25 años de nuestra alma máter

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25 años en nuestra “alma máter” O Lilia Guzmán

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25 años en nuestra “alma máter” Celebrar al lado de ustedes veinticinco años no es poco después de tantas experiencias compartidas y de un largo y fructífero aprendizaje mutuo. Hemos crecido juntos, hoy somos más maduros, sólidos y comprometidos. Deseo que nos quede aún mucho tiempo para aprender, crear y soñar. Este modesto documento contiene las vivencias que algunos de ustedes desearon que compartiera, no siendo una crónica exhaustiva, ni conclusa. Tiene la intención de recordar y tal vez de ser útil para estimularnos en la construcción de una profesión cada vez más significativa y servir a México. Los grandes retos se cumplen día a día, poco a poco, y la participación de cada uno de nosotros es para todos trascendente. Las anécdotas de los profesores y de los alumnos son tantas, que me resultaría imposible compartirlas ahora, sólo diré acerca de los profesores que sobrepasaron las esperanzas y me sorprendieron con creces. Conocía a muchos de los profesores, a otros no los conocía antes de esta experiencia, sin embargo, todos ustedes han sido entrañables y generosos compañeros. A los alumnos, los invito a permitirnos colaborar en su crecimiento, el futuro está en sus manos. Enamórense de su profesión, hagan todo con pasión y aprovechen esta oportunidad pues no hay satisfacción ni felicidad más grande, noble y digna, que la de haber vivido siendo útiles. Esta escuela existe para ustedes y por ustedes. Hay tiempo para compartirlo y disfrutarlo todo, la enseñanza, la amistad, las alegrías y las penas, todo tiene su momento, éste es nuestro. Mi participación tiene el propósito especial de dar a conocer entre los profesores y los alumnos algunos de los hechos relacionados con la profesión, que tal vez desconocían.

In memoriam ...de la poesía de las estancias a cielo abierto de Luis Barragán ...de la tenacidad y simpatía de Carlos Contreras Pagés ...de la claridad y calidad intelectual de Mario Schjetnan Dantán ...de la creatividad y carisma de Mathias Goeritz ...de la intensa y maravillosa personalidad de José Luis Benlliure ...de la modesta sabiduría y dulzura de Ricardo Arancón ...de la estimulante calidad profesional y humana de Jot Carpenter ...de la vigorosa intelectualidad de Carlos Chanfón ...de la integridad y reto de Antonio Recamier ...de la entrega sin límites de mi esposo Luis Enrique Ocampo Amigos entrañables e insustituibles todos, con los que me faltaron muchas valiosas experiencias y alegrías por compartir.

La aventura El nacimiento de una profesión es poco común y ciertamente toda una aventura.

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Desde la aparición de las primeras culturas, el hombre y la naturaleza tienen una relación cósmica. La relación del hombre con la naturaleza siempre ha sido disfrutando de sus dones, en un principio, esencialmente conservándola y adaptándola a sus necesidades. Sin embargo, hace poco menos de un siglo, esta relación algunas veces —más de las deseables― se tornó en una actitud agresiva, quedando en el ambiente la huella manifiesta de la transformación y el daño.

