Panorama Internacional 2022

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SUMARIO

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1. SITUACIÓN INTERNACIONAL: LLUEVE SOBRE MOJADO María José Chaguaceda Analista de Riesgo País

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2. RUSIA, PUTIN Y EL FIN DEL ORDEN INTERNACIONAL Lucía Bonet Analista de Riesgo País

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3. TORMENTA EN EL SAHEL Rafael Loring Analista de Riesgo País

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4. LA ERA DE LOS METALES Pablo Arjona Analista de Riesgo País

126 140 5. PERSPECTIVAS POR PAÍSES

6. MAPAS


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PRÓLOGO Un año más, Cesce tiene el placer de presentar Panorama, la publicación con la que, más allá de las preocupaciones del día a día, queremos pararnos a reflexionar sobre algunas de las grandes cuestiones que influyen y configuran la evolución política y económica internacional a medio plazo.

E

stos dos últimos años han sido pródigos en acontecimientos extraordinarios, que han llenado los medios de comunicación de titulares superlativos. Nunca se paralizaron países enteros, nunca se vieron tantos barcos y contenedores colapsados, nunca se pensó en que la guerra volvería a arañar suelo europeo. Indudablemente, estos eventos singulares han causado gravísimas distorsiones en la economía: el shock energético, el crecimiento de la inflación muy por encima de cualquier previsión, la escasez de ciertos productos… Sin embargo, si echamos la vista atrás, a las cuestiones que ya nos preocupaban hace cuatro o cinco años, por ejemplo, veremos que hay una serie de tendencias que ya estaban desarrollándose y conformando un entorno internacional muy distinto al que hemos conocido en el último cuarto de siglo. Citaremos solo tres, a nuestro juicio los más importantes, de estos ejes a cuyo alrededor gravita el futuro internacional. En primer lugar, el absoluto protagonismo de la realineación de los bloques geoestratégicos en torno a dos polos de influencia, Estados Unidos y China. La rivalidad de ambos países en todos los terrenos está detrás de la tendencia hacia un, si no repliegue, sí estancamiento de la globalización, que pone el acento en garantizar la “autonomía estratégica” de los países con respecto a suministros esenciales. También ofrece un contexto favorable para acciones como la de Rusia en Ucrania y está reactivando la estructura de bloques que prevaleció hasta los años noventa del siglo

pasado. En segundo lugar, la progresiva reconfiguración de la arquitectura energética mundial, como consecuencia, por un lado, de la necesidad de acometer medidas contra el cambio climático que implican la descarbonización de la energía que consumimos y el desarrollo de las energías limpias y, por otro, de la transformación de la industria de los hidrocarburos con el auge de nuevas técnicas de extracción. Finalmente, la necesidad de normalizar la política monetaria después de más de una década de extraordinaria expansión y el desafío que planteaba hacerlo sin ocasionar un excesivo perjuicio al crecimiento o desequilibrar las cuentas de las economías más endeudadas. El lector pensará sin duda en otros factores, también relevantes. Pero solo con estos tres puede comprenderse gran parte de lo que está pasando en el mundo. Nuestro Panorama de este año arranca analizando los rasgos principales que definen la situación económica internacional en 2022. El título “Llueve sobre mojado” hace referencia a cómo, después de haber sufrido una crisis como la de la pandemia, nos enfrentamos, en apenas unos meses, a nuevas distorsiones derivadas de acontecimientos tan extraordinarios como la guerra en Europa, sin que podamos pensar que la pandemia de COVID haya quedado atrás. El doble impacto que ha supuesto para la recuperación económica la guerra en Ucrania, por un lado, y la distorsión generada por la política de “COVID cero” sobre la producción industrial china y las cadenas de suministro son, pues, el punto de

Tras sufrir la crisis de la pandemia, nos enfrentamos a nuevas distorsiones derivadas de acontecimientos tan extraordinarios como la guerra en Europa, sin que podamos pensar que el COVID haya quedado atrás


6 _ PRÓLOGO

partida del primer artículo. A continuación se centra en el fenómeno de la inflación, el difícil equilibrio entre las medidas a tomar para contenerla y el riesgo de precipitar una recesión así como en los factores que pueden hacer que la situación actual acabe desembocando en un proceso de estanflación. A continuación nos encontramos con un análisis de las razones que han llevado a Rusia a romper el orden internacional con la invasión de un país soberano y a resucitar, con ello, un clima de tensión con Occidente que pone en peligro la seguridad europea y está originando un verdadero terremoto en la geopolítica mundial. Desde el colapso de la Unión Soviética y la pérdida del estatus de superpotencia, a la construcción, de la mano de Putin, de una identidad nacional basada en la fe ortodoxa, la creciente centralización del poder y el nacionalismo extremo; de la aspiración de recuperar la zona de influencia rusa sobre los países antaño integrantes del Imperio, a la creciente beligerancia regional e internacional, ante la que Occidente ha reaccionado con suma pasividad (por ejemplo, ante la anexión de Crimea o la actividad militar en Siria o en África) hasta el momento de la invasión de Ucrania. La agresividad de Rusia, que Occidente no ha sabido ver, viene de atrás; pero el momento elegido tiene mucho que ver con la percepción de que el viraje de Estados Unidos hacia China y el Pacífico ofrecía una oportunidad para redibujar el equilibrio de fuerzas de la seguridad europea. El tercer artículo trata un asunto del que se habla poco para lo grave que es el desafío que representa: el enorme aumento de la inestabilidad en los países que componen la región africana del Sahel, en los que a los problemas habituales de gobernabilidad, debilidad institucional, tensiones étnicas y pobreza se ha unido la enorme intensificación de la actividad yihadista, que pone en jaque a los ya frágiles gobiernos de la región y amenaza con extenderse a los países costeros, y un último factor, que enlaza una vez más con el mismo hilo conductor: un entorno

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Rusia ha resucitado un clima de tensión con Occidente que pone en peligro la seguridad europea y está originando un terremoto geopolítico

internacional más polarizado, en el que la rivalidad entre China y Estados Unidos y la beligerancia de Rusia convierten a estos países en escenario de una lucha de influencias que recuerda a la Guerra Fría. Finalmente, volvemos a ocuparnos de la transición energética. A pesar de que parezca que con la guerra en Ucrania y los problemas de oferta del mercado de hidrocarburos estamos dando pasos atrás en esta cuestión (con la vuelta al uso del carbón, por ejemplo), es un proceso que no tiene vuelta atrás. En este artículo reflexionamos cómo, al tiempo que dicha transición va a poner fin gradualmente a la dependencia del petróleo, va a llevarnos a otra dependencia, la de los metales como el cobre, el níquel o el cobalto, o las famosas y difíciles “tierras raras”, que intervienen en la fabricación de baterías eléctricas, turbinas eólicas o placas solares. Estas materias primas, escasas y cuya oferta está muy concentrada en un puñado de países, se van a convertir en el “nuevo petróleo” desde el punto de vista estratégico y geopolítico, con países ganadores y perdedores e importantes impactos sobre los precios. El horizonte al que vamos se presenta sombrío, marcado por las dificultades económicas y la desconfianza internacional. Esperamos acercar a los lectores a nuestra percepción de estos riesgos globales de forma amena.


1. SITUACIÓN INTERNACIONAL: LLUEVE SOBRE MOJADO MARÍA JOSÉ CHAGUACEDA ANALISTA DE RIESGO PAÍS


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uando el mundo comenzaba a levantarse tras sufrir la mayor caída del PIB global en tiempos de paz a causa de la COVID-19, estalla la guerra en Europa y el repunte de la pandemia en China. En cuestión de pocos meses las previsiones de los principales servicios de estudios e instituciones internacionales sufrían severos recortes. Lejos quedó el discurso, excesivamente optimista por otra parte, de que 2022 sería el año de la recuperación y hoy ganan protagonismo las voces que alertan de los riesgos de estanflación. Lo cierto es que ya a principios de este año, antes de la invasión de Ucrania y del nuevo confinamiento en China, los retos a los que se enfrentaba la economía global eran mayúsculos. La histórica recesión registrada en 2020, con una caída del PIB mundial del 3,1%, y un descenso del PIB per cápita nada menos que del 6,2%, más del doble que en la crisis financiera de 2008, había dejado enormes cicatrices. Desde un punto de vista económico, la respuesta fiscal y monetaria fue masiva, especialmente en los países desarrollados, con el fin de evitar que el daño en el tejido productivo fuese permanente. Las reglas fiscales se flexibilizaron o incluso se abandonaron y los bancos centrales se convirtieron en prestamistas de primera instancia (y no de última). Estas medidas, indudablemente, evitaron un mal mayor, pero generaron o exacerbaron, según el caso, una serie de desequilibrios que van a dificultar enormemente la recuperación. La masiva inyección de liquidez permitió contener la carga financiera asociada a un mayor endeudamiento, al mantener los costes de financiación en mínimos históricos. No sorprende, por tanto, que ya el pasado año los niveles de endeudamiento global en términos del PIB se encontraran en máximos históricos, a lo que también ha contribuido el dramático desplome de la actividad el año anterior. En paralelo, la política monetaria de tipos cero y compra masiva de activos alimentó una serie de burbujas en los mercados financie-

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ros. Tras años de dinero barato, conforme la actividad económica comenzó a normalizarse en 2021, el fantasma de la inflación llamó a las puertas de los bancos centrales. La vigorosa recuperación de la demanda mundial una vez superada la fase de mayor incidencia de la pandemia, apoyada por las citadas políticas fiscales y monetarias ultraexpansivas, no pudo ser atendida por la oferta, lo que se tradujo en presiones inflacionistas y severos cuellos de botella en las cadenas globales de valor a finales de 2021.

TASA DE CRECIMIENTO DEL PIB MUNDIAL (%) CAMBIOS DE LAS PERSPECTIVAS DEL FMI 8,0

5,9 6,0

4,9

La invasión de Ucrania y las sanciones impuestas sobre Rusia han agravado enormemente tendencias que se venían observando en el escenario postpandemia, al tiempo que han añadido nuevos escollos a la recuperación. Los efectos van mucho más allá de las fronteras de Ucrania, de Rusia y del propio continente europeo, y se propagan a través de varios canales.

4,0

3,6

Pese a todos estos desafíos, las previsiones a finales del año pasado eran relativamente optimistas. El FMI, en octubre de 2021, apuntaba a un crecimiento mundial del 4,9% para este año y titulaba su informe de perspectivas mundiales de entonces “La recuperación en tiempos de pandemia”. Seis meses después, recortaba la previsión hasta un 3,6% y alertaba del severo impacto de la guerra en Ucrania tanto desde el punto de vista humanitario como económico. Y, a la vista de cómo se están desarrollando los acontecimientos, tal previsión está resultando ampliamente optimista.

El impacto de la guerra en Europa

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-3,1 -4,0 2018 Abril 2022 FUENTE: FMI

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Octubre 2021

1. Canal de las materias primas Rusia y, en menor medida, Ucrania, se encuentran entre los principales productores mundiales de determinadas materias primas, energéticas y no energéticas. El análisis del impacto de la guerra sobre los mercados energéticos se aborda en profundidad en el artículo “La era de los metales” de esta publicación. Baste señalar aquí que Rusia supone un 17% de la oferta mundial de gas y un 11% de la de petróleo. Además, es el tercer productor mundial de oro, el cuarto exportador de aluminio y uno de los cinco principales productores mundiales de acero, níquel, paladio y cobre. En cuanto a Ucrania, representa casi el 70% de las exportaciones globales de gas neón purificado, que se utiliza para crear los láseres que graban los patrones de los semiconductores. También es un productor importante de metales industriales, con una participación relevante en la exportación de paladio y platino. No sorprende, por tanto, la escalada de precios que han experimentado estos bienes en el primer semestre de 2022, con especial repercusión en aquellos países más dependientes de ambos proveedores. Destaca el caso de la Unión Europea, donde las compras al Kremlin representan el 35% del carbón, el 40% del gas y el 25% del petróleo que consume1.

1 Evidentemente, la dependencia en el gas ruso no es la misma en todos los países. Mientras que en el caso de Lituania supera el 95%, en otros países como Portugal o España se encuentra por debajo del 10%.


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LA AMENAZA DE UNA CRISIS ALIMENTARIA MUNDIAL (1)

ÍNDICE DE PRECIOS DE ALIMENTOS (2016 = 100) 270

PARTICIPACIÓN DE RUSIA Y UCRANIA EN LA PRODUCCIÓN MUNDIAL Girasol Cebada Trigo Maíz Colza Soja 0% Rusia FUENTE: FAO

25% Ucrania

50% Otros

75%

100%

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que los conflictos siguen siendo el principal factor que explica la inseguridad alimentaria. Es muy ilustrativo que el 80% del incremento de la inseguridad alimentaria aguda desde 2016 hasta hoy se concentre en tan solo seis países y que todos ellos sufran algún tipo de conflicto. Se trata de la República Democrática del Congo (RDC), Afganistán, Etiopía, Sudán, Siria y Nigeria. De hecho, las peores crisis nutricionales del mundo en 2021 se vivieron en estos países, junto a Yemen, Sudán del Sur, Pakistán y Haití.

120

70

Alimentos

Azúcar

Aceites

Lácteos

Cereales

FUENTE: FAO

Los fenómenos climáticos extremos, como sequías o lluvias torrenciales, también son responsables del incremento de las crisis alimentarias. Se prevé que sólo el cambio climático empuje al hambre a 78 millones de personas adicionales en todo el mundo en 2030 y se espera que más de la mitad de esta carga se experimente en África subsahariana. Madagascar, bautizado como “la primera hambruna del cambio climático”, es un ejemplo paradigmático: 1,3 millones de sus habitantes están en riesgo de hambruna y 14.000 ya la sufren a causa de la intensa sequía que asola el país desde hace cinco años. El número de personas desnutridas tiende a ser mayor en los países con alto riesgo de sufrir fenómenos meteorológicos extremos, especialmente donde gran parte de la población depende de la agricultura local. En los casos más extremos, las poblaciones se ven obligadas a emigrar. El Banco Mundial estima que si no se hace nada, 143 millones de personas podrían convertirse en refugiados climáticos para 2050. Áf rica subsahariana, América Latina y el sur de Asia son las tres zonas del mundo más azotadas por este fenómeno.

Carne

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La guerra en Europa, por tanto, explica gran parte de la escalada reciente de precios. Sin embargo, no es la única causa detrás de la severa crisis alimentaria que asola el mundo. Ya antes del estallido del conflicto, más de 190 millones de personas se encontraban en situación de inseguridad alimentaria aguda, según el último Informe Global sobre Crisis Alimentarias de 2021. La pandemia, indudablemente, explica parte del deterioro que se registró en 2020, pero tampoco es la causa última. Los precios de los alimentos llevaban ya años aumentando y el elevado riesgo de hambruna era una advertencia recurrente.

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El problema de suministros no se debe únicamente a la destrucción causada por la guerra, sino también a la política deliberada de Rusia, que usa la escasez como medida de presión para, por una parte, lograr que se levanten las sanciones y, por otra, persuadir a algunos Estados que permanezcan neutrales en el conflicto. En el momento de la redacción de estas líneas, Rusia sigue bloqueando los puertos del

Esta situación está generando mucha especulación. Algunos países, como China o Marruecos, han comprado ya reservas de alimentos con el fin de garantizar la seguridad alimentaria en su país; otros están deteniendo sus exportaciones por las mismas razones; Indonesia ha dejado de exportar aceite de palma e India, que ha sufrido dramáticas olas de calor y sequías recientemente, ha decidido prohibir la exportación de trigo.

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Mar Negro y el Mar de Azov, con lo que toneladas de cereales se están pudriendo mientras sus precios alcanzan máximos históricos y muchos países dependientes de esas exportaciones sufren severos desabastecimientos.

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La guerra también ha acelerado una crisis alimentaria que amenaza, sobre todo, al continente africano, pero que tendrá repercusiones globales. Rusia y Ucrania proporcionan más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales y el 52% de las de aceite de girasol, entre otros productos. El suministro mundial de fertilizantes también está muy concentrado, ya que Rusia es uno de los mayores productores de urea y potasio, necesarios para su fabricación. Además, los precios de la energía tienen un fuerte impacto sobre los fertilizantes, y sobre todo el suministro de alimentos en general al ser un insumo fundamental para su producción, procesamiento y transporte.


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LA AMENAZA DE UNA CRISIS ALIMENTARIA MUNDIAL (2) Un último factor de carácter estructural es la excesiva especialización de muchos países en la producción de determinadas cosechas de exportación (café, algodón…), mientras que dependen de las importaciones para alimentar a su población. La vulnerabilidad que supone la falta de soberanía alimentaria es más evidente hoy que nunca, al igual que ocurre en el campo energético. África subsahariana y Asia Meridional son las regiones del mundo que registran niveles de hambre más elevados*. África subsahariana tiene las tasas de subalimentación, retraso en el crecimiento y mortalidad infantil más altas de todas las regiones del mundo. Si desglosamos por países, Somalia, padece un nivel de hambre extremadamente alarmante, hay cinco países con niveles de hambre alarmantes –República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Madagascar

ÍNDICE GLOBAL DEL HAMBRE 2021

Extremadamente alarmante ≥ 50.0 Alarmante 35.0 - 49.9 Preocupante 20.0 - 34.9 Moderado 10.0 - 19.9 Bajo ≤ 9.9 No incluido o no indicado FUENTE: GLOBAL HUNGER INDEX

y Yemen– y 31 países tienen niveles graves de hambre. El caso de Somalia es ilustrativo de los factores antes mencionados. Se trata de un país que se encuentra en un estado casi permanente de conflicto desde hace 30 años y, si bien los combates han disminuido recientemente, es muy frágil y vulnerable a las acciones de las múltiples milicias que compiten por el poder. A ello se suman las sequías, las inundaciones, y las plagas de langostas del desierto que ha padecido en los últimos años.

* Se utiliza para homogeneizar la medición de estos niveles el índice global del hambre (GHI, por sus siglas en inglés). Se trata de una herramienta estadística multidimensional que se elabora a partir de cuatro indicadores: subalimentación, emaciación infantil, retraso en el crecimiento infantil y mortalidad infantil.

2. Canal comercial y cadenas globales de valor La exposición comercial de los diferentes países a los mercados de Rusia y Ucrania constituye otra vía de impacto del conflicto. Las exportaciones de bienes y servicios rusas se sitúan en torno al 2% del total mundial (0,2% en el caso de Ucrania), aunque existe una gran asimetría en cuanto a la exposición de los países. En el caso de la Unión Europea, las importaciones procedentes de Rusia representan el 7% de las totales; hay países, como Bulgaria, donde representan más del 20 % del total; en Finlandia y los países bálticos oscilarían entre el 8 % y el 17 %; en cambio, solo son alrededor del 1% en el caso de Irlanda o España. Más allá de Europa, el Cáucaso y Asia Central, como naciones vecinas, notarán mayores consecuencias derivadas de la recesión que ya está sufriendo Rusia y del impacto de las sanciones. Los estrechos vínculos comerciales y de los sistemas de pago implicarán una moderación del comercio, las remesas, la inversión y el turismo, lo cual penalizará su crecimiento económico y las cuentas externas y fiscales. El papel de Rusia y Ucrania como proveedores de insumos claves en las cadenas globales de valor tendrá importantes efectos de encadenamiento hacia delante y hacia atrás. Un claro ejemplo son las interrupciones en la producción por parte de Ucrania de los sistemas de cableado electrónico, que han provocado el cierre de fábricas de automóviles en Alemania; o el caso del gas neón para la producción de chips, y el paladio y el níquel para las baterías. Por último, la guerra ha generado graves problemas de transporte y logísticos en las actividades comerciales. Las rutas comerciales terrestres entre Asia y Europa se están viendo interrumpidas por las dificultades de tránsito a través de Rusia. Esto afecta especialmente a algunas empresas chinas, que habían aumentado su tráfico terrestre hacia Europa como alternativa al transporte marítimo y aéreo durante la pandemia del coronavirus. También los lazos

Las sanciones financieras han colocado a Moscú contra las cuerdas de cara al pago del servicio de la deuda

aéreos entre Rusia y Europa (y, como resultado, entre Asia y Europa) se ven obstaculizados tras la decisión de los países de la UE de cerrar su espacio aéreo a los aviones y la carga rusos (y la medida recíproca de Rusia de cerrar su propio espacio aéreo a los aviones europeos). Alrededor del 35% de la carga mundial se transportaba por aire antes de la pandemia. Por último, las rutas de transporte marítimo a través del Mar Negro están canceladas, inicialmente tras la decisión de Ucrania de cerrar las rutas comerciales y la de Turquía de restringir el tránsito a través del Bósforo, y después debido al bloqueo impuesto por Rusia.

3. Canal financiero Las sanciones financieras impuestas a Rusia por Occidente en represalia por la invasión de Ucrania también están teniendo impacto en las cadenas de suministro y el comercio, por la imposibilidad de encontrar canales financieros a través de los cuales comerciar con Rusia. Entre ellas figura la prohibición del acceso al sistema de mensajería financiera SWIFT a una serie bancos rusos y bielorrusos desde mediados de marzo. A ello se añade la congelación de activos y el acceso a las reservas en divisas internacionales de los bancos centrales de Rusia y Bielorrusia, así como la prohibición de operar con ellos. Ello ha colocado a Moscú contra las cuerdas de cara al pago del servicio de su deuda. En el momento de redacción de estas líneas Ru-


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sia habría incurrido ya en default técnico por la decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de no renovar en mayo las exenciones que permitían a las entidades estadounidenses procesar los pagos de la deuda rusa. Las sanciones dificultarán cualquier acuerdo de reestructuración entre el deudor y los acreedores en caso de default del soberano, lo que significa que los inversores pueden verse obligados a asumir sus pérdidas hasta que termine el conflicto. En cualquier caso, un default ruso tiene probablemente un impacto mucho menor en estos momentos que el que tuvo lugar en 1998, cuando Moscú impagó la deuda interna, lo que provocó una conmoción en el sistema financiero estadounidense.2 Esto será así esta vez porque la deuda externa de Rusia es bastante reducida, lo que se explica por las sanciones a las que ha estado sometido el país desde que invadió Crimea en 2014, lo que ha disuadido a muchos posibles inversores. De igual forma, la exposición de la ban2 Como se recordará, el hedge fund Long Term Capital Management tuvo que ser rescatado por valor de 3.200 millones de euros.

ca internacional a Rusia es muy limitada (alrededor de 100.000 millones de euros) y se ha reducido a menos de la mitad también desde la adhesión de Crimea. Entre las entidades financieras europeas, tan solo en el caso de Austria y de Italia existen posiciones significativas de la banca a residentes rusos (4,5% y un 1,5% del PIB, respectivamente). Ahora bien, por limitado que sea el impacto financiero, es indiscutible que el conflicto y la incertidumbre geopolítica que lo acompaña van a aumentar la aversión al riesgo de los inversores hacia los mercados emergentes y en desarrollo, que serán los principales damnificados, especialmente aquellos con una elevada deuda externa. El endurecimiento de las condiciones financieras a raíz del fuerte repunte de la inflación, que analizaremos a continuación, también hará mella en este tipo de países que, en muchos casos, se verán obligados a reestructurar su deuda.

4. Canal de la confianza La elevada incertidumbre sobre la evolución del conflicto está haciendo mella en la confianza de consumidores, empresarios e inversores. En Europa es, lógicamente, donde se detec-

La incertidumbre geopolítica derivada del conflicto va a aumentar la aversión al riesgo de los inversores hacia los mercados emergentes y en desarrollo

ta un mayor aumento de la desconfianza, por la proximidad geográfica al epicentro del conflicto. En abril de 2022 el índice de sentimiento empresarial compuesto (PMI) se situó en 51,0 puntos el nivel más bajo en 22 meses. El índice de riesgo geopolítico de Caldara y Iacoviello (GPR)3 prácticamente se ha duplicado respecto al nivel que registraba antes del inicio de las hostilidades y está alcanzando cotas no vistas desde el estallido de la guerra de Irak, en marzo de 2003 (aunque se sitúa todavía un 30% por debajo de entonces).

5. Impacto humanitario La guerra ha obligado a más de 4,7 millones de personas a abandonar el país, de acuerdo a los últimos datos disponibles de ACNUR, la mitad de ellos con destino a Polonia. A corto plazo, su llegada supone un importante coste

RIESGO GEOPOLÍTICO GLOBAL 800 700 600 500 400 300 200 100

Índice de riesgo geopolítico global

Promedio histórico

Media móvil 1 mes. Último dato: 2 de mayo de 2022 FUENTE: CAIXABANK RESEARCH, A PARTIR DE DATOS DEL ÍNDICE GPR DE CALDARA Y IACOVIELLO

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3 Dario Caldara y Matteo Iacoviello construyen un índice de riesgo geopolítico basado en un recuento de artículos periodísticos que cubren las tensiones geopolíticas, y examinan su evolución y efectos económicos desde 1900. El índice de riesgo geopolítico (GPR, por sus siglas en inglés) se dispara alrededor de las dos guerras mundiales, al comienzo de la Guerra de Corea, durante la crisis de los misiles en Cuba y después del 11 de septiembre. Un mayor riesgo geopolítico presagia una menor inversión, menores precios de las acciones y una caída del empleo y, en definitiva, una mayor probabilidad de dificultades económicas y de riesgos a la baja para la economía global.

para las finanzas públicas en forma de mayor gasto en sanidad, educación, políticas sociales y vivienda. En el caso de Polonia, el Gobierno ha destinado unos 8.000 millones de eslotis (1.600 millones de euros) a ayudas directas o indirectas durante los dos primeros meses de la crisis. A todos los refugiados se les ha otorgado acceso gratuito al sistema de salud y pequeñas subvenciones para empezar a trabajar, entre otras ayudas, lo que ha supuesto un coste de alrededor un 3% del PIB. A medio plazo la presencia de un elevado número de refugiados en la UE tendrá importantes consecuencias económicas y sociales, aumentando la fuerza laboral pero, a su vez, posiblemente exacerbando el sentimiento de rechazo a la inmigración.

La fábrica del mundo pierde tracción A los devastadores efectos de la guerra se suma el frenazo que está experimentando el crecimiento de China. La política de “tolerancia cero” frente a la COVID-19 en el contexto de la oleada de contagios de la variante ómicron en la primera mitad del año está haciendo mella en la actividad de la fábrica del mundo. Muchos análisis consideran que éste, y no la guerra, es el principal riesgo a corto plazo que encara el crecimiento mundial, precisamente por el papel protagonista en China en la actividad y el comercio mundiales. Desde su adhesión a la Organización Mundial del Comercio, en 2001, la cuota de China en las importaciones mundiales ha aumentado desde un 3% hasta situarse por encima del 10% en 2020. Además, juega un papel fundamental en las cadenas globales de producción, con inputs de cada vez mayor valor añadido y crecientes efectos de arrastre sobre la producción mundial. De hecho, China ha sido el mayor contribuyente al crecimiento mundial en los últimos años; desde 2007 su aportación al crecimiento mundial ha superado prácticamente todos los años al del conjunto de las economías avanzadas. La estrategia “COVID cero”, radicalmente opuesta a la occidental, consistente en “convivir con


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el virus”, implica imponer unos confinamientos muy severos ante cada nuevo brote que la inmunidad por contagio es limitada. A ello se suman las bajas tasas de vacunación entre los mayores y la reducida efectividad de la vacuna china. En este contexto, con la llegada de la variable ómicron, de elevadísima transmisibilidad, las autoridades han impuesto draconianos

confinamientos en Shanghái, la capital financiera del país, al que se han sumado cuarentenas más selectivas en una veintena de ciudades, incluida la capital, Pekín. El bloqueo ha afectado gravemente a la industria, el transporte y el comercio internacional de China, y seguramente provoque una contracción del PIB del gigante asiático en el segundo trimestre del año. Aun-

CONTRIBUCIÓN DE CHINA AL CRECIMIENTO DEL PIB MUNDIAL (PARIDAD DEL PODER ADQUISITIVO, PUNTOS PORCENTUALES) 6 5 4 3 2 1 0 -1 -2 -3

China

Economías avanzadas

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Resto del mundo

que lo más probable es que la actividad se recupere en el segundo semestre, impulsada por una nueva política de estímulo, todo apunta que China cerrará este año con un crecimiento inferior al objetivo oficial del 5,5%.

FUENTE: FMI Y BCE

CHINA: TASA DE CRECIMIENTO DEL PIB REAL (EN %) 16 14 12 10

Prom. 10,3 Prom. 7,7

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FUENTE: FMI

Como consecuencia, posiblemente se registre una fuerte desaceleración o incluso una contracción del volumen del comercio mundial en el segundo trimestre de 2022, como se vio durante el verano de 2021. Una ralentización de la demanda china se traduce en una notable reducción de las exportaciones del resto del mundo. Por el lado de la oferta, la caída de la actividad industrial china plantea riesgos para la producción mundial, especialmente en los sectores de la electrónica y la automoción. Además, la congestión en los puertos chinos sugiere que es probable que los retrasos en el transporte mundial de mercancías sigan siendo importantes durante 2022, aunque siempre por debajo de los máximos observados en 2021. Por último, las interrupciones continuas de la cadena de suministro son uno de los factores que explican

la mayor presión inflacionaria a nivel mundial. Lo más preocupante es que la pérdida del dinamismo del gigante asiático no obedece exclusivamente a los efectos de la pandemia, sino a factores estructurales. El modelo de crecimiento basado en una mano de obra barata y abundante, altas tasas de inversión, elevadas exportaciones y sobreexplotación de los recursos naturales llevaba ya tiempo dando signos de agotamiento. Por esta razón, desde 2011-12 las autoridades han hecho hincapié en la necesidad de impulsar los servicios y el consumo interno en detrimento de la inversión en sectores como la construcción, la industria pesada y las infraestructuras. Pese a ello, y aunque el consumo ha aumentado su participación en el PIB hasta el 55%, todavía el crecimiento reposa en exceso en la inversión y las exportaciones. De hecho, la trasformación del modelo chino es un proceso intermitente, ya que cuando la actividad se desacelera en exceso, como en 2014-15 o en 2020, las autoridades aplican de nuevo la receta de la expansión del crédito, es-


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tímulos a las infraestructuras y una mayor debilidad del yuan. En paralelo, algunos de los problemas que genera el modelo chino siguen acumulándose. La deuda total asciende actualmente al 333,7% del PIB (por encima de los 61 billones de dólares), una cifra excesiva para cualquier economía emergente. Es cierto que hay factores que mitigan el riesgo. En primer lugar, menos del 10% de la deuda está en manos extranjeras, a diferencia de otros países emergentes, como Turquía, Sudáfrica y gran parte de América Latina. Ello explica que, pese a su elevadísima deuda pública, China sea acreedor neto frente al mundo4. Se trata del segundo acreedor de los Esta-

4 Según datos del FMI, su posición de inversión internacional, que recoge la diferencia entre los stocks de activos y pasivos financieros externos de una economía, ascendía al 13,8% del PIB a finales de 2021.

dos Unidos tras Japón y del primer acreedor de los países en desarrollo. Y, además, atesora un enorme volumen de reservas de divisas, por encima de los 3 billones de dólares, lo que apuntala su solvencia exterior. Pero, dejando aparte la solidez financiera del soberano, la composición de la deuda entraña riesgos no desdeñables. En primer lugar, la deuda de las compañías no financieras asciende al 156% del PIB, y de ella más de la mitad corresponde a los conglomerados estatales, las denominadas SOE (state-owned enterprises). Las condiciones privilegiadas de financiación de las que se han beneficiado estas últimas explican su elevadísimo apalancamiento, que, además, en muchos casos no responde a la lógica económica, pues se traduce en inversiones en activos con rentabilidades por debajo del coste de capital. En el sector inmobiliario se encuentra otro foco de riesgo financiero. La creciente urbanización del país, el desarrollo del sector financiero y el apetito de los inversores, tanto nacionales como extranjeros, están detrás del boom inmobiliario registrado en los últimos años. Se estima que el peso del sector, si se incluye su aportación directa al PIB (incluidos los servicios inmobiliarios) y los efectos de arrastre sobre otros sectores (metales básicos, actividades f inancieras o bienes de equipo), ascendería a cerca del 25% del PIB. No sorprende que, a mediados de 2020, las autoridades adoptaran unas directrices conocidas como “tres líneas rojas”5, con el fin de limitar el endeudamiento de un sector cuyo desarrollo se ha caracterizado por un apalancamiento excesivo. Estas medidas dejaron al descubierto las debilidades de los principales jugadores del sector. La primera víctima fue

DEUDA DE CHINA (% DEL PIB) 400

350

300

250

200

150

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50

T1

20 T4 07 20 T3 07 20 T2 08 20 0 T1 9 20 T4 10 20 1 T3 0 20 T2 11 20 Q 12 12 0 T4 13 20 T3 13 20 T2 14 20 T1 15 20 T4 16 20 T3 16 20 T2 17 20 T1 18 20 T4 19 20 T3 19 20 2 T2 0 20 T1 21 20 22

0

Hogares FUENTE: IIF

Empresas

Sector público

Sector financiero

5 La deuda total no debe suponer más del 70% de los activos totales (excluidos los ingresos por adelantado de proyectos vendidos por contrato); la liquidez debe cubrir el 100% la deuda a corto plazo y la deuda total no debe superar el capital de la compañía y tampoco suponer más del 70% de los activos totales.


22 _ LLUEVE SOBRE MOJADO

Es difícil, por tanto, exagerar la importancia global de China. A corto plazo ya estamos presenciando los impactos de la política de “COVID cero” en forma de problemas en las cadenas de suministro, colapso en los puertos, subida de precios de insumos… Afortunadamente, en el momento de redacción de estas líneas se están relajando gran parte de las restricciones impuestas contra la variable ómicron y se prevé que estos impactos se mitiguen. Preocupa más la posibilidad de que los efectos de la desaceleración de la economía china persistan a medio plazo y se propaguen a través de varios canales. Hay que recordar nuevamente que China desempeña un papel fundamental en las cadenas globales de producción al tiempo que consume alrededor del 50% de la producción mundial de cobre, aluminio y acero, y un 14% de la de petróleo. Por tanto, su demanda es determinante en la evolución de los precios y, por ende, en la renta de los países productores. El impacto a través de los merca6 Country Garden Holdind Co, China Evergrande Group, China Vanke co, Poly Developments and Holding Group y Sunac China Holdings.

dos financieros, en cambio, será más limitado, puesto que el gigante asiático está relativamente poco integrado, como consecuencia de la limitada apertura de su cuenta de capital. La exposición financiera a la deuda y las acciones de

EXPOSICIÓN COMERCIAL A CHINA (% DEL PIB) Área del euro Rusia EEUU

Los desajustes de oferta y demanda en el escenario post-COVID, la guerra en Ucrania y el confinamiento en China han causado una tormenta en los mercados de las materias primas

Tailandia Brasil Japón Malasia Corea Australia Taiwán 0 Exportaciones

10

20

30

40

50

Valor añadido generado en China

FUENTE: BANCO DE ESPAÑA

CUOTA DE CHINA EN EL CONSUMO MUNDIAL DE MATERIAS PRIMAS (%) 60 50

Evergrande, por ejemplo, se concentra principalmente en China. Incluso el mercado chino de bonos offshore es único, ya que los inversores nacionales representan el 80% o más de las tenencias de los bonos denominados en dólares emitidos por empresas chinas. Indirectamente, las dudas acerca de la evolución de la economía china pueden influir sobre el posible aumento de la incertidumbre y el deterioro de la confianza global. Ambos factores podrían aumentar la aversión al riesgo, con las implicaciones que ello conlleva en cuanto a índices bursátiles y primas de riesgo.

