I N F O R M E A N U A L • F O R J A N D O L A S O S T E N I B I L I D A D A L I M E N TA R I A F U T U R A
ENREVISIÓN
CIAThaciadelante
17 visiones
de un futuro sostenible EL FUTURO DE LOS ALIMENTOS:
DEMOS UNA VUELTA POR EL LADO SALVAJE
POR QUÉ BIG DATA REVOLUCIONARÁ LA AGRICULTURA
ESPECIAL
CIAT enretrospectiva
SEMILLAS, CLIMA Y DIETAS EN EL SIGLO 21
LÍNEA DE TIEMPO EXCLUSIVA
Esto sucedió en 2016
FRÍJOLES RICOS EN HIERRO REDUCEN LA DEFICIENCIA DE
ESTE MINERAL EN TAN SOLO MESES
EL CENTRO PARA EL GENOMA DE LA YUCA:
TERABYTES DE DATOS LISTOS PARA REVOLUCIONAR EL MEJORAMIENTO UN CENTRO DE RECURSOS GENÉTICOS
PARA LOGRAR QUE EL SUMINISTRO
DE ALIMENTOS SEA “A PRUEBA DEL CLIMA” EN EL
SIGLO 21
SISTEMAS SILVOPASTORILES
UNA OPCIÓN PARA LA GANADERÍA SOSTENIBLE EN EL POSCONFLICTO EN COLOMBIA
ENCUENTRA
8
aquí
CIAThaciadelante. Nuestras visiones de la sostenibilidad alimentaria futura
sin 16 Fríjoles fronteras Claire
Mukankusi
18
14 Preparando el camino
Ganadería: La historia no contada Birthe Paul
agricultura Andy Jarvis
30
El futuro de los alimentos: Demos una vuelta por el lado salvaje Colin Khoury
hacia la prosperidad Debisi Araba
La nutrición en África: Tiempo para “hacer las cosas de una manera difrerente” Mercy Lung’aho
que la agricultura 10 Lograr sostenible adaptada al
la tierra y 24 Restaurar los medios de vida:
rostro 28 Elcambiante de los
agroempresarios en Asia Dindo Campilan
está lleno 34 Eldefuturo vacas verdes
32
siglo 21 Peter Wenzl
clima sea la norma Ana María Loboguerrero
22 qué Big Data 20 Por revolucionará la
Semillas, clima y 12 dietas en el Agricultura africana:
Ngonidzashe América Latina y el Caribe: Chirinda Lecciones de sostenibilidad Carolina Navarrete
Un llamado para los sectores público y privado Louis Verchot
que Perú nos 26 Loenseña sobre pagarle a la naturaleza lo que le corresponde Marcela Quintero
qué las 38 Por ciudades saludables dependen de zonas rurales vibrantes Stefan de Haan
más 36 Creando oportunidades
para mujeres y hombres Jennifer Twyman
qué la diversidad, 40 Por la disrupción y la innovación importan en la ciencia André Zandstra
EDITORIAL
6 42
Un vistazo Esto sucedió en 2016
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Fríjoles ricos en hierro reducen la deficiencia de este mineral en tan solo meses
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El Centro del Genoma de la Yuca: Terabytes de datos listos para revolucionar el mejoramiento
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“Fríjoles mágicos” vencen la peor sequía de Malawi en 30 años
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Amenazas en múltiples frentes: Plagas y enfermedades se propagan en los campos de yuca del sureste asiático
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Sistemas silvopastoriles: Una opción para la ganadería sostenible en el posconflicto en Colombia
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Pasto resiliente a la sequía podría generar millones de dólares para productores lácteos de África oriental
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Producción de fríjol y café de Centroamérica bajo amenaza por el cambio climático
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Los árboles en tierras agrícolas son cuatro veces mejores sumideros de carbono de lo que se pensaba
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Los agricultores en Uganda se unen a científicos para encontrar mejores fríjoles
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Un nuevo “superalimento” para Colombia La aldea Ma en Vietnam: Un laboratorio viviente para ensayar la agricultura sostenible adaptada al clima
66 CIATenretrospectiva LÍNEA DE TIEMPO
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Semillas del Futuro, un hogar para la diversidad de cultivos
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Pioneros por siempre Por Ruben Echeverría Director General, CIAT
Pude ver el enorme impacto de la Revolución Verde a medida que se desarrollaba, las vidas que salvó, las millones de personas que libró del hambre y las que ayudó a salir de la pobreza. Sin embargo, también presencié los nuevos desafíos en tanto empezaron a surgir. Actualmente, el 40% de la tierra se encuentra gravemente degradada, cientos de millones de personas tienen abundancia de calorías pero padecen por causa de una mala nutrición, los servicios ecosistémicos vitales son subestimados y se encuentran en riesgo y, por supuesto, el cambio climático amenaza con desestabilizar a muchas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Página 4
Publicaciones: Las mejores de 2016 Datos financieros destacados Donantes y socios Nuestra Junta Directiva y Equipo Directivo
Pionerospor siempre Por Ruben Echeverría CIAT Director General
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ude ver el enorme impacto de la Revolución Verde a medida que se desarrollaba, las vidas que salvó, las millones de personas que libró del hambre y las que ayudó a salir de la pobreza. Sin embargo, también presencié los nuevos desafíos en tanto empezaron a surgir. Actualmente, el 40% de la tierra se encuentra gravemente degradada, cientos de millones de personas tienen abundancia de calorías pero padecen por causa de una mala nutrición, los servicios ecosistémicos vitales son subestimados y se encuentran en riesgo y, por supuesto, el cambio climático amenaza con desestabilizar a muchas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Estas son problemáticas complejas que abarcan todas las disciplinas científicas. No obstante, considero que el CIAT nunca ha estado en una posición más sólida para ayudar a la comunidad mundial a enfrentarlas.
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
Esto debido a que en los 50 años desde que se creó el CIAT, la ciencia ha sido revolucionada por nuevas herramientas, técnicas y tecnologías. Algunas de ellas desarrolladas por el CIAT mismo. Estos adelantos ayudan a la ciencia a mantener el ritmo que imponen los desafíos. Esto significa que, como institución, ahora podemos aspirar a impactos con los que antes solo podíamos soñar. Hasta hace poco, era inconcebible emprender investigaciones para mejorar paisajes enteros, o empaquetar rápidamente múltiples rasgos en los cultivos a través de la edición de genes. Pronto la revolución de datos nos permitirá realizar fitomejoramiento in silico – usando tan solo computadoras e información de ADN. Esto nos ayudará a desarrollar de manera acelerada nuevas variedades de fríjol, arroz, yuca y forrajes tropicales, dirigidas a entornos, mercados
EDITORIAL
Después de todo, ahora contamos con una trayectoria de 50 años, que nos muestra claramente el camino hacia delante y requerimientos nutricionales específicos. Los enfoques de big data (inteligencia y minería de datos) nos ayudarán a refinar y generar recomendaciones específicas por sitio para los agricultores acerca de qué y cuándo sembrar y cómo manejar mejor sus cultivos. Muchos de estos avances estuvieron alguna vez en el mundo de la ciencia ficción; hoy día son herramientas a nuestra disposición. Y ese es el poder de la ciencia pionera: empuja los límites del conocimiento; logra que lo inconcebible sea alcanzable. Nuestros donantes, inversionistas y personal han hecho esto posible. Sus visiones de un mundo mejor han ayudado a mejorar las vidas de millones de personas durante los últimos 50 años. Lo mismo podemos decir de muchos gobiernos, universidades, organizaciones de investigación alrededor del mundo, que han compartido nuestra visión, convicción y optimismo. Nuestros éxitos son sus éxitos; nuestro impacto sus impactos. En la actualidad, están surgiendo nuevas alianzas que nos ayudarán a construir sobre lo que ya hemos logrado. Los gobiernos y bancos de desarrollo cada vez más se nos acercan para ayudarles a idear estrategias para la producción agropecuaria sostenible adaptada al clima, dietas más saludables y sistemas alimentarios más sostenibles. Asimismo, estamos trabajando incluso más estrechamente con el sector privado para asegurar que los pequeños agricultores asuman roles activos en las cadenas de valor internacionales rentables para cultivos de alto valor como el café y el cacao, así como para productos pecuarios. Estos adelantos prometen más impactos de largo plazo y una relación calidad-costo mucho mejor para aquellos cuyas inversiones continúan impulsando nuestra labor de investigación.
No obstante, en tanto miramos hacia el futuro, hay algunas cosas que definitivamente no cambiarán. La agricultura continuará siendo uno de los motores más importantes de desarrollo económico y social sobre el planeta. Y eso significa que el CIAT continuará con su compromiso de producir investigaciones científicas de alta calidad que los formuladores de políticas puedan usar para mejorar la productividad, competitividad y rentabilidad de la agricultura. Significa que seguirá comprometido con la innovación y los impactos incluyentes, duraderos y de objetivos claros. Significa que seguiremos fortaleciendo nuestra red mundial de socios en África, Asia y América Latina y el Caribe, para acelerar el progreso y mejorar vidas – en especial con nuestros socios nacionales de investigación, para responder proactivamente a las amenazas y oportunidades que puedan surgir. Y, por supuesto, significa que continuaremos demostrando el enorme potencial de nuestra investigación para ayudar a lograr la sostenibilidad alimentaria futura para todos. Es por esto que estoy inmensamente orgulloso de mirar en retrospectiva cinco décadas del CIAT en este Informe Anual histórico, e igualmente entusiasmado de compartir mi emoción por las enormes oportunidades por venir. Después de todo, ahora contamos con una trayectoria de 50 años, que nos muestra claramente el camino hacia delante.
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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UN
vistazo 1
Nuestra visión Forjar la sostebilidad alimentaria futura Nuestra misión Reducir el hambre y la pobreza, y mejorar la nutrición humana en los trópicos mediante una investigación que aumente la eco-eficiencia de la agricultura
El CIAT y los ODS
Vida de ecosistemas terrestres • Preservación de servicios ecosistémicos • Manejo de plagas y enfermedades • Salud del suelo
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¿CÓMO? Seguridad alimentaria y nutrición
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Mejores negocios para los agricultores y los consumidores
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Forjando resiliencia
Alianzas mundiales para lograr impacto
Fin de la pobreza • Mejores cultivos • Mejores negocios para los agricultores y los consumidores
Hambre cero • Sistemas alimentarios sostenibles • Conservación y uso de los cultivos Saludo y bienestar • Cadenas de valor para la nutrición • Cultivos biofortificados
Acción por el clima • Agricultura sostenible adaptada al clima • Cultivos más resilientes • Restauración de tierras
Igualdad de género • Análisis de género • Investigación participativa Trabajo decente y desarrollo económico • Mercados incluyentes • Disponibilidad y acceso a semillas
El CIAT alrededor del mundo
Cali, Colombia Sede Principal y Oficina Regional para América Latina y el Caribe
UN VISTAZO
Hanói, Vietnam Oficina Regional para Asia Nairobi, Kenia Oficina Regional para África
+300 Proyectos activos en +50 países
1.000 Empleados
Conservando la diversidad de cultivos
ACCESIONES DE YUCA
artículos en revistas científicas arbitradas
Compartiendo nuestra investigación en 2016:
Leguminosas de Grano y Cereales de Tierra Seca Pesca Bosques, Árboles y Agroforestería Ganadería Maíz Arroz Raíces, Tubérculos y Banano Trigo
Bancos de germoplasma
son de
ACCESO ABIERTO
Excelencia en mejoramiento
Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria
8 Programas de Sistemas Agroalimentarios
3 Plataformas
72%
4 Programas Globales Integradores Agricultura para la Nutrición y la Salud
El CIAT es un Centro de Investigación de CGIAR
ACCESIONES DE FORRAJES TROPICALES
Políticas, Instituciones y Mercados
ACCESIONES DE FRÍJOL
Desde su creación, el banco de germoplasma del CIAT ha distribuido más de medio millón de muestras de 141 países a solicitantes en más de 160 países.
Agua, Tierra y Ecosistemas
El banco de germoplasma del CIAT salvaguarda las mayores colecciones mundiales de cultivos clave que forman la base de la oferta de carbohidratos y proteína vegetal y animal en los sistemas alimentarios tropicales, específicamente, fríjol, yuca y forrajes tropicales.
Big Data en la Agricultura
El CIAT lidera el Programa Global Integrador sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y, junto con el IFPRI, colidera la Plataforma para Big Data en la Agricultura.
Nuestras visiones CIAThaciadelante
de la sostenibilidad alimentaria futura ¿Es posible la sostenibilidad alimentaria futura? ¿Podemos ayudar a poner al mundo en camino al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Estos compañeros del CIAT nos cuentan cómo lo podemos lograr.
LO G R AR Q U E L A
AGRICULTURA SOSTENIBLE
ADAPTADA AL CLIMA SEA LA Por Ana María Loboguerrero Líder del Programa Regional para Latinoamérica (CCAFS) a.m.loboguerrero@cgiar.org
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
odría haber tardado años, pero la agricultura tiene una presencia firme en la agenda global sobre cambio climático. El próximo paso es lograr materializar así mismo el cambio sobre el terreno. Creo que en los próximos años vamos a experimentar la rápida expansión de la agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC) en regiones que nunca antes creímos posible. Desde África y Asia hasta el trabajo en el que he estado involucrada en Latinoamérica, ya hemos visto cómo los territorios sostenibles adaptados al clima (TSAC) pueden reducir las emisiones de las operaciones agropecuarias y ayudar a los agricultores a adaptarse a climas extremos, aumentando al mismo tiempo y de manera sostenible la producción agrícola y pecuaria. Los resultados han sido sobresalientes; hemos visto a los agricultores no solamente adaptarse al cambio climático, sino también progresar a pesar de él. La ASAC requiere un paquete de intervenciones hecho cuidadosamente a la medida, desarrollado al unísono con los agricultores. Estas intervenciones incluyen la cosecha de agua lluvia – para poder ver sus cultivos crecer durante todo el año – incluso durante la temporada seca. Los agricultores en nuestros TSAC en Colombia se están volviendo científicos: están participando en ensayos para producir mejores variedades de fríjol que sean más resistentes al estrés hídrico. Además, monitorean el clima, mediante una red local de estaciones climáticas, lo cual les ayuda a tomar las decisiones correctas sobre qué y cuándo sembrar. Asimismo, están produciendo sus propios fertilizantes orgánicos usando residuos de cultivos, reduciendo así hasta diez veces las emisiones de gases de efecto invernadero.
La agricultura sostenible adaptada al clima requiere un paquete de intervenciones hecho cuidadosamente a la medida, desarrollado al unísono con los agricultores Sin embargo, a pesar de estos hechos positivos, la agricultura todavía sigue rezagada en cuanto al progreso que se está logrando en otros sectores en responder ante el reto del cambio climático. Por ejemplo, la explosión en la energía limpia ha dado como resultado nuevas maneras de generar electricidad hasta el punto en que la energía verde ahora puede competir con los combustibles fósiles. En el transporte, los carros híbridos y eléctricos ya son una realidad. Esto sucede porque
los inversionistas vieron que en el largo plazo las ventajas eran enormes en comparación con las desventajas. Invirtieron en investigación y desarrollo; vieron el reto como una oportunidad. ¿Entonces por qué la agricultura solamente recibe una décima parte de la financiación de investigación y desarrollo con la que cuentan los sectores energía y transporte? Después de todo, la agricultura contribuye con una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales y es uno de los sectores más expuestos a los climas extremos. Al final de cuentas, todos necesitamos alimentarnos; de seguro no puede haber mayor compensación que esa. No obstante, la agricultura es diferente; requiere más que una reparación tecnológica. Es una forma de vida. En muchas partes del mundo, se asocia con la pobreza en vez de ganancias. Y si bien más de dos tercios de los autos que conducimos provienen de 10 importantes empresas automotrices, los alimentos que consumimos provienen de cientos de millones de pequeños productores, y cientos de miles de grandes productores. Esto significa que la transformación a gran escala es más evasiva – y por lo tanto menos atractiva para los inversionistas. En cualquier caso, creo que estamos en la cúspide de una importante transformación. En los próximos años, experimentaremos un gran cambio en las formas en las que producimos, distribuimos y accedemos a nuestros alimentos, hacia unas formas que sean mucho más adaptadas al clima, rentables y sostenibles. Las enormes oportunidades impulsarán la innovación y la inversión. Veremos el rápido surgimiento de cosas como las pólizas de seguro de cultivos, que – casi de la noche a la mañana – han creado una industria multimillonaria en India, y el uso de tecnologías de la comunicación para lograr que los pronósticos estacionales sean más accesibles – estos ya han llegado a más de siete millones de personas en las zonas rurales de Senegal. También veremos más inversionistas de impacto, como Root Capital, en asocio con los centros de investigación para promover y difundir la ASAC en América Latina y África. Esto es apenas el comienzo. A medida que los intereses de las organizaciones de investigación, el sector privado, agricultores y consumidores comiencen a alinearse, pienso que veremos grandes cambios positivos en nuestros sistemas alimentarios, con la agricultura sostenible adaptada al clima siendo la norma, en lugar de la excepción.
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CIATHACIADELANTE
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Semillas, clima
dietas Y
EN EL
SIGLO 21
Por Peter Wenzl LĂder del Programa de Recursos GenĂŠticos p.wenzl@cgiar.org
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
omos lo que comemos, pero es posible que lo que comemos deba cambiar. Esto debido a lo que está pasando con nuestro planeta y lo que estamos aprendiendo acerca de los microbios en nuestros intestinos. ¿Cómo pueden ayudar los bancos de germoplasma? Las predicciones sobre el cambio climático varían, pero no parece que vayan a ser más optimistas. Graves pérdidas de rendimientos son evidentes en todo el mundo, y el cambio climático severo puede transformar el mapa agrícola en regiones como África subsahariana y América Central. El riesgo de una conmoción en el sistema alimentario mundial está en aumento. Al mismo tiempo, la población mundial sigue creciendo, urbanizando y adoptando dietas “occidentalizadas” que dependen de granos de cereales, azúcar, aceites vegetales y productos pecuarios.
Los bancos de germoplasma son la materia prima con la cual se puede remoldear la agricultura y mejorar las dietas para el siglo 21 Si bien la desnutrición en todo el planeta ha disminuido a casi la mitad en el último siglo, la obesidad y la diabetes se están propagando en tanto que las dietas “occidentalizadas” ganan más popularidad. Sin embargo, existen personas nativas cuyas dietas tradicionales contienen bien sea más carbohidratos o más proteína animal que las dietas occidentales, y se encuentran en perfecta salud. Los científicos todavía no entienden exactamente por qué. En todo caso, parece que las personas con dietas “ancestrales” poseen un microbioma más diverso (mezcla de bacterias intestinales) que la gente que consume dietas “occidentalizadas” caracterizadas por una densidad de carbohidratos “acelulares” sin precedentes (harina de cereales, azúcar). Los microbiomas “occidentalizados” parecen estar más inclinados a pocas especies microbianas que al parecer causan una inflamación sistémica que origina la obesidad y otras enfermedades. Pero, ¿a qué vienen al caso los bancos de germoplasma? Pues bien, los bancos de germoplasma brindan soluciones a
ambos problemas: el cambio climático y las enfermedades crónicas relacionadas con las dietas. Los cientos de miles de variedades vegetales conservadas en los bancos de germoplasma de todo el mundo son la materia prima con la cual se puede remoldear la agricultura y mejorar las dietas para el siglo 21. Esto sucederá de dos maneras. En primer lugar, el mejoramiento genético contribuirá para lograr que nuestros cultivos sean más resilientes a la sequía, el calor y a plagas y enfermedades. Y en segunda instancia, nos ayudarán a adoptar dietas más “apropiadas evolutivamente” con base en una gama más diversa de cultivos alimenticios densos en nutrientes. Desde ya, el banco de germoplasma del CIAT tiene mucho que ofrecer. Alberga las mayores colecciones de cultivos clave del mundo que respaldan el suministro de carbohidratos saludables (yuca) y proteína vegetal/animal (fríjol, forrajes) en los sistemas alimentarios tropicales. Pero debido a la escala y confluencia de estos retos, hemos decidido ampliarlo y mejorarlo. Semillas del Futuro (ver pág. 68) será mucho más que un banco de germoplasma. Será un hogar mundial para los recursos fitogenéticos y un motor de bioinnovación en los sistemas alimentarios tropicales. Además de conservar colecciones de cultivos vitales como una “póliza de seguro genética”, también contribuirá a potencializar innovaciones en genómica y otras tecnologías para acercarnos a rasgos que puedan ser de utilidad. Asimismo, será una plataforma para conectarnos con bancos regionales con los cuales desplegaremos tecnologías de última generación en una amplia gama de cultivos alimenticios, sensibilizando a su vez acerca de los marcos de políticas en evolución que regulan los recursos genéticos. La incorporación de métodos de secuenciación de ADN y proyección genómica en los bancos de germoplasma, la fenotipificación con base en imágenes, la edición de genomas y otros enfoques fascinantes nos permiten aprovechar los recursos genéticos de una manera más integral y dirigida de lo que fue posible en el pasado. Estoy convencido de que, si se usa sabiamente, la diversidad de cultivos nos ayudará a alcanzar y mantener el ritmo de las profundas transformaciones que se están dando en los sistemas alimentarios tropicales, quizás realineando a las personas, las plantas y al planeta de formas nuevas e insospechadas.
