Panorama Internacional
20 19
Índice Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 04 01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo. . . . . . 06 02. Transición energética: ¿otro mundo es posible? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 03. China vs EE.UU.: Choque de titanes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 04. Perspectivas por países . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 05. Mapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Prólogo Un año más, CESCE tiene el placer de presentar Panorama, una publicación en la que afrontamos el difícil y ambicioso reto de analizar las principales tendencias y acontecimientos de la economía mundial, con la esperanza de que resulte una lectura esclarecedora, interesante y amena. La incertidumbre no es un elemento nuevo en el contexto económico. Al contrario, la economía global ha avanzado siempre acompañada de frentes de inestabilidad, incluso en periodos de bonanza. Ahora bien, a pocos meses de terminar el año podría decirse que 2019 se está caracterizando por la acumulación de factores de riesgo que dibujan un horizonte con notables nubarrones. Atrás queda ya el excepcional 2017 donde todas las economías de la OCDE crecieron, por primera vez desde 2007, de forma simultánea. En este tiempo, Estados Unidos y China han intensificado la escalada de hostilidades dentro de la competencia por la hegemonía económica. Mientras tanto, la Unión Europea continúa inmersa en una eterna reflexión idiosincrática. Avanzar o retroceder, dos visiones opuestas que se han agravado con el nacimiento de movimientos populistas, euroescépticos y nacionalistas. Por su parte, el Brexit se ha convertido en una historia interminable donde la sucesión de eventos, cada vez más caóticos, acercan al Reino Unido al precipicio de una salida sin acuerdo. Las perspectivas en el ámbito económico tampoco invitan al optimismo. La desaceleración de las mayores economías se ha acentuado y, algunas de ellas, como Alemania, se encuentran al borde la recesión. A esto se unen las convulsiones en países emergentes, como Argentina y Turquía, lastrados por sus tradicionales debilidades estructurales. Asimismo, la aparente estabilización del crudo lejos de los precios registrados en la pasada década dibuja un panorama muy exigente para las economías petroleras. La complejidad del actual escenario se agrava con la extraordinaria anomalía en los mercados de renta fija, escenificada en el colosal volumen de deuda con rendimientos negativos (17 billones españoles a finales de 4
agosto), un comportamiento inédito que podría ser, tal como muchos apuntan, el principal factor de inestabilidad en un futuro. Los elementos que irradian incertidumbre son, por tanto, numerosos. Muchos de ellos interactúan, además, como vasos comunicantes. Ante la imposibilidad de abarcar todos ellos, hemos considerado oportuno e interesante en esta ocasión detenernos en aquellos que, por su envergadura o sus ramificaciones, afectan, en mayor o menor medida, a todas las economías del mundo. En primer lugar, abordaremos la transformación que se está produciendo en la industria de los hidrocarburos. El florecimiento del denominado shale en Estados Unidos hace menos de una década ha irrumpido como un huracán. No solo propició el desplome de los precios del crudo a mediados de 2014, sino que su crecimiento ha sido tal que ha modificado la estructura de la oferta. En pocos años Estados Unidos se ha convertido en el principal productor de petróleo y de gas del mundo, un hito que pocos podían prever. Además, la industria de los hidrocarburos no convencionales ha demostrado una considerable capacidad de adaptación a los cambios en el mercado, un atributo que dificulta más si cabe la posición de los tradicionales países petroleros. Nos encontramos en un momento en el que los acontecimientos se suceden a gran velocidad y, al mismo tiempo que el mercado del petróleo se dirige hacia un nuevo escenario, una transformación de mayor envergadura en el mundo de la energía ha comenzado a emerger: la transición energética. En el segundo capítulo analizaremos el avance, lento para algunos, pero inexorable, de las energías limpias. Es difícil asegurar que, finalmente, se alcancen los objetivos del Acuerdo de París para contener el calentamiento global por debajo de los 2º C respecto a los niveles preindustriales. En cualquier caso, no se puede obviar que, cuanto menos, la transición energética está impulsando una extraordinaria innovación tecnológica,
evidenciada en el salto cualitativo de la energía fotovoltaica y eólica. Es cierto que tan solo nos encontramos al inicio de un largo camino; sin embargo, cada vez parece menos descabellado imaginarse un mundo desconectado, al menos en gran parte, de los hidrocarburos. El reto es mayúsculo, ya que las consecuencias del aumento del nivel del mar, del avance de la desertificación y de la formación de fenómenos climatológicos extremos son incalculables; probablemente el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad. Todo ello invita a cuestionarse, además, cómo serán los pilares de la nueva arquitectura de la energía que se está construyendo. Un paisaje donde emergerán nuevos riesgos, al mismo tiempo que otros se mitigarán. Una transformación que modificará la estructura económica de muchos países y conducirá a una reorientación de las relaciones internacionales.
A través de los tres artículos esperamos aportar algo de luz a los numerosos interrogantes que plantean la transformación en el mercado del petróleo, la transición energética y el nuevo orden mundial al que nos dirigimos. Las implicaciones de los temas tratados no se circunscriben al ámbito económico, sino que tiene un alcance mucho más profundo, donde variables, como las aspiraciones geopolíticas, juegan un papel fundamental. Muchos de sus efectos ya se han evidenciado. Sin embargo, algunos de los riesgos mencionados o los potenciales escenarios planteados no se materializarán en el corto plazo sino progresivamente a lo largo de los próximos años o décadas. Avanzamos, en definitiva, hacia un paradigma energético y político sin precedentes.
Por si fuera poco, la innovación tecnológica ligada a la transición energética se ha convertido en una pieza más dentro de la competencia entre las grandes economías por liderar los sectores de mayor valor añadido. En el tercer artículo analizaremos el recrudecimiento del enfrentamiento que mantienen las dos principales economías, China y Estados Unidos. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha dinamitado la diplomacia que, hasta el momento, caracterizaba las relaciones entre ambos. La guerra comercial que se inició en 2018 se ha adentrado progresivamente en terrenos inexplorados y constituye, actualmente, el principal elemento que distorsiona la economía mundial. Como en otras ocasiones, Trump, está haciendo uso de medidas proteccionistas para forzar concesiones por parte de Pekín. No obstante, los objetivos que persigue Estados Unidos en las negociaciones afectan no solo a las prácticas comerciales chinas, sino al futuro modelo de crecimiento del gigante asiático. De esta forma, veremos cómo el conflicto comercial esconde intereses económicos y militares mucho más ambiciosos que pueden modificar el tablero geopolítico. 5
01 Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo Pablo Arjona, Analista de Riesgo País
01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Desde la invención del motor de explosión, en 1886, la ramificación de los hidrocarburos en la economía global ha sido imparable. Es difícil exagerar su importancia. El crudo es la principal fuente de energía del transporte aéreo, marítimo y terrestre; e interviene en la fabricación de infinidad de bienes (plásticos, vidrios, lubricantes, detergentes e, incluso, conservantes para la maduración de alimentos, entre otros)1. Algunos estudios estiman que la actividad de producción de petróleo y gas asciende a 2 billones de dólares2, equivalente al 2,5% de la economía mundial. Sin embargo, su contribución es mucho mayor, dado que este cálculo no considera el valor del resto de eslabones de la cadena, como el refino o el transporte. Al igual que gran parte de las materias primas, el crudo está concentrado en determinadas zonas geográficas, lo que acentúa, más si cabe, su importancia estratégica. El petróleo es, probablemente, el sector donde convergen un mayor número de variables, no solo económicas, sino también geopolíticas. El mercado está en constante movimiento. La estructura, los participantes que la integran, y el peso de las variables que intervienen en la formación de los precios han fluctuado a lo largo del tiempo. Las oscilaciones se
han producido, generalmente, por el lado de la oferta, dado que la demanda ha registrado un comportamiento relativamente estable y predecible. Los cambios en los últimos años han sido especialmente intensos, algo que se ha evidenciado en el comportamiento de la cotización del petróleo, el termómetro donde convergen todas las variables. El origen de esta transformación ha sido el nacimiento de la industria de los hidrocarburos no convencionales en Estados Unidos. Su crecimiento ha sido tan vertiginoso que ha desestabilizado la estructura del mercado y ha propiciado el abaratamiento de los precios desde la segunda mitad de 2014. En el presente artículo se analizan las múltiples consecuencias que ha generado la irrupción de nuevos competidores. Para ello, primeramente merece la pena detenerse en la evolución del sector en las últimas décadas, para tener una mejor perspectiva de su idiosincrasia; de los elementos que han propiciado la reciente transformación y, por último, del comportamiento de los actores que participan en el mercado, con un especial interés en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que ha demostrado una considerable capacidad para influir en los precios del crudo.
1. Por no mencionar su papel en el ámbito militar, algo que se evidenció por primera vez durante la Primera Guerra Mundial, cuando Reino Unido sustentó la supremacía marítima en el desarrollo de una flota propulsada por hidrocarburos, en sustitución del principal combustible por aquel entonces: el carbón. 2. Billones europeos.
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Una industria en constante movimiento Días de calma El universo tan amplio de variables que intervienen en el mercado del petróleo explica, en buena medida, la volatilidad que ha caracterizado al petróleo en las últimas décadas. Sin embargo, el encadenamiento de fuertes oscilaciones en el precio es algo relativamente reciente. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 70 apenas se produjeron alteraciones significativas. En dicho periodo la estructura del sector era muy diferente. Los protagonistas eran las compañías energéticas occidentales, en concreto las denominadas “siete hermanas”, muchas de ellas resultantes de la partición del gigante Standard Oil3.
Los precios del crudo se mantuvieron en torno a los 3 dólares el barril durante casi un cuarto de siglo
En esos años el crecimiento de la demanda estuvo acompañado de un intenso dinamismo por el lado de la oferta. Gracias a ello, los precios del crudo se mantuvieron en torno a los 3 dólares el barril durante casi un cuarto de siglo. Este escenario fue idóneo para los países consumidores, que disponían de una fuente de energía abundante, estable y barata, lo que contribuyó a la extraordinaria transformación económica, social y cultural después de la Segunda Guerra Mundial, un periodo bautizado como la edad de oro del capitalismo, o los Treinta Gloriosos. PRECIO MEDIO ANUAL DEL PETRÓLEO ($) 4
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Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
3. En 1911 el Tribunal Supremo de Estados Unidos ordenó, en aplicación de la legislación antimonopolio, la desmembración de la compañía Standard Oil. El conglomerado empresarial, fundado por John. D. Rockefeller, llegó a concentrar el 80% de la producción, refino, distribución y comercialización de hidrocarburos en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. Chevron y ExxonMobil son algunas de las compañías resultantes de la extinta Standard Oil.
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Esta estabilidad de precios, impensable a día de hoy, se desmoronó a partir de 1973, con el estallido de la denominada Primera Crisis del Petróleo. Los elementos que propiciaron el cambio llevaban fermentando casi una década, desde la crisis del Canal de Suez, en 1956. El reconocimiento internacional de la soberanía de Egipto sobre el estrecho artificial aceleró la caída del sistema colonialista francés y británico, y allanó el camino para la creación de empresas nacionales de petróleo (NOC, por sus siglas en inglés) en Arabia Saudí, Irak y Kuwait. Además de aumentar el control sobre sus recursos, estas economías comenzaron a organizarse para incrementar su influencia en el mercado. Como resultado, en 1960 se fundó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), integrada en un principio por Arabia Saudí, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela4. El gran protagonista de la organización desde su nacimiento hasta la actualidad ha sido el Reino del Desierto: el principal productor de crudo y, además, el que cuenta con una mayor capacidad ociosa, entre 1,5 y 2 mill.b/d5. Con el 40% de la producción mundial de petróleo y más de la mitad de las reservas, la creación de la OPEP supuso la formación de un cártel con una considerable
capacidad para influir en la oferta de crudo y, en consecuencia, en los precios. El poder de la organización se evidenció durante la guerra del Yom Kipur, en 19736. La OPEP, alineada con Egipto y Siria, estableció un embargo contra los países aliados de Israel y recortó la producción en 5 mill. b/d. Estas drásticas medidas provocaron una extraordinaria escalada del precio del crudo que, en tan solo dos meses, se incrementó desde los 3,5 dólares a los 11 dólares. El vertiginoso encarecimiento (215%) de la principal fuente de energía alteró por completo el comportamiento de la economía mundial y dio lugar a un periodo de estanflación; bajo ritmo de crecimiento y elevada inflación. El conflicto también puso de manifiesto la sensibilidad del sector petrolero a la inestabilidad en Oriente Medio, una región especialmente volátil, donde convergen las rivalidades políticas y religiosas de las naciones locales con los intereses de las principales potencias internacionales7. De hecho, poco después, la revolución iraní en 1979 y el estallido de la guerra entre Irán e Irak condujeron a la denominada Segunda Crisis del Petróleo8. A modo de símil podría identificarse la región como una zona de elevada actividad sísmica con capacidad para desestabilizar la economía mundial.
4. Posteriormente se adhirieron Angola, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria y la República del Congo. 5. Millones de barriles diarios. 6,. El conflicto estalló el 6 de octubre de 1973, cuando las fuerzas armadas de Egipto y Siria lanzaron una ofensiva conjunta contra Israel. 7. En 1980 el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, estableció el acceso al petróleo del golfo Pérsico como una prioridad en el ámbito de la seguridad nacional. Esto se concretó en la denominada “Doctrina Carter” que, entre otras cosas, defendía la posibilidad de que Estados Unidos utilizase la fuerza militar para salvaguardar sus intereses en la región. 8. Sadam Husein lanzó un ataque contra Irán en 1980, pensando que lograría una rápida victoria; sin embargo, el conflicto se convirtió en una guerra de desgaste que se prolongó durante ocho años y que finalizó sin un claro vencedor.
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La época dorada de la OPEP A grandes rasgos, la principal herramienta de la OPEP para materializar su influencia en la formación de precios ha sido el establecimiento de un sistema de cuotas, un ejercicio que requiere del compromiso y de la disciplina entre los socios, algo que no siempre resulta sencillo.
manda, condujo a un escenario muy favorable para los países exportadores de petróleo. En la primera semana de julio de 2008 el barril de Brent alcanzó un máximo histórico, por encima de los 145 dólares, un incremento nada menos que del 400% respecto a los valores registrado tan solo cinco años antes.
Durante la década de los 90 la organización no se caracterizó por la cohesión. Al contrario, los dos principales productores, Arabia Saudí y Venezuela, compitieron por incrementar su cuota de mercado, lo que presionó a la baja la cotización del crudo.
El estallido de la crisis financiera mundial interrumpió este periodo de bonanza; pero tan solo fue un paréntesis. La OPEP respondió al desplome de los precios9 con un severo recorte de la producción, de 2,2 mill.b/d, pocos meses después del hundimiento del “Titanic financiero”, Lehman Brothers.
Esta carrera cesó con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en 1999. El mandatario reorientó la estrategia energética del país y priorizó el encarecimiento del petróleo por encima del incremento de las exportaciones. A partir de entonces se instauró una cierta unidad dentro de la OPEP para corregir cualquier exceso de oferta. Esto, junto con el dinamismo de las economías emergentes, principalmente China e India, que se tradujo en un aumento considerable de la de-
La contracción de la oferta; las estimaciones catastrofistas sobre las reservas mundiales de petróleo y la creciente inestabilidad en Oriente Medio tras el estallido de la Primavera Árabe impulsaron los precios, de nuevo, por encima de los 100 $ a partir de enero de 2011, lo que dibujó un comportamiento en forma de “V”. Desde entonces hasta la primera mitad de 2014, los precios se mantuvieron en una horquilla entre los 100 y 120 dólares, un intervalo alineado con los objetivos de la OPEP.
PRECIO MEDIO ANUAL DEL PETRÓLEO ($) 120
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Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
9. Entre julio y diciembre de 2008 el crudo perdió más del 70% de su valor.
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Así pues, el periodo entre 2003 y 2014 fue la particular Belle Époque de los exportadores de hidrocarburos. El encarecimiento del oro negro se tradujo en un ingente traspaso de rentas desde los países consumidores a las economías petroleras. Algunos miembros de la OPEP, como Angola y Catar, registraron una tasa de crecimiento superior al 10% anual durante dicho periodo.
El periodo entre 2003 y 2014 fue la particular Belle Époque de los exportadores de hidrocarburos
Asimismo, los petrodólares permitieron acumular, en aquellos países con una gestión de los recursos mínimamente razonable, ingentes volúmenes de reservas y construir formidables fondos soberanos; un patrimonio que, además de ser un colchón de seguridad ante escenarios adversos, constituye una poderosa herramienta para incrementar la influencia en el exterior. Uno de los mayores exponentes es Emiratos Árabes Unidos, que cuenta con fondos soberanos por valor de 1,2 billones de dólares, equivalente a casi tres veces el tamaño de su PIB.
PRINCIPALES FONDOS SOBERANOS DE PAÍSES PRODUCTORES DE PETRÓLEO Nombre del fondo
Mill.$
País
1.072.840
Noruega
Abu Dhabi Investment Authority
696.660
Emiratos Árabes Unidos
Kuwait Investment Authority
592.000
Kuwait
Public Investment Fund
320.000
Arabia Saudí
Qatar Investment Authority
320.000
Catar
Investment Corporation of Dubai
238.800
Emiratos Árabes Unidos
Mudabala Investment Company
226.000
Emiratos Árabes Unidos
Norway Government Pension Fund Global
Fuente: Sovereign Wealth Fund Institute (SWFI)
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…hasta que llegó el shale Mantener un elevado beneficio de forma indefinida resulta extremadamente complejo, salvo que se opere en condiciones monopolísticas. Los elevados márgenes incentivan, generalmente, la entrada de nuevos competidores y el aumento de la inversión para aumentar la capacidad, un proceso definido en la teoría de los superciclos.
Su extracción es más compleja con respecto a los pozos tradicionales, debido a la menor permeabilidad de los reservorios; sin embargo, el periodo tan lucrativo durante la pasada década fue determinante para el desarrollo de dos tecnologías que hacían rentable su comercialización: la perforación horizontal y la fractura hidráulica (fracking).
La cotización del barril de Brent por encima de los 100 dólares actuó como un imán para el desarrollo de una nueva rama dentro del sector: los hidrocarburos no convencionales almacenados en roca de esquisto, también conocidos como “shale”.
Así, una miríada de pequeños y mediados inversores se lanzaron en Estados Unidos a la extracción de hidrocarburos no convencionales, en una versión actualizada del fenómeno de la fiebre del oro de California en el siglo XIX.
MAPA DE LOS YACIMIENTOS DE HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES EN ESTADOS UNIDOS
Montana Thrust Belt
Niobrara*
Bakken***
Helath**
Cody
Williston Basin
Powder River Basin
Big Horn Basin
Three Forks Michigan Basin
Hillard Baxter Mancos
Antrim
Mowry
Greater Green River Basin
Niobrara*
Uinta Basin
Mancos
San Joaquin Basin
Monterey Temblor
Manning Canyon Hermosa
Piceance Basin Paradox Basin
Lewis Monterey Santa María - Venturas - Los angeles Basin
San Juan Basin
Forest City Basin
Dember Basin
Park Basin
Excello-Mulky
New Albany
Cherokee Platform
Pierre
Appalachian Basin
Utica
Illinois Basin
Marcellus Devonian (Ohio)
Raton Basin
Chattanooga
Woddford
Black Warrior Basin
Abo-Yeso**** Glorieta-Yeso
Bend
Bon Spring****
Ft. Worth Basin
Dateware**
Arkoma Basin
Barnett Sparberry**** Permian Basin
Floyd-Neal
Conasuaga Valley & Ridge Providence
Haynesville-Vossier
Floyd-Chattanooga
Tuscaloosa TX-LA-MS Salt Basin
Eagle Ford Sistema actual - Sistema superpuesto más antiguo
Western Gulf
Sistema actual - Sistema superpuesto profundidad / antigüedad intermedia Sistema actual - Sistema superpuesto menos profundos / más jóvenes Sistema prospectivo Cuenca * Lutitas y calizas ** Lutitas y limolutas *** Lutitas, dolomías, limolitas, areniscas **** Lutitas, calizas, limolitas, areniscas Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Entre 2011 y 2014 la industria del shale registró una actividad frenética, superando año tras año las previsiones. En 2014 la producción de esta tipología de hidrocarburos en Estados Unidos superó los 4 mill.b/d, principalmente en las zonas de Eagle Ford y Permian (ambos en Texas). Esto disparó la preocupación dentro de la OPEP que, hasta entonces, no había valorado en su justa medida la amenaza que constituía la industria del shale. A mediados de 2014 el cártel decidió actuar para expulsar a los nuevos competidores. En concreto, adoptó una estrategia muy agresiva y eliminó las cuotas de produc-
La estrategia resultaba razonable, dado que el coste de extracción en los países del Golfo se sitúa en torno a los 25 dólares el barril, muy por debajo del umbral de rentabilidad de la industria del fracking en Estados Unidos, en aquel momento por encima de los 65 dólares. La maniobra fue muy efectiva; el excedente de oferta, cercano al millón de barriles diarios, provocó una abrupta caída del precio del crudo en un espacio corto de tiempo. Entre el segundo semestre de 2014 y principios de 2016 el barril de Brent perdió el 75% de su valor, hasta alcanzar un mínimo de 26 dólares, una cifra que no se registraba desde 2004.
ción, con el objetivo de generar un escenario de exceso de capacidad para presionar a la baja los precios. OFERTA Y DEMANDA DE PETRÓLEO (MILL.B/D) 100
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Cambio en los inventarios de petróleo (eje dcho.) Producción mundial de petróleo (eje izq.) Consumo mundial de petróleo (eje izq.) Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
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Entre el segundo semestre de 2014 y principios de 2016 el barril de Brent perdió el 75% de su valor, hasta alcanzar un mínimo de 26 dólares
La maniobra de la OPEP, en efecto tenía sentido; pero, al mismo tiempo era muy arriesgada, dado que los hidrocarburos son los cimientos sobre los que se sustentan las cuentas públicas y las exportaciones de los países que la integran. Además, durante el periodo de bonanza muchos gobiernos dispararon el gasto fiscal, por lo que los países petroleros ahondaron, más si cabe, la dependencia del petróleo. En este contexto, el coste de extracción como indicador de la vulnerabilidad de los socios del cártel ante un mercado con exceso de oferta perdió valor. En cambio, cobraron especial relevancia otras variables, como el volumen de reservas de divisas, o el precio del crudo que permite equilibrar el saldo fiscal, un umbral que, en algunos casos, triplica al coste de producción. La abrupta caída de la cotización de los hidrocarburos constituyó un auténtico terremoto. La intensidad de las turbulencias osciló considerablemente de un país a otro, en función del grado de diversificación de la estructura económica y del colchón acumulado durante los años de bonanza. Las economías del Golfo Pérsico, como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que habían construido fondos soberanos de gran envergadura, lograron amortiguar parcialmente el impacto, utilizando las reservas para defender su moneda y sostener las cuentas públicas. Sin embargo, en las economías que apenas contaban con margen de seguridad las consecuencias del desplome del crudo fueron durísimas. El desequilibrio en las cuentas públicas se disparó, lo que obligó a la aplicación de un severo ajuste presupuestario, una medida que contagió al resto de la economía. Para financiar el déficit fiscal casi todos los países productores recurrieron, en mayor o menor medida, al endeudamiento. Al mismo tiempo, el desplome de las exportaciones provocó una intensa depreciación de las monedas, como la naira nigeriana y el kwanza angoleño, que perdieron más de la mitad de su valor en su cruce con el dólar entre 2015 y 2016. En los países más castigados la fotografía era desoladora: recesión, elevada inflación, establecimiento de controles de capitales y deterioro de la solvencia del soberano.