Inflación galopante

56 50 50

47 46 46 40

40 30 20

31

29

27

23 17

10 0 N íq ue Ac l er o Co A br lu e m in i Es o ta ño Zi n Pl c om o A rr oz So ja O ro M aí z Tr ig o

Evergrande, quien incumplió sus obligaciones de vencimiento de finales de 2021. Se trata de la empresa privada más endeudada del mundo y con mayores problemas para saldar su pasivo, que asciende a unos 300.000 millones de dólares, incluyendo todos los préstamos y los bonos privados. La empresa ha anunciado que presentará en julio de 2022 una propuesta preliminar de refinanciación. Evergrande no es un caso aislado; ninguna de las cinco principales promotoras del país6 cumple simultáneamente con las tres líneas rojas. No obstante, no parece que vayamos a encontrarnos con un escenario de defaults desordenados con efectos arrastre sobre otros sectores, habida cuenta de la más que demostrada habilidad de las autoridades para intervenir en la economía y su voluntad de minimizar el impacto económico de la ralentización en el sector.

Panorama internacional 2022 _ 23

FUENTE: BANCO DE ESPAÑA

Esta sucesión de acontecimientos, muchos de ellos inesperados, que hemos comentado hasta ahora, han tenido un intenso impacto inflacionista, que, además, se ha ido realimentando. La tendencia alcista de la inflación que se advertía a comienzos de 2022 ha pulverizado todas las previsiones al cumplirse el primer semestre. En abril, el FMI preveía que el crecimiento de los precios alcanzaría un 5,7% en las economías avanzadas, el valor más alto en los últimos 38 años, y un 8,7% en las emergentes y en desarrollo. Sin embargo, a la vista de la evolución más reciente,

todo apunta a que acabaremos el año con cifras sustancialmente superiores. Los desajustes de oferta y demanda en el escenario post-COVID, la guerra en Ucrania y el confinamiento en China han causado una tormenta en los mercados de las materias primas, con fuertes repuntes de los precios de los alimentos, la energía y los metales, así como un agravamiento de los problemas logísticos, con prolongados cuellos de botella, presión sobre puertos y puntos de suministro y distorsión de las cadenas de valor. A pesar de que las causas de la escalada de los precios son globales, el impacto sobre los países está siendo heterogéneo en función de una variedad de factores, como el dinamismo de la demanda, la composición de la cesta de consumo, la especialización productiva, el posicionamiento en las cadenas globales y regionales de producción, la holgura del mercado de trabajo, el anclaje de las expectativas o las fluctuaciones en el tipo de cambio. En este punto hay que hacer una clara distinción entre Estados Unidos y la Eurozona. En el caso de la primera potencia, destaca la fuerte recuperación de la demanda en un contexto de pleno empleo, con lo que se han registrado presiones inflacionistas subyacentes más intensas y tempranas, que han hecho saltar las alarmas acerca de un posible recalentamiento de la economía. En abril de 2022 la inflación subyacente se situó por encima del 6%, casi el doble que en la Eurozona. Los datos del consumo privado son ilustrativos; a finales de 2021 en Estados Unidos ya se encontraba un 4% por encima de los niveles de 2019, mientras que en la Eurozona aún no había recuperado los niveles de prepandemia. Además, si bien en ambos casos el paro se encuentra por debajo de los niveles de prepandemia, en Estados Unidos está en mínimos (3,6% en mayo) y los aumentos salariales están siendo ya muy importantes. En cambio, en el crecimiento de la inflación en Europa tiene un peso mayoritario la subida de


24 _ LLUEVE SOBRE MOJADO

Panorama internacional 2022 _ 25

trimestres. Sin embargo, si persisten las presiones inflacionistas, no se puede descartar que este efecto se acabe materializando.

TASAS DE INFLACIÓN (%) 10,0 9,0

Dejando aparte las tensiones que afectan a los precios en estos momentos, existen una serie de factores estructurales que podrían condicionar la dinámica de los precios a medio plazo. Su impacto es muy difícil de cuantificar, si bien todo apunta a que ejercerán cierta presión al alza, lo que dificultará que volvamos a las bajísimas cifras de inflación de prepandemia.

8,0 7,0 6,0 5,0 4,0 3,0 2,0 1,0 0 -1,0

Inflación EEUU

se p19 no v19 en e20 m ar -2 0 m ay -2 0 ju l-2 0 se p20 no v20 en e21 m ar -2 1 m ay -2 1 ju l-2 1 se p21 no v21 en e22 m ar -2 2 m ay -2 2

ju l-1 9

m ar -19 m ay -19

en e19

-2,0

Inflación Zona Euro

FUENTE: BANCO DE ESPAÑA

los precios energéticos, lo que obedece al mayor impacto de los cuellos de botella y a la dependencia del suministro de Rusia. Alemania ha sido de los países más afectados, dado su mayor grado de integración y centralidad en las cadenas de valor, el elevado peso de las manufacturas en su economía (en especial, de la industria del automóvil) y su fuerte dependencia de la importación de materias primas y de bienes intermedios en sus procesos productivos. A la elevada dependencia de Rusia en materia energética se ha sumado la mayor proximidad geográfica al conflicto y la depreciación del euro a lo largo de 2021. Por lo que a los países emergentes se refiere, se están viendo especialmente penalizados por el aumento de los precios de los alimentos y la energía, habida cuenta de que los consumidores en estas economías gastan hasta un 38% de sus ingresos en estos productos, una cifra que sólo alcanza el 14% en la zona euro y un 10% en Estados Unidos. Las previsiones a corto plazo están sujetas a una elevada incertidumbre, ya que dependen

en buena parte de cómo evolucione el conflicto en Ucrania y de su impacto en las variables ya mencionadas. Hasta ahora, sobre todo en Europa, las presiones sobre los precios han derivado de los sucesivos shocks ya comentados. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, aumenta el riesgo de que el actual episodio inflacionista persista en el tiempo y se desencadenen efectos indirectos y de segunda vuelta que acaben originando una espiral inflacionaria. El primer efecto consiste en el traslado del aumento de los costes a los productos finales por parte de las empresas para mantener sus márgenes de beneficio. Este efecto ya se percibe en la generalización del aumento de los precios más allá del coste energético. Los efectos de segunda vuelta se producen cuando, en un intento de mantener el poder adquisitivo, los trabajadores demandan (y consiguen) subidas salariales acordes con la inflación, lo que incrementa los costes laborales y genera presiones adicionales sobre los precios finales. De momento este efecto no se está produciendo en la zona euro, donde los trabajadores están soportando una pérdida de poder adquisitivo considerable en los últimos

Para empezar, desde que estalló la crisis financiera internacional en 2009, somos testigos de un retroceso de la globalización y un retorno a diversas formas de proteccionismo. No olvidemos que mucho antes de estallar la pandemia, Estados Unidos y China estaban inmersas en una tensa guerra comercial. “America first” es un claro ejemplo de esta tendencia, pero no el único. El modelo de globalización basado en cadenas internacionales de producción, que se concentró en tres grandes “fábricas” mundiales (América del Norte, Asia Oriental y Europa), tuvo un impacto negativo en el empleo y los ingresos de las clases trabajadoras y las clases medias en muchos países. La sensación de am-

Desde que estalló la crisis financiera internacional somos testigos de un retroceso de la globalización y un retorno a diversas formas de proteccionismo plios grupos de la población de “haberse quedado atrás” a causa de la globalización explica el ascenso al poder de partidos con posturas proteccionistas y nacionalistas. En este contexto, el shock en las cadenas de suministros, que ha dejado patente primero la pandemia y después la guerra en Ucrania, intensificará estas tendencias, con una predisposición de muchas economías a reubicar la producción desde China y otros países emergentes hacia economías avanzadas o, al menos, hacia países aliados, más confiables y más cercanos. Al mismo

CONTRIBUCIÓN ENERGÍA Y ALIMENTOS 9

% y pp

8 7 6 5 4 3 2 1 0 -1

Total

UEM

ES

EEUU

Economías avanzadas Energía

Alimentos

FUENTE: BANCO DE ESPAÑA

Inflación

RU

JP

Total

CN

Asia excl. CN

Economías emergentes

LATAM


26 _ LLUEVE SOBRE MOJADO

tiempo, se están empezando a aplicar políticas industriales que buscan incentivar la producción local de algunos bienes considerados estratégicos. Por tanto, se van a imponer los criterios políticos y de autosuficiencia por encima de los estrictamente relativos al beneficio económico, a la vista de la vulnerabilidad que representa depender de una serie de economías para la provisión de productos críticos. No olvidemos que en muchos casos hablamos de países no democráticos y de dudosa fiabilidad como proveedores estables. En consecuencia, es previsible que haya una mayor producción en países y regiones con costes de fabricación más elevados.

Panorama internacional 2022 _ 27

En segundo lugar, las cuestiones medioambientales también van a alimentar presiones inflacionistas estructurales adicionales durante la próxima década. En primer lugar, a medida que aumenta el número de fenómenos meteorológicos extremos y desastres naturales, tal y como está ocurriendo, también aumenta su impacto en la actividad económica y los precios, especialmente de los alimentos. A ello se suman los costes de la transición energética. La decisión de adelantar a 2030 la reducción de las emisiones de carbono un 55% respecto a las de 1990 y alcanzar la neutralidad climática (cero emisiones) para 2050 supone un giro radical del actual modelo de crecimiento, con

AUGE Y FRENO DE LA GLOBALIZACIÓN. VARIACIÓN ANUAL DEL PIB MUNDIAL Y DEL VOLUMEN DEL COMERCIO INTERNACIONAL DE BIENES (1994-2022*) (EN PORCENTAJES, MEDIAS MÓVILES DE 5 AÑOS) Auge de la globalización

8

– Consolidación de tres “fábricas” manufactureras mundiales – Expansión industrial de China – Agenda para el desarrollo

7

Guerra en Ucrania – Inseguridad alimentaria – Cae la oferta de petróleo, alimentos y fertilizantes – Respuesta monetarista a la inflación

Pandemia de COVID-19 – Corte de cadenas de suministro – Choques de oferta – Inflación Tensiones comerciales y tecnológicas con China

6 5 4

– Disminuye el impulso del comercio al crecimiento económico – Dicotomía entre la economía real y la expansión financiera – Descontento de las clases medias de países desarrollados

2 1

4

2

1 Estrategias de relocalización y regionalización. Soberanía en defensa, energía, alimentos y manufactura

0

19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 20 11 20 12 20 13 20 14 20 15 20 16 20 17 20 18 20 19 20 20 20 21 20 22

0

5

3

Crisis financiera internacional

3

6

PIB (eje derecho) FUENTE: CEPAL

Volumen del comercio

* Las cifras para 2022 son proyecciones.

beneficios indiscutibles a largo plazo, pero también con costes a corto que no se deben obviar. La introducción de impuestos verdes y de sistemas de precios de las emisiones de carbono –una de las piedras angulares de las políticas de mitigación del cambio climático actuales– podría afectar significativamente a los precios relativos y al nivel de la inflación. Por otra parte, se está produciendo una reducción gradual de las inversiones destinadas a la exploración y extracción de combustibles fósiles –dado su menor atractivo en términos de rentabilidad a medio plazo– lo que incide negativamente sobre la oferta de energía y sobre la capacidad de los productores para reaccionar ante perturba-

ciones del mercado. Teniendo en cuenta que las inversiones en energías renovables, aunque están creciendo rápidamente, aún no han alcanzado una escala de producción suficiente, esto puede añadir aún más presión a los mercados de la energía. Por tanto, en el corto plazo, puesto que tenemos muchas economías con una elevada dependencia de las energías fósiles, no podemos descartar que se produzcan fuertes picos en el precio de la energía si ocurren nuevos episodios como la guerra de Ucrania. Por último, las tecnologías asociadas a las energías limpias y al desarrollo de las instalaciones de energías renovables consumen muchos metales y otros recursos. Según el Ban-


28 _ LLUEVE SOBRE MOJADO

Panorama internacional 2022 _ 29

2020. Población: 7.794.798.729 + 100 95-99 90-95 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4

0% 0% 0,1% 0,1% 0,2% 0,3% 0,4% 0,6% 0,7% 0,9% 1,1% 1,3% 1,7% 1,8% 2,0% 2,1% 2,5% 2,5% 2,9% 2,9% 3,1% 3,1% 3,2% 3,1% 3,5% 3,4% 4,0% 3,8% 3,9% 3,7% 4,0% 3,7% 4,1% 3,8% 4,3% 4,0% 4,4% 4,1% 4,5% 4,2% 10% 8%

6%

4%

2%

0%

2%

4%

6%

8% 10%

2050. Población: 9.735.033.899 + 100 95-99 90-95 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4

0% 0,1% 0,1% 0,2% 0,4% 0,5% 0,8% 1,0% 1,3% 1,4% 1,7% 1,8% 2,0% 2,2% 2,4% 2,7% 2,8% 2,8% 2,8% 2,9% 2,8% 3,1% 2.,9% 3,3% 3,1% 3,4% 3,2% 3,5% 3,3% 3,5% 3,3% 3,5% 3,3% 3,5% 3,4% 3,6% 3,4% 3,6% 3,4% 3,6% 3,5% 10% 8%

Hombres

6%

4%

2%

0%

Mujeres

FUENTE: POPULATION PYRAMID

2%

4%

6%

8% 10%

También se puede contemplar como un factor estructural que puede tener impacto en la inflación el envejecimiento de la población, especialmente patente en las economías avanzadas y en algunas emergentes (como China, Rusia o Corea del sur). Sin embargo, el impacto neto de este factor es difícil de predecir y no existen estudios concluyentes al respecto. Por una parte, se argumenta que el nivel agregado de ahorro tiende a aumentar a medida que las sociedades envejecen porque los individuos necesitan acumular recursos suficientes para su jubilación; esto, por tanto, podría tener un efecto deflacionista. Ahora bien, a medida que el peso de estas generaciones de mayor edad aumenta se produce el efecto contrario, puesto que ya no ahorran, con lo que evaluar el efecto conjunto es ambiguo. Por otra parte, el proceso de envejecimiento en los países emergentes reducirá la oferta de mano de obra relativamente barata procedente de estos países, lo que, previsiblemente, otorgará un mayor poder de negociación salarial a los trabajadores, incluso en los países avanzados, lo que podría dar lugar a presiones inflacionistas adicionales a medio y a largo plazo. Por último, otro fenómeno estructural que ha ganado protagonismo en los últimos años y, muy especialmente, a raíz de la pandemia, es la digitalización y automatización de las economías. Su impacto en términos de inflación es muy dif ícil de predecir. Por una parte, se argumenta que debería haber producido un

aumento de la productividad y una reducción de los precios relativos de los bienes y servicios tecnológicos y de los bienes y servicios vendidos online, lo que habría presionado los precios a la baja. No obstante, varios estudios señalan que en países de la OCDE los márgenes empresariales son mayores precisamente en los sectores más intensivos en tecnologías digitales. La digitalización, en algunos casos, podría haber fomentado una estructura industrial caracterizada por altos costes de entrada y una mayor concentración y polarización de la actividad, lo que habría aumentado el poder de mercado de algunas empresas. Esta tendencia, más visible hoy por hoy en Estados Unidos que en Europa, podría generar presiones inflacionistas si continúa intensificándose.

ceso la actividad económica. Todo apunta a que la era del dinero gratis se ha acabado pero, ¿y la del dinero barato? Actualmente los balances de los principales bancos centrales atesoran activos por valores históricos. A finales de mayo de este año los activos de la Reserva Federal ascendían a 8,57 billones de euros y los del Eurosistema (que incluye al BCE y los Banco Centrales Nacionales) a 8,80 billones de euros. La política ultraexpansiva aplicada tras la crisis f inanciera internacional y que se intensificó durante la pandemia ha inundado los mercados de liquidez. A finales de 2021, conforme el crecimiento mundial se reactivaba tras la fuerte recesión registrada en 2020, los bancos centrales retomaron la hoja de ruta de la normalización monetaria que tuvieron que abandonar por la pandemia. Ya entonces la tarea era compleja, puesto que la recuperación era muy frágil y persistían, como ya se ha dicho, numerosas distorsiones de oferta y cuellos de botella. En ese contexto, estalló la guerra en Ucrania y se desató la nueva oleada de COVID-19 en China, lo que ha exa-

El dilema monetario En este contexto, los bancos centrales se enfrentan a la difícil disyuntiva de contener las presiones de precios, en niveles no vistos en los últimos 40 años, pero sin que ello penalice en ex-

LOS BANCOS CENTRALES Y UNA ENTRADA MASIVA DE DINERO ACTIVOS TOTALES DE LA RESERVA FEDERAL (En billones de euros*) 4 Mayo 2022 8,57

9 8

ACTIVOS TOTALES DEL EUROSISTEMA (BCE + BANCOS CENTRALES NACIONALES) (En billones de euros) 9 8

EN 2020

EN 2020

+76%

+50%

6

6

4

4

2

2 Mayo 2022 8,80

1 ago. 2007 0,83

0

2

28 dic. 1998 0,7

0

FUENTE: RESERVA FEDERAL Y BCE , VÍA CINCO DÍAS

20 00 20 02 20 04 20 06 20 08 20 10 20 12 20 14 20 16 20 18 20 20 20 22

PIRÁMIDES DE POBLACIÓN MUNDIAL EN 2020 Y 2050

bién de metales preciosos, como es el caso de la plata para los paneles solares y las baterías por la muy elevada conductividad eléctrica de este metal; del platino para las pilas de combustible y los catalizadores de los motores diésel; o del paladio para los catalizadores de los motores de gasolina e híbridos. Todo ello alimentará muy probablemente el crecimiento de sus precios. No obstante, a largo plazo, es previsible que los avances tecnológicos y la mayor eficiencia energética de las energías renovables acaben compensado estos efectos.

20 0 20 7 08 20 09 20 10 20 11 20 12 20 13 20 14 20 15 20 16 20 17 20 18 20 1 20 9 20 20 2 20 1 22

co Mundial, la transición energética requerirá el consumo de 3.000 millones de toneladas de diversos metales, no sólo de metales como cobre, aluminio, níquel, cobalto y litio, sino tam-

* El cambio se ha hecho a 1$ = 0,96€.


30 _ LLUEVE SOBRE MOJADO

La Reserva Federal comenzó el pasado 1 de junio la reducción de su balance, a razón de 47.500 millones de dólares al mes, a través de vencimientos de 30.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y el resto en vencimientos de activos respaldados por hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés). A partir de septiembre, tiene previsto ajustar este límite hasta los 95.000 millones de dólares mensuales (60.000 millones en treasuries y 35.000 millones en MBS). El impacto del quantitative tightening (QT), tal y como se le conoce en la jerga financiera, es difícil de cuantificar, puesto que no hay precedentes y las cotizaciones de los activos financieros dependen de muchos factores, con un importante peso de las expectativas del mercado. En teoría, debe ejercer, una presión alcista en la rentabilidad de los activos afectados, es decir, los bonos públicos y privados, cuyo precio debería caer (y aumentar su tipo de interés) ante la mayor oferta neta. Según las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la reducción del balance anunciado por la Fed para este año (de unos 520.000 millones de dólares o el 2,3% del PIB) sería equivalente a una subida adicional de 25 puntos básicos en los tipos oficiales. Además, en el momento de redactar estas líneas, ya se han practicado tres subidas de tipos este año, cuya cuantía ha ido en aumento conforme la inflación se alejaba del objetivo del 2%. La última, practicada en junio, fue de 0,75 puntos, la mayor desde 1994, lo que sitúa el precio del dinero en un rango del 1,5% al 1,75%. Ello obedece a la cifra de inflación de mayo, un 8,6% (6% la subyacente), el máximo de los últi-

El impacto de una subida muy agresiva de los tipos será muy dolorosa para todas las economías emergentes y en desarrollo con una elevada deuda en dólares

INVERSIÓN DE LA CURVA DE TIPOS. DIFERENCIA ENTRE EL TIPO DE INTERÉS DEL BONO A 10 AÑOS Y EL TIPO DE INTERÉS DEL BONO A 2 AÑOS Porcentajes 3

-2

-1

0

-1

mos 40 años, y a los resultados de la encuesta de junio de Michigan sobre las expectativas de inflación, que sorprendieron por ser más altas de lo previsto. Todo apunta a que habrá varias subidas más este año7. A tenor de las declaraciones de Jerome Powell tras la reunión de junio, parece que la tasa podría cerrar este año por encima del 3% y posiblemente alcance el 3,5% en el primer semestre del año que viene. Se ha criticado la lentitud con la que ha actuado la Fed a partir de un diagnóstico inicial erróneo de que la inflación era coyuntural. Ello le obliga a pisar ahora el acelerador, mientras que el fantasma de la estanflación se asoma. El propio Powell ha reconocido que conseguir un aterrizaje suave “no va a ser fácil”, puesto que hay muchos factores que escapan de su control, como el precio de la energía y los alimentos o los atascos en la cadena de suministros. La autoridad monetaria ha ajustado a la baja en junio sus previsiones de crecimiento; espera que el PIB crezca un 1,7% en 2022 y 2023, lo que supone un importante descenso respecto al 2,8%

-2

Recesiones en Estados Unidos

-3 1980

1985

1990

1995

2000

2005

2010

2015

2020

FUENTE: FRED - FEDERAL RESERVE BANK OF ST. LOUIS

En circunstancias normales, las tasas de interés a largo plazo son más altas que las tasas de interés a corto plazo, puesto que se considera que el largo plazo tiene un riesgo mayor, y, por tanto, la deuda a largo plazo exige un mayor rendimiento. En esas condiciones, la gráfica presenta una curva de tipos con pendiente ascendente. Cuando se percibe que el corto plazo tiene un riesgo mayor, la curva puede presentar pendiente negativa. Diferentes estudios asocian las fases en las que la curva de tipos se invierte con desaceleraciones económicas inminentes, y a menudo con recesiones. En el gráfico, las áreas sombreadas señalan fases de recesión. En todos los casos la inversión de la curva las ha precedido en unos meses.

TIPOS DE INTERES ESTADOS UNIDOS Y EUROZONA (A 20 DE JUNIO DE 2022) 6 5 4 3 2

1,5

1

7 El “dot plot”, que refleja las perspectivas de los distintos miembros que integran la Fed sobre la trayectoria de los tipos de interés, sugiere un ritmo de subidas mucho más rápido que lo que se vaticinaba a principios de año y un mayor consenso entre sus miembros respecto a la necesidad de llevar la tasa a un nivel restrictivo.

0

0

en e0 ag 6 om 06 ar -0 oc 7 tm 07 ay -0 di 8 c08 ju l-0 fe 9 b1 se 0 p10 ab r1 no 1 v1 ju 1 n1 en 2 e1 ag 3 om 13 ar -14 oc tm 14 ay -15 di c15 ju l-1 6 fe b1 se 7 p1 ab 7 r1 no 8 v18 ju nen 19 e2 ag 0 o2 m 0 ar -2 oc 1 t m -21 ay -2 2

cerbado, como acabamos de analizar, las presiones inflacionistas que ya existían en el contexto postpandemia. Ello, por una parte, ejerce una mayor presión sobre las autoridades para subir el precio del dinero. Por otra, en cambio, han aumentado los riesgos que amenazan la recuperación económica, muy especialmente para los países europeos próximos al epicentro del conflicto armado.

Panorama internacional 2022 _ 31

FED

BCE

FUENTE: DATOSMACRO


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Panorama internacional 2022 _ 33

y el 2,2%, respectivamente, estimados con anterioridad. También se espera que el desempleo aumente con respecto a los niveles actuales. El impacto de una subida muy agresiva de los tipos será, además, muy dolorosa para todas las economías emergentes y en desarrollo con una elevada deuda en dólares. Por el momento, los mercados están reaccionando con un aumento de la volatilidad y fuertes correcciones de las cotizaciones. Así mismo, se ha producido una inversión de la curva de tipos de interés de la deuda estadounidense, con el rendimiento de la deuda a 2 años superando al T-Note, los bonos del Tesoro a 10 años. Para muchos analistas, esto es un indicador de que se avecina una recesión a finales de este año.

do. Por este motivo, está previsto que a finales de julio se presente un nuevo instrumento que permita adquirir deuda soberana de estos mismos países. Estas compras podrían estar asociadas a cierta condicionalidad y a la ejecución de reformas por parte de los países beneficiarios. No obstante, no se espera que dichas reformas disten mucho de las que actualmente se exigen para acceder a los fondos Next Generation. Con ello se allanaría el camino para que se produzcan posiblemente tres subidas de tipos este año, ya que se reducirían las incertidumbres para la segunda mitad del año. Tras este anuncio se han ajustado las previsiones de tipos para finales del año y se cree que podrían acabar cerca del 1,5%.

El BCE, en cambio, va a aplicar una normalización monetaria más gradual. Ello obedece a varias razones. En primer lugar, el origen de las presiones inflacionistas es principalmente de oferta. De hecho, la inflación subyacente fue del 3,5%, lo que aleja cualquier posibilidad de un sobrecalentamiento de la economía. Tal y como hemos comentado, a diferencia de Estados Unidos, la recuperación de la demanda es débil y una subida agresiva de tipos aumenta el riesgo de recesión, al tiempo que no va a contener las subidas de precios derivadas de las materias primas. Sin embargo, la normalización es necesaria, de cara a mantener ancladas las expectativas de inflación y evitar que la inflación de oferta se torne en persistente a causa de los efectos de segunda vuelta. En diciembre de 2021, la presidenta Lagarde anunció una reducción escalonada del ritmo de compras de activos que se inició en marzo y se espera que se finalice en el tercer trimestre de 2022, aunque siempre dependiendo de las perspectivas de inflación a medio plazo8. El si-

El resto de bancos centrales siguen la estela del BCE y la Fed y, salvo contadas excepciones, están subiendo tipos para tratar de contener la demanda ante una oferta sometida a varios shocks. En el corto plazo será difícil restablecer el equilibrio entre demanda y oferta, dado que gran parte del origen de las presiones inflacionistas son de oferta. Sin embargo, los bancos centrales deben actuar cuanto antes para evitar que la inflación se perpetúe. La inflación futura estará condicionada por factores tales como el desarrollo del conflicto bélico, la resolución de los cuellos de botella en la producción y en el transporte internacional, las dinámicas de la globalización o las políticas energéticas y de lucha contra el cambio climático, fuera del control de la política monetaria. En este contexto, las autoridades monetarias de todo el mundo habrán de ir ajustando el proceso de normalización en función de la evolución de los acontecimientos.

8 El primer paso fue la decisión de poner fin a las compras netas de activos en el marco del PEPP (Programa de compras de emergencia por la pandemia) a finales de marzo de 2022; en segundo lugar, en junio terminaron las condiciones especiales aplicables a las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TL-

guiente paso de la normalización es la subida de tipos. La primera se practicará en julio, con un incremento de un cuarto de punto y posiblemente en septiembre se realizará otra de medio punto. Sin embargo, para poder adoptar este enfoque de normalización gradual, resulta fundamental que las expectativas de inflación se mantengan ancladas en el objetivo del 2% y que no se materialicen efectos de segunda vuelta de una magnitud tal que pudieran poner en riesgo ese anclaje. El mero anuncio de una primera subida de tipos desencadenó una escalada fulminante en las primas de riesgo de Italia y España, propia de momentos de crisis pasadas. En este con-

TRO). Además, en marzo también se inició la reducción gradual de las compras netas mensuales en el marco del programa ampliado de compras de activos, (APP, por sus siglas en inglés) y que concluirían previsiblemente en el tercer trimestre de este año.

texto, el BCE prepara la creación de un nuevo vehículo con el que combatir la fragmentación financiera en la zona euro. En un primer momento, recurrirá a la reinversión de los vencimientos del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), según estaba ya previsto9. Es decir, Fráncfort podrá reinvertir los vencimientos de, por ejemplo, deuda alemana en deuda de otros países que se encuentren en el punto de mira de los mercados, como Italia, Grecia o España. Sin embargo, esta medida es insuficiente para aliviar de forma efectiva momentos de estrés de merca-

9 Goldman Sachs apuntan a que si la reinversión de los vencimientos del PEPP se realizara enteramente a favor de los países de más riesgo –excluyendo así de esas compras a los bonos de Alemania, Francia, Austria, Bélgica y Finlandia– supondría 88.000 millones de euros en compras de deuda italiana y otros 62.000 millones en bonos españoles, y desencadenaría una rebaja de entre 30 y 40 puntos básicos en las primas de riesgo de esos países este año y el próximo.

El dilema fiscal El elevadísimo endeudamiento global supone otro enorme reto para la actual coyuntura económica. El masivo despliegue de estímulos y el desplome de la actividad mundial provocado por la crisis de la COVID-19 han disparado la deuda global hasta máximos históricos, tan-


34 _ LLUEVE SOBRE MOJADO

to en las economías desarrolladas como en las emergentes y en desarrollo. Al final del primer trimestre de 2022, la deuda global alcanzó los 305 billones de dólares, equivalente al 348% del PIB global. Desde finales de 2019 hasta hoy, la deuda mundial ha aumentado en más de 46 billones de dólares; de esta cifra, 18,2 billones corresponden a deuda pública y el resto a privada; en este segundo bloque el mayor protagonismo corresponde a las empresas (14,7 billones), frente a los hogares (7,8 billones) y el sector financiero (5,9 billones). Conviene señalar que las cifras de deuda ya estaban en niveles desorbitados a finales de 2019 (258 billones de dólares) y que las instituciones financieras venían alertando de los riesgos que ello comportaba. Gran parte de este apalancamiento, en el caso de los países avanzados, era herencia de la crisis financiera de 2008-2009. En este contexto, estalla la COVID-19 y la receta no podía ser otra que la inyección masiva de estímulos fiscales, aunque ello conllevara temporalmente un agravamiento del problema.

Panorama internacional 2022 _ 35

A finales del año pasado conforme las economías iban recuperando cierto dinamismo en paralelo con la eliminación de las restricciones impuestas por la pandemia, se planteó nuevamente la necesidad de reconducir los elevadísimos niveles de deuda e ir restableciendo las reglas fiscales que se habían flexibilizado o incluso eliminado. En aquel contexto, se hablaba del proceso de normalización de la política monetaria de la Fed partiendo de varias premisas. Sería un ajuste muy gradual y anticipado, lo que otorgaría tiempo y flexibilidad a los agentes económicos para ajustarse a las nuevas condiciones. Además, estaría vinculado a la mejoría de la economía estadounidense, lo que debería beneficiar, en general, a los países emergentes y, en particular, a aquellas empresas más dependientes de las exportaciones a Estados Unidos. Sin embargo, con el estallido de la guerra la situación ha cambiado drásticamente. La escalada de precios está obligando a la Fed a subir tipos a un ritmo más agresivo de lo deseable y, en un contexto en el que la recuperación de la primera

DEUDA GLOBAL Billones de dólares

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200

FUENTE: IIF

El caso de África es especialmente preocupante. En Nigeria, por ejemplo, las autoridades han abandonado los planes anunciados hace tiempo de eliminar los subsidios a la gasolina, mientras que el gobierno de Zambia ha aumentado los subsidios a los fertilizantes para apoyar a los agricultores de maíz, lo que dificulta la contención de la elevada deuda externa de esta economía. Las multitudinarias protestas en Kenia están detrás de la decisión del Ejecutivo de aprobar nuevos subsidios para los hogares más pobres. Egipto, por su parte, se ha visto espe-

cialmente penalizado por la guerra, ya que importa en torno al 70% de los cereales que consume de Ucrania y Rusia. La escalada del precio de la harina y el combustible se estima que ha aumentado los gastos del gobierno en unos 1.000 millones de dólares, lo que le ha llevado a regular los precios del pan no subvencionado. Muchos gobiernos se han visto obligados a ampliar el gasto social para subsidiar parte de la factura de la guerra. En los platillos de la balanza se contraponen el elevado riesgo de inestabilidad social que comportaría no prestar dicho apoyo y el impacto que este tipo de medidas tendrá sobre unas finanzas públicas en números rojos a causa de la pandemia y en un contexto de crecientes costes de financiación. No es la primera vez que el mundo se enfrenta a un contexto inflacionista que exige la aplicación de un tono restrictivo por parte de los bancos centrales. Sin embargo, la diferencia con otros episodios es que el 60% de los países que fueron elegibles en 2020 para la DSSI (Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda10) ya están en default (debt distress) o con un elevado riesgo de insostenibilidad de la deuda, todo ello además con unas perspectivas de bajo crecimiento. Trece países DSSI ya han incurrido en impagos y cuarenta y tres países más presentan un alto riesgo de hacerlo, ya que muchos exhiben deficiencias, como reservas bajas, necesidades de financiación en aumento u otros factores que pueden poner en peligro la sostenibilidad de su deuda. Estas economías se enfrentan, además, al dilema de reestructurar la deuda soberana en manos de los bancos nacionales frente al impacto de tales reestructuraciones en la estabilidad del sector financiero y la capacidad

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En billones de dólares

potencia mundial pierde cierto fuelle. Preocupa especialmente el impacto que ello tendrá sobre los países emergentes y en desarrollo, especialmente los más endeudados, en los que el coste del servicio de la deuda se va a disparar. A ello se añaden los devastadores efectos que el repunte del precio de las materias primas y los alimentos tiene sobre estas economías, donde gran parte de la población ya vive por debajo del umbral de la pobreza y donde estos productos tienen mucho peso en la cesta de la compra.

% del PIB

10 La iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por sus siglas en inglés), aprobada en el seno del G20 en marzo de 2020, nació con la idea de paliar los problemas de liquidez derivados de la emergencia sanitaria a través de una moratoria del servicio de la deuda oficial. Con no poco esfuerzo se consiguió que participaran los acreedores no representados en el Club de París (China, esencialmente); pero la invitación a los acreedores privados para que hicieran algo análogo no tuvo ningún eco.


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Otros acreedores privados Eurobonos Países no miembros del Club de París (Excluido China)

China Club de París Multilateral

FUENTE: BANCO MUNDIAL Y FMI

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FUENTE: FMI

Moderado

In debt distress

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PROPORCIÓN DE PAÍSES CON RIESGO DE IMPAGO DE LA DEUDA (PORCENTAJE DE PAÍSES DSSI)

20 11

La iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por sus siglas en inglés), en funcionamiento entre el 1 mayo de 2020 y el 31 de diciembre de 2021, ha permitido la suspensión de alrededor de 4.600 millones de dólares de servicio de la deuda contraída por 42 países de bajos ingresos, que firmaron un acuerdo con el Club de París. Una vez finalizada su vigencia, ha entrado en funcionamiento el Marco Común del G20 y el Club de París para el tratamiento de la deuda. El Marco Común pretende servir de modelo de las futuras reestructuraciones de deuda soberana entre países acreedores (incluso aunque no sean miembros de estos grupos) y países deudores que, tras haber recibido el alivio financiero asociado a la DSSI, se enfrenten a problemas no ya de liquidez, sino de insolvencia. A diferencia de la DSSI, el tratamiento de la deuda bajo el marco común debe estar anclado a un programa del FMI y a un análisis de sostenibilidad de la deuda, del que depende tanto la reestructuración como la financiación del programa. La clave de este nuevo marco es que, en teoría, los

28% de PIB

30

20 10

La resolución de este dilema fiscal pasa necesariamente por la coordinación multilateral. La ola de endeudamiento reciente de los países en desarrollo se caracteriza por tres tendencias: el crecimiento de la deuda de origen privado, el aumento de la deuda pública y con garantía pública en manos de acreedores privados y el liderazgo de China entre los financiadores bilaterales (ostenta el 18% de la deuda de los países DSSI, muy por encima del 10% del Club de Paris). Ello implica, por una parte, que estos países tienen una menor proporción de deuda en términos concesionales que en el pasado, y, por tanto, sin condiciones más ventajosas que las de mercado y, por otra, un importante reto de coordinación por la variedad de acreedores.

DESGLOSE DE LA DEUDA DE LOS PAÍSES DSSI POR TIPO DE ACREEDOR (PORCENTAJE DEL TOTAL)

20 09

de los bancos nacionales para financiar el crecimiento. En los últimos años se ha intensificado el vínculo entre el riesgo soberano y el bancario, al aumentar la proporción de deuda pública en los balances de los bancos locales.

