VALORANDO EL PATRIMONIO CULTURAL DEL BORDE COSTERO
DALCAHUINO
Proyecto Financiado por el 2% F.N.D.R. 2014 Gobierno Regional de Los Lagos
Equipo Realizador Coordinación General y Fotografía
Jean Philippe Willaume Documentación
Carlos Fernando Oyarzún Alvarado Coordinación y Fotografía
Héctor Caicheo Vargas Diseño Gráfico
Enzo Barría Hernández
Fotografía: Hector Caicheo Vargas
MARIO CAULLE PRESIDENTE J.J.V.V. N°45 CHOVI - SAN JUAN
Don Mario Caulle, de 52 años de edad, presidente JJVV N°45 de Chovi, quien ha
participado durante 8 años en la organización, de los cuales 5 los ha ocupado como presidente, define este proyecto y a esta revista como un resultado que trata su objetivo de recuperación de parte de la historia de Dalcahue, que ésta debería tomarse incluyendo la vivencia que hay actualmente, tanto desde las costumbres y tradiciones, como de los trabajos que hoy día se hacen a través de empresas choreras y salmoneras. Y que este proyecto se enfocó en eso, en la vida local, recordando historias en atención a la generación pasada, como también de la generación actual. Así que la JJVV quiso trabajar en la investigación de la vida sobre el borde costero de Chovi; hicimos entrevistas a varias personas del sector, de entre 60 y 80 años, pudiendo saber de alguna forma sobre los cambios en torno a los trabajos que habían antes, y de la diferencia con lo de hoy día. Personalmente yo recuerdo las mingas que existían desde Astilleros a Tenaún; hoy día es muy reducido el número de familias que trabajan en comunidad, en familia, trabajo voluntario con mano de obra de ayuda a la misma población.
Hoy día también se ha reducido la cantidad de mano de obra en la salmonera,
reemplazada por máquinas,de 30-40 personas se ha bajado de 60% más o menos; se han mejorado caminos y hay más recorrido de buses, la juventud se ha inclinado al estudio. Se está haciendo la modificación de la sede social de la JJVV con proyectos propios y ayuda de la municipalidad; son cosas buenas y no tan buenas también; lo importante es que sepamos mantener la tradición de la minga, ayudándose y llevar la buena convivencia entre vecinos, así lograr diversas obras a través de las mingas; unos con otros siempre vamos a lograr muchos objetivos que faltan en la comunidad.
Es necesario que nuestra juventud y comunidad, rescate la cultura y desarrolle
obras para cuidar nuestro entorno, como la agricultura tradicional y los humedales con gran cantidad y variedad de pájaros, como en Chovi-San Juan; es importante que la juventud se implique más en lo que es el trabajo de una unidad vecinal, que es su casa, es su hogar.
A través de este proyecto se da más información, tratando de conectar más a la
comunidad que hoy está algo dividida, y recuerde: que los niños aprendan de los logros del trabajo colectivo. Por eso queremos distribuir esta revista en la misma comunidad, a través de los colegios para que más de nuestros vecinos conozcan lo que la JJVV le gustaría que fuera.
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Fotografía: Hector Caicheo Vargas
MIRNA HERNÁNDEZ BARRÍA PRESIDENTA UNIÓN COMUNAL J.J.V.V. DALCAHUE
Para mi es súper importante el aporte de este material en la parte cultural,
es un rescate, también hago presente la felicitación a los dirigentes quiénes fueron los que coordinaron este proyecto, de la misma manera que al equipo municipal a cargo del borde costero que no sólo se encargan de la comunidad de Chovi San juan, sino que de toda la comuna, ya que de eso se trata cuando hablamos de mejorar el borde costero de Dalcahue en un trabajo general.
Este Proyecto intenta inculcar los valores de los habitantes mayores de la
comunidad a los jóvenes; Creo que los tiempos no cambian, los tiempos los hacemos cambiar nosotros mismos, uno también fue joven y rescata los valores de los tíos, los abuelos, y eso los fuimos rescatando, si uno no inculca esos valores en las nuevas generaciones no pueden ser traspasados hacia los jóvenes y menos a los niños. Estamos haciendo un trabajo bastante positivo en la comunidad , también nos encontramos
en el proceso de coordinar puntos limpios de clasificación de residuos
y fomentar el cuidado de la naturaleza en esta comunidad, la juventud, los niños y adultos mayores, son muy participativos en este sector, eso lo vemos reflejado en sus actividades de celebración en el verano, donde nos emociona ver la colaboración y unión con el fin de celebrar y disfrutar en esta comunidad tan alejada del sector urbano. Tengo la visión que Chovi San Juan tiene que pensar en fomentar el turismo rural a futuro, donde el visitante pueda llegar y no solamente el visitante, sino que
también
nosotros
mismos,
tenemos
lugares
donde
aún
queda
bosque,
se
pueden crear miradores y senderos, así fomentamos en los jóvenes el cuidado de nuestro entorno, pero necesitamos el apoyo y empuje.
Por último decir que en esta ocasión la junta de vecinos de Chovi San Juan
es la que pone en valor su patrimonio natural y cultural de sus habitantes sumado al cuidado de su borde costero y su entorno, a través de este proyecto, pero no solo es esta comunidad la que tiene que fomentar eso en la comuna, el territorio es muy amplio y el llamado es, que el cuidado lo tenemos que fomentar entre todos, nosotros somos los primeros responsables de adquirir la conciencia de protección de nuestra naturaleza y esa conciencia transmitirla a las nuevas generaciones.
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HISTORIAS DE UN TERRITORIO
Del
ramificándose
océano en
brotan múltiples
brazos ganchos
ondulantes repletos de follaje verde; las islas de Archipiélago de Chiloé, fructíferos bordes costeros repletos de sabia enciclos de movimiento, de desarrollo, de crecimiento de historia viva sin fin, vida que crea múltiples formas, colores, texturas, aromas, ambientes cálidos de fuego y afecto que marcan un sentido,un proceso de búsqueda del sustento, del querer ser… Cual árbol succiona de los más recónditos y superficiales rincones los elementos para hacerse fuerte y permanecer. De eso se tratan estos relatos, de esfuerzos, de una parte de esa demanda por forjarse un presente y un futuro, sin olvidar la semilla de donde venimos y de cómo llegamos a ser parte de ese árbol robusto, añoso y Fotografía: Jean Philippe Willaume
frondoso que somos y debemos abonar.