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Capitulación Mientras las economías petroleras más vulnerables se desmoronaban como un castillo de naipes, los efectos del desplome de los precios en la industria del shale estadounidense fueron mucho menores y, sobre todo, mucho menos duraderos de lo esperado. El sector demostró una extraordinaria capacidad de resistencia y de adaptación a las nuevas condiciones del mercado. El exceso de capacidad provocó en los siguientes meses una notable caída del número de pozos activos; sin embargo, fomentó la introducción de mejoras de eficiencia, como la utilización de nuevos componentes químicos en el proceso de fracturación y el perfeccionamiento de la técnica denominada de “re fracking”, unas medidas que alargaron la vida útil de los pozos e incrementaron la ratio de recuperación. La caída de los márgenes impulsó, también, un proceso
de concentración del sector, caracterizado hasta entonces por un universo de compañías independientes de reducido tamaño. Los gigantes energéticos, como Chrevron o ExxonMobil, participaron activamente en la reorganización de la industria mediante la adquisición de empresas especializadas en fracking. La entrada de estas corporaciones fue muy relevante, dado que aportó conocimiento en técnicas de exploración; músculo financiero para acometer inversiones y para afrontar escenarios adversos; y economías de escala, al permitir a las empresas del shale utilizar sus infraestructuras de transporte y almacenaje. El conjunto de cambios condujo a un extraordinario descenso de los costes de extracción, superior al 30% en apenas dos años. En consecuencia, la mayoría de los proyectos de shale comenzaron a ser rentables, a partir de 2016, con un precio del barril por debajo de los 50 dólares.
UMBRAL DE RENTABILIDAD DE LOS HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES ($/BARRIL) 100
80
60
40
20
0 2010
Permian Midland Eagle Ford Permian Delaware Bakken Niobrara Otros Fuente: International Energy Agency (IEA)
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Los acontecimientos desde la segunda mitad de 2014 hasta 2016 avanzaron en dirección contraria a los intereses de la OPEP. La estrategia de eliminar las cuotas de producción estaba teniendo un coste muy elevado y, además, resultaba estéril para expulsar a los nuevos competidores. En consecuencia, a finales de 2016 el cártel cesó en sus intentos por frenar la expansión del fracking y priorizó la corrección del exceso de oferta. Para ello, recortó la producción en 1,2 mill. b/d. Este movimiento tuvo un elemento novedoso, ya que una veintena de países exportadores de petróleo -entre ellos Kazajistán, México y Rusia- se adhirieron a la política de la OPEP y se comprometieron a reducir el volumen de crudo en otros 600.000 b/d, lo que se bautizó como la OPEP+. Desde entonces, la mayor convergencia entre la oferta y la demanda ha alejado a los precios de los mínimos
registrados en enero de 2016, lo que ha supuesto un balón de oxígeno para las economías petroleras. Ahora bien, en este tiempo el oro negro ha oscilado entre los 50-70 $, un intervalo alejado del registrado en la pasada década. Sin embargo, el cambio de estrategia también ha originado elementos desfavorables para la OPEP. El repunte del crudo ha incrementado los márgenes de la industria del shale, lo que ha acelerado notablemente su actividad en los últimos dos años. Tan solo en 2018 la producción de crudo en Estados Unidos aumentó más de 2 mill.b/d, una cifra que superó el volumen extraído por muchos socios de la OPEP, como Angola, Libia y Nigeria. El dinamismo en los últimos años ha sido tal que Estados Unidos se ha convertido en el primer productor de petróleo del mundo y, además, ha compensado el recorte de la OPEP+.
PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO Y OTROS LIQUIDOS (MILL.B/D) 18 16 14 12 10 8 6 4 2
Libia
Venezuela
Noruega
Kazajistán
Nigeria
México
Kuwait
Brasil
EAU
Irán
Irak
China
Canadá
Rusia
Arabia Saudí
EE.UU.
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2005 2010 2018 Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Todo ello ha dibujado un escenario complejo para el cártel. La eliminación de cuotas fracasó en su objetivo de expulsar a las empresas de fracking y la otra alternativa, reducir la producción, ha acelerado el ritmo de expansión de sus competidores. Así, la organización se encuentra en un laberinto donde las dos principales estrategias entrañan efectos nocivos. La solución parece limitarse, pues, a reducir al máximo los daños. Ante la ineficacia de las acciones adoptadas por la OPEP, la geopolítica es, probablemente, el principal vector que
puede encarecer el petróleo. En este contexto, la inestabilidad y la incertidumbre se convierten en variables que juegan a favor de los intereses de los países petroleros en términos puramente económicos. Simplificar los movimientos geopolíticos como una estrategia vinculada únicamente a la cotización del petróleo sería desafortunado y erróneo. Sin embargo, no se puede ignorar que esta ecuación abre la posibilidad de que algunos países productores se vean tentados de avivar arbitrariamente la inestabilidad en la región.
PRECIO BARRIL DE BRENT ($) 140
120
100
80
60
40
20
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2011
2012
Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
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2018
2019
2020
2021
2022
2023
A TODO GAS Generalmente el término fracking se asocia a la extracción de petróleo; sin embargo, en sus inicios la tecnología de perforación horizontal y de fractura hidráulica se desarrolló para extraer el gas almacenado en las rocas de esquisto. Al igual que el crudo, la producción de gas en Estados Unidos ha registrado un crecimiento extraordinario en la última década. En comparación con los datos del año 2000, el volumen extraído ha aumentado más de un 25%, hasta situarse por encima de los 750 billones de metros cúbicos (bcm, por sus siglas en inglés), superando a Rusia como el mayor productor de gas del mundo.
cipal caballo de batalla de las compañías del sector y, actualmente, se están desarrollando varias terminales de tratamiento de gas para aumentar la capacidad de exportación. Si se culminan todos los proyectos, Estados Unidos se convertirá en uno de los principales proveedores de gas natural licuado (GNL) del mundo. En concreto, las previsiones apuntan a que en 2023 la primera potencia económica podría vender al exterior más de 100 bcm de GNL, una cifra próxima a la de Catar, el mayor exportador de GNL. PRODUCCIÓN DE GAS NATURAL EN ESTADOS UNIDOS 900
Los efectos en los mercados internacionales del gas han sido más limitados que en el caso del petróleo. La dificultad técnica y el elevado coste de transporte a grandes distancias dificultan la uniformidad de los precios. En consecuencia, a diferencia del petróleo, el gas se organiza en mercados regionales donde la cotización difiere sensiblemente. Por ejemplo, el gas referenciado en Estados Unidos duplica el valor del gas comercializado en Asia. Además, casi la totalidad del gas producido en Estados Unidos se destina al mercado interno, debido, en buena medida, a las limitaciones de infraestructuras de almacenaje y regasificación. Estas restricciones son el prin-
800 700 600 500 400 300 200 100 0 2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Shale gas, cuenca de los Apalaches
Otras cuencas de shale
Shale gas, cuenca de Permian
Otra producción
2015
2016
2017
Fuente: IEA
19
1. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Efectos múltiples y desiguales Ganadores… Cinco años después de que se produjera el desplome del precio del crudo, el balance en términos macroeconómicos arroja saldos muy desiguales. El país más favorecido es, indudablemente, Estados Unidos. La puesta en marcha de proyectos de hidrocarburos ha impulsado, de forma directa o indirecta, la actividad de numerosos sectores. La industria química, la minera, la fabricación de bienes de equipo, los servicios financieros, de transporte y de ingeniería son, tan solo, algunos ejemplos. El Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés), la principal asociación de la industria estadounidense de los hidrocarburos, analiza periódicamente, en colaboración con la consultora PricewaterhouseCoopers, la contribución del sector en la economía. Para cuantificar de forma orientativa las implicaciones económicas del shale podría compararse el tamaño del
En la última década las importaciones de crudo de Estados Unidos han descendido más de un 30%
sector en 2009, cuando la actividad del fracking era muy limitada, y en 2015, el último año para el que se dispone de datos. Aunque este periodo no recoge el pico de desarrollo de la industria, resulta interesante para tener una aproximación de la importancia del shale. En el periodo mencionado, el número de empleos vinculados a la industria de los hidrocarburos se incrementó en 1,2 millones de trabajadores. Las rentas generadas por el sector en esos años -entendidas como la suma de los salarios y los ingresos obtenidos por las empresas- aumentó un 50%, hasta los 714.000 millones de dólares. Por último, el denominado valor añadido -una variable que considera también las tasas, las licencias, los ingresos recibidos por los propietarios de los terrenos y los dividendos repartidos a los accionistas, entre otros- ascendió en 2015 a 1,3 billones de dólares, equivalente al 7,6% del PIB estadounidense10.
CONTRIBUCIÓN DE LA INDUSTRIA DEL GAS Y DEL PETRÓLEO EN LA ECONOMÍA DE EE.UU.
Empleo (número de trabajadores) Rentas del trabajo Valor añadido
2009
2015
9,16 mill
10,3 mill.
533.548 mill.$
714.200 mill.$
1.081.700 mill.$
1.317.900 mill.$
Fuentes API, PwC
Además, ha logrado reducir considerablemente la dependencia energética. En la última década las importaciones de crudo de Estados Unidos han descendido más de un 30%, hasta los 7 mill.b/d. En paralelo, se ha eliminado el veto a las exportaciones -vigente desde 1973- para dar salida al aumento de la producción local11. En conjunto, el saldo negativo de Estados Unidos en la comercialización de crudo se ha reducido casi a la mitad, en cerca de 4,2 mill.b/d, una cifra que, teniendo en cuenta el precio medio del petróleo en 2018, equivale a 110.000 millones de dólares al año. 10. Esta cifra equivale al tamaño de la economía española. 11. La prohibición de exportar crudo se implantó en respuesta al embargo establecido por los países del Golfo Pérsico.
20
IMPORTACIONES Y EXPORTACIONES DE CRUDO (ESTADOS UNIDOS, MILES DE BARRILES) 12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0 1990
1995
Importaciones de petroleo de EE.UU.
2000
2005
2010
2015
2019
Exportaciones de petroleo de EE.UU.
Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
% 0,2 0,1 0,0 -0,1 -0,2 -0,3
Año T
año T +1
China
Japón
R. Unido
EEUU
OCDE
-0,4 Eurozona
A nivel global, según algunas estimaciones, en el caso de que el precio del petróleo alcanzase, de nuevo, los 100 dólares, el ritmo de crecimiento del PIB de la economía mundial se desaceleraría, respecto a las actuales previsiones, un 0,6% durante el primer año.
IMPACTO DE UN AUMENTO DE 10 DÓLARES DEL PRECIO DEL BARRIL DE BRENT SOBRE EL PIB
España
En un ejercicio orientativo, en 2018 el Banco de España cuantificó el impacto sobre la economía española de una hipotética subida de 10 dólares del barril de petróleo. Los resultados arrojaron que dicho encarecimiento provocaría un deterioro del saldo de la balanza por cuenta corriente equivalente al 0,3% del PIB, y una pérdida de crecimiento del 0,2% de media durante los tres años posteriores al inicio de las perturbaciones.
Por todo ello, el comportamiento del crudo ha sido uno de los tan mencionados “vientos de cola” que explican el notable dinamismo de la economía española, con tasas de crecimiento en torno al 3% anual entre 2015 y 2017.
Or. Medio
CUANTIFICACIÓN DEL IMPACTO DE UNA SUBIDA DEL PETRÓLEO
La caída de los precios ha incrementado, además, la capacidad adquisitiva de los consumidores, algo que, tradicionalmente, favorece el aumento del consumo. Y, por último, ha suavizado las presiones inflacionistas, lo que ha contribuido a la prolongación de la política monetaria extraordinariamente laxa en los paises occidentales.
A. Latina
La irrupción del shale ha favorecido también al resto de países importadores de crudo. El abaratamiento del petróleo ha supuesto un trasvase de renta de los productores a los consumidores (representan el 80% de la economía mundial). El efecto más directo ha sido la mejora del saldo de la balanza por cuenta corriente. Por ejemplo, en el caso de España, uno de los países desarrollados más dependientes de los hidrocarburos, el valor de las importaciones descendió a la mitad entre 2014 y 2016, lo que supuso un ahorro para la economía de 15.000 millones de dólares, equivalente a más del 1% del PIB12.
Año T +2
Fuente: Banco de España
12. Los cálculos se han realizado a partir del volumen de las importaciones anuales y el coste CIF del crudo.
21
01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
…y perdedores En el lado opuesto de la balanza se encuentran los países productores de petróleo, los grandes perjudicados. El desplome del precio del crudo se tradujo en una caída del valor de las exportaciones de los países de la OPEP superior a 600.000 millones de dólares en poco más de dos años. Como se ha comentado, el abrupto descenso de los ingresos desencadenó una auténtica convulsión, que se propagó por toda la economía. El escenario actual es menos adverso que en 2014. Ahora bien, los precios siguen alejados de los máximos alcanzados hace una década, por lo que las réplicas del terremoto persisten. Muchos países todavía no han corregido el desequilibrio en la balanza de pagos que se originó como consecuencia de la caída de los ingresos. Un ejemplo de ello es Guinea Ecuatorial, con un déficit por cuenta corriente cercano al 4% del PIB. Del mismo modo la inflación se mantiene en niveles elevados en aquellas economías, como Nigeria, que sufrieron una considerable depreciación de la moneda. Resulta preocupante, además, el aumento generalizado del endeudamiento. En algunos casos, como Angola y la República del Congo, el margen de maniobra frente a escenarios exigentes prácticamente ha desaparecido. E, incluso, la tendencia ascendente de la deuda en los últimos años invita a cuestionarse la capacidad de estos países de hacer frente a sus obligaciones crediticias a medio plazo. Cabe mencionar, por otra parte, que el deterioro del escenario macroeconómico ha generado grietas en el marco político de un buen número de las naciones exportadoras de petróleo. El colapso del motor de crecimiento ha contribuido al aumento de la tensión social en países como Argelia, Kazajistán y Venezuela. En el caso de Ecuador, con un sistema democrático más consolidado, el desplome de los ingresos fiscales contribuyó, en buena medida, a la caída del presidente Rafael Correa.
diversificación de la estructura económica. Una de las aspiraciones es avanzar en la cadena de valor de los hidrocarburos mediante el desarrollo de industrias como el refino, una actividad hasta ahora relegada a un segundo plano dentro de las prioridades de los socios de la OPEP13. Los países del Golfo Pérsico están liderando esta transformación y, en los próximos años, incrementarán su capacidad de refino en más de 2 mill.b/d14. No obstante, el proceso de diversificación no se limita al refino. Un ejemplo de ello es el Plan Visión 2030, elaborado por Arabia Saudí, que incluye actuaciones para desarrollar infraestructuras y potenciar sectores como la minería, la industria química, los transportes y el turismo. Estos programas resultan, sobre el papel, razonables; sin embargo, conviene mantener un cierto escepticismo sobre su implementación en la práctica. Hay que tener presente que la diversificación económica no solo depende de la voluntad de las autoridades, sino también del establecimiento de un marco político y un entorno de negocios favorables, unas variables que, en un buen número de países petroleros, presentan, tradicionalmente, severas deficiencias.
El desplome del precio del crudo se tradujo en una caída del valor de las exportaciones de los países de la OPEP superior a 600.000 millones de dólares en poco más de dos años
Haciendo de la necesidad virtud, en vista de que los cambios descritos son estructurales, las distintas economías están impulsado, con mayor o menor éxito, la 13. Por el contrario, las compañías occidentales de energía tradicionalmente refinan más petróleo del que extraen. 14. Si se cumplen las previsiones, Saudi Aramco se convertirá en la mayor empresa de procesamiento de hidrocarburos, por delante de ExxonMobil y Sinopec.
22
VALOR DE LAS EXPORTACIONES DE PETRÓLEO DE LOS PAÍSES DE LA OPEP (MILES DE MILLONES DE $) 1.400 1.200 1.000 800 600 400 200 0 1996 Nominal
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
2014
2016
2018
Real (2017$)
Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
Reordenación geopolítica Es difícil encontrar otros ámbitos con tantas implicaciones como la geopolítica y el mundo de la energía, dos tableros estrechamente interrelacionados. La menor dependencia de las importaciones de crudo ha inmunizado a Estados Unidos, en buena medida, del riesgo de inseguridad en el suministro de crudo. En consecuencia, la vulnerabilidad de la primera potencia ante la inestabilidad en Oriente Medio se ha mitigado. Tanto es así, que el perfil secundario que ha adoptado Estados Unidos en el conflicto de Siria, a diferencia del papel protagonista que ejerció en otros casos, como la guerra de Irak, se ha vinculado con esta menor necesidad de asegurar la estabilidad productiva de la región. Otros se cuestionan si, en ausencia del shale, la Casa Blanca hubiera endurecido tanto su postura con Irán. Es cierto que las relaciones con el país persa están rotas desde el derrocamiento del sha Mohammad Reza Pahlavi en 1979; sin embargo, no se puede ignorar que el vertiginoso aumento de la producción en los últimos años otorga a Estados Unidos una posición más cómoda para afrontar un aumento de la tensión en el mercado del petróleo. Sea como fuere, la política exterior de Washington en la región ha desencadenado una secuencia de movimientos que se asemeja al “juego de la silla”. El repliegue diplomático de Estados Unidos en Siria supuso una gran oportunidad para su principal rival geopolítico: Rusia. La
intervención del país eslavo fue determinante para inclinar la balanza del conflicto en favor de su aliado Bashar al-Asad. El saldo de la entrada en el conflicto ha sido, hasta ahora, muy favorable para los intereses de Moscú. El Kremlin ha establecido una base naval en el puerto de Tartus, la primera fuera del territorio ruso y con acceso al mar Mediterráneo. El conflicto también se convirtió en un escaparate para mostrar el enorme avance de sus capacidades militares, como los escudos antimisiles y los nuevos cazas de combate. Y, quizá lo más importante, Rusia se ha erigido en un actor protagonista en las negociaciones sobre el futuro de Siria, un activo estratégico muy relevante en las relaciones con las potencias regionales y occidentales. En definitiva, los movimientos de Rusia y Estados Unidos en la región han basculado de forma inversa, como vasos comunicantes, algo que se ha evidenciado también en la reorientación de la política exterior de Turquía. El alejamiento de Ankara de Occidente ha sido directamente proporcional al estrechamiento de las relaciones con Moscú15. Además, se ha incrementado la influencia de Rusia en el comportamiento de la oferta de crudo. El derrumbe de la industria petrolera de Venezuela y la reimposición de sanciones a Irán han agravado la pérdida de peso de la OPEP en el mercado del petróleo. En consecuencia, en la actualidad el establecimiento de cuotas se dirime, más bien, de
15. Algunas decisiones adoptadas por el gobierno turco han sido especialmente controvertidas, como la adquisición del sistema ruso anti misiles S-400, pese a ir en contra de los principios de la OTAN.
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
forma bilateral entre Arabia Saudí y Rusia, los dos principales productores de la denominada OPEP+. La salida unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán ha originado, por otra parte, una mayor colaboración de sus principales rivales. Si bien la sintonía entre Teherán, Pekín y Moscú, no es reciente, el aislamiento comercial del país persa convierte a China y Rusia en sus únicos salvavidas16. Por si no hubiera suficientes puntos de fricción, el auge de la producción de gas en Estados Unidos abrirá un nuevo frente de batalla. Las aspiraciones de la primera potencia mundial por ganar cuota en los mercados internacionales van a alterar la estructura del sector. Uno de los frentes más interesantes será la competencia en el mercado europeo, donde el gas estadounidense podría desafiar el tradicional protagonismo de Rusia como principal proveedor (suministra el 40% del gas consumido en Europa). El GNL de Estados Unidos no puede competir en precios; sin embargo, supone una alternativa muy atractiva para reducir la dependencia energética de Europa del gas ruso, una debilidad frecuentemente denunciada por varios países de la Unión. En este contexto, resulta especialmente controvertida la construcción del gasoducto Nord Stream 2, entre Rusia y Alemania. El principal defensor del proyecto es Berlín, dado que le permitiría abaratar los costes de aprovisionamiento y, además, contribuiría a convertirle en el centro de distribución de gas para el mercado de Europa Central. Sin embargo, un buen número de Estados de la Unión Europea se oponen, al considerar que agravaría aún más la vulnerabilidad energética de la zona comunitaria. Estados Unidos también se ha posicionado en contra y ha amenazado en reiteradas ocasiones con sancionar a todas las empresas europeas involucradas
en el proyecto, en teoría por el peligro en términos de seguridad de la mayor influencia de Rusia, así como por la política de sanciones contra este país; sin embargo, muchos lo interpretan como una maniobra para favorecer sus exportaciones de GNL. En cualquier caso, el principal favorecido de esta competencia debería ser Europa, que ampliará la cartera de proveedores y mejorará su posición negociadora tanto con Estados Unidos, como con Rusia. Aparte de las implicaciones que pueda tener en el precio de los hidrocarburos, todo ello reducirá, previsiblemente, el riesgo de que Rusia aproveche su posición dominante en el mercado del gas para defender sus intereses, algo que se evidenció en 2009, cuando Moscú cortó el suministro de gas a Europa del Este. Resulta paradójico, además, que el GNL sea de los pocos ámbitos donde los intereses de China y Estados Unidos convergen. El país norteamericano aspira a convertirse en el mayor exportador de GNL y, al mismo tiempo, esta fuente de energía constituye una alternativa atractiva para sustituir al carbón en las regiones costeras de China, alejadas de los principales gasoductos que atraviesan Asia Central. Esta relación comercial se materializó a principios de 2018, con la firma de un acuerdo a largo plazo entre el ente público China National Petroleum Corporation y la empresa texana Cheniere Energy. Tendría sentido, pues, que se produjera un sustancial aumento de las exportaciones de GNL de Estados Unidos a China en los próximos años; sin embargo, a tenor de la creciente hostilidad entre las dos primeras potencias, resulta difícil aventurar cómo evolucionarán los intercambios comerciales, incluso aquellos que son beneficiosos para ambas partes.
16. En los últimos años la influencia de China en Irán se ha incrementado sustancialmente. Entidades del país asiático han financiado y desarrollado un buen número de proyectos de infraestructuras.
24
¿Y ahora qué? La industria de hidrocarburos no convencionales en Estados Unidos seguirá siendo el gran protagonista del mercado del petróleo en los próximos años. Si se cumplen las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), dos tercios del aumento de la producción global de crudo durante el próximo lustro procederán de Estados Unidos. En concreto, se prevé que el volumen extraído se incremente en 4 mill.b/d, hasta situarse cerca de los 20 mill.b/d en 2024. Si bien esta cifra es, de nuevo, impresionante, supone una notable desaceleración con respecto al crecimiento de los últimos dos años. El sector parece estar adentrándose en una fase de madurez. Después de superar varios ejercicios de tensiones financieras, parte de la industria está priorizando la distribución de dividendos en vez de invertir en nuevos proyectos.
necesario que entren en funcionamiento más de 900 pozos de perforación para compensar el declive de los proyectos iniciados tan solo hace un año. En consecuencia, la EIA estima que la producción en Estados Unidos podría comenzar a descender ligeramente a partir de 2025. Hay estimaciones más optimistas, que defienden que todavía hay margen de mejora. Uno de los argumentos esgrimidos en esta línea es el creciente movimiento corporativo dentro del sector, lo que podría generar nuevas mejoras de eficiencia17. Otro elemento que podría contribuir positivamente es la paulatina corrección de las deficiencias en las infraestructuras de transporte, como la expansión del oleoducto de Sunrise Pipeline (120.000 b/d) y la adaptación del Semino-Red Pipeline (200.000 b/d)18.
Además, el reducido ciclo de vida de los pozos de fracking, inferior al de los hidrocarburos convencionales, dificulta mantener un ritmo de expansión tan elevado. Se calcula que el 70% de las reservas se extraen durante el primer año de explotación. Así pues, en 2019 será
En cualquier caso, hasta ahora el comportamiento del sector ha superado, año tras año, las previsiones. Por ello, hay que contemplar también la posibilidad de que la industria sea capaz de introducir innovaciones tecnológicas que permitan incrementar el volumen de producción más allá de 2025.
