"Letras del Fava" VI Certamen

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VI Certamen de Relatos Cortos

Letras del Fava Una aventura en el espacio

¡¡¡Despega con tu imaginación!!! 1


La presente publicación recoge los relatos finalistas del VI Certamen de Relatos Cortos “Letras del Fava”, celebrado en marzo y abril de 2.012. La intención que nos anima es simplemente presentar y difundir el trabajo realizado por nuestros alumnos y alumnas tal y como se recogía en la bases del certamen. La dirección del centro.

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Introducción. Uno de los géneros literarios que más desarrollo han adquirido en los dos últimos siglos es, sin duda, el de la ciencia ficción. En la VI edición del Certamen de Relatos Cortos “Letras del Fava” hemos querido rendirle nuestro pequeño homenaje, de ahí que el lema de este año fuera Una aventura en el espacio. La calidad de los trabajos presentados, de los que este ramillete que introducimos ahora no es sino una muestra, escogida, sí, pero muestra al fin y al cabo; da buena fe de la acogida de este género entre quienes leen y quienes escriben sin ningún tipo de restricción por motivo de edad. Pero, ¿qué tiene la ciencia ficción para que tenga tan buen acogida entre un público tan variopinto?, ¿qué elementos de este género provocan en el lector o la lectora esa mezcla de sentimientos, emociones y goces que le hacen volver; que le hacen escoger un libro, una película o un videojuego de esta temática entre otros muchos posibles? A nuestro juicio, fundamentalmente tres. El primero de ellos, sin lugar a dudas, es la aventura. El ser humano necesita de la aventura para sentirse vivo, es algo que llevamos grabado en nuestra propia esencia, incrustado en eso que somos o, cuanto menos, en eso que colectivamente hemos ido haciendo de nosotros mismos. Habrá grandes y pequeñas aventuras, aventuras temerarias o perfectamente controlables, formidables galernas y tormentas en un vaso de agua. Habrá tantas aventuras como personas, pero no personas sin aventura. El segundo de los elementos es la lejanía. Las distancias insondables del espacio exterior, lo que está definitivamente, irremediablemente lejos. Esa lejanía que permite volar libre a la imaginación, convertirnos en creadores o creadoras de mundos, seres, culturas... Pero una lejanía que, al mismo tiempo, se puede transmutar en una gigantesca lupa, en un microscopio a través del cual observar el comportamiento de los mismos seres que hemos creado, experimentar con ellos como el científico con las criaturas de laboratorio. Y todo ello para aprender, para saber qué fronteras no traspasar, qué caminos pueden llevarnos a situaciones irreversibles como especie o cuales son las vías que nos conducirán a otro mundo perfectamente posible. El tercero, pero no por ello menos importante, es el tiempo, un tiempo conjugado siempre en futuro y que, por esa misma razón, se convierte en un magnífico espejo en el que que reflejar nuestros problemas, nuestras inquietudes y nuestros deseos. Un tiempo que puede ser el del desastre al que nos conducen nuestros errores o, por el contrario, aquel en el que hemos usado adecuadamente nuestras virtudes y que, por tanto, abre una era de civilización, paz y fraternidad. Quizá quienes estén leyendo estas líneas anden preguntándose a estas alturas cómo estas ideas tan complejas o abstractas pueden ser entendidas y, más aún, puestas sobre el papel por niños y niñas de quinto y sexto de primaria. Si albergan alguna duda al respecto, les invitamos a que lean con atención los relatos que vienen a continuación. O mejor, parafraseando la famosa expresión del mundo del espectáculo. Pasen y lean. La Línea, junio de 2012.

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Acta del Jurado del VI Certamen de Relato Corto “Letras del Fava.” En la ciudad de La Línea, hoy día 27 de abril de 2.012, reunido el jurado del VI Certamen de Relato Corto “Letras del Fava” y tras largas y exhaustivas deliberaciones; quiere hacer constar lo siguiente: 1. Todas las obras presentadas a este certamen han gozado de altos niveles de calidad, por lo que la toma de decisiones, tanto con respecto a la elección de obras finalistas, como en la decisión sobre el ganador o ganadora del certamen; ha resultado especialmente compleja y difícil. 2. La pertenencia o no de una obra a la serie de finalistas es una decisión exclusiva del jurado en su conjunto y nunca de una persona en concreto. Por este motivo, puede haber obras de tanta calidad como las que figuran entre estas ocho que se hayan quedado en la fase anterior. 3. Sea cual sea el resultado de este certamen, el jurado anima a todos los escritores y escritoras participantes a que sigan desarrollando sus facultades y continúen practicando una ocupación tan bella y noble como es la escritura. En cualquier caso, y siguiendo las bases del presente certamen, el jurado ha decidido que merecen ser obras finalistas las siguientes: • Los Sueños del Espacio y el Futuro de Frida. Seudónimo: Katrina Witch. Autor/a: Isabel Guillén Barranco 5ºA. • Salvados por Extraños. Seudónimo: Sin seudónimo. Autor/a: Ana Sánchez Genal 6ºB. • Una Elección Sobre el Futuro. Seudónimo: Super Laura. Autor/a: Ana González Rodríguez 6ºA. • Mi Amigo el Astronauta. Seudónimo: El Espaciador. Autor/a: Alejandro García Olmo 5ºA. • El Sueño de Daniel. Seudónimo: Marinerito. Autor/a: Antonio Rico Mota 5ºB. • El Espacio Misterioso. Seudónimo: Luke Skywalker. Autor/a: Alejandro Domínguez Rocha 6ºA. • El Chipironiano Enfermo. Seudónimo: Sin seudónimo. Autor/a: Bruno Gutherless Pizarro 6ºB. Por último, consideramos que la obra ganadora del VI Certamen de Relatos Cortos “Letras del Fava”, debe ser: • Gea: Un Viaje a la Esperanza. Seudónimo: Clea 2001. Autor/a: Valeria Serrano García 5º B. De lo que, como secretario del jurado, dejo constancia con el visto bueno del presidente. El secretario.

Vº Bº El presidente.

Fdo. Julio Labrador Amo.

Fdo. Juan Antonio Mariscal Gutiérrez. 4


Relatos finalistas

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Los sueños del espacio y futuro de Frida. Autora: Isabel Guillén Barranco 5ºA. Seudónimo para el certamen: Katrina Witch. Este es mi mundo, mi padre es como todos y por lo tanto es aburrido, mi madre en cambio siempre piensa en maquillarse y mi hermana mayor siempre me enfada, en serio, no exagero. Mi prima Lola vive con nosotros porque sus padres siempre tienen negocios y nadie puede encargarse de ella. Bueno, ya he hablado demasiado de mi familia, ahora os contare algo sobre mi. Soy Frida Lorens, vivo en Los Ángeles y odio el colegio. Mis amigos Carol y David son los mejores aunque algunas veces me hacen rabiar los quiero y dicen que eso es lo que importa. Mi profesora, la señora Aurelia Nowman es es una fanática de hacernos pasarlo mal. Por solo mirar a una mosca y no mirar a la pizarra te llevas un parte de regalo. Y si yo te contara cuando me quedo dormida, mejor ni te cuento. Bueno, una de las veces que me quedé dormida soné que era astronauta y visitaba otros mundos y había vida y también que visitaba el futuro y desde entonces ese ha sido mi sueño, llegar a ser algún día astronauta. Ups, se me ha hecho tarde, tengo que ir al colegio, aquí empieza mi historia. Llega la hora de ir al colegio y Frida junto con su prima Lola se preparan para salir. El colegio está muy cerca y llegan muy pronto a la puerta de su clase. Cuando entran la señora Aurelia aún no ha llegado y Frida como siempre piensa en echarse un sueñecito cuando de repente, ¡¡¡ firmes !!!, sacad los libros y los ejercicios que mandé. Oh, olvidé los ejercicios -dice Frida mientras su prima la mira enfadada. ¿Otra vez ? -dice su prima mucho más enfadada. ¿Me prestas los ejercicios? ¡Te los devuelvo ahora mismo! -exclama Frida. Bueeeeeno, pero que sea la última vez -deja claro a su prima. ¡Sí, de verdad! -exclama Frida entusiasmada. Eso dijiste la semana pasada -cuchichea Lola. ¿Qué dices? -pregunta Frida un poco extrañada. No, nada -se salva Lola. ¿Qué cuchicheáis? -dice la señora Aurelia muy enfadada. Nada, señora Aurelia -dicen las dos a la misma vez. Eso espero -dice la señora Aurelia. Bueno, Frida enséñame los ejercicios. Señora Aurelia debo comentarle algo -dice Frida con timidez. Dime Frida -dice la señora Aurelia empezándose a enfadar. Bueno, no he podido hacer los ejercicios -le comenta Frida a su profesora. ¡¡¿¿Qué??!! -responde la señora Aurelia. Esta es la quinta vez que no traes los ejercicios a clase -le dice la señora Aurelia. Señorita esta vez tengo tengo una explicación razonable -contesta Frida. Bueno, que explicación tienes hoy, tu pez se tragó los deberes como el mes pasado -dice la señora Aurelia con sarcasmo. No, es que el astronauta que me acompañaba se iba cayendo en el Sol y me costó mucho rescatarlo -dice Frida muy tímida. 7


Sí y mi perro se cayó del cielo. Hoy y mañana estás castigada, te espero a las tres rescatadora lunar. Oh, otra vez -le dice Frida a su prima entristecida. Te lo mereces por no hacer nada de nada -dice Lola para que su prima se entere. Sí, y tú vaya prima eres -le contesta Frida respondona. Bueno, acaba de sonar el timbre, vámonos -dice Frida. Sí, vámonos a casa, ¡no espera! -le dice Lola a Frida. ¿Qué pasa? -pregunta Frida muy extrañada. Tu castigo -le dice Lola Es verdad, se me había olvidado -le responde. Cuéntale a mis padres lo del castigo porque ya no se creeeran mis novelas -le dice Frida. Sí, claro, ¿cuándo volverás? -le pregunta Lola a su prima. Supongo que sobre las cinco en punto – le responde Frida. Bueno, allí te espero -le dice Lola. Sí, adiós – le contesta Frida. Adiós -responde Lola. Frida sale envalada hacia la clase de castigos donde allí le espera la señora Aurelia. Frida sabe que la señora Aurelia después de un buen rato saldrá de la clase de castigos y en ese momento ella se dormiría y soñaría de nuevo con su sueño preferido. Como ella tenía planeado la señora Aurelia ya llevaba un buen rato en la clase y salió y en ese momento empieza la aventura de Frida. Frida intenta dormirse pero no lo consigue e intenta de nuevo dormirse y esta vez ya le entra un poco de sueño. Frida por fin se duerme y aquí empieza este cuento.