De los canales interiores venimos, del suave y furioso serpenteo acuático que esculpe y suaviza las costas rocosas, arenosas y boscosas, de ese manto salado que se introduce en lo terrenal, queriendo ser río, tornándose el alimento que hace florecer un paisaje, una cultura de borde mar, creada en tiempos de tregua de serpientes Caicai y Tentén..
Así como el manzano fue joven y dio sus primeros frutos, y hoy sigue en eso, lo podemos
ver, otorgando flor y también vigor; ¿qué tipo de vigor?; me refiero al fruto que hoy vemos, pero; ¿es igual al primero? ¿sabe igual? ¿es mejor o tan hermoso como lo anterior? ; Eso sí lo sabemos todos, y es parte de estas historias, sólo esperamos que los vientos venideros dejen a la flor cuajar y nuevos frutos podamos ver madurar, disfrutar de su dulce-ácido y beber de su mosto en esos días de calor, y calentito en las frías noches de lluvia invernal.
Sobre el follaje cuajan los frutos en una suerte de magia; son los oficios,
los haceres que modelan las lomas y el borde mar; son personas, familias que bajaron de las olas, y que regresan en cada marea a recoger su origen a punta de palde y gualato, posándolo en canasto, fibra de su nuevo milenario hogar. El canal Dalcahue es un mundo muy antiguo que se conecta con lo terrenal, nace del abrupto empuje del Golfo de Ancud, tras corrientes de crecientes y vaciantes, frente al archipiélago de Quinchao, es una gigantesca cuenca, herencia del gélido paso glaciar, antes hielo, hoy, un pesado flujo de agua con rumbo sur, y hacia el canal se divide en más canales, esteros y estuarios. Todo Inicia en Punta Tenaún, en el juego turbulento del cruce de aguas con las chauques (¿quién, hijo del canal, ha conocido estas crestas desordenadas del encrucijado caudal?). Estos son tiempos de mirada hacia el mar, cuando la puerta principal se abría hacia el canal, y el primer paso de todos, se marcaba en la playa, en el intermareal, antes de impulsarse a los vientos y corrientes del Canal.
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La diferencia marca un poco entre
los dos tiempos es un poco el sacrificio que la gente tenía que hacer antes al viajar por los canales, los sacrificios que tiene que hacer por tierra por los caminos malos, porque antes hubieron 14, 15 embarcaciones que se dedicaban al recorrido y traer pasajeros a Dalcahue, pero no salían sólo de San Juan, habían embarcaciones que salían de Calen, otras embarcaciones salían de Tenaún, en distinto horario por supuesto, porque era el único medio de transporte para llegar a los centros poblados como Dalcahue y desde Dalcahue a Castro. En cambio cuando ya después vino el Fotografía: Hector Caicheo Vargas
cambio de caminos uno bien se da cuenta
al salir de San Juan; cuando íbamos, íbamos digo yo, porque yo era parte de las embarcaciones, yo ayudaba como auxiliar porque prácticamente una lancha tenía un auxiliar, que era el botero que salía a recoger al pasajero en tierra y lo llevaba a la embarcación y después en el regreso, de la embarcación a tierra con sus cosas, era como un auxiliar de los buses, el sacrificio era mayor porque uno salía de San Juan para salir a recoger pasajeros a las 3 de la mañana para estar saliendo de Tenaún, para estar saliendo a Dalcahue tipo 6 de la mañana, entonces el sacrificio era tremendo, de Calen a las 5 - 6 y media de la mañana para llegar a Dalcahue a las 7 - 8 y media de la mañana y ahí recién la gente tomaba buses que eran muy pocos en ese entonces, no como ahora que está saliendo un bus cada un cuarto de hora, ese tiempo si habían tres recorrido de Dalcahue a Castro, era ir a Castro y hacer sus trámites y volverse, y después nos regresábamos salíamos a las 5 y media, 6 de la tarde, de aquí en Dalcahue para llegar no sé, 8 - 9 de la noche a Tenaún, San Juan, Quiquel y con tiempo malo estar bajando pasajeros…, mojados tanto del agua en tiempo de invierno, como también tenían que mojarse los zapatos los pies muchas veces al salir del bote para llegar a tierra y llegar a sus casas, si yo comparo con el bus ahora, nopo, yo salgo a las 8 de la mañana de San Juan, de mi casa camino un par de pasos, tomo el bus y llego a Castro tipo nueve de la mañana, y a las 12 del día si yo quiero, y ya estoy de regreso en mi casa a las 3 de la tarde; entonces esas son las diferencias que hay si uno compara, yo por ejemplo converso con la gente antigua que viajaron con nosotros que eran nuestros clientes, por ejemplo, gente de Puchaurán (yo te doy un ejemplo altiro de Puchaurán), cuando no estaba la carretera en Puchaurán, no como ahora, la gente para viajar bajaba el día lunes, tenían que salir de su casa el domingo en la tarde, llegar hasta San Juan, Calen, acercarse a pedir hospedaje donde algún familiar o un amigo, viajaban al otro día a Castro cierto, y a la tarde cuando volvían tenían que pasar a la misma casa donde estuvieron de hospedaje el día anterior, osea para una persona de Puchaurán o Dallico, el viaje a Castro era de tres días a veces” (Luis Loaisa Bohamonde).