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AGRICULTURA AFRICANA:
preparando el camino prosperidad hacia la
Por Debisi Araba Director Regional, Ă frica a.araba@cgiar.org
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
i abuelo sigue siendo una inspiración para mí. Hizo su fortuna comercializando en Lagos con mercaderes de todo el mundo a principios del siglo 20. Posteriormente, cuando su negocio logró el éxito, él y algunos amigos se ofrecieron como voluntarios para construir un camino, que uniera a su pueblo natal con Lagos, para ayudar a otros a, literalmente, recorrer el camino hacia la prosperidad. El resultado fue el camino de Ikorodu de 24 kilómetros y cuatro carriles que, hoy por hoy, reduce el tiempo que toma llegar a Lagos desde el pueblo de Ikorodu, ayudando así a transformar los destinos de las millones de personas que lo usan a diario – desde agricultores que traen sus productos al mercado, hasta operarios y oficinistas que se dirigen al trabajo. Las personas como mi abuelo entendían el valor de ir un poco más allá, de recorrer la última milla – de convertir los retos de hoy en las soluciones del mañana. Creo que a medida que África invierte en infraestructura vital, desde carreteras e internet de alta velocidad, hasta energía sostenible, veremos una transformación en los destinos del continente. Esto dará lugar a oportunidades sin precedentes para los agricultores. Tendrán menos costos de transacción y mejor acceso a insumos agrícolas, mercados e inteligencia de mercado. La producción alimentaria continuará cambiando para pasar de ser de subsistencia a ser una agricultura comercial y una agroempresa rentable, con el espíritu emprendedor al frente. A medida que África se transforma, queremos asegurarnos que las inversiones de los agricultores en sus operaciones se conviertan en un conducto para mejores resultados financieros, sociales y para la salud, a pesar de los retos apremiantes que plantean los fenómenos climáticos extremos y la creciente degradación de las tierras. Durante los últimos 50 años, el CIAT ha sido un socio en esta transformación. Los fríjoles mejorados, desarrollados por el CIAT y nuestros socios, son cultivados y consumidos en la actualidad por millones de personas, contribuyendo así a dietas más saludables y a una mejor nutrición. Nuestro trabajo para restaurar y mejorar la fertilidad del suelo ha ayudado para que se respire nueva vida y productividad en las tierras degradadas. Deseamos continuar empoderando a los agricultores para que crezcan y alimenten a sus familias con alimentos más
nutritivos, al tiempo que llegan con sus productos a nuevos mercados lucrativos. Para que la agricultura africana realmente prospere, creo que tendremos que complementar las inversiones y los esfuerzos de las empresas de pequeña, mediana y gran escala con nuestra experticia científica, para ayudarlos a identificar nuevas oportunidades, tecnologías y soluciones, a fin de asegurar el mayor impacto posible. Junto con las compañías de semillas y socios del gobierno, ya estamos investigando la producción comercial de semillas de forrajes mejorados en el continente, usando mapeo digital para identificar áreas con las condiciones adecuadas. Esto no se ha hecho nunca antes y entraña una enorme promesa: una industria de semillas forrajeras en África podría contribuir para que más agricultores siembren cultivos como las gramíneas Brachiaria mejoradas, que pueden ayudar para que las fincas sean más resilientes al cambio climático, permitiendo a su vez que los agricultores se beneficien de la creciente demanda de carne y leche. Hoy en día no solo necesitamos construir un camino – no existe una panacea. Necesitamos toda una red de soluciones frente a problemas cada vez más complejos. Si hemos de cumplir las metas fijadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, necesitamos crear múltiples caminos para los millones de agricultores y agroempresarios en su ruta hacia la prosperidad, de modo que juntos podamos cubrir la última milla, como lo hizo mi abuelo hace ya un siglo.
A medida que África se transforma, queremos asegurarnos que las inversiones de los agricultores en sus operaciones se conviertan en un conducto para mejores resultados financieros, sociales y para la salud
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sin fronteras FRĂ?JOLES
Por Claire Mukankusi Fitomejoradora c.mukankusi@cgiar.org
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
i sueño siempre ha sido llegar a la población de menos recursos en África a través de la ciencia. Y ahora, como “doctora de plantas”, como me dicen mis hijos, ayudo a regular el flujo de los fríjoles entre el mayor banco de germoplasma de fríjol del mundo en Colombia y muchos países en África. Los fríjoles son esenciales en África subsahariana. Tan solo en África oriental, son el producto básico más comercializado, y a menudo un plato de comida se considera incompleto sin ellos. En muchos países africanos, cada mujer, con solo una pequeña parcela de tierra, puede sembrar y vender fríjol, para poner un plato nutritivo sobre la mesa. Gracias a décadas de investigación, ya hemos logrado un enorme progreso en el mejoramiento de los fríjoles. Ahora son más nutritivos y asequibles, y las plantas son más productivas y robustas frente al calor y la sequía. Pero si hemos de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y una mayor nutrición”, vamos a necesitar elevar la barra aún más alto. Como fitomejoradora, dependo de la diversidad genética para lograr avanzar en mi trabajo. Si se pierde para siempre una variedad de fríjol, es posible que nunca sepamos cómo sus atributos únicos podrían habernos ayudado – y a futuras generaciones – a enfrentar retos específicos. Es por eso que las casi 37.000 accesiones en la colección mundial de fríjol del CIAT en Colombia y las 3.000 en nuestro banco de germoplasma en Uganda se encuentran en el centro del trabajo de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA) para mejorar los fríjoles para el continente.
plagas y enfermedades, y resiliencia al calor, la sequía y baja fertilidad del suelo. Pero para hacerlo, es vital el intercambio de datos y muestras de fríjol. Durante los últimos 20 años, PABRA – la mayor red de investigadores de fríjol en África – ha reunido a socios de todo el continente para compartir datos, experticia y muestras de fríjol. Sin embargo, en muchos casos, las políticas no siguen el mismo ritmo – algunas veces esto significa que hay largas demoras en el desarrollo de variedades mejoradas y en ponerlas a disposición de los agricultores. Existen excepciones. El Mercado Común de África Oriental y Austral (COMESA) es una zona de libre comercio para 20 países, que nos ha permitido acelerar significativamente la liberación de nuevas variedades de fríjol. Eso significa que, por primera vez, podemos usar datos de variedades ricas en hierro liberadas en Uganda, Burundi y Ruanda para lanzar las mismas variedades en Tanzania y Kenia, en donde las condiciones ecológicas son similares, en lugar de duplicar extensos procedimientos de pruebas en cada país. Estos desarrollos de políticas nos permiten tener un mayor impacto, por ejemplo, para incorporar mejores variedades de fríjol en los programas de alimentación escolar con el propósito de abordar el problema de la malnutrición o para ayudar a los agricultores a vencer la sequía en sus campos. Nuestra sólida red de programas nacionales de investigación debe galvanizarse para aprovechar estas oportunidades, para asegurar que los fríjoles mejorados se puedan movilizar con mayor rapidez entre fronteras, y estén disponibles para más personas a precios asequibles.
El Mercado Común de África Oriental y Austral (COMESA) es una zona de libre comercio para 20 países, que nos ha permitido acelerar significativamente la liberación de nuevas variedades de fríjol Conservar estos fríjoles de manera segura es clave para producir nuevas variedades con mejores características, para empoderar a los agricultores para mejorar su producción, resiliencia e ingresos. Necesitamos además incrementar el rango y disponibilidad de fríjol con mejores cualidades – como mayor contenido de hierro, tolerancia a
No obstante, lograr un mayor progreso en África requiere de nosotros, como una comunidad científica, para atravesar fronteras nacionales y compartir todo lo que tenemos: desde conocimientos, datos y líneas de mejoramiento o germoplasma para llevar mejores fríjoles a la mesa. Nuestros agricultores dependen de ello.
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GANADERĂ?A:
historia no contada La
Por Birthe Paul CientĂfica Ambiental b.paul@cgiar.org
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
ara mí, cada historia tiene dos lados. Y ese es definitivamente el caso cuando se trata de ganadería. En Norteamérica y Europa, escuchamos mucho acerca de los impactos negativos para la salud de comer demasiada carne; de vacas que producen demasiado metano; de deforestación causada por nuestra demanda de carne. En las economías industrializadas y emergentes, estas preocupaciones son válidas. Pero en los países en desarrollo, hay un lado diferente de la historia. Para millones de personas en África subsahariana, la ganadería es indispensable. El ganado no se produce en masa en fincas tipo fábricas; son animales criados por familias campesinas en zonas rurales. Como fuente vital de carne y leche, el ganado brinda diversidad de dietas para los que más lo necesitan, y un dispensario de leche fresca. Además, a través de la intensificación sostenible, puede ser una fuente de muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero. Eso es un prospecto fascinante, porque la ganadería – el ganado vacuno en particular – tiene un enorme potencial para sacar a las personas de la pobreza en toda África. He visto cómo, cambiando lo que comen los animales y mejorando las prácticas de manejo, los agricultores pueden transformar su producción de carne y leche, impulsando así sus ingresos.
emisiones de metano por litro de leche o kilo de carne. También pueden restaurar la fertilidad de la tierra, prevenir la erosión y capturar dióxido de carbono, al tiempo que tienen mayor tolerancia frente a la sequía y proporcionan alimento durante tiempos de austeridad. ¿Entonces, por qué más agricultores no han sembrado gramíneas mejoradas? En primer lugar, muchos agricultores no priorizan los cultivos que sus animales comerán; se enfocan en los cultivos para sus familias. De modo que la mayoría de los productores agropecuarios pasan mucho tiempo recolectando gramíneas silvestres de baja calidad para alimentar a su ganado, lo cual los encierra en un ciclo vicioso de baja productividad y bajos retornos financieros. Para cambiar esto, hay que cambiar el sistema de la finca. En segundo lugar, por ejemplo, para los agricultores actualmente no es tan fácil conseguir semillas de gramíneas forrajeras Brachiaria mejoradas, ya que todavía no se producen en volumen en África. Es por este motivo que estamos usando enfoques de big data (inteligencia y minería de datos) para encontrar en dónde podría ser viable una industria local de semillas Brachiaria comerciales en África, para impulsar el suministro de semillas forrajeras mejores y más asequibles.
Para millones de personas en África subsahariana, la ganadería es indispensable. El ganado no se produce en masa en fincas tipo fábricas; son animales criados por familias campesinas en zonas rurales Este estudio1 de las tierras altas de Tanzania demuestra que dando de comer gramíneas mejoradas al ganado con suplementos locales, los rendimientos de la leche podrían incrementarse en 29% para las razas locales, aumentando así los ingresos hasta en un 39% – lo cual puede ayudar a los agricultores a pagar servicios de salud o a enviar a sus hijos a la escuela.
Los forrajes mejorados no resolverán todos los problemas, pero son un arma poderosa en nuestro arsenal de soluciones. Literalmente podemos sembrar las semillas para alimentar el motor de crecimiento sostenible en África, guiando a la comunidad internacional hacia el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a la pobreza.
Mejorar las dietas del ganado será fundamental para mejorar su productividad. Ya existen gramíneas nutritivas mejoradas para las condiciones locales. Algunas – como la gramínea Brachiaria – son fáciles de digerir y reducen las
Ese es un lado de la historia de la ganadería que el mundo necesita conocer.
1 DOI: 10.1016/j.agsy.2016.06.004
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Foto: Giuseppe Carotenuto (FAO)
POR QUÉ
BIG DATA revolucionará la
agricultura Por Andy Jarvis Director Área de Investigación en Análisis de Políticas a.jarvis@cgiar.org
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ecientemente en los campos en Nepal, muchos de los pequeños agricultores que visité se tomaron “selfies” conmigo en sus teléfonos inteligentes y las compartieron en los medios sociales. Hasta hace poco, esto mismo sucedía pero al revés. Fue un momento de epifanía: si la revolución tecnológica ya ha llegado a los pequeños agricultores, la revolución de datos seguramente vendrá a continuación. Y no podía ser más pronto. Un agricultor de maíz en Iowa en la actualidad usa datos sobre clima, fertilizantes, fechas de siembra y riego para tomar decisiones precisas sobre cómo producir alimentos. Estas decisiones ayudan a maximizar la producción y minimizar el riesgo. Un pequeño agricultor o agricultora en África, Asia o América Latina, mientras tanto, solo tiene 40 oportunidades en toda su vida para perfeccionar sus operaciones agrícolas. Cada año modifican el sistema para ver qué funciona, esperando que la próxima temporada sea mejor. Pero con cerca de mil millones de pequeños agricultores de repente incursionando en internet, todo eso va a cambiar. Su incursión va a impulsar la mayor reforma de la agricultura en una generación y ayudar a democratizar la agricultura de precisión. Además romperá estereotipos. La noción del pequeño agricultor – azadón en mano, arando la tierra – tiene los días contados. Muy pronto tendrán un teléfono inteligente en una mano y los controles de un dron en la otra. Las danzas de la lluvia también pasarán de moda. Mensajes de texto les dirán a los agricultores cuándo llegará la lluvia, en qué cantidad y qué variedad de cultivo tendrá el mejor desempeño en la próxima temporada. Asimismo, los agricultores estarán empoderados en el mercado. La información fluirá en ambos sentidos a lo largo de la cadena de valor, con los teléfonos inteligentes conectando a los compradores directamente con los vendedores. Además de los cultivos, una de las cosas más importantes que los pequeños agricultores producirán serán datos. Seguirán disfrutando una conexión especial con la tierra; pero compartiendo y recibiendo datos, también disfrutarán una conexión especial con una red mundial de modeladores, analistas y depuradores de números que transmitirán de vuelta
recomendaciones personalizadas directo a sus teléfonos. La personalización es la palabra de moda en Silicon Valley; ¿por qué no en los Valles del Rift o Katmandú? En el centro de todo esto, estará la nueva Plataforma de CGIAR para Big Data en la Agricultura. Un lugar virtual para que algunos de los grandes nombres y grandes mentes en el mundo tecnológico y la ciencia agrícola se reúnan y extraigan conjuntos de datos para patrones, tendencias y anomalías mediante minería de datos. La plataforma ayudará a transformar los datos de las fincas en inteligencia, brindando nuevas perspectivas para impulsar la producción alimentaria, responder ante el cambio climático, enfrentar la malnutrición y proteger los ecosistemas. Ahora mismo, el único límite es nuestra imaginación.
La noción del pequeño agricultor – azadón en mano, arando la tierra – tiene los días contados. Muy pronto tendrán un teléfono inteligente en una mano y los controles de un dron en la otra
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NUTRICIÓNENÁFRICA:
La
TIEMPO PARA
“hacer las cosas
manera diferente” DE UNA
Por Mercy Lung’aho Nutricionista m.lungaho@cgiar.org
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e fascina trabajar en nutrición. Hago lo que hago porque sé cómo se siente cuando todos voltean la mirada para otro lado. Fui una bebé prematura. Anémica y con un peso de apenas 1.08 kg, los doctores me dieron 72 horas de vida. Pero aún sigo aquí; contra todas las adversidades, sobreviví y ahora quiero ser parte de la solución. Como nutricionista, no puedo voltear la mirada en tanto mujeres y niños mueren de anemia y malnutrición mientras estamos de guardia. En todo el mundo, la malnutrición es responsable de casi la mitad de los casos de muerte de niños menores de 5 años. Aproximadamente el 90% de estos casos se presentan en 34 países; 22 de ellos en África. Aunque la malnutrición tiene múltiples causas, creo firmemente que la raíz del problema en África es los sistemas alimentarios disfuncionales que fallan en brindar los nutrientes adecuados en las cantidades correctas para que las personas de todas las edades se desarrollen y progresen. Esto tiene que cambiar. Afortunadamente, la nutrición ha llegado a ser aceptada como una prioridad mundial – incluso tiene su propio Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero si vamos a cumplir el ODS3 – para lograr salud y bienestar – vamos a necesitar hacer las cosas de una manera diferente a como se han venido haciendo.
En primer lugar, necesitamos reformular radicalmente el concepto de seguridad alimentaria, y enfocarnos también en la seguridad nutricional. No basta con tener las calorías suficientes – necesitamos mejores sistemas de producción y distribución de alimentos que garanticen que todos tengamos igual acceso a alimentos seguros, diversos y densos en nutrientes, producidos con daños mínimos para nuestro medio ambiente. Sí, es un verdadero desafío. No obstante, he visto cómo pequeños cambios en los hábitos alimentarios pueden cambiar las vidas de las personas. Por ejemplo, el consumo diario de fríjoles especialmente mejorados y alto contenido de hierro puede prevenir e incluso revertir la anemia en mujeres y niños. Esa es una respuesta rápida y efectiva ante una condición que puede arruinar vidas enteras – naciones enteras.
Como nutricionista, no puedo voltear la mirada en tanto mujeres y niños mueren de anemia y malnutrición mientras estamos de guardia Fueron liberados, puestos a disposición, cultivados exitosamente, cosechados, almacenados, preparados y consumidos. Esto requirió que los investigadores pensaran ampliamente en todo un minisistema alimentario – uno solo para fríjoles. Pero funcionó. Los científicos en HarvestPlus y el Centro Internacional de la Papa (CIP) que ganaron el Premio Mundial de la Alimentación 2016 – y los equipos que facilitaron esta innovación – han demostrado que los cultivos biofortificados, y la manera como se producen y se distribuyen, pueden tener un rol crítico en enfrentar la malnutrición. Pero para tener el mayor impacto, para combatir la malnutrición en cada frente – desde la desnutrición hasta la sobrenutrición – necesitamos entender mejor qué comen las poblaciones vulnerables y cómo. Necesitamos entender qué constituye una dieta saludable en el contexto africano; para trabajar con los sectores público y privado a fin de promover alimentos seguros, diversos y nutritivos. Estas cosas son alcanzables – creo que vivimos en tiempos emocionantes. Nunca antes hemos estado en una posición más fuerte para combatir la malnutrición, y necesitamos trabajar con todos los sectores de la sociedad para lograrlo. No podemos voltear la mirada.
Esos fríjoles pasaron por un proceso de mejoramiento por más de dos décadas – fueron mejorados, adaptados a condiciones locales y preferencias de sabor, color y tamaño de semilla.
