Formando una generación educada con valores.
Por: Mis. Celia E. Galarza López
Todos los lugares cuyo fin sea la enseñanza deben fomentar los valores de una población que provocara futura transformación de un país. Sabemos que la globalización mundial nos afecta a todos y por esta razón debemos establecer modelos educativos a seguir por los ciudadanos sino seremos un garete de ideas y cosas que no tiene límites. En nuestros currículos eclesiásticos deben integrarse aquellas columnas culturales…valores teológicos que durante generaciones nos han dado estabilidad como por ejemplo modelos familiar otros. No podemos negar que hemos sido afectados por una noción multicultural mundial en donde la generación nueva no tiene moldes para desarrollar un sistema de formación dirigida hacia una persona espiritual. Es una emergencia la acción a tomar de las instituciones cristianas de enseñanza incorporar en sus currículos los asuntos nuevos que nos afectan y cómo lidiar con estos manteniendo una fe fortalecida y llena de compromiso. Cada día podamos evaluarnos y re ensenarnos de manera que seamos personas que defendamos y protejamos la herencia cristiana que tenemos. La educación es la clave para enfrentar la globalización y proteger nuestras creencias. Tenemos que despertar de la actitud durmiente de que no necesitamos re-educarnos. La iglesia pentecostal debe agarrarse como nunca del recurso educativo cuyo maestro por excelencia es Jesús y establecer la educación como una prioridad urgente para con la ayuda de Dios nuestras futuras generaciones tengan modelos apropiados para imitar. Provocaran la creencia y la adoración de un solo Dios trino el cual hemos predicado por todos los siglos. Tengamos en cuenta hombres, mujeres y todo el liderato cristiano que Dios le ha asignado la guianza del pueblo que la docencia es la transmisión del conocimiento por lo tanto tenemos que abrirnos hacia la educación de nuestras generaciones con una sana teología sino no se cumplirá la palabra bíblica: ¿Hallará fe en la tierra? Son buenas las experiencias cuando van de la mano con la enseñanza sistemática y correcta. Por décadas cometimos un error el pensar que no somos espirituales al educarnos y hoy comprendemos que es todo lo contrario. MIENTRAS MAS NOS EDUCAMOS EN LA PALABRA DE DIOS MAS COMPRENDEMOS LA TEOLOGIA DIVINA Y MAS ESPIRITUALES TRATAMOS DE SER. Necesitamos empujar las generaciones a estudiar la palabra y ha enterrarla en sus almas para que nadie se aparte de esta. La Universidad no nos puede alejar de Dios, sino que se
conviertan los profesionales en recursos llenos del espíritu santo que suplan las necesidades de nuestra sociedad y a su vez sean los ministros de fuego para la futura generación. Mantener una población
eclesiástica inocente de los cambios que trae la globalización es un riesgo. Hay que fomentar la transformación de nuestras generaciones atraves de Jesucristo. Atraer la Juventus que no conoce a Dios mediante un proceso realista de una sana educación. Decía mi padre: “Celia la mejor herencia que podemos dejarle a nuestros hijos es la educación para que nadie los cojos de bobos” Palabras de un viejo sabio que sabía que su generación pasaría y que grandes retos íbamos a enfrentar. Los estudiantes son clave para implantar su conocimiento adecuado en una sociedad que necesita ser fortalecida por la enseñanza y los valores cristianos.