El paisaje es la memoria colectiva de la cultura La expresión humana en el paisaje ha existido desde el principio de las culturas: la arquitectura de paisaje sin arquitectos paisajistas. Desde la civilización Sumeria en Mesopotámia, el hombre ha sentido la necesidad de expresarse de manera filosófica y artística en su entorno y comenzó a recrear el jardín del paraíso. El jardín es el sitio del encuentro de la vida y la muerte, de la paz espiritual en la soledad y en la compañía, la estancia a cielo abierto del amor, representación universal del concepto del paraíso en el anhelo, la esperanza y el sueño. Este arte tuvo sus creadores, muchos de ellos anónimos en el discurrir de la historia. Se sucedieron paraísos creados de los cuales algunos se perdieron de la herencia de la humanidad. Las bellas artes recrearon y guardaron algunos presentes en la historia, la pintura, la escultura, la música, la literatura, la poesía, la danza y su hermana la arquitectura. Con esta tradición en el arte de sus diseñadores, en 1857, el visionario Frederick Law Olmsted realizó el Parque Central en la ciudad de Nueva York y al solicitarle que dijera cuál era su profesión, él respondió: arquitecto paisajista. Olmsted continuó con su pionero concepto y consiguió que en 1872 se creara el primer Parque Nacional del mundo en Yellowstone. Más tarde, se logró definir esta nueva profesión y su hijo Frederick Law Olmsted Jr. logró establecerla en la Universidad de Harvard, en 1899. En ese mismo año, Olmsted Jr. fue fundador de la American Society of Landscape Architects (ASLA). Para divulgar la profesión, en 1910 se inició la publicación de la revista Landscape Architecture Magazine, (LAM), la cual ha continuado publicándose ininterrumpidamente hasta nuestros días, lo que la hace una de las más antiguas del mundo pues hace más de 100 años que publicó su primer número. A partir de esto, más de 150 escuelas de arquitectura de paisaje fueron establecidas en más de 40 países y en 1929, se fundó en Inglaterra la Internacional Federation of Landscape Architects, mejor conocida por sus siglas como IFLA.

Nosotros En México también existieron pioneros, Luis Barragán, galardonado con el premio Pritzker, pronto descubrió al mundo una nueva estética, creando memorables paisajes, en un incomparable lenguaje del espacio. Carlos Contreras Pagés, por razones familiares, se hace cargo de una pequeña compañía de jardinería y tal vez por tratar de hacerla compatible con su profesión de arquitecto, descubre la arquitectura de paisaje, de la cual ya hablaba su padre, el conocido arquitecto y urbanista Carlos Contreras Elizondo. Con el tiempo, Eliseo Arredondo se recibe de arquitecto con una tesis profesional en Tepoztlán. En su examen profesional Carlos Contreras Pagés, quien fue uno de sus sinodales, le hace notar sus 3


capacidades, por él insospechadas hasta entonces, para la arquitectura de paisaje. Alentado por Carlos, Eliseo estudia arquitectura de paisaje en la escuela de Versalles. A su regreso a México, empieza a practicar sus dos profesiones y, un poco después, el 18 de agosto de 1972, funda la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México conocida como la SAPM, de la cual fue el primer presidente. Desde ese momento y durante toda su vida Luis Barragán fue presidente honorario de la misma. El arquitecto Carlos Bernal Salinas también tuvo su descubrimiento personal y realizó sus estudios de arquitectura de paisaje en la Universidad de Berkeley en California; desde 1967 comparte con nosotros su gran talento de arquitecto paisajista, convirtiéndose en el primer profesor de la materia de Arquitectura de Paisaje en la Facultad de Arquitectura. Algunos otros jóvenes arquitectos, como sus antecesores, también egresados de nuestra Universidad, se prepararon en la profesión en el extranjero, entre ellos Alfonso Muray Kobory y Mario Schjetnan Garduño y otros, optamos por el difícil camino del autodidacta. En 1972, siendo aún estudiante de arquitectura, tuve la fortuna de ser alumna de Carlos Bernal Salinas. Más tarde fui colaboradora y alumna de Carlos Contreras Pagés, Alfonso Muray Kobory y Eliseo Arredondo, a ellos debo mi aprendizaje dentro y fuera de aulas de la Facultad de Arquitectura. En un viaje a Grecia en 1979, gracias a un inesperado golpe de suerte, conocimos al arquitecto paisajista Michael Sardina, socio de la firma de arquitectos paisajistas SWA, establecida en Sausalito, California. Ésta fue fundada por los conocidos y reconocidos arquitectos paisajistas Hideo Sasaki y Peter Walker quienes, tiempo después, fueron directores de la Escuela de Arquitectura de Paisaje en la Universidad de Harvard. La firma impartía cursos de verano a estudiantes de arquitectura de paisaje y, por esta razón, Mike me propuso que les solicitara una beca. Afortunadamente fui aceptada y, en el verano de 1980, participé en el curso que consistía en realizar ejercicios académicos asesorados por los miembros de SWA, en especial por Bill Callaway, Calvin Platt y Tom Adams. Además, participábamos en proyectos profesionales que la firma realizaba e interveníamos profesionalmente en cualquier proyecto o ámbito de nuestro interés personal que se estuviera llevando a cabo en la oficina. Realizamos varios viajes de estudio guiados por Walter Beamis y tuvimos pláticas de importantes profesionistas miembros de la misma firma, como el propio Peter Walker ―que se encontraba en aquel momento en la oficina de la firma en Boston― o con algunos otros invitados especiales como Michael Laurie, autor del libro Introducción a la Arquitectura de Paisaje. El resultado de esta experiencia fue una significativa y trascendente etapa en mi vida profesional. En esta época, Carlos Contreras Pagés fue el principal promotor del establecimiento de la carrera en la Facultad de Arquitectura, él con persistencia luchó por ello durante años, aunque desafortunadamente no logró ser escuchado. Al mismo tiempo, Carlos Bernal Salinas nos enseñaba a incontables generaciones, las cuales le debemos un enorme reconocimiento de gratitud por habernos abierto las puertas de esta maravillosa profesión y por habernos inspirado y alentado siempre.