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RESTAURAR LA TIERRA Y LOS MEDIOS
DE VIDA: LOS SECTORES
privado público UN LL A M A DO PA R A
y
Por Louis Verchot Director Área de Investigación en Suelos y Paisajes para la Sostenibilidad (SoiLS) l.verchot@cgiar.org
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iajando en los trópicos, he visto una vasta variedad de situaciones en donde la pobreza y la incapacidad de valorar los ecosistemas han dejado a los paisajes en condiciones deplorables. Afortunadamente, la restauración de tierras es ahora una prioridad en la agenda global de desarrollo.
innovadora de la Iniciativa 20x20, que busca restaurar 20 millones de hectáreas de tierra en la región hacia 2020. El CIAT está brindando asistencia técnica y científica con socios del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).
Los incendios en turberas en el sureste asiático en 2015 pusieron el tema sobre la mesa, con los eventos de gran confusión y las catástrofes sanitarias subsecuentes que ocuparon los titulares. Sin embargo, la mayoría de la degradación es insidiosa: los suelos se erosionan durante décadas; muchas hectáreas de vegetación natural se pierden en un instante; los nutrientes se agotan con cada cosecha.
De todas maneras, la restauración de tierras gravemente degradadas en zonas semiáridas continuará necesitando financiación del sector público. La buena noticia es que los compromisos de ambos sectores en la Iniciativa 20x20 ya exceden los US$1.100 millones. Nosotros ya estamos contribuyendo a la Iniciativa de Restauración de Paisajes Forestales Africanos (AFR100), que busca restaurar 100 millones de hectáreas en 21 países hacia 2030, vinculando socios políticos, técnicos y financieros.
Por lo tanto, la degradación de tierras es un poco como el problema del cambio climático, que provoca raras crisis y se caracteriza primordialmente por cambios lentos y paulatinos que no dejan ver su gravedad. En la actualidad, casi el 50% de las tierras agrícolas y de pastoreo del mundo están degradadas en un nivel entre moderado y severo. Si esto hubiera sido algo repentino, habría habido clamor, pero se ha dado sigilosamente. Si continúa la tendencia actual, tan solo la degradación de la tierra podría reducir la producción agrícola en un 12% y aumentar los precios de los alimentos en un 30% en los próximos 25 años. Esta problemática tiene mayores implicaciones. Cálculos recientes sugieren que los servicios ecosistémicos tienen un valor de US$145 mil billones anuales, pero que la degradación de la tierra durante los últimos 25 años le han restado un 17% a este valor. Estas son malas noticias para todos nosotros, pero en particular para aquellos que viven en zonas rurales y tierras altas de los trópicos, que a menudo dependen directamente de estos servicios para su alimentación y sustento. El CIAT ha trabajado durante décadas para resolver problemas en los paisajes degradados, mediante su trabajo en forrajes mejorados y sistemas pecuarios y enfoque en la yuca – un cultivo de último recurso en muchos paisajes degradados. No obstante, hoy por hoy, en respuesta a la escala del desafío, lo estamos asumiendo a un nivel más avanzado. Nuestro grupo de Suelos y Paisajes para la Sostenibilidad (SoiLS) está trabajando para mejorar el manejo de nutrientes y aumentar la materia orgánica del suelo en las fincas, y en distintas actividades dirigidas a restaurar la fertilidad y mejorar la productividad. De manera alentadora, hemos podido demostrar que la restauración puede ser rentable en zonas húmedas y semiáridas con degradación moderada en Latinoamérica. Esto abre la puerta para la financiación del sector privado – una característica
Si continúa la tendencia actual, tan solo la degradación de la tierra podría reducir la producción agrícola en un 12% y aumentar los precios de los alimentos en un 30% en los próximos 25 años Estos esfuerzos deben ayudarnos a demostrar que la degradación de tierras se puede detener y revertir de formas que sean productivas, rentables y sostenibles. Ampliar estos esfuerzos requerirá innovación y nuevos conocimientos. También necesitaremos la implementación de mejores políticas y sistemas de monitoreo efectivos en costos. El CIAT está reuniendo a sus distintos equipos de trabajo para apoyar el compromiso de los países y las entidades no estatales en este esfuerzo. Finalmente, dar solución a un problema siempre es más costoso que evitar que el problema se presente. De modo que además necesitamos mejores incentivos para evitar la degradación de tierras, y soluciones técnicas que llenen las necesidades de los agricultores. Con la importancia de los suelos, los paisajes y los ecosistemas ahora presentes de manera firme en la agenda mundial, creo que estamos probablemente en la posición más fuerte hasta ahora alcanzada para lograr ese propósito.
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LO QUE PERÚa NOS ENSEÑA SOBRE la
pagarle naturaleza
corresponde LO QUE LE
Por Marcela Quintero Líder, Servicios Ecosistémicos m.quintero@cgiar.org
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a cuenca del río Cañete del Perú es un gran ejemplo de los beneficios y retos de los pagos por servicios ecosistémicos (PSE). Río abajo, los agricultores dependen del río para riego; un poco más arriba operadores de rafting, criadores de camarones y una compañía hidroeléctrica, todos ellos usan el río para ganar dinero. Pero los que viven mucho más río arriba, de donde proviene el agua, tenían pocas opciones para ganarse un sustento. Eran los custodios de toda la cuenca hidrográfica, pero no contaban con ningún incentivo para protegerla. Los pastizales y humedales de altitudes altas estaban siendo utilizadas para pastorear el ganado; los árboles estaban siendo talados para abrir nuevas tierras agrícolas. Eso afectaba el flujo del agua en el río, poniendo así a la cuenca – y a todos lo que dependen de ella – en riesgo. Ese es exactamente el tipo de situación en el que puede ayudar un esquema PSE: los usuarios del agua río abajo podían pagar un costo para compensar a los que habitan río arriba – por preservar el “servicio” del flujo del agua en el río. Pero los esquemas PSE son famosos por su complejidad: ¿exactamente quién debería pagar y cuánto? ¿Cómo debería cobrarse el dinero? ¿Cómo debería gastarse? He visto cómo la incapacidad para responder preguntas como estas puede poner un alto a los esquemas PSE, a pesar de las mejores intenciones. Dado que necesitamos urgentemente incentivar el uso más sostenible y equitativo de la tierra, esto tiene que cambiar. En América Latina, Perú está demostrando cómo se podría ver el futuro. En 2014, tras un proyecto piloto en el Cañete y otras muchas zonas, el país aprobó una ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MRSE). Ningún otro país había llegado tan lejos en precisar el rol de los sectores público y privado en invertir en servicios ecosistémicos, y los requerimientos mínimos para establecer esquemas PSE que fueran robustos y transparentes. Perú además reconoció que el manejo sostenible del agua beneficia a todos los sectores – desde la agricultura hasta la manufactura y muchos más. Esto logró que fuera un objetivo en común que uniera al país en torno a ecosistemas saludables y el rol que juegan en muchos aspectos de la vida cotidiana. Un verdadero punto de inflexión.
Pero para asegurar el éxito, necesitamos ir más lejos. Necesitamos evidencia mucho más científica de los impactos ambientales y socioeconómicos de los servicios ecosistémicos, para ayudar a los formuladores de políticas, científicos y académicos a crear consciencia. Eso significa documentar el rol de los esquemas PSE, pero también demostrar cómo la gestión ambiental puede contribuir al logro de objetivos más amplios, desde aportar a la seguridad alimentaria y aumentar la resiliencia frente al cambio climático, hasta generar oportunidades para el turismo, la recreación y más. Necesitamos además una visión internacional: a medida que los países en desarrollo explotan sus recursos naturales, los beneficios a menudo salen del país – se exporta la madera; el agua “contenida” en productos agrícolas también sale del país. Los países destinatarios con frecuencia no reinvierten para asegurar la viabilidad de esas cadenas de valor en el largo plazo. Necesitamos encontrar formas de cerrar este círculo de modo que distintos sectores vean la inversión ambiental como algo esencial para su propio futuro. Es enormemente estimulante saber que ya estamos empezando a movilizarnos en esa dirección: Colombia actualmente está considerando una ley similar para ayudar a encauzar inversión pública y privada en los servicios ecosistémicos. En todo caso, necesitamos que se nos unan más personas, de más gobiernos, países e industrias. Esto significaría que en vez de estar temerosos de un futuro de degradación ambiental, podamos acercarnos a un futuro sostenible del cual nos sintamos orgullosos de ser parte.
Ningún otro país en la región había llegado tan lejos en precisar el rol de los sectores público y privado en invertir en servicios ecosistémicos
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Foto: Rowell Dikitanan (CIAT)
EL ROSTRO CAMBIANTE
agroempresarios DE LOS
EN
ASIA
Por Dindo Campilan Director Regional, Asia d.campilan@cgiar.org
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menudo escuchamos y leemos acerca del estereotipo de un pequeño agricultor asiático: rostro curtido, sombrero de mimbre y probablemente parado en un campo de arroz. Es posible que sea una linda foto para las guías turísticas, pero no es una imagen que atraiga a la próxima generación de productores agroalimentarios en la región. No obstante, existen fuerzas que convergen para lograr que la agricultura en Asia sea atractiva de nuevo – es decir, rentable e interesante para una población joven mejor educada y conectada tecnológicamente. Miremos el cambio climático. La variabilidad y los eventos climáticos extremos han propinado la sacudida que muchos agricultores necesitaban para dejar de poner todos sus huevos en una sola canasta. Están empezando a darse cuenta que la diversificación, entre otras cosas, es clave para la resiliencia. Al ver reducidos los impactos del cambio climático, la población joven tendrá una mayor garantía de la promesa de la agricultura como una profesión. Estamos además presenciando un clamor por alimentos producidos de manera sostenible y dietas más saludables, especialmente en las ciudades en rápido crecimiento en la región. Desde Bangkok a Bangalore, el público quiere saber cada vez más de dónde provienen sus alimentos, cómo se producen y si es seguro consumirlos. Estos son apenas dos de los numerosos movimientos que ganan impulso en Asia, y el CIAT anticipa ser parte de ambos. Por ejemplo, en Bután y Birmania, estamos sentando las bases para ayudar en la planificación para climas futuros. Nuestros socios de larga data con los que contamos, por ejemplo, en Vietnam, China y Filipinas, están usando herramientas del CIAT para orientar inversiones de gran escala de los sectores público y privado en el sector agroalimentario. Y nuestra labor de investigación en agricultura eco-eficiente ya está apoyando sistemas agropecuarios más resilientes, sostenibles e integrados en la región. Continuaremos apoyando los productos básicos de alto valor, dada la importancia de la yuca en Tailandia, el café en Indonesia y la ganadería en Camboya. También esperamos poner en marcha nuevas alianzas nacionales para asegurar que el progreso agrícola no se dé a expensas de la tierra, los bosques y las cuencas hidrográficas que brindan servicios ecosistémicos vitales.
En todo caso, la agricultura de Asia queda en manos de la próxima generación de agricultores, especialmente los de escasos recursos. Ellos serán fundamentales para guiar los cambios que la región necesita. Aunque por mucho tiempo han tenido poder limitado para cambiar – esperaban la lluvia sin saber cuándo vendría, muchas veces desconectados de servicios de apoyo críticos. La juventud rural, sin certeza de los prospectos para la agricultura, ha estado buscando vidas más emocionantes en otros lados. Pero todo eso va a cambiar. Equipados con una cantidad creciente de herramientas y servicios orientados por la ciencia, los agricultores del mañana podrán tomar decisiones inteligentes, informadas e independientes. Un nuevo linaje de agroempresarios estará revisando Facebook en busca de las asesorías climatológicas más recientes, usando aplicaciones de teléfonos inteligentes para colaborar abiertamente con datos, y hacer presentaciones de inversiones en foros agroempresariales. En el futuro no muy lejano, la agricultura será sinónimo de innovación, dominio de la tecnología, rentabilidad y credenciales “verdes”. Los pequeños agroempresarios – hombres y mujeres – serán reconocidos y recompensados por su rol en alimentar la región con alimentos seguros y nutritivos. Y preparados con herramientas y tecnologías de última generación, no estarán totalmente indefensos ante los caprichos de la naturaleza. Como alguien que creció rodeado de fincas en el margen del Pacífico asiático, diría que el sector agrícola de la región ya ha recorrido un largo camino. Y continuará progresando, con el estereotipo del pequeño agricultor ya en la cúspide de la transformación.
En un futuro no muy lejano, la agricultura será sinónimo de innovación, dominio de la tecnología, rentabilidad y credenciales ‘verdes’
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EL
FUTURO DE LOS ALIMENTOS:
demos una vuelta
lado salvaje POR EL
Por Colin Khoury Especialista en la Diversidad de Cultivos c.khoury@cgiar.org
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reo que en el futuro habrá más vida salvaje y malezas. Eso es bueno.
Esto debido a que la mayoría de nuestros alimentos se cultivan convirtiendo las enormes complejidades de paisajes silvestres en paisajes agrícolas más simples y controlables. Los agricultores lo hacen cuando cultivan la tierra, remueven las malezas, aplican pesticidas y siembran cultivos que sus familias consumen o que pueden vender en el mercado. Esta “cultura” de la agricultura es como sembramos más alimentos que nunca antes. Sin embargo, los costos son muchos: la erosión y las pérdidas de fertilidad del suelo, la disminución de polinizadores, la toxicidad de los pesticidas, la contaminación por fertilizantes y una mayor vulnerabilidad de los cultivos a plagas y enfermedades. Y encabezando la lista se encuentra el cambio climático, que hace que la siembra de alimentos sea cada vez menos confiable. Por lo tanto, el futuro de los alimentos se basa primordialmente en cómo podemos continuar sembrando muchos de ellos, en tanto que prevenimos, eliminamos o incluso revertimos los costos ambientales y sociales de la producción agrícola. Se trata de mantener las ganancias que hemos logrado a través de nuestras prácticas agrícolas, maquinaria, químicos y semillas, al tiempo que ponemos un alto a la destrucción de la biodiversidad y los suelos. Se trata de encontrar un mejor balance entre lo domesticado y lo silvestre. ¿Cómo lo vamos a lograr? Mejorando nuestras prácticas agrícolas de modo que disturbemos el suelo lo menos posible, de manera que las complejidades de la vida subterránea puedan reaparecer. Volviéndonos más juiciosos en el uso de insumos químicos, para que los cultivos puedan ser productivos en las fincas llenas de lombrices, abejas, polillas y pájaros. Mejorando los cultivos para que sean resistentes a plagas y enfermedades, y productivos bajo condiciones más estresantes. Y ampliando nuestras opciones para incluir alimentos más nutritivos que crezcan fácilmente en los sitios en donde se producen. La vida silvestre y las malezas serán claves para nuestro éxito. Los parientes silvestres de los cultivos y las variedades ancestrales a duras penas domesticadas guardan los secretos para mejorar los cultivos del futuro. En tanto que los agricultores luchan con el cambio climático y la degradación de la tierra, los científicos cada vez más voltearán la mirada hacia estas plantas en
busca de ayuda. Algunas podrían ser resilientes al calor o a la sequía; otras podrían tolerar suelos salinos. Las malezas y las plantas silvestres son una malla de seguridad genética para el suministro mundial de alimentos. Muchas de ellas existen en pequeñas huertas y en los bosques, terrenos de matorrales y desiertos del mundo, en especial en los trópicos. No obstante, enfrentan una gran variedad de amenazas, desde la urbanización, la contaminación, la expansión de la agricultura hasta incluso la guerra. La buena noticia es que estamos empezando a apreciar la vida silvestre, tal vez justo a tiempo. Conservarla en su totalidad – tanto en hábitats naturales como en bancos de germoplasma, en donde sea accesible para los fitomejoradores – es el primer paso. Asimismo es vital asegurarse de que esta vida silvestre quede verdaderamente a disposición de la comunidad mundial, a través de acuerdos como el Tratado de Recursos Fitogenéticos. Finalmente, reinvertir en la investigación, no solamente para salvaguardar estos recursos, sino también para entenderlos mejor, compartir este conocimiento y trabajar con él para que pueda ser útil para los agricultores de todo el mundo es crucial para contribuir a un “renacer” de la vida silvestre.
Los parientes silvestres de los cultivos y las variedades ancestrales a duras penas domesticadas guardan secretos para mejorar los cultivos del futuro
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AMÉRICA LATINA Y EL EL CARIBE:
lecciones de
sostenibilidad Por Carolina Navarrete Coordinadora, AmĂŠrica Latina y el Caribe c.navarrete@cgiar.org
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uchas personas probablemente no se dan cuenta, pero en algunos aspectos América Latina y el Caribe (ALC) ya está en el futuro. Es una de las regiones más urbanizadas del mundo y Naciones Unidas proyecta que hacia 2050 más del 90% de su población vivirá en ciudades. Esta transición de las zonas rurales a las urbanas ya ha generado cambios en los mercados de alimentos y otros productos agrícolas, brindando nuevas oportunidades para el crecimiento económico. Sin embargo, también quiere decir que ALC está enfrentando muchos retos que otras regiones del mundo tienen más tiempo para planificar. Afortunadamente, ALC va por delante en otros aspectos. Algunos países de la región han logrado enormes avances en la manera como producen alimentos; con orgullo han sido pioneros en la adopción de nuevas tecnologías agrícolas y han desarrollado políticas revolucionarias en temas que van desde servicios ecosistémicos hasta agricultura sostenible adaptada al clima. Estos avances han sido guiados por un equipo numeroso y calificado de científicos, profesionales y académicos, apoyados por instituciones gubernamentales, grupos de la sociedad civil y un sector privado robusto que fomenta el emprendimiento.
ALC realmente puede convertirse en el precedente para el desarrollo agrícola incluyente y sistemas alimentarios sostenibles, que pueda brindar recursos de información e inspirar al resto del mundo Como resultado, creo que ALC está listo para ser reconocido como una de las grandes despensas de alimentos del mundo. No obstante, llegar a este punto ha generado toda clase de desafíos. Desde la destrucción de vastas áreas de bosques tropicales, pérdida de fauna y flora invaluables y el agotamiento de fuentes de agua dulce, hasta las millones de hectáreas de tierras degradadas por causa de prácticas insostenibles, el crecimiento económico en la región ha dejado muchas historias con lecciones que aprender.
El progreso también ha sido desigual. Muchas personas – incluidos los pequeños agricultores y los que habitan en las zonas rurales – han sido dejadas atrás a nivel económico, a medida que las ciudades y la agricultura industrializada han crecido rápidamente. Con la región entera altamente expuesta al cambio climático, existe el peligro de que su posición como productor principal de alimentos pudiera hacerse cada vez más precaria – y también de poner en una situación desfavorable a su población más vulnerable. Forjar resiliencia en todo el sector agrícola debe, por lo tanto, seguir siendo una alta prioridad para ALC, en combinación con mayores esfuerzos para proteger y manejar de manera sostenible su base de recursos naturales. Al continuar la agricultura brindando la base económica para gran parte de la región, las poblaciones rurales, en especial mujeres y jóvenes, deben ser incluidas en los planes de desarrollo. Las políticas y las instituciones deberán avanzar para cumplir el desafío. Si bien algunos de estos desafíos son abrumadores, también representan enormes oportunidades. De lo que sí estoy segura es que no hay una única solución para todo; la región es demasiado extensa y diversa. Las respuestas, en cambio, deberán reflejar la variedad de culturas, paisajes, ecosistemas y condiciones sociales. Las naciones caribeñas requerirán conjuntos de políticas para el desarrollo sostenible diferentes de las que se necesitan en el importantísimo Corredor Seco centroamericano; las zonas de tierras altas requerirán intervenciones específicas por sitio diferentes de aquellas de las tierras bajas; y tan solo la vasta y diversa cuenca amazónica requerirá múltiples enfoques. La diversidad a menudo conlleva complejidad, y ese ciertamente es el caso en ALC. Sin embargo, al enfrentar estas problemáticas, creo que la región seguirá innovando. En tanto que los donantes internacionales se enfocan en los retos del desarrollo, en especial en África, dependerá de los gobiernos, los bancos regionales de desarrollo, el sector privado y los grupos de la sociedad civil en ALC aliarse directamente con organizaciones científicas para codesarrollar, evaluar y expandir soluciones que generen impactos duraderos para los medios de vida y el medio ambiente. Así, creo que ALC realmente puede convertirse en el precedente para el desarrollo agrícola incluyente y sistemas alimentarios sostenibles, que pueda brindar recursos de información e inspirar al resto del mundo.