PRODUCCIÓN TOTAL DE PETRÓLEO EN EE.UU. (MILL.B/D)
INCREMENTO ANUAL DE LA PRODUCCIÓN EN EE.UU. (MILL.B/D)
20
3
15
2
10
1
5
0
0
-1 2013
LTO
2016
Gulf of Mexico
2019
Alaska
2022
2014
Other crude
2017
NGLs
2020
2023
Other liquids
Fuente: International Energy Agency (IEA)
17. En abril de 2019 la petrolera Chevron anunció un acuerdo para adquirir la compañía energética Anadarko, con una amplia cartera de activos de shale en la región de Permian. El valor de la operación ascendía a 33.000 millones de dólares; sin embargo, pocas semanas después Occidental Petroleum elevó la oferta hasta los 38.000 millones de dólares, lo que ha supuesto uno de los mayores movimientos corporativos del sector en la última década. 18 El crecimiento de la producción en los últimos años superó con creces la instalación de nueva capacidad de transporte. El déficit de oleoductos obligó a utilizar alternativas más caras y menos eficientes, como camiones cisterna o trenes de mercancías.
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
Respecto al resto de países fuera del ámbito de la OPEP, tan solo se prevén cambios destacables en los próximos cinco años en Brasil, Canadá y Noruega, aunque muy lejos del ritmo de crecimiento de la industria norteamericana. En el caso de Brasil, se calcula que la producción podría aumentar en 1 mill.b/d, gracias a la entrada en funcionamiento de varias explotaciones off shore en las cuencas presalinas de Santos y Campos. En Noruega se espera un aumento de 0,6 mill.b/d, con la puesta en marcha de una veintena de proyectos en la plataforma continental. En el caso de Canadá, la extracción de arenas bituminosas podría incrementar el volumen de producción en 0,8 mill.b/d, aunque esta cifra podría ser mucho menor si persiste el actual déficit de infraestructuras de transporte.
Cabe destacar también el particular caso de Rusia, el tercer productor del mundo. La industria de hidrocarburos no convencionales ha aflorado una ingente cantidad de reservas en la región del Ártico19. Los principales obstáculos que frenan su desarrollo son el retraso tecnológico de las compañías rusas en comparación con las empresas occidentales y las condiciones extremas de las regiones donde se encuentran los yacimientos. Aunque se espera que la actividad del shale se incremente en los próximos años, de momento resulta incierto si la aportación de los hidrocarburos no convencionales se limitará a sustituir la caída de la producción de los pozos tradicionales maduros o si, por el contrario, supondrá un salto cuantitativo similar al de Estados Unidos.
CAMBIOS EN LA PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO EN LOS PAÍSES NO MIEMBROS DE LA OPEP (2018-2024) (MILL. B/D) 3.0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 -0,5 -1,0 2013
2014
EE.UU.
Canadá
Brasil
Otros
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
Noruega Fuente: International Energy Agency (IEA)
Dentro de la OPEP las previsiones no son especialmente optimistas. La mayoría de los países petroleros africanos se enfrentan al riesgo de una caída de la producción como consecuencia del declive de los pozos maduros, un desafío que se ha agravado con la atonía de la inversión en los últimos años. A esto se añade la caída ininterrumpida en Venezuela, inmerso en una interminable crisis política y económica. La
19. Tan solo el pozo de Bazhenov podría albergar 75.000 millones de barriles.
26
producción en el país latinoamericano ha descendido por debajo de 1,5 mill.b/d, un valor que no se registraba desde 1940. Las perspectivas solo son favorables en un pequeño número de países, como Irak y Emiratos Árabes Unidos, además de Arabia Saudí, que cuenta con una capacidad ociosa de 1,5 - 2 mill.b/d.
En cualquier caso, hay que tener presente que la producción de los socios de la OPEP+ está sujeta a las directrices de la organización. El último movimiento se produjo a finales de 2018, cuando aplicó un recorte de 1,2 mill.b/d. La posibilidad de que el cártel elimine el sistema de cuotas parece poco probable. En primer lugar porque este escenario erosionaría, de nuevo, sus economías y, en segundo término, hay que tener presente que muchos de los proyectos de shale en Estados Unidos son rentables, actualmente, en un entorno de 35 dólares por barril, por lo que un aumento de la oferta tendría un efecto en las compañías de fracking mucho más reducido que en 2014. Por tanto, cabe contemplar, como escenario central, que la OPEP+ continúe manteniendo el objetivo de corregir cualquier exceso de oferta en el mercado. Ahora bien, resulta complejo de predecir cuánto puede llegar a descender la producción en los próximos años,
más aún después de que Estados Unidos haya reestablecido las sanciones a la importación de crudo iraní. Según la Agencia Internacional de la Energía, la producción de crudo iraní ha descendido en comparación con los datos del año pasado cerca de 1,2 mill.b/d, hasta los 2,6 mill.b/d; y es muy posible que siga cayendo, aunque es difícil calcular cuánto. En principio se espera que China seguirá comerciando con el país persa, aunque probablemente el volumen de crudo negociado será sensiblemente inferior. Por si fuera poco, la incertidumbre se agrava con el riesgo de escalada de la guerra civil en Libia, dividido en dos gobiernos que rivalizan por el control del país. Los enfrentamientos entre ambos bandos han conducido a una enorme volatilidad en la producción de crudo libio, que oscila bruscamente entre los 0,5 - 1 mill.b/d.
DESCENSO INVOLUNTARIO DE LA PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO (MILL.B/D) 3,5
3.0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
OPEC
may 2019
abr 2019
mar 2019
feb 2019
ene 2019
dic 2018
nov 2018
oct 2018
sept 2018
ago 2018
jul 2018
jun 2018
may 2018
abr 2018
mar 2018
feb 2018
ene 2018
dic 2017
nov 2017
oct 2017
sept 2017
ago 2017
jul 2017
jun 2017
may 2017
abr 2017
mar 2017
feb 2017
ene 2017
0,0
No - OPEC
Irán
Kuwait
Canadá
Líbia
Arabia Saudí
EE.UU.
Nigeria
Venezuela
Otros no - OPEC
Irak Fuente: EIA
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01. Rebelión en la granja: la nueva estructura del mercado del petróleo
En consecuencia, parece poco probable que el conjunto de la OPEP+ vaya a aumentar de forma significativa la producción a corto plazo. Al contrario, actualmente hay un mayor número de elementos que respaldan la previsión de una contracción del volumen de petróleo extraído.
La crónica inestabilidad en Oriente Medio se ha agudizado tras la salida de Estados Unidos del pacto nuclear con Irán. El escenario se ha enrarecido, más si cabe, a raíz de los ataques a varios barcos petroleros, sobre cuya autoría hay muchas especulaciones. El enfrentamiento dialéctico entre Estados Unidos e Irán ha elevado la tensión en el estrecho de Ormuz, donde ya se ha producido el apresamiento de algunos barcos. Teherán acusa a sus enemigos de agravar su aislamiento internacional, intensificar las sanciones e, incluso, de buscar un pretexto para una escalada militar. La posibilidad de que estalle un conflicto armado no parece la opción más probable, dadas las enormes consecuencias para los países involucrados. Ahora bien, no se puede descartar por completo el riesgo de que un error de cálculo desencadene una espiral bélica.
Predecir las implicaciones en la formación de precios en los próximos meses es complejo, debido a la volatilidad que caracteriza a los hidrocarburos20. En ausencia de acontecimientos extraordinarios, la oferta y la demanda podrían situarse próximas al equilibrio. La Agencia de Información de la Energía de Estados Unidos estima, bajo estas premisas, que la cotización del barril se situará entre los 60 y 65 dólares en 2019 y 2020. Sin embargo, conviene considerar estas previsiones tan solo como un escenario más. La posibilidad de que la geopolítica se convierta en la principal variable que explique la variación de los precios es considerable, algo que introduce una enorme volatilidad al mercado y difícil de cuantificar en los modelos de predicción.
Por tanto, en un ejercicio de cautela, tampoco se puede descartar que el crudo vuelva a registrar -aunque sea de forma temporal- valores de tres dígitos si se agravan los distintos focos de inestabilidad.
OFERTA Y DEMANDA DE PETRÓLEO (MILL. B/D) 106 104 102 100 98 96 94 92 90 // 0
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2 1 0 -1 -2 Producción mundial de petróleo
Aumento de los inventarios
Consumo mundial de petróleo
Descenso de los inventarios
Fuente: US Energy Information Administration (EIA)
20. La volatilidad fue especialmente intensa en la segunda mitad de 2018, cuando en apenas un mes el mercado pasó de un estado de euforia -con estimaciones que apuntaban a los 100 dólares- a una caída del precio superior al 25%.
28
Conclusiones En definitiva, la industria de los hidrocarburos no convencionales ha modificado el statu quo del mercado del petróleo. Estados Unidos se ha convertido en el mayor productor de petróleo y de gas del mundo, algo impensable hace unos años. El vertiginoso crecimiento de los nuevos competidores ha debilitado la posición de la OPEP en la fijación de precios. La extraordinaria capacidad de adaptación e innovación de la industria del shale dibuja un escenario complejo para el cártel. La eliminación de las cuotas tuvo severas consecuencias en las economías de los miembros de la OPEP y resultó completamente ineficaz para expulsar a los nuevos competidores. La otra alternativa, reducir la producción, ha alejado los precios de los mínimos alcanzados, pero, al mismo tiempo, ha acelerado la expansión del fracking. La estrategia de la organización se reduce a elegir la opción menos desfavorable. Parece poco probable que la OPEP apueste, de nuevo, por un escenario de exceso de oferta. Por el contrario, cabe esperar que intervenga para corregir el exceso de capacidad del mercado. Así pues, las posibilidades de los exportadores tradicionales de petróleo para incrementar su cuota se limitan a compensar la caída de la producción en otros socios, como Irán y Venezuela. Los efectos del abaratamiento del crudo se han ramificado, en mayor o menor medida, a todas las economías. El descenso de la factura energética ha incrementado la capacidad adquisitiva de los consumidores y ha moderado las
presiones inflacionistas en los países importadores de crudo. Al mismo tiempo, ha evidenciado la enorme vulnerabilidad de las economías petroleras. Aquellas que disponían de margen de maniobra amortiguaron las turbulencias; sin embargo, en el resto, el impacto fue durísimo. El repunte de los precios en los últimos dos años ha constituido un auténtico balón de oxígeno, pero resulta insuficiente para sostener unas economías que habían adaptado el tamaño del sector público a una cotización del petróleo de tres dígitos. Anticipar el comportamiento de los precios en los próximos años es una quimera. Ningún escenario debe descartarse, dada la multitud de variables que intervienen en la formación de precios. Atendiendo a las previsiones sobre oferta y demanda, no sería descabellado que se mantuvieran en niveles próximos a los registrados en 2018. Sin embargo, el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio podría presionar fuertemente al alza la cotización del crudo. La inestabilidad es, pues, una de las principales variables que puede favorecer los intereses de los países exportadores de petróleo. En cualquier caso, la diversificación de la economía resulta un proceso ineludible para los países dependientes del petróleo. Esta necesidad se antoja aún más relevante teniendo en cuenta que a largo plazo emerge un desafío que compartirán tanto los países de la OPEP como la industria del shale: la transición energética.
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02 Transición energética: ¿otro mundo es posible? Pablo Arjona, Analista de Riesgo País
02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Cambio climático: la gran amenaza A lo largo de su vida, el escritor nacido en Nantes, Julio Verne, plasmó en sus célebres obras un mundo de aventuras visionarias. En sus novelas viajamos al centro de la Tierra, nos sumergimos en un submarino y exploramos la luna. Algunas de las tecnologías que el autor proyectó no se han desarrollado aún; sin embargo, probablemente el mundo ha avanzado en el último siglo mucho más rápido de lo que Verne imaginaba. La aviación, los ordenadores, internet, los sistemas de refrigeración, la mecanización de la agricultura o los antibióticos son algunos de los numerosos inventos logrados en los últimos cien años. Todo ello ha propiciado una transformación socioeconómica sin precedentes; al igual que ha incrementado considerablemente nuestro nivel de vida. Un indicador que suele emplearse para medir el progreso social es la evolución de la esperanza de vida que, en el caso de España, se ha duplicado desde 1910. La mayoría de las innovaciones tecnológicas comparten un elemento en común: la energía, un sector que ha vivido su particular metamorfosis. La utilización de combustibles fósiles, primero el carbón y posteriormente los hidrocarburos, caracterizados por una elevada densidad energética, han sido determinantes en la generalización de la electricidad y en la extraordinaria evolución de los medios de transporte. Sin la irrupción de los combustibles fósiles difícilmente se habrían desarrollado sectores tan diversos como la computación, la biotecnología o la automoción.
Sin embargo, la construcción de un modelo energético sustentado en los hidrocarburos tiene un coste medioambiental elevado, muy elevado. El problema es bien conocido: los gases de efecto invernadero liberados en la combustión del carbón y los hidrocarburos1. La acumulación de este tipo de partículas, fruto de la influencia antrópica, está originando un cambio acelerado en las condiciones climáticas del planeta, un proceso que, hasta ahora, se producía muy lentamente, a lo largo de millones de años2. Las advertencias sobre la gravedad del problema no son recientes. Hace más de una década el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), organización internacional constituida en 1988 y promovida por la ONU, advirtió de que la temperatura del planeta había aumentado aproximadamente 0,6ºC en el siglo XX. Defender la corriente negacionista del cambio climático antropogénico resulta cada vez más insostenible. En los últimos años las temperaturas han registrado nuevos records en la serie histórica. Los datos no solo respaldan que se está produciendo un calentamiento global, sino que, además, indican que es un proceso que se está acelerando. De continuar la actual tendencia la temperatura media global podría incrementarse entre 3º y 5º en las próximas décadas, una variación muy superior a la registrada a lo largo de todo el siglo XX.
VARIACIÓN DE LA TEMPERATURA DESDE 18503 1,2 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 0 -0,2
1850 HasCRUT
1875 NOAAGlobal Temp
1900 GISTEMP
1925 ERA-Interim
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido (Met Office)
32
JRA-55
1950
1975
2000
2025
Puede parecer que la variación de 1ºC en la temperatura media no es excesiva, y que, por tanto, las implicaciones deberían ser limitadas; sin embargo, las investigaciones realizadas por la comunidad científica apuntan que es suficiente para desencadenar una serie de consecuencias de enorme gravedad. Uno de los efectos más directos es el deshielo de los polos y la consecuente expansión de los océanos. Se calcula que el grosor del hielo ártico ha disminuido un 40% en los últimos 30 años y el nivel del mar ha crecido 19 centímetros respecto a los valores de 19014. El calentamiento y el deshielo pueden modificar los patrones climáticos y favorecer la formación de fenómenos extremos, un riesgo que ya se está materializando. Desde 1980 la formación de este tipo de fenómenos, como inundaciones, tornados o sequías, se ha triplicado. En 2018 se registraron 74 ciclones en el hemisferio norte, casi un 20% por encima de la media. En la cuenca Nororiental del Pa-
cifico la “Energía Ciclónica Acumulada (ECA)” alcanzó un máximo histórico5. Además de causar graves daños personales y materiales, los fenómenos extremos están contribuyendo al avance de la desertificación, entendido como la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas; un proceso que amenaza el acceso a los recursos hídricos y a la seguridad alimentaria. La ONU señaló en el último informe sobre las Perspectivas de Medio Ambiente que la desertificación ha avanzado un 30% en las últimas décadas, afectando a un área donde residen 3.200 millones de personas, principalmente en África y Asia. Por si fuera poco, también según la ONU, el 95% de la población reside en zonas con niveles de exposición a partículas finas, resultantes de la combustión de hidrocarburos, por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula que este problema causa entre seis y siete millones de muertes prematuras al año.
NÚMERO DE CATÁSTROFES NATURALES (1980 - 2017) 800 Número de eventos que originan perdidas relevantes
600
400
200
0 1980 Climático
1985 Geofísico
1990 Hidrológico
1995 Meteorológico
2000
2005
2010
2015
Número total de eventos
Fuente: Munich Re
1. Los gases de efecto invernadero suspendidos en la atmósfera retienen parte de la radiación térmica reflejada por la superficie terrestre. El desarrollo natural de este proceso es fundamental para que se den las condiciones necesarias para albergar vida en la Tierra. De lo contrario, la temperatura media descendería a 18º bajo cero. El problema surge cuando la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se incrementa fuera de lo normal. 2. Además de la quema de combustibles fósiles, también está contribuyendo al cambio climático, en menor medida, la tala de selvas tropicales y la explotación masiva de ganado. 3. La gráfica muestra las mediciones de las principales bases de datos internacionales. Por ejemplo, el ERA-Interim hace referencia a la información suministrada por el Centro Europeo para la Predicción del Tiempo a Plazo Medio; por su parte, el JRA-55 es el sistema de observación de la Agencia Meteorológica de Japón. 4. En el caso de España, hace unos años un grupo de investigadores estimó que en el periodo 1943-2001 el nivel del mar se incrementó en 2,12 mm al año en la costa de Santander, 2,51 mm en A Coruña y 2,91 mm en Vigo. 5. Índice utilizado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) para medir la actividad de los ciclones tropicales. La serie temporal abarca desde 1850. La precisión en la observación de los fenómenos climáticos aumentó significativamente a raíz del desarrollo de los satélites en el siglo XX. La cuenca del noreste del Pacífico se extiende desde la costa oeste de Canadá, Estados Unidos y México hasta el meridiano 180º.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Estas son tan solo algunas de las múltiples consecuencias del calentamiento global. Por todo ello, muchos consideran el cambio climático el principal desafío al que se enfrenta la humanidad. Organizaciones como IPCC han cuantificado que, si el calentamiento aumenta más de 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales, los efectos sobre los ecosistemas serían irreversibles. Una amenaza paradójica, dado que los seres humanos somos parte del problema y de la solución.
El siguiente marco de cooperación internacional se ma-
El compromiso de la comunidad internacional para frenar el calentamiento se ha intensificado en paralelo a la materialización de algunos de los riesgos mencionados. El primer gran acuerdo se firmó en diciembre de 1997, el denominado Protocolo de Kioto6. El grado de cumplimiento fue razonablemente bueno, y algunos de los países redujeron la emisión más de un 20%. Sin embargo, su alcance fue limitado, dado que Estados Unidos rechazó adherirse y, además, el Protocolo de Kioto excluyó a las economías emergentes, entre ellas a China e India, dos de los países más contaminantes del mundo.
bién Estados Unidos, aunque por un periodo breve de
terializó en el Acuerdo de París, firmado por 195 países a finales de 2015. En este caso se cuantificó un objetivo más ambicioso, medido en términos de temperatura. En concreto, se estableció un plan de acción mundial para mantener el calentamiento global por debajo de 2ºC, y, en la medida de lo posible, incrementar los esfuerzos para limitar la variación de la temperatura a 1,5ºC. En esta ocasión China e India se unieron al acuerdo. Tamtiempo, ya que el presidente Donald Trump ordenó la salida del pacto poco después de tomar posesión. La Cumbre del Clima de París fue un paso muy relevante, que sentó las bases para frenar el calentamiento global. La participación de casi la totalidad de los países evidenció un mayor compromiso de los gobiernos, probablemente motivado por la mayor sensibilidad y conciencia de la sociedad civil ante la amenaza que supone. El reto, ahora, es la introducción de las medidas concretas necesarias para cumplir con los objetivos, sin duda la parte más difícil. Para ello, los países tendrán que avanzar en la denominada “transición energética”, un cambio estructural del modelo energético que implica la descarbonización y la electrificación de la economía. Analizar en mayor profundidad las causas y las consecuencias del cambio climático exceden los propósitos de este artículo; aparte de ser un campo de estudio abordado con mayor precisión por la comunidad científica. Sin embargo, resulta pertinente mencionar los aspectos generales del calentamiento global para contextualizar la envergadura del desafío y los riesgos asociados. Asimismo, es conveniente para comprender la importancia de la descarbonización de la economía. El presente artículo se centra, pues, en los pilares de la transición energética, un proceso que está edificando una nueva arquitectura de la energía. Esta transformación reorientará el mapa geopolítico; alterará las relaciones internacionales y conducirá a un traspaso de poder de unos países a otros. Un cambio que constituye, al mismo tiempo, una amenaza y una oportunidad.
6. Los países se comprometieron a reducir la emisión de los principales gases invernaderos al menos un 5% en 2012 con respecto a los valores de 1990.
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Transición energética. Capítulo 1 El pilar fundamental de la desconexión de los combustibles fósiles es la generación de electricidad a partir de energías renovables. El aprovechamiento de la fuerza eólica o del agua no es algo reciente, como lo demuestran los icónicos molinos de viento quijotescos de La Mancha, muchos de ellos construidos en el siglo XVI. Sin embargo, transformar esa fuerza en electricidad no es tan sencillo. El primer aerogenerador que se instaló en España apenas contaba con una potencia de 15 kilovatios, muy lejos de la capacidad de algunas centrales térmicas, por encima de los 1.200 megavatios (MW). Por tanto, se requiere una tecnología que permita generar electricidad a gran escala y a un coste cercano al de los combustibles convencionales para que el uso de las energías renovables sea viable. De lo contrario, los países se mostrarían recelosos de instalar unas fuentes que podrían desestabilizar su estructura energética.
Este objetivo es, a día de hoy, posible, gracias al extraordinario salto tecnológico que ha experimentado la industria en los últimos 15 años. Actualmente algunos aerogeneradores eólicos superan los 12 MW de potencia, equivalente a 800 molinos como el primero que se instaló en 1983. Han florecido nuevos segmentos, como la eólica marina, que amplía el abanico de soluciones de las renovables y que ha tenido un especial protagonismo en los últimos años en países como Alemania y Reino Unido. Y, quizá lo más relevante, las innovaciones tecnológicas han incrementado considerablemente la competitividad de las energías limpias en comparación con las convencionales. Desde 2010 el coste medio de la energía solar fotovoltaica se ha reducido más de un 70%, hasta 0,10 dólares el kilovatio por hora (kWh), y, en el caso de la eólica, el coste ha descendido un 25%, hasta los 0,06 dólares el kWh.
EVOLUCIÓN DE LA ALTURA Y DE LA PRODUCCIÓN DE LAS TURBINAS EÓLICAS 13 MW
300m
9 MW 7 MW
200m 4 MW 2 MW 1,2 MW 100m
0,5 MW 1-12 KW
19th C
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2025
Fuente: Bloomberg New Energy Finance
El abaratamiento de la electricidad a partir de placas solares y turbinas eólicas ha sido tal que, en algunos proyectos, el coste por kilovatio es inferior al de las centrales térmicas. Este hito constituye un enorme paso. Si no fuera suficiente argumento la necesidad de frenar el calentamiento global, la instalación de energías renovables resulta también atractiva desde el punto de vista puramente económico.