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El objetivo último es que el Marco Común abarque a países acreedores no miembros del Club de París, especialmente China, pero también India y Arabia Saudí, así como lograr que, gracias a la comparabilidad de trato, los acreedores privados se comprometan a reestructurar y condonar la deuda en los mismos términos que los oficiales. No obstante, por el momento no está garantizado que los privados vayan a aceptar adherirse en los mismos términos. Por último, se lamenta que la iniciativa se haya ceñido a los países de ingresos bajos, dejando de lado a numerosos países de renta media que ya se enfrentan a problemas de sostenibilidad de la deuda, como es el caso de Surinam, Líbano, El Salvador, Sri Lanka, Egipto o Sudáfrica. Hasta la fecha, tres países han solicitado formalmente el beneficio de un tratamiento de la deuda bajo el Marco Común (Chad, Etiopía y Zambia), si bien, por el momento, los avances son modestos.

Entre los principales riesgos a la recuperación destacan la evolución de la guerra en Ucrania, la elevada inflación y la retirada de los estímulos monetarios Perspectivas: la temida estanflación El FMI ha recortado de forma drástica las pre-visiones económicas para 2022 y 2023 en su úl-tima actualización del WEO (World Economic Outlook), publicada en abril. El PIB mundial ya no crecerá un 4,4% en 2022, como pronosticaba en enero, sino un 3,6%. Un recorte de 0,8 pun-tos de crecimiento en cuestión de meses, que se debe principalmente al impacto de la guerra en Ucrania. Para 2023, el PIB crecerá 0,2 puntos menos, un 3,6% interanual, y más allá de 2023, el crecimiento mundial se reducirá a alrededor

TASA DE CRECIMIENTO DEL PIB (EN %) 8 6 4 2 0 -2 -4 -6 2012 Mundo FUENTE: FMI

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Economías avanzadas

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Economías emergentes y en desarrollo

2021

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2023p

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del 3,3% a medio plazo. Para Rusia se prevé una caída del PIB del 8,3%, lo que supone un recorte de las previsiones de 11,3 puntos. Aparte de Rusia, la Unión Europea será la región más afectada. Para 2022 el FMI ha rebajado las previsiones en 1 punto (del 3,9% previsto en enero al 2,9%). La onda expansiva terminará llegando al resto de países (si no lo ha hecho ya), a través de los cuellos de botella en el comercio y el transporte, los problemas en las cadenas globales de valor y, cómo no, más inflación. Para 2022, el FMI pronostica una subida de precios del orden del 5,7% en las economías avanzadas y del 8,7% en los mercados emergentes y en desarrollo. Las perspectivas a medio plazo se han revisado a la baja en todos los grupos de países, excepto los exportadores de materias primas que se benefician de la escalada de precios de la energía y los alimentos. Se espera que persista la divergencia que empezó a notarse en 2021 entre las economías avanzadas y las de los mercados emergentes y en desarrollo, lo que deja entrever que la pandemia ha dejado secuelas permanentes. Sin embargo, a vista de los datos del primer semestre de 2022, muy posiblemente la inflación acabe en cifras superiores y el crecimiento mundial sea más bajo. El fantasma de la estanflación (alta inflación y estancamiento económico) sobrevuela el mundo, recordando la década de los 70, en plena crisis del petróleo. Ambos episodios comparten una serie de rasgos: perturbaciones continuas del lado de la oferta que impulsaron la inflación, precedidas por un período prolongado de política monetaria altamente acomodaticia en las principales economías avanzadas; perspectivas de menor crecimiento, y elevadas vulnerabilidades de los mercados emergentes y las economías en desarrollo ante una subida de tipos para frenar el alza de precios. Sin embargo, a diferencia de entonces, el actual aumento de los precios de los productos básicos es muy inferior, el dólar está mucho más fuerte que entonces y los balances de las principales instituciones financieras son en general más sólidos. Además, hoy contamos con ban-

cos centrales con mandatos claros de lucha por la estabilidad de precios y con un historial creíble de cumplimiento de sus metas de inflación. Entre los principales riesgos que pueden poner en peligro la recuperación mundial en el futuro inmediato destacan la evolución de la guerra en Ucrania, la elevada inflación y la retirada de los estímulos monetarios. En el momento de redacción de estas líneas hay muy pocas esperanzas de que se alcance alguna solución al conflicto bélico a corto plazo. Cuanto más se alargue la contienda, mayores serán los impactos ya comentados sobre el suministro de energía y alimentos, las cadenas globales de valor y la confianza de los agentes, mientras que en paralelo se agravará la crisis humanitaria. En el frente monetario, si las presiones sobre los precios de las materias primas no remiten y las expectativas inflacionarias se alejan notablemente de las metas de inflación de los bancos centrales, éstos podrían verse forzados a endurecer la política monetaria más enérgicamente, aumentando el riesgo de recesión global y colo-

TASA DE INFLACIÓN ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMO (%) 20 16 12 8 4 0 19 60 19 65 19 70 19 75 19 80 19 85 19 90 19 95 20 00 20 05 20 10 20 15 20 20

acreedores oficiales bilaterales (miembros y no miembros del Club de París) se adhieren bajo el mismo memorando de entendimiento por lo que se comprometen a reestructurar y condonar la deuda en términos comparables.

Global

Economías avanzadas

FUENTE: BANCO MUNDIAL

Economías emergentes y en desarrollo


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Panorama internacional 2022 _ 41

cando contra las cuerdas a los países más endeudados. A su vez, el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles puede incrementar de manera muy preocupante el malestar social en los países más pobres, que carecen de margen fiscal para aplicar medidas de apoyo social.

Primero, a nivel interno, a través de un adecuado policy mix entre política monetaria y política fiscal. Segundo, y más importante todavía, una coordinación internacional. Solo aunando esfuerzos los países podrán responder adecuadamente a la crisis humanitaria y la escasez de alimentos que plantean los conflictos; prevenir una mayor fragmentación económica, mantener la liquidez global, gestionar el sobreendeudamiento, abordar el cambio climático y poner fin a la pandemia. Sin embargo, el contexto geopolítico no podría ser menos propicio. La agresión de Rusia ha evidenciado tendencias que también venían gestándose tiempo atrás: la rivalidad/tensión entre China y EE.UU., el fracaso del multilateralismo, el desafío de los regímenes autoritarios frente a la democracia liberal, entre otros. Las reglas que han gobernado el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial están en riesgo en un momento económico de suma gravedad.

La pandemia provocó un retroceso sin precedentes en la reducción de la pobreza mundial, que se ha visto agravada aún más por el aumento de la inflación y los efectos de la guerra. El Banco Mundial estima que estas crisis combinadas empujarán a la pobreza extrema a entre 75 y 95 millones de personas más en 2022, en comparación con las proyecciones anteriores a la pandemia. En vista de lo anterior, el necesario ajuste fiscal tras las medidas de estímulo aplicadas para hacer frente a la COVID-19 se complica enormemente, sobre todo en economías emergentes y en desarrollo importadoras de petróleo y alimentos. Por último, la desaceleración de China, cuya previsión de crecimiento se ha recortado por segunda vez consecutiva hasta el 4,4% para este año y la evolución de la pandemia en los países en desarrollo, con reducido acceso a vacunas, son otros dos factores que continuarán lastrando la recuperación de la economía global.

Conclusiones La guerra de Ucrania ha asestado un nuevo golpe a la economía internacional. Inflación galopante, cuellos de botella, éxodo de refugiados y crisis alimentaria son algunas de los retos a los que se enfrenta el mundo. Es indiscutible que el conflicto en Europa ha precipitado buena parte de estos fenómenos. Sin embargo, tal y como hemos analizado, estas tendencias ya venían observándose antes de que Putin invadiera Ucrania. Su origen se remonta a tiempo atrás y cuentan con un preocupante elemento estructural. Desde que estalló la crisis financiera internacional las políticas económicas se han regido por la heterodoxia. Los bancos centrales y los gobiernos han inyectado todo tipo de estímulos para, en un

primer momento, hacer frente a la Gran Recesión y, poco después, para evitar el colapso de la economía mundial en plena crisis de la COVID-19. Más de una década de dinero disponible prácticamente gratis ha dejado importantes secuelas cuya resolución, en plena escalada de precios, supone un complejo rompecabezas. Atajar las presiones inflacionistas sin provocar una recesión global es el reto al que se enfrentan los principales bancos centrales. Un reto sumamente complejo habida cuenta de que buena parte del incremento de precios tiene un su origen en factores de oferta, insensibles a las subidas de tipos. Pero, además, el endurecimiento de las condiciones financieras asestará un duro golpe a un mundo sumamente endeudado. Todo apunta a que un buen número de países

tendrán que pedir auxilio financiero internacional y/o reestructurar su deuda. Efectivamente, al dilema monetario se suma un dilema fiscal. En pleno auge del coste de la vida, los gobiernos deben articular alguna suerte de consolidación presupuestaria o, al menos, convencer al mercado de que cuentan con una hoja de ruta para ello. Todo ello con el fin de evitar que las primas de riesgo se disparen conforme aumentan los costes de financiación internacional y en un contexto social sumamente complejo, donde, tras años de aumento de la pobreza y la desigualdad, hay una creciente proporción de la sociedad desencantada ante lo que consideran el fracaso de la globalización. De lo anterior se desprende la imperiosa necesidad de aplicar una estrategia de coordinación.

Llueve sobre mojado. No es la primera vez que el mundo se enfrenta a enormes desafíos en circunstancias sumamente adversas. Si algo quedó patente en la crisis de la COVID-19 es que habíamos aprendido mucho de los errores cometidos durante la crisis financiera internacional. La respuesta de los dirigentes económicos fue mucho más ágil y decidida y se alcanzaron unos niveles de coordinación internacional muy superiores. Esta tercera crisis no debería ser menos. Como prioridad inmediata, sería deseable encontrar lo antes posible una solución a la guerra. En el plano económico, buena parte de la recuperación mundial dependerá de la resolución de ambos dilemas, monetario y fiscal, pero para ello es imprescindible la coordinación internacional. El elevadísimo grado de integración f inanciera y comercial mundial implica que las crisis del siglo XXI son globales. Las soluciones, por tanto, también han de ser globales. Solo entonces se lograrán corregir los desequilibrios acumulados durante los últimos quince años y sentar las bases para una recuperación sostenible a largo plazo.


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2. RUSIA, PUTIN Y EL FIN DEL ORDEN INTERNACIONAL LUCÍA BONET ANALISTA DE RIESGO PAÍS


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Panorama internacional 2022 _ 45

Los “salvajes años 90”

Boris Yeltsin, el nuevo presidente de la Federación de Rusia, apostó por una “terapia de choque”, la liberalización dura y rápida de la economía

El 25 de diciembre de 1991, la bandera roja con la hoz y el martillo se arrió por última vez del edificio del Kremlin tras la dimisión de Mijaíl Gorbachov de su cargo como jefe de Estado: la URSS había muerto. Concluían así tres cuartos de siglo de dominio soviético. Una superpotencia económica, militar y científica que ocupó un sexto del territorio mundial y albergó a más de 287 millones de habitantes de 100 nacionalidades distintas. Desde Occidente, el colapso de la Unión Soviética significaba el fin de la confrontación y tensión bélica que habían marcado la segunda mitad del siglo XX. Suponía también la constatación definitiva del fracaso del modelo político y económico que Moscú representaba, el comunismo y la planificación centralizada. Se abría a partir de entonces la posibilidad de dejar atrás las antiguas divisiones y apoyar a las repúblicas exsoviéticas en su transición hacia un sistema democrático y una economía de mercado. Para los soviéticos, sin embargo, la caída de la URSS ponía fin a la única realidad que la mayoría de sus ciudadanos había conocido y marcaba el inicio de un futuro incierto. Para Rusia, heredera legal y moral de la URSS, implicó la pérdida de más de 5 millones de km2 de territorio, la desintegración del país en más de 15 entidades soberanas distintas y el hundimiento de su estatus como superpotencia. A la pérdida del imperio le sucedió el colapso económico y social. Occidente, a través de la aplicación del llamado “Consenso de Washington”, impuso un recetario de fórmulas económicas neoliberales a cambio de proporcionar apoyo económico. La transición de la economía desde un sistema de planificación central a uno de mercado se basaba en tres pilares: liberalización, estabilización y privatización. Nadie dudaba del shock económico y social sin precedentes que supondría. Sin embargo, la experiencia previa con otras economías del bloque del este, como Polonia y la República Checa, don-

tización, a partir de 1995, cuando el Ejecutivo concedió participaciones en las grandes empresas estatales a cambio de préstamos y financiación que ofrecían los grandes oligarcas. De esta forma, el Estado se deshizo de empresas valoradas en miles de millones a precios irrisorios. Como resultado de la corrupción y el expolio continuado de los recursos rusos, la economía encadenó más de seis años de contracción económica, en los que el país perdió cerca del 40% de su PIB. de la recesión económica apenas había durado un par de años, dejaba cierto espacio para el optimismo. Boris Yeltsin, el nuevo presidente de la Federación de Rusia, junto con el ideólogo de la transición, Yédor Gaidar, apostó por una “terapia de choque”, la liberalización dura y rápida de la economía. En menos de un mes se devaluó el rublo un 30%, se estableció un tipo de cambio fijo y se garantizó la convertibilidad de la moneda. Inmediatamente, el Gobierno anunció el levantamiento del control de precios para el 90% de los bienes de consumo y el 80% de los bienes intermedios, lo que disparó la inflación hasta situarse por encima de los cuatro dígitos. A la fase de liberalización le siguió un intento de estabilización de la economía a través de la reducción del gasto y el déficit públicos, que vino acompañada por la privatización de las grandes

empresas energéticas estatales y de las pequeñas empresas públicas. Sin duda, el Ejecutivo ruso fracasó estrepitosamente en su intento de estabilización de la economía. Las resistencias internas en el seno del propio gobierno, donde las figuras más moderadas se enfrentaban a los reformistas más radicales, jugaron un papel relevante. Además, el proceso de privatización, plagado de escándalos de corrupción y tratos de favor, se ganó una nefasta reputación entre la población, que comenzó a referirse a él como “prikhvatizatsiya” (“aprovechatización”) o la apropiación de los activos estatales por parte de los oligarcas1. Especialmente grave y vergonzosa fue la gestión de la segunda fase del proceso de priva-

1

En inglés “prikhvatizatsiya” se traduce por “grabification”.

El impacto social también fue inmenso. La década, conocida como “los salvajes noventa”, estuvo marcada por las colas para conseguir productos básicos como aceite, pan o leche, mientras la hiperinflación mellaba los bolsillos de las familias. En 1994, el 34% de la población se encontraba en situación de pobreza. Además, la transición al nuevo modelo económico originó una crisis demográfica que prácticamente se llevó por delante a una generación entera. La esperanza de vida cayó hasta los 64 años (58 en el caso de los hombres), frente a los 69 que registraba en los últimos años de la URSS; se desató una epidemia de SIDA que afectó casi a medio millón de personas; la natalidad se desplomó y la criminalidad se disparó con la proliferación de más de 3.000 bandas mafiosas a lo largo y ancho del país, también conocida como la “Mafia Roja” o “mafiya”.


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Mientras Rusia navegaba internamente en el caos absoluto, su política exterior se focalizaba en el buen entendimiento con Occidente y, en concreto, con Estados Unidos. Los primeros años tras el colapso de la URSS, Washington y Moscú firmaron distintos acuerdos de desarme y control recíproco de los arsenales nucleares (el START II y la Declaración de Moscú); Rusia retiró las tropas de Alemania Oriental e incluso se iniciaron proyectos de investigación espacial conjunta. Además, se incorporó a Rusia al G7 y, en 1997, firmó el Acta Fundacional con la OTAN, que sentaba las bases para iniciar la cooperación en el futuro. De forma paralela, Estados Unidos, ganador de la Guerra Fría, promovió activamente la ampliación de la OTAN hacia el este de Europa, lo que se materializó con el ingreso, en 1999, de la República Checa, Polonia y Hungría. Por primera vez, países antaño integrantes del Pacto de Varsovia2 pasaban a engrosar una organización que Rusia consideraba, a pesar de los acercamientos antes mencionados, hostil. El paradigma de la seguridad en Europa había cambiado radicalmente, en unos pocos años, de una forma que no convencía a Moscú, que comenzó a expresar su desacuerdo ante el avance de la OTAN hacia sus fronteras. Algo que, además, sostenía que vulneraba los compromisos alcanzados entre Moscú y Washington antes del colapso de la URSS3. En respuesta, el Kremlin adop-

2 El pacto de Varsovia se desmoronó a finales de los años 80, con los procesos de transición que se sucedieron en el este de Europa; la victoria de Solidaridad en las elecciones polacas de 1989, la caída del Muro de Berlín en ese mismo año y la reunificación alemana en 1990 pueden considerarse los principales hitos de dicho proceso. El fin del Pacto de Varsovia se hizo oficial en julio de 1991. 3 Existen diferencias en la interpretación histórica de los acontecimientos a los que se hacen referencia. En febrero de 1990, el Secretario de Estado de EE.UU., James Baker, y el canciller federal alemán, Helmut Kohl, se reunieron con Mijail Gorbachov en Moscú para negociar la unificación alemana y la entrada del país europeo en la OTAN. Parece que fue en esa reunión en la que el representante estadounidense se comprometió a la no expansión de la organización hacia el este, aunque no fueron acuerdos formales sino pactos verbales y nunca demasiado bien clarificados.

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tó una posición exterior mucho más asertiva, que se plasmó en un nuevo Concepto de Seguridad Nacional, publicado en 1997, que, precisamente, ponía el foco en la OTAN como uno de los principales riesgos para la seguridad nacional del país4. Pese a que a lo largo de esa década, tanto Boris Yeltsin como su ministro de Exteriores, Yevgeny Primakov, mantuvieron un tono de diálogo y en-

4 En 1997 se celebra la Cumbre de la OTAN en Madrid, donde se invita formalmente al Grupo de Visegrado a entrar a la organización. Desde 1991 ya había planes de preparación de la entrada. En esas circunstancias, la firma del Acuerdo fundacional Rusia-OTAN se vivió en Rusia como una capitulación: la opción menos mala ante la imposibilidad de frenar el avance de la OTAN.

Los “salvajes años 90” marcaron de una forma irremediable al conjunto de la población rusa: pobreza, descomposición de imperio y humillación internacional

tendimiento, al menos aparente, con Washington, la desconfianza entre ambos era evidente. No obstante, fue la decisión de la OTAN de intervenir en Kósovo y bombardear Serbia (aliado de Rusia en los Balcanes) en 1999 lo que hirió de muerte definitivamente las relaciones entre ambos. El idilio entre los dos enemigos acérrimos tras el fin de la Guerra Fría había concluido en menos de una década. Los “salvajes años 90” marcaron de una forma irremediable al conjunto de la población rusa: pobreza, descomposición del imperio y, por último, humillación internacional. Desde esa óptica, no es de extrañar, pues, que el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, haya descrito la caída de la URSS como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.


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Rusia muestra sus cartas Fe ortodoxa, autocracia y nación El éxito inicial de Putin en la primera década de los 2000 se explica no sólo por la restauración de la estabilidad política, sino porque vino acompañado de una notable mejora de la situación económica. Cuando Vladimir Putin accedió a la presidencia, Rusia estaba en bancarrota y debía más dinero al FMI que el total de las reservas que entonces tenía el Banco Central. Sin embargo, en cuestión de diez años, la tasa de pobreza se redujo del 35% al 10%, la clase media creció hasta incluir al 60% de la población y el PIB per cápita pasó de 1.700 dólares a los 11.600 que registraba justo antes de la crisis financiera internacional. Los flujos de inversión extranjera directa financiaban los proyectos extractivos y la posición deudora del país mejoró radicalmente una vez que pagó de forma anticipada las deudas que mantenía con los acreedores del Club de París, a finales de 2006. No hay nada en la Rusia contemporánea que haya cambiado tan rápido y tan inesperada-

Panorama internacional 2022 _ 49

mente como su contexto económico durante este período. Una mejora económica impresionante, que más que por medidas concretas de fomento del crecimiento, se explica por una combinación de factores económicos externos favorables. Coincidió con el súper ciclo de las materias primas, con un precio del barril de crudo por encima de los 100 dólares y con la explosión de las economías emergentes, que dieron lugar al nacimiento del término BRIC (Brasil, Rusia, India, China) para referirse al grupo de países que estaban llamados a ser las grandes economías mundiales en el siglo XXI. Se puede afirmar, pues, que desde un punto de vista económico, Putin fue un tipo con suerte. Sin embargo, hay que apuntar en su haber una inmensa labor de recomposición de la situación política y social del país. El presidente ruso supo entender a la perfección las necesidades de la población rusa, que buscaba su nuevo lugar en el mundo tras el derrumbe de la URSS y la consecuente pérdida de identidad colectiva. Desde entonces, ha logrado construir una nueva ideología basada en los tres pilares identita-

rios que regían en la época zarista: fe ortodoxa, autocracia y nación (Pravoslavie, Samoderzhavie y Narodnost)5. La religión ortodoxa ha sustituido al comunismo de la época soviética como el pilar moral sobre el que se asienta la Rusia actual. De acuerdo con los datos del centro de investigaciones Levada, en 2022 el 71% de los rusos profesaba la fe ortodoxa, frente al 53% que se observaba en 1998. A través de la financiación estatal de agrupaciones juveniles o mediante los llamados “oligarcas ortodoxos”6, el Kremlin ensalza valores tradicionales como la familia, el matrimonio o la religión, reconociendo su papel en el desarrollo del país. Así lo recoge la Constitución tras

5 Fue Sergéi Uvárov, ministro de Educación del zar Nicolás I (1825-1855), quien introdujo por primera vez estos tres conceptos de identidad nacional. 6 Sobresale Konstantin Malofeyev, también conocido como el “Soros” de Putin, que es propietario del grupo mediático Tsargrad, el fondo de inversión internacional Marshall Capitall y está vinculado a redes de financiación de partidos ultraconservadores en Europa.

El conservadurismo estratégico insufla de forma deliberada el valor de las costumbres y las tradiciones en la sociedad para utilizarlos como instrumento de cohesión o confrontación

los cambios que se introdujeron en 2018 y que, sin embargo, contravienen el tradicional secularismo de un Estado con una enorme diversidad religiosa. Se trata de un método que ha recibido el nombre de “conservadurismo estratégico,” por el cual se insufla de forma deliberada el valor de las costumbres y las tradiciones en la sociedad para, posteriormente, utilizarlos como instrumento de cohesión o confrontación según convenga. Prueba de la importancia y la instrumentalización de estos factores es que, en 2015, la Estrategia de Seguridad Nacional de la Federación Rusa reconocía la cultura como una prioridad para los intereses nacionales. Un ejemplo de cómo se articula este conservadurismo es cómo Rusia se declara la última defensora moral de los valores cristianos y tradicionales, “la Tercera Roma”, frente a la proliferación de las ideas progresistas de respeto a la comunidad LGTBI y otros grupos minoritarios, que para ella representan “la decadencia de Occidente”. Desde una perspectiva de política interna, el conservadurismo estratégico actúa como elemento aglutinador de la sociedad y extiende una narrativa antagónica a Occidente, a quien responsabiliza de todos los males que le ocurren al país. Mientras que, desde el punto de vista de política exterior, refuerza los vínculos con países y líderes políticos ultraconservadores con los que comparte ideología. En paralelo, Putin impulsó desde el inicio de su mandato el establecimiento de un modelo autocrático mediante la centralización de todos los poderes en su persona. Creó nuevas figuras de poder regionales que él mismo designó, se suprimieron las elecciones a la presidencia de los entes federales, se eliminaron muchas de las competencias de las instituciones regionales como, por ejemplo, las fiscales, y se aumentó la supervisión y el control sobre las que estaban cedidas, como las judiciales. A las reformas administrativas le siguió el ajuste de cuentas con los oligarcas, cuya capacidad de influir sobre las decisiones políticas limitó drástica-


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mente. Aquellos que, como Mijaíl Jodorkovski, no quisieron plegarse ante las nuevas normas, fueron perseguidos y acabaron encarcelados o en el exilio. Si bien su primera legislatura sentó las bases del modelo político de Putin, el autoritarismo del régimen comenzó a hacerse más evidente a partir de su segundo mandato. El Kremlin comenzó una incesante campaña de persecución contra opositores políticos y periodistas. Muy famoso fue el caso de Aleksandr Litvinenko, antiguo agente doble del KGB, que fue envenenado, o el de la periodista Anna Politkóvskaya, también asesinada cuando investigaba las violaciones de derechos humanos durante la segunda guerra de Chechenia. Esta deriva autoritaria alcanzó su culmen tras el estallido de las protestas por el supuesto fraude electoral de las elecciones legislativas de 2012. Entonces, el Kremlin aprobó casi medio centenar de nuevas leyes que atentaban directamente contra las libertades civiles y que creaban el marco legal para amparar el autoritarismo del régimen. Se introducen entonces la Ley de Manifestaciones, por la que se imponen multas a aquel que se atreva a manifestarse; la Ley de Internet, que redobla la censura en la red o la Ley contra los agentes extranjeros, que permite acusar de alta traición a cualquier ciudadano ruso que tenga contacto o reciba financiación extranjera, so pretexto de proteger la seguridad del país. Desde entonces, periodistas, activistas, partidos políticos, ONG y medios de comunicación independientes han sido incluidos en las listas como “agentes extranjeros”; una figura en la que el Kremlin se escuda para reprimir todo discurso que contenga cualquier atisbo de disidencia. Por último, si bien el contexto político ruso siempre ha tenido un marcado carácter nacionalista, Putin ha llevado el uso de este instrumento hasta niveles insospechados. Ha construido una nueva identidad nacional donde conviven en relativa armonía dos pasados diametralmente opuestos, como son el soviético y el zarista. En la Rusia actual se venera a figuras históricas tan

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antagónicas como el zar Nicolás II, el último de los Romanov, y el dictador comunista Stalin, o se pueden ver banderas con el águila bicéfala de los zares o con la bandera roja con la estrella convertidos, de nuevo, en emblemas políticos. Putin ha logrado que la historia rusa del siglo XX, plagada de contrastes, actúe como elemento de cohesión y devuelva a la población el orgullo perdido tras la caída de la URSS.

El regreso de la potencia regional Desde que comenzó su mandato hace algo más de 20 años, el presidente Putin ha expresado en numerosas ocasiones su firme oposición al orden internacional establecido tras el colapso de la URSS, en el que Estados Unidos ejerce de líder hegemónico. Putin siempre ha rechazado el papel como actor periférico que se le otorgó a Rusia a comienzos de los años 90 y ha tratado de recuperar la posición como superpotencia que, considera, le corresponde como país. Su política exterior hunde sus raíces en la llamada “Doctrina Primakov”, bautizada así por el ministro de Exteriores de Yeltsin. Primakov apostaba por la reconstrucción de la zona de influencia rusa y por el reforzamiento de los vínculos con otras potencias regionales como China o India para, a la larga, establecer un orden multipolar en el que Rusia ejerciese de contrapeso a la hegemonía de Estados Unidos. A medida que Rusia fue recuperando la estabilidad política interna y los ingresos procedentes de los hidrocarburos engrosaban sus arcas, sus acciones en materia exterior evolucionaron. Así pues, a la pasividad o inacción que mostró en 1999 durante el bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN, le siguió la firme oposición que manifestó en el Consejo de Naciones Unidas a la invasión de Irak en el año 2003, que precedió a la primera intervención militar del Kremlin fuera de sus fronteras en la guerra de Georgia en el 2008. Esta creciente beligerancia exterior alcanzó su máxima expresión con la anexión de Crimea en 2014.

En su aspiración de retornar como actor global, Rusia ha comenzado por reforzar los vínculos en el espacio postsoviético, donde su ambición postcolonial es más evidente. Para lograr sus objetivos, Moscú no ha dudado en recurrir a una mezcla de estrategias de poder “blando” y “duro”, en las que combina la cooperación económica y comercial con la coacción y el castigo. La transformación de la Comunidad Económica Euroasiática en la Unión Económica Euroasiática es uno de los éxitos diplomáticos que el Kremlin ha logrado en este sentido. Rusia realizó un enorme esfuerzo de persuasión para lograr convencer a distintos países de la órbita soviética de que ingresasen en la organización. Paulatinamente, el proyecto fue haciéndose más ambicioso. Lo que, inicialmente, iba a ser una zona de libre comercio, en 2010 se convirtió en una unión aduanera y, en 2015, dio lugar a la Unión Económica Euroasiática, con Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Armenia y Kirguistán como integrantes. Se trataba de una organización que replicaba las estructuras de la Unión Europea. Sin embargo, se ha convertido en una forma más de reforzar las dependencias que las exrepúblicas soviéticas tienen de Moscú. Las

DISTRIBUCIÓN DEL COMERCIO INTRA UEE POR PAÍSES 90

83,1%

enormes diferencias en lo que se refiere al tamaño de las economías y, por ende, poder de negociación de Rusia crean una serie de desequilibrios imposibles de corregir. Rusia representa más del 90% del PIB de la organización regional y es el mayor beneficiado de los flujos comerciales. En el año 2020, por ejemplo, Rusia representó más del 80% de los intercambios comerciales de la UEE, frente al 0,8% de Armenia o el 0,5% de Kirguistán. Además, la organización, que se puso en funcionamiento en 2015, nació prácticamente herida de muerte. Mientras que, en teoría, se garantizaban las cuatro libertades de movimiento (personas, trabajo, capital y mercancías) entre los Estados miembro, la anexión de Crimea por parte de Rusia tuvo unas consecuencias nefastas. Primero, porque cualquier intento de integración con Rusia de la naturaleza que fuese corría el riesgo de convertirse en una oportunidad para el Kremlin de mostrar las aspiraciones imperialistas que ya había puesto en práctica en Ucrania. Y, en segundo lugar, porque las consecuencias económicas que acarreó la anexión de Crimea derivaron en el levantamiento de barreras comerciales dentro de la propia UEE. Rusia adoptó contrasanciones, como respuesta a las medidas adoptadas por el bloque occidental, que limitaban la importación de productos agrícolas de la Unión Europea, una medida cuya aplicación también extendió a Bielorrusia y Kazajstán para evitar filtraciones a través de sus fronteras.

80 70 60 50 40 30 20

10,6%

10

5,0%

0,8%

0,5%

0 Rusia Kazajstán Bielorrusia Armenia FUENTE: UEE

Kirguistán

En el plano militar, la cooperación se remite a las actividades que se realizan en el marco de actuación de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), comúnmente conocida como la OTAN rusa. La OTSC inicia su actividad tras la firma del Tratado de Taskent en 1992. En 2002, con Putin ya en el poder, Rusia tomó la iniciativa de renombrar y reimpulsar la asociación que dio lugar al nacimiento de la OTSC. Desde entonces, las fuerzas militares de los seis integrantes de esta organización (Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán


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Así ocurrió a comienzos de 2022 en Kazajstán, cuando un contingente de 2.500 efectivos, formado mayoritariamente por tropas rusas, acudió a sofocar las protestas que habían estallado en el país a petición del presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokayev. Conviene señalar que existen algunas contradicciones acerca de las situaciones en las que la OTSC puede actuar o no. En teoría, al igual que ocurre con la OTAN, en la OTSC existe un Artículo, el número 4, que garantiza la seguridad colectiva. Es decir, si un miembro de la organización sufre una agresión que afecte a la seguridad, estabilidad o soberanía del país se considera una agresión al resto de miembros, que tienen el compromiso de acudir en su ayuda a petición del Estado agredido.

De acuerdo con las normas de funcionamiento de la organización, todos los líderes de la OTSC han de respaldar de forma unánime la participación de las tropas en los conflictos, y es el presidente rotatorio de turno el encargado de aprobarlo. El caso de Armenia es especialmente paradigmático, puesto se trata de un país integrante del organismo siendo agredido por otro que no lo es, por lo que no parece existir un mo-

La estrategia rusa sobre las repúblicas exsoviéticas no solo se limita al ámbito económico o militar, sino que sigue una trayectoria multidimensional. Putin también ha recurrido a los lazos culturales e históricos, apelando a lo que ha venido a denominar como el “Russkii mir” (mundo ruso): un concepto que aglutina no solo los ciudadanos rusos que habitan en Rusia, sino también a las minorías rusas que viven en otros países del espacio postsoviético e incluso a los rusoparlantes de cualquier parte del mundo. La lengua y la cultura se convierten de esta forma en los nuevos instrumentos para delimitar geográficamente el mundo ruso, y las fronteras físicas que se erigieron tras el colapso de la URSS dejan de tener validez en esta nueva concepción del mundo.

Atendiendo a esta nueva idea del espacio ruso, se comprende la dimensión de la llamada estrategia de “pasaportización” de los habitantes de las zonas separatistas de Moldavia, Ucrania, Osetia del Sur o Abjasia, cuyo objetivo es reintegrar a los ciudadanos de origen ruso (Russkie) y rusoparlantes como ciudadanos de Rusia. Tras otorgar la ciudadanía, el Kremlin construye un relato en el que los derechos e intereses de las minorías rusas en otros países están siendo atacados, unos intereses que, como compatriotas, se han de proteger, lo que justifica la intervención militar en dichos países. Tal es el ejemplo de Georgia en 2008 donde, de acuerdo con el Kremlin, intervino para proteger a los osetios y abjasios del gobierno de Tiflis, así como las referencias que en muchas ocasiones ha hecho al

MINORÍAS RUSAS EN PAÍSES EXSOVIÉTICOS ia land Fin

Mar Báltico

Estonia 24,8%

Lituania 5,8%

Letonia 26,2% Bielorrusia 8,3% Moldavia 5,9% Rusia 77,7%

Ucrania 17,3% ro eg rN Ma

Sin embargo, no ocurrió así en 2010, cuando el gobierno de Kirguistán, ante el estallido de violencia interétnica en el país, solicitó la asistencia de las tropas de la OTSC para calmar y pacificar la situación, una petición que Moscú decidió ignorar. Algo similar ocurrió el año pasado cuando, tras la tregua firmada para poner fin a la segunda Guerra de Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán, Bakú envió 1.000 efectivos para delimitar las nuevas fronteras, lo que hizo que las tensiones se recrudeciesen de nuevo y motivó que Ereván solicitase la intervención de la OTSC. Una demanda que, de nuevo, fue desoída.

tivo válido para que el resto de integrantes decidiesen no apoyar militarmente a un Estado miembro. De hecho, la única explicación posible es que tal intervención contraviniese los propios intereses rusos, que buscaba posicionarse como mediador en un conflicto entre dos exrepúblicas soviéticas. Se trata de uno de los mejores ejemplos de cómo Rusia hace uso de estas organizaciones regionales únicamente para su propio beneficio. Primero impulsa la cooperación militar, vendiendo los beneficios que el resto de países podrían obtener de su participación y, en el momento de actuar, decide obviar los compromisos adquiridos y apuesta por una neutralidad que refuerza su posición como potencia regional con capacidad para resolver las disputas de su entorno.

Crimea 58% Georgia 1,5% Mar C aspio

y Armenia) realizan ejercicios militares conjuntos y han creado un grupo de reacción rápida que permite el despliegue de tropas en un plazo de tiempo muy reducido.

Panorama internacional 2022 _ 53

Kazajstán 23,7%

Armenia 0,5% Azerbayán 1,3%

Uzbekistán 5,5% Kirguistán 12,5%

Turkmenistán 4% Irán

Tajikistán 1,1%

Afghanistán

Porcentaje etnia rusa 5%

Mongolia

15%

25%

FUENTE: CIA FACTBOOK, THE WASHINGTON POST

China Frontera de la antigua Unión Soviética


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norte de Kazajstán o, más recientemente, uno de los argumentos que empleó para justificar la invasión de Ucrania, donde llegó a hablar de “genocidio de la población rusa”, como posteriormente se explicará.

El caso especial de Ucrania Si bien ninguna de las exrepúblicas soviéticas es ajena al nuevo imperialismo ruso, conviene señalar que la actitud del Kremlin cambia dependiendo del Estado que se trate. La coacción, recompensa o castigo suele ser la tónica general, que va variando dependiendo de la orientación más o menos prooccidental o prorrusa que haya tomado el país. Mientras Moldavia, Ucrania o Georgia son ejemplos en los que Rusia castiga a los países en respuesta a su acercamiento a la Unión Europea y a la OTAN, Bielorrusia tradicionalmente ha disfrutado de políticas de recompensa, como extensos subsidios a las exportaciones de gas natural o, en el caso de Armenia, importantes transferencias corrientes a cambio de no cuestionar los vínculos con Moscú. De cualquier forma, Rusia entraña un riesgo importante para las repúblicas exsoviéticas. Si optan por la oposición, corren el peligro de que Rusia ataque su integridad territorial. Si, por el contrario, optan por la cooperación, pueden acabar canibalizadas por Rusia como es el caso, precisamente, de Bielorrusia.

