// DEMOCRACIA O CORPORACIONES Guido Croxatto Pablo Giurleo // LEY DE VOTO JOVEN Florencia Saintout Mario Oporto Lucas Clarke // LA DÉKADA GANADA Eric Calcagno Matías Moreno // MALVINAS Ernesto Alonso // ENTREVISTA Daniel Santoro
BARRO L O S D I S C U R S O S Q U E R E F L O TA R O N T R A S E L D I L U V I O
// EDITORIAL
¡Hay que embarrarse! E
l pasado 25 de mayo se cumplieron diez años del proceso de cambio más importante de la historia reciente argentina. La Presidenta Cristina bautizó esta etapa como una década ganada y recordó que se inició con el primer mandatario menos votado de todos los procesos democráticos sin proscripciones. No carece de importancia la aclaración. La llegada de Néstor sacudió la escena política de nuestro país. En ese momento, pocos se imaginaban que iba a tener el coraje para convertir la debilidad en fuerza. Tras años de dictadura y ajustes neoliberales, su arribo fue el origen de una política de estado que se consolidó con el reconocimiento de las demandas postergadas de las mayorías populares. El cariño con que se lo recuerda a Néstor y las inmensas movilizaciones de los últimos tiempos son fruto de la conquista de reivindicaciones por las que se lucharon muchos años. Sin esta mirada a largo plazo, no se puede entender la importancia de las políticas de memoria, verdad y justicia, el no al ALCA, la integración latinoamericana, el desendeudamiento, el nuevo sistema de reparto previsional, la Asignación Universal por Hijo, la expansión del empleo, la Ley del Voto Joven, las nuevas universidades, la Ley de Matrimonio Igualitario, la recuperación de YPF, la reestatización de Aerolíneas Argentinas, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual u otras medidas que propugnan la independencia económica, la soberanía política y la justicia social. Los profetas del desánimo intentan minimizar el camino recorrido y vuelven a la recu-
rrente idea de fin de ciclo. Sin embargo, la propia realidad y los fuertes debates que se viven vuelven a poner en evidencia el gran desafío que tenemos los argentinos por delante. La Presidenta lo dejó bien claro ante los festejos que desbordaron la Plaza de Mayo durante el último aniversario patrio. Lo que está en juego no es sólo un modelo económico, sino la profundización de un proyecto político que apuesta a trasformaciones sociales y culturales. A cambios que hagan de la Argentina un país con mayor justicia y democracia. Una patria que finalmente reconozca todas las demandas populares que fueron postergadas por largas décadas perdidas donde sólo primaban los intereses de las corporaciones. La tarea es larga, está repleta de obstáculos y va a continuar recibiendo los embates de grandes poderes que no están dispuestos a dejar de lado los privilegios que obtuvieron mediante el terrorismo de Estado y las políticas de gobiernos neoliberales. Nunca más cierta esa conocida frase de Arturo Jauretche sobre los sentimientos encontrados que viven las multitudes y las clases dominantes ante profundos procesos de cambios. La alegría por las conquistas de derechos sociales, políticos y culturales que se vivió durante estos diez años, sólo tuvo como respuesta el odio y el rencor que evidenciaron los lockout patronales, las corridas bancarias, los continuos acosos de las grandes empresas mediáticas y las trabas de la corporación judicial. A pesar de todo, siempre se redobló la apuesta frente a esos ataques destituyentes. Las actuales resistencias a la implementación de
la ley de medios y a las reformas democráticas de la justicia, no tienen que hacer olvidar que el kirchenirsmo siempre se fortaleció en las situaciones adversas. La mayor prueba de ello es la creciente militancia juvenil que acaparó el escenario político a partir de la inesperada muerte de Néstor. En ese momento, los jóvenes volvieron a demostrar que son protagonistas centrales de esta historia, ante cada debate y problemática política que enfrentaron. Lo terminaron de dejar en claro con el trabajo de organización y la militancia solidaria que vienen sosteniendo desde las inundaciones de La Plata. Las continuas embestidas mediáticas sólo demuestran la mayor fortaleza de la juventud y que cada día son más los que retoman a la política como una herramienta de transformación de la realidad. Frente a estos grandes desafíos, no queda otra opción: ¡hay que embarrase! Dejar atrás los miedos del “no te métas” y la miseria del “sálvese quien pueda”. Superar los discursos de la anti-política y asumir compromisos. Poner el cuerpo y las ideas por el otro. No importa si es en el trabajo, el barrio, la escuela o en la universidad. La patria se forja apostando y dando batalla en todos los frentes. Todavía quedan grandes deudas pendientes. Resta bastante por hacer, pensar y debatir. Lo que no puede faltar a la hora de afrontar esos desafíos es la organización y ese horizonte de soberanía, justicia e igualdad que volvió a ocupar el centro de la escena política desde que Néstor irrumpió en la historia argentina. A seguir metiendo las patas en la fuente. •
SUMARIO NÚMERO 1 / AÑO 2013 POLÍTICA Y ACTUALIDAD
» NOTA PRINCIPAL
ARTE Y CULTURA
BARRO
» ENTREVISTA
DANIEL SANTORO
16/25 LA LEY DE VOTO JOVEN
0 4/08
30/34
CR E M A DE L CI E LO MUSULMÁN O BIOPOÉTICA
/35 36/37
LATINOAMÉRICA
M A R I A NO F E R R E YRA ¡ P R E SE NTE !
DEMOCRACIA O CORPORACIONES
09/12
L A DÉ KADA GA NADA
13/15
MALVINAS PARAGUAY Y VENEZUELA
2 6 /2 7 2 8 /2 9
/38
FLORECEN MIL FLORES
C. C. MIL FLORES
/39
STAFF DIRECTOR RESPONSABLE Nicolás Dip | REDACCIÓN Manuela Belinche Montequín, Manuela Hoya, Lorena Vergani, Nicolás Dip | FOTOGRAFÍA Luciana Lurbet | DISEÑO GRÁFICO Maite Algañarás, Matías Bianchi, Cintia Rodriguez | PARTICIPAN EN ESTE NÚMERO Florencia Saintout, Mario Oporto, Lucas Clarke, Matías Moreno, Guido Croxatto, Pablo Giurleo, Eric Calcagno, Julián Axat, Esteban Rodriguez, Ernesto Alonso, Sergio Paulo, Daniel Santoro, Mariano Dubin, Francisco Salvarezza, Josefina Hernalz Boland | INTERVENCIÓN CONTRATAPA Carlos Coppa. DOMICILIO LEGAL CALLE 10 NÚMERO 1077 ENTRE 54 Y 55, LA PLATA, BS. AS. Registro DNDA en trámite. JULIO 2013 | IMPRESO EN AURELIO IMPRESIONES, CALLE 55 NÚMERO 741 ENTRE 9 Y 10, LA PLATA, ARGENTINA.
// ESTE ASUNTO ESTÁ AHORA Y PARA SIEMPRE EN TUS MANOS, NENE
La Ley de Voto Joven
Manuela Belinche Nicolás Dip Manuela Hoya Lorena Vergani
y el fortalecimiento de la militancia juvenil La reciente sanción de la ley que extiende el sufragio a todos los ciudadanos argentinos mayores de 16 años, se enmarca en una creciente participación política de los jóvenes y en el proceso de ampliación de derechos que se vivió en estos diez años de gobiernos kirchneristas. Qué implicancias tiene la extensión de los derechos políticos de las nuevas generaciones, cuál es la relación entre los jóvenes y la política, y cómo se posiciona la escuela en este nuevo escenario, son algunos de los interrogantes que nos propusimos pensar con Mario Oporto (Diputado Nacional del FPV), Florencia Saintout (Decana de la FPyCS de la UNLP) y Lucas Clarke (Secretario General de la UES de La Plata).
(a) Lo que habilita la Ley Mario Oporto: Hay que ubicar la Ley de Voto Joven en un marco más amplio: el objetivo del gobierno de continuar ampliando derechos. Las leyes que votamos en los últimos años pueden dividirse en dos: unas tendieron a ensanchar soberanía y otras a ampliar derechos. La Ley de Voto Joven está vinculada a la ampliación de los derechos políticos, que en la Argentina tienen una larga y dificultosa historia. Desde que se proclamó la Constitución de 1853 hubo que esperar hasta 1912 para que existiera una ley electoral restringida a los varones y casi 100 años para que votaran las mujeres. La ley también se inscribe en otros procesos de cambios legislativos vinculados a la mayoría de edad y la ciudadanía. Hay que pensar que la Constitución
4
de 1853 fue pensada para una Argentina que diera amplios derechos civiles y restringidos derechos políticos. Por lo tanto, esta ley empieza a equilibrar ese desequilibrio original. Sería muy bueno que pronto la completemos con los derechos políticos para los migrantes. La ley tiene un objetivo de inclusión gradual, por eso el voto es optativo. Pero a medida que se incorpore a la práctica se va a ir convirtiendo, seguramente, en obligatorio. Esto va a afianzar otros derechos a partir de los 16 años. También evita hablar solamente de los jóvenes en términos de la baja de edad de imputabilidad penal. Es increíble que los que piden bajar la imputabilidad teman que los menores voten. Están a favor de la baja de la imputabilidad y en contra del voto joven. En este marco, la medida es un avance enorme. Florencia Saintout: La Ley de Voto Joven significó la profundización de la ciudadanía política y este avance está vinculado a muchas po-
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
MARIO OPORTO // FLORENCIA SAINTOUT //
sibilidades que se les abrieron a los jóvenes en el contexto político actual. Hoy pueden pensar que la política es una vía para construir un mundo mejor, en conseguir un trabajo, en entrar a la universidad y elegir el destino de un país construido colectivamente. No es una medida puramente electoralista y oportunista. La posibilidad del voto joven se produce en un momento donde también se ha ampliado la ciudadanía social y cultural. En la actualidad, se extiende la ciudanía política, pero también el derecho al trabajo, a la educación y a la comunicación. La Ley de Voto Joven, la Ley del Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género fueron pensadas desde un protagonismo fuerte del Estado, concebido a partir de un horizonte de justicia. Estas políticas reconocen la diversidad en el marco de una estructura donde existe un afán de justicia e igualdad. Por eso, no se entienden sólo como derechos liberales que piensan en particularidades en sí mismas. Todo esto es el signo de lo que llamamos kirchnerismo: una década ganada para grandes mayorías y para minorías que también fueron postergadas y aún no tenían reconocidos sus derechos. Que se abra la posibilidad del voto a través de caminos democráticos y colectivos está hablando de que hay una fisura muy grande en una cultura adultocrática que todavía no ha desaparecido. En la Argentina, los prejuicios adultocráticos se sostuvieron desde una derecha poderosa que reaccionó brutalmente contra una juventud que impulsó procesos emancipatorios en los ´60 y ´70. El avance de la juventud fue contrarrestado con una reacción feroz. Esa reacción no desaparece de un día para otro. Cierta oposición contra el voto joven se sedimenta en la reacción contra la política con cuerpo de juventud y no contra cualquier política. Lucas Clarke: La ley amplía los derechos de los jóvenes al otorgarles la posibilidad de votar y nos permite fomentar la participación en la política. Si bien en la última década este proyecto político ha aumentado la participación política notoriamente, esta medida va a lograr que en unos años se vuelva una práctica común que se vote
entre los 16 y 18 años. Sin lugar a dudas, esta medida profundiza la convocatoria a los jóvenes que viene realizando este proyecto político desde hace varios años. Hasta el 30 de abril, fecha donde se cerró la posibilidad de empadronarse, realizamos actividades para fomentar que los chicos vayan a renovar el DNI, tengan la intención de votar y participar. Nosotros queremos que vote el 4% del padrón electoral formado por jóvenes. Desde la UES de La Plata, también vamos a hacer una encuesta en las escuelas para ver cuántos van a votar y si les interesa participar en un partido político. Nos parece importante este tipo de balances para tener argumentos al momento de discutir con el discurso que estigmatiza a los jóvenes en general y a los más vulnerables en particular. Se dice que los jóvenes están todo el día en una esquina tomando cerveza y no es así. La oposición toma esta estigmatización porque responde a los medios hegemónicos. Pero la idea de vincular a la juventud estrictamente con lo ocioso es una estigmatización ridícula. Me parece que nos divertimos como cualquier chico de nuestra edad. La gente más grande también lo hace, aunque de distinta forma por una cuestión generacional. La verdad es que los jóvenes participan y los centros de estudiantes están más activos que nunca. En La Plata, cada 16 de septiembre se dan marchas multitudinarias donde hay facciones de jóvenes que piensan distinto. Son movilizaciones masivas donde se observa a grandes rasgos la participación de la juventud. Más allá de eso, la participación política está en distintos ámbitos. Debate hay y hoy más que nunca.
(b) Los jóvenes y la política M. O.: El fenómeno juvenil de la política ha tenido distinto peso en diferentes épocas. No podemos decir que todos los jóvenes se dedican a la política, porque tampoco todos los adultos se dedican a ella. Hay momentos de mayor participación general. Cuando existe una
5
LUCAS CLARKE//
amplitud democrática en la sociedad, los jóvenes son vanguardia, se comprometen y se transforman en sujetos importantes de esa democratización. Después hay otro debate, si el joven es un sujeto histórico o no. A veces, la juventud es una categoría muy estudiantil de clase media y hay otras juventudes. Cuando los países tienen proyectos de futuro vinculados a concretar ciertas utopías, los jóvenes asienten mucho más comprometidos que en épocas de un pragmatismo más mercantilista. De todas maneras, no soy de los que creen que la generación de los adultos cuando fueron jóvenes era maravillosa y que todos los jóvenes son críticos. Vengo de una generación de los ´70 tildada como muy politizada, pero también había muchos compañeros de aula que no se preocupaban por la política. De todas maneras, los movimientos emancipadores que plantean conflictos con los poderes establecidos generan en la juventud una admiración, un respeto que los hace participar más. Es probable que los jóvenes apuesten más por los partidos que planteen ansiedad de cambio y menos resignación frente a una sociedad establecida y conservadora. Por esta razón, les puede ir mejor a los candidatos que interpelen a la juventud con cierta audacia hacia el futuro y va a ser dificultoso proponerles restaurar el pasado con posturas más conservadoras. F. S.: En los estudios de las ciencias sociales sobre la juventud en Argentina, existe una línea de trabajo que señala su irrupción en el mundo político durante la década del ´60, su desaparición con la dictadura y la emergencia de una juventud que es convocada durante la transición democrática, pero termina marcada por una fuerte desilusión. En los ´90 se relata la existencia de una juventud que se piensa distanciada de la política, los grandes proyectos y la idea de futuro. Le dice contundentemente que no a los políticos y aparece ligada a una dimensión de la resistencia encontrada más que nada en la cultura. HIJOS es una de las expresiones más claras de este proceso, pero también los jóvenes que participan en movimientos
6
sociales y en la lucha por recuperar el trabajo que se había fracturado con las políticas neoliberales. Por esta razón, provoca tanta conmoción en las ciencias sociales, y en muchos otros espacios, la actual emergencia de unas juventudes que responden a un proyecto político que los convoca a hacer historia. El kirchnerismo interpeló a muchos sujetos, pero no todos respondieron. Los que especialmente se hicieron cargo de ese llamado fueron los jóvenes. Asumieron la responsabilidad construyendo un nuevo escenario político. Si bien no podemos decir que todos los jóvenes son militantes, hay una fuerza militante juvenil que no existía hace diez años y que se hace muy visible con la muerte de Néstor Kirchner, pero que se venía constituyendo anteriormente. Un segundo momento de gran despliegue se manifestó en la militancia solidaria por las inundaciones en La Plata. En estos momentos de fuerte ocupación del espacio público, se manifiesta la saña y el castigo que ejercen los medios hegemónicos sobre los jóvenes militantes, los cuales son representados como marionetas manejadas desde arriba o como personas peligrosas y desbocadas. Es un ataque que se sostiene en discursos e imágenes que han sido muy exitosos para las derechas argentinas en otros contextos de nuestra historia. De todas maneras, el protagonismo juvenil se sostuvo en distintas experiencias de la actualidad. La Ley de Servicios Audiovisuales fue protagonizada por muchos sectores sociales, pero los jóvenes la tomaron como una bandera propia, al igual que la Ley de Matrimonio Igualitario. También apareció una juventud dispuesta a defender la intervención del Estado en el conflicto por la Resolución 125. La imagen de una juventud dispuesta a dar pelea a todo, sin miedo a perder, aterra a muchos sectores privilegiados de la sociedad. L. C.: Siempre existió el vínculo entre la política y la juventud, de una u otra manera. A diferencia de unos años atrás, hoy se observa que se debate todo el tiempo de política en las aulas. Se abre un debate generalizado y todos participan, tanto el que milita como el que no.
