4.1 ECONOMÍA Y DIVERSIDAD ECONÓMICA
La economía es la ciencia social que estudia las formas en que las sociedades asignan sus recursos escasos a la producción de los bienes y servicios que van a satisfacer sus necesidades. Mientras que la diversidad económica según Kossmann, (2002), se asume como una “variedad de actores y estrategias económicas, elegidas por los países y comunidades para la satisfacción de sus necesidades económicas, sociales, culturales y ambientales”. De la primera definición se sugiere reflexionar sobre la forma en que se llevan a cabo los convenios de asignación y los modos de producción: en cuanto a la segunda, se trata de identificar a la variedad de actores, así como las características de las estrategias económicas. 4.2 SISTEMAS DE PRODUCCIÓN (OFERTA Y DEMANDA)
El enfoque del sistema de producción que asume las funciones de oferta y demanda como fundamento para su explicación es, de suyo, un sistema de mercado. Lindblom (2002) explica que el sistema de mercado “organiza y coordina las actividades humanas no a través de la planificación estatal, sino mediante las interacciones mutuas de los compradores y vendedores”. Y agrega que “un sistema de mercado es un sistema de coordinación de las actividades humanas a escala de toda una sociedad que procede no mediante un sistema de órdenes centralizadas, sino vía las interacciones mutuas en forma de transacciones. Este mismo autor clasifica los
mercados en tres tipos: mercados de trabajo, mercados agrícolas y mercados para los bienes y servicios que la industria ofrece a los consumidores. Sin embargo habrá que tener presente, como anticipara Polanyi (1992), que el mercado causa la muerte de unos y el éxito de otros. 4.3 ECONOMÍA GLOBAL VS ECONOMÍA LOCAL No es ocioso pensar que la economía global es, sobre todo, un sistema cuya complejidad se mide por eslabonamiento de las relaciones entre las naciones mediante los acuerdos comerciales y el flujo de bienes, servicios e información. Desde la perspectiva geográfica se recomienda pensar en los efectos que estas relaciones propician sobre todo en la disposición espacial de los servicios, el surgimiento de nuevas actividades económicas y las amenazas a las que se exponen las economías tradicionales. Esta misma preocupación es válida en lo que concierne a las capacidades que tienen las economías locales para incorporarse al funcionamiento de la economía global o, mejor dicho, a la economía mundo
(Wallerstein, 2005). Cinco temas, al menos, son de especial interés: re-ubicación de las actividades económicas, empleo-nivel de ingresos, el papel que tiene la tecnología, los inventarios de recursos naturales (capital natural local) y el poder de los bloque económicos. No está por demás decir que la economía local se entiende como el conjunto de actividades productivas que aprovechan los recursos endógenos (naturales y humanos), de acuerdo con la capacidad tecnológica de una determinada zona, cuya estructura tiene el potencial de crear empleo, mantiene un nivel de ingresos, fomenta la participación colectiva, se preocupa por la educación y la salud de la comunidad, y es capaz de mejorar la calidad de vida del colectivo.
4.4 PRODUCTO INTERNO BRUTO (PIB), DISTRIBUCIÓN DEL PIB. La contabilidad nacional es un medio que sirve para medir tanto la producción como el gasto de la economía de un país. Dos medidas se pueden obtener a partir de este
instrumento: El producto interno bruto (PIB) Y el producto nacional bruto (PNB) El PIB es el “valor total de la producción corriente de bienes y servicios finales dentro del territorio nacional durante un cierto periodo, que por lo común es un trimestre o
un año”. Mientras que, el PNB “mide el ingreso de los residentes en la economía, sin importar si el ingreso viene de la producción interna o de la producción exterior”. Esta segunda identidad macro-económica también se define como: PNB=PIB+PNF Donde PNF= al pago neto a factores nacionales recibidos del extranjero (Sachs y Larraín, 1994). El PIB se puede estudiar de tres maneras: 1. La suma de todas las compras finales en la economía. 2. La suma del valor agregado por todas las empresas de la economía. 3. La suma de todos los ingresos factores de la producción (trabajo y capital) en la economía. Este último comprende los salarios, el ingreso de propietarios, ingresos personales por arriendos, utilidades corporativas, intereses netos etc. (Sachs y Larraín, 1994).
4.5 EXTERNALIZACION E INTERNALIZACION DE COSTOS Para el estudio económico de la contaminación se distinguen dos posibilidades: una externalización negativa (costos externos) y una deseconomia externa. Los costos
externos se generan cuando se dan dos condiciones: 1. La actividad que desarrolla un agente económico causa perdida de bienestar a otro. 2. La pérdida de bienestar es descompensada (Pearce y Turner, 1990). Ambas condiciones son esenciales para enmarcar los costos externos.
