Cuentoscortosconvalores

Page 1

CUENTOS

CORTOS

CUENTOS CON VALORES


INDICE

• • • • • • • • • • • • • •

2..........La princesa sin palacio. 3..........La ratonera. 4..........Mariposa bella. 5..........La ballena calurosa. 6..........El leopardo en su árbol. 7..........Las monedas del abuelo. 9..........La rana saltaventanas. 10........La princesa de fuego. 11........El día del silencio. 12........Famina Famosina. 13........El orejón. 14........El tigre sin color. 15........Me gusta como soy. 18........Una familia grande para un nido pequeño.

Cuentos recopilados del blog “Jessika”, http://elmundodejessika.blogspot.com .


LA PRINCESA SIN PALACIO Hubo una vez un reino en el que una antigua profecía hablaba de una princesa sin palacio. La profecía decía que una vez que aquella princesa encontrase su palacio, sería la reina más justa y sabia que hubiera existido nunca.

Aquel reino tenía una familia real que vivió en su bello palacio durante generaciones, pero muchos años después, un gran terremoto destruyó el palacio real, y en la catástrofe fallecieron el rey y la reina, dejando solas a sus dos hijas, las princesas Nora y Sabina. Tras la desgracia, Nora comprendió que ella, la hermana mayor, posiblemente fuera la reina de la que hablaba la profecía, y acompañada de la joven Sabina, dedicó todos sus esfuerzo a encontrar su nuevo palacio. En sus muchos viajes conocieron a un viejo sabio, quien les entregó una vieja llave que debería abrir las puertas del palacio. - No tengo ni idea de dónde estará el palacio- dijo el anciano-. Sólo se me ocurre que probéis la llave allá donde vayáis. Y Nora se llevó a su hermana de viaje probando aquella llave en todos los palacios que conocía. Cuando ya no quedaron palacios, pensó que igual sería alguna casa importante, pero tampoco entre ellas la encontró. Desanimada, perdió la esperanza de encontrar su palacio. Y llevaban tanto tiempo viajando y buscando, que nadie las echaba de menos; tampoco tenían dinero ni joyas, y cuando llegaron a una humilde aldea, tuvieron que dedicarse a vivir y trabajar el campo con aquellas gentes pobres y alegres, que sin saber de su realeza, las acogieron como a dos pobres huérfanas. Las hermanas vivieron algunos años en aquel lugar. Trabajaron mucho y supieron lo que eran el hambre y los problemas, pero todos las querían tanto que llegaron a sentirse muy felices, olvidando poco a poco su pasado real. Una noche, ordenando las cosas de Nora, Sabina encontró la antigua llave. Divertida, se la llevó a su hermana, quien nostálgica pensaba en el magnífico palacio que debía estar esperando en algún lugar. - Igual queda algún pequeño bosque donde haya un palacio que no conocemos- dijo Nora, con un puntito de esperanza.- Pues sabes lo que pienso -respondió la pequeña-. Que no necesito más para ser feliz. Estuvimos meses viajando solas de castillo en castillo para tener una vida de reinas, pero nunca he sido tan feliz como ahora, aunque no tengamos gran cosa. Si yo tuviera que elegir un palacio -continuó alegremente, mientras bailaba junto a la puerta- sería esta pequeña cabaña.- terminó divertida, al tiempo que con gesto solemne introducía la vieja llave en la puerta de la cabaña. Al momento, la habitación se llenó de luces y música, y de la vieja puerta comenzó a surgir un maravilloso palacio lleno de vida y color, transformando aquel lugar por completo, llenándolo de fuentes, jardines y animales que hicieron las delicias de todos en la aldea. Sólo la humilde puerta de la cabaña seguía siendo la misma, recordando así a todos cómo Sabina la Maravillosa, que así llamaron a su sabia reina, había encontrado en una vida humilde la puerta de la felicidad no sólo para ella, sino para todos los habitantes de aquel país. Pedro Pablo Sacristan

2


LA RATONERA Con gran preocupación vio el ratón que el dueño de la hacienda había comprado una ratonera: ¡había decidido matarlo! Comenzó a alertar a todos los otros animales: ¡Cuidado con la ratonera! ¡Cuidado con la ratonera! La gallina, al oír los gritos, le dijo que se callara: -Mi querido ratón, sé que para ti eso es un problema, pero a mí no me puede afectar en absoluto. Así que no armes tanto escándalo. El ratón fue a hablar con el cerdo, que, al ver su sueño interrumpido, se sintió molesto. -¡Hay una ratonera en la