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
Sean de un partido o de otro, independientes o no se identifiquen con nadie, todos participan porque hoy en las calles se debate de política. Esto se ve claramente en el incremento de centros de estudiantes del 2003 al día de la fecha. De la dictadura militar heredamos la tendencia a decirnos “independientes”. Con este proyecto político y a través de medidas como la Ley de Voto Joven, esa tendencia se va desdibujando cada vez más. Los chicos asumen posturas e ideas fuertes. Nuestro trabajo es seguir profundizando el compromiso de los jóvenes. Néstor hablaba de que venía de una generación diezmada y nosotros tenemos la suerte de haber visto en estos 10 años el renacer de la Argentina, con la estatización de las AFJP e YPF, la Asignación Universal por Hijo, la Ley de Medios, el no al ALCA, al FMI o con distintas políticas que nos han impulsado a participar. Sin duda alguna, todo esto forma parte de la década ganada y ni hablar de la participación de la juventud que es el porvenir de este proyecto político.
(c)
La escuela, los centros de estudiantes y la ampliación de derechos políticos M. O.: La escuela tiene que enseñar y hablar de política, aunque no de manera partidaria. ¿Qué significa hablar de política? Hablar de economía, de relaciones internacionales, del mundo contemporáneo y practicar la democracia. Por eso, es bueno un Estado que fomente y proponga condiciones para la participación estudiantil. La democracia es una práctica y un modo de vida, aparte de una teoría. Es fundamental que la escuela impulse la práctica democrática, el respeto por la opinión de los jóvenes, los pactos de convivencia y la formación de centros de estudiantes. Hace poco votamos una ley que garantiza que en ningún lugar se le pongan obstáculos o prohibiciones a este tipo de organizaciones. La escuela tiene mucho que hacer para enseñar a construir consensos, tomar decisiones y asumir compromisos comunitarios. Para ello, no sólo tiene que tener buenas materias y docentes, también debe poseer una práctica democratizante en un sistema que en general es poco democrático y muy jerárquico. Tal vez deba serlo, en parte. Pero no se puede mantener una lógica de jerarquía que sea incompatible con prácticas democratizantes de los jóvenes, como de los docentes, no docentes y familiares. La democracia, la participación, la tolerancia y el vivir con otros se enseñan y se aprenden. Entre muchas otras tareas, la formación de ciudadanía es un rol básico de la escuela. Uno vive en un mundo que debe entender, pero también debe tener el afán de mejorarlo y cambiarlo. Por estas razones, la
escuela tiene un lugar fundamental en la construcción de la práctica democrática ya que posee un papel muy difícil de reemplazar en la socialización de los adolescentes. F.S.: Es difícil defender derechos que no se conocen. Por esta razón, una de las tareas fundamentales de la escuela está relacionada a habilitar el ejercicio y la lucha por los derechos políticos. Sin embargo, no creo que haya que pensar la escuela como impulsora de una especie de voto calificado y sostener que puede ayudar a votar mejor por impulsar más saberes. La posibilidad de elegir mejor no se reduce a una cultura escolar. Por otro lado, es importante destacar que en la actualidad aparecieron más centros de estudiantes y se han revitalizado otros que ya estaban, con distintas formas de organización y canalización de la práctica política. Los centros ocupan un lugar fundamental en la pelea por la emancipación. Es un lugar donde muchos jóvenes se incorporan por primera vez a la vida pública y al reconocimiento de la existencia de los otros. En la ciudad de La Plata, la militancia secundaria ha tenido y posee un nivel sorprendente. El tema del centro de estudiantes y la militancia recupera una tradición de compromiso que es fundamental para la vida democrática y manifiesta el importante papel que ha ganado la política a lo largo de esta década. L.C.: En términos generales, a la escuela le corresponde la responsabilidad de fomentar la participación juvenil, como dice la Ley 4900/5 que habla de los centros de estudiantes. No todas lo hacen. Por eso, la relación entre la política y la escuela depende de la coyuntura de cada colegio y de los directivos. En los colegios privados es donde más problemas tenemos para armar centros de estudiantes, pero todavía tampoco hay en todos los estatales. Desde la coordinación de la UES, buscamos solucionar esos problemas, aunque resulta difícil. A muchos directivos les molesta la participación política y por eso se oponen a la creación de los centros estudiantiles. Por otro lado, debemos reconocer que desde hace unos años, la existencia de nuevas materias, como construcción de la ciudadanía, sociología y proyecto de investigación, abre el debate y la participación de los alumnos. Muchos de los profesores son jóvenes y eso ayuda mucho para que se generen discusiones dentro del aula. Desde la UES, tenemos un rol importante en el vínculo de la escuela y la política, por eso intentamos promover la participación. Ahora tenemos pensado hacer un simulacro de votación en los distintos colegios para enseñarles a votar a los chicos e informarlos sobre cuál es la importancia de la responsabilidad ciudadana y de los derechos que uno tiene que ejercer. Todos sabemos que el voto a los 16 es optativo y no es obligatorio. Nosotros vamos a intentar que voten todos, más allá de a quién voten. •
7
Ley N°26.774 de Ciudadanía Argentina: Retorno a la democracia. Elecciones nacionales libres luego de la última dictadura cívico militar. Ricardo Alfonsín
sancionada bajo el gobierno de CFK, extiende derechos políticos -entre ellos el voto- a jóvenes a partir de los 16 años.
asume la presidencia el 13 de diciembre de ese mismo año Terrorismo
de
Estado.
Suspensión
de
derechos y garantías constitucionales. La Junta Militar se proclamó "Órgano Supremo Decreto 4161 la autoproclamada Revolución Libertadora decretó la prohibición de nombrar públicamente a Juan y Eva Perón, y utilizar símbolos peronistas
de la Nación" por encima de la Constitución Nacional
Decreto 3855 que declaró "disueltos de todo el país los partidos peronistas masculino y femenino". Decretado por el presidente de facto Pedro Aramburu. Así, el peronismo queda proscripto hasta 1972. Se promulga la Ley 13.010 que instituye el
Juan Domingo Perón es reelegido como
voto femenino.
presidente de la Nación. Es la primera elección en la que las ciudadanas mujeres pueden votar y ser candidatas.
Es el período conocido como la Década Infame, porque se llevan a cabo elecciones con la utilización sistemática del fraude electoral y la persecución política.
Es sancionada la Ley Sáenz Peña
Ley Electoral de la provincia de Buenos
(n°8871) que establece el voto universal,
Aires, sancionada bajo el gobierno de Martín
masculino, secreto y obligatorio.
Rodriguez que consagró por primera vez en la Argentina el voto universal masculino para todos los hombres libres y mayores de 21 años.
8
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
DEMOCRACIA O CORPORACIONES En las controversias sobre la democratización de las justicia, se juega una batalla política y cultural que va a definir la relación entre el Estado y los grandes poderes de la Argentina. Las siguientes notas de opinión ponen en discusión estos temas y el modelo de derecho que reivindicamos a la hora de construir un país más democrático y con menos desigualdades sociales.
Guido Leonardo Croxatto Asesor de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación
1/ La Renovación del Derecho
E
n su libro La renovación del Derecho (1946), el pensador alemán Gustav Radbruch decía: “Cuando nosotros, viejos juristas, nos iniciamos, era una rareza que el estudio del Derecho se originara en una inclinación propia. Las más de las veces partía de la tradición familiar o de la falta de una tendencia decidida hacia otra carrera. Después de todo, estaba bien que gente joven difícilmente acometiera el estudio jurídico por propensión natural, pues el Derecho es un asunto de la edad adulta, vinculado con mucha resignación, por ejemplo, con la renuncia a una justicia incondicional, a favor del derecho positivo necesariamente imperfecto. Sin embargo, prosigue Radbruch frente a los jóvenes –hay que imaginar los rostros de esos jóvenes alemanes que quieren aprender Derecho en 1946–, la actual generación se encuentra en relación íntima y ampliamente favorable hacia el estudio del Derecho. Colocados en la vida económica y social antes que otras generaciones, pueden también los jóvenes experimentar por sí mismos los entrelazamientos internos del Derecho en todas las relaciones económicas y sociales y obtener con esa experiencia conocimientos e inclinaciones por las materias jurídicas. Igualmente, las tareas que se plantean a la futura generación de juristas son en especial difíciles y precisamente por eso es de particular atracción para todo jurista verdaderamente activo. Pues también el nacionalsocialismo nos ha dejado el Derecho reducido a un campo de ruinas. Los juristas están confrontados a la difícil misión de limpiar los escombros en los sitios destruidos y levantar en ellos la nueva construcción del Derecho”.
9
“
El nuevo Derecho necesita jóvenes comprometidos en democracia sin rastros de complicidad ni silencio; un Derecho que tal vez sólo los jóvenes pueden levantar.
10
Tomemos y hagamos nuestras las palabras de Radbruch. A los jóvenes abogados nos toca la misma misión (también nosotros estamos “confrontados a la difícil misión de limpiar los escombros en los sitios destruidos y levantar en ellos la nueva construcción del Derecho”); la dictadura nos dejó “un Derecho reducido a un campo de ruinas”. Un Derecho hecho cenizas, como dice Radbruch. Los cuerpos son ceniza. Nosotros también tuvimos y tenemos que levantar la “moral de los escombros” del olvido. Tuvimos que ir a buscar los cuerpos enterrados, como los alemanes, la verdad de lo que había sucedido en los campos. Y se quería ocultar. En la ESMA. En los cuerpos de Laura. O de Floreal Avellaneda. Nosotros también – como abogados de la nueva generación– nos vemos confrontados con “la nueva construcción del Derecho”. Este es el nuevo Derecho. El nuevo Derecho necesita jóvenes comprometidos en democracia sin rastros de complicidad ni silencio; un Derecho que tal vez sólo los jóvenes pueden levantar. Una juventud comprometida, abnegada, firme; no la conciencia cómplice, que hace rodeos para camuflarse en democracia, sino la conciencia que reconoce al otro. Esto es lo que está de fondo en la transformación de la Justicia. No se trata tanto de democratizar la Justicia como de democratizar el Derecho. El Derecho necesita encontrar una palabra nueva. Renovada. Muchos, durante muchos años, habían apostado al olvido, al silencio. La no-palabra. (“No hagan bardo” significa literalmente “no hagan poesía”, “no hagan palabra”, no se metan, no tengan ideas ni ideales, tengan miedo.) La memoria evidenció el crimen que habían callado. Los cuerpos invisibles y mudos emergieron. Que muchos querían por siempre silenciar. La memoria es una apuesta por la verdad. Es una apuesta por la búsqueda del otro (reconstruir el Derecho es reconstruir la palabra). Es una paradoja que muchos medios hablen ahora en nombre de una “verdad” que nunca buscaron. Sin esa verdad no hay instituciones, ni República. La verdad es la base de todas las instituciones presentes, pasadas y futuras. La verdad es la base de la democracia. La verdad es la base de todo. En la Argentina hay un debate político más que jurídico. El debate se resume en la pregunta ¿cuál es el rol que debe desempeñar la Justicia? El debate de fondo se da entre la posición de Law and economics (economicismo, antipolítica, mercado, Estado mínimo, seguridad a los garrotazos) y el modelo de justicia poética. Uno defiende la eficiencia. El otro defiende la dignidad. Uno impone una visión económica homogénea a todos los países (pérdida de soberanía, renuncia a los tribunales, endeudamiento, desempleo, desigualdad, pobreza), el otro, por el contrario, rescata la identidad, la heterogeneidad, la palabra, la historia, la cultura, la poesía, la voz del otro. Su posibilidad de hacer Derecho. Todo el debate se resume en estas dos posiciones. Ellas sirven para entender el presente y el pasado de nuestro Derecho, a través de dos grandes temas: la deuda externa (pérdida de soberanía, pérdida de la posibilidad de hacer Derecho, nuestro camino), y por el otro, la memoria, (cara y cruz, la memoria es la posibilidad recuperada de hacer Derecho, palabra, identidad, la memoria es la posibilidad recuperada de hacer justicia). La Argentina de los ’90 era el país de la impunidad, y la renuncia a la soberanía para tomar deuda. Dos caras del no Derecho. No Estado. La justicia poética rescata el rol igualador del Estado que coopera, que dignifica, un Estado que según Owen Fiss opera o debe operar como un “igualador de voces”. Argentina en Nueva York también está discutiendo un nuevo modelo de Derecho. Es curioso que nadie haya reclamado por la independencia de la Justicia cuando no se hacían juicios de derechos humanos (salvo que muchos le llamen a la impunidad “independencia”) o cuando el país renunció escandalosamente a su soberanía (es decir, al funcionamiento autónomo de sus tribunales, a la independencia de ese poder que construye un pilar de la democracia) para tomar deuda. Nadie reclamó entonces por la Justicia. La deuda servía para financiar la Convertibilidad. Es decir, el atraso. Pero a nadie le preocupaba la Justicia. La Justicia era un tema menor, en todo sentido. Vendimos el país. Y cerramos nuestros tribunales. Por eso nos hacen juicios en todo el mundo. Porque no éramos un país soberano. No querían que esos juicios por un endeudamiento escandaloso, hecho de espaldas a la sociedad, se dirimiesen en nuestros tribunales. Se prefería discutir intereses bien lejos del país
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
donde la crisis dejó su marca. Esto también es parte del debate que se da hoy por la Justicia. El Derecho subordinado a la economía es la eficiencia. La economía subordinada al Derecho, decía Juan B. Justo, es la dignidad. No en vano el primer modelo fue de la mano del endeudamiento y la “flexibilización” de los ’90, que en todos los campos fue la década de la pérdida de derechos (DESC, derechos sociales, pérdida de soberanía, arrasar la economía, un país que tuvo que renunciar a sus tribunales, es decir, a su posibilidad de hacer derecho y justicia). Esta es la posibilidad que estamos recuperando. La pérdida de soberanía fue de la mano de la impunidad, una herida abierta en la democracia, que le quitaba legitimidad al Estado. Del otro lado está el modelo de justicia poética, cercano a la identidad de cada persona, como dice Nussbaum, a la palabra. Frente a la impunidad (renuncia de soberanía para traer el “progreso”), estuvo el modelo de la memoria (justicia poética), humanismo, identidad, palabra, que rehizo la legitimidad. Rehizo el Derecho. Y rehizo al Estado. Este segundo modelo nos permitió recuperar la democracia. Este modelo es el que lucha, también en Nueva York, por devolverle la soberanía al país. La memoria reconstruye, entonces, un nuevo Derecho. Una nueva voz. Un nuevo camino. Una nueva palabra. •
Pablo Giurleo Licenciado en Sociología (UNLP). Magister en Ciencias Sociales (IDES – UNGS). 1
2/ El trabajo por la democratización de la justicia: un proyecto político y cultural en la línea de Nuestra América “De la justicia no tienen nada que temer los pueblos, sino los que se resisten a ejercerla” (José Martí)
N
os convoca a escribir este artículo, el proyecto de democratización de la justicia que impulsa el Poder Ejecutivo encabezado por Cristina Kirchner; nos guía en la construcción del mismo la frase del genial escritor cubano – autor del epígrafe de esta nota -, que adornó una de las escenas de la inconclusa película de Adrián Caetano sobre Néstor Kirchner, en momentos en que el kirchnerismo, en su primera etapa, avanzaba en la construcción de un nuevo Estado en la Argentina. La intención de democratizar a la justicia apunta, por un lado, a diluir la distancia que hoy existe entre la justicia institucional - sus organismos y sus funcionarios – y esa entidad por siempre inabarcada denominada lo popular (llámese así a la “ciudadanía”, a los “habitantes”, al “pueblo”, a los “electores”, a “todos los hombres del mundo que quieran habitar suelo argentino”, a “nosotros, los argentinos”), para su mayor intervención en los asuntos de la justicia; por otro lado, podríamos leer en dicho proyecto la intención de apuntalar y profundizar los procesos de reformas sociales que el kirchneris-
11
mo inició y desarrolló en los últimos años, introduciendo andamiajes institucionales que eviten la utilización de la justicia como obstáculo de la política. En tal sentido, se encuentra en línea con los grandes proyectos de “Nuestra América” 2 respecto a la necesidad de rescatar, construir y reconstruir aquellas ideas propias que puedan utilizarse para la edificación de Estados verdaderamente comprometidos con “proyectos autónomos”. El debate se configura en torno a la justicia institucional pero, sobre todo, promueve discusiones y disputas en torno a la idea de justicia. En este sentido, Boaventura de Sousa Santos ha señalado que una construcción contrahegemónica, en estas latitudes, debería abarcar dos dimensiones: la disputa política, cultural y económica contra una entidad bastante difusa a la que podríamos denominar “capitalismo global” o “capitalismo hegemónico”, y el enfrentamiento con los depositarios de un poder histórico localizado en las capas dominantes de nuestras sociedades - poder tan antiguo como la palabra América - que es el “colonialismo”, concepto que hace referencia a ciertas visiones, valores y prácticas que muy frecuentemente orientan las decisiones y acciones de los funcionarios de nuestros Estados. En palabras de Santos: “la dificultad de imaginar la alternativa al colonialismo reside en que el colonialismo interno no es solo ni principalmente una política de estado… es una gramática social muy vasta que atraviesa la sociabilidad, el espacio público y el espacio privado, la cultura, las mentalidades y las subjetividades. Es en resumen un modo de vivir y convivir muchas veces compartido por quienes se benefician de él y por quienes lo sufren”. Un proyecto político que intente ofrecer alternativas a los efectos asociales del capitalismo y a las consecuencias de las desigualdades que produce, debería también dar combate al colonialismo y a su capacidad de actuar tanto en los espacios institucionales del país, como, capilarmente, en el tejido microsocial cotidiano. Ello significa que desarrollar una lucha en favor de Estados más progresistas en oposición a los dictados hegemónicos del capitalismo global, requiere de ideas y acciones en donde prevalezca la lógica pública sobre la lógica corporativa, y por lo tanto de una institucionalidad que pueda hacer frente a esta gramática social que en nuestras sociedades atraviesa todos las capas sociales. El campo se encuentra fértil para introducir este tipo de mecanismos. Con el kirchnerismo, la política ha ingresado desde hace tiempo al espacio de la justicia en la Argentina. Los juicios por los crímenes de lesa humanidad han provocado un encuentro virtuoso entre política y justicia, ya que los resultados judiciales a la vista (la condena pública de los represores y sus cómplices, la cárcel perpetua para los genocidas) han permitido (re) valorizar la militancia y el trabajo de Organizaciones de la Sociedad Civil y Organismos de DD.HH. en el campo de la justicia en pos de efectivizar demandas históricas. Ello no debe hacernos olvidar que el camino hacia una democratización cada vez más profunda y abarcativa debería concluir inevitablemente en efectos concretos sobre la vida de la población, por lo que estas reformas no pueden ser consideradas más que como un primer paso de cambios institucionales en un ámbito clave para la materialización de la justicia social. •
1 Docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (FPyCS – UNLP). Integrante del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires.