LOS SUEÑOS DEL ESPACIO Y FUTURO DE FRIDA Frida ahora está durmiendo y te voy a contar este sueño que tiene. Frida está ahora en la Estación Espacial junto con el compañero que siempre va con ella, Luis Carrowl. Están ahora en el cohete espacial que los llevará a los planetas. El cohete va ha despegar y salen disparados hacia el espacio. Cuando ya están fuera Louis le pregunta a Frida dónde quiere investigar primero y Frida le responde que en Marte ya que en Venus y Mercurio era imposible que hubiera vida ya que están tan cerca del Sol. El casco y el traje están bien colocados, ya podemos salir -le dice Frida a Louis. Están dispuestos a salir cuando sale una especie de persona y marciano, algo muy raro con una pistola láser que con solo un disparo los dejaría kao. El marciano parecía simpático y sabía hablar el idioma de Frida perfectamente. Frida miraba al marciano estupefacta, boquiabierta. ¿Por qué me miras así? -pregunta el marciano a Frida. Aquí el asombrado soy yo -le responde el marciano. ¿Estás dispuesto a dispararme con eso? -le pregunta Frida. Sí, si hace falta sí -le contesta el marciano bromeando. Uf, menos mal, ya creía yo que este era mi último día -le dice Frida aliviada. No somos como creéis, vosotros los humanos siempre habéis creído que éramos unos sin sentido y que no teníamos sentimientos y eso nos es así -deja claro el marcianito. 8


Ajá, ¿y vosotros también tenéis pueblos y eso? -le pregunta Louis al marciano. No, pero con lo que hemos encontrado por aquí hemos construido una máquina del tiempo -le responde el marciano. ¿Y podríamos ver esa máquina del tiempo? -le pregunta Frida. Claro, pero tenéis que identificaros con vuestro carné o pasaporte ante el reina -le responde el marciano. Claro, yo llevó el carné ¿y tú? -le pregunta Frida a Louis. Sí, yo llevo el pasaporte -le contesta Louis. Ahora os llevaré ante el reina YOGA YUNSTON nuestra fundadora y ella fue también la que hizo nuestra máquina del tiempo. Hola, señora -le dice el marciano a la reina. Os traigo unos visitantes de la Tierra, dicen que les gustaría ver nuestra máquina del tiempo -le informa el marciano. Claro, marcianito querido, no hay ningún problema. Visitantes pasad este pasadizo por favor y allí encontraréis nuestra máquina del tiempo Están pasando el pasadizo lleno de luz cuando de repente, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Frida !!!!!!!! -le grita la señora Aurelia Newman a Frida en el oído. ¿Qué quiere señora Aurelia Nowman? -le pregunta Frida a la profesora. ¡Te has quedado dormida y ya son las seis y media! -le grita de nuevo en el oído. ¡¿Qué?! -grita Frida. ¡Me tengo que ir! ¡Lo siento! -exclama Frida. Frida sale corriendo y llega a su casa a las siete en punto en total. Sus padres le dicen que suba a su cuarto sin cenar y que se meta en su cama. Frida vuelve a soñar que era astronauta y estaba pasando el pasadizo de luz junto a Louis, ya iban a llegar al final y por fin ven la máquina del tiempo. Se paran un momento para ver si es segura y deciden montarse en la máquina. Bueno, es hora de usarla y ya estamos montados, vamos a ver lo que pasa -dice Frida. Sí, ¿dónde la has programado al futuro o al pasado? -le pregunta Louis. Al futuro, me gustaría ver como será la ciudad en el futuro -informa Frida. Vale, aaaaaaaaaaaaaaaah -exclama Louis. ¿Por qué gritas? Aaaaaaaaaaah -dice Frida. Por fin llegan al futuro, todo es nuevo: coches que vuelan, personas y marcianos paseando por la calle tan normales, niños conduciendo motos, perros y gatos en las casas sin arañarse ni hacerse nada y por cierto viendo la televisión al revés, un hámster volando y mejor ni sigo. Se bajan de la máquina del tiempo y Louis sale corriendo y entra en la casa del tercer piso de color azul-verdoso. Louis sube las escaleras y Frida lo persigue pero ella se que da en el cuarto piso. Louis entra en la casa y se ve a sí mismo pero con 32 años y ahora tiene 19 años. A Frida le pasa lo mismo se ve a sí misma con 32 años. Louis se quedó asombrado al verse con 32 años y también pasaba lo mismo con su otro yo. Frida se quedó boquiabierta cuando vió su otro yo y a la otra Frida le pasaba lo mismo. Louis fue escaleras arriba y Frida fue escaleras abajo y los dos se chocaron y calleron un 9


paso más atrás. Louis y Frida decidieron pasear por la ciudad para investigar y ver si había algo en particular. Se encontraron con el hámster que volaba y al parecer el hámster también hablaba les comentó que esta ciudad se creó ayer. Claro, es que es el futuro y hasta hoy nadie ha ido a verlo y creo que los marcianos no lo han visitado nunca -dice Frida. Sí, habrá sido eso -le responde Louis. Frida se despierta porque su prima le da un pellizco en la mejilla. ¿Por qué has hecho eso? -le pregunta Frida. Ya son las ocho, hay que ir al colegio -le informa Lola. Las dos se desnudan y se visten, se lavan la cara y los dientes, desayunan, se ponen la mochila y salen por la puerta para ir al colegio. La señora Aurelia hoy ya ha llegado muy pronto y está sentada en la silla del profesor que está junto a la estantería. Todos estaban sentados en sus sillas con los bolígrafos en las manos. Lola se iba a sentar en su silla y se sentó. Frida la perseguía y se iba a sentar cuando de repente... Frida hoy no estarás con tus compañeros, hoy te vienes conmigo a la sala de castigos y te estarás hasta las siete y yo misma te llevaré a tu casa. Hoy puedes quedarte durmiendo todo el rato, te lo aseguro porque hoy estoy dispuesta a hablar con tus padres de lo que ocurrió ayer en la sala de castigos. Espérame en la puerta que ahora salgo y chicos vosotros os quedaréis con otro profesor -le dice la señora Aurelia a los chicos y chicas de la clase de 5º. La señora Aurelia y Frida avanzan hasta la clase de castigos donde Frida esta vez no tiene que esperar a que la señora Aurelia se vaya si no que se queda dormida directamente ya que la señora Aurelia se lo permitió. Bueno, vamos a seguir paseando ¿no? -le dice Frida a Louis. Sí, creo que hay mucho que averiguar pero es hora de devolverle la máquina del tiempo a la reina y a los marcianos. Sí, tienes razón es hora de devolverle la máquina del tiempo a sus dueños, ya averiguaremos lo que haya que averiguar cuando llegue el momento del futuro, el tiempo pasa -le responde Frida. Sí, móntate en la máquina, ahora me monto yo -le dice Louis a Frida. Están montados en la máquina del tiempo y llegan al planeta de los marcianos donde le devuelven la máquina del tiempo y vuelven al planeta Tierra donde le esperan miles de personas que les aplaudían. Frida se despierta de su sueño y cuando se despierta ve que ese sueño no era un sueño, todo era su vida real.

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Salvados por extraños. Autora: Ana Sánchez Genal, 6ºB. Seudónimo para el certamen: Sin seudónimo. En un planeta muy lejano llamado Velomi, habían llegado unos extraños seres. Esos seres eran muy poco comunes, de piel viscosa y azul, con una gran cabeza en proporción a su cuerpo, largos brazos, manos de siete dedos y pequeñas piernas. Hace un lenio que habían llegado en su nave en forma de caracol(un lenio equivale a dos semanas terrestres). Han arrasado con todo aquel que no quisiera obedecer sus órdenes y han conquistado todo cuanto han podido. Mi ciudad, Amolu, junto con otros dos pueblos de nuestros alrededores son los únicos que no hemos sido invadidos aún. Hace dos kemacs (un kemac equivale a tres días)que han llegado otra nave extraña, esta es grande blanca y lleva un dibujo de una cosa cuadrada con rallas blancas y rojas y en una esquina, sobre un fondo azul, estrellas blancas. "Genial, lo que nos faltaba" piensa mi padre. Han salido de ellas cuatro seres más normales, su piel es tostada, uno de ellos es bastante mas tostado, tienen los brazos normales y la cabeza en proporción a sus cuerpo normal, lo más extraño es que solo tienen cinco dedos en cada mano. Llevan ropa blanca y una especie de pecera en la cabeza pero lo único que hacen es coger pequeñas cantidades de agua y las llevan a su nave para meterla en cacharros. ¡Esperad, que despiste! Aún no me he presentado, me llamo Kela y tengo veinte diloes (un diloe equivale a dos años). He decidido que mañana voy a entrar en esa nave a ver que hacen con esos cacharros y a preguntar si nos pueden ayudar con la invasión, parecen criaturas inofensivas. Esta mañana le he dicho a mamá que iría al cole, pero en vez de eso voy a ir con Jelo y Molu a visitar a los seres extraños con peceras. Hemos entrado y todos están dormidos. Hay muchos cachivaches por ahí, cosas brillantes, de colores y una pantallita en las que salen puntitos de colores, " Cosas de bichos raros" pensé. De pronto sonó un estruendo, Molu había tirado un par de cosas metálicas. Jelo y yo no miramos y casi nos leímos el pensamiento, cogimos a Molu y echamos a correr buscando la puerta, pero antes de que nos diésemos cuanta, los raritos estaban detrás nuestra, diciendo: - ¡Fijaos! ¡Hay vida en este planeta! - ¡Si, es cierto! - ¡Mirad que tres cositas tan monas! ¡ Parecen salidos de la tele! - Si, ¿pero no son peligrosos? Éra raro que los entendiésemos, a lo mejor ellos no nos entendían a nosotros. El más alto de ellos, que tenía la voz como la de mi vecina, miró al que había preguntado si éramos peligrosos y dijo: - ¡Cómo van a ser peligrosos! - Quién sabe, a lo mejor muerden o escupen veneno o algo así. Mientras se peleaban, Molu había empezado a llorar diciendo' 'Mamiii, quiero con mi mamá". Jelo la estaba intentando tranquilizar, cuando los raros dijeron con un tono de sorpresa," ¡Hablan nuestro idioma! ''. Entonces uno preguntó y ahí empezó nuestra primera conversación. - ¿ Nos vais hacer daño? - No, no tenemos motivos. - De acuerdo, ¿podéis enseñamos vuestro planeta? - Bueno, en realidad solo nuestra ciudad. - ¿Por qué? - Estamos en medio de una guerra, hace un lenio que unos seres más raros que vosotros, 11


vinieron y nos están invadiendo, nuestra ciudad es la única que no lo ha sido aún. - Vale, os ayudaremos con la invasión. -¡¡En serio!! - ¿Enserio? - Por supuesto. - ¿Pero tu estás loco? ¡Apenas los conocemos! - ¿Y qué mas da? Yo los voy a ayudar. ¿Vosotros qué vais a hacer? - Vale, nosotros también ayudaremos. - Bueno, tenemos que irnos, nuestras madres creen que estamos en el colegio y a esta hora solemos acabar las clases. Adiós, un placer conoceros. - Adiós, igualmente. Los pequeños amoluos se fueron y los astronautas se quedaron hablando de ellos: - ¿De verdad que los vamos a ayudar? - Elena todavía no se lo creía. - Yo al menos si. Ya se nos ocurrirá algo. Los amoluos ya habían llegado a su casa, después de comer fueron a jugar al parque y le comentaron a todos sus amigos lo de los astronautas, todos tenían ganas de conocerlos. Por la tarde, cuando volvieron para cenar, sus padres estaban enfadados, se habían enterado de que no habían ido al colegio. - ¿Dónde has estado esta mañana? - Pues ... en el cole. - Tu profesora nos ha llamado y no ha dicho que hoy no habéis ido ni tu, ni Molu, ni Jelo. ¿dónde habéis estado? - Vale ... hemos estado en la nave que llegó hace tres kemacs. - ¡¡¿Qué?!! ¡Cómo habéis podido hacer eso! ¡¿Y si os llega a pasar algo?! -Pero no ha pasado nada, son muy simpáticos, un poco raros, pero dicen que nos van a ayudar con la invasión. - ¿Y tu te lo has creído? No nos van a ayudar, esos también nos quieren invadir. - ¡No es cierto! ¡Ven, ahora vamos a visitarlos para que veas que sí nos van a ayudar! La pequeña amolua cogió a su madre de la mano y empezó a tirar de ella. Llegaron a la nave, entonces a la madre le entró un ataque de pánico y estaba apunto de irse, pero Kela la asió bien fuerte del brazo y siguió tirando de su madre. Estaban justo delante de la puerta de la nave, Kela llamó a la puerta y los astronautas le abrieron: - ¡Hola otra vez! - Hola os presento a mi madre, venga, decidles que sois buenos, que no sois malos y que nos vais a ayudar con la invasión, ¿verdad? - Vale ... hola venimos de otro planeta, Tierra, en la Vía Láctea, no os vamos a hacer nada y ayudaremos con la invasión. - ¿ De verdad? - Si, de verdad, tenemos el plan casi terminado 12