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EL FUTURO ESTĂ LLENO DE
vacas verdes Por Ngonidzashe Chirinda Especialista en Sistemas Agropecuarios n.chirinda@cgiar.org
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ara mí es una farsa que la producción pecuaria tenga tan mala fama.
Lo único que escuchamos es cómo los animales producen gases de efecto invernadero, causan deforestación y destruyen la tierra. Me doy cuenta de por qué muchos ven esta práctica con menosprecio. Creo que eso va a cambiar, radicalmente. Para mí, el futuro está lleno de vacas verdes. Y esto dado que he visto de primera mano cómo los animales se pueden criar de manera sostenible y rentable. No tenemos que soñarlo – ya está sucediendo. También he visto cómo diferentes pastos pueden nutrir a los animales, rehabilitar suelos, evitar la erosión y capturar carbono. Y he visto cómo mejores regímenes alimentarios pueden reducir las emisiones de metano al tiempo que maximizan la productividad, los ingresos y la calidad de carne y leche. Esto se logra simplemente refinando la combinación de pastos y leguminosas que se dan de comer a los animales. Parte de esto ya lo sabemos; solo necesitamos encontrar mejores formas de difundirlo. En lugar de reinventar la rueda, tal vez solo necesitemos poner las ruedas que tenemos al vagón correcto. Pero también vienen nuevos y fascinantes adelantos. Creo que vamos a escuchar hablar mucho más sobre un trabalenguas en particular: la inhibición biológica de la nitrificación (IBN). Este proceso describe la habilidad de ciertas plantas – como los forrajes Brachiaria del CIAT – para atrapar nitrógeno en el suelo, evitando que se convierta en óxido nitroso – un gas invernadero 300 veces más potente que el CO2. La IBN ayuda a mantener el nitrógeno en el suelo. Eso es bueno para la salud del suelo y para mitigar el cambio climático, y para ahorrarles dinero a los agricultores en fertilizante. Creo que la investigación en esta área va a generar enormes dividendos en paisajes enteros. El día de mañana estaremos tan familiarizados con la idea de IBN como lo estamos hoy con el concepto de huella hídrica.
los gobiernos. Tan solo pensemos en cuántos cambios hemos visto en la cultura popular en los últimos 50 años: desde hippies, hasta punks, emos y hípsters y tantos otros cambios que se dieron entre uno y otro. En una sociedad interconectada y globalizada, el cambio se puede dar en una temporada o incluso de un día para otro. Esto ayudará para que innovaciones nuevas y existentes se afiancen rápidamente. Con tantas vacas verdes en el horizonte, no tardaremos mucho en dejar de hablar de la “larga sombra” de la ganadería y empezar a hablar de su largo alcance. Vamos a tener que inventar nuevas expresiones porque “beneficios triples” o “cuádruples” no serán lo suficientemente amplias para capturar el amplio rango de beneficios que los animales brindan a los pequeños agricultores, los consumidores y al medio ambiente.
He visto de primera mano cómo los animales se pueden criar de manera sostenible y rentable. No tenemos que soñarlo – ya está sucediendo
A menudo se escucha que el cambio será lento, porque la agricultura es una cultura, y las culturas se demoran un largo tiempo en evolucionar. Pero creo que eso es un pretexto; solo necesitamos reformular la manera como llevamos estas ideas a los agricultores, al sector privado y a
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CREANDO MÁS
mujeres
OPORTUNIDADES para Y HOMBRES
Por Jennifer Twyman Líder de Investigación en Género j.twyman@cgiar.org
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n mi primer viaje a Kenia occidental en 2005, visité un pequeño orfanato donde me sorprendió lo limitadas que eran las oportunidades para los niños. Eso me enseñó que las oportunidades no están distribuidas equitativamente: algunas personas tienen opciones, otras no. Quise entonces aprender acerca de los procesos que crean estos resultados dispares, para descubrir formas de reducir las desigualdades y crear oportunidades para aquellos cuyas opciones son limitadas. Como investigadora de género, a menudo me pregunto qué es lo que realmente queremos lograr cuando hablamos sobre conceptos como “equidad de género”, “igualdad de género” y “empoderamiento de la mujer”. “¿Cómo sería el éxito?” Creo que todas las personas deberían tener oportunidades y opciones para ganarse la vida; recibir una educación y tener acceso a servicios médicos, alimentos nutritivos, aire limpio y agua y suelos libres de contaminación. El CIAT ha estado trabajando para enfrentar esta clase de problemáticas sociales durante años. En la actualidad, la investigación sobre género en el CIAT incluye la identificación de los aportes de la mujer a la agricultura y la economía rural. Los sistemas agrícolas – como todos los sistemas económicos – dependen no solamente de las actividades productivas como la siembra de alimentos, sino también de las ocupaciones dentro del hogar. Cuidar de los niños, las personas mayores o enfermas, cocinar, limpiar y lavar, todas ellas son actividades que a menudo pasan desapercibidas – tal vez porque generalmente no tienen un valor económico tangible. Sin embargo, no puede haber producción de alimentos sin que toda esta labor vital suceda tras bambalinas. También es importante el trabajo constante para establecer programas y políticas “incluyentes en materia de género” que reflejen las necesidades y preferencias de hombres y mujeres. Estos esfuerzos pueden contribuir a variedades de cultivos y prácticas de manejo agrícola más efectivas para, por ejemplo, responder ante el cambio climático. Este tipo de investigación es vital para crear oportunidades más equitativas y mejorar el desarrollo rural. En lo sucesivo, necesitamos además entender mejor las normas sociales que influyen en lo que deberían hacer los hombres y las mujeres de distintos grupos sociales (etnia, raza, edad, clase, etc.). Algunas veces estas normas están tan arraigadas que creemos
que limitan lo que las mujeres y los hombres realmente son capaces de hacer. Reconocer cómo estas normas afectan nuestras acciones, y el impacto de nuestra investigación, es un primer paso crucial para lograr un impacto real en la vida de las personas. Únicamente podemos empezar a cambiar las normas de género si somos conscientes de ellas. Es por eso que la investigación en género no se trata solamente de las mujeres. También se trata de los hombres. Y, quizás lo más importante, se trata de reconocer las necesidades, preferencias y retos de los diferentes grupos de mujeres y hombres. Luego, ¿cómo podemos lograr esto? En primer lugar, debemos continuar trabajando directamente con las comunidades rurales, escuchando lo que necesitan y desean los diferentes grupos de mujeres y hombres; entendiendo sus propias visiones del futuro. Allí podemos entonces brindar información e investigación mejor alineada con su manera de pensar. Específicamente, como investigadores agrícolas, podemos brindar a mujeres y hombres de todas las edades, etnias y razas, información, tecnologías, innovaciones y caminos que les abran la oportunidad de una mejor vida. Si podemos realizar más trabajo como este, podríamos entonces descubrir que las generaciones presentes y futuras tienen muchas más opciones de vivir la vida que desean.
Únicamente podemos empezar a cambiar las normas de género si somos conscientes de ellas
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POR QUÉ
LAS DEPENDEN CIUDADES SALUDABLES DE
zonas rurales
vibrantes Por Stefan de Haan Oficial de Gestión de Programas s.dehaan@cgiar.org
Un nuevo paradigma alimentario está surgiendo en Vietnam, que se enfoca en calidad en vez de cantidad, en diversidad en vez de uniformidad, y en la importancia de la inclusión de los pequeños agricultores 38
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uando llegué a Vietnam a principios de 2015, mis primeras conversaciones con el tendero, la señora del banco y el taxista fueron acerca de la comida del país. ¿Qué pensaba de ella? ¿Me gustaba? ¿Cuál era mi plato favorito? Cuando supieron que yo trabajaba en agricultura, estos intercambios rápidamente se volcaron al tema de la seguridad alimentaria. ¿Cómo sabemos si la comida es saludable? ¿Cómo sabemos si está bien consumirla? Habían oído de agricultores que usaban demasiados pesticidas; ¿podrían confiar en lo que estaban comiendo para nutrirse, en lugar de enfermarlos? A medida que me establecía en mi nueva vida en Hanói, pronto me di cuenta que otros temas relacionados con el sistema alimentario también eran una preocupación: desperdicio de alimentos, deterioro ambiental y agricultura insostenible eran los temas de discusión a nivel nacional. Lo que está viviendo Vietnam está pasando a escala regional y mundial: los sistemas alimentarios se están transformando rápidamente, volviéndose cada vez más industrializados y globalizados. Al mismo tiempo, la agricultura de Vietnam se ha ido intensificando, en muchos casos sobrepasando la capacidad de carga natural de la tierra. En conjunto, estos cambios han producido una gama de retos ambientales y para la salud ante los cuales debemos responder ahora. Estos sistemas alimentarios además son cada día más “anónimos” – en muchos países, la finca familiar se ha vuelto invisible, y el consumidor se ha visto influenciado por un poderoso mercadeo que en el fondo no siempre tiene los mejores intereses. El desplazamiento de dietas tradicionales por alimentos procesados, uniformes, densos en energía se ha relacionado con el aumento de la obesidad y otras enfermedades asociadas con el estilo de vida en todo el mundo. Vietnam y otros países del sureste asiático no son la excepción. Es a la vez fascinante y preocupante cuán rápidamente y qué tanto de estos nuevos sistemas alimentarios ha afectado las culturas culinarias que en algunos casos han perdurado por siglos. No obstante, creo que la situación puede cambiar. Un nuevo paradigma alimentario está surgiendo en Vietnam, que se enfoca en calidad en vez de cantidad, en diversidad en vez de uniformidad, y en la importancia de la inclusión de los pequeños agricultores. Es un paradigma que reconoce que las ciudades saludables dependen de zonas rurales vibrantes que producen un amplio rango de alimentos de manera sostenible. Es un paradigma
en el que la relación entre las zonas urbanas y rurales es simbiótica, en el que todos se benefician, los agricultores, los habitantes de las ciudades y el medio ambiente. Pero para llegar allá, debemos superar una serie de obstáculos. Por ejemplo, tendremos que elevar la sensibilidad con algunos sectores de la sociedad acerca de qué constituye una dieta saludable. Esto incluye en particular a las mujeres, que normalmente son tomadoras de decisiones en casa cuando se trata de qué dar de comer a sus familias. Asimismo tendremos que involucrar a los jóvenes – ellos son los que se convertirán en la fuerza impulsora que ayude a transformar los sistemas alimentarios del país, en particular porque son ellos quienes serán los agricultores del futuro. Otro punto es que los alimentos diversos y saludables con frecuencia son más costosos que los alimentos producidos y procesados a nivel industrial, lo cual implica que solamente los consumidores más pudientes los pueden adquirir. De todas maneras, creo que pronto estarán al alcance de los consumidores de todos los trasfondos socioeconómicos en Vietnam, no solamente de los pocos afortunados. Su producción y mercadeo será rastreable y amigable con el medio ambiente; el trabajo de organizaciones de investigación, como el CIAT, ayudará a los formuladores de políticas a promover innovaciones claves, desde prácticas agrícolas sensatas a nivel ecológico, hasta redes de distribución de alimentos bajas en carbono, mejores prácticas de almacenamiento para reducir la pérdida de alimentos y mejores “mercados mojados” que ofrezcan alimentos frescos y saludables en las ciudades en rápido crecimiento del país. Si podemos lograr esto, podría significar que los sistemas alimentarios de Vietnam no solamente serán más diversos y cada vez más saludables, sino que también se convertirán en un espacio en el que los consumidores fijen la agenda. Ellos serán quienes reevalúen todos los elementos únicos de las dietas vietnamitas, incluido el uso de alimentos frescos, producidos de manera sostenible. Esto creará un ambiente que incentive a los productores para sembrar alimentos que los pobladores rurales y urbanos por igual se sientan contentos de consumir y compartir con sus familias. Significa que las preocupaciones de las personas como mi tendero, la señora del banco y el taxista tendrán una influencia directa y positiva en las zonas rurales y en la salud de la nación.
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CIATHACIADELANTE
C
POR QUÉ
LA DIVERSIDAD,
LA DISRUPCIÓN,
ciencia Y LA
INNOVACIÓN IMPOR TA N EN LA Por André Zandstra Jefe de Alianzas y Comunicaciones a.zandstra@cgiar.org
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L
os impactos del CIAT durante los últimos 50 años surgen de un enfoque multidisciplinario amplio, la amable participación de socios y un marcado enfoque en el impacto. Pero realmente ¿qué significa esto para los ingresos de los productores, los presupuestos de los consumidores y el medio ambiente en general? En primer lugar, con nuestra sede principal en América Latina, contamos con un banco de pruebas para la rápida evaluación de nuevos cultivos, prácticas y enfoques para enfrentar enormes desafíos, como la malnutrición y el cambio climático. Este trabajo abarca numerosos países y zonas agroecológicas. Combinemos eso con nuestra presencia de larga data en África y Asia, y podemos evaluar y difundir nuevas intervenciones rápidamente – ahorrando tal vez años en tiempo y costos de investigación. Esto es “desarrollo sur-sur” a la velocidad del rayo; esto hace que nuestra presencia mundial sea un activo enorme, y uno, considero yo, que reforzará la posición del CIAT como socio clave y confiable en la investigación innovadora en los años venideros. Si eso suena convincente, aquí viene el efecto multiplicador: la amplitud y profundidad de la experticia del CIAT significa que estamos posicionados de manera única para desarrollar nuevas innovaciones y responder a nuevos retos. Un rápido paseo a la café-tienda en la sede principal dará testimonio: cada mañana encontrarán personal del CIAT no solamente en busca de una dosis de cafeína, sino también de una dosis intelectual. Podrían encontrar a un experimentado mejorador de fríjol compartiendo ideas, datos y contactos con una persona especialista en medios sociales o analista
geoespacial, experta en género y un científico de suelos, todos desarrollando ideas para su propio trabajo. Esta fertilización cruzada de ideas no se detiene después del café. Es un microcosmos de las muchas sinergias de investigación que se pueden encontrar en todo el CIAT. Estas sinergias nos permiten entender problemas complejos desde múltiples perspectivas. Es una de las razones por las que millones de personas en África cultivan en la actualidad fríjoles con alto contenido de hierro; por las que nuestros sistemas pecuarios son más verdes y más rentables que otros; por las que gobiernos en todo el mundo confían en nosotros para ayudarlos a desarrollar estrategias de amplio alcance para sobrellevar el cambio climático, la degradación de la tierra y las epidemias de plagas y enfermedades. Y es la razón por la que podemos asumir un rol en ayudar a lograr muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Muchas veces hemos escuchado que “hacer las cosas como siempre se han hecho” es cosa del pasado. Pero escuchamos menos acerca de lo que se usará en su lugar. Creo que el mundo necesita urgentemente talentos disruptivos; necesita científicos para desarrollar enfoques pioneros que desafíen el status quo; que brinden formas realmente innovadoras para enfrentar una lista creciente de preocupaciones sociales, ambientales y agrícolas. Afortunadamente, la disrupción es innata en el CIAT; es parte de nuestra cultura institucional. Después de todo, vimos el valor de los datos antes de que fueran big data; ya trabajábamos en cambio climático cuando aún era parte de la franja extremista; vimos que las dietas nutritivas se volverían tan importantes – si no más importantes – que las dietas simplemente ricas en calorías. Nuestra prospección sobre estas y otras problemáticas proviene de nuestra esencia dinámica, receptiva, incluyente y diversa. Proviene del hecho de que trabajamos en más de 50 países, con más de 900 colaboradores a quienes alentamos a pensar en grande, con una perspectiva amplia e innovadora. Proviene del apoyo vital y continuo de nuestros socios y donantes en los sectores público y privado de todo el mundo. Y, por supuesto, proviene de una trayectoria de 50 años de dedicación y arduo trabajo, que nos señala hacia un futuro más próspero y sostenible.
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Muchas veces hemos escuchado que ‘hacer las cosas como siempre se han hecho’ es cosa del pasado. Pero escuchamos menos acerca de lo que se usará en su lugar. Creo que el mundo necesita urgentemente talentos disruptivos
Esto sucediรณ en
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Ruanda
FRÍJOLES RICOS EN HIERRO
reducen la deficiencia DE
ESTE MINERAL EN TAN SOLO MESES
E
l consumo de fríjoles especialmente mejorados, ricos en hierro, dos veces al día por tan solo cuatro meses y medio redujo la deficiencia de hierro y anemia en las mujeres jóvenes de Ruanda, según una investigación publicada en 2016. La deficiencia de hierro es la principal enfermedad nutricional a nivel mundial, en especial en los países en desarrollo. Puede afectar el desarrollo cognitivo y físico en los niños, mientras que la anemia, a menudo causada por esta deficiencia, aumenta los riesgos para las mujeres durante el parto. No obstante, a pesar de los esfuerzos para refrenar la deficiencia de hierro a través de suplementos y alimentos fortificados, esta condición continúa afectando aproximadamente a dos mil millones de personas en todo el planeta. La deficiencia de hierro es la principal enfermedad nutricional a nivel mundial y afecta aproximadamente a dos mil millones de personas en todo el planeta.
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El estudio, publicado en The Journal of Nutrition y resultado de un proyecto de investigación de 18 meses que involucró a mujeres con deficiencia de hierro en Ruanda, es el primero de su clase en demostrar que consumir fríjoles “biofortificados” mejorados para conferirles un mayor contenido de hierro tiene un impacto positivo significativo en los niveles de este mineral en la sangre. “De verdad que me rompe el corazón como mujer, como madre y como hermana de este continente, ver a mujeres y niños padeciendo de desnutrición”, dijo Mercy Lung’aho, especialista en nutrición en el CIAT y coautora del estudio. “Estos resultados son muy emocionantes porque demuestran por primera vez que estos fríjoles son un excelente vehículo para generar soluciones de bajo costo y largo plazo para un importante problema de salud”. Los fríjoles fueron desarrollados a través de HarvestPlus, una iniciativa conjunta del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) y el CIAT. Los científicos tomaron fríjoles nativos americanos conservados en el banco de germoplasma del CIAT cuyo
¿Qué sigue?
• Los fríjoles biofortificados deben llegar a estos agricultores en forma de semilla para siembra, y se necesitan mecanismos creativos para lograr esto a una escala amplia en diferentes regiones del mundo.
Biofortificación. ¿Qué es? contenido de hierro es naturalmente alto, y los cruzaron para adaptarlos a condiciones tropicales. Además de producir buenos rendimientos y poseer un color de grano preferido por los agricultores, los fríjoles también toleran la sequía intermitente. Variedades de fríjoles biofortificadas con hierro ya han sido lanzadas en Colombia y Nicaragua y fueron liberadas por primera vez en Uganda el año pasado. El Director General del CIAT, Ruben Echeverría, expresó:
Este es un extraordinario y emocionante hallazgo que demuestra que los fríjoles biofortificados pueden combatir serios retos nutricionales. Es una excelente noticia para todos los que han apoyado la investigación en biofortificación, y debe ser motivo de celebración durante el Año Internacional de las Legumbres.
Biofortificación, un término acuñado en 2001 por Steve Beebe, científico del CIAT, es el proceso por el cual se mejora la calidad nutricional de los cultivos mediante prácticas agronómicas, fitomejoramiento convencional o biotecnología moderna. La biofortificación busca aumentar los niveles de nutrientes en los cultivos durante el crecimiento de las plantas en lugar de usar medios manuales durante su procesamiento. Por lo tanto, la biofortificación puede representar una forma de llegar a poblaciones en las que las actividades de suplementación y fortificación convencional pueden ser limitadas o difíciles de implementar (OMS). Los científicos del CIAT se enfocan en elevar el contenido de micronutrientes críticos en tres cultivos de primera necesidad: fríjol, yuca y arroz. Este trabajo contribuye a HarvestPlus. http://harvestplus.org/
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Al fortalecer nuestras alianzas y esfuerzos de distribución, confiamos en que podemos llegar a mil millones de personas con alimentos biofortificados hacia 2030
• Se requieren esfuerzos para mejorar aún más los rendimientos de fríjol biofortificado más allá de los obtenidos por los fríjoles normales. Los fríjoles biofortificados y los agricultores que los cultivan se beneficiarían de una gama de rasgos adicionales como resistencia a enfermedades y adaptación a suelos deficientes.