Sin embargo, la política y la actitud de Kiev y de Minsk hacia Moscú son diametralmente opues-

Ya en los 90 existía una concepción generalizada entre sectores de la élite rusa, que consideraban la independencia de Ucrania como algo temporal tas. Mientras que, en el caso de Bielorrusia, podemos hablar de un “Estado rehén”, Ucrania sería más el Estado “rebelde” a ojos del Kremlin. Bielorrusia forma parte de todas las organizaciones regionales patrocinadas por Moscú y, tras la crisis política que vivió el país en 2020, encuentra en Rusia su único aliado internacional; en cambio, Ucrania ha protagonizado sucesivas revoluciones políticas que en el fondo trataban de deshacerse de la sombra de Moscú. La primera, llamada “Revolución del Granito”, se remonta a los tiempos de la URSS; le sigue el resultado del referéndum de independencia celebrado en 1991, donde un 90% de los ucranianos eligieron separarse de Moscú; la Revolución Naranja en 2003 en contra del resultado electoral fraudulento que otorgaba la victoria al candidato prorruso Viktor Yanukovich; y, la cuarta, la Revolución de la Dignidad o Euromaidán, en 2013-2014, que confirmó el distanciamiento definitivo entre Kiev y Moscú. Los distintos esfuerzos de la población y las autoridades ucranianas por desvincularse de Moscú han chocado frontalmente con la negativa de Rusia de aceptar la soberanía plena del país vecino. No se trata de un fenómeno nuevo: ya en los años 90 existía una concepción generalizada entre ciertos sectores de la élite rusa, que consideraban la independencia de Ucrania como algo temporal y que, de algún modo,

la reunificación era inevitable. Ciertamente, los vínculos culturales, lingüísticos, religiosos e históricos entre ambos países son muy estrechos, fruto de más de 350 años de historia conjunta. Pero también lo es que, tras la disolución de la URSS, Ucrania decidió poner fin a esa relación. Un acontecimiento que fue aceptado tácitamente por Moscú y blindado legalmente entre ambos países tras la firma de varios tratados internacionales7.

Sin embargo, en su empeño revisionista, el presidente ruso ha rescatado una narrativa que subraya ese pasado común y, de alguna forma, justifica el mensaje de que Ucrania, en el fondo, sigue siendo Rusia. Se trata del término “Nueva Rusia” o Novorrósiya, un término geográfico que hace referencia a los territorios del sur y el este de Ucrania que fueron conquistados a finales del siglo XVIII durante el reinado de Catalina la Grande. Esta denominación engloba toda la zona de la región del Donbás, pasando por Crimea y hasta llegar a la región

7 Entre ellos destacan el Memorando de Budapest de 1994, por el que Ucrania se comprometía a eliminar su arsenal nuclear a cambio de que se garantizase su seguridad; el Tratado de Cooperación y Amistad firmado en 1997, que confirmaba las fronteras; y los acuerdos que regula-

ban la cesión de la base de Sebastopol en la península de Crimea, firmado en 1997 y posteriormente confirmado en el año 2010, con Putin ya en el poder.

LA EVOLUCIÓN TERRITORIAL DE UCRANIA. ADQUISICIONES Y PÉRDIDAS DESDE 1922 Rusia Bielorrusia La ucrania étnica tras la I Guerra Mundial Chernígov

Polonia 1939

1925

1924

1924

Kíev Poltava

Leópolis

Járkov

Kremenchuk

Eslovaquia

Krivói Rog

1945

Hungría

Cedido a la RSS de Moldavia en 1940 Rumanía

1940 1954 Sebastopol

Territorios ganados Cesión de Polonia Cesión de Rumanía

Mariúpol

Jersán

1948

Se rb ia

1924

Zaporiyia

Mykoláiv Odessa

Lugansk Donetsk

Dnipró

1940 via da ol M

También hay que recordar que las exrepúblicas exsoviéticas no ocupan la misma posición en la escala de preferencias de Rusia, sino que Ucrania y Bielorrusia se sitúan en una posición “privilegiada”. Ello responde a motivos históricos, ya que ambos forman parte del llamado “rus de Kiev”, cuna de los eslavos rusos. Esto se une a las razones de índole puramente geopolítica, ya que sirven de parapeto para mantener alejadas las fronteras de la OTAN. Y, finalmente, su ubicación estratégica que, en el caso de Ucrania, le dan acceso al Mar Negro.

Panorama internacional 2022 _ 55

Formación de la República Socialista Soviética de Ucrania Cesión de Checoslovaquia Cesión de la RSS de Rusia

FUENTE: EL ORDEN MUNDIAL

RSS de Ucrania (1922) Territorios cedidos por la RSS de Rusia

Territorios cedidos a la RSS de Rusia Reclamaciones ucranianas no resueltas


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Panorama internacional 2022 _ 57

moldava de Transnistria e incluye ciudades tan importantes para Ucrania como Jarkov, Odesa o Mariúpol, entre otras. Si bien resulta cuestionable el hecho de remontarse más de 400 años para tratar de encontrar una justificación que respalde un posicionamiento ideológico actual, conviene señalar que, más allá de designar una delimitación geográfica, el término Nueva Rusia nunca se ha empleado para denominar a una entidad soberana independiente del territorio ucraniano. Ha sido el discurso construido por Putin y alimentado por la extensa maquinaria propagandística del Kremlin lo que ha favorecido la divulgación del término. Pero, en realidad, el territorio al que llaman Nueva Rusia solo existe en el imaginario de Putin y de su idea de Rusia. Como es de sobra conocido, el último de los intentos frustrados de Kiev de alejarse de Moscú, el Euromaidán en 2014, terminó con la pérdida de territorio por parte de Ucrania y el enquistamiento de un conflicto en el este del país, donde Rusia apoyaba a las fuerzas secesionistas en la zona del Donbás. Desde entonces, el gobierno de Kiev emprendió una clara deriva antirrusa. En este contexto se entiende la aprobación, en 2017, de la ley educativa que limita la enseñanza en ruso en secundaria; el divorcio, en 2019, entre la Iglesia Ortodoxa de Kiev y la de Moscú; o la suspensión del Tratado de Amistad en 2018. Esta orientación prosiguió con la llegada del actual presidente, Volodímir Zelensky, elegido por mayoría absoluta en 2019, responsable de la reforma judicial, la regulación bancaria o la ley antioligarcas que aprobó la Rada ucraniana durante los dos primeros años de legislatura. Una batería de medidas que pretendían reducir la presencia de figuras políticas o empresarios con fuertes vínculos con Rusia que obstaculizaban la política ucraniana. Todo apuntaba a que Ucrania estaba, efectivamente, escapando de la influencia de Moscú a través de la vía política. A modo de respuesta, Putin comenzó a agitar la opción militar cuando, en abril de 2021, ordenó concentrar más de 100.000 efectivos

Ese momento llegó en 2012, cuando Putin vuelve a ocupar el cargo de presidente tras haber ejercido el poder en la sombra como primer ministro de Dimitri Medvedev. La retórica del Kremlin se volvió entonces mucho más belicista y agresiva hacia Occidente. Además, comenzó a emplear nuevos métodos de desestabilización y confrontación, llevando los conflictos a nuevos escenarios. Es la llamada “Doctrina Gerasimov”, que reconoce la posibilidad de utilizar nuevos espacios donde atacar al enemigo, dando lugar a una “guerra híbrida”, en la que se utilizan campañas de desinformación y ataques cibernéticos como nuevos instrumentos ofensivos8. Ciertamente, Rusia no ha sido el primer país en recurrir a estas herramientas. Muy sonada fue, por ejemplo, la trama descubierta en 2013, llamada “Octubre Rojo” que llevaba casi siete años espiando a personal gubernamental de distintos países del bloque soviético (y también occidental), que fue destapada por los propios rusos. Sin embargo, sí que ha sido quien ha perfeccionado la técnica y obtenido mejores resultados.

en la f rontera con Ucrania. Unos meses más tarde, en el verano de 2021, cuando parecía que la tensión bélica había minorado, el presidente Putin publicó un ensayo defendiendo la unidad histórica entre Rusia y Ucrania, exponiendo las distintas razones por las que consideraba que rusos y ucranianos son “un solo pueblo” y culpando del distanciamiento de Kiev a Occidente en su intento de debilitar a Rusia. Putin ya había recurrido con anterioridad a la coacción como instrumento de negociación, como también había cuestionado la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Quizás por ello mismo, o quizás por lo inconcebible que resultaba que estallase una guerra tras más de tres décadas de paz en Europa, muy pocos supieron ver el desenlace que

se avecinaba: a principios de 2022, Rusia invadía Ucrania.

Occidente despierta Los nuevos escenarios del conflicto Desde que Putin llegó al poder, Rusia nunca ha escondido su actitud revisionista, sus intenciones imperialistas o su antagonismo hacia Occidente. Sus objetivos en política exterior siempre han permanecido invariables: recuperar su estatus como potencia global, terminar con la posición hegemónica de Estados Unidos y preservar y legitimar su propio régimen. Era, pues, de esperar que sus aspiraciones geopolíticas no se limitasen únicamente al espacio postsoviético, sino que en algún momento se ampliasen los horizontes.

Moscú ha logrado crear un ecosistema integral de propaganda que tiene como público objetivo la audiencia extranjera. Para ello emplea medios de comunicación financiados por el Estado, entre los que destacan Sputnik y Russia Today, sitios web proxy, como Strategic Culture Foundation (con vínculos con el servicio de Inteligencia Exterior de Rusia) o New Eastern Outlook o granjas de trolls que crean miles de identidades falsas para controlar el debate en las redes sociales. Todos estos canales se combinan para ir dando forma a una narrativa que se adapta dependiendo de la audiencia, y da pábulo a teorías de la conspiración que cuestionan el valor

8 Valeri Gerasimov, jefe del Estado Mayor de la Defensa de Rusia, publicó en 2013 un controvertido ensayo donde identificaba los nuevos escenarios donde se librarán los conflictos en el entorno de seguridad del siglo XXI. Afirmaba que el uso de medios no militares para lograr objetivos políticos puede ser incluso más efectivo que las propias armas y exponía que internet había abierto un nuevo espacio para erosionar el liderazgo político y la opinión pública del adversario.


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y la credibilidad de las instituciones democráticas. Así logra maximizar el efecto multiplicador de su difusión y dificulta combatir la desinformación, al no poder encontrarse el origen del bulo. Esto ha provocado que muchos países occidentales, al verse desprovistos de los medios para luchar contra estas tormentas desinformativas, se vean obligados a cerrar los canales vinculados al Kremlin, con el perjuicio reputacional que ello supone para un sistema democrático donde se respeta la libertad de prensa. La anexión de Crimea en 2014 constituye uno de los mejores ejemplos en los que el Kremlin puso a funcionar todo el aparato propagandístico como instrumento de política exterior. A pesar de que las autoridades occidentales sabían que Rusia estaba detrás de los famosos “hombres de verde” que estaban en Crimea, Russia Today negó que se tratase de tropas rusas. Posteriormente, cuando se confirmó que efectivamente se trataba del Ejército ruso vulnerando la integridad territorial de otro país, cambió el discurso con el objetivo de influir en el público extranjero para que apoyase la invasión, promoviendo una narrativa exagerada artificialmente acerca de que en Ucrania existía un “neonazismo” generalizado previo a la invasión de Crimea. A esta campaña de desinformación se le sumaron miles de trolls a sueldo de la Agencia de Investigación de Internet (IRA por sus siglas

Panorama internacional 2022 _ 59

en inglés), que invirtió más de 10 millones de dólares en legitimar las acciones de Rusia en Ucrania a través de comentarios en las redes sociales, principalmente Facebook. La campaña de desinformación rusa resultó ser eficiente y tuvo éxito en sus objetivos, ya que la popularidad mundial en Google del término “nazis de Ucrania” pasó de 2 a 100 en tan solo unas semanas de acuerdo con el medidor de actividad Google Trends9. Y, quizás, lo que es peor, ha logrado instalar en el imaginario colectivo la idea de que la población ucraniana respalda grupos neonazis, a pesar de que el principal partido de extrema derecha apenas logró un 2% de los votos en las últimas elecciones. La guerra de desinformación que plantea el Kremlin es especialmente peligrosa para las democracias occidentales, ya que convierte fortalezas democráticas como el libre acceso a la información o la libertad de prensa en vulnerabilidades. A través de la difusión de informa-

9 Estos números reflejan el interés de búsqueda de un término en relación con el valor máximo definido para una región y períodos determinados. Un valor de 100 indica la popularidad máxima del término, un valor de 50 indica que un término es la mitad de popular en relación con el valor máximo, y un valor de 0 que no hay suficientes datos del término.

EVOLUCIÓN BÚSQUEDAS EN INTERNET “UKRAINE NAZIS” *Búsquedas del 08/01/13 al 01/06/16 100 75 50 25 0 13 enero 2013 FUENTE: GOOGLE TRENDS

20 abril 2014

26 julio 2015

ción falsa de forma deliberada está convirtiendo a los propios ciudadanos de las democracias occidentales en sus mejores aliados en el exterior. No cabe duda de que Rusia está ganando la batalla informativa.

Estados Unidos, el enemigo a batir Los ataques cibernéticos y las campañas de desinformación no se han limitado únicamente al espacio postsoviético, sino que han ido ganando en intensidad y alcance. Sin duda, alcanzaron su máxima expresión con la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, que también atacaron desde varios frentes.

Estados Unidos ha optado por concentrar su política exterior en la contención de China y dejar en un segundo plano la cada vez mayor actividad y hostilidad de Rusia

La investigación posterior que llevó a cabo el Senado de Estados Unidos concluyó que los servicios de inteligencia rusos habían hackeado hasta en dos ocasiones los equipos del Partido Demócrata, de donde consiguieron sustraer información confidencial. Además, probaron que la IRA había orientado el debate político en favor del expresidente Donald Trump a través de anuncios en las redes sociales. Los datos estimados apuntan a que los anuncios falsos publicados por Facebook llegaron a 29 millones de personas, YouTube contenía más de 1.000 vídeos con casi 50 horas de contenido y Twitter identificó casi 3.000 cuentas falsas a nombre de rusos y 36.000 bots.

frontal y evidente a quien considera su enemigo y principal rival internacional no supone una sorpresa para nadie. Sí lo es, en cambio, la tibieza con la que Estados Unidos ha respondido a esta recurrente vulneración de su seguridad nacional. Washington ha decidido hacer frente a Moscú recurriendo a las advertencias, a la expulsión de diplomáticos y a la imposición de sanciones con un impacto superficial. Las sucesivas Administraciones han optado por concentrar su política exterior en la contención de China y dejar en un segundo plano la, cada vez mayor, actividad y hostilidad de Rusia en el plano internacional.

Desde entonces, las acciones maliciosas contra Estados Unidos se han multiplicado, así como la gravedad de sus consecuencias. Destacan, por ejemplo, el caso “NotPetya” en 2017, un malware que afectó al comercio y la distribución de fármacos y que supuso pérdidas millonarias para el país; el llamado “SolarWinds”, en 2020, que atacó al software de las agencias de gobierno de Estados Unidos y logró sustraer información sensible; o el ciberataque que ocurrió en verano de 2021 contra el oleoducto Continental, que dejó sin suministro de energía a una parte del país y obligó a Washington a declarar el estado de emergencia regional.

En 2014, cuando ya se había producido la anexión de Crimea, el presidente Barack Obama calificó a Rusia como “potencia regional”. En 2015, la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos hablaba de “paciencia estratégica” hacia Rusia, defendía las medidas económicas a modo de respuesta y dejaba abierta la puerta del diálogo para evitar repetir el escenario de la Guerra Fría. Tres años más tarde, cuando ya se había producido la injerencia electoral, la nueva Estrategia de la Administración Trump reconoció la amenaza que Rusia supone para la seguridad del país, pero siempre desde una posición secundaria frente al desafío que entraña China.

El hecho de que Rusia ataque de una forma tan

Ciertamente, Rusia carece de las fortalezas de-


60 _ RUSIA, PUTIN Y EL FIN DEL ORDEN INTERNACIONAL

mográficas, industriales o tecnológicas de China, a quien Estados Unidos considera su verdadero rival por la hegemonía mundial. Sin embargo, conviene recordar que es el país con el mayor arsenal nuclear del mundo, y continúa siendo una importante potencia militar que tiene como objetivo recuperar el papel global que considera que le corresponde. Algo que ha demostrado que está dispuesto a hacer incluso vulnerando la legalidad internacional. Por otra parte, en menos de una década, Rusia ha logrado incrementar su presencia global de una forma sorprendente y precisamente a costa de Estados Unidos. A través del impulso de la cooperación a través de las redes clientelares y del apoyo militar a dictadores en situaciones comprometidas, ha conseguido consolidar su papel como potencia en Oriente Medio donde, de hecho, se podría decir que ha

Panorama internacional 2022 _ 61

sustituido a Washington como principal actor regional. Sobresale el caso de Siria, donde el ejército ruso apoya militarmente al régimen de Bachar el Assad, mientras que Estados Unidos, bajo mandato de Trump, decidió retirarse del territorio. Algo similar ocurrió en Libia, donde Rusia, a través del grupo Wagner, ha apoyado a las tropas del coronel Haftar, mientras Estados Unidos retiró las tropas desplegadas en el país en 2019 ante el aumento de los disturbios. En ambos casos, Rusia ha aprovechado vacíos de seguridad para expandir su presencia militar en la región a través de bases navales o aéreas y suministrando armamento a los nuevos socios. Una estrategia que también ha seguido en África subsahariana y, más concretamente, en el Sahel como se explica en el artículo “Tormenta en el Sahel” de esta edición de Pa-

NÚMERO DE CABEZAS NUCLEARES POR PAÍS 10 cabezas nucleares

Reino Unido 265*

Francia 290

Corea del Norte 40-50 Israel 90

Pakistán 165

China 350 India 156

Estados Unidos 5.550

Rusia 6.255

*En 2021, Reino Unido anunció un incremento en la limitación de su arsenal nuclear de 225 a 260 cabezas. A comienzos de 2021, nueve países –Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte– tenían aproximadamente 13.080 armas nucleares, de las cuales, 3.825 estaban desplegadas junto con fuerzas operativas. Aproximadamente 2.000 de ellas estaban en situación elevada de alerta. FUENTE: ECFR

norama. Rusia es el principal socio internacional de Mali, Sudán y la República Centroafricana, todos ellos Estados extremadamente frágiles, con una importante presencia de grupos terroristas, y, por consiguiente, con una enorme capacidad de desestabilizar el flanco sur de la OTAN.

¿Y Europa? Las relaciones entre Rusia y la Unión Europea se mueven en un equilibrio complejo, marcado por la dependencia energética y la confrontación. La Unión Europea es el principal cliente de Rusia, de donde importa el 27% del petróleo, casi la mitad del carbón y un tercio del gas que se consume en Europa. Unos vínculos energéticos que Moscú trata y consigue alimentar para, posteriormente, emplearlos en su favor. Destaca, por ejemplo, la construcción del gasoducto Nord Stream 2, cuyas obras comenzaron en 2018, una vez que Rusia ya se había anexionado Crimea. Algo que constituye todo un éxito diplomático de Moscú, que consiguió que las autoridades alemanas confiasen de nuevo en el Kremlin a pesar de la evidente amenaza que Rusia suponía para la seguridad europea. Llegados a este punto, conviene señalar que, para Rusia, Bruselas no es un interlocutor soberano válido y prefiere dirigirse a cada uno de los Veintisiete de forma independiente. Consciente de que la falta de cohesión del bloque europeo representa la mayor de sus debilidades, recurre de forma deliberada al tradicional “divide y vencerás” para minar su posición. Algo que, efectivamente, consigue con frecuencia. La relación con Rusia es uno de los temas que mayores diferencias suscita entre los Estados miembro. Mientras que para Polonia o las Repúblicas Bálticas, Rusia es una amenaza persistente a su seguridad y apoyan un endurecimiento de la postura europea hacia el Kremlin, Alemania o Francia tienden hacia la negociación y el diálogo, por no mencionar a Hungría, que se comporta directamente como un socio del Kremlin infiltrado en las filas europeas.

Moscú consiguió que las autoridades alemanas confiasen de nuevo en el Kremlin a pesar de la evidente amenaza que Rusia suponía para la seguridad europea


62 _ RUSIA, PUTIN Y EL FIN DEL ORDEN INTERNACIONAL

Panorama internacional 2022 _ 63

En los últimos años, sin embargo, Moscú ha redoblado los intentos de desestabilización del bloque europeo y recrudecido su agresividad exterior. Para ello recurre a una combinación de ataques cibernéticos directos, campañas de desinformación y buenas dosis de “conservadurismo estratégico”. De esta forma, agita los discursos radicales a uno y otro lado del espectro político de los diferentes países, agrava las tensiones sociales y políticas que generan conflictos previamente existentes y logra polarizar a la opinión pública. De nuevo, pueden citarse multitud de ejemplos. Tanto de ataques cibernéticos frontales, como el robo de información confidencial del Parlamento alemán en 2015, previo a la celebración de las elecciones, como de injerencia en las redes sociales para condicionar el voto durante la campaña del Brexit, o de las campañas de desinformación durante la pandemia.

PARTIDOS DE ULTRADERECHA QUE RESPALDAN LOS INTERESES DE RUSIA EN EUROPA

Hungría JOBBIK

Reino Unido UKIP (Partido de

(Movimiento por una Hungría Mejor)

la Independencia del Reino Unido)

Francia Frente Nacional

Bulgaria Ataka (Unión

Nacional Ataque)

Alemania NPD (Partido

Nacional Demócrata)

Grecia Amanecer Dorado

FUENTE: BUSINESS INSIDER (2014)

Sin embargo, al igual que en el caso de Estados Unidos, la Unión Europea no ha respondido a todas estas provocaciones y ataques con la contundencia esperada de un actor de su envergadura. En primer lugar, porque la confrontación no es una de las características que esté en el ADN europeo, más proclive a agotar la vía diplomática. Y, en segundo lugar, por la falta de una postura unida por parte de los Veintisiete, que dificulta la adopción de medidas de retorsión. Todo ello ha hecho que Bruselas, de alguna forma, haya decidido mirar hacia otro lado ante las continuas vulneraciones por parte de Rusia, quien ha aprovechado la falta de respuesta para seguir poniendo a prueba al bloque comunitario.

Y estalló el conflicto ¿Un conflicto inesperado? En el último lustro, el tablero geopolítico internacional ha sufrido un vuelco importantísimo. Si bien la rivalidad entre Washington y Pekín ha acaparado toda la atención, por sus enormes repercusiones económicas y geopolíticas, Rusia ha ido poco a poco avanzando en sus objetivos, ampliando sus horizontes, sus métodos de injerencia y sus aliados. Lo ha hecho de una forma progresiva pero evidente y, aun así, no ha encontrado a nadie que le frenase. Ciertamente, la invasión de Ucrania que se produjo a comienzos de este año era un escenario predecible para todo aquel que viniese analizando la política exterior rusa en los últimos años. Fue, sin embargo, una sorpresa para la mayoría, que consideraban impensable el regreso de la guerra a Europa, pero que también, quizá, habían minusvalorado la determinación de Rusia. Para justificar la guerra, el presidente Putin, en un discurso dirigido a su país antes de la invasión, habló del peligro que supone para la seguridad nacional la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas. Afirmó que la “operación militar especial” que Rusia iba a llevar a cabo en Ucrania tenía un carácter defensivo, ya que “Occidente no le dejaba otra opción que defender


64 _ RUSIA, PUTIN Y EL FIN DEL ORDEN INTERNACIONAL

a Rusia y a su pueblo, que estaba siendo objeto de maltrato y genocidio cometido por el gobierno nazi de Ucrania”. Así pues, se trata de una intervención que recurre a todos y cada uno de los pilares sobre los que se apoya la estrategia exterior rusa: la cuestión identitaria, la desinformación, el revisionismo histórico y la narrativa antioccidental. Sin embargo, se trata, de nuevo, de una narrativa construida por el propio presidente, plagada de inexactitudes y argumentos retorcidos, que requiere de un análisis más detallado. No es la primera vez que Moscú se queja de la ampliación de la Organización Transatlántica. Como se ha explicado antes, ya en tiempos de Yeltsin se considera este el mayor peligro para la seguridad del país. Este posicionamiento no solo no ha cambiado, sino que ha adoptado una actitud mucho más agresiva, recurriendo a la intervención armada para frenar el ingreso de países que conforman lo que Moscú considera su “zona de influencia”. De hecho, la guerra de Georgia, por ejemplo, es uno de esos ejemplos de cómo el Kremlin responde militarmente ante un ejercicio de soberanía de un Estado independiente que no encaja en sus intereses10. El quid de la cuestión reside siempre en el mismo punto y es la no aceptación de los acontecimientos del pasado, que Putin intenta cambiar con acciones en el presente. Una receta que, a todas luces, no puede triunfar. En el contexto del conflicto actual de Ucrania sobresale el hecho de que no había perspectivas de que Ucrania fuese a ingresar en la organización en un horizonte temprano, ya que la OTAN no acepta el ingreso de países que no controlan su integridad territorial. Se puede afirmar sin miedo a

10 La Guerra de Georgia se produce en 2008, tras la Cumbre de Bucarest de la Alianza Atlántica, cuando los países miembro invitaron a Ucrania y a Georgia a formar parte de la Alianza pero decidieron no aprobar sus solicitudes de un Plan de Mecanismo de Acción (MAP), la agenda para llegar a ingresar en la organización.

Panorama internacional 2022 _ 65

equivocarse que Rusia ha utilizado la excusa de la OTAN para, de nuevo, atacar la integridad territorial de un país soberano por el mero rechazo de su existencia como país independiente. Respecto a las cuestiones culturales e históricas, llama la atención que habitualmente las guerras son consecuencia de un agravamiento de las diferencias existentes entre países o poblaciones. En este caso, sin embargo, Putin plantea un conflicto para demostrar las similitudes de los pueblos ucraniano y ruso. Algo que revela, de nuevo, la importancia de “la nación” en la construcción de la nueva identidad rusa. Así pues, extiende la nacionalidad rusa más allá de lo que delimitan sus propias fronteras y hace de la guerra un deber patriótico para los propios rusos que participan en ella. Por último, recurre al argumento, heredado de la invasión de Crimea y amplificado nuevamente por la propaganda rusa, de que Ucrania está liderada por un Gobierno nazi que somete a un “genocidio” a sus compatriotas rusos en la región separatista del Donbás, pese a que no existe ninguna prueba que respalde su argumento.

Terremoto en el tablero geopolítico mundial Putin ha volcado todo un arsenal de excusas para justificar una agresión que le ha valido la condena y el aislamiento de la mayor parte de la comunidad internacional. Sin embargo, también ha puesto de manifiesto la cada vez mayor influencia internacional de Rusia, fruto de la intensa actividad militar, diplomática y comercial del Kremlin en los últimos años. Si se observa el resultado de la votación a favor de la integridad territorial de Ucrania en el Consejo de la ONU de 2022 se observan una serie de tendencias geopolíticas que se venían dibujando en los últimos tiempos y que el conflicto no ha hecho más que acelerar. La guerra ha servido para reforzar alianzas entre países históricamente distanciados. Es el caso de China y Rusia, que disfrutan de una “amistad sin límites”, tal y como declararon tras la fir-

ma del Acuerdo de Cooperación sino-ruso en febrero de 2022. Sus relaciones se basan en la apuesta por un mundo multipolar, el antagonismo hacia Estados Unidos y un modelo alternativo de gobernanza política y económica, basado en el autoritarismo y el capitalismo de Estado, que consideran más eficiente para la consecución de sus objetivos. Sin embargo, con relación a la guerra en Ucrania, China ha preferido adoptar una postura de falsa equidistancia en la que, por un lado, defiende la soberanía y la integridad territorial del país agredido al tiempo que no condena la invasión por parte de Rusia. Mientras, China se ha convertido en el único país con capacidad de dar apoyo financiero al Kremlin a través de la línea swap que el Banco de Rusia tiene con el Banco Central del China y que le da acceso a los 150.000 millones de yuanes en concepto de reservas que tiene Moscú. Esta dependencia se traslada también al ámbito energético y comercial. Rusia ya ha sustituido a Arabia Saudí como principal fuente de petróleo de Pekín, ha aumentado un 50% las exportaciones de gas natural e incrementa-

do también las de trigo. Se trata de una posición delicada para Moscú, que está en una evidente posición de inferioridad frente al gigante asiático. Son muchas las posibilidades de que Rusia, en vez de cooperar con China para competir contra Estados Unidos en la hegemonía mundial, sea sometida por Pekín para conseguir sus propios objetivos. De hecho, ambos países chocan en algunos de sus objetivos de política exterior como, por ejemplo, en extender su influencia en los países de Asia Central. El estallido de un conflicto en Europa y el debate acerca de la arquitectura de seguridad europea han revitalizado a la Organización Trasatlántica que, en los últimos años, atravesaba una crisis que para muchos le abocaba al fracaso. La OTAN ha encontrado en la guerra la razón de ser que justifica su existencia. Muestra de ello es que países tradicionalmente neutrales, como Suecia y Finlandia, ya han ingresado en la alianza y los que ya formaban parte de ella se han comprometido a cumplir con sus objetivos presupuestarios de destinar al menos el 2% del PIB a defensa y seguridad.

RESULTADO DE LA VOTACIÓN DE LA RESOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA GENERAL DE NACIONES UNIDAS ES-11/1 CONDENANDO LA INVASIÓN DE UCRANIA

A favor En contra Abstención Ausente FUENTE: REAL INSTITUTO ELCANO


66 _ RUSIA, PUTIN Y EL FIN DEL ORDEN INTERNACIONAL

Panorama internacional 2022 _ 67

La Cumbre de Madrid, celebrada hace menos de un mes, da buena muestra de este renacer transatlántico, que ha quedado también plasmado en un nuevo concepto estratégico. Las nuevas directrices de la organización identifican el momento actual como “crítico para la seguridad, la paz y la estabilidad internacionales”; contemplan a Rusia como la “amenaza más significativa y directa” y a China como un “desafío sistémico”. Además, el texto resalta la importancia de las tecnologías emergentes (quantum, biotecnología o nuevos materiales) y las disruptivas (IA o Big Data) como instrumentos esenciales que están alterando las características del conflicto y tienen un enorme potencial desestabilizador. El resultado de la Cumbre ha sido muy positivo para la arquitectura de seguridad europea que sale muy reforzada, pone especial atención a la defensa de los flancos este y sur y, en definitiva, supone la adaptación de la organización al profundo cambio geopolítico que se está produciendo. A nivel europeo, la crisis en Ucrania ha reforzado el papel de actor internacional de la Unión Europea. Los Veintisiete han actuado con una cohesión, una unidad y una contundencia inusitada para el bloque comunitario. Bruselas ha impuesto seis rondas de sanciones que han hecho saltar por los aires todos los vínculos comerciales y financieros que, previamente, los distintos Estados miembro tenían con Moscú. Perviven, sin embargo, los lazos energéticos, dada la elevada dependencia de algunos Estados europeos del gas y el petróleo rusos. De hecho, el conflicto ha puesto otra vez de relevancia la cuestión sobre la seguridad energética europea, un asunto que llevaba años sobre la mesa pero nunca se habían atrevido a atajar. En este sentido, destaca el papel de Alemania, que presionó para aumentar las importaciones de gas, haciendo caso omiso de la agresividad de Rusia y buscando únicamente beneficiarse de unos precios más competitivos. Ahora, Berlín se ve totalmente expuesta ante una situación que claramente podía haber previsto y que está pagando muy caro. Sobresalen también los

La consecuencia más importante y visible del conflicto es la creciente multipolaridad del orden internacional, que refleja que la visión occidental del mundo ya no es la única que se considera válida

casos de Hungría o Eslovaquia, que importan de Rusia el 100% del petróleo que consumen y para quienes se ha adoptado una exención en la aplicación de las sanciones. Así pues, Europa está sufriendo las mayores consecuencias sociales, económicas y energéticas de la guerra. Con el paso del tiempo, y a medida que se hace evidente que el conflicto se está enquistando, comienza a observarse cierto cansancio y a aparecer fracturas en las filas europeas. Las consecuencias de la guerra están dilapidando el escaso capital político de los líderes europeos, lo que puede llevar a un relajamiento de las medidas contra Moscú cuando el invierno se aproxime. Por último, probablemente la consecuencia más importante y visible del conflicto es la creciente multipolaridad del orden internacional, que refleja que la visión occidental del mundo ya no es la única que se considera válida. Ya no se acepta la idea de que el sistema democrá-

tico, la economía de mercado y la libertad de expresión representan el objetivo a conseguir por todos los países del mundo. En cambio, el autoritarismo, el capitalismo de Estado y la represión representan una alternativa no sólo viable sino también aceptable para un grupo importante y creciente de países, uno de los cuales aspira a ser el próximo poder hegemónico mundial. La guerra en Ucrania es uno de esos eventos que marcan el inicio de una nueva era en la historia mundial, cuyo alcance es aún desconocido. Hemos sido testigos del fin de una etapa protagonizada por la globalización y el multilateralismo como guía de las relaciones internacionales. Se abre paso nuevo orden internacional marcado por la confrontación sistémica dos bloques completamente opuestos. Bienvenidos al siglo XXI.


3. TORMENTA EN EL SAHEL RAFAEL LORING ANALISTA DE RIESGO PAÍS


70 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 71

E

n 2021-22, en un plazo de apenas 18 meses, se han producido cinco golpes de Estado en África (Mali, Guinea, Sudán, Burkina Faso y Túnez), a lo que hay que sumar cuatro intentos de golpe de Estado fallidos. Algo de estas características no se producía desde hace muchas décadas. En concreto, desde 1966, en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, cuando ambas potencias tenían pocos reparos en apoyar regímenes militares si esto permitía añadir un nuevo país a sus respectivos bloques de influencia en el marco de su enfrentamiento global. Además, buena parte de estos golpes de Estado se concentran en la región del Sahel, donde existe una creciente actividad de los grupos yihadistas, cuya influencia está creciendo de forma preocupante a pesar de los esfuerzos de las fuerzas militares locales y de las misiones internacionales de paz. Ante estos eventos surgen numerosos interrogantes cuya respuesta

puede determinar el futuro de la región y tener importantes consecuencias no solo en África, sino también en el nuevo equilibrio mundial.

¿Debemos esperar un agravamiento generalizado del riesgo político y un retroceso generalizado de las democracias en África en la próxima década?

GOLPES DE ESTADO EN ÁFRICA 25

20

15

10

5

0

1960s

1970s

1980s

1990s

2000s

2010s

2020-22

2020s (proyección)

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA

El gráfico muestra el número de golpes de Estado ocurridos en cada década desde 1960. Puede observarse cómo disminuyen rápidamente en los años 90 y, sobre todo, en la década de los 2000, coincidiendo con la fase de transición y consolidación democrática de la mayor parte de los países africanos. Sin embargo, esta tendencia parece haberse invertido. La penúltima columna muestra los datos entre 2020 y 22, cuando ha habido tantos golpes de Estado como en toda la primera década de este siglo. Si la tendencia continúa, esta década podría haber tantos golpes como en los años 70 del siglo pasado.