En este contexto no sorprende que la capacidad instalada de energías alternativas se haya duplicado desde 2010, hasta los 2.500 gigavatios (GW). El peso de las renovables en la producción de electricidad a nivel mundial ya supera el 25% del total.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
COSTE DE PRODUCCIÓN DE ELECTRICIDAD SEGÚN EL TIPO DE TECNOLOGÍA7
Biomasa
Geotermal
Hidro
Fotovoltáica
Eólica Offshore
Termosolar
Eólica Onshore
0,4
0,36
0,33
2016 USD / kWh
0,3
Fossil fuel cost range
0,2
0,22
0,17 0,14 0,1
0,10
0,07
0,07
0,08
0,07
0,06
0,05
0,05
0,04
0 2010
Capacidad (MW)
2017
>1
2010
100
2017
2010
200
2017
2010
2017
2010
2017
2010
2017
2010
2017
>300
Fuente: IRENA
El compromiso -en mayor o menor medida- de los distintos países para frenar el calentamiento global ha contribuido también de forma notable al crecimiento espectacular de la industria. Los cambios legislativos para incentivar la instalación de energías limpias y penalizar el uso de combustibles fósiles han jugado un papel determinante. Por ejemplo, la Unión Europea, una de las regiones que abandera la lucha contra el calentamiento global, incrementó recientemente el precio fijado por cada tonelada de dióxido de carbono expulsado a la atmósfera por las centrales de carbón, y endureció los límites permitidos de emisiones de óxidos de nitrógeno y de dióxido de azufre8. No solamente han sido importantes las medidas contra las energías contaminantes. La implantación de un marco normativo favorable a la transición energética ha impulsado la formación de economías de escala y ha 36
propiciado el desarrollo de mejoras tecnológicas. Esto ha conducido al abaratamiento de los costes, algo que, en segunda derivada, ha impulsado la penetración de las renovables. Todo ello ha construido un círculo virtuoso que se retroalimenta, dando lugar a una industria altamente competitiva, donde el sector privado rivaliza por incrementar su cuota de mercado mediante mejoras de eficiencia. Esta dinámica se va a mantener, o, incluso, previsiblemente, se va a acentuar. Se calcula que en el próximo lustro la capacidad instalada de renovables aumentará en más de 1.000 GW (un incremento del 37%). Para ponerlo en perspectiva, esta cifra equivale a diez veces el tamaño del sistema eléctrico español. También se espera que el coste de las energías limpias siga descendiendo en los próximos años; un 15% la eólica y entre un 15-40% la solar9.
Más de la mitad de la nueva capacidad será, probablemente, energía fotovoltaica. Su coste es algo superior al de la eólica y la hidroeléctrica; sin embargo, se ha convertido en los últimos años en la tecnología más atractiva gracias al menor coste de mantenimiento, al reducido tiempo de instalación y a su elevada flexibilidad (sirve tanto para proyectos de gran envergadura como a pequeña escala)10. Así pues, las renovables continuarán incrementado su peso en la producción de electricidad. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) para evitar un aumento de la temperatura superior a los 2ºC, la contribución de este tipo de energía debería ascender hasta el 86% del total en 2050. Actualmente representan el 25%, por lo que queda un largo camino por delante. No obstante, la propia IRENA considera que, si se mantiene el vertiginoso crecimiento de la industria, el objetivo es factible.
Desde 2010 el coste medio de la energía solar fotovoltaica se ha reducido más de un 70%, y, en el caso de la eólica, un 25%. El abaratamiento ha sido tal que, en algunos proyectos, el coste por kilovatio es inferior al de las centrales térmicas
7. El diámetro de los círculos representa el tamaño de cada uno de los proyectos. Las líneas unen la media ponderada del denominado “levelized cost of electricity” (LCOE), entendido como el valor actual neto de los proyectos; es decir, los ingresos procedentes de la generación de electricidad necesarios para cubrir los costes de construcción y de operación de una planta durante su vida útil. La franja coloreada de la parte inferior de la gráfica representa el intervalo del LCOE de las centrales que producen energía a partir de combustibles fósiles. 8. Las medidas punitivas contra el sector del carbón han conducido, en el caso de España, al cese de la actividad de 9 de las 15 centrales térmicas (con una capacidad agregada de 10 gigavatios-hora (GWh). 9. La amplitud del intervalo obedece a la variación de precios según el país en el que se ejecute el proyecto. 10. Por ejemplo, China logró instalar cerca de 30 GW en tan solo cuatro meses. En el ámbito doméstico, el tiempo de instalación puede reducirse a un día.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Transición energética. Capítulo 2 La electricidad tan solo representa un 20% de la demanda final de energía, por lo que, el porcentaje de las renovables en el consumo total sigue siendo reducido, entre el 4-5%
La climatización y el transporte (responsable del 20% del total de las emisiones de dióxido de carbono) dependen casi en su totalidad de los hidrocarburos
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La irrupción de las energías renovables ha evitado la emisión de 1,8 gigatoneladas11 de carbono al año. Algunos países ya han demostrado que un sistema sustentado casi en su totalidad en energías alternativas es posible. Un ejemplo de ello es Costa Rica, que en 2017 generó electricidad con energías limpias durante 300 días. Ahora bien, la electricidad tan solo representa un 20% de la demanda final de energía, por lo que, pese al extraordinario crecimiento de la eólica y la solar, el porcentaje de las renovables en el consumo total sigue siendo reducido, entre el 4-5%. Esto se debe a que algunos sectores muy intensivos en energía, como la climatización y, sobre todo, el transporte (responsable del 20% del total de las emisiones de dióxido de carbono), dependen casi en su totalidad de los hidrocarburos. Se estima que si el sector de la aviación fuera un país, sería la octava economía más contaminante del mundo. En consecuencia, los combustibles fósiles continúan siendo, con gran diferencia, la principal fuente de energía. En concreto, el petróleo representa el 35% del total, seguido del carbón (28%) y del gas (24%).
CONSUMO FINAL DE ENERGÍA (TERAVATIOS / HORA) 150.000
140.000
120.000
100.000
80.000
60.000
40.000
20.000
0 1800
1850
1900
1950
Gas natural
Petróleo
Biocombustibles
Otras Renovables
Hidroeléctrica
Carbón
Solar
Nuclear
2000
2017
Eólica
Fuente: Our World in Data / BP / Vaclav Smil
11. Mil millones de toneladas.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Por tanto, la economía mundial continúa pivotando sobre los hidrocarburos y el carbón. Sin embargo, la irrupción de las renovables ha abierto un nuevo frente en la acción climática: la electrificación de la economía. El concepto es sencillo: una vez que las energías limpias se han consolidado como una fuente de electricidad barata, sostenible y fiable, el siguiente paso es incrementar todo lo posible el peso de la electricidad en el consumo final de energía. El primer gran capítulo en la electrificación de la economía se está escribiendo en el transporte terrestre, un sector que está viviendo su particular metamorfosis. La fabricación en serie de vehículos propulsados por baterías eléctricas (EV, por sus siglas en inglés) ya es una realidad. En 2018 más de dos millones de unidades circulaban por las carreteras. Aunque representa todavía una porción reducida del parque automovilístico (en torno al 2,5%), se trata de una cifra nada despreciable teniendo en cuenta que el sector emergió hace menos de diez años. El menor precio de los coches de combustión, la escasa autonomía de las baterías y la carencia de una red de puntos de repostaje son los principales elementos que desincentivan la demanda. Sin embargo, estas deficiencias se están corrigiendo a gran velocidad. Al igual que en el caso de las energías renovables, se está construyendo un círculo virtuoso entre el tamaño del mercado y los avances tecnológicos. Una relación que se acelera como una bola de nieve. Desde 2010 el precio de las baterías -que representa el 40% del coste total de la producción del vehículo eléctrico- se ha reducido un 80%, hasta los 200 dólares por kWh. Al mismo tiempo, la demanda está creciendo a un ritmo vertiginoso; en 2018 aumentó nada menos que un 60%. De momento nos encontramos ante la punta del iceberg. La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2030 circularán más de 100 millones de coches eléctricos. Incluso los productores de petróleo comparten estas expectativas. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la compañía energética British Petroleum (BP) estiman que, para 2040, el parque de automóviles eléctricos se situará entre los 260-300 millones de unidades. Las previsiones más optimistas lo elevan a más de 500 millones de vehículos. 40
Estas cifras no parecen tan descabelladas si, tal como se prevé, las mejoras tecnológicas permiten reducir el coste de las baterías a 100 dólares en 2025, la mitad respecto a los valores actuales. De ser así, el precio de los coches eléctricos llegará a ser inferior a los de combustión, un salto enorme para la industria, dado que extenderá el público objetivo a las rentas medias, un segmento mucho más numeroso. La fotografía del sector del automóvil eléctrico guarda numerosas semejanzas con el de las energías renovables hace cinco años. COSTE DE PRODUCCIÓN DE AUTOMÓVILES ELÉCTRICOS Y DE COMBUSTIÓN 30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0 2017
2025
Gasolina
Fabricante original del equipo (Tren motriz, ensamblaje, etc.) Motor, proveedores de electrónica Materias primas
Fuente: Bruegel / UBS
2017 ($205/kWh)
2025 ($130/kWh) Eléctrico
Proveedores de baterías Otros proveedores
2025 ($100/kWh)
También en este caso, además de los avances tecnológicos, están contribuyendo notablemente al crecimiento del sector las acciones de los diferentes gobiernos para impulsar la transición energética. Entre las medidas adoptadas están la introducción de bonificaciones en la compra de coches ecológicos, el aumento de los impuestos a los hidrocarburos y el establecimiento de zonas restringidas de circulación en el centro de las ciudades12. Algunos países están estudiando, incluso, la posibilidad de prohibir los coches contaminantes a partir de 2040.
La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2030 circularán más de 100 millones de coches eléctricos
Otro buen indicador que respalda las enormes expectativas es la carrera entre los fabricantes de vehículos tradicionales por desarrollar modelos eléctricos. Diversas marcas han anunciado en los últimos meses inversiones por valor de 150.000 millones de dólares. Las compañías se han marcado como objetivo que los EV representen más del 25% de las ventas en 2025. Algunas de ellas, como Jaguar o Toyota, no descartan dejar de producir vehículos de combustión en la próxima década.
ESTIMACIONES DEL MERCADO DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS (2015-2040)
500
400
300
200
100
0 2015
IEA 2017
IEA 2018
Exxon 2015
Exxon 2018
BNF 2016
BNF 2017
OPEP 2015
OPEP 2016
BP 2017
BP 2018
2020
2025
2030
2035
2040
Fuente: IRENA, IEA
12. Los municipios son una parte muy relevante de la acción climática. En 2005 se creó el Grupo de Liderazgo Climático, conocido como el C40, una organización que integra a un buen número de metrópolis con el objetivo de compartir conocimiento y esfuerzos en la lucha para frenar el calentamiento global.
41
02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
¿Dónde está el límite? Las perspectivas del sector de vehículos eléctricos son prometedoras. No obstante, las ventas podrían quedarse, en la práctica, lejos de los objetivos debido a los potenciales cuellos de botella. Una de las principales incógnitas es la capacidad de los fabricantes de baterías de asumir el aumento vertiginoso de la demanda. Las principales compañías planean incrementar el volumen de producción de baterías hasta los 350 GWh en 2025, una cifra que cuadruplica el tamaño del sector en 201713. Sin embargo, algunos estudios estiman que si se comercializaran 14 millones de EV en 2025 (en torno al 18% del total de las ventas actuales de coches, por debajo de los objetivos de las marcas), se necesitaría una producción de baterías de, al menos, 700 GWh, un valor que duplicaría al tamaño del mercado. Otra barrera que se menciona frecuentemente es la posibilidad de que se cumpla la trampa malthusiana. El agotamiento de las materias primas es un debate frecuente. En el pasado numerosos analistas auguraban el fin de las reservas de petróleo; un riesgo que, hasta ahora, está lejos de materializarse, a pesar del notable aumento de la demanda. En el caso de los coches eléctricos, el mineral que suscita mayor preocupación es el cobalto, uno de los principales metales presentes en los electrodos de las baterías. Su importancia es tal que representa el 60% del coste de la batería. En la actualidad las reservas probadas equivalen a algo más de 65 años de producción, una cifra no demasiado grande. Sin embargo, el mayor problema es la dificultad de atender un aumento vertiginoso de la demanda en un espacio corto de tiempo. Se estima que el consumo de cobalto destinado a la fabricación de vehículos podría superar las 100.000 toneladas en 2026, diez veces las cifras de hace tan solo dos años14. Si bien es cierto que las formidables perspectivas del sector están incentivando la entrada de inversión, la posibilidad de que se produzcan restricciones a medio plazo es notable. Aparte de las variables puramente de oferta y demanda, suscitan considerable preocupación los riesgos políticos asociados a la comercialización de cobalto. Más de la mitad de las reservas se ubican en la República Democrática del Congo, un país muy inestable, del tamaño de Europa Occidental, donde la actividad minera está controlada, 42
en buena parte, por una miríada de grupos armados que compiten por los recursos. La influencia del Estado en las regiones alejadas de la capital, Kinshasa, es marginal. Todo ello introduce un importante riesgo de interrupciones en la oferta. Este problema se agrava con la preocupación de índole humanitario por el empleo de mano de obra infantil o en régimen de cuasi-esclavitud en las minas. El riesgo de ruptura en el suministro de cobalto se extiende, además, a lo largo de la cadena de producción. Un solo país, China, concentra el 60% de la actividad de refino. En un contexto de creciente tensión entre el gigante asiático y Estados Unidos cabe contemplar la posibilidad de que el cobalto se convierta en uno de los numerosos instrumentos de negociación, persuasión o, incluso, que forme parte del abanico de medidas punitivas. Así pues, el riesgo de desabastecimiento de cobalto en el futuro suscita una considerable inquietud. Su importancia se pone de manifiesto en que Estados Unidos lo haya incluido en la lista de 35 minerales considerados cruciales para la economía. Para reducir el riesgo de cortocircuito en la producción de baterías, y en un ejercicio de inmunización ante la volatilidad de los precios15, las empresas occidentales están realizando un importante esfuerzo inversor para reducir al máximo la utilización de cobalto. Los avances en los últimos años han sido notorios. Por ejemplo, la compañía estadounidense Tesla aseguró hace unos meses haber recortado en un 60% el peso del cobalto en sus baterías. La sustitución por completo de este mineral parece compleja, al menos, a corto plazo, debido a su función como estabilizador del cátodo de las baterías16. No obstante, en el último siglo la humanidad ha demostrado una formidable capacidad para introducir innovaciones tecnológicas, por lo que es factible que a largo plazo los actuales componentes de las baterías sean sustituidos por nuevos materiales, como el azufre, los polímeros de grafeno o el sodio, este último un elemento muy abundante en la naturaleza y que podría reducir el coste hasta un 80%. El riesgo de inseguridad en el caso del litio, otro de los principales componentes de las baterías, es menor. Las reservas ascienden a 210 millones de toneladas, equivalentes a más de 300 años de producción, una cifra notablemente superior a la del cobalto. También es menor el
riesgo político; más del 85% de las reservas están ubicadas en el denominado “Triángulo del litio”, una zona geográfica situada entre Argentina, Bolivia y Chile, países con un marco político sustancialmente más favorable que la República Democrática del Congo. Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que en determinados momentos se produzcan tensiones en el suministro debido al extraordinario incremento de la demanda.
a Japón después de la colisión de un barco guardacostas japonés con un navío chino. El cortocircuito del suministro de tierras raras provocaría un impacto considerable a corto plazo. La intensidad variaría notablemente entre los distintos elementos que engloba el término, ya que la producción, las reservas, y el uso de cada uno de ellos difiere. A medio plazo, las
También ha cobrado especial preocupación en los últimos meses el liderazgo de China en la producción de las llamadas tierras raras, un conjunto de 17 elementos de la tabla periódica que poseen propiedades magnéticas, luminiscentes y electroquímicas únicas, atributos esenciales en las nuevas tecnologías, como móviles, motores, lentes y láseres, entre otros. Aunque se crea lo contrario, a tenor de su nombre, las tierras raras son abundantes en la corteza terrestre y, al ritmo actual de producción, las reservas no se agotarían hasta dentro de 900 años. Sin embargo, sí hay ciertas limitaciones en la producción, debido a que la dispersión de estos materiales dificulta su extracción de forma rentable. Hasta ahora, la producción se limita, fundamentalmente, a las zonas donde los minerales se encuentran en concentraciones elevadas, como en ciertas regiones de China. El gigante asiático posee el 55% de las reservas mundiales (en total ascienden aproximadamente a 120 millones de toneladas). Asimismo, ostenta el 85% de la producción mundial, una cifra que podría ser incluso más elevada teniendo en cuenta la participación del país asiático en las cadenas internacionales de minería y de refino. En definitiva, no hay un riesgo crítico de escasez. No obstante, la posición dominante de China, al igual que en el caso del cobalto, es motivo de preocupación. En ocasiones se ha especulado con la posibilidad de que China pudiera interrumpir la venta de tierras raras, dentro de la creciente tensión comercial con Estados Unidos. No sería la primera vez que Pekín aprueba medidas de este tipo: en 2010 prohibió la exportación de estos minerales
13. Para tener una perspectiva del ritmo de crecimiento, la fábrica de Tesla en Nevada tiene una capacidad de producción, después de la ampliación, de 35 GWh, una cantidad que equivale al total de la demanda registrada en 2014. Este no es el único proyecto de la compañía norteamericana; antes de finales de 2019 se espera que entre en funcionamiento la megafactoría que está construyendo en China. 14. Actualmente un móvil contiene de 5 a 10 gramos de cobalto y un vehículo eléctrico entre 5 y 15 kg. 15. Entre 2016 y 2018 la cotización del cobalto prácticamente se triplicó. 16. En su ausencia, el riesgo de sobrecalentamiento se incrementa sustancialmente.
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implicaciones serían mucho menos catastróficas. La restricción de la oferta encarecería los precios de los materiales, lo cual incentivaría a su vez la explotación de las reservas hasta ahora inutilizadas debido al elevado coste de extracción. Este proceso se asemejaría a lo acaecido en la industria de los hidrocarburos no convencionales en los últimos años. El impacto se podría mitigar, además, con la sustitución de las tierras raras por otros materiales, y también, potenciando el reciclaje.
En 2050, las fuentes alternativas superarán a los hidrocarburos en el consumo final de energía. Para finales de este siglo Shell prevé que el consumo de crudo descenderá más de un 50% con respecto a los valores actuales
Aparte de las restricciones derivadas de la disponibilidad de las materias primas, otro desafío que puede obstaculizar la expansión del uso del EV es el déficit de infraestructuras; en concreto, la carencia de una red de puntos de carga. A corto plazo el despliegue puede desarrollarse a un ritmo inferior al crecimiento del mercado de coches eléctricos. Sin embargo, a largo plazo es muy probable que esta barrera se corrija. Desde la perspectiva económica, los automóviles eléctricos suponen una línea de negocio con un enorme potencial para las compañías de distribución de electricidad. También resulta muy interesante para las empresas petroleras, dentro de la estrategia de compensar el probable descenso de la venta de carburantes. En el caso de España, la carrera por liderar el sector se ha acelerado considerablemente en los últimos meses. Tanto las compañías de electricidad como las petroleras planean instalar, en conjunto, más de 2.500 puntos de recarga públicos (un crecimiento del 60% respecto a 2018), y 125.000 conexiones en hogares y en empresas. El conjunto de obstáculos mencionados añade una cierta incertidumbre sobre el ritmo de expansión del mercado de coches eléctricos en las próximas décadas. No obstante, hay pocas dudas de que el sector es el presente y, sobre todo, el futuro. Los gobiernos, los fabricantes de baterías, las marcas de automóviles y los consumidores están remando todos en la misma dirección, propiciando un cambio estructural que algunos comparan con la irrupción que supuso el vehículo a motor.
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¿Un mundo sin petróleo? La Agencia Internacional de las Energías Renovables considera que tanto las renovables como el despegue de los coches eléctricos están avanzando a un ritmo adecuado. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la reducción de la dependencia de los hidrocarburos en otros sectores, como el transporte aéreo, el marítimo y los sistemas de calefacción. Otros organismos enfatizan la necesidad de profundizar en el proceso de eficiencia energética y en el desarrollo de tecnologías de captura de dióxido de carbono para poder cumplir con el Acuerdo de Paris. La complejidad del mundo de la energía hace que proliferen las estimaciones -unas más optimistas que otrassobre las probabilidades de que el calentamiento global no supere los 2ºC. Todas las previsiones coinciden, en cambio, en un punto: el declive de los hidrocarburos en las próximas décadas. Un mundo desconectado del petróleo no deja de ser, en cierta medida, paradójico. Hasta hace bien poco el debate giraba sobre las previsiones catastrofistas que auguraban el agotamiento del crudo, un escenario que, elevado a distopía, fue argumento de la célebre película Mad Max.
La compañía petrolera Royal Dutch Shell publicó el pasado año sus previsiones sobre la demanda de crudo durante el siglo XXI, unas estimaciones que se aproximan a las de la Agencia Internacional de las Energías Renovables17. La empresa energética prevé que la demanda de crudo mundial alcance su techo en 2025, como quien dice, a la vuelta de la esquina. A partir de entonces, el consumo de petróleo y las renovables se desplazarán de forma inversa. Esta tendencia se acelerará paulatinamente y, en 2050, las fuentes alternativas superarán a los hidrocarburos en el consumo de energía. Para finales de este siglo Shell prevé que la demanda de crudo descenderá más de un 50% con respecto a los valores actuales. Hay que tener presente que la sustitución total de los hidrocarburos se antoja muy compleja, al menos con la tecnología disponible en la actualidad. De momento no se han encontrado fuentes alternativas para el transporte aéreo y el marítimo. Por no mencionar el amplio abanico de sectores que utilizan derivados del petróleo, como los plásticos o la industria química.
PREVISIÓN DEMANDA DE ENERGÍA (1980-2100)
Primary energy demand (exajoules)
800
700 Las renovables adelantan a los combustibles fósiles
Máximo de la demanda de combustibles fósiles
600
500
400
300 Las renovables crecen exponencialmente
200
100
2100
2095
2090
2085
2080
2075
2070
2065
2060
2055
2050
2045
2040
2035
2030
2025
2020
2015
2010
2005
2000
1995
1990
1985
1980
0
Combustibles fósiles Renovables Fuente: IRENA, Shell Sky Scenario
17. Las estimaciones de IRENA se limitan al periodo 2019-2050.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Estas previsiones hay que considerarlas, pues, tan solo como un escenario hipotético. Además, las estimaciones sobre la demanda de petróleo en un plazo superior a cinco años adolecen de una enorme incertidumbre. De hecho, no se puede descartar la posibilidad de que el consumo de crudo descienda a lo largo de este siglo a un ritmo notablemente más rápido si se desarrollan nuevas tecnologías que aceleren la transición energética. No obstante, la tendencia de las dos variables que dibuja la empresa energética no es descabellada e implicaría que en un futuro las oscilaciones de la demanda se convertirían en la principal variable que explique la evolución del mercado del petróleo, algo novedoso que rompería con el comportamiento hasta ahora estable y predecible. Las estrategias emprendidas por varias de las mayores compañías petroleras reflejan ese escenario de descenso de la demanda. Empresas como Royal Dutch Shell, Total, Repsol o Cepsa, ya han iniciado la diversificación de sus líneas de negocio. En la mayoría de los casos las compañías han extendido su actividad, precisamente, hacia los sectores que desplazarán al petróleo: las energías re-
novables y los puntos de carga de coches eléctricos. Un ejemplo es la compra de la empresa de electricidad Viesgo por parte de Repsol, a mediados de 2018. El desafío es considerablemente mayor para las economías petroleras. Desde el ámbito de la geopolítica el peso de estos países en el ajedrez internacional descenderá notablemente. Es cierto que pueden explorar otros instrumentos para defender sus intereses, adquiriendo activos en el exterior (participaciones en empresas o instrumentos financieros) o reforzando sus capacidades militares; sin embargo, difícilmente podrán sustituir su principal herramienta de negociación. El impacto en el plano macroeconómico será aún más profundo. La transición energética amenaza con desmantelar los cimientos sobre los que se sustentan las cuentas públicas, la balanza de pagos y el resto de la estructura económica de estos países. En algunos casos, como Arabia Saudí, Angola o Nigeria, el petróleo representa más del 75% de los ingresos fiscales y de las exportaciones.