EL CENTRO DEL GENOMA DE LA YUCA LISTOS PARA REVOLUCIONAR EL MEJORAMIENTO
E
l Centro del Genoma de la Yuca, una plataforma en línea que produce y almacena más de 15 terabytes de datos genéticos sobre yuca, es pionero en un enfoque de big data (inteligencia de datos) para el mejoramiento de cultivos. “Cuando se trata de la yuca, estamos en medio de una revolución genómica que está generando enormes cantidades de información”, afirmó Luis Augusto Becerra, líder del Programa de Yuca en el CIAT. “Nuestro objetivo es desarrollar herramientas y habilidades necesarias para analizar todos estos datos, y a su vez acelerar y elevar el impacto de la investigación agrícola internacional en yuca”. El Centro permite a los investigadores manejar y extraer enormes cantidades de datos de manera independiente, usando herramientas gráficas y analíticas para conducir complejos análisis de una forma sencilla. El proceso involucra la toma de muestras de yuca, secuenciarlas genéticamente y subir todos esos datos al sitio. Científicos en todo el mundo pueden entonces comparar las plantas de yuca silvestres con las domesticadas, o las razas nativas con las líneas élite, para identificar diferencias y precisar rasgos y genes deseables.
Armados con bytes para combatir enfermedades Ya se están aprovechando los datos del Centro. Los investigadores han descubierto que distintas variaciones genéticas en un solo bloque de
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construcción de ADN pueden ayudar a proyectar la susceptibilidad de las variedades de yuca al calor, sequía, plagas y enfermedades. Por ejemplo, se han usado datos de la plataforma para tamizar e identificar resistencia genética frente al añublo bacterial de la yuca (CBB, por su nombre en inglés), una enfermedad destructiva que causa pérdidas de rendimiento de hasta un 75% en algunos países africanos. Esos datos pueden ahora ser usados en esfuerzos para desarrollar variedades de yuca comerciales resistentes al añublo. Según el Dr. Becerra, el Centro del Genoma de la Yuca “puede contribuir mucho más allá del alcance que creíamos posible cuando empezamos. Hay un potencial enorme y desconocido que todavía no hemos explotado”. Según sus estimaciones, la secuenciación de todas las más de 6.000 accesiones de yuca presentes en el banco de germoplasma estará lista en un par de años. Las tecnologías del Centro ya se están expandiendo a otros cultivos tropicales, incluidos cacao, café, banano y caña de azúcar. El Centro del Genoma de la Yuca es apenas una de las formas en las que el CIAT está trabajando para transformar los medios de vida de las personas que viven en el campo a través del poder de la información. El CIAT además coliderará la Plataforma de CGIAR para Big Data en la Agricultura, puesta en marcha en enero de 2017, que busca ayudar a organizar, convocar e inspirar
El Centro del Genoma de la Yuca es administrado en conjunto por el CIAT, el Centro Francés de Investigación Agrícola para el Desarrollo Internacional (CIRAD) y el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), con la participación del Programa de Investigación de CGIAR sobre Raíces, Tubérculos y Banano; South Green; Fundación Agrópolis; BGI; la Universidad Nacional de Colombia; la Universidad de Londres y una red internacional de colaboradores. El Centro del Genoma de la Yuca cuenta con el apoyo de donantes del Fondo de CGIAR a través del Programa de Investigación de CGIAR sobre Raíces, Tubérculos y Banano, y el respaldo de la Fundación Agrópolis.
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a los socios para usar de manera innovadora los datos que se comparten abiertamente.
Plataforma CGIAR para
Big Data en la Agricultura Los datos se han convertido en un producto básico valioso. Pero es mucho más que simplemente información: en manos expertas, es inteligencia. Únase a una plataforma que contribuirá a brindar soluciones fundamentadas en datos para investigaciones actuales a fin de lograr impacto en el desarrollo. http://ciat.cgiar.org/global-partnerships/big-dataplatform/
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“Fríjoles mágicos” Malawi
VENCEN LA PEOR SEQUÍA DE MALAWI EN 30 AÑOS
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n 2016, Malawi sufrió la peor sequía en 30 años, atribuida a un ciclo meteorológico particularmente severo de El Niño. El episodio dejó a las zonas productoras de maíz del centro y sur del país en la ruina. Sin embargo, mientras el maíz se marchitó, algunos fríjoles desarrollados por el CIAT y sus socios luchaban por sobrevivir. Soportando la sequía, las vainas estaban llenas y listas para cosecha. Como resultado, los agricultores locales empezaron a llamarlos “fríjoles mágicos”. Los fríjoles habían sido mejorados para que pudieran madurar en menos tiempo – en unos 60 días en lugar de los usuales 90 días. Es un mecanismo de escape contra los efectos devastadores de la sequía. Estos fríjoles además poseen raíces más largas, que les ayudan a alcanzar agua más profunda en el suelo. Mesoamérica, la zona desde México central hasta el norte de Centroamérica, es el hogar ancestral de los fríjoles mágicos. Sus ancestros fueron colectados y conservados en el banco de germoplasma del CIAT en Colombia, y sometidos a técnicas de tamizaje para identificar rasgos interesantes. Allí es donde se descubrió que tienen el potencial de soportar la sequía. Fueron cruzados y seleccionados para la tolerancia a la sequía por científicos de fríjol en la sede principal del CIAT y luego enviados a Malawi.
Posteriormente, se siguieron ensayos en estaciones de investigación, luego pruebas en campo con agricultores, a través de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA) – liderada por el CIAT – junto con el Departamento de Servicios de Investigaciones Agrícolas de Malawi. Esto ayudó a los investigadores a precisar las dos variedades más prometedoras. Más recientemente, el equipo en Malawi ha realizado pruebas de estos fríjoles con distintas combinaciones de fertilizantes químicos y abono, así como con el cultivo intercalado con maíz. Observando el éxito de estos ensayos desde el lado del camino, otros agricultores han empezado a preguntar en dónde pueden conseguir las semillas. Los científicos del CIAT esperan que los fríjoles se liberen comercialmente pronto, brindando así a los agricultores una red de seguridad para cuando falte la lluvia.
Los ensayos iniciales de los “fríjoles mágicos” en Malawi contaron con el apoyo del Ministerio Federal de Alemania de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ). El trabajo posterior hizo parte del proyecto África RISING (África Investigación en Intensificación Sostenible para la Próxima Generación), un esfuerzo de múltiples donantes y socios liderado por la Universidad Estatal de Michigan y financiado por USAID.
¿Qué sigue? El desempeño de los “fríjoles mágicos” podría mejorarse aún más mediante investigación para:
A través de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA), se han liberado más de 550 nuevas variedades de fríjol en toda África subsahariana, y millones de hogares campesinos han tenido acceso a semilla de calidad de variedades preferidas y mejoradas de fríjol. PABRA es coordinada por el CIAT y trabaja en la actualidad para mejorar la producción de fríjol en 30 países.
1. Incorporar otros atributos deseables en materiales de fríjol resilientes a la sequía, como tamaño de semilla más grande y menores tiempos de cocción. 2. Determinar la densidad óptima de las plantas en un sistema de cultivo intercalado con maíz–fríjol para maximizar los rendimientos. 3. Combinar rasgos para resiliencia a la sequía con resiliencia al calor, ya que las zonas afectadas por la sequía en el sur de África están también asociadas con mayores temperaturas.
http://www.pabra-africa.org
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AMENAZAS EN M Ú LT I P L E S F R E N T E S :
P L A G A S
Y
ENFERMEDADES SE PROPAGAN
EN LOS CAMPOS DE YUCA DEL S U R E S T E A S I Á T I C O
Laos Vietnam Filipinas Camboya Tailandia
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M
ás períodos secos intensos y lluvias están favoreciendo la propagación de plagas y enfermedades que podrían amenazar la industria de miles de
millones de dólares de la yuca y la seguridad alimentaria en el sureste de Asia, según un estudio liderado por el CIAT y publicado en Pest Management Science.
La yuca es la tercera mayor fuente de calorías en el sureste asiático después del arroz y el maíz, y brinda sustento para aproximadamente 40 millones de personas en la región.
El estudio presentó la valoración más actualizada de las amenazas de plagas y enfermedades en los campos de yuca de la región, con datos de 430 sitios, reunidos por científicos. En particular, descubrieron que la enfermedad de la escoba de bruja de la yuca ha llegado a Filipinas, Vietnam, Camboya, Laos y Tailandia. Esta enfermedad, que se cree fue propagada por un insecto hasta ahora desconocido, puede reducir los rendimientos hasta en un 60%, y sus síntomas se encontraron en dos tercios de los campos estudiados. El piojo harinoso de la yuca, una plaga que siguió a la yuca desde su centro de origen en Suramérica y que también puede afectar los rendimientos, se encontró en el 70% de los campos. “Una serie de factores han disparado la explosión de plagas y enfermedades en los campos de yuca del sureste de Asia, incluidas la variabilidad climática y la frecuencia variable de sequías”, afirmó Kris Wyckhuys, entomólogo del CIAT y uno de los autores del informe. “Además encontramos que algunas plagas y enfermedades son problemas mucho peores de lo que pensábamos, y lo que es inquietante es que ya se han propagado a más sitios de los que creíamos. Por lo tanto, es vital que actuemos ahora para salvaguardar la seguridad alimentaria, el bienestar de los agricultores y la sostenibilidad de las industrias rurales en el largo plazo”. La yuca es la tercera mayor fuente de calorías en el sureste asiático después del arroz y el maíz, y brinda sustento para aproximadamente 40 millones de personas en la región. Este cultivo – producido principalmente por pequeños agricultores – es la base de un mercado regional de US$5 mil millones en almidón, utilizado para fabricar productos que incluyen desde papel hasta biocombustible. En Indonesia, la yuca es además un alimento de primera necesidad.
“Se requiere una acción urgente ahora mismo para enfrentar la escoba de bruja de la yuca, en especial en Camboya y Vietnam central, y para poner un alto a la propagación del piojo harinoso de la yuca en Indonesia, lugar donde está avanzando hacia zonas en donde la yuca es un cultivo primordial para la seguridad alimentaria”, agregó Wyckhuys. El estudio hizo un llamado a un manejo integral de plagas, incluidos controles más estrictos sobre el traslado de estacas de yuca, que pueden albergar plagas y enfermedades. El control biológico, que incluye el uso de insectos que sean enemigos naturales del piojo harinoso para tratar de contener epidemias, también fue recomendado, junto con más investigación para encontrar formas de impulsar la salud natural de los agroecosistemas en general. El control biológico ya es una realidad en el sureste de Asia, con liberaciones de la avispa asesina, Anagyrus lopezi, en Tailandia, Vietnam e Indonesia en años recientes para combatir infestaciones del piojo harinoso. Las avispas han reducido drásticamente las poblaciones del piojo harinoso en Tailandia y el sur de Vietnam, pero los investigadores han notado que, en áreas con sequía prolongada y baja fertilidad del suelo, las avispas son menos efectivas. Por otro lado, algunos productores han continuado usando insecticidas, que terminan matando igualmente a los insectos benéficos.
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Síntomas de la enfermedad de la escoba de bruja de la yuca se encontraron en dos tercios de los 430 campos estudiados; la plaga del piojo harinoso se encontró en el 70% de los campos.
ganadería
SISTEMAS SILVOPASTORILES
UNA OPCIÓN PARA LA
sostenible
EN EL POSCONFLICTO EN COLOMBIA
L
a región del Patía, que ha estado plagada de desafíos por mucho tiempo, desde el renqueante conflicto armado hasta sequías frecuentes, es un microcosmo del enigma de la ganadería en Colombia. Con casi 23 millones de cabezas de ganado y un promedio de un animal por cada 1.4 hectáreas, es bastante tierra para no tantas vacas.
faltaban las lluvias; la productividad y las ganancias eran bajas. Luego todo cambió. Activo en su asociación local de agricultores, los científicos de la Universidad del Cauca (Unicauca) y del CIAT le preguntaron si estaría dispuesto a ensayar el silvopastoralismo – un sistema de pastoreo rotativo que combina nutritivos pastos forrajeros, hierbas, arbustos y árboles.
Es casi la receta para una calamidad ambiental. La degradación de la tierra debido a la producción pecuaria es generalizada, se han talado bosques para despejar el camino para zonas de pastoreo, y la ganadería es la responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen agrícola del país. No obstante, en un lugar como Patía, las opciones son pocas. Casi todos dependen de la ganadería – todas las casi 35.000 personas que la habitan.
Además de la promesa de aumentar la productividad tanto del ganado como de la tierra, los forrajes mejorados empleados en los sistemas silvopastoriles también pueden soportar la sequía, ayudar a restaurar los suelos degradados y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la ganadería. Noelí aceptó.
Hasta 2007, Noelí Angulo dejaba pastorear su ganado en los pastos naturalizados que brotan cada año. Sin embargo, estos pastos no eran particularmente nutritivos o resilientes cuando
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Para establecer el sistema, dividió su tierra en seis parcelas. En una sembró Brachiaria, un pasto de hojas anchas nativo de África que crece en matas hasta la altura de la rodilla. Es más nutritiva y tolerante a la sequía que los delgados pastos silvestres. Su sistema de raíces profundas además ayuda a acumular carbono del suelo y estabiliza
Patía (Cauca), Colombia
El CIAT y Unicauca están probando distintos forrajes mejorados y sistemas silvopastoriles como el de Noelí y desde ya unos 200 agricultores en Patía ya están ensayando el silvopastoralismo o los forrajes mejorados que son la base del sistema. También están investigando cuellos de botella que podrían evitar la adopción generalizada, como el acceso a semillas de forrajes, y formas de introducir las prácticas de manejo actuales que el silvopastoralismo requiere. Estos y otros temas demandarán un trabajo fuerte.
el suelo, protegiéndolo de la erosión. Más fácil de digerir y más nutritivo que los pastos naturalizados, el ganado alimentado con Brachiaria es más productivo, lo cual genera menos emisiones de metano por kilo de carne o litro de leche.
En todo caso, probablemente nunca ha habido un mejor momento para ensayar. Cincuenta años de conflicto armado en Colombia han generado una enorme inestabilidad rural. El prospecto de paz significa que muchos agricultores – y entidades financieras – pueden empezar a pensar seriamente en invertir a largo plazo por primera vez en generaciones. Si esas inversiones pueden contribuir a lograr sistemas pecuarios más productivos, resilientes y sostenibles, los retornos ambientales podrían ser enormes.
En una parcela adyacente, sembró Canavalia, una leguminosa robusta ante la sequía, conservada en el banco de germoplasma del CIAT, en asocio con pastos mejorados. Además de ser una fuente sabrosa de proteína para el ganado, fija el nitrógeno atmosférico, contribuyendo así a la fertilidad del suelo y a reducir la necesidad de usar fertilizante. En parcelas adicionales, sembró otros forrajes nutritivos, junto con otros naturalizados e introdujo arbustos leguminosos y árboles para proporcionar alimento y sombra. Noelí mueve al ganado de parcela en parcela casi cada cinco días. El período de descanso permite que las parcelas pastoreadas se recuperen en un ciclo que – con un buen manejo – pueda continuar productivamente por años.
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El equipo de forrajes del CIAT ha estado ensayando un sistema de producción pecuaria sostenible y adaptada al clima en Patía, en el intranquilo departamento del Cauca, Colombia.
Los resultados de alguna manera explican la gran sonrisa de Noelí: actualmente, sus 20 vacas pastorean en 5 hectáreas – más de cinco veces la densidad de carga promedio del ganado en Colombia. Obtiene un 50% más de leche de cada vaca, y sus animales alcanzan el peso de sacrificio en tres años en lugar de cinco. Los ingresos extra le han ayudado a enviar a su hijo a la universidad; espera convertirse en veterinario. Cuando una sequía severa azotó al Patía en 2012, muchos agricultores perdieron su ganado por la deshidratación o la inanición; el de Noelí – fortificado con una buena dieta a base de pastos resilientes a la sequía – sobrevivió; no perdió ni una sola res.
Etiopía Kenia Uganda Ruanda Burundi Tanzania
Pasto resiliente a la sequía PODRÍA GENERAR PARA
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MILLONES DE DÓLARES
PRODUCTORES LÁCTEOS DE ÁFRICA ORIENTAL
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ara millones de personas en África subsahariana, la ganadería es indispensable. Sin embargo, a menudo se le culpa de dañar el medio ambiente y contribuir a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Cambiando lo que los animales comen y mejorando las prácticas de manejo, los productores pueden transformar su producción de carne y leche, aumentando sus ingresos – y reduciendo la huella ambiental de los animales que crían. Nuestra investigación brinda una idea del impacto potencial de las variedades mejoradas de pastos forrajeros de alta calidad, resilientes a la sequía, llamados Brachiaria. Y si se logran generalizar, podrían ayudar a impulsar la producción de leche hasta en un 40% y generar millones de dólares para los productores lácteos de África oriental que luchan por salir adelante. El Dr. Steven Prager, científico principal del CIAT y coautor del estudio, afirmó que se evaluaron los beneficios que podría traer para los productores lácteos de África oriental la adopción de nuevas variedades del pasto Brachiaria. Estas variedades fueron desarrolladas y han sido mejoradas mediante décadas de investigación por los fitomejoradores del CIAT para sobrevivir a condiciones de siembra hostiles, proporcionando al mismo tiempo beneficios nutricionales considerables para la ganadería.
Los agricultores podrían beneficiarse más de la creciente demanda de los consumidores por productos pecuarios en África oriental”, aseguró. “Nuestras investigaciones demuestran que los pastos Brachiaria podrían ser la piedra angular de los sistemas pecuarios productivos y resilientes que proporcionen rápidamente más leche e ingresos para los productores lácteos de pequeña escala.
El análisis del CIAT se enfocó en la leche y los ingresos adicionales que los pequeños agricultores podrían generar para casi dos millones de pequeños productores lácteos en Kenia, Tanzania, Etiopía, Uganda, Ruanda y Burundi. Se descubrió que invertir en la calidad de los forrajes – y en llevar nuevos forrajes a los agricultores – puede ser una inversión de bajo riesgo, pero que probablemente genere beneficios en el orden de decenas de millones de dólares.
¿Qué sigue? • Es necesario investigar formas para producir semilla de forrajes de calidad comercial en África. Esto permitiría disponer de semillas más económicas para los agricultores, y ayudaría a iniciar una industria casera para la producción de semilla comercial, ampliando los beneficios a más agricultores locales. • Estudios de impacto ex ante pueden ayudar a demostrar el impacto potencial de forrajes y prácticas de manejo mejorados en los sistemas pecuarios de áreas específicas. Estos pueden ayudar a orientar inversiones y el desarrollo de incentivos para lograr diversos impactos, desde impulsar la producción pecuaria hasta disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. • Investigaciones participativas adicionales pueden revelar qué forrajes crecen mejor bajo distintos regímenes de manejo, cómo integrarlos en los sistemas agrícolas y cómo estimular la adopción por parte de los agricultores.
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Guatemala Honduras Nicaragua El Salvador
Producción de FRÍJOL y CAFÉ de Centroamérica
bajo amenaza por el
cambio climático
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l cambio climático podría transformar el paisaje agrícola en Centroamérica, con la pérdida de aptitud de cultivos clave como el fríjol y el café de calidad de exportación, e impactos potencialmente nefastos para los agricultores y los medios de vida rurales, según un estudio del CIAT. Los hallazgos se suman a la evidencia cada vez mayor de que las temperaturas en aumento y las temporadas secas más prolongadas y más intensas afectarán gravemente la agricultura en una de las regiones más pobres de América Latina, a menos que se tomen medidas para prepararse y adaptarse. “El cambio climático podría redibujar el mapa agrícola de Centroamérica”, afirmó Peter Läderach, científico de clima del CIAT y uno de los autores del estudio publicado en Climatic Change.