Fotografía: Jean Philippe Willaume
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Fotografía: Hector Caicheo Vargas
“De los viajes en lancha, antes aquí en mi casa bajaba gente de Puchaurán de Dallico y pasaban a pedir alojamiento y de aquí tomaban la lancha, eso era los lunes, los miércoles y los viernes, pasaban a la casa porque la lancha salía de por ahí, la lancha pasaba a buscarlo por la costa y cuando estaba el mar bajo, uno iba con una lucecita a la punta, eso no se cobraba, a veces se juntaban de a 4 - 5 personas, depende de las camas que teníamos, aquí en el sector vivían unos tíos ancianos pero ellos no eran muy amables, todos venían como mi mamá era conocida con la gente de Puchaurán, parientes que tenía, todos esos venía aquí para ir a Dalcahue, había una lancha que era de don Arturo
Bahamonde y otra era de Cesar Bahamonde,
esta lancha se llamaba la Marcela y la otra era la Lolita, era la de don Totoy Bahamonde (papá de Pancho el constructor de lancha de Ancud), primero era la lancha Lolita noma. Antes también viajé muchas veces a Puerto Montt, viajé en una lancha que se llamaba Victoria, que era de don Alfonso Bahamonde, iba a pasear, tenía unas tías, también se aprovechaba el viaje para vender, llevaba huevos, gallinas, papas, la lancha iba con animales, eso ya unos 50 años hará, íbamos con la Mavel también de los Cárdenas la Lancha, se estaba unos 4 días que estaba la lancha y ahí uno se venía, era una aventura viajar a Puerto Montt, era una lancha a motor, igual antes hubo muchas lanchas a vela, hubo yates aquí también, uno era del finao Eliecer Bahamonde, el finao Chichi, él viajaba a vela a Puerto Montt, el finao Adolfo Mañao era uno de sus tripulantes. 9 horas nos demorábamos a Puerto Montt en la lancha a motor, aveces se salía de aquí como a las 5 de la tarde o de no a la amanecida para cruzar el golfito de ahí de Tenaún, ahí hace mucha corriente, la punta Tenaún” (Enolfa Soto Díaz).
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Fotografía: Jean Philippe Willaume
LAS MARCAS QUE HICIERON LAS HUELLAS
De este a oeste, después de Tenaún sigue Tocoihue, Calen, San Juan, Dallico,
Chovi, Quetalco, Quiquel, Téguel y Dalcahue; sin mencionar otros sitios que hacían de la costa un solo espacio social; son muchos más los sectores entre un punto y otro, son los tajamares puntas de roca y cerro, playas, sitios de mariscada y pesca, cada cual con su particularidad y su nombre; todos sitios marcados por una huella y mil historias contadas por los pasos de hombres, mujeres y niños que en faenas, juegos, visitas, y en plegarias en rumbo a ver al Santo milagroso, dialogaban con el caudal, con la marea; son muchas las memorias hiladas por caminos y huellas entrelazadoras; igual que güilas de lana en urdimbre y trama de paño sin fin aún puesto en el telar, falta mucho por saber; son muchos los caminos y muchas sus formas, son intrincados y llanos, aparecen y desaparecen entre matorrales, esteros y mareas; desde el mar se pueden ver, caminando y cabalgando se pueden sentir, vivir. “Cuando era cerca no era nada, donde un vecino uno iba y volvía en un rato, cuando tocaba en San Juan o Tehuaco era lejos, pero a Quiquel fue lo más lejos que me tocó, mire que las dos noches de velorio y lo días del novenario, 11 noches para allá, y fue en este mes de julio o agosto, y cuando me iba, si había buena marea ¡me iba por la playa pues!, me quedaba más cerca, pero en ocasiones estaba el mar arriba y no podía, entonces tomaba ese camino de allá por el otro lado, iba buscando por las Quemas y de ahí me tiraba pa abajo pa Quiquel, de acaballo, y algunas veces Fotografía: Jean Philippe Willaume
póngale agua nomá, ¡cosa bárbara!, ese fue buen sacrificio que hice, lo hice porque encontraban a un solo rezador, pero al final le dije, cuenten conmigo nomá; y por ese sacrificio que se hacía, la gente igual, familiares del fallecido llegaban a la casa y preguntaban cuanto valía el rezo, pero eso si acaso que no se cobraba, si era un buen amigo no se le cobraba, al final era voluntad nomá, si me daban unos pesos…, antes no había eso que la plata, la plata, eso no…, sipo la consciencia y se trababa de buenos vecinos nomás, ¡no había plata que valga!” (Elieser Navarro Díaz, 90 años, Quetalco).
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Fotografía: Archivo Fotográfico Nelson Bahamonde
En el andar por estos caminos, senderos y huellas de baja mar, cual más antigua, cual más reciente. Son símbolos y palabras de un libro abierto para interpretar donde todos podemos ser lectores, pero no todos podremos entender lo escrito, porque es una escritura hecha a mano, a pulso, son vidas pasadas, son mitos, son leyendas. Cada paso por estos caminos casi olvidados, puede ser un verso, sólo basta que el propio escribano o su heredero te los recite y entenderás… “Se cuenta que todo empieza en un
más; y cuando ya salimos de Pto Montt, se supo
mejoramiento de camino, con algo que se
que había fallecido don Juan de Dios Aguilar
encuentra, una supuesta paila y algo más…;
de Quetalco, nos vinimos a Quetalco y don
esas son cosas que dejaban antes lo antiguos
Cesar Gómez, su yerno, nos dijo que cuando
que venían, los piratas que llegaban a las
pase todo nos iba a recibir la carga, así que
costas de Chiloé, supuestamente dejaron
así fue. Ese hombre al final lo dejaron en una
algo guardado ahí, como una reserva
tremenda bóveda todo de cemento, no sé,
que después podían volver, y dejaban un
después vieron que no estaba ahí, el cuerpo
punto referencial de donde desembarcar,
ya no aparecía; la urna era livianita dijeron,
y supuestamente algo había de bueno
dicen las lenguas, comentan eso, fueron a
porque el Hombre no quiso que nadie más
revisar y no estaba, quizá adonde lo habían
se introduzca a ese lugar, así contaba don
llevado, a lo mejor se lo llevó el Caleuche,
Armando Guerrero. También se cuenta que
¿cómo sabe uno…?, este señor tuvo un
esa paila algo se tenía que pagar…, y no a
buen vivir, también adquirió una gran riqueza
personas normales, no gente católica, otra
comprando campos, de 20 hectáreas llegó a
clase de gente que trabajaban con alguna
tener más de 350, y ahora eso es de don Pedro
magia… con el mentao caleuche, hay
Vidal, le fue vendido, empieza en el cruce
gente que veían el barco que llegaba en
Quetalco. Tuvo buen vivir pero igual algo
la noche donde don Juan de Dios, por eso
