ELORZA O EL VIENTO
Colección Monografías El pueblo es la historia
A 200 AÑOS DE LA INDEPENDENCIA, LA REVOLUCIÓN CONTINÚA
Oldman Botello
ELORZA O EL VIENTO El paralelo siete
Caracas, 2009
Colección Monografías El pueblo es la historia Comisión Editorial Arístides Medina Rubio Pedro Enrique Calzadilla Luis Felipe Pellicer Asistente Editorial Joselin Gómez Correctora Yanuva León Diagramación Orión Hernández Diseño de portada Aarón Lares Imagen de portada Llaneros, Archivo Audiovisual, Biblioteca Nacional Equipo de apoyo Freisy González Impresión Printanet, C.A. Elorza o el viento. El paralelo siete. Primera edición: Fundación Centro Nacional de Historia, Caracas, 2009 Fundación Centro Nacional de Historia.- Editor Final Av. Panteón, Foro Libertador, Edificio Archivo General de la Nación P.B. Caracas – Venezuela centronacionaldehistoria@gmail.com Depósito Legal: If22820099004032 ISBN: 978-980-7248-16-7 Impreso en la República Bolivariana de Venezuela
Índice General
Introducción........................................................................................................7 Capítulo I Aspectos geográficos y político-administrativos....................................9 Capítulo II Poblamiento en el siglo xviii. Primeros hatos y latifundistas. Formación de Elorza y el viento en el siglo xix..............................13 Hateros en los siglos XVIII y XIX................................................................16 La raya de Agustín Codazzi, el Laudo de 1891 y el Árbitro Suizo............21 Acontecer republicano.....................................................................................23 El Paso del Viento o Paso Morinero..............................................................25 La peregrinación paecista por el Paso del Viento........................................25 El Viento era de aquí y de allá.........................................................................26 El nacimiento del pueblo del lado venezolano.............................................27 Elorza “en memoria de los bravos campeones de la libertad”..................28 “Insignificante como es”..................................................................................33 El cobro de peaje en el Paso del Arauca.......................................................34 Elorza y El Viento fundidos en uno solo......................................................35 El general Tovar García y la primera Guarnición........................................42 La frontera elorzana: parte sin novedad........................................................45
Capítulo III Los mil y un asaltos a Elorza y El Viento. Maisanta y Arévalo Cedeño. El diablo de Baudilio Escalona........................47 Un eterno hostigar . .........................................................................................47 Asaltos e invasiones a Elorza desde 1899 ....................................................51 El bandido Baudilio Escalona y sus depredaciones ...................................56 Queman a Elorza y El Viento por un asunto personal .............................61 Últimos combates en la jurisdicción de Elorza ...........................................62 Arévalo Cedeño aniquilado en El Caribe .....................................................63 Actividad económica en Elorza en el siglo XX y comienzos del XXI ........................................................................................................65 Elorza contemporánea ....................................................................................67 Capítulo IV Algunas familias de Elorza ........................................................................71 Archila.................................................................................................................71 Borjas..................................................................................................................73 Calzadilla.............................................................................................................75 Estrada................................................................................................................75 Gilly.....................................................................................................................78 Guerrero.............................................................................................................80 Hurtado..............................................................................................................85 Lavado.................................................................................................................85 Lavado-Castillo..................................................................................................88 Obregón.............................................................................................................90 Tarifa...................................................................................................................93 Otros apellidos elorzanos................................................................................93 Fuentes consultadas......................................................................................95
Introducción
Elorza para quien escribe estas notas era un sueño brumoso, desvaído. Algo remoto que escuchaba de labios de sus mayores. El Viento lo llamaban porque así era su nombre en la inmensidad de la sabana araucana hasta 1924 cuando se fundieron en uno solo Elorza la venezolana, más nueva, y El Viento colombiano, más antiguo, en el Paso Morinero o Paso del Viento, que conducía al hato El Congrio, topónimos del primer tiempo. Luego Elorza fue una realidad. Allí estaba, no como la imaginamos porque a gotas fue llegando algo del llamado progreso. Y mire que después cómo hemos llevado gente a contemplar el paisaje elorzano al norte del Arauca y del otro lado hasta las sabanas de El Caribe que canta un hijo del pueblo, Jorge Guerrero. Es el confín suroeste de Venezuela en las cercanías de la mítica y legendaria frontera llanera. Paralelo siete nos recuerda el profesor Roberto Carlos Guédez. El séptimo paralelo que llevó a película don José Natalio Estrada Torres, figura representativa y señera de ese Apure que ya se fue. Paradigma del llanero. La Elorza que recorrimos con uno de sus más cumplidos cronistas, el profesor Jesús Freddy Jiménez a quien el egoísmo y el sectarismo no quisieron elevar al rango de cronista oficial del pueblo. Emocionado, sitio a sitio nos fue dictando la ubicación de los topónimos que ocupaban nuestra atención cuando elaborábamos el libro sobre las acciones guerrilleras del legendario Maisanta. Freddy Jiménez ya no está entre nosotros pues cruel enfermedad truncó muy joven su vida de
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joven maestro. Quedaron sin vida sus recuerdos y sus notas sobre Elorza que habría podido escribir con criterio de profesional de las Ciencias Sociales. En estas páginas corre inserta la historia elemental de Elorza, la grande. La pequeña, la microhistoria la elaborarán sus hijos. La historia grande, los orígenes del pequeño pueblo altoapureño no está en los archivos del pueblo sino en Caracas, en Bogotá, San Fernando o Guasdualito. Es muy poco lo que allí se consigue salvo la importante información de sus pobladores. Tengo que agradecer la magnífica colaboración que nos han prestado para este libro muchos elorzanos: Lobelia Obregón de Castañeda, José y Jesús Torres, Emma Guerrero de Álvarez y el profesor Roberto Carlos Guédez, de las nuevas generaciones, desvelado por su pueblo y quien nos facilitó materiales documentales y fotográficos para este libro. El libro es producto de la pasión por el llano apureño que nos sembraron nuestros mayores. Una contribución particular al conocimiento del origen de ese pueblo, como de otros de Apure y Guárico que hemos escrito anteriormente. Varios años tenía inédito el libro sin que haya surgido en aquellas tierras una mano extendida que se motivara a publicarlo. Pero insistimos y aquí lo tiene el lector gracias al Centro Nacional de Historia y a la mano amiga de su presidente el profesor Arístides Medina Rubio, cultor y auspiciador de la historia regional y local desde las aulas universitarias, el taller para profesionales o en sus conferencias notorias por el territorio nacional. A todos ellos va nuestro cordial agradecimiento. ¡Va por Elorza! Maracay, julio de 2008 Oldman Botello
Capítulo I Aspectos geográficos y político-administrativos
Elorza es la capital del municipio Rómulo Gallegos, en el territorio denominado Alto Apure, en el estado del mismo nombre y situada en la ribera derecha del río Arauca. Al sur de la población pasa el séptimo paralelo. Hasta 1924 la población de Elorza fue el límite con Colombia y a su lado, confundiéndose una con otra se encontraba el poblado colombiano de El Viento, con el cual se refundió en una sola comunidad en dicho año, en razón del acuerdo limítrofe con la vecina república. Posición astronómica: Latitud: 07° 03’ 48’’ Longitud: 69° 30’ 18’’ Superficie: 10.298 Km2 Altura: 90,74 msn/m (en la plaza Bolívar); 89,84 msn/m en el aeropuerto. Clima: 27,5° C. El territorio elorzano es del llamado clima tropical de sabana.
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Límites: Los límites del municipio son los mismos que estableció el decreto de la Asamblea Legislativa del estado Apure al crear el antiguo distrito Rómulo Gallegos en 1964: Norte: Con el municipio Páez, por el río Buría, a partir de un punto donde confluye este río con el caño Calabocito; de allí, siguiendo aguas abajo por el río Buría, hasta la desembocadura de éste en el río Caicara y de este punto, colindando con el municipio Muñoz, se sigue en línea recta en sentido suroeste hasta llegar al hito del paso Santa Elena en el río Orichuna, sigue el lindero por este río, aguas abajo, pasando por el sitio donde nace el caño Gerónimo y continuando en línea recta en sentido sureste hasta la desembocadura del Caño de Agua en el río Arauca, siguiendo aguas abajo por éste, hasta la desembocadura del caño Mataparito en este río. Sur: Limita con el municipio Pedro Camejo, por el río Cinaruco, desde la desembocadura del caño Caga Ligero en este río y de allí se sigue aguas arriba por el río Cinaruco hasta el hito XI del límite internacional con la República de Colombia. Este: Limita con el municipio Achaguas, desde la boca de Mataparito, en línea recta con rumbo sureste que pasa por el margen izquierdo del río Cunaviche, donde existe un hito y desde aquí en línea recta con el mismo sentido hasta la confluencia de los ríos Riecito y Capanaparo, continuando con otra línea recta rumbo sureste hasta la desembocadura del caño Caga Ligero en el río Cinaruco. Oeste: Limita con la República de Colombia, desde el sitio donde el río Cinaruco atraviesa el límite internacional, hasta el hito La Montañita, en el río Arauca, donde concluye el límite internacional con la República de Colombia, de este punto y limitando con el municipio Páez, se continúa aguas abajo por el río Arauca hasta encontrar la desembocadura del caño
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Brazo Guárico, continuando en línea recta con rumbo noroeste hasta la desembocadura del caño Calaboceño en el río o Caño Buría.1 Distancias: Elorza-San Fernando: Elorza-La Trinidad de Orichuna: Elorza-Guasdualito: Elorza-Mantecal: Elorza-Bruzual: Población: Urbana Año Habitantes Viviendas 1873 289 73 1926 1.878 332 1936 1941 485 1950 954 1961 3.184 1971 1981 7.548 1990 11.442 2001
310 Kms 40 Kms 178 Kms. 93 Kms. 155 Kms. Distrito o municipio Habitantes Viviendas 2.306 2.830 4.570 5.175 10.582 15.370 16.589
3.310
Fuente: Censos Oficiales
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Este dato se encuentra en la Gaceta Oficial del Estado Apure, Extr. N° 19, 14 de diciembre de 1992.
Capítulo II Poblamiento en el siglo xviii Primeros hatos y latifundistas Formación de Elorza y el viento en el siglo xix
A finales del siglo XVIII fue cuando se logró la incursión de blancos en la extensa zona llanera que hoy comprende desde Elorza hasta el Meta, es decir, el sur del municipio Rómulo Gallegos y oeste de Pedro Camejo, en el estado Apure. La más remota información conocida del área en estudio es el viaje emprendido por una comisión de representantes de la gobernación de la provincia de Caracas y de la jurisdicción de Barinas, entonces adscrita a la Capitanía General de Maracaibo y a los que se llamó también diputados, efectuado en marzo de 1788. Se tratraba de deslindar los territorios pertenecientes a ambas provincias y a la villa de San Jaime, a la que se le escamoteó una amplia faja jurisdiccional desde 1774, por error de apreciación. Dichos comisionados y diputados fueron Juan Antonio Roríguez, teniente de gobernador de la villa de San Jaime, entonces importante localidad, hoy vecindario barinés; Andrés Ruíz Ibañez, juez de llanos con territorialidad hasta el otro lado del Apure; José Antonio de Tovar, José Francisco Moreno, Ignacio José Romero, José Francisco Betancourt, Pedro Amador Fernández, Gabriel Sánchez, Isidoro Salazar y 44 hombres a sus órdenes, quienes emprendieron una peligrosa aventura, armados, dotados de brújulas y otros implementos que serían utilísimos en la odisea que los llevaría a territorios inexplorados y remotos, plagados de fieras y de peligros sin cuenta. La información vertida por los diputados y comisionados sería recurrentemente utilizada en los siglos xix y xx para zanjar las diferencias limítrofes con Colombia en la zona.
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Los comisionados partieron del pueblo de Nuestra Señora de la Concepción de las Nutrias o Ciudad de Nutrias y el 14 de marzo de 1778 se hallaban en la Boca del río Masparro, desembocadura en el Apure. Es significativo que las autoridades de Barinas se negaron con mil excusas a efectuar el recorrido y manifestaron darse “…por satisfechos con la [línea] que tirare el señor Teniente junto con su comisionado….”.2 Sobre el itinerario cumplido se redactó una minuta en varios trancos, a manera de acta, de cada lugar donde pasaban, día a día, firmada por los comisionados. A juzgar por el contenido de la misma, el tránsito fue un tanto errático, entre sabanas, ríos y caños. Cruzaron el Apure en la Boca del Masparro, más arriba de Nutrias y se vinieron rumbo sur y luego de cruzar el Caucagua en su nacimiento y el Matiyure, buscando el Arauca y el Meta, pasaron por el lugar donde se asentaría pocos años después Rincón Hondo o La Estacada, siguieron al este de lo que es hoy Elorza y al oeste de La Trinidad de Arauca y continuaron hasta pasar al occidente de la laguna que ellos mismos bautizaron Laguna del Término Divisorio, o como se le llama regularmente, Laguna del Término. Varios de los lugares que iban recorriendo y bautizando se tornan imprecisos; a veces marcaban un árbol y eso dificultaría más adelante para encontrar el hito establecido. Fue penoso el tránsito; debían manejar muy bien hachas y machetes en los bosques y matas frecuentes en el camino, especialmente en los bosques de galería a orillas de los ríos y caños; por ejemplo, cuando están en territorio de lo que sería después jurisdicción de Mantecal, dice el acta que, luego de cruzar el médano de Los Algarrobos y Las Tres Yagüitas, acamparon en el río Caicara “…en el que se hizo una pica a hachas y machetes que tendrá más de un cuarto de legua…”.3 Era el 16 de marzo de 1778. El 17 cruzaron el Caicara y allí ocurrió el primer susto con las fieras. En un bosque de palma de yagua se toparon con una tigra a la que dieron muerte y así bautizaron el lugar y surgió el topónimo: La Mata de la Tigra. El 18 atravesaron el caño Caucagua en su nacimiento, a tres leguas de donde mataron la tigra y siguieron sin reposo hasta llegar al Arauca el mismo día. En unos chaparros bobos grabaron dos cruces como señal. El 19 pasaron por las cabeceras del río Cunaviche y derivaron al suroeste “…siguiendo arrimados a una laguna 2
Véase en: Títulos de Venezuela en sus límites con Colombia, p. 269.
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de agua muy cristalina por la parte del naciente, la cual corre Norte-Sur, y tendrá de largo media legua más que menos, la que pusimos la Laguna del Término Divisorio…”.4 Un error a todas luces, evidente, es cuando dice el documento “…Laguna del Término Divisorio y nos quedamos en el río Lipa”. No sabemos por qué mencionaron a ese río, cuando se encuentra a muchos kilómetros al sur, en territorio araucano. Es otra de las imprecisiones que están de bulto en el acta, lo cual se dispensa, porque no era frecuente que alguien se aventurara por territorios tan inexplorados. Continuaron los comisionados su viaje al sur y el 20 de marzo atravesaron un caño que llamaron Agua de Culebra y después otro bautizado como caño Atascoso “…y nos quedamos en el río Elée…”. Otro error, porque el Ele no entra a territorio venezolano. Está muy lejos, al suroeste del lugar, al sur de la Laguna del Término, donde decían hallarse en ese momento. Antonio Leocadio Guzmán, en sus conferencias de 1875 con su homólogo para el establecimiento definitivo de la línea limítrofe con Colombia, expresa que el caño de Agua Culebra es el Cuchivero (¿?) y el caño Atascoso el Macanilla.5 Los comisionados cruzaron el 21 de marzo el llamado caño de Los Arrecifes y al día siguiente dos más, que bautizaron El Almorzadero y Caño Lindo, situados a un cuarto de legua ambos y pernoctaron en el sitio que nombraron Caño Confuso. Según Antonio Leocadio Guzmán, el caño de Los Arrecifes es el río El Caribe; El Almorzadero es el Padure, Caño Lindo es caño Arrecifes de Trapichito y el caño Confuso se trata del Canarabá. Finalizaron su tarea los comisionados el 23 de marzo cuando arribaron al Meta. Así lo describieron: …salimos de dicho caño [Confuso o Caranarabá] que es de grueso monte y se hizo Pica para pasarlo, y concluimos la dicha línea llegando al río Meta y grabamos tres Cruces en tres árboles que los nombran Salado que se hallan en medio de dos cerritos de piedra arrecife junto a la orilla de la montaña de dicho río […] y en juicio prudente, así nosotros como todos los que nos acompañan
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Ibídem, p. 270.
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Ministerio de Relaciones Exteriores, Negociaciones de lïmites entre los Estados Unidos de Venezuela y los Estados Unidos de Colombia en 1874 y 1875, p. 78.
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hemos regulado que habrá sesenta leguas poco más o menos de tránsito de los dichos ríos de Apure a Meta…6
Debemos destacar la singular e inexcusable omisión que se hace de los ríos Capanaparo y Cinaruco, de significativo volumen y caudal y que debieron cruzar para llegar al río Meta. El límite trazado por los diputados y comisionados serviría después para establecer el límite entre la provincia de Caracas y la nueva provincia de Barinas. creada el 15 de febrero de 1786. Al sur del Meta y hacia el oeste, corría entonces el límite de la provincia neogranadina de Casanare, que bastante hizo para adscribirse a Venezuela. En seis días recorrieron la distancia desde el Apure hasta el Meta los diputados y comisionados. El 11 de abril de 1778 ya estaban Rodríguez y Ruíz Ibañez en San Jaime, levantando actas y la relación de los hatos de las jurisdicciones del norte y sur del río Apure. Al otro lado del Arauca no hay hatos por la vía recorrida. No señalan la presencia de ninguno en las actas del viaje. El más lejano al oeste de la jurisdicción de San Jaime es el hato El Setenta, fundado en 1770 –de allí su nombre– por don Sebastián de Mier y Terán y otro en las inmediaciones, de don José Hurtado de Mendoza e hijos.7 De la zona elorzana figuran don José Vicencio Morín y don José Francisco Villafañe (en la nómina de los hateros elaborada por Juan Antonio Rodríguez y Antonio Ruíz Ibañez se le nombra Francisco Antonio Villasana; cf. 271). Hateros en los siglos xviii y xix En la octava década del siglo xviii sólo tenemos información de la existencia de dos hatos en lo que es hoy la jurisdicción de Elorza, cerca del Arauca, nunca hacia el Meta. El primero en aposentarse fue el pardo don José Vicencio Morín, que fundó el hato El Congrio (después llamado Alcornocal, y de enorme extensión), al otro lado del Arauca. Morín era venezolano y fue a establecerse a aquellos lugares con su mujer e hijos; en 1790 ya tenía siete esclavos, 10.000 reses y 3.000 bestias caballares. Morín, 6
Títulos de Venezuela en sus límites con Colombia, p. 271.
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Oldman Botello, Cunaviche. Apuntes para su historia, p. 18.
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hombre de relieve en el área por su cuantiosa fortuna, se vinculó con los pueblos del llano oriental colombiano y en 1792 se desempeñó como alcalde del cantón de Chire, jurisdicción de Arauca.8 Debió morir al poco tiempo, pues El Congrio pasó a manos de don José M. Lovera en 1798 y en 1822, luego de la independencia, el gobernador de Barinas, don Nicolás Pumar, ratificó la quieta y pacífica posesión de la extensa propiedad, enclavada en territorio venezolano y neogranadino. (Alcornocal en la actualidad no es sino una mínima parte de lo que fue a fines del siglo xviii y buena parte del siglo xix). Creemos que don Vicencio Morín también fue dueño del hato El Viento (luego Mata de Venado y Las Delicias), ribera izquierda del Arauca y por ser ambas orillas propiedad suya llamaron al lugar Paso Morinero y El Viento. De ambas maneras se le nombra en documentos del siglo xviii y del xix. En parte, el hato El Congrio o Alcornocal, fue vendido el 3 de abril de 1908 por don Alejandro Pérez a don Bartolomé Heredia; fueron dos leguas y ochocientas varas “de potreros de cría”. Pero el hato era mucho más extenso. Los dos pueblos, Elorza y El Viento se estructuraron en sus predios. Los linderos de 1908, aun con su imprecisión, proporcionan una idea de su tamaño: …en la margen derecha del río Arauca, terreno en parte donde está situado el pueblo de El Viento y de Elorza, bajo los linderos en general siguientes: por el poniente, de sur a norte, desde las matas de Congrio en la costa del caño Caribe, recorriendo la línea que desde mil setecientos noventa y ocho dividió la provincia de Casanare y la de Barinas, línea recta a la barranca del río Arauca; por el sur, de poniente a naciente, desde la misma mata de Congrio, aguas abajo por el caño Caribe, pasando por el Rincón del Toro, hasta la mata de La Yagüita; por el naciente, de sur a norte, desde la mata de La Yagüita, línea recta al río Arauca y, por el norte, de naciente a poniente, desde este punto, aguas arriba por el río Arauca, hasta el punto donde llega la primera línea indicada de sur a norte.9
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Rogerio Guáqueta Gallardo, Arauca, Ciudad Bicentenaria, p. 82.
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Véase en: Registro Principal del Estado Apure, Municipio Muñoz. Protocolo, 1940, 2° trimestre, pp. 34-35.
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Desde el Arauca al río Caribe y por éste, aguas abajo hasta La Yagüita y hacia el norte el río Arauca nuevamente. El lindero en documento de 1950, para la venta del hato, señala otros detalles: Norte, río Arauca, desde un árbol llamado jobo, que se halla marcado con una cruz, donde principian los antiguos límites de Colombia y Venezuela. Naciente, desde mata de La Yagua, línea recta al río Arauca donde se halla un árbol de jobo marcado con una cruz. Sur, Caño El Caribe, desde la punta del Rincón del Toro y de esta punta por el lindero antiguo de Marcos Coronado, línea recta a la mata de La Yagua. Poniente: los linderos de las antiguas provincias de Casanare y Barinas, de Colombia y Venezuela respectivamente.10
La sucesión de propietarios de dicho hato hasta mediados del siglo fue la siguiente: fundador don José Vicencio Morín, sus descendientes venden a José María Lovera en 1798; su hija María Eugenia Lovera lo hereda. Esta dama contrajo matrimonio con don Romualdo Pérez quien pasa a ser dueño del hato junto con su mujer y por eso los terrenos son llamados en los documentos sabanas Pereñas y Lovereñas o Llovereñas, como se le nombra actualmente (en todos los documentos aparece el apellido Lovera y no Llovera, pero se impuso la fuerza del uso: la Llovereña); heredó luego el hijo, don Nicolás Pérez Lovera y su descendiente Alejandro Pérez, quien vende en 1908 a Bartolomé Heredia. Otra parte de El Congrio había sido vendida en 1848 por don Nicolás Pérez Lovera a don Francisco Javier Huizi. La sucesión pasó a los hijos y de estos a los nietos: Francisco Javier y Loreta Huizi Palacio y en línea sucesoral los descendientes, Luis y Paulina Huizi Carvallo y Rita Huizi de Urdaneta. Don Luis Huizi Carvallo fue casado con doña Teresa Martínez y fueron hijos suyos Francisco Javier Huizi Martínez y Neris Huizi Martínez; y otros descendientes: Isabel Unda Huizi de Aguilera, Rafael Huizi, Lucrecia Cordero de Huizi y Filomena Huizi. Una numerosa familia oriunda de Guanare. El Congrio fue vendido en 1950 por los Huizi a Heriberto Heredia, residenciado en Guasdualito.11 En la misma área, sin precisar nombre de la propiedad, mantenía un hato Francisco Antonio Villafañe, natural de San Carlos de Austria de xx
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Registro Principal del Estado Apure, Municipio Muñoz. Protocolo, 1950, Prot. 1°, 4° trimestre.
