Pronunciamiento de las mujeres participantes de la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, celebrada en la ciudad de Bogotá, entre el 23 y 25 de octubre de 2013 Dirigido al señor Presidente de la República, señor Juan Manuel Santos, al máximo comandante de las FARC-EP, señor Timoleón Jimenéz y, a la opinión pública.
Las mujeres reunidas en la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz nos hemos convocado para, a partir de nuestras múltiples diversidades étnicas, regionales, culturales, políticas, sexuales y religiosas, apoyar el proceso de diálogo que se viene llevando a cabo en La Habana como la máxima prioridad del país, para proponer y darle a conocer al país nuestras acciones y propuestas acerca de la paz.
Las mujeres tenemos la autoridad política y ética de continuar afirmando que la paz hoy es posible, porque en medio de la guerra hemos sido constructoras de paz. En tal sentido reafirmamos que la política y la palabra tienen que estar al servicio de la paz y no de la guerra, y es responsabilidad histórica de todos y todas poner fin a un conflicto armado que se ha llevado lo mejor de nuestra condición humana, ha generado sufrimiento y cada vez un número mayor de víctimas.
Conscientes de que lo que hoy está en juego no es solo nuestro futuro como nación sino nuestra condición humana, reiteramos nuestra exigencia al Presidente Juan Manuel Santos y al máximo comandante de las FARC-EP, Timoleón Jimenéz, de no pararse de la mesa. Ustedes deben ser consecuentes con lo firmado, la palabra empeñada en el “Acuerdo General para terminar el conflicto y la construcción de una paz estable duradera”, tiene que ser
una realidad. No pueden utilizar ningún pretexto para finalizar el diálogo. Ustedes saben y sabían que el camino no era fácil, por ello deben ser responsables con las esperanzas y expectativas generadas y con las generaciones presentes y futuras. Las mujeres les exigimos que el único pretexto que se esgrima para pararse de la mesa sea la firma de los acuerdos para la terminación de la confrontación armada.
Las mujeres colombianas podemos aportar desde ya al proceso de diálogo y de construcción de paz, no pueden Ustedes esgrimir ningún argumento para negar la representación de las mujeres en todo el proceso. Es nuestro derecho, no solo reconocido por la ley, sino también ganado día a día con nuestro trabajo y compromiso para minimizar los efectos de esta confrontación armada. Les exigimos a Ustedes YA una representación paritaria de las mujeres. ¡PORQUE LA PAZ SIN LAS MUJERES NO VA! MUJERES CUMBRE NACIONAL DE MUJERES Y PAZ Bogotá, D.C. Octubre 25 de 2013