2 Nuestra América es el título de un ensayo de José Martí, publicado en 1891 en el diario mexicano El Liberal, que contiene una serie de ideas para pensar en la unidad de latinoamérica y para combatir las ideas sobre un continente americano pensado por los proyectos colonialistas.
12
“
Con el kirchnerismo, la política ha ingresado desde hace tiem-
po al espacio de la justicia en la Argentina. Ello no debe hacernos olvidar que el camino hacia una democratización cada vez más profunda debería concluir inevitablemente en efectos concretos sobre la vida de la población, por lo que estas reformas no pueden ser consideradas más que como un primer paso de cambios institucionales en un ámbito clave para la materialización de la justicia social.
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
// DÉKADA GANADA / Entrevista a Eric Calcagno
“La próxima década la tiene que ganar la juventud” Nicolás Dip
Luego de los festejos del 25 de mayo, el legislador Eric Calcagno realiza un diagnóstico de las principales políticas y trasformaciones que permiten hablar de los diez años de gobiernos kirchneristas como una década ganada. Señala la importancia de la reindustrialización, la distribución del ingreso, la política de desendeudamiento, la ampliación de derechos, los cambios culturales y la necesidad de profundizar la militancia juvenil para consolidar los logros obtenidos en el decenio que viene.
E
l 25 de mayo se cumplieron diez años de gobiernos kirchneristas ¿Cuáles son las políticas y trasformaciones sociales, culturales y económicas que permiten hablar de una década ganada? Para empezar, la distribución del ingreso. Veníamos de la dictadura y la década de los noventa donde hubo una apropiación del excedente económico por parte de los sectores más pudientes de la sociedad, al cual evadieron y pusieron fuera de la Argentina. La élite económica y financiera se desentendió de las necesidades del país e hizo buenos negocios. Eso nos costó mucho. Nos costó la deuda externa, por ejemplo. Y esa Argentina que había empezado en la década del treinta y cuarenta, sobre todo con Perón y Evita, a ser una Argentina industrial, a partir del ’76 termina en la desindustrialización con menos trabajadores. Para desindustrializar la Argentina, primero hubo que vaciar las universidades, como lo hizo Onganía en 1966. No en vano, la gran parte de los desaparecidos son estudiantes y trabajadores. Por lo tanto, recuperar la parte del salario en la producción de riqueza nacional fue una de las tareas más brillantes del gobierno de Néstor que ahora continúa Cristina. En estos últimos diez años, los argentinos
logramos recuperar la esperanza y alcanzamos mejoras sustanciales para el país. Los datos son contundentes. En materia de distribución del ingreso, la participación de los asalariados se incrementó de un 34% a un 48% de la renta nacional. En distribución de la palabra, se está construyendo un nuevo mapa de medios que finalmente desmonopolice el esquema anterior. En distribución del conocimiento, consolidamos un modelo inclusivo en educación, con mayor presupuesto (6% del PBI), la construcción de más de 1200 escuelas y la inauguración de nuevas universidades. En materia de cobertura de seguridad social, aumentamos la tasa de cobertura del 65% al 95%. Todo durante los gobiernos de Néstor y Cristina, sin olvidar que este criterio de justicia social permite la actualización constante de la Asignación Universal por Hijo y las jubilaciones. También fue fundamental la política de desendeudamiento y el pago al Fondo Monetario Internacional. El desendeudamiento permite tener políticas económicas soberanas y es una cuestión central para el desarrollo de un país con justicia social. Muchos sectores privilegiados no nos perdonan que hayamos priorizado el mercado interno y la reindustrialización sobre la especulación financiera,
con un marco macroeconómico que tiene soberanía en la toma de decisiones. Lo importante es que millones de personas vieron recuperados sus derechos al trabajo, a la jubilación, al estudio, a un proyecto de vida en el marco de la transformación del Estado al servicio de un Proyecto Nacional. ¿Cuáles fueron los principales debates culturales que hubo que afrontar para proponer un proyecto político-económico alternativo al que predominó durante el largo período neoliberal que culminó en la crisis del 2001? La síntesis más pertinente la hizo la propia Presidenta: la patria es el otro. Ese es el cambio cultural. Significa que la patria somos todos, los cuarenta millones de argentinos. No es un país para pocos, es una Argentina para todos. Cuando la Presidenta dice vamos por todo, está hablando de que vamos por todos. Para eso se necesita voluntad política, conciencia nacional y, sobre todo, conducción económica. Con Néstor y Cristina la política vuelve a conducir a la economía, como se hace en los países civilizados. Cuando la economía conduce a la política, cuando se cree que los problemas sociales tienen soluciones técnicas, estamos en presencia de
13
ERIC CALCAGNO //
la barbarie. Efectivamente, la cuestión es entre civilización o barbarie, pero se equivocaron. Los civilizados son bastante bárbaros y los bárbaros resultamos, a fin de todo, bastante civilizados. Ante los peores escenarios internos - crisis con “el campo”- y externos - crisis económica internacional-, hemos tenido certezas desde la conducción política. Desde el 2003, nuestro Presidente y nuestra Presidenta mantuvieron dos criterios: que la solución a los problemas tiene un carácter político antes que económico; y que debe sostenerse la demanda agregada, la capacidad de compra de los sectores populares. Se trata de una lógica que englobe al conjunto de la sociedad, garantizando su pertenencia e inclusión a través del empleo y un Estado presente que acompañe. ¿Cuáles son las deudas pendientes que dejaron los diez años de kirchnerismo y los legados del neoliberalismo que aún no pudimos superar? Podemos seguir avanzando en la distribución del ingreso y superar la visión de juego suma cero. Hay que repartir mejor la renta, pero al mismo tiempo agrandarla. Es una tarea posible y así funcionan las economías desarrolladas. Necesitamos incrementar la tecnología, el valor agregado, aumentar la productividad y los salarios para las grandes masas populares. Por esta razón, Néstor y Cristina, una vez más, aciertan cuando apuestan a la juventud. La próxima década la tiene que ganar la juventud. Néstor dejó la vida en el camino y a Cristina todos los días la vemos como una gran mujer de Estado, pero ese es un espacio que nos abrieron para que se llene de jóvenes. Ese es el
14
gran temor que tienen, por desconocimiento o prejuicios, los sectores dominantes de la Argentina. Les tienen miedo a los jóvenes, a las mujeres y a los niños. Lo vimos en la represión del Borda y lo vemos cuando hay un movimiento solidario y militante como el que surgió en la inundación de La Plata, prácticamente pasado en silencio por los medios dominantes. ¿Cuál es la importancia que tuvieron los jóvenes en esta década ganada? Se manifiesta a todo nivel. En el Estado, uno ya ve jóvenes funcionarios muy capacitados que están trabajando. Se expresa en el mundo periodístico, con las nuevas camadas de profesionales que van pidiendo cancha. Se revela fuertemente en la militancia. En los noventa, uno miraba para atrás y no había nadie. Uno mira hacia atrás ahora y hay generaciones y generaciones de militantes. Había 500 centros de estudiantes en la Provincia de Buenos Aires en el 2007, más de 1500 ahora. Lo decía Néstor: “cuando la juventud se pone en marcha, el cambio es inevitable”. La Ley de Voto Joven y la de Música son dos legislaciones que involucran directamente a los jóvenes ¿Cuál es la relevancia del ingreso de las personas de 16 y 17 años a los procesos electorales en términos de ampliación de derechos y fortalecimiento de participación política, y cuál fue la importancia de la sanción de la Ley que crea el Instituto Nacional de la Música? La idea del voto joven es que la tecnología, el progreso y la modernidad hacen que las personas puedan madurar más rápidamente y una persona madura también tiene que ser soberana. Está bueno que desde los 16
años una persona pueda decidir el destino del país e ingresar efectivamente a la cosa pública. Por otra parte, la Ley de la Música permite que sean legítimas las expresiones culturales de nuestro pueblo. Que haya circuitos de música popular en vivo y circuitos sociales de música. También hace posible que cuando vengan bandas del exterior, haya teloneros nacionales a los cuales se les pague y reconozca. Es una especie de estatuto del músico, como fueron en el ’45 las leyes del estatuto del peón. ¿Considera necesaria una futura reforma constitucional para consolidar los logros de la década ganada? Estamos en la ciudad de La Plata. Aquí había un ilustre entrerriano que se llamaba Arturo Enrique Sampay. Fue el autor intelectual de la Constitución de 1949. Sampay sostenía que las constituciones servían para sancionar trasformaciones o contra-transformaciones. Me parece que, y esto es una opinión estrictamente personal, el desarrollo que hemos tenido desde el 2003 y la trasformación en sentido positivo de las estructuras materiales e intelectuales de la Argentina, hacen que merezcamos un texto constitucional que rinda cuenta de nuestros problemas y que todos los derechos que son consustanciales a esta década ganada también sean textos constitucionales. La Constitución de 1853 sólo es adorada por los sectores más reaccionarios de la Argentina de hoy. Quizá la Constitución del ’53 tenía otro enfoque de la Argentina; ahora nosotros tenemos que consolidar la visión y los valores que encarna el proyecto votado por la mayoría desde hace una década. • Eric Calcagno Diputado Nacional del FPV por la prov. Bs. As.
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
// DÉKADA GANADA / OPINIÓN.
Primacía de la política en la década ganada
D
esde su conformación como nación, nuestro país se insertó en el escenario internacional como un país dependiente y semi- colonial. Este proceso tuvo sus consecuencias en la emergencia de un pensamiento autónomo, denominado nacional y popular. A lo largo del siglo XX, la constitución de la ciudadanía de los sectores más postergados de nuestra patria se produce en el marco de una dependencia histórica que abarca dimensiones políticas, culturales y económicas. Por esta razón, los diferentes procesos de liberación de nuestra historia adoptaron la característica de nacionales y populares. La producción de los primeros intelectuales de la tradición nacional y popular estuvo menos dirigida a los ámbitos académicos que a incidir sobre la realidad política argentina. Podemos rastrear esa posición desde el mismo surgimiento del Revisionismo, como en el posterior desarrollo del nacionalismo popular en diferentes momentos históricos. En Política nacional y revisionismo histórico, Arturo Jauretche sostiene que “(…) no es, pues, un problema de la historiografía, sino de la política y así lo que se nos ha presentado como la historia es una política de la historia, en que ésta es sólo un instrumento de los planes más vastos destinados precisamente a impedir que la historia, la historia verdadera, contribuya a la formación de una conciencia histórica que es la base necesaria de toda política de la nación(…)” 1 Al situar en el centro a “la política”, el proyecto nacional y popular supone que las relaciones económicas que se dan en la sociedad son resultantes históricas de una determinada disputa político-ideológica, a diferencia del liberalismo, tanto económico como jurídico, que sitúa “lo político” como accesorio. Lo político es definido como un proceso histórico altamente dinámico y complejo. Es el campo donde se enfrentan los diferentes
proyectos históricos (económicos, militares, culturales, etc.). Estos proyectos históricos no son homogéneos en su interior, ya que dentro de los mismos conviven diferentes tendencias y matices a lo largo de la historia. Las guerras de la independencia, las luchas federales, el radicalismo de Alem e Irigoyen, el peronismo de Perón y Evita, los movimientos de liberación de los sesenta, transitaron ese carril de la historia. Esta centralidad de la “política” en el nacionalismo popular va a tejer puentes de discusión con las corrientes marxistas que se acercan al peronismo en los ‘60, algunas ya influenciadas por la visión gramsciana. Si bien es un campo heterogéneo de necesidades, ideas, acciones, pulsiones políticas y culturales, en el movimiento nacional y popular podemos caracterizar cuatro ideas fuerza que se orientan hacia cuatro puntos cardinales al mismo tiempo: la autonomía económica, la soberanía popular, la inclusión social y la integración latinoamericana. Cuando estamos en presencia de un avance hacia esos horizontes, determinado siempre por la acumulación de relaciones de fuerzas internas y externas, podemos decir que nos encontramos frente a un proceso de liberación nacional y popular, sin olvidar que cuando hablamos de procesos existen diferentes momentos, etapas o estadíos. Luego de la última dictadura cívico-militar, el corpus social que daba vida al movimiento nacional y popular fue quebrado, reducido y desaparecido. En los ochenta y noventa, el sujeto colectivo que podía otorgar forma a ese movimiento fue tan sólo de resistencia ante los embates de las políticas neoliberales. Posteriormente a la implosión de 2001 y con la asunción de Néstor Kirchner en 2003, se inicia un proceso de deconstrucción de las políticas inauguradas durante la última dictadura y de muchas de las que continuaron durante más de 20 años de democracia por
las medidas de nuestras históricas clases dominantes, recuperándose la centralidad de “la política” como herramienta de transformación social. A su vez, se ponen en práctica medidas de inconfundible corte nacional y popular: el Estado adopta el carácter de reparador, se construyen mayores márgenes de autonomía económica, se lleva a cabo una creciente restitución de derechos laborales y económicos y asistimos a una clara reconquista de la participación ciudadana, en el marco de una democracia cada vez más consolidada. Durante el discurso del último 25 de Mayo, en el marco de una plaza colmada como hace 40 años, nuestra Presidenta sostuvo firmemente que el kirchnerismo no es un modelo económico, sino un proyecto de país que engloba a los 40 millones de argentinos. ¿Qué grado de desarrollo de este proyecto histórico hemos alcanzado durante estos 10 años? ¿Vamos a la velocidad ideal? En realidad, las respuestas a esas preguntas no importan tanto. Lo realmente significativo es que existe una conducción clara al frente de este proyecto y un rumbo donde es posible seguir reuniendo los fragmentos del espectro nacional y popular, ponerlos en movimiento para continuar construyendo la liberación definitiva de nuestra patria. Es por eso y por mucho más que venimos bancando, hace 10 años, este proyecto nacional y popular. •
1
Jauretche, Arturo. Política nacional y revisionismo
histórico. Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor, 1959, Pág. 7.