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Cojedes y a quien, como advertimos anteriormente, se nombra Francisco Antonio Villasana en la relación de hateros de 1778. Guáqueta afirma, de acuerdo a documento hallado en el Archivo Nacional de Bogotá, que Villafañe era un pájaro de cuenta, pues huyó de la provincia de Barinas, donde se le juzgó en ausencia; se habría radicado en lo que es hoy Elorza, en 1785, pero ya hemos visto que en 1778 se encontraba con hato establecido en la zona. El personaje hacía vida concubinaria con Margarita Rodríguez. Villafañe era hijo de burgaleses, don Francisco Antonio Villafañe y doña Inés de Orozco. Hombre adinerado, el sancarleño compró por 425 pesos, en remate, el cargo de alcalde de Chire, pero los vecinos desconocieron la designación; se sacó a relucir que era un prófugo de la justicia barinesa. Fue un largo y costoso proceso donde se le calificaba también de amoral y libertino. No pudo desvirtuar los cargos y el juicio consumió buena parte de sus bienes. Murió anciano en Bogotá en mayo de 1790 y testó a favor de su hermano Nicolás Villafañe lo poco restante de sus bienes.12 Son los dos más conocidos hateros en la zona elorzana. El hato fue el lugar para subsistir, con el ganado traído desde Barinas o Guasdualito. Tierra apropiada para el pastoreo, con agua y buenos pastos todo el año. Es la primera unidad agropecuaria. Vino a reemplazar a la tradicional búsqueda de subsistencia del hombre de nuestros llanos, la caza o la pesca. Marín y Villafañe fomentaron la ganadería altoapureña y de paso iniciaban el poblamiento del área donde se estructurarían las dos comunidades andando el tiempo. Fueron pioneros ambos. Finalizado el siglo xviii encontramos dos hatos más en el área. La Maporita, de dueño desconocido (1790) y El Totumo o Mata de Totumo, de Pedro Hernández, que en 1791 tenía 2.000 reses. El hato aún se mantiene, al norte del río Arauca, en hermosas sabanas donde se cría buen ganado. El Congrio o Alcornocal, con diversos propietarios, sigue en el siglo xix; en 1848 ya existía el hato Coronadeño, fundado por don Marcos Coronado, al sureste de Elorza, en tierra araucana. Del último cuarto del siglo xix datan los dos más conocidos hatos del sur de Elorza, San Felipe y El Caribe. San Felipe fue fundado hacia fines de la séptima década del siglo xix por N. Unceín, gente venida de Ciudad Bolívar y prósperos comerciantes en Rincón Hondo entrado el siglo xx. En 1919 tenía 16.630 hectáreas y era propiedad
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Rogerio Guáqueta Gallardo, Ob. Cit., p. 78.
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de un descendiente del fundador, don Luis Alberto Unceín. Se ubica a orillas de la Laguna del Término. Sus linderos son, o fueron: norte, el río El Caribe; sur, el río Capanaparo; este, la confluencia del Caribe y el Capanaparo; oeste, “…línea que partiendo del río Caribe, por el norte con rumbo sur, hasta el río Capanaparo pasando por la margen oeste hasta la Laguna del Término y que [la] separa de las sabanas de Eugenio Guerrero…”, es decir, del hato El Caribe.13 En 1954, el hato San Felipe fue vendido por don Luis Alberto Unceín, radicado en 1955 en Maracaibo, al antiguo encargado del hato, don Ricardo Borjas, por Bs. 160.000. Borjas estuvo muchos años al servicio de los Unceín en el famoso sitio elorzano. Eran tierras nacionales al comienzo y poco a poco los hateros iban ganando terreno. No los arredraban los peligros de la naturaleza, tampoco los indígenas belicosos, como los cuivas, celosos defensores del territorio desde tiempo inmemorial. Casi al mismo tiempo, en 1880, don Diego Lavado fundaba El Caribe, hato a orillas del río del mismo nombre. Lavado fue un gran personaje que acumularía tierras al norte y sur del Arauca y una cuantiosa fortuna. Era casado con doña Toribia Puente. Muerto don Diego Lavado, El Caribe pasó a manos de su hija Carmen Lavado Puente y por ella a su esposo don Joaquín Nemesio Guzmán. En 1895 ya había muerto doña Carmen y su esposo heredó el hato que en ese año era territorio colombiano; pastaban en sus sabanas 700 reses, 30 caballos y 7 burros. Era extenso también el territorio de El Caribe. A comienzos del siglo xix pasó a manos de don Gregorio Guerrero Gerdé, un portugueseño de Ospino, fundador de una distinguida familia elorzana. Don Eugenio le imprimió dinamismo a su unidad agropecuaria, ya centenaria en posesión de la familia. Su actual propietario es don Simón Guerrero Castillo, nieto de don Eugenio Guerrero Gerdé e hijo de don Pedro Telmo Guerrero Guerrero. El Caribe es uno de los hatos emblemáticos de Elorza, del municipio Rómulo Gallegos y de Apure, muy citado en los libros de la grande y menuda historia contemporánea de Venezuela, por los sucesos acaecidos en su entorno en los primeros treinta años del siglo xx. A estos hatos mencionados se une, muy al noroeste, el Rincón Zapatero, propiedad de don Rosario Barreto (a dicho apellido se debe el origen del nombre de la Laguna Barretera, donde nace el río Matiyure, hoy
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RPSFA, Municipio Muñoz, 1955, pp. 1-10.
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en terrenos del hato El Cedral), que existía en la segunda década del siglo xix y que el 6 de septiembre de 1887 vende su hijo don Serapio Barreto a don José Antonio Calderón. Don Serapio estaba radicado en El Viento. Se explica en el documento de compra-venta que los títulos de propiedad del Rincón Zapatero se perdieron durante los avatares de la guerra federal y le pertenecían a la familia desde los progenitores de su padre don Rosario Barreto, tal vez a fines del siglo xviii. Los terrenos de dicha posesión en 1889 se ubicaban a orillas del río Orichuna, por el Paso Real de La Yegüera, al noroeste de Elorza y colindando con La Trinidad de Orichuna.14 El documento fue protocolizado en Elorza y firmaron ante el juez de esa población don Pablo María Heredia, los señores Antonio Fontainés y Pedro Antonio Tovar. La raya de Agustín Codazzi, el Laudo de 1891 y el Árbitro Suizo Un viejo aforismo venezolano señala que las provisionalidades son las que permanecen. Una provisionalidad fue el origen del curioso límite con Colombia; ambos países se abrazaban como ante la amenaza de un enemigo común, con una línea divisoria imaginaria, de norte a sur, sin un hito que indicase el hasta aquí llega la cerca… Los viejos apureños recordaban las dos maporas o chaguaramos que señalaban el lindero; y hasta la casa de comercio en el cruce de Bolívar con Francisco Montoya (en la actualidad) que tenía el mostrador entre los dos países, en Elorza y en El Viento. Hasta 1924. Fue Agustín Codazzi el causante del desaguisado. El episodio lo relata Antonio Leocadio Guzmán en 1875 durante las discusiones limítrofes con Colombia celebradas en Caracas: Venezuela consintió en que el ingeniero Codazzi los trazase [los límites] en sus mapas provisionalmente, conforme a los términos del tratado de 1833 que había merecido la aprobación del gobierno y Congreso de Nueva Granada, hoy Colombia. Prueba de moderación que debía esperarse que fuese justamente apreciada. De aquí que las geografías que sirven de texto en nuestras escuelas, según la expresión del señor Murillo [Doctor Manuel Murillo, plenipotenciario
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RPSFA, Municipio Muñoz, Prot. 1887, 4° trimestre; 2v-4v.
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de Colombia en las conversaciones] señalen también aquellos límites, pues sus autores no podían registrar archivos para apoyarse en las antiguas reales cédulas y demás títulos que definen la verdadera línea de derecho, ni menos entrar de propia autoridad a resolver una cuestión ardua y delicada, que los gobiernos mismos no han podido hasta ahora resolver.15
La línea a la cual hace referencia Guzmán está inscrita en la primera edición del Resumen de la Geografía de Venezuela, publicado por Agustín Codazzi en 1841 y dice así: …dirigiéndose [la línea limítrofe] al río Arauca, cuyas aguas continúan siendo la frontera hasta el paso del Viento que queda a 6° 41’ 20’’ lat. N. y á 2° 9’ long. Oc. Aquí se imagina una recta al S. que pasa cerca de la laguna Término en sus bordes occidentales, atraviesa el río Meta en el Apostadero, corta el Vichada, pasa al Guaviare cerca de la boca del caño Guamuque, el Inírida en el raudal de Manuerico, el Guainía más arriba de la boca Napiari y termina en las cabezeras del río Mamachí, tributario del Guanía ó Río Negro”.16
Pero esos límites hasta el Guainía o Río Negro eran antes, ahora sólo llega Venezuela hasta el Meta, por mor de los tratados y el infame Laudo Arbitral de 1891. Más adelante agrega Guzmán: Citar el mapa de Venezuela formado por el ingeniero Codazzi, para convertirlo en título de dominio territorial de Colombia hasta el meridiano del Paso del Viento, es cosa que no ha podido hacer el señor ministro de Colombia, sino olvidando que el mismo Codazzi declaró haber fijado aquella línea de Norte a Sur, sin vista de título ni otro documento en que fundarla y obligado por la imperiosa necesidad de marcar un límite. También olvidó S.E. que el Congreso de Venezuela, desaprobando el tratado de 1833 en 1836, desaprobó también aquel lindero, y que no puede oponerse la autoridad del Ingeniero, a la jurisdicción del Congreso17. 15
Ministerio de Relaciones Exteriores, Negociaciones de límites entre los Estados Unidos de Venezuela y los Estados Unidos de Colombia en 1874 y 1875, p. 309.
16
Agustín Codazzi, Resumen de la Geografía de Venezuela, p. 2.
17
Ministerio de Relaciones Exteriores, Negociaciones de lïmites entre los Estados Unidos de Venezuela y los Estados Unidos de Colombia en 1874 y 1875, p. 310.
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Brillante pero inútil alegato de don Antonio Leocadio Guzmán, tenaz defensor de nuestra frontera sur hasta el Esequibo. La línea en el Paso del Viento se mantuvo y por el Laudo Arbitral de la Reina de España en 1891 y el fallo del Árbitro Suizo en 1922, permaneció hasta 1924 cuando definitivamente la palizada se corrió hasta el Meta, pero Venezuela quedó añorando el territorio que era suyo, que aparece en los mapas hasta 1891 y del cual fue despojado en la mesa que decidieron otros y fallaron otorgando territorio a Colombia con ultra petita. Al efecto dijo el exsacerdote, historiador y experto en asuntos de la frontera venezolana, don Pablo Ojer, refiriéndose al extenso territorio despojado al país: “…llevó las pequeñas jurisdicciones orientales del Virreinato hasta la línea del Orinoco, del Atabapo, del Guainía y del Río Negro, en un avance sólo comparable a las grandes invasiones de la historia: unos 900 kilómetros lineales desde las reducciones de Sucumbíos (Popayán) y más de 500 desde las de San Juan de los Llanos y de San Martín del Puerto de Ariari” y añade “Mutilado así el territorio venezolano, deformada su territorialidad concebida en función de la defensa de la soberanía […] quedó su médula fluvial partida longitudinalmente” y cuya acción “…no es sino una expresión de la voluntad política del árbitro en contravención de la Historia, del Derecho y aun de la geopolítica: ampliar la base amazónica de Colombia en substitución de Venezuela”.18 Así se desdibujó el mapa de Venezuela. Acontecer republicano En 1841, el gobernador de la provincia de Apure designado el 19 de julio en reemplazo de Andrés Palacio, el general calaboceño José Arciniega, ordena a su secretario general, José María Rosales, la organización de grupos de personas que contribuyan con la realización de la estadística provincial. En dicha estadística no se menciona a ninguna localidad en el territorio elorzano. La más cercana es La Trinidad de Orichuna, perteneciente a la jurisdicción de Guasdualito y Rincón Hondo, del territorio de Mantecal, entonces cabecera de cantón cuando todavía le quedaba un puñado de valientes habitantes sobrevivientes de las diversas epidemias que azotaron a la zona. También pertenecían a la jurisdicción mantecaleña los pueblos de Independencia y
18
Pablo Ojer, La década fundamental en la controversia de límites entre Venezuela y Colombia, p. 556.
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San Vicente y a la de Guasdualito, una curiosa población nombrada San Pablo de Balso, además de Constitución, Palmarito y Unión.19 Los pueblos apureños sufrieron numerosos cambios de nombre a lo largo del siglo xix. La zona de Casanare y Arauca continuaba siendo poblada por venezolanos que con ímpetu penetraban llano colombiano adentro, fundando hatos grandes o pequeños. Las constantes guerras en Venezuela los impulsaban a esa emigración constante en el siglo xix y las primeras décadas del siglo xx. En una carta de Fermín Toro para el general Carlos Soublette el 5 de agosto de 1844 reconoce esta problemática: Venezuela tiene hoy razón para pretender que el Arauca se le incorpore o por lo menos para abrir una discusión sobre este punto. Arauca toda y la mayor parte del Casanare está poblada por venezolanos, que ya antes han querido unirse a ésta y que hoy mismo están con iguales deseos. Al momento que se trasluzca que Venezuela tiene algún título para reclamar aquella población, élla misma se proclamará venezolana, sin que ni uno ni otro gobierno puedan evitarlo.20
Cita Toro que el gobernador de dicha provincia de Casanare era el general Melgarejo [¿José Concepción o Juan Bautista?, porque el gobernador de Arauca y de Casanare fue José Concepción, pero no era general sino coronel; su hermano Juan Bautista sí ascendió a general, pero no fue gobernador de Arauca ni de Casanare; ambos fueron próceres de la independencia], venezolano de nacimiento y quien era proclive a la secesión. Varias veces en el siglo xix, después de la independencia, Casanare quiso ser venezolana. Arauca, la villa a orillas del río del mismo nombre, de acuerdo a documentos de los siglos xviii esgrimidos durante el litigio limítrofe en el siglo xix, habría sido también territorio venezolano, de la provincia de Barinas. Preveía en la misma carta Fermín Toro la posibilidad de una ruptura: “Digo que preveo un rompimiento y he aquí como: Venezuela tiene hoy razón para pretender que el Arauca se le incorpore o por lo menos para abrir una discusión sobre este punto”.21
19
AGN, Secretaria Interior y Justicia, tomo CCXXXV, fol. 288.
20
Carlos Soublette, Correspondencia, tomo III, p. 298.
21
Ídem.
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25
El Paso del Viento o Paso Morinero La primera vez que se menciona el nombre o topónimo del Paso del Viento, llamado también Paso Morinero, fue en el acuerdo límítrofe llamado Tratado Pombo-Michelena de 1833; luego en una comunicación que dirige don Modesto Betancourt al gobernador de la provincia de Apure, general José Ignacio Pulido, el 9 de julio de 1845, relacionado con la toponimia local, en la búsqueda de antiguos nombres, durante las negociaciones limítrofes con la Nueva Granada, discusiones reabiertas por la confrontración fronteriza luego de la desmembración de la Gran Colombia y la constitución de las repúblicas de Venezuela y de Colombia. Dice don Modesto Betancourt: “En cuanto al paso que se denominó de los Casanares en el río Arauca, hai bastante variedad porque unos aseguran que es el mismo de la fundación [nombre con el que se conoce también a la villa de Arauca] ; otros lo fijan una legua más abajo; otros en el Paso del Viento o Morinero; y otros algo más de cuatro leguas arriba de la fundación”.22 El Paso de los Casanares no es el territorio elorzano, sino que está más cerca de Arauca, camino de la provincia de Barinas a la de Casanare, en Colombia, como se demostró luego. La peregrinación paecista por el Paso del Viento Vencido el general José Antonio Páez por su compadre, amigo y antiguo subalterno José Cornelio Muñoz en la sabana de Los Araguatos, el 10 de marzo de 1848, en lucha contra el desgobierno de José Tadeo Monagas, que en enero anterior había atentado contra el Congreso por mano aliada y entre bastidores, emprendió aquel caudillo la retirada, más que la huída a territorio colombiano. Páez Rumiaba su derrota. El Paso del Viento lo vio cuando se detuvo un tiempo a reponer sus energías; buscaba la villa de Arauca, río arriba. Explica Páez en su autobiografía: “En San Fernando circuló la noticia de que yo había sido derrotado y muerto, y el general Soublette con la gente que ya tenía reunida salió de la plaza en dirección al territorio colombiano. Reunióse conmigo en el Paso del Viento, y resolvimos pasar a la Nueva Granada, y de allí a Maracaibo, pronunciado por la causa
22
Ministerio de Relaciones Exteriores, Títulos de Venezuela en sus límites con Colombia, p. 308.
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constitucional”.23 El llano apureño, el de las glorias del centauro, lo veía ahora cabizbajo, vencido, pero enhiesto. Sabría reponerse y retomar las riendas del país, como hacienda suya, mientras el cuerpo aguantó. El Viento era de aquí y de allá La frontera la habían tirado de norte a sur, partiendo al Arauca. De aquel lado era Colombia y pegadito, Venezuela. ¿Por qué le pondrían el poético nombre de El Viento al paso del Arauca que marcaba la divisoria de ambas naciones hermanas? Había un hato designado así, en la ribera izquierda. Al otro lado El Congrio (o Alcornocal), El Caribe y San Felipe; las sabanas Pereñas y Llovereñas, de propietarios de ambos apellidos. Se sigue llamando así al último de esos sitios: La Llovereña. En otros documentos del siglo xix aparece Lovereña. Paso del Viento, por donde se pasaba del confín apureño, a los llanos casanareños, tierra ignota, tardíamente colonizada por venezolanos en mayor grado. Gente venida de San Fernando, de San Carlos, Barinas, Guanare, de Calabozo, Ciudad Nutrias. Un interminable pasar y repasar el Arauca. A poblar, a hacer la guerra, o a emigrar los derrotados. Es inexplicable que muchos de esos venezolanos se fueran por la vía de Guasdualito-El Amparo-Arauca y no por Nutrias-Mantecal-Paso del Viento. Era más cerca. ¿Qué misterioso hado impidió que se poblara primero? Lo cierto es que la zona del Paso del Viento viene a ser ocupada tardíamente. Un puñado de personas del lado venezolano y otro del lado colombiano. Parece que el del lado de allá era más numeroso. El Viento, simplemente, comenzó a llamársele a mediados del siglo XIX. Asegura Rogerio Guágueta Gallardo, diplomático y escritor colombiano que fue cónsul en Maracaibo: “ Destacamos en primer lugar la aldea Azero, titulada así en homenaje al gobernador regional de la época, coronel Mariano Azero [¿o Azuero?], prócer casanareño de la independencia nacional. A este villorrio se le llamó igualmente Paso del Viento. Ambos, nombres primitivos de la población Elorza, cabecera del distrito Rómulo Gallegos del estado Apure venezolano”.24 23
José Antonio Páez, Autobiografía, tomo II, p. 436-437.
24
Rogerio Guáqueta Gallardo, Ob. Cit., p. 109.
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Más adelante agrega Guáqueta Gallardo que: En 1850, enviado por la primera autoridad apureña, el ciudadano venezolano Rafael Acevedo presumiendo de agrimensor, trazó la línea internacional de la aldea Azero, según su leal saber y entender. El pintoresco funcionario, refieren las crónicas verbales, resolvió que la frontera de los dos países en estricta justicia debía ser por la mitad de la única calle del poblado susodicho y así la señaló. Desde aquel día los habitantes se daban el saludo colombo-venezolano asomados a las puertas y ventanas de sus casas colindantes, y las rencillas callejeras o las faltas cometidas se ponían a cubierto saltando por encima de la imaginaria señal limítrofe. Obviamente, la extravagancia fronteriza desapareció, al convenirse que la aldea Azero perteneciera a Venezuela en su totalidad.25
No creemos que Rafael Acevedo, el educador, periodista y político, haya tenido tentáculos tan largos para llegar hasta aquel lugar. Mucho menos que se lo haya ordenado el gobernador de Apure, sin potestad para ello, máxime cuando Acevedo ejerció de canciller en 1847 y conocía de diplomacia, ciencia que lo inhabilitaba para acometer el desaguisado que le adjudica Guáqueta. En el tiempo en que dicho autor le asigna la actividad de agrimensor por aquellos rumbos llaneros (y ha podido cumplirla en propiedad, porque era profesor de matemática en la UCV), Rafael Acevedo, el gran adversario de Páez, se desempeñaba como rector del Colegio Nacional de Carabobo, en Valencia, desde 1855 a 1856. Esas crónicas verbales a las cuales hace referencia olímpicamente el escritor Guáqueta (de grata memoria), se deben desestimar por inútiles y tendenciosas. Es más, esa línea ya estaba trazada, al menos de hecho, por el coronel Agustín Codazzi cuando elaboró su mapa del país y su Resumen de la Geografía de Venezuela en 1833 y cuya obra publicaría en 1841, como dijimos en páginas anteriores. El nacimiento del pueblo del lado venezolano El surgimiento del pueblo en el Paso del Viento fue espontáneo. Creció paulatinamente, a la par que su vecino, el colombiano. El camino era más transitado hacia el Meta y Casanare, donde se habían fundado extensos
25
Ibídem, p. 109.
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hatos en lo que antes era un desierto habitado sólo por indios y fieras. No ocurrió igual con el Paso Arauca, a pesar de ser un conglomerado numeroso a fines del siglo xix, que tenía hasta nombre, San Juan de Dios de Arauca, a la vera del hato del mismo nombre y de La Candelaria, zona con los mejores pastos y aguas para el sostenimiento de la población, no obstante que al momento el camino principal era por San Rafael de Atamaica, cuando los viandantes se dirigían al Capanaparo y el Meta. El Paso Arauca siguió siendo un humilde caserío, con mucho más movimiento mientras funcionó la chalana, hasta la inauguración del puente Marisela. En los Apuntes Estadísticos del estado Apure, publicados de orden del general Guzmán Blanco en 1875 sobre la base del censo oficial de 1873, el primero que se realizó en el país, se lee: “Está separada [Elorza] de una población colombiana, al occidente, por la línea imaginaria que sirve de límite entre las dos Repúblicas, habiendo empezado a fundarse la población venezolana el año de 1859”.26 Quizá ese año comenzó a hacerse más notable el número de habitantes, la mayoría campesinos, comerciantes pequeños, peones de los hatos cercanos, perdidos en aquellos extraviados rumbos. Seguramente escondrijo de malhechores que evadían la justicia en la frontera, como era frecuente. Gente venida de los estados vecinos: Barinas, Portuguesa, Cojedes, Guárico, y del mismo Apure. Lo curioso del asunto es que ambos vecindarios se llamaban El Viento y a la zona se le nombraba en uno que otro documento, tomando en cuenta al área, generalmente en asuntos fronterizos, como Paso del Viento. Es decir, el discurrir del río Arauca por El Viento. Paso de El Viento se escribiría mejor. El venezolano llama paso al sitio donde los ríos son vadeables, por donde es más angosta la “caja”, menos profundo o con menor cuantía de saurios, peces caribes y otros animales acuáticos que ponían en peligro la vida humana, o cuando estaban en línea proporcionalmente recta al sitio hacia donde se transitara. Elorza “en memoria de los bravos campeones de la libertad” Cuánta población habría en el Paso del Viento en 1866, lo ignoramos. Pero no debió ser mayor de unos dos centenares de personas. Lo juzgamos
26
Apuntes estadísticos del Estado Apure, 1875, p. 75.
