1ยบ BCH / LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
LA MUERTE COMO SONETO,
EL SONETO COMO MUERTE.
¿Hablar sobre la muerte? ¿Cantar sobre la muerte? ¡¡Qué cosa más complicada y más triste!! Sin embargo, escribir poesía sobre la muerte… ¡¡Todo un reto!! Nos pusimos manos a la obra enseguida: pensamos palabras, ideas, imágenes… Contamos sílabas hasta obtener 14 versos endecasílabos, los organizamos y obtuvimos sonetos. ¡¡¡Y qué sonetos!!! Sonetos de miedo, de terror, de angustia, de dolor… todos ellos expresan cómo nos hace sentir la muerte: desconcertados, confundidos, tristes, temerosos… Por eso, lo que tienes entre tus manos no es más que un pedacito de nosotros en forma de arte. ¡¡Disfrútalo!! Alumnado de 1º BHC
CADÁVER.
ACABÓ ANTES DE LO QUE
POEMA DE LA MUERTE.
LA PÉRDIDA.
Jorge Urbina
DEBÍA.
Daniel Rivarés.
Paula Fernández.
Irene Aznar Caminaba distante por las calles
Ahí estaba sola frente al dolor
Ya se acerca, callada y sigilosa.
Hablar de la muerte me han pedido.
mientras pensaba en mis problemas
Con una mente escalofriante.
Es monstruo, es impenetrable.
El corazón se nos parte de dolor.
la causa de todas mis penas
Siempre está sola, ¡qué alucinante!,
Aquel día todo era habituable
Doloroso es vivir sin su amor.
y a la vez de todos mis males.
En ese quirófano con su calor
y ahora quiero volver, ¡está rabiosa!
Sabiendo que ya lo hemos perdido.
Llegué a un abismo blanco y negro
No sabe bien cómo se arma de valor.
Temida por sí misma, nunca hermosa
Que tristeza más triste que dolido.
custodiado por un guardián tricolor
Todo aquello resultaba impactante:
nos hace concebir lo indeseable.
Solo nos queda pedir un favor:
Y nos muestra el camino habituable
Que tú, en el cielo, no tengas horror.
entre espinas y pétalos de rosa.
Y todo sea dulce y más cálido.
Explorándolo ayer, ¡Puto olvido!
La muerte es fuerte como el viento
aquellos demonios rencorosos
Y se fue con su último aliento.
siempre volviendo a lo sucedido
Polvo, soledad, olvido este es mi fin.
Cuando dicta la muerte su sentencia
Todo lo que veo está mugriento.
cuando de repente vi un resplandor y me quede inmóvil como un cedro.
Oía pero no lo entendía, me movía pero no me desplazaba,
Tijeras, bisturí, todo sangrante… El médico era todo un acosador.
Solo quería que no fuera fuerte. Ella ya subiendo al cielo estaba No había tenido una vida de suerte.
miraba, sin embargo, no veía.
Muerte, ¿por qué la has dejado inerte? Solo recuerdo que me trasladaba,
Muerte, a él era a quien le tocaba.
EL DOLOR DEL DESCANSO.
SÓLO PIENSA EN VIVIR.
MUERTE COMO VIDA.
Sara Zamora
Lucía García
Alberto Benito
o como yo por pensar que volvía
Ella se encuentra mirándose al espejo,
Viví en la muerte, y en la vida me hallo.
después de contemplar su nicho en ruinas.
viendo como su alma se marchita,
Vagando por los mares del olvido
y todo se acaba y no comienza.
como alma en pena, como un aliento frió,
Ella no quiere convertirse en polvo.
como un dulce dolor y como gran amor.
Los pétalos sentían la agonía
Y todo le lleva al sufrimiento.
Cierra los ojos y verás que veo.
inmersos en esas grises neblinas.
Así es, siente un sinsabor en la vida,
Espantosa oscuridad infinita,
como cuando estás entristecida.
atormentándome todos los días,
Alma, huesos, dolor, cielo, descanso.
en este estado en el que permanezco.
La vida que ella ama desaparece.
Falsos mitos del cielo y el infierno.
La muerte se apodera de ti,.
Donde seguiremos viviendo, será
Eso piensa cuando llega la noche.
en pocas mentes de nuestro universo.
La vida acabada por las esquinas como un río al final de su día
Mil rosas caían con sus espinas sobre la lápida en la que dormía.
El oscuro cementerio lloraba, rompiendo el silencio y la calma a la vez que su espíritu gritaba.
Aquella noche su ánima vagaba como en el bosque una perdida alma
VEN CUANDO MI ÚLTIMO SUSPIRO MARCHA.
PUEDE HABER NOCHES EN EL CIELO NEGRO.
Alejandro Bona
Javier Marín
DICEN QUE MORIR ES ALGO
SONETO ENDECASÍLABO.