Matías Facundo Moreno Licenciado en Sociología.
15
BARRO
LOS DISCURSOS QUE REFLOTARON TRAS EL DILUVIO 16
La solidaridad, el Estado, la política, la militancia y la sociedad civil en el escenario local después de las inundaciones. Qué se dijo de todo esto, pero sobre todo, qué decimos nosotros.
En esta nota, metemos las patas en el barro.
“(…) remontar el barrilete en esta tempestad sólo hará entender que ayer no es hoy que hoy es hoy” Divididos
Manuela Belinche Manuela Hoya Lorena Vergani
18
E
l martes 2 de abril de 2013, la localidad de La Plata amaneció cubierta y silenciosa. Las primeras horas del feriado destinado a conmemorar a los ex-combatientes y los compañeros caídos en las Islas del Atlántico Sur no anticipaban los sucesos que iban a desencadenarse desde la media tarde. Nadie imaginaba a las manzanas de la urbe convertidas en islas de cemento. Ese martes cayeron en la ciudad cerca de 395 milímetros de agua de lluvia anegando las calles y filtrándose en las casas de algunos barrios hasta alcanzar casi dos metros de altura. El aguacero destinó a miles de familias a sufrir grandes daños materiales, experiencias traumáticas y, en varios casos, la muerte de seres queridos. El día después encontró aceras devastadas pero incipientemente activas. Las veredas se poblaron de muebles y objetos que los vecinos descartaban o intentaban recuperar al sol mientras continuaban sacando agua de sus casas. El trabajo solidario comenzó a robustecerse reuniendo a militantes de organizaciones no gubernamentales, a militantes políticos y a ciudadanos sin filiación alguna. Una parte considerable de la sociedad civil se movilizó para acercar ropa, zapatillas, mercadería, frazadas y colchones a los distintos puntos donde se juntaban donaciones. Centros de jubilados, clubes de barrio, centros culturales, escuelas públicas y distintas facultades de la Universidad Nacional de La Plata se convirtieron por esos días en sedes de acopio y distribución. La Facultad de Periodismo y Comunicación Social, en particular, funcionó como un centro operativo donde la intervención del Gobierno Nacional se articuló con el trabajo de los miembros de Unidos y Organizados. Esa masiva y heterogénea movilización posterior a la tragedia habilitó el surgimiento de diversas explicaciones sobre lo sucedido.
Con el paso de los días comenzaron a gestarse discursos que al intentar definir a los actores involucrados presentaron de manera dispar la idea de solidaridad, el papel del Estado y el rol de la política, del militante y de la sociedad civil. En este artículo, intentaremos rastrear las ideas que se erigieron debajo de esas posturas y nos preguntaremos por sus implicancias y por las intencionalidades ideológico-políticas de quienes las reivindicaron. Qué es el Estado, a quiénes designan las categorías “gente”, “vecino” y “ciudadano”, qué significa ser militante, qué es la política y qué es la solidaridad. Qué se dijo de todo esto, pero sobre todo, qué decimos nosotros.
El agua embarró la política Uno de los discursos que trascendió con fuerza en esos días exaltaba el rol de la sociedad civil, a la que se le atribuía la potestad de una cooperación desinteresada y apolítica. Desde esta lógica, la solidaridad fue entendida como un atributo exclusivo de la ciudadanía desafiliada y contrapuesta a la participación político-partidaria de los militantes y, fundamentalmente, de aquellos pertenecientes a Unidos y Organizados. Política y solidaridad fueron presentadas como ideas excluyentes y antagónicas al tiempo que ciertas acciones pasaron a tener una validez moral superior: la ayuda del buen vecino que se acercaba a dar una mano en el club del barrio cobró mayor legitimidad que el trabajo del militante y su organización. De esta manera, la solidaridad civil caracterizada como pura y desprendida fue enaltecida en contraposición a la pretenciosa y utilitaria solidaridad militante. El diario local Hoy aportó a la construcción de este discurso con títulos como “La Cámpora y el oportunismo clientelar.”¹ Sobre esta y otras
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
consignas semejantes cabe hacer algunas consideraciones. En primer lugar, el desconocimiento de la pluralidad de agrupaciones políticas que conforman Unidos y Organizados y que trabajaron conjuntamente en La Plata durante esas semanas. Por otro parte, la imposibilidad de pensar a la participación político-partidaria más allá del calendario electoral. Finalmente, descontando el ya habitual propósito de demonizar a la agrupación más grande del Kirchnerismo, la histórica estigmatización de la derecha respecto a la participación juvenil y, en términos más generales, el menosprecio de la política como instrumento colectivo de transformación. Desde esta posición, también se cuestionó el uso de pecheras que identificaban la agrupación política a la que se pertenecía al momento de trabajar en los centros de acopio o en la distribución de las donaciones en los barrios. Esta crítica hizo foco en el supuesto atropello que suponía utilizar las donaciones desinteresadas de la gente para conseguir algún tipo de provecho político. Aquí la lógica argumental reitera el esquema anterior. Una
vez más, nos encontramos ante militantes usureros que en su implacable afán de cooptar votos se aprovechan de la ingenuidad de los vecinos de manera perversa y desalmada. Desde esta perspectiva, no sólo se desconoce o se omite la utilidad de las pecheras en términos organizativos y el beneficio que implica para las familias damnificadas el poder reconocer de manera sencilla a quienes se encuentran trabajando a su disposición, sino que también se niega el legítimo derecho que tienen las agrupaciones de visibilizar su compromiso, su accionar y sus modos de construcción política. Este derecho no siempre ha sido respetado y menos celebrado por el Estado Argentino. Nuestra historia reciente estuvo signada por la censura y la represión de las manifestaciones políticas; la última dictadura cívico-militar y la posterior consolidación del neoliberalismo acabaron con las consignas y las reivindicaciones políticas que hoy vuelven a materializarse en esas remeras. Entonces, sin desconocer la significativa y generosa movilización inorgánica de gran parte de la sociedad civil resulta insoslaya-
ble reparar en su carácter inédito. Las inundaciones y otras vejaciones no son extrañas para quienes viven en los márgenes de la ciudad. Sin embargo, nunca antes se habían visibilizado como en este momento. Las problemáticas que apremian a los sectores más desprotegidos de la población no suelen ocupar la primera plana de los diarios locales. Estas advertencias nos conducen a preguntarnos si el grado de participación hubiese sido tal de no haber afectado -también- a amplios sectores de la clase media platense. En este sentido, creemos necesario repensar las categorías de solidaridad ciudadana y solidaridad militante en términos de sus límites y sus posibilidades de sostenerse y consolidarse en el tiempo.
El agua embarró al Estado El segundo discurso en el que repararemos es aquél que no renegó de la política pero sí del rol del Estado, entendiéndolo como un actor ausente en oposición a la solidaridad del pueblo organizado. Desde esta postura se sostuvo que era necesario, ante la des -
19
“
Bajo el lema “la patria es el otro” quedó claro que los militantes de Unidos y Organizados trabajarían incansablemente y que el gobierno estaría presente no sólo en el plano discursivo.
protección estatal, organizar con celeridad la participación política del pueblo a favor de los afectados. Resulta interesante analizar este argumento en mayor detalle teniendo en cuenta la ambigüedad con la cual se definen aquí algunas categorías nodales. En primer lugar, al apelar a la solidaridad organizada del pueblo este discurso no especifica quiénes están englobados en ese concepto, aunque sí parece dejar en claro quiénes quedan fuera: los gobernantes y militantes kirchneristas, e incluso algunos sectores de la sociedad que apoyan abiertamente el proyecto del oficialismo. Por otro lado, esta perspectiva parece restringir la noción de Estado a los partidos y actores políticos que ocupan posiciones en el poder ejecutivo. Se incurre así en una confusión terminológica que no distingue entre Estado y gobierno. Podríamos pensar que cuando desde esta posición se habla de Estado ausente en realidad se alude a un gobierno ausente confundiendo también los niveles gubernamentales sin que medien distinciones entre las acciones llevadas a cabo por Gobierno Nacional, el Gobierno Provincial y el Gobierno Municipal. Pero ¿qué es el Estado?, ¿quiénes lo conforman?, ¿por qué entenderlo como una entidad externa a los individuos?, ¿no es acaso el conjunto de instituciones a partir de las cuales los ciudadanos organizamos política, económica y socialmente nuestro territorio? Y si así lo entendiéramos, ¿no serían también Estado las escuelas, las universidades y los hospitales públicos, la política de previsión social, la Asignación Universal por Hijo, YPF, las convenciones colectivas de trabajo, la Ley de Servicios Audiovisuales, las medidas que propugnan la independencia eco-
20
nómica y la soberanía política, la inclusión social y cultural y la ampliación de derechos políticos? Los ciudadanos con capacidad de acción, de transformación, de organización para la defensa de un proyecto político, de intereses, derechos y conquistas sociales ¿no son parte del Estado? Lo problemático de pensar esta categoría como escindida de la sociedad civil es que se pierde de vista que quien accede al gobierno del Estado Argentino lo hace a partir de instancias electorales. Si se considera la amplia participación ciudadana en las últimas elecciones resulta absurdo plantear una desconexión entre las mayorías y quienes los representan: el accionar de cualquier gobierno democrático se legitima en el apoyo que recibe de los ciudadanos y se orienta a conducir el destino de esa sociedad. En este sentido, es interesante reflexionar sobre cuál es el rol que deben ejercer las distintas instancias de gobierno y con qué herramientas estatales cuentan ante una catástrofe como la acontecida. ¿De qué hablamos cuando decimos “intervención estatal”? ¿Es posible pensar esta intervención escindida de la matriz ideológico-política desde la cual se lleva a cabo? Sin perder de vista las responsabilidades políticas y descartando una explicación de lo sucedido en términos de fatalidad, entendemos que es necesario poner en tensión la premisa de la ausencia del Estado y reparar en los matices de las capacidades operativas de los gobernantes evidenciadas en el contexto de crisis. En cuanto al Gobierno Municipal, el diluvio visibilizó los grandes bolsones de pobreza que han crecido en las afueras de la ciudad y el escaso impulso de políticas públicas. En la misma línea, las acciones desarrolladas por
este nivel gubernamental estuvieron signadas por la ausencia y la falta de seriedad política ante la tragedia. La inundación también dejó en evidencia una estrategia de planificación urbana que se preocupa por los grandes negocios inmobiliarios y desentiende del bienestar de los sectores populares. Por su parte, el Gobierno Provincial sólo se abocó a dar algunas explicaciones en los medios de comunicación y a (des)informar sobre el número de víctimas fatales, a las que contabilizó con una metodología dudosa y repudiable. En cuanto al Gobierno Nacional, el día posterior al vendaval Cristina Fernández visitó su ciudad natal y recorrió su antiguo barrio, fuertemente afectado por la lluvia. Bajo el lema “la patria es el otro” -frase que enunció ese 2 de abril en Puerto Madryn en conmemoración de los 31 años del inicio de la Guerra de Malvinas- quedó claro que los militantes de Unidos y Organizados trabajarían incansablemente y que el gobierno estaría presente no sólo en el plano discursivo. ¿En qué consistió esa presencia? Además del trabajo de importantes funcionarios del Gobierno Nacional en los barrios de La Plata, se establecieron en las zonas afectadas centros de atención y organización que, al tiempo que relevaban cuáles eran las necesidades acuciantes de los vecinos, contaban con la asistencia y asesoramiento del personal de ANSES, PAMI y Desarrollo Social. El equipo del Ministerio del Interior y Transporte puso en marcha un plan de documentación gratuita y aseguró la presencia de sus camiones en varios puntos de la ciudad. Por su parte, el Ministerio de Salud de la Nación brindó recomendaciones y pautas de cuidado para los damnificados, mientras que el
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
“
Es imprescindible que nos movilicemos, que participemos, que nos informemos, que nos hagamos cargo y que consolidemos un tipo de solidaridad que no se desentienda de la política, sino que la conciba como la herramienta por excelencia para trasformar la realidad con un horizonte de justicia, soberanía e igualdad.
Ministerio Nacional de Educación destinó 52 millones de pesos para las refacciones de 60 establecimientos educativos (48 millones para reparaciones y 4 millones para la provisión de material didáctico, bibliográfico y equipamiento informático). Además, distribuyó kits de útiles y mobiliario escolar a 80 escuelas afectadas por las inundaciones. Por último, se debe destacar que frente a los graves daños que sufrió el Hospital Español luego de la inundación, la Presidenta realizó una reunión entre los ministerios de Desarrollo Social, de Salud y de Trabajo para llevar adelante las obras de recuperación del nosocomio. Por esta razón, anunció la firma de un convenio de 9 millones de pesos con la Secretaría de Obras Públicas y la entrega de un subsidio del Ministerio de Salud de la Nación de 7 millones. También afirmó que el Ministerio de Trabajo entregará subsidios no remunerativos por 4 millones de pesos para los casi 600 trabajadores del hospital por el lapso de seis meses, con la finalidad de conservar sus puestos de trabajo. A pocos días del aluvión, el Director Ejecutivo de la ANSES, Diego Bossio, anunció las medidas de protección social extraordinarias para los afectados. En primer lugar, se estableció un suplemento excepcional de la Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo, las Asignaciones Familiares, así como de las prestaciones que reciben los
desempleados, los jubilados y los pensionados. También se abrió una línea de créditos para los adultos mayores a través de la tarjeta Argenta y una serie de préstamos personales para la reconstrucción de las viviendas por medio del programa PRO.CRE.AR. En palabras de Bossio “(…) hay más de 2000 millones de pesos en créditos y 400 millones que van al bolsillo de la gente para que los gaste en lo que necesita”.² Así, al compromiso de los militantes se le añadió el trabajo de quienes acercaban a la población los servicios, prestaciones y beneficios del Estado. Desde la ANSES, se sostuvo que “esta política es una expresión concreta del cambio en la concepción del rol de la seguridad social ante situaciones de emergencia, en sintonía con el reconocimiento al derecho a la seguridad social para todos los argentinos y, por ende, al derecho a una protección extraordinaria ante una situación fuera del orden común”.³ De esta manera, los brazos del Estado llegaron a los afectados encarando acciones de fondo que requirieron un desembolso presupuestario inaccesible para la ciudadanía.
Embarrar las patas Podemos hablar entonces de un Gobierno Nacional que, valiéndose de la conducción de ciertas instancias estatales, acompañó y asistió a los damnificados, no sólo en un plano
simbólico, sino también a partir de la puesta en práctica de políticas diseñadas para materializar la contención enunciada, priorizando a los sectores más desprotegidos. En concordancia con la promoción de la equidad, la igualdad y la inclusión, el Kirchnerismo ha dado muestras de una gestión que re articula al Estado para colocarlo a disposición de todos los argentinos, otorgando legitimidad y validez a los reclamos e intervenciones, retomando demandas y transformándolas en políticas públicas. En ese sentido, la consigna del Gobierno Nacional “el Estado somos todos” habla de la intencionalidad de ampliar las bases de participación y legitimación política. Si la solidaridad inorgánica sirve pero no alcanza, es imprescindible que nos movilicemos, que participemos, que nos informemos, que nos hagamos cargo y que consolidemos un tipo de solidaridad que no se desentienda de la política, sino que la conciba como la herramienta por excelencia para trasformar la realidad con un horizonte de justicia, soberanía e igualdad. •
¹ Nota publica el 6 de abril de 2013 en el diario Hoy. ² Nota publicada el 7 de abril de 2013 en el diario Pagina 12. ³ Disponible en http://observatorio.anses.gob.ar/ noticias
21
// BARRO / OPINIÓN
La gestión de los cuerpos Una reflexión sobre el tratamiento de las muertes en el contexto de la catástrofe platense del mes de abril. La configuración ante la crisis de un circuito burocrático y discrecional signado por la herencia autoritaria de la policía bonaerense, el corporativismo judicial, la disposición de las morgues como “zonas de nadie”, el cómputo dudoso y el empecinamiento del Gobierno Provincial por silenciar el número de víctimas.