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porque siete años después, el primer censo, el de 1873, apenas le asigna 289 habitantes repartidos en 73 viviendas. Lo que no sabemos es si constituían la población total del área urbana o se incluía el área rural también. “No ha sido creado legalmente y se rige por leyes especiales” señala el decreto erigiéndolo. Lo cierto es que el 10 de marzo de 1866, la Asamblea Legislativa del estado soberano de Apure -así lo llamaban- decreta la creación de un nuevo distrito con el nombre de Elorza, “en memoria de los bravos campeones de la Libertad e Independencia venezolanas en las llanuras de Apure”. Es curioso que sea en homenaje a los bravos llaneros, pero se le asigna un nombre. La tradición señala que el epónimo es el coronel Andrés Elorza Díaz, uno de los diligentes lanceros de Páez, que no era llanero, sino nacido en San Felipe El Fuerte, estado Yaracuy, incorporado en 1813 a la causa por la independencia. Y sigue siendo curioso que sea uno de los menos conocidos de los héroes de la Nacionalidad. Este es el texto del decreto, la partida de nacimiento oficial de Elorza, antes El Viento, de este lado: “La Asamblea Legislativa del Estado Soberano de Apure Considerando: 1° Que en el Departamento Muñoz existe, desde años atrás, un pueblo conocido con el nombre de El Viento, que no ha sido creado legalmente, y que se rige por leyes especiales. 2° Que por su importancia actual, y lo que promete para el porvenir, atendida su posición topográfica y las ventajas de otro orden que encierra, exige de la presente legislatura que se legalice su existencia política, dictando al efecto la medida que lo sancione así. En uso de sus atribuciones, Decreta: Artículo 1°. Se reconoce y erige en distrito civil del Estado, al pueblo conocido con el nombre de El Viento, el cual comenzará a llamarse desde esta fecha Elorza, en memoria de los bravos campeones de la Libertad e Independencia venezolanos en las llanuras de Apure.
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Artículo 2°. El Procurador Municipal del Departamento está en el deber de hacer practicar por la autoridad correspondiente, el deslinde del terreno en que se encuentra ubicado el distrito Elorza, con sujeción a la Lei de la materia. Unico. Caso de ser el terreno dicho de propiedad particular, el Prefecto del Departamento lo participará así a la próxima Legislatura, para que resuelva lo conveniente. Artículo 3°. Tan luego como se publique este Decreto, el Presidente del Estado procederá a organizar la administración pública del Distrito referido, y nombrará por esta vez los empleados respectivos, quienes, llegados los períodos correspondientes, serán elegidos en la forma que previenen la Constitución y Leyes del Estado. Artículo 4°. El Presidente del Estado queda encargado de la ejecución de este Decreto. Dado en la sala de sesiones de la Asamblea Legislativa del Estado Soberano de Apure, en la ciudad de San Fernando, a 10 de marzo de 1866; tercero de la Lei y octavo de la Federación. El Presidente, M. Villapol El Secretario, Ramón M. Molina PRESIDENCIA DEL ESTADO, San Fernando, marzo 12 de 1866; tercero de la lei y octavo de la Federación. Ejecútese, Cornelio A. Muñoz. El Secretario General, Juan V. Rodríguez. (Leyes del Estado Soberano de Apure sancionadas por la Asamblea Legislativa en el año 1866.pp: 9-11; cit. p. Méndez Echenique, 1985: 100-102).
No hay información sobre la organización del pueblo a que hace referencia el citado decreto. Apure no ha sido muy dado a conservar archivos. Los límites que se exige establecer en el decreto de marras no debieron distar mucho de los que señala la Ley de Demarcación Territorial del Estado en 1874: Por el Este, límites del distrito Lara; por el Sur, el río Meta; por el Oeste, los límites con la República de Colombia; y por el Norte, las aguas del río
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Arauca, hasta encontrar con la Boca de Jerónimo, aguas arriba de este caño hasta encontrar con la boca de caño Delgadito en el caño Orichuna, continuando por las aguas de éste, al lugar denominado Santa Elena, en que debe terminar la línea divisioria, también del Oeste, de este Distrito y el de la Trinidad, que parte del Paso del Viento.27
El distrito Lara al que se refiere la delimitación es Guachara. Al momento de su creación, Elorza perteneció al departamento Muñoz, con capital Rincón Hondo. Luego sería distrito Elorza del departamento Alto Apure. Posteriormente alcanzaría rango de municipio, cuando los distritos eran la mayor jerarquía a partir de 1881, lo siguió el distrito Rómulo Gallegos en 1964, autonomizado al fin del tutelaje de Bruzual, que sigue siendo la capital del municipio Muñoz y finalmente, con la nueva Ley Orgánica de Régimen Municipal ascendió a la jerarquía de municipio. No se conoce cómo era Elorza al tiempo de su creación oficial, pero debió ser exactamente igual a como el censo de 1783 describe la zona y también los Apuntes Estadísticos de 1875: Tiene una casa de gobierno comprada por la Junta Municipal. No hai iglesias ni escuelas; pero se acopian los materiales para la construcción de la primera y se ocupa la Junta Municipal del establecimiento de una escuela de varones y además se ha mandado establecer otra federal. […] La población, en los meses de invierno se humedece mucho a causa de ser mui bajo el terreno, y dan fiebres intermitentes en los meses de octubre a diciembre, en que se secan las grandes lagunas que hai en todas direcciones de una a otra ribera del río Arauca, que queda al norte de ella. Hai varias casas que se surten de Ciudad Bolívar. […] La industria principal de los habitantes es la cría de ganado vacuno y la de cerdos, que es mui abundantte y no necesita del cuido del hombre por la naturaleza de las sabanas y la multitud de lagunas que contiene y una papa silvestre llamada guapo, que engorda mucho, y de la cual se podría sacar una harina tan delicada y alimenticia como el sagú. Es casi nula la cría de caballos y asnos, pues mueren todos de la peste cuando inviernan en las sabanas.28
27
Ibídem, pp. 27-28.
28
Ibídem, pp. 75-76.
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Es decir, un pueblo pequeño, abastecido en Arauquita de muchos de sus productos básicos según el citado texto y con mucho comercio con la capital guayanesa por donde se iban los productos al sur colombiano, hacia Casanare. Seguramente que también en Guasdualito y El Amparo o Arauca, que están primero que Arauquita, varios kilómetros río Arauca arriba, en territorio colombiano. Desde un primer momento se estableció un peaje para cobrar el paso de semovientes por el río. El de Elorza sumaba uno de los 11 pasos del Arauca y el Apure en toda la extensión del estado. Además de Elorza figuraban los de San Fernando, Arichuna, Apurito, San Vicente, Manga Henriquera, Guasdualito, Palmarito, El Amparo, Yopal y Constitución (luego Quintero) por donde se pasaban las puntas de ganado hacia los estados y al país vecino.29 Los Concejos percibían el dinero al contado recaudado en cada paso, de acuerdo a la tarifa fijada y sancionarían a los evasores del peaje. Una mínima parte de ese dinero sería tomada en cuenta para el naciente pueblo de Elorza. Cuando se realiza el primer Censo de Apure en 1873 el departamento Muñoz al cual estaba adscrita Elorza contaba con una población de 2.294 y el mayor número de habitantes lo ostentaba Rincón Hondo, con 1.220, San Vicente con 460 y era la capital; Colina con 325 y Elorza con 289, la menor cantidad.30 Mantecal estaba prácticamente extinguido como pueblo, siendo más antiguo que los anteriores, pero la guerra y el paludismo acabaron con él, que resurgirá posteriormente, como el Ave Fénix. En un curioso itinerario entre Mantecal y Rincón Hondo hacia Elorza se expresan los sitios del tránsito y las distancias que median entre uno y otro. De Mantecal a Rincón Hondo: De Mantecal a Caño Caucagua, desierto, cálido y sano, una legua y 3/6, sabana rápida con algunos terrones. A puerto Santo Cristo, hato, cálido y sano; 1 legua, es un banco de sabana rápida; se pasa el río Matiyure, que da vado en verano 29
Leyes del Estado Soberano de Apure, 1867, p. 77.
30
Apuntes estadísticos del Estado Apure, 1875, p. 46.
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Caño Estacada, desierto, cálido y sano; 5/6 leguas, sabana limpia con algunas matas. Rincón Hondo, pueblo, cálido y sano; 1 legua, 2/6 de legua en cada jornada; horas de marcha en total 5 ½ de Mantecal a Rincón Hondo. De Rincón Hondo al Paso del Viento: Al hato Las Ventanas, cálido y sano, 2 leguas; se pasa el caño Orichuna y casi costeándolo sigue el camino por la sabana. La Baicera, hato, cálido y sano, 1 legua, camino de 4 ½ horas; se costea el caño Orichuna por sabanetas y monte; aquí hay una hermosa laguna, no falta agua, leña ni pasto. Chacero, hato, cálido y sano, 6 leguas, 9 horas de camino; sabana que costea el caño de Orichuna, abierta y con bastante banco; hay agua, leña y pasto. Paso del Viento, hato, cálido y sano, 3 ½ leguas; 5 horas de marcha; sabanas rápidas con algunas matas, esteros y terronales; hay agua, leña y pasto. Total de horas de marcha desde Rincón Hondo al Paso del Viento, 18 ½.31 Notemos que en el citado itinerario se habla de leguas y de horas de marcha, que se supone sean a caballo, a través de la sabana o “por travesía”. Parece sorprendente que de Mantecal al Paso del Viento suman 24 horas justas de marcha. En la actualidad, un viaje por carretera Mantecal-Rincón Hondo-Elorza no pasaría de 2 horas aproximadamente. También llama la atención que en ese año, 1875, se menciona al Paso del Viento como un hato que suponemos de este lado del Arauca, porque no se menciona al río. “Insignificante como es” Entre 1874 y 1875 fue ardua la discusión diplomática entre Venezuela y Colombia para dirimir su controversia limítrofe de vieja data. Plenipotenciario en esas conversaciones por el país lo era el zorro viejo de don Antonio Leocadio Guzmán, padre del Ilustre Americano general Antonio Guzmán Blanco y por Colombia don Manuel Murillo Toro.
31
Ibídem, pp. 118-119.
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Rebatiendo a Murillo escribe en su réplica Guzmán, expresándose acerca de El Viento: ¿Cuáles son las poblaciones de que se habla como situadas ‘a la derecha del Arauca’? Desgraciadamente, desde la villa de Arauca, río abajo, ninguna otra hai, excepto la pequeñísima del Término Paso del Viento, en todo momento curso de aquel gran río; y aun esa misma del Viento, así insignificante como es, está hoy mismo reputada mitad venezolana mitad colombiana. Si otras hubiera, ellas serían todas venezolanas conforme a la Cédula de 1786.32
Sí, El Viento era pequeñito y se lo repartían los dos países. El cobro de peaje en el Paso del Arauca En Venezuela se llama paso al lugar por donde un río es vadeable. En el Arauca hay varios pasos por lugares donde concluyen o comienzan los caminos en la ribera del río. Así tenemos el de La Victoria-Arauquita, el que existió en El Amparo-Arauca, que hoy tiene un puente internacional, construido entre ambos gobiernos; el paso Clarinetero, al este de El Amparo, el Paso del Viento, ya especificado, y actualmente también con un puente que reemplazó a la chalana facilitadora del transporte (refiriéndose a esta chalana, nos comentó en el cuartel San Carlos el presidente Chávez –donde se hallaba detenido en marzo de 1992– haber compuesto un verso dedicado al cantante de música llanera Eneas Perdomo y que dice así: “Cuando vayamos a Elorza/ no pasemos por el puente/ crucemos en la chalana/ con la Leyenda Viviente”); el Paso de El Yagual, el de El Yopal, el paso Telero, Trapichito, Remolinote, La Mochilas, Paso del Cubarro, La Forzosa, El Cuevero, el de La Trinidad de Arauca o La Chiricoa y el renombrado paso Arauca, que une con un puente la carretera San Juan de Payara-Puerto Páez, frente al hato La Candelaria. Varios de estos pasos, los más importantes y de continua utilización fueron objeto de cobro de peaje para las bestias y cuyo producto ingresaba a las respectivas arcas municipales, de acuerdo a la legislación del estado. Una de las primeras referencias que tenemos es la de 1867. En la llamada
32
Ministerio de Relaciones Exteriores, Títulos de Venezuela en sus límites con Colombia, p. 332.
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Ley Tercera del Código de Rentas del Estado, en su artículo número 7°, se lee “Para el pasaje de animales para otro Estado, se designan los puntos siguientes: […] En el Departamento Muñoz, los Pasos de San Vicente, Elorza y Manga Henriquera…”; la misma ley facultaba a los Concejos para que dictaran sus respectivas ordenanzas de tarifas para el cobro, disparejas regularmente y frecuentemente rechazadas por los afectados;33 igualmente, en la Ley sobre Pasos de Ríos decretada por la Asamblea Legislativa de Apure el 21 de marzo de 1910, siendo presidente de ella el Dr. Diego Eugenio Chacón y secretario Francisco Ramón Echenique, se establece en el artículo segundo: “Para los ganados que procedentes de la República de Colombia que entren al territorio del Estado, de tránsito para cualquiera otro de la República, se habilitan los pasos de El Amparo, El Yopal y Elorza”.34 Esta práctica del cobro de peaje dio origen a manejos irregulares, odiosos monopolios y extralimitaciones municipales o del gobierno del estado a través de los años. Los pueblos fueron los menos beneficiados por el poco o mucho ingreso por el concepto del paso del ganado vacuno o caballar. Recordemos que en lo que respecta a Apure siempre ha sido la ganadería su tradicional fuente económica. Elorza y El Viento fundidos en uno solo Contrariamente a lo estipulado en el Laudo español y la sentencia del Consejo Federal Suizo, El Viento continuaba gobernado por autoridades colombianas en los comienzos de 1924. Así lo manifestó el jefe de la comisión venezolana al representante colombiano, quien informó estar al salir un decreto de su gobierno ordenando el retiro de dichas autoridades.35 La situación la presionaba la supuesta presencia de grupos comandados por el faccioso Emilio Arévalo Cedeño en la zona fronteriza. El gobierno venezolano quería arremeter contra ellos, pero no tenía certeza, vacilaba en el sentido de poder penetrar a dicho territorio. En el sitio de Las Vacas, a siete leguas de El Viento se encontraba Arévalo Cedeño de acuerdo a la información confidencial comunicada por las mismas autoridades fronterizas 33
Leyes del Estado Soberano de Apure, 1867, p. 77.
34
Recopilación de Leyes del Estado Apure, 1915, p. 200.
35
Nicolás Perazzo, Historia de las Relaciones Diplomáticas entre Venezuela y Colombia, 1981, p. 447.
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al ministro venezolano en Colombia Dr. Andrés Eloy de la Rosa y originó una consulta de éste al Canciller Itriago Chacín: “Permítome consultar Ud. si siendo una zona no delimitada todavía, [se podría] promover una acción policial de ambos gobiernos sobre dichos terrenos para disolver el grupo revolucionario”. Una vez informado el general Gómez de la situación, el canciller venezolano respondió a de la Rosa: “Espero tome todo interés asunto tratado en mi telegrama de ayer. Haga valer consideraciones del memorandum de 13 de julio y recuerde promesa hecha a nuestra Comisión por Comisión Colombiana respecto a decreto sobre desocupación de El Viento”.36 Ni el citado memorandum ni el telegrama referido constan en el expediente consultado en la Cancillería. El 18 de marzo, el canciller Pedro Itriago Chacín ordena al ministro en Bogotá dirigir una comunicación al canciller colombiano en los siguientes términos: …que las autoridades venezolanas del estado Apure van a tomar posesión de todo el pueblo de El Viento y territorios vecinos hasta la recta que une el hito de Las Montañitas en el río Arauca con la confluencia del Meta y caño llamado de Los Apostaderos, tal como figura en la letra A entre Calabocito y Mata de Guanábano, en el mapa N° 7 del Atlas publicado por el Consejo Federal Suizo. Tal decisión es conforme con el Laudo de la corona de España y la sentencia de Berna, y mi gobierno, acatando gustoso las reglas de la cortesía internacional y teniendo muy en cuenta la cordialidad de relaciones existentes entre los dos países, se apresura a participarle al Gobierno de Colombia, a los efectos de prevenir a las autoridades actuales en la región de El Viento y sus habitantes.37
Además, el ministro de Gobierno de Colombia ordenó a la autoridad de la Comisaría Especial de Arauca, buscar un sitio adecuado para fundar un nuevo municipio que reemplazara a El Viento en la frontera y procediera al traslado de los archivos, luego de lo cual se podría verificar la entrega del pueblo colombiano a Venezuela. El único pueblo establecido lo fue Nueva Antioquia, a orillas del Meta, muy al sur de Elorza, pero desconocemos si fue fundado después de 1924 o ya existía.
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AMRE, Política Internacional, Colombia, 1924, Exp. N° 134.
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Sobre el asunto de los archivos que se llevarían a otro lado, el canciller venezolano atajó al ministro (hoy se le llama embajador) para que comunicara al canciller de aquel país: Respecto de los archivos que no sean de orden político entiende que permanecerán en la jurisdicción de El Viento, de cuyos habitantes son patrimonio […] signifique al Gobierno de Colombia muy cordialmente que de ningún modo quiere Venezuela precipitar a los habitantes colombianos a salir del territorio de El Viento, en el cual podrán permanecer si así lo desean, con toda seguridad para sus personas e intereses.38
En Elorza no existen archivos civiles colombianos y los venezolanos en la Prefectura (o Registro Civil) son muy recientes; igualmente en la iglesia local. El 29 de marzo, el canciller ordenó comunicar al gobierno colombiano que Venezuela enviaría fuerzas en resguardo del orden en el territorio “indiscutiblemente venezolano”, respetando la zona que no había sido delimitada y esperando que Colombia “…contribuirá por su parte eficazmente a restablecer el orden en aquellas regiones”.39 En abril de 1924 ya se había acordado la medida; el general Gómez apremiaba al doctor Andrés Eloy de la Rosa, pues deseaba saber hasta dónde llegaba la frontera para extender la vigilancia y mantener a raya a los eternos enemigos del régimen que pululaban al sur, hasta los confines del Meta, con la anuencia de los gobiernos colombianos. El 14 de abril escribió el diplomático de la Rosa al general Gómez participando sus diligencias en la Cancillería colombiana: El Gobierno de Colombia, inmediatamente y de acuerdo con la cortesía internacional, aprobó la actitud de Venezuela y ordenó a las autoridades colombianas residentes en territorio venezolano, que se retiraran de aquellos lugares. Ahora recibo una nota de la Cancillería de Colombia, por la cual me notifica, para que a la vez lo ponga en conocimiento de nuestro Gobierno, que oportunamente Colombia tomará posesión de las zonas determinadas en su favor
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por la Sentencia de los Árbitros Suizos. Todo esto se ha hecho dentro de la mayor cordialidad, respetando así las decisiones de los Altos Tribunales.40
El acto de entrega de El Viento se efectuó el 30 de abril de 1924 con aparato de formalidad y recíproca cordialidad. Por Venezuela intervinieron como representantes el general Rafael Tovar García, comandante del Batallón Guaicaipuro acantonado en San Fertnando de Apure, guayanés muy experto en la zona, como lo demostró en no menos de diez años persiguiendo a los enemigos del régimen gomecista; el general Félix Simancas, también conocedor de la zona; por Colombia, el general Gerónimo Mutis, Comisario Especial de Arauca –entonces la Villa de Arauca tenía rango de Comisaría especial– y algunos medrosos habitantes de El Viento, temerosos de un asalto –uno más de la colección– de la guerrilla oposicionista, ahora que su pueblo, refundido en uno solo con Elorza, pasaba a ser territorio venezolano. Algunos se fueron a sistios más seguros de Colombia, su patria, o a jurisdicción venezolana, retirados del área fronteriza. Hubo discursos, zalemas y abrazos ese 30 de abril. La bandera venezolana fue izada en El Viento al lado del tricolor colombiano –ambos fueron diseño del precursor generalísimo Francisco de Miranda, el caraqueño universal–, arriado luego con toda solemnidad y el ceremonial apropiado. Personal militar venezolano rindió los honores correspondientes a ambas enseñas y se firmó el acta respectiva. Entregaba la plaza el jefe civil colombiano, general Rafael Álvarez Oropeza y recibía el jefe civil venezolano de Elorza, don Rafael Avendaño. Tres Rafaeles: Tovar García, Avendaño y Álvarez Oropeza, notable coincidencia. El mismo 30 de abril, desde El Viento y no desde Elorza salió a las 3 p.m., vía Bruzual, el telegrama fechado el 4 de mayo en esta última localidad, informando la novedad al general Gómez a Maracay y suscrito por el general Rafael Tovar García, con prosa grandilocuente: Aquí bien. Acabo de recibir, en medio de gran entusiasmo, esta tierra que ayer prestigiara glorioso tricolor colombiano y que hoy cubre iris que hiciera concebir sueños de gloria al más grande de los suramericanos, excelso. Como subalterno
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Ibídem, p. 452.
