblioteca de nuestro más alto tribunal lleva su nombre. No es sino hasta 1975, que es nombrada la segunda mujer Ministra, la licenciada Libier Ayala Manzo, quien ocupa el cargo tan sólo un año, por causa de su sentido deceso".

La polaca villamarense o los presidentes municipales De 1877 a 2004, la municipalidad de Guarachita primero, y después el municipio de Villamar ha contado con 275 presidentes municipales. Hasta 1965 los periodos presidenciales fueron inestables debido a factores múltiples; los hay de días y otros lograron permanecer hasta un año. De esta fecha, 1965, los ayuntamientos ya cumplen su trienio. El primer Presidente Municipal que encontramos registrado es don Francisco Sandoval, quien permanece en el puesto el 24 y 25 de octubre de 1877, entregando el cargo a J. M. Arceo, quien lo cede a don Ramón Ruiz del Río el 9 de diciembre del mismo año. Casi una década se turnan la presidencia Ramón Ruiz del Río y J. M. Arceo, de 1877 a 1886. Extrañamente en el periodo porfirista los presidentes municipales de Guarachita pertenecen a estratos sociales diferentes y hasta opuestos. Ramón Ruiz del Río, de familia pudiente; Luis Amezcua, José María Pineda, Luis Robledo, J. Dolores Arceo, Wenceslao Rivas, José María Amezcua y José D. Amezcua, pertenecen a los que en 1912 lucharán por la formación del ejido; Francisco Arias y Alfonso Leñero son también de los pudientes. De 1912 a 1930 los del ejido se turnan la presidencia municipal: Filiberto Ruiz, Luis Oregel, Benjamín Ruiz, Eleuterio Castillo, Antonio Manzo, Primitivo Hernández y Martín Amezcua entre otros se dan a la tarea de defender los logros conseguidos a partir de 1917. En 1933 y 1934 se ocupa de la administración municipal el doctor José Durán Córdoba, artífice del reparto de tierras en Guaracha. En el año en que 168


VILLAMAR

se publica el decreto del cambio de nombre de Guarachita a Villamar, ocupa el cargo don Martín Amezcua. A partir de los últimos años de la década de los ochentas, las participaciones económicas asignadas a los municipios por los gobiernos estatal y federal logran crear cierta autonomía financiera a Villamar, lo que se ha traducido en obra pública que bastante falta le hacía al municipio: pavimentación, dotación de servicios básicos como agua, drenaje, alumbrado público, crecimiento de la oferta educativa y de salud. INFRAESTRUCTURA VILLAMARENSE Las presas de Villamar El Municipio de Villamar cuenta con once presas o vasos de agua, unas sirven como control de avenidas, otras para abrevadero y unas pocas para riego: El Pino, El Capadero, La Carámicua, Cerrito Colorado, Corral Viejo, Jaripo, La Lobera, El Mazudo, San Antonio Guaracha, Villamar y Las Zarquillas. A pesar de lo anterior, la cabecera municipal, tenencias y rancherías se enfrentan al viejo problema del regadío. Este problema tendrá qué solucionarse de manera inmediata debido al crecimiento inusitado en ciudades como Zamora, La Barca, Sahuayo y Jiquilpan, dada la cantidad y tipos de suelo de Villamar, el municipio presenta opciones reales para convertirse en una zona agrícola de primera calidad. La agricultura 18 ejidos y comunidades agrarias se dan a la tarea de trabajar 15.149.3 hectáreas, divididas como sigue: Los ejidos cuentan con 8,562.56 hectáreas; la comunidad cuenta con sólo 7 hectáreas; la pequeña propiedad o propiedad privada suma 6,837.98 hectáreas y de propiedad pública encontramos 11.5 hectáreas. En las tierras de mejor calidad y con riego se siembra jitomate, cebolla y algunas tierras de