casa! -Entiendo tu preocupación, y me solidarizo contigo –respondió el cerdo-. Por lo tanto, te prometo que te tendré presente en mis oraciones esta noche; más no puedo hacer por ti. Más solitario que nunca, el ratón fue a pedir ayuda a la vaca. -Mi querido ratón, ¿qué tengo yo que ver con eso? ¿Has visto alguna vez una vaca haya muerto en una ratonera? Al ver que no conseguía la solidaridad de nadie, el ratón volvió a su casa de la hacienda, se escondió en su agujero y se pasó la noche entera en vela, con miedo de que le sucediese una tragedia. Durante la madrugada se oyó un barullo: ¡la ratonera acababa de atrapar algo! La mujer del hacendado bajó a ver si había muerto el ratón. Como estaba oscuro, no vio que lo que había caído en la trampa era una serpiente venenosa. Cuando se acercó, la serpiente la mordió. El hacendado, al oír los gritos de la mujer, se levantó y la llevó inmediatamente al hospital. Allí recibió tratamiento y después volvió a casa. Sin embargo, seguía con fiebre. Como sabía que no hay mejor remedio para el enfermo que un buen caldo, el hacendado mató a la gallina. La mujer empezó a recuperarse, y como los dos eran muy queridos en la región, los vecinos acudieron a visitarlos. Ante tal demostración de cariño, el hacendado, agradecido, mató al cerdo para poder ofrecer una comida a sus amigos. Finalmente, la mujer terminó de recuperarse, pero los costes del tratamiento habían sido muy altos. El hacendado tuvo que llevar su vaca al matadero para pagar, con el dinero recaudado con la venta de la carne, todos los gastos. El ratón, testigo de todo, no dejaba de pensar: “Y bien que se lo advertí. ¿No habría sido mejor si la gallina, el cerdo y la vaca hubiese comprendido que el problema de uno de nosotros nos pone a todos en peligro? (PAULO COELHO) 3


MARIPOSA BELLA

Cuenta la historia que en un día de primavera todos los animalitos del bosque se preparaban para una gran fiesta. Todos estaban invitados y querían ponerse muy lindos; pero Bella la mariposa se creía muy superior a sus amiguitos.

Decía que no iba a ir al baile porque no tendría alguien con quien estar y que estuviera a su altura, o que fuera tan hermosa como ella, y tan inteligente.Todos los animalitos se prepararon, con adornos de flores, ramitas, sombreritos y muchos colores. Tanta dedicación se debía a que en el baile encontrarían pareja para formar sus hogares y familias. Bella, la mariposa, decía que no se iba a poner nada porque ya era muy linda. Cuándo llegó el momento todos fueron al baile y Bella para no quedarse sola también se fue. El gran salón estaba decorado con hermosas luces, guirnaldas y un gran espejo que era el centro de la fiesta. Todos bailaban contentos y se divertían. Bella encontró a un ser precioso pero que no hablaba, no pensaba, solo sonreía si ella lo hacía, y le saludaba cuando ella también lo hacía. Los animalitos comenzaron a reírse de Bella, pero ella no les hizo caso y siguió encantada con esa persona fascinante. Fueron pasando las horas y todos encontraron pareja y se iban a sus casas muy contentos. Y cuando ya no había nadie en el salón, Bella desesperada se dio cuenta de que el ser fascinante que había estado con ella toda la noche, era su propio reflejo en el gran espejo del salón. Bella llorando se dio cuenta que había estado toda la noche con un ser frío y sin vida, que era muy hermoso pero que no le podía brindar nada, y ya se había quedado sola. ¡NO SEAS COMO LA MARIPOSA BELLA, QUE POR TANTO QUERERSE SE QUEDÓ SOLO CON ELLA! MAS VALE MIRA A TU ALREDEDOR Y DISFRUTA DE TODO CON MUCHA PASIÓN. FIN 4


LA BALLENA CALUROSA Waky la ballena vivía en una pequeña laguna salada. Era la única ballena del lugar y llevaba una vida muy cómoda, así que se había vuelto un poco caprichosa. Pero un año llegó un verano de calores tan fuertes, que el agua subió su temperatura y Waky, acostumbrada a una vida tan plácida, sentía que no podría aguantar tanto calor.

Un pececillo que había pasado algún tiempo en una pecera de unos niños, le contó que los humanos utilizaban abanicos para refrescarse en verano, y la ballena ya no pudo pensar en otra cosa que en construirse un abanico. Todos le dijeron que era una exagerada, que aquellos calores pasarían rápido, pero Waky creó su enormísimo abanico, y en cuanto estuvo listo, comenzó a abanicarse... ¡pobrecillos todos! El gigante abanico sacudió tan fuertemente las aguas de la pequeña laguna, que por todas partes surgieron enormes olas que se desbordaban, y terminaron por dejar la laguna medio vacía, y a la enorme ballena en el centro, sin poder moverse, con sólo unos pocos centímetros de agua para refrescarse. "No podías aguantarte un poquito, tenías que vaciarnos la laguna", decían unos unos. "¡Impaciente!, ¡egoísta!" le gritaban otros. Pero lo peor para Waky no eran los insultos, sino que con tan poquita agua el calor sí que era insoportable. Y preparándose para morir de calor, se despidió de todos sus amigos, les pidió perdón, y les aseguró que si volviera a vivir habría aprendido a ser más fuerte y aguantar mejor las incomodidades. Pero una vez más, Waky estaba exagerando, y por supuesto que pudo aguantar aquellos días calurosos sin morirse, aunque en verdad sufrió un poquito. Y cuando las siguientes lluvias devolvieron su agua a la laguna, y el tiempo mejoró, Waky tuvo que cumplir su promesa, y demostrar a todos que había aprendido a no ser tan comodona, impaciente y caprichosa . ( Pedro Pablo Sacristan)