Julián Axat Poeta y Defensor Penal Juvenil
22
D
urante 1976 y 1980 las Morgues judiciales tenían la práctica de extender certificados de defunción y ordenaban la inhumación de cadáveres de personas detenidas-desaparecidas, por orden de las fuerzas militares-policiales, y sin la intervención de un juez competente. Los procedimientos buscaban fraguar casos de tortura y posterior ejecución sumarias certificadas bajo el rótulo de “muertes por paro cardiorrespiratorio no traumáticos”, en casos donde lo que existía era un tiro en la nuca. El libro Poder Judicial y DictaduraEl caso de La Morgue (Edit. Puerto-Cels, 2012), de la antropóloga María José Sarrabayrouse de Oliveira es una obra capital para entender las formas del encubrimiento y gestión de los cuerpos de las personas desaparecidas por policías, médicos forenses, médicos particulares y la trama que le permitía al dispositivo genocida funcionar a la par del poder judicial que se apartaba, y así los cuerpos desaparecían, se enterraban NN, osarios, o aparecieran arrojados en falsos enfrentamientos o accidentes de autos. Si bien los tiempos cambian, estas prácticas se reconfiguran en democracia como herencia autoritaria de la misma cultura policial intocada, haciendo posible que estas burocracias tengan capacidad reproductora cuando la coyuntura o la excepcionalidad lo exige (ya Rodolfo Walsh hablaba de una “secta de las manos en la lata que gatilla y encubre”). La familia judicial también puede funcionar de la misma manera que antes, basta con dejar hacer, no judicializando aquellos casos de muerte dudosa que la decisión política o el propio autogobierno policial (como violencia institucional) pretenden gestionar por fuera de los cauces legalmente establecidos. El caso de la policía bonaerense es preocupante, pues los médicos de policía y las Morgues suelen ser lugares-zonas de nadie, donde muy pocos se atreven o saben a ciencia cierta qué conservan, como también aquello que ingresa o sale; pero también quién es el médico forense, cómo se evalúa una autopsia, quién es el que dictamina y hasta cómo se certifica. El poder de discrecionalidad tanatológico-policial dentro de una Morgue bonaerense, es directamente proporcional a la incapacidad histórica del poder judicial de la provincia de buenos aires de querer ingresar, intervenir y saber qué ocurre en su interior. Los dictámenes no se
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
discuten, se reproducen literalmente en los juicios orales. La policía sabe y habla sobre los cuerpos. La ausencia de una policía judicial dotada de funciones tanatológico-forenses es la clave para romper con la matriz cultural de la vieja Morgue policial, atada a los resabios del terror y ausencia judicial. El caso María Marta García Belsunce es un antes y un después para la certificación de las muertes dudosas entre las personas de las clases medias y altas, pues deja al descubierto que un médico amigo puede fraguar certificados y la justicia no meterse cuando las cosas suceden dentro de círculos cerrados con poder adquisitivo; evitando de ese modo la Morgue y autopsias. Claro que el médico debe tener mucho prestigio y actuar sobreseguro para que más tarde la cosa no pueda volvérsele en contra porque alguien de la familia rompe el pacto. En cambio, los pobres cuyos cadáveres son hallados con signos de dudosa violencia o trauma, pocas veces suelen tener ese margen de elección y las Morgues son derrotero inevitable. Lo cierto es que el circuito burocrático de las muertes de origen dudoso en tiempos normales, ya de por sí presenta un entramado de opacidad digna de la mejor antropología (constatación de cuerpo hallado con signos de fallecimiento traumático, traslado ambulancias-policía, constatación, morgue o certificado particular, gestor-formulario 03, sepelio, registros de las personas, certificado defunción, cementerio o crematorio o reserva en la morgue). En tiempos de catástrofes naturales y climatológicas, este circuito entra en crisis y un sistema policial entrenado históricamente en prácticas de gestión discrecional de los cuerpos aumenta el nivel de opacidad. Y más si el criterio posterior de cómputo de las víctimas fatales de la catástrofe no se basa en protocolos de registración-publicidad donde prima el criterio sanitario-epidemiológico-accidentológico, realizado por un equipo de crisis coordinado por el Ministerio de Salud, para quien (a la postre) una muerte traumática y otra no traumática causada por la misma tragedia resultan ser matices dentro del mismo registro. Si es la policía el órgano encargado de contabilizar las víctimas fatales de un temporal, entonces los criterios sanitarios pasarán a ser netamente criminales. Únicamente causas penales, el resto silencio o fallecimiento ajeno a la tragedia. Si tenemos en cuenta que esas burocracias policiales siguen siendo resabios intocados del pasado; si son funcionales al empecinamiento electoral por clausurar el número de víctimas y silenciar otras bajo el eufemismo que sea; entonces su grado de torpeza será tal que en vez de reducir el pánico lo van a retroalimentar en su opacidad de actuación. Pues para cumplir con esa decisión de mantener una cifra, su brazo ejecutor echará mano a las formas espurias de certificar provenientes del pasado y así gestionará (selectivizará) lo penalizable y lo que no. Y por supuesto, la corporación judicial no se meterá en esta clasificación escandalosa. Habrá confusión, distintas listas, muertes dudosas certificadas por médicos particulares, cuerpos cremados sin haber pasado por la morgue cuando pudo haber signo de trauma, cuerpos encontrados en la vía pública, etc. Decía el poeta Néstor Perlongher en un fragmento de su largo poema escrito en el exilio: “(…) En la provincia donde no se dice la verdad / En los locales donde no se cuenta una mentira / –Esto no sale de acá– / Hay Cadáveres”. •
23
// BARRO / OPINIÓN
Se viene el agua “El agua estaba muy alta y ellos aparecían abandonados sobre un mar infinito. Sin embargo, con el agua alta y el cielo cubierto, los ruidos sonaban más próximos.” “Él era, en este momento, el centro de ese mundo anegado por las aguas. Un sobreviviente. El silencio y la noche, y las aguas desbordadas y la soledad de aquel río semejante al mar venían a morir alrededor de él.” Haroldo Conti, en Sudeste.
D
avid Viñas decía que El Matadero de Esteban Echeverría era la metáfora mayor de la política argentina. No sólo es una de las piezas fundacionales de la literatura, con el paso del tiempo se convirtió en el relato de rigor para interrogar las continuidades y contradicciones irresueltas. El cuento se inaugura con una tempestad. Una tormenta de oscuras dimensiones se acerca y empieza azotar la ciudad. Parece un “nuevo diluvio”. La “lluvia copiosa” rebalsa los ríos que ya no encuentran su curso natural alcanzando lo que hasta entonces se consideraba un desierto. Corrientes antagónicas chocan, provocando una inundación inédita. La primera corriente bajaba por el Riachuelo y la otra subía por el Plata, empujadas por el viento, impidiendo a las oscuras aguas del Riachuelo desagotar su caudal en aquel otro. El resultado de aquellas crecidas fue la inundación de la ciudad. El Riachuelo rebalsa y copa los barrios bajos, arrasa con el Matadaro que, por aquel entonces, era la primera industria nacional. La Argentina permanece cautiva de fuerzas contrapuestas; dos corrientes antagónicas dejarán intermitente a una nación que, de persistir, quieta o patinando en el lugar, no tardarán en hundirse en el fango hecho de lodo y san-
24
gre, de fluidos mal digeridos. La Argentina se atranca cuando patina en el barro. Con la inundación vino la peste y con la peste la carestía. La inundación impuso el ayuno condenando a los hombres a predicar con lo que se pudre adentro, en los intestinos. La Argentina se constipa, presiona y comieza a heder. Cuando se reabre el matadero hay demasiada confusión. No se puede ya distinguir al toro de las vacas. El apetito trasnochado transforma al pueblo en una ménade y todos van por una tajada. A partir de ahí, El matadero sería reescrito o filmado una y otra vez. La inundación permanece como sombra de una política que no da pie con bola. Descenlace fatal de las contradicciones irresueltas. En el cine, por ejemplo, está la película de Fernando Birri, Los Inundados, que cuenta las rutinas que suele imprimirle el litoral a los pobladores humildes de aquellas regiones frecuentadas por el agua. Rutinas políticas que especulan con la desgracia ajena, que si se presentan de un modo espontáneo, no será casual ni gratuita la solidaridad de las fuerzas vivas de la ciudad seca. Después tenemos las películas de Fernando Pino Solanas, El Viaje y La nube. El Viaje, es el testimonio, en cierta manera intempestivo, de una nación desplomándose sobre las aguas turbias o de las aguas turbias ladeando el suelo de una nación que se sumerge, que todavía flota pero se sumerge, entre fluidos espesos y desechos tóxicos. De ahí saltamos a La nube que será, antes que nada, la nube de polvo que causará la implosión que termina por derrumbar la periferia (el albergue Warnes); pero después la nube que se transforma en tormenta y ésta en tempestad. También hay que nombrar Últimas imágenes del naufragio de Eliseo Suviela, Después
de la Tormenta de Tristán Bauer y los montajes de Leonardo Favio en Perón. Sinfonía del sentimiento, donde el temporal que asota a la nación golpeará con su oleaje bravío las puertas de la Rosada. Si buscamos otras escenas semejantes en la literatura, la lista se completa con Sudeste de Haroldo Conti, La creciente de Silvina Bullrich o El agua de Enrique Wernicke, donde otra lluvia repentina desborda el río precipitándose sobre La ribera (que dicho sea de paso es otra novela de Wernicke) hasta alcanzar la casa de don Julio, un jubilado ferroviario que mastica en soledad la desgracia que le tocaba quién sabe por qué. La naturaleza era implacable y arrasaba con todos por igual, sin preguntar el nombre o la posición social: “Porque cuando sube el agua, sube como se le da la gana.” La novela trafica una pregunta que permanecerá como telón de fondo: ¿por qué tienen que ocurrir semejantes catástrofes para que percibamos la historia? Porque Julio Blake, después de la inundación, cuando la tierra se trague el agua, comienza a ver lo que no había visto durante los 20 años que vivió en Punta Chica: la solidaridad que nunca había practicado, ni siquiera imaginado para su vida intima; solidaridad, entonces, que comenzaba a experimentar con extrañamiento, esa profunda incomodidad -que se averigua en la vergüenza-, que tienen las personas que nunca dijeron “gracias”, que viven retirados del resto del mundo, llevando una vida monacal. La inundación, que había revuelto la casa, revolvió tambien su memoria, que ahora daba rienda suelta a los fantasmas que había cultivado durante toda la vida y nunca había encarado, pero ahora, intuyendo que no estaba sólo y que le podía costar la vida que tanto había postergado, se decidía y
POLÍTICA Y ACTUALIDAD
metía las patas en la fuente: “Porque el agua sucia y turbia del río ya corria por sus venas y era parte de su vida.” Después está La inundación de Ezequiel Martínez Estrada, un cuento gorila como pocos, publicado en el paradigmático 1956. Acá la inundación se usa como sinónimo de invación. Una inhóspita capilla es tomada por el vecindario de Arana luego de que la lluvia sacara al río de sus cavales para volcarlo sobre la hondanada. Con la inundación vino la estampida que se produjo en el marco de otro aluvión. Porque cuando los ciudadanos se refugiaron en la capilla, detrás de ellos corrieron los perros, que permanecieron afuera, aullando, rasgando las puertas, hasta que finalmente pudieron irrumpir, todos hediondos, posesos de una diabólica alegría, que volvería aún más densa, casi maldita, aquella atmosfera que comenzaba ahora, desde la llegada de los perros, a oler a carne descompuesta. De más estará decir que el cura de ese lugar no tardaría demasiado en asociar la persistente tormenta a la profanación del templo por parte de aquellos animales. De modo que se imponía la tarea de echarlos a patadas. Una vez más, la culpa la tenía el pueblo, es decir, los perros. Y que conste que no se trata de ningún fallido. No será esta la primera ni la última vez que el pueblo resulta animalizado. Sin ir más lejos, en El Matadero, las ratas y los perros le disputaban a la turba las achuras en el corral. Esa masa que se arrastra en cuatro patas, que compite con las ratas y los perros, que se parece entonces a los perros y las ratas, es la expresión bárbara de las montoneras. El cuento termina trágicamente con estas palabras que, si las citamos, conste que las hacemos con otro sentido: “Al poco tiempo, algo más destacado de la vaga oscuridad de las nubes, otro vasto trueno resonó henchido de sombra y humedad. El cielo se adensó, seguramente porque caía la tarde, y en seguida, como cuando empezó, después de tres meses de sequía, la lluvia precipitaba sus gruesas gotas sobre los rostros levantados.”
Hay otra invasión que será otra inundación, sólo que esta vez, el invasor no estará hecho de las mismas creencias, las mismas apuestas, la misma sensibilidad. Estamos hablando de El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld, otra de las parábolas que invierte a la Fiesta del Monstruo de Borges-Casares o la Casa Tomada de Cortazar, puesto que, como se sabe, el extraño enemigo, no será el que viene de los bajofondos o el patio trasero sino de otro planeta. Aquella invasión separa las aguas entre los invasores y aquella resistencia se enmascara detrás de una escafandra. Mientras tanto, el resto del pueblo, esa mayoría silenciosa que resiste solapada, aferrada a la historia, permanece boyando en las aguas que, con el paso del tiempo, se irán caldeando cada vez más. Pero si hay gente que se hunde con la inundación y compañeros que fueron arrojados a las profundidades del Plata, están los que siempre caen bien parados, como el gato consumando sus siete vidas. Y al decir esto, nos viene a la memoria la aguafuerte porteña de Roberto Arlt, El hombre corcho, al que define como “el hombre que nunca se hunde, sean cuales sean los acontecimientos turbios en que está mezclado.” Es que el hombre corcho es “el tipo más interesante de la fauna de los pilletes. Y quizá también el más inteligente y el más peligroso.” Arlt no sabe si es cuestión de instinto o talento, pero sabe bien una cosa: que si de lios se trata, lios económicos o legales, “lios espantosos de turbios y de incomprensibles es donde el ciudadano Corcho flota en las aguas de la tempestad con la serenidad de un tiburón.” La reciente inundación de La Plata no es inédita. Tiene su antecedente en las inundaciones del 2008, en las inundaciones de Santa Fe del 2003 y 2007, en las de Rosario del 2010 y en las de Buenos Aires de todos los años. Los tiempos están cambiando y las ciudades comienzan a inundarse. No están preparadas para tanta lluvia, pero tampoco para la especulación inmobiliaria. Por primera vez en la historia la población que vive en la ciudad
supera a la gente que vive en el campo. Pero ese crecimiento urbano fue desigual y contradictorio. La ciudades cuarzo contrastan con las ciudades miseria. Si la suburbanización protagonizada por las clases altas o medias está hecha de enclaves lujosos y fortificados conectados por un sistema de autopistas que fragmentaron la ciudad hasta componer una red difusa; las clases marginales deben arrinconarse en regiones hiperdegradadas, protagonizando una urbanidad sin urbanidad, hasta despojar a sus moradores de las condiciones de humanidad. Se viene el agua, pero el agua golpea a todos de distinta manera. La fatalidad de la naturaleza tiene su contracara en la corrupción y la picardía política. Una política hecha de obras públicas inexistentes; oídos sordos a los informes presentados por especialistas de la universidad pública y colegios profesionales; de reformas a los códigos de planeamientos urbanos que acompañaron e incentivaron la especulación inmoviliaria y con ello, el aumento de los alquileres y el metro cuadrado; de arreglos con los matones del sindicato de la construcción; de asfalto sin redes fluviales; de agua potable sin cloacas; y tantas otras “torpezas” que no tienen nada que envidiarle a la naturaleza desquiciada. La tormenta política desatada por la inundación es una metáfora de las tareas pendientes. Pasaron diez años y todavía hay muchas preguntas sin responder, demasiadas tareas inconclusas. Es cierto que el neoliberalismo no se va a desandar de un día para el otro, pero en materia de viviendas e infraestructura urbana estamos muy lejos todavía. Pasan los gobiernos y las inundaciones se repiten. El tiempo pasa y el agua sigue subiendo. •
Esteban Rodríguez Abogado y magister en ciencias sociales. Docente e investigador de la UNLP y la UNQ. Miembro del CIAJ (Colectivo de Investigación y Acción Jurídica). Director del proyecto “El derecho a tener derechos”.