RENTAS DEL PETRÓLEO EN % DEL PIB (MEDIA 2010-2017) Irán Emiratos Árabes Unidos Argelia Oriente Medio y Norte de África Catar Azerbaiyán Gabón Angola Guinea Ecuatorial Omán Timor Oriental Arabia Saudí Congo, Rep Irak Libia Kuwait 0% Fuente: Banco Mundial
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10%
20%
30%
40%
50%
El desafío es, por tanto, mayúsculo. No obstante, este riesgo no se materializará a corto plazo, sino de manera progresiva a lo largo de las próximas décadas. Los más optimistas destacan que algunos de estos países, especialmente los del Norte de África y el Golfo Pérsico, pueden convertirse en potencias exportadoras de electricidad al mercado europeo, sustentado en la enorme capacidad fotovoltaica que podría instalarse en el desierto árabe y en el del Sahara. Esta iniciativa puede tener un cierto recorrido, aunque es complicado que alcance el volumen de rentas generadas por el petróleo, dado que buena parte de la electricidad en la Unión Europea ya se genera mediante fuentes limpias. Por ello, los países petroleros tendrán que acometer un proceso de diversificación de la economía mucho más profundo y ambicioso. La adaptación al nuevo escenario diferirá sustancialmente entre los distintos países, en función de las características intrínsecas de cada uno de ellos. El porcentaje que supone el petróleo sobre el PIB, el tamaño de los fondos soberanos que muchos de ellos han acumulado, el clima de negocios o la calidad de la política económica son algunas de las variables que incidirán en el proceso. Países como Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes Unidos parten de una posición notablemente más favorable, gracias a las ingentes rentas acumuladas en estos años18. Por el contrario, el escenario se antoja especialmente complicado para países como Angola, Libia, Sudán del Sur y la República del Congo. Todos ellos adolecen de una elevada dependencia del crudo, un deficiente clima de negocios y parten de una posición de solvencia muy vulnerable.
Ahora bien, este proceso constituye no solo una amenaza sino también una oportunidad para construir un modelo económico a largo plazo más equilibrado y sostenible. Una estructura que dejará de oscilar en función de los precios del crudo, una variable muy volátil y ajena al control de la gran mayoría de los exportadores de petróleo19. Históricamente la tenencia de hidrocarburos ha sido una fuente de riqueza pero también una suerte de maldición, al fomentar los síntomas de la “enfermedad holandesa”20. En ocasiones, el petróleo acaba asemejándose a una especie de agujero negro que va concentrando, cada vez más, la actividad económica en torno a sus rentas. Una trampa de difícil escapatoria, especialmente en los periodos de bonanza. La trasformación no se antoja sencilla y el riesgo de que se produzcan episodios de inestabilidad y de conflictividad es considerable. La capacidad del petróleo de desestabilizar el marco socio político ya se evidenció en los años 80, cuando la caída de los precios aceleró el desmoronamiento de la URSS. Más recientemente, el desplome de la cotización del barril de Brent, con la irrupción del shale, ha provocado fracturas en numerosos países exportadores. Una hipotética escalada de la inestabilidad traspasaría las fronteras de las naciones petroleras, contagiando, al menos, a los países limítrofes. Su alcance probablemente sería mucho mayor y afectaría también a las economías occidentales, como han demostrado los conflictos en Libia y en Siria. Por ello, el riesgo de derrumbe de las naciones petroleras se considera la mayor amenaza derivada de la transición energética.
18. Recientemente el parlamento noruego dio un paso más para reducir la dependencia del crudo. En concreto, acordó reducir, en 11.000 millones de dólares, las participaciones del fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega en empresas de hidrocarburos, e invertir, por el contrario, 17.000 millones de dólares en proyectos eólicos y solares. El patrimonio del fondo soberano noruego asciende a 1.072.000 millones de dólares. 19. Podría decirse que únicamente los líderes de la denominada OPEP+ (Arabia Saudí y Rusia), ostentan todavía influencia -cada vez menor- en la fijación de precios. 20. Con este término se conoce al efecto pernicioso provocado por la entrada en un país de una cantidad masiva de remesas del extranjero (a menudo a raíz del descubrimiento de un recurso natural muy demandado o de un fuerte incremento del precio de una materia prima de exportación). Como consecuencia, se produce una fuerte apreciación de la moneda local, lo que provoca la pérdida de competitividad de las exportaciones y el encarecimiento del valor de los bienes en el mercado local.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Nueva arquitectura de la energía Las implicaciones de la irrupción de las renovables y la electrificación no se limitan únicamente a la alteración del tradicional flujo de rentas de los países importadores de crudo a las economías petroleras. La transición energética está tejiendo una nueva arquitectura de la energía, con una idiosincrasia distinta. La transformación del sector está configurando un modelo donde algunos de los riesgos tradicionales se mitigarán, al tiempo que emergerán o se agravarán otros puntos de fricción. Una de las implicaciones más inmediatas es la mayor independencia energética de los distintos países. A diferencia de los hidrocarburos, un mercado que opera en condiciones de oligopolio, las renovables abren la puerta a la democratización de la energía, algo impensable hace bien poco. Prácticamente cualquier Estado puede aspirar a la autosuficiencia energética combinando las distintas tecnologías: eólica (on shore y off shore), fotovoltaica, termo solar, hidráulica, biomasa, etc. La importación de energía ya no será, pues, una debilidad insalvable para muchos países. Las economías tendrán la opción de exportar energía, comprarla, o ambas cosas a la vez. Desde la perspectiva de la geopolítica las consecuencias son considerables. La universalización de la generación de la energía mitigará -o eliminará en el caso extremola vulnerabilidad de las naciones importadoras de crudo, algo que se evidenció con dureza durante la primera crisis del petróleo, en 1973. Garantizar el suministro de hidrocarburos dejará de ser una prioridad en términos de seguridad nacional y, por tanto, el petróleo ya no será uno de los ejes de la agenda exterior de las potencias occidentales. Todo ello podría conducir a un reajuste del mapa geopolítico, lo que invita a cuestionarse si, por ejemplo, Estados Unidos revisará su estrategia de mantener en el Golfo Pérsico su papel protagonista; al menos, tendrá menos incentivos para ello. Ubicaciones estratégicas, como el estrecho de Ormuz, tendrán una menor relevancia en el ajedrez geopolítico. En cambio, ganará un mayor protagonismo la geopolítica regional, las relaciones entre los países vecinos. Esto no significa que la economía mundial vaya a ser inmune a la crónica inestabilidad de Oriente Medio. Las 48
habituales escaladas de tensión no afectarán, en gran medida, al precio final de la energía. Ahora bien, Europa, por ejemplo, está muy expuesta al grado de estabilidad -o inestabilidad- en el Norte de África y la zona del Golfo. También cobrará especial relevancia la gestión de las redes de interconexión, un activo que algunos consideran más estratégico incluso que el control de los recursos21. Las conexiones entre los países limítrofes no serán únicamente unidireccionales, como en el caso de la comercialización de petróleo. Al contrario, las características de las renovables, abundantes, pero muy intermitentes, incentivan la formación de alianzas basadas en la cooperación. Hay que tener presente que la energía fotovoltaica únicamente genera electricidad durante las horas de sol; la eólica, por su parte, depende de las corrientes de viento. La complementariedad de los distintos sistemas energéticos puede redundar en importantes beneficios mutuos. La colaboración es especialmente interesante si se aprovecha la capacidad de la hidroeléctrica de actuar como un almacén de energía, una posibilidad que se está explorando en la Unión Europea22. En concreto, en un futuro Noruega podría convertirse en una especie de batería para los países del norte del continente, gracias a su capacidad de generación hidroeléctrica (cuenta con más de 900 plantas). Países como Dinamarca, con una elevada producción eólica, podrían exportar su exceso de electricidad a Noruega en momentos de fuerte viento, una energía que serviría para bombear el agua de los embalses noruegos a un nivel más alto, donde sería almacenada. Posteriormente esta agua podría ser utilizada para generar electricidad y exportarla, de nuevo, a Dinamarca23. No obstante, esto no excluye la posibilidad de que se originen relaciones asimétricas entre países vecinos, donde uno de los dos ostente una clara posición dominante (generalmente el exportador de energía). Por tanto, el riesgo de que emerjan tensiones no desaparece por completo. Ahora bien, la probabilidad de que se produzcan episodios extremos, como el corte del suministro de gas por parte de Rusia a Ucrania en 2009, es notablemente inferior24. Hay que tener presente que hoy por hoy, la electricidad generada por las renovables (a excepción de las
centrales hidroeléctricas de bombeo y la termo solar) no puede almacenarse, a diferencia de los hidrocarburos, por lo que el cese de la venta de electricidad supone una pérdida de ingresos no recuperables para el exportador, lo que desincentiva esta medida25. Además, el uso de la posición dominante a largo plazo es insostenible, dado que el país importador tendrá incentivos para alcanzar acuerdos con otros proveedores de electricidad o, directamente, avanzar en el autoabastecimiento. El riesgo de abuso asociado al control de las materias primas tampoco se diluye por completo. El protagonismo de China en el mercado de cobalto y las tierras raras constituye una notable vulnerabilidad para el resto de países. Pero no es evidente que este riesgo sea mayor que en el caso de los hidrocarburos. Por un lado, el grado de concentración es más elevado que en el caso del petróleo, lo que acentúa la posición dominante de China. Sin embargo, la posibilidad de sustituir los materiales y la exploración de otras alternativas, como el reciclaje, mitigan el impacto de un hipotético corte de suministro a largo plazo. La velocidad con la que los fabricantes de baterías están reduciendo el uso de cobalto no resiste comparación con los escasos avances logrados para reemplazar los hidrocarburos en sectores como la aviación. Parece más evidente, en cambio, que la volatilidad en los precios de la energía descenderá. A diferencia del crudo, donde la cotización puede oscilar notablemente en un espacio corto de tiempo, las renovables tienen
un coste marginal cero. El riesgo de oscilaciones en el precio se limita, más bien, a potenciales cambios regulatorios o a la variación en la cotización de los minerales utilizados en la fabricación de las placas solares y de los molinos eólicos. El impacto de un encarecimiento de las materias primas es sustancialmente más reducido que en el caso del crudo. En primer lugar, el número de metales que intervienen en las renovables es muy amplio, por lo que tendrían que encarecerse todos ellos de forma simultánea para tener un impacto considerable en el coste final, algo difícil, dado que algunos de ellos son muy abundantes y de fácil acceso en la naturaleza. En el hipotético caso de que se produjera un fuerte incremento del precio de todos los metales, esto no afectaría a las plantas ya en funcionamiento, sino tan solo a las nuevas instalaciones, por lo que la variación en el precio final de la electricidad sería reducida. La democratización de la energía mitigará, pues, algunos de los tradicionales riesgos inherentes a la elevada dependencia los hidrocarburos. Esto no significa, no obstante, que el mundo de la energía alcance un equilibrio perfecto. Las distintas variables que intervienen dificultan la corrección de todos los potenciales riesgos. Ahora bien, cabe esperar un escenario más estable a largo plazo, donde los distintos países tendrán, además, un abanico de opciones más amplio para reducir sus vulnerabilidades.
21. Un ejemplo que ilustra esta importancia son los recelos que despertó el intento de adquisición de la eléctrica portuguesa EDP por parte de la empresa estatal china CTG. Finalmente, en 2019 la Asamblea de EDP rechazó las condiciones que había propuesto CTG en la OPA. Aunque no salió adelante, la empresa china mantiene el 23,27% de las acciones que adquirió en 2012. La operación era especialmente controvertida porque CTG también ostenta el 25% de REN, la empresa portuguesa que gestiona la red de distribución eléctrica. 22. Un ejemplo es la central Chira-Soria, de 200 MW de potencia, que está desarrollando la compañía Red Eléctrica en la isla de Gran Canaria. La instalación puede funcionar en dos modos diferentes. En el caso de que la producción de otras renovables supere la demanda, la central puede utilizar parte del exceso de electricidad para bombear agua al embalse superior. En momentos de déficit de energía el proceso se invierte; el agua almacenada en el embalse superior desciende al embalse inferior generando electricidad. 23. En ocasiones la producción eólica en Dinamarca ha superado el total de la demanda. 24. El corte de suministro dejó sin gas durante dos semanas a los países de Europa del Este y de los Balcanes. 25. De momento no se ha desarrollado una tecnología que permita almacenar a escala de red la energía generada por la fotovoltaica y la eólica.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Ha nacido una estrella La acción climática ha contribuido a aflorar, pues, nuevas industrias, tecnologías y sectores. Las renovables y los coches eléctricos son el presente y, sobre todo, el futuro. Tan solo en 2018 se invirtieron 300.000 millones de dólares en energías renovables. Y para 2050 se calcula que la actividad de las baterías eléctricas superará los 500.000 millones de dólares. Así pues, bajo la descarbonización de la economía subyace un negocio formidable para el sector privado. También constituye una enorme oportunidad en términos de geopolítica, para liderar los sectores más vanguardistas, una poderosa herramienta para incrementar los denominados “poderes blandos” y para construir una posición dominante sobre el resto de países. Nadie mejor que China ha sabido leer el potencial detrás de la transición energética. Encabezar la carrera tecnológica se ha convertido en una estrategia de Estado, unas aspiraciones que se plasman en el plan estratégico Made in China 2025. Al mismo tiempo, Estados Unidos ha mostrado una posición menos ambiciosa, como se ha evidenciado con la salida del Acuerdo de París. Muchos apuntan a que la adopción de este papel secundario podría obedecer a la irrupción de la industria de los hidrocarburos no convencionales. En apenas unos años Estados Unidos se ha convertido en el mayor productor de petróleo y de gas del mundo; un inédito liderazgo que podría explicar por qué la transición energética no es una de las prioridades de la agenda política de la Casa Blanca. Los avances de China en la última década en el sector de las renovables han sido superlativos. El país asiático concentra un tercio de la capacidad eólica instalada en el mundo y un cuarto en el caso de la fotovoltaica. Su liderazgo es aún mayor a nivel corporativo. Seis de los diez principales fabricantes de paneles solares y cuatro de los diez mayores productores de turbinas eólicas son chinos. No sorprende, pues, que las empresas locales concentren casi un tercio de las patentes relacionadas con las energías limpias. El incremento de la competitividad de las empresas chinas en términos de coste por kilovatio ha sido tal que, en 50
el caso del sector fotovoltaico, han expulsado a buena parte de los competidores. En el mercado europeo apenas quedan ya compañías fabricantes de paneles solares. Ante la dificultad de competir en costes, las empresas europeas se han trasladado a otros eslabones de la cadena, como la promoción y la ejecución de proyectos. Suele atribuirse el mérito del auge de las compañías chinas a las generosas subvenciones, incentivos fiscales y medidas proteccionistas introducidas por la Administración china. Las renovables no han sido una excepción. En 2013 la Unión Europea impuso medidas antidumping y antisubvenciones a los fabricantes de paneles solares chinos26. Sin embargo, no se puede ignorar otra ventaja competitiva de la que carecen las empresas de otros países: el tamaño de su mercado. Pekín tiene la capacidad de crear una demanda colosal que permite a las compañías locales alcanzar economías de escala con relativa facilidad.
Nadie mejor que China ha sabido leer el potencial detrás de la transición energética
Seis de los diez principales fabricantes de paneles solares y cuatro de los diez mayores productores de turbinas eólicas son empresas procedentes del país asiático
PATENTES RELACIONADAS CON LAS RENOVABLES
16% 29%
9%
14% 18% 14%
China
Japón
Estados Unidos
Corea del Sur
Unión Europea
Resto del mundo
Fuente: IRENA
26. Esta medida se adoptó después de analizar las denuncias de la patronal europea de fabricantes de paneles solares. Según la investigación realizada por Bruselas, las compañías chinas recibieron subvenciones consideraras ilegales y, además, comercializaron sus productos a un precio muy por debajo de mercado. La Unión Europea levantó estas medidas a mediados de 2018.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
La carrera se centró después, en el liderazgo en la fabricación de coches eléctricos y baterías. Y, de nuevo, el salto de China en los últimos años ha sido asombroso. Las ventas de vehículos eléctricos superan a la suma de unidades comercializadas en Japón, la Unión Europea y Estados Unidos juntos; una actividad sustentada en el auge de la industria local. Los instrumentos utilizados para estimular el sector han sido los habituales. En la última década Pekín ha otorgado 55.000 millones de dólares en ayudas a las empresas. También ha introducido subvenciones a la compra de automóviles ecológicos y ha establecido medidas proteccionistas, como la obligatoriedad de que las baterías sean fabricadas en el país. Estas medidas han resultado muy eficaces. La compañía CATL se ha convertido en el mayor fabricante de baterías, superando a las dos empresas que han liderado el sector en los últimos años: LG y Panasonic (coreana y japonesa, respectivamente). Una vez que las empresas chinas se han situado a la vanguardia, el sector ha entrado en una etapa de consolidación. Las autoridades están promoviendo la integración de las pequeñas empresas en grandes grupos para incentivar la formación de “campeones nacionales”. Una de las medidas adoptadas para acelerar este proceso ha sido la limitación de los subsidios a aquellos fabricantes con un volumen de producción superior a los 8 GWh al año.
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El siguiente objetivo es ganar cuota en los mercados exteriores, una estrategia que ya se está materializando. Por ejemplo, CATL está construyendo la mayor factoría de baterías del mundo, con una capacidad de 100 GWh27, en el estado alemán de Turingia. También los fabricantes de automóviles, Great Wall Motors y el grupo Geely, prevén comercializar vehículos eléctricos en el mercado europeo en los próximos meses28.
I want it all Una vez que las empresas locales se han consolidado en la fabricación de baterías eléctricas, Pekín está dando grandes pasos para situarse a la vanguardia del que muchos consideran la próxima generación de coches eléctricos: la pila de combustible29. Las aspiraciones del gigante asiático es superar a Japón y Corea del Sur como referencia del sector30. Para ello, China está traspasando parte de las ayudas destinadas a la industria de las baterías eléctricas a la investigación de pilas de combustible. Tan solo el pasado año las autoridades concedieron 12.400 millones de dólares para impulsar está tecnología. Al mismo tiempo, está promoviendo la generación de economías de escala mediante subvenciones a la compra de este tipo de vehículos31. Para acelerar el proceso, además, las compañías chinas están adquiriendo empresas punteras. Un ejemplo es la entidad pública Weichai Power, el mayor fabricante de
motores de combustión, que compró recientemente el 20% de la empresa canadiense Ballard y otro 20% de la británica Ceres Power. De momento es una incógnita si este tipo de motores -aún en una fase incipiente- acabarán sustituyendo a las baterías eléctricas. Una de sus ventajas es la utilización de materiales, como el platino, muy abundantes en la naturaleza32. En cambio, el elevado coste energético de la electrolisis para obtener hidrógeno es una de las principales barreras. Este obstáculo podría mitigarse en el caso de China. Los fallos en la planificación de las renovables han originado problemas en la integración de numerosos parques solares y eólicos en la red eléctrica. Se calcula que anualmente se desperdicia por este motivo 150 GWh de electricidad, una cifra que podría abastecer a 18 millones de vehículos de pila de combustible. Algunos cuestionan la idoneidad -y sostenibilidad- de impulsar sectores que podrían ser sustitutivos. Sin embargo, no hay duda de que con esta estrategia Pekín se garantiza liderar todos aquellos sectores clave. Estas aspiraciones constituyen una enorme amenaza para los intereses de las potencias occidentales, que tradicionalmente han liderado todas las industrias de alto valor añadido. Por ello, no sorprende que la primera medida punitiva que Estados Unidos aprobó, en la creciente disputa comercial con China, fue, precisamente, a la importación de paneles y células solares33.
27. El tamaño de la fábrica triplicará a la de Tesla en Nevada. 28. Estas dos compañías han sido muy activas comprando participaciones en empresas foráneas. En 1999 el grupo Geely adquirió la firma sueca Volvo, una operación valorada en 1.800 millones de euros. Posteriormente, en 2018, la compañía compró un 10% del accionario de Daimler, uno de los principales grupos automovilísticos de Alemania. En la actualidad se especula con la posibilidad de que Geely esté negociando con Daimler la compra de un 50% de la firma Smart. Por su parte, Great Wall ha intentado, hasta ahora sin éxito, comprar la marca Jeep, perteneciente al grupo Fiat Chrysler. 29. La pila de combustible es un dispositivo que transforma la energía química de un combustible (generalmente el hidrógeno) en energía eléctrica. 30. Toyota comenzó a comercializar en 2014 el modelo Mirai, el primer vehículo con motor de pila de combustible del mercado. Posteriormente la firma Hyundai desarrolló su propio modelo, el Nexo. 31. Algunas empresas locales calculan que los costes pueden descender drásticamente si la producción supera las 100.000 unidades. 32. Una de las mayores reservas de platino se encuentra en el yacimiento de Bushveld, en Sudáfrica. 33. La Casa Blanca estableció un arancel del 30% a la importación de estos bienes para proteger a la industria local.
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02. Transición energética: ¿otro mundo es posible?
Conclusiones Pocos dudan ya de la gravedad del cambio climático, un riesgo que la comunidad científica alerta que ya se está materializando. La aproximación hacia el precipicio ecológico ha impulsado un mayor compromiso de los distintos países. El Acuerdo de Paris, firmado en 2015, constituye un importante paso para establecer los objetivos y las líneas de actuación. Ahora bien, por delante queda lo más difícil. La innovación tecnológica ha hecho factible la sustitución de los hidrocarburos en la generación de electricidad. La drástica caída del coste de la energía eólica y la fotovoltaica, por debajo incluso de los combustibles fósiles, constituye un logro de enormes dimensiones. Las renovables son, ahora mismo, imprescindibles desde la perspectiva medioambiental y rentables en términos económicos. La consolidación de las energías limpias ha desviado la atención hacia el siguiente reto en la transición energética: descarbonizar aquellos sectores dependientes de los hidrocarburos, como los transportes. La expansión del coche eléctrico ya es una realidad. Las ventas se han disparado en los últimos años, sin embargo, tan solo estamos en el inicio de la transformación. El descenso esperado de los costes de producción, el mayor compromiso de la sociedad civil y la configuración de un marco normativo para favorecer la transición energética augu-
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ran un crecimiento exponencial en las próximas décadas. Aunque se pueden producir restricciones -como, por ejemplo, en el suministro de los materiales que integran las baterías-, cada vez parece más evidente que acabarán sustituyendo en un futuro a los vehículos de combustión. En consecuencia, las previsiones apuntan a un notable descenso del consumo de hidrocarburos en las próximas décadas. La desconexión de los combustibles fósiles construirá un mapa energético con una estructura diferente. La nueva arquitectura modificará los principios de la actual geopolítica y alterará la estructura económica de un buen número de países. La democratización de la energía mitigará muchos de los riesgos inherentes a la dependencia de los hidrocarburos, un mercado cercano al oligopolio. Otros desafíos emergerán, pero, a grandes rasgos, el nuevo marco energético se sustentará sobre unos cimientos más estables y predecibles. Este escenario es extraordinariamente exigente para los tradicionales países petroleros. El riesgo se materializará progresivamente a lo largo de las próximas décadas; sin embargo, sus implicaciones serán mucho más profundas que las provocadas por el desplome del precio del crudo en los últimos años. Estas economías disponen de un horizonte temporal suficientemente amplio para emprender el proceso de diversificación, pero no tienen más remedio que acometerlo. Algunos de ellos tendrán
enormes dificultades para lograrlo, debido a las deficiencias en el marco político, en el clima de negocios y a la debilidad de las cuentas públicas. Al mismo tiempo, las tecnologías que sustentan la transición energética constituyen un valioso activo estratégico, una herramienta para incrementar la influencia en el exterior. China se ha situado, con diferencia, a la vanguardia. Primero se erigió en el líder de la energía eólica y fotovoltaica. Después se situó entre los principales productores de baterías eléctricas y, ahora, el objetivo es ser pionero en aquellas tecnologías aún por madurar, como la pila de combustible. Esta dinámica no va a detenerse,
Las renovables son, ahora mismo, imprescindibles desde la perspectiva medioambiental y rentables en términos económicos
al contrario. En cualquier caso, la irrupción de las renovables y el coche eléctrico constituye un paso esencial para evitar que el aumento de la temperatura supere los 2ºC respecto a los valores preindustriales. Sin embargo, la descarbonización de la economía depende de un buen número de variables. La eficiencia energética, la captura de carbón o
El siguiente reto: descarbonizar aquellos sectores dependientes de los hidrocarburos, como los transportes
la dependencia de los hidrocarburos de otros sectores, como la climatización, son algunos de los otros campos en los que será necesario avanzar. Por todo ello, sigue habiendo serias dudas sobre las probabilidades de cumplir con los Acuerdos de París. El salto tecnológico de los últimos años abre una ventana al optimismo. El progreso es gran parte del problema; pero, también, de la solución.