-¿En serio? - Si. - ¿Os lo cuento? - ¡Vale! - Mirad, vamos a pedir refuerzos, tardarán un par de semanas, si consiguen acabar la nave que están construyendo, una de esas que viaja a la velocidad del sonido, después nos organizaremos y poco a poco iremos ganando terreno. - ¡Que "guay"! ¿Cuántos son dos semanas? Nacho dibujó rayas en un papel, representando una semana. - ¡Ah! En este planeta eso es la mitad de un lenio. - Vale ... - Pedro anotó eso en una libreta. - Buenos, adiós tenemos que irnos. - Vale, adiós. Kela y su madre se fueron, debían de hacer una reunión en la ciudad para organizar la defensa. Hablaron con el alcalde: - Señor, quería hablar con usted. - Si, que quiere. -Pues, querríamos hablarle sobre los extraños que se dedican a investigamos. - Bien, adelante. - Queríamos decirle, que nos van a ayudar con la invasión. - Si - dijo con un tono de sorpresa el alcalde.- ¿Cómo nos van a ayudar? - Han dicho que van a pedir ayuda a su planeta y que cuando lleguen empezaremos a organizar el contraataque. - ¿ Cuándo llegarán? - Queda un lenio. - Bien, de acuerdo, resistiremos como lo hemos estado haciendo hasta ahora. Dicho esto, se despidieron y se fueron, mientras caminaban a casa, Kela y su madre hablaban: - Mami, ¿tienes ganas de que lleguen? - Si, ¿por qué lo dices? - No por curiosidad. - Vale. Llegaron a casa, ya era de noche y al día siguiente había colegio. Así que cuando Kela llegó a casa, se fue directamente a la cama, había sido un día lleno de emociones. Al día siguiente, vieron unos Objetos Voladores No Identificados, también conocidos como OVNIS. Creían que eran más invasores, pero cuando aterrizaron, y salieron más astronautas, Kela fue a ver a sus nuevos amigos: - ¿No decíais que iban a tardar un lenio? - Si es verdad, pero han llegado mucho antes, con las naves super-rápidas, esas que viajan un pelín más rápido que la velocidad del sonido. - Bueno, ahora que han llegado, ¿qué vamos a hacer? - Vamos a hablar con ellos para ver qué ideas tienen. - Vale. Fueron a su nave, era más grande y avanzada. - ¡Hola! Somos nosotros. Abrieron la puerta y salieron otros 13


astronautas. - ¡Hola! Pasad. Entraron en la nave, era muy grande. - ¿Qué ideas tenéis sobre como impedir la invasión? - Pues, nosotros somos suficientes así que empecemos con el contraataque. - Bien, mi idea es tenderles una emboscada, suelen estar en el Cañón de Wilgo que está bastante cerca del río Dufo. - Vale, buena idea. - Una pregunta, ¿quiénes son estas cosas? - Son a los que vamos a ayudar. - Vale ... - Pues, manos a la obra. Se pusieron en marcha, sobre las cuatro de la tarde ya estaban todos en sus puestos, una pequeña señal de los astronautas y ... ¡el ataque empezaba! Los amoluos empezaron a atacar, después de un buen rato, acabaron con todos los extraamoluos, ahora los extraños eran más vulnerables. Poco a poco fueron ganando terreno, ya solo quedaban un par de ciudades, era impresionante la rapidéz con la que habían ido ganando terreno. Habían pasado cuatro kemacs y el contraataque iba bastante bien. Un día por la noche los extraamoluos que quedaban, secuestraron a Kela, Molu y Jelo. Por la mañana sus padres no los encontraban, recibieron una carta que decía:

Hemos secuestrado a su hijo/a, si quieren volver a verlo/a con vida, rendíos y entregadnos vuestro planeta

Fueron a hablar con los astronautas: - ¿Qué vamos a hacer?-preguntó la madre de Jelo. -No hay más remedio, tenemos que rendirnos.- dijo el padre de Molu. - ¡Estas loco! ¡¿Cómo nos vamos a rendirnos?!- replicó el padre de Kela. -Tendremos que idear un plan en el que podamos salvar a los chicos y que podamos conservar nuestro planeta.- dijo la madre de Molu. - Se me acaba de ocurrir una idea ... hagamos lo que no han hecho a nosotros, nos infiltraremos en su base y salvaremos a los pequeños y ya que estamos, vamos a obligarles a rendirse, ¿vale?- propuso uno de los astronautas. - ¡Vale! Ese mismo día por la tarde fueron a la base de los extraamoluos, estaban en Zof, cerca de ellos, en breve caería la noche, y ese sería el momento perfecto para salvar a Kela y sus 14


amigos. Diez minutos después ya estaban dentro de la base. "Kela, Jelo, Molu, dónde estáis" encontraron una puerta y dentro estaban Kela y Molu, pero había guardias, ¡Pum! ¡Zas! Los astronautas habían dejado inconscientes a los guardias, los desarmaron, y escondieron, también cogieron las llaves: - ¡Kela, Jelo Molu! - ¡Mamá, papá! Todos estaban felices. - Bien, ¡ahora vamos a por el nuevo jefe! - ¡Si! Fueron al centro de la base, a todos los que veían los dejaban inconscientes, menos mal que a nadie le dio por pulsar el botón de alarma. En la zona central de la base estaban investigando la forma de volver a invadirlos, cuando quisieron darse cuenta, estaban rodeados: - Un movimiento y disparo- dijo uno de los astronautas. - ¿Qué queréis? - Extraño que lo preguntéis, por supuesto, queremos que os valláis de aquí para siempre, y como no lo hagáis, disparamos y acabaremos con todos vosotros ¿vale? - Vale, vale, nos iremos. - Venga ya, que os traéis entre manos. - ¿Co ... Como que qué nos traemos entre manos? - No os hagáis los inocentes, ha sido demasiado fácil. Decid la verdad o disparamos. Es fácil, un gesto mío y ¡bum! - Vale, no nos queda más remedio, ¡fuego! - ¡A cubierto! Todos se pusieron a salvo, "Nos hemos quedado sin munición" "¡Qué! ¡Precisamente ahora!". - ¡Bien es nuestra oportunidad! ¡Nos toca! - dijeron los astronautas. Se oyeron disparos por todos lados, cuando bajaron las armas, habían acabado con ellos, llegaron un par más, pero en cuanto vieron lo que había pasado, decidieron irse, de ese lugar y de ese planeta para siempre. - ¡Lo hemos conseguido! La nave, con muchos menos pasajeros que antes, despegó y se fue. - Bueno, ahora nos tenemos que ir nosotros también. - ¡Esperad! - ¿Si Kela? - ¿Cómo os llamáis? - O vaya, tanto tiempo aquí y no os hemos dicho como nos llamamos, yo soy Nacho, ella, Elena, él Pedro y ese de ahí Gonzalo. - Vale, me alegro de conoceros. Todos empezaron a reírse. Éra la hora del adiós, la nave despegó y todo volvió a ser como antes, todo menos una cosa, Kela de mayor quería ser astronauta, para volver a ver a su amigo Nacho. FIN 15


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Una elección sobre el futuro. Autora: Ana González Rodríguez, 6ºA. Seudónimo para el certamen: Super Laura. El día en el que todo empezó no fue más que un aburrido día de clase, con sus aburridas correcciones de matemáticas y las aburridas explicaciones de veinte minutos de cada profesor. Yo, como siempre, estaba en mi mesa haciendo los deberes de matemáticas cuando el director entró por la puerta. -Hola, alumnos y alumnas. Hoy es un día muy importante, como todos sabéis. –Espera, espera… ¿Un día importante? ¿De qué está hablando? –Hoy es el día en el que viene el alcalde de la Asociación de Alumnos y Profesores Unidos para Mejorar el Futuro, es decir, el alcalde de A.A.P.U.M.F. Bueno, yo sé que la palabra “futuro” en este caso no significa eso que todos creéis de coches coladores ni los robot que son casi idénticos a los humanos. Pero en honor a ese alcalde, quiero que hagáis una historia. -¿UNA HISTORIA? –Dijo toda la clase al unísono, ya que sexto B (mi clase) se conoce por su tremenda panda de V.S.F. (vagos sin fronteras). -Si chicos, una historia. Pero esta vez va a ser especial. Esta es sobre el futuro. –Y en ese momento se encendió para mí un haz de luz encima del director y empecé a imaginas y a diseñar la historia en mi mente: el futuro era un mundo tan desconocido y solado como el día del final de curso, para el paso al instituto. Cuando las clases terminaros saló corriendo hacia casa, para poder empezar cuando antes a escribir la historia. Iba tan metida en mi mente que cada objeto, cada trozo de suelo me parecían del futuro. De repente me fijé en una bola enorme que había en la carretera. Estaba llena de humo y de suciedad. Había un chico rascándose la cabeza intentado, creía yo, buscar el problema. Me acerqué para ver si lo estaba imaginando o era verdad y, en efecto, no estaba soñando. -¿Puedo ayudarte en algo? –Pregunté al chico. -¡Agg! –Exclamó sobresaltado. –Bueno… No sé. Mira es que el OPDUO se ha parado de repente y no sé por qué. ¿Te ha pasado alguna vez? ¿Sabes cómo arreglarlo? -¿Arreglar el qué? ¿Qué es un OPDUO? -¿No sabes lo que es? Tú que vives, ¿en el siglo 12 o qué? -Pues la verdad es que sí… -Afirmé extrañada. -¿Cómo? Vaya, debe de haberse equivocado de dirección… ¡Vaya, por una línea del tiempo insignificante! –Yo le estaba escuchando hablar y me sentía maravillada. “Un visitante del futuro” –Bueno… ¿Quieres entrar a verlo? -¡Claro! –Exclamé, y a continuación entramos. Parecía mucho más grande por dentro, el espacio estaba muy bien aprovechado. Se constituía por una tecnología que ni los mejores de nuestro mundo actual lo habrían imaginado en sus vidas. Fui caminando despacio sin saltarme ningún detalle de aquel maravilloso medio, cuando de repente el suelo se desprendió y caí por un interminable tobogán a una velocidad de vértigo. Cuando aterricé caí de cabeza en el césped del jardín de mi casa. Era el mismo paisaje por el que caminaba hace unos minutos, pero como si fuera en el… -En el futuro. –Dijo el chico quitándomelo de la mente. –Por cierto… ¿Qué haces tú aquí? ¡Yo solo te dejé subir al OPDUO, pero no viajar al futuro! -¡Qué! Bueno… Lo siento. ¿Pero ahora como vuelvo? --¡No lo sé, ese es el problema! No hay forma humana de volver a subir. -¿Y cómo lo hiciste tú? –Pregunté ansiosa. -Bueno… Yo… La verdad es que hay una central eléctrica con una exposición de la tecnología más avanzada y tenía curiosidad, así que me infiltré. Pero… ¿No estarás 17


pensando en volver allí no? -¡Claro que sí! ¿De qué tienes miedo? Si lo conseguiste una vez lo puedes conseguir veinte más. -Puf… Vale, pero vamos deprisa, ¿en? Cuando, después de superar todas las trampas de seguridad y todos los laser, conseguimos llegar a la central eléctrica pudimos por fin ver que allí estaba. -Vale, pero tienes que tener cuidado, ten en cuenta que volverás al pasado pero no al día de hoy, si no al de ayer. Así que no tienes que cambiar ninguna cosa pase lo que pase, ¿entendido? Si lo haces todo el futuro creado desaparecerá, ¡Incluso yo! -Que sí, que sí... Bueno, ¿Me vas a dejar irme o qué? A ver… Este botón para encender, este para apagar, este para apagar, este para ir más rápido… De acuerdo, creo que podré llegar. Y al fin me puse en marcha, pensando en todo lo que había pasado, Me habría encantado quedarme, ver cómo funcionaba su mundo… Pero sabía que no era lo correcto. Me podía nerviosa solo con pensar en lo que acababa de decir: “no tienes que cambiar ninguna cosa pase lo que pase. Si lo haces todo el futuro creado desaparecerá, ¡incluso yo!” ¿Pero y si me equivocaba, y si por un error cambiaba alguna cosa o me dejaba llevar por la maldad y la venganza? Todo se iría al garete por mi culpa… Pero no podía dejar que los malos pensamientos me invadieran; no obstante, lo consiguieron. Al me acordé de lo de lo que había pasado, o lo que iba a pasar, dentro de unos minutos: Ayer llamaron del colegio diciendo que mi madre había tenido un grave accidente. Había pasado por la acera y un coche pasó a toda velocidad, haciéndola volar por los aires e hiriéndola gravemente. Tenía unas ganas terribles de cambiar eso, ahora que tenía la oportunidad. ¿A quién voy a salvar, a un desconocido o a mi madre? No lo pensé más y salí corriendo, con un poco de suerte podría retenerla unos segundos, que marcarían la diferencia entre el atropello y que siguiera por su camino habitual. Así que corrí todo lo que pude hasta que empecé a cansarme. Sentí como la voz de aquel chico diciéndome: “¿Pero qué haces? ¡Vas a estropearlo todo!” pero me negué a escucharlo y seguí. -¡No sigas por favor, no me hagas esto! Solo tengo 3 x 4 años solares… -Dijo ahora, apareciendo como en una nube de polvo. Pero ya podía verla al otro lado de la calle, así que ya no me iba a volver. -¡Mamá, mamá! ¡Ven un momento corre! –Mi madre me miró extrañada y no me hizo caso, así que siguió cruzando. El chico se rió y me dijo: “Ja, ya es tarde”. Pero no me di por encima. – ¡MAMÁ, CUIDADO! –Mi madre se giró hacia mí, convirtiendo en vana aquella advertencia. Me tiré al suelo y me cubrí la cara con las manos. -¿Por qué…? -Intenté advertírtelo, pero no quisiste escucharme. Iba a decirte que puedes cambiar la manera en la que va a ocurrir, pero no qué. Aunque no debería decírtelo, he visto tu futuro. Cuando tengas 5 x 4 años solares, es decir, 20 años te irás a estudiar a la universidad de Calembres, para ser veterinaria. -Pero yo no quiero ser veterinaria… -Pero será lo que te dará bien. Todo esto es, y es a lo que me vengo a referir, porque se acaba el dinero de la subvención por la… Muerte de tu madre… -¿¿Qué?? ¿Y cuándo me durará la “subvención”? –Pregunté fatigada. -Bueno esto no es fácil de decir… … Te durará siete años. -A ver, siete menos veinte… Trece. ¡Trece, esto es el año que viene! Es imposible… No, debes de haberte equivocado. -El futuro nunca se equivoca. Aunque me parece que sí hay una manera de solucionarlo. -¿Cuál? Haré lo que sea necesario. -Bueno… 2512, que es el año en el que yo vivo, inventarán un “medicamento” que puede curar heridas solo aplicando una gota en el lugar deseado. 18