El reto En el ejercicio diario de la vida académica que compartimos todos en nuestra Universidad, el reto más provocativo y estimulante que se nos puede ofrecer es el de participar en un proyecto académico tan importante como el de llenar un nicho educativo y profesional. Como todo en la vida, es necesario que se conjuguen en el momento propicio muchos intereses y voluntades pero, además debe existir un buen proyecto que sea trascendente y la disposición para realizarlo. 4


La oportunidad y la confianza para realizar el proyecto de establecer la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje nos fueron ofrecidas en 1983 por el arquitecto Ernesto Velasco León, entonces director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ernesto prestó oídos atentos y mostró un espíritu abierto a la solicitud del arquitecto Luis Enrique Ocampo, entonces secretario general de la Facultad. El arquitecto Ocampo, mejor conocido como el "Chato", conocía de primera mano a los arquitectos paisajistas. Compartía con Carlos Contreras Pagés una oficina y había sido testigo de su desarrollo profesional y de la fundación de la SAPM, de la cual Carlos fue el segundo presidente. El "Chato", conociendo la diferencia profesional entre la arquitectura y la arquitectura de paisaje así como las inquietudes de nuestro grupo y los fallidos intentos por convencer a las autoridades previas de la Facultad de Arquitectura, le pidió a Ernesto que nos escuchará, sabiendo de antemano que las propuestas académicas eran el interés prioritario del director. Ernesto nos alentó desde el primer momento a realizar el proyecto. El 18 de Marzo, un grupo de arquitectos egresados de nuestra Facultad y miembros de la SAPM, en compañía del arquitecto paisajista belga Bernard Capelle, planteamos la primera propuesta académica en nuestra casa en Tepoztlán, Morelos. Allí definimos el perfil de la carrera y las materias que integrarían el plan de estudios, introduciendo algunas muy interesantes como: Principios de Percepción; Psicología Aplicada al Diseño; y la entonces desaparecida del Plan de estudios de la Licenciatura de Arquitectura, la materia de Diseño Básico. Esta última que algunas generaciones tuvimos el privilegio de cursar con Mathias Goeritz, Giulia Cardinali Pessani, Arturo Chávez Paz, Lilly Nieto Belmont, Luis Enrique Ocampo, Carlos Minvielle, Jorge Segura e Innes Webster. En estos cursos Mathias nos presentó con el joven y también talentoso artista Sebastián. Estas experiencias académicas son las que con más cariño recuerdo como las más inquietantes, divertidas y formativas de mis estudios. De esta manera continuamos con el plan trazado y el proceso para lograr la meta fue, desde sus inicios, muy motivador y prometedor. En el proyecto participaron cerca de 50 prestigiados especialistas de muy diversas áreas que simplemente fueron convocados y, desinteresadamente, aceptaron colaborar con nosotros, comprendiendo la importancia y la necesidad de establecer esta profesión. Todos ellos contribuyeron a sentar las bases para el enfoque y a plantear la manera en que deberíamos acercarnos a cada una de las áreas y su vinculación. El Programa de Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se interesó en este proyecto y tuvimos la asesoría de su director de Medio Ambiente, Octavio Schettino. La UNESCO incluso nos apoyó en lo económico para participar en la reunión del Consejo de Educadores de Arquitectura de Paisaje que se llevó a cabo en 1985, en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, a la cual asistí en compañía de Mario Schjetnan Dantán. En estas reuniones en la Universidad de Illinois conocí a Jot Carpenter, quien tenía un gran prestigio en la IFLA pues era el coordinador del Comité de Educación, además, en ese momento, Jot era el respetado y admirado director de la Escuela de Arquitectura de Paisaje de la Universidad de Columbus en Ohio, y un reconocido profesional. Jot se ofreció a colaborar conmigo en todo lo que fuera necesario, sobra decir que la generosidad de su ofrecimiento fue inmediatamente aceptada. De esta manera, apareció en mi vida y en el horizonte de la futura Licenciatura en Arquitectura de Paisaje un hombre carismático.

