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Adulterio

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La Decisión

La Decisión

Ella no podía evitar sentirse atraído por aquel hombre misterioso entregado a dios que abrió las llamas de su corazón. Un día caminaba por la plaza del pueblo recordaba aquella rosa roja que él le había entregado, aquella rosa que le pinchó en el dedo y le sangró y le abrió una herida muy profunda, de aquellas manos prohibidas que la abrasaban, y como la gente murmuraba y chismeaba, y como olvidar aquellos pies que se reflejaban de bajo de su vestido. Béggé

Muy Real

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Esa noche me fui a dormir al sofá. Solo pensaba en lo sucedido, malhumorado y después de unas vueltas, logré dormirme. De repente, desperté a oscuras, pero claramente podía ver a una niña con vestido azul celeste, pelo oscuro, dos coletas a los lados, mirada fija y un brazo extendido señalándome con su dedo índice.

Quería levantarme e irme a la cama mientras escuchaba una carcajada maléfica, pero no podía mover ni un músculo, paralizado, me faltaba el aire y algo me oprimía el pecho. Luché para que mi cuerpo reaccionara durante esa risa infinita, hasta que por fin mi cuerpo hizo caso a las órdenes que le llegaban desde mi cerebro. La niña se desvaneció y menos enfadado pude huir a mi refugio.

Hightower

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