5


EL LEOPARDO EN SU ÁRBOL

Hubo una vez en la selva un leopardo muy nocturno. Apenas podía dormir por las noches, y tumbado sobre la rama de su precioso árbol, se dedicaba a mirar lo que ocurría en la selva durante la noche. Fue así como descubrió que en aquella selva

había un ladrón, observándole pasar cada noche a la ida con las manos vacías, y a la vuelta con los objetos robados durante sus fechorías. Unas veces eran los plátanos del señor mono, otras la peluca del león o las manchas de la cebra, y un día hasta el colmillo postizo que el gran elefante solía llevar en secreto. Pero como aquel leopardo era un tipo muy tranquilo que vivía al margen de todo el mundo, no quiso decir nada a nadie, pues la cosa no iba con él, y a decir verdad, le hacía gracia descubrir esos secretillos. Así, los animales llegaron a estar revolucionados por la presencia del sigiloso ladrón: el elefante se sentía ridículo sin su colmillo, la cebra parecía un burro blanco y no digamos el león, que ya no imponía ningún respeto estando calvo como una leona. Así estaban la mayoría de los animales, furiosos, confundidos o ridículos, pero el leopardo siguió tranquilo en su árbol, disfrutando incluso cada noche con los viajes del ladrón. Sin embargo, una noche el ladrón se tomó vacaciones, y después de esperarlo durante largo rato, el leopardo se cansó y decidió dormir un rato. Cuando despertó, se descubrió en un lugar muy distinto del que era su hogar, flotando sobre el agua, aún subido al árbol. Estaba en un pequeño lago dentro de una cueva, y a su alrededor pudo ver todos aquellos objetos que noche tras noche había visto robar... ¡el ladrón había cortado el árbol y había robado su propia casa con él dentro!. Aquello era el colmo, así que el leopardo, aprovechando que el ladrón no estaba por allí, escapó corriendo, y al momento fue a ver al resto de animales para contarles dónde guardaba sus cosas aquel ladrón... Todos alabaron al leopardo por haber descubierto al ladrón y su escondite, y permitirles recuperar sus cosas. Y resultó que al final, quien más salió perdiendo fue el leopardo, que no pudo replantar su magnífico árbol y tuvo que conformarse con uno mucho peor y en un sitio muy aburrido... y se lamentaba al recordar su indiferencia con los problemas de los demás, viendo que a la larga, por no haber hecho nada, se habían terminado convirtiendo en sus propios problemas. ( Pedro Pablo Sacristan )

6


LAS MONEDAS DEL ABUELO Julia y sus primos iban cada mes a la gran comida familiar en casa de los abuelos, y esperaban con ilusión el momento en que su abuelo les daba unas monedillas "para que se compraran cualquier cosa". Entonces todos los niños corrían a la tienda a comprar chicles, pipas o gominolas. Y como vieron abuelos, tíos y padres, que así los

niños nunca aprenderían a manejar el dinero, les propusieron una prueba especial, y que en el plazo de un año enseñasen a todos qué eran capaces de conseguir con aquellas monedillas. Algunos se propusieron ahorrar, pero Rubén y Nico, los más pequeñajos, no hicieron ni caso, y en cada visita siguieron gastando todo en golosinas. Cada semana presumían de sus dulces ante el resto de sus primos, riéndose y chinchándoles. Tanto les hicieron rabiar, que Clara y Jose dejaron su espíritu ahorrador por no aguantarles, y se unieron al grupo de los golosos que gastaban todo al momento. Moncho era un chico muy listo, y decidió empezar a manejar su dinero con cambios, comprando y vendiendo cosas, o apostando con otros chicos a los cromos. En poco tiempo sorprendió a toda la familia, porque consiguió mucho dinero con poco esfuerzo, y al ritmo que llevaba terminaría siendo casi rico. Pero Moncho apenas tenía cuidado, cada vez se metía en cosas más arriesgadas, y unos meses después se quedó sin un céntimo, tras una mala apuesta en las carreras de caballos. Alejandro demostró tener una voluntad de hierro. Ahorró y ahorró todo el dinero que le daban, deseoso de ganar el concurso, y al cabo del año pudo juntar más dinero que nadie, y con tanto dinero consiguió las golosinas mucho más baratas, así que el día de la prueba se presentó con dulces para mucho más de un año, y aún así le sobró dinero para comprarse algún juguete. Fue el ganador claro, y el resto de sus primos aprendieron de él las ventajas de saber ahorrar y esperar. Aún quedaba Julia. La pobre Julia lo pasó mal el día del concurso, porque aunque tenía un plan muy secreto y estupendo, se había gastado sus monedas sin darle tiempo a terminarlo en un año. Pero estaba tan segura de lo bueno que era su plan, que decidió seguir con él y aguantó ver cómo Alejandro resultaba ganador, y la cara de sus tíos y abuelos, que parecían decirle "qué desastre de niña, no ha sido capaz de ahorrar nada". Cuando estaba a punto de finalizar el segundo año, Julia dio una gran sorpresa a todos 7