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agradecido suyo y venezolano me congratula este paso trascendental de su gobierno. Dios y Federación, R. Tovar García.41
Otro similar se fue a San Fernando para el general José Domínguez, presidente del estado. A las 6 de la tarde, uno más para Maracay, fechado el 4 en Bruzual, la oficina telegráfica más cercana, y enviado por expreso a caballo que recorrió lo más aprisa que pudo los 155 kilómetros aproximadamente que separan a Elorza de Bruzual. Dice así el telegrama: Región Viento de Venezuela, hízose entrega bajo los auspicios del contento venezolano y de la paz. Ahora estamos las autoridades y yo, haciendo esfuerzos por dejar a Ud., mi querido Jefe, contento del desempeño de nuestra misión. Ojalá sea así. Los descontentos en sus guaridas soñando catástrofes. Los vecinos del Viento anhelando escuelas, correos y telégrafos. DyF. R Tovar García.42
Ahora El Viento eran ambos pueblos refundidos. Sí, requería de todos los servicios públicos. No había escuela ni comunicación epistolar o telegráfica. Pueblos abandonados a la buena de Dios. Su único contacto eran los vapores que tocaban, procedentes de Ciudad Bolívar, San Fernando o Guasdualito y Arauca, cuando los dejaba subir o bajar la incursión guerrillera en la frontera. Es curioso que en ninguno de los telegramas aparezca el nombre de Elorza, sólo El Viento. Algunas personas mayores aún lo llaman así. Pero, un momento. El general Gerónimo Mutis, comisario especial de Arauca, no tenía instrucciones de levantar actas ni mucho menos, como se obligó a firmar también a la comisión venezolana. Sólo poner el sitio a disposición de ésta. Venezuela, desde Caracas, reclamó y acto seguido vino la reprimenda. Una copia del telegrama que le enviaron desde Bogotá a Mutis fue entregada al ministro de la Rosa para aclarar el punto. Dice así: “Órdenes que impartióle gobierno fueron simplemente retirar autoridades, sin formalidad de ninguna clase, ni mucho menos acta, debiendo abstenerse dar curso a dicha diligencia contraria sentencia…”.43 Y añade de la Rosa 41
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en el telegrama cifrado enviado a Caracas: “De todo lo cual se deduce que funcionario colombiano procedió por propia cuenta, desobedeciendo las órdenes del caso. Presidente dirigióle a éste un telegrama en términos muy enérgicos por su desacertado procedimiento”. El general Gerónimo Mutis, curtido en los campos de batalla como supone su jerarquía militar, no era ducho en la filigrana diplomática y actuó movido por un formalismo que nadie le solicitó y él consideró no estaría demás. El 9 de mayo, una semana después del acto formal, se recibió la documentación en la Presidencia del Estado en San Fernando de Apure. El general José Domínguez así lo comunica al general Gómez: Cúmpleme participarle que acabo de recibir el acta de entrega de El Viento y discursos cambiados en el acto, documentos que le enviaré en primera oportunidad dejando copia aquí por si Ud. juzga conveniente publicarlos en este Estado, lo que espero Ud. me diga. También le enviaré cartas de los generales Tovar García y Simancas. A juzgar por estos documentos, la entrega se hizo en medio de la más sincera y más franca cordialidad. Su amigo y subalterno, José Domínguez.
Muchos vecinos colombianos estaban compungidos y llorosos. Del viejo cementerio de El Viento fueron exhumados restos para ser llevados a otros pueblos de ese país, Arauca, Orocué, Tame, etc. Los más prefirieron quedarse en su nueva patria y con ellos las cenizas de sus mayores. En el sector La Vigía, al oeste actual del aeropuerto, algunas casas albergan tumbas de colombianos, como la del general José de la Rosa Silva, conservada como de propio deudo por sus dueños venezolanos, junto con algunas más, carentes de lápidas identificatorias. La prensa venezolana dio cuenta tardíamente del trascendental acto de demarcación de la frontera araucana en El Viento. El 17 de mayo, dieciocho días después, el periódico oficial El Nuevo Diario inserta la información en la primera página, con el siguiente títular “Ocupación de El Viento y territorios adyacentes por Venezuela. Cordialidad colombovenezolana” y a continuación el texto: Ha entrado ya de modo efectivo a participar en la vida nacional venezolana en sus múltiples aspectos esos territorios, cuya superficie pasa de un mil kilómetros cuadrados y donde una población laboriosa echa las bases de una riqueza
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pecuaria considerable […] El gobierno del General Gómez ha comenzado incontinenti a ocuparse en el mayor bienestar de aquellas poblaciones y entre otras medidas que prepara, ha creado dos escuelas y una administración de correos en El Viento.44
Insistimos, en ninguna parte se inscribe el nombre de Elorza. Parecía más significativo El Viento. El ministro venezolano Dr. Andrés Eloy de la Rosa, en telegrama extra al general Gómez enviado el 13 de mayo, recibido el 14 en Cúcuta y desde ahí remitido a Maracay, da cuenta de lo que dice el diario El Nuevo Tiempo en su edición del 13 de mayo de 1924: De conformidad con lo estatuido por el árbitro suizo, el último día del mes pasado se verificó una sencilla ceremonia para hacer entrega del Corregimiento El Viento a las autoridades de Venezuela. Hizo la entrega el Comisario Especial general Gerónimo Mutis, izándose el pabellón de colombia y el de Venezuela. Los concurrentes venezolanos y colombianos se dieron un estrecho abrazo y enseguida se firmó el acta respectiva.
Y añade por su cuenta el diplomático venezolano: “Tan elocuente acto ha tenido aquí gran resonancia. Respetuosamente felicito a Ud. y a su digno gobierno. Leal amigo. Andrés E. de la Rosa”.45 La prensa colombiana lo publicaba cinco días antes que la venezolana. Y por allá era mucho más difícil la comunicación. El 22 de julio de 1924 despachan un telegrama al general Gómez desde la oficina telegráfica de San Fernando. Lo enviaron el 9 de julio desde El Viento (lo continúan llamando así). Es el primer documento surgido de la nueva comunidad integrada y era para agradecer la instalación de la estafeta de correos del pueblo “…en este día en que ha efectuado su primera llegada el conductor de la correspondencia”. Lo firman los más representativos vecinos de la localidad: Augusto Vallú, Narciso Ceballos, Magín Obregón, Ernesto Ojeda, Jesús R. Astudillo, Marcos Páez, Nicolás Gavidia, Ángel M. García, Claro Castillo, Ángel M. Báez, Juan D. Pérez y Rafael A. Morales.46 Desde 44
El Nuevo Diario, n° 4095, 17 de mayo de 1924.
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entonces comenzó a fluir la correspondencia. El 6 de mayo, el general Gómez envía una tarjeta al ministro de Instrucción Pública Dr. Rubén González, ordenándole la creación de la escuela en El Viento. Al día siguiente, el ministro escribe al jefe acusando recibo de la tarjeta y la medida subsiguiente: “He recibido su apreciable tarjeta de ayer en que me da sus instrucciones para la creación de dos escuelas, una de varones y otra de hembras, en la población de El Viento, que pasó a ser territorio venezolano. Me ocuparé en tomar todas las medidas a fin de que estos planteles se instalen el 1° de julio”.47 Un día después, el 8 de mayo, con una increíble celeridad, el ministro de Instrucción Pública, Dr. Rubén González emitía la resolución creando sendas escuelas en El Viento, no habla de Elorza. Dice así: “Por disposición del señor Presidente Constitucional de la República han sido creadas dos Escuelas Federales Primarias de un solo maestro, una para varones y otra para niñas, en la población de El Viento, Estado Apure”.48 En la Memoria del ministro en 1925 se da cuenta al Congreso de la creación de los dos planteles, haciendo énfasis en que fue por instrucciones del general Gómez. Ese año se crearon en todo el país 36 nuevas escuelas de un solo maestro.49 El general Gómez atendió inmediatamente la insinuación del general Rafael Tovar García. El gobierno nacional comenzó a mirar con ojos de piedad a Elorza, o El Viento. Igualmente, el Gobierno nacional cumplía sus compromisos internacionales. El 6 de mayo de 1924 se emitió un decreto mediante el cual se ordenaba la cancelación de Bs. 186.000 (o 200.000 francos suizos) para cubrir los gastos probables que serían causados por “las Altas Partes litigantes por el Consejo Federal de la Confederación de Suiza”, hasta la conclusión de los trabajos de demarcación y que incluía la parte del sur de Amazonas, adelantada simultáneamente con la del Arauca-Meta. El general Tovar García y la primera Guarnición El general Juan Vicente Gómez sabía a qué atenerse en cuanto a la seguridad fronteriza. Debía reforzar la vigilancia porque ahora la frontera no 47
Ibídem.
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El Nuevo Diario, N° 4095, 17 de mayo de 1924.
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Rafael Fernández Heres, Memoria de cien años, vol. IV, parte II, p. 1013.
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concluía en la orilla del Arauca, sino que se extendía más de cien kilómetros al sur, hasta el Meta, el “bulevar de las guerrillas”, como lo calificaba el escritor Carlos M. Laya citando a un amigo suyo; incluía el Paso del Cubarro y Las Montañitas, bien lejos, una tierra sin ley y auxiliada por la tantas veces denunciada impunidad e inacción de las autoridades colombianas, causante de las ascuas en la cancillería venezolana. Confiaba a pie juntillas el caudillo tachirense en uno de sus oficiales activos más leales, el viejo condotiero guayanés general Rafael Tovar García. No era un gamonal iletrado, sino un experimentado militar de dilatada acción en la zona del Yuruari y del Orinoco desde las décadas finales del siglo xix. Hombre recio, valeroso y sin rodeos, no vacilaba en decir la verdad al general acerca de lo que sucedía en el territorio de su mando. Un memorial de tres páginas le escribe de su puño y letra, con aceptable ortografía el 4 de agosto de 1924 desde Elorza, al jefe del estado, dando cuenta de las novedades acaecidas por los lados de la frontera. La que consideró más importante, la deserción de un soldado “…que fue a dar al gran refugio hoy de los malhechores venezolanos y guates: La Villanueva”. En efecto, desde este lugar colombiano muy al oeste de Elorza, hoy llamado Caracol, a orillas del Arauca, más arriba del hito fronterizo de Las Montañitas y al este de la villa de Arauca, se arracimaban los eternos confabulados antigomecistas: Arévalo Cedeño, Carmelo París, Julio Olívar, Pedro Felipe Sosa, Fermín Toro; el general Pedro Pérez Delgado se hallaba preso desde 1922 y moriría ese mismo año 1924, el 7 de noviembre, en el castillo de Puerto Cabello; habían abandonado la lucha el doctor y general Roberto Vargas, el general Alfredo Franco, el coronel Luis Felipe Hernández y otros, reintegrados al seno de la patria y el hogar, acogidos a las garantías que ofreció el gobierno en 1921 a los combatientes de la frontera apureña. En la misma carta, Tovar García le insinúa al general Gómez, con su característica seguridad y firmeza: “…¡Ojalá me permitiera Ud. dar un paseo al Cubarro y La Villanueva! ¡Cómo se pondría en alboroto la madriguera!!!”. Pero el general Gómez no podía cohonestar una nueva incursión a territorio colombiano, con cuyo gobierno se hallaba en ese momento de buenas migas. No podía caer en la tentación de Pérez Soto, que por su cuenta y riesgo ordenó en 1916 al coronel Rivas pasar con su tropa a territorio del vecino país, a un lugar donde el espionaje indicaba se hallaba el campamento de Maisanta y le propinó una derrota que desbandó al grupo y él se salvó por su eterna habilidad. Se atuvo el general Pérez Soto, presidente de Apure, a
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las consecuencias de la violación del espacio nacional colombiano. No hubo represalias sino la natural protesta de aquel gobierno. Otro habría sido el desenlace si fallaba el coronel Rivas en su incursión. Recuerda el general Tovar García al general Gómez la orden de llevar a Elorza 50 hombres desde la guarnición de San Fernando junto con cinco oficiales; pero “…como no vinieron raciones para uno de los sargentos segundos que me traje, ni para los oficiales adjuntos, resolví licenciar éstos y enviar al otro para su respectivo cuartel de San Fernando”. Agrega con su proverbial franqueza Tovar García al caudillo en Maracay: Mi deber obliga a decirle lo siguiente: aquí, por más que la mayoría de los ladrones se haya retirado aparentemente lejos –por aquí no hay distancia respetable– hay que estar con un ojo abierto y otro medio cerrado; por cualquier parte, a cualquier hora y cuando menos se piense pueden entrar por caminos y dar una sorpresa; y mientras más reducido sea el número de vigilancia, mayores serán las obligaciones en el servicio. Y si a ello se agrega la plaga, el agua que ya no permite dormir siquiera, la inutilización del cuerpo será rápida y su eficacia casi nula. Esos oficiales que tenía y cuya ración no vino, me hacen mucha falta: me desempeñaban en muchas cosas, como expionaje [sic] y comisiones fuera del campamento, cosa en que no me es posible emplear a ninguno de los del cuerpo. En fin, mi General, perdone lo extenso de ésta y crea en el cariño y obediencia de su leal subalterno. R. Tovar García.50
El valeroso oficial gomecista consideraba malhechores a los enemigos de la dictadura, pero en esta carta sin desperdicio se pone de relieve su capacidad militar; no era un oficial de academia, de cuartel, de utilería; las sabanas de Apure fueron escenario de sus campañas desde 1914 aproximadamente, a las órdenes del general Pérez Soto, Dr. Hernán Febres Cordero y general José Domínguez, todos presidentes de Apure. La guarnición de 50 hombres y oficiales de élite que llevó el general Rafael Tovar García a Elorza con carácter permanente, por disposición del general Gómez, fue la primera que se acantonó en la zona. Antes sólo había un pequeño cuerpo de policía y grupos del ejército que llegaban de vez en cuando en la movilización y persecución contra los llamados
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revolucionarios. Fueron los precursores de la Policía de Fronteras que fundó López Contreras, de la Guardia Nacional y del grupo de caballería blindada “Farfán” que tienen asiento en Elorza. La frontera elorzana: parte sin novedad La frontera siempre ha sido caliente. La mayoría de los líderes de la guerrilla llanera se acogió a las garantías gubernamentales pero quedaban algunos empecinados, Arévalo Cedeño adelante. El 2 de junio de 1924 el general Pepe Domínguez, presidente de Apure, le da parte al general Gómez, no hay novedades: Mi querido jefe: me es grato llevar a su conocimiento que a la fecha los grupos de ladrones se han retirado de este Estado, pues todas las autoridades fronterizas informan que todo está tranquilo y ni noticias tienen de aquellos malhechores; entre los informantes está el general R. Tovar García, quien me telegrafía con fecha 29 de mayo diciéndome que hizo un recorrido por El Yopal, Las Vacas, Caribe, Chaparral, El Término y Las Camazas sin ningún inconveniente.51
Domínguez le incluyó al general Gómez un informe rendido por Tovar García sobre “la toma de posesión de El Viento” y añade que los habitantes del lugar (no lo llama Elorza): …temen que este pueblo sea blanco de las incursiones de las pandillas de ladrones; y esta es la causa porque se retiran o piensan retirarse de dicha población. No obstante esto, yo creo que el tiempo se encargará de probar que un cuerpo militar de cincuenta hombres convenientemente organizado y equipado y con un buen jefe es suficiente para conservar el orden en aquella parte de la frontera, como Ud. lo ha creído…52
La observación del general Gómez aprobada por el general Domínguez se cumpliría a medias. Nunca hubo una guarnición numerosa, al menos durante esa administración, que garantizase plenamente la 51
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seguridad del área y prevenir la posibilidad de ataques, como se demostrará desde ese mismo año 1924 hasta abril de 1931, última incursión de Arévalo Cedeño a tierras araucanas y fronterizas en el Meta. No podemos afirmar si de buena gana o forzadamente, a regañadientes, para la seguridad de la zona elorzana, se designó a varios dueños de hatos y fincas como jefes de policía rural, seguramente con plenos poderes para actuar en consecuencia. Así tenemos que en 1925 se efectuaron los siguientes nombramientos en los correspondientes latifundios: Ángel María García (Yopal), Daniel Archila Blanco (Las Camazas), Diego Ramón Lavado (San Ramón), Eugenio Guerrero, (El Caribe), Luis Alberto Unceín (San Felipe). Suerte de comisarios, a ellos les correspondería poner sobre aviso a las autoridades cuando ocurrieran incursiones guerrilleras en su jurisdicción.53 En la jurisdicción de Elorza, en 1931 se acabó la guerra.
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Memoria y Cuenta del Secretario General de Gonierno de Apure, 1932.
Capítulo III Los mil y un asaltos a Elorza y El Viento Maisanta y Arévalo Cedeño El diablo de Baudilio Escalona
Un eterno hostigar Elorza y El Viento fueron objeto constante de asaltos y hostigamientos desde finales del siglo xix y hasta los primeros treinta años del xx. Los peores fueron los que van desde 1913 a 1931 y con inusitada frecuencia desde 1915 a 1931, tiempo de cruentos enfrentamientos entre las fuerzas actuantes de la oposición y las gubernamentales, pero nunca en combinación con guerrillas que de manera semejante hostigaban al gomecismo en el Táchira, Trujillo, Guayana o el Oriente del país. Eran focos perniciosos, anárquicos, sin orden ni concierto, con mucha dispersión de recursos humanos y logísticos. El 27 de febrero de 1914, el coronel Carmelo Bocaranda, funcionario gubernamental en Bruzual, notifica al general Gómez con carácter urgente que “Hoy a las 12 llegó de El Viento expreso a caballo, comunicando verbalmente de parte de persona fidedigna que el 24 del presente pasó por aquella región invasión acaudillada por Nogales Méndez y Campoelías Ferrera [o Herrera]. Al que participa le quitaron 18 caballos; no escribió por abreviar la participación”. Se trataba de la incursión guerrillera del pintoresco general Rafael de Nogales Méndez, que en sus andanzas no sólo hizo oposición a Gómez sino que estuvo en son de guerra en Nicaragua, al lado de Sandino; en México junto a Emiliano Zapata y Pancho Villa y hasta en Persia y Turquía; se desempeñó como gobernador militar de la provincia de Palestina. Antes de partir a Europa en 1914, andaba de guerra
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por el llano apureño y colombiano. Era oriundo del Táchira (San Cristóbal 1879-Panamá 1937). El 23 de julio del mismo año, el telegrama lo remite al general Gómez el general José Rafael Núñez, presidente de Apure: “Acabo de recibir telegrama de Guasdualito fecha 18 del corriente y me informa que por aquella región no había novedad. El coronel Gámez también con fecha 18 de El Yagual, informa que no hay novedad y que casi todos los facciosos están en El Viento como asilados”. Y agrega Núñez el 29 de julio siguiente que el coronel Gámez le informaba desde El Yagual: “…siempre que las dificultades de la creciente se lo permitan, resuelve hacer hacia El Viento una recorrida con 60 hombres a caballo dejando acantonada en El Yagual el resto de la fuerza”. A lo cual añadía de su cuenta el orticeño general Núñez: “A este respecto mi opinión se ha limitado a manifestarle que realmente sería muy conveniente la presencia de las armas del Gobierno en Elorza, siempre que le sea posible efectuar rápidamente y sin inconvenientes su regreso sin contar con ninguno de los barcos que hacen el tráfico por esos lugares”. Es decir, deberían regresarse a pie o en caballos despeados desde Elorza a San Fernando o El Yagual, aplastando terronales y maltratando los glúteos sobre los caballos. Así se manejaba con chato criterio la seguridad fronteriza. Hacía falta el dinamismo y la disposición del general Pérez Soto. Este criterio mejoraría tiempo después al vincularse los vapores de la Compañía de Navegaciación con el traslado de las task forces donde se requiriera, por el Apure, el Arauca o el Meta. El 30 de enero de 1915, en un telegrama del coronel Benjamín Olivieri, comandante del batallón Guaicaipuro, acantonado en San Fernando de Apure, informa al general Gómez de una carta recibida el mismo día y dirigida por el general Vicente Echeverría, dando cuenta de que “en El Viento no ocurre ninguna novedad y todo está tranquilo”. Entre 1915 y 1921 se mantuvo en jaque a la milicia oficial en el llano apureño y parte de Barinas (antes Zamora), Guárico y Portuguesa, y eventualmente Bolívar y Amazonas. Ingentes recursos fueron consumidos por las tropas. La peor parte la llevaba la economía local y especialmente los ganaderos. Los hatos eran asaltados por la guerrilla y el ganado diezmado; cuando se trataba de propietarios vinculados directamente al oficialismo o conocidamente afectos, la situación era peor. Los hatos del coronel Hernán Moros, Víctor y Daniel Archila Blanco, Daniel Archila Perlaza, los Gilly, Eugenio Guerrero y Diego Lavado, todos en jurisdicción elorzana fueron afectados por el famoso grito: “¡Viva la revolución! ¡Muera el ganado!”,
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porque de alguna manera debían lograr el abastecimiento de las numerosas partidas guerreras, la mayoría pequeñas en cuanto a brazos armados. La más formidable de todas fue la incursión de 1921 que comenzó en el llano oriental colombiano, siguió al Amazonas, pasó a Caicara de Orinoco, retrogradó al Capanaparo, pelearon en La Ceniza (hoy Médano Alto) y desembocó en Guasdualito donde fueron vencidos; la tradicional desunión de los enemigos del gomecismo se estrelló en esa plaza contra la monolítica actitud resuelta de un puñado de defensores del régimen, al mando de los generales Benicio Giménez, larense; Jesús Antonio Ramírez, barinés, coronel Antonio Paredes Pulgar, merideño y otros oficiales y soldados llaneros, larenses y tachirenses, quienes combatieron día y noche durante 36 horas seguidas contra los sitiadores de la plaza guasdualiteña. Del otro lado, el ejército del gobierno solicitaba recursos de ganado vacuno y bestias a los ganaderos. Negarse era declararse enemigo el gobierno. Con recibos y vales cotra el Tesoro o sin ellos, los ganaderos entregaban lo necesario. A veces tenían tiempo de poner a buen resguardo sus reses y bestias, ocultándolas en lo más intrincado del monte o en la sabana abierta. Otras las entregaban de buena gana a los revolucionarios para evitar saqueos indiscriminados. Pero siempre cometían desafueros y retaliaciones, como el asesinato alevoso de don Bonifacio Velásquez en su hato Santa Ana, a orillas del Capanaparo, jurisdicción de Cunaviche, acto ignominioso perpetrado por un peón expulsado por Velásquez de su hato; se incorporó a la guerrilla con ánimo vengativo a la menor oportunidad. Hechos como el referido, cometido por la tropa insurgente al mando del doctor y general Roberto Vargas, merecía la inevitable reprobación de la mayoría y el descrédito de las fuerzas antigubernamentales. Vargas lo habría fusilado, pero el miserable asesino huyó después de perpetrado el crimen. El mismo gobierno exigía recursos del comercio establecido en Elorza o El Viento. Por su parte, el gobierno colombiano –conservador o liberal– era calculadamente indiferente a los movimientos armados contra el venezolano desde aquel territorio, a pesar de las constantes quejas y diligencias por la vía diplomática, solicitando internaciones o la extradición de los encausados, tratando de hacer cumplir el Tratado de Extradición suscrito por ambos gobiernos. En 1911 se rechazó solapadamente la extradición del general merideño Julio Olívar y su compinche Juan Eusebio Ojeda, quienes al final fueron detenidos, pero no extraditados; tampoco se procesó la extradición
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de Maisanta, a quien se acusaba de presuntos homicidios, ni a Baudilio Escalona, Carmelo París, Alfredo Franco, etc. A la postre, el general Gómez pagó con la misma moneda en 1917, negándose a entregar a las autoridades colombianas al general Humberto Gómez Becerra, liberal que al frente de su tropa asaltó a Arauca; luego de varios días de posesionado de la población, Humberto Gómez rindió las armas en El Amparo y fue acogido de tal manera que se trajo a su familia de Arauca, trabajaba en el ministerio de Obras Públicas como fiscal de carreteras, era protegido del Dr. José Rosario García, colombiano, tío del general Gómez y luego fue dado de alta en el ejército en campaña al mando del general José Domínguez, contra Emilio Arévalo Cedeño, con rango de jefe de Estado Mayor y vencedores de dicho jefe guerrillero en las sabanas de El Caribe en 1931. Humberto Gómez moriría anciano en San Cristóbal, atropellado por un automóvil, hacia 1950; su única hija sobreviviente –educadora jubilada-, los nietos y otros parientes están residenciados en Venezuela desde entonces. Algunas veces hubo cordialidad en tal sentido. En 1917, ejerciendo el general Pérez Soto la presidencia de Apure, informa al general Gómez el 4 de septiembre, que el comisario especial de Arauca había solicitado el 2 de julio al jefe civil de Guasdualito, un número de pasajes de cortesía en el vapor Amparo para transportar un pelotón desde Arauca hasta El Viento. Así se evitaría el penoso tránsito por la vía del llano, anegado en esos días. Se trataba de un comandante y 15 individuos de tropa quienes formaban parte de una comisión “de orden público del Gobierno Nacional Colombiano”. Los pasajes fueron dispensados. Luego, el 15 de agosto siguiente pidieron más pasajes para transportar igual número de tropas a El Viento, porque la autoridad colombiana “tuvo necesidad de reforzar esa guarnición”. Dice Pérez Soto en su carta que “La estrecha cordialidad internacional establecida por nuestras autoridades fronterizas, en cumplimiento de las instrucciomnes que de orden de usted les he transmitido, y el deseo de complacer en cuanto sea posible a las autroridades colombianas para acabar de desvanecer los anteriores resquemores, hicieron que nuestras autoridades de Páez no vacilaran en solicitar dichos pasajes del capitán del susodicho vapor “Amparo”, poniéndolos a la orden de la fuerza colombiana”.54 En total fueron 2 oficiales en primera clase a razón de Bs. 190; y 30 soldados
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en cubierta Bs. 1.425. Para un total de 1.615 bolívares. Pérez Soto no podía pagarlos del erario del estado por su cortedad; la Compañía de Navegación exigía la cancelación de la deuda y resultando infructuosas las diligencias del presidente de Apure ante el ministro del Interior, no tuvo más recurso Pérez Soto que solicitar al general Gómez, que el ministerio de Guerra y Marina pagara los 32 pasajes. Así lo ordenó el general Gómez y el dinero apareció. A pesar de estas liberalidades del gobierno hacia el depauperado gobierno de Colombia, sin dinero ni para pagar el transporte de sus tropas, no recibía respaldo del otro lado. Cuantiosos recursos desvió el gobierno, destinados para cubrir otras necesidades, para solventar la situación de inestabilidad en el llano apureño. Ese Apure era como un cuero seco, lo pisaban por un lado y se levantaba por el otro. El erario del estado quedaba exhausto después de las temidas incursiones belicistas. Asaltos e invasiones a Elorza desde 1899 Una relación que consideramos es casi total, con implicaciones en su vecina El Viento, mientras fue colombiana, da cuenta que desde 1899 a 1931, Elorza fue objeto de nueve asaltos e invasiones, tanto al pueblo como a sus inmediaciones. Como cualquier fortaleza medieval, con la diferencia que siempre estuvo desguarnecida e indefensa. La primera de que tengamos noticia la provocaron los correligionarios de la Revolución Liberal Restauradora, la cual estalló en el Táchira el 23 de mayo de 1899, comandada por los generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez y resultaron victoriosos el 22 de octubre del mismo año, fecha de su entrada triunfal a Caracas y asumió el gobierno el general Castro con el lema de “Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos”. Después del rápido triunfo de la llamada revolución Restauradora, en la periferia venezolana, en mayor o menor grado fue desmontándose la estructura del gobierno derrocado del general Ignacio Andrade, tomando por las buenas o a la brava las guarniciones y pueblos cuyas autoridades seguían plegadas al depuesto régimen. Así ocurrió en Elorza durante su ocupación manu militari; se suscitaron hechos de violencia con repercusiones en el comercio y hatos locales. La información nos llega a través de un poder otorgado por un grupo de elorzanos al abogado Francisco Moreno para que los representara en las respectivas reclamaciones ante el Gobierno Nacional. El
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poder lo otorgan el 1° de abril de 1901 don Ricardo Isidoro Archila, Tomás Calderón y Joaquín Guzmán, de donde se infiere que fueron afectadas, entre otras propiedades, los hatos Las Camazas Archileras y Alcornocal, de Archila y Guzmán, respectivamente. En el poder se deja constancia que se trata de “…dejar plenamente probados ciertos hechos ocurridos en sus interses y ejecutados por los jefes de las fuerzas Liberales Restauradoras que ocuparon esta plaza en la última revolución, y en el reconocimiento que debe pedir de firmas y documentos expedidos por los dichos jefes, por cantidades de dinero recibidas para el sostenimiento de las indicadas fuerzas…”.55 A juzgar por el texto del poder, no habría sido ganado sino dinero en efectivo el suplido por los citados latifundistas y comerciantes a las fuerzas restauradoras, insurgentes contra el gobierno de Andrade, que fue una imposición del último caudillo llanero, el general Joaquín Crespo. Después de dicha incursión, hubo un interregno más o menos pacífico hasta 1915, cuando en mayo invadió Elorza el guariqueño Emilio Arévalo Cedeño, a quien con apenas un año en la palestra militar y política –se inició en la guerrilla en Cazorla, en mayo de 1914– ya lo jerarquizaban como general. Llegó hasta Las Camazas, al norte de Elorza. Así lo informa por carta don Demetrio Agudo, general, comerciante, ganadero y luego jefe civil de Nutrias, al general Gómez: “El General Arévalo Cedeño invadió y estuvo en el hato Las Camazas”, habiéndose llevado 9 sillas y 12 caballos. De allí regresó a territorio colombiano y se decía allá que éste volvería a invadir para buscar vía del Guárico”.56 En efecto, Arévalo se regresó a El Viento y luego siguió al sur, tomó el Capanaparo y por ahí siguió hacia el este hasta tomar el Orinoco, rumbeando siempre entre el Capanaparo y el Meta. Penetró al Guárico por la vía de Caicara-Cabruta, perseguido por las tropas del general Vincencio Pérez Soto, presidente de Apure. Las Camazas Archileras por segunda vez eran afectadas por una incursión armada. Esta vez no tendría posibilidades de cobrarle a nadie. Tampoco sería la última. Al año siguiente, 1916, correspondería el turno, por primera vez, al general Pedro Pérez Delgado, legendario guerrillero natural de Ospino, estado Portuguesa, quien venía alzado contra el gobierno gomecista desde 1914. El 2 de abril, Maisanta atacó a Elorza y destruyó a las fuerzas que 55
RPSFA, Municipio Muñoz, 1901, Protocolo 1°, p. 1.
