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QUELUZ, EN LISBOA, PORTUGAL

Que Destaca Un Elegante Sal N De Fumadores

CIGARRO DOMINICANO estuvo de visita en Portugal, donde es inadmisible dejar fuera del itinerario el Palacio Real de Queluz, ubicado en las afueras de la ciudad de Lisboa. Apodado como “El Versalles portugués”, este recinto alberga una cantidad sorprendente de áreas y rincones; uno más despampanante que el otro, como su SALÓN PARA FUMADORES. En su interior; habitaciones, salas de estar y dormitorios decorados con las más finas piezas, y en su exterior, jardines kilométricos con impresionantes matices de colores, los típicos azulejos portugueses y estatuas. No pudimos evitar maravillarnos, e imaginarnos fumando junto a don Pedro III, en la SALA DE FUMADORES; una hermosa estancia con muebles del siglo XIX, elaborados en distintos países de Europa y en China, cuya decoración se conserva intacta. Entre ellos, la mesa (una especie de humidor) donde resguardaban cajitas doradas con decoraciones artesanales muy finas, donde ponían el tabaco molido, pues se acostumbraba fumar en pipas para la época. El uso del tabaco picado y en polvo, practicado desde tiempos inmemoriales por los indígenas del continente americano y de las islas del Caribe, fue introducido en Europa a finales del siglo XV y esencialmente durante el siglo XVI, por viajeros que regresaban a su madre

Mesa donde ponían el tabaco molido, pues se acostumbraba fumar en pipas para la época, y los accesorios para fumar. // Table where they put the ground tobacco, since it was customary to smoke in pipes at the time, and the smoking accessories patria, en Europa, difundiéndose rápidamente por todo el continente.

Este estilo de salas se utilizaba para el entretenimiento, se practicaban juegos de mesa, cartas y otros, que con la presencia de las damas se convertían en una actividad galante. Mientras jugaban, los participantes recibían cenas y refrigerios que incluían sorbetes, café, chocolate y bebidas. También se consideraba refinado fumar, el antes mencionado, tabaco en polvo o molido, que se guardaba en preciosas cajitas, las cuales eran complementos de gran lujo.

Se presume que, la propiedad donde está construido el Palacio era utilizada como pabellón de caza, fue muchos años más tarde que se transformó en residencia de verano de la familia real portuguesa. El príncipe Don Pedro III, esposo de la reina María I, quiso construir el nuevo palacio, encargando el proyecto a un arquitecto portugués, Mateus Vicente de Oliveira, y un artista francés, Jean-Baptiste Robillon. La construcción del palacio tuvo lugar en unos diez años, entre 1750 y 1760. Hoy en día, el palacio se utiliza para recibir importantes personalidades y jefes de estado durante las visitas oficiales; en el interior del palacio y de los jardines también se organizan conciertos y espectáculos.

Les invitamos a incluir el Palacio de Queluz en su próxima visita a Lisboa y se darán cuanta de que es una obra arquitectónica impresionante que vale la pena conocer.

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