¿Podría tratarse esta profusión de golpes de Estado únicamente de una anomalía estadística? Estos eventos, por su propia naturaleza, no suelen producirse de forma uniforme en el tiempo. Además, como veremos, es cierto que la región sigue aquejada de graves problemas de gobernabilidad, debilidad institucional y pobreza, un cóctel perfecto para que cunda la inestabilidad política, los golpes de Estado y los movimientos insurgentes. Sin embargo, también era así en las últimas dos décadas, en las que parecía registrarse una mayor estabilidad. Una duda parece erigirse en respuesta: ¿es posible que sea un síntoma de los cambios en el orden internacional producidos en la última década y que de forma creciente se califica precisamente como una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y China? Como veremos, hay muchos indicios que efectivamente señalan que el nuevo contexto internacional sí está jugando un papel clave. Como consecuencia, cabe preguntarse: si no se trata de un fenómeno pasajero, ¿debemos esperar un agravamiento generalizado del riesgo político y un retroceso generalizado de las democracias en África en la próxima década? Por otra parte, la intensificación de la actividad yihadista podría explicar también, al menos en parte, el creciente número de golpes de Estado, ya que en casos como los de Mali y Burkina Faso los militares golpistas han justificado su intervención precisamente por el deterioro de la situación de seguridad propiciada por grupos afiliados a Al-Qaeda y al Estado Islámico. No obstante, en otros países esto no ha jugado un papel relevante. Así pues, si bien pensamos que sin duda se encuentra entre las causas de la creciente inestabilidad, el yihadismo no explica el fenómeno realmente nuevo que está detrás de estos golpes de Estado: el creciente éxito de las intentonas golpistas (una tasa del 60%, similar a la registrada durante la guerra fría). Lo cierto es que, como analizaremos a


72 _ TORMENTA EN EL SAHEL

lo largo de este artículo, la creciente y compleja amenaza yihadista, no solo en el Sahel sino en toda el África subsahariana, es un problema que merece una atención particular, porque está desarrollándose precisamente en un momento en el que parece estar en entredicho la estabilidad institucional y la confianza de la población en la democracia, un caldo de cultivo perfecto para las técnicas de reclutamiento e implantación en el territorio de estas organizaciones. Se trata de un fenómeno con motivaciones propias pero que, evidentemente, está agravando la creciente inestabilidad de los sistemas democráticos de la región.

Panorama internacional 2022 _ 73

naciones europeas, que se generaron tras siglos de guerras y evolución política conforme a unos patrones mucho más homogéneos. A vista de pájaro llaman la atención las fronteras rectilíneas de muchos de estos países, como trazadas con escuadra y cartabón, que obedecen a negociaciones entre potencias europeas que raramente tenían en cuenta la homogeneidad de los pueblos agrupados en los nuevos Estados. En realidad, sus fronteras, especial-

EL SAHEL

Factores tradicionales: luchas étnicas, pobreza, inflación y fragilidad institucional Argelia Mauritania Mali

Eritrea

Sudan

Chad

Burkina Faso Nigeria Camerún

FUENTE: RESEARCH GATE

DIVERSIDAD ÉTNICA Y FRONTERAS Kabyle

Rif

Chaoui

Shilha

Arab

Fula Mende

Bam bara

Fula

Songh

Senufo Mossi

Beja

Tuareg Hausa

Kanuri Fula

Fur

Akan Gbe

Amhara

Luo

Sara Dinka Banda Baya Nuer Kru Zande Beti nga Bamum be M chi Ganda Bamileke Fang o Ngala Budu ib FUENTE: M Teke Mongo Punu NATIONAL GEOGRAPHIC Mandinka

Tegrinya

Tigre

Wolof

Nubian

Tubu

Sonike

Afar

O ro m o

Sahrawi

1 No existe una lista universalmente reconocida de los países que pertenecen al Sahel. En algunos medios se incluyen países como Guinea o Camerún, aunque es discutible que geográficamente formen parte de la región. También hay países como Mauritania, por ser del Norte de África, o Sudán y Eritrea, que no se suelen incluir por ser muy distintos en términos políticos y étnicos. A efectos de este informe utilizaremos la definición más laxa posible, ya que en buena medida los fenómenos de los que tratamos son extensibles a gran parte del África subsahariana.

Níger

Senegal

Yoru ba Igbo Tiv

Conflictos étnicos El Sahel1 ha sido históricamente una región aquejada por una gran inestabilidad política. Llama la atención incluso dentro de un continente como el africano, aquejado de inestabilidad casi permanente tras el proceso de descolonización, en muchas ocasiones desordenado, que se inició tras la Segunda Guerra Mundial. Un factor esencial que explica esta inestabilidad lo constituyen las propias características fundamentales del Sahel, una región climática situada al sur del Sahara, formada por un terreno semiárido y poblada en general por pueblos nómadas, ganaderos al norte y agrícolas al sur, de orígenes étnicos muy distintos, y que conforman una base muy complicada para la formación de naciones-Estado a imagen de las

Somali

Welayta Kalenjin Kikuyu Kamba


74 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 75

mente con los países del norte de África, son inexistentes en el sentido moderno de la palabra; solo hay vastas extensiones de terreno árido, donde cualquier persona o mercancía puede transitar sin control alguno, incluyendo, evidentemente, grupos armados. Así, por ejemplo, pueblos como el tuareg o los fulani, desprovistos de una nación Estado propia y dispersos en regiones transfronterizas, han sido origen permanente de conflictos étnicos en la región. Precisamente la rebelión tuareg de 2012 y la proclamación del Estado independiente de Azawad en el norte de Mali dio paso a la guerra civil de Mali que, si bien se terminó en 2015, hizo de este país, como veremos, un caldo de cultivo perfecto para la extensión de la insurgencia y el yihadismo en el Sahel occidental.

Pobreza e inflación Otra de las características claves de la región es el bajo nivel de renta de los países que la componen, lo que hace más complicado aún la construcción de naciones Estado estables, apoyadas en sistemas fiscales e instituciones sólidas. De entre las subdivisiones tradicionales de los países emergentes, el África subsahariana es,

con 3.902 dólares en 2022 (PPA $2017), la región con la renta per cápita más baja del mundo. La de los países del Sahel arroja un dato incluso peor, de tan solo 2.387 dólares. Además, en ambos casos la evolución en las últimas dos décadas ha sido decepcionante. En las dos últimas décadas la renta per cápita en el conjunto de los países emergentes se ha multiplicado por dos. Sin embargo, tanto en el África subsahariana como en el Sahel ha permanecido prácticamente estancada. Así, mientras que a lo largo de los últimos veinte años la población que vive en condiciones de pobreza extrema (menos de 1,9 dólares al día en términos de paridad del poder adquisitivo –PPA $2011–) ha descendido en el mundo de forma abrupta (aproximadamente en 1.000 millones de personas), en el África subsahariana se ha incrementado en más de 100 millones. Esto se debe, en buena medida, a que el crecimiento económico de las últimas dos décadas (que, en promedio ha sido del 4,4% del PIB en 2000-2020) si bien no es desdeñable, no ha sido suficiente para compensar el rápido crecimiento de la población (prácticamente se ha doblado durante

POBREZA EXTREMA PORCENTAJE DE LA POBLACIÓN QUE VIVE BAJO LA LÍNEA INTERNACIONAL DE LA POBREZA (1,9 $/DÍA)

Sin datos

0%

0.1%

0.2%

0.5%

1%

5%

10%

20%

50%

100%

FUENTE: OUR WORLD IN DATA, CON DATOS DEL BANCO MUNDIAL

Las cifras muestran el ingreso familiar o el consumo por persona, medidos en paridad del poder adquisitivo (dólares de 2011), con el fin de tener en cuenta las diferencias de precios entre los distintos países así como la inflación a lo largo del tiempo.

RENTA PER CAPITA 1980-2022 (EN PARIDAD DEL PODER ADQUISITIVO; $ DE 2017)

POBREZA EXTREMA EN EL MUNDO IMPACTO DE LA COVID-19

14.000

1.000

12.000

800

10.000

600

8.000

2%

741

689

645

738

751

733

731

614

588

2020

2021 forecast

400

6.000

200

4.000

0 2015

2.000 -

Previsión antes de la COVID-19 1982 Países emergentes

FUENTE: FMI

1992 África subsahariana

2002 Sahel

2012

2022

2017 Previsión base de la COVID-19

2019

Proyección a la baja de la COVID-19

FUENTE: BANCO MUNDIAL

El gráfico muestra la tendencia descendente que seguían las cifras de pobreza extrema antes de la pandemia, y cómo esa tendencia se interrumpe en 2020 y las cifras vuelven a aumentar, hasta niveles similares a los de 2015.


76 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 77

este periodo, hasta alcanzar 1.140 millones de habitantes). Así, incluso a pesar de que la tasa de pobreza extrema se ha reducido significativamente desde más del 50% en 2000 al entorno del 38% en la actualidad, el número total de personas que viven en la pobreza en la región se estima que ha pasado de menos de 350 millones a unos 470 millones en los últimos veinte años. Estas cifras son desoladoras, ya que implican que hoy en día 3 de cada 4 personas del mundo que viven en condiciones de pobreza extrema están en el África subsahariana. Además, el impacto de la pandemia ha sido devastador para la población más vulnerable de la región. En 2020 el PIB del África subsahariana se contrajo por primera vez en casi tres décadas. En concreto, en un -1,7%, la mayor rece-

sión jamás registrada. Si bien la ayuda multilateral tampoco ha tenido precedentes, los países de la región no han podido aplicar estímulos fiscales comparables a los empleados en los países desarrollados. Sobre todo porque han tenido que hacer frente a una caída en los ingresos públicos del 15% en promedio, según el FMI. Aunque no contamos todavía con estimaciones precisas, se calcula que la COVID-19 ha provocado un crecimiento de la pobreza extrema aproximadamente del 3% en el África subsahariana, lo que representa cerca de 23 millones de personas más, y supone que la cifra sea 45 millones superior a lo previsto inicialmente. Una de las razones de que la región haya sufrido este devastador impacto como consecuencia de la COVID-19, a pesar de sufrir relativamente

PESO DE LOS ALIMENTOS EN EL ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMO 80

PARTICIPACIÓN DE LOS ALIMENTOS EN EL IPC (%)

70

60

50

40

30

20

10

0 0

5

10

15

20

25

30

35

PIB PER CAPITA, EN MILES DE DÓLARES, EN PPA Economías avanzadas FUENTE: FMI

Economías Emergentes

África Subsahariana

40

45

50

menos en términos estrictamente sanitarios y de confinamientos, es la aguda vulnerabilidad del Áf rica subsahariana y especialmente del Sahel frente a la evolución de los precios de los alimentos y el impacto de estos en el nivel general de precios. Mientras que en los países desarrollados los alimentos suponen, en general, entre el 10% y 20% de la cesta de compra del consumidor medio, en el África subsahariana estas cifras fluctúan entre el 30% y el 70%. Los países del Sahel, precisamente al ser los de renta más baja, son los que registran una proporción más alta, generalmente en torno al 60%. Además, los precios en estos países fluctúan de forma muy intensa debido al irregular régimen de lluvias, que registra recurrentes sequías, lo que deja a los países muy dependientes de los precios de los alimentos importados en años de malas cosechas. A esto hay que añadir que, salvo algunas excepciones, como Nigeria o Chad, en general los países del Sahel carecen de autosuficiencia en materia energética y deben importar la mayor parte del combustible que consumen. La recuperación de la demanda mundial postpandemia en 2021-22 ha tenido un impacto notable sobre los precios tanto de los alimentos como de la energía. Con anterioridad al estallido de la guerra en Ucrania, el índice de los precios de los alimentos escaló más de un 30%, mientras que el coste de la energía se disparó en más de un 40% a finales de 2021 con respecto a los niveles prepandemia. Como consecuencia, la inflación se está elevando rápidamente en el África subsahariana; se estima que alcanzará el 11,6% en 2022, el dato más alto desde 2008. El coste de los alimentos, especialmente de los cereales, y de la energía se ha disparado aún más en 2022 por el impacto de la guerra. Si bien, evidentemente, los efectos de esta última subida no pueden ser la causa de la inestabilidad registrada con anterioridad, sí auguran que el impacto social y político de la creciente inflación seguramente se va a agravar en los próximos meses. De hecho, es muy posible que la ligera moderación de la inflación

INFLACIÓN Y PRECIOS DE LOS ALIMENTOS 14

12

10

8

6

4

2

0 2018

2019

2020

2021

2022

Mundo África subsahariana Índice de precios de los alimentos (eje dcho. 100-2016) FUENTE: FMI

ÍNDICE MUNDIAL DEL PRECIO DE LOS ALIMENTOS 250 230 210 190 170 150 Previsiones 130 110 90 70 50 2000

2007

2014

FUENTE: OXFORD ECONOMICS

2021

2028


78 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 79

que pronosticaba el FMI para la región durante la segunda mitad del año en la revisión de abril del World Economic Outlook no solo no se dé sino que, en realidad, se produzca un agravamiento de la misma.

Fragilidad institucional Si la evolución económica ha sido decepcionante, el fortalecimiento de las instituciones democráticas en el África subsahariana ha sido también muy discutible en las últimas dos décadas. Los índices de buen gobierno que elabora el Banco Mundial muestran que en las últimas dos décadas apenas se han producido avances. Todos los indicadores se sitúan en promedio en torno al percentil 30 del ranking y se observan mínimos movimientos desde el año 2000. Así, a pesar de que hace 20 años una ola de democratización y estabilidad política parecía llegar finalmente a África, la región sigue contando con unos indicadores de calidad institucional muy negativos. Además, los datos muestran que in-

cluso han sufrido un retroceso reciente, si bien muy ligero, pero significativo, en materia de estabilidad política/terrorismo, efectividad gubernamental y calidad regulatoria. Otras fuentes señalan una evolución similar. Así, por ejemplo, el Índice Ibrahim de Buen Gobierno en África (IIAG), que analiza exclusivamente esta región, señala escasos avances en la pasada década y un ligero deterioro en materia de seguridad, Estado de derecho y participación democrática. Parte de este fracaso tiene que ver con la falta de resultados económicos tangibles de los sistemas democráticos que hemos visto antes, pero también con la escasa calidad democrática e institucional de muchos de estos gobiernos. No en vano, los líderes de los golpes militares a los que hemos asistido en los dos últimos años han alegado frecuentemente actuar en defensa de la democracia frente a la deriva autoritaria de los gobiernos salidos de las urnas. Aunque luego ellos no parecen tener prisa por restaurar el orden democrático, este parece ser el

Los índices de buen gobierno que elabora el Banco Mundial muestran que en las últimas dos décadas apenas se han producido avances

ÍNDICES DE BUEN GOBIERNO ÁFRICA SUBSAHARIANA (0-100%) 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Rendición de cuentas 2000

2010

FUENTE: FMI

2020

Estabilidad pollítica

Efectividad gubernamental

Calidad regulatoria

Estado de derecho

Control de la corrrupción

caso del golpe en Guinea, como reacción ante el controvertido cambio constitucional promovido por el presidente Alpha Condé, gracias al cual obtuvo un tercer mandato en octubre de 2020 tras una discutida votación plagada de disturbios; y, en parte también, el caso del golpe en Mali de 2020 contra el presidente Keita. Por último, hay que señalar los altos niveles de corrupción como otro factor de debilidad institucional, que ha sido motivo constante de desapego social en las democracias africanas y frecuentemente esgrimido como justificación por los golpistas. El África subsahariana lidera en términos negativos los indicadores de corrupción en el mundo. El CPI (Índice de Percepción de la Corrupción) que elabora Transparencia Internacional arroja unos datos desoladores. El CPI clasifica 180 países en una escala de 0 (altamente corrupto) a 100 (muy limpio). El promedio de África subsahariana es 33, el más bajo del mundo. De nuevo los países del Sahel des-


80 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 81

tacan en general en negativo. Países como Níger (31), Mali (29), Chad (21), Guinea (28), Nigeria (24), Sudán (16) o Sudán del Sur (11) muestran cifras incluso peores que el promedio regional. Además, al igual que sucede con los indicadores de buen gobierno, la evolución es bastante decepcionante. En la última década, 43 de los 54 países del África subsahariana clasificados o bien no mejoraron o registraron un deterioro en el CPI.

LA FRONTERA DEL ISLAM

El auge del yihadismo en el Sahel Según el Índice de Terrorismo Global (GTI) del Institute for Economics and Peace, siete de los diez países que han sido testigos del mayor aumento del terrorismo en el mundo en los dos últimos dos años están en África y cinco de ellos en el Sahel (Burkina Faso, Mali, Níger, Camerún y Etiopía). En efecto, tras el desmembramiento de Al Qaeda en Afganistán y la derrota del Estado Islámico (EI) en Iraq y Siria, el epicentro de la actividad yihadista en el mundo se está trasladando a África, donde se está extendiendo rápidamente, lo que evidentemente está contribuyendo de forma decisiva a la inestabilidad política y al auge de las intentonas golpistas.

Áreas de influencia religiosa Mayoría musulmana Musulmanes (poco poblado) Área de conflicto religioso Minoría cristiana Mayoría cristiana

FUENTE: GLOBAL MAPPING INTERNATIONAL

Por otra parte, no hay que olvidar que esa expansión se produce en una zona tradicionalmente proclive a los conflictos religiosos. Una de las razones que explican estas tensiones recurrentes es que el sur del Sahel limita, a grandes rasgos, con las regiones donde el islam como religión mayoritaria da paso a aquellas en las que el cristianismo es mayoritario y se ve salpicado por la pervivencia de religiones animistas. En realidad, esta línea imaginaria de división religiosa trazaría una L tumbada en el continente, de oeste a este desde Guinea a Etiopia y luego hacia el sur hasta Mozambique (véase el mapa La frontera del islam). Este es, evidentemente, el límite de la expansión del islam en África acaecida con el avance de la civilización árabe-musulmana entre los siglos VIII y XVII y que, como decimos, choca al sur con las religiones animistas preexistentes y la herencia religiosa de la colonización europea. No es de extrañar que sea en estas zo-

nas donde han surgido numerosos grupos yihadistas afiliados a Al-Qaeda y el EI y que utilizando sus técnicas de captación están poniendo en jaque a las fuerzas de seguridad locales.

Antecedentes La división religiosa de la región configurada por la “frontera del islam” es una situación que no ha cambiado a grandes rasgos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, y aunque los conflictos religiosos siempre han estado presentes en la zona, el auge del yihadismo organizado es algo relativamente reciente. Los primeros antecedentes de la actual implantación del yihadismo en el Sahel se remontan al fin de la guerra civil en Argelia (19912002). Este conflicto, que enfrentó a las fuerzas de seguridad con varios grupos armados isla-

mistas (fundamentalmente, el Ejército Islámico de Salvación, EIS, y el Grupo Islámico Armado, GIA)2 finalizó con la ‘Concorde civile’ de 1999, que otorgó la amnistía a miles de miembros del GIA. Si bien la mayoría la aceptó, algunos militantes crearon el Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC) y continuaron luchando contra el régimen. Perseguidos por las fuerzas de seguridad argelinas y carentes de apoyo popular, el GSPC prometió lealtad a Al Qaeda y en 2007 pasó a llamarse Al Qaeda en el Magreb

2 El conflicto comenzó cuando el Gobierno canceló las elecciones legislativas tras la victoria del Frente Islámico de Salvación, que fue ilegalizado y sus partidarios encarcelados masivamente. Entonces comenzó una guerra de guerrillas por parte de varios grupos rebeldes, primero contra el Gobierno militar y después también entre ellos.

Siete de los diez países que han sido testigos del mayor aumento del terrorismo en el mundo en los dos últimos dos años están en África y cinco de ellos en el Sahel


82 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Islámico (AQMI). La continua presión militar en Argelia provocó que algunos de sus miembros se trasladaran al norte del Sahel y concluyeran alianzas con las comunidades locales. No obstante, fueron los efectos de la Primavera Árabe (2011) en el Norte de África los que terminaron por dar un impulso definitivo a la implantación del yihadismo en el Sahel. En concreto, la guerra civil en Libia propició que en 2012 grupos armados tuaregs en alianza con tropas irregulares árabes libias se levantaran contra el gobierno de Mali y declarasen el Estado independiente de Azawad, en la mitad norte del país. En aquel momento el AQMI se alió con los insurgentes para después emprender su propia campaña, llegando a tomar varias ciudades de manos de los rebeldes, donde implantó la sharia e inició sus programas de reclutamiento, que tan efectivos se han mostrado3. Si bien las tropas de Mali, apoyadas por Francia, consiguieron echar a AQMI de sus principales posiciones y en 2015 se firmó la paz con los rebeldes tuaregs, en buena medida porque estos últimos veían en los radicales islamistas un peligro mayor, lo cierto es que Mali se ha convertido en el epicentro de media docena de grupos yihadistas, con lazos bien con Al Qaeda o bien con el EI, y que amenazan con extenderse por toda la región del Sahel occidental.

Al-Qaeda vs EI y el riesgo de contagio En la actualidad es especialmente llamativo el crecimiento de los grupos afiliados al EI en África, muchas veces en competencia si no en

3 En la rebelión tuareg de 2012, una de las varias revueltas protagonizadas por este pueblo desde comienzos del siglo XX, estaban presentes movimientos de componente nacionalista y otros de raíz islamista, como Ansar Dine y el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental, ambos con lazos con Al Qaeda. Tras proclamar la independencia de Azawad, y una vez finalizados los enfrentamientos con el ejército maliense, estos dos elementos no fueron capaces de reconciliar sus diferencias, Para mediados de año, los rebeldes tuaregs habían sido expulsados por sus otrora aliados, y en la mitad norte del país se fraguaba la creación de un Estado fundamentalista islámico.

Panorama internacional 2022 _ 83

Mali se ha convertido en el epicentro de media docena de grupos yihadistas, con lazos con Al Qaeda o con el EI, que amenazan con extenderse por toda la región

ATAQUES DE GRUPOS ISLAMISTAS EN ÁFRICA 2017-2020 ataques del IS Libia ataques del IS Sinaí

TÚNEZ MARRUECOS

ataques del IS Argelia ARGELIA LIBIA

ataques del JNIM MAURITANIA

MALI

ataques del ISGS

naciones G5 Sahel

NÍGER

ERITREA

Ataques del IS Somalia

El Sahel BURKINA FASO

COSTA DE MARFIL

Hasta hace poco se conocía como la “Anomalía del Sahel” al hecho de que ambas vertientes del yihadismo en esta región no solo no combatían entre ellas sino que colaboraban, algo que terminó de forma abrupta en 2020, año en el que parecen haber entrado en una nueva fase de competencia directa, con frecuentes

SUDAN

ataques del ISWAP

SENEGAL

GUINEA

conflicto directo con Al Qaeda por los nuevos reclutas y los recursos naturales. En muchos casos es verdad que se trata de organizaciones preexistentes, como Boko-Haram al norte de Nigeria, ahora Estado Islámico de África Occidental, con tenues lazos con los mandos del EI externos, pero que reciben al menos asesoramiento en materia de reclutamiento y estrategia militar, algo que parece estar siendo decisivo en su competencia con los grupos de Al Qaeda y su implantación el territorio. A diferencia de Al Qaeda, que en la zona del Sahel occidental toma el nombre oficial de Jama’a Nusrat ul-Islam wa al-Muslimin (JNIM), que literalmente quiere decir organización en apoyo de los musulmanes, los métodos del EI no solo son brutales con las poblaciones no musulmanas, sino también con las musulmanas que no le son fieles o no concuerdan con su visión pura del islam, llegando a utilizar el terror y la violencia contra la población local en un grado incluso superior.

EGIPTO

GHANA BENIN

LIBERIA

CHAD

NIGERIA

CAMERÚN

GABÓN

CONGO

SOMALIA UGANDA

REP. DEM. DEL CONGO

ataques del ISCAP (DRC)

Grupos

ETIOPÍA

SUDAN DEL SUR

REPÚBLICA CENTROAFRICANA

KENIA

TANZANIA

ataques del ISCAP (Mozambique)

al Shabaab Estado Islámico de Somalia ISWAP (Estado Islámico de la Provincia de África Occidental)

ANGOLA

JNIM (Jamaat Nasr al-Islam wal Muslimin) Estado Islámico de Argelia, Estado Islámico del Sinaí, Estado Islámico de Libia

ataques de al Shabaab

ZAMBIA MOZAMBIQUE ZIMBABWE

NAMIBIA

ISCAP (Estado Islámico de la Provincia de África Central) Mozambique

ESWATINI

ISCAP Rep. Dem. del Congo ISGS (Estado Islámico del Gran Sáhara)

MADAGASCAR

BOTSWANA

SUDÁFRICA

LESOTHO

FUENTE: NEW LINES INSTITUTE FOR STRATEGY AND POLICY

combates. En cualquier caso, a pesar de competir, ambos grupos aprovechan las situaciones en las que la inestabilidad y la escasa presencia del Estado, como es el caso de Mali por su reciente guerra civil, les permiten erigirse en una alternativa de protección y seguridad frente a otros grupos armados o el propio ejército, que en ocasiones también protagoniza ataques contra la población local. No es de extra-

ñar que precisamente donde más éxito tienen los grupos yihadistas sea en las zonas fronterizas, donde hay escasa presencia de las instituciones del gobierno y las lealtades son más difusas. Esto implica un evidente riesgo de contagio a los países vecinos, como ya está sucediendo con Burkina Faso y Níger, donde el Estado Islámico está incrementando su presencia y los ataques se han multiplicado en el último


84 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 85

año. No es casualidad tampoco que sean estos dos países los que también recientemente han registrado intentonas golpistas ante el deterioro de la situación de seguridad, ya sea como la razón real o la mera justificación del golpe. Así sucedió con lo que parecía comenzar como un amotinamiento militar y terminó con el derrocamiento del presidente Kaboré en Burkina Faso, en enero de 2021, o la intentona fallida en Níger de marzo de 2021. Existe, pues, un riesgo creciente de que el fenómeno del yihadismo se retroalimente con la inestabilidad política, creando un efecto de bola nieve sobre los países de la región. Países del Golfo de Guinea como Costa de Marfil o Benín comienzan a registrar una incipiente actividad yihadista. Si bien los primeros ataques de fuerzas islamistas en estos países datan de 2016, a partir de 2020 se ha notado un incremento de la intensidad, especialmente en Costa de Marfil. En junio de 2020 y marzo de 2021 se produjeron ataques de combatientes de JNIM contra varias ciudades fronterizas marfileñas. El ataque de 2021 involucró, según las autoridades de Costa de Marfil, a “alrededor de sesenta combatientes yihadistas fuertemente armados” contra instalaciones militares, lo que supone un salto cualitativo en la tipología de ataques sufridos. Preocupa que otros países del entorno, como Togo, Senegal o Ghana, también sigan esta tendencia. En Ghana, una de las economías más importantes de la región, se teme que los recurrentes conflictos étnicos en la frontera norte con Burkina Faso alimenten el fenómeno yihadista. Si bien hasta la fecha las áreas fronterizas entre Ghana y Burkina se encuentran entre las menos afectadas por los avances yihadistas dentro del vecino del norte, las tendencias en el sureste de Burkina Faso suponen ya una clara amenaza. En cualquier caso, quizás el caso más preocupante más allá de Mali sea el de Níger que, dada la escasa solidez de sus instituciones y el bajo nivel renta (es el país de renta per cápita más baja de la región, con apenas 1.210 dóla-

res en términos de PPA), constituye un objetivo evidente de expansión para los grupos islamistas. El ejército de Níger es, además, de los menos preparados para hacer frente a la amenaza. Suma cerca de 12.000 efectivos, una cifra inferior incluso a la de la misión militar de la ONU en Mali (15.000), que apenas ha podido contener la expansión del islamismo en el país vecino. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó de forma enfática el pasado 2 de mayo a la comunidad internacional a ayudar militarmente a Níger en la lucha contra los insurgentes yihadistas. “La comunidad internacional debe invertir plenamente para fortalecer la capacidad del ejército de Níger”, dijo Guterres, que alertó de las implicaciones globales de la expansión yihadista en la región: “Mien-

tras los ataques terroristas continúan aumentando en el Sahel y se extienden a los estados del Golfo de Guinea, la comunidad internacional debe comprender que ya no es solo una cuestión regional africana, sino que realmente es una amenaza global”. Francia ya lo está haciendo. Tras anunciar el fin de su misión en Mali en 2021, el presidente Macron ha ordenado reforzar este año su misión en Níger, donde cuenta ya con bases en Niamey y en la región de Agadez, en el norte. Así, se espera que el grueso de las 2.400 tropas y los 900 miembros de las fuerzas especiales f rancesas que abandonan este año Mali refuercen en buena medida la seguridad de Níger, cuyo parlamento aprobó en abril el incremento de la presencia militar extranjera el país.

Quizás el caso más preocupante más allá de Mali sea el de Níger que, dada la escasa solidez de sus instituciones y el bajo nivel de renta, constituye un objetivo evidente para los grupos islamistas


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Panorama internacional 2022 _ 87

El nuevo entorno internacional Si bien el estancamiento en términos económicos e institucionales, junto con el impacto reciente de la COVID-19 y el auge del yihadismo podrían explicar el incremento en la inestabilidad y los golpes de Estado en la región, no podrían explicar un dato muy llamativo de la reciente ola de golpes de Estado: la elevada tasa de éxito de las intentonas golpistas, solo comparables a las registradas durante la Guerra Fría.

tentonas golpistas. Es cierto que en la década de los 2000 sí se porduce una caída en la frecuencia de las intentonas, pero no tanto así en la decada posterior de 2010, que llega a superar ligeramente la cifra de los años 90 (31 frente 29). En realidad, el dato que desciende con fuerza en ambas décadas es la tasa de éxito, que para este periodo promedia un 31%, prácticamente la mitad que durante la Guerra Fría y que la cifra registrada en los dos últimos años.

La tasa de éxito de los golpes de Estado, entendiendo por esta la relación entre los que logran derrocar al poder preexistente frente a todos los golpes intentados, ha sido en los últimos dos años de un sorprendente 60%, una tasa solo superada en los años 70. Esto contrasta fuertemente con lo ocurrido en las últimas dos décadas. En realidad, si se realiza el analisis teniendo en cuenta la tasa de éxito, se observa que la relativa estabilidad o ausencia de golpes de Estado durante el periodo 2000-2020, sorprendentemente, se debe en mayor medida a la caída del éxito que a una menor frecuencia de las in-

¿A qué obedece esta evolución en la tasa de éxito? ¿Se debe quizá a la influencia del entorno internacional o es una mera coincidencia? Para entedender este fenómeno, hay que recordar que la lógica de bloques de la Guerra Fría, si bien se puede discutir si fomentaba o no los golpes de Estado (muchos analistas políticos lo afirman), lo que se ha señalado con frecuencia es que no los desalentaba; una vez perpetrada una intentona, la clave para que los nuevos gobiernos recibieran apoyo financiero y militar exterior de cualquiera de los bloques, occidental o soviético, no eran tanto sus credenciales de-

TASA DE ÉXITO DE GOLPES DE ESTADO 40

70%

35

60%

30

50%

25 40% 20 30% 15 20%

10

10%

5 0

0% 1960s Golpes

1970s

Intentonas fallidas

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA

1980s Tasa de éxito

1990s

2000s

2010s

2020-22

mocráticas o comunistas como su alineamiento político. Dicho de otra forma, siempre habría una mano amiga a la que recurrir a cambio de sumar un nuevo aliado estratégico. En muchas ocasiones ni siquiera era necesario que hubiera un apoyo explicito; simplemente una política de normalidad en las relaciones económicas y diplomáticas con el nuevo gobierno era suficiente para que los golpistas pudieran manterse en el poder. Esto cambió en los años noventa, con el colapso de la Unión Sovietica. En caso de golpe de Estado, la URSS ya no era un socio presente en la escena internacional mientras que el bloque occidental y buena parte de los países de la región eran mucho más estrictos con sus condenas y medidas de presión para que se restaurase el orden democrático. ¿Es posible que un cambio en el orden internacional esté provocando una vuelta a lo que sucedía durante la Guerra Fría? En la edición de Panorama 2021 (China: un nuevo orden internacional) afirmábamos que nos encontramos ya en una nuevo entorno internacional que guarda similitudes importantes con la etapa anterior a la caída del muro de Berlín. Allí destacábamos el “cambio drástico en el escenario internacional que tiene enormes implicaciones y riesgos no solo por la creciente rivalidad China-Estados Unidos, también está dibujando un nuevo panorama de relaciones internacionales en todas las regiones del mundo, que en algunos aspectos supone una vuelta al enfrentamiento de bloques de la Guerra Fría”. En efecto, la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos y el intenso recelo que ha despertado en Washington el reto por conseguir la hegemonia mundial por parte de China, donde desde 2015, bajo la presidencia de Xi Jinping, crece una actitud más beligerante y con tintes nacionalistas hacia el exterior, conocida como el “lobo guerrero”, esta conduciendo al mundo a un nuevo escenario contrario a la cooperacion, donde los avances en la globalización de la etapa anterior parecen haberse detenido, los paises buscan su propia autonomía estratégica y la

China se ha convertido en el principal socio comercial e inversor de la mayor parte de los países de la región y es el principal acreedor oficial bilateral

lógica de bloques resulta contraria a la cooperación y fomenta, o al menos no desalienta, los conflictos tanto internos como entre naciones. Es cierto que no hay implicación directa de China en los golpes de Estado en África, y la implantación militar del gigante asitico en el continente, si bien hay planes para establecer bases militares en Sudán y Guinea Ecuatorial, es hoy mínima. Sin embargo, China, en la última década, se ha convertido en el principal socio comercial e inversor de la mayor parte de los países de la región y es, además, con diferencia el principal acreedor oficial bilateral. Se trata, pues, de un nuevo socio económico que en el plano político no va a exigir credenciales democráticas; es más, lo unico que exigirá a un gobierno, golpista o no, para mantaner relaciones cordiales es discreción en cuanto a manifestaciones de tipo político en temas sensibles para el gobierno de Pekín, como Hong-Kong, Taiwán, el origen de la COVID-19, o la minoría uigur. En el año 2000, China apenas si era un socio económico relevante para el África subsahariana. El comercio total con la potencia emergente era de apenas el 4%, lejos del 15% que suponía Estados Unidos y a un mundo del 30% que concentraba la Unión Europea. La situación ha dado un vuelco dramático a lo largo de las si-


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Panorama internacional 2022 _ 89

tante, pero a una gran distancia de Estados Unidos, cuyo peso económico en la región ha caido en picado hasta el 5,6% de los intercambios.

guientes dácadas, con un crecimiento espectacular (en muchos países ha multiplicado por más de 20 los intercambios), desde poco más de 7.000 millones de dólares a los más de 150.000 millones en los que se estima el comercio bilateral actual de China con la región. Así, China es desde 2017 el principal socio comercial del África subsahariana, con más de una cuarta parte de todo el comercio, por encima incluso del bloque economico de la Unión Europea, que sigue teniendo una participación muy impor-

CHINA, PRINCIPAL SOCIO COMERCIAL DE ÁFRICA 30% 25% 20% 15% 10% 5% Crisis financiera 0% 2000

2002

EEUU

UE

2004

2006

2008

2010

2012

2014

2016

2018

China

MILES DE MILL.$ $250

200

150

2020

El contraste en términos de inversiones y financiación es igual de llamativo. De tener una presencia testimonial en el año 2000, China ha pasado a ser hoy en día el principal financiador e inversor del continente. Se estima que el África subsahariana acumulaba, a finales de 2020, una deuda de 153.000 millones de dólares con China, como consecuencia de los más de 1.100 préstamos que el país asiático ha concedido a los gobiernos africanos entre el año 2000 y 2019. Asimismo, en este periodo China invirtió 48.000 millones de dólares en forma de IED (inversión extranjera directa). Este apoyo financiero es más intenso, además, cuanto menor es el grado de desarrollo de los países, ya que los de rentas más elevadas han podido acceder en los últimos años a la emisión de deuda en forma de títulos en el mercado de bonos europeo, algo vedado para los países de mayor riesgo como los del Sahel. Además, los países del bloque occidental, tras condonar buena parte de la deuda oficial bilateral a principios de los años 2000 en el marco de la iniciativa HIPC (Paises Pobres Muy Endeudados, o Highly Indebted Poor Countries, por las siglas en inglés) han visto frenada su capacidad de financiar proyectos debido a las regulaciones autoimpuestas para evitar que estos países volvieran a caer en una situación de insostenibilidad de la deuda. Tampoco China o sus agencias de crédito a la exportación deben cumplir con las mismas regulaciones en materia de sostenibilidad medioambiental o social que los paises de la OCDE, lo que hace de su financiación un competidor formidable.