-¡Perfecto! Pues entonces llévame de nuevo al futuro y compremos el medicamento. Para el carro un momento. Hey un pequeño problema y es que el medicamento está en la central eléctrica, en la exposición que te dije. Y no pienso volver a entrar allí. -¿Por qué? –Pregunté sorprendida. -¿¡Qué por qué!? Porque esos malditos guardas de seguridad nos tienen cogida la cara. Y te digo por experiencia que no la olvidan. -Bueno… Pero no tienen por qué vernos… Después de convencerle fuimos a la central eléctrica. Pero incluso antes de entrar tuvimos un problema: había un montón de guardas vigilando la puerta de entrada, con una foto del chico colgada del uniforme. -Vaya, ¡qué suerte! A ti no te han pillado. –Dijo molesto en voz baja. -Mejor, tengo un plan. Mira, cuando yo diga ATACADO intentas entrar a hurtadillas, ¿vale? Y cuando tú digas MEDICAMENTO nos vamos. -Pero… -Dijo inseguro. -¿Vale, o no vale? –Dije un poco más alto. -Vaale… Bueno vamos a ello. Yo me arrastré (literalmente) hasta los guardas, fingiendo haber sido atacada. -A… Ayudadme… -Uno de ellos se acercó a mí. -¿Qué te pasa? -Me han… ATACADO. –Y a continuación los demás guardas vinieron a ayudarme. Divisé como al fondo el chico se deslizaba cuidadosamente y cruzaba por la puerta. –Bueno, pero no pasa nada. Oídme, necesito entrar a la exposición, me dijeron que iban a robar algo así como: “un nuevo medicamento que curaba las heridas con solo aplicarlo en la parte deseada”. -123mart123… -¿Quién es ese? –Y empezó a describir al chico. Me estaba empezando a poner nerviosa, cuando de repente se escuchó un grito: -¡MEDICAMENTO! -123mart123 (el chico) salió corriendo, dándome un tirón y arrastrándome casi a la fuerza. Los dos empezamos a correr y, cuando nos estábamos cansando, el camino desapareció por arte de magia. -¡VOSOTROS! HABÉIS INTENTADO ESCAPAR DE LA EXPOSICIÓN DE LA CENTRAL, ROBANDO EL MÁS CERCANO DESCUBRIMIENTO, MINTIENDO, ESCAPANDO Y JUGANDO CONMIGO, EL PADRE TIEMPO. -Pa… ¿Padre tiempo? Oh, oh. La hemos liado bien. -Menos mal que mi reputación goza de misericordia. Así que dejaré marchar a uno de los dos. Os doy treinta segundo para decidir quién se queda PARA SIEMPRE y quien se va PARA SIEMPRE. –Los dos nos apuramos y nos reunimos en una piña para decidirlo. -Marcha tú, 123mart123. -Pero… ¡No verás a tu madre! –Dijo enfadado. -Lo sé, pero ella merece vivir. Además, yo no sé el funcionamiento de la máquina, así que debes de ir tú. –El se dejó vencer por mí y accedió. -Muy bien Padre Tiempo, ya está decidido. Ella se quedará aquí, y yo me iré. -Ya lo sabía, era para darle emoción, o quizás para perder tiempo. Te estaré vigilando y no te dejaré en paz hasta que le des el medicamento a la madre de esta… Chica. Y, dejándolo marchar, fue como perdí todo mi mundo, y todo lo que yo había conseguido en la vida. Solo por ella.

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Mi amigo el astronauta. Autor: Alejandro García Olmo, 5ºA. Seudónimo para el certamen: El Espaciador. Erase una vez un niño de 10 años llamado Lucas. Su gran sueño era ser Astronauta de mayor, siempre que tenia algún tiempo libre lo dedicaba a leer libros del espacio o a buscar imágenes en internet sobre naves espaciales, astronautas famosos etc... .En los recreos en vez de jugar con sus amigos se ponía a leer libros del espacio,de naves espaciales etc... . El sabia de que era un trabajo muy difícil pero no perdía nunca la fe en conseguirlo. Fue creciendo y todavía estaba mas ilusionado en su sueño y hablo con sus padres y le dijo que quería ser astronauta. En principio el padre no estaba muy de acuerdo pero viendo que su hijo no hacia otra cosa relacionada con el espacio tuvo que desistir y apoyar a su hijo. Lucas era una persona adulta y consiguió entrar en la universidad, estudio física y se preparo en materia espacial. Su gran ilusión era entrar en la NASA, pero eso era una cosa muy difícil de conseguir, para ello no dejo de echar currículum cada mes así durante un gran periodo de tiempo. Un día después de venir de la biblioteca donde había estado ojeando y estudiando las ultimas misiones espaciales organizada por la NASA, el padre lo llamo y le entrego una carta, que venia de Estados Unidos. Lucas se puso muy nervioso al ver la procedencia de la carta, la abrió y empezó a leer. “Querido amigo Lucas después de tanta insistencia queremos ofrecerle una beca para que se prepare en nuestras instalaciones, he de recordarle que sera un entrenamiento intenso y duro el cual le mantendrá alejado de familiares y amigos. Le esperamos en nuestras instalaciones para empezar con su preparación” Un saludo. Lucas miro a su padre y a su madre el sabia que se tendría que separarse de ellos por una temporada pero seria por poco tiempo. Los padres al ver la cara de ilusión de su hijo se pusieron manos a la obra. Prepararon la maleta con el, fueron a comprar algunas cosillas que faltaban, etc... Llegado el día Lucas cogió un avión hasta Estados Unidos, en pocas horas se encontraba ante una gran sala que le recibió con los brazos abiertos. Allí había mas personas que como el quería ser astronautas. 21


Fue una preparación muy dura, tenían que hacer unas pruebas durisimas, y sobre todo estudiar muchísimo pero a Lucas no le importaba por cada día que pasaba veía mas cerca su gran sueño. Terminado el periodo de preparación todo estaba previsto para la graduación de los alumnos, sus padres habían venido para verle y estaban muy emocionados, no se podrían creer que su hijo algún día iría al espacio. Comenzó la ceremonia de graduación, fue muy bonita y intensa, cuando llego el momento de dar el diploma a Lucas sus padres se emocionaron mucho y estaban muy orgulloso de su hijo por haber conseguido su gran sueño. Se matriculo con Matricula de Honor y fue el primero de su promoción, lo cual le dio un puesto directo en las instalaciones de la NASA. Cuando llego a la nave gigantesca donde tenia que trabajar, se quedo con la boca abierta al ver la magnitud de aquellas instalaciones. Pronto se familiarizo con todo aquello y fue destacando de entre sus compañeros. Su entrenamiento fue duro y casi llego a pensar en retirarse, pero su gran sueño no se podría cumplir y saco fuerzas de donde pudo para terminar su duro entrenamiento. Cuando termino su entrenamiento por fin llego el gran día, se estaba preparando una misión espacial y uno de los astronautas era Lucas. Se dirigieron todos hasta la nave espacial cuando estaban dentro se quedo maravillado de lo que había en el interior, nunca había estado dentro de una nave espacial de verdad, siempre habían hechos los simulacros en cabinas, todos se sentaron en sus puestos y pusieron rumbo al espacio. Lo que vio allí no se podía describir con palabras pues todo era maravilloso y extraño a la vez. El espacio le parecía algo de otro mundo, observaron estrellas, vieron La Tierra desde otro punto de vista, hicieron salidas al espacio con los trajes espaciales, notaron en su cuerpo que no había gravedad como en la tierra y flotaban como si fueran pompas de jabón. Lucas estaba muy nervioso y emocionado, por fin se hizo realidad su sueño. Cuando regresaron tubo unos días de vacaciones y regreso a España. En casa le explico a sus padres toda la experiencia vivida y sus padres se pusieron muy contento por ver que su hijo después de tanto esfuerzo y trabajo había conseguido su gran sueño. Otro día quedo con sus amigos y se tiraron todo el día hablando de lo bonito que había sido ese viaje espacial y sus amigos veían a un Lucas muy emocionado contando sus historia. Regreso a su trabajo en Estados Unidos paso por varios departamentos y enseño a otras 22


personas a ser astronautas igual que el, no solo habĂ­a cumplido su sueĂąo, si no que hizo que otras personas cumplieran los suyos. Luego hizo otras salidas espaciales y le dedico toda una vida a sus aventuras espaciales.

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El sueño de Daniel. Autor: Antonio Rico Mota, 5ºB. Seudónimo para el certamen: Marinerito. Había una vez un niño llamado Daniel que nació discapacitado con las dos piernas lacias. Sus padres cuando se dieron cuenta de que era discapacitado no lo apreciaron y al año siguiente lo mandaron a un orfanato y se fuero. A los diez años en el orfanato hicieron una representación sobre el Cosmos y desde que Daniel vio el teatro no dejó de decir que ir a la luna era su sueño. Un año mas tarde una familia compuesta de un padre llamado Jesús, una madre llamada Celia y una niña de tres años llamada Alba lo acogieron en su casa y Daniel se sintió muy agradecido. Al cabo de un tiempo Daniel les contó a sus padres adoptivos su sueño. Sus padres le dijeron que ser astronauta y viajar

al espacio era una

responsabilidad muy grande y bastante complicada. Celia, la madre, no quiso decirle que no, ya que le hizo ilusión que a su hijo le gustara el cosmos, ella es veterinaria pero de pequeña quería ser como él, astronauta y sería muy bonito que su hijo consiguiera un sueño que también había sido el de ella. Jesús, el padre, era mecánico y a él no le parecía bien que su hijo fuera de mayor al espacio porque pensaba que era muy arriesgado y peligroso. Un día durante las vacaciones la familia fue a un zoológico, Daniel estrenaba ese día una silla de ruedas mucho mejor que la suya. Daniel se lo pasó muy bien ya que su silla nueva le permitía correr más y meterse en todos los sitios, era fantástica. El hizo muchas fotos a las jirafas, hipopótamos, cocodrilos…etc. Terminada la visita iban de regreso a su coche y a Daniel se le subió un mono a la espalda y no le soltaba. Daniel le cogió cariño y le suplicó mil veces a su madre que se lo comprara para podérselo llevar a su casa, su madre vio que ambos se llevaban muy bien y le dio su consentimiento pero le dijo que esto tenía una consecuencias: que todos los días le tendría que darle de comer, que lo tendría que lavar una vez a la semana, y que tendría que vivir en el patio. Daniel aceptó su responsabilidad encantadísimo y todos contentos se lo llevaron a casa. Daniel estaba muy feliz junto a su nuevo amigo y fue creciendo junto a su mono al que le puso de nombre Mr Cosquillas. Mr Cosquillas y Daniel se hicieron inseparables siempre lo llevaba encima, a parte el niño tenía muchos amigos y una hermanita guapísima, todos querían mucho a Mr 25