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
El fríjol, el café – el cultivo de exportación más valioso de la región – y el banano sufrirán las mayores disminuciones en aptitud, especialmente en los municipios del Corredor Seco, una zona propensa a la sequía que se extiende en Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, y que alberga aproximadamente a 10 millones de personas. “Lo que será clave es qué tan bien preparados estén los agricultores en toda la región para los cambios que se avecinan, su habilidad para adaptarse y qué tan pronto puedan actuar. Nuestro estudio es la valoración más concienzuda hasta ahora sobre los impactos probables en Centroamérica y la vulnerabilidad de las poblaciones locales”. Los investigadores emplearon modelos de cultivos y climáticos para evaluar el impacto probable del cambio climático hacia 2050 en
Pero en promedio, los resultados mostraron que el fríjol, el café – el cultivo de exportación más valioso de la región – y el banano sufrirán las mayores disminuciones en aptitud. Los cambios más severos se proyectan en los municipios del Corredor Seco, una zona propensa a la sequía que se extiende en los cuatro países, y que alberga aproximadamente a 10 millones de personas. Entretanto, se prevé que el maíz, la yuca, el arroz de secano y el sorgo responderán positivamente ante el cambio climático en todos los países estudiados. Sin embargo, los autores advirtieron que, si bien algunas áreas pueden volverse más aptas para estos cultivos, algunas son áreas protegidas como bosques o zonas importantes de acopio de agua. Enfatizaron además que aunque algunos cultivos ganarán en aptitud, los agricultores podrían enfrentar serias dificultades para lograr hacer
la transición. “Si los agricultores deben cambiar de cultivos, eso es una importante decisión que puede requerir un desembolso financiero y riesgo significativos”, afirmó la líder del estudio Claudia Bouroncle, del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). “Muchos no tendrán los medios para lograr el cambio”. Para abordar este tema, los científicos también evaluaron la vulnerabilidad de las comunidades agrícolas en cada municipio y su “capacidad adaptativa”, o habilidad para responder ante la situación. Esperan que los hallazgos ayuden a los formuladores de políticas a priorizar sus inversiones en la adaptación al cambio climático. El equipo además espera que su enfoque se pueda refinar y aplicar en otras partes del mundo propensas al cambio climático. Aunque algunos cultivos, incluidos el maíz, la yuca, el arroz de secano y el sorgo, ganarán en aptitud, los agricultores podrían enfrentar serias dificultades para lograr hacer la transición.
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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ESTO SUCEDIÓ EN 2016
1.000 municipios de Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador. Descubrieron que los efectos variarán ampliamente, requiriendo respuestas de diferentes matices por parte de los formuladores de políticas.
LOS ÁRBOLES
EN TIERRAS AGRÍCOLAS
son cuatro veces
DE CARBONO DE LO
U
n estudio de 2016 publicado en la revista Nature demostró que el carbono capturado por los árboles en tierras agrícolas podría ser cuatro veces mayor de lo que se pensaba. La investigación fue llevada a cabo por un equipo de científicos de varias organizaciones, incluido el CIAT. Entre los años 2000 y 2010, la cobertura de árboles en tierras agrícolas aumentó en un 3% a nivel mundial, lo que produjo un aumento de 4.6 por ciento en carbono de biomasa. No obstante, si bien la importancia del carbono almacenado y capturado por los bosques es ampliamente reconocido y los cambios en la cobertura de la tierra bien monitoreados – ver por ejemplo Terra-i – el carbono almacenado por los árboles en tierras agrícolas debe medirse de una mejor manera.
58
Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
Los beneficios de aumentar la cobertura de árboles en tierras agrícolas van mucho más allá de la captura del carbono. Los árboles aumentan la materia orgánica en el suelo y mejoran la salud de las tierras, logrando que las fincas sean más resilientes a los eventos climáticos extremos. Además ayudan a proteger los suelos de la erosión, y los productos arbóreos como las frutas y las nueces contribuyen a la seguridad alimentaria, los ingresos y a dietas más diversas. Dado que los árboles permanecen en el suelo durante muchos años, su biomasa contribuye a un aumento del carbono en el largo plazo. Sembrar más árboles en tierras agrícolas podría ser una ruta significativa para aumentar la captura de carbono, en la superficie y en el subsuelo.
QUE SE PENSABA
¿Qué sigue?
Terra-i detecta cambios en la cobertura de la tierra ocasionados por las actividades humanas en casi tiempo real, produciendo actualizaciones cada 16 días. Actualmente opera para toda América Latina y se estará expandiendo durante el próximo año para cubrir toda la zona de los trópicos. http://www.terra-i.org/terra-i/about.html
• Aumentar el carbono en el paisaje implicará el mapeo de paisajes y usar datos específicos por sitio para orientar a los tomadores de decisiones acerca de en dónde invertir en ciertas prácticas de manejo en vez de otras, como cuáles tierras agrícolas pueden sostener más árboles. • Se necesitan más investigaciones para identificar los factores determinantes del cambio en el uso de la tierra a escalas regional, nacional y subnacional, para desarrollar políticas que eleven la captura de carbono en las tierras agrícolas, beneficiando a los agricultores y a la sociedad en su conjunto.
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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ESTO SUCEDIÓ EN 2016
mejores sumideros
Uganda
LOS
AGRICULTORES EN UGANDA
se unen a científicos para
encontrar mejores fríjoles
S
unny Mbeeta Abwooli sabe cómo improvisar una deliciosa comida, especialmente cuando involucra uno de sus ingredientes favoritos: los fríjoles. “Tenemos muchas variedades de fríjol en Uganda”, dice Sunny, señalando una cesta de diferentes clases de fríjol. “Son diferentes en su color, sabor y en cómo crecen”. Los fríjoles pueden ayudar en la lucha para combatir la malnutrición. Para las mujeres en particular, son una buena manera de ganar dinero, ya que tradicionalmente son ellas las que a menudo controlan los ingresos provenientes de los fríjoles.
60
Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
Sin embargo, el impacto severo de las sequías y las condiciones climatológicas en constante cambio en los campos de fríjol de Sunny ha sido un duro golpe. Así que – junto con otros 300 agricultores en el oriente de Uganda – ella se ha unido con científicos para encontrar mejores fríjoles, más resilientes, para su comunidad. Junto con los investigadores de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA) y socios de HarvestPlus, el Instituto Nacional de Investigación en Recursos de Cultivos (NaCRRI) en Uganda y el CIAT, ella y otros agricultores llevaron registro de la altura, rendimiento, número de vainas por planta y resiliencia a enfermedades de nuevas variedades.
“En lugar de comprar costosos suplementos, las comunidades ahora pueden comprar y sembrar estos fríjoles como una forma de impulsar la nutrición y reducir la anemia – una importante preocupación para la salud en Uganda – sabiendo además que obtendrán rendimientos a pesar de las sequías”. Los primeros fríjoles ricos en hierro, resilientes a la sequía ya han sido liberados en Uganda y distribuidos en Tanzania, Malawi, Kenia, Madagascar, Etiopía y el Sudán del Sur. Cada país todavía tiene que evaluar estas variedades para las condiciones y preferencias locales – mediante investigación participativa con los agricultores.
¿Qué sigue? • Apoyar las investigaciones actuales para desarrollar variedades de fríjol capaces de soportar las condiciones climáticas cambiantes, que satisfagan las preferencias de otros agricultores y que tengan las características que buscan los compradores de fríjol. • Necesitamos además acelerar la liberación de variedades a nivel regional, para promover el comercio en la región. • Los fríjoles biofortificados deben ser parte de las políticas de salud pública para enfrentar la malnutrición. Para apoyar esto, es necesaria la educación nutricional para las comunidades agrícolas y los agentes de extensión para mostrar la importancia de los fríjoles biofortificados y otros cultivos nutritivos que puedan constituir una “canasta alimentaria” saludable y balanceada.
El CIAT continúa trabajando con organizaciones socias locales en toda África y con agricultores y agricultoras como Sunny para mejorar los fríjoles con características como alto contenido de hierro, con base en las preferencias locales de sabor, color, tiempo de cocción, condiciones climáticas, aptitud del suelo y tolerancia a plagas y enfermedades. Un portavoz de Global Affairs Canadá, que apoya con vehemencia la investigación en fríjol en África a través del CIAT y PABRA – desde su creación en 1996 para promover la investigación colaborativa – afirmó: “El fríjol es una importante fuente de nutrición e ingresos para los pequeños agricultores, muchos de los cuales son mujeres y campesinos pobres involucrados en el comercio de fríjol. La inversión en la investigación científica en fríjol conducirá al desarrollo de nuevas variedades de fríjol que sean resilientes al clima, más nutritivas y más comerciables. PABRA, a través de su red de expertos de todo el continente y sus plataformas de innovación en fríjol, juega un rol clave para asegurar un mayor impacto de la investigación”.
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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ESTO SUCEDIÓ EN 2016
Sus aportes son vitales para mejorar las actuales variedades de fríjol y asegurar que los nuevos fríjoles – como los que se han mejorado con hierro extra, liberados en 2016 – sean aceptados por las comunidades locales. El Dr. Stanley Nkalubo, fitomejorador y líder del Programa de Investigación en Legumbres en el NaCRRI, quien evaluó y recientemente liberó nuevas variedades ricas en hierro en 2016, dijo:
Un nuevo “superalimento” para Colombia
N
uevos fríjoles ricos en hierro fueron oficialmente liberados en Colombia en junio de 2016. Contienen hasta un 60% más de hierro que los fríjoles normales, y tienen el propósito de enfrentar el problema de la deficiencia de hierro en las dietas. La deficiencia de hierro, que afecta hasta 2 mil millones de personas a nivel mundial, puede perjudicar el desarrollo cognitivo y físico en niños, mientras que la anemia – a menudo causada por la deficiencia de hierro – aumenta los riesgos en las mujeres durante el parto. En Colombia, la deficiencia de hierro afecta hasta un 35% de los niños menores de 12 años, con zonas de alto riesgo en las regiones de la costa Atlántica y Amazonia del país. “Esta es la preocupación de salud pública número uno en el mundo en términos de la cantidad total de personas que la padecen”, afirmó Steve Beebe, líder del Programa de Fríjol del CIAT, quien estuvo estrechamente involucrado en el desarrollo de las dos variedades ricas en hierro liberadas en el país en junio. “Estos nuevos fríjoles deben ayudar para que los agricultores cultiven su propia nutrición de forma más efectiva, y aportar a los esfuerzos para enfrentar el problema de la deficiencia de micronutrientes en su raíz”.
¿Cómo fueron biofortificados los fríjoles? Analizando más de 1.000 fríjoles conservados en el banco de germoplasma del CIAT, Beebe y su equipo de mejoradores de fríjol encontraron que varios contenían altos niveles de hierro. Estos fríjoles se cruzaron entonces con variedades populares en Colombia para asegurar que fueran adaptados a las condiciones locales y fueran del tamaño, color y sabor aceptables para los agricultores y los consumidores. Además tienen tan buen rendimiento como las variedades locales y pueden tolerar importantes enfermedades producidas por hongos y virus. Su liberación en Santander se hizo tras extensas pruebas para asegurar que tuvieran buenos rendimientos y confirmar su concentración de nutrientes. 62
Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
Los fríjoles, un alimento de primera necesidad popular en Colombia, normalmente contiene alrededor de 50 partes por millón (ppm) de hierro; las nuevas variedades contienen 82 ppm – casi un 60% más. Adicionalmente han sido mejorados para conferirles un 50% más de zinc – un micronutriente vital para un sistema inmune fuerte. Además de ser más nutritivos, los nuevos fríjoles también producen buenos rendimientos y son de la forma, tamaño y color preferidos por los agricultores. Beebe agregó que dado que los fríjoles ya constituyen una buena fuente de proteína y carbohidratos, las nuevas variedades podrían ser consideradas “superalimentos”. Los nuevos fríjoles fueron desarrollados empleando un método llamado biofortificación, que utiliza prácticas tradicionales de mejoramiento para aumentar los niveles de nutrientes importantes en cultivos de primera necesidad.
Colombia
ESTO SUCEDIÓ EN 2016
Colombia
Nuevos fríjoles ricos en hierro fueron oficialmente liberados en Colombia en junio de 2016. Es la primera vez que fríjoles biofortificados han sido liberados en la zona andina de Colombia, y los gobiernos departamentales de Santander, Tolima y Valle del Cauca también están expresando interés en incluir fríjoles ricos en hierro en los programas de alimentación escolar. Se han programado liberaciones de maíz y arroz ricos en zinc para el próximo año. La yuca con vitamina A también hace parte de los planes. “Es extremadamente estimulante ver a tantos gobiernos en el mundo reconocer que la biofortificación es una herramienta increíble para ayudar a mejorar la salud de las personas”, comentó Beebe. “Es un gran momento para Colombia, para los agricultores y, por supuesto, para el Año Internacional de las Legumbres establecido por las Naciones Unidas, que está
ayudando a sensibilizar a la gente acerca de la importancia nutricional de estos alimentos”. Este trabajo fue emprendido por la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (FENALCE) de Colombia, la Fundación para la Investigación y el Desarrollo Agrícola (FIDAR) y el CIAT, bajo el auspicio de HarvestPlus, una iniciativa mundial de biofortificación liderada conjuntamente por el CIAT y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI). HarvestPlus ya ha liberado varios cultivos biofortificados que contienen mayores niveles de nutrientes clave como vitamina A, hierro y zinc en el mundo en desarrollo. Sus científicos ganaron el Premio Mundial de la Alimentación 2016 por su labor para mejorar el contenido de vitamina A de la batata de pulpa naranja.
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La aldea Ma en el norte de Vietnam: Un laboratorio viviente para probar la
Agricultura Sostenible Adaptada al Clima Aldea Ma, Vietnam
Confrontados con rendimientos cada vez menores como resultado de prolongadas sequías, fuertes lluvias repentinas y olas frecuentes de frío, los agricultores de Ma, una aldea en el norte de Vietnam, han estado aprendiendo a usar sus preciosos recursos de manera que nada se desperdicie.
Territorios Sostenibles Adaptados al Clima
Conozca más acerca de los Territorios Sostenibles Adaptados al Clima (TSAC) en https://ccafs.cgiar.org
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
H
oāng Quōc Viet ya no se deshace del estiércol de búfalo quemándolo; en su lugar, lo trata con microorganismos efectivos (ME) – agentes procesadores químicos que aumentan el contenido de macro y micronutrientes del abono. Luego cría lombrices en el estiércol y con ellas alimenta a los pollos. Además usa el estiércol tratado como fertilizante para su arroz y yuca. Ahorra dinero en fertilizante y alimento para sus pollos, y los pollos, así como el arroz y la yuca, crecen muy bien. Tran Trung Kien dejó de usar fertilizantes químicos en su huerta y en más de 200 árboles frutícolas hace más de un año. Mezcla los mismos ME con el estiércol de vaca y usa eso en su lugar. También ha empezado a confinar su ganado para evitar que se contagie de enfermedades cuando pastorea, y que no cause daños a los cultivos. Siembra pasto para alimentar a su ganado y para reducir la erosión en las tierras inclinadas. Nguyen Thi Thu dejó de quemar las estacas de arroz después de la cosecha. Ahora las rocía con ME para usarlas como fertilizante para el arroz de la próxima temporada. Además de ahorrar dinero en fertilizantes, ella dice que su arroz tiene un sabor más dulce, mejor. Estas son algunas de las tecnologías y prácticas seleccionadas por los agricultores de Ma, a través del trabajo del CIAT con el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS). El objetivo es poner a prueba distintos enfoques complementarios que puedan ayudar a los agricultores a ser más resilientes frente a riesgos climáticos y lograr que sus fincas sean más sostenibles. Ellos se dieron cuenta de que algo debía hacerse: el clima extremo e impredecible había afectado los patrones de cultivo; menos lluvias pero más intensas causaban graves deslizamientos, erosión del suelo y degradación; un mayor estrés por frío estaba matando más
y más ganado cada año; y estaban surgiendo nuevas enfermedades en los cultivos. Todo esto ha afectado los rendimientos y los ingresos. De una “canasta” de diez tecnologías y prácticas agrícolas sostenibles adaptadas al clima (ASAC), los agricultores escogieron y priorizaron aquellas que creyeron se ajustaban mejor a sus necesidades. El CIAT refinó un poco más la lista mediante un análisis de costo-beneficio y pruebas de escenarios, junto con ejercicios participativos de mapeo de tierras, para determinar cuáles serían puestos a prueba en ensayos en campo y cómo deberían implementarse.
La lista final de tecnologías y prácticas a ser ensayadas en Ma incluye: • cultivo intercalado de yuca con leguminosas • bordear las parcelas de yuca con franjas de pasto para proteger la fertilidad del suelo y evitar la erosión • la producción de arroz sostenible adaptada al clima • desarrollo de medios de vida de acacia para restaurar la fertilidad del suelo • manejo integral del agua para un mayor acceso a ella para la producción de arroz
Se han descubierto otros enfoques que son adecuados y ya han sido priorizados para pruebas. Entre ellos se encuentran las huertas integrales, vermiabono, criar aves en una “cama viviente” de aserrín tratado con ME para mejorar la salud de las aves y procesamiento de la paja de arroz para producir biofertilizante. Se iniciaron pruebas para varias de estas opciones en 2016; el resto serán evaluadas en 2017. “El cambio climático se está moviendo demasiado rápido para la realización de pruebas secuenciales de prácticas ASAC individuales. Empaquetando varias juntas en territorios sostenibles adaptados al clima (TSAC) como Ma, podemos ayudar a los agricultores a pasarse más rápidamente a sistemas agrícolas sostenibles que sean más resilientes y productivos”, afirmó Vinh Bui, científico del CIAT y coordinador del proyecto TSAC de CCAFS en Vietnam.
En 2016, el CIAT lanzó una guía de agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC), “Towards climate resilience in agriculture for Southeast Asia: an overview for decision-makers” [Hacia la resiliencia al clima en la agricultura para el sureste asiático: panorama para los tomadores de decisiones], que hace referencia a una amplia gama de prácticas de ASAC y tecnologías demostradas de más de 700 fuentes. La acción de TSAC de Ma es realizada dentro del marco del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS).
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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ESTO SUCEDIÓ EN 2016
• sistemas pecuarios de corte y acarreo
HITOS Y MOMENTOS 1967
1972
Nace el CIAT
Inicia el Programa de Fríjol
1971 Se crea CGIAR 66
1977 Se crea la Unidad de Recursos Genéticos
1975
Empieza el mejoramiento de arroz
1981
1982
Arranca la revolución de la yuca
Expansión hacia África y Asia
1971
1981
1992
Se crea CGIAR
Expansión hacia África y Asia
Énfasis en la sostenibilidad
El CIAT es creado formalmente el 17 de octubre de 1967. Si bien fue conformado en cooperación con el Gobierno de Colombia, el CIAT funcionaría de manera autónoma, regido por una junta directiva internacional. El Dr. Ulysses J. Grant, fitomejorador y Director Regional del Programa Agrícola de la Fundación Rockefeller en Colombia, es designado Director Interino. Grant, un hombre de visión y acción, es elogiado como negociador jefe, promotor y ejecutor detrás de la creación del CIAT.
En mayo de 1971, 18 países y cuatro organizaciones, convencidos de que la ciencia agrícola es una herramienta poderosa para combatir el hambre, se reúnen como el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (actualmente CGIAR). Originalmente con sede principal en Washington, DC, CGIAR comienza como una asociación informal de países, organizaciones internacionales y regionales y fundaciones privadas para apoyar la investigación agrícola. El CIAT, IRRI, CIMMYT y el IITA son respaldados como los centros originales de CGIAR. Durante cuatro décadas, el número de centros de CGIAR crece de cuatro a quince.