169


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

fresa; en tanto que en la mayoría de las demás tierras se siembran los cultivos básicos como el maíz, el trigo, garbanzo, sorgo y algo de frijol. En nuestros días el cultivo de la cebolla se ha generalizado al grado de que inversionistas agrícolas de Guanajuato se han asentado en la cabecera municipal, compran la totalidad del producto a los agricultores locales y ellos acceden a los canales de comercialización estatal y nacional. Esta actividad económica ocupa a poco más de un millar de jornaleros agrícolas en todo el municipio; más otro tanto que cultiva sus propias tierras. La educación Las zonas escolares 121 de Villamar y 239 de Jaripo, dirigen los trabajos de 32 escuelas primarias: 9 estatales, 19 federales y 4 particulares que, con 156 docentes se las arreglan para atender la demanda educativa de 2,641 alumnos, 19 preprimarias regadas a lo largo y ancho del municipio se encargan de sociabilizar a los niños de entre cuatro y seis años de edad con el mundo escolar, siendo atendidos por una cantidad que fluctúa entre 50 y 60 educadoras. Cuatro secundarias: Emiliano Zapata, Jaripo, San Antonio Guaracha y Villamar; y cuatro telesecundarias: Cerrito Colorado, El Platanal, Las Zarquillas y Los Granados, totalizan ocho instituciones de educación media que atienden de manera aproximada a un millar de estudiantes del municipio. Más la existencia del Colegio de Bachilleres en la cabecera municipal, así como el Centro de Bachillerato Técnico Agropecuario de Emiliano Zapata, ahorran los viajes de los pre-universitarios a Jiquilpan, Sahuayo y Zamora. La administración municipal que encabeza el Dr. Sergio Ruiz Andrade, ha puesto énfasis en el ámbito educativo, con todo tipo de apoyos para eventos académicos, deportivos, literarios y científicos. El comercio De acuerdo al último censo de actividades económicas del INEGI, en el municipio de Villamar laboran en el sector comercio 223 personas. Sin embargo en datos proporcionados por la Tesorería Municipal nos 170


VILLAMAR

encontramos con el siguiente universo de comercios: 36 establecimientos de abarrotes con venta de cerveza, vinos y licores para tomar en el local; 59 tiendas de abarrotes con venta de cerveza para llevar; 20 establecimientos con licencia de abarrotes; 16 tortillerías y molinos; 5 loncherías/fondas, sin venta de bebidas alcohólicas; 3 centros botaneros; 3 casas de cambio; cuatro ferreterías; tres papelerías; 3 tiendas de ropa y regalos; dos tablajeros; una paletería; un almacén de venta de granos y semillas, un taller de reparaciones eléctricas; una estética y una farmacia. Cabe hacer la aclaración que los datos mencionados anteriormente son los que aparecen registrados en la tesorería municipal; no seríamos exagerados al afirmar que existe un total de establecimientos comerciales muy superior en 200% de los que aquí se mencionan. Lo mismo nos atrevemos a afirmar sobre la cantidad de empleos generados por esta actividad económica, ya que la mayoría de los empleadores del municipio no desean contraer obligaciones laborales con sus empleados. Servicios de Salud Para la atención de la salud de los villamarenses se cuenta con un Centro de Salud tipo rural 02, núcleos básicos, con clave 1602 104000 1011B001 y una unidad móvil, con clave 1602 104000 1021P000. Además se tiene que 1,087 vecinos son derechohabientes de alguna de las instituciones de seguridad social. En la cabecera municipal como en las tenencias de Jaripo, Emiliano Zapata, San Antonio Guaracha y Cerrito Colorado, existen médicos generales y especialistas que atienden a los habitantes de éstas y otras demarcaciones del municipio. Para efectos de hospitalización, cirugía y algunos otros se concurre a las vecinas ciudades de Sahuayo, Jiquilpan y Zamora. Además de que cientos de villamarenses concurren al hospital civil de Guadalajara, de Morelia u Hospital Regional de Sahuayo y Zamora. En el ámbito epidemiológico, al fin del siglo XX, alumnos del Tecnológico de Jiquilpan realizaron un trabajo de investigación sobre las condiciones de salud en los alimentos que se expenden en las 171