al aparecer en casa de los abuelos con un violín y mucho dinero. Aún más impresionante fue oírla tocar, porque lo hacía realmente bien, pero lo que terminó por entusiasmar a todos fue la historia de la pequeña violinista. Todos sabían que la niña adoraba el violín, aunque en la familia no podían pagarle el instrumento ni las clases. Así que Julia, cuando conoció a un simpático y pobre violinista que tocaba en el parque, le ofreció todas las monedas que le diese su abuelo si le enseñaba a tocar. Aunque era poco dinero, el violinista aceptó encantado al ver la ilusión de la niña, y durante meses le enseñó con alegría. Julia puso tantas ganas e interés, que en poco más de un año el artista le prestó un violín para que pudieran tocar a dúo en el parque. Y tuvieron tanto éxito, que en poco tiempo Julia pudo comprar su propio violín, y aún le sobró bastante dinero. Toda la familia la ayudó desde entonces a convertirse en una famosa violinista, y contaban a cuantos conocían la historia de cómo unas monedillas bien gastadas fueron suficientes para hacer realidad los más grandes sueños de una niña. ( Pedro Pablo Sacristan )

8


LA RANA SALTAVENTANAS

Había una vez una rana que vivía en un estanque junto a un palacio abandonado, habitado de vez en cuando por alguna bruja viajera.

Un día decidió visitarlo, y de salto en salto llegó junto a una ventana que en lugar de cristales tenía una pompa de jabón. La rana, divertida, quiso explotarla de un salto, pero aquello no era jabón, sino restos de una poción mágica, y al momento se vio entrando en un sitio muy diferente. Parecía la casa de alguien muy rico: olía bien y se estaba calentito. Pero aquello duró muy poco: un perro la descubrió y a punto estuvo de atraparla. Por suerte, en tres grandes saltos la rana consiguió salir de nuevo por la ventana... para aparecer en una charca maravillosa, llena de ranas y sapos de gran belleza, con abundantes moscas, donde todos croaban felices durante horas y horas. La rana, ni bonita ni fea, sino más bien normal, no fue muy bien acogida por las presumidas habitantes de la charca, pero estaba tan a gusto que poco le importó. Vivió en aquel lugar bastantes días, pero una noche, unos cuantos sapos hartos de su vulgar aspecto, la agarraron mientras dormía, y la devolvieron a la ventana por donde había entrado. La rana despertó en una habitación oscura y estropeado, bastante fría e incómoda, donde un pobre niño la recibió con muchísima alegría, convirtiéndola desde el primer momento en su inseparable compañera. La atendía lo mejor que podía y hasta cazaba moscas para ella, pero la rana no dejaba de pensar en las comodidades de la anterior charca, y cuando el frío se hizo más intenso, y la leña se terminó, corrió una noche a la ventana y dio un gran salto en busca de ... ¡¡el Polo Norte!! La rana se sintió morir de frío, y volvió a saltar por donde había llegado. Esta vez apareció en el desierto, y cuando quiso dar marcha atrás volvió a ver las nieves del Polo. No importó cuántas veces saltó adelante y atrás: ya no apareció en ningún lugar distinto del hielo del polo o la arena del desierto. Y mientras cambiaba de uno a otro se acordaba de su buen amo, el niño pobre, y de cómo por haber sido tan desagradecida y cómoda, había acabado así, medio muerta de hambre, saltando continuamente del peor de los fríos al más abrasador de los calores. ( Pedro Pablo Sacristan)

9


LA PRINCESA DE FUEGO

Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez.

