6Âş Primaria
ÂżMiedo yo? Poemas para espantar al miedo
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Alrededor del fuego, los chicos cuentan, historias de miedo. Pues cuenta una leyenda que el bosque es tierra de muertos, cuyas almas vagan sin rumbo. Allí está en peligro la vida de todo el mundo. Los chicos con gran susto saltan al escuchar el búho, despavoridos corren sin rumbo. Pensando si le preguntaran si tuvieron miedo, contestaran: ¿Miedo yo? Aaron Abadía
Subo en la monta単a, cruzando el bosque. Me sigue un conejo. No tengo miedo. Voy al pico. Veo el sol. No tengo miedo, y solo estoy. Me encuentro con un oso. En el bosque estoy, Con esta fiera, 多miedo yo? Voy corriendo, con miedo estoy. Me sigue la fiera, 多ad坦nde voy?
Cristina Budurescu
Me fui hacia una tienda para comprarme un disfraz y un antifaz.
Paseando por la plaza me encontré con una calabaza, de la calabaza salió un murciélago que se convirtió en un mago.
Corriendo por una calle me choque con un esqueleto que estaba muerto, me asusté un poco... cuando vi una calavera comiéndose una pera.
De un rincón salió una bruja en su burbuja que volaba hacia su alcoba para buscar su escoba.
Me dio un ataque de risa cuando perdió su camisa. y como tantas cosas he visto
Cogí un cuchillo y empecé a comer cochinillo.
Y con esto y un vampiro yo me las piro.
Hector Ruíz
Estábamos un grupo de amigos contando anécdotas reunidos sobre fantasmas que eran la pasma.
Pero yo de los fantasmas me río, de los zombis y hombres lobo, pues me parecen un gran lío para asustar a algún bobo. Los peligros no me asustan y las emociones me gustan, sueño con grandes aventuras aunque sin cometer locuras.
Yo no tengo miedo ni al agua ni al fuego, pues ser un valiente es lo que más quiero. Iván Moliá
Todo estaba oscuro, intenté arreglarlo con un conjuro, pues un día una bruja me dejó un libro de magia cual a mi madre no le hizo mucha gracia. El conjuro no hizo efecto, así que lo intenté de nuevo y salió perfecto. Salí a la calle a jugar, pero fui a parar a un siniestro lugar, pero qué extraño, antaño era un castillo de ladrillo. Finalmente me desperté y me enteré de que todo era una pesadilla soñada en la buhardilla.
Marta Abuelo
POEMA DE MIEDO En las habitaciones oscuras del castillo, En las ventanas con cristales rotos, La sombra de los pinos, Adivinaban mi miedo. Miedo a la noche sin luna, Miedo a los ruidos de la noche, Miedo al crujir de las hojas, En una noche de otoño. ¿miedo yo? Sí, cuando cierro los ojos tengo miedo. Paula Gascón
POEMA DE MIEDO Cada día cuando anochecía el mismo ruido se oía. Yo lo buscaría, lo buscaría, pero nunca encontraría de dónde el ruido procedía. Todas las noches veía a una persona que venía, aunque nunca me atrevería a preguntarle quién sería. Me asustaba siempre que venía, porque yo no sabía qué hacía. Tocaba el timbre cuando yo no le veía, ese era el ruido que oía, cada vez que anochecía
María Pardillos
EL HADA MALVADA Había una vez una casa encantada, vivía una hada malvada. Un brujo le había embrujado, era el brujo Marujo. Castigó al hada malvada y encantó su casa. Chupaba la sangre y mataba a todos los que se acercaran a la casa. A los niños los cogía y ataba, los alimentaba y luego se los zampaba. Los muebles de la casa por la noche hablaban y los espejos lloraban. Tanta sangre había ¡Que mal olía!
Tenía la bodega con muchos huesos, ¡Que asco daba eso! Tanta sangre y restos era muy molesto. El hada malvada Decidió romper el hechizo ¡Y qué hizo! Una noche de luna llena puso veneno en una copa llena, llamó al brujo Marujo, Lo mató, se lo comió, lo enterró y se rió. Adiós Marujo. El hechizo se rompió y un hada buena salió Daniel Berges
Estaba estupefacto mirando con ansia la casa de al lado. Fui a investigar ese jueves invernal, hacía frío mientras me dirigía a la casa con brío. La casa parecía deshabitada abrí la puerta, cogí valor y entré. No se veía nada, pero por suerte tenía la linterna de la tía Estefanía. La encendí e iluminé hasta el último rincón, mientras me palpitaba fuerte el corazón. Todo parecía normal hasta que… ¡Se cerró la puerta con un golpe fantasmal!. Estaba atrapado, empezaba a oír ruidos extraños, todo parecía un engaño. No me quedo más remedio que estrujarme el cerebro como nunca antes lo había hecho.