Cosquillas y se lo pasaban muy bien con él, pero todos se hicieron mayores y terminaron el instituto, así llegó el fantástico día de entrar en la universidad, su sueño cada día estaba mas cerca, empezaba la carrera de astronauta. Durante el tiempo que estuvo estudiando su carrera, vivía en un apartamento con su mono Mr Cosquillas. No necesitó compartirlo con nadie más porque su mono era el compañero perfecto, no le distraía de sus obligaciones de estudiante y al mismo tiempo se lo pasaba bien con el, le daba mucha compañía. Así fueron pasando los año y Daniel iba avanzando en la universidad, cada curso que hacía era mas interesante que el anterior y él lo aprobaba todo. Un buen día llegó el final de su carrera, había hecho los últimos exámenes y todo parecía que iba a ir muy bien, él regresó a su apartamento contento y feliz, saltando sobre su silla y abrazando a su mono, ya solo quedaban los resultados. Y los resultados llegaron eran fantásticos había conseguido ser astronauta y se fue en su coche, el cual estaba preparado para él , a su casa a darle la noticia a su familia que continuamente le habían apoyado. Sus padres estaban muy orgullosos y emocionados. Ellos le habían preparado un banquete en su honor y lo celebraron junto a todos sus amigos. Ahora solo quedaba poder viajar a la luna. Aun siendo discapacitado ingresó en la NASA, hizo una entrevista y los convenció a todos, exponiendo las cosas que era capaz de realizar aun estando en su silla. Pasaron los años preparándose para ir a la luna y llegó el día de realizar este fantástico viaje. Daniel fue seleccionado entre diez astronauta para ir al espacio y por supuesto su mono iba con él. Estaba muy contento porque no le habían puesto ningún impedimento para llevar a Mr Cosquillas. El día 5 de Junio de 2.012 estaba previsto el viaje, solo quedaban cuarenta y cinco días. Y el día llegó, toda la ciudad estaba pendiente del lanzamiento del cohete y el mundo entero lo estaba viendo a través de la televisión. Daniel estaba listo y sin mas dilación

empezó la cuenta atrás ,3 ,2,1, ignición (grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr) y el

cohete salió zumbando; Daniel parecía llevarlo muy bien y estaba feliz. De repente hubo un fallo y un motor se explotó y el cohete se desvió. Daniel perdió

el control y

pummmmmmmmmmm se estrelló. Los tripulantes de la nave espacial se quedaron inconscientes. A la mañana siguiente se despertaron y no sabían donde estaban. Daniel consultó el mapa y vió que no era la luna a donde habían llegado y que esas coordenadas no existían en su mapa, él se quedo pensando que esto solo podía ser que:

¡ habían

descubierto un nuevo planeta!. Daniel salió de la nave y al pisar el planeta se sintió muy feliz, como la comunicación 26


con la tierra estaba bien, no se había estropeado, se sabía que había llegado bien, a un planeta nuevo y por lo tanto todos estaban dando saltos de alegría, pero también había preocupación ya que tenían que regresar a la Tierra y no sabían como los iban a traer de vuelta. Al rato de estar dando vueltas por el nuevo planeta Daniel sintió que había alguien detrás de la nave, miró y cual fue su sorpresa: ¡eran extraterrestres!. Ellos eran muy parecidos a nosotros pero mucho mas avanzados, hablaban la misma lengua por lo que Daniel pudo entenderse bien con ellos, eran amables y simpáticos y se hicieron buenos amigos. Los extraterrestres vieron que tenía piernas pero que utilizaba una silla de ruedas para moverse y le preguntaron que le pasaba. Daniel le explicó su problema y ellos dijeron que eso se podía arreglar. Lo llevaron a una cueva magnética donde tenían unas máquinas nunca vistas en la Tierra. Ellos explicaron a Daniel que solo metiéndose en esa máquina se terminaría su problema. Daniel estaba un poco asustado pero los extraterrestres le dijeron que tenía que confiar en ellos. El pensó que no tenía nada que perder y que el era muy valiente y les dijo que si. Lo metieron en la máquina. Le dijeron que se abrochara el cinturón y que no tuviera miedo que sus piernas estarían perfecta en unos quince minutos, así fue, durante el tiempo que estuvo en la máquina sintió un poco de dolor pero pasado el tiempo se sintió bien, el extraterrestre abrió la máquina y le sacó de allí, Daniel se podía sentir sus piernas y se puso a llorar de la alegría , Mr Cosquillas que había estado muy intranquilo por su amigo se avalanzó hacia él y le hizo muchas caricias los dos se abrazaron fuertemente. Daniel estuvo un tiempo viviendo en el planeta con los extraterrestres y aprendió mucho de ellos pero después de ese tiempo decidió que ya era hora de volver a su casa, su problema era la nave que no podía despegar porque el motor estaba estropeado. Los extraterrestres podían leer la mente y sabían cual era la preocupación de Daniel. Ellos le dijeron que iban a arreglar la nave para que pudiera volver a la Tierra y compartir con sus amigos todo lo que había aprendido. Daniel se lo dijo a Mr Cosquillas y su mono se puso muy contento, se metió en el cohete y sacó una cámara para grabar todo para que hubiera pruebas de todo lo que ellos habían vivido. Unos meses después la nave estaba lista para volver. Llegó el día de la despedida todos se abrazaron y Daniel y Mr Cosquillas encendieron los motores de su nave, que funcionaban perfectamente y grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr pusieron rumbo a la Tierra. Después de unos días de viajar por el espacio llegaron de nuevo a la Tierra, allí lo estaban esperando, estaban todos los de la NASA, muchos periodistas y toda su familia. 27


Pero todos se llevaron una gran sorpresa porque Daniel no había dicho nada de sus piernas y todos se quedaron sorprendidos cuando lo vieron bajar de la nave andando. Lo recibieron con bandas de música y una gran celebración en su honor. Al día siguiente supo que su vida había cambiado, salía en la portada de todos los periódicos, en todas las televisiones del mundo. Se había convertido en una persona famosa. Su familia se sentía muy orgullosa, a ellos también les había cambiado todo. Daniel nunca pisó la Luna pero lo que vivió en aquel planeta superó lo que siempre había soñado, y eso lo consiguió siendo discapacitado. Por eso este cuento nos da a entender que todo el mundo si se lo propone pueden conseguir sus sueños, lo importante es aceptarse a si mismo y aprender a vivir tal y como somos con sus posibilidades y limitaciones.

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El espacio misterioso Autor: Alejandro Domínguez Rocha, 6ºA. Seudónimo para el certamen: Luke Skywalker. Cybertronik city; 6384 D.C. 12:00 a.m. Hace tiempo, Cybertronic City, la capital de la Tierra, era un punto de tránsito continuo entre distintas especies, tanto humanas como alienígenas, los coches deslizadores circulaban raudos por los raíles electromagnéticos, los trenes bala se deslizaban por sus vías, un dirigible solitario vagaba por el aire y un yate de lujo estaba dando una fiesta dentro, ajeno a lo que estaba ocurriendo en el interior del edificio más alto de la ciudad. Aquel era el edificio del Senado, en el cual tenían representación diversas especies extraterrestres aliadas de la raza humana. Allí había sitio para los embajadores de todas las razas del universo, siempre que fueran amistosas. Aquel día se habían reunido los embajadores de las razas más importantes, para debatir un asunto de vital importancia: el avistamiento de una flota alienígena desconocida e inmensa, con una especie de ciudad volante en su centro,

en los límites del universo controlado por la raza humana. El

representante militar humano, el general Trevanium, que ya había tratado con razas alienígenas belicosas en otras ocasiones, decía: -¡Tenemos que enviar nuestra flota allí a exterminarlos inmediatamente! ¡Pueden ser un peligro para la humanidad! -Sin embargo, los científicos y los estudiosos decían: -¡¿Pero está usted loco?! ¡Podría ser una raza amistosa e increíble, que nos proporcionara montones de nuevas oportunidades! Y además, si en verdad son agresivos y peligrosos, como usted teme, y no conocemos su poder, ¿podría usted decirme cómo pretende enfrentarse a una raza entera? ¿No le parece una imprudencia arremeter contra ellos sin más? -¡Grrrr...! ¡Ya sabré yo qué hacer cuando llegue el momento!, dijo el general. Mientras tanto, un miembro del Senado permanecía impertérrito en su asiento, con los dedos de las manos entrelazados. Al cabo de observar un buen rato la disputa, dijo: -Caballeros, ¿no podemos llegar a una conclusión que satisfaga a ambas partes? -dijo el 29


senador Pelinor- Yo propongo que enviemos un escuadrón de nuestras mejores naves al lugar del avistamiento y, de paso, investigar los planetas circundantes, pues aún no los hemos visitado. -Y después los freímos a tiros, ¿no? -dijo el general. -No, general, me temo que no vamos a “freírlos”, sino que también podríamos enviar algunas naves científicas para estudiar a los alienígenas. Las naves militares servirán solo de escolta preventiva para el hipotético caso de que fueran agresivos. ¿Hay alguien a quien le parezca mal esta idea, aparte del general Trevanium? -(No)- ¿Todos dan su aprobación? -(Sí)- Bien. En ese caso les puedo decir que ya me tomado la libertad de dar nombre a la misión; proyecto Meridiano, y elegir al capitán de esta expedición. Es mi mejor piloto y puedo confiarle mi vida sin temor a que me traicione. Ahora mismo viene hacia aquí, desde una misión de reconocimiento que duró seis meses. Señores, ese hombre es... En ese momento, el senador Pelinor pulsó un botón y se activó el audio en la sala, oyéndose la conversación de la sala de control de abordajes. -Aquí caza L-120 Acantius, de las fuerzas terrestres, solicito permiso para aterrizar en el aeropuerto de Cybertronik city. Código de identificación de nave: GHARS-120 - 483-ERPT -Espere un momento... Código aceptado; aterrice en el hangar número quince. En ese momento, el Senador se dirigió al pequeño micrófono situado en el atril que tenía delante, y se comunicó con el piloto: - Bienvenido, Piloto Corso, soy el senador Pelinor,

y quiero darle la bienvenida

personalmente y mostrarle mi satisfacción porque esté de vuelta sano y salvo, soldado. -Yo también. Seis meses en el espacio no pasan rápido. Después de que Corso aterrizara, se dirigió hacia el edificio en el que estaba reunido el Senado. Mientras caminaba, activó el transmisor de su muñeca derecha y dijo: -Señor, ya he desembarcado y me dirijo hacia el punto de reunión acordado. Todo sigue según lo previsto. ¿Alguna novedad? Cambio. -Aquí el senador Pelinor...Todo sigue según lo previsto...El consejo le espera...Dése prisa...Cambio y corto. // TRANSMISIÓN FINALIZADA // En ese momento, muy lejos de allí, dos alienígenas intentaban escapar de la muerte: 30


-¡Siy uhjgfk usssfgrui dfg kjirffgjkdk fjjmjfbvn! -(¡Rápido, tenemos que salir de aquí!) -¡Raeyuf hnr jukds fyhdidfu uegfhurd yhdeju yhrfyrh cfbhyej! -(¡Ya sé que tenemos que salir de aquí! ¡¿Pero cómo lo hacemos?!) -¡Sjedui fgdhs wgetfr fptyulki gbde! ¡ROYLHHHH!- (¡¡No lo sé!! ¡¡Está a punto de alcanzarme!! ¡¡Auxiliooo!! ¡¡IAAAAAAGH!!) -¡Grooooooo! ¡djfchbeuin jfhgtn keujfhdchfbv nck nck! ¡ROYLHHHH! -(¡Noooooooo! ¡Platinum dos a base; misión abortada, repito, misión abortada! ¡Gran fuerza enemiga en la

zona!

¡Platinum

uno

destruido! ¡Manden

refuerzos

ahora

mis...

No.

¡No!