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BAHM, 1979, p. 174.
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resguardaban el pueblo, veinte hombres apenas, al mando momentáneo del coronel Felipe Rodríguez, pues el titular, coronel José Colmenares había salido de recorrida a Las Camazas Archileras. El mismo 2 de abril, Maisanta, conocedor de la ruta de su oponente, continuó en persecución de Colmenares, que no esperaba el golpe; se trabó combate a las 3 de la tarde, hora en que se toparon ambas fuerzas. Colmenares, atacado por sorpresa se defendió bravamente en los corrales del hato y antes de caer acribillado y ser rematado, pudo dar muerte a Alcibíades Escalona, hermano del guerrillero larense Baudilio Escalona, ambos bajo el comando general de Maisanta. Del grupo de veinte hombres que llevaba el coronel Colmenares, muy pocos lograron sobrevivir al fiero ataque de las guerrillas de Pedro Pérez que se estimaban entre 80 y 100 hombres. Fue el tercer ataque a Las Camazas, el segundo en un año. Cómo le dolió a Pérez Soto la muerte de su paisano y amigo Colmenares, hombre de su plena confianza. Una hábil estratagema logró dividir la fuerza de cuarenta hombres que resguardaba a Elorza y se hizo salir a Colmenares a la sabana con veinte hombres; la infidencia fue de un traidor de las filas gubernamentales, de apellido Rodríguez, quien hizo saber al jefe militar que Maisanta se encontraba en los alrededores de Las Camazas y salió en su búsqueda. El 1º de octubre de 1917, don José Natalio Estrada Utrera se dirige al general Juan Vicente Gómez desde Caracas, anexando copia de un telegrama enviado por el presidente de Apure general Pérez Soto el 24 de septiembre anterior, en respuesta a un telegrama de Estrada, donde le manifiesta: Usted y todos los elementos de paz y orden saben que mi Jefe el Gral. J. V. Gómez es un incansable y generoso protector de los hombres de trabajo, porque así se lo ha probado a los apureños, cumpliendo sus órdenes. Por lo tanto, confíe en que él le da con mucho gusto el permiso para traer los winchsters que usted necesita para el uso particular en sus hatos, pues el Gral. Gómez sabe que Ud. como elemento de orden y de trabajo es un aliado de la causa que él representa y sostiene. Cordialmente lo saluda, su amigo. V. Pérez Soto.
Y le agrega Estrada al general Gómez :“Anticipándole las gracias me repito su amigo y servidor”. Con esas armas trataría don José Natalio de
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defenderse de las guerrillas que merodeaban en el alto llano apureño.57 Las tendría poco tiempo porque en varios asaltos se las fueron llevando, salvo las que permanecían enterradas, a buen resguardo. El 24 de diciembre de 1919, la fiesta de plomo en Navidad la puso el mismo Maisanta, cuando en la madrugada, según unos o a las 11 de la mañana según otros, penetró a sangre y fuego a Elorza, sorprendiendo de nuevo a la guarnición que no opuso resistencia. Era pequeña la guerrilla de Maisanta, unos 25 hombres, con seis que logró incorporar en el pueblo. En el ataque fue quemado el equipaje del doctor Vargas Rivas, hallado en la jefatura civil; era Vargas habilísimo abogado que se hallaba en Elorza como apoderado de doña Pancha Vásquez de Carrillo en un litigio con don Pablo Castillo por linderos de La Chiricoa, que pertenecía entonces a la futura Doña Bárbara de Rómulo Gallegos. En el equipaje estaban los papeles del litigio y tal vez las escrituras del hato. Vargas Rivas, a quien no conocían los atacantes –era pájaro de cuenta de Pedro Pérez, porque contribuyó a elaborar el expediente por homicidio incoado contra el guerrillero antigomecista– fue asaltado y le llevaron su faja con 12 morocotas y un sencillo. Vargas Rivas salió despavorido a El Viento, donde pensaba estaría a salvo de la furia de Maisanta. Era la segunda incursión de Pedro Pérez a Elorza y el tercer ataque en dos años a la comunidad fronteriza. Habían descuidado la guardia. El más cercano cuerpo militar gubernamental era el del general Félix Simancas, jefe civil de Bruzual, quien cuando llegó a Elorza, ya Pedro Pérez estaba en Corocito Archilero (de don Daniel Archila Perlaza, homónimo de don Daniel Archila Blanco, el de Las Camazas), a 78 kilómetros aproximadamente. Simancas fue destituido de la jefatura civil de Muñoz y del mando, por negligente. Dijo Pérez Soto al general Gómez: “Yo no le puedo tolerar esa falta a Simancas porque se relaja la disciplina entre los servidores y después no puedo presentarle a usted los resultados de siempre”.58 El 20 de mayo de 1921, Alfredo Franco se hallaba en apresto de combate en El Viento, con miras a incorporarse al grupo del doctor y general Roberto Vargas, quien venía desde el sur del Guárico con rumbo al Alto Apure, después de las acciones de Amazonas, donde Arévalo dio cuenta de 57
Archivo Oldman Botello.
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Oldman Botello, Maisanta. Historia documentada, (obra inédita).
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Tomás Funes; la toma de Caicara de Orinoco y el combate de La Ceniza. Así lo comunicaba previsiso el coronel Antonio Paredes Pulgar al general Gómez desde Guasdualito, destino final, como le parecía, con mucha visión, al general Pérez Soto, en telegrama al jefe del Estado el 22 de mayo desde las costas del Cinaruco, donde andaba en pos de los guerrilleros al mando de Vargas, que venían envalentonados con los triunfos obtenidos en secuencia. El telegrama llegó a Maracay por la vía de Valle de la Pascua, de posta en posta. El secretario general de Pérez Soto en Apure, doctor Miguel Lorenzo Ron Pedrique, ordenó al coronel Paredes Pulgar el 25 de mayo, el envío de un cuerpo de espionaje para que se situara entre Elorza y Guasdualito; exigía que no fueran menos de cincuenta hombres de a caballo, repartidos en todo el litoral del Arauca. El 19 de junio, el general Félix Simancas, repuesto en el ánimo gubernamental luego de disculpársele las pasadas fallas, y muy enfermo, informa al general Gómez desde Veladero, a cinco leguas de Elorza, que el ejército faccioso andaba por las riberas de Arauca y constaba de 2.000 hombres, los cuales dejaron las embarcaciones en El Zinc, hato Los Cocos y seguían hacia el oeste. Desde Maracay respondieron que era incierto tal número de hombres enguerrillados, de acuerdo a los informes que llegaron al despacho del caudillo. Alguien mentía, pero el ejército en armas sí era crecido. El mismo día ya estaban sonando los primeros tiros en las afuera de Guasdualito. Habían pasado al sur de Elorza con rumbo hacia aquella población. Nadie los molestó en el tránsito desde La Ceniza. No consiguieron quien los detuviera y eso agravó la situación, porque llegaron a combatir en Guasdualito, a sangre y fuego durante 36 horas de recia brega, llegando hasta las puertas del asediado cuartel. Pérez Soto activó la vigilancia, porque después de la encarnizada lucha en Guasdualito, sin decisión entre ambos ejércitos, la “revolución”, dividida, siguió con Arévalo Cedeño, mientras Vargas, Alfredo Franco, Pérez Delgado y otros se asilaban en Arauca. Ninguno de estos tres volvería a tomar las armas. Aceptaron las garantías que les ofreció el gobierno, los dos primeros en 1921 y Vargas en 1924, cuando pudo regresar al país después de seis años de exilios y guerra, abandonando sus hatos Corocito Varguero (Barinas) y El Totumo (Guárico) desde 1915. Ahora le correspondería a Arévalo Cedeño el turno de mantener en jaque a Elorza y a las autoridades –eterno piquihuye– en el llano de Apure y Guárico; en Amazonas y en Bolívar.
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El bandido Baudilio Escalona y sus depredaciones Era tocuyano y desde 1915 andaba en armas en el Alto Apure, sus correderos. Cuando cometía una fechoría se marchaba a Colombia de la manera más olímpica. Nadie se metía con él. Un catire ojos rayados, buen tirador y excelente jinete. Baudilio Escalona andaba de su cuenta, luego se hizo “revolucionario” y en nombre de la oposición al general Gómez robaba, asaltaba y mataba. Estuvo tres meses detenido junto con el general Maisanta, de quien se hizo amigo, entró a sus filas y juntos se metieron a El Viento y a Elorza varias veces. Estuvieron presos ambos en el Panóptico de Tunja, en Colombia, durante 33 meses. En 1919, cuando le siguieron juicio en ausencia y dictaron auto de detención en 1920, Baudilio Escalona fue identificado por dos de sus víctimas en el tribunal de Primera Instancia en lo Criminal de San Fernando. Para Manuel Vicente Hernández, dueño del fundo San Gregorio, Baudilio Escalona era así: “Pequeño, color trigueño, ojos rallados (sic), pelo indio, sejas (sic) pocas, nariz perfilada, bigote, muy poco bestido(sic) desente (sic), dentadura entera, boca pequeña, como de veinticinco años de edad, más o menos, de carácter, un hombre serio…” y según Santana García “…blanco y tostado por el sol, pequeño, ojos verdes, con un diente de oro, como de treinta y cinco años, delgado, monta bien a caballo…”, cuando lo vio calzaba puños o polainas, vestido de negro “con tela que no parecía casimir” y se cubría la cabeza con un pelo de guama.59 En unos rasgos coinciden y en otros no. La edad debía ser cerca de los 35 años, aproximadamente la misma del general Pedro Pérez Delgado, Maisanta. Debió nacer Baudilio Escalona a mediados de la década de los ochenta del siglo xix. Se le acusaba de haber asaltado y saqueado entre el 30 de mayo y el 6 de junio de 1919, doce hatos y fundos, una casa comercial y a varias personas que encontró en el tránsito, con varios de los cuales usó la violencia para lograr su objetivo. El expediente señala que asaltó el 30 de mayo a Mata Negra, de los Estrada; San Ramón, de Diego Ramón Lavado y atropelló a su esposa; Las Camazas, de los hermanos Víctor y Daniel Archila Blanco; La Esmeralda. El 31 de mayo y los días siguientes penetró Baudilio Escalona junto con sus hombres (unos dijeron que eran 11 y otros aseguran haber
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RPSFA, Judiciales, Exp. Copia del Archivo de AMRE.
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visto 25: el miedo es libre y exagera las proporciones) a La Vazquera; El Guamal, de José Silvestre Villegas; El Algarrobo, de doña Flora González de Figueroa; San Gregorio-San Antonio, de Manuel Vicente Hernández; La Chiricoa y La Trinidad de Arauca, de José Natalio Estrada Utrera; Santa Marta, de Vicente Hernández Rodríguez; El Porvenir, de Rufino M. Castilllo; El Piñal, de Andrés y Fernando Castro Rodríguez; El Zinc, a orillas del Arauca; Los Cocos, de la empresa The Lancashire General Investment Trust Ltd., llamada comunmente la Compañía Inglesa, con pocos años de instalada en Apure, cuyos representantes en Apure eran Crceil Elmy y Frank Morris Elliot y el encargado del hato asaltado José Antonio Gorrín, hijo; y Sosero o La Cruz Sosera, de don Bartolomé Araque. El expediente instruido en San Fernando, de acuerdo con los interrogatorios a los testigos y dueños de las posesiones afectadas, detalla los valores dispuestos por la partida de asaltantes: en Los Cocos, Bs. 200 en efectivo y pérdidas generales por el orden de los 1.552 bolívares y hasta se dio el lujo Baudilio Escalona de firmar un recibo como “jefe del cuerpo”, según se lee, por la cantidad de Bs. 1.400; tenía una letra aceptable el hombre. Atropellaron y amenazaron a la familia de Gorrín para que les entregara las pertenencias y además se llevaron 2 Rémington, 80 cápsulas, 1 Winchester con 130 cápsulas; un máuser, las prendas de la señora Gorrín, un revólver y un puñal del encargado del hato; prendas del señor Enrique Barbieri, contador del hato y saquearon un baúl propiedad de un empleado de apellido Fortoul. En San Gregorio se llevaron una cobija, un machete emplatado, un caballo y a Julián Armstrong, un revólver con su faja y además lo llevaron consigo como rehén hasta soltarlo en el Capanaparo; entre San Gregorio y San Antonio se toparon con el viajero Cesáreo Castillo a quien quisieron matar “por enemigo de nosotros y para que pague las que debe” según le dijo Rafael Flores, uno de los secuaces de Escalona, pero éste lo dejó libre “para que no digan que somos tan malos”, pero lo despojaron de un revólver y su bestia para que siguiera el camino a pie hasta Elorza, unos cuantos kilómetros; en El Porvenir sustrajeron un machete emplatado, el sombrero de la esposa del dueño, un freno de caballo y varios quesos. Del fundo La Vazquera saquearon una silla aperada, dos fajas y un revólver, una escopeta de dos cañones, dos mosquiteros, un sombrero de terciopelo, una bayeta nueva, un chinchorro nuevo y una caja de cápsulas de revólver. En El Guamal, un cobertor, dos sombreros “de pelo” y prendas de oro. En el extenso hato Mata Negra, de José Natalio Estrada, sustrajeron el 30 de
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mayo dos sillas, una cobija, un revólver con su faja, un puñal, un Winchester de los adquiridos con permiso del general Gómez, 22 pesos en efectivo, cuatro caballos, tres mudas de ropa de los peones, dos mosquiteros, dos chinchorros y dos frenos. En la finca San Ramón sustrajeron tres yeguas, tres padrotes, una mula a la que mataron a tiros inmisericordemente; un chinchorro, una silla, una cobija, un poco de tabaco en rama y un poco de dulce. En El Algarrobo un revólver, las prendas de la dueña doña Flora González de Figueroa, a saber, 8 sortijas de oro, tres prendedores de oro, cuatro pares de zarcillos de oro, un brazalete de oro, una cruz de oro de su hijo, para un total, sólo en las prendas de Bs. 1.700. En Las Camazas Archileras, el 29 de mayo sustrajeron 20 caballos, 14 sillas, 15 cobijas, 10 mosquiteros, 10 chinchorros, varios revólveres y cuchillos. De Yopito se llevaron un caballo cuando pasaron; en junio, en El Torno, una marrana que mataron a tiros para comérsela; en Sosero, 300 pesos (Bs. 1.200 bolívares) ropa hecha y telas. Por La Esmeralda también pasaron y se llevaron un queso de seis libras y tres más de 45 libras cada uno; en La Trinidad de Arauca le llevaron a don José Natalio Estrada doce morocotas (cada morocota es una moneda de cien dólares americanos, de libre circulación entonces en el país) y en el establecimiento comercial de Unceín Hermanos, instalado en el vecindario de La Trinidad de Arauca sustrajeron zapatos de hombre, alpargatas, fajas de cintura, franelas, cigarrillos, fósforos y aperos de monturas, todo por un valor de Bs. 2.000, dinero de cierta magnitud para ese entonces, 1919. Una razzia total lo que hicieron en cada uno de sus hatos y fundos Baudilio Escalona y sus compinches, entre quienes se identificó de acuerdo a los testigos, algunos muy conocidos en la zona: Rafael Flores, José Gregorio Martínez, capitán Francisco Figueredo, de San Juan de Payara y a quien coincidieron en calificar como “buen peón de llano”; Magdaleno Tovar, Nicanor Valderrama, uno a quien llamaban coronel Mora (Marcos César Mora, muy conocido por sus andanzas seudorevolucionarias en la zona), el capitán Lahorda, un árabe a quien nombraban capitán Mauricio y José Ignacio Martínez. Pero el gobierno supo después que también andaba Víctor Machado Salas, dueño de hato, del Alto Apure, posiblemente de Guasdualito o El Amparo y muy vinculado a Arauca; también fue compañero de Maisanta y de Arévalo Cedeño en su momento y tuvo destacada actuación en la lucha antigomecista en el llano. A todos ellos, incluyendo a Escalona, se les dictó
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orden de prisión el 8 de marzo de 1920 por la comisión de los delitos de robo, empréstitos forzosos, “y otras violencias”, de acuerdo al dictamen del juez Juan R. Moncada y firma como secretario César Augusto Gallípolli. El número de armas logradas en los asaltos fue pródigo: dos winchésteres, dos rémingtons, una escopeta de dos cañones, un máuser, un flower, seis revólveres (más un número indeterminado sustraído en La Trinidad de Arauca), tres machetes, dos puñales (más un número indedeterminado robado en La Trinidad de Arauca) y 1.488 bolívares, más 12 morocotas o moneda de 100 dólares americanos (al cambio aproximado de Bs. 3.30 para la época). Botín no desdeñable. Baudilio Escalona siguió en sus actividades. En diciembre del mismo año asaltó a Elorza acompañando al general Pedro Pérez Delgado. Baudilio personalmente dio muerte al capitán Eladio Delgado, hermano del jefe civil y a dos policías que resguardaban al pueblo. El presidente del estado Apure, general Pérez Soto denunció ante el general Ignacio Andrade, ministro de Relaciones Interiores el 28 de diciembre de 1920, la impunidad de la actuación de estos hombres, quienes recibían todo género de facilidades al otro lado de la frontera, incluyendo la atención a los heridos en combate. De la incursión de mayo-junio dice Pérez Soto al ministro del Interior: Cuando se organizó la persecución huyeron rápidamente validos de las buenas madrinas de caballos que cargaban y se refigiaron en territorio colombiano a disfrutar tranquilamente del resultado de sus fechorías, dados el apoyo y la protección que allí se les dispensa. Luego volvió a organizarse la banda, con los referidos cabecillas Escalona y Machado Salas […] En 24 de diciembre del mismo año asaltó Elorza, donde destruyó todos los útiles de la Jefatura Civil y tomó las pocas armas que allí habían. Asesinaron al capitán Eladio Delgado, hermano del Jefe Civil del Municipio; luego la cuadrilla malhechora siguió el mismo rumbo que la irrupción anterior y saqueó, extorsionó y violó en los hatos ya mencionados, pasando además hasta El Piñal, de los hermanos Castro Rodríguez, Santa Marta, de Vicente Fernández, El Zinc, de la The Lancashire General Investment Trust Ltd., el Ojo de Agua, de Juan Rodríguez Pérez y La Yagua, de Gregorio Díaz O.; fueron al pueblo de Guachara, donde también cometieron desórdenes y robos, y tomaron rumbo al Meta. Ya cerca de
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este río lograron alcanzarlo nuestras fuerzas, asaltando y destruyendo la banda en su mayor parte, logrando escaparse únicamente los tres cabecillas que se internaron de nuevo en territorio colombiano.60
Agrega Pérez Soto que en el segundo semestre de 1920 volvieron a asaltar a Elorza Baudilio Escalona y sus secuaces, esta vez con 183 hombres, lo cual ya es una cifra respetable. Al ser perseguida por las fuerzas gubernamentales a caballo “…se internó en jurisdicción colombiana por los lados de El Caribe. Estando nuestro destacamento acampado en Elorza la noche del 7 de noviembre último, fue asaltado por la banda de foragidos, la cual penetró e hizo el asalto por las propias calles de la población colombiana de El Viento, banda que fue derrotada por nuestro destacamento y no fue destruida totalmente porque el combate fue en la misma línea fronteriza y el jefe de nuestro destacamento se abstuvo de perseguirla por no invadir jurisdicción extranjera”.61 Se lamenta el general Pérez Soto que: “La autoridad del territorio colombiano ordenó a la autoridad de El Viento que prestara a los heridos de la banda que habían quedado en su jurisdicción, toda clase de consideraciones y recursos, como haciendo causa común con ellos, pues al cabecilla herido Andrés Miranda lo llamó a Arauca el Comisario Especial y lo tiene a su lado”.62 El ministro Ignacio Andrade sólo se limitó a hacer llegar copia de la comunicación al Canciller Itriago Chacín. La situación en todo el estado Apure y Amazonas recrudecería a finales del año 20 y tuvo su punto de clímax en el primer semestre de 1921; desde junio comenzó a languidecer la acción guerrillera en el llano apureño, con la excepción de las incursiones esporádicas y anarcoides del general Emilio Arévalo Cedeño. Los días de Baudilio Escalona terminaron a mediados de 1920, cuando en territorio colombiano fue perseguido por Arévalo Cedeño a instancias del gobierno de esa nación y muerto en un encuentro armado, de lo cual se vanagloria el guerrillero guariqueño en su autobiografía.