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

escuelas de los municipios de la ciénega, encontrándose que en la mayoría de los centros educativos, existen deficiencias en infraestructura y manejo de alimentos. Las enfermedades debidas a la ingestión de alimentos constituyen un grado importante de infecciones e intoxicaciones, cuyas manifestaciones pueden ser leves o graves, terminando frecuentemente en el fallecimiento de los enfermos. Además de los gastos debidos al tratamiento de los pacientes, estas enfermedades constituyen una causa muy común de ausencia en la escuela, afectando el rendimiento y el aprendizaje de los alumnos. Esto mismo se generaliza a los pobladores del municipio en total. Ganadería Esta actividad, antes de importancia fundamental para el desarrollo económico de la hacienda ha decrecido. Existen unidades de producción con poco ganado vacuno, ovino y caballar. De manera particular, la mayoría de la población continúa teniendo en sus corrales ganado doméstico como el ovino; el avícola y el porcícola, así como cada vez en menor escala, burros y mulas. Población y Vivienda Los censados que se encontraban presentes en el año 2000 en el municipio fueron: 20,579 habitantes, distribuidos en 4,651 hogares, lo que de manera aproximada nos da 4.42 habitantes por casa. Sin embargo aquí tendríamos que hacer algunas consideraciones basándonos en los que ya mencionamos en páginas anteriores: El flujo migratorio hacia los Estados Unidos es considerablemente alto; no mentiríamos si dejáramos escrito que dos tantos más de la población total del municipio se encuentra en los Estados de California, Oregon, Georgia, Texas, New York y en la región de los Chicago's. Agrupados en el Club "Eligio Villamar" se cuentan los villamarenses que radican en California; los de Jaripo se constituyeron en un club en Stockton, Calif., el cual está representado por Luis Magaña Acevedo. Los de Las Zarquillas, se les localiza en el 172


VILLAMAR

área de California; los de Emiliano Zapata se encuentran en Georgia y en el área de Riverside. Todos los paisanos radicados en el vecino país sustentan lo que parece un milagro: gracias a las remesas de dólares mensuales que envían, podemos observar que las condiciones socioeconómicas en la mayoría de las localidades del municipio son aceptables. De la misma manera podemos observar en Jaripo, en Emiliano Zapata, en Cerrito Colorado, en Las Zarquillas, en El Platanal, en Villamar, en San Antonio Guaracha y aun en comunidades más pequeñas, casas habitación que son la envidia de muchos citadinos. Lo mismo podemos decir de los propietarios de vehículos automotores: el INEGI nos reporta para el año 2001, la cantidad de 2,773 automóviles. Por lo que si aplicamos la estandarización, podríamos decir que uno de cada dos hogares, cuenta con automóvil. Servicios Públicos En cuanto a los servicios públicos más requeridos por la población, Villamar se encuentra con un aceptable grado de satisfacción; así, el 85% de la población del municipio cuenta con el servicio de agua potable; el servicio de drenaje en el municipio se encuentra satisfecho en un 79%; el servicio de electrificación anda por el orden del 85 al 90% en todo el municipio; se han pavimentado las rúas urbanas en un 70% en todo el municipio; el 80% del municipio cuenta con servicio de alumbrado público; la totalidad de las comunidades cuenta con panteón; la recolección pública de basura se realiza en un 75% del municipio; se cubre el 95% de la integridad individual y posesiones de los habitantes del municipio a través de la Dirección de Seguridad Pública Municipal; se clora hasta en un 80% el agua que llega a los hogares de este lugar. Existen, además, los servicios de comunicación más usuales en nuestro tiempo: correos, telégrafos, telefonía, internet y telefonía celular. Año con año, la cobertura de servicios como el del agua potable, drenaje, alumbrado público, mantenimiento a instituciones educativas, pavimentación y asfaltado, mantenimiento de edificios públicos, ampliaciones de red de agua potable en las diversas y 173


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

múltiples comunidades del municipio de Villamar, crecen, gracias a la participación decidida de autoridades y vecinos. La extensión del municipio de Villamar, como ya lo hemos expuesto, es bastante considerable: 4 tenencias y 39 encargaturas de orden conforman el universo guarachiteño, más su cabecera municipal. Cada una de las localidades antes mencionadas se ubican hacia los cuatro puntos cardinales de la cabecera municipal; unas muy lejanas a la cabecera, otras muy cercanas. En cada comunidad encontramos quienes se recuerdan aun de la hacienda o de lo que les platicaban sus padres y abuelos; y coincidentemente también en cada localidad encontramos personas que nos platican de sus aventuras o trabajos en los Estados Unidos; ambos, puntos referenciales para mejor conocer y amar a Villamar. De la misma manera encontramos héroes locales y cronistas que en mucho nos ayudaron a la elaboración del presente texto.