HORRIBLE.
Diego Asín.
Lucía Benedicto
Puede haber noches de cielo negro, Ven cuando mi último suspiro marcha
donde el fútbol es escalofriante,
Dicen que morir es algo horrible.
Aquí estoy luchando contra la muerte,
pues ya no temo a tu negra presencia,
el campo les resultó muy agobiante,
Pero qué sabrán si no lo han vivido.
Odio desaprovechar esta vida.
que tu realidad y tu violencia
al equipo que gestiona el gran Pedro.
Lo único malo es el olvido.
Otro día más, otra bala pérdida,
Quizá ella sea también sensible.
Otro día más sin un poco de suerte.
Dicen que la muerte no es abatible.
Hambre, soledad, desnutrición, muerte…
Qué más da, si dura lo que un chasquido.
Multimillonarios y vagabundos,
Cuando naces, de muerte estás herido.
Está tan mal repartido este mundo;
Más de uno querrá ser consumido.
Dinero, fiestas, rascacielos, suerte.
Has de saber que el tiempo es un regalo.
Al final del túnel no veo la luz,
convierten la vida en inerte escarcha. Y su mejor amigo el marinero, Unos piensan que eres una mancha
en el pergamino de la existencia,
le recordó que era emocionante, que no era un partido de principiante, y que se jugaba en El Picadero.
otros te desean en su demencia... pusilánimes ante la avalancha.
Había un jugador llamado Avión, que en el club era un grandísimo mito,
Cuántas lágrimas fueron derramadas sobre tu cráneo frío como el mármol,
llevaba al equipo en el corazón.
LA ÚLTIMA VEZ.
TODOS, RECTOS, FIRMES, SOLOS, CAMINAN.
NOCHE DEL 31 DE OCTUBRE.
Olga García
Mario Izquierdo
Laura Caballero
Recuerdo la última vez que me hablaste,
Todos, rectos, firmes, solos, caminan,
tan tristemente, tartamudeando.
hacia delante, todos al destino,
Comenzó a anochecer en las ciudades
Que el tiempo te atormentaba tanto
las maquinas carentes de sentido
empezaron a sonar las campanas,
como la luna al sol para acostarse.
embriagados por honores y gloria.
se oía hablar a las ancianas de brujas, muerte, mortales, cadáveres...
La sábana comenzaba a empaparse
Sus antecesores ven sin envidia
porque lloramos un océano.
mientras descansan, inmóviles, fríos,
Marcaron las doce y en las ciudades
Cuando hay escritos mil párrafos
atentos, las penurias de sus hijos
se veían a zombies con manzanas.
de la forma en que nos abandonaste.
y se elige la próxima víctima.
Roncaban y reían con sus ganas los vecinos y sus curiosidades
Un brillante día de funeral, las hojas muertas gritan al perderte, y el negro es el color de la tormenta.
El mañana es como un sueño etéreo enterrado entre cal, inalcanzable,
Los vecinos fueron a una torre,
oculto tras el áurea puerta del cielo.
subieron escaleras y escaleras, vieron a un fantasma en su coche.
Hartos de dolor esperan que pase Los recuerdos son lo único que queda Hasta que el olvido se apodere de aquella última vez en la puesta.
finalmente, el sufrimiento eterno.
sorprendidos dijeron todos:¡corre!
La vida perdida entre barro y sangre.
El blanco fantasma llevaba medias. El cuerpo del fantasma está en la noche.
EL DOLOR DEL DESCANSO.
ME DESPIERTO EN EL
HACIA EL FINAL DEL
Sara Zamora
CEMENTERIO.
CAMINO.
Mª Pilar López La vida acabada por las esquinas
Andrea Lamuela.
como un río al final de su día
Hacia el final del camino, sin miedo
o como yo por pensar que volvía
Hacia el futuro oscuro, perdido
después de contemplar su nicho en ruinas. Me despierto en el cementerio Mil rosas caían con sus espinas
sobre la lápida en la que dormía. Los pétalos sentían la agonía
No sé que es esto ¿Acaso un sueño?
Me hallo errando por el funerario
a la vez que su espíritu gritaba.
Muerte le llaman para mi espejo reflejo del alma acabada, el sentido
Dolor y amor en cada lirio
rompiendo el silencio y la calma
Como aquella noche, aquel acuerdo.
Las hojas no cesan ¿Acaso otoño?
inmersos en esas grises neblinas.
El oscuro cementerio lloraba,
Como sentarte frente al mar rendido
Tragedia y paz en cada paño
como cada ilusión, sentimiento caído por el destino soñado de acero.
Nadie puede arreglar este daño Ni el pésame ni el honorario
El susurro del sonido sonaba. Caminar, saltar, bailar, soñar, pensar