había pero que sus familiares se enfermaba
es que el hombre iba pa riba noma, y las
de una extraña enfermedad, nadie sabía que
cosas aparecían de la noche a la mañana,
era”(La leyenda del Caleuche y el almacén
aparecían las cosas, era un tremendo
de Quetalco, de don Juan de Dios Aguilar)
almacén, era de tres pisos la casa, las repisas tenía 6 - 7 pisos, mucha mercadería, ¡que no tenía!, nosotros íbamos a comprar de todo, y nosotros cuando él ya estaba en la cama, enfermo, mi hermano subió con su libro a su pieza, y él todavía mandó a comprar 50 quintales de harina a Pto Montt y otras cosas
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Los herederos y heredadores, fueron boteros que conducían niños a la escuela, parteras, carpinteros de ribera, de casas y de ataúdes, son molineras y molineros, lucheras, tejedoras, capadores - novilleros, rezadores y rezadoras, fiscales, acordeonistas, herreros, hierbateras, esquiladores, alcaldes de mar, viajeros que de campesinos se transformaron en mineros y petroleros, albañiles, carniceros, cocineros de estancia, alteros buscadores de alerzales, comerciantes navegantes, músicos, profesores, etc.; son muchos los que entre ir y venir escribieron notas, palabras sueltas y poemas completos, versos en prosa y en décimas, quizá canciones acompañas de bombo, guitarra y acordeón, hablando del amor, de sueños, viajes llenos de esperanza, de espera del hombre viajero, añoranzas por los idos en el viaje Caleuchano, de travesías marinas, y de los antiguos como les decimos a los primeros. “Antes en Argentina, fui 3 años repartidor de carne, a domicilio en un carretón, y constructor de torres petroleras antes de volver; Y aquí me dediqué 20 años de balsero, a trasladar niños de este lado a la escuela de San Juan, en bote, ahí tengo mi bote, llevaba 15 niños, todos los días a las 9 tenía que llevarlos a San Juan y a las 4 ir a buscar, llevaba niños de este sector de Chovi y de Dallico, que parece que la escuela estaba cerrada o no había profesor; en la mañana cuando estaba el mar lleno los trasladaba en bote, hacía un viaje para allá y otros de por acá, dos viajes a la es-
Fotografía: Hector Caicheo Vargas
cuela, a las 9 tenía que tenerlos allá, yo salía a la 8 - 8 y media, después me quedaba allá hasta las una para cortar leña pa la escuela, eso sí que no sé cuando empecé y de ese entonces ya hace 4 años que estoy jubilado, antes vivíamos en la playa, ya 4 años que estamos acá arriba, allá estábamos muy solitarios, poco ambiente que no había compañía de nada, así que estábamos muy solos, entonces como teníamos el hijo acá cerca, él decía, no se queden abajo porque yo no puedo bajar todos los días donde ustedes, mejor vengan para arriba, y ahí quedó la casa orilla de playa, con luz con todo quedó porque nosotros vamos siempre igual pa bajo”( José Del Carmen Cárdenas. 89 años, Chovi). “Antes me dedicaba a herrar caballos, aquí mismo, a veces el día domingo venían 2 – 3, mitad de la semana, porque antes todo este sector teníamos caballo, hasta por arriba por Chovi, y toda la gente venía aquí, lo aprendí de chico, igual fui viajero, hice como tres viajes por la Argentina, también conozco por natales, Pta. Arenas , gallegos, piedra buena, por todos esos sectores anduve, trabajé por las estancias, por el pueblo, así que hasta que vine aquí, y dije: ¿qué tan difícil será esta cuestión?, ¡y así empecé¡, así seguía, así seguía, Fotografía: Jean Philippe Willaume
y después cuando la gente empezó a saber,
porque yo antes vivía en Dallico, así cuando era soltero empecé así, después la gente empezó a hacer llegar caballos, llegaban allá en aquellos años, después cuando me casé la
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gente empezó a llegar por acá, y así fue mi vida, venía cualquier amigo en un ratito se lo hacía, las herraduras las compraba en un almacén grande que era del finao don Juan de Dios de Quetalco, ahí tenían, después en Dalcahue, en todos lados habían herraduras, hoy día ya nopo, porque con estos caminos ya nadie tiene caballos por acá, puro vehículo no más” (Aureliano Barrientos Aguilar 75 años, que desde su recuerdo hacemos un reconocimiento a su esposa y compañera Orfa Ulloa Bahamonde, Q.E.P.D; que lo acompañó y apoyó en el desarrollo de sus vidas).
LA HERENCIA De padres y madres a sus hijos e hijas, sin acuerdo o contrato, sólo en la compañía de un múltiple hacer de cada día, se aprende de todo lo necesario…; se hace en juegos de niños soñando ser, en aventuras de mingas palpando el trabajo al dado de un vecino o un familiar, hasta sin más, se es carpintero, trillador, molinero, hilandera y tejedora, hierbatera, criadora de gansos y pavos, entre muchas más practicas perfeccionadas en la vocación encontrada; el mejor productor de chicha del sector, un pescador que abastece a la comunidad, son los que se buscan porque son los que dedican, son los oficios que expresan ojalá un tiempo y necesidad dormida, y no amortajada. “A este oficio de constructor llegue porque desde muy niño, ya a los 4 - 5 años ya me gustaba andar jugando al borde del mar con un botecito de papel que andaba tirándolo con una pitita, y mi sueño era tener un bote, y la verdad es que a los 15 años hice mi primer bote, mi idea ere tener o hacer algo y lo hice, y de ahí me dedique de lleno, ya a los 16 - 18 años empecé a construir lanchitas de ocho 10 metros; aprendí mirando y pura práctica, por ejemplo mirando el papá del finao Pancho Bahamonde, don Arturo Bahamonde que Fotografía: Hector Caicheo Vargas
amigos
con
el
Pancho,
prácticamente
está fallecido también, es que éramos muy nos
crecimos
juntos,
después
trabajé
como a los 15 años con el caballero Ojeda, como un año y medio, que también me sirvió para pulirme un poco, y de ahí pura práctica, después ahí uno se va corrigiendo por sí sólo, y ahora ya estoy trabajando con un grupo de 6 personas. El valor que le doy a esta forma de aprender, no puedes comparar el valor que tiene prácticamente, porque yo he discutido lo que esas medidas sobre embarcaciones con ingenieros navales titulados y de repente ellos tienen mucha teoría y yo tengo más de 30 años de práctica, entonces, las cosas se pueden dar de una forma o de otra, con teoría o con práctica y más corre la practica…, bueno ellos hacen los planos todo eso, pero en dar figura en trabajar una madera y dejarla bien pulida, es práctica”(Daniel Hernán Barría Barría, 50 años, San Juan).