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03 China vs EE.UU.: Choque de titanes Lucía Bonet, Analista de Riesgo País
03. China vs EE.UU.: Choque de titanes
A lo largo de la historia, han sido muchos los países que se han disputado la hegemonía mundial. De las dieciséis ocasiones en las que esto ha ocurrido, doce han terminado en un conflicto violento. El filósofo griego Tucídides dejó constancia de este fenómeno en la frase: “Fue el ascenso de Atenas y el temor que se instaló en Esparta lo que hizo la guerra inevitable”. Es lo que se conoce como la “trampa de Tucídides”, según la cual la amenaza ante el ascenso de una nueva potencia genera tal tensión en la potencia dominante que acaba desembocando en un enfrentamiento. Así se puede entender, en el contexto actual, el choque entre Estados Unidos y China. No obstante, la complejidad actual de las relaciones internacionales hace que no haya comenzado en el plano militar, sino que se esté dando en el terreno comercial y tecnológico. Veremos si, en esta ocasión, el conflicto no escala a mayores y se circunscribe a la rivalidad económica o, si por el contrario, estamos abocados a un enfrentamiento de mayor magnitud. Desde el fin de la II Guerra Mundial, en 1945, Estados Unidos se erigió como ideólogo, promotor y defensor de un orden internacional en el que primaban valores como el libre comercio, el multilateralismo, la defensa del capitalismo como sistema económico y la democracia como forma de gobierno. Enfrente se encontraba la Unión Soviética, que planteaba un orden diametralmente opuesto, en el que el sistema económico se regía por los principios comunistas y el político por un régimen de partido único. Mediante la creación de organizaciones como la OTAN, la financiación del Plan Marshall o la aplicación de la Doctrina Truman, Washington trató de extender sus valores políticos y económicos, al tiempo
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que servía a sus propios intereses frenando el avance de la Unión Soviética. Estos valores, con el desplome del bloque soviético, sentaron las bases que regirían las relaciones internacionales entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Desde entonces, y hasta la crisis global de 2009, el planeta vivió una época de prosperidad económica y social nunca antes observada: el PIB mundial se triplicó, la renta per cápita se multiplicó por dos al tiempo que la población que vivía en condiciones de pobreza extrema pasó del 30% al 15% del total. Este espectacular progreso económico se explica, indudablemente, por la integración de las economías nacionales en una escala de producción global, en un proceso comúnmente conocido como globalización. La formación de estas cadenas de valor trajo consigo un notable incremento de los intercambios entre países, convirtiendo, de esta forma, al comercio en el principal motor del crecimiento económico. Estados Unidos, uno de los principales impulsores del libre comercio y la cooperación entre países, también ha sido el principal beneficiado. Desde la caída del muro de Berlín, su hegemonía económica, política y militar ha sido incontestable. Sin embargo, no ha sido el único. China ha experimentado una transformación económica sin precedentes. En 1990, cerca del 70% de su población vivía en condiciones de pobreza extrema, mientras que en 2015, este porcentaje se situaba por debajo del 1%. El valor de sus exportaciones se ha multiplicado por cuarenta y ha escalado nueve puestos hasta situarse como la segunda economía del mundo por tamaño del PIB. Todo ello en apenas treinta años.
El despertar del dragón rojo La revolución económica que ha vivido el gigante asiático no habría sido posible sin las reformas que llevó a cabo Deng Xiaoping a finales de los años 70, conocidas como “la segunda revolución”. Gracias a la ley de inversiones extranjeras, el país experimentó un progresivo proceso de apertura económica que sentó las bases para el posterior crecimiento. Décadas después, la entrada en la Organización Mundial del Comercio en el año 2001 supuso otro importante punto de inflexión: China, otrora defensora de las políticas de autosuficiencia económica, iniciaba su andadura en el organismo que regulaba el comercio internacional. Con su adhesión, culminaba un arduo proceso de negociación que había durado quince años. El tamaño del mercado y las prácticas contrarias a los principios que regían en el organismo se habían erigido como los principales obstáculos durante las conversaciones y, en consecuencia, habían elevado las exigencias de los países miembros, con respecto a otros países en desarrollo, como Brasil o Argentina1. Ser miembro de la OMC, por su parte, confería al país numerosos beneficios, como, por ejemplo, contar con un mecanismo de protección contra la imposición arbitraria de sanciones sobre sus exportaciones. Además, ingresaba como una economía en desarrollo, lo que le concedía un tratamiento más favorable, así como un margen de tiempo más amplio, a la hora de cumplir con ciertas reglas. Casi dos décadas más tarde, China representa el 15% del PIB global; el tamaño de su economía se ha triplicado; se ha convertido en el mayor exportador del mundo, en el segundo receptor de inversión extranjera directa (IDE) y en una importante fuente de financiación (en 2018 el 10% de los flujos de IDE mundial procedían del gigante asiático). Es el primer socio comercial de las principales economías del mundo y el mayor inversor en África
Subsahariana o en el Sudeste Asiático. Consume más de la mitad de la producción mundial de aluminio, níquel, zinc y cobre, un tercio del algodón, supone el 12% de la demanda petrolera mundial y el 6% de la gasística. El crecimiento empresarial también ha sido exponencial: de las diez mayores compañías del mundo, cuatro son bancos chinos, y en el sector tecnológico las cifras no son menos sorprendentes. Cuenta con más de cien empresas tecnológicas que, en la jerga del sector, se conocen como “unicornios” (valoradas en más de 1.000 millones de dólares) y ocho “decacornios” (con un valor de, al menos, 100.000 millones de dólares) que pueden competir en igualdad de condiciones con gigantes como Apple, Google o Microsoft, empresas con un mayor recorrido. Pese a que se tiende a comparar con el “milagro japonés” (entre 1960 y 1991 Japón triplicó el tamaño de su PIB), lo cierto es que el caso chino supera con creces al nipón. Pero quizás lo más reseñable es que el gigante asiático aún conserva un enorme margen de desarrollo. China continúa siendo un país de renta media, tiene una ratio de urbanización moderada (apenas alcanza un 58%) y enormes posibilidades de incrementar la productividad. Si consigue, como viene intentando desde hace tiempo, cambiar su modelo de crecimiento, la evolución será aún más extraordinaria. Todos estos factores contribuirán a sostener las elevadas tasas de crecimiento necesarias para llegar a ser un país de renta alta. El FMI estima que, de continuar este ritmo de expansión económica, en el año 2030 China será la primera economía mundial; siempre y cuando consiga superar los enormes retos a los que se enfrenta su modelo de crecimiento, en términos de sobreendeudamiento, inversión no rentable y envejecimiento de la población.
1. China se comprometió a no controlar los precios, eliminar los subsidios, no influir en las decisiones de las empresas públicas, suprimir las barreras técnicas al comercio e intensificar las leyes de protección intelectual. Además, se acordó que implementaría medidas de apertura para los sectores de telecomunicaciones, servicios financieros o distribución. En total, China modificó cerca de 2.300 leyes, regulaciones y normas departamentales. El promedio de sus aranceles sobre los bienes manufacturados se redujo desde el 15,3% vigente en 2001 hasta el 9,9% en 2005, por debajo del que se requirió a Argentina, Brasil, Indonesia o India
59
03. China vs EE.UU: Choque de titanes
Habitualmente se recurre al ejemplo del progreso económico de Alemania y Japón en la segunda mitad del siglo XX para explicar la evolución de China. Como se puede observar en el gráfico, el PIB nominal de China se encuentra en un nivel ligeramente inferior al que se encontraba el de Japón en la década de los noventa y muy por encima del que alcanzó Alemania a comienzos de los años 80. No obstante, la renta per cápita de China apenas equivale a un 15% de la estadounidense (en Alemania en 1979 equivalía al 96%, mientras que en Japón la superaba hasta el 151%) y el grado de urbanización (el porcentaje de la población que vive en zonas urbanas) en China es del 58%, a diferencia del 73% y 78% que se observaba en Alemania y Japón, respectivamente. Estos dos datos son solo una muestra del amplio margen de desarrollo que aún guarda China con respecto las otras dos potencias que, un día se dijo, podrían disputar la hegemonía mundial a EE.UU. EVOLUCIÓN PIB 1960-2017, EE.UU. = 100; (DÓLARES CORRIENTES)
100
80
60
40
20
0 1960
1970
1980
EE.UU.
Japón
China
Alemania
1990
2000
2010
PIB per cápita (% de EE.UU.)
96
151
15
Ratio urbanización (% de EE.UU.)
73
78
58
Alemania 1979
Fuente: Banco Mundial; Mckinsey Global
60
Japón 1995
China 2017
CHINA PODRÍA SOBREPASAR A EE.UU. EN 2030 (PIB nominal en billones de $, tipo de cambio 2017) 75
50
25
0 2010
2015
2020
2025
2030
2035
2040
China EE.UU. Fuente: FMI
Uno de los aspectos que más destaca en el caso chino es que la transformación del país en el plano económico no ha venido acompañada de una transformación paralela en el plano político, como se ha dado en otros casos. El omnipresente Partido Comunista Chino controla todas las esferas del país. La comunidad internacional esperaba que la integración de China en la economía global conllevase un progresivo proceso de apertura democrática y reducción del intervencionismo estatal. También se esperaba que se adhiriese a las reglas del juego vigentes en los foros multilaterales, como es el caso del Consenso de la OCDE, que afecta a la financiación extranjera de proyectos; los compromisos que adquirió con su adhesión a la OMC o el Convenio Anticorrupción de la OCDE, que limita las relaciones con países terceros donde las prácticas corruptas sean habituales. Regulaciones que, en ningún caso, China ha respetado. El gigante asiático subsidia a sus enormes empresas estatales; no sigue las directrices de financiación que aplican los países de la OCDE y vulnera de forma reiterada las normas de la OMC en lo referido a la propiedad intelectual y la transferencia forzada de tecnología de las empresas extranjeras. Tampoco aplica a las empresas extranjeras que pretenden entrar en su mercado un tratamiento recíproco al que reciben las chinas en Occidente. De hecho, mientras que en 2001 parecía que el país estaba comprometido a seguir una orientación económica promercado, en la actualidad se jacta de haber desarrollado un “socialismo de mercado”, en el que el Estado tiene un papel cada vez más determinante en la economía y ejerce un férreo control institucional.
La Nueva Ruta de la Seda o el Imperialismo del siglo XXI El rol catalizador y autoritario que ha adoptado el presidente Xi Jinping en la política interna contrasta con el dinamismo que ha imprimido a la política exterior. Un año más tarde de que llegase al poder, en 2013, anunció el proyecto conocido como “La Nueva Ruta de la Seda”, cuyo objetivo era impulsar las relaciones entre China y Eurasia mediante la construcción de una inmensa red de infraestructuras. En paralelo, la “Ruta de la Seda Marítima” aspiraba a promover los flujos comerciales en la región del Índico. Se trata de un proyecto ambiciosísimo en objetivos y escala, que contempla la construcción
de redes ferroviarias, gasoductos, oleoductos, puertos o zonas económicas especiales. En el megaproyecto están involucrados más de 60 países, que contienen el 75% de las reservas energéticas y representan el 55% del PIB mundial. Pese a que hay bastante disparidad acerca de la cifra de inversión que supondrá, se estima que podría alcanzar los 8 billones de dólares (de los cuales se espera que China invierta unos 1,2 billones) que se canalizarían a través del Fondo de la Ruta de la Seda y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII).
NUEVAS RUTAS DE LA SEDA PROPUESTAS POR CHINA
Moscow Rotherdam
Duisburg
Venice
Almaly
Urumqi
Bishkek Istambul
Samarkand
Athens
Dushande
Kashgar
Tehran
Xian
Fuzhou Gwadar
Hanoi
Kolkata
Guangzhou Haikou
Colombo
Kuala Lumpur
Nairobi Jakarta
Nueva Ruta de la Seda Ruta de la Seda Marítima Corredor económico China-Pakistán Fuente: Council on Foreign Relations
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03. China vs EE.UU: Choque de titanes
Seis años después, lo que muchos han llamado “El Plan Marshall del siglo XXI”, arroja resultados encontrados. Por un lado, desde el punto de vista geoestratégico, la Nueva Ruta de la Seda ha servido para consolidar la influencia china en la región, para internacionalizar el renminbi y para asegurarse el suministro energético. Desde el punto de vista económico, entre 2013 y 2018 las empresas chinas han invertido 70.000 millones de dólares en distintos países del continente asiático. Sin embargo, muchos de ellos cada vez recelan más de la creciente influencia que China está ganando en sus territorios. Uno de los aspectos más controvertidos es el enorme endeudamiento que estos países han adquirido con China, a menudo para financiar proyectos de dudosa utilidad para el propio país. Esto es así hasta el punto de que se acusa a China de estar llevando a cabo una “diplomacia del sobreendeudamiento” mediante la financiación concesional de los proyectos. Pekín está dando apoyo financiero a países altamente vulnerables al incremento de la deuda, quienes después, al no poder hacer frente al pago, se ven obligados a cederle la propiedad de los activos. De esta forma, en 2018, Sri Lanka confirió a China la licencia de explotación del puerto de Hambantota, ubicado en el sur de la isla, por un período de 99 años, a cambio de la restructuración de la deuda. En Yibuti, un país enclavado en el cuerno de África, China ha financiado proyectos por valor de 1.400 millones de dólares, lo que ha supuesto un incremento de la deuda hasta el 75% del PIB, un nivel insostenible para el pequeño país. Patrones similares se han identificado en Montenegro, con un nivel de deuda externa que en 2018 escaló hasta el 83% del PIB debido a la construcción de una carretera que, en teoría, debería haber unido el Adriático con la vecina Serbia, pero que no conduce a ninguna parte, ya que el incremento de la deuda ha obligado a interrumpirla; o en Maldivas, donde la construcción de distintos proyectos han llevado al país a un sobreendeudamiento por encima del 100% del PIB en 2018. Se estima que, desde 2013, se han detenido o cancelado alrededor de 270 proyectos (de un total de 1.814) que forman parte de esta iniciativa china por no ser viables desde un punto de vista técnico o financiero. No obstante, no sería del todo justo culpar únicamente a China de esta situa-
ción; también habría que buscar responsabilidades en los gobiernos de los países receptores de los proyectos y preguntarse si eran conocedores de los términos de la financiación que China concedía, si eran conscientes de las consecuencias para la sostenibilidad de sus finanzas o incluso, si se dio algún tipo de práctica corrupta entre las partes. Llegados a este punto, vale la pena plantearse si Occidente debe continuar prestando asistencia financiera a países que han vuelto a incurrir en un endeudamiento desmesurado como consecuencia de la financiación china. Destaca, por ejemplo, el caso de Pakistán, quien ha refinanciado en seis ocasiones con el Club de París, y cuya deuda externa ha crecido en los últimos años hasta el 32% del PIB, con un perfil de vencimientos muy desfavorable. Este incremento se deriva de la construcción del Corredor Económico China-Pakistán, con un coste aproximado de 62.000 millones de dólares, del cual China ha financiado el 80%. Pese a que algunos proyectos han acabado por cancelarse, el aumento de la deuda ha puesto en serias dificultades la sostenibilidad de las cuentas del país y ha obligado a las autoridades a solicitar un programa de asistencia con el FMI por valor de 6.000 millones de dólares2. La falta de transparencia en la financiación de los proyectos ha sido una constante desde que comenzase el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, algo que las potencias occidentales siempre han denunciado en los foros multilaterales. Sin embargo, China no forma parte de las instituciones que obligan a la rendición de cuentas y transparencia, como la OCDE o el Club de París, con lo que no se ve obligada a cumplir con dichos principios. Además, las directrices que sigue la asistencia externa que presta Pekín difieren en cuestiones fundamentales de las que sigue Occidente, principalmente en lo que concierne a la política de interferencia con los asuntos internos o a los objetivos que persigue allí donde está presente. Mientras, en general, la comunidad multilateral aspira a apoyar el desarrollo interno de los países y de las instituciones democráticas, China se guía solo por la búsqueda del beneficio mutuo y, en la mayoría de las ocasiones únicamente del propio.
2. Estados Unidos, el mayor accionista del FMI, ha condicionado el programa de asistencia a que las autoridades paquistaníes aumenten la transparencia de las cuentas y a que la financiación no se destine al pago de la deuda que el país contrajo con China.
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Mucho más que una Nueva Guerra Fría El mayúsculo desarrollo económico de China ha hecho cambiar el interés geoestratégico de Estados Unidos de la región de Oriente Medio al Indo Pacífico. Ese giro de la política exterior estadounidense tuvo lugar durante la Administración Obama, quien, abiertamente, se autoproclamó el “Presidente del Pacífico”. Iniciativas como el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), que aspiraba a eliminar las barreras arancelarias con 11 países de la región entre los que, por supuesto, no se encontraba China, tenía por objeto contrarrestar el poder creciente del gigante asiático como potencia regional. Obama, a diferencia de la actual Administración estadounidense, no buscaba una confrontación directa con China y, de hecho, dada la enorme dependencia económica que existe entre las dos principales economías mundiales, abogó por la diplomacia bilateral. Tanto él como Hillary Clinton, en ese momento Secretaria de Estado, mantuvieron reuniones con sus homólogos chinos para evitar una escalada de tensión ante lo que China podría identificar como una amenaza de su zona de influencia.
Trump está planteando una oposición directa en tres aspectos: comercial, tecnológico y geopolítico
La llegada del actual presidente estadounidense, Donald Trump, ha provocado una auténtica revolución en la forma en la que Estados Unidos ha encarado la rivalidad con China, haciendo que el enfrentamiento sea más visible. Cabe señalar que este giro, además de radical, ha sido muy inesperado. La Estrategia Nacional de Seguridad establece las directrices que seguirá la política exterior estadounidense a lo largo de un año. Si se compara la del 2006, bajo la presidencia de Bush, con la del 2017, se observa el alcance de este viraje. En la primera, se alude a “una nueva era de crecimiento económico global, mediante el libre mercado y el libre comercio” y respecto a China, añade, “Estados Unidos busca que China tome las decisiones estratégicas adecuadas para su población, mientras nosotros brindamos la protección frente a otras amenazas”. En 2017, el cambio de tono es sustancial. El documento hace referencia a “determinados países que se han beneficiado de las instituciones internacionales que Estados Unidos ayudó a crear pero, en cambio, no cumplen con sus principios fundamentales”. Trump está dispuesto a reconfigurar la relación con China y, para ello está planteando una oposición directa en 63
03. China vs EE.UU.: Choque de titanes
tres aspectos: comercial primero, tecnológico después y, finalmente, geopolítico. Aspectos que, por otro lado, representan las principales amenazas para la hegemonía de Washington. La tensión y el enfrentamiento abierto al que ha conducido esta estrategia ha llevado a que se hable de una “Nueva Guerra Fría”. Sin embargo, mientras que el conflicto que protagonizó la segunda parte del siglo XX se desarrolló en el plano militar, lo que hizo que la tensión bélica se elevase hasta cotas nunca antes alcanzadas, en la actualidad, la imbricación y la enorme interrelación económica entre China y Estados Unidos hacen que las consecuencias del enfrentamiento para sus propias economías sean mucho más graves. Por ejemplo, mientras que, en 1987, los intercambios entre Estados Unidos y la Unión Soviética apenas alcanzaban los 2.000 millones de dólares al año, equivalente al
0,25% del total del comercio de Estados Unidos, en 2018,
RELACIONES COMERCIALES EE.UU. - CHINA
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA CHINA - EE.UU. (MILLONES $)
Bienes (miles de millones, eje izq)
Intraempresarial (% del total, eje dcho.)
50
30
45
25
40
20
35
15
30
10
25
5
20
0
15
500
400
300
los intercambios comerciales con China superaban los 2.000 millones de dólares al día, lo que representa el 13% del comercio total estadounidense. Además, China es también uno de los principales inversores extranjeros en Estados Unidos, tan solo por detrás de algunos países de la UE, Japón o Singapur. En 2016, de hecho, la cifra que el gigante asiático destinó a la economía estadounidense batió todos los registros, hasta alcanzar los 46.400 millones de dólares. De la misma forma, Estados Unidos es el sexto inversor en China, pese a que el nivel de IDE se ha mantenido relativamente estable en los últimos años. Todo ello implica que, a diferencia de lo que ocurría en la Guerra Fría, en la actualidad, atacar al rival supone al final atacarse a uno mismo.
200
100
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EE.UU: importaciones de China
EE.UU: exportaciones a China
Intraempresarial
Intraempresarial
No intraempresarial
No intraempresarial
Intraempresarial (% total)
Intraempresarial (% total)
Fuente: Oxford Analytica
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0 2009
2010
2011
2012
IDE China en EE.UU.
Fuente: The US-China Investment Hub
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IDE EE.UU. en China
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No es solo una cuestión comercial La Guerra Fría se trataba de un conflicto de índole ideológico, reflejado en la competición por la supremacía militar y la carrera espacial. En la actualidad, en cambio, la pugna se ha trasladado al terreno económico, partiendo de aquello que más ha favorecido el crecimiento económico en los últimos años: el comercio internacional. Resulta, cuanto menos, paradójico que, con la llegada de Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos, principal promotor del libre comercio, haya decidido recurrir al proteccionismo como medio de presión para obtener concesiones; mientras que China, que no ha liberalizado su propio mercado y, en consecuencia, no ofrece condiciones recíprocas de acceso en determinados sectores, no haga sino alabar los enormes beneficios de la globalización y el libre mercado. Washington denuncia las prácticas abusivas que Pekín mantiene en cuanto a subsidiar a sus compañías y forzar la transferencia de tecnología de las empresas extranjeras que quieran establecerse en su territorio, así como el espionaje industrial mediante la adquisición de empresas extranjeras. Todas estas reivindicaciones, además, están respaldadas por la totalidad de la comunidad internacional que, pese a que no apoya las formas del presidente Trump, comparte el descontento con los métodos de China, así como con que no respete las normas multilaterales.
impacto en las economías más abiertas, como lo es la eurozona, que está registrando un desempeño económico mediocre; o en la propia China, cuyo crecimiento no ha dejado de desacelerarse desde 2017.