Visto de otra manera, ocurre una exterioridad (externalización) cuando la producción o el consumo, por parte de una empresa o un consumidor, afecta directamente el bienestar de otra empresa u otro consumidor (Daly y Cobb, 1993). Por otro lado, si la pérdida de bienestar se acompaña por una compensación de parte de la empresa o el consumidor que causa la exterioridad, entonces este efecto se asume como internalización de costos por parte de la empresa o el consumidor. Es decir, se interioriza el costo externo. Es importante hacer notar que la internalización de costos ambientales es solo un medio, dado que el objetivo fundamental consiste en evitar los costos externos y dar al agente responsable de incurrir en ellos un incentivo para que los reduzca o elimine (INE, s/f). En México, el proceso de industrialización ha venido avanzando y diversificándose aceleradamente en los últimos cincuenta años. Lo cual ha traído como consecuencia una producción creciente y variada de residuos peligrosos. En el
futuro, con una economía moderna y abierta al comercio internacional, el volumen generado y su diversidad aumentarán con mayor rapidez.
Analicemos las cifras de residuos producidos por la industria en la República Mexicana en 1991. De un total generado de 45 mil toneladas diarias, se estima que casi una tercera parte corresponden a residuos peligrosos, esto es, 14.5 mil toneladas diarias. Al año representan cinco millones de toneladas que tienen que ser dispuestas adecuadamente. En algunas regiones del país este problema es mayor debido a composición particular de la industria. Por ejemplo, se estima que en la zona fronteriza norte el 78% del total de residuos industriales es peligroso. La producción industrial contribuye con una tercera parte del producto Interno Bruto. Su participación en el empleo es aún mayor. Por ello, es fundamental que la actividad industrial sea sostenible, lo cual sólo lograremos, cuando asumamos plenamente la responsabilidad de manejar los residuos peligrosos y causemos el mínimo impacto a la salud y al ambiente. 4.6. OBSOLESCENCIA PLANIFICADA Y PERCIBIDA
La obsolescencia planificada y la obsolescencia percibida son dos conceptos que se relacionan con la vida útil de un producto en particular. La diferencia es que la obsolescencia planificada se refiere a intentos deliberados por las empresas para la fabricación de productos que se conviertan en obsoletos después de un cierto período de tiempo, mientras que la obsolescencia percibida se refiere a intentos deliberados por las empresas para inculcar en la gente el deseo de adquirir continuamente nuevos productos para mantenerse al día sobre las últimas tecnologías y las tendencias en general.
Su objetivo es crear a largo plazo un aumento en ventas al obligar a los consumidores a comprar constantemente nuevos productos. De esta manera, las empresas pueden generar más beneficios a través de las compras repetidas por los consumidores.
Los mecanismos del mercado inducen a que los consumos sean cada vez más insostenibles. La suma de productos que genera el capital industrial incluye vestidos, televisores, casas, automóviles, lavadoras, relojes, juguetes, estufas, etc. Asimismo, a los recursos necesarios para obtener ese consumo final (maquinaria industrial, medios de transporte, etc.) se agregan los recursos agrícolas (maquinaria de recolección o tratamiento, infraestructura de riego, etc.) y los recursos utilizados en los servicios (edificios y equipamientos educativos, financieros, sanitarios, comerciales, etc.). Todo lo anterior se enmarca dentro del principio de la obsolescencia planificada, que se explica cómo el proceso por el cual un producto se diseña con el propósito de que se vuelva obsoleto en el menor tiempo posible y el consumidor deba comprar otro en ese tiempo breve. A la par, la maquinaria publicitaria se pone en marcha para crear en el consumidor la necesidad de tener el último modelo, aunque sus nuevas características sean, en la mayoría de las ocasiones, superfluas.
A esa actitud se le llama obsolescencia percibida y se produce no porque el antiguo modelo haya presentado una variabilidad funcional y por ello deje de desempeñar su función, sino porque el consumidor, por efecto de la publicidad, quiere ir al ritmo de la “última moda”. Esta actitud derrochadora es, precisamente, lo que viene llevando a la biosfera a un estado de peligro irreversible.
