El Balance entre el trabajo y la vida *español*

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Caro Chinaski / 20


CHICKS ON COMICS EQUILIBRIO ENTRE VIDA Y TRABAJO

Quieres lucir bien, pero no como todo el mundo; quieres disfrutar del sexo, pero no quieres recibir un curso semanal sobre cómo respirar durante el orgasmo; quieres que tu trabajo sea respetado y apreciado, pero no quieres ser citada fuera de contexto en una revista de variedades. Crees que puedes lograrlo, es sólo una cuestión de equilibrio. Espera. Déjame corregir eso, la verdad es que es cuestión de lograr el equilibrio perfecto. La expresión “equilibrio entre vida y trabajo” ha existido desde los años ‘70, pero aparte de darle un nombre al fenómeno no ha logrado evitar lo que parece ¡un desequilibrio creciente! Con el stress y la depresión de gira por el mundo, el saludable camino del medio (aquel que nos conduce sin peligros entre la ambición profesional y el desarrollo personal y familiar) parece haberse ido de gira a la luna. Las Chicks on Comics, expertas en vivir de la producción de sinsentidos autobiográficos, son, por decir lo menos, veteranas en este campo. Las Chicks caminan por una peligrosa cuerda floja donde a un lado tienen el mundo real y al otro su mundo interior pleno de libertad creativa. Como Jedi, quien trata de mantener la paz en el universo, ellas intentan salvar al mundo del aburrimiento (ambición difícil de mercadear). Sin embargo aferradas a su Rotring como si fuera un sable de luz, se enfrentan a aquella temida cuerda floja una y otra vez. Concentradas y en control de sí mismas. De hecho las Chicks parecen estar en una competencia para ver cuál es más maniática del control: Caro: “Yo trabajo en casa, mi mesa de dibujo está a tres metros de mi cama”. Clara: “Yo hago freelance y mi oficina está a dos pasos de mi cama”. Ulla: “Hace poco moví mi mesa de la cocina a mi habitación para poder estar un poco más cerca de ella”.


CHICKS ON COMICS EQUILIBRIO ENTRE VIDA Y TRABAJO

Quieres lucir bien, pero no como todo el mundo; quieres disfrutar del sexo, pero no quieres recibir un curso semanal sobre cómo respirar durante el orgasmo; quieres que tu trabajo sea respetado y apreciado, pero no quieres ser citada fuera de contexto en una revista de variedades. Crees que puedes lograrlo, es sólo una cuestión de equilibrio. Espera. Déjame corregir eso, la verdad es que es cuestión de lograr el equilibrio perfecto. La expresión “equilibrio entre vida y trabajo” ha existido desde los años ‘70, pero aparte de darle un nombre al fenómeno no ha logrado evitar lo que parece ¡un desequilibrio creciente! Con el stress y la depresión de gira por el mundo, el saludable camino del medio (aquel que nos conduce sin peligros entre la ambición profesional y el desarrollo personal y familiar) parece haberse ido de gira a la luna. Las Chicks on Comics, expertas en vivir de la producción de sinsentidos autobiográficos, son, por decir lo menos, veteranas en este campo. Las Chicks caminan por una peligrosa cuerda floja donde a un lado tienen el mundo real y al otro su mundo interior pleno de libertad creativa. Como Jedi, quien trata de mantener la paz en el universo, ellas intentan salvar al mundo del aburrimiento (ambición difícil de mercadear). Sin embargo aferradas a su Rotring como si fuera un sable de luz, se enfrentan a aquella temida cuerda floja una y otra vez. Concentradas y en control de sí mismas. De hecho las Chicks parecen estar en una competencia para ver cuál es más maniática del control: Caro: “Yo trabajo en casa, mi mesa de dibujo está a tres metros de mi cama”. Clara: “Yo hago freelance y mi oficina está a dos pasos de mi cama”. Ulla: “Hace poco moví mi mesa de la cocina a mi habitación para poder estar un poco más cerca de ella”.


Anna: “Soy extremadamente territorial cuando se trata de mi trabajo así que me gusta mantener mi mesa en un lugar que me quede a la vista desde la cama”.