25
MALVINAS,
UN NUEVO PARADIGMA DE LA DEMOCRACIA Y LA SOBERANÍA Ernesto Alonso Pte. Comisión Nacional de Ex Combatientes Ministerio del Interior y Transporte
En el aniversario de los 180 años de usurpación sobre los territorios del Atlántico Sur, Ernesto Alonso reseña las transformaciones que ha asumido el tratamiento de la “causa Malvinas” desde la última Dictadura Militar hasta nuestros días y analiza el modo en que el reclamo histórico de soberanía sobre las Islas se enmarca actualmente en la política regional latinoamericana. 26
D
urante muchos años hablar de Malvinas nos remitía exclusivamente a repasar el conflicto bélico que se desató en 1982 por decisión de la dictadura militar, pero Malvinas es mucho más que la guerra. Necesariamente, como ejercicio de la memoria, no hay que olvidar que esa dictadura se apropió de una causa nacional y popular que está arraigada en nuestra identidad como pueblo y como nación, inserta en nuestro ADN. Pasando por encima de la soberanía popular el terrorismo de Estado implementó las peores políticas de devastación del aparato productivo, de enajenación, persecución de los trabajadores, represión, desaparición y muerte y, como no podía ser de otra manera, traicionó a los miles de soldados que fueron llevados a combatir sin preparación, en las peores condiciones de oportunidad y conducidos por unas FFAA que no estaban preparadas para la defensa de la soberanía nacional sino bajo la doctrina de la seguridad nacional que tenía como hipótesis de conflicto al “enemigo interno” y a los hermanos países limítrofes. Debemos tener en cuenta los sucesos que se vivían a principios de 1982 cuando los sectores populares, las organizaciones políticas y sociales comenzaron a jaquear a la dictadu-
LATINOAMÉRICA
ra cívico militar con la masiva marcha convocada por los trabajadores el 30 de marzo de 1982, donde perdieron la vida en distintas ciudades del país muchos trabajadores. En ese momento la junta militar emprendió la acción más desmalvinizadora del siglo XX y por ende la traición, dándole la oportunidad al imperialismo de tomar un efectivo posicionamiento en el Atlántico Sur. Como dirigente de una organización que tiene 30 años de vida política institucional, somos testigos de la utilización de Malvinas en distintos momentos en las décadas de los 80 y los 90. Es imprescindible hacer memoria de las veces que fue utilizada la “Bandera de Malvinas” por sectores que atentaron contra la democracia argentina, aquellas “Felices Pascuas” en 1987 donde el ex Presidente Raúl Alfonsín dijo “que eran héroes de Malvinas” y allí los “Carapintadas” liderados por Aldo Rico y otros conocidos represores consiguieron las “leyes de la impunidad” de obediencia debida y punto final. Recordemos el levantamiento del 3 de diciembre de 1990 encabezado por el ex coronel Mohamed Alí Seineldín, hechos que dejaron 13 muertos y 350 heridos. Allí también se enarboló la bandera de Malvinas teñida de un misticismo que concluyó con el indulto de los genocidas. Tampoco podemos olvidar aquella lamentable frase del ex presidente Carlos Menem que decía “Recuperaremos las Malvinas a sangre y fuego”, luego efectivizando la continuidad de la política de la dictadura con los acuerdos de Madrid posibilitando con ello la explotación en escala de los recursos naturales usurpados por los británicos en el Atlántico Sur, con las relaciones carnales y el paraguas de soberanía incluidos los ositos Winnie Pooh. En este presente nace un nuevo paradigma de Democracia y Soberanía por la coherencia de políticas que han puesto a Malvinas como una “causa de Estado”. Hoy no podemos dejar de reconocer que a partir del 2003 empezamos a transitar un camino distinto, construido por todos los que luchan por Memoria, Verdad,
Justicia y agrego Soberanía, donde se palpan los avances ante lo imposible. La cuestión Malvinas es hoy una causa de Latinoamérica donde nuestro país obtiene el apoyo unánime de los gobiernos regionales que plantean una estrategia común en pos de la defensa
explotación indiscriminada de los recursos ictícolas en la factoría montada en Malvinas poniendo en riesgo la sustentabilidad de los recursos naturales. Se da también una explotación de los trabajadores contratados por flotas interna-
de la integridad territorial, de los recursos naturales y el derecho de nuestros pueblos. La causa Malvinas es asumida por todo el arco político con responsabilidad y acompaña las acciones que está llevando adelante el PEN al exigir que Gran Bretaña cumpla con las resoluciones de la ONU que insta a las partes a sentarse a “dialogar” y que no reconoce a la población de la isla como sujeto de derecho ya que fue insertada y no le cabe el principio de autodeterminación. La Nación Argentina garantiza en la Constitución nacional “el modo de vida de sus habitantes”, en la primera disposición transitoria, además de ratificar su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La firmeza de la presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner evidencia ante la comunidad internacional la violación sistemática de tratados que ponen en riesgo la paz de la región y denuncia a Gran Bretaña ante la ONU por la militarización del Atlántico Sur, por la instalación de la base en Mount Pleasant en la fortaleza Malvinas que de la mano armamentista aplica un modelo de capitalismo salvaje que lleva adelante la
cionales al no cumplir con ninguna norma que garantice la seguridad y la dignidad de las personas. Un verdadero paraíso para las empresas que allí operan y obtienen multimillonarias ganancias que contribuyen al sostenimiento de la humillación humana. Hoy es “la política” la que está garantizando por primera vez un camino que nos acerca cada vez más a la recuperación definitiva de la soberanía integral en forma mancomunada con los pueblos de Latinoamérica y los gobiernos que reconocen tener los mismos intereses, compartir estrategias y consolidar nuevos espacios políticos de intercambio como la UNASUR, CELAC, ALBA poniendo en crisis a los organismos manejados por burocracias que están para satisfacer otros intereses. Los ex-combatientes sufrimos los arrebatos autoritarios de la dictadura militar en la aventura bélica llevada a cabo en 1982 y a partir de esa experiencia nos comprometimos en la defensa de la democracia y la soberanía, realizando los aportes necesarios para que en el marco de la defensa de la Paz y de los intereses de los 40 millones de argentinos recuperemos los territorios usurpados ya que son parte de nuestro futuro. Volveremos a Malvinas de la mano de América Latina. • PH: JOSEFINA HERNALZ BOLAND http://josefinahernalzph.tumblr.com/
27
PARAGUAY Y VENEZUELA el encanto de las diferencias Sergio Paulo Secretario de Relaciones Internacionales del Encuentro Socialista.
Tras la muerte de Hugo Chávez Frías y el golpe de Estado que terminó con la presidencia de Fernando Lugo, las elecciones en Venezuela y Paraguay invitan a reflexionar sobre el panorama latinoamericano y los desafíos que afronta la región en este nuevo escenario.
L
os procesos políticos de los últimos sesenta años en nuestros países, los de la Patria Grande, tuvieron similitudes llamativas en cuanto a tiempos y formas. Entre mediados de la década del ´40 y del ´50 se dieron gobiernos populistas: el peronismo, el varguismo, el ibañismo, la revolución del MNR-Siles Suazo, entre otros. Luego, se instalaron dictaduras y se inició un periodo de inestabilidad política hasta la década del ´60. El decenio siguiente se inició con la llegada al gobierno de movimientos populares de izquierda: Allende en Chile, la primavera Camporista de Argentina, Torres en Bolivia, Velazco en Perú, el primer Gobierno de Acción Democrática en Venezuela.
21 8
Sin embargo, los ´70 terminaron con dictaduras militares que se extendieron hasta principios de los ´80, cuando la recuperación de la democracia se dio de manera condicionada en Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, Chile, Brasil. Tras la experiencia de democracias débiles, se implementó en estos países el neoliberalismo. Los Estados Unidos influyeron de manera decisiva en estas etapas de la historia reciente latinoamericana, condicionando y posicionando a cada gobierno en función de sus intereses. El inicio del siglo XXI marcó una ruptura con la influencia del Norte y coincidió con las salidas de ese proceso neoliberal de la mano
de gobiernos progresistas: Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, el Frente Amplio en Uruguay, Kirchner en Argentina, Evo en Bolivia y Correa en Ecuador. Quizás, de todos los países latinoamericanos, Paraguay tiene una historia de aislamiento que en algunos momentos le permitió desarrollarse y en otros terminó siendo el certificado de atraso y pobreza de su gente. Los cuarenta años de Strossner u Oviedo y los cincuenta años de democracias condicionadas del Partido Colorado no dejaron nada positivo para destacar. Sólo a partir del año 2005, con la llegada de Lugo a la presidencia, cambia la lógica del clientelismo y dependencia de las políticas pensadas desde
LATINOAMÉRICA
“
El inicio del siglo XXI marcó una ruptura con la influencia del Norte y coincidió con las salidas de ese proceso neoliberal de la mano de gobiernos progresistas: Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, el Frente Amplio en Uruguay, Kirchner en Argentina, Evo en Bolivia y Correa en Ecuador.
el Norte, como no se dieron en ningún otro país de América Latina. El gobierno de Lugo implementó políticas sociales que le cambiaron la cara a Paraguay y le permitieron crecer a las tasas más altas de Sudamérica. Buscó manejarse con autonomía, distanciándose de ese pasado de dependencia, y se encolumnó con la nueva realidad regional. La incapacidad del frente Guazú y de su presidente para construir poder propio o una estructura que lo respaldara hizo posible que el golpe institucional no tuviera costos al interior del país. Y el Partido Colorado -estructura que parecía que volvería al gobierno- logró llegar nuevamente a la presidencia, de la mano de un empresario denunciado por lavado de dinero del narcotráfico. Este personaje que fomentó su construcción política desde la antipolítica y que se afilió recientemente al partido que lo llevó al gobierno (hace dos años), podría ser la llave de los sectores de poder para cambiar los procesos de transformación que se dieron en los últimos años en nuestros países. Paraguay, más allá de los dichos de su nuevo presidente sobre su intención de volver a integrar el MERCOSUR, la UNASUR o la CELAC, puede convertirse en la cabecera de playa de la desestabilización de los gobiernos independientes de América del Sur. No hay que perder de vista que desde hace un tiempo se busca generar un bloque del pacífico integrado por Colombia, Perú y Chile para desarrollar las políticas de los poderosos, con el objetivo de romper los procesos de unidad que en los últimos años se dieron en la región.
Por suerte tenemos a Venezuela. En paralelo al proceso electoral en Paraguay, y con resultados bastante diferentes, se desarrollaron los comicios generales en Venezuela en un contexto definido por la consecución de 16 victorias electorales del Partido Socialista Unificado y por la pérdida de su máximo líder, el comandante Hugo Chávez Frías. Más aún, se impulsó una fuerte campaña de desestabilización en la que la derecha, expresada en el candidato Capriles, desató una ola de violencia que dejó siete muertos y muchos heridos. Se intentó anular las elecciones que supo ganar el pueblo venezolano acompañando al sucesor del proceso bolivariano, Nicolás Maduro. Pero el civismo supo imponerse. Con una diferencia menor a la que se esperaba -pero no por ello menos importante y sobre todo legitima- se quiso condicionar el resultado electoral por ser del 1,7 %, sin reconocer que en Estados Unidos se definieron elecciones con una diferencia aún más amañada, del 0,3% (Busch-Al Gore). También, la elección en la que triunfó Piñeira en Chile se definió por el 1%. Ahora bien, ese resultado escaso para Bush o Piñeira fue legitimado por el establishment, pero no así el triunfo conseguido por Maduro: EEUU siguió trabajando para que los organismos internacionales cuestionaran el triunfo Chavista. Hay que analizar que el triunfo de Maduro, de acuerdo a la visión de aquellos que no quieren gobiernos progresistas en la región, imposibilita el objetivo de terminar ese cambio de época que hoy vive Sudamérica con gobiernos como los de Cristina, Mújica, Dilma, Correa y Evo.
El triunfo de Maduro, como el de Correa algunos meses atrás, es fundamental porque nos permite seguir soñando con sostener este proceso de gobiernos populares que lograron hacer crecer la unidad latinoamericana, integrarnos y desarrollarnos. Fundamental para que la historia común que delineamos al principio de este artículo no vuelva a darse. Nuestros países entraron en un proceso de cambio tan profundo desde lo práctico e ideológico, que sus pueblos no permitirán que se vuelva atrás con las conquistas conseguidas. El triunfo de Maduro, la ola roja que ocupó calles y avenidas a lo largo y a lo ancho de Venezuela, tiene la fortaleza de sostenerse después de 14 años. Y eso no es poco y quizás sea el proceso más extenso en la historia de nuestro continente, con la digna excepción de la Cuba de Fidel y Raúl Castro. Maduro y Venezuela nos demuestra que se puede y se debe trabajar para que Evo Morales renueve su mandato el año próximo, para que Cristina siga gobernando la Argentina, para que Dilma en Brasil o el Frente Amplio en Uruguay sean opciones de futuro, para que Michele Bachelet recupere el gobierno. También, porque las diferencias que se dieron en los procesos electorales de Paraguay y Venezuela nos deben servir para aprender de los errores que pudieron haberse cometido en el frente Guazú o en la campaña Venezolana, así como de los aciertos del gobierno, el candidato y el pueblo venezolanos para defender su revolución y el proceso de cambio de Latinoamérica. •
29
// Entrevista al artista plástico Daniel Santoro
“Si quiero hacer un Perón de una forma extraña y chupándose una buena pija ¿Qué pasa?” Daniel Santoro es conocido por una vasta creación artística que hace frente al imaginario peronista y a las grandes controversias políticas y culturales de la historia argentina. En este encuentro con Las Patas en la Fuente, aborda un conjunto de problemáticas que no pueden pasarse por alto en las discusiones que reavivó el kirchnerismo desde el 2003. Las tensiones entre el peronismo, la izquierda y el capitalismo, como las querellas en torno a la figura de Perón, Evita y el Che, constituyen un campo de polémica que el artista plástico no deja de lado cuando piensa su obra, la compleja relación entre cultura, arte y política, y el recurrente tema sarmientino de civilización y barbarie.
(1)
Peronismo, arte y política
En tu obra aparecen distintas facetas del imaginario peronista ¿Cómo pensás la relación entre arte y política? La relación entre arte y política siempre es un problema. Si bien la política tiene una deriva artística, el problema es cuando determina al arte. La opinión política siempre impone una especie de pedagogía: es arte de izquierda o derecha, por ejemplo. De esta manera, necesitás aludir a las simbologías y determinaciones del territorio político sobre la acción artística. Esa sumisión empobrece la construcción de una obra. Termina siendo una forma de propaganda o de pedagogía, pero la cuestión artística se daña inevitablemente. Hay una homologación donde el arte se pone al servicio de los fines de la política: la revolución, la emancipación y demás. Está muy bien eso,
30
en un punto lo comparto, pero siempre reservando un espacio donde está primero la acción artística. La operatividad del arte tiene que tener un grado de libertad absoluta. Ya lo señalaba León Trotsky cuando decía “toda libertad en arte”. Comparto esa idea, aunque ya sabemos lo que pasó en la Unión Soviética e incluso la práctica política de Trotsky habría sido muy distinta. Siempre se necesita la sumisión del arte y, en un punto, el estalinismo es la única respuesta. En el territorio del arte, se poetiza y metaforizan los temas. Lo que ves no es más que la metáfora de otra cosa, no es la cosa en sí. En cambio, los usos de la política ven lo que ven. No podés jugar con el ícono de Stalin, Lenin o de Perón porque no tenés ningún grado de libertad. Si quiero hacer un Perón de una forma extraña y chupándose una buena pija ¿Qué pasa? Desde el punto de vista de la política, es un insulto intolerable. Desde el punto de vista de la orientación sexual,
ARTE Y CULTURA
estaría bien, por qué no puede ser gay Perón ¿Y si no es ninguna de esas cosas y simplemente es una metáfora de otra? Por ahí, el Perón del que estoy hablando es fruto de un sueño y un territorio de mi intimidad que estoy volcando en una obra ¿Y por qué no puedo soñar con esos perones? La creación artística es totalmente descontrolada, no tolera ningún grado de determinación desde ningún punto de vista. En La mamá de Juanito y una leyenda del bosque justicialista, sostenés que los grandes pintores argentinos cumplieron el decreto 4161 e ignoraron los diez años de peronismo fundacional que dejaron un repertorio iconográfico comparable al de las grandes ideología del siglo XX ¿Por qué ignoraron este período y prefirieron la tragedia del Guernica a nuestra masacre de Plaza de Mayo? Esas son las distorsiones que formula el territorio de la política sobre el arte. Todos los pintores a los que aludo eran afiliados o estaban muy determinados por el Partido Comunista (PC). En ese momento, el PC era antiperonista y una especie estalinista muy jodida. Todos estaban significados por la idea de que el peronismo era fascista y había que destruirlo. Creían que derrocar a Perón era como quitar a Hitler de Alemania. Se asumían como libertadores y por eso se llamó la “Revolución Libertadora”. Esa idea se trasladó al arte. Todo el arte político estaba capturado por la izquierda, era naturalmente antiperonista y veía con desdén lo popular. Nadie se metió con el imaginario propio del peronismo. Parecía que simbólicamente le daban bola al decreto 4161.