174


VILLAMAR

ARCHIVOS CONSULTADOS 1. Archivo Parroquial de Villamar. Notaría Parroquial. 2. Archivo Municipal de Villamar. Presidencia Municipal de Villamar. 3. Archivo del Registro Civil de Villamar. Presidencia Municipal de Villamar. 4. Archivo del Antiguo Obispado de Michoacán "Manuel Castañeda Ramírez". Av. Morelos 323 sur. Morelia, Mich. 5. Archivo General de la Nación. Eduardo Molina y Albañiles, México, D.F. 6. Archivo Particular de José Ruiz Moreno. 7. Archivo de la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán. Convento de San Francisco, Celaya, Gto. 8. Archivo Parroquial de Jaripo. Notaría Parroquial, Jaripo, Mich. 9. Archivo Particular de la familia Leñero Mora. Martha y Alejandro Leñero Mora. Hidalgo 187 norte; Zamora, Mich. 10. Archivo Particular de Manuel A. Woolrich Bejarano, Pino Suárez 30; México, D.F. 11. Centro de Estudios de la Revolución Mexicana. Jiquilpan, Mich. 12. Archivo Municipal de Zamora. 13. Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria. México, D.F.

175


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

FUENTES ORALES 1. Ignacio Maciel Franco (+). Comerciante y ex presidente municipal. Villamar, Mich. 2. Socorro Ochoa Del Toro. Ama de casa. Villamar, Mich. 3. Sergio Ruiz Andrade. Médico y presidente municipal de Villamar, Mich. 4. J. Dolores García. Profesor de Villamar, Mich. 5. José Ruiz Moreno (+). Comerciante. Villamar, Mich. 6. Amparo Del Toro (+). Ama de hogar, nativa de Villamar y avecindada en Zamora. 7. María Luisa Del Toro (+). Cocinera. Natural de Villamar y avecindada en Zamora. 8. Petra Chávez (+). Ama de hogar, natural de Villamar y avecindada en Zamora. 9. Alejandro Leñero Mora. Hijo de Alfonso Leñero Ruiz. Zamora, Mich. 10. Martha Leñero Mora. Hija de Alfonso Leñero Ruiz. Zamora, Mich. 11. Luis Alvaro Ochoa. Ejidatario. El Platanal, Mich. 12. Dr. Hernán Amar Olazábal. Arqueólogo, principal estudioso de la cultura Chavín. Lima, Perú.

176


VILLAMAR

BIBLIOGRAFÍA ABAD Y QUEIPO, Manuel. La población novohispana en 1978, en: Matute, Álvaro. México en el Siglo XIX. Ed. UNAM, México, 1973. AGUILAR FERREIRA, MELESIO. Los gobernadores en Michoacán. Morelia, Talleres Gráficos del Estado, 1950. ALESSIO ROBLES, Miguel. El Estado de Michoacán. México, Ed. Cultura, 1932, (monografías mexicanas). ARCILLA FARÍAS, Eduardo. Reformas económicas del siglo XVIII en Nueva España. Dos tomos. Ed. SEP. Colección Sep-Setentas. México, 1974. BARBOSA, Manuel. Apuntes para la historia de Michoacán, Morelia, Talleres de la Escuela Industrial Porfirio Díaz, 1909. BASALENQUE, Diego. Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán del orden de N.P.S. Agustín. México, Ed. JUS, 1963. BEAUMONT, Pablo de la Purísima Concepción. Crónica de la Provincia de los Santos Apóstoles de San Pedro y San Pablo de Michoacán de la regular observancia de N.P. San Francisco. México, Talleres Gráficos de la Nación, 1932. BENÍTEZ, Fernando. Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana. I. El Porfirismo. II El Caudillismo. III El Cardenismo. México, F.C.E., 1977-1978. BERNAL VILLANUEVA, Jesús de. Tierra Mía. (Recuerdos de adolescencia). México, Talleres de Gráfica Panamericana, 1969. BRAVO UGARTE, José. Historia Sucinta de Michoacán. México, Ed. JUS. 1962-1964. 3 volúmenes. BORAH, Woodrow. El Siglo de la Depresión en Nueva España, México. Ed. ERA. 1982. CARREÑO ALVARADO, Gloria. "Mortalidad en el obispado de Michoacán a consecuencia de la crisis económica de 1785". Anuario de la Escuela de Historia, Nº 3. U.M.S.N.H. Morelia, Mich. 177