Algunas de las Chicks han integrado ingeniosamente su vida personal con su trabajo al incluir a familia y amigos en sus apartamentos (también conocidos como sus oficinas):

Mientras que para algunas de las Chicks mantener el equilibrio vida-trabajo a la vista es lo que las ha llevado a apreciar el pequeño tamaño de sus apartamentos, otras como Paola, Delius, Maartje y Lilli decidieron optar por un buen tamaño para alcanzar sus metas.

Clara: “Vivo con mi hermana y dos gatos”. Paola: “Vivo con mi esposo y muchas plantas”. Delius: “Vivo con mi hija y mi gata siamesa”. Maartje: “Vivo con mi novio, un amigo y varias familias de ratones detrás de la estufa”. Anna: “Los animales y las plantas, ¿son familiares o amigos?”. Clara: “Mis gatos son como mi familia”. Paola: “Mis plantas son como mis amigos”. Maartje: “Hacemos yoga juntas”. Caro: “Amo los gatos”. Anna: “Lo sé. Qué triste”.

Manteniendo una actitud positiva, Paola nos dice: “Tenemos dos pisos, así cada uno puede trabajar en lo suyo”. Las otras Chicks son un poco más críticas: Delius: “El lugar es grande, bonito y luminoso, pero mi espacio de trabajo queda en el living y mi bebé siempre agarra mis cosas para dibujar…” Lilli: “Yo vivo sola en un apartamento grande. Tengo un espacio para vivir y otro para trabajar e inclusive tengo un cuarto de ‘archivo’ el cual utilizo despreocupadamente como cuarto de trastos. Sin embargo el baño queda afuera junto a la escalera y no tengo agua caliente”. Maartje: “Nuestro apartamento es enorme, pero también es ruidoso, tiene goteras y se está cayendo a pedazos. Vivimos sobre un supermercado y nos toca aguantarnos su música desde las 06:30 hasta las 23:00, y vivimos sobre una de las calles más concurridas de Londres, y –haciendo una breve pausa para respirar– al frente hay una estación de ambulancias. También, cuando llueve mucho, el agua rueda generosamente por los muros de la cocina y del baño”. Aunque las incomodidades no son propiedad exclusiva de los apartamentos grandes (como lo descubrieron Anna, Ulla y Caro): Anna: “Justo bajo mi piso queda una panadería. Prenden el horno 6 veces por semana desde las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana. Mi cama tiembla constantemente”. Ulla: “Mi cama también, vivo justo encima de una estación de metro”. Caro: “Mis vecinos son oficinistas, secretarias y contadores. No hacen ruido, pero es extraño”.

Mantener cerca a la familia puede rendir buenos beneficios, como lo explican las chicas: Caro: “Yo no tengo que pagar renta ni servicios porque mi tío me presta el lugar”. Maartje: “Mi novio paga más renta que yo porque él tiene un trabajo fijo”. Paola: “Nos toca hacer de todo para ganar dinero, pero los gastos siempre los dividimos en dos”. Anna: “Yo vivo sola y es putamente caro. ¿Mamá, papá?” Lilli: “Yo trato de ser buena con mi abuelo”. Las Chicks se ganan la vida de distintas maneras, pero tomando en cuenta las numerosas diferencias geográficas entre ellas, lo hacen de forma sorprendentemente similar. Tienen múltiples trabajos y no solamente uno. Trabajan haciendo freelance en campos como la ilustración, pero también como secretarias si es necesario. Como artistas reciben becas o subsidios de desempleo de parte de sus gobiernos. ¡Las chicas no pueden separar vida y trabajo en lo más mínimo! ¡Sus amigas son las plantas! ¡Se creen Jedi! Está clarísimo que las Chicks no son personas muy balanceadas. Aunque, pensándolo bien, ¡éste podría ser otro de esos trucos que hacen los artistas para tener sobre qué escribir en sus cómics!

Anna Bas Backer 2010


Anna: “Soy extremadamente territorial cuando se trata de mi trabajo así que me gusta mantener mi mesa en un lugar que me quede a la vista desde la cama”.

Algunas de las Chicks han integrado ingeniosamente su vida personal con su trabajo al incluir a familia y amigos en sus apartamentos (también conocidos como sus oficinas):

Mientras que para algunas de las Chicks mantener el equilibrio vida-trabajo a la vista es lo que las ha llevado a apreciar el pequeño tamaño de sus apartamentos, otras como Paola, Delius, Maartje y Lilli decidieron optar por un buen tamaño para alcanzar sus metas.