Washington denuncia las prácticas abusivas que Pekín mantiene en cuanto a subsidiar a sus compañías y forzar la transferencia de tecnología
Con el pretexto de reducir el déficit comercial bilateral (375.422 millones de dólares en 2017), en el verano de 2018, tras numerosas amenazas, Trump impuso aranceles del 25% sobre las importaciones chinas. Esto fue el detonante de una escalada proteccionista que, en el momento de redacción de estas líneas, afecta a productos chinos por valor de 550.000 millones de dólares frente a 185.000 millones de dólares de bienes estadounidenses y se espera que continúe aumentando durante los próximos meses. Estas medidas, adoptadas entre los dos principales actores de la economía mundial, están teniendo un impacto considerable en la economía internacional: se ha producido una notable desaceleración en los flujos comerciales mundiales, tanto por el impacto directo como por su repercusión en las cadenas de valor, además de un incremento de la incertidumbre y una caída de la inversión. El deterioro del contexto económico mundial ha tenido un mayor 65
03. China vs EE.UU.: Choque de titanes
Mientras, la economía estadounidense continúa mostrando un notable dinamismo y su mercado laboral se encuentra próximo al pleno empleo3. A comienzos de 2019, ambas potencias convinieron en cesar las imposiciones proteccionistas recíprocas para tratar de llegar a un acuerdo. Trump utilizó, como en otras ocasiones, la estrategia de coacción para obtener concesiones en materia comercial4. En esta ocasión el mero hecho de conseguir que China se sentase a la mesa de negociaciones ya supuso todo un logro de cara a la comunidad internacional. No obstante, los objetivos que Estados
La guerra comercial está desviando la atención de un conflicto de mayor alcance: la pugna por el liderazgo tecnológico
Unidos persigue en las negociaciones con China no se limitan únicamente a reducir el desequilibrio comercial entre ambos, sino que busca cambios estructurales en el modelo de crecimiento chino; frenar su desarrollo tecnológico y que se comprometa a respetar las “reglas de juego” multilaterales. Objetivos, cuanto menos, ambiciosos. A lo largo de los últimos quince años, las denuncias de las empresas extranjeras obligadas a tener un socio local para entrar en el mercado chino se han centrado en el robo de propiedad intelectual por parte de su socio, la violación de patentes por parte de empresas de la competencia y el ciberespionaje. Además, existe una asimetría en el tratamiento de las empresas extranjeras, que enfrentan numerosas barreras arancelarias o, directamente, tienen prohibido el acceso a determinados sectores (servicios financieros, por ejemplo). En contraposición, las empresas chinas pueden establecerse sin cortapisas en todo tipo de sectores de los países de la OMC, donde, además, no es necesaria la asociación con una empresa local. Por último, se ha comprobado cómo los subsidios que China otorga a sus enormes empresas estatales, por un lado responden a los intereses del propio gobierno; y por otro, les conceden una enorme ventaja competitiva frente a las empresas extranjeras con las que compiten, generalmente de propiedad privada. Si bien Estados Unidos consiguió algunas concesiones de China, como la modificación de la ley que regula las inversiones extranjeras (que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2020) o el establecimiento del Tribunal de Propiedad Intelectual, con el que las autoridades chinas pretenden reflejar su compromiso con el respeto a la propiedad intelectual de las empresas extranjeras, esto no fue suficiente para Trump quien, el pasado mes de
3. La desaceleración del comercio internacional, que en 2017 creció a una tasa del 4,6% y en 2018 solo lo hizo al 3%, es una de las principales causas que provocó que el crecimiento de la zona euro cayese hasta el 1,8%, el más lento desde 2014. Las previsiones para 2019 no son mucho más favorables, con una evolución de los flujos comerciales del 2,6% y un crecimiento previsto del 1,2% para el conjunto de la eurozona. China, que en 2017 registró un crecimiento del 6,8%, recientemente ha publicado los peores datos de crecimiento intertrimestral de los últimos 30 años (6,4% en el segundo trimestre de 2019 frente al mismo período del año anterior). Estados Unidos se aceleró hasta el 3% en 2018 y, pese a que se prevé que el crecimiento muestre una tendencia decreciente (hasta situarse alrededor del 2%), la tasa de desempleo se encuentra en mínimos históricos y se espera que se mantenga en dicho nivel hasta final de año. 4. Ya había recurrido a esta táctica con la imposición de aranceles sobre el aluminio y el acero en marzo de 2018. Para eximirles del gravamen, Trump obligó a Corea del Sur, Australia y Brasil a establecer cuotas de importación de acero estadounidense, algo a lo que estos países cedieron. 5. En 2018 Trump prohibió la venta de circuitos integrados al gigante de la tecnología móvil ZTE; frenó la venta de una empresa de citas online a otra compañía de origen chino ante el temor de que pudiese darle un mal uso a la información personal de sus clientes. Aunque, sin duda, el momento culmen de esta cruzada tecnológica se produjo cuando Estados Unidos vetó a las empresas estadounidenses la venta de tecnología americana a los proveedores chinos. En consecuencia, Google anunció que rompía relaciones con Huawei, lo que supuso un auténtico terremoto en la industria tecnológica.
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mayo, dio por rota la tregua y anunció una nueva ronda de aranceles; para, tan solo un mes más tarde, anunciar una nueva tregua que, recientemente, volvió a romper.
tecnológico del gigante asiático y se ve reflejado en la naturaleza de las mercancías objeto de restricciones. Así pues, casi todos los aranceles que Trump ha ordenado imponer son sobre productos de alta tecnología. Además, mediante la Ley de Modernización de la Revisión de Riesgos de Inversiones Extranjeras y del Comité sobre Inversión Extranjera (FIRRMA y CFIUS, respectivamente, por sus siglas en inglés) y amparándose en la seguridad nacional, está limitando la adquisición de empresas tecnológicas estadounidenses por parte de empresas chinas5. Siguiendo su ejemplo, la UE también ha adoptado una postura más restrictiva sobre las inversiones extranjeras y, de hecho, el pasado mes de marzo entró en vigor una normativa comunitaria donde se limita la inversión de países terceros en sectores estratégicos como infraestructuras, tecnologías, productos de doble uso o con capacidad de control de la información.
Las medidas comerciales del Ejecutivo estadounidense, además de, como ya se ha mencionado, causar un enorme impacto en el comercio internacional e incidir en las cadenas de valor, son solo la punta del iceberg del enfrentamiento entre ambos países. La guerra comercial está desviando la atención de un conflicto de mayor alcance que tiene que ver con razones geoestratégicas, que, fundamentalmente, se centran en la pugna por el liderazgo tecnológico. En este terreno, China está realizando avances acelerados e incluso podría llegar a superar a Estados Unidos, lo que conlleva un riesgo para la seguridad, tanto del propio Estados Unidos, como del resto de países usuarios de la tecnología china. Esto explica la intención estadounidense de frenar el desarrollo
GUERRA COMERCIAL Aranceles China a EE.UU. Volumen de exportaciones estadounidenses afectadas por aranceles Amenaza de aranceles EE.UU. Volumen de exportaciones chinas afectadas por aranceles Amenaza de aranceles China
Aranceles EE.UU. a China
200
200 400 PROPUESTO Aranceles sobre 1.333 productos chinos por valor de 100.000 mill.$
Abr.
PROPUESTO Aranceles sobre 50.000 mill.$ de bienes
May.
IMPUESTO Aranceles sobre 34.000 mill.$ de bienes (SUV, soja, ternera y whisky)
(miles mill.$)
Jun. Jul.
PROPUESTO Aranceles sobre 60.000 mill.$ de bienes estadounidenses
IMPUESTO Arancel del 25% sobre 34.000 mill.$ de bienes
PROPUESTO Arancel del 10% sobre 200.000 mill.$ de bienes
Ago.
IMPUESTO Aranceles sobre 16.000 mill.$ de bienes (carbón y petróleo) IMPUESTO Aranceles del 5 y el 10% sobre 60.000 mill.$ de bienes
Sep. Oct. Nov.
IMPUESTO Arancel del 25% sobre 16.000 mill$ de bienes (semiconductores, químicos y motocicletas
IMPUESTO Arancel sobre 200.000 mill.$ de bienes
Fecha
Dic. Ene. 2019 Feb.
TREGUA COMERCIAL
TREGUA COMERCIAL
Mar. Abr. May.
IMPUESTO Incremento de aranceles hasta el 25% sobre 60.000 mill.$
IMPUESTO Incremento de los aranceles del 10% al 25%
Jun. Jul.
IMPUESTO Arancel del 15% sobre 300.000 mill.$ de bienes (entrada en vigor el 1 de sept. y el 15 de dic.)
Ago. IMPUESTO Aranceles del 5 y el 10% sobre 75.000 mill.$ (entrada en vigor en dos tramos, 1 de sept y 15 de dic.) 200
Aranceles sobre 185.000 mill.$
Sept.
PROPUESTO Incremento de los aranceles del 25% al 30%
Oct. 200
400
(miles mill.$)
Aranceles sobre 550.000 mill.$
Fuente: Financial Times
67
03. China vs EE.UU.: Choque de titanes
Como ya se ha dicho, la percepción de que China se comporta de manera asimétrica en el tratamiento de la inversión extranjera, y el perjuicio que eso ocasionaba a las empresas occidentales, venía siendo una queja habitual. Pero la mejora progresiva de su posicionamiento en las cadenas de valor, que le ha llevado a una especialización cada vez mayor en bienes de alto valor añadido, por una parte; y la firme apuesta de las autoridades por el desarrollo tecnológico, por otra, han elevado a China a la cabeza de la carrera tecnológica. Una carrera acelerada gracias, primero, al impulso de Programa Nacional a Medio y Largo Plazo para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, introducido en 2006, con el que China aspiraba a convertirse en un importante centro de innovación en 2020 y en líder en ciencia e innovación para 2050. Más recientemente, las autoridades han lanzado el plan “Made in China 2025” que, en línea con lo que establecía el Programa, identifica diez sectores de tecnología punta en los que China pretende ser una potencia. Estos sectores van desde tecnologías de la información (donde se engloban los móviles, el 5G o la inteligencia artificial), hasta vehículos con nuevas energías. El plan MC2025 se divide en tres fases: la primera, del 2015 al 2025, cuyo objetivo es reducir las diferencias con los países más avanzados; la segunda, de 2025 a 2035, con acciones dirigidas a reforzar su posición en el mercado global; y, por último, de 2035 a 2045, cuando aspira a convertirse en vanguardia de la innovación mundial. En definitiva, China quiere pasar de ser la “fábrica del mundo” a inventar lo que se fabrica. Esta transición de una economía manufacturera a una economía innovadora sólo puede darse impulsando tres motores de crecimiento fundamentales: la inversión en I+D+i, el capital humano y la educación. Y eso es, precisamente, lo que el gigante asiático está llevando a cabo. El gasto chino en I+D+i en 2018 alcanzó el 2,18% del PIB (por encima del 2% por cuarto año consecutivo), una cifra mayor que la inversión estadounidense y que, además, pretende aumentar en 2019 hasta el 2,77% del PIB. Por el momento, cerca de 2,5 millones de estudiantes chinos (sólo en 2017 había 363.000) se han formado en las universidades americanas, adquiriendo conocimientos en los sectores punteros. Además, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, en la actualidad muchos de ellos vuelven a su país de origen para poner en práctica estos conocimientos (en 2017 la tasa de retorno superó 68
el 70%). Para empezar, el gigante asiático aspira a reducir su dependencia tecnológica del exterior con el objetivo de satisfacer su demanda interna. Esto, en un mercado de 1.300 millones de consumidores, indudablemente le catapultará a la cima de la vanguardia tecnológica. Estados Unidos, en cambio, no cuenta con un mercado de ese tamaño para respaldar el crecimiento de su propia industria tecnológica. Ver amenazada su supremacía en este ámbito, y en un mundo en el que el progreso tecnológico, el manejo de la información y el desarrollo de la inteligencia artificial constituyen el horizonte futuro de la economía, supone, en definitiva, dejarse desbancar por China.
Made in China 2025
Objetivo
Mercado objetivo
Maquinaria agrícola
95%
Doméstico
Vehículos eléctricos
90%
Doméstico
Equipamiento tecnología móvil
80%
Doméstico
Robótica industrial
70%
Doméstico
Circuitos integrados
56%
Global
Aeronáutico
40%
Global
Fuente: Elaboración propia con datos de Bloomberg
Hay un aspecto más a tener en cuenta. China une a esta voluntad de desarrollo científico-técnico (que en realidad debería ser beneficioso para la humanidad en su conjunto), un músculo financiero casi ilimitado y una escala de valores que no se alinean con la de Occidente. A través de sus empresas, o de la compra de empresas occidentales, se está introduciendo en sectores estratégicos, como el suministro eléctrico o la gestión de determinadas infraestructuras críticas (como el Puerto del Pireo en Grecia). Todo ello genera importantes desafíos para la seguridad, relacionados con el espionaje, el control de sectores estratégicos, o la posibilidad de sufrir ciberataques que hacen a los países occidentales muy vulnerables. A esto se suma que la dependencia de los proveedores chinos de tecnología sobre las que Pekín puede ejercer una influencia difícil de valorar, además de generar problemas de ciberespionaje, añade la posibilidad de que China pueda llegar a desestabilizar políticamente los sistemas democráticos occidentales generando contenido falso en la red.
La carrera militar Desde la caída de la Unión Soviética, la supremacía estadounidense en el terreno militar ha sido incontestable. Washington tiene alrededor de 800 bases militares distribuidas en 70 países distintos y, a pesar de las continuas críticas del Ejecutivo estadounidense, cuenta con el respaldo de la alianza militar más potente del mundo: la OTAN. En 2018 su gasto militar ascendió a 649.000 millones de dólares, lo que equivale al 3,2% del PIB, y le convierte en el país que más invierte en defensa del mundo. El rápido ascenso económico chino también se ha reflejado en un progresivo incremento de su presupuesto militar que, en 2018, escaló hasta los 250.000 millones de dólares. Ocupa ya la segunda posición del gasto en defensa mundial y, si se analizan las cifras atendiendo a la paridad por poder adquisitivo, y se sustraen los gastos de personal en Estados Unidos (partida mucho más cuantiosa que en China), la diferencia entre ambos no es tan elevada como cabría imaginar. A esto, hay que añadir que, como en tantas otras ocasiones, hay fundadas dudas acerca de la veracidad del presupuesto militar que China reporta, ya que existe una gran opacidad al respecto. Sí ha trascendido, sin embargo, el enorme esfuerzo de modernización que han realizado las autoridades chinas para renovar el Ejército Popular de Liberación. En la actualidad, el desarrollo de la tecnología militar, en lo que concierne a armas electrónicas como drones o el ya mencionado ciberespionaje, son pilares fundamentales para las Fuerzas Armadas chinas. Además, el país está reduciendo la asistencia extranjera en la producción y el desarrollo de determinados buques, como los destructores 055 o los portaviones 001A, en favor de la fabricación nacional.
A través de sus empresas, o de la compra de empresas occidentales, China se está introduciendo en sectores estratégicos, como el suministro eléctrico o la gestión de determinadas infraestructuras críticas. Todo ello genera importantes desafíos para la seguridad, relacionados con el espionaje, el control de sectores estratégicos, o la posibilidad de sufrir ciberataques que hacen a los países occidentales muy vulnerables
Aparte del incremento del gasto militar, es llamativo que desde la llegada de Xi Jinping, China haya adoptado una posición más asertiva en la defensa de sus intereses territoriales y estratégicos. Durante años, el estilo de China se calificó de “ascenso silencioso”; no intervenía en conflictos fuera de su territorio ni daba muestras de que su interés internacional fuera más allá de lo meramente económico. Pero, progresivamente, el protagonismo de China se ha extendido también a la esfera política, y esta influencia se hace cada vez más visible. 69
03. China vs EE.UU.: Choque de titanes
En este sentido, la Ruta de la Seda constituye una herramienta que va más allá de lo comercial, pues, además de conectar mercados, intensifica las redes diplomáticas, crea una suerte de dependencia económica a través de la inversión y de la deuda, y constituye un espacio estructurado de influencia, fundamentalmente en el Sudeste Asiático, pero también en Asia Central. La inversión en puertos a lo largo del Índico, que, en ocasiones, viene asociada a actividad militar, ha logrado establecer una red de instalaciones permanentes casi en paralelo al “cinturón de contención” de EE.UU. en el Índico y el Pacífico, las zonas donde, fundamentalmente, se con-
centra la tensión6. No obstante, la incuestionable superioridad militar que actualmente tiene EE.UU., en términos de número de bases, países aliados o experiencia en combate, hace que China no esté interesada en que el enfrentamiento en el ámbito comercial y tecnológico se traslade también al militar. De hecho, Estados Unidos también evita el conflicto directo y hace valer sus intereses mediante el apoyo a sus aliados, como es el caso de la disputa del mar de la China Meridional, o a través de la influencia que ejercen países como Australia, Japón o Corea del Sur sobre las islas del Índico.
EL “COLLAR DE PERLAS” CHINO Y EL COLLAR DE CONTENCIÓN DE EE.UU.
El Pireo (Atenas) Camp Leatherneck
n Pa
kis ta
Kuwait
Suez
Chinhae Yokota
China
Okinawa
Gwadar
Barein Catar
Myanmar
Ormuz Puerto Sudán
Kyacukpyu
Bab el-Mandeb Yibuti
Hong Kong
Chitagong Sanya Isla Woody
Islas Coco Tailandia Campong Song
Kuwait Hambantata
Canal de Kra
Goam
Islas Spratly
Marao
Malaca Diego García Darwing (base australiana)
Collar de contención de EE.UU.
Bases militares de EE.UU.
Paises donde China plantea infraestructuras para acceder al Índico
Collar de pelas chino
Bases y puertos bajo gestión china
Pasos marítimos estratégicos
Corredor económico chino
Fuente: El Orden Mundial
70
¿Un nuevo orden mundial? A la pregunta “¿podrá China superar a los Estados Unidos como primera economía mundial?”, nadie puede responder con una certeza absoluta. Si bien es cierto que las vulnerabilidades internas del país son muchas y variadas, el potencial de su mercado interno es enorme. Si finalmente consigue realizar la transición de una economía impulsada por la inversión a otra basada en el consumo, las posibilidades de crecimiento se multiplicarán. En caso de que ocurriese, China pasaría a unirse al exclusivo club de los países de renta alta. Como ya se ha mencionado anteriormente, a pesar de que tradicionalmente las ganancias de renta suelen venir acompañadas de mayores exigencias democráticas, esta relación parece no afectar al gigante asiático. De hecho, últimamente el régimen está llevando a cabo una política aún más restrictiva en lo que se refiere a las libertades de la población. Al enorme control y la censura que aplican las autoridades a las redes sociales, los medios de comunicación o cualquier tipo de influencia externa, se le añade el polémico Sistema de Crédito Social que comenzará a funcionar en 2020. Mediante este programa el Partido podrá controlar muy de cerca los movimientos de los ciudadanos chinos y a través de las compras online que realicen y la interacción en las redes sociales, el Gobierno creará una base de datos con sus perfiles. De acuerdo con cada perfil, las autoridades recompensarán o castigarán a la población reduciendo la velocidad de conexión o restringiendo el acceso a determinados restaurantes o formas de financiación, por ejemplo.
No hay que olvidar, sin embargo, que el país al que China pretende destronar es Estados Unidos, quien ha sido la potencia hegemónica durante el último siglo. Washington tiene dos ventajas muy importantes que Pekín no puede superar a corto plazo: le aventaja ampliamente en capacidad militar y tiene como moneda el activo de reserva mundial, el dólar. China ha intentado internacionalizar el renminbi a través de la Nueva Ruta de la
Washington tiene dos ventajas muy importantes: capacidad militar y el dólar, activo de reserva mundial
En consecuencia, Occidente bien puede descartar el hipotético escenario en el que China realiza una transición efectiva hacia instituciones democráticas. Además, cabe señalar que, en términos de efectividad gubernamental, el hecho de ser un régimen autoritario facilita enormemente la consecución de determinados objetivos ya que no existe una penalización política y no se cuestiona la toma de decisiones de los líderes.
6. China no solo ha intensificado su presencia, territorial y militar, en aguas del Mar de China Meridional, en detrimento del resto de países ribereños, sino que está llevando a cabo una estrategia de aumento de influencia sobre los microestados del Pacífico Sur, región tradicionalmente controlada por aliados estadounidenses, como Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Japón. China es el primer socio comercial para la mayor parte de los Estados insulares, donde se estima que ha realizado inversiones por valor de 30.000 millones de dólares desde finales de la década pasada.
71
03. China vs EE.UU.: Choque de titanes
Seda, pero los resultados son más bien parcos. Es cierto que cada vez se utiliza más en las transacciones comerciales y que se le ha incluido en la cesta de monedas que componen la divisa del FMI, los Derechos Especiales de Giro. Sin embargo, está a una distancia sideral de llegar a ocupar el papel del dólar como divisa de intercambio comercial. Piénsese que ni siquiera el euro, con un recorrido mucho mayor, ha sido capaz de comer terreno al billete verde ni de sustituirlo siquiera en ciertos intercambios comerciales (fuera de la propia UE).
Las vulnerabilidades internas que presenta la economía china, la inferioridad militar y la falta de internacionalización de su moneda hacen que, en el corto plazo, resulte impensable que el gigante asiático le dispute la hegemonía mundial a Estados Unidos
Además, pese a que la actual Administración estadounidense ha puesto en tela de juicio las alianzas con la OTAN, Washington continúa teniendo como aliados a las economías más potentes. En ese sentido, tal y como se ha comentado, la estrategia de Pekín de extender su influencia con el ambicioso proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, está teniendo un resultado agridulce. Al sobreendeudamiento de los países receptores, se le suma la forma en la que China lleva a cabo la ejecución de los proyectos; desplazando sus propios trabajadores, contratando sus propias empresas y, en la mayor parte de las ocasiones, financiando con sus propias entidades. Este modus operandi acaba por dejar escasos réditos en el país de destino y ha hecho que se generen cada vez mayores tensiones con la población local y se hable ya de un sentimiento de “chinofobia” en muchos países de la Nueva Ruta de la Seda. Así pues, las vulnerabilidades internas que presenta la economía china, la inferioridad militar y la falta de internacionalización de su moneda hacen que, en el corto plazo, resulte impensable que el gigante asiático le dispute la hegemonía mundial a Estados Unidos. Sin embargo, otra cosa es lo que puede llegar a suceder en el medio plazo. China cuenta con un importante margen de desarrollo y el enorme potencial de su mercado interno. Estados Unidos, consciente de ello y viendo peligrar su posición privilegiada, ha decidido tratar de frenar la expansión de Pekín dinamitando, además, la diplomacia bilateral que, hasta ahora, caracterizaba las relaciones entre ambos. Las demandas por parte de Washington no son nuevas. Es absolutamente cierto que China ha aprovechado su participación en los organismos internacionales para alcanzar sus propios objetivos, obviando los valores de reciprocidad y cooperación que, hasta ahora, imperaban en el orden establecido. Es
72
legítimo que un país aspire a incrementar su riqueza y mejorar las condiciones de vida de su población, lo que es cuestionable son los medios que el gigante asiático ha empleado. Para hacerlo, sea como fuere, sería muy ingenuo pensar que China va a abandonar su modelo de crecimiento, así como la oportunidad de sobrepasar económicamente a Estados Unidos. Solo es posible
afirmar que nos acercamos a un escenario geopolítico dominado por dos potencias que se disputan la hegemonía mundial y un conjunto de países que deberán decidir a qué esfera de influencia quieren pertenecer. Esperemos que, al contrario de lo que afirmaba Tucídides, en esta ocasión, la tensión que genere este proceso no desemboque en un conflicto bélico.