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“Yo aprendí así nomás, de mi padre y mi madre, eran rezadores los dos, mi papá se llamaba Manuel Navarro, y mi mamá Eduvila Díaz, los dos rezaban y de chico yo tomé atención, hasta que lo aprendí, sin libro ni nada, ¡nada de cuestión, así noma!, yo los acompañaba; a mi papa porque andaba pa todos lados; esta cuestión de los rezos se va como heredando, porque la madre de mi mamá, mi abuela, rezaba también, y así va andando, además de partera rezaba igual. A esa forma de aprender
Fotografía: Jean Philippe Willaume
le veo mucho valor, porque todos no lo aprenden eso, son pocos los que aprenden a rezar, antes había muchos rezadores, pero ahora la juventud no se dedica, ahora le dices a un chico aprende a rezar, ¡puf!¿qué va aprender?, ¿vamos a la misa a un velorio?, no van pa ni un lado,
antes
había
rezadores
al
lote”(Elieser
Navarro
Díaz,
90
años,
Quetalco).
“Yo aprendí de él, como el rezaba ahí lo fui aprendiendo, pero yo rezo con libro sí, no rezo así de memoria, sólo con libro. Ahora los tiempos están más cambiados, porque ahora todo es en vehículo, nos vienen a buscar y nos vienen a dejar, ahora igual andamos por todas partes pero no caminamos, aquí actualmente habemos pocas rezadoras, habemos como 4 nomas, así que andamos por todas partes, por Tehuaco, por Quiquel, por Dalcahue también he ido a rezar hasta Pto. Montt (Lidia Navarro, Quetalco, hija de don Elieser)”. “De todos lados me venían a buscar, y allá estaba, me venían a buscar y yo andaba de a pie y a caballo, y de lo más lejos que me vinieron a buscar fue de allá en Quiquel, murió un cuñado mío, por eso fui hasta ahí, sino no iba a ir, eso fue unos 20 años ya, también iba para San Juan, Tehuaco, si corría pa todos lados porque primero me buscaban a mí, pero tenía otro compañero de rezo, hace poco murió, murió el año pasado, ¡no, hace dos años!, se llamaba Tránsito Eugenín, porque en todo rezo buscaba dos rezadores, no uno sólo; a mí me gustaba rezar el primer rezo y novena, después le tocaba rezar al otro y siempre andábamos los dos con Tránsito Eugenín, parientes también somos, cuando a él lo buscaban pa rezar, él decía si busca a Eliecer si, sino no, con él, los dos no entendemos, y cuando me buscaban a mi yo decía, si buscaban a Tránsito sí, estando los dos, ¡fuf, Pongalé noma!, si... En algunos velorios era diferente si, rezaban muchos rezadores, en algunas partes se juntaban más de 100 personas, se carneaban animales, que cordero tenía que ser vacuno pa que alcance, la casa se hacía chica, se juntaban 6 - 7 rezadores, rezaba uno y se sentaba y después el otro póngale al otro rezo, ¡vamos andando no ma!, y así…, claro en algunas partes no llegaban tantos rezadores, y en algunas partes si muchos 4 – 5 – 7, según. Eran 2 noches de velorio y 9 días de rezo, en total eran 11 noches que tenía que andar, en tiempo de invierno así como ahora,¡póngale nomá¡, ¡Qué cosa bárbara¡, mojao pasao de agua, eso que no tenía caballo, a pie nomá, ¡que más podía hacer!, en el novenario se juntaba menos gente, se salía más temprano para la casa. En los velorios cuando ya era la última noche se hacía el remate le llamaban, a los rezadores los llamaban aparte por ahí en la cocina, bien atendido, buenas tumbas de carne, bastante trago, ¡uf salíamos casi cantando pa nuestra casa!, bien atendidos, con todo el sacrificio que se hacía…” (Elieser Navarro Díaz).
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“Yo creo que aquí hay muchas personas y que a veces celebramos aniversario de la comuna y hacemos actividades, nos olvidamos un poco de las personas que son gestoras y quienes enseñaron su sabiduría, por ejemplo en San Juan, se destaca mucho la construcción de riveras, pero así, no destacamos gracias a quien estamos en San Juan, y sabemos trabajar en la construcción de ribera, y si tu preguntas en cualquier parte que construyen embarcaciones, de que universidad obtuvieron su título para hacer eso, te dicen que no tienen ninguno, que lo aprendí de tal persona, por ejemplo, yo creo que quien empezó con la construcción de ribera fue don Eduardo Bahamonde, después lo siguieron sus hijos como un tema de familia, el finado Elieser Bahamonde, don Arturo Bahamonde, don Totoi que es conocido por todas partes, la provincia y el país yo creo(don Elieser ya lo nombré), después el finao Alfonso Bahamonde, así ya muchos trabajadores que trabajaron con ellos que yo me incluyo, porque yo trabajé con don Arturo, aprendimos el oficio de ellos; como también aprendí la construcción habitacional, de mi padre, fue él mi profesor y el rector de la universidad, junto a eso aprendí la mueblería y junto a eso yo aprendí a trabajar con él lo que fue las urnas, el tema de urnas si mi papá en este rato está vivo y tú le preguntas cuantas urnas hizo en su vida él no te podría dar una cifra exacta porque ni el mismo lo sabía, y si tú le hubieras preguntado…, y ¿cobró a algún vecino por eso?, te habría dicho que no, porque nunca cobró. Después cuando uno se creció, le decía…, viejo ¿cómo tú puedes trabajar una vida entera así gratis?; hijo, esa es mi vocación, yo quiero ayudar a mi vecino. Mi padre dejaba de hacer sus cosas, porque si moría un vecino, se dejaba sobre una mesa mientras se construía la urna, que eso se demoraba un día, una noche, y recién se ponía en la urna, no como ahora, cuando moría un vecino el dejaba lo que hacía y se iba a hacer la urna, con materiales y todo, por lo menos yo nunca vi que le haya cobrado a alguien, si algún vecino le daba algo, bien, y si no igual bien”(Luis Loaisa Bohamonde, 59 años, San Juan).