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A partir de ello, el desarrollo detallado y final del plan de estudios fue un arduo trabajo de dos años en los que tuve el privilegio y la satisfacción de trabajar al lado de los arquitectos Mario Schjetnan Dantán y Alejandro Cabeza Pérez, dos comprometidos universitarios. Presentamos la primera propuesta el día 7 de Junio de 1983 y, aunque muy esquemática aún, ésta incrementó el interés y determinó la decisión final del arquitecto Ernesto Velasco de realizar el proyecto académico. Después desarrollamos cuatro propuestas sucesivas y así, poco a poco y con un gran esfuerzo, alcanzamos la definitiva. Los colaboradores fueron sucediéndose en función de que se iban identificando con el proyecto lo cual nos permitió ir seleccionando a los que más tarde podrían ser profesores. De esta manera nos acercábamos cada vez más a la meta. A lo interno de la Facultad de Arquitectura se realizaron dos foros abiertos en junio de 1984 para la presentación y debate del proyecto académico. Este proceso fue muy complejo. Existió una fuerte oposición al establecimiento de la carrera y creo, con tristeza, que en algunos sectores de la comunidad de la Facultad aún existe esa oposición hacia la arquitectura de paisaje. Se cuestionó la legitimidad de la profesión y su necesidad, estos aspectos desencadenaron una oposición muy agresiva y contraria al espíritu académico, de lo primero existen pruebas documentales; lo segundo lo afirmo, pues nunca se debatieron aspectos de verdadero carácter académico. Sólo existieron negativas, no propuestas. Con esta actitud todos perdimos un espacio de discusión académica que, en ese momento, estoy segura hubiera enriquecido el proyecto y a la Universidad. La propuesta fue concluida y aprobada por el Honorable Consejo Técnico de la Facultad de Arquitectura en Octubre de 1984 y a partir de ello varias instancias del Honorable Consejo Universitario iniciaron el proceso de análisis del Plan de estudios. El 24 de Septiembre de 1985, fue aprobado por el Honorable Consejo Universitario de la UNAM el Plan de Estudios para la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje y, en consecuencia, el establecimiento de la carrera. Este hecho es histórico para América Latina ya que así nació la primera Licenciatura en Arquitectura de Paisaje, en un país de habla hispana. A continuación, realizamos un Curso Introductorio a la Arquitectura de Paisaje abierto a todos los interesados el cual despertó un enorme entusiasmo y resultó ser un gran evento. En el momento de iniciar los cursos, muchos profesores se interesaron en participar en ellos, la hora había llegado y animados por el mismo espíritu y esperanza se unieron a mí —en mi calidad de primera coordinadora de la Licenciatura y profesora― incontables profesores. En el primer semestre estaban: el Arq. Sergio Arellano, el Biól. Juan Luis Brunhuber, el Arq. Alejandro Cabeza, el Arq. Miguel León Acevedo, la Geógrafo María Teresa López Castro, el Arq. Marcos Mazari, el Ing. Rafael Muñoz Márquez, el Arq. Luis Enrique Ocampo y el Arq. Mario Schjetnan Dantán. Este entusiasta grupo asistió a un curso de preparación didáctica que nos impartió el urbanista George Rockrise, socio de la firma ROMA de San Francisco, California, a quien tuve el placer de conocer a través de mi compañera Bonnie Fisher, en el curso de verano de SWA. A George le agradecemos, su desinteresado esfuerzo en este proyecto.