El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo: - Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro. El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante. Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola prensencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días.. ( Pedro Pablo Sacristan) 10


EL DÍA DEL SILENCIO Regal no podía oír nada. Era un niño normal en todo, pero había nacido sordo. Era muy famoso en el pueblo, y todos le trataban con mucho cariño, pero a la hora de la verdad, no le tenían muy en cuenta para muchas cosas. Los niños pensaban que podría

hacerse daño, o que no reaccionaría rápido durante un juego sin oir la pelota, y los adultos actuaban como si no fuera capaz de entenderles, casi como si hablaran con un bebé. A Regal no le gustaba mucho esto, pero mucho menos aún a su amigo Manuel, que un día decidió que aquello tenía que cambiar. Y como Manuel era el hijo del alcalde, convenció a su padre para que aquel año, en honor de Regal, dedicaran un día de las fiestas a quienes no pueden oir, y durante 24 horas todos llevaran unos tapones en los oídos con los que no se pudiera oír nada. La idea fue muy bien recibida, porque todos querían mucho a Regal, que durante las semanas previas a las fiestas tuvo que aguantar bastantes miradas de lástima y sonrisas compasivas. Y el Día del Silencio, como así lo llamaron, todos fueron a ponerse sus tapones con gran fiesta y alegría. La mañana estuvo llena de chistes, bromas y risas, pero según fueron pasando las horas, todos comenzaron a ser conscientes de las dificultades que tenían al no poder oir. Pero todo lo que aprendieron sobre lo difícil que era vivir así, no fue nada comparado con el gran descubrimiento del día: ¡Regal era un fenómeno! Como resultaba que ya nadie se fijaba en su sordera, aquel día Regal pudo jugar a todo como cualquier niño, y resultó que era buenísimo a casi todo. Y no sólo eso; Regal tenía una mente clara y ágil y aquel día como nadie tenía la prisa habitual todos pudieron atender a Regal, que era quien mejor se expresaba por gestos. Y todos quedaron sorprendidos de su inteligencia y creatividad, y su facilidad para inventar soluciones a casi cualquier problema. Y se dieron cuenta de que siempre había sido así, y que lo único que necesitaba Regal era un poco más de tiempo para expresarse bien.Así que el Día del Silencio fue el del gran descubrimiento de Regal, y de que había que dar a todos la oportunidad de demostrar lo que valían. Y para que otros aprendieran la misma lección, desde aquel día, cada vez que alguien visitaba el pueblo le recibían con gran alegría, poniéndole un gran gorro con el que no se podía oir nada. (Pedro P. Sacristan ) 11


FAMINA FAMOSINA

Famina Famosina era un niña muy popular en su colegio. Era ingeniosa y divertida, y no se llevaba mal con nadie. No era casualidad que Famina fuera popular: desde

pequeñita se esforzó en ser amable y saludar a todo el mundo, invitaba a toda la clase a su cumpleaños, y de vez en cuando llevaba regalos para todos. Era una niña muy ocupada, con tantos amigos, que casi no tenía tiempo más que para estar un ratito con cada uno, pero se sentía la niña más afortunada, sin ninguna duda era la niña con más amigos del cole y del barrio. Pero todo cambió el día que celebraron en el colegio el día del amigo. Aquel día estuvieron jugando sin parar, haciendo dibujos y regalos, y al final del día, cada uno hizo tres regalos a sus tres mejores amigos. Famina disfrutó eligiendo entre tantísimos amigos como tenía, pero cuando todos habían terminado y habían entregado sus regalos, ¡Famina era la única que no tenía ninguno!Famina se llevó un disgusto terrible, y estuvo durante horas llorando sin parar "¿cómo era posible?", "¿tanto esfuerzo para tener tantos amigos, y resulta que nadie la consideraba la mejor amiga?".Casi todos se acercaron un ratito a consolarla, pero se marchaban rápido, lo mismo que ella había hecho tantas veces. Y entonces comprendió que ella era buena amiga, compañera y conocida de mucha gente, pero no era amiga de verdad de nadie. Ella trataba de no contrariar a nadie, y hacer caso a todo el mundo, pero ahora descubría que eso no era suficiente para tener amigos de verdad. Así que cuando llegó a su casa hecha un mar de lágrimas, le preguntó a su madre dónde podía conseguir amigos de verdad.- Famina, hija respondió la madre - los amigos no son algo que se pueda comprar con una sonrisa o unas buenas palabras. Si quieres amigos y amigas de verdad, tendrás que dedicarles tiempo y cariño. Con un amigo de verdad tienes que estar siempre disponible, en las buenas y en las malas.- Pero yo quiero ser amiga de todos, ¡tengo que repartir el tiempo entre todos!- protestó Famina.-Hija, tú eres encantadora -respondió su madrepero no se puede ser amigo íntimo de todo el mundo. No hay tiempo suficiente para estar siempre dispuesto para todos, así que tus amigos de verdad sólo pueder ser unos pocos. El resto serán buenos amigos y conocidos, pero no serán amigos de verdad. Y Famina se fue decidida a cambiar para tener amigos de verdad . Y cuando estaba en la cama viendo qué podía hacer para conseguirlo, pensó en su madre: siempre estaba dispuesta a ayudarla, aguantaba todos sus disgustos y problemas, siempre le perdonaba, y la quería muchísimo... ¡ eso era justo lo que hacen los amigos!. Y sonrió de oreja a oreja, pensando que ya tenía la mejor amiga que se podía desear. (Pedro Pablo Sacristan ) 12