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

CARDOZO GALUE, Germán. Michoacán en el siglo de las luces. México, Ed. El Colegio de México, 1973. CLAVIJERO, Francisco Javier. Historia Antigua de México. Ed. Porrúa, Colección Sepan Cuántos, México, 1974. COROMINA, Amador. Recopilación de Leyes, decretos, reglamentos y circulares en el Estado de Michoacán. Morelia, Imprenta de los hijos de I. Arango y Talleres de la Escuela Industrial Militar, 1888-1913. 41 volúmenes. CORREA PÉREZ, Genaro, et. al. Geografía del Estado de Michoacán. T. I, Geografía Física. México. Gobierno del Edo. de Michoacán, 1974. CORONA NÚÑEZ, José. Mitología Tarasca. Morelia. Balsal Editores. 1971. ___________ Notas sobre la historia prehispánica del occidente de México. Mimeografiado. Escuela de Historia. UMSNH, 1978. DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal. Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España. México, Ed. Porrúa, Colección Sepan Cuántos, 1970. ECHENIQUE MARCH, Felipe I. Índice de tierras de la Intendencia de Michoacán, México, 1993. Ed. INAH. Enciclopedia de México. Tercera Edición. Dirección de José Rogelio Álvarez, México, 1977. ESCOBAR, Matías de. Americana Thebaida. Vitas Patrum de los religiosos ermitaños de nuestro Padre San Agustín de la Provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán. Morelia. Balsal Editores, 1970. FLORESCANO, Enrique. Los precios del maíz y la crisis agrícola en México 1708-1810. México, El Colegio de México. 1969. ___________ Estructuras y problemas agrarios de México, 15001821. México. Ed. Sep-Setentas Nº 2. 1971. Gaceta Oficial del Gobierno del Estado de Michoacán. Varios números. GARCÍA URBIZU, Francisco. Zamora en la Revolución. Zamora, Mich. Talleres Alfa, 1970. GONZÁLEZ Y GONZÁLEZ, Luis. Pueblo en Vilo. Microhistoria de San José de Gracia. México. El Colegio de México, 1968.

178


VILLAMAR

___________ Zamora. México. Gobierno del Estado de Michoacán, 1978. (Monografías Municipales del Estado de Michoacán). ___________ Sahuayo. México, Gobierno del Estado de Michoacán, 1979. (Monografías Municipales del Estado de Michoacán). ___________ Michoacán. Lagos Azules y fuertes montañas. México. Ed. SEP, 1981. Colección de Monografías Estatales. GONZÁLEZ RAMÍREZ, Manuel. Manifiestos Políticos 1892-1912. México. Ed. F.C.E. (Fuentes para la historia de la Revolución Mexicana) IV Tomos. ___________ Planes políticos y otros documentos, México, Ed. F.C.E. (Fuentes para la historia de la Revolución Mexicana). HERNÁNDEZ Y DÁVALOS, Juan E. Colección de documentos para la historia de la guerra de Independencia de México 1808-1821. México, J. M. Sandoval. 1877-1882. 6 volúmenes. Historia Mínima de México (Varios). El Colegio de México, 1973. LEÓN, Nicolás. Noticias para la historia primitiva y conquista de Michoacán, México, 1904. Ed. Interamericana "Antonio Arriaga Ochoa", Imprenta del Museo Nacional. LÓPEZ LARA, Ramón (ed). El Obispado de Michoacán en el siglo XVII. Informe inédito de beneficios, pueblos y lenguas. Morelia. Fimax Publicistas, 1973. MACÍAS, Pablo G. Aula Nobilis. Monografía del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo. México, 1940. MARTÍNEZ DE LEJARZA, Juan José. Análisis Estadístico de la Provincia de Michoacán en 1822. Introducción y notas de Xavier Tavera Alfaro. Fimax Publicistas. MAZÍN GÓMEZ, Oscar. El Gran Michoacán. México. El Colegio de Michoacán, 1986. MEYER, Jean. La Cristiada. México. Siglo XXI Editores. 1973-1974, 3 volúmenes. MIRANDA, José. La función económica del encomendero en los orígenes del régimen colonial. Instituto de Investigaciones Históricas. Serie Histórica Nº 12, México, 1965. MORENO GARCÍA, Heriberto. Guaracha: Tiempos viejos y tiempos nuevos. México. Ed. FONAPAS, 1978.

