Michel Lagravere “Michelito” Niño Torero Mexicano
NIÑOS TOREROS REPORTE MÉXICO, 2014
Síntesis de la Información En el proceso de investigación se han logrado identificar cuarenta y cinco escuelas, academias o centros de formación taurinos asentados en diferentes puntos del territorio mexicano. De entre ellas, las más prestigiadas y activas son las afiliadas a la Federación Mexicana de Escuelas Taurinas, A.C. (FEMET), instancia que facilita, promueve y organiza festivales, encuentros taurinos e intercambios entre ellas y entre ellas con escuelas extranjeras. Estas cuarenta y cinco escuelas se ubican en el Distrito Federal y en dieciseis de las treinta y un entidades federativas que conforman el Estado Mexicano. Es sintomático que -salvo los Estados de Coahuila, Michoacán, San Luis Potosí y Zacatecas que cuentan con varias escuelas taurinas o con algunas de las más desarrolladas- las más organizadas y mejor financiadas se localizan en los estados cuyos gobiernos han declarado la tauromaquia como “patrimonio cultural intangible”, nos refierimos a Aguascalientes, Hidalgo, Querétaro y Tlaxcala. Al margen queda el Estado de Guanajuato que recientemente (mayo 2013) ha realizado esta declaratoria y apenas cuenta con un par de escuelas poco organizadas y reconocidas. Por el contrario, no ha sido posible identificar escuelas taurinas en los estados de Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Guerrero, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Veracrúz aunque ello no supone su inexistencia. Por otro lado, de las cerca de trescientas plazas de toros que existen en México, sólo cincuenta están consideradas de primera categoría mientras el resto son pequeñas plazas fijas o portátlies con capacidad para menos de cinco mil espectadores. Del mismo modo y debido a la práctica de la charrería1 -el deporte nacional por excelencia en México- existen además múltiples arenas, lienzos y cortijos charros donde también es posible la enseñanza y la práctica de la tauromaquia. Muchos de estos espacios suelen fungir -a veces improvisadamente- como sede de escuelas taurinas gestionadas por matadores en retiro, aficionados prácticos o peñas taurinas. Así, más allá de las presentadas en este documento, virtualmente existen escuelas taurinas más o menos formales en cada lugar en donde la infraestructura hace posible la práctica de la tauromaquia o la charrería. 2 En estos espacios se llegan a desarrollar aproximadamente ochocientos cincuenta festejos3 anuales mayores y menores (corridas, novilladas y festivales) cuya reglamentación es facultad de cada ayuntamiento municipial. De acuerdo con esta lógica el 96.69% de los 2,445 municipios en México permiten la actuación de
1 La charrería es la práctica de la equitación a la usanza nacional y de las diversas formas de jaripeo. Todas las suertes charras que se practican en la actualidad tuvieron su origen en el campo, con las tareas de domesticación y crianza de ganado, en http://www.asociacionnacionaldecharros.com/blog/?page_id=14 2 Desde el punto de vista de la seguridad de los participantes, esta realidad es relevante toda vez que, al no existir prácticas académicas ni infraestructuras más o menos homogeneizadas para hacer frente a los “accidentes” propios de la tauromaquia, se coloca en una posición de vulnerabilidad permanente a quienes la practican, marcadamente a los niños toreros. 3 Luis, Niño de Rivera (Ex matador de novillos, banquero y cronista taurino mexicano) en “La Fiesta de los Toros: un derecho de minorías”, 28 de abril del 2012, en Siempre! http://www.siempre.com.mx/2012/04/la-fiesta-de-los-toros-un-derecho-de-minorias/
niños toreros y el acceso de menores de edad4 a espectáculos taurinos en donde la venta y el consumo de alcohol es una constante. De hecho, muchos de los principales patrocinadores y anunciantes en estos festejos suelen ser empresas relacionadas con ese giro. Es importante señalar que los festejos que recoje esta investigación no constituyen el universio entero de los espacios en los cuales los niños pueden llevar a cabo la práctica de la tauromaquia o asistir como espectadores, antes al contrario. Es una pequeña muestra de la variedad de espectáculos en los que ellos participan. Lo mismo encontramos festejos a beneficio, fiestas privadas o eventos “académicos”, que corridas de toros y novilladas en los que los niños actuan (compiten) junto a matadores de toros adultos. En este sentido, la investigación que aquí presentamos da cuenta de un total