Tras un rato vi la luz eché la puerta abajo con un gran trozo de madera que encontré allí camuflado. Después de oír este relato mis amigos me preguntan con entusiasmo: - ¿Tuviste miedo Jorge? Y yo les digo: -¿Miedo yo?.
Jorge Villalba
Invitado a una cena estaba y qué miedo daba. Llegué tarde, cansado y en un rincón me quedé asustado. De repente, vi pasar un gato negro y en sus largas garras llevaba una curiosa estrella dorada. Yo me sentí asfixiado cuando el gato vino a mí maullando. Entre mis pies y el suelo dejo su estrella dorada me agaché y la toqué. La estrella me tiraba y yo asombrado me dejaba. Llegué a un mundo extraño Y sin darme cuenta había pasado un año. Me pareció tan raro y oí, ¿has tenido miedo? Contesté: - ¿Miedo yo? No. Ismael Monsegur
Un día me levanté yo, y vi una calabaza, que tenía en la mano una maza. Más tarde un zombi llegó acompañado de otro muerto, y vio mi huerto. A continuación llegó un fantasma, que me preguntó con mucha calma, ¿no tendrás por ahí una cama? Al día siguiente vino una bruja, ¡ahí va! Se me ha olvidado el piruja. Un esqueleto también llegó, y un esqueleto me regaló. ¡Al fin el día de todos los muertos terminó, y ahora tengo miedo yo. Jorge Adán
Érase una vez en un pueblecito lejano, una niña que vivía en un sótano. Un día salió y con el miedo se encontró pues, unas voces, ella escuchó. De repente, unas sombras se vislumbraban, pero ella de gritar no paraba. Una solución quiso encontrar, sin saber lo que le podía pasar. Aunque no era nadie sino su madre, preparando una cena delirante. Un niño a ella: - ¿Has tenido miedo?- preguntó -¿Miedo yo?- La chica contestó
Elena Hernández
EL AGUJERO NEGRO Había unos niños tan felices, que siempre comían perdices. Pero la atrocidad les llegó, porque un espectro al espacio les llevó. Era enorme la Tierra, que parecía un campo de guerra. Vieron un agujero negro, que se los intentó tragar como si fueran carneros. Al final, volvieron a la Tierra y les preguntaron: ¿Habéis tenido miedo? Ellos, contestaron sin temblar: -¿Miedo yo? Ni hablar. Rodrigo García
La noche de hallowen Silvia estaba en el cementerio visitando a sus padres difuntos. De repente oyó un ruido como si fueran unos pasos, que se acercaban hacia ella. Vio una sombra, pero era la sombra de un árbol con un búho. Y entonces se dejo llevar por el miedo, y empezó a ver cosas que no sucedían. Empezó a ver como las personas salían de sus tumbas, se pusieron a bailar al son de una música romántica, que se oía de fondo, se les veía sonrientes y felices. Un joven se le acercó y le invito a bailar. Y ella pensaba: ¿Es posible que este bailando con un muerto? Pero todo parecía tan real que no sentía miedo de repente dejó de sonar la música y todos empezaron a entrar en sus tumbas. Porque su amigo Jorge le preguntó: ¿ Tienes miedo ? y ella contestó: ¿Miedo yo? ¡No! Sara Arbal
Su gato en el pueblo se escapó, ¡Qué disgusto se llevó! Se decidió, y a buscarlo se largó. Fue a la Fuente Vieja, y a la Fuente Nueva también Oyó un zumbido, ¿o tal vez fue un rugido? Fuera como fuere se asustó y al río, de cabeza, se cayó. ¡Y al final era su gato! Pero de puro terror se ahogó. Y desde el más allá susurró ¿Miedo yo? Shravni Turón
¿Miedo yo? Yo no tengo miedo a los vampiros, ni a las brujas, ni a monstruos enfadados, que tienen agujas.
No tengo miedo de ir a un bosque embrujado, no creo que aparezca ningún fantasma malvado.
No tengo miedo a nada, no me creo historias raras, para mi no existe el terror, es solo un cuento chino, que me he inventado yo.
Sofía Quintana