.7 VALORACIÓN ECONÓMICA DE SERVICIOS AMBIENTALES
Los estudios de las ciencias económicas, en particular quienes estudian la economía del bienestar y que la relacionan con las ciencias ambientales, consideran a la degradación ambiental como un caso particular del “fracaso del mercado”. Tal degradación es una señal de que el ambiente tiende a no ser usado en una forma óptima. Esto es, no se hace el mejor uso de sus funciones (Pearce, 1985). Estas funciones o servicios “consisten en la provisión de ‘bienes materiales’ tales como un panorama hermoso, la provisión de recursos naturales que se usan para crear bienes económicos y la provisión de un ‘resumidero’ en el que pueden echarse los subproductos inevitables de la actividad económica”.
Visto de otro modo, los servicios ambientales se entienden como el conjunto de condiciones y procesos naturales que ofrecen los ecosistemas por el hecho de existir y que la sociedad puede utilizar para su beneficio. Entre estos servicios se pueden mencionar algunos como la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de germoplasma, la estabilidad climática, la conservación de ciclos biológicos y el valor derivado de su belleza y significado cultural (Sajurjo, 2001). Aunque estas funciones y servicios del ambiente no se venden en el mercado, la asignación de un precio podría ser o no óptimo; lo cierto es que el “precio efectivo de cero” no lo es. Lo anterior, explica Pearce (1985), permite de inmediato tratar los problemas ambientales como problemas de la determinación no óptima de los precios, tarea
que se aborda mediante la teoría del valor económico total (VET). Este VET se compone de este modo: valores de uso pasivo y de uso activo. Los valores de uso pasivo se subdividen, a su vez, en valores de herencia y de existencia; mientras que los valores de uso futuro se derivan el valor de opciones. Los valores de uso presente se subdividen en valores de uso directo y valores de uso indirecto.
El poner un precio a los bienes que nos proporcionan los ecosistemas es posiblemente una buena herramienta para la conservación de la naturaleza, ya que darles un valor monetario nos hace más evidente su importancia. Muchos esfuerzos locales, nacionales e internacionales se están haciendo en esto, incluso la ONU tiene un proyecto en marcha desde hace algunos años con este objetivo llamado TEEB. Sin embargo, al ponerle un precio a los servicios de los ecosistemas se corre el riesgo de permitir su mercantilización, o lo que es lo mismo, abrir la posibilidad a la compra-venta de los servicios, y con esto propietarios de los mismos Análisis de Ciclo de Vida (ACV) El análisis del ciclo de vida (ACV) de un sistema-producto es una técnica que ayuda a identificar, medir y caracterizar los diferentes impactos ambientales que se generan en cada una de las etapas del ciclo de visa de un producto. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lo explica como “un inventario de la cantidad de energía y materias primas que se utilizan y cuantos desechos sólidos, líquidos y gaseosos se generan en cada etapa de la vida un producto”.
download (4)La norma ISO 14040 (1997) define al ACV como “una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados con un producto-proceso, mediante: i) la recopilación de un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema, ii) la evaluación de los potenciales impactos ambientales asociados a esas entradas y salidas, y iii) la interpretación de los resultados de las fases de inventario e impacto en relación con los objetos del estudio”. La responsabilidad social de las empresas sustentables.
Para abordad el estudio de las empresas que se asumen socialmente responsables y sustentables durante el ejercicio de sus operaciones, en el marco de la sociedad y de sus nexos con otras empresas, se recomienda revisar las definiciones que explica la ISO 26000. La Responsabilidad Social de la Corporación (RSC) hace referencia a la actitud y comportamiento de las empresas en materia de derechos humanos y medio ambiente. LA norma ISO 26000 aborda siete temas centrales: 1) gobernanza de la organización, 2) prácticas operacionales justas, 3) medio ambiente, 4) derechos humanos, 5) prácticas laborales, 6) consumidores y 7) comunidad y desarrollo social.
Oportunidades de desarrollo regional a partir de los servicios ambientales o los recursos naturales.
Sin la intención de discutir aspectos teóricos sobre la forma en que el gobierno de México ejerce sus actividades que comprenden la administración pública (federal, estatal y municipal), siguiendo los principios de la división política en estados y municipios o sobre los criterios e intereses para delimitar sus conceptos de región y desarrollo regional, este se asume –de acuerdo con el horizonte temporal de seis o tres años de que dispone una administración- como la adaptación de políticas públicas y programas de carácter local cuyo fin es, por un lado, ajustar la disparidad económica entre los principales centros urbanos y los pueblos más pequeños y áreas rurales, incorporando estrategias para el desarrollo urbano, industrial, comercial, agropecuario y turístico, entre otros.