Se realizan esfuerzos para ubicar personal en África y Asia, en particular para trabajar en yuca en Indonesia y Tailandia, y en fríjol en Burundi, Ruanda y Zaire (actualmente la República Democrática del Congo). En este momento, el plan de largo alcance del CIAT requiere significativos aumentos en el personal por fuera de la sede principal y un énfasis en la descentralización mediante la colaboración y las redes mundiales.
En conjunto con la Cumbre de la Tierra de 1992 realizada por las Naciones Unidas en Río de Janeiro, y en respuesta al reconocimiento cada vez mayor de que la investigación dirigida a aumentar la producción alimentaria debe además contribuir a la conservación de los recursos naturales, la reducción de la pobreza y la promoción de la igualdad, el CIAT pone en marcha su División de Investigación en Gestión de Recursos. Realiza una clara inversión tanto en desarrollo sostenible como en equidad de género.
1996
2002
2008
2013
El CIAT lanza PABRA
Enfrentando el cambio climático
Salvaguardando la biodiversidad
Acceso abierto a la investigación
La Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA) incluye instituciones gubernamentales de investigación, universidades y centros internacionales de investigación. Trabaja con agricultores, comunidades rurales, ONG y otras organizaciones del sector privado para incrementar el acceso de los grupos interesados a variedades de fríjol mejoradas y comerciables, nuevas tecnologías de manejo del cultivo e información sobre la cadena de mercado. Desde 1996, PABRA ha liberado más de 550 nuevas variedades de fríjol en toda África, muchas de las cuales han logrado que el fríjol pase de ser un cultivo de subsistencia a un cultivo comercial – lo cual marca el enfoque del CIAT en el aumento de los ingresos de los pequeños agricultores.
Equipados con evidencia de nuestro clima cambiante, el CIAT crea un programa para investigar formas para que los agricultores respondan ante la situación. En especial, la experticia del Centro en sistemas de información geográfica (SIG) y otras herramientas de modelación serán usadas para investigar cómo el cambio climático impactará la producción agrícola en el futuro. En 2010, el CIAT asumió el liderazgo del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) dentro del primer portafolio de Programas de Investigación de CGIAR 2010–2016.
Bajo el auspicio del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFGAA), firmado dos años antes, el CIAT envía su primer cargamento de semillas a la Bóveda Mundial de Semillas de Svalbard en el norte de Noruega. Enterrada en el permahielo cerca al Polo Norte, la denominada “Bóveda del Fin del Mundo” tiene por objeto salvaguardar colecciones de semilla de seguridad de los bancos de germoplasma del planeta. En caso de conflicto o desastre natural, las semillas serían repatriadas a los países para ayudarlos a reestablecer la producción de cultivos.
El CIAT ve el acceso a información precisa y oportuna como un bien público, esencial para los esfuerzos mundiales de combatir el hambre y la pobreza. En 2013, centros de CGIAR se comprometen oficialmente para lograr que todos sus resultados de investigación sean de Acceso Abierto hacia 2018. Abrir la investigación, incluidas las publicaciones, productos y datos sin depurar, asegura que más personas puedan leer y aplicar los hallazgos de las investigaciones del CIAT.
2015
M E M O R A B L E S 1988
1995
Mandato internacional
Semillas de Esperanza, Ruanda
1985
Laboratorio de Biotecnología
1992
Énfasis en la sostenibilidad
2017
1996
1997
Pioneros en SIG
Lanzamiento de PABRA
El CIAT respalda los ODS
2009
2006
El CIAT lidera la biofortificación
Respuesta ante el Huracán Mitch
La meta final de la Plataforma de CGIAR para Big Data en la Agricultura (2017–2022), que colideran el CIAT e IFPRI, es aprovechar las capacidades de la inteligencia y minería de datos para acelerar y elevar el impacto de la investigación agrícola internacional, proporcionando liderazgo global en la organización de datos abiertos, convocando socios para desarrollar ideas innovadoras y demostrando el poder de la analítica de datos complejos mediante proyectos inspiradores.
El CIAT respalda los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los ambiciosos sucesores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Seis de los 17 objetivos refuerzan la importancia global de la misión del CIAT para buscar el desarrollo sostenible desde múltiples frentes: reducción de la pobreza, seguridad alimentaria, salud y bienestar universal, trabajo decente y crecimiento económico, acción por el cambio climático y la protección de la vida terrestre.
2001
1998
El CIAT colidera la Plataforma de CGIAR para Big Data en la Agricultura
Vinculación de los productores con los mercados
2002
Enfrentando el cambio climático
2008
Restauración de suelos africanos
Salvaguardando la biodiversidad
2015
2013
Hacia el Acceso Abierto
2010
El CIAT lidera CCAFS
2014
Respaldo a los ODS
Sistemas alimentarios sostenibles
2017
El CIAT colidera la Plataforma de CGIAR para Big Data en la Agricultura
CIATENRETROSPECTIVA
1967
Nace el CIAT
CONSERVANDO
LOS RECURSOS
FITOGENÉTICOS PARA QUE EL SUMINISTRO DE ALIMENTOS SEA A
“prueba del futuro”
de la
AGROBIODIVERSIDAD
SE PERDIÓ EN EL SIGLO PASADO El mundo está perdiendo la diversidad de cultivos a un ritmo acelerado.
y proteína vegetal/animal en los sistemas alimentarios tropicales.
La pérdida de biodiversidad, las sequías, las inundaciones, las plagas y las enfermedades, todas afectan directamente la producción global de cultivos.
Un solo gen latente en una de las decenas de miles de muestras conservadas podría lograr que una variedad ampliamente sembrada sea resistente a una nueva plaga y prevenir serias calamidades.
Para alimentar una población que se prevé alcanzará unas 9 mil millones de personas hacia 2050, necesitamos la mayor diversidad posible de cultivos para asegurar nuestro suministro de alimentos.
Semillas del Futuro busca construir un banco de germoplasma con tecnología de punta que no solamente asegure la conservación a largo plazo de estos cultivos sino que también estimule su uso para enriquecer dietas y contribuir a que el suministro mundial de alimentos sea a prueba del clima.
El CIAT ya mantiene en fideicomiso para la humanidad las mayores colecciones del mundo de fríjol, yuca y forrajes tropicales, cultivos que conforman la base del suministro de carbohidratos
La diversidad de cultivos es esencial para la humanidad, ¡ayúdanos a preservarla!
68 http://ciat.cgiar.org/futuras-semillas/?lang=es
En 1967, la mayoría de la gente que padecía pobreza y hambre en los trópicos eran pequeños agricultores. Por lo tanto, incrementar la productividad de sus cultivos era el punto crítico de partida para la investigación del CIAT. Desde ese entonces, nos hemos preocupado por atender casi cada aspecto de la agricultura tropical: las variedades de los cultivos que siembran los agricultores, los sistemas de producción que manejan, los paisajes agrícolas que habitan, los mercados en los que participan y las políticas que influyen en sus opciones y decisiones.
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y
NUTRICIÓN
1
El CIAT proporciona gratuitamente materiales de yuca, fríjol y forrajes almacenados en su banco de germoplasma para propósitos de investigación, mejoramiento o capacitación para la alimentación y la agricultura bajo los términos del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFGAA), firmado en 2006.
2
Durante años, el CIAT ha distribuido: • 37.390 accesiones (441.225 muestras) de germoplasma de fríjol a 105 países desde 1973. • 6.492 accesiones (43.458 muestras) de germoplasma de yuca a 84 países desde 1979. • 13.692 accesiones (90.624 muestras) de germoplasma de forrajes tropicales a 110 países desde 1980.
3
CIATENRETROSPECTIVA
Se han compartido más de 23.000 muestras de fríjol, yuca y forrajes tropicales con investigadores en el país anfitrión del CIAT, Colombia. A través del Tratado, el CIAT también ha recibido nuevas muestras de fríjoles silvestres para uso en su programa de mejoramiento de fríjol.
Los mejoradores de fríjol del CIAT han desarrollado variedades que contienen casi 60% más de hierro. También les han conferido un 50% más de zinc – dos nutrientes importantes para la salud humana. Estas variedades incluyen la BIO101 y la BIO107 – liberadas en el departamento de Santander en Colombia, en donde presentan buenos rendimientos y son de la forma, tamaño y color preferidos por 69 los agricultores.
5
Se ha demostrado que los fríjoles ricos en hierro liberados en Ruanda en 2012 revierten la deficiencia de hierro y la anemia en las mujeres jóvenes en tan solo cuatro meses y medio. La falta de hierro puede afectar el desarrollo cognitivo y físico en los niños. Fríjoles ricos en hierro también han sido liberados en Uganda, Colombia y Guatemala.
La yuca rica en provitamina A desarrollada por el CIAT y el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) como un aporte a la iniciativa HarvestPlus, ganadora del Premio Mundial de la Alimentación, está ayudando a enfrentar la deficiencia de vitamina A, especialmente entre mujeres y niños en Nigeria, Uganda y la República Democrática del Congo. La deficiencia de vitamina A puede causar pérdida de la visión y ceguera, y afectar el sistema inmunológico.
El CIAT brindó asistencia técnica e híbridos de pastos forrajeros a agricultores inscritos en la iniciativa de Ruanda “Una Vaca por Familia Pobre”, lanzada en 2006. Además de aumentar la producción de carne y leche, estos pastos ayudan a asegurar que los animales sobrevivan la temporada seca, cuando otras fuentes de alimentación escasean.
7
8 70
El CIAT y sus socios han desarrollado fríjoles de cocción rápida (así como pasabocas de fríjol precocidos) para reducir la cantidad de tiempo y energía que los hogares, generalmente las mujeres, invierten preparando nutritivas comidas.
MEJORES NEGOCIOS
PARA LOS AGRICULTORES Y LOS CONSUMIDORES
9
A finales de 2015, el CIAT envió nuevas variedades de fríjol blanquillo resilientes a la sequía a Etiopía, en donde el clima errático amenazaba los rendimientos. Más comúnmente usados en la producción de fríjoles horneados, se estima que el mercado de exportación de fríjol blanquillo del país supera los US$100 millones al año, generando ingresos para cerca de 3 millones de pequeños agricultores.
10
En la actualidad, se siembran variedades mejoradas de fríjol voluble en más de la mitad del área de producción de fríjol de Ruanda, un aumento del 45% desde 1985. Los rendimientos de fríjol han aumentado de 0.7 a 1.1 toneladas por hectárea y, en la última década, el país ha pasado de ser importador neto a ser exportador de fríjol, con exportaciones avaluadas en US$12–20 millones. La adopción de variedades mejoradas de yuca producto de la investigación del CIAT y sus socios en el sureste asiático ha generado beneficios por un valor cercano a los US$12 mil millones en los últimos 20 años.
12
13
La variedad de yuca KU 50, mejorada por científicos del CIAT y de la Universidad de Kasetsart en Tailandia, está mejor adaptada a una más amplia diversidad de condiciones de siembra, tiene menos impacto en la calidad del suelo y produce raíces con alto contenido de almidón. Entre 1993 y 2011, los agricultores tailandeses de yuca obtuvieron ganancias de la KU 50 por un valor estimado en US$1.560 millones.
71
CIATENRETROSPECTIVA
El fríjol voluble – el tipo que trepa estacas como una vid y es hasta tres veces más productivo que el fríjol arbustivo – está brindando una solución eco-eficiente para mejorar la nutrición de las familias agrícolas en lugares de alta densidad demográfica como Ruanda, Burundi y Kenia occidental.
14
En 2003, el CIAT y sus socios liberaron una nueva variedad de yuca, Nataima-31, mejorada para conferirle resistencia al piojo harinoso, alto rendimiento y buenas cualidades de cocción. Los rendimientos superaron los de las variedades locales en el departamento de Tolima en Colombia, incluso sin aplicaciones de pesticidas. En la actualidad, Nataima-31 se siembra comercialmente en varias zonas de Colombia, Ecuador y Brasil.
15 Los forrajes sembrados podrían aliviar la grave escasez de alimento animal en África y sustentar su actual revolución pecuaria. Un estudio reciente del CIAT demuestra que sembrar híbridos Brachiaria podría generarle a los pequeños criadores de ganado de África oriental decenas de millones de dólares en ingresos tan solo con el aumento en la producción de leche.
En la década de los setenta, ganaderos en la región de los Llanos en Colombia reemplazaron pastos nativos con variedades seleccionadas de forrajes Brachiaria desarrolladas en el CIAT. La producción de carne por hectárea aumentó de 10 a 15 veces, con beneficios económicos estimados en más de US$1.000 millones.
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El tiempo que tarda en criarse el ganado se redujo de 4 años a casi 20 meses en Brasil gracias a nuevas variedades de pastos forrajeros desarrollados por el CIAT y la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa). Un mejor alimento animal, respaldado por fuertes incentivos fiscales, ya ha generado una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero de Brasil.
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El origen del 60% de las variedades mejoradas de arroz liberadas en América Latina y el Caribe se puede rastrear hasta llegar a variedades parentales desarrolladas por el CIAT, según investigaciones preliminares. Los beneficios relacionados tienen un valor estimado de US$860 millones para el período 1967–1995. Los consumidores de arroz son los principales beneficiarios, al recibir casi el 60% de todas las ganancias generadas por la adopción de variedades mejoradas.
La tercera mayor compañía de bienes de consumo del mundo, Unilever, ha adoptado la Metodología LINK del CIAT para apoyar su Plan de Vida Sostenible. Esta metodología le ayuda a desarrollar relaciones comerciales incluyentes y abastecerse de productos provenientes de 72 pequeños agricultores en todo el mundo.
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Tan solo en América Latina, hay más de 50 casos en los cuales la Metodología LINK del CIAT se ha usado como herramienta de desarrollo, evaluación o negocio para forjar modelos empresariales más incluyentes y sostenibles entre las asociaciones de productores y los compradores.
FORJANDO RESILIENCIA
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Tras el genocidio de 1994 en Ruanda – dado que las instalaciones de recursos genéticos fueron destruidas y las semillas consumidas – centros de CGIAR lanzaron un proyecto llamado “Semillas de Esperanza” para asegurar que a los agricultores de Ruanda se les proporcionaran las variedades de semillas que tenían antes, adecuadas para su suelo y clima, y resistentes a plagas y enfermedades locales. Durante la siguiente década, el CIAT, Catholic Relief Services (CRS) y CARE Noruega colaboraron en una serie de ayudas de semilla y guías de seguridad de sistemas de semillas.
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Científicos del CIAT en el banco de germoplasma de Kawanda en Uganda salvaguardan la mayor colección de fríjol en África. Los mejoradores de fríjol de África oriental están usando esta diversidad para desarrollar nuevas variedades ricas en hierro y tolerantes a la sequía. Cinco de ellas fueron liberadas en Uganda en 2016.
Los científicos del CIAT están a un año de definir el pangenoma de la yuca. Esto permitirá identificar genes responsables de aumentar los rendimientos, impulsar el contenido de proteína y mejorar la resistencia ante plagas. Además hará posible el mejoramiento de yuca in silico (por simulación computarizada) para establecer las combinaciones más efectivas de plantas parentales para producir progenie con los rasgos más valiosos.
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Los primeros fríjoles ricos en hierro y resilientes a la sequía fueron liberados en Uganda y distribuidos a Tanzania, Malawi, Kenia, Madagascar, Etiopía y Sudán del Sur en 2016.
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La colección de yuca del CIAT de casi 6.700 accesiones incluye aproximadamente 30 especies de parientes silvestres de la yuca. Mejoradores en todo el mundo están usando estas especies para producir variedades de yuca con más proteína y mayor resistencia a la sequía y enfermedades.
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Después de que el Huracán Mitch avanzara rápidamente por Centroamérica en 1998, el equipo de Sistemas de Información Geográfica del CIAT trabajó con la Agencia Espacial Canadiense para ayudar a los socorristas a identificar las zonas más afectadas y determinar los cultivos y sitios adecuados para la resiembra.
Científicos del CIAT han descubierto 30 nuevos tipos de fríjoles que “vencen el calor”, capaces de manejar un aumento promedio de temperatura de 4 grados centígrados.
Los pastos forrajeros Brachiaria seleccionados pueden ayudar enormemente a mitigar el cambio climático gracias a su capacidad para inhibir la nitrificación, un proceso natural que causa la conversión de nitrógeno en óxido nitroso (N2O), un gas de efecto invernadero 300 veces más potente que el CO2. Con el aumento de hasta siete veces en el uso de fertilizantes de nitrógeno desde los setenta, enfrentar la nitrificación es crucial para combatir el cambio climático.
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En 2014, 170 productores de arroz con 1.800 hectáreas en el departamento de Córdoba, Colombia, evitaron grandes pérdidas económicas en costos de producción, siguiendo la recomendación de dejar pasar una temporada de siembra porque se aproximaba una sequía. La recomendación, proveniente de FEDEARROZ, la asociación de productores de arroz del país, se basó en simulaciones climáticas del CIAT. 74
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En 2015, el CIAT y sus socios emplearon modelos climáticos y de cultivos para mostrar el posible impacto del cambio climático en África subsahariana y, por primera vez, cuándo debían implementarse cambios en políticas y prácticas para evitar la pérdida de aptitud en cultivos claves de primera necesidad como maíz, fríjol y banano.
En Colombia, Terra-i – una herramienta para el monitoreo de la deforestación en casi tiempo real, desarrollada por el CIAT y sus socios – reveló una masiva deforestación que sucedía en 2008 y 2009. El Gobierno colombiano usó la información para revisar sus estimados y fijar nuevos objetivos para enfrentar la deforestación antes de las negociaciones de la Cumbre sobre el Clima de 2009 en Copenhague.
En Perú, Terra-i está siendo utilizada por el Ministerio del Ambiente como el sistema oficial de alarma temprana para cambios en la cobertura y el uso de la tierra, generando una actualización mensual o sistema de alerta e identificando zonas de alto riesgo de deforestación.
33 CIATENRETROSPECTIVA
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Las investigaciones del CIAT y CCAFS llevaron al Gobierno de Nicaragua a priorizar la adaptación de pequeñas fincas de café y cacao al cambio climático en su Plan Nacional de Adaptación para la Agricultura (NAPA) de 2013. El NAPA ayudó a atraer importantes inversiones, entre ellas US$24 millones del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) para contribuir a financiar esos esfuerzos de adaptación.
Las investigaciones del CIAT ayudaron a diseñar el Fondo de Agua Tana-Nairobi, que fue puesto en marcha en 2015 gracias a The Nature Conservancy (TNC) y socios. El Fondo, el primero en su género en África, es un esquema público-privado que busca aumentar la productividad de las fincas río arriba, mejorando al mismo tiempo el suministro de agua y reduciendo costos en energía hidroeléctrica y agua potable río abajo. Se espera que genere US$21.5 millones en beneficios a largo plazo para los kenianos, incluidos agricultores y empresas.
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El trabajo de investigación del CIAT ayudó a poner un valor a los servicios ecosistémicos en la cuenca del río Cañete del Perú. En 2014, el Congreso Nacional aprobó una ley para promover mecanismos de compensación para compartir equitativamente los beneficios económicos de los servicios vitales que ofrecen los diversos ecosistemas del país.
Virólogos del CIAT han desarrollado una técnica diagnóstica para detectar eficazmente la presencia de virus que infectan la yuca, incluidos aquellos asociados con la enfermedad de cuero de sapo de la yuca. En 2014, científicos de la Universidad Agrícola de Bogor en Indonesia liberaron unas 3.000 avispas parásitas con apoyo del CIAT y la FAO para impedir la invasión del piojo harinoso de la yuca. Respuestas de biocontrol similares fueron implementadas en Vietnam en 2013 y Tailandia en 2010, así como en África en los ochenta, en donde salvó la suma de US$20 mil millones para el sector yuquero. La introducción de la avispa en África por parte del IITA fue reconocida como uno de los programas de control de plagas más exitosos del mundo.