El nacimiento de un proyecto académico La Licenciatura en Arquitectura de Paisaje, inició sus cursos el lunes 4 de Noviembre de 1985 a las 8:00 horas, día en que se celebra a San Carlos Borromeo, día feliz para todos nosotros y justo homenaje a Carlos Contreras Pagés y a Carlos Bernal Salinas.

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Alejandro Cabeza impartió con entusiasmo y nerviosismo la primera clase a la primera generación de estudiantes conformada por: Mariela Bustos Serrano, Manuel González Arriaga, Juan Carlos González Jiménez, Pedro Méndez Méndez, Blanca Millán Trujillo, Rafael Muñoz Márquez Trujillo, Carlos Arturo Oliveros Díaz y Adrián Sosa Loza. Nuestro primer invitado extranjero a la Licenciatura fue Jot Carpenter, en 1986, y estoy segura de que para la entonces pequeña comunidad de la Licenciatura fue una experiencia única e irrepetible. Conservo aún conmigo la fortuna de su entrañable generosidad, no sólo en sus enseñanzas y en las vivencias compartidas, sino en incontables y extensas cartas que intercambiamos a lo largo de nuestra profunda y fructífera amistad. Jot siempre estuvo en contacto con la Licenciatura, proponiéndome y aconsejándome en los aspectos académicos e incluso alentándome y retándome a alcanzar mejores y más altas metas. En una visita a la Universidad de Columbus en Ohio, para intercambiar ideas, asistí a su curso de Historia de la profesión en EU, participé en múltiples clases y conocí a muchos de los profesores, que generosamente me regalaron los apuntes de sus clases. Ese material fue un regalo invaluable para nuestros profesores. Nunca nadie ha sido un amigo más sincero e intenso. Nuestras aulas también se vieron honradas con los cursos que nos impartieron los arquitectos paisajistas Fernando Tábora de la Universidad Central de Venezuela y Eduardo Santaella de la firma SWA. Igualmente significativa fue la conferencia que dictó el arquitecto paisajista Hans Werkmeister, entonces presidente de la IFLA. En 1990 establecimos la Semana de Arquitectura de Paisaje, en la cual se realizaron conferencias con distinguidos participantes y la primera Exposición de Arquitectura de Paisaje de nuestra Facultad, en la Galería José Luis Benlliure, en ella participaron conjuntamente los estudiantes de la Licenciatura, los miembros de la SAPM y la firma SWA. Con gran alegría en el gremio, recibimos a nuestro primer graduado en 1989, el arquitecto paisajista Rafael Muñoz Márquez Trujillo y en 1991 a la segunda graduada y primera arquitecta paisajista Susana Marín Amaro. De 1990 a 1996, el segundo coordinador de la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje fue el arquitecto Alejandro Cabeza Pérez. Durante su coordinación se iniciaron los Viajes de Prácticas, experiencia invaluable para la comunidad y también se fundó el Herbario de Plantas Ornamentales “Carlos Contreras Pagés”, cuyas coordinadoras han sido la bióloga Rocío López de Juambelz y la maestra María del Carmen Meza. Durante su gestión la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje cumplió 10 años.

De 1996 a 2004, el tercer coordinador de la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje fue el arquitecto Marcos Mazari Hiriart. En el año 2000, Marcos obtuvo la aprobación del Honorable Consejo Universitario para la implantación del segundo Plan de Estudios para la Licenciatura. Se celebró la Semana de Arquitectura de Paisaje en la Facultad con conferencias propedéuticas, durante su gestión coordiné el convenio para la Conferencia Internacional Anual “Mario Schjetnan Dantán”, gracias al patrocinio de la firma Grupo de Diseño Urbano (GDU) de Mario Schjetnan Garduño y José Luis Pérez Maldonado. También se inició el programa de becarios y el intercambio de estudiantes con universidades del extranjero.