EL OREJÓN Era su segundo día de clases.... Henry se sentó en el primer pupitre del salón, al lado de la ventana, como le recomendó su mamá. La profesora entró en clase y les dijo "buenos días". Hoy vamos a estudiar algunos animales. Comenzaremos con el asno, ese animal tan útil a la humanidad, fuerte, de largas orejas, y "Como Henry", la interrumpió una voz que salía de atrás del salón. Muchos niños comenzaron a reír ruidosamente y miraban a Henry.¿Quién dijo eso?, preguntó la profesora, aunque sabía bien quién lo había dicho. Fue Quique, dijo una niña señalando a su lado a un pequeñín pecoso de cinco años. Niños, niños, dijo Mily con voz enérgica y poniendo cara de enojo. No deben burlarse de los demás. Eso no está bien y no lo voy a permitir en mi salón. Todos guardaron silencio, pero se oía algunas risitas. Un rato después una pelota de papel goleó la cabeza de Tomás. Al voltear no vio quién se la había lanzado y nuevamente algunos se reían de él. Decidió no hacer caso a las burlas y continuó mirando las láminas de animales que mostraba Mily. Estaba muy triste pero no lloró.

En el recreo Henry abrió su mochila y comenzó a comerse el delicioso bocadillo que su mamá le había preparado. Dos niños que estaban cerca le gritaron: "orejón, oye orejón, no comas tanto que va a salirte cola como un asno", y echaron a reír. Otros niños a su alrededor lo miraron y tocando sus propias orejas, sonreían y murmuraban. Henry entendió por primera vez, que de verdad había nacido con sus orejas un poco más grandes. "Como su abuelo Manuel", le había oído decir a su papá una vez. De pronto se escucharon gritos desde el salón de música, del cual salía mucho humo. Henry se acercó y vio a varios niños encerrados sin poder salir, pues algún niño travieso había colocado un palo de escoba en los cerrojos. A través de los vidrios se veían los rostros de los pequeños llorando, gritando y muy asustados. Dentro algo se estaba quemando y las llamas crecían. Los profesores no se habían dado cuenta del peligro, y ninguno de los niños se atrevía a hacer nada. Henry, sin dudarlo un segundo, dejó su mochila y corrió hacia la puerta del salón y a pesar del humo y del calor que salía, agarró la escoba que la trababa y la jaló con fuerza. Los niños salieron de prisa y todos se pusieron a salvo. Henry quedó como un héroe. Todos elogiaron su valor. Los niños que se habían burlado de él estaban apenados. En casa, Henry contó todo lo sucedido a su familia, por lo que todos estaban orgullosos de él. Al día siguiente, ningún niño se burló de Henry. Habían entendido que los defectos físicos eran sólo aparentes, pero en cambio el valor de Henry al salvar a sus compañeros era más valioso y digno de admirar... Autor desconocido

13


EL TIGRE SIN COLOR

Había una vez un tigre sin color. Todos sus tonos eran grises, blancos y negros. Tanto, que parecía salido de una de esas películas antiguas. Su falta de color le había hecho tan famoso, que los mejores pintores del mundo entero habían visitado su zoológico tratando de colorearlo, pero ninguno

había conseguido nada: todos los colores y pigmentos resbalaban sobre su piel. Entonces apareció Chiflus, el pintor chiflado. Era un tipo extraño que andaba por todas partes pintando alegremente con su pincel. Mejor dicho, hacía como si pintara, porque nunca mojaba su pincel, y tampoco utilizaba lienzos o papeles; sólo pintaba en el aire, y de ahí decían que estaba chiflado. Por eso les hizo tanta gracia a todos que Chiflus dijera que quería pintar al tigre gris. Al entrar en la jaula del tigre, el chiflado pintor comenzó a susurrarle a la oreja, al tiempo que movía su seco pincel arriba y abajo sobre el animal. Y sorprendiendo a todos, la piel del tigre comenzó a tomar los colores y tonos más vivos que un tigre pueda tener. Estuvo Chiflus mucho tiempo susurrando al gran animal y retocando todo su pelaje, que resultó bellísimo. Todos quisieron saber cuál era el secreto de aquel genial pintor. Chiflus explicó cómo su pincel sólo servía para pintar la vida real, que por eso no necesitaba usar colores, y que había podido pintar el tigre con una única frase que susurró a su oído continuamente: "en sólo unos días volverás a ser libre, ya lo verás". Y viendo la tristeza que causaba al tigre su encierro, y la alegría por su libertad, los responsables del zoo finalmente lo llevaron a la selva y lo liberaron, donde nunca más perdió su color. ( Pedro Sacristan ) 14