¡¡IAAAAAAGH!!) //TRANSMISIÓN FINALIZADA// -Señores embajadores, tengo el placer de presentaros a mi mejor piloto, el soldado más valiente que he conocido, y del cual estoy seguro que no nos defraudará. Ese hombre es... ¡Corso el intrépido! Hubo una ronda de aplausos mientras Corso salía del ascensor. Cuando terminaron los aplausos, saludó al estilo militar y dijo: -¡Señor, estoy listo para comenzar la misión! -Tranquilo, Corso. Todavía no tienes que partir. Hay que terminar los preparativos. Partirás dentro de una semana. -¡Señor, sí señor! Solicito permiso para retirarme a mis aposentos. Llevo meses soñando con una ducha de agua real. -Concedido. Pero olvida esa habitación de alquiler en la que vives. Te he reservado una habitación de lujo en el hotel Galaxy, de cinco estrellas. -¡Señor, gracias señor! Corso se fue dejando a varios de los miembros del consejo boquiabiertos: -No me lo puedo creer; ¡Corso en persona, el piloto más famoso de la Vía Láctea! -¡El éxito de la misión está asegurado! -¡Yo invierto 30.000 créditos en el proyecto Meridiano! -¡Yo 50.000! -¡Pues yo 80.000! -La puja continuó hasta la exorbitante suma de 2.650.900 créditos; cantidad suficiente como para construir una flota entera. -Señores, dijo el senador Pelinor, agradezco enormemente su interés y apoyo a esta expedición. Si tiene éxito, les aseguro que cada uno de los que han contribuido tendrán su 31


merecida recompensa. -Hubo murmullos de aprobación- Y ahora disculpen, señores embajadores, debo irme, pues hay muchas cosas que hacer. Durante esa semana, el senador Pelinor estuvo muy ocupado haciendo los preparativos para la gran partida. Ya estaba decidido qué naves iban a ir, pero todavía había que hacer muchas cosas: cargarlas de combustible y víveres, contratar a la tripulación, etc... Por fin, llegó el gran día de la partida. Todos los pilotos se congregaron alrededor de sus naves, listos para despegar. -¡Todo el mundo a sus puestos! ¡Despegue en veinte minutos! ¡Vamos! El senador Pelinor se acercó a Corso y le dijo: -Buena suerte, amigo. Este es un listado y la ficha técnica de las naves de la expedición: El Argos, crucero de guerra principal de la expedición. Capacidad para 20.000 hombres. Dos kilómetros de largo y 560 metros de ancho. Nave armada con la mayor parte del

arsenal terrestre.

El “Ixius C-4” y el “Arconius F-5”, naves científicas equipadas con la mejor tecnología científica terrestre. No poseen ningún arma. La “Centuria”, conjunto de naves formado por el “César,” la segunda nave de guerra humana más grande que existe; “Hiperión” e “Intruder”, dos pequeñas naves de guerra, y la “Lamber,” una pequeña nave científica no tripulada, equipada con dos paneles solares gigantes y un equipo de sónar súper avanzado. Modelos de caza L-120 y G-17. Dos modelos muy versátiles equipados con armas ligeras. Solo sirven en el espacio. En la expedición vienen 200 cazas L-120 y 150 G-17. 20 armaduras de combate pesado, para luchar ya sea en tierra como en el espacio. Es una de las armas más sofisticadas que existen en la tierra. Además, aparte de la tripulación, llevaban con ellos a trescientos marines, por si había “complicaciones” por el camino.

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Tras despegar todas las naves y poner rumbo al lugar del avistamiento, los capitanes Cornelius, humano, y Nar Garzhvog, de los Frustal (una de las muchas especies alienígenas aliadas de la Tierra), se dirigieron a el comandante Corso a bordo del puente del Argos. -Comandante, con el debido respeto, ¿no cree que aunque llevamos un pequeño ejército nos estamos metiendo en la boca del lobo? ¡No tenemos ni idea de lo que esos alienígenas son capaces! -Es cierto, comandante, pues a lo peor, nada más llegar al lugar del avistamiento nos lanzan un rayo y nos fulminan a todos en un segundo. -Lo que han dicho es totalmente posible, -dijo Corso-, pero aún así debemos correr ese riesgo, pues debemos descubrir si esa nueva raza es pacífica u hostil, pues en caso de que fueran hostiles, debemos avisar a la Tierra e intentar detenerlos. Y si alguno de nosotros muere durante este viaje, lo hará con gloria y honor. Se recompensará a sus familiares y se le dará un funeral digno. ¿Alguna pregunta? ¿No? Bien. Continuemos. El viaje continuó sin novedad durante varios días, sin ningún planeta a la vista, exceptuando unos cuantos asteroides, hasta que a la “César,” la nave principal de la Centuria, se le estropeó uno de los impulsores. -¡Este retraso es inaceptable! ¿A cuantas distancia está el planeta aliado más próximo? -A diez horas de aquí, señor. -Pues que la centuria vaya allí a arreglar el problema y a repostar. Y que traigan unas hamburguesas que no sepan a moléculas sintéticas. Vuelvan lo antes posible. Al cabo de unas horas, encontraron un planeta en la lejanía. -Técnico, mire en la base de datos central y compruebe que ese planeta esté registrado. -dijo Corso-Espere un momento... No lo encuentro por ninguna parte, señor. -¿Está seguro...? Entonces es uno de los que el mando de la Tierra nos mandó que exploráramos en este sector. Que preparen treinta naves de reconocimiento ligeras y cinco barcazas de transporte equipadas con veinte marines. Yo mismo bajaré en persona en una de las naves de reconocimiento. Saldremos a las 15:00, hora universal coordinada. Mientras tanto, las demás naves pueden ir al planeta por explorar más próximo e ir investigándolo . ¡Venga, divertíos! Cuando llegó la hora, las naves se desprendieron del Argos y se dirigieron hacia el 33


planeta desconocido. -Aquí líder oro a todas las naves de reconocimiento; dividíos en grupos de dos y explorad la superficie del planeta. Las barcazas pueden esperar aquí. Estad alerta, pues no sabemos a qué nos enfrentamos. Ni siquiera sabemos si hay formas de vida en este planeta. Que uno de vosotros venga conmigo a explorar esa depresión del terreno de allí. Corso y la otra nave aterrizaron en la cara este del planeta. -Aquí líder oro. Por ahora, solo veo una especie de vegetación prehistórica, y los sensores indican que el aire es respirable. Todo en orden. Cambio y corto. -Aquí escuadrón delta. Todo en ord... ¿Eh? ¿Que es esa cosa...? ¡AH! ¡No, por favor! ¡Auxilio! ¡No! ¡No! ¡UAAAAAHHHH! \\TRANSMISIÓN FINALIZADA\\ -Aquí líder oro; escuadrón delta, contesten... ¿Qué les ha pasado...? Repito, contesten... Está bien; alguien o algo ha atacado al escuadrón delta. Que todos escuadrones vengan conmigo a explorar la zona. Y las barcazas también. ¡Vamos! -Las naves se pusieron en marcha hacia el lugar en el que desapareció el escuadrón delta. Al cabo de unos minutos llegaron a la zona de peligro. -A partir de aquí nos separaremos para buscar a las naves desaparecidas. -ordenó CorsoNos dividiremos en cinco grupos de seis naves ligeras y una barcaza. ¡Vamos, aprisa! -Las naves se dispersaron por la zona en busca de alguna pista. Al cabo de un rato de búsqueda, una de las naves vio una columna de humo en el horizonte: -Aquí nave exploradora 17, he divisado humo por el sector 14-39. Me dirijo allí a investigar. -Aquí líder oro; voy a acompañarle. Y que venga una de las barcazas. ¡Adelant...! ¡BOUUUUUUMM! -¡¡DIOS!! ¡¿QUÉ DEMONIOS HA SIDO ESO?! -¡El maldito planeta esta infest -BOUMMM- ado de piratas espaciales! ¡Larguém -BOUMMM- onos de aquí antes de que perdamos más nav -BOUMMM- es! -¡Vamos hombre, no exager... -BOUMMM- ! ¡De acuerdo! ¡Retiradaaaaaa! -¡Demasiado tarde! ¡Aquí llegan sus cruceros! ¡Vamos a morir! 34


-¡Cállese soldado! ¡Aquí no va a morir nad...! -Ni siquiera le dio tiempo de terminar la frase antes de que el reactor izquierdo de su nave volara por los aires envuelto en una nube de fuego. -¡Dios, esto está perdiendo altura muy rápido! ¡SOS! ¡SOS! ¿Me oye alguien? -Pero ya no quedaba nadie que le pudiera escuchar por la zona, pues las naves que acompañaban a Corso habían sido destruidas o capturadas por los piratas, excepto una de las barcazas, que cayó con el ala izquierda ardiendo, aunque con un poco más de velocidad de la cuenta. Ambas barcazas se estrellaron contra la superficie del planeta en lugares separados, sin que ninguno se percatara de la caída del otro. Cuando Corso abrió los ojos, no pudo distinguir nada mas allá de un palmo de sus narices, debido al humo y al fuego producido por el choque. Se levantó a duras penas del asiento chamuscado, recogió su PPG-12, (modelo estándar de pistola militar), un cuchillo y el botiquín de emergencia del compartimento de la parte de atrás de la cabina (cajón que todas las naves de la flota terrestre llevan incorporado). Salió a través del cristal roto de la cabina, pues esta se había atascado tras el impacto. Al salir y esperar a que el incendio se apagara, Corso vio el estado en el que se encontraba su nave. -Maldita sea... Ha quedado destrozada. Desde luego, no voy a poder volar en este montón de chatarra. A ver si el transmisor funciona... Como no, está estropeado -varios insultos- Vamos a ver si consigo otra nave, pues la centuria y el Argos están en otros planetas. ¡Maldita sea ¡ porque tuvo que estropearse ese maldito motor! -varios insultos más-. He de tener mucho cuidado, pues este planeta está infestado de esa escoria de piratas espaciales. -varios insultosEn otro lugar... -Ffryhegr dhew tyeys ehsfh dhjs wsjkmn iuhytf qwertyuiop. (Señor, nuestros espías han detectado que la flota de la tierra ha detenido su marcha en unos planetas de la galaxia Ravenclaw, lo suficientemente lejos de aquí como para no poder comunicarnos con ellos.) -¿snjaak? (¿Está seguro?) -egwwj eder rfgd cvh (Totalmente, señor.) -Racs. Ptf nrj ehfftdge fdge ghjkew (Bien. En ese caso tendremos que esperar...) 35


Mientras tanto, Corso seguía caminando por la selva prehistórica, en busca de algún medio por el que volver al Argos, aunque el asunto de cómo esquivar el bloqueo pirata aún estaba por resolver. Tras media hora de búsqueda, Corso se agachó detrás de unos matorrales, pues unos piratas montados en quads gravitatorios pasaban muy cerca. Mientras preparaba su arma, escuchó esta interesante conversación: -¡Venga, rápido, volvamos al cuartel! Según los informes, dos naves enemigas, una de ellas una barcaza de guerra, han caído a la superficie del planeta y puede que aún haya soldados enemigos merodeando por ahí. -Pero ya se está haciendo de noche, así que tenemos que volver rápidamente a la base antes de que oscurezca por completo, pues si no, los noctaurus nos devorarán. -No es a nosotros a quienes van a devorar, sino a esos pobres idiotas que quedan fuera. Ahora, ¡vámonos! -¿Qué serán los noctaurus? -pensó Corso- La verdad, es que no quiero averiguarlo. Corso siguió a los piratas entre la maleza durante un rato, y aunque estuvieron a punto de verle en dos ocasiones, al cabo de un rato, empezó a vislumbrar una cúpula de metal gigantesca, en la cual estaban entrando varias naves piratas. -¡Esa debe la base de los piratas! Intentaré colarme, a ver si consigo una nave -pero justo cuando estaba a punto de salir de los arbustos, empezó a escuchar gritos en la lejanía-. -Dios, deben ser los de esa nave que he oído que también cayó a la vez que yo. No puedo dejar solos a esos soldados. Iré a ayudarles, pero primero... -Corso se cortó a mitad de frase, pues uno de los piratas más rezagados se había vuelto al ver cómo se movía un poco uno de los matorrales en los que se había escondido. Corso esperó hasta que el pirata estuviera lo suficientemente cerca como para poder tocarlo. Le tapó la boca con una mano y le rebanó la garganta con el cuchillo. Lo arrastró a los arbustos y lo registró en busca de algo útil. Lo primero que hizo fue ponerse su traje. Además, el pirata llevaba un rifle de plasma con varios cargadores, una linterna y una tarjeta de identificación. -Ahora, ¡a rescatar a mis soldados! -Corso se montó en el quad y se dirigió hacia la dirección desde la que le pareció que veníanlos gritos que escuchó en la lejanía. 36