100

No es, pues, de extrañar que actualmente China acumule una posición acreedora con los gobiernos de África subsahariana superior a la de todos los miembros del Club de Paris juntos.

50

0 2016

2017

2018

Importaciones de China procedentes de África FUENTE: FMI

2019

2020

2021

Exportaciones de China a África

Por otra parte, este nuevo entorno internacional también está fomentando que países contrarios al orden internacional surgido con poste-


90 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 91

FLUJO DE IED PROCEDENTE DE CHINA EN ÁFRICA MILL.$ 8000 6000 4000 2000 0

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

2018

FUENTE: IIF

trándose en África de forma intensa en los últimos años.

rioridad a la Guerra Fría y alineados con la nueva potencia emergente, como es el caso de Rusia, se sientan más respaldados y/o confiados como para emprender una política más agresiva en la búsqueda de sus “intereses estratégicos”, como pone de manifiesto la propia invasión de Ucrania en 2022, pero que lleva mos-

Así, al tiempo que China se ha convertido en el principal socio comercial y financiador de la región, Rusia constituye desde 2010 el principal suministrador de armamento de gran par-

VENTA DE ARMAS A ÁFRICA

te de los ejércitos africanos, ha establecido importantes lazos con las élites militares y ha desplegado toda su maquinaria de propaganda en los medios, con campañas de desinformación especialmente efectivas en países como Nigeria, Mali o Sudán. No debe sorprender, por tanto, el elevado numero de países africanos que han evitado condenar en la ONU la invasión de Ucrania y la nula participación del continente en sumarse a las sanciones. De los 35 países que votaron a favor de la abstención, 17 eran africanos, incluidos Argelia, Angola y Sudáfrica. Ocho países africanos, incluidos Camerún, Etiopía y Marruecos, no votaron, y Eritrea votó en contra de la resolución, sumándose a Bielorrusia, Rusia, Corea del Norte y Siria. Esto, sin duda, obedece sobre todo al papel de Rusia como principal proveedor de material de defensa. En países como Mali, Sudán, Sudán del Sur, Guinea Ecuatorial, Angola o Ruanda la dependencia de los suministros militares rusos

PORCENTAJE DE IMPORTACIÓN DE ARMAMENTO DE RUSIA 2015-2021

4.500

Rusia es desde 2010 el principal suministrador de armamento de gran parte de los ejércitos africanos y ha establecido importantes lazos con las élites militares

VOTACIÓN ONU DE CONDENA A RUSIA POR LA INVASIÓN A UCRANIA

4.000 3.500 3.000 Malí 42,7%

2.500 2.000 1.500

Guinea Ecuatorial 100%

1.000 500 0

2002-04 Rusia

Francia

2005-07 Estados Unidos

2008-10 China

2011-13 Italia

2014-16

2017-18

Reino Unido

FUENTE: STOCKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE

Las unidades del gráfico son millones de TIV (Trend Indicator Value), una unidad desarrollada por el Stockholm International Peace Research Institute para medir el volumen de transferencias internaciones de las principales armas convencionales e identificar tendencias generales.

Sudan 35,3% Sudán S. Etiopía 29,6% Rep. 84,8% Centroafricana 33,3% Ruanda 65,9% Angola 62,5%

80-100% 60-80% 40-60% 20-40% 0-20% Sin datos o fuera de rango FUENTE: OXFORD ANALYTICA

Mozambique 26,9%

Abstención En contra

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA


92 _ TORMENTA EN EL SAHEL

es casi total. No obstante, muchas veces estos contratos van ligados además a inversiones de empresas rusas en sectores estratégicos, fundamentalmente de energía y materias primas. Más llamativas son aún este tipo de asociaciones en los casos conocidos de la participación directa del grupo paramilitar Wagner (Mali, República Centroafricana y Sudán). En el caso de Mali, el contratista militar privado cobra directamente a través de la concesión de una explotación minera de oro. Rusia, además, suministra buena parte de las exportaciones de alimentos que estos países necesitan importar, algo especialmente importante habida cuenta de los problemas de suministro actuales. África (principalmente Egipto, Sudán, Nigeria, Tanzania, Argelia, Kenia y Sudáfrica) importó productos agrícolas por valor 4.000 millones de dólares de Rusia en 2020 (90% trigo y 6% aceite de girasol). De este modo, la “neutralidad” económica de China y la participación directa de Rusia permiten, por ejemplo, a la junta militar de Mali mantenerse en el poder a pesar de la salida de las tropas francesas y las duras sanciones impuestas por la CEDEAO (la Comunidad Económica de Estados de África Occidental), que no solo ha suspendido a Mali de la organización, sino que le ha impuesto un embargo comercial y cerrado al acceso al sistema de reservas del Banco Central del franco CFA de la UEMOA (Unión Económica y Monetaria del África Occidental). Esto coloca a los países occidentales en una difícil disyuntiva. ¿Deben redoblar sus condenas políticas y las sanciones económicas a pesar de que, como en el caso de Mali, no solo no consigan frenar los golpes de Estado sino que, en el actual escenario, parecen empujar a los golpistas a buscar el apoyo militar y económico de los países que pretenden precisamente socavar la influencia de las democracias liberales? Pero, en caso de cambiar su actitud y adoptar una posición más cooperativa con los gobiernos militares, ¿no estarán, tal y como sucedía

Panorama internacional 2022 _ 93

durante la Guerra Fría, reforzando la dinámica de bloques contraria a la estabilidad y favorable al éxito de los golpes de Estado? De momento, en vista de lo sucedido en Mali, los propios países de la región parecen estar adoptando una actitud más flexible con respecto a los golpes de Estado de Guinea y Burkina Faso. Es cierto que en el caso de Guinea la junta militar ha dado más muestras de cooperar con la CEDEAO de cara a una pronta restauración de la democracia. Sin embargo, en Burkina Faso la junta se ha dado inicialmente un largo plazo de 36 meses y, aunque mantiene los contactos con la CEDEAO, los signos de cooperación por el momento no son muy halagüeños. A pesar de ello, la organización regional no ha intensificado las sanciones y, como en el caso de Gui-

En febrero de 2022, en la Cumbre Unión Europea-África, se ha dado impulso a la nueva iniciativa Global Gateway, contrapartida europea a la Nueva Ruta de la Seda de China

nea, simplemente mantiene la suspensión de los órganos políticos de la CEDEAO. Entre sus dirigentes parece evidente que se da prioridad a evitar un caso como el de Mali. Del mismo modo, el actual escenario obliga a repensar las políticas comerciales y de financiación, especialmente las reglas de sostenibilidad de la deuda, con las que operan los países occidentales. Se trata de la difícil tarea de preservar los objetivos que persiguen estas reglas, pero intentando lograr una mayor flexibilidad que permita a los países, especialmente de la Unión Europea, que todavía mantienen una especial relación económica con la región, mantener sus lazos e influencia frente a países autocráticos pero desprovistos de impedimentos regulatorios en sus relaciones económicas. Además, es evidente que es necesario incrementar el apoyo económico y financiero simplemente en términos de volumen si se quiere contener la pérdida de peso e influencia política y económica en la región. En este sentido, en febrero de 2022, en la Cumbre Unión Europea-África, se ha dado impulso a la nueva iniciativa Global Gateway, que aspira a ser una contrapartida europea a la famosa iniciativa de China de la Nueva Ruta de la Seda. El Global Gateway unirá fondos de la Unión Europea, sus países miembros, y diversas instituciones financieras y de desarrollo, incluido el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), buscando también movilizar al sector privado, para apalancar inversiones en una magnitud mucho mayor que cualquiera de sus precedentes. En total se podrían movilizar cerca de 300.000 millones de euros en los próximos seis años. En particular, el Fondo Europeo para el Desarrollo Sostenible pondrá a disposición de la iniciativa hasta 135.000 millones de euros para destinar a inversiones garantizadas para proyectos de infraestructura entre 2021 y 2027. Las instituciones financieras y de financiación del desarrollo europeas proveerán hasta 145.000 millones


94 _ TORMENTA EN EL SAHEL

Panorama internacional 2022 _ 95

de euros. Por último, se pondrán a disposición hasta 18.000 millones de euros en financiación mediante subvenciones procedentes del presupuesto de la UE. Incluso, dentro del marco del Global Gateway, la propia Comisión Europea dice estar estudiando la posibilidad de establecer un Instrumento Europeo de Crédito a la Exportación para complementar los acuerdos de crédito a la exportación existentes a nivel de los Estados miembros y aumentar la potencia de fuego general de la Unión Europea en esta área. “El mecanismo ayudaría a garantizar unas condiciones de competencia más equitativas para las empresas de la Unión Europea en los mercados de terceros países y, por tanto, facilitaría su participación en proyectos de infraestructuras.”

Conclusiones: tormenta perfecta A lo largo del artículo hemos repasado los numerosos factores de inestabilidad política que en estos momentos acechan la región del Sahel y en general a buena parte del África subsahariana. Analizando los cambios que se han estado produciendo en los últimos años, no parece que la reciente ola de golpes de Estado sea una anomalía estadística, sino más bien una tendencia que debería hacer sonar las alarmas en todas las cancillerías e instituciones con intereses en la región. Si el fin de la Guerra Fría parecía prometer una larga etapa de consolidación democrática y mayor estabilidad institucional, parece que los países de la región han desaprovechado la oportunidad y corren el riesgo de una involución. Es cierto que la región, por su conflictividad étnica y religiosa es especialmente vulnerable tanto en términos políticos como económicos a episodios de inestabilidad. No obstante, en estos momentos parece estar sufriendo una tormenta perfecta, donde los factores estructurales parecen retroalimentarse con otros más recientes, como el duro impacto de la crisis sanitaria por la COVID-19, el auge del yihadismo y, por último, los efectos del nuevo entorno internacional. En efecto, al mismo tiempo que

La región parece estar reflejando los cambios en el orden internacional que implica el auge económico de China y la creciente influencia de Rusia como gran suministrador de armas

los factores económicos y políticos endógenos elevan el riesgo de intentonas golpistas, la región parece estar reflejando los cambios en el orden internacional que implica el auge económico de China y la creciente influencia de Rusia como el gran suministrador de armas de la región. Esto último permite explicar uno de los elementos más novedosos de la reciente ola de golpes de Estado en la región: su elevada tasa de éxito, similar a la que se registraba durante la Guerra Fría. Todo ello coloca a los países occidentales y especialmente a la Unión Europea, con fuertes lazos históricos y económicos en la región, ante un difícil juego de malabares. Es necesario intensificar la influencia económica y política para evitar la involución de la región en términos institucionales, al mismo tiempo que se pretende

defender los principios de fomento de la democracia y desarrollo sostenible, que en ocasiones parecen jugar a favor de los agentes que buscan precisamente socavarlos. Todo indica que tras el ejemplo del “fracaso” de las duras sanciones y la retirada de tropas francesas en Mali se buscará un enfoque político ad-hoc, más sensible a las circunstancias particulares, comenzando por Burkina-Faso y Guinea, que permita mantener abiertas líneas de cooperación con los gobiernos militares al tiempo que se intensifican las iniciativas de desarrollo económico en toda la región, como atestigua la creación del Global Gateway de la UE. No obstante, está por ver si estas iniciativas logran frenar la deriva en la región de los últimos años y no desatan una lógica de bloques similar a la de la Guerra Fría, nefasta para el mantenimiento de la estabilidad democrática.


4. LA ERA DE LOS METALES PABLO ARJONA ANALISTA DE RIESGO PAÍS


98 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 99

E

l filósofo e investigador de origen libanés Nassim Nicholas Taleb desarrolló en su libro, publicado en 2008, The Black Swan: The Impact Of The Highly Improbable, la “teoría de los cisnes negros”, entendidos como aquellos acontecimientos singulares, altamente improbables que, en caso de materializarse, desencadenan un extraordinario impacto socioeconómico. Desde 2020 el mundo se ha instalado en una especie de montaña rusa, donde acontecimientos que reúnen todos los principios de los denominados “cisnes negros” se suceden e, incluso, se solapan. El coronavirus SARS-Cov-2 distorsionó el funcionamiento de la economía mundial, forzó a los países a adoptar medidas inéditas y alteró radicalmente los comportamientos sociales. Se recurrió a una reclusión generalizada y simultánea, bautizada como Gran Confinamiento, que condujo al aislamiento de 3.000 millones de personas, casi la mitad de la población mundial. Nunca la economía global cambió tanto en tan poco tiempo en un periodo de paz. Los efectos del virus se propagaron por todos los sectores de la economía mundial, con especial intensidad en la industria de los hidrocarburos. El 20 de abril de 2020, una jornada que quedará marcada en la historia de la industria del crudo, los contratos de futuros del West Texas Intermediate (WTI), el índice de referencia del petróleo comercializado en Estados Unidos, llegaron a cotizar a -40,32 dólares el barril ($/b). El petróleo no solo cotizaba por debajo de su coste de extracción, sino que, además, se había convertido en un pasivo para los inversores. El mundo al revés. Sin embargo, tan solo dos años después, la cotización del WTI se disparaba hasta los 130 $/b, la cif ra más alta de la última década y cerca del máximo histórico registrado a principios de 2008.

En dos años el petróleo ha pasado de un escenario marcado por el colapso de las infraestructuras de almacenaje, a otro caracterizado por el riesgo de escasez

De nuevo el petróleo como epicentro de la economía mundial. De nuevo la evolución de la cotización del crudo acaparando los titulares de los medios de comunicación. En menos de dos años la industria del oro negro había pasado de un escenario extremo, marcado por el colapso de las infraestructuras de almacenaje, a otro igualmente extremo, caracterizado por el riesgo de escasez, en lo que posiblemente sea el mejor ejemplo de los frenéticos vaivenes de la economía mundial desde el año 2020. La guerra en Ucrania está distorsionando el comportamiento de los mercados de las materias primas en su sentido más amplio, desde las cadenas alimentarias hasta el sector energético.

Resulta difícil exagerar la importancia de Rusia en el sector de los hidrocarburos. Es el tercer mayor productor de petróleo, por detrás de Estados Unidos y de Arabia Saudí. Su papel en la industria gasista es aún más importante: concentra el 25% de las reservas mundiales y es el segundo productor, tan solo superado por Estados Unidos. Además del súbito encarecimiento de los precios de la energía, el conflicto ha evidenciado la debilidad que supone la dependencia energética del exterior, especialmente de países alejados de los valores democráticos; una vulnerabilidad sobre la que alertaban desde hace años algunos países, como Polonia, pero que otros, principalmente Alemania, toleraban.


100 _ LA ERA DE LOS METALES

Es extremadamente dif ícil anticipar cuánto tiempo persistirá la tensión en los mercados del crudo, dada la enorme incertidumbre sobre la evolución y la duración de la guerra. El abanico de escenarios es complicado de acotar: desde la firma de un acuerdo de paz en los próximos meses, a la posibilidad, por el contrario, de que el conflicto se prolongue durante años. Sin embargo, si se piensa en un horizonte de largo plazo parece difícil que las distorsiones y altibajos que han caracterizado al mercado del crudo persistan durante mucho tiempo, independientemente de la evolución de la contienda. A pesar de los eventos históricos que se han sucedido en los últimos dos años, la transición energética ha continuado avanzando a un ritmo cada vez más rápido. En 2021 la economía mundial registró un récord de nueva capacidad instalada de energías renovables, al superar los 290 gigavatios (GW). Asimismo, las ventas de vehículos eléctricos se han duplicado en tan solo un año. La descarbonización de la economía seguirá marcando nuevos hitos en los próximos años, impulsada por la innovación tecnológica y los objetivos cada vez más ambiciosos de los países para hacer frente a la emergencia climática. Es más, muchos apuntan a que el conflicto en Ucrania acelerará este proceso. En términos económicos, el drástico encarecimiento de los hidrocarburos está incentivando la inversión en energía eólica y fotovoltaica. Y, en el ámbito geopolítico, la economía verde constituye uno de los pilares de la estrategia de la Unión Europea para desconectarse del gas y del petróleo ruso. Ahora bien, sería desafortunado e irresponsable considerar que la transición energética está libre de riesgos. El mundo dejará de estar expuesto a la volatilidad del petróleo. Sin embargo, seguirá dependiendo de las materias primas, principalmente de los metales que intervienen en la fabricación de baterías eléctricas, turbinas eólicas o placas solares.

Panorama internacional 2022 _ 101

Por lo tanto, la transición energética desencadenará, al mismo tiempo, un desplazamiento de la actividad extractiva. El sector minero desempeñará, en muchos sentidos, el papel ejercido en el último siglo por los hidrocarburos. Como resultado, algunos de los riesgos inherentes a la industria del petróleo persistirán, con el agravante de que las reservas de determinados metales son muy escasas o están concentradas en un pequeño grupo de países. En consecuencia, el suministro de ciertos materiales podría constituir un auténtico desafío en un futuro, una escasez que invita a plantearse un interrogante hasta hace bien poco subestimado: ¿habrá suficientes recursos para acometer la transición energética? Por si fuera poco, la importancia de los metales va más allá de la descarbonización. Algunos de ellos son esenciales en industrias estratégicas

como las telecomunicaciones y la defensa. Por ello, la estabilidad –o inestabilidad– en el aprovisionamiento de estos materiales no solo incidirá en la lucha climática, sino también en las capacidades tecnológicas y militares de las naciones con aspiraciones geopolíticas.

1. La montaña rusa del mercado del petróleo Acto I: El colapso La crisis de la COVID-19 llegó en un momento delicado para la industria del crudo, en plena transformación como consecuencia del auge en Estados Unidos de los hidrocarburos no convencionales, conocidos como shale o fracking.1

1 Shale hace referencia al tipo de roca de los reservorios; fracking a la técnica de fractura hidráulica empleada para extraer el crudo almacenado.

En menos de una década la primera potencia mundial se ha convertido en el mayor productor de petróleo y de gas del mundo, algo que parecía impensable. Tan solo en 2019 Estados Unidos aumentó la producción en 2 millones de barriles diarios (mill.b/d), una cifra superior al volumen extraído en algunos de los tradicionales países petroleros, como Libia o Nigeria. La frenética expansión de los hidrocarburos no convencionales modificó el statu quo del mercado. El crecimiento de la producción en Estados Unidos superó con creces el aumento de la demanda, lo que condujo a un exceso de capacidad. Además, la industria del shale demostró una sorprendente capacidad para mejorar su competitividad y reducir progresivamente su umbral de rentabilidad. En consecuencia, entre 2014 y 2019 el precio del oro negro fluctuó entre los 50-75 dólares, un intervalo alejado de las cifras de doble dígito registradas en la década anterior. El abaratamiento del crudo impactó con dureza en las economías petroleras tradicionales. El valor de las exportaciones de crudo de estos países cayó en 600.000 millones de dólares en poco más de dos años. Además, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) perdió gran parte de su influencia en la fijación de precios. En este panorama, la crisis del coronavirus elevó a una nueva dimensión la crisis que atravesaba el sector. La pandemia retorció el comportamiento de la industria hasta niveles que parecían impensables. El Gran Confinamiento provocó una caída del consumo de hidrocarburos entre marzo y abril de 2020 nada menos que de 30 mill.b/d. En apenas un mes, casi un tercio de la demanda de crudo se había evaporado. La hibernación de la demanda originó una segunda particularidad: el colapso de las infraestructuras de almacenaje. A mediados de abril llegaron al máximo de su capacidad los depósitos de petróleo situados en la ciudad de Cushing (Estados Unidos), una localización clave


102 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 103

donde convergen buena parte de los principales oleoductos del país. Esta inédita situación alcanzó su plenitud el 20 de abril de 2020. Ante las dificultades para almacenar el crudo, los inversores comenzaron a pagar por desprenderse del petróleo, con tal de no tener que asumir la entrega física de los contratos. El mercado se había roto, por lo que la cotización se adentró de forma vertiginosa en valores negativos, hasta registrar un mínimo de -40,32 $ el barril.

Acto II: El inesperado renacer El mercado de los hidrocarburos siempre se ha caracterizado por la volatilidad. La estructura, los participantes que la integran, y el peso de las variables que intervienen en la formación de los precios han fluctuado a lo largo del tiempo. Sin embargo, parecía impensable que, apenas dos años después del desplome inducido por el estallido de la pandemia, el petróleo fuera a situarse por encima de los 130 $/b, cerca del máximo registrado en 2008. En efecto, la invasión de Ucrania, iniciada el 24 de febrero, ha sido un nuevo “cisne negro” que

ha desestructurado el comportamiento de la industria energética. En realidad, en términos estrictamente de oferta, la contienda no ha desencadenado una caída drástica de la producción de hidrocarburos. El dinamismo de la industria energética de Estados Unidos y el progresivo aumento de la oferta de la denominada OPEP+ han compensado la caída de la producción en Rusia (en torno a los 2 mill.b/d)2. En consecuencia, la producción mundial de crudo en el segundo trimestre de 2022 superó, de acuerdo con los datos publicados por la Agencia de la Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), los 99 mill.b/d, un incremento del 5% en comparación con el año anterior. Ahora bien, el conflicto ha trastocado drásticamente las relaciones contractuales entre los distintos participantes. La imposición de sanciones y, posteriormente, de un embargo sobre el pe-

2 Esta denominación hace referencia a la veintena de países petroleros –entre ellos Kazajistán, México y Rusia– que se sumaron al recorte de la producción acordado por la OPEP en 2016. Desde mediados de 2021 hasta junio de 2022, la OPEP+ aumentó la producción de crudo cada mes en 430.000 b/d. A partir de julio de 2022 el cártel incrementará cada mes el sistema de cuotas en 650.000 b/d.

OFERTA Y DEMANDA DE PETRÓLEO (MILL.B/D)

El riesgo de una interrupción en el suministro ha provocado un drástico encarecimiento del petróleo y, sobre todo, del gas

tróleo ruso3, ha forzado a las compañías petroleras occidentales a modificar su cadena habitual de suministro. En concreto, las empresas europeas han tenido que dirigirse a otros mercados, como Oriente Medio y Estados Unidos, para asegurarse el aprovisionamiento, con una urgencia que ha reforzado el poder de negociación de los productores en la fijación de precios. Por su parte, Rusia ha reorientado parte de sus exportaciones de crudo hacia China e India, generalmente aplicando un importante descuento respecto a la cotización de mercado. El cambio brusco en el funcionamiento de la industria junto con la incertidumbre sobre la evolución del conflicto ha disparado la tensión. En consecuencia, el precio del crudo se ha situado desde el inicio del conflicto entre los 100-125 $/b, un nivel que no se registraba desde 2008.

105 100 95

como el principal proveedor de la Unión Europea (suministraba el 40% del gas consumido). Además, se trata de un mercado muy rígido, donde las opciones de modificar en un espacio breve de tiempo las fuentes de aprovisionamiento son limitadas. A diferencia del crudo, que puede exportarse con facilidad mediante buques, el del gas es un mercado regional, donde el trasporte se realiza principalmente a través de gasoductos. La exportación mediante buques solo es posible mediante la conversión en gas natural licuado, un proceso que requiere complejas y costosas infraestructuras de las que muchos países carecen, como es el caso de Alemania. El riesgo de una interrupción en el suministro, ya sea por un endurecimiento de las sanciones del bloque occidental o por una maniobra de Moscú para cortocircuitar los mercados energéticos europeos, ha provocado un drástico encarecimiento. En concreto, el Dutch TTF Natural gas, el referenciado en Europa, llegó a escalar a principios de marzo por encima de los 190 euros el megavatio-hora, un récord histórico que, por ponerlo en perspectiva, supuso un aumento superior al 1.200% respecto al año anterior.4 La tensión en el mercado de los hidrocarburos no se ha restringido al continente europeo, sino que ha distorsionado la economía mundial. La actual coyuntura guarda ciertos paralelismos con la primera crisis del petróleo, cuando la OPEP recortó la producción drásticamente en respuesta al apoyo de algunos países occidentales a Israel durante la guerra del Yom Kipur, en 1973.

Previsiones

El efecto en la cotización del gas ha sido más intenso todavía, debido a la posición de Rusia

90 85 // 0

Q1 Q2 Q3 Q4 Q1 Q2 Q3 Q4 Q1 Q2 Q3 Q4 Q1 Q2 Q3 Q4 Q1 Q2 Q3 Q4 Q1 Q2 Q3 Q4 Q1 Q2 Q3 Q4 2017 Producción mundial

FUENTE: EIA

2018

2019

Consumo mundial

2020

2021

2022

2023

3 En marzo de 2022 Estados Unidos prohibió las importaciones de petróleo ruso. Posteriormente, a finales de mayo, los líderes de la Unión Europea acordaron establecer un embargo a las importaciones de crudo mediante buques (que representa alrededor del 60% de las compras de petróleo ruso por parte de los países europeos).

4 Rusia ha ido cortando o reduciendo el suministro de gas a distintos países europeos: las exportaciones destinadas a Finlandia, Polonia, Bulgaria, Países Bajos, Dinamarca y, desde mediados de junio, a Francia se han paralizado por completo. Las de Italia y Eslovaquia se han reducido a la mitad; también a partir de junio se han producido cortes en el suministro dirigido hacia Alemania y Austria. A finales de junio, el Dutch TTF Natural gas se situaba en torno a 130 euros/MWh, pero en vista de estos cortes no sería de extrañar que aumentase nuevamente.


104 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 105

El encarecimiento de los hidrocarburos se ha trasladado con rapidez al resto de los eslabones de la cadena, empezando por el mercado eléctrico. El precio de la electricidad en un buen número de países europeos ha registrado durante el primer semestre del año máximos históricos. Similar comportamiento se ha producido en el sector de los carburantes, superando, en el caso de España, el umbral de los 2 euros por cada litro de gasolina.

líticas que se sienten cómodos desplazando la tensión al plano bélico, los pasos dados por el viejo continente en los últimos años habían ido en la dirección contraria, con la construcción del ambicioso y controvertido gasoducto Nord Stream 2 como mayor exponente6. La contienda ha despertado a Bruselas de esta miopía y, recientemente, la Comisión Europea elaboró el denominado REPowerEU, una hoja de ruta para desconectarse de los hidrocarburos rusos en 2027. Esta ambiciosa meta se sustenta, en parte, en el despliegue de energías renovables y en la electrificación de la economía. En concreto, establece como uno de los objetivos aumentar la capacidad instalada de energía fotovoltaica en 600 GW hasta 2030, una cifra que, por ponerlo en perspectiva, equivale a seis veces el tamaño del sistema eléctrico español.

Este revés ha disparado las presiones inflacionistas y, en segunda derivada, ha propiciado el inicio del fin de la política monetaria excepcionalmente laxa de la última década5. Además, el cortocircuito en el suministro de algunas materias primas producidas en Ucrania y Rusia, como el titanio, el paladio y el aluminio, está agravando las dificultades a las que ya se enfrentaban las cadenas globales de valor antes del conflicto.

5 En lo que llevamos de año la Reserva Federal ha subido los tipos de interés un 2,5%. Por su parte, el Banco Central Europeo anunció que revisará al alza el tipo oficial del dinero el próximo mes de julio, la primera subida en once años.

En consecuencia, la economía mundial está dando los primeros pasos hacia un escenario de estanflación, caracterizado por una elevada variación de precios y un débil crecimiento económico, como ocurrió en la crisis de 1973.

PRECIO BARRIL DE BRENT ($) 140 120 100 80 60 40 20

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20 10 20 10 m ay 20 no 11 v 2 m 011 ay 20 no 12 v 2 m 012 ay 20 no 13 v 2 m 013 ay 20 no 14 v 2 m 014 ay 20 no 15 v 2 m 015 ay 20 no 16 v 2 m 016 ay 20 no 17 v 2 m 017 ay 20 no 18 v 2 m 018 ay 20 no 19 v 20 m ay 19 20 no 20 v 20 2 m ay 0 20 no 21 v 2 m 02 1 ay 20 22

0

FUENTE: EIA

Acto III: The last dance? Resulta una incógnita cuánto tiempo persistirá este periodo de excepcionalidad, dado que dependerá de la evolución y la duración de la contienda. De nuevo la geopolítica se ha convertido en la principal variable que explica la variación de los precios del crudo. El abanico de posibilidades es complicado de acotar y ningún escenario debe descartarse, por muy extremo que parezca. Por tanto, pretender anticipar el comportamiento de la cotización del crudo, incluso en el corto plazo, es una quimera.

Además de las razones estrictamente geopolíticas, el drástico encarecimiento de los combustibles fósiles está incentivando el despliegue de energías renovables. Como ejemplo, los expertos calculan que la instalación de nueva capacidad de autoconsumo en los sectores residencial e industrial de España podría superar los 2 GW en 2022, el doble con respecto al año anterior.

Ahora bien, difícilmente la tensión permanecerá de forma indefinida. Al igual que en la primera crisis del petróleo, la actual distorsión desencadenará cambios estructurales en el mercado de la energía.

Así pues, muchos consideran que la guerra en Ucrania acelerará la transición energética, un proceso que ya antes del conflicto era imparable. Según la Agencia Internacional de la Energía, (IEA, por sus siglas en inglés) la instalación de nueva capacidad de energías renovables alcanzó un nuevo récord en 2021, superando los 290 GW, prácticamente el doble con respecto a los datos de hace apenas tres años. Por su parte, el pasado ejercicio se vendieron 6,6 millones de vehículos eléctricos (EV, por sus siglas en inglés), un incremento interanual superior al 100%.

Entre otras cosas, la contienda ha forzado a la Unión Europea a diseñar un plan a medio plazo para desconectarse de los hidrocarburos rusos. A pesar de la evidente vulnerabilidad que entraña depender de países con aspiraciones geopo-

6 En 2021 la Unión Europea importó de Rusia 140.000 mill. de metros cúbicos diarios de gas por gasoducto; 2,2 mill.b/d de crudo y 1,2 mill.b/d de derivados del petróleo. En términos monetarios las importaciones de hidrocarburos procedentes de Rusia ascendieron a 99.000 millones de dólares.


106 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 107

En efecto, a pesar del terremoto que provocó el coronavirus en la economía mundial, la descarbonización no solo continuó en estos años, sino que lo ha hecho a un ritmo cada vez mayor. Esta dinámica se va a acelerar en los próximos ejercicios. La expansión del mercado de los EV está construyendo un círculo virtuoso que se retroalimenta, donde el sector privado rivaliza por incrementar su cuota de mercado mediante mejoras de eficiencia. Desde 2010 el precio de las baterías de iones de litio se ha reducido un 90%, hasta los 137 $/kWh, gracias a la formación de economías de escala y las innovaciones tecnológicas.

para frenar el calentamiento global. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático celebrada en noviembre de 2021 (conocida como COP26), los 200 países firmantes se comprometieron a acelerar sus planes de acción climática, unos compromisos que, de materializarse, permitirán reducir en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero.

PREVISIONES DEMANDA DE PETRÓLEO 2020-2050 (MILL.B/D) 120

100

80

Incluso, un buen número de fabricantes han establecido un ambicioso calendario para dejar de comercializar automóviles de combustión, como es el caso de Volvo (2030), Renault (2030), Ford (2030), o el gigante alemán Volkswagen (2035). Teniendo todo esto en cuenta, no resultan descabelladas las estimaciones de la IEA, que prevén más de 100 millones de coches eléctricos en 2030.

El compromiso gubernamental y las innovaciones tecnológicas están formando una relación que se acelera como una bola de nieve. Las estimaciones apuntan a que a lo largo de esta década el despliegue de renovables se situará entre los 300-350 GW al año, un aumento del 50-75% respecto al promedio de los últimos cinco años. Así, la IEA calcula que en 2050 el 90% de la generación de electricidad procederá de fuentes renovables. Por su parte, la Organización de Países Petroleros (OPEP) y la compañía energética British Petroleum (BP) estiman que, para 2040, el parque de automóviles eléctricos se situará entre los 260-300 millones de unidades.

Al mismo tiempo, un buen número de países está adoptando una política más ambiciosa

El avance simultáneo de las renovables y del vehículo eléctrico se traducirá, inevitablemen-

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Accelerated

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CAMBIO PREVISTO EN LA DEMANDA DE PETRÓLEO 2020-2050 (MILL.B/D)

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-20

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te, en una caída del consumo de combustibles fósiles, un escenario compartido, incluso, por las propias empresas petroleras.

FUENTE: BP

20

PREVISIONES NUEVA POTENCIA DE ENERGÍAS RENOVABLES INSTALADA (GW AL AÑO)

Entre 2020 y 2050 la demanda de petróleo podría descender entre un 20% y un 80%, en función del avance de la transición energética

Como es habitual, a principios de año la compañía británica BP publicó su estudio sobre las previsiones de la demanda de crudo de aquí a 2050. Al igual que en anteriores ediciones, la petrolera diferencia tres escenarios, en función del avance de la descarbonización. Aunque la cifra del consumo previsto al final del periodo varía sustancialmente entre los tres escenarios, cabe destacar que, por primera vez, prevé un descenso pronunciado en todos ellos. En concreto, calcula que en 2050 la demanda de petróleo descenderá un 20% en el escenario más conservador, y hasta un 80% si la economía mundial alcanza los objetivos establecidos en el Acuerdo de París7.

-40

250 200

-60

150 100

-80 Accelerated

50 0 2009-2014 FUENTE: IEA

2015-2020

Central

Optimista 2021-2026

Transporte terrestre Otros transportes FUENTE: BP

Net Zero

New Momentum

Otros (ej. generación electricidad) Total

7 En el escenario más conservador, denominado “New Momentum”, BP asume que se mantienen los objetivos climáticos establecidos a día de hoy por los distintos países, una política insuficiente para cumplir con el Acuerdo de París, dado que conduciría, según los expertos, a un calentamiento de 2,4º a finales de este siglo en comparación con los niveles preindustriales. En el escenario intermedio, “Accelerated”, contempla una política más ambiciosa en los próximos años. Y, por último, las previsiones denominadas “Net Zero” parten del escenario ideal en el que la economía mundial alcanza la neutralidad de carbono en 2050.


108 _ LA ERA DE LOS METALES

2. La era de los metales Ahora bien, la desconexión de los combustibles fósiles no implica que la economía global vaya a dejar de depender de las materias primas. Al revés. La transición energética está propiciando un aumento exponencial de la demanda de determinados materiales. Algunas de las tecnologías vinculadas a la economía verde son mucho más intensivas en materias primas en comparación con las infraestructuras sustentadas en el consumo de combustibles fósiles. Un parque eólico requiere una cantidad de metales nueve veces mayor al presente en las plantas de ciclo combinado. La fabricación de cada vehículo eléctrico necesita un volumen de minerales cuatro veces mayor al de un coche de motor de combustión. Tan solo una batería utilizada en los automóviles eléctricos requiere 8 kilogramos de litio, 35 kilogramos de níquel, 20 kilogramos de manganeso y 14 kilogramos de cobalto. En consecuencia, nos encontramos, posiblemente, ante el inicio de un nuevo superciclo de los metales; eso sí, con una naturaleza distinta al acaecido entre 2005 y 2011. En aquel momento el sustancial aumento de la demanda se produjo principalmente en los metales ferrosos, como el hierro y el acero. Además, este boom se sustentó, en gran medida, en la demanda de un único país: China.

Panorama internacional 2022 _ 109

materiales imprescindibles en los EV, las placas fotovoltaicas o los molinos eólicos. Por ello, sería erróneo interpretar la transición energética únicamente como una transformación del sistema energético, dado que también desencadenará una transición extractiva, donde la era de los hidrocarburos dará paso a la era de los metales.

2.1. Los pilares de la transición energética Este fenómeno ya se está produciendo. En 2020 la demanda de estos materiales superó los 8 millones de toneladas, una cifra que podría multiplicarse por cinco en la próxima década. El abanico de materiales que intervienen en la electrificación de la economía es muy amplio. La fabricación de cada molino eólico requiere, al menos, ocho tipos de metales, principalmente cobre, cromo, níquel, manganeso y zinc. En las baterías de los coches eléctricos intervienen más de once metales, especialmente litio, cobalto, níquel y manganeso. Por su parte, los paneles fotovoltaicos se fabrican a partir de cobre, silicio y plata.