Clara: “Vivo con mi hermana y dos gatos”. Paola: “Vivo con mi esposo y muchas plantas”. Delius: “Vivo con mi hija y mi gata siamesa”. Maartje: “Vivo con mi novio, un amigo y varias familias de ratones detrás de la estufa”. Anna: “Los animales y las plantas, ¿son familiares o amigos?”. Clara: “Mis gatos son como mi familia”. Paola: “Mis plantas son como mis amigos”. Maartje: “Hacemos yoga juntas”. Caro: “Amo los gatos”. Anna: “Lo sé. Qué triste”.

Manteniendo una actitud positiva, Paola nos dice: “Tenemos dos pisos, así cada uno puede trabajar en lo suyo”. Las otras Chicks son un poco más críticas: Delius: “El lugar es grande, bonito y luminoso, pero mi espacio de trabajo queda en el living y mi bebé siempre agarra mis cosas para dibujar…” Lilli: “Yo vivo sola en un apartamento grande. Tengo un espacio para vivir y otro para trabajar e inclusive tengo un cuarto de ‘archivo’ el cual utilizo despreocupadamente como cuarto de trastos. Sin embargo el baño queda afuera junto a la escalera y no tengo agua caliente”. Maartje: “Nuestro apartamento es enorme, pero también es ruidoso, tiene goteras y se está cayendo a pedazos. Vivimos sobre un supermercado y nos toca aguantarnos su música desde las 06:30 hasta las 23:00, y vivimos sobre una de las calles más concurridas de Londres, y –haciendo una breve pausa para respirar– al frente hay una estación de ambulancias. También, cuando llueve mucho, el agua rueda generosamente por los muros de la cocina y del baño”. Aunque las incomodidades no son propiedad exclusiva de los apartamentos grandes (como lo descubrieron Anna, Ulla y Caro): Anna: “Justo bajo mi piso queda una panadería. Prenden el horno 6 veces por semana desde las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana. Mi cama tiembla constantemente”. Ulla: “Mi cama también, vivo justo encima de una estación de metro”. Caro: “Mis vecinos son oficinistas, secretarias y contadores. No hacen ruido, pero es extraño”.

Mantener cerca a la familia puede rendir buenos beneficios, como lo explican las chicas: Caro: “Yo no tengo que pagar renta ni servicios porque mi tío me presta el lugar”. Maartje: “Mi novio paga más renta que yo porque él tiene un trabajo fijo”. Paola: “Nos toca hacer de todo para ganar dinero, pero los gastos siempre los dividimos en dos”. Anna: “Yo vivo sola y es putamente caro. ¿Mamá, papá?” Lilli: “Yo trato de ser buena con mi abuelo”. Las Chicks se ganan la vida de distintas maneras, pero tomando en cuenta las numerosas diferencias geográficas entre ellas, lo hacen de forma sorprendentemente similar. Tienen múltiples trabajos y no solamente uno. Trabajan haciendo freelance en campos como la ilustración, pero también como secretarias si es necesario. Como artistas reciben becas o subsidios de desempleo de parte de sus gobiernos. ¡Las chicas no pueden separar vida y trabajo en lo más mínimo! ¡Sus amigas son las plantas! ¡Se creen Jedi! Está clarísimo que las Chicks no son personas muy balanceadas. Aunque, pensándolo bien, ¡éste podría ser otro de esos trucos que hacen los artistas para tener sobre qué escribir en sus cómics!

Anna Bas Backer 2010


Lilli Loge / 6·7


Lilli Loge / 6·7


Clara Lagos / 8

Delius / 9


Clara Lagos / 8

Delius / 9


Anna Bass Backer / 10·11


Anna Bass Backer / 10·11


Delius / 12

Maartje / 13


Delius / 12

Maartje / 13


Powerpaola / 14·15


Powerpaola / 14·15


Powerpaola / 16·17


Powerpaola / 16·17


Powerpaola / 18

Ulla Loge / 19


Powerpaola / 18

Ulla Loge / 19


Caro Chinaski / 20


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