Cuando llegó, presenció un espectáculo horrible; unas horrendas criaturas de la noche estaban masacrando a los soldados supervivientes, aunque dos de ellos llevaban armaduras de combate pesado y resistían bastante bien. Las criaturas medían unos tres metros de altura. Tenían unas bocas enormes con dientes como cuchillas, garras tremendamente afiladas y expulsaban veneno por lass bocas. -¡Eh! ¡Mirad allí! ¡Es Corso! ¡Estamos salvaAAAAGH! Tuvo lugar una encarnizada batalla, en la cual perecieron muchos monstruos y marines. La tensión, la angustia y el miedo de ese momento no se puede expresar con palabras, por lo que dejo libertad al lector de imaginar ese suceso como le apetezca, aunque he de decir que la victoria final fue de los marines, sí, pero de dieciséis que eran, ahora solo quedaban cinco. A uno de ellos le faltaba una pierna, por lo que tuvo que ir en el quad. En algunas ocasiones, creyeron ver algunos noctaurus entre la maleza, pero no tuvieron más incidentes respecto a ese tema. Al acercarse a la base, Corso se acercó disfrazado de pirata. Al llegar a la entrada, pasó la tarjeta de identificación del pirata por el escáner. Las puertas se abrieron y, como era ya entrada la noche, prácticamente todos los piratas estaban durmiendo, exceptuando a unos cuantos centinelas. Al ver que no había nadie a la vista por esa zona, le indicó a su grupo que le siguiera. Fueron escondiéndose cada vez que se acercaba un centinela, porque no querían despertar a toda la base con un tiroteo. Al cabo de un rato de búsqueda, encontraron el hangar. -Esperad un momento, -dijo Corso. Se acercó a una torre de comunicaciones y, conectando a ella su emisor individual, envió este mensaje: -Aquí Corso, estamos atrapados en este planeta, y necesitamos ayuda... ¿Me recibe alguien...? Por favor contesten... Repito, estamos atrap... -Aquí la centuria. Ya estábamos de camino, siguiendo la señal de búsqueda de las dos naves supervivientes. ¡Les hemos traído las hamburguesas! ¡Preparaos para ver fuegos artificiales! Al cabo de unos instantes, se empezaron a ver explosiones y fogonazos en cielo, y varias naves piratas cayeron incendiadas. -¡Toma ya; adiós al bloqueo pirata! -¡Hurra! 37


-¡Viva! -pero con los vítores y las explosiones, la base entera se despertó. -¡Allí están! ¡A por ellos! -¡Rápido, a las naves! -dijo Corso. Se montaron en un transporte de tropas y despegaron a toda velocidad hacia el “Argos”. Cuando ya estuvieron en órbita, vieron como el “César” bombardeaba la base pirata, reduciéndola a escombros. Pocos días después de finalizado el rescate de Corso y sus hombres, la Flota se acercó al punto de encuentro con los alienígenas con mucho cuidado. Corso se dirigió a la tripulación del Argos: -Atención, por favor. Gracias. No sabemos a qué nos enfrentamos. Todos debemos tener mucho cuidado, y, en caso de ser hostiles, no debemos dar el primer disparo, ¿de acuerdo? Entonces, vamos allá. -Las dos flotas se acercaron mutuamente, y del Argos salió una capsula que enviaba mensajes de paz en trescientos doce idiomas. En ella iba Corso. Al acercarse la cápsula a la nave más grande, se abrió una compuerta. -Llegó la hora-, dijo Corso. Nada más entrar, la puerta se cerró a sus espaldas. Se abrió otra compuerta, por la que salieron tres alienígenas. Eran altos, fuertes y tenían un solo ojo. Al salir de la cápsula, los aliens empezaron a hablar en un idioma extraño. -Robot idiomático ¿qué están diciendo?, preguntó Corso -No lo sé, señor. Espere a que actualice el traductor universal... Ya está listo. -les hizo señas a los aliens para que continuaran y... -Humanos, hemos venido aquí para avisaros. Se acerca un gran peligro que amenazará a toda vuestra galaxia. El destructor de mundos, o como nosotros lo llamamos, la Sombra, destruyó nuestro mundo en un abrir y cerrar de ojos. Toda nuestra flota se enfrentó a él, pero fueron destruidas al instante. No hay resistencia posible ante él. Esta ciudad volante es todo lo que queda de nuestro mundo. Y nosotros somos los últimos miembros de nuestra especie. Debéis evacuar vuestro mundo lo antes posible, pues la sombra ya está cerca... Nosotros vamos a avisar a más planetas, pues no queremos que os pase lo que a nosotros. Buena suerte, humanos. -Mientras la cápsula volvía al Argos, Corso esta muy abatido, pues, al parecer la Tierra no tenía salvación. En su camarote, se devanaba los sesos en busca de una solución, sin resultado alguno. Pero cuando tiró una bola de papel a la papelera se le ocurrió una idea genial, aunque no era seguro que funcionara. Se dirigió al puente de mando y dijo: 38


-Técnico, cerca de aquí hay un pequeño agujero negro, ¿verdad? -Sí, señor. -¿Y a cuanta distancia podría acercarme con un caza L-120 a toda velocidad sin que me arrastre? -A tres minutos luz, señor. -Entonces, mi plan puede funcionar. ¡Atención a toda la flota! Que los cinco mejores pilotos acudan al hangar tres rápidamente. El futuro de la tierra está en juego. ¡Vamos! Un poco más tarde, en el hangar tres: -Atención, pilotos. Os he reunido aquí para emprender la misión más peligrosa que nunca se ha realizado. Según esos alienígenas, el destructor de mundos es una nave gigantesca que se acerca hacia aquí. Tengo un plan, sí, pero es muy arriesgado y puede que no de resultado. Se trata de...(y detalló el plan a sus hombres). Al cabo de unos minutos, cinco cazas G-17 y un L-120 estaban listos para partir. -Atención. Que toda la flota vuelva a la tierra en cuanto hayamos despegado y prepare la defensa, por si mi plan no funcionara. Ha sido un placer trabajar con ustedes. -Atención, despegue en 5, 4, 3, 2, 1, ¡0! ¡Ignición! -Las naves partieron hacia la Tierra, dejando atrás a cinco pequeños cazas. Al cabo de un rato, se empezó a vislumbrar algo en la lejanía. -¡Atención! ¡Ahí viene! ¡Ya conocéis el plan: que tres de vosotros atraigáis su atención y pongáis rumbo al agujero negro a toda velocidad! ¡Los otros estaremos esperándoos allí! ¡Vamos! -Las tres naves fueron hacia la Sombra, mientras que las otras tres se dirigieron hacia el agujero negro. Al cabo de un minuto, una de las tres naves volvió a toda velocidad. -¡¡Me está pisando los talones!! ¡¡Se ha cargado a las otras naves en un abrir y cerrar de ojos!! ¡¡Corred!! -las demás naves se dirigieron a toda velocidad hacia el agujero negro. Por el camino, la Sombra iba destruyendo a las naves hasta que solo quedó una, la de Corso. -Ahora depende de mí. Vamos. ¡Vamos! ¡Un poco más...! -Cuando estaba a punto de entrar en el campo de atracción del agujero negro, y la Sombra estaba a punto de alcanzarle, dio un brusco giro hacia atrás y aceleró en dirección contraria. -Si mi plan funciona, él no podrá dar la vuelta a tiempo por la inercia de su tamaño, y el agujero negro se lo tragará. 39


La Sombra empezó a dar la vuelta, pero ya había entrado en la zona de atracción del agujero negro. Y aunque parecía que iba a conseguir salir, pues la lucha fue titánica, al final la inmensa nave

cayó dentro de aquel pozo sin fondo, justo fin para la Sombra,

destructora de tantos mundos. Al principio, Corso no se podía creer que hubiera ganado, que todo hubiera terminado. Lo único que se le ocurrió decir fue: -¡¡¡YUJUUUUUU!!! En la Tierra, los festejos duraron un mes, durante el cual todo el mundo aclamó a Corso como a un héroe. Se le entregó el puesto de almirante supremo de la flota terrestre, y se dice que en el hangar de su mansión aún hay un viejo caza L-120, compañero de aventuras de nuestro buen amigo Corso, el salvador de mundos.

FIN

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El chipironiano enfermo. Autor: Bruno Gutherless Pizarro, 6ºB. Seudónimo para el certamen: Sin seudónimo. CAPÍTULO 1: LOS CHIPIRONIANOS En un planeta muy lejano llamado Chipirón existen unos extraterrestres llamados chipironianos. Mucha gente cree que los extraterrestres son todos iguales, pero eso es falso. Los hay de diversos tamaños y aspecto. Unos son más peligrosos que otros. Hay algunos más pequeños que un ratón. De este tipo, la mayoría son tan ofensivos que pueden matar. Otros son más grandes que una ballena azul. Estos son seguros para todas las especies, porque ayudan a cualquier cosa que se les pida. El protagonista de nuestra historia se llama Delta, y es de la especie de los chipis, que se caracterizan por tener el tamaño de un ser humano, de color azul marino, orejas como las nuestras y una trompa. No tienen pelo y viven como nosotros. Los chipis, a diferencia de nosotros, viajan mucho al espacio y si pasan mucho tiempo en el espacio, cogen comida y bebida para el tiempo que tengan que estar fuera. Aunque en el espacio nosotros necesitamos una comida especial y traje espacial, todos los chipironianos pueden comer comida normal en sus viajes y no necesitan trajes espaciales. CAPÍTULO 2: DELTA Y SU FAMILIA Delta es un niño chipi muy noble. Su madre, que se llama Feta, es de carácter simpático. Su padre, llamado Vojo, tiene un puesto de trabajo muy importante en la empresa de los vehículos chipis y es un poco serio. La familia tiene una nave espacial inmensa del OVSI (Objeto Volante Sí Identificado) que les regaló la empresa en la que trabaja Vojo. CAPÍTULO 3: LA ENFERMEDAD DE DELTA Un día, Delta se puso muy enfermo. Su piel se había puesto de color amarillo. Feta lo llevó al médico y éste le dijo: -La enfermedad que tiene su hijo es muy grave. -¿Qué es lo que tiene?-preguntó Feta. -Tiene la enfermedad dermatitis coloritis -contestó el médico -¿Y qué es eso? -Es una enfermedad que afecta a la piel cambiándola de color. Empieza en un color amarillo, luego cambia a naranja y finalmente a rojo. Existe un antídoto en el planeta Camarón, que es el planeta que es el más cercano a nuestro planeta en la parte más cercana al Fato, es decir, nuestra estrella. Pero el camino es muy largo y, si no encontráis la solución en una semana, el chico explotará. -¿De veras? -Sí. -Entonces no hay tiempo que perder, vámonos. -Espere, tengo algo más que decirle. Casi todos los camaronianos saben donde 41


está el antídoto y que aspecto tiene, así que pregúnteles dónde está. Eso es todo. Hasta luego. -Adiós. CAPÍTULO 4: LOS AMIGOS DE DELTA Delta tiene muchos amigos, pero entre ellos hay cuatro con los que creó un grupo, y siempre que a alguno de ellos le pasaba algo, en cuanto se enteraban, llegaban los otros cuatro e intentaban sacarlo del lío. Sus cuatro amigos se llaman: Guilo, Kote, Ñuli y Janu. En cuanto éstos se enteraron de lo de la enfermedad,que fue al día siguiente, fueron a la casa de Delta para ver cómo estaba. Todos gritaron al ver el color de la piel de Delta, pero todos quisieron ayudar a Delta. Los padres de Delta llamaron a los padres de los otros cuatro para preguntar si dejaban a los niños unirse a la aventura espacial y todos les dijeron que sí. Al oír el comentario de sus padres, los amigos se pusieron muy contentos y, una hora más tarde, ya lo tenían todo listo.