ME GUSTA COMO SOY

Había una vez, un chico que tenía el pelo color blanco, pero blancoblanquísimo, como la nieve, como la crema, como el algodón. Nació un día de sol brillante. Los papás estaban tan contentos que no dejaban de sonreír,

y a todos les comentaban emocionados, lo hermoso que era su bebé. Cuando salieron del sanatorio, los rayos de sol iluminaron la cabeza de Ezequiel, y la mamá le dijo al papá - Mirá, parece un angelito - Sí, es el bebé más lindo, del mundo- contestó radiante, el papá. Así creció Ezequiel, contento, querido y orgulloso de su pelo blanco, blanquísimo. Vivió en el campo hasta que tuvo 5 años, allí se crío jugando con los animales, alimentando a las gallinas y sus pollitos, hasta aprendió a andar en un caballito, que el papá le regaló, especialmente para él, al que le puso de nombre Petiso, y se convirtió en su mejor amigo. Una noche llena de estrellas, Ezequiel escuchó que los papás conversaban en la galería de la entrada de su casa. Se acercó despacito porque los notó preocupados, al verlo los papas le dijeron que era muy tarde y debía ir a dormir. Ezequiel quedó tan intrigado, que se escondió detrás de la puerta para escuchar. !!! Que sorpresa se llevó ¡!!!!. Los papas estaban hablando de mudarse, ¿ mudarse? ¡SÍ! Ir a vivir a otra casa, nada más y nada menos que a la ciudad, y todo el asunto era porque Ezequiel tenía que empezar a ir a la escuela, y por allí donde vivían no había ninguna cerca. ¡QUE ALEGRÍA ¡ conocer la ciudad, tener nuevos amigos, eso si que parecía divertido. Así fue que juntaron sus cosas y se mudaron a una linda casita en la ciudad que quedaba muy cerquita de una hermosa escuela con sus paredes pintadas con dibujos que habían hecho los chicos junto con las maestras. Ezequiel estaba tan entusiasmado, que no podía quedarse quieto. Fue con su mamá a comprar el abrigo y los útiles escolares, él eligió todos con la marca de su dibujo favorito. Esa noche casi no pudo dormir, de tan entusiasmado que estaba. Entonces llego el día tan esperado, ¡el primer día 15


de clases!. Ezequiel se levantó muy temprano, contento y nervioso. Se lavó la cara, los dientes y se peinó su blanco-blanquísimo pelo blanco. Ese pelo que era su marca especial en la vida, ese pelo que su mamá acariciaba todas las noches antes de que se duerma, su hermoso pelo de nieve, como le

decía su papá. Llegó a la escuela junto con sus papás, lo besaron en la entrada, y Ezequiel con paso decidido se acercó en el patio a la fila de primer grado. Allí se empezó a sentirse raro, todos los chicos lo miraban, no sólo los de su grado, de todas las filas, los grandes, los chicos, y Ezequiel no entendía porqué, quería que lo tragara la tierra. De pronto un chico se acercó y le dijo - Oye, porque tienes el pelo así?- Ezequiel, no contestó, no sabía que decir, se preguntaba -¿así cómo, lindo como la nieve?.- Ante su silencio todos lo miraron, algunos empezaron a reírse y otros a cargarlo, le gritaban: - cabeza de crema, cabeza de papel, cabeza de azúcar!! Ezequiel miró a su alrededor y de pronto, con espanto descubrió que, no había ningún chico con el pelo blanco-blanquísimo como el suyo y parecía que esto les molestaba a los chicos de la escuela. Lloró en silencio, como para adentro, ya no le gustaba la escuela, se sentía triste y quería volver a casa. La seño los saludo uno a uno con un beso y los llevó hasta el aula de primer grado. El aula era lindísima, estaba decorada con los nombres de todos los chicos, con dibujos, letras y números. Pero Ezequiel estaba tan triste que no podía ver lo linda que era su aula, solo quería llorar y salir corriendo. Se sentó solo, nadie quiso sentarse con él, porque todos pensaron que su color de pelo lo hacía un chico raro. María Luz, la seño, les dijo que iba a tomar lista, que a medida que los nombrara fueran levantándose al lado de su silla. María Luz comenzó - que se levanten los altos- los chicos desorientados se miraron – vamos, dijo la seño, levántense los altos- Los chicos se levantaron. La seño siguió diciendo, ahora los petisos, los de pelo color rojo, los que usan anteojos, los que no usan anteojos, los pálidos, los que tengan aparatos, los de pelo blanco, los de pelo marrón, los que tengan dientes chiquitos, los de dientes grandes, los que se portan bien, los que se 16


