Principios del Aprendizaje Colaborativo en Entornos Virtuales
El aprendizaje colaborativo se fundamenta en el logro de un objetivo común mediante un intercambio que comporta trabajo individual y compartido. Para lograrlo se requiere de la adquisición y puesta en práctica de conocimientos, actitudes y habilidades configurados en tres ámbitos:
I. La comunicaci贸n y la interacci贸n: elementos esenciales.
Para un trabajo colaborativo eficaz, los procesos de comunicaci贸n e interacci贸n que se generen entre los miembros deben basarse en las premisas siguientes:
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La comunicaciรณn entre los miembros tiene que ser continuado, se recomienda conseguir un sistema rรกpido y รกgil que favorezca y dinamice el funcionamiento y la tarea del equipo.
La exposición de las ideas tiene que ser clara a fin de poderlas compartir y evaluarlas conjuntamente.
Las afirmaciones, sugerencias y opiniones, deben estar justificadas mediante argumentaciones y razones, para ser criticadas de forma constructiva por el resto del equipo.
Fijar un sistema para el intercambio de información que permita elaborar, organizar y revisar progresivamente esta información. Este intercambio es acumulativo, el equipo discute para construir conocimiento común.
El intercambio de información debe ser exploratorio, las ideas de los demás serán tratadas de forma crítica y constructiva.
Al iniciar el trabajo en equipo, es importante clarificar los canales de comunicación e intercambio de información que son los más adecuados para cada momento:
Documentos compartidos
Chat
Video – conferencias
Correo Electrónico
Redes Sociales
Conseguir que todos los miembros compartan toda la información
Valorar la capacidad de llegar a un consenso cuando es necesario llevar a cabo una acción. Esforzarse en argumentar las razones que soportan los argumentos expuestos.
II. Actitud ética: clave en el aprendizaje colaborativo
Para lograr los objetivos del equipo se requiere de la iniciativa individual. Cada miembro deberá comunicar, negociar y compartir en todo momento.
Fomentar la autoevaluación de la implicación individual. Cada miembro del equipo deberá autorreflexionar y valorar su desempeño en la dinámica colaborativa.
Involucrarse en el trabajo de los demás, asumiendo que el éxito depende de la participación de todos los miembros del equipo.
Reconocer que el equipo es el responsable de las decisiones y no sólo un miembro.
Fomentar las habilidades del trabajo en equipo: aprender a negociar, esperar turnos, saber hablar en equipo, compartir materiales, etc.
Conseguir una interdependencia positiva: el logro de los objetivos del equipo depende del trabajo de coordinación que realicen los miembros del mismo. Evaluación del proceso de trabajo: el equipo debe ser capaz de reflexionar acerca de su propio proceso y compartirlo.
Establecer normas o reglas de trabajo enfocadas a favorecer la dinámica del equipo. Tener conocimiento que cada persona es un elemento que forma parte de un sistema y de un engranaje común. Si se altera el ritmo de trabajo por incumplimiento de acuerdos, está paralizando y dificultando este engranaje.
III. Estrategias de planificación y organización
Para desarrollar un trabajo cooperativo efectivo se requiere de un elevado grado de planificación y organización. Si se estructura el proceso de trabajo cooperativo en etapas determinadas se distinguen las siguientes estrategias de organización:
• Dinamización de equipos Creación de equipos Planificación del trabajo
individual y compartido
• Organizar el intercambio de
información • Intercambiar y procesar la información en equipo • Apoyo colaborativo para favorecer el proyecto de implicación conjunta.
Referencia:
Guiter, M. y JimĂŠnez, F. (s/f). Trabajo Cooperativo en Entornos Virtuales de Aprendizaje