“
¿Y por qué no puedo soñar con esos perones? La creación artística es totalmente descontrolada, no tolera ningún grado de determinación desde ningún punto de vista.
En tus pinturas realizás una resignificación de la obra de Antonio Berni con la madre de Juanito Laguna Berni es el gran pintor argentino, como Borges es nuestro gran literato. Es más, Marechal es mucho menos que Borges, siendo Marechal peronista y Borges antiperonista furioso. El arte es un terreno resbaloso y me importa un carajo que Borges sea gorila. Es un gran escritor y punto, como Berni es un gran pintor. Lo que puedo es dialogar con ellos, formular algunas preguntas desde el peronismo. Entonces, Juanito Laguna, ese chico que está en un basural fruto de la pobreza, de quién era hijo. Seguramente la madre de Juanito tenía un pasado donde era protegida por Eva Perón. Berni imaginó a Juanito, yo puedo imaginar su pasado. Desde ahí dialogo e incluyo al peronismo donde él no pudo porque era del PC. La mamá de Juanito aparece en las grandes ciudades infantiles que actuaban como refugios de la niñez y como expresión del Estado de bienestar peronista Eran los lugares de refugio de los niños como Juanito Laguna en la época de Perón. Por eso, no existen representaciones de Juanito en la década peronista y hay en los sesenta cuando el peronismo cae. El nacimiento simbólico de Juanito fue en el ’55 con el derrocamiento del peronismo.
La piedad. Eva Perón devora las entrañas del Che Guevara Óleo | 200 cm | 2008
31
¿Cómo abordás el imaginario y la iconografía del peronismo clásico desde el mundo del arte? Reelaborándola, jugando y no haciendo una celebración. Uno es crítico y cuestionador. Me interesa producir una reflexión y la reflexión tiene sus lados oscuros a veces. Me atrapa mucho el lado oscuro del peronismo. Lo luminoso es un poco el progresismo, sólo necesita trabajar en la luz y no tiene contrastes. Cuando no existen contrastes, no se ven las formas en la plástica. Paradójicamente, necesitás un fondo oscuro para observar bien una forma iluminada. Eso es el barroco. El peronismo es barroco y tiene fondo oscuro. Siempre hay un López Rega, un Ossinde, muertes y tragedias en el medio. Por eso, es nuestro gran relato histórico.
(2) Peronismo, cultura e identidad ¿Por qué considerás al peronismo como el gran logro colectivo que hicimos los argentinos en la construcción de una cultura e identidad propia? El peronismo es determinante de nuestra identidad. Viene del fondo de nuestra historia marcado por el tema sarmientino de civilización y barbarie. El peronismo hace un sistema con el juego de oposiciones. Es mensajero de la barbarie y agente civilizador. Desde ese lugar, se producen el mestizaje y la potencia barroca. No hay un mundo de cultura separado de uno de salvajes. El peronismo acerca y cruza los mundos, de ahí surge un Leopoldo Marechal. Yo mismo trato de juntar esos polos y tengo cierta erudición en mis trabajos. Me meto con Borges, Victoria Ocampo y trato de armar una ensalada que pueda ser fruto de reflexión. No me pongo en frente, me involucro como hizo el peronismo cuando puso las patas en la fuente. El 7 de mayo presentamos un descamisado gigante en Avellaneda de 15 metros de alto. Está apunto de cruzar el riachuelo con el retrato de Eva Perón. Es una respuesta a la cautiva de La vuelta del malón, donde aparece una blanca que es llevada por unos indios -los negros cabeza- al interior de La Pampa. El descamisado gigante vuelve a traer al centro de la ciudad a una mestiza que nació en Los Toldos -en la toldería-. El cruce del riachuelo es una nueva vuelta del malón. Es un gran error creer que el peronismo piensa en términos antagónicos la civilización y la barbarie El antagonismo es suprimir al otro y lo produce la civilización cuando piensa a los bárbaros como lo que se debe destruir. Eso es Roca: los matamos a todos, nos sacamos de encima a los negros, traemos a los europeas y ya está, somos un país civilizado. Ese plan no pudo realizarse nunca y por eso surge el peronismo ¿Cómo funcionó el peronismo como agente civilizador? ¿Quién hizo más escuelas, bibliotecas y libros? La mayor producción de libros siempre fue en los gobiernos peronistas, aunque también
32
produjeron alpargatas. Todo empieza a cuestionarse ¿Los bárbaros son los que hicieron más escuelas y universidades? Hoy en día también se crean la mayor cantidad de universidades. El peronismo es paradoja pura. Todo lo que se le imputa, después resulta refutado por la acción. Algunos creen que no hay que reconocerle nada y piensan que el bárbaro debe desaparecer. El gorilismo actúa sin reconocer nada. Para ellos, la universidad es cultura pura y está allá arriba, no es para los negros. ¿Qué lugar ocupa el 17 de octubre dentro del gran relato histórico y la mitología peronista? El 17 de octubre y las patas en la fuente son el símbolo de que no nos vamos a ir más, que vinimos a gozar y a disfrutar como los blancos. Para los civilizados, la barbarie son negros metiendo las patas en una fuente francesa. Eso es civilización y barbarie y la unión es el peronismo. ¿También podemos pensar en el lado oscuro de los orígenes del peronismo? El origen bastardo de los líderes, incluso. No se sabe quiénes son los padres y hay dudas. Ese origen oscuro es muy lindo, en contraste con las grandes familias de la aristocracia, los Martínez de Hoz y los Ocampos. El peronismo tiene unos orígenes raros ¿Quién carajo era el padre de Eva? Ese origen bastardo es metafórico y real al mismo tiempo. Los negros no tenemos un linaje de grandes familias aristocráticas. El peronismo no es dueño de nada, no se sabe de quién carajo somos hijos.
(3) Peronismo, capitalismo y comunismo En varias ocasiones, hablás de la democratización del goce que generó la justicia social del peronismo como un gesto revolucionario ¿Cuáles son las políticas del peronismo que producen mayor desorden en el corazón del sistema capitalista y en las clases altas argentinas? El capitalismo es restrictivo y su estructura es piramidal. Hay tipos de muchísima plata que se encuentran arriba de la pirámide. Después, existe un reparto parcial y un corte en la base que se amplía infinitamente para alimentar a esa pequeña cúspide que disfruta y goza. El peronismo empieza a democratizar el goce con el reparto sobre la base. Democratizar el goce quiere decir varias cosas, pero en cierto modo es la idea de la felicidad inmediata. El peronismo tiene una visión cortoplacista que es fundamental: está la guita, la damos y hacemos los chalecitos californianos para los obreros. Es directo y no tiene en cuenta el sacrificio que impone el capitalismo. Eso no se tolera y lo acusan de repartir enseguida la plata entre la negrada, como con la Asignación Universal por Hijo ¿Qué pensaría la derecha? Primero debemos juntar la plata, armar una ingeniería y después vemos cómo
ARTE Y CULTURA
La mamá de Juanito llevada a la ciudad de los niños. Acrílico sobre papel | 70x110 cm | 2011
se incorporan todos a la producción. Cuando te hablan del largo plazo es porque te van a cagar. El plan económico del peronismo es muy sencillo o bien keynesiano: cuando hay guita, repartimos. Los otros están siempre con planes complejos. Inventaron al especialista en economía, todo lo contario que hizo Néstor y Perón: ¡un almacenero! ¿La democratización inmediata del goce también es contradictoria con el imaginario político y cultural de la izquierda? La idea de la izquierda es más o menos la misma. Se necesita una planificación estatal para llegar, a través del sacrificio del pueblo, a un estado comunista de felicidad ideal. Esa idea de sacrificio costó millones de vidas en la Unión Soviética. Todos los planes económicos del socialismo real fueron grandes fracasos. China sufrió hambrunas tremendas hasta que terminaron haciendo un mix: un contenido capitalista dentro de una economía planificada por el Estado. Cuando todo es planificación estatal, siempre se termina en un quilombo y queda el sacrificio del pueblo en el medio. El peronismo da una respuesta a ese problema: nunca se puede pedir un sacrificio al pueblo. La exigencia del peronismo está ligada a la felicidad inmediata del pueblo. Está en su esencia y por eso es determinante. ¿Evita quería que los nenes pobres vivan como los niños ricos? En la ciudad infantil, Evita les enseñaba a los pobres hacer trámites bancarios y a manejar autos. Quería que los chicos pobres tuvieran las mismas posibilidades que los ricos. Era de un realismo absoluto intolerable. Les podés dar de comer y zapatillas, pero enseñarles cosas de ricos es terrible. Para los ricos, es como enviciarlos. Les aparece el fantasma del vamos por todo y no soportan que otros quieran disfrutar lo mismo que ellos. Esa es la democratización del goce, por eso hace un gran quilombo el peronismo y siempre es más odiado que la izquierda. La izquierda marxista es un sueño o una
utopía… el muchacho loco que ya va aprender. Las familias de guita tienen los chicos que se les hacen trotskistas, pero con el tiempo se les pasa. Es una etapa de la vida donde uno se pone rebelde contra el capital del padre. El peronismo no es eso, es un objeto mucho más jodido que actúa como una peste. A los otros los dejamos un rato que se entretengan en Sierra Maestra para que después bajen los chicos y se hagan empresarios. En cambio, si se hizo peronista ¡cagaste!
(4) Perón, Evita y el Che ¿Por qué planteas que la figura de Eva genera odio, mientras que la del Che puede ser más tolerable para las clases pudientes? Es un caso curioso y un poco clasista. El Che es uno de ellos, en cierto modo viene de una familia acomodada de la oligarquía. Por más que no tuvieran mucha plata, eran los Guevara Lynch. Eso le da una homologación al interior de la clase media y una especie de tranquilidad. Es un muchacho que salió un poco díscolo y revolucionario, pero es uno de los nuestros. Pasa otra cosa cuando el que viene a imponer la revolución es un negrito ajeno o una chinita que se insolentó ¿De dónde vienen estos tipos y a qué familia pertenecen? El tema del linaje produce racismo mezclado con el odio político. Es un problema que la izquierda no termina de entender. Norberto Galasso habla del evitismo como fase superior del gorilismo ¿Cuál es tu opinión de los que representan la imagen de Eva escindida de Perón? Un aspecto del gorilismo es el evitismo. Una imagen pertinente es la flor en el fango: surge con gran despliegue, se muere rápidamente y termina convertida en fango. Eso es Eva, en cierto modo. Es una chica esplendorosa y va a morir rápidamente. Es el ícono ideal para ellos. Les permite sacar la parte bella y efímera de un movimiento que
33
“
Me meto con Borges, Victoria Ocampo y trato de armar una ensalada que pueda ser fruto de reflexión. No me pongo en frente, me involucro como hizo el peronismo cuando puso las patas en la fuente.
Campo ideológico con árbol de la vida (Homenaje a Xul Solar). Óleo | 150 x 150 cm | 2006
consideran pura mierda y del cual no pueden tolerar nada. La figura de Eva encarna todos los valores de utopía y sacrificio, pero se murió. Quedaron unos sindicalistas gordos y panzones y un militar fascista. De esta manera, se intenta escindir la parte pura de todo lo oscuro que queda. Pero la verdad está en ese lugar porque todo era fango. La idea de la flor hermosa circula por distintas posiciones. Hay evitismo de izquierda y derecha. Eva es la revolucionaria, la compañera del Che, todas flores efímeras. Si hubiera seguido viva ¿Te imaginás lo que sería hoy Eva con noventa años?
(5) La tercera posición, la CGT y el descamisado gigante La tercera posición justicialista aparece representada en tus pinturas del Pulqui ¿Por qué considerás al número tres como un emblema para el peronismo? Está relacionado al tema pitagórico. El dos es la oposición absoluta y el tres es la primera figura geométrica. Es la negociación y el primer territorio ocupado. El cristianismo tiene a Cristo y a Dios. El padre sería el capitalismo y el hijo la izquierda que lo consume. El trostko sería Cristo, en cierto modo. Y aparece el Espíritu Santo que es el peronismo. Es el conciliador que arma el triángulo. La figura del Espíritu Santo entre el capital y el que lo niega. Humanizar el capital sería la negociación. El avión es el ala izquierda, el ala derecha y el centro vacío del piloto donde se ubicaría el peronismo.
34
En tu producción también aparece frecuentemente el edifico de la CGT El edificio de la CGT es el objeto más odiado por la clase media. Cuando pinto la imagen en un cuadro siempre se sorprenden en las galerías de Barrio Norte y dicen que no lo toleran y es ir demasiado lejos. En la CGT, está el negro gozando. El emblema de eso es un sindicalista pobrísimo que de pronto se compra un chalecito en Punta del Este y lo tienen gozando al lado de la casa de ellos. Se compra la limousine y la Ferrari. El goce ilimitado del negro les produce una angustia tremenda. Es el lado oscuro que habilita el peronismo. Habilita a los negros que se proyectan por arriba de todo sin límites. Eso a mí me parece genial, son producciones del peronismo que no juzgo moralmente. Al tipo le gustó el Armani y se compra 50 trajes, problema de él. El peronismo también produce esos monstruos. Son monstruosidades, pero son peronistas. Y el descamisado gigante El descamisado gigante es el emblema de la marginalidad. Un símbolo del conurbano de las grandes ciudades donde están todos los que quedaron afuera. Por eso, es un gigante que no entra más en los chalecitos californianos. Literalmente es la amenaza de los conurbanos sobre la ciudad blanca, por eso es un descamisado gigante. Siempre está dando vueltas y tiene una CGT. Es el negro que molesta y no está invitado a la fiesta. Su búsqueda es la vuelta a la patria de la felicidad. Nicolás Dip
ARTE Y CULTURA
Y LO QUE TENGA QUE PASAR, PASARÁ A punto de sacar su tercer disco, Crema Del Cielo se perfila como la banda más novedosa de la escena local. Sin embargo, el grupo se mantiene al margen de las expectativas creadas por todos, e incluso de las suyas propias.