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AMRE. Archivo Antiguo. Colombia, 1920, p. 35.
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Queman a Elorza y El Viento por un asunto personal A fines de la segunda década del siglo xx, un grave suceso viene a perturbar la paz de Elorza y El Viento. Tiene sus raíces en la negativa de don Félix Borjas de continuar subsidiando a las guerrillas antigomecistas que “cobraban vacuna” a los comerciantes y latifundistas. Doña Ana Rosa Borjas atribuye la autoría intelectual a un jefe de guerrillas llamado Andrés Franco que luego su sobrino Orlando Borjas Flores pretende identificar como el general Alfredo Franco, luego que “las indagaciones realizadas parecieran concluir…”.63 Primeramente la venganza de Andrés Franco fue incendiar la casa del hato La Aurora, propiedad de don Félix Borjas y poco más de un año después, aprovechando la oscuridad de la noche, con ocho hombres encabezados por un tal Rafael Montes de Oca, dieron fuego a la casa de don Félix en el centro de Elorza, quien se encontraba ausente en viaje de negocios. Las llamas se propagaron rápidamente. Dentro del inmueble se encontraban la esposa doña Sofía de Borjas y las pequeñas hijas del comerciante, salvadas de morir calcinadas gracias a la decidida acción de un grupo de vecinos encabezados por el general Rodolfo C. Piña (luego sería encargado del presidio al aire libre de Palenque y La China, en jurisdicción de El Sombrero, hacia 1929), gran amigo de la familia. Las llamas alcanzaron con sus chispas a los techos de casas vecinas, avivadas por el viento constante y una treintena de residencias de Elorza y El Viento se vieron reducidas a cenizas ante el estupor general. Recuerda Ana Rosa Borjas que el insomnio de su madre por una culebrilla que padecía le permitió percatarse del inicio del fuego, que ha podido alcanzarlos cuando estuvieran todos dormidos.64 Y agrega la niña testigo: “Mamá, en tan desesperado momento, se incorpora al reconocer la voz y le grita valiente ‘¡Ese es Franco! Sí, él fue, él fue el cobarde; acabaste con nuestras casas y nuestras vidas, con nuestro trabajo de tantos años’”.65 Andrés Franco se encontraba en la acera contemplando aquel infierno que había provocado su maldad y cínicamente daba órdenes a sus hombres para ayudar a controlar el fuego. El hecho criminal quedó impune.
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Orlando Borjas, Elorza. Crónicas y relatos, p.40.
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Ana Rosa Borjas, Bosquejo de una vida, p. 34.
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Reiteramos que el Nerón de Elorza no fue el general Alfredo Franco, considerado un gran caballero en sus andanzas revolucionarias y como persona y por ende incapaz de un acto innoble como el que aquí se narra. Yerra Orlando Borjas en su apreciación. Franco (Tinaquillo 1877 –Valencia 1958), fue hombre adinerado, propietario del hato La Candelaria (en jurisdicción de Barinas, no lejos de La Unión) y mientras estuvo exiliado en Colombia tuvo otro hato donde guarecía a sus compañeros de andanzas antigomecistas, el primero de ellos a Pedro Pérez Delgado, el legendario Maisanta. Mal pudiera entonces Alfredo Franco aplicar exacciones a ganaderos y comerciantes venezolanos para que contribuyeran coercitivamente a su proyecto. Franco se acogió a las garantías del gobierno en 1921 junto con Maisanta y el doctor Roberto Vargas y volvió a sus actividades agropecuarias en Barinas, Cojedes y Apure. Al morir el general Gómez, el general Alfredo Franco fue designado jefe de la policía de fronteras en Jobito, luego gobernador del Territorio Federal Amazonas y posteriormente presidente del estado Cojedes, su región natal; todos los cargos los desempeñó en el régimen del general Eleazar López Contreras. Su familia reside en Maracay, Los Teques y San Fernando de Apure y se venera su memoria como a la de un patriarca. Últimos combates en la jurisdicción de Elorza El área elorzana fue escenario de numerosos combates, como quedó dicho en páginas antecedentes. El último en su jurisdicción y a la vez el postrero librado por Emilio Arévalo Cedeño en su vida guerrillera, ocurrió en las sabanas de El Caribe, el 5 de julio de 1931. Provenían del Bajo Apure, tras 29 días de marcha desde Urañón, en el Capanaparo, donde habían intentado asaltar el vapor Arauca el primero de julio, sin éxito. Previamente hubo escarceos desde comienzos del año. A mediados de abril, una de las avanzadas de Arévalo, el coronel Manuel Vicente Álvarez Veitía (Valle de la Pascua 18951958) segundo del guerrillero y su inseparable compañero en la oposición al general Gómez desde 1914, se vino por el Alto Apure buscando penetrar hasta El Yagual. Estaba detectado por el espionaje gomecista instalado en los hatos El Caribe y San Felipe. El 15 de abril el general Jesús Antonio Ramírez le telegrafía al general Gómez desde Guasdualito participándole: “Teniente [José] Piñero infórmame de Elorza facciosos llegados a El Caribe
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llevan rumbo a El Yagual, lo que elevo a su superior conocimiento. Su amigo y subalterno. Jesús A. Ramírez”. También dice el día anterior desde Elorza el teniente José Piñero al coronel Julio Meléndez, en radiotelegrama retransmitido al general Gómez desde Bruzual el 15, fecha de la recepción del mensaje: “Ayer bajó Veitía [sic] por Santa Elena con 25 hombres a caballo y armados rumbo Yagual, según infórmame espía que tenía en El Caribe y San Felipe. Información [es] positiva y está un poco retardada por causa del mal tiempo”. El combate era inminente. Piñero esperó a pie junto al frente de sus 20 hombres a la fuerza de Álvarez Veitía, bien remontados, armados en Colombia y con un número no menor de 25 hombres que atacaron a Elorza el 17 de abril de 1931 a las 10 de la mañana, sin emplearse a fondo y se retiraron poco después a Las Camazas. Julio Meléndez da la novedad al general Gómez el 19 siguiente a las 3:30 p.m.: “Como le anuncié en mi anterior radiotelegrama bandoleros que atacaron al teniente Piñero, Jefe destacamento Elorza retiráronse a Las Camazas; Capitán Arjona con 30 hombres bien equipados debe ser cerca [sic] esos lugares y le doy orden siga la persecución de esa pandilla. Ninguna otra novedad. Julio Meléndez”. A los dos días llegaron a El Yagual dos camiones con oficiales, soldados, equipo militar y munición de boca para actuar sobre las posiciones de los facciosos. Fueron sólo escaramuzas que precedían al fin. Arévalo Cedeño aniquilado en El Caribe El general Emilio Arévalo Cedeño, después de su incursión sin suerte por el Bajo Apure, se presentó al sur de Elorza y fue cercado en el hato El Caribe por las fuerzas gubernamentales, aprestándose a dar la pelea final. El combate en El Caribe comenzó a las 4:30 de la tarde contra las tropas al mando de los coroneles Julio Meléndez, de la guarnición de Apure y Sánchez, procedente de Bolívar. Las sabanas estaban repletas por la crudeza de la temporada lluviosa y los ríos desbordados. Todo conspiraba contra Arévalo. El combate fue desventajoso para él. Una auténtica carnicería y a las 6:30 estaba derrotado. La dramática situación vivida la refiere el jefe faccioso en las páginas de su autobiografía, señalando que estuvo varias veces cerca de caer en manos del enemigo y tres en peligro de ahogarse, tratando de salvar a sus compañeros. “Mis ordenanzas cayeron muertos a mi lado, y otros oficiales más que heroicamente me defendían del enemigo. Todos
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cumplieron con su deber como bravos y como buenos”.66 Una carta del coronel Julio Meléndez aporta detalles acerca del combate en un escenario donde había más agua que tierra, por el desbordamiento de ríos y caños, desparramados en la sabana: …le rompimos los fuegos incontinenti y no resistió sino hora y media; a las 6:30 estaba completamente derrotado; lo favoreció la noche, si no, no se hubiera escapado esta vez; dejó en nuestro poder todo cuanto cargaba y allí le cojimos seis prisioneros entre ellos un comandante Ulpiano García, cuarenta y seis armas de todas clases, seis esquifes y una canoa; dos heridos y quince muertos; éstos, dicen los presos que fueron más, pero nosotros no los vimos. También les cogimos la correspondencia, tres banderas y el famoso mapa que tanto le favorecía en sus correrías; brújulas, reloj de distancias, anteojos, en fin, dejó todo. Mi General, no se imagina usted la bravura de los oficiales y soldados del Guaicaipuro; estos me hicieron quedar muy bien y no tengo para ellos sino mi gratitud; lo mismo los oficiales del Rivas se portaron a la altura de sus deberes.67
Agregaba Meléndez que incautaron una lista con nombres de comprometidos en la insurrección la cual fue remitida al presidente del estado Apure para proceder a su detención en San Fernando y otras poblaciones. De Arévalo permanecería sólo la leyenda en el tiempo. Como tal leyenda, se desdibujó todo lo que fue en realidad su trayectoria. Por ejemplo, asegura Arévalo en sus memorias que el joven universitario Carlos Julio Ponte habría sido asesinado por las fuerzas gubernamentales una vez que cayó herido. Pero ya hemos visto en el texto de la carta de Meléndez al general Gómez que hubo prisioneros de mucha mayor edad ¿por qué habría de ser ultimado precisamente un joven de 27 años, integrante de distinguidas familias caraqueñas? Carlos Julio Ponte Rodríguez (Caracas 1904) formaba parte de una familia descendiente de los Ponte y Blanco emparentados con el Libertador; cayó en el campo de El Caribe luchando por su ideal y ya esa acción lo eleva en las páginas de la historia sin regateos. Casi podríamos asegurar que Arévalo exageró la nota para la posteridad. El joven Carlos Julio Ponte era hermano del capitán de navío Manuel Ponte 66
Emilio Arévalo Cedeño, El libro de mis luchas, p. 309.
67
Archivo Histórico de Miraflores (AHM), Cartas, 1931.
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Rodríguez, fundador y comandante de las FALN venezolanas en la década del sesenta del siglo xx y muerto en su prisión en 1964. Actividad económica en Elorza en el siglo xx y comienzos del xxi Desde 1914 cuando comenzó la oposición al gobierno gomecista en el llano apureño, la economía de la zona se resintió bastante. Además, familias enteras, el peonaje, gente humilde, dueños de fincas emigraron hacia lugares más seguros o en Venezuela o en Colombia. Arauca, Orocué, Cravo, Tame, vecindarios y otras poblaciones del llano oriental colombiano recibieron decenas de venezolanos ahuyentados por la inseguridad. Los hatos eran saqueados por fuerzas oficiales o de los insurgentes. Eran notorias las violaciones, robos, asaltos, despojos, atropellos sin cuenta. Algunos hateros colaboraban con ambas fuerzas suministrando ganado, otros recibían armas del Gobierno para defender sus intereses; algunos jugaban al agente doble, proporcionando información a los grupos contendientes; los más osados eran espías de los revolucionarios o del otro grupo, según su visión del momento. En medio de la situación, a Elorza arribaban los vapores de la Compañía Venezolana de Navegación llevando o trayendo pasajeros desde Ciudad Bolívar, Caicara, La Urbana, San Fernando de Apure, y otros pueblos del tránsito; transportaban bienes, comestibles, víveres en general, ropa; se iban con queso, cueros, plumas de garza –cuando se permitía su comercialización–, encomiendas y el correo. La mayor movilización era cuando el río contaba con suficiente caudal en el período lluvioso. Cuando arribaba un vapor había movimiento en el puerto, en muelles o atracaderos improvisados. Frecuentemente visitaban a Elorza agentes viajeros de importantes casas comerciales de Caracas o Ciudad Bolívar y San Fernando: Blohm, Dalton, Fernández y Compañía, etc. Era una odisea emprender esa ruta comercial que tenía una duración de meses hasta el Alto Apure. Uno de esos agentes viajeros, don Carlos Henrique Reverón, de la casa Blohm y Compañía de Caracas, con sucursal en Ciudad Bolívar. Dejó escritas sus memorias y allí refiere su visita a El Viento, como llama al pueblo. Fue hacia l912 o 13, cuando andaba alzado en la zona el general Valentín Pérez, a quien llamaban El Espaletao. “Llegamos al Viento y Felipe Molina me recibió encantado. Saludé a la clientela, que lo era de Ciudad Bolívar y al día siguiente
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le vendí a Molina una factura…”.68 Molina era uno de los más importantes factores comerciales de Elorza y El Viento. Además, era dueño de hatos y ganado en cantidad respetable. Enemigo irreconciliable del gomecismo y colaborador con todos cuantos quisieran echar cuatro tiros en nombre de la “revolución”. Reverón debió emprender el regreso prontamente en el vapor Boyacá, porque según le advirtió Felipe Molina “de ninguna manera conviene que esa gente lo encuentre aquí”. Agrega el señor Reverón en sus memorias que “[…] con el auge de las plumas, del ganado y cueros, las casas de Maracaibo, a pesar de las dificultades del transporte, abrieron créditos importantes para el Alto Apure y Arauca”.69 Una nota del corresponsal en Ciudad Bolívar de la Cámara de Comercio de Caracas, escribe en agosto de 1925: “El vapor ‘Arauca’ trajo una partida de cueros del Apure. Tenemos informes de que de la región del Arauca colombiano vendrán partidas de cueros, de tránsito. Ya el Gobierno nacional dio el permiso”.70 Y en un número de enero de 1927 expresa: “En estos días se han venido efectuando las negociaciones de ganado y ya se está procediendo a su recogida y arreada para el Táchira y Colombia. Calculamos que hasta el presente el número vendido alcance a 10.000 o 12.000 novillos, la mayor parte a los precios de Bs. 8 y 8,50 y algunos lotes grandes gordos a Bs. 9”.71 Agregaba la nota que estaba un tanto floja la venta porque algunos compradores tuvieron avisos de un descenso en los precios y había muchos apotrerados en el Táchira sin poder salir, sin más espacio para tenerlos. Además, los ríos estaban bajando de caudal y los grandes vapores no podían navegar, por lo que debían trasbordar la mercancía al “Arauca” o “El Amparo” que eran de menores dimensiones. Buena parte de este ganado procedía de los hatos y sabanas de Elorza por la vía de San Camilo hasta el Táchira y por allí a Cúcuta para abastecer esa zona de Colombia e inclusive Bogotá. Con el tiempo este proceso de cabotaje se vino a pique. La situación la explicó el doctor Fernando Calzadilla Valdez, gran conocedor del llano apureño, como que era nativo de esa entidad: 68
Carlos Henrique Reveron, Algunas vivencias de mi Granpapá, p. 113.
69
Ibídem, pp. 115-116.
70
Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas, N° 141, 294-3-44.
71
Ibídem, n° 158.
Elorza o el viento. El paralelo siete
67
[…] el comercio mayorista fluvial se acabó o mejor, acabó con él la Compañía de Navegación con sus fletes exorbitantes, a sus restricciones, informalidades e irresponsabilidad. Dicha compañía dio al traste con una circulación de lo más animada, prometedora y brillante que existió entre los pueblos de las márgenes de los grandes ríos del sur. Esa ruta comercial se acabó no obstante los grandes esfuerzos de la actual compañía sucedánea por traerla a aquel cenit de bienestar y siendo poco menos de imposible rehacer con el esplendor que tuvieron las fuertes casas de comercio de Ciudad Bolívar mantenedoras del tráfico y relaciones comerciales en toda la extensa comarca.72
Luego vendría la pista de aterrizaje y el flamante aeropuerto. En la década del cincuenta se constituyó la línea aérea Ransa, entre cuyos directivos se hallaba don Carlos Chávez, personaje vinculado al régimen perezjimenista. Además de pasajeros, los aviones de Ransa cargaban carne y queso que llevaban al centro del país, abaratando los costos. Inclusive aterrizaban en algunos grandes hatos, como El Cedral y La Trinidad de Arauca para recoger la carne. Fenecido el régimen la empresa desapareció. Los aviones de la Línea Aeropostal Venezolana asumieron posteriormente la ruta hasta fines de la década de los setenta. Había bastante ganado en Elorza. En 1950, una estadística arroja la cifra de 112.314 cabezas de vacuno y 4.389 bestias caballares. Esta cifra sólo la superaban Mantecal y Palmarito, en ese orden. En cuanto a porcinos, Elorza ocupaba el segundo lugar después de Cunaviche con 13.022 cabezas.73 Elorza contemporánea Desde entonces comenzó un proceso de crecimiento de Elorza, favorecida por la construcción de una buena carretera asfaltada, la inauguración del puente sobre el Arauca a fines de los sesenta, todo lo cual hizo más fluida la comunicación con Elorza, La Trinidad de Orichuna, Palmarito y El Amparo-Arauca y hacia Barinas y el centro del país. Ya no es una comunidad aislada. La promoción del turismo interno, del turismo ecológico, la observación de la naturaleza y la realización de las ferias y fiestas 72
Fernando Calzadilla Valdez, Por los llanos de Apure, p. 282.
73
Marco Aurelio Vila, Aspectos geográficos del Estado Apure, p. 122.
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patronales de Elorza en honor a San José el 19 de marzo han contribuido a hacer más atractiva la afluencia de turistas y hoy es mucho más conocida la población, popularizada en 1962 gracias a la creación del pasaje Fiesta en Elorza, por el cantautor de El Yagual, Eneas Perdomo, cuyo nombre fue escogido para una plaza con su nombre en el pueblo. Una novedad también en esta comunidad fue la decisión oficial municipal de asignar con el nombre de intérpretes de la música llanera todas las calles. Elorza sigue teniendo como su principal fuente económica la ganadería y el comercio. Cuenta con su alcaldía y Concejo, consejos comunales, emisora de radio, el escuadron de caballería motoblindado del ejército, del cual fue comandante a mediados de la década de los ochenta el actual presidente de la República Tcnel. Hugo Chávez Frías (presidió dos años consecutivos la junta de las fiestas patronales de Elorza), quien tiene mucho afecto por la ciudad escenario de las intrépidas acciones guerrilleras de su bisabuelo el general Pedro Pérez Delgado, el legendario Maisanta; tiene un destacamento de la Guardia Nacional y otros organismos públicos, instituciones bancarias, educacionales, sindicales, gremiales y culturales que contribuyen al engrandecimiento del terruño. Hatos y hateros en Elorza-El viento Siglo xviii Propietario
Hato
Año
Observaciones
Francisco A. Villafañe
Cerca de El Viento
1785
Murió en Bogotá en 1790
José Vicencio Morín
El Congrio (Alcornocal)
1790
N.N.
La Maporita
Pedro Hernández
Totumo (Mata de Totumo)
1791
José M. Lovera
El Congrio (Alcornocal)
1798
Hasta el Capanaparo
“
Tiene 2.000 reses
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Elorza o el viento. El paralelo siete Siglo xix
María A. Lovera de Pérez El Congrio 183? Romualdo Pérez “ “ Nicolás Pérez Lovera
“ “
1847
Francisco Javier Huizi
El Congrio
1848
Marcos Coronado
Coronadeño
1848
Diego Lavado
El Caribe
1880
Carmen Lavado Aponte y Joaquín N. Guzmán
El Caribe
1885
N. Unceín
San Felipe
Rosario Barreto
Rincón Zapatero
182?