179


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

MURIEL, Josefina. Hospitales de la Nueva España. México, Ed. JUS. 1956-1960. 2 volúmenes. MANCISIDOR, José. Historia de la Revolución Mexicana. Ed. CostaAmic, México, 1976. MONSIVÁIS, Carlos. Amor Perdido. México. Ed. SEP. Colección Lecturas Mexicanas Nº 44, 1978. OCHOA SERRANO, Álvaro. Jiquilpan. México. Gobierno del Estado de Michoacán. 1978. (Monografías Municipales del Estado de Michoacán). OTTE, Enrique. Cartas Privadas de Emigrantes de Indias 1540-1616. Sevilla, Centro de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla. Consejo de Cultura, S. A. PONCE ALCOCER, Ma. Eugenia. La modernización en algunas haciendas mexicanas. El fin del sistema tradicional 18671920. México, Ed. UNAM. PRICE, Glenn W. Los orígenes de la guerra con México. Trad. Ángela Muller, México 1947. Ed. F.C.E. Colección Popular. Relación de Michoacán (1541). Relación de Ceremonias y ritos y gobierno de los indios de la provincia de Michoacán. Balsal Editores. Notas de José Corona Núñez. Relación de los Obispados de Tlaxcala, Michoacán, Oaxaca y otros lugares en el siglo XVI. Edición de Luis García Pimentel. México, 1904. RIVA PALACIO, Vicente. (comp.) México a través de los siglos. México. Ed. Valle de México. 6 volúmenes. ROMERO, J. Guadalupe. Noticias para formular la historia y la estadística del obispado de Michoacán. Imprenta de Vicente García T. México, 1962. RODRÍGUEZ ZETINA, Arturo. Zamora. Ensayo histórico y repertorio documental. México, Ed. JUS, 1952. ROMERO FLORES, Jesús. Diccionario michoacano de historia y geografía. México. Imprenta Venecia, segunda edición, 1973. RUIZ, Eduardo. Historia de la guerra de intervención en Michoacán. México. Talleres Gráficos de la Nación, 1940. SÁNCHEZ, Ramón. Bosquejo estadístico é histórico del distrito de Jiquilpan de Juárez. Morelia. Imprenta de la Escuela Industrial Militar Porfirio Díaz, 1896. 180


VILLAMAR

SILVA TENA, Teresa, et. al. Un recorrido por la historia de México. Ed. SEP. Colección Sep-Setentas. Nº 200, México, 1975. SOLANO, Francisco de. Cedulario de Tierras. Compilación de legislación agraria colonial 1497-1820. Ed. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas. Segunda edición. México, 1991. TELLO, Fr. Antonio. Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Jalisco. Ed. Fronteras, Guadalajara, 1945. Tiempo de México. Ed. SEP. 1984. TORRES, Mariano de Jesús. Diccionario histórico, biográfico, geográfico, estadístico, zoológico, botánico y mineralógico de Michoacán. Morelia, 1905-1916. Tres volúmenes. ___________ Lira Michoacana. Morelia. Imprenta del autor, 1896. TOWNSED, William C. Lázaro Cárdenas, Demócrata mexicano. Ed. Grijalvo. México, 1954. VAILLANT, G. George. La Civilización Azteca. Origen, grandeza y decadencia. Ed. F.C.E. México, 1977. VARGAS GONZÁLEZ, Pablo. Lealtades de la Sumisión. Caciquismo… Ed. ColMich. 1993. VÁZQUEZ DE ESPINOZA, Fray Antonio. Descripción de la Nueva España en el siglo XVII, y otros documentos del siglo XVIII. Ed. Patria, México, 1944. WARREN, J. Benedict. La Conquista de Michoacán 1521-1530. Ed. Fimax-Publicistas, Morelia, Mich., 1977.

181


JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

ÍNDICE Pág.

PRESENTACIÓN

3

A MODO DE INTRODUCCIÓN

4

GENERALIDADES Y UBICACIÓN GEOGRÁFICA

7

PANORAMA ECOLÓGICO Flora Fauna

11 11 11

GUARACHAN

13

NUESTROS ORÍGENES Guarachita en la Conquista Guaracha: Repartida dos veces Los misioneros Confusión Siglo XVII Esclavo negro Siglo XVIII Los litigios de la Hacienda de Guaracha Siglo XIX Independencia y Libertad Siglo XX Intermedio natural Después del reparto Infraestructura villamarense

15 19 22 26 31 32 44 45 63 68 73 114 144 146 169

Archivos Consultados Fuentes Orales Bibliografía

175 176 177

182


VILLAMAR

183


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.