EDICIÓN FEBRERO 2017

FEBRERO 2017, nยบ 110

especial LOS SECRETOS DE LA R.N. Rร O SIMPSON

ESPECIAL Los secretos de la Reserva Nacional Rio Simpson Nuestro vuelo nos deja en el ventoso y estepรกrico paisaje de Balmaceda, llegamos con una imagen en la mente, que por cierto, es lo que hace mรกgica a estas tierras, esa imagen siempre fue compuesta y multiforme...

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uestro vuelo nos deja en el ventoso y estepárico paisaje de Balmaceda, llegamos con una imagen en la mente, que por cierto, es lo que hace mágica a estas tierras, esa imagen siempre fue compuesta y multiforme, como un tejido de mil colores pero con la excepcional virtud de contener sabor y textura, decorada con historias que proyectan profundas tradiciones que no conocen fronteras... así es la Patagonia. Pero esta tierra de gauchos, mate amargo, chámame y corderos al palo, es mucho más que eso.

Al llegar a Coyhaique nos refugiamos de las lluvias pasajeras de enero, en el Hostal del Este, donde nos dan una cálida bienvenida, tan amable y clásica de esta zona. El inestable clima de la Patagonia, no es el mismo de antes, nos dicen, argumentos que nos preocupan considerando que nuestro destino es un hábitat que contrasta considerablemente con las estepas áridas australes que divisamos desde el avión.

La noche anterior, no dio ninguna buena señal de que el tiempo mejoraría, al contrario la lluvia se intensificó hasta entrado el amanecer, no obstante, en la tarde tomamos rumbo por la carretera que une a Coyhaique con Puerto Aysén hacia nuestro destino, ya a un par de kilómetros al salir del radio urbano, la vista es bastante distinta, se entra en un mundo distinto de valles profundos con abruptos acantilados que parecen

saltar a los pies mismos del estrecho pavimento, el viaje es corto, son sólo unos treinta minutos para encontrar a un costado del camino el letrero que indica que se está en suelo protegido por Conaf.

En el acceso se edificó un magnifico centro de informaciones con altos estándares de diseño arquitectónico y todo enmarcado por el sublime entorno natural.

Con aproximadamente 41.600 hectáreas, la reserva de Río Simpson tiene un oscuro pasado de voraces incendios de proporciones gigantescas y depredación forestal colonizadora sin control, que de lo último aún hay notorias evidencias, estos eventos fueron los que impulsaron la necesidad de conservar estas tierras, por ello en el año 1967 se creó como parque nacional pero fue reclasificada a fines de la década de los noventa como reserva nacional.

Río Simpson es un bioma de delicada composición natural, con formaciones vegetacionales siempreverdes de dombeyi), Coihue (Nothofagus Canelo (Drimys winteri), Ciruelillo o Notro (Embothrium coccineum) y Tepa (Laurelia philippiana) los que se descuelgan de los vertiginosos cerros que flanquean al río Simpson. Otro componente de la flora local son los bosques caducifolios de Aysén como el Ñirre (Nothofagus antarctica), la Lenga (Nothofagus pumilio) y el Calafate (Berberis buxifolia).

El río Simpson, que tomó su nombre del Capitán de Fragata Enrique Simpson Baeza (1835-1901), divide el paisaje en dos, tentando a la imaginación con sus distantes e inexplorados bosques que se pierden hasta donde la vista alcanza, en tanto hielos eternos brillan desde lo alto llamándonos a indagar en sus secretos, secretos que por cierto conoce bien el señor de la montaña, el Puma (Puma concolor) una especie emblemática de nuestras cordilleras, belicosa y esquiva, una maravilla de la madre naturaleza que acecha silente y pacientemente a sus presas, en una aventura con los Guardaparque de Conaf, nos dirigimos a explorar parte del lado sur de la reserva para lo cual se debe cruzar el río en bote.

El escenario no permite más perspectiva que los Coihues que están en el borde de la rivera que se alzan hasta los treinta o cuarenta metros y tras ellos un desfiladero de roca vertical se presenta como un corta vista infranqueable, creando un rústico y estrecho sendero que no afectará al hábitat, con los guardaparques nos internamos con dificultad entre la densa flora, la vegetación es tan tupida que oscurece nuestro horizonte el cual no sobrepasa los dos metros hacia delante, mientras el Chucao (Scelorchilus rubecula) y el Hued hued (Pteroptochos tarnii) juegan a no ser vistos contradiciéndose al posar incesantemente para las cámaras.

Entre el espesor de las especies arbustivas como el Chilco (Fucsia magellanica) el granate de las Botellitas (Mitraria coccinea) se debaten el protagonismo entre el profundo verde del bosque siempre verde de la reserva, nos dirigimos a un inexplorado cañadón que nos adelantan a sido visto sólo por un puñado de personas, las Nalcas (Gunnera tinctoria) aquí parecen ser sobre naturales, sus dimensiones sobrepasan la imaginación debido seguramente a la rica composición de la biomasa que los aloja. Tras varias horas de constante batalla por avanzar entre los Colihues (Chusquea culeou) que parecen decirnos “por aquí no pasarás” la madre naturaleza nos hace un guiño y entre el húmedo suelo bajo nuestros pies un ligero movimiento entre las hojas y el lodo delata la posición de una pequeña ranita color marrón, se trata de una rana de ceja larga o rana de hojarazca austral (Eupsophus calcaratus) que para nuestra sorpresa posterior no estaba descrita aún en la Reserva Río Simpson, en medio del extasis de la sesión fotográfica al alzar la mirada una nueva sorpresa…

la vista impresionante y mágica de la capacidad del agua para transformar el paisaje, un lugar que nos parece fuera donde nace toda el agua del mundo, el ensordecedor trepidar de una cascada con una caída de unos cuarenta metros por un cañón natural, antecedido por pozones de agua turquesa que revela que no hay nada más puro y cristalino.

Por la humedad constante, vemos como proliferan los liquenes y musgos como el Paraguita del sapo, por lo que no nos cabe la menor duda que en algún secreto y pequeñito rincón habita nuestra querida ranita de Darwin…

La Reserva Nacional Río Simpson es un paraiso que exhibe cómo la fortaleza y la resiliencia de la naturaleza es inquebrantable ante nuestro paso como especie, hoy son tierras indómitas y misteriosas que lo más seguro, es que guardan aún muchos secretos más. ​

Revista BIOMA 2017

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