Serapio Barreto
Rincón Zapatero
1887
Comienza a llamársele Sabanas Pereñas o Llovereñas
Siglo xx Bartolomé Heredia El Congrio 1908
En 3 abril 1908 compró parte del hato a Alejandro Pérez, 2 leguas y 800 varas
Joaquín N. Guzmán
El Caribe
1911
Exportaba 500 reses
Eugenio Guerrero Gerdé
El Caribe
Luis Alberto Unceín
San Felipe
1919
Son 16.300 hectáreas
Hermanos Gilly
Las Delicias
1911
Exportaba 800 reses
Propietario
Hato
Año
Observaciones
70
Oldman Botello
Daniel I. Archila Blanco
Las Camazas
1911
Exportaba 1500 reses
Francisca V. de Carrillo
Mata de Totumo
1911
Exportaba 300 reses
Pablo Castillo
Menoreño
1911
Exportaba 800 reses
Daniel Archila Perlaza
Corocito
1911
Exportaba 600 reses
Daniel Borjas Corozo Pando 1911
Cría de 1500 reses y exportaba 150
Pompilio y Pedro Delgado
El Temblor
1920
Ricardo Borjas San Felipe 1954
Lo compró este año a Luis Alberto Unceín
Fuentes: Registro Principal de San Fernando de Apure, sección Protocolos; Congreso de Municipalidades (1911)
Capítulo IV Algunas familias de Elorza
Recogemos en esta sección, aspectos genealógicos no exhaustivos de algunas familias de Elorza y un catálogo de apellidos vinculados a la población a través del tiempo, algunos de los cuales ya no existen. Para ese esbozo genealógico y de apellidos nos hemos valido de la información contenida en el archivo del Registro Principal del estado Apure, en San Fernando; en la iglesia parroquial de Elorza y de la información aportada por miembros de esas familias entre quienes podemos señalar la colaboración valiosa de doña Emma Guerrero Tapia, Ing. Josefa (Pepita) Lavado Castillo de Solórzano, José y Jesús Torres, Elvira Bracho, Prof. Argenis Méndez Echenique, Cronista de San Fernando de Apure, doña Lobelia Obregón de Castañeda y Dr. Pedro Obregón Gavidia. Archila Familia elorzana de fines del siglo xix y que proviene de la antigua población barinesa de Ciudad Bolivia o Pedraza. Arribaron a Elorza a fines de la década del ochenta del dicho siglo. Fueron muy conocidos los ganaderos y comerciantes don Daniel y don Víctor Archila Blanco, dueños del hato Las Camazas, al que también llamaban Las Camazas Archileras, al norte de Elorza. Al parecer fueron sus ancestros don Daniel y don Pablo Emilio Archila. También don Ricardo Isidoro Archila, nacido en Elorza en 1889;
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Oldman Botello
comerciante de importancia en esa localidad, a quien las fuerzas de la llamada Revolución Liberal Restauradora sustrajeron víveres y enseres en 1899; Archila, junto con otros afectados reclamó su cancelación a la triunfante “revolución” que encabezaba el general Cipriano Castro. Dicho reclamo fue presentado en 1901. Don Ricardo Isidoro Archila fue casado con doña Carmen Lavado Calzadilla. Fueron hijos suyos don Víctor Manuel Archila, ganadero fundador de Santa Elena y don Ricardo Borjas, comerciante elorzano. Es posible que haya sido hermana de don Víctor y don Daniel Archila doña Luisa Archila de Rojas, que nació en Pedraza o Ciudad Bolivia, en 1841 y murió en Elorza el 1° de septiembre de 1939, a los 99 años de edad. Era viuda de don Indalecio Rojas. Tenía 50 años de radicada en Elorza, como se evidencia en su partida de defunción. Ricardo Archila, médico e historiador A esta progenie perteneció el eminente médico y escritor Ricardo Archila Medina, quien nació en El Viento el 27 de abril de 1909 y murió en Caracas en 1984. Hijo de don Ricardo Isidoro Archila y doña Ana Medina de Archila; a los pocos meses de nacido se trasladó con su familia a Ciudad Bolívar y fue presentado en la jefatura civil local, haciéndose constar que había nacido en El Viento. La partida de nacimiento, que copiamos del expediente universitario, dice así: 408. AVELINO GARCÍA, Jefe Civil del Distrito Heres, hago constar que hoy trece de septiembre de mil novecientos nueve, me ha sido presentado un niño por Ricardo Isidro [sic] Archila, de veinte años de edad, casado, comerciante, venezolano, vecino de El Viento, quien manifestó que el niño cuya presentación hace nació en El Viento el día veintisiete de abril de mil novecientos nueve, a las 3 p.m., que se llama Ricardo Antonio y es su hijo legítimo y de su esposa señora Ana Medina de Archila, de veinte años. Fueron testigos de este acto T. Carrasco hijo y J. A. Ruíz, mayores de edad y vecinos…74
Cursó sus estudios primarios y secundarios en Puerto España, Trinidad, en el liceo “Andrés Bello”, del venezolano Dr. Jorge Pereira y
74
AHUCV, Expedientes de grado en Ciencias Médicas, Libro n° 87, 1934, letras A-H.
Elorza o el viento. El paralelo siete
73
luego en el St. Mary’s College; los concluyó en el liceo Guayana y en el Colegio Federal de Varones de Ciudad Bolívar, dirigido por el educador don Narciso Fragachán, un verdadero ductor para el joven Archila y a quien va a dedicar su tesis de grado como médico en 1934; siendo estudiante fundó y dirigió en la capital guayanesa la revista Oriflama; en 1928 se traslada a Caracas para iniciar sus estudios en la UCV, donde se gradúa en 1934 de doctor en medicina general y cirugía con brillantes calificaciones; formó parte de la promoción “Dr. Vicente Peña” y su tesis de grado tuvo como título Relación sobre la fiebre biliosa hemoglobinúrica en Venezuela, publicado en ese mismo año en Caracas por la tipografía Moderna, propiedad de don C. Tarife, a quien suponemos apureño o barinés. Como escritor y humanista, Ricardo Archila se dedicó a investigar diferentes aspectos de la historia de la medicina en Venezuela. En el aspecto profesional, su primer cargo fue el de médico en Tucupita, antiguo Territorio Federal Delta Amacuro. Posteriormente se especializó en Salud Pública en Estados Unidos y llegó a ocupar en Venezuela la dirección nacional de Unidades Sanitarias del antiguo ministerio de Sanidad y Asistencia Social. El doctor Ricardo Archila Medina fue individuo de número de la Academia Nacional de Medicina (1954), de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina y miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia. Igualmente, integrante de instituciones científicas y culturales de Venezuela y del exterior. Casó en Ciudad Bolívar con la dama guayanesa doña María Grüber y fueron padres de Guillermo, Ricardo José y César Augusto Archila Grüber. Al morir dejó publicados dieciséis libros, quince folletos y centenares de artículos. Borjas Apellido oriundo de El Baúl, de ascendencia canaria y conocido desde el siglo xviii. Llegó a Elorza a fines del siglo xix con doña Francisca “Pancha” Borjas y sus hermanos José y Miguel Borjas y luego se incorporó don José Hermógenes Borjas, quien nació en San Rafael de Atamaica en 1866 y murió a los 73 años en Elorza el 11 de enero de 1939; tenía apenas dos años radicado en dicha población altoapureña, como se explica en su partida de defunción por la información que suministró su pariente don Ricardo Borjas en la jefatura civil.
74
Oldman Botello
Doña Pancha Borjas fue madre, con el rico terrateniente don Ricardo Isidoro Archila, de don Ricardo Borjas y luego de doña Isidra Schwarzenberg Borjas, quien casó con don Horacio Tavío, de Villa de Cura, estado Aragua. Don Ricardo Borjas, comerciante y hombre emprendedor, nació en El Viento, el 11 de agosto de 1906. Tomó estado con doña Trina Flores, elorzana y entre sus hijos figuró el economista, profesor universitario y escritor don Orlando Borjas Flores, autor del libro “Elorza. Crónica y relatos”; doña Morella y doña Alicia Borjas Flores. Don Orlando Borjas Flores casó con doña Violeta de Borjas, con sucesión. De la misma parentela fue don Félix Borjas, ganadero, de El Baúl, nacido en 1874 y fallecido en San Fernando de Apure el 9 de septiembre de 1931; hijo de don Juan Antonio Borjas y Juana Francisca Márquez. Tomó estado don Félix el 18 de septiembre de 1900 con doña María Sofía Flores, hija de don Esteban Flores y doña Julia Castillo, de San Rafael de Atamaica, población donde se radicó don Félix y nacieron varios de sus hijos, trasladándose posteriormente a Elorza. Con sucesión: 1. Julia Eduvigis (Julieta) casada con el guayanés don Manuel U. Villegas, con descendencia Camelia Villegas de Cestari. 2. Juana Francisca (Juanita). 3. Aurora Sofía, quien murió de parto a los 28 años, el 29 de abril de 1937, casada con don Andrés Carmona, oriundo de Guayabal, estado Guárico. Con sucesión: la poetisa, escritora y diplomática doña Olga Lucila Carmona Borjas, quien es conocida con el seudónimo de Lucila Velásquez; Isabel Dolores (Camilala) Carmona de Serra, abogada, política, parlamentaria; Violeta, Aurora Sofía (Bora), Helena Margarita, Jesús Ramón (Moncho), abogado, político, director de Cultura de la UCV, secretario de la Presidencia de la República; y María Auxiliadora Carmona Borjas. 4. Isabel Teresa, casada, con descendencia.
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5. Ana Rosa, nacida en Elorza, educadora, enfermera profesional, escritora, poeta. Calzadilla Apellido distribuido en el Alto y Bajo Apure. En la zona de Rincón Hondo y Elorza residieron varios de sus miembros quienes tuvieron diversas posesiones pecuarias. Entre los integrantes del linaje figuran: N. Calzadilla, que fue casado con doña Cirila González, dueña del hato La Chiricoa en 1896. Hija de ambos fue doña Carmen Calzadilla González, casada con don Diego Ramón Lavado, con sucesión que se estudia en el apellido Lavado. Don José Ramón Calzadilla, quien murió hacia 1938 o 39, casado con doña María Martínez. Fue hijo suyo Jesús María Calzadilla, que murió en Elorza a los 2 años de nacido, el 5 de agosto de 1940. Don Carlos Calzadilla, casado con doña Amelia Abreu, familia muy apreciada en Elorza. A este mismo linaje Calzadilla, pero nacido en San Fernando de Apure, perteneció el doctor Fernando Calzadilla Valdez, ganadero, abogado, escritor, autor del libro Por los llanos de Apure, formado con una serie de artículos publicados en la revista Cultura Venezolana y en el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas. Estrada Legendaria familia altoapureña que hizo historia. Se inició con don Justo Estrada, de ascendencia canaria, quien tomó estado con doña Rosa Utrera, descendiente de los Utrera de San Sebastián de los Reyes, estado Aragua. Don Justo Estrada murió el 9 de marzo de 1903 y su esposa un poco antes, el 13 de septiembre de 1901. En algunos documentos que compulsamos en el Registro Principal de Apure aparece que ella habría muerto en San Fernando de Apure, pero en los libros respectivos de defunciones en dicho repositorio y en los de enterramientos de la parroquia de San Fernando, no aparece registrado su nombre. Del matrimonio de don Justo y doña Rosa nacieron:
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Oldman Botello
1. Bruno Estrada Utrera, coronel del ejército en la Revolución Legalista, ratificado por despacho que firmó el general Joaquín Crespo. Murió el 13 de febrero de 1913. No tomó estado. 2. José Natalio Estrada Utrera (Natalio), que murió en el hato La Trinidad de Arauca el 26 de agosto de 1949. Tomó estado con la dama apureña doña Leonor María Torres del valle (hermana del poeta José Vicente Torres del Valle) y fallecida en 9 de agosto de 1907. De su unión matrimonial nacieron:
2.a. Belén Estrada Torres, casada en primeras nupcias con don Armando Echeverría y en segundas con don Enrique Quiroba.
2.b. Trina Estrada Torres, tomó estado con don Antonio Gordils.
2.c. Josefina Estrada Torres, casada con N. Ortasánchez.
2.d. Leonor Estrada Torres, esposa de don Alfredo Becker.
2.e. José Natalio Estrada Torres, que se estudia más adelante.
2.f. Rosita Estrada Torres, nació en 1904.
Al enviudar, don José Natalio Estrada Utrera tomó estado nuevamente con la joven apureña Apolonia Figueredo, en quien hubo a:
2.g. José Manuel Estrada Figueredo.
2.h. José Leopoldo Estrada Figueredo, que murió el 3 de marzo de 1985.
2.i. Delia Rosa Estrada Figueredo, casada con N. Rodríguez.
2.j. Miguel Ángel Estrada Figueredo, médico.
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2.k. José Luis Estrada Figueredo, fallecido trágicamente en Elorza.
2.l. Rosa Margarita (Rosita) Estrada Figueredo, casada.
2.m. Justo Estrada Figueredo.
Don José Natalio Estrada Torres Cifra valiosa del trabajo tesonero y del intelecto fue don José Natalio Estrada Torres. Una leyenda llanera forjada a través de su larga existencia de 91 años. Había nacido en San Fernando de Apure, del matrimonio formado por don José Natalio Estrada Utrera y doña Leonor Torres del Valle. Muy joven comenzó su formación. Tuvo la oportunidad de viajar a los Estados Unidos y a Inglaterra donde estudió Administración e Idiomas. Hablaba perfectamente el inglés, francés e italiano, además del castellano. Se dedicó a la poesía y a la escritura de narraciones y crónicas que publicó. Su primer trabajo fue editado en Italia en 1961, se tituló María del Llano y uno de los poemas con ese título fue grabado por Eneas Perdomo, con el arpa del Indio Figueredo y su conjunto, constituyendo el primer disco del cantador nativo de El Yagual como él mismo nos indicara. El libro fue reeditado en 1967 y a juicio del poeta y crítico apureño Igor Barreto, como lo escribe en el prólogo de la tercera edición de 1998 “…es, sin lugar a dudas, la colección de poemas más importante de su generación”.75 Posteriormente, con guión suyo y banda musical de su hijo Silvio Estrada Ripari, músico residente en Italia, don José Natalio auspició la película María del Llano estrenada en 1961, con la dirección del afamado cineasta italiano Elia Marcelli. Conoció a este director en 1955 cuando vino a filmar en el hato La Trinidad de Arauca un documental para la empresa petrolera Shell, con el título de Llano adentro. Luego vendría otro documental, Séptimo paralelo, películas donde el protagonista es el llano y su paisaje, flora y fauna. Auspició en plan de editor la reedición del libro Oro y nácar, de su tío el poeta Juan Vicente Torres del Valle y en l969 Arauca arriba, paliques cimarrones, de don Carlos M. Laya, su gran amigo, un camaguanero aquerenciado en Apure. Elaborado en mármol
75
Igor Barreto, María del Llano, “prólogo”, p. 7.
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de Carrara en Italia, llevó hasta la fundación La Mata de su hato La Trinidad de Arauca un corazón de Jesús de dos metros de alto y 900 kilos de peso, rodeado de cuatro angelitos, de todas las razas, para recordar el poema “Píntame angelitos negros”, de Andrés Eloy Blanco. En 1929, don José Natalio contrae matrimonio en Londres con la italiana Mariella Ripari, hija del conde de Ripari, en quien procreó a Hugo, veterinario y zootecnista; Silvio, músico y compositor y Gigliola. También fue padre don José Natalio Estrada Torres de don Jesús (Chucho) Pérez, nacido en 1928 y criado en el hato Mata de Totumo.76 En la década del ochenta de su unión con una dama nació un varón, su último vástago, en la capital apureña. En 1970 auspició en Elorza la publicación de la revista Radar, donde publicó poesía, crónica, información sobre el pueblo, su gente y las actividades culturales, sociales y reivindicativas del municipio Rómulo Gallegos. Se publicaron doce números de la interesante revista. Paralelamente con su trabajo literario, don Natalio Estrada Torres se dedicó a las duras faenas del trabajo llanera hasta cuando las fuerzas le fallaron. Murió a los 91 años en San Fernando de Apure el 30 de noviembre de 1992. Gilly Apellido de origen barinés, de ascendencia francesa, en la persona del galo Jean Marie Gilly. Los primeros que llegaron a Elorza provenían de Ciudad de Nutrias, donde tenían casa de comercio. Se menciona entre los más antiguos del apellido en Elorza a don José María Gilly, fallecido en dicha población en 1904. Tomó estado en la misma con doña Josefa Lavado, hija de don Diego Ramón Lavado y dieron origen a la progenie Gilly Lavado: 1. José Manuel Gilly Lavado. 2. José María Gilly Lavado, que casó con doña Amparo Bolívar y fueron sus hijos:
76
Manuel Abrizo, Todos adentro, p. 29.
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2.a. Josefa Gilly Bolívar, que tomó estado con don Nerio Plazola, con sucesión:
2.a.1.
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Oswaldo Plazola Gilly, general de brigada de la Fuerza Aérea Venezolana.
2.b. Carmen Hortensia Gilly Bolívar.
3. Hortensia Gilly Lavado, casada con José del Rosario Sánchez, origen del linaje Sánchez Gilly. 4. María Gilly Lavado, quien falleció en Valencia el 29 de febrero de 1936. Tomó estado con don Manuel José Fuentes, oriundo de Lezama, estado Guárico, donde nació hacia 1878 y murió en Caracas en 1953;77 esta familia Fuentes fue tradicional en el Guárico central en el siglo xviii; tuvieron varios hatos; don Manuel José Fuentes fue importante factor de la ganadería y el comercio en Elorza y en Mantecal; fue propietario de varios hatos (se decía en Apure que eran cuarenta en total) entre los que se mencionan El Cedral, Las Delicias, El Fuentero, La Venganza, El Torreño, La Miel, San Pedro, etc. La suma de todos los hatos de don Manuel José Fuentes alcanzaba a las 300.000 hectáreas de extensión. Llegó muy joven a Apure, a Cunaviche. También vivió en Guasdualito. Acerca de él dice el eescito y médico José León Tapia: “[…] hombre alto, fornido, blanco y de blusa blanca, polainas negras, bigote amarillento y cabello canoso, raleante en la frente […] Se hizo a la vida trabajando como arriero, larga hilera de burros, con su burro campanero dirigiendo el camino, vendiendo frutos menores en las pulperías de los pueblos”.78 Con sucesión:
77
Maldonado Parilli, El Mundo, p. 101.
78
José León Tapia, Evocaciones en lejanía, pp. 100-101.
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4.a. Josefina, casada con Hortensio Laporta Guarino, natural de Guasdualito y de ascendencia italiana. Radicados en San Cristóbal.
4.b. Manuel José Fuentes, hijo, abogado con estudios en Ginebra. Se radicó en San Cristóbal. Productor agropecuario y empresario.
4.c.
Heriberto Fuentes Gilly, con estudios veterinarios en Uruguay; pereció en accidente de aviación en Apure; fue casado con Marina Casanova, con descendencia: Heriberto Fuentes Casanova, ingeniero, casado con Beatriz de Fuentes. Don Heriberto Fuentes Gilly donó un lote de tierras de su hato El Cedral, heredado del padre, para ejidos de Elorza.
4.d.
Delfina Fuentes Gilly, propietaria del hato La Yagüita, en Elorza, casada en primeras nupcias con N. García y en segundas con don Armando Navas, de Barinas. Doña Delfina donó en 1966 más de 8 mil hectáreas de terrenos de su propiedad para que fueran utilizados como ejidos de Elorza.
Guerrero El general Heráclito Guerrero fue prócer de la Federación. Hay vagas referencias familiares en torno a su personalidad. No se sabe su lugar de origen. Ha podido ser barinés –donde abundan los Guerrero–, andino o portugueseño. Combatió en la Guerra Federal en el partido revolucionario y obtuvo sus primeros ascensos. Su bisnieto Simón Guerrero conserva el despacho de Primer Comandante de los ejércitos de la República, suscrito por el general Antonio Guzmán Blanco, presidente provisional de los Estados Unidos de Venezuela y el secretario general Jesús María Paúl. Está fechado en Valencia el 12 de julio de 1870. Comenzaba Guzmán Blanco su primer período de gobierno, llamado el Septenio. A fines del siglo xix buscando nuevos horizontes, don Heráclito se viene a Mantecal y de allí se traslada a Elorza donde adquiere tierras y comienza a labrar su fortuna, uniendo su
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apellido a la historia de esa localidad altoapureña. Al volver de la guerra, Heráclito Guerrero tomó estado en Ospino, estado Portuguesa, con una dama de apellido Gerdé, cuyo nombre se perdió en el tiempo. Fueron ambos padres, de don Eugenio Guerrero Gerdé, que nació en Ospino hacia la octava década del siglo xix y muy joven llegó a tierra apureña con sus padres. Fue casado con doña Carmen Guerrero, de quien se desconoce si era pariente suya, aun cuando sus descendientes afirman que lo era. Don Eugenio llevó el primer vehículo a Elorza, un Buick, blanco, con techo de lona. Del matrimonio de don Eugenio Guerrero Gerdé con doña Carmen Guerrero nacieron: 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Pedro Telmo Guerrero Guerrero. Rafael Guerrero Guerrero. José Eugenio Guerrero Guerrero. Erasmo Guerrero Guerrero. Nereo Guerrero Guerrero. María Guerrero Guerrero.
1. Pedro Telmo Guerrero Guerrero, nació en Mantecal en 1909. Murió el 27 de octubre de 1973. Casó en primeras nupcias con doña Consuelo Castillo, nacida en 1921 y fallecida el 31 de diciembre de 1940, a los 19 años de edad, en el hato El Caribe; padres de:
1.a.
Consuelo Guerrero Castillo, casada en 1965 en Elorza con don Alfonso José Estrada Báez, oriundo de Los Teques, estado Miranda. Posteriormente, ya viudo, don Pedro Telmo Guerrero tomó estado con doña Luisa Parra Jiménez, de Mantecal, nacida el 21 de agosto de 1913 y fallecida el 4 de julio de 2003; hija de don Antonio Parra, larense y doña Manuela Jiménez; son sus descendientes:
1.b María de Jesús Guerrero Parra, casada con Mario García B. (Catumbia); residentes en Ciudad Bolívar.
1.c. Ana Gregoria Guerrero Parra, casada el 4 de agosto de 1960 con Sergio Humberto Vivas Márquez, de El Cobre, estado Táchira, hijo de don Antonio Vivas y doña Rosa
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Márquez; general de brigada de las FAC. Residen en Caracas.
1.d. Estrella del Carmen Guerrero Parra, casada con don Jesús Moreno.
1.e. Esperanza del Carmen Guerrero Parra, casada con don Arturo Díaz Cabrera, de Caracas.
1.f. Ninoska Guerrero Parra, casada con don Iván Guerrero, su primo.
1.g. Pedro Telmo Guerrero Parra, médico, casado con doña Carmen Tapia, de Elorza.
1. h. Simón Guerrero, casado con Carolina Gómez, natural del estado Táchira También son hijos de don Pedro Telmo Guerrero:
1.j. Delvia Salcedo, casada con don Francisco Guerrero, su primo.
1.k. Pedro Telmo Ojeda, “El Cantaclaro del llano”, cantante y compositor de aires llaneros, hijo de doña Rosa Ojeda Santos Torrealba.
2. Rafael Guerrero Guerrero, llamado don Coro, nació el 8 de julio de 1911 y murió el 7 de noviembre de 1984; casado con doña María de los Santos Blanco, de Arauca, Colombia. Fueron hijos de don Rafael Guerrero Guerrero: Rafael Rangel, “Chera” y Fernanda Silva, casada con don Armando Spirittu, de origen italiano. 3. José Eugenio Guerrero Guerrero, casado con doña Herminia Guerrero Echenique, su prima, hija de don Miguel Lisandro Guerrero y doña Ángela Eusebia Echenique y son sus descendientes:
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3.a. Omar Guerrero, nacido en Elorza, casado con Nancy Onofre, de Villavicencio, departamento del Meta, Colombia.