PRINCIPALES METALES PRESENTES EN LAS TECNOLOGÍAS VINCULADAS A LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA Molinos eólicos

Paneles Hidrógeno fotovoltaicos

Baterías almacenamiento energía

Energía nuclear

Captura de carbono

Aluminio Cromo Cobalto Cobre Grafito Hierro Litio Manganeso Neodimio Níquel Plata Silicio Titanio Vanadio Zinc FUENTE: BANCO MUNDIAL

Podría pensarse que el numeroso abanico de materiales que intervienen reduce el riesgo de interrupciones en el suministro, en comparación con el actual modelo, sustentado únicamente en tres materias primas: el petróleo, el gas y el carbón.

En cambio, en esta ocasión el incremento se producirá en los metales no ferrosos, un segmento dentro de las materias primas que, en algunos casos, había sido hasta ahora minoritario. Además, la demanda de estos materiales no estará vinculada a un único país, sino que será un movimiento universal que se prolongará durante al menos dos décadas.

Sin embargo, la disponibilidad de cada uno de ellos varía sustancialmente. El aprovisionamiento de silicio y de aluminio no suscita una especial preocupación, dado que son dos de los minerales más abundantes, al representar el 28% y el 8% de la corteza terrestre. Por el contrario, las reservas de otros metales, como el cobalto, son muy reducidas.

Así pues, la descarbonización corregirá la vulnerabilidad de la economía mundial frente a la volatilidad del crudo, pero, al mismo tiempo, tejerá una multidependencia con respecto a los

A este riesgo se añade la elevada concentración geográfica de los yacimientos. En el caso del litio, el cobalto y las tierras raras, tres países acaparan el 75% de la producción mundial, un mo-

nopolio que supera con creces la distribución de las reservas de hidrocarburos. Por ponerlo en perspectiva, los trece países de la OPEP representan alrededor de un tercio de la producción de crudo. Por el lado de la oferta, la capacidad de la industria minera de adaptarse a las condiciones del mercado es menor. El plazo de ejecución de los proyectos es, generalmente, mucho más largo en comparación con el de los hidrocarburos. Se calcula que transcurren, en el caso del cobre y del níquel, alrededor de 16 años desde el descubrimiento de los reservorios hasta el inicio de la explotación. En consecuencia, la oferta que habrá dentro de una década está vinculada a las inversiones que se han hecho en los últimos años. Este desfase temporal tan amplio ralen-

La transición energética desencadenará una transición extractiva, donde la era de los hidrocarburos dará paso a la era de los metales


110 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 111

tiza la adaptación de la producción al comportamiento de la demanda.

La industria de refino está igualmente concentrada. China ostenta más del 60% de la capacidad de procesamiento de cobalto, un protagonismo que se sustenta en la participación de empresas chinas en más del 80% de las minas de la República Democrática del Congo.

Asimismo, el músculo financiero de las compañías mineras es menor en comparación con el mercado de los combustibles fósiles8. Según algunas estimaciones, tan solo en el caso del cobre y del níquel será necesaria una inversión en nuevos proyectos por valor de entre 250.000 y 350.000 millones de dólares de aquí a 2030, unas cifras que superan con creces la capacidad de los participantes del sector. Todo ello en un momento en el que muchas empresas mineras han adoptado una política conservadora, después del impacto que provocó el desplome de la cotización de los metales en 2011. Al igual que está ocurriendo en la industria del fracking estadounidense, muchas compañías mineras están priorizando la estabilidad financiera y el reparto de dividendos entre los inversores por encima del aumento de la producción. Por si no hubiera suficientes ingredientes, el sector se enfrenta a un desafío añadido: el paulatino deterioro de la calidad de los yacimientos. Una vez que se extraen las reservas más accesibles y con un mayor grado de pureza, los proyectos se desplazan progresivamente hacia reservas menos concentradas, que requieren un mayor esfuerzo tecnológico, energético y financiero. En consecuencia, la seguridad en el aprovisionamiento de los materiales no está garantizada y diferirá sustancialmente entre unos y otros. El riesgo de que se produzcan tensiones en el suministro será mayor en aquellos que cumplen alguna de las siguientes condiciones: un aumento explosivo de la demanda, elevada concentración de los yacimientos, dificultad de ser sustituidos por otros materiales y/o reducido volumen de reservas. De todos ellos, la posibilidad

8 Se calcula que la inversión de cada una de las cuatro principales compañías mineras se situará en 2022 entre los 5.000 – 7.000 mill.$. Por ponerlo en perspectiva, la compañía de hidrocarburos Saudi Aramco pretender invertir en el presente ejercicio 50.000 mill.$.

COBRE El cobre es un metal fuerte, resistente a la corrosión y buen conductor térmico y, sobre todo, de la electricidad. En consecuencia, participa en la fabricación de innumerables bienes, como electrodomésticos, herramientas, instrumentos musicales, monedas, cables telefónicos, etc. En el marco de la transición energética, el cobre interviene en la producción de coches eléctricos, energías renovables y, sobre todo, redes de transmisión. Existen dos tipologías de depósitos: pórfidos cupríferos, equivalente al 60% de las reservas en el mundo, donde el metal se extrae de rocas magmáticas, y, en segundo lugar, los depósitos estrato confinado, en los que el cobre se produce a partir de rocas sedimentarias. de un escenario de escasez es especialmente elevada en los mercados del cobalto, del cobre, del litio, del níquel y de las tierras raras. Atendiendo a la importancia de estos metales, denominados en ocasiones como “materiales críticos”, resulta oportuno, primeramente, detenerse en su papel en el proceso de descarbonización, así como en la estructura del mercado de cada uno de ellos.

COBALTO El cobalto es un metal con propiedades magnéticas similares a las del hierro. Su peso en los mercados de materias primas era discreto hasta hace bien poco. Su consumo se limitaba, principalmente, a la producción de aleaciones para la fabricación de motores, imanes y maquinaria. Sin embargo, su demanda se ha disparado exponencialmente a raíz del desarrollo de las ba-

terías de iones de litio, dado que el cobalto constituye uno de los metales fundamentales para asegurar el rendimiento y la autonomía de los dispositivos de almacenamiento de energía. El volumen de reservas es reducido en comparación con otras materias primas; tan solo representa el 0,001% de la corteza terrestre. Asimismo, los yacimientos conocidos están escasamente diversificados. La República Democrática del Congo concentra el 70% de las reservas; se trata de un país muy inestable, del tamaño de Europa Occidental, donde la actividad minera está controlada, en buena parte, por una miríada de grupos armados que compiten por los recursos, lo que introduce un importante riesgo de interrupciones en la oferta. A estos problemas se suma la preocupación de índole humanitaria por el empleo de mano de obra infantil o en régimen de cuasi esclavitud en las minas.

Las reservas identificadas ascienden a 2.100 millones de toneladas, a lo que habría que añadir alrededor de 3.500 millones de toneladas de potenciales yacimientos aun sin explorar, según algunos cálculos. Chile es, con diferencia, el mayor productor, al representar cerca del 28% de la oferta, seguido de Perú (15%) y de China (12%). Entre los tres países concentran más de la mitad del mercado. En relación a la industria de refino, el gigante asiático representa cerca del 40% del total. El desafío que entraña la pérdida de calidad de los yacimientos es especialmente pronunciado en el caso del cobre. Desde 2005 la pureza de las reservas en Chile ha caído un 30%, un deterioro que exige una mayor inversión económica y tecnológica para extraer el mismo volumen de cobre.


112 _ LA ERA DE LOS METALES

LITIO Hasta hace bien poco este metal alcalino tenía un escaso peso en los mercados internacionales de materias primas. Sin embargo, su protagonismo se ha disparado a partir de la fabricación a gran escala de baterías de iones de litio en la industria del vehículo eléctrico y de los dispositivos móviles. Las reservas de litio se clasifican en dos grandes categorías: roca dura (espodumena) y salmuera. El proceso de extracción de este metal es menos complejo, y el periodo de ejecución de los proyectos es más corto en comparación con el resto de la industria minera, en torno a 4-6 años. Los yacimientos en salmuera se concentran, en gran medida, en Bolivia y Chile. En el caso de las reservas en roca dura, los reservorios se sitúan, en su mayoría, en Australia, Canadá, China y Estados Unidos.

Panorama internacional 2022 _ 113

(11%). Las reservas probadas ascienden a 89 millones de toneladas, a lo que habría que añadir 290 millones de toneladas que podría albergar el fondo marino. La industria de procesamiento está algo menos concentrada en comparación con otros metales. No obstante, China es, con diferencia, el principal productor de níquel refinado, al acaparar un tercio del mercado, seguido de Indonesia (20%) y de Japón (10%).

TIERRAS RARAS El término “tierras raras” hace referencia a un conjunto de 17 elementos de la tabla periódica que poseen propiedades magnéticas, luminiscentes y electroquímicas únicas, atributos esenciales en la fabricación de móviles, motores, radares, lentes, drones y misiles guiados. Aunque pudiera pensarse lo contrario, a tenor

PRODUCCIÓN DE MINERALES CRÍTICOS Y COMBUSTIBLES FÓSILES CUOTA DE MERCADO DE LOS TRES PRINCIPALES PRODUCTORES EXTRACCIÓN Combustibles fósiles

Por ello, la obtención de estos metales tan solo es viable cuando están en concentraciones altas, las denominadas “reservas de tierras raras”. A este problema se añade la elevada contaminación medioambiental que se origina durante el proceso de extracción y separación de estos minerales.

Petróleo Gas Natural Minerales Cobre

La mayor parte de las reservas de tierras raras están localizadas en China. El gigante asiático es el único país que dispone de una cadena de suministro completa e independiente. Además, Pekín monopoliza el mercado de refino, al ostentar el 80% de la industria.

Níquel Cobalto Tierras raras Litio

Respecto a la producción, Australia ostenta la mitad del mercado, seguido de Chile (22%) y de China (15%). El grado de concentración de la industria de procesado de litio es aún mayor. Como ocurre con los anteriores metales mencionados, China es el gran protagonista, al acaparar cerca del 60%, seguido de Chile (29%) y de Argentina (10%).

NÍQUEL Este metal participa en la fabricación de innumerables materiales, como monedas, joyas y componentes de automóviles. No obstante, su uso principal está vinculado con la producción de aleaciones, como el acero inoxidable. En relación con la economía verde, el níquel es uno de los principales metales utilizados en la fabricación de vehículos eléctricos, parques eólicos onshore y offshore e infraestructuras de generación de hidrógeno. El principal productor es Indonesia, con cerca de un tercio del mercado. En segundo y tercer lugar se encuentran Filipinas (12%) y Rusia

PRINCIPALES PARTICIPANTES EN EL SECTOR DE LOS METALES CRÍTICOS Producción

Industria refino

0%

60%

80%

100%

Refinación de petróleo Exportación GNL

Chile (28%) Perú (15%) China (12%)

China (40%) Chile (10%)

Cobre

Australia (50%) Chile (22%) China (15%)

China (58%) Chile (29%) Argentina (10%)

Cobalto

Níquel

Indonesia (33%) Filipinas (12%) Rusia (11%)

China (35%) Indonesia (20%) Japón (10%)

Tierras raras

China (60%) Estados Unidos (12%)

China (85%)

Litio

40%

Combustibles fósiles

China (60%)

Cobre

20%

PROCESAMIENTO

República Democrática del Congo (70%)

Cobalto

Minerales

(% sobre el total) FUENTE: INTERNATIONAL ENERGY AGENCY

Níquel

Litio Tierras raras 0% Qatar Indonesia DRC Filipinas China

de su nombre, las tierras raras son abundantes en la corteza terrestre. Ahora bien, el grado de concentración de estos materiales en la naturaleza es muy reducido. Generalmente se hallan mezclados en otros minerales, con un grado de pureza muy bajo, lo que dificulta su extracción y refino.

20% EEUU Rusia Irán Australia Chile

40%

60%

Japón Myanmar Perú Finlandia Bélgica

FUENTE: INTERNATIONAL ENERGY AGENCY

80%

100%

Argentina Malasia Estonia Arabia Saudita

Del conjunto de elementos químicos que forman parte de las tierras raras, el neodimio es uno de los minerales que juegan un papel especialmente relevante. Su utilización es esencial en la fabricación de baterías de coches eléctricos y en los imanes de las turbinas eólicas. El riesgo de inseguridad en el aprovisionamiento de este metal en el futuro es muy elevado. Si el consumo se dispara hasta el medio millón de toneladas de neodimio al año, como apuntan algunas estimaciones, tan solo habría reservas para dieciséis años de producción. Otro material que suscita una elevada preocupación es el disprosio. Gracias a su elevado punto de fusión y su alta capacidad de absorción de neutrones, es uno de los minerales esenciales en la fabricación de imanes, láseres, y barras de control nuclear. Sin embargo, las reservas de este metal son muy escasas, dado que representan menos del 1% del total de los yacimientos de tierras raras.

2.2. Un desafío subestimado


114 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 115

La oferta y la demanda de estos metales en los últimos años se han situado en valores similares. Sin embargo, este equilibrio podría ser difícil de mantener a lo largo de las próximas dos décadas en vista de que se prevé un aumento exponencial de la demanda, un riesgo hasta hace bien poco subestimado. Una de las principales instituciones que ha abordado recientemente este desafío es la Agencia Internacional de la Energía. En 2021 publicó uno de los estudios más completos realizados hasta la fecha sobre el comportamiento probable de la demanda y de la oferta de cobre, litio y níquel9. Por el lado de la demanda, dibuja dos escenarios en función del avance de la transición energética: el denominado Stated Policies Scenario (STEP), que parte de los objetivos de lucha climática establecidos a día de hoy, y en segundo lugar, el Sustainable Development Scena-

9

The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions.

rio (SDS), que asume que la economía mundial cumplirá con el Acuerdo de París10. Tal y como cabría esperar, el comportamiento de la demanda en el escenario climático más ambicioso, el SDS, sería explosivo. La IEA calcula que el consumo de cobre podría aumentar más de un 25% de aquí a 2040; la demanda de litio podría multiplicarse cuarenta veces respecto a los datos actuales, y la del cobalto se multiplicaría por veinte. Por el lado de la oferta, las previsiones tienen en cuenta los proyectos en fase de desarrollo y las inversiones anunciadas por las compañías mineras hasta la fecha. A partir de esta información, la IEA prevé un notable aumento de la

10 Respecto a los avances tecnológicos, en la curva STEP la IEA no incorpora mejoras significativas que permitan reducir el consumo de metales por cada unidad producida. En el escenario SDS, las estimaciones contemplan un descenso del 10% de los materiales utilizados, gracias a la innovación tecnológica.

ESTIMACIONES DE OFERTA Y DEMANDA DE METALES CRÍTICOS (2020-2030) Cobre

Litio

Cobalto

Mt (millones de toneladas)

kt (miles de toneladas)

kt (miles de toneladas)

35

3.200

400

30

2.400

300

25

1.600

200

20

800

100

producción en los próximos años. Sin embargo, será insuficiente para acompasar el vertiginoso aumento de la demanda. En consecuencia, el escenario central más probable contempla un déficit de oferta a finales de esta década. El desequilibrio sería considerable. En los mercados del litio y del cobalto, la producción podría representar menos del 50% de la demanda estimada, un desajuste nunca visto en el mercado de los hidrocarburos, incluso en los periodos más extremos. Por ponerlo en perspectiva, durante la primera crisis del petróleo el déficit se situó en torno al 25% de la demanda.

ESTIMACIONES DE LA EVOLUCIÓN DEL PRECIO DE LAS MATERIAS PRIMAS Precio (2020 USD) Cobre 16.000 12.000 8.000 4.000 0 1970

1980

1990

2000

2010

2020

2030

2040

2010

2020

2030 2040

2010

2020

2030 2040

2020

2030

Cobalto

Este escenario desencadenaría un efecto añadido: el encarecimiento de los metales, un riesgo abordado por el FMI en el modelo econométrico publicado el pasado año11.

600.000 500.000 400.000 300.000 200.000

Al igual que la IEA, el FMI también contempla, como escenario más probable, un aumento extraordinario de la demanda de estos materiales. En concreto, estima que, si la economía mundial se alinea con la trayectoria de neutralidad de carbono, el consumo de litio y de cobalto en 2040 se multiplicará por veinte y por seis veces, respectivamente. Bajo estas premisas, el FMI calcula que entre 2020 y 2030 el precio del cobre se incrementaría un 60%, el del cobalto más de un 350%, el del níquel un 100% y el del litio un 300%. El modelo no descarta, incluso, escenarios más extremos, con incrementos superiores al 1.000% en el caso del cobalto, y del 400% en el del litio12.

100.000 0 1970

1980

1990

2000 Níquel

100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0

1970

1980

1990

2000 Litio

25.000 20.000 15.000 10.000

15 2020 2022 2024 2026 2028 2030 Producción FUENTE: IEA

En construcción

2020 2022 2024 2026 2028 2030

En funcionamiento

Demanda primaria

STEPS

11

2020 2022 2024 2026 2028 2030 SDS

FMI, WP21/243 – Energy transition metals.

12 El FMI advierte que las estimaciones están sujetas a una importante incertidumbre, debido al impacto que podría desencadenar en la demanda las variaciones de algunas variables, como el comportamiento de la economía, las innovaciones tecnológicas y la política climática de los distintos países. Por ello, el intervalo del precio de los metales oscila entre valores muy amplios.

5.000 0 1970

1980

1990

2000

2010

2040

Precio real histórico Escenario Net Zero (media y 40% intervalo de confianza) Escenario Stated Policy (media y 40% intervalo de confianza) FUENTE: FMI


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Ese vertiginoso encarecimiento se traduciría, inevitablemente, en una importante pérdida de competitividad de las tecnologías verdes, lo que desincentivaría el proceso de descarbonización. El impacto sería durísimo en algunos sectores, como el de los vehículos eléctricos, donde los materiales representan entre un 50 y un 75% del coste de fabricación de las baterías. En cualquier caso, sería erróneo considerar que la drástica subida de precios quedaría acotada a las tecnologías asociadas a la transición energética, dado que los materiales mencionados intervienen en la producción de todo tipo de bienes, como los electrodomésticos, los equipos informáticos y los dispositivos móviles, un fenómeno bautizado por algunos como la “inflación verde”.

2.3. ¿Un escenario inevitable? Hasta hace bien poco se vinculaban las opciones de la humanidad para contener el calentamiento global con el compromiso de los distintos gobiernos, empresas y ciudadanía con la lucha climática. Sin embargo, las rigideces del sector de la minería y las limitaciones materiales de los recursos plantean un riesgo hasta ahora relegado a un segundo plano: ¿la escasez de minerales podría convertirse en el principal obstáculo que impida acometer la descarbonización y, en definitiva, contener el cambio climático? Si se cumplen las previsiones de la IEA, el déficit de oferta conduciría a una revisión a la baja, superior al 50%, de las previsiones sobre el parque de vehículos eléctricos en 2040, un revés que, por sí solo, impediría alcanzar el Acuerdo de París. Este desafío suscita, necesariamente, una segunda pregunta, ¿este escenario es inevitable? Quizá no haya que ser tan pesimista. Recordemos que, a lo largo de la historia, la humanidad ha demostrado una formidable capacidad para desarrollar mejoras tecnológicas que han logrado superar las dificultades que encaraba cada época.

Panorama internacional 2022 _ 117

De hecho, el reto de la escasez de materias primas críticas no es nuevo. En el siglo XII a.C., la escasez de estaño para fabricar armas propició el desarrollo de innovaciones tecnológicas que permitieron utilizar materiales más accesibles y abundantes, un proceso que acabó desembocando en la denominada Edad del Hierro13.

Una de las grandes esperanzas es el reciclaje (denominado también producción secundaria). A diferencia de los combustibles fósiles, los metales no son bienes de un único uso. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los materiales pueden reutilizarse sin perder sus propiedades. En el caso del aluminio, las actuales técnicas de reciclaje permiten reutilizarlo prácticamente de forma indefinida sin que pierda calidad.

1% en el mercado del litio, del cobalto y de las tierras raras.

13 Los primeros usos del hierro se remontan al año 2.000 a.C.; sin embargo, su papel era marginal, dado que era un material menos robusto que el bronce y más complejo de forjar. Estos desafíos se resolvieron tras el descubrimiento de una técnica metalúrgica que empleaba mineral de hierro y carbón vegetal.

La industria del reciclaje en algunos materiales está muy consolidada, con una ratio de reutilización superior al 80% en el caso del oro, del 60% en el níquel y del 45% en el cobre. Por el contrario, este porcentaje apenas alcanza el

Ahora bien, este proceso no es sencillo. El número de materiales que intervienen en la fabricación de un coche eléctrico es muy amplio. Tan solo en una batería puede haber más de 50 metales con propiedades termodinámicas y meta-

Esto no significa que estos materiales no puedan reutilizarse. Eurometaux, la asociación europea de fabricantes de metales no ferrosos, calcula que se podría recuperar el 70% del litio utilizado en las baterías eléctricas, el 90% del cobalto y el 70% de las tierras raras.

¿La escasez de minerales podría convertirse en el principal obstáculo que impida acometer la descarbonización y, en definitiva, contener el cambio climático?


118 _ LA ERA DE LOS METALES

lúrgicas distintas, lo que dificulta enormemente la separación y la obtención de los distintos minerales de forma eficiente14. El potencial económico de esta industria es enorme, unas expectativas que están incentivando el estudio de nuevas técnicas –como la lixiviación–, que permitan recuperar estos materiales a gran escala con un consumo energético contenido. Uno de los sectores que está liderando este campo de investigación es el de las compañías automovilísticas, con el objetivo de asegurarse en el futuro el suministro de los materiales empleados en sus cadenas de producción. Recientemente la empresa norteamericana Tesla anunció que había desarrollado un nuevo procedimiento que permite recuperar el 92% de los materiales empleados en las celdas de las baterías eléctricas. Al mismo tiempo, otras compañías, como BMW, están centrando sus esfuerzos en diseñar baterías que faciliten al máximo su posterior reciclaje. Por tanto, los primeros pasos ya se están materializando. Sin embargo, no se puede calcular con precisión el peso que tendrá la industria de reciclaje en la oferta mundial de metales críticos en el futuro. La IEA estima, de forma orientativa, que este sector podría cubrir el 10-20% de la demanda en 2040. Así pues, si estas estimaciones fueran correctas, la producción secundaria contribuiría a reducir los cuellos de botella, pero sería insuficiente para que el mercado alcance el equilibrio. En consecuencia, será necesario el avance en otros campos de investigación, especialmente en la sustitución de los metales críticos por otros materiales más abundantes.

14 Por el contrario, la reutilización de los metales presentes en un vehículo de combustión es relativamente sencilla, dado que más de un 70% de su composición son metales fácilmente reciclables, como el hierro y aluminio. Además, esta elevada concentración reduce sustancialmente la energía requerida en el proceso.

Panorama internacional 2022 _ 119

Los campos de estudio son numerosos. Algunos de los principales fabricantes de baterías eléctricas, como LG Chem y Tesla, han recortado sustancialmente en los últimos años el volumen de cobalto utilizado en las cadenas de producción. Al mismo tiempo, la compañía norteamericana está aumentando paulatinamente el uso de baterías de ferrofosfato (LFP) en sus vehículos, una tipología de almacenamiento de energía con una menor densidad, pero más económica al no requerir níquel ni cobalto.

de cobre, cobalto, litio y níquel se multiplicará por cuatro con respecto al periodo 2000-2020. Si la economía mundial se sitúa en la trayectoria de neutralidad de carbono, los ingresos de la industria de estos cuatro metales superarán los 13 billones (europeos) de dólares, una cifra que equivale a más de 10 veces el tamaño de la economía española. Al mismo tiempo, el valor acumulado en el mismo periodo (2021-2040) de toda la industria de los hidrocarburos (petróleo, gas natural y carbón), se reducirá a una tercera parte, hasta los 19 billones de dólares.

Por su parte, el mayor fabricante de baterías del mundo, la compañía china CATL, anunció en 2021 el desarrollo de la primera generación de baterías de iones de sodio, uno de los materiales más abundantes en la corteza terrestre.

El movimiento opuesto de la industria de los metales y de los hidrocarburos será de tal intensidad que el FMI prevé que en 2040 el valor del mercado de los cuatro metales mencionados supere al del petróleo. Esto es, posiblemente, el mejor ejemplo de la transición extractiva que originará la economía verde, una transformación que arrojará, inevitablemente, ganadores y perdedores.

Otras líneas de investigación se centran en la sustitución de las tierras raras utilizadas en los imanes de las turbinas eólicas por aleaciones de magnesio, o la utilización de aluminio en vez de cobre en la fabricación de redes de conexión eléctrica. A día de hoy se desconoce qué tecnología llegará a ser viable y rentable a gran escala en el futuro. Al igual que tampoco se puede medir qué impacto tendrá en la demanda de los metales considerados críticos. En cualquier caso, las numerosas investigaciones que se están llevando a cabo constituyen una ventana de oportunidad para superar, o al menos reducir, el esperado déficit en el mercado de los metales.

Efectos de la transición extractiva Teniendo en cuenta las distintas variables que intervienen, no es posible evaluar hasta qué punto las limitaciones del mercado de los metales dificultarán la transición energética. Sin embargo, parece evidente que el sustancial aumento de la demanda disparará los ingresos de los participantes del sector minero. El FMI calcula que el valor acumulado entre 2021-2040 de la actividad de extracción y comercialización

En 2040 el valor del mercado de las industrias de cobre, cobalto, litio y níquel superará al del petróleo

Ganadores El exponencial crecimiento de la demanda de estos materiales comportará un ingente volumen de rentas para las economías exportadoras, las principales ganadoras del proceso de descarbonización. El número de países que podrían integrarse en esta categoría es reducido, menor que los que componen el mercado de los hidrocarburos, como consecuencia de la elevada concentración de las reservas. Entre ellos se encuentra Australia, un país con un tamaño superior al de la Unión Europea, que cuenta con reservas de prácticamente todos los metales vinculados a la transición energética. En América Latina dos de los países más favorecidos serán Chile, que alberga el 40% de las reservas mundiales de litio y una cuarta parte


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de los depósitos de cobre –en su mayoría ubicadas en el desierto de Atacama– y, en menor medida, Perú, con abundantes reservas de cobre y plata. En el continente asiático reforzará la posición de Indonesia, el principal productor de níquel y, sobre todo, de China, un país con amplias reservas de aluminio, cobre, litio y tierras raras. Por si fuera poco, Pekín controla la industria de refino de la mayoría de los metales críticos, lo que le otorga una autonomía estratégica de la que el resto de economías carecen.

Perdedores Al mismo tiempo, la descarbonización provocará que las economías petroleras tengan que competir por un mercado cada vez más pequeño. Y, en este escenario conviene destacar, primeramente, que la menor demanda desencadenará, posiblemente, un cambio drástico en el peso de cada uno de los participantes. En efecto, aunque pudiera pensarse lo contrario, el impacto de la desconexión de los hidrocarburos será muy desigual, debido a las diferencias en el coste de extracción entre los distintos tipos de reservorios.

Panorama internacional 2022 _ 121

La producción de estos países sería suficiente para equilibrar una demanda que se sitúe en torno a los 40 mill.b/d. Cabe recordar que las economías de Oriente Medio no adolecen de un problema de reservas. En el caso de Irak, por ejemplo, superan los 143.000 mill.b, un volumen equivalente a más de 70 años al ritmo de producción actual. Desde la perspectiva de estos países, además, sería racional que adoptasen una estrategia agresiva, con el fin de exportar la mayor cantidad de crudo posible antes de que la economía mundial se desconecte, en gran medida, de los hidrocarburos. Esta hipótesis, de producirse, aceleraría la expulsión del mercado de los países petroleros menos competitivos. Así pues, no parece que la caída del consumo de petróleo en 2040-2050 vaya a traducirse en un descenso sustancial de los ingresos obtenidos por algunos exportadores, como Arabia Saudí

o Irak. Aunque el mercado mundial sea menor, paradójicamente el volumen de producción de estos países podría ser, incluso, mayor respecto a los valores actuales. Por el contrario, el efecto en las economías petroleras menos competitivas será durísimo, dado que difícilmente podrán mantenerse en el mercado. En consecuencia, es posible que los ingresos procedentes del crudo en los países con yacimientos menos competitivos se reduzcan drásticamente. Este proceso de darwinismo adaptado al mercado de los hidrocarburos ya está ocurriendo a pequeña escala. En los últimos años la producción de petróleo en la región del Golfo de Guinea se ha reducido notablemente, debido al agotamiento de los pozos y el escaso interés de las empresas petroleras por explotar los yacimientos en aguas profundas y ultra profun-

das, una tipología de yacimiento más complejo de extraer, con un coste de producción que varía entre los 40-60 dólares el barril.

Reajuste de los riesgos económicos… Desde la perspectiva de la economía mundial, la transición extractiva dibujará una nueva arquitectura de la energía, con una idiosincrasia distinta. La diferencia es notoria. Hoy en día los hidrocarburos ostentan un papel determinante en el correcto funcionamiento diario de la economía. Sin petróleo, la actividad económica se paraliza, empezando por el transporte. Por el contrario, los metales participan, principalmente, en el desarrollo de infraestructuras, una diferencia que se asemeja a la divergencia entre flujo y stock. La guerra en Ucrania ha evidenciado la rapidez con la que un evento extremo en el mercado del petróleo y el gas puede distorsionar el comportamiento de la economía mundial, empezando por el vertiginoso aumento del precio de los carburantes y de la electricidad.

El umbral de rentabilidad de los yacimientos onshore en países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, y Kuwait es inferior a la media, en torno a los 5-10 dólares el barril. Por el contrario, en buena parte de los países petroleros de África subsahariana (Angola, Nigeria), América Latina (Brasil, Colombia, México), Europa (Noruega, Reino Unido) y Estados Unidos, el coste de extracción supera los 30 dólares el barril.

Sin embargo, el encarecimiento de los minerales o –en el caso más extremo– un escenario de escasez desencadenará efectos más limitados en el funcionamiento de la economía mundial. En el campo de la energía, los molinos eólicos y las placas fotovoltaicas tienen un coste marginal cero y un ciclo de vida superior a los 20 años, por lo que un brusco aumento del precio de estas materias primas no afectaría al coste de generación de electricidad de las instalaciones ya en funcionamiento. De igual forma que un encarecimiento de los materiales críticos no afectaría a los consumidores que ya disponen de un vehículo eléctrico.

En consecuencia, si en un futuro el mercado del petróleo se reduce a la mitad, posiblemente solo continuarán aquellos participantes más competitivos, con un coste de extracción menor. Por ello, no sería extraño que en unas décadas el grupo de exportadores de petróleo se reduzca a un número muy pequeño.

Ahora bien, sí tendría un impacto importante en las cadenas de producción de numerosos sectores. En términos de energía, las disrupciones podrían paralizar o encarecer la fabricación de nuevos vehículos eléctricos, celdas fotovoltaicas o turbinas eólicas, un riesgo que dificultaría el avance en la electrificación de la


122 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 123

En consecuencia, la posibilidad de que se produzcan tensiones en las cadenas mundiales de producción no se limitará únicamente a las variables de mercado, sino que se entremezclará con las aspiraciones geopolíticas de los países productores, dado que el control del suministro de determinados metales constituye un valioso instrumento para defender y proyectar sus intereses en el exterior, especialmente para China, un país que, como ya hemos dicho, controla la industria de refino de la mayoría de los materiales y que, además, aspira a posicionarse como la primera potencia mundial. La posibilidad de que se materialicen este tipo de riesgos no sería nueva. En 2010 el gobierno de Pekín prohibió la exportación de tierras raras a Japón en medio de la escalada de la tensión por la disputa de la isla de Senkaku. Poco después, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea acusaron al gigante asiático de limitar las exportaciones de tierras raras, como el wolframio o el molibdeno15.

economía. Asimismo, el impacto se ramificaría paulatinamente a otros sectores intensivos en metales, como los equipos informáticos y los electrodomésticos.

…y geopolíticos En términos geopolíticos, las energías verdes ofrecen la posibilidad a los distintos países de aspirar a la autosuficiencia en la generación de electricidad, mediante la combinación de las distintas tecnologías: eólica (onshore y offshore), fotovoltaica, termosolar, hidráulica, biomasa, etc. La democratización de la energía atemperará –o eliminará, en el caso más extremo– la vulnerabilidad de las naciones importadoras de petróleo, algo que se ha vuelto a evidenciar con dureza a raíz del conflicto en Ucrania.

La distorsión en el aprovisionamiento de metales críticos podría afectar a las capacidades militares y tecnológicas de las potencias occidentales

En consecuencia, las habituales escaladas de tensión en Oriente Medio no afectarán, en gran medida, al precio final de la energía. Al igual que ubicaciones estratégicas, como el estrecho de Ormuz, tendrán una menor relevancia en el ajedrez geopolítico. Ahora bien, al mismo tiempo emergerán otros riesgos. Uno de ellos es la importancia de los metales críticos desde la perspectiva de las capacidades militares y tecnológicas de los distintos países. Estos materiales participan en la fabricación de infinidad de sectores, algunos de ellos críticos en términos de seguridad nacional, como las telecomunicaciones y la industria de defensa. Entre otros, son esenciales en los sistemas de armas guiadas, drones, láseres, satélites, sistemas de navegación y en las aleaciones utilizadas en los vehículos blindados.

China no ha sido el único país que ha modificado arbitrariamente las exportaciones de metales para favorecer sus intereses. En 2020 el gobierno de Indonesia prohibió la exportación de mineral de níquel con el objetivo de desarrollar su propia industria de refino. La crisis del coronavirus puso de manifiesto la importancia de alcanzar la autonomía en sectores estratégicos, como el farmacéutico. Y, en este contexto, la Unión Europea parte de una posición muy vulnerable. La exposición del viejo continente a los cortes en el suministro de los metales es especialmente elevada, debido a la ausencia de yacimientos. El grado de dependencia es extremo: se calcula que la Unión Europea produce menos del 2% de los materiales utilizados en los molinos eólicos, los paneles fotovoltaicos y el sector de la robótica. 15 En 2015 la Organización Mundial de Comercio dio la razón a los denunciantes e instó a Pekín a retirar las restricciones a la exportación de estos materiales.


124 _ LA ERA DE LOS METALES

Panorama internacional 2022 _ 125

Esta debilidad se acentuará en los próximos años. Algunas estimaciones apuntan que el consumo de litio en el mercado europeo se multiplicará por dieciocho en 2030 y por setenta para 2050. Así, un escenario de escasez pondría en peligro el liderazgo de la Unión Europea en el proceso de transición energética, además del impacto que desencadenaría en algunos sectores industriales esenciales, como el del automóvil.

