La sucesión ecológica consiste en cambios que se extienden sobre decenios, siglos o milenios, y que se superponen a fluctuaciones y ritmos más breves. La sucesión es un fenómeno de ocupación progresiva del espacio, de acción y reacción incesantes. La sucesión puede subdividirse en etapas o fases, cada una sustituyendo a la anterior en un proceso lento y gradual. Además de fluctuaciones y ritmos, tenemos pequeñas sucesiones, sucesiones elementales y microsucesiones, todo ello reunido, sincronizado y armonizado en la sucesión principal. Las fluctuaciones disminuyen en amplitud al aumentar la madurez del sistema. Las relaciones de competencia son manifiestas y muy características a lo largo de toda sucesión. La sustitución de unas especies por otras, en grupos de especies que desempeñan la misma función en el ecosistema, es uno de los acontecimientos esenciales de toda sucesión y, a la vez, es un proceso típico de competencia; Especies oportunistas o pioneras, propias de las primeras etapas de toda sucesión, son sustituidas por otras especies, generalmente más especializadas. Así, en una sucesión tenemos varias fases que siguen un orden determinado: Fase 1: Medio físico-químico: Escaso suelo, mucha roca desnuda. Seres vivos: Instalación de plantas herbáceas, musgos, Líquenes crustáceos, gramíneas y leguminosas anuales. Fase 2: Medio físico-químico: Se va enriqueciendo el suelo. Existe cada vez más capa de materia orgánica. Seres vivos: Entre el pasto aparecen los primeros matorrales de pequeño porte y baja talla. Fase 3: Medio físico-químico: El suelo tiene una potente capa de humus. Seres vivos: con el paso de los años, la diversidad va en aumento. Se instalan ya matorrales de gran porte y se inicia una colonización de especies arbóreas. Fase 4: Medio físico-químico: La riqueza de materia orgánica es máxima. Seres vivos: también es máxima la diversidad. Se instalan árboles de hoja caduca de distintas especies, dependiendo del suelo. En los claros del bosque existe una gran riqueza florística y abundante fauna. Por ejemplo en un ecosistema marino, la sucesión sería así:
Se llama sucesión ecológica (también conocida como sucesión natural) a la evolución que de manera natural se produce en un ecosistema por su propia dinámica interna. El término alude a que su aspecto esencial es la sustitución a lo largo del tiempo de unas especies por otras. La sucesión ecológica se pone en marcha cuando una causa natural o antropogénica (ligada a la intervención humana) despeja un espacio de las comunidades biológicas presentes en él o las altera gravemente. Las causas naturales que pueden generar esta situación son muy variadas, e incluyen corrimientos de tierra, lahares, aludes, erupciones volcánicas, etc. Se llama sucesión primaria a la que arranca en un terreno desnudo, exento de vida, es decir, es aquella que se desarrolla en una zona carente de comunidad preexistente, (que se inicia en un biotopo virgen, que no ha sido ocupado previamente por otras comunidades, como ocurre en las dunas, nuevas islas, etc). Se llama sucesión secundaria a la que se produce después de una perturbación importante,es decir, es aquella que se establece sobre una ya existente que ha sido eliminada por incendio, inundación, enfermedad, talas de bosques, cultivo, etc.. Estos, reinician la sucesión, pero a partir de condiciones especiales, en las que suelen ocupar un lugar especies muy adaptadas a este tipo de perturbaciones, como las plantas que por ellos llamamos pirófitas. Etapas La sucesión es un proceso ordenado de organización de un sistema que es complejo, un biotopo. Las etapas se pueden categorizar en: Sucesión Primaria y Secundaria.
Sucesión y evolución La sucesión y la evolución tienen tiempos distintos. La sustitución evolutiva de las especies requiere cientos de miles de años, mientras que la sucesión se completa en cientos de años. Pero ambos procesos tienden a favorecer la sucesión de especies generalistas por otras especializadas; en general, tienden a producir un aumento de complejidad. El proceso evolutivo se desarrolla dentro de la corriente de autoorganización de los sistemas ecológicos, que llamamos sucesión, y eso ayuda a explicar su tendencia a producir formas cada vez más complejas y especializadas.