Quienes trabajan en proyectos sociales dentro de un contexto de conflicto armado como el colombiano, saben que cualquier tipo de asistencia o intervención que realicen influencia el contexto y por ende al conflicto. Como analizamos en módulos anteriores, Mary Anderson en su libro “Do no Harm” señala que si bien las agencias que prestan ayuda humanitaria se definen a sí mismas como neutrales, sus acciones afectan la dinámica del conflicto y en especial a la población civil (1999). Nuestra intervención, ya sea en la forma de un taller de capacitación, un proceso de diálogo, asistencia psicosocial, o proporcionar ayuda humanitaria de emergencia como alimentos y medicinas, tienen el potencial de reducir las tensiones y empoderar a la comunidad para desarrollar soluciones sostenibles hacia la paz.