CHRISTIAN ACUÑA
TRUNCO
Prefacio
Trunco es algo que no fue. Se aplica a todo aquello que no pudo concretarse. Es sinónimo de incompleto. De manera temporal o definitivamente inconcluso. Con inspiración en el trabajo de Milagros de la Torre: “Evidencia”, en las primeras imágenes se explora lo que será la tónica sostenida a lo largo del ensayo. Mediante una propuesta de bodegones, el autor trabaja, sondea y recupera el ambiente de los primeros días de desazón y extrañeza provocados por la pandemia. El gran desafío encarado será recrear el ambiente apocalíptico de las calles vacías en las diversas escenas planteadas, la idea rectora es meter el ambiente de las calles, en un bodegón. Para acentuar esta mirada, recurre al uso de iluminación artificial. De esta manera, el ensayo presenta un cuerpo de fotografías que proponen una reflexión sobre situaciones de la cotidianidad que fueron atravesadas y trastocadas por la nueva realidad. Para esto se vale de recursos como la ironía, del humor, etc. planteando situaciones que rozan lo grotesco en algunos casos.
El trabajo abre con la mudanza fallida y suspendida durante los primeros meses del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) decretado a nivel nacional. Por lo que el bolso y la mochila serán elementos indispensables para una mudanza que se planteará prenda a prenda. Otro ejemplo: la cocina comprada en Marzo llegaría recién en Agosto. La pandemia fue un cambio imprevisto y profundo sobre nuestras vidas. De las salidas con amigos y amigas, a las reuniones virtuales, de los partidos de fútbol de los jueves, a tener que simular ir al super para poder salir a caminar. En este trajinar también las relaciones llegarán a su fin, y aquí el ensayo toma un carácter de diario íntimo. Se suma una faceta más a lo trunco. Una relación que se termina. A partir de este punto se sucederán una serie de escenas distópicas. Hacia el final del ensayo el autor plantea una nueva búsqueda, intenta autoreconocerse en esa imagen que por ahora aparece difusa, desenfocada.