Fotografía: Maestro Carpintero Benjamin Colivoro Oyarzo
Comunidad y la solicitud entrelíneas de restaurar
De vida y muerte se crece, y la verdad de la existencia de los testigos es: Ellos son los que te reciben, como las parteras, y de aquellos que te despiden, como los carpinteros de ataúdes y el rezador, viejos andantes testimoniales del ayer. Tras los versos escritos hay nombres, de hombres y mujeres que están y de otros que ya se fueron, niños que hoy son ancianos, que son recordados por la amplia comunidad del borde mar; personas con nombre y apellido y apodos también, que han dejado y siguen dejando su legado, en su localidad o en el seno familiar. La historia se ha construido a través de la cooperación, encuentros para parar una casa, galpones, el inicio de una nueva familia; mingas y medanes, pensando en el bien colectivo, un pasado duro pero dadivoso, que llamaba a la cooperación, a compartir.
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“Este sector se llama Quetalco, vivo acá desde que nací, 90 años tengo, aquí habían puras parteras, no había otra forma, una abuela mía era partera, Ruperta Cárdenas,
ella
era
de
acá
mismo,
¡atendió
gente
al
lote!,
recibió
a
mucha
gente, a mi mamá principalmente, y a tantas otras que ya han muerto ya. A esos los despedía yo, mi abuela recibió a muchos, y yo a otros tantos despedí, juntos con el que hacía los ataúdes, antes para los velorios, habían carpinteros que recorrían para todos lados, por ejemplo estaba Francisco Cárcamo, Pancho Hueso le decían, murió hace poco, también Orfelio Loaiza, otro carpintero; antes hacían lo ataúdes de Alerce o Ciprés, tenían o se conseguían un palo que lo aserraban, lo hacían tabloncitos de pulgada, alerce pa que dure decían, no se pudra el ataúd, se aserraba a pulso nada como ahora, dos tres pasadas y listo con la cierra circular, antes se armaba el borriquete y se ponía un hombre arriba y el otro abajo, y con una sierra larga, así se acerraba antes; estando listos los tabloncitos, entre todos ayudaban a cepillar los tablones para hacer el ataúd, mientras el cuerpo esperaba sobre una mesa” (Elieser Navarro Díaz). “Soy nacida y criada aquí, yo me crie con mi mamá, yo tenía un año 7 meses cuando murió mi papá, y mi mamá se devolvió a este terreno de ella, porque el otro terreno lo habían comprado con mi papá para vivir; yo nací en el campo con matrona, partera, esos años no había nada más, nunca supe el nombre de ella, no pregunté nunca, los que tuve yo si, los tuve con partera, ella se llamaba doña Carmela Villarroel, era de San Juan, de allá arriba, por ahí” (Enolfa Soto Díaz, 72 años, Chovi-San Juan).
Fotografía: Hector Caicheo Vargas
“¡Jue..! cuanto ha cambiado ahora, antes salíamos a pescar con lucho, teníamos red igual, que todavía lo tenemos abajo en la casa, y el bote, salíamos en la noche a la pesca…, de rodeo si, igual nos iba bien, íbamos hasta Quiquel lanciando y llegábamos a las 3 – 4 de la mañana por ahí…, igual con varios robalos, antes igual estaban los corrales, pero no sé qué habría pasao con esos pescaos, habían varios pa riba al atravesar pa riba,pa la capilla por el estero, por donde vive doña Nolfa, eran de la comunidad, todos trabajaban y se repartían los pescaos, eran todos lo que vivían por la costa, todos los antiguos, pero ya no queda nadie, por Nao Navarro, Estanislao Navarro, el finao Faustino Ulloa, Francisco Díaz, ese también antiguo,¡jué! cuantos más, ¿quién más había?, allá al otro lado estaba don Soilo Bahamonde ¿no era?,¡ha!, igual don Bangello, pero ese era de arriba de Dallico, igual conocido, un buen fiscal ayudante de misa, el hijo hacía de fiscal y hacía la fe de bautismo y casaba los matrimonios, para no hacer el viaje hasta Dalcahue, él servía de padre, de cura como decimos nosotros; Igual salíamos a la pesca de sierra…, 20 - 30 sierras se iba a pescar en un rato, en las tardes llegaba a hervir acá a medio el cardumen de sierra, y se vendía se cocinaba y se ahumaba po, se guardaba y se hacían buenas comidas con eso pal invierno.
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“Sobre el camino, antes por ejemplo en los años 80 el obispado de Ancud ayudaba con aporte en alimentos, por Cáritas Chile, así de esa forma se empezó a trabajar en mingas para hacer el mejoramiento de caminos, eso alrededor de 30 años, se juntaban 20 - 30 yuntas; una vez fuimos como 60 personas de Dallico, arriba abriendo camino, casi montaña diría yo, se juntaba gente de San Juan, de pacá este lado, todo, así se abrían caminos, ya después vinieron las máquinas, más modernas, pero antes era así a pulso, trabajaba la gente y así se fue abriendo camino; aquí que camino pa bajar no había camino, era un caminito así para bajar de a pie, y de arriba mismo del cruce de Quetalco, era así nomá, angostito, y cuanto ha cambiado, hoy día estamos súper bien, hemos trabajado demasiado, toda su vida, pero con el favor de Dios sanos…, que, antes no se usaba ni calzado, y la gente más sana que ahora, ahora casi puros enfermos, yo por lo menos hasta ahora vamos bien a los 89 años, estamos muy bien, muy conforme”(José Del Carmen Cárdenas). “Los medanes si, como empezaba la cosa,
“Me dedicaba al trabajo del campo, nos
el dueño del medan salía por las casas a
ocupábamos de limpiar, hacíamos roce con
buscar amigos, a buscar cosas que tengan
20 – 25 cristianos al día, después empecé a
y a él le faltaban, por ejemplo, medan de
limpiar este campo que estaba sucio, toda
oveja, el vecino no tenía y con el medan
esta pampa y por acá abajo lo limpié yo, y
ese se armaba, buscaba 10 – 12 amigos
así hacíamos esta vida; aquí uno tenía yuntas
y se hacía de 10 – 12 ovejas, y se armaba,
buena, andaba por los campos en lo roce
armaba el baile también, antes entre vecinos
los destronques, 8 – 10 yuntas, después ya
se ayudaba mucho, no existía la plata por
llegaron las puntillas para moler los barbecho,
un día de trabajo ni nada, se hacían las
eran 6 yuntas por día, pasaba semanas
mingas, de roce, de destronque, de todo…,
enteras, por todos lados, por Chiquinpulli, con
10 a 15 personas y ninguno cobraba,
la maquina cultivadora que tenía, todavía,
todo así no má y después se devolvía la
que está allá atrás, venían a pedir para que
mano, después le tocaba al otro y así.