73
04 Perspectivas por paĂses
04. Perspectivas por países
Países Afganistán África Subsahariana Albania Alemania Angola Antigua y Barbuda
PIB 2019 (mill.$)
Deuda pública 2019 (% del PIB)
T
Crecimiento PIB 2019 (%)
T
% Inflación 2019 (final periodo)
19.990
6,9
3,0
3,0
1.720.717
49,2
3,47
8,0
15.960
65,1
3,7
2,2
3.963.880
56,9
0,7
1,6
92.191
90,5
0,4
15,0
1.717
88,3
4,0
2,0
Arabia Saudí
762.259
23,7
1,9
-0,7
Argelia
183.687
46,9
2,3
4,2
Argentina
477.743
75,9
-1,2
30,5
13.105
48,0
4,6
2,6
20.407.686
55,0
6,2
2,9
Armenia Asia emergente Australia
1.417.003
41,1
2,1
2,3
Austria
459.589
71,2
2,0
1,9
Azerbaiyán
45.248
17,6
3,4
2,5
Bahamas
13.262
60,5
2,1
2,4
Bahrein
38.952
100,2
1,8
3,8
Bangladesh
314.656
34,8
7,3
5,4
5.207
117,3
-0,1
1,5
531.813
99,6
1,3
1,3
Barbados Bélgica Belice
1.997
92,6
2,5
2,4
Benín
11.184
54,0
6,5
2,0
Bielorrusia
60.951
51,1
1,8
5,0
Bolivia
43.687
57,1
4,0
3,0
Bosnia Herzegovina
20.152
36,3
3,1
1,6
Botsuana
19.651
12,8
3,9
3,7
Brasil
1.960.190
90,4
2,1
3,9
Brunei
13.325
2,6
4,8
0,5
Bulgaria
67.044
19,3
3,3
2,2
Burkina Faso
14.882
42,5
6,0
2,0
Burundi
3.573
63,5
0,4
9,0
Bután
2.840
103,8
4,8
3,4
Cabo Verde
2.042
125,3
5,0
1,6
Camboya
26.979
29,6
6,8
2,6
Camerún
39.219
38,1
4,3
1,2
Canadá
1.739.110
88,0
1,5
1,8
Catar
193.502
52,7
2,6
0,0
2.285
42,2
5,0
2,3
11.372
42,9
4,5
-1,2
246.161
31,6
2,9
2,1
Centroafricana, Rep Chad Chequia Chile
295.614
27,2
3,4
2,7
China
14.216.503
55,4
6,2
2,2
24.638
101,0
3,5
1,2
336.599
49,2
3,5
3,2
726
35,1
2,8
1,8
11.162
90,2
5,4
2,0
Chipre Colombia Comoros Congo, Rep
76
T
INDICADORES DE COYUNTURA Saldo fiscal 2019 (% del PIB) -0,83
T
Saldo cuenta corriente 2019 (% PIB) 0,99
T
Puntuación (valoración sobre 10) 7,05
T
Grupo de riesgo país 7
-4,00
-3,69
4,5
-
-2,02
-6,04
6,2
5
1,15
7,05
8,25
0
0,07
-3,85
3,75
6
-4,33
-3,50
4,8
7
-7,94
3,55
4,55
2
-6,55
-12,54
2,9
4
-2,69
-1,98
1,25
6
-2,52
-4,60
6,0
6
-5,59
-0,08
7,0
-
-1,45
-2,05
6,25
0
-0,11
2,03
7,25
-
4,45
11,66
9,2
5
-2,17
-11,35
4,85
3
-8,40
-3,64
2,7
5
-4,22
-1,90
5,45
5
3,28
-1,22
4,9
4
-1,19
0,33
7,25
0
-1,72
-5,74
4,05
7
-2,74
-8,44
6,0
6
-1,97
-3,98
3,5
6
-7,37
-5,17
4,45
5
1,09
-5,07
6,8
7
-3,47
8,63
7,05
2
-7,34
-1,69
3,7
5
-11,68
17,05
7,05
2
-0,59
1,86
8,6
3
-3,04
-5,77
4,8
7
-9,06
-12,61
1,55
7
2,19
-15,00
6,25
6
-2,27
-7,25
6,0
6
-1,96
-9,09
6,0
6
-2,19
-3,72
6,0
6
-0,63
-3,09
5,25
0
6,11
4,60
7,1
3
0,70
-6,14
6,8
7
-0,15
-6,13
4,3
7
1,12
-0,64
7,25
0
-1,85
-3,22
7,0
0
-6,06
0,42
7,8
2
1,80
-7,30
8,0
0
-2,62
-3,93
5,65
4
-2,65
-8,92
4,05
7
7,24
4,66
8,8
7
77
04. Perspectivas por países
Países Congo, Rep. Democrat. Corea del Sur
PIB 2019 (mill.$)
Deuda pública 2019 (% del PIB)
T
Crecimiento PIB 2019 (%)
48.458
14,0
4,3
T
% Inflación 2019 (final periodo) 7,1
1.656.674
40,5
2,6
1,4
Costa de Marfil
45.252
50,9
7,5
2,0
Costa Rica
60.459
56,2
2,9
3,2
Croacia
61.252
70,7
2,6
1,2
Dinamarca
349.524
33,6
1,7
1,2
Dominica
542
79,8
8,0
1,8
84.837
41,9
5,1
3,7
35.090.624
53,0
4,1
4,7
Ecuador
106.289
49,2
-0,5
0,5
Egipto
299.589
86,9
5,5
12,8
El Salvador
26.989
68,1
2,5
1,4
Emiratos Árabes Unidos
427.876
19,2
2,8
2,1
7.718
127,3
3,8
9,0
Eslovaquia
109.863
46,9
3,7
2,2
Eslovenia
55.088
65,4
3,4
1,3
Dominicana, Rep Ec.emergentes y en desarrollo
Eritrea
España Estados Unidos
1.429.140
96,0
2,3
1,3
21.344.667
106,7
2,6
2,7
Estonia
31.026
7,6
3,0
3,0
Esuatini
4.662
41,1
-0,4
5,2
Etiopía
90.968
57,4
7,7
8,0
Filipinas
356.682
39,1
6,5
3,5
Finlandia
276.572
59,9
1,9
1,4
5.324
50,2
3,4
3,5
Francia
2.761.633
99,2
1,3
1,2
Gabón
16.709
58,5
3,1
3,0
Fiyi
Gambia
1.741
78,7
5,4
6,5
Georgia
17.214
45,0
4,6
3,0
Ghana
68.258
62,0
8,8
8,7
1.272
56,1
4,2
1,5
Grecia
219.752
174,2
2,4
0,8
Guatemala
82.335
24,8
3,5
3,8
Guinea
12.623
46,0
5,9
8,6
Guinea Ecuatorial
12.432
37,5
-4,0
2,6
Guinea-Bissau
1.538
54,9
5,0
2,2
Guyana
3.830
57,2
3,8
3,0
Granada
Haití
9.602
36,2
1,5
13,5
Honduras
24.651
40,8
3,4
4,7
Hong Kong
381.720
0,0
2,7
2,4
Hungría
168.778
66,6
3,6
3,5
India
2.971.996
69,0
7,0
4,1
Indonesia
1.100.911
29,3
5,2
3,6
Irak
225.257
50,2
2,8
2,0
Irán
484.663
30,0
-6,0
31,2
78
T
INDICADORES DE COYUNTURA Saldo fiscal 2019 (% del PIB) -0,48
T
Saldo cuenta corriente 2019 (% PIB)
T
Puntuación (valoración sobre 10)
T
Grupo de riesgo país
-1,82
6,05
7
2,09
4,59
8,25
0
-3,05
-3,02
5,0
6
-5,79
-3,22
3,1
3
-0,05
2,11
6,65
4
-0,37
5,52
7,25
0
-1,37
-31,01
6,0
6
-3,10
-1,21
5,65
4
-4,72
-0,43
6,25
-
0,02
0,40
4,75
6
-8,58
-2,38
4,7
5
-3,21
-4,41
3,45
5
-0,84
5,94
7,05
2
-12,96
-1,99
4,3
7
-0,00
-0,97
8,0
0
0,51
4,38
10
0
-2,27
0,82
7,25
0
-4,63
-2,41
5,25
0
0,24
1,46
9,25
0
-8,80
9,98
2,75
6
-3,01
-6,05
4,05
7
-1,22
-2,20
6,85
3
-0,32
0,09
7,25
0
-3,58
-5,10
4,45
5
-3,29
-0,37
5,25
0
0,31
-3,56
6,25
6
-0,24
-9,82
5,05
7
-1,75
-8,05
5,25
6
-5,60
-2,98
4,5
6
4,64
-14,56
7,0
6
-0,15
-2,66
5,5
0
-2,37
-0,32
6,65
4
-2,29
-20,07
4,3
7
2,13
-4,73
3,3
7
-2,84
-3,86
5,8
7
-5,05
-5,81
4,25
6
-2,43
-3,92
2,55
7
0,60
-3,68
6,45
5
1,32
3,18
8,05
2
-1,94
0,48
8,25
0
-6,87
-2,48
5,85
3
-1,83
-2,73
6,85
3
-5,22
-6,65
3,05
7
-4,01
-0,37
0,25
6
79
04. Perspectivas por países
Países
PIB 2019 (mill.$)
Irlanda
381.571
Islandia
Deuda pública 2019 (% del PIB)
T
Crecimiento PIB 2019 (%)
T
% Inflación 2019 (final periodo)
62,4
4,1
0,4
24.544
33,1
1,7
2,6
Islas Marshall
220
23,4
2,3
0,2
Islas Salomón
1.511
14,6
2,9
3,3
Israel
381.569
59,0
3,3
1,3
Italia
2.025.866
133,4
0,1
0,8
16.152
94,1
1,7
4,9
5.176.205
237,5
0,9
1,7
Jordania
44.256
94,8
2,2
2,5
Kazajistán
164.207
20,9
3,2
5,5
Kenia
99.246
55,5
5,8
4,7
Kirguistán
8.334
56,1
3,8
4,7
Kiribati
187
23,5
2,3
2,1
Kuwait
136.940
17,8
2,5
2,8
20.153
64,1
6,7
2,9
5.321.202
68,0
0,6
5,6
Lesoto
2.811
37,9
3,9
5,4
Letonia
35.721
36,7
3,2
2,4
Líbano
58.281
157,8
1,3
2,2
Liberia
3.221
46,7
0,4
21,8
Libia
44.964
0,0
4,3
15,0
Lituania
54.240
33,8
2,9
2,3
Luxemburgo
69.634
21,6
2,7
1,9
Macao
58.055
0,0
4,3
2,5
Macedonia del Norte
12.884
40,5
3,0
2,0
Madagascar
12.734
41,0
5,2
6,4
Malasia
373.447
56,3
4,7
2,4
Malawi
7.436
59,0
4,0
8,3
Maldivas
5.749
61,4
6,3
2,1
Malí
17.833
36,9
5,0
2,2
Malta
15.134
42,5
5,2
1,9
121.350
65,1
3,2
1,4
Mauricio
14.812
67,5
3,9
4,1
Mauritania
5.569
80,6
6,4
4,0
1.241.450
54,1
0,9
3,1
383
18,4
1,2
2,0
Moldavia
12.037
28,8
3,5
5,1
Mongolia
13.696
0,0
6,3
7,2
Montenegro
5.443
70,6
2,8
1,9
Mozambique
15.372
124,5
4,0
5,5
Myanmar
65.665
39,2
6,4
7,2
Namibia
13.961
51,6
1,4
5,2
Nauru
114
60,4
-1,0
2,8
Nepal
28.922
33,1
6,5
5,1
Nicaragua
12.612
40,9
-5,0
5,5
Jamaica Japón
Laos Latinoamérica y Caribe
Marruecos
México Micronesia
80
T
INDICADORES DE COYUNTURA Saldo fiscal 2019 (% del PIB)
T
Saldo cuenta corriente 2019 (% PIB)
T
Puntuación (valoración sobre 10)
T
Grupo de riesgo país
0,03
9,14
9,25
0
0,66
0,80
8,25
0
0,84
3,45
7,5
-
-3,31
-8,31
3,5
-
-2,52
1,67
9,0
0
-2,66
2,91
6,5
0
0,68
-2,31
5,5
6
-2,84
3,49
7,25
0
-3,98
-8,22
3,45
5
1,44
0,14
8,45
5
-5,20
-5,01
4,25
6
-3,32
-10,89
4,05
7
-23,31
4,25
5,25
6
9,54
7,45
8,05
2
-4,79
-16,44
4,8
7
-4,65
-1,95
4,5
-
-5,37
-12,58
4,25
6
-0,80
-1,38
8,0
0
-11,73
-28,15
3,05
7
-6,00
-23,41
1,55
7
-10,92
-0,21
4,3
7
0,38
1,12
8,25
0
1,05
5,03
8,25
0
14,22
37,38
9,8
2
-2,61
-1,19
7,2
5
-2,53
-1,43
6,05
7
-3,00
2,14
7,8
2
-0,91
-6,79
4,3
7
-4,83
-18,92
5,0
6
-3,05
-5,65
4,8
7
0,62
9,34
10
0
-3,65
-4,08
5,6
3
-2,82
-7,39
5,85
3
0,64
-17,13
6,05
7
-2,50
-1,70
5,1
3
8,26
2,42
7,85
3
-3,85
-7,71
4,05
7
-5,45
-11,77
4,25
6
-3,61
-17,52
3,05
7
-5,43
-51,13
4,05
7
-3,59
-4,51
4,25
6
-7,99
-3,91
2,7
5
12,33
-7,47
4,1
3
-4,98
-9,61
4,25
6
-3,45
-0,10
1,55
7
81
04. Perspectivas por países
Países
PIB 2019 (mill.$)
Níger
9.724
Deuda pública 2019 (% del PIB)
T
Crecimiento PIB 2019 (%)
55,6
T
% Inflación 2019 (final periodo)
6,5
2,2
Nigeria
444.916
30,1
2,3
12,1
Noruega
427.041
36,8
2,0
1,6
Nueva Zelanda
210.475
28,1
2,5
1,9
Omán
79.458
61,3
1,1
1,5
Países Bajos
914.003
52,0
1,8
2,0
Pakistán
278.019
77,0
2,9
8,4
Palau Panamá
310
0,0
2,0
2,4
70.155
37,8
6,0
1,5
Papúa Nueva Guinea
21.453
37,7
3,8
4,7
Paraguay
42.352
22,4
3,5
4,0
Perú
232.080
27,2
3,9
2,2
Polonia
593.295
47,5
3,8
2,3
Portugal
239.473
119,5
1,7
4,0
Puerto Rico
103.506
57,7
-1,1
0,3
Reino Unido
2.829.163
85,7
1,3
1,8
10.211
50,0
7,8
5,0
Ruanda Rumanía Rusia Samoa
244.158
38,0
3,1
3,5
1.610.381
13,8
1,2
4,8
902
49,4
3,3
4,5
San Cristóbal y Nieves
1.058
59,5
3,5
2,0
San Marino
1.620
77,1
0,8
1,6
San Vicente y Granadinas
864
71,4
2,3
2,0
Santa Lucía
1.971
71,6
3,3
2,0
477
74,1
4,0
6,0
Senegal
25.320
62,0
6,9
1,9
Serbia
52.424
50,9
3,5
2,5
Seychelles
1.654
54,5
3,4
3,9
Sierra Leona
3.998
72,4
5,4
14,0
Santo Tomé y Príncipe
Singapur Siria
372.807 -
109,4 -
-
2,3 -
-
-
1,4 -
-
-
Sri Lanka
84.164
83,0
3,5
4,5
Sudáfrica
371.298
57,8
0,7
5,3
Sudán
31.468
177,9
-2,3
56,2
3.151
37,8
8,8
35,9
Sudán del Sur Suecia
547.123
37,2
1,2
1,8
Suiza
707.570
39,5
1,1
0,2
Surinam
3.683
72,0
2,2
5,3
Tailandia
516.662
41,5
3,5
1,9
Taiwán
601.431
33,9
2,5
1,1
Tanzania
61.032
36,6
4,0
4,1
Tayikistán
7.698
49,5
5,0
6,2
Timor Oriental
3.145
n/a
5,0
2,8
Togo
5.592
70,4
5,0
2,8
Tonga
493
0,0
4,6
5,0
82
T
-
INDICADORES DE COYUNTURA Saldo fiscal 2019 (% del PIB)
T
Saldo cuenta corriente 2019 (% PIB)
Puntuación (valoración sobre 10)
T
4,8
Grupo de riesgo país
-4,48
-20,99
-5,10
-0,35
2,75
6
7,55
7,38
8,25
0
0,14
-4,37
6,25
0
-9,89
-8,73
3,65
4
7
1,01
9,32
8,25
0
-7,24
-5,21
1,55
7
8,77
-16,05
5,25
6
-1,96
-5,32
6,6
3
-2,52
21,49
7,25
6
-1,22
-0,79
6,45
5
-1,89
-1,41
7,6
3
-2,15
-1,15
8,0
0
-0,65
-0,40
5,5
0
-3,23
0,00
1,75
1-2
-1,35
-4,15
5,25
0
-3,19
-9,17
4,25
6
-3,80
-5,22
4,85
3
0,96
5,72
6,9
4
-1,26
-0,57
6,45
5
2,54
-5,40
8,0
-
-2,43
0,38
7,25
-
-1,68
-14,40
4,45
5
-4,68
-2,46
6,0
6
-1,91
-9,36
5,05
7
-2,96
-7,32
6,2
5
-0,40
-5,55
6,2
5
0,61
-15,96
6,25
6
-4,28
-10,90
3,3
7
4,24 -
T
-
8,25
17,61 -
-
-
-
-
0 -
7
-4,57
-2,79
5,25
6
-5,05
-3,41
2,9
4
-8,81
-9,87
0
7
0,05
-12,03
4,55
7
0,54
2,44
8,25
0
0,26
8,97
7,5
0
-8,59
-3,83
2,5
6
-0,11
7,07
8,6
3
-1,91
11,39
7,25
1
-2,61
-3,95
5,25
6
-4,70
-7,03
4,05
7
-22,72
1,76
7,0
6
-1,47
-6,18
6,0
6
-0,11
-11,80
5,25
6
83
04. Perspectivas por países
Países
PIB 2019 (mill.$)
Deuda pública 2019 (% del PIB)
Crecimiento PIB 2019 (%) 0,0
T
% Inflación 2019 (final periodo)
Trinidad y Tobago
22.438
Túnez
36.204
81,5
2,7
6,8
Turkmenistán
50.346
30,3
6,3
13,0
Turquía
706.237
29,9
-2,5
15,5
Tuvalu
49
21,8
4,1
3,4
Ucrania
134.887
62,0
2,7
7,0
Uganda
30.368
44,8
6,3
4,1
Unión Europea
49,8
T
1,1
18.705.132
80,2
1,6
1,6
Uruguay
60.231
71,3
1,9
7,5
Uzbekistán
49.199
23,2
5,0
15,7
942
52,2
3,0
2,6
76.458
214,4
-25,0
10000000,0
6,5
3,2
Vanuatu Venezuela Vietnam
260.301
57,4
Yemen
29.079
54,5
2,1
10,0
6,7
1,0
Yibuti
2.392
63,0
Zambia
24.615
80,5
3,1
13,5
21,0
-5,2
40,1
Zimbabue
84
22.290
T
INDICADORES DE COYUNTURA Saldo fiscal 2019 (% del PIB)
T
Saldo cuenta corriente 2019 (% PIB)
T
Puntuación (valoración sobre 10)
T
5,85
Grupo de riesgo país
-5,59
0,65
3
-3,67
-10,11
2,7
5
0,02
-2,33
6,5
6
-3,14
0,71
2,2
5
-4,33
-2,05
5,85
3
-2,33
-2,46
4,3
7
-6,70
-8,16
4,25
6
-1,02
1,96
7,25
-
-2,71
-0,79
5,1
3
0,86
-5,63
5,7
5
-3,78
-8,02
4,8
7
-29,82
1,40
1,05
7
-4,53
3,06
6,65
4
-5,08
0,68
3,55
7
-2,11
-14,87
5,8
7
-5,01
-2,86
4,3
7
-2,04
-2,95
1,05
7
Nota metodológica sobre el cuadro de datos macroeconómicos - Perspectivas Las cifras económicas que se incluyen en los cuadros de estas páginas son las correspondientes a las estimaciones para el año 2019, y provienen del World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional de julio de 2019. Las valoraciones que se ofrecen a través de los “semáforos” se refieren únicamente al dato concreto de dicho año y, por tanto, se trata de una apreciación de carácter muy coyuntural, que no entra a evaluar ni factores estructurales ni las características propias de la economía de cada país, ni por supuesto factores políticos. Las columnas “Tendencia” se refieren a la tendencia esperada para el indicador al que acompañan, a partir de la comparación del dato de 2018 con la previsión para 2019 que realiza el FMI. Se considerará que la tendencia mejora, respectivamente, si baja la deuda; si sube el crecimiento; si baja la inflación; si se reduce el déficit o aumenta el superávit fiscal; y si se reduce el déficit o aumenta el superávit por cuenta corriente. En caso contrario, se considera que la tendencia empeora.
En la columna de “Puntuación” se valora de 0 (peor) a 10 (mejor) la situación coyuntural del país. La puntuación se obtiene a partir de la ponderación de las cifras estimadas para 2019 de crecimiento, inflación, déficit público y déficit por cuenta corriente. La columna “Tendencia” situada junto a la puntuación muestra la tendencia esperada, o las perspectivas de la coyuntura en función de la tendencia de cada uno de los indicadores que se incluyen en el cuadro. Así pues, un círculo verde significa que las tendencias de los indicadores son positivas; uno amarillo muestra que los indicadores registran tendencias mixtas; y uno rojo implica que se espera una tendencia negativa en el conjunto de los indicadores. Por último, la columna “Grupo de riesgo” ofrece la clasificación de Riesgo_País de la OCDE vigente a 1 de septiembre de 2019. Dicha clasificación va de 1 (menor riesgo) a 7 (mayor riesgo). Los guiones indican que el país no está sujeto a esta clasificación.
85
05 Mapas
05. Mapas
PRESENCIA ESPAÑOLA RESPECTO A SU POTENCIAL
Muy elevada Elevada Media Reducida Muy Reducida Diferencia entre la capacidad teórica de compra de bienes españoles y las cifras reales de exportación de bienes españoles.
88
CIFRA DE EXPORTACIONES DE BIENES ESPAÑOLES. 2018
>10.000 mill.€ 2.500 - 10.000 mill.€ 1.000 - 2.500 mill.€ 100 - 1.000 mill.€ < 100 mill.€
89
05. Mapas
MAPA DE RIESGO PAÍS
Canada
EE.UU.
Bahamas México
Cuba Rep. Dominicana Jamaica Belice Honduras
Haití
Guatemala El Salvador Nicaragua Costa Rica
Venezuela
Trinida
G
Panamá Colombia Ecuador
Perú
Bolivia
Parag
Países No Clasificados Riesgo muy bajo Riesgo bajo Riesgo medio-bajo Riesgo medio Riesgo medio-alto Riesgo alto Riesgo muy alto
Riesgo de transferencia y convertibilidad Riesgo de confiscación, exportación y nacionalización
90
Riesgo de guerra y vilolencia política
Argentina Chile
Islandia Finlandia Noruega
Rusia
Suecia Estonia Letonia
Dinamarca Reino Unido
Holanda
Lituania Polonia
Alemania
Francia
Ucrania
Kazajstán
Moldavia
Austria
Suiza
Mongolia
Rumania Serbia Bosnia y Bulgaria ItaliaHerzegovina Albania Macedonia Montenegrodel Norte Grecia
España
Portugal
Bielorrusia
Georgia
Azerbaiyán
Kirguistán
Uzbekistán
Corea del Norte Armenia
Turquía
Turkmenistán
Túnez Líbano Siria Israel
Marruecos
Japón
China
Afganistán
Irán
Irak
Tayikistán Corea del Sur
Jordania Argelia
Bahréin Emiratos Árabes Arabia Saudí Unidos Qatar
Libia
Mauritania Cabo Verde
ad y Tobago
Guayana Guayana Francesa
Sudán
Mali
Senegal
Níger
Chad
Burkina Faso Guinea
Sierra Leona
Benín Costa de Marfil Togo Ghana
India
República Centroafricana Sudán del Camerún Sur
Taiwan
Bangladesh Myanmar
Laos
Yemen
Filipinas
Camboya
Yibuti
Nigeria
Vietnam
Etiopia
Sri Lanka
Tailandia
Somalia
Brunei
Liberia República Guinea Ecuatorial Democrática Congo del Congo Gabón
Uganda
Malasia
Kenia
Indonesia
Ruanda
Papúa Nueva Guinea
Burundi Tanzania Brasil
Bután
Pakistan
Oman Eritrea
Gambia Guinea Bissau
Nepal
Kuwait
Egipto
Seychelles
Angola Mozambique Zambia Malaui Zimbabue
Madagascar
Namibia
guay
Fiji
Isla Mauricio
Nueva Caledonia
Botswana Australia Esuatini Lesoto Sudáfrica
Uruguay
Nueva Zelanda
Malvinas
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