Las limitadas reservas y la elevada concentración geográfica de algunos de los metales invitan a cuestionarse si es factible acometer la descarbonización

Ante la creciente preocupación acerca del suministro de metales, la Comisión Europea presentó en 2020 el denominado Plan de acción sobre materias primas, una hoja de ruta para asegurarse el aprovisionamiento de una treintena de metales considerados estratégicos. El programa establece entre las prioridades impulsar la extracción de minerales dentro del territorio europeo; diversificar el suministro desde terceros países; reforzar el papel de las empresas europeas a lo largo de toda la cadena de valor; favorecer el uso circular de los recursos; y sustituir, gracias a la innovación tecnológica, los metales críticos por otros minerales más accesibles. Al mismo tiempo, el control de China sobre la industria de procesamiento constituye una enorme vulnerabilidad para Estados Unidos. La posibilidad de un cortocircuito en el suministro de estos metales es un riesgo que amenaza seriamente la capacidad para mantener su ventaja tecnológica y militar, además de la distorsión que provocaría en la producción de algunas de las principales compañías norteamericanas, como Tesla o Apple. De momento, Estados Unidos está lejos de alcanzar la autonomía estratégica, especialmente en el ámbito de las tierras raras. La primera potencia mundial tan solo cuenta con una instalación de extracción, la mina de Mountain Pass en California. Al reducido volumen de producción de estos materiales se añade una segunda desventaja: la carencia de una industria de procesamiento, lo que obliga a exportar a China la mayoría de las tierras raras extraídas.

te, en uno de los puntos que marquen la agenda geopolítica en las próximas décadas, como ha ocurrido con los hidrocarburos desde la segunda mitad del siglo XX. Todo ello dibuja un escenario paradójico, donde la economía mundial se dirige hacia una dicotomía. Por un lado, la innovación tecnológica ha abierto la posibilidad de alcanzar un sueño hasta hace bien poco impensable, una revolución que bien podría haber sido el guion de un libro de Julio Verne: sustituir el consumo de petróleo y de gas por energía producida por el sol y el viento. En este contexto, Washington ha dado en los últimos años pequeños pasos para avanzar en la autonomía estratégica. En 2021 la Administración del presidente Joe Biden elaboró un informe para evaluar las vulnerabilidades en relación con las cadenas de suministro de metales, un marco teórico que dibuja las principales debilidades y actuaciones que deberían acometerse. Ese mismo año el Departamento de Defensa concedió ayudas al gigante minero australiano Lynas para desarrollar una planta de procesamiento de tierras raras en la localidad de Hondo, Texas. Asimismo, Estados Unidos está impulsando la construcción de cadenas de procesamiento de tierras raras fuera de

China, como el acuerdo alcanzado con la compañía canadiense Neo Performance Material. El reto que queda por delante es mayúsculo, dado que la corrección de esta desventaja requiere un espacio temporal muy amplio. En cualquier caso, la importancia estratégica que constituye el control de las reservas de metales –y, en el caso contrario, la vulnerabilidad que supone su dependencia–, se acentuará en los próximos años a medida que aumente el consumo de estos materiales. En consecuencia, asegurar el suministro de estas materias primas se convertirá, posiblemen-

Sin embargo, al mismo tiempo, las limitadas reservas y la elevada concentración geográfica de algunos de los metales invitan a cuestionarse si es factible acometer la descarbonización, una incógnita que, con la tecnología disponible hoy en día, no se puede asegurar. Asimismo, cabe hacerse una última pregunta: ¿hasta qué punto la competencia por el suministro de los minerales podría desestabilizar la economía mundial? Esto no implica necesariamente que vaya a ser el origen de conflictos en un futuro. Sin embargo, reúne suficientes ingredientes para desencadenar un evento que bien podría calificarse como un cisne negro.


5. PERSPECTIVAS POR PAÍSES


128 _ PERSPECTIVAS POR PAÍSES

Panorama internacional 2022 _ 129

Indicadores de coyuntura Países

Afganistán

PIB 2022 Deuda Tendencia (mill.$) pública 2022 (% del PIB) n/a

Crecimiento Tendencia PIB 2022 (%)

n/a

% Inflación Tendencia 2022 (final periodo)

n/a

Saldo fiscal Tendencia Saldo cuenta Tendencia 2022 corriente (% del PIB) 2022 (% PIB)

n/a

n/a

n/a

Puntuación 2022

Puntuación 2021

Tendencia

Grupo de riesgo país 7

2.063.261

l

55,1

l

3,82

l

11,6

l

-4,66

l

-1,70

6

5

l

-

17.942

l

74,1

l

2,0

l

4,8

l

-5,05

l

-8,79

2,7

5,2

l

5

4.256.540

l

70,9

l

2,1

l

7,2

l

-3,33

l

5,87

5,5

7,5

l

0

124.862

l

57,9

l

3,0

l

18,0

l

3,12

l

11,04

6

6

l

6

1.621

l

94,8

l

6,5

l

5,4

l

-3,87

l

-23,61

4,3

0

l

7

1.040.166

l

24,1

l

7,6

l

2,5

l

5,53

l

19,52

9,8

5,3

l

2

193.601

l

56,6

l

2,4

l

9,5

l

-5,01

l

2,86

4,2

2,7

l

5

564.277

l

74,4

l

4,0

l

60,1

l

-3,80

l

0,55

5,3

5,3

l

7

14.047

l

63,7

l

1,5

l

7,5

l

-4,07

l

-6,25

2,5

3

l

6

27.008.220

l

75,4

l

5,4

l

3,7

l

-7,58

l

0,58

7,5

7,5

l

-

1.748.334

l

60,1

l

4,2

l

5,2

l

-5,16

l

2,97

7,5

8

l

0

479.815

l

80,7

l

2,6

l

6,7

l

-3,95

l

-0,60

4,5

8

l

0

Azerbaiyán

73.369

l

15,9

l

2,8

l

11,0

l

20,11

l

37,16

6,4

4,7

l

4

Bahamas

12.627

l

91,3

l

6,0

l

6,7

l

-6,69

l

-18,12

4,9

2,9

l

4

44.169

l

116,5

l

3,3

l

3,0

l

-3,28

l

10,78

6,5

5

l

6

396.543

l

42,6

l

6,4

l

6,4

l

-6,15

l

-3,20

4,7

6,7

l

5

5.530

l

121,0

l

11,2

l

4,3

l

-3,35

l

-12,33

4,9

6,4

l

4

609.887

l

107,5

l

2,1

l

9,0

l

-5,14

l

0,50

5

7

l

0

1.991

l

101,9

l

5,7

l

5,2

l

-1,73

l

-9,34

5,3

2,8

l

7

Benín

18.387

l

49,3

l

5,9

l

4,6

l

-4,50

l

-5,81

4,5

5

l

6

Bielorrusia

59.394

l

51,0

l

-6,4

l

15,9

l

-4,37

l

-1,23

1

0

l

6

Bolivia

41.032

l

86,1

l

3,8

l

4,2

l

-7,53

l

-1,48

5,5

4,7

l

6

Bosnia Herzegovina

23.358

l

34,0

l

2,5

l

5,9

l

-0,24

l

-5,04

3,3

4,8

l

7

Botsuana

18.426

l

23,2

l

4,3

l

8,9

l

-3,15

l

0,48

6,6

5,1

l

3

1.833.274

l

91,9

l

0,8

l

9,7

l

-7,59

l

-1,50

3,2

5,7

l

5

Brunéi

35.555

l

1,0

l

5,8

l

0,7

l

19,28

l

18,20

9,3

5,3

l

2

Bulgaria

89.533

l

23,1

l

3,2

l

11,0

l

-2,75

l

-2,22

6,6

7,6

l

3

19.621

l

53,4

l

4,7

l

4,0

l

-6,05

l

-5,72

4,3

4,8

l

7

Burundi

3.431

l

69,2

l

3,6

l

7,1

l

-7,43

l

-18,57

4,3

2,8

l

7

Bután

2.653

l

133,5

l

4,4

l

6,5

l

-10,19

l

-10,56

4,5

0

l

6

1.997

l

159,2

l

5,2

l

2,5

l

-7,14

l

-11,53

5

5

l

6

Camboya

28.020

l

40,9

l

5,1

l

3,0

l

-4,10

l

-17,45

4,5

5

l

6

Camerún

45.713

l

45,2

l

4,3

l

2,7

l

-1,21

l

-1,60

7

6

l

6

2.221.218

l

101,8

l

3,9

l

6,0

l

-2,16

l

1,11

8,5

7

l

0

225.716

l

46,0

l

3,4

l

1,2

l

8,53

l

19,90

9,6

7,1

l

3

África subsahariana Albania Alemania Angola Antigua y Barbuda Arabia Saudí Argelia Argentina Armenia Asia emergente Australia Austria

Bahréin Bangladesh Barbados Bélgica Belice

Brasil

Burkina Faso

Cabo Verde

Canadá Catar


130 _ PERSPECTIVAS POR PAÍSES

Panorama internacional 2022 _ 131

Indicadores de coyuntura Países

PIB 2022 Deuda Tendencia (mill.$) pública 2022 (% del PIB)

Crecimiento Tendencia PIB 2022 (%)

% Inflación Tendencia 2022 (final periodo)

Saldo fiscal Tendencia Saldo cuenta Tendencia 2022 corriente (% del PIB) 2022 (% PIB)

Puntuación 2022

Puntuación 2021

Tendencia

Grupo de riesgo país

2.645

l

46,3

l

3,5

l

5,4

l

-2,47

l

-11,01

5,3

5,8

l

7

12.938

l

46,5

l

3,3

l

3,8

l

5,86

l

1,29

8,3

3,3

l

7

Chequia

296.238

l

43,3

l

2,3

l

13,0

l

-3,54

l

-0,72

4

8

l

0

Chile

317.594

l

38,3

l

1,5

l

8,9

l

-1,49

l

-4,51

4

8,5

l

0

19.911.593

l

77,8

l

4,4

l

2,0

l

-7,71

l

1,07

7,8

7,8

l

2

Chipre

27.726

l

97,2

l

2,1

l

3,0

l

-1,35

l

-9,39

4,5

6

l

0

Colombia

351.281

l

60,6

l

5,8

l

8,4

l

-4,64

l

-3,34

4,4

5,4

l

4

1.310

l

30,4

l

3,5

l

0,2

l

-5,56

l

-8,35

4,3

0,8

l

7

15.951

l

64,0

l

2,4

l

3,0

l

11,32

l

26,00

6,3

5,8

l

7

64.795

l

10,6

l

6,4

l

6,4

l

-3,35

l

-0,34

5,3

5,3

l

7

1.804.680

l

52,0

l

2,5

l

4,8

l

-1,59

l

2,18

6,5

9

l

0

Costa de Marfil

73.047

l

51,8

l

6,0

l

4,2

l

-4,74

l

-4,80

4,7

5

l

5

Costa Rica

65.314

l

69,4

l

3,3

l

5,7

l

-4,52

l

-3,54

4,9

3,4

l

4

Croacia

69.459

l

78,1

l

2,7

l

5,8

l

-2,95

l

-0,42

4,9

5,9

l

4

399.100

l

33,7

l

2,3

l

5,2

l

0,78

l

7,27

7,5

7

l

0

635

l

99,7

l

6,8

l

5,0

l

-1,40

l

-32,07

5,5

0

l

6

109.080

l

59,4

l

5,5

l

6,9

l

-2,72

l

-3,49

5,9

5,9

l

4

44.619.341

l

66,3

l

3,8

l

8,5

l

-5,67

l

1,53

7

7,5

l

-

l

2,9

l

3,8

l

2,89

5,8

l

6

5,9

l

10,7

l

-4,35

4,2

2,7

l

5

l

5,0

4,5

5,2

l

6

Centroafricana, Rep. Chad

China

Comoros Congo, Rep. Congo, Rep. Democrat. Corea del Sur

Dinamarca Dominica Dominicana, Rep. Ec. emergentes y en desarrollo Ecuador

115.462

n/a

Egipto

435.621

l

94,0

l

30.720

l

82,6

l

3,0

501.354

l

31,7

l

4,2

l

3,7

2.568

l

151,9

l

4,7

l

Eslovaquia

118.434

l

61,4

l

2,6

Eslovenia

63.647

l

71,4

l

3,7

1.435.560

l

116,4

l

25.346.805

l

125,6

Estonia

37.202

l

20,9

Esuatini

4.646

l

Etiopía

105.325

Filipinas

El Salvador Emiratos Árabes Unidos Eritrea

España Estados Unidos

Finlandia Fiyi Francia Gabón Gambia

n/a -6,84

l

l

-5,62

l

-6,72

l

8,06

l

18,51

9,3

8,8

l

2

4,0

l

-1,01

l

13,52

7,3

4,8

l

7

l

10,8

l

-5,37

l

-4,97

3

7

l

0

l

7,6

l

-4,83

l

-0,52

6,5

8

l

0

4,8

l

8,1

l

-5,32

l

0,30

7

8

l

0

l

3,7

l

7,0

l

-4,78

l

-3,46

5,5

6

l

0

l

0,2

l

14,5

l

-3,76

l

1,56

5

8

l

0

45,6

l

2,1

l

4,8

l

-5,76

l

-2,14

3,5

4,5

l

6

l

48,3

l

3,8

l

33,4

l

-4,00

l

-4,51

3,3

1,8

l

7

411.978

l

60,0

l

6,5

l

4,0

l

-5,47

l

-2,74

6,1

6,6

l

3

297.617

l

67,1

l

1,6

l

6,2

l

-2,47

l

0,42

6,5

6

l

0

5.172

l

87,1

l

6,8

l

4,5

l

-13,32

l

-13,01

4,7

5,2

l

5

2.936.702

l

112,6

l

2,9

l

5,2

l

-5,65

l

-1,84

4,5

7

l

0

22.456

l

57,4

l

2,7

l

3,6

l

1,58

l

1,66

6,5

5

l

6

2.166

l

80,4

l

5,6

l

8,5

l

-4,35

l

-14,86

3,8

4,3

l

7


132 _ PERSPECTIVAS POR PAÍSES

Panorama internacional 2022 _ 133

Indicadores de coyuntura Países

PIB 2022 Deuda Tendencia (mill.$) pública 2022 (% del PIB)

Crecimiento Tendencia PIB 2022 (%)

% Inflación Tendencia 2022 (final periodo)

Saldo fiscal Tendencia Saldo cuenta Tendencia 2022 corriente (% del PIB) 2022 (% PIB)

Puntuación 2022

Puntuación 2021

Tendencia

Grupo de riesgo país

Georgia

20.889

l

50,3

l

3,2

l

7,6

l

-3,87

l

-11,42

4,5

4,5

l

6

Ghana

73.894

l

84,6

l

5,2

l

15,8

l

-8,71

l

-3,62

4

5

l

6

1.192

l

69,0

l

3,6

l

5,4

l

-3,44

l

-27,91

4,5

0

l

6

222.770

l

185,4

l

3,5

l

8,8

l

-4,78

l

-6,31

5

5,5

l

0

91.019

l

30,6

l

4,0

l

4,8

l

-2,36

l

0,04

7,9

6,9

l

4

20.952

l

39,1

l

4,8

l

12,8

l

-4,35

l

-9,56

3,8

5,3

l

7

1.656

l

79,7

l

3,8

l

0,7

l

-4,13

l

-5,57

4,3

4,8

l

7

16.335

l

27,8

l

6,1

l

4,9

l

3,54

l

-1,59

7,3

5,3

l

7

Guyana

13.543

l

25,3

l

47,2

l

7,4

l

0,13

l

45,45

8,5

5

l

6

Haití

20.168

l

22,5

l

0,3

l

24,9

l

-1,14

l

0,77

4,8

3,8

l

7

Honduras

30.116

l

47,6

l

3,8

l

6,0

l

-2,07

l

-4,41

5,7

5,7

l

5

369.486

l

3,3

l

0,5

l

1,9

l

-3,19

l

10,93

5,8

7,8

l

2

197.813

l

75,9

l

3,7

l

10,3

l

-5,44

l

-1,32

6

6,5

l

0

3.534.743

l

86,9

l

8,2

l

6,7

l

-9,94

l

-2,89

6,1

6,1

l

3

1.289.295

l

42,7

l

5,4

l

3,8

l

-3,97

l

4,47

7,1

6,6

l

3

Irak

297.341

l

35,0

l

9,5

l

5,9

l

11,85

l

15,85

8,3

2,8

l

7

Irán

1.739.012

l

40,3

l

3,0

l

30,0

l

-3,95

l

3,49

5,3

3,3

l

7

Irlanda

516.146

l

53,3

l

5,2

l

6,6

l

-1,44

l

10,20

8,5

8

l

0

Islandia

27.865

l

68,8

l

3,3

l

6,5

l

-5,06

l

0,59

7,5

8

l

0

Islas Marshall

267

l

14,8

l

2,0

l

5,3

l

-0,99

l

-4,07

4,5

4

l

-

Islas Salomón

1.669

l

22,5

l

-4,0

l

4,5

l

-6,03

l

-11,90

1,5

3,5

l

-

Israel

520.703

l

67,1

l

5,0

l

4,0

l

-3,35

l

3,20

7,5

7,5

l

0

Italia

2.058.330

l

150,6

l

2,3

l

6,3

l

-5,98

l

1,78

5,5

7,5

l

0

15.721

l

83,7

l

2,5

l

8,0

l

0,27

l

-5,16

4

3,5

l

6

4.912.147

l

262,5

l

2,4

l

1,9

l

-7,83

l

2,39

6

8

l

0

Jordania

47.745

l

91,5

l

2,4

l

2,8

l

-6,45

l

-5,93

3,2

3,2

l

5

Kazajistán

193.611

l

27,6

l

2,3

l

8,5

l

-0,48

l

3,01

5,2

6,7

l

5

114.679

l

70,3

l

5,7

l

8,7

l

-6,92

l

-5,83

3,8

4,5

l

7

9.017

l

60,4

l

0,9

l

14,7

l

-1,16

l

-12,20

2,8

4,3

l

7

216

l

25,0

l

1,1

l

4,8

l

-16,88

l

7,14

4,5

5

l

6

186.610

l

12,3

l

8,2

l

3,4

l

16,55

l

31,33

9,3

5,8

l

2

17.347

l

95,6

l

3,2

l

6,2

l

-5,21

l

-5,98

4,3

4,3

l

7

5.462.553

l

71,3

l

2,5

l

10,0

l

-4,63

l

-1,21

4

6,5

l

-

2.561

l

52,5

l

3,1

l

6,0

l

-7,76

l

-15,56

4,5

4,5

l

6

40.266

l

47,3

l

1,0

l

13,3

l

-6,37

l

-1,59

4

7,5

l

0

Granada Grecia Guatemala Guinea Guinea Bissau Guinea Ecuatorial

Hong Kong Hungría India Indonesia

Jamaica Japón

Kenia Kirguistán Kiribati Kuwait Laos Latinoamérica y Caribe Lesoto Letonia


134 _ PERSPECTIVAS POR PAÍSES

Panorama internacional 2022 _ 135

Indicadores de coyuntura Países

PIB 2022 Deuda Tendencia (mill.$) pública 2022 (% del PIB)

Crecimiento Tendencia PIB 2022 (%)

% Inflación Tendencia 2022 (final periodo)

Saldo fiscal Tendencia Saldo cuenta Tendencia 2022 corriente (% del PIB) 2022 (% PIB)

Puntuación 2022

Puntuación 2021

Tendencia

Grupo de riesgo país

3.829

l

51,6

l

4,5

l

10,7

l

-2,92

l

-16,11

4,8

4,8

l

7

Libia

48.773

l

0,0

l

3,5

l

3,7

l

25,79

l

27,93

8,3

7,8

l

7

Lituania

69.782

l

40,1

l

1,8

l

15,6

l

-3,56

l

-0,68

4

8

l

0

Luxemburgo

86.898

l

25,7

l

1,8

l

8,0

l

-0,41

l

2,00

6,5

9

l

0

35.246

l

0,0

l

15,5

l

2,8

l

-10,16

l

3,53

7,8

7,8

l

2

Macedonia del Norte

14.198

l

55,3

l

3,2

l

5,2

l

-6,29

l

-5,77

4,7

5,2

l

5

Madagascar

14.616

l

57,9

l

5,1

l

8,3

l

-6,31

l

-6,50

3,8

4,3

l

7

439.373

l

69,3

l

5,6

l

3,0

l

-4,89

l

3,90

7,3

7,8

l

2

12.042

l

66,9

l

2,7

l

10,7

l

-7,83

l

-17,32

1,8

1,8

l

7

5.502

l

129,3

l

6,1

l

2,3

l

-13,46

l

-24,17

4,8

4,8

l

7

19.264

l

53,4

l

2,0

l

4,0

l

-4,50

l

-5,27

2,3

4,8

l

7

17.251

l

61,0

l

4,8

l

4,6

l

-7,43

l

-1,65

6,5

8

l

0

133.062

l

77,1

l

1,1

l

4,0

l

-6,29

l

-5,98

3,1

5,1

l

3

11.263

l

98,9

l

6,1

l

8,0

l

-4,87

l

-14,03

5,1

5,1

l

3

9.280

l

55,5

l

5,0

l

4,0

l

0,14

l

-14,01

6,3

5,3

l

7

1.322.740

l

58,4

l

2,0

l

6,9

l

-3,20

l

-0,61

4,1

7,1

l

3

427

l

14,2

l

-0,5

l

5,6

l

0,83

l

-0,74

4,1

1,6

l

3

Moldavia

13.811

l

36,4

l

0,3

l

15,7

l

-7,24

l

-13,03

1,8

4,3

l

7

Mongolia

18.102

l

82,0

l

2,0

l

17,5

l

3,36

l

0,16

5,8

4,3

l

7

Montenegro

6.018

l

78,0

l

3,8

l

7,0

l

-5,07

l

-13,82

4,3

4,3

l

7

Mozambique

18.091

l

102,0

l

3,8

l

9,0

l

-2,98

l -44,90

4,8

2,3

l

7

Myanmar

69.262

l

58,8

l

1,6

l

14,7

l

-6,86

l

-0,14

2,8

0

l

7

Namibia

13.019

l

69,6

l

2,8

l

6,0

l

-7,78

l

-6,87

2,5

2,5

l

6

Nauru

134

l

27,3

l

0,9

l

2,6

l

16,27

l

-2,22

6,6

7,6

l

3

Nepal

36.315

l

51,5

l

4,1

l

6,9

l

-5,74

l

-11,40

4,5

2,5

l

6

Nicaragua

15.764

l

46,9

l

3,8

l

8,5

l

-1,03

l

-3,01

4,8

4,3

l

7

Níger

15.620

l

53,8

l

6,9

l

5,0

l

-5,41

l

-15,78

4,3

4,8

l

7

Nigeria

510.588

l

37,4

l

3,4

l

15,6

l

-6,44

l

-1,08

5

3

l

6

Noruega

541.938

l

47,8

l

4,0

l

4,6

l

5,95

l

19,93

9,5

9

l

0

257.211

l

51,2

l

2,7

l

6,6

l

-4,86

l

-6,48

3,5

7

l

0

110.127

l

44,0

l

5,6

l

3,7

l

5,63

l

5,89

8,7

2,5

l

5

1.013.595

l

55,3

l

3,0

l

9,2

l

-2,59

l

7,40

6

8

l

0

n/a

l

71,3

l

4,0

l

12,7

l

-5,79

l

-5,26

3,8

2,8

l

7

244

l

0,0

l

8,1

l

5,0

l

-12,94

l

-51,49

4,5

0

l

6

Panamá

70.492

l

56,0

l

7,5

l

4,0

l

-4,01

l

-4,13

4,9

4,9

l

4

Papúa Nueva Guinea

29.919

l

45,2

l

4,8

l

6,0

l

-5,78

l

25,10

6,5

6,5

l

6

Liberia

Macao

Malasia Malawi Maldivas Mali Malta Marruecos Mauricio Mauritania México Micronesia

Nueva Zelanda Omán Países Bajos Pakistán Palau


136 _ PERSPECTIVAS POR PAÍSES

Panorama internacional 2022 _ 137

Indicadores de coyuntura Países

PIB 2022 Deuda Tendencia (mill.$) pública 2022 (% del PIB)

Crecimiento Tendencia PIB 2022 (%)

% Inflación Tendencia 2022 (final periodo)

Saldo fiscal Tendencia Saldo cuenta Tendencia 2022 corriente (% del PIB) 2022 (% PIB)

Puntuación 2022

Puntuación 2021

Tendencia

Grupo de riesgo país

41.935

l

39,4

l

0,3

l

7,0

l

-5,01

l

-2,89

3,7

6,7

l

5

Perú

240.346

l

34,4

l

3,0

l

4,0

l

-2,45

l

-1,53

5,1

6,6

l

3

Polonia

699.559

l

53,3

l

3,7

l

11,1

l

-4,14

l

-2,95

6

8

l

0

251.915

l

121,6

l

4,0

l

6,3

l

-2,43

l

-2,65

7,5

6,5

l

0

116.762

l

16,3

l

4,8

l

4,7

l

1,75

l

0,00

7,5

5

l

1-2

3.376.003

l

87,8

l

3,7

l

8,8

l

-4,32

l

-5,46

5

6

l

0

12.060

l

72,0

l

6,4

l

7,5

l

-6,76

l

-11,42

4,5

5

l

6

286.509

l

56,0

l

2,2

l

7,6

l

-7,98

l

-7,03

3,1

5,6

l

3

1.829.050

l

16,8

l

-8,5

l

16,2

l

-4,00

l

12,44

2,4

7,9

l

4

816

l

45,7

l

0,0

l

6,6

l

-2,07

l

-12,52

3,7

0

l

5

1.114

l

56,5

l

10,0

l

6,6

l

2,97

l

-4,98

6,3

0

l

7

1.698

l

95,1

l

1,3

l

4,9

l

-4,37

l

0,32

5,5

7,5

l

-

953

l

87,8

l

5,0

l

8,0

l

-6,15

l

-27,74

4,2

0

l

5

2.082

l

92,4

l

9,7

l

5,4

l

-4,50

l

-5,32

4,5

5

l

6

526

l

63,1

l

1,6

l

15,0

l

1,16

l

-12,14

3,8

3,8

l

7

Senegal

28.435

l

75,3

l

5,0

l

0,8

l

-4,74

l

-12,97

4,7

5,2

l

5

Serbia

65.037

l

55,6

l

3,5

l

6,0

l

-2,85

l

-6,11

5,9

5,4

l

4

1.750

l

76,7

l

4,6

l

7,4

l

-6,73

l

-29,98

4,5

3

l

6

4.268

l

75,0

l

3,4

l

16,7

l

-3,90

l

-17,24

3,8

3,8

l

7

424.431

l

130,9

l

4,0

l

2,3

l

1,39

l

13,04

8,5

l

0

n/a

109,0

l

Paraguay

Portugal Puerto Rico Reino Unido Ruanda Rumanía Rusia Samoa San Cristóbal y Nieves San Marino San Vicente y Granadinas Santa Lucía Santo Tomé y Príncipe

Seychelles Sierra Leona Singapur Siria

-

l

l

l

1,9

l

6,0

l

0,3

l

244,4

50,5

l

6,5

l

l

35,1

l

2,9

841.969

l

41,5

l

2,2

2.988

l

132,2

l

522.012

l

62,7

Tailandia Taiwán

841.209

l

26,4

Tanzania

77.506

l

Tayikistán

7.820

Timor Oriental

Sudán Sudán del Sur Suecia Suiza Surinám

Togo Tonga

426.166

l

70,2

31.460

l

284,1

5.730

l

621.241

-

17,2

Sudáfrica

l

-

2,6

Sri Lanka

81.934

-

10

-

-9,36

l

-7,13

l

-5,78

l

1,25

l

-2,71

l

-6,64

10,0

l

8,92

l

l

6,5

l

-0,66

l

2,5

l

-0,95

1,8

l

25,8

l

l

3,3

l

4,0

l

3,2

l

2,3

39,8

l

4,8

l

l

53,7

l

2,5

1.920

l

14,1

l

2,0

8.699

l

63,6

l

528

l

42,9

l

7

5,3

l

7

4,9

5,9

l

4

2,3

1,3

l

7

9,55

7,8

5,8

l

7

l

4,86

6,5

8

l

0

l

6,30

7

7,5

l

0

-3,70

l

-0,98

2,3

2,3

l

7

l

-6,06

l

-0,08

6,1

5,1

l

3

l

-1,16

l

13,22

9

8,5

l

1

6,3

l

-3,26

l

-4,28

4,5

3,5

l

6

l

12,0

l

-3,00

l

-1,39

3,8

5,3

l

7

l

6,0

l

-39,58

l

-28,04

2,5

3

l

6

5,6

l

0,2

l

-4,94

l

-5,95

4,5

5

l

6

-1,7

l

5,1

l

-0,10

l

-3,09

1,5

0

l

6

1,8


138 _ PERSPECTIVAS POR PAÍSES

Panorama internacional 2022 _ 139

Indicadores de coyuntura Países

Túnez Turkmenistán Turquía Tuvalu

PIB 2022 Deuda Tendencia (mill.$) pública 2022 (% del PIB)

Crecimiento Tendencia PIB 2022 (%)

% Inflación Tendencia 2022 (final periodo)

Saldo fiscal Tendencia Saldo cuenta Tendencia 2022 corriente (% del PIB) 2022 (% PIB)

Puntuación 2022

Puntuación 2021

Tendencia

Grupo de riesgo país

45.642

l

87,3

l

2,2

l

8,4

l

-7,41

l

-10,13

1,8

4,5

l

7

76.591

l

7,2

l

1,6

l

14,0

l

1,12

l

5,81

5,8

8,3

l

7

692.380

l

43,7

l

2,7

l

72,0

l

-6,90

l

-5,66

1,7

4,2

l

5

66

l

4,9

l

3,0

l

4,4

l

1,55

l

-8,59

7,1

3,6

l

3

l

-35,0

l

6

Ucrania

n/a

Uganda

46.377

l

53,1

l

4,9

l

6,4

l

-5,61

l

-7,00

4,5

4,5

l

6

17.199.536

l

89,3

l

2,9

l

4,8

l

-4,14

l

2,03

5,5

8

l

-

Uruguay

64.283

l

65,7

l

3,9

l

6,0

l

-2,46

l

-0,21

7,1

6,1

l

3

Uzbekistán

73.060

l

39,4

l

3,4

l

12,1

l

-3,46

l

-9,47

4,2

4,2

l

5

1.015

l

49,2

l

2,2

l

5,0

l

-4,19

l

-7,76

2,3

4,8

l

7

l

1,5

l

500,0

l

9,00

l

7

Unión Europea

Vanuatu Venezuela Vietnam Yemen Yibuti Zambia

n/a

49.086

n/a

n/a

n/a

n/a

n/a

408.947

l

41,3

l

6,0

l

3,8

l

-5,02

l

-0,09

5,9

6,9

l

4

28.134

l

43,9

l

1,0

l

46,0

l

-4,69

l

-12,27

1,3

1,8

l

7

3.836

l

49,2

l

3,0

l

5,0

l

-3,97

l

-4,72

4,3

6,8

l

7

l

3,1

l

10,8

l

-8,98

l

4,42

5,8

3,8

l

7

26.665

Nota metodológica sobre el cuadro de datos macroeconómicos – Perspectivas Las cifras económicas que se incluyen en los cuadros de las páginas siguientes son las correspondientes a las estimaciones para el año 2022, y provienen en su mayoría del World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional, en concreto, de la actualización de abril de 2022. En el caso del dato de inflación, teniendo en cuenta la acentuación de la tendencia alcista desde que se publicaron los datos del FMI, se han utilizado las previsiones contenidas en las Perspectivas Económicas de la OCDE de junio de 2022, por ser las más actuales disponibles, para el grupo de cincuenta países que cubre dicha publicación (los treinta y cuatro de la OCDE, más Brasil, China, Colombia, Costa Rica, India, Indonesia Rusia y Sudáfrica). Las valoraciones que se ofrecen a través de los “semáforos” se refieren únicamente al dato concreto de dicho año y, por tanto, se trata de una apreciación de carácter muy coyuntural, que no entra a evaluar ni factores estructurales ni las características propias de la economía de cada país, ni por supuesto factores políticos. Las columnas “Tendencia” se refieren a la tendencia esperada para el indicador al que acompañan, a partir de la comparación del dato de 2021 con la previsión para 2022. Se considerará que la tendencia mejora, respectivamente, si baja la deuda; si sube el crecimiento; si baja la infla-

n/a

ción; si se reduce el déficit o aumenta el superávit fiscal; y si se reduce el déficit o aumenta el superávit por cuenta corriente. En caso contrario, se considera que la tendencia empeora. En la columna de “Puntuación” se valora de 0 (peor) a 10 (mejor) la situación coyuntural del país. La puntuación se obtiene a partir de la ponderación de las cifras estimadas para 2022 de crecimiento, inflación, déficit público y déficit por cuenta corriente. Se ofrece a título comparativo las puntuaciones obtenidas en 2021. La columna “Tendencia” situada junto a la puntuación muestra la tendencia esperada, o las perspectivas de la coyuntura en función de la tendencia de cada uno de los indicadores que se incluyen en el cuadro. Así pues, un círculo verde significa que las tendencias de los indicadores son positivas; uno amarillo muestra que los indicadores registran tendencias mixtas; y uno rojo implica que se espera una tendencia negativa en el conjunto de los indicadores. La columna “Grupo de riesgo” ofrece la clasificación de Riesgo_País de la OCDE vigente a 30 de junio de 2022. Dicha clasificación va de 1 (menor riesgo) a 7 (mayor riesgo). Los guiones indican que el país no está sujeto a esta clasificación.


6. MAPAS


142 _ MAPAS

CIFRA DE EXPORTACIONES DE BIENES ESPAÑOLES 2021

>10.000 mill.€ 2.500 - 10.000 mill.€ 1.000 - 2.500 mill.€ 100 - 1.000 mill.€ < 100 mill.€

Panorama internacional 2022 _ 143


144 _ MAPAS

COBERTURA DE LAS EXPORTACIONES CON RESPECTO A LAS IMPORTACIONES ESPAÑOLAS 2021

< 50% 50% - 100% 100% - 300% > 300%

Panorama internacional 2022 _ 145


146 _ MAPAS

Panorama internacional 2022 _ 147

MAPA DE RIESGO PAÍS

Suecia

Islandia

Noruega

Finlandia

Rusia

Estonia Letonia Lituania

Canadá

Irlanda

Ucrania Moldavia Kazajistán Francia Suiza Austria Mongolia Rumanía Italia Serbia Bosnia y Herzeg. Turkmenistán Bulgaria Georgia Kirguistán Montenegro Albania Macedonia Armenia Azerbaiyán España Portugal Turquía Uzbekistán Tayikistán Grecia Gibraltar Chipre Túnez Líbano Siria Irak Afganistán Irán Marruecos Israel Jordania Bután Kuwait Pakistán Nepal Argelia Libia Bahréin Egipto Catar Bangladesh EAU

San Pedro y Miquelón

EE.UU.

Bermudas

Bahamas

Arabia Saudí

Haití

Guatemala

Puerto Rico Jamaica Antigua y Barbuda Belice República Dominica Honduras Dominicana Aruba

Nicaragua

El Salvador

Costa Rica

Barbados Granada Trinidad y Tobago

Venezuela

Panamá

Guyana

Ecuador

Mali

Cabo Verde

Senegal Gambia Guinea Bissau Guinea

Costa de Marfil

Liberia

Sudán Chad

Eritrea

Yemen

Nigeria

Rep. Centroafricana Camerún

Sudán del Sur

Somalia

Zambia

Namibia

Maldivas

Riesgo de transferencia y convertibilidad Riesgo de confiscación, exportación y nacionalización Riesgo de guerra y violencia política

Guam

Filipinas Palau

Brunéi Malasia

Islas Marshall

Micronesia Nauru

Singapur Seychelles

Tuvalu

Papúa Nueva Guinea

Indonesia Timor Oriental

Mozambique

Zimbabue

Islas Salomón

Madagascar

Vanuatu

Nueva Caledonia Australia

Lesoto

Uruguay

Nueva Zelanda

Malvinas

Fiyi

Mauricio

Reunión

Botswana

Sudáfrica Argentina

Marianas del Norte

Malaui

Esuatini Chile

Taiwán

Macao

Laos

Comores

Angola Santa Elena

Paraguay

Hong Kong

Myanmar

Sri Lanka

Tanzania

Bolivia

Japón

China

Camboya

Etiopía

Uganda Guinea Ecuatorial Rep. Congo Kenia Santo Tomé y Gabón Ruanda República Príncipe Democrática Burundi del Congo

Brasil

Corea del Norte Corea del Sur

Tailandia Vietnam

Yibuti

Perú

Países no clasificados Riesgo muy bajo Riesgo bajo Riesgo medio-bajo Riesgo medio Riesgo medio-alto Riesgo alto Riesgo muy alto

India Omán

Níger

Burkina Faso

Sierra Leona

Guayana Francesa Surinam

Colombia

Mauritania

Ghana Togo Benín

Cuba

México

Dinamarca Reino Unido P. Bajos Bielorrusia Bélgica Alemania Polonia

Tonga


EDITA Cesce Velázquez, 74, Madrid cesce.es


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