3.b. Angélica Guerrero, casada el 16 de septiembre de 1962 con don Tomás Guerrero, su primo, nacido en Arauca, Colombia, hijo de don Nereo Guerrero y doña Beatriz Díaz.
3.c. Marina Orlandina Guerrero, casada el 24 de febrero de 1962 con don Eugenio Guerrero Díaz, su primo, de Arauca, Col. hijo de don Nereo Guerrero y doña Beatríz Díaz.
3.d. Iván Guerrero Guerrero, casado con doña Ninoska Guerrero, su prima.
3.e. Oscar Guerrero Guerrero, casado con doña Zaira Becerra, oriunda del estado Táchira.
4. Erasmo Guerrero Guerrero, nació en 1918, casado con doña Carmen Lourdes Tapia, de Elorza, nacida en 1921, con sucesión:
4.a. Erasmo de Jesús, muerto a los diez días de nacido, el 10 de noviembre de 1940.
4.b. Pedro Guerrero Tapia, casado con doña Flora del Carmen Rodríguez, de Elorza.
4.c. Emma, casada con don Carlos José Romero Álvarez, del estado Lara, capitán de la FAC, fallecido en el cumplimiento del deber.
4.d. Erasmo Guerrero Tapia, segundo del nombre, casado con doña Sandra Guerrero Salcedo, su prima.
4.e. Isolina Guerrero Tapia, casada con don Orlando Cerezo, mayor de la FAC.
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4.f. Vilma Guerrero Tapia, casada el 12 de diciembre de 1964 con don Carlos Ignacio Figueredo, hijo de doña Margarita Figueredo.
5. Nereo Guerrero Guerrero, casado con doña Biata Díaz, de Arauca, Col., con sucesión:
5.a.
Tomás Guerrero Díaz, casado el 16 de septiembre de 1962 con doña Angélica Guerrero, su prima, hija de don José Eugenio Guer rero y doña Her minia Guer rero Echenique.
5.b. Eugenio Guerrero Díaz, casado el 24 de febrero de 1962 con doña Marina Orlandina Guerrero, su prima.
5.c. Nereo Guerrero Díaz, casado con doña Estela Torres.
5.d. Erasmo Guerrero Díaz, “Coro”, casado con doña Camila de Guerrero, reside en Arauca, Colombia.
5.e. Miguel Guerrero Díaz, casado con doña Celina Parales, residen en Colombia.
5.f. Jorge Guerrero Díaz, casado con doña Gladys Lo Mónaco, de Arauca, Col., de ascendencia italiana.
5.g. Consuelo, casada con don Ciro Escalante, de El Amparo, estado Apure.
5.h. Carmen Guerrero Díaz, Carmelita, casada con don Tiberio Sosa.
5.i. Lelys Guerrero Díaz, tomó estado con doña Elvira de Guerrero.
5.j. Cenobia Guerrero Díaz, casada con don Mario Lo Mónaco, de Arauca, Col.
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5.k. Hortensia Guerrero Díaz, casada con don Adriano Peñuela, de Colombia.
5.l. María Eugenia Guerrero Díaz, casada con N. La Torre, colombiano.
6. María Guerrero Guerrero. Casó con don Daniel Díaz, sin sucesión. A este linaje Guerrero pertenece el destacado compositor y cantante de aires llaneros Jorge Guerrero Sánchez, quien nació en Lechemiel, vecindario de Elorza, el 14 de febrero de 1968, hijo de don Eduardo Guerrero y doña Carmen Castorila Sánchez de Guerrero. Hurtado En 1889 llegó a Elorza acompañando a su esposo, N. Hurtado, doña Valentina Hurtado, quien había nacido en Calabozo en 1859. Procedía de una distinguida familia calaboceña. Residía en el vecindario San Pedro y murió allí el 12 de diciembre de 1939. Lavado Originalmente el apellido se escribía Lavaud, porque era de origen francés, pero el uso desde fines del siglo xix lo convirtió en Lavado. El apellido figuraba a mediados del siglo xix en el estado Portuguesa y en Yaracuy. El primero del linaje llegó hacia la sexta década del siglo xix a Ciudad Nutrias y de allí pasó al alto Apure posiblemente en la octava década del mismo siglo. El más antiguo del apellido fue don Diego Lavado, quien tomó estado con una dama cuyo nombre se desconoce. El nombre de Diego se repite hasta las actuales generaciones de la familia al igual que el de Ramón, patrono de sus antepasados y el de Gregorio. Don Diego tuvo varios hatos en la jurisdicción de Elorza, entre ellos San Ramón y El Caribe, este último en jurisdicción de El Viento colombiano y cuya importante y legendaria unidad agropecuaria fundó recién llegado a la zona, siendo uno de los que más tempranamente se adentró por esos lugares en el siglo xix. Fueron sus descendientes:
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1. Diego Ramón Lavado, casado con doña Carmen Calzadilla González, hija de don N. Calzadilla y doña Cirila González, oriunda de La Estacada o Rincón Hondo. En 1895 ambos eran dueños del hato La Chiricoa, que hoy forma parte del gran latifundio de La Trinidad de Arauca. Sus hijos:
1.a. Diego Lavado Calzadilla, casado con Guadalupe González y tuvieron dos descendientes, Diego y Jesús (Chucho) Lavado González.
1.b. Natalio Lavado Calzadilla, nació en 1890; tomó estado con doña Carmen Puente y fueron padres de:
1.b.1
Candelaria, casada con Miguel Blanco.
1.b.2. Baldomera, tomó estado con don Julio Estrada.
1.b.3. Gregoria (Goya), casada con don Vicente González.
1.b.4. Paula.
1.b.5. Josefa, casada el 28 de agosto de 1945 con don Víctor Ojeda, hijo de don Víctor Ojeda y doña Ricarda de Ojeda. 1.b.6.
1.c.
Carmen, casada el 28 de agosto de 1945, el mismo día de su hermana Josefa, con don Andrés Herrera Lavado, su primo, hijo de don Andrés Herrera y doña Ramona Lavado.
José Gregorio Lavado Calzadilla, casado con su prima doña Norberta Castillo González, hija de don Eulogio Castillo y doña Flora González (viuda doña Flora de don N. Figueroa y con dos hijos, Carmen y Florencia Figueroa González, tomó estado nuevamente, con don Eulogio Castillo, en quien hubo a Juan, Jorge, Norberta y María
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Castillo González), oriunda de La Estacada y propietarios del hato El Algarrobo, en territorio de Elorza, antes de La Estacada. Doña Cirila González de Lavado y doña Flora González de Castillo eran hermanas. Véase más adelante la descendencia Lavado-Castillo.
1.d. Acacio Lavado Calzadilla, casado con doña Eulalia Ferrer González, de Rincón Hondo. Sus hijos: Esperanza, María T. y Gladys Lavado Ferrer.
1.e. Carmen Lavado Calzadilla, casada con don Aurelio Archila, con descendencia.
1.f. Ramona Lavado Calzadilla, casada con don Andrés Herrera, con sucesión Andrés, Carmen Ramona, casada con N. Schwarzemberg y don Joaquín Herrera Lavado.
1.g. Josefa Lavado Calzadilla, casada con don Alejandro Navas, de Maracay. Su hija: Josefa (Chepita).
1.h. Gregoria Lavado, casó con Enrique González, fueron sus descendientes: Esperanza, Gregoria (Goya) y Josefa Antonia González Lavado.
1.i.
Nemesia Lavado, nació en 1884 y murió el 27 de septiembre de 1940; casada primeramente con Ciriaco López, de quien enviudó y luego contrajo matrimonio con N. González. De su primer matrimonio nacieron Nemesia y Ciraco López Lavado.
2. Carmen Lavado, casada con don Joaquín Nemesio Guzmán, dueños en 1894 del hato El Caribe por herencia de don Diego Lavado, su fundador. Doña Carmen murió en 1895, al parecer sin descendientes. 3. Josefa Lavado, casada con don José María Gilly, muerto en 1904; fueron padres de José Manuel Gilly Lavado, importante
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comerciante en Elorza; José María, Hortensia y María Gilly Lavado. Véase el apellido Gilly en páginas antecedentes. 4. Gregoria Lavado, casada con el general José Bonifacio Galindez, natural de Rincón Hondo, quien fue un destacado jefe militar, de mucha reputación en Apure; miembro del partido Liberal; participó en la Revolución Legalista en 1892 como Comandante del Ejército en ese estado. Es curioso, según nos refería don Carlos M. Laya, que este general rinconondeño se nombraba Galindez, con acento en la e y no en la i. “Pendejadas de él”, expresaba chusco don Carlos. Del matrimonio del general Galindez y doña Gregoria Lavado nacieron tres hijos, los cuales murieron antes de 1905, sin sucesión: Fabiana, Evaristo y Domingo Galindez Lavado. En nuestras investigaciones aparece Gregoria Lavado, de la misma parentela, casada con N. Linares y quienes fueron padres de Teodoro Ramón Linares Lavado, condueños del hato El Algarrobo en 1901. No podemos asegurar que sea la misma viuda del general Galindez, quien habría casado nuevamente con un Linares. Lavado-Castillo Don José Gregorio Lavado Calzadilla nació en 1897 y falleció en 1967. Tomó estado con doña Norberta del Carmen Castillo González, de Rincón Hondo, nacida en 1900 y fallecida en 1964. Todos sus descendientes nacieron en el hato El Algarrobo: 1. José Rafael, fallecido, casado con doña Josefina Quiñones. Sus hijos: Oscar Armando, Delia Victoria, Nila Josefa, Glenny Norberta, Rosa Margarita y Elsa Margarita, gemelas ambas; José Rafael, César Gregorio, Betsy Josefina, Freddy Gregorio, María Yalitza, Carmen Maridee y Gaudys Mallira Lavado Quiñones. 2. José Gregorio, fallecido, casado con doña Rosa Arriaga, apureña. Su descendencia: Milagros Coromoto y José Gregorio Lavado Arriaga.
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3. Marcos de Jesús, casado con doña Albertina Salazar, de Guasimal, estado Apure. Son sus hijos: Henry Alexander, Marcos José, Carmen del Valle (Zulay), Gregorio Ramón, Miriam Lovelia, Dilia Magaly, Eliza María (Nena) y Luis Eduardo Lavado Salazar. 4. Ramón Alberto, tomó estado tres veces, con sucesión: Tang Li, Iliana, Olivia Nakarí, Ramón Alberto, Diego Eulogio, Yasmira del Carmen, Norberta del Carmen, Indara del Carmen, Juan Alberto y Carlos Iván Lavado. 5. Carmen Ligia (Ligia), casada con don Luis Bello Donaire. Son sus hijos: Mónica Matilde, Luis Enrique y Jorge Luis Bello Lavado 6. Diego Eulogio Lavado Castillo, capitán de la FAV, egresado de la Escuela de Aviación Militar el 5 de julio de 1960, piloto de transporte fallecido en accidente aéreo en Yaritagua, Yaracuy, el 8 de agosto de 1970. Fue piloto adscrito a la Casa Militar y tripuló el avión Avro, asignado al presidente Raúl Leoni. Tomó estado con doña Carmen Obdulia Botello Finamore (Úa), hija de don Pablo Botello Rumbos y doña Carmen Finamore Laprea. Con sucesión: Diego Enrique, José Gregorio y Yuruany del Carmen Lavado Botello. 7. Flora María, casada con don José Medina Arellano, del Táchira. Con descendencia: Ana Norbita, Eduardo José, Alfredo Enrique y Flora Mayela Medina Lavado. 8. Josefa (Pepita), ingeniera agrónoma, casada con don Pedro Raúl Solórzano Peraza, ingeniero agrónomo, nacido en Lagunillas, estado Zulia, de familia barinesa integrada por don Pedro Ramón Solórzano y doña Amelia Augusta Peraza; con sucesión: Verónica del Carmen, Raúl Ramón y Diego Ramón Solórzano Lavado. 9. Pedro Vicente, casado con doña Sara Maica, de San Fernando de Apure, con sucesión: Isabel Cecilia, Carmen Alicia y Sara Isabel Lavado Maica.
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Obregón Linaje que llegó procedente de Ciudad Bolivia (o Pedraza), estado Barinas y ramificaciones en el estado Portuguesa. Fue el primero del apellido en Elorza don Víctor Obregón Leiton, oriundo de dicha ciudad barinesa (originalmente el apellido era Leighton, inglés, cuyos ascendientes vinieron con la Legión Británica hacia 1819 o 1820 y se radicaron en Venezuela); fueron sus progenitores don Pablo Obregón (hijo de doña Nieves de Obregón) y doña María de las Nieves Leiton. Murió don Víctor en Caracas en 1941. Hermano suyo fue don Angel María Obregón Leiton. Don Víctor Obregón casó con doña María Gavidia Alvarado, de Palmarito, estado Apure, nacida en 1900 y fallecida en Maracay a los 98 años en 1998; hija del doctor Diego Martín de las Mercedes Gavidia y doña Natividad Alvarado; don Diego Gavidia era natural de Colombia, abogado graduado en la Universidad de Los Andes y doña María Alvarado posiblemente oriunda esta última del estado Lara, pues es tradición familiar que tenía vinculación de parentesco con el científico y escritor Lisandro Alvarado. Los GavidiaAlvarado estaban residenciados en Palmarito, y al enviudar, doña Natividad se vino a Elorza con sus hijos, entre ellos Doña María, quien conoció y contrajo matrimonio con don Víctor Obregón Leiton, dedicado al comercio y a El Alcornocal, su posesión agropecuaria. Del matrimonio de don Víctor Obregón y doña María Gavidia Alvarado nacieron: 1. Víctor Magín Obregón Gavidia, médico graduado en 1946 en México. Fallecido. Casó con doña Carmen Valladares, de Caracas, con sucesión: Víctor Magín, María, Luisa Elena, Héctor, Néstor, Pedro, Iris y Carolina Obregón Valladares. 2. Flor María, que murió a los 15 Años de edad. 3. José Obregón Gavidia, perito agropecuario graduado en 1950, casado con doña María Herrera, con sucesión: José Magín, Nora, Olga, César, Raiza, Irene, Pedro, Arlen, Diego y Adriana Obregón Herrera. 4. Olga Obregón Gavidia, tomó estado con Aureliano Cánchica, educador, primer director de la escuela de Elorza, ex-presidente
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del Ince. Con descendencia: Georgette, Wilfredo, José Jerónimo, Jhonny y Erick Cánchica Obregón. 5. Pedro Obregón Gavidia, nació en Elorza el 15 de abril de 1925, ingeniero agrónomo graduado en la UCV en 1950; doctor en agronomía, investigador científico especializado en Genotécnica. Fue presidente del Conicit y creador de varios híbridos de maíz que llevan su apellido. Tomó estado con doña Carmen Maneiro, de Maracay, de origen carupanero. Son sus hijos: Carmen Irene, médico pediatra y dermatóloga; Flor María, sociólogo; Beatriz Elena, socióloga y Pedro Magín Obregón Maneiro, ingeniero mecánico. 6. Carmen Lobelia Obregón Gavidia, educadora, tomó estado con don Jesús Castañeda García, oriundo de Cumaná, fallecido en agosto de 2005, doctor en medicina veterinaria, profesor universitario jubilado de la UCV, científico. Fue Director del Instituto de Investigaciones Veterinarias y miembro del directorio del Conicit; decano fundador de la Facultad de Agronomía de la Universidad “Rómulo Gallegos”. Con sucesión: José Jesús Castañeda Obregón, médico siquiatra, sexólogo y sicoanalista, gemelo con Jesús Ramón Castañeda Obregón, médico neurocirujano. Don José Jesús Castañeda Obregón está casado con Edby Camacho, también médico y son sus hijas: María Emilia del Valle y Vanessa Patricia de Lourdes Castañeda Camacho. Don José Jesús Castañeda es también padre, con doña Militza Elena Hernández, de Isabella Lobelia del Carmen Castañeda Hernández. Don Ángel María Obregón Leiton, hermano de don Víctor, nació en Ciudad Bolivia o Pedraza en 1881 y murió en Elorza el 6 de septiembre de 1940. Fue casado con doña Juana María Rodríguez. También tuvo su fundo don Ángel María en la jurisdicción de Elorza. Pedro Obregón, creador del nuevo maíz Pedro Magín Obregón Gavidia es científicio. Ingeniero agrónomo, Summa Cum Laude doctor en agronomía, pero dedicado a la docencia y a
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la investigación en el área de la genotécnica, es decir, en el mejoramiento de las plantas cultivadas, con especial referencia al maíz. Gracias a Pedro Obregón, en Venezuela comemos un mejor maíz, o lo que es mejor, buenas arepas y cachapas, pues por sus investigaciones se logró la creación de cinco variedades de maíz corriente de grano blanco; conversión a grano amarillo de cinco variedades de maíz de grano blanco; producción de cinco híbridos de maíz (de grano blanco y de grano amarillo), para el Ministerio de Agricultura y Cría; producción de ocho híbridos de maíz (de grano blanco y de grano amarillo) para la Fundación Eugenio Mendoza; conversión a maíces Opaco-2, ricos en lisina y triptófano y por lo tanto de una gran variedad proteínica, a siete variedades y cinco híbridos. Produjo un total de 46 nuevos maíces para el país. Eso es valioso. También logró determinar las mejores distancias y densidades de siembra para mayores rendimientos en granos; es coautor del sistema de siembra en hileras pares y grano por punto, tanto para la siembra manual como en maquinaria; divulgación del concepto de máximo rendimiento de grano sobre la base del uso de semillas certificadas y abonos químicos y poblaciones entre 40 y 60 mil plantas por hectárea. Tuvo intervención en la asesoría para legislación venezolana sobre la certificación de semillas agrícolas. Gracias a los trabajos de Obregón, la industria de harinas precocidas de maíz se ha desarrollado y fortificado en virtud del mejoramiento en los maíces. Al efecto ha dicho el doctor Obregón “Los granos de los maíces híbridos son uniformes de tamaño y forma y de endosperma semidura, condiciones indispensables para que la maquinaria utilizada por esa industria trabaje eficientemente. Esta industria nunca hubiera prosperado con maíces no mejorados, por falta de uniformidad en sus granos y la imposibilidad de uso óptimo de la maquinaria”. La Nación, entidades regionales y municipales, organizaciones privadas y entes internacionales, entre ellos la FAO, han resaltado los méritos de este investigador agrícola elorzano. Sus reconocimientos llegan a diecisiete condecoraciones, dieciocho placas y un número considerable de diplomas de honor. Igualmente tiene cincuenta y una publicaciones en folletos y revistas. Fue profesor en la Escuela Práctica de Agricultura de Turmero (1951-1963), en la Facultad de Agronomía de la UCV (1958-1985) y desempeñó durante dos períodos la Presidencia del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (1975-1981). Sin duda, Pedro
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Obregón tiene toda una vida dedicada al laboratorio, a la observación, a lograr la mejor calidad de vida para sus semejantes. Tarifa Este apellido debe ser el mismo conocido en Barinas como Tarife. En Rincón Hondo residía en 1897 don José Tarifa, casado con doña Jacinta Botello, ascendiente colateral del autor de este libro; doña Jacinta y don José Tarifa tenían vinculaciones con Palmarito y con Ciudad Bolivia o Pedraza, jurisdicción de Barinas. Tarifa era propietario del hato Tarifero o Los Aposentos, en jurisdicción de Rincón Hondo; en 1897 lo vendió a don José María Gilly. Limitaba al norte y este con el Matiyure y caño de La Estacada; por el sur los ejidos de Rincón Hondo y al poniente, terrenos del comprador José María Gilly. Fue testigo del acto don Luis R. Aguilar, pariente de doña Jacinta Botello, posiblemente su tío. Del matrimonio de don José Tarifa y doña Jacinta Botello nació doña Francisca Tarifa Botello. De la misma parentela era doña Rosalía Tarifa, residenciada en Elorza, nacida en 1909 y madre del pequeño Juan Bautista Tarifa, fallecido en dicha población, en la casa de Natividad Ojeda, a los cuatro meses de nacido, el 12 de octubre de 1941. Otros apellidos elorzanos Venidos de todas partes o nacidos en el propio lar elorzano, la ciudad tiene otros apellidos relevantes cuyos integrantes contribuyen o contribuyeron a cimentar la identidad local. Así tenemos entre otros los siguientes: Aguilera, Altuna, Andrade (Pedro Andrade), Anís, Aray (doña Salvadora Aray, nacida en San Rafael de Atamaica y muerta soltera en Menoreño, a los 36 años, el 18 de septiembre de 1939), Astudillo (José Rafael Astudillo, que fue educador y juez en Elorza en 1922), Borjas, Botello (varios miembros de esta parentela residen en Elorza; en el cementerio está el sepulcro de doña Isabel Madrid de Padrón, fallecida en 1986 y es su hijo Miguel Botello Madrid), Bracho, Calderón (Nerio Calderón), Calzadilla (don Carlos Calzadilla y su esposa doña Amelia Abreu de Calzadilla), Carrillo, Colmenares, Chacón, Escalona, Estrada, Farfán, Flores, Franchi, Freites (Plácido Freites), Gainza, García (doña Estradela de García y esposo),
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Guerra (la educadora Lucrecia Guerra), Guédez, Herrera, Jaime, Jiménez (entre ellos el profesor Jesús Freddy Jiménez, educador, cronista no oficial de Elorza, fallecido el 14 de febrero de 2004), Laya, Linero (Manuel y Ernesto), Moreno (doña Cecilia Moreno y sus hermanos), Moros (de ascendencia tachirense), Ojeda (Ernesto y Marcos), Oronoz (Josefa Oronoz), Pacheco (Ausencio y Candelario), Padrón (se recuerda al cazorleño don Francisco de Paula Padrón, que murió fulminado por un rayo durante una tempestad en las sabanas de San Felipe, el 16 de septiembre de 1939; tenía diez años radicado en Elorza), Pildaín, Piñero, Tapia, Torres, Tovar, Zapata (doña Francisca Zapata, casada con el general Manuel Pérez Pardo, nacido en El Yagual en 1855, quien no murió en la guerra sino en su cama, de cáncer, el 2 de julio de 1923).
Fuentes consultadas Archivos Archivo General de la Nación. Sección Interior y Justicia Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sección Archivo Antiguo. Colombia. Archivo Histórico de Miraflores. Secciones Cartas y Telegramas. Archivo Arquidiocesano de Caracas. Sección Matrículas. Mantecal. Archivo Histórico de la Universidad Central de Venezuela. Expedientes de egresados. Registro Principal del Estado Apure. Archivo de Argenis Méndez Echenique. Archivo de Oldman Botello.
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Información oral Prof. Jesús Freddy Jiménez ( ). Don Omar Viana (Beruzual). Prof. Argenis Méndez E. (San Fernando). Dr. Pedro Obregón Gavidia (Caracas). Emma Guerrero de Álvarez (Elorza). Doña Lobelia Obregón de Castañeda (Maracay). Jesús Torres (Elorza). Ing. Josefa Lavado de Solórzano (Maracay). José Torres (Maracay). Prof. Roberto Carlos Guédez (Maracay). Prof. Elvira Bracho (Elorza). Don Víctor Altuna.
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