En el mundo existen numerosas experiencias de instituciones formadoras de docentes que han optado por asociarse con escuelas inclusivas —aquellas que incluyen y enseñan a todos los alumnos respetando sus diversas necesidades, habilidades y características— para la formación en la práctica profesional de los futuros maestros. Los resultados muestran que las prácticas en escuelas inclusivas promueven mejoras en tres ejes: en los saberes y el desempeño futuro de los docentes en formación; en las actitudes y disposiciones de los docentes en formación; y en los logros educativos de los estudiantes de las escuelas asociadas. Las prácticas docentes en escuelas inclusivas se constituyen en una vía de mejora de la formación inicial docente y, en consecuencia, de la equidad y calidad de la educación que brindan las escuelas. Asegurar que cada docente en formación tenga la posibilidad, en el inicio de su formación, de trabajar en escuelas inclusivas —bajo las condiciones y características mencio