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Despertar en Asbury
by Calacoaya
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Estamos viviendo un momento histórico en la Universidad de Asbury. Desde nuestro servicio de capilla programado regularmente el 8 de febrero, vimos innumerables expresiones y demostraciones de confesión, consagración y entrega a Dios”, manifestó una estudiante. “somos testigos de lo que las Escrituras describen como el Fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, generosidad, fidelidad, mansedumbre y templanza”, recalcó.
Parecía una jornada habitual en la Universidad de Asbury, en Kentucky, Estados Unidos. Como cada mañana de miércoles, la capilla acogía el culto semanal. Esa reunión, sin embargo, no terminó en su hora planeada.
Cómo comenzó
El miércoles por la mañana tomó la palabra uno de los pastores, Zach Meerkreebs, para exponer sobre Romanos 12:9-21, un mensaje sencillo de 25 minutos que se centró en el llamado lo expuesto por el apóstol Pablo. El predicador invitaba a los presentes a reconsiderar el amor, una palabra tan manoseada en la cultura actual, para recuperar su sentido bíblico, que implica mucho más que una emoción.
Durante la enseñanza, enfatizó la necesidad de que el Espíritu Santo sea quien produzca este fruto en el creyente. “Nos sentimos hipócritas, dolidos al darnos cuenta que no damos la talla. Espíritu Santo, muévete, sánanos, muéstranos tu verdadero amor”, oraba Meerkrebs.
“No puedes amar hasta que eres amado por Dios. Deja de esforzarte o de llevar esta carga. Descansa en Jesús para recibir su amor y que de esta forma puedas hacerlo a otros”, decía el pastor.
“En la medida que experimentes el abrazo amoroso de Dios, podrás perdonar y amar a otros. Necesitamos de esto en nuestro país, Jesús, reavívanos por tu amor”.
Oración, lágrimas, gozo y comunión
“Tras terminar el mensaje, muchos siguieron cantando, orando. Profesores y estudiantes comenzaron a sentir “que ocurría algo especial”. Así lo cuenta Alexandra Presta, quien documentó todo este mover el Espíritu Santo desde el primer día.
El avivamiento se comparó al que cambió la cultura en la misma universidad en 1970, pero esta vez hay algo diferente. El nuevo despertar de oración y alabanza ininterrumpidas contó con los medios sociales como un poderoso aliado, y eso no ocurrió en anteriores avivamientos históricos en el campus.