muela, antes las cultivadoras eran escasas,
Ahora que me acuerdo, uno que era bueno
todos no lo tenían, y para eso se cobraba un
pa la broma llegó en la noche y como
día de trabajo y a veces nada, nunca cobré
tenía un perro blanco, lo llevó, lo metió al
por herraje de un caballo, salvo cuando
hombro, una pata pa allá otra para acá,
llevaba la máquina para allá arriba para
llegó y lo largó adentro de una casita chica
Dallico, por allá arriba, más lejos, igual tenía
donde iban dejando las ovejas, asíque
muchos amigos que cuando trabajaba me
largó su perro y pasó la noche encantado
ayudaban, esos años no sé…, cobraba quizá
tomando y comiendo y el perro después
será 100 – 200 peso sería, claro esos años valía
se fue pa su casa, el nombre del santo eso
un poco la plata, con eso alcanzaba, 2 – 3
si que no, eso no me acuerdo del nombre,
kilos de azúcar sería y nada más. Antes se
del hombre del perro”(Elieser Navarro Díaz)
cooperaba mucho, por ejemplo los medan, eso los hacían la gente que tenía pocos recursos, hacían medanes de trigo, medanes de papa, de plata, a veces gente con pocos recursos cuando hacía una casita, hacían, hasta de vidrios a veces, todos cooperaban con lo que podían; el otros día se hizo un medan de plata acá en Chiquinpulli, pa un cabro enfermo; antes sipo, los antiguos hacían medanes de todas cosas”(Aureliano
Fotografía: Archivo Fotográfico Nelson Bahamonde
Barrientos Aguilar, 75 años, Chovi-San Juan).
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PALABRAS FINALES Con estas locas interpretaciónes historias que datan de un paisaje cultural costero Dalcahuino, queremos traer a la memoria de ustedes, nombres, sueños, conversaciones, viajes; momentos de alegría y llanto quizá: Este sendero de la memoria inicia en la inquietud de su propia comunidad de Chovi, donde su historia reconoce una extensa vecindad, que de Quicaví y Quemchi incluso podemos hablar, villa y pueblo aparentemente lejanos, pero que en su historia, los vínculos de amistad, parentescos y andanzas, la hacen de una misma comunidad; como comenta doña Elsa Bahamonde Bahamonde junto a su marido don José Del Carmen Cárdenas, mientras recuerdan las campañas hacia las fiestas religiosas y ramadas: “Se juntaba mucha gente, venían de todos lados, de a caballo, a pie, venían de Calen, Quetalco, Tocoihue, todos a caballo, todos a San Juan a la fiesta; de Puchaurán, de Montemar, por la playa con mareas pasaban, no ves que si subía la marea tenían que esperar, era una tremenda cuadrilla de caballos, y… Cuando venían el 6 de enero pa la fiesta de Putemún, venían de Quemchi, cientos de caballos sería para ir a la fiesta de Putemún, el día antes, todavía se celebra, pero ya no tanto, la gente viajaba el día antes, la gente bajaba y se alojaba por la costa, en San Juan, Quetalco; iban haciendo paradas desde el día antes, eran dos horas desde Quetalco, en Quetalco también había gente conocida donde alojar; ellos si hacían otro traslado, no por el camino de Dallico, sino bajaban aquí en Chiquinpulli- Chovi, por donde el finao Hugo Navarro, ahí en el estero Quillaico, hay un cortada antigua de acaballo, esa gente se pasaba a quedarse en Quetalco, había un camino antiguo que bajaba por la montaña, que nacía allá en el cruce de Dallico, bajaban por lo derecho, aveces eran tres días de viaje y una parada era en Quetalco, ahí habían tres familias famosas, don Juan Barría, que todavía está vivo, estaba la fina Avelina Navarro, que su papá también fue muy conocido, ahí alojaban muchas familias; don Delfín Barría, don Rafael Ulloa, todo eso ya están fallecidos”.(Elsa Bahamonde Bahamonde, 83 años, Chovi-San Juan).
Fotografía: Archivo Fotográfico Nelson Bahamonde
El territorio es amplio pero finito, las necesidades son muchas y comunes, propias de una historia en común, pero también ávidas de lo venidero del presentefuturo, existe una sed de lo de ayer, no por un capricho de añoranza sin sentido, sino por un sentimiento genuino que tiene que ver con la sobrevida y la visión de un futuro de vida plena no negada a lo moderno, sino queriendo el equilibrio que persona quiere, cada uno desde su dimensión. Estas huellas intrincadas con nombre y apellido pueden parecer difusas, pero son sabias en su sencillez y lúcidas desde su observación y proyección.