Los egresados en la enseñanza De 2004 a 2009, la cuarta coordinadora de la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje fue la arquitecta paisajista y maestra en restauración Amaya Larrucea Garritz, primera coordinadora egresada de la Licenciatura.

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Amaya, durante su gestión, tuvo como coordinadoras académicas a la maestra en urbanismo Claudia López Leal de 2004 a 2005 y a la arquitecta paisajista Fabiola Pastor Gómez, de 2006 a 2009, ambas también egresadas de nuestras aulas. Durante su periodo de coordinación, varios egresados más se sumaron a la planta de académicos: Arq. Psj. Abraham Barrios Camacho, Arq. Psj. Pedro Camarena Berruecos, Arq. Psj. Alma Delia de los Ríos Massé, Arq. Psj. Maritza Hernández Solís, Arq. Psj. Octavio Miguel Méndez Aguayo, Arq. Psj. Rosa Michelle Meza Paredes, Arq. Psj. Erika Miranda Linares, Arq. Psj. Eduardo Peón Velázquez, M. en Urb. Claudia Reyes Ayala, Arq. Psj. Alicia Ríos Martínez, Arq. Psj. Andrea Berenice Rodríguez Figueroa, Mtro. en Arq. Octavio Ruiz Abarca, Arq. Psj. Juan Manuel Soto Alva y Mtra. en Arq. Gabriela Wiener Castillo. En total 17 egresados de nuestras aulas participando en la coordinación y la enseñanza. Se llevó a cabo en 2006, la 1a. Acreditación Académica de la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje, por el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Enseñanza de la Arquitectura (COMAEA). Se realizó la revisión del Plan de Estudios 2000, considerando un nuevo perfil del egresado. Se incrementaron los cursos extracurriculares para los alumnos así como diversos programas, seminarios y diplomados en nuestra universidad y en universidades del extranjero. Varios miembros de la comunidad realizaron importantes proyectos con los programas PAPIME Y PAPIIT. Se celebraron los veinte años de la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje. Los eventos incluyeron: exposiciones, conferencias, mesas redondas y conciertos, entre ellos, el estreno del concierto de percusiones y metales “Paisajes Sonoros” y la plantación conmemorativa de dos cipreses (Cupressus guadalupensis) en nuestra Facultad, donados por los profesores de la Licenciatura y por la SAPM. En 2009 se cumplió con la meta de contar con más de 100 egresados recibidos de nuestras aulas de los cuales casi 60 se recibieron durante la gestión de Amaya, fortaleciéndose así, durante dicha gestión, la eficiencia terminal. Se inició el Programa de Seguimiento de los Egresados. En 2005, la Facultad de Arquitectura adoptó las Nuevas Formas de Titulación aprobadas por el Consejo Universitario y en 2006 los estudiantes de nuestra comunidad comenzaron a optar por algunas de ellas. Se impulsó el Programa de Intercambio de Estudiantes con EU, Francia, Canadá, España, Colombia y la República Checa así como las estancias de estudiantes en Chile y Perú. El intercambio de profesores se incrementó con su participación en universidades de Argentina, Francia, Colombia, Guatemala y Costa Rica. Se firmó el convenio para la formación de la Red Latinoamericana de Paisaje. Se realizaron el 1er. Congreso de Espacio Público y la 1ra. Bienal de Arquitectura de Paisaje, esta última en colaboración con la SAPM. Se crearon tres premios para las mejores tesis de nuestros alumnos: El premio “Arq. Luis Enrique Ocampo Esparza”, a la mejor tesis práctica a escala urbano – arquitectónica. El premio “Arq. Ricardo Arancón García”, a la mejor tesis teórica. El premio “Arq. Carlos Bernal Salinas”, a la mejor tesis práctica a escala regional. De 2009 al presente la quinta coordinadora es la arquitecta paisajista y maestra en urbanismo Fabiola Pastor Gómez. 8


Fabiola ha trabajado conjuntamente con los profesores en el nuevo Plan de Estudios que está por consolidarse. Durante su gestión, en 2011, la Acreditadora Nacional de Programas de Arquitectura y Diseño del Espacio Habitable (ANPADEH), antes COMAEA, confirmó la acreditación de la Licenciatura para un segundo ciclo.