portan mal, los simpáticos, los tímidos, los charlatanes, los calladitos y así siguió con una lista interminable. Los chicos no hacían más que levantarse, sentarse y volverse a levantar, porque todos, todos, todos, se sentían nombrados varias veces. Algunos eran bajitos, charlatanes, de pelo amarillo y a veces se portaban mal. Otros eran calladitos, altos, de dientes chiquitos y simpáticos. Todos tuvieron que levantarse tantas veces que quedaron agotados. Pero faltaba lo último. María Luz dijo “ahora que se levanten los que quieran divertirse, los que quieran aprender, los que quieran hacerse amigos, los que quieran jugar, los que quieran reírse”- Se imaginan lo que pasó, ¡SIII! Se levantaron todos juntos, gritando yo, yo, yo, yo, seño. Entonces, María Luz dijo.- No importa las diferencias que tengamos, miremos que tenemos en común para así poder respetarnos y pasarlo bien todos juntos. Ezequiel, había dejado de llorar. Otra vez se sentía contento y con ganas de estar en la escuela. De pronto se acercó un chico y le preguntó si podía sentarse con él, Ezequiel le contestó que sí. De ahí en más, lo que conozco de esta historia es que Ezequiel se hizo muchos, muchos amigos, y otra cosa que me contaron, es que cuando había que actuar de Papá Noel, siempre lo elegían a él, lo que lo hacía sentirse muy, pero muy orgulloso de haber nacido con ese pelo blanco-blanquísimo... FIN... D/A....

17


UNA FAMILIA GRANDE PARA UN NIDO PEQUEÑO

Una preciosa y fría tarde de otoño, una mamá pajarita y un papá pajarito se disponían a dormir a sus dos pichones bajo sus plumas calentitas, cuando todos

escucharon a otro pajarito pequeño piando desesperadamente, de hambre y de frío. El más listo de los pichoncitos se acurrucó con su mamá mientras le decía: ¿Quién es ese que chilla tanto, mamá? Parece que no tiene nido como nosotros preguntó el mayor y más fuerte de los hijitos. Sí, - dijo el papá - se trata de un pajarito que se cayó del nido y está muy debilito y frío. Yo lo vi esta tarde cuando les traía comida a ustedes. ¿Qué podemos hacer por él? - preguntó la mamá a su familia, y agregó: - Le podríamos dar albergue y comida, si pudiéramos subirlo hasta acá. No, mamá. ¡Déjalo ahí donde está! - dijo el pajarito más listo y fuerte - que si le das comida va a querer comérsela toda, y lo traes para acá arriba, él va a querer arrimarse a ti para estar más calentito. Entonces, ¿dónde podré ponerme yo? ¿Eh?. Sí, mamá; yo quiero que se calle, así es que baja tú y dale algo de comer, pero no lo traigas para acá, que este nido es muy pequeño y no cabe nadie más. El papá pajarito, que escuchaba estas dos opiniones, de modo muy dulce se dirigió a sus dos hijos y les habló así, de esta forma que voy a contarles: - Hijitos queridos: ese pajarito perdió a sus padres y tiene hambre. Su nido fue destruido por un señor muy malo que no se dio cuenta que él había quedado vivo. Aquí vosotros estáis bien alimentados y calentitos. Yo puedo ir a buscar al niño bueno que es mi amigo y que vive en aquella casa y puedo también hacerle comprender que tome al pajarito suavemente y lo suba hasta nuestro nido. Así lo podremos alimentar y darle calor. - Eso mismo pienso yo- dijo la mamá. - Entonces, si están de acuerdo ustedes dos, que son los que mandan, por ser la mamá y el papá, ¿por qué no lo han traído ya? - dijo el pajarito más listo. - Porque yo quería que todos estuviéramos convencidos de la decisión que podríamos tomar. Debemos proteger a esa criatura que tiene frío y si viene para acá con nosotros, ¿no se dan cuenta que vamos a estar más apretaditos, y por tanto, tendremos mayor calor? ¿Y habrá comida para los tres? ¿para mi hermano, para el otro pajarito y para mí? - preguntó el más pequeño de los hijitos. ¡Claro que sí, mis tesoros! Habrá comida y calor para todos y seremos más felices por haber aliviado a una criatura que no tiene a nadie en este mundo. Y, diciendo esto, la mamá pajarita, llena de ternura, dio sendos besos a sus hijos y otro a su esposo, quien, inmediatamente voló hacia la casa de su niño amigo, dando por hecho que sus hijos estaban convencidos del bien que harían, mientras seguían escuchando los gritos de su futuro huésped, cada vez más débiles. Y cuentan que al día siguiente amanecieron todos, los tres pequeños pajaritos y sus padres, muy acurrucados en el centro del nido, llenos aún de la cena de la noche anterior y con caras de felicidad. Todavía quedaba espacio en el nido. Dra. Adania Guanche Martínez 18


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.