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“Mi
oficio
Potable Ser
es
de
operadora
Rural,
de
Calen
operador
paciencia,
de harta
APR
y
de
Agua
San
Juan.
significa
trabajo,
motivación
en
entregar un agua potabilizada, sana; es mucha responsabilidad, hay que andar mirando las redes, ver la lectura de los medidores; hoy día ando repartiendo los avisos de cobranza para que la gente sepa cuando y cuanto van a pagar. Fotografía: Hector Caicheo Vargas
Hoy día que tenemos el agua potable es una
alegría, una satisfacción, que de tantos años se pasó sin agua potable... Es una ayuda que hizo el estado, porque antes uno sacaba agua de los pozos y había que hervir esa agua para darle a sus hijos, sí; y lo otro que cuando se secaban los pozos ya no había agua y se tenía que salir muy lejos a buscarla, entonces ahora que tenemos agua potable, es una alegría. Yo no soy de Dalcahue pero si soy chilota, y viendo desde niña antes habían muchas dificultades, habían muchos problemas que todavía están pasando, y se está viendo, pero igual se ha ido mejorando la vida de las personas. Yo soy de castro, pero he vivido en muchas zonas del campo, aquí ya estoy 31 años desde que me casé, mi esposo es de San Juan. En esto de los oficios, nosotros con mi marido tenemos a una agrupación de folclor y creo que el ser folclorista es un oficio como herencia que viene de mucho antes, mis abuelos cunando cantaban, bailaban, mi papá tocaba la acordeón doble y la primera canción que nos enseñó a cantar, fue El lobo chilote, era muy pequeña, éramos dos hermanas, tal vez yo tendría 3 años y me acuerdo de eso. Eso si yo aprendí después a tocar guitarra, mi padre fue un poco flojo para enseñar, mi marido me enseñó a tocar guitarra, y el Bombo no fue necesario que me enseñen, como siempre fui motivada en el folclor…, así que compramos un bombo y salimos los dos a tocar. Las costumbres ojala no se pierdan, como la carpintería de embarcaciones, viene mucha gente a ver como se hace, a investigar; ojalá eso nunca se pierda, sí se ha perdido la construcción de Canoas con troncos, donde arrastraban con yunta, llevaban su trigo; los molinos ya no se ven; barriles que la misma gente los hacía, ya nadie fabrica barriles que sepa yo por acá; muchas cosas más se han perdido, así también los usillos para chicha, las casas con tejuelas, las siembras que han decaído mucho, porque antes la gente se dedicaba más a los campos; cuando ya tuvieron sus hijos, comenzaron a salir a estudiar, a trabajar fuera…; lo otro cuando llegaron las salmoneras que yo no sé si es una bendición o una maldición,¡creo más una maldición¡, porque cuando empezó eso de las salmoneras y los choros, la gente joven se empezó a ir ahí a trabajar, y hoy día se fija los campos sucios, con Espinillos, con Murra, no hay cercos; y si eso se volviera a levantar, la gente se preocupara, a retomar como era antes, limpiar y todo, se volvería a restaurar todo lo que se ha perdido” (Margarita Cárdenas Velasquez, San Juan).
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Los primeros habitantes de la comuna de Dalcahue se asentaron en su borde costero, por las riquezas que ofrecen su mar, sus esteros y playas. Allí
se
perfeccionaron
actividades
tradicionales
como
la
pesca,
la
recolección de orilla o la construcción de embarcaciones. De allí nace la vida, las costumbres, la cultura y los relatos del borde mar. En unas pocas décadas, la modernidad ofreciendo una mejor conectividad y acceso a servicios básicos y la llegada de la industria acuícola transformaron poco a poco el paisaje y las costumbres y la vida de los chilotes. Hoy en
día,
cultura
tradicional
y
competitividad
internacional
conviven
con dificultades en un mismo territorio. Desde una mirada territorial podemos explicarlo por el hecho que diversos usos, a veces compatibles o no compatibles entre sí, están compartiendo un mismo espacio a la vez frágil y limitado. Para dar solución a esto, se hace un trabajo donde se generan instancias de participación en las cuales los distintos actores del borde costero puedan planificar, ordenar y gestionar acciones que permitan reducir los conflictos entre usos, la contaminación, ordenar el espacio, proteger el patrimonio natural. Esa
revista
contempla
de
personalidades
la
recopilación
locales.
Busca
de
relatos
representar
a
levantados
en
terreno
la
del
borde
cultura
costero del sector de Choví-San Juan para ofrecer un homenaje a esa cultura del borde mar pero también para lanzar un llamado a defender y valorar lo que hace la singularidad de nuestra identidad. La futura generación tiene que conocer su pasado y valorar su cultura ya que se trata de su propia identidad pero también porque es el único sustento viable para la construcción de un desarrollo económico armonioso y sustentable. Buenas prácticas para cuidar las playas y proteger el patrimonio costero: - No botar basura - Hacerse cargo de su lancha o plataforma en desuso - Ordenar el espacio costero que ocupa - Realizar periódicamente limpiezas de playas - No ahuyentar a las aves playeras - No sobre-explotar los recursos marinos - Restaurar el patrimonio cultural - Respetar la tranquilidad del entorno - Generar conversaciones y acuerdos con los otros usuarios del Borde costero - Participar de las reuniones - Denunciar las irregularidades a la Capitanía de puerto y la Municipalidad Jean Philippe Willaume Encargado Borde Costero I. Municipalidad de Dalcahue
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La junta de vecinos de Chovi-San Juan, da pie al reencuentro y valoración
de sus pares, de su comunidad, quiere construir su memoria. Este trabajo es el principio; como bien mencionamos, esta recopilación es un conjunto de fragmentos de memoria, casi un sueño de imágenes claras y otras no tanto, son vivencias que se relacionan. Este es un encuentro tras el relato; estamos seguros de que muchos se acordarán de algunos nombres, personajes y vivencias mencionadas, o que incluso guardan complicidad, estuvieron en más de alguna faena,una travesía, y en fiestas también,se encontraron en un cruce de camino y algo pasó... Esta es su historia, nuestra historia, a eso los invitamos, a seguir llenando este rompecabezas, los invitamos a escribirla o dictarla a alguien de su casa; algún chascarro, aventura, o viaje compartido;de esta zona o en la Patagonia argentina o chilena. Su vivencia familiar, en solitario y/o comunitaria siempre será valiosa.
Fotografía: Jean Philippe Willaume
Fotografía: Jean Philippe Willaume
Fotografía: Hector Caicheo Vargas
Fotografía: Hector Caicheo Vargas
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Proyecto Financiado por el 2% F.N.D.R. 2014 Gobierno Regional de Los Lagos