de 254 niños y niñas toreras que entre los años 2008 – 2013 han tenido más o menos actuaciones en el territorio nacional. De ellos, 70 niños han sido los más regulares dejando de actuar esporádicamente sólo por haber sufrido algún accidente o porque realizan estancias académicas taurinas en otros países. Igualmente, como suele suceder en México con otros fenómenos, la investigación da cuenta de la presencia y actuación de niños toreros extranjeros provenientes de países como Colombia, Costa Rica, España, Francia, Perú y Venezuela, algunos de los cuales aprovechan -a diferencia de lo que ocurre en sus propios países- la corrupción de las autoridades y la facilidad de que suele haber para la tauromaquia infantil. De entre todos los niños toreros, destaca el paradigmático caso de Michel Lagravere “Michelito”, 5 matador de toros desde los 14 años y quien en los últimos dos años se ha ubicado en la cúspide del escalafón taurino mexicano al actuar más que cualquier otro torero adulto con quienes suele alternar en corridas y festivales taurinos. Al mismo tiempo, al margen de los festejos taurinos propiamente dichos (corridas de toros, novilladas o festivales taurinos), en México existen incontables “festejos populares o tradicionales” de carácter violento que en muchas ciudades o pueblos del país implican la participación/utilización (con sus variantes) de reses vacunas y que en general son accesibles para niños y niñas. Un aspecto relevante que arroja la investigación es que cada vez más, muchas de las escuelas o centros de formación taurinos están vinculados a centros de poder económico y político como las ganaderías, las empresas promotoras de espectáculos taurinos, los medios de comunicación y los gobiernos estatales y municipales que operan -a veces en conjunto- con el ánimo de asegurar el surgimiento de nuevos toreros y/o aficionados para garantizar la reproducción del negocio que supone la tauromaquia. Esta relación entre capital y poder político podría explicar la persistencia del fenómeno de la tauromaquia infantil en México.
4 El excepcional 3.31% lo constituyen ochenta y un municipios ya sea porque han prohibido esta práctica en su totalidad o porque han prohibido el acceso de menores de 14 años a corridas de toros o espectáculos taurinos análogos. Nos referimos a los 72 municipios del Estado de Sonora, así como a las ciudades de Veracruz, Xalapa, Fortín de las Flores, Teocelo y Boca de Río en el Estado de Veracrúz, Durango en el Estado de Durango y Tangancicuaro en el Estado de Michoacán donde estas prácticas han sido abolidas y a las ciudades de Tijuana en Baja California y León en Guanajuato donde el acceso ha sido regulado. 5 Michelito es hijo del matador en retiro francés Michel Lagravere y la empresaria taurina Diana Peniche quienes fungen como su entrenador y promotora respectivamente.
En general, esta relación parece haber debilitado tanto la voluntad como la capacidad de las autoridades de responder, a través de la aplicación e implementación de la robusta legislación de protección a la infancia en México, a la creciente exigencia de la sociedad que reivindica más espacios libres de violencia para los niños y niñas en nuestro país.
Gustavo Lozano León, Guanajuato, México Marzo 2014
Sobre el responsable de la investigación Gustavo Lozano es originario de la ciudad de León, Guanajuato, donde actualmente vive y trabaja. Abogado de formación, se dedica al activismo social y político. En el centro de sus preocupaciones está la defensa de los bienes comunes naturales y los derechos humanos de las personas afectadas por el modelo de desarrollo económico, social y político dominante. De manera particular ha trabajado en contra del especismo (discriminación de los intereses de los animales por parte de los seres humanos) desde la Fundación Animare, una organización animalista que lucha por el reconocimiento de los derechos de los animales no humanos. En los últimos dos años ha acompañado procesos comunitarios de resistencia en defensa del territorio vinculados a la construcción de megaproyectos como presas y minas. Actualmente es candidato a Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Barcelona y sus áreas de investigación principales van desde la ecología política hasta los movimientos sociales por conflictos ambientales. En la Universidad Iberoamericana León imparte el curso de Análisis Social y Económico de México y forma parte de la Comunidad de Investigación sobre Política, gobierno y ciudadanía.