C
reo que en este momento la ciudad de La Plata es la capital del rock, no sé si me animaría a decir de los países de habla hispana pero es una cantera; todo lo nuevo está saliendo de acá” dice, relajado y lejos de toda falsa modestia, Gabriel Rulli, cantante de Crema Del Cielo. Y aunque para ser políticamente correcto Rulli no quiera ubicar a su banda dentro de esta “nueva ola”, el mundillo del rock de la ciudad reconoce que Crema está a la cabeza de estos nuevos grupos surgidos a principios de la década pasada, al calor de una argentina que empezaba a abandonar ciertos paradigmas políticos y culturales que la habían llevado al desastre del 2001, teniendo en Cromagnon su trágico correlato rockero. Fue en ese contexto, sin prisa pero sin pausa, que comenzaron a surgir bandas platenses que se reconocían parte del rock nacional, pero se alejaban de la cultura del “aguante” nacida en los 90 y volvían a poner al espectáculo en el lugar que nunca debió abandonar: el escenario. El punk regresaba para marcar el rumbo, ya sea como sonido o como actitud frente a un mundo plagado de incoherencias e injusticias, pero además se hizo una relectura de las bandas que en los 80 habían pateado el tablero estético, poético y sonoro, y que una década después fueron olvidadas tras el revival del Rock & Roll y el Blues con la llegada de Clapton, Vaughan y BB King como herederos de los míticos bluseros de antaño. El círculo se completó luego de que aparecieran nuevos sellos independientes como Laptra, Uf Caruf o Mandarina Records –entre otros- dándole difusión a estos nuevos proyectos, generando un circuito paralelo de festivales y movidas artísticas, tendiendo puentes hacia los nuevos estudios de grabación que comenzaron a surgir tras la crisis, trabajando codo a codo con productores como Shaman o el Manza Ezaín, dándole forma y vida a lo que podríamos denominar ¿el nuevo rock platense? Sin caer en exageraciones, pero con plena conciencia del buen momento que atraviesa el rock de la ciudad, no hay dudas que parte de lo nuevo, el “aire fresco”
que hacía falta surgió acá y se afianzó a nivel nacional a través de bandas como El Mató o Norma. En ese estado de cosas, Crema Del Cielo apareció con una propuesta novedosa, mezclando lo mejor del sonido vintage de los ‘60 y ‘70. Reminiscencias a los Beatles pero también a Velvet Undeground; The Cure con ese “no sé qué” estribillero de Supergrass. Con su disco “Crema” del año 2008 levantaron polvareda en la escena de la ciudad, pero fue con “Espíritu de Clase” (2010) que la banda consolidó un sonido propio, de guitarras filosas y pasajes psicodélicos acompañados de una lírica que bordea entre lo serio y lo irónico. En canciones como “Navidad en el country”, Rulli escupe con vehemencia las miserias de un sector social que decide encerrarse en barrios a hablar sobre cosas que capaz son difíciles encararlas seriamente como la discriminación, el racismo y la pobreza. “O una noche de jolgorio si querés” dice el frontman de Crema pero aclara que “igualmente hacemos lo que nos sale. No tenemos nada planeado y creo que eso es parte de ser un artista auténtico”. La banda se formó casi de casualidad, con integrantes que ya venían pateando la escena platense desde hacía años, por lo que este asunto de formar Crema los encontró con una basta experiencia que les permitió tomarse las cosas con más seriedad y profesionalismo. La madurez de los 30, los errores del pasado que sirven para el futuro y las ganas de juntarse a tocar por tocar; todo eso conjugado para poder tomar decisiones sensatas; o el paso a paso necesario para no volverse loco. “Fuimos de lo mínimo a lo máximo. Ensayando nada más que cinco canciones, tocando en un barcito de Berisso en plena época de Cromagnon porque en La Plata era imposible, y año a año fuimos creciendo en cuanto a convocatoria y producción. Luego tuvimos la posibilidad de telonear a Estelares en el Bosque y nuestro disco salió como mejor del año en dos diarios importantes de la ciudad” dice Rulli con tanta serenidad que parece que no tomara dimensión de lo que está narrando. Entonces a uno le parece que el secreto de Crema Del Cielo es ese, simplemente dejarse llevar, porque lo que tenga que pasar seguramente pasará. Este 2013 empezó cargado de fechas, pero lo más importante: la banda espera poder sacar el sucesor de “Espíritu de Clase”. Sin nombre aún, pero con el ojo mediático puesto encima, los chicos de Crema se relajan, porque los premios, los grandes shows, y los flashes no los han desviado ni un poco del rumbo que pusieron desde el principio: disfrutar el viaje mientras dure. • Francisco Salvarezza
35
“Si no hay justicia hay poesía”
Mariano Dubin. Publicó: Bardo (2012), La razón de mi lima (2009) y el ensayo De la gauchesca a la cumbia villera (2010).
Musulmán o biopoética de Julián Axat Musulmán o biopoética (2013) es el nuevo poemario de Julián Axat. Defensor de Menores de la ciudad de La Plata, hijo de desaparecidos, ha investigado junto al Juez Arias la cifra exacta de muertos en el último temporal. Es un luchador incansable de nuestras causas y conocedor, como pocos, del horror y el canibalismo de una Ley fundada por la ciudad amurallada.
Los intramuros de la escritura
L
a literatura argentina tiene dos movimientos. Una nace el 3 de febrero de 1536 cuando el adelantado Pedro de Mendoza funda Santa María del Buen Ayre. Por primera vez se levanta Buenos Aires y se cifra la imposibilidad de construir la civilización occidental en nuestro territorio; se la intentó recrear en una orilla baja, barrosa, infestada de mosquitos y epidemias. Quienes conquistaron la tierra americana, la desconocían. Sus leyes la nombraban sin poseerla: conquistaron un mundo con las palabras. Luego, lo dominaron con el trabajo ajeno a través de leyes y ejércitos. Los indios, los criollos y los negros fueron el cuerpo de América; Occidente fue un discurso, una usurpación. Hacia junio de 1536 los españoles prepararon una expedición al río Luján buscando esclavizar a los indios querandíes; sin embargo fracasan. Los originarios que hasta entonces habían proveído comida y consejo, comienzan a hostigar la ciudad hasta lograr sitiarla. Intramuros el hambre se propaga. Los españoles se comen entre ellos, enloquecidos. Se roban, se matan vilmente por una porción de
36
pan. Algunos intentaron comer cueros. Los animales salvajes infestan la ciudad atraídos por el olor a carne pútrida. Las enfermedades aplacan a los hombres más fuertes, les proveen de muertes lentas. Escribió entonces el poeta español Luis de Miranda describiendo su experiencia: “Pocos fueron, o ninguno / que no se viese citado, / sentenciado y emplazado / de la muerte. // Más tullido, el que más fuerte; / el más sabio, más perdido; / el más valiente, caído / y hambriento” (Romance). La destrucción de Buenos Aires, en 1541, hace proliferar la paranoia del poder; las clases dominantes conjuran, a través de la literatura, el miedo por su civilización trunca: el Facundo, Amalia, “Casa Tomada”. Una escritura intramuros: afuera están los indios, los negros, los villeros, los cabecitas negras. El otro movimiento de la literatura argentina nace con Bartolomé Hidalgo durante la revolución de Mayo. Es el primer poeta argentino porque escribe más allá de los moldes europeos, más allá de la poesía insípida de Juan Cruz Varela y el neoclasicismo: “Roba un gaucho unas espuelas, / o quitó algún mancarrón, / o del peso de unos medios / a algún paisano alivió; / lo prienden, me lo enchalecan, / y en cuanto se descuidó / le
limpiaron la caracha, / y de malo y saltiador / me lo tratan, y a un presidio / lo mandan con calzador...”. Reescribe la tradición oral del pueblo, se hace cuerpo de indios y gauchos, pone a la revolución como sustancia de su poesía. Los cielitos eran el tipo de poesía que se cantaba entre el pobrerío, en las pulperías, en las estancias, en los fortines. Hidalgo los compuso para que circulen en los ejércitos patrios como durante la Guerra Civil Española los escritores republicanos hicieron coplas para que circulen en las trincheras. Son versos de guerra: “Cielito, cielo que sí, / guardensé su chocolate, / aquí somos puros Indios / y sólo tomamos mate”. Hidalgo explora la voz de la campaña para hacer una poesía original. Son los gauchos, indios y negros quienes hacen posible la revolución; es el primero en encontrar en la ley (la escritura) el problema de la revolución; hay otra justicia y otra literatura que no es ni la Ley ni la Escritura. La ley es el conflicto por la propiedad de la voz: quién es el yo de la escritura. Hidalgo explica: “hemos de ser libres cuando hable mi mancarrón”. Julián Axat en musulmán o biopoética (Libros de la talita dorada, 2013) se inscribe en la tradición abierta por Hidalgo sin repetir el recurso gauchesco de mimetizar la voz: discute la propiedad de la escritura; es decir discute las maneras de nominación que establece la Ley. Disloca el lenguaje, revisa los diarios, los discursos dominantes, ingresa la voz de los campana de palo y escribe desde afuera de la ciudad amurallada; entre el pobrerío que no tiene ley ni voz en el mundo intramuros que le dio a Axat un título de Defensor de Menores.
ARTE Y CULTURA
quizás una forma de supervivencia Si no hay justicia hay poesía Rueda la cabeza del verdugo hasta el zócalo /donde los pequeños fantasmas van a alimentarse (“Vindicación imperceptible”)
Los campana de palo Axat construye su poemario en un contrapunto de 33 poemas y 33 fragmentos de una etnografía personal: notas de diarios y agencias de noticias, apuntes propios, citas literarias, registros de audiencias judiciales. Cada poema tiene “un nivel de correspondencia” con los fragmentos. En el discurso de los medios (poco importa, en este caso, sus circunstanciales posiciones ideológicas) los pobres son siempre la tercerca persona (él, ella, ellos) o, como dice la lingüística, la no-persona. En estos casos el poeta busca volver a la persona borrada. En otros momentos los fragmentos son lo contrario: las voces que el poema no pudo encauzar, por ejemplo, una madre explicando por qué su hijo delinquió. El poemario tiende, busca, intenta (asumiendo, inclusive, la imposibilidad de hacerlo) recuperar esa otra voz, inscribirla en primera persona. Para que la escritura sea otra ley; una ley que otra Ley (de escritor / abogado) no termina de poder decir: “Nadando en el exterminio / hallarás “la palabra exterminio” / debajo otra vez la hallarás / y así / en todas las capas del exterminio... (”el futuro no / un osario agusanado”). Cuando los hechos hablan en la impotencia que estremece Sacrificio La garganta anuda el verso
Acá está la clave: si no hay justicia / hay poesía. Lo dijo ya José Hernández en El gaucho Martín Fierro (1872): “Que son campanas de palo / Las razones de los pobres”. Axat, como Maiakovski, no acepta ser “un burócrata de los versos”. Su poesía retoma a los poetas rusos, pero también a Leónidas Lamborghini: su método de dislocar las oraciones para ir desentrañando la ideología burguesa. En el poema “Villas” (Partitas, 1972) Lamborghini comienza su poema con “los chicos mueren como moscas” para terminar con “las moscas mueren como chicos”, ya que son los chicos de las villas lo que significan la muerte espuria, molesta, de un sistema de mierda, y por lo tanto chicos y moscas invierten sus sentidos. En “Villas” sintetiza este recurso con la dislocación del adverbio malamente en mala / mente; ahora Julián Axat reescribe al destacamento, que provocó la desaparición de Luciano Arruga, en destaca / miento y su repetición, como el mala / mente, vuelve a golpear con la pesadez de este mundo podrido. Con la misma intención de incorporar el salvajismo que esconden las frases hechas recupera el “encabalgamiento trunco” de Lamborghini (Mezcolanza, 2010:119-120), dejando palabras sueltas que violenten por lo no dicho. Así la detención y tortura al joven apodado “chonono” se sintetiza en: accidentalmente / lo encontraron sin Hay algo que es lo definitorio de la (bio)poética de Julián Axat y no es, justamente, ninguna lectura en particular sino todas las lecturas en particular: musulmán o biopoética es la voracidad de escribir todo con todas las voces posibles, con todos los registros posibles, con todo lo no dicho posible, para
cerrar algo que no puede cerrar, o acaso no se puede cerrar, que es, según la dedicatoria que abre el poemario, “la voz que mi voz no puede reemplazar”. Su escritura no puede destruir la escritura del mundo intramuros que es una máquina discursiva de inventar exclusión pero tampoco puede (como Hidalgo, como Hernández) diseminarse en la otra voz. Los jóvenes, a los cuales protege como abogado y a los cuales (re)escribe donde la Ley no llega, el poder los sigue matando, encarcelando, excluyendo: Cuando nos saludamos la misma intuición nos despidió para siempre (“Apuntes sobre posible identikit de ‘El Baby’”) Axat hace de su imposibilidad un recurso político-estético que permite escribir / registrar el canibalismo político-jurídico de las clases dominantes. Así una secuencia de sentidos se entrama en los cuerpos de los menores muertos, mutilados, heridos, torturados por la policía que se replican en los gulags, en el etnocidio qom, en una guerrillera muerta, en un poeta suicidado para no ser un burócrata (digamos: Maiakovsky), en la Masacre de los Santos Inocentes, en los niños palestinos... Musulmán o biopoética frente al límite del no poder decir o de un decir que siempre se está perdiendo no cae en las comodidades burguesas de la poesía de los ´90: El poeta testimonia / luego es Nadie (“La poesía es / la boca”) No se cree que la literatura no sea parte de la verdad, del compromiso, de la panza que cruje o de eso de “hemos de ser libres cuando hable mi mancarrón”. - Ey! -me dijo- me aconseja que declare o no? (“Cavilación ante el puente generacional”) Y en esa imposibilidad de reescribir (o mejor: inscribir) la voz del otro, en salir de la ley intramuros que se traga a los pibes, en esa violencia, está la escritura de Julián Axat. Porque si no hay justicia / hay poesía.
37
Mariano Ferreyra por Matibianchi
FLORECEN MIL FLORES
CENTRO CULTURAL Y POLÍTICO MIL FLORES Estrenando la sección, los compañeros de Proyecto Nacional nos presentan el trabajo que vienen realizando desde el año pasado. Nos cuentan cómo entienden la participación y plantean la necesidad de una síntesis entre convicción y acción para seguir avanzando en la batalla cultural.
E
s posible afirmar, sin demasiados rodeos, que en mayo de 2003 los argentinos comenzamos a recuperar la política como una práctica transformadora, esperanzadora y revolucionaria. Pese a ello, diez años después, esta aseveración sólo reviste un carácter testimonial. Y esto no es únicamente por la evidencia que arrojan los procesos ya consumados, sino por el desafío que plantean. El punto es que escindir a la participación de aquella certeza, nos condena al mero voyeurismo. Recuperamos la práctica política para ejercitarla. Confirmada, la conquista deviene en mandato y en responsabilidad. Si así lo entendemos es porque sobre nuestros hombros sentimos el peso de la historia. Ocurre que ésta ha sido sembrada con la lucha de miles de compañeros que durante décadas vieron vedada la posibilidad de la que hoy disponemos. Persecuciones, proscripciones, desapariciones y torturas;cerrojo tras el cual se recluyó a la política. Y es nuestra condición de argentinos, pero más aún la de militantes, la que nos hermana e identifica con la causa. Porque de todas las herramientas de transformación, la militancia es la única que nos asegura quedar indemnes frente al mayor de los errores: la indiferencia. Sucede que desde la participación comenzamos a multiplicarnos y fundamos un punto de encuentro que fortalece y renueva el lazo social. Un campo fecundo en el que florecen sueños y proyectos. A partir de allí, es posible volverlos palpables y materializarlos. Por otro lado, con la participación surge la organización, requisito indispensable para sustentar y acrecentar los logros colectivos. Porque sólo la organización vence al tiempo. Nace así el Centro Cultural y Político Mil Flores. Nuestro intento por condensar concepción y acción. Un viejo anhelo que, gracias a las condiciones preestablecidas por un proyecto nacional que nos ampara y al esfuerzo de muchos compañeros militantes, hoy vemos concretado. Un lugar desde el que pretendemos realizar a diario el aporte que este momento histórico nos demanda, para ir más allá de las afirmaciones testimoniales. Si durante los años setenta la lucha fue política y en los ochenta la resistencia se dio en el entramado de la cultura; el presente nos encuentra luchando en todos los frentes. Por esta razón, construimos un centro cultural y político. Sabemos de la importancia que conlleva la batalla cultural y también que debemos ordenarla des-
de la militancia. Somos parte de un proceso que expande y defiende las conquistas populares. Y si la organización es indispensable, lo confirmamos durante la inundación que sufrió nuestra ciudad el pasado 2 de abril. En el Mil Flores, logramos articular uno de los valores fundamentales de nuestro pueblo, la solidaridad, con aquello que empezamos a recuperar hace diez años, la política. Es que cuando la solidaridad -como valor- deviene en práctica y mediante la militancia se logra conjugarla con una voluntad de transformación organizada, es posible incidir en cualquier realidad, aunque más no sea mínimamente. Durante varios días vimos como se acercaban vecinos del barrio, llegaban donaciones de diversas localidades y aparecían manos incansables. A pesar de la tristeza por lo ocurrido y el cansancio de cargar y descargar camiones, el Mil Flores transmitía energía. Se trata de la energía que produce el trabajo, la confianza y las convicciones. Allí todos fuimos encontrando un lugar a partir del cual pudimos organizar nuestra participación. Y desde donde, una vez superados los días más complicados de la inundación, seguimos realizando nuestro aporte. Como Centro Cultural y Político, intentamos generar actividades que mantengan una coherencia con nuestros objetivos. Así, desarrollamos un taller de literatura popular en el que rescatamos las contribuciones que muchos pensadores y escritores han hecho a la literatura de nuestro país. De Homero Manzi y Discépolo a Hernández Arregui o Roberto Arlt. Creemos que ninguna academia debe dictaminar el menosprecio de nuestra cultura nacional. En el mismo sentido, recientemente hemos lanzado un taller de educación popular, para revisar y discutir la docencia y su anclaje en nuestra realidad socio-política. La premisa es clara: que florezcan mil flores a lo largo y ancho de nuestra patria. Hagamos carne esta afirmación inicial, llenémosla de contenido. Tenemos un gobierno que avanza. Defendámoslo y marquémosle el rumbo. Por lo que hicimos, por lo que falta. Desde calle 5, un grupo de compañeros abrimos las puertas del Centro Cultural y Político Mil flores. Contacto: Dirección: 5 nro. 1510 entre 63 y 64 Correo electrónico: ccmilflores@gmail.com Facebook: Mil Flores
39
Intervenci贸n art铆stica kirchnerista. Colaborador: Carlos Coppa