CAPÍTILO 5: COMIENZA LA AVENTURA Cuando se subieron todos a la nave, Vojo fue a ver si se dejaban algo, cogió un montón de comida y bebida y volvió con los otros. Cuando despegó la nave, llegaron rápidamente al espacio y vieron como otros planetas del Sistema Fatal, el conjunto de órbitas del Fato, se distinguían mejor, mientras otros, apenas se veían. El OVSI iba a la velocidad del sonido. Vojo, que tripulaba la nave, tuvo que hacer grandes maniobras para evitar que se estrellara la nave, porque en ese momento estaban cruzando un campo de asteroides, mientras que Feta tranquilizaba a los pequeños chipis, que estaban tan nerviosos, que se subían por las paredes, a excepción de Delta, que se había quedado dormido. -¿Y si nos estrellamos?-preguntó Ñuli. -No nos vamos a estrellar, porque Vojo, el padre de Delta, es muy buen piloto -contestó Feta. -Pero es que los asteroides son enormes -dijo Guilo. -Lo sé, pero hay que hacerlo, si es que no queréis ver estallar a Delta -añadió Feta, que acababa de esquivar el asteroide más grande que se habían encontrado en todo el viaje de ida.-Además, vamos a salir del campo de asteroides de un momento a otro. Pasada una hora, Delta se despertó y preguntó: -¿Dónde está el planeta Camarón? -Está muy lejos -contestó Vojo, que en ese preciso instante se había cambiado los papeles por Feta.-Toma, mira este mapa. Delta miró el mapa y vio que estaban muy lejos de de este planeta. Se fijó en que hay un satélite donde se identifica el tipo de cada nave espacial que pasa. Delta pensó en 42


que aquello no sería importante, porque tenían un OVSI de alta calidad y lo que hacen ahí es parar a la gente que viajen en OVNI o a la gente sin permiso de conducción por el espacio. Cuando al fin los niños se tranquilizaron, Feta, que había vuelto a cambiarse por Vojo, se los llevó a la cama, donde estos se durmieron rápidamente, y volvió al puesto de copiloto. Delta, que aún no se había acostado, observó que el planeta Chipirón, que es del tamaño de la tierra, era ahora más pequeño que un botón, pero aún no había ni rastro de Camarón. Pasada una hora, Feta se llevó a Delta a la cama, aunque este se resistió, pues quería quedarse tranquilo viendo el paisaje, pero cuando Feta le dijo que iba a dormir en un dormitorio aparte del de los demás y además tenía ventana, este se fue encantado y se fue corriendo a mirar el paisaje y vio como la nave entraba en otro campo de asteroides, pero este era mucho mucho más grande que el anterior y tenía unos asteroides mucho más grandes que los que tenía el otro y vio como dos de ellos chocaban entre sí. CAPÍTULO 6: LA ÓRBITA DE CAMARÓN A la mañana siguiente, los niños se levantaron todos a la vez, incluido Delta, y cuando se fueron a desayunar vieron que el desayuno estaba listo. Cuando terminaron de desayunar, todos se asombraron al ver a Vojo esquivar un asteroide más grande que el Everest. Feta, que estaba dormida en su silla, se despertó sobresaltada al ver a los niños y se fue directamente a desayunar. Cuando Vojo vio a los niños, este puso el sistema automático para vigilarlos y Kote preguntó: -¿Dónde estamos? -Estamos en el cinturón de asteroides de Mop -contestó Vojo. -¿Y dónde está eso?-preguntó Janu. -Está justo antes de la órbita de Camarón, pero es el campo de asteroides más grande de toda la galaxia y eso complica mucho las cosas -dijo Vojo. Entonces, la piel de Delta cambió a naranja. -Voy a poner la nave a la velocidad de la luz -añadió Vojo. Y la nave fue a una velocidad muchísimo más rápida que la anterior. Iba tan veloz, que Feta se despertó y tuvo que ir al baño a vomitar. Se sentaron cada uno en su silla y se abrocharon los cinturones. Dos horas más tarde, salieron del cinturón de Mop y entraron en la órbita de Camarón, que era muy grande, pero no tenía nada de especial. Al pasar otra hora más, ya estaban viendo el planeta Camarón y vieron que tenía un montón de satélites. Al acercarse a uno que tenía un cartel con una estrella dibujado en él, que ese es el símbolo de la policía espacial, Delta supo que era el puesto de identificación de naves espaciales. En cuanto se acercaron, la policía les paró y le dijeron a Vojo: -Carné de identidad, por favor. -Aquí -contestó Vojo. -Papeles de permiso para llevar una nave como esa. 43


-Aquí tienen. -Gracias, disculpen las molestias. Cuando entraron en Camarón, vieron que era de noche y cuando aterrizaron, se pusieron a dormir. CAPÍTULO 7: LOS CAMARONIANOS Y EL ANTÍDOTO A la mañana siguiente, Feta despertó a todo el mundo y se pusieron en marcha para buscar el antídoto. Como Vojo se conocía muchas de las especies extrachipironianas, le dijo a todos los presentes que pregunten a los camas, que se caracterizan por ser iguales a los chipis, solo que en lugar de tener la piel azul marino, la tenían de color marrón. Cuando llegaron a un pueblo de camas le preguntaron a todo el pueblo Dónde está el antídoto, hasta que alguien les dijo que está en la montaña que se ve enfrente del pueblo donde hay un agujero muy pequeño. Cuando llegaron a la montaña, a Delta se le puso la piel roja. Una hora más tarde consiguieron encontrar el antídoto, que tenía forma de cubo, y cuando Delta lo tocó, su piel volvió a su estado natural. Entonces, corrieron todos hacia la nave con el antídoto y despegaron...

FIN

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Relato ganador del VI Certamen de Relatos Cortos “Letras del Fava�

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Gea. Un viaje a la esperanza. Autora: Valeria Serrano García, 5ºB. Seudónimo para el certamen: Clea 2001. Clea miraba con intriga el cielo negro e inmenso. Notaba el frío del cristal pegado a su blanca naricita. Veía a lo lejos una masa gris y oscura hecha de cenizas. No podía imaginar que aquello fuera el planeta azul del que tanto tiempo le habían hablado sus abuelos. Pasaba horas jugando con el globo terráqueo, imaginando que podía conocer tantos sitios increíbles que ya no existían. También le gustaba mirar fotos en las que se veían paisajes enormes con miles de animales y plantas que nunca había tocado o visto. Los días en la nave se le hacían larguísimos. Su momento preferido era cuando se sentaban todos en el suelo a escuchar las aventuras de algunos de los tripulantes que les hablaba de cómo era la tierra. Había oído que había grandes masas de agua enormes a las que llamaban océanos y que había cinco en total. También le habían contado que en algunos sitios el agua saltaba por los aires y formaba bonitas cascadas. Decían que existían muchos tipos de aves e insectos que podían volar y que eran muy coloridos y llamativos. Su madre le contaba que ella también había estado allí antes de que hubieran tenido que marcharse y que había jugado en pequeños jardines verdes repletos de flores. Aunque la creía, le resultaba extraño y no podían imaginar cómo habían desaparecido aquellos gigantescos lugares. La nave era bastante pequeña y metálica. A Clea no le gustaba, pensaba que era odiosa y muy distinta a cómo debía haber sido el mar, el campo o incluso el desierto del que le hablaban. El espacio exterior era interesante y había luz en todas partes porque pasaban cerca de miles de estrellas maravillosas. Le habían contado que cerca de la Tierra había también una estrella llamada Sol, que daba luz y calor al planeta y que gracias a él podían crecer las plantas. También recorrían cinturones de meteoritos y las piedras flotantes pasaban tan cerca del cristal que casi se podían sentir cerca de la piel. Clea , que era pequeña y muy blanca sentía una gran curiosidad por aquellas cosas, pero también sentía que ella no era nada en comparación con las galaxias, los planetas, las constelaciones… Se pasaba muchas horas ojeando libros electrónicos donde aparecían estas imágenes. Su madre la observaba muchas veces desde lejos y la escuchaba suspirar o asombrarse en cada nuevo descubrimiento. Una mañana, mientras estaba detenida en una de sus hojas virtuales, su madre la cogió de la mano y recorrieron un largo pasillo que nunca había visitado antes y al que sólo podían entrar los adultos. Después de atravesar varias puertas con códigos de barras secretos para ella, se abrió una puerta estrecha y llena de una luz especial. Sintió mucho calor y sus ojos se abrieron asombrados. -Aquí los tienes, le dijo su madre. Clea se quedó sin poder hablar un buen rato. -Sólo podemos estar hasta este cristal, continuó su madre. Allí estaban muchas de las plantas que había visto en los libros y cientos de animales de todas las clases aparecían por todas partes en la lejanía. -Cuando podamos encontrar un lugar seguro para ellos aterrizaremos y los dejaremos en libertad. Clea suspiró una vez más mientras una lágrima mojaba su mejilla. -Hasta entonces deben quedarse aquí. Este será nuestro secreto. Fue el momento más emocionante del viaje y muchas veces Clea llegaba hasta la 47


puerta del largo pasillo lleno de códigos intentando poder ver de nuevo la naturaleza del planeta Tierra que se escondía secretamente en la nave. Los viajes solían ser tranquilos hasta que un día por la galaxia veinticinco ocurrió algo inesperado. No era muy tarde. Clea jugaba con sus amigos a saltar a la comba cuando se oyeron unos zumbidos en la nave a los que ellas no dieron importancia. En cambio los mayores se miraron con angustia unos a otros y permanecieron en sus posiciones sin moverse. Al cabo de poco tiempo los zumbidos se repitieron, esta vez más fuertes y también se oyeron sirenas muy fuertes que hacían resonar los tímpanos. Los mayores entonces comenzaron a llorar, a gritar y parecían muy asustados. -¿Por qué ocurre esto?, decían unos. - Nos dijeron que esta nave era segura, gritaban otros. Muchos cogieron a sus niños y los abrazaron con fuerza. Clea, sin embargo, consiguió soltarse y escaparse de sus padres. Su madre le dijo: - Clea, ¡qué haces!. No corras porque es inútil. ¡Es un agujero negro! Clea no atendió a su madre y corría lo más rápido que pudo hacia la ventana para asomarse. No entendió por qué todos se asustaban. Le parecía muy divertido. Se veía un gran círculo muy oscuro. Era como estar en una gran aspiradora que giraba y giraba. Clea rió mucho. En la parte más profunda del agujero había una luz increíble. La más potente que había visto, incluso más potente que los focos de los compartimentos. Cerró los ojos porque ya estaban muy cerca y le resultaba imposible soportarlo. Cuando los abrió de nuevo volvió a ver el mismo espacio aburrido de siempre. Todos callaban menos algunos niños que todavía seguían llorando. En aquel momento todo el mundo estaba asustado. Todo era desconocido en esta nueva dimensión. Sus vidas estaban pendientes de un hilo. La esperanza que había tenido durante todo este tiempo se iba perdiendo poco a poco. No sabía cómo iban a continuar su viaje. Hasta entonces todo había sido muy difícil, pero a partir de ahora el viaje parecía imposible. Todo estaba llegando a un final y no parecía muy feliz. Durante semanas la nave viajó por un universo desconocido, donde las estrellas eran diferentes y donde no había visto ningún planeta. La tristeza se apoderó de la nave y la sonrisa de los niños se dejó de oír. Un buen día Clea se levantó de su cama y revisó sus viejos libros, sobre el que había sido el mejor planeta de su universo y lloró por lo mal que el hombre había tratado el planeta. Cuando terminó de ver sus fotos se secó sus lágrimas y apoyó como de costumbre su naricita en el cristal. De repente se volvió de nuevo a limpiar los ojos porque no podía creer lo que veía. Una gran esfera azul llena de luz brillaba a lo lejos y gritó con todas sus fuerzas. - Es azul, es azul. Gritaba al tiempo que todas las ventanas se llenaban de personas para mirar por ellas. Allí se encontraba, una esfera de color azul como había imaginado. El capitán de la nave no tardó en anunciar el descubrimiento de este nuevo planeta. Todos reían, saltaban y aplaudían. Pasó algún tiempo hasta que pudieron comprobar que el nuevo planeta era habitable. Cuando llegó el momento de abandonar la nave todos se reunieron para hacer una promesa: cuidar del nuevo planeta como su tesoro más valioso. Prometieron que no harían más fábricas que emitieran gases, que no destruirían la Naturaleza en la que vivían los animales, que usarían energías que no contaminaran… Clea se abrazó a su madre con gran ternura y alegría. - Ahora podremos dejarlos en libertad. Dijo su madre. Clea, levantó la cabeza para preguntar: 48


-

Y podré también tocar los animales y oler las flores.

-

Claro que sí, todo será como habías imaginado y mucho mejor.

Una nueva oportunidad se presentaba para todos, por eso decidieron llamar al nuevo planeta Gea, en recuerdo de aquel primer planeta Tierra.

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Índice. • • •

Introducción Fallo del jurado Relatos finalistas ◦ Los sueños del espacio y futuro de Frida ◦ Salvados por extraños ◦ Una elección sobre el futuro ◦ Mi amigo el astronauta ◦ El sueño de Daniel ◦ El espacio misterioso ◦ El chipironiano enfermo Relato ganador del VI certamen de relatos cortos “Letras del Fava” ◦ Gea. Un viaje a la esperanza

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pág. 3. pág. 4. pág. 5. pág. 7. pág. 11. pág. 17. pág. 21. pág. 25. pág. 29. pág. 41. pág. 45. pág. 47.


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