25 años Celebramos con ella los 25 años de la fundación de la Licenciatura en Arquitectura de Paisaje con actividades que incluyeron: conferencias magistrales dictadas por la arquitecta paisajista Desireé Martínez, presidenta mexicana de la IFLA, la maestra en restauración Amaya Larrucea y los arquitectos paisajistas William Callaway y Bernard Capelle, así como con la realización del 2do. Congreso de Espacio Público, entre otras. Fabiola continúa con gran entusiasmo las importantes labores de la coordinación, permitiéndonos crecer con indescriptibles esfuerzos y gran entrega. Hemos logrado realizar algunos proyectos de vinculación profesional en los que participan profesores y alumnos, exposiciones profesionales, publicaciones de libros y artículos en revistas, programas de radio y televisión, cursos de formación docente y superación académica para profesores, así como el Primer Congreso de Arquitectura de Paisaje en México organizado por la SAPM, se han brindado asesorías y cursos a diversas universidades para diferentes niveles de estudios de Arquitectura de Paisaje y se ha participado en congresos, cursos y reuniones, internacionales y nacionales. Así mismo, se han elaborado videos de divulgación para su difusión a través de la página de internet de la Facultad, convenios e intercambios académicos con universidades dentro y fuera del país, congresos y coloquios nacionales, además se llevó a cabo la primera reunión nacional de herbarios y su primera exposición “Paradeisos Herbariorum”. Han sido incontables las participaciones de muchos profesionistas que nos han apoyado en cursos, conferencias, exposiciones y toda suerte de colaboraciones, a todos ellos, nuestro más profundo agradecimiento. Para todas nuestras autoridades, coordinadores, maestros y alumnos, mi gratitud y reconocimiento sin límite. Todos los que hemos participado en el proyecto académico y lo llevamos a la práctica, lo sufrimos y lo gozamos indeciblemente, ha sido una maravillosa vivencia. Ante la impotencia de poder agradecerles en todo lo que se merecen, me conformo con contar con su amistad y quererlos.

Todos No estamos satisfechos, queda mucho por hacer.

Nobleza obliga Agradezco a Ernesto Velasco León por su confianza ilimitada, su calidad humana y su generosa amistad. Al "Chato" Ocampo, mi esposo, por sus enseñanzas, su constante estímulo y su amada compañía. A todos mis amigos de SWA, por haberme brindado la oportunidad de crecer profesionalmente. 9


A Honorato Carrasco y Luis Enrique Ocampo, a Imanol Ordorika, a Carlos Contreras Pagés, a Alfonso Muray y a Eliseo Arredondo, quienes sobre el "restirador" y en mangas de camisa me guiaron en el principio de mi profesión, por sus ilimitadas enseñanzas. Brindo mi más amplio reconocimiento a mis compañeros en esta labor, Mario Schjetnan Dantán y su esposa Malmy, quienes tuvieron la paciencia y la generosidad de aceptarme por meses en su casa, todos los días, todo el día, mientras realizábamos la propuesta. A Alejandro Cabeza Pérez, que entonces era director de Parques y Jardines en la ciudad de Jalapa, en Veracruz, quien viajó incansablemente de esa ciudad al Distrito Federal para reunirse con nosotros y colaborar en el primer plan de estudios. Por el reto constante y trascendente, a Jot Carpenter, pues si existe alguna meta alcanzada por mí, a él se debe en gran medida, y me duele haber perdido la oportunidad de decírselo. Nos harás falta siempre querido amigo. Es necesario que también rinda homenaje público a Carlos Bernal Salinas, mi "Maestro" de Arquitectura de Paisaje en 1972, por haberme abierto la puerta y enamorarme de la profesión. A todos ustedes dedico esta pequeña reseña.

Me comprometo "Siempre se es responsable de lo que una vez se amó"* Lilia M. Guzmán y García Arquitecta Tepoztlán, 2011 *Saint – Exupéry, Antoine de, Le petit Prince, Éditions Gallimard, France, 1946.

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