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Más de 30.000 pequeños agricultores en Kenia, Etiopía, Tanzania y Uganda han acogido la versión sostenible adaptada al clima de un sistema novedoso de producción de cultivos llamado “empujar y jalar”, desarrollado por el Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Insectos (icipe), que busca la eliminación del barrenador del tallo, una plaga devastadora del maíz y otros cereales. El sistema de “empujar y jalar” integra pastos Brachiaria tolerantes a la sequía desarrollados por el CIAT como un cultivo “trampa” para la plaga, sirviendo a 76 su vez como alimento para el ganado.
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Los perfiles nacionales de agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC) producidos por el CIAT, CCAFS y sus socios están ayudando a los países a dar el próximo paso en la implementación de sus planes de mitigación y adaptación al cambio climático. Los perfiles detallan las consideraciones de ASAC específicas del país y resaltan su relación con la adaptación, mitigación, productividad, instituciones y financiación.
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Formando poco a poco una capa arable en los suelos ácidos infértiles de las sabanas de la región de los Llanos en Colombia a principios del nuevo siglo, los agricultores pudieron aumentar enormemente su productividad y retornos económicos sobre sus inversiones. Esto gracias a prácticas de mejoramiento y conservación de suelos, incluidas la rotación de cultivos y pasturas, labranza correctiva vertical, corrección de deficiencias de nutrientes en el suelo y la siembra de forrajes mejorados adaptados a los suelos ácidos de la región.
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El CIAT contribuyó a la difusión de principios de manejo integrado de la fertilidad del suelo (ISFM) al aportar recursos de información para la Iniciativa de Salud del Suelo Africano (2007) de la Fundación Bill & Melinda Gates. El ISFM involucra prácticas adaptadas a condiciones locales, incluido el uso de fertilizantes, insumos orgánicos y cultivos mejorados.
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La adopción mediante investigaciones participativas de sistemas agroecológicos de producción, como Quesungual en Honduras, Nicaragua y El Salvador, ha ayudado a restaurar la humedad del suelo, evitar la erosión, reducir la deforestación y mitigar los impactos del cambio climático al reemplazar prácticas de tala y quema con métodos de “corte y mantillo”, que mantienen la cobertura de los árboles. El sistema agroforestal Quesungual de corte y mantillo fue desarrollado originalmente por la FAO a principios de los noventa.
ALIANZAS MUNDIALES PARA LOGRAR
IMPACTO
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A través de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA), creada por el CIAT en 1996, más de 550 variedades mejoradas de fríjol han sido liberadas en África subsahariana, y millones de hogares agrícolas han tenido acceso a semilla de calidad. PABRA actualmente trabaja para mejorar la producción de fríjol y acceso a él en 30 países.
Desde que el CIAT creó el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego (FLAR) en 1995, el Fondo ha evolucionado convirtiéndose en una organización regional sólida que reúne a 36 socios de los sectores público y privado de 17 países, que influye en casi un 80% de las 27.8 millones de toneladas de arroz producido en América Latina y el Caribe.
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Desde la década de los noventa, el CIAT ha promovido el modelo de “Alianzas de Aprendizaje” en Centroamérica y África como una manera de ampliar exitosamente el impacto en el desarrollo. Las Alianzas de Aprendizaje pueden entenderse como un proceso en el que investigadores y profesionales en el desarrollo unen esfuerzos, habilidades y fondos, y en donde los resultados de investigación se comparten, se adaptan, se usan y se innovan para convertir eficazmente los hallazgos de investigación en resultados para el desarrollo. 78
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Durante cinco décadas, el CIAT ha recibido en sus instalaciones a decenas de miles de investigadores visitantes de universidades, el sector privado, otros centros de CGIAR y organizaciones locales, para colaborar en proyectos de investigación.
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El CIAT cocreó la Red Africana de Biología y Fertilidad del Suelo (AfNet) en 1988 a fin de formar las capacidades de instituciones africanas para llevar a cabo investigación en el manejo interdisciplinario e integrado de la fertilidad del suelo (ISFM) a nivel regional e internacional.
El CIAT ha sido mentor de líderes actuales y futuros en ciencias agrícolas, como la Ministra de Agricultura y Recursos Animales de Ruanda, Gerardine Mukeshimana, quien trabajó con Steve Beebe, en ese entonces mejorador de fríjol en el CIAT y actual líder del Programa de Fríjol del Centro, para aportar fundamentos a técnicas de selección frente a la sequía.
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Rainer Schultze-Kraft, científico emérito del CIAT, recibió el Premio de Amistad 2016 del Gobierno de China, por el trabajo que ha realizado durante largo tiempo con científicos de forrajes tropicales en ese país. El premio – otorgado por el viceprimer ministro de China Ma Kai – es considerado el mayor galardón que puedan recibir expertos extranjeros que trabajen con instituciones de China.
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El Programa de Investigación en Fríjol de Etiopía liderado por el Instituto Etíope de Investigación Agrícola (EIAR) ganó el mayor premio científico del país – la medalla y la Copa de Oro – por el impacto de su investigación en fríjol, que ha transformado las vidas de millones de agricultores. El Dr. Berhanu Amsalu Fenta, Coordinador del Programa Nacional de Investigación en Legumbres de Tierras Bajas, quien recibió el premio en nombre del EIAR, fue en su momento estudiante de doctorado apoyado por el CIAT. 79
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REDDITOR
Khoury et al. 2016. Origins of food crops connect countries worldwide. Proceedings of the Royal Society B - Biological Sciences 283: 2060792.
http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2016.0792
CGSpace link: http://hdl.handle.net/10568/75695
Wollenberg et al. 2016. Reducing emissions from agriculture to meet the 2 °C target. Global Change Biology 22(12): 3859–3864.
http://dx.doi.org/10.1111/gcb.13340
CGSpace link: http://hdl.handle.net/10568/73438
Rippke et al. 2016. Timescales of transformational climate change adaptation in sub-Saharan African agriculture. Nature Climate Change 6:605–609 p.
http://dx.doi.org/10.1038/NCLIMATE2947
CGSpace link: http://hdl.handle.net/10568/72509
Trijatmiko et al. 2016. Biofortified indica rice attains iron and zinc nutrition dietary targets in the field. Scientific Reports 6:19792.
http://dx.doi.org/10.1038/srep19792
CGSpace link: http://hdl.handle.net/10568/70994
Frelat et al. 2016. Drivers of household food availability in sub-Saharan Africa based on big data from small farms. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS) 113(2):458–463.
80
www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1518384112
CGSpace link: http://hdl.handle.net/10568/70134
Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
WIKIPEDIA
Otras publicaciones:
Área de Investigación en Análisis de Políticas Challinor et al. 2016. Current warming will reduce yields unless maize breeding and seed systems adapt immediately. Nature Climate Change 6:954–958. http://dx.doi.org/10.1038/NCLIMATE3061 Castañeda-Álvarez et al. 2016. Global conservation priorities for crop wild relatives. Nature Plants 17 p. http://dx.doi.org/10.1038/nplants.2016.22 Butt et al. 2016. The impact of residential combustion emissions on atmospheric aerosol, human health, and climate. Atmospheric Chemistry and Physics 16(2):873–905. http://dx.doi.org/10.5194/acp-16-873-2016 Schroth et al. 2016. Vulnerability to climate change of cocoa in West Africa: patterns, opportunities and limits to adaptation. Science of the Total Environment 556(15):231–243. http://dx.doi.org/10.1016/j.scitotenv.2016.03.024 Francesconi et al. 2016. Using the soil and water assessment tool (SWAT) to model ecosystem services: a systematic review. Journal of Hydrology 535(April):625–636. http://dx.doi.org/10.1016/j.jhydrol.2016.01.034 Harmel et al. 2016. Uncertainty in monitoring E. coli concentrations in streams and stormwater runoff. Journal of Hydrology 534:524–533. http://dx.doi.org/10.1016/j.jhydrol.2016.01.040
Área de Investigación en Agrobiodiversidad Roa et al. 2016. Plant genetic resources: needs, rights, and opportunities. Trends in Plant Science. 1–4 p. http://dx.doi.org/10.1016/j.tplants.2016.06.002 Pulido-Tamayo et al. 2016. EXPLoRA-web: linkage analysis of quantitative trait loci using bulk segregant analysis. Nucleic Acids Research 44(W1):W142–W146. http://dx.doi.org/10.1093/nar/gkw298 Sempéré et al. 2016. Gigwa—Genotype investigator for genome-wide analyses. GigaScience. BioMed Central Ltd., 5:36. http://dx.doi.org/10.1186/s13742-016-0131-8 Torres et al. 2016. The impact of heating and soaking on the in vitro enzymatic hydrolysis of protein varies in different species of tropical legumes. Food Chemistry 194:377–382. http://dx.doi.org/10.1016/j.foodchem.2015.08.022 Sarah et al. 2016. A large set of 26 new reference transcriptomes dedicated to comparative population genomics in crops and wild relatives. Molecular Ecology Resources. http://dx.doi.org/10.1111/1755-0998.12587 Haas et al. 2016. Consuming iron biofortified beans increases iron status in Rwandan women after 128 days in a randomized controlled feeding Trial 1–3. The Journal of Nutrition 146(8):1586–1592. http://dx.doi.org/10.3945/jn.115.224741 Rao et al. 2016. Root adaptations to soils with low fertility and aluminum toxicity. Annals of Botany 118(4):593–605. http://dx.doi.org/10.1093/aob/mcw073 Morante et al. 2016. Discovery of new spontaneous sources of amylose-free cassava starch and analysis of their structure and techno-functional properties. Food Hydrocolloids 56:383–395. http://dx.doi.org/10.1016/j.foodhyd.2015.12.025
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Greenfield et al. 2016. Beauveria bassiana and Metarhizium anisopliae endophytically colonize cassava roots following soil drench inoculation. Biological Control. Elsevier B.V., 95:40–48. http://dx.doi.org/10.1016/j.biocontrol.2016.01.002 Bechoff et al. 2016. Cassava traits and end-user preference: relating traits to consumer liking, sensory perception, and genetics. Critical Reviews in Food Science and Nutrition. Wiley-Blackwell Publishing Ltd., 12 p. http://dx.doi.org/10.1080/10408398.2016.1202888
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Programas de Investigación de CGIAR Liu et al. 2016. Similar estimates of temperature impacts on global wheat yield by three independent methods. Nature Climate Change 6:1130–1136. http://dx.doi.org/10.1038/NCLIMATE3115 Calvin et al. 2016. Agriculture, forestry, and other land-use emissions in Latin America. Energy Economics 56:615–624. http://dx.doi.org/10.1016/j.eneco.2015.03.020 Calderón et al. 2016. Achieving CO2 reductions in Colombia: Effects of carbon taxes and abatement targets. Energy Economics 56:575–586. http://dx.doi.org/10.1016/j.eneco.2015.05.010
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
Datos financieros destacados
Durante el año fiscal 2016, importantes esfuerzos se enfocaron en el desarrollo de la segunda fase de los Programas de Investigación de CGIAR. Para el CIAT, esto significó importantes contribuciones en todo el portafolio de los programas de investigación globales de CGIAR y un trabajo intenso para aportar innovaciones al Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y establecer la Plataforma de CGIAR para Big Data en la Agricultura. La plataforma abre una oportunidad significativa para potenciar los datos recopilados durante 50 años en el Sistema CGIAR para acelerar la innovación, apoyar la toma de decisiones informadas y expandir las soluciones para el desarrollo basado en la ciencia. Será determinante en los esfuerzos a nivel de CGIAR para brindar liderazgo mundial en la organización de datos abiertos, así como para convocar a una gran cantidad de socios externos, inspirar nuevas formas de abordar la investigación en agricultura, medio ambiente y seguridad alimentaria y lograr impacto. En Asia, el CIAT continuó trabajando sobre importantes prioridades en varios países, incluidos Vietnam, Indonesia, Filipinas y China. La resiliencia y la agricultura sostenible adaptada al clima fueron temas principales en nuestros nuevos proyectos de investigación. En África, destacamos la renovación de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA), que se enfoca en mejorar el crecimiento económico, la nutrición, la igualdad de género y la base de los recursos naturales para lograr mejores medios de vida para los pequeños agricultores en África subsahariana. Adicionalmente, en 2016, expandimos soluciones sostenibles mediante intervenciones para elevar la salud del suelo y la
captura de carbono en el suelo, y los proyectos de investigación exploraron el potencial socioeconómico y ambiental de los forrajes mejorados en los sistemas agropecuarios. Más cerca a la sede principal del CIAT en América Latina y el Caribe, nuestro trabajo se enfocó en difundir la agricultura sostenible adaptada al clima y en brindar a los formuladores de políticas herramientas para la toma de decisiones. Además, el banco de germoplasma del CIAT, que proporciona materia prima vital para nuestros programas de mejoramiento de cultivos, siguió avanzando hacia una revitalización bastante necesitada a través de la iniciativa Semillas del Futuro (ver pág. 68). Las alianzas mundiales continuaron teniendo un rol central en nuestras actividades. Nuestros socios, bien sean donantes, gobiernos, actores del sector privado u ONG, contribuyen enormemente al enfoque marcado del CIAT en la innovación – ya que usamos la ciencia para dar respuesta a algunas de las problemáticas más complejas que enfrenta la sociedad.
Balance de actividades
(expresados en miles de US$)
2016
2015
Ingresos y ganancias Ventanas 1 & 2 Ventana 3 Bilaterales
40.944
51.823
31.388
34.572
21.903
24.024
Total ingresos por subvenciones
94.235
110.419
Otros ingresos y ganancias Total ingresos y ganancias
328
318
94.563
110.737
Gastos y pérdidas Gastos directos de investigación Gastos colaboradores de CGIAR Gastos no colaboradores de CGIAR Gastos generales y administrativos Otros gastos y pérdidas Total gastos operacionales Ingresos financieros Gastos financieros Excedente (déficit) para el año
49.888
52.782
23.007
33.287
15.242
16.134
7.689
8.389
(35)
323
95.791
110.915
1,133
1,087
(179)
(493)
(274)
416
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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Donantes y socios
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
• Agencia de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura (DA-BAR), Filipinas • Centro Australiano para la Investigación Agrícola Internacional (ACIAR)
• Fondo Monsanto, Estados Unidos • Fundación Howard G. Buffett, Estados Unidos • Fundación McKnight, Estados Unidos
• Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (CORMACARENA), Colombia
• Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), Estados Unidos
• Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA)
• Ministerio de Relaciones Exteriores (MFA), Noruega
• Departamento para el Desarrollo Internacional (DfID), Reino Unido
• Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
• El Banco Mundial
• Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
• Agencia Austríaca de Desarrollo (ADA)
• Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), Colombia
• Ayuda Irlandesa
• Gobierno Federal de México
• DuPont Pioneer, Estados Unidos
• Banco Africano de Desarrollo (AfDB)
• Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa)
• Banco Alemán de Desarrollo (KfW) • Banco Interamericano de Desarrollo (BID) • Catholic Relief Services (CRS), Estados Unidos
• Empresas Públicas de Medellín (EMP), Colombia
• Centro Internacional de Investigación para las Ciencias Agrícolas del Japón (JIRCAS)
• Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (Fontagro)
• Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), Canadá
• Fundación Africana de Tecnología Agrícola (AAFTF), Kenia
• Comité de Evaluación de la Sostenibilidad (COSA)
• Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (SNSF) Instituto de Recursos Mundiales (WRI), Estados Unidos
• Consejo de Desarrollo Cooperativo de Ultramar (OCDC) de Estados Unidos
• Keurig Green Mountain, Inc., Estados Unidos
• Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), Reino Unido
• Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), Perú
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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• Ministerio de Agricultura, Forestería y Pesca (MAFF), Japón • Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MALF), Kenia
• Syngenta, Suiza • Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
• Academia China de Ciencias Agrícolas (CAAS)
• Instituto de Investigación Nutricional (IIN), Perú
• Bayer S.A., Colombia
• Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED)
• Centro Internacional para el Desarrollo de Fertilizantes (IFDC) • Centro Técnico para la Cooperación Agrícola y Rural (CTA) • Certificación UTZ, Los Países Bajos • Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio (DFAT) de Australia • Federación Nacional de Cafeteros (FNC) de Colombia • Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) • Fundación Villum, Dinamarca • Future Earth
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Forjando la sostenibilidad alimentaria futura
• Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), México • Instituto Nacional para la Investigación Agrícola (INRA), Francia • Investigación Mundial de Café (WCR) • Ministerio de Agricultura y Cooperativas del Reino de Tailandia • Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), Colombia • Solidaridad, Los Países Bajos • The Nature Conservancy (TNC), Estados Unidos
Nuestra Junta Directiva y Equipo Directivo
Junta Directiva Geoffrey Hawtin Presidente de la Junta Consultor Independiente, Reino Unido/Canadá John Edward Hamer Vicepresidente Consultor Independiente, Canadá Nancy O. Andrews Presidenta y Directora Ejecutiva del Fondo de Inversión para la Población de Escasos Recursos (LIIF), Estados Unidos Sara Menker Fundadora y Directora Ejecutiva de Gro Intelligence, Etiopía Juan Camilo Restrepo Consultor Independiente, Colombia Charles Rice Profesor Distinguido de Microbiología de Suelos, Universidad Estatal de Kansas, Estados Unidos Agnes Casiple Rola Economista Agrícola, Universidad de Filipinas, Los Baños, Filipinas Cristián Samper Presidente y Director Ejecutivo de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), Colombia
Ex officio
Ruben G. Echeverría Director General del CIAT, Uruguay Aurelio Iragorri Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Colombia Ignacio Mantilla Rector, Universidad Nacional de Colombia, Colombia Juan Lucas Restrepo Director Ejecutivo, Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), Colombia
Equipo Directivo Ruben G. Echeverría, Director General Debisi Araba, Director Regional para África (Kenia) Dindo Campilan, Director Regional para Asia (Vietnam) Maya Rajasekharan, Jefe, Coordinación de Programas Andy Jarvis, Director del Área de Investigación en Análisis de Políticas Joseph Tohme, Director del Área de Investigación en Agrobiodiversidad Louis Verchot, Director del Área de Investigación en Suelos y Paisajes para la Sostenibilidad Gloria Rengifo, Directora, Finanzas y Administración Mario Bernal, Director, Gestión Humana André Zandstra, Jefe, Alianzas y Comunicaciones
Informe Anual CIAT 2016–2017 - Edición Especial 50 Aniversario
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Del CIAT para el mundo El banco de germoplasma del CIAT conserva y comparte las mayores colecciones de fríjol, yuca y forrajes tropicales del mundo – más de accesiones de cultivos en total. Desde su creación, el CIAT ha distribuido más de medio millón de muestras de 141 países a solicitantes en más de 160 países.
Forjando la sostenibilidad alimentaria futura desde 1967
SOPA DE LETRAS Retos y soluciones
Seguridad alimentaria y nutrición
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ganancia globalización igualdad incluyente información infraestructura intermediario justo lácteos mercados negocio pobreza
políticas precios privado producción semillas subsistencia supermercados sustento urbanización volatilidad
SOPA DE LETRAS Retos y soluciones
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Editora en jefe y directora creativa Stéfanie Neno Escritor principal Neil Palmer Redacción Georgina Smith, Madelline Romero, Stéfanie Neno, Adriana Varón y Juliana Knapp Diseño y diagramación Daniel Gutiérrez, Carlos Polo y Felipe Fajardo Edición en inglés y traducción al español Victoria Rengifo Fotos Neil Palmer, Georgina Smith, Stéfanie Neno y Adriana Varón Foto portada Neil Palmer Impresión Imágenes Gráficas S.A. - Cali, Colombia Tiraje: 1.000 ejemplares Mayo 2017 Cita CIAT. 2017. CIAT en Revisión. Informe Anual 2016–2017. Forjando la Sostenibilidad Alilmentaria Futura. Edición Especial 50 Aniversario. Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT): Cali, Colombia. 94 p.
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