Agenda pública del Bicentenario

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SUMARIO PRESENTACION por Laura Zommer

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STAFF

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PASADO-FUTURO PASADO Educación por Rafael S. Gagliano . . . . . . . . . 6 FUTURO Educación por Axel Rivas . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 PASADO Salud por Jorge Mera . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 FUTURO Salud por Daniel Maceira . . . . . . . . . . . . 20 PASADO Protección Social por Laura Golbert . . . . . . . . . . . . . 26 FUTURO Protección Social por Fabián Repetto . . . . . . . . . . . . 30 Indicadores sociales . . . . . . . . . 36 PASADO Economía por Lucas Llach . . . . . . . . . . . . . . . 44 FUTURO Economía por Luciana Díaz Frers . . . . . . . . 48 PASADO Inserción Internacional por Andrés Cisneros . . . . . . . . . . 52 FUTURO Inserción Internacional por Lucio Castro . . . . . . . . . . . . . . 56 Indicadores económicos . . . . . 60 PASADO Justicia

por Eduardo Zimmermann . . . . 68 FUTURO Justicia por Manuel Garrido . . . . . . . . . . . 72 FUTURO Transparencia por Manuel Garrido . . . . . . . . . . . 76 PASADO Instituciones Democráticas por Luis Alberto Romero . . . . . . 82 FUTURO Política y Gestión de Gobierno por Fernando Straface . . . . . . . . 86 FUTURO Instituciones Políticas por Gerardo Scherlis . . . . . . . . . . 92 FUTURO Desarrollo Local por Nicolás Fernández Arroyo 98 Indicadores políticos . . . . . . . . 102

OTRAS MIRADAS . . . . . . . . 6 a 100 por Adriana Puiggrós, Eduardo Costa, Mónica Fein, Cynthia Hotton, Eduardo Amadeo, Alicia Ciciliani, Walter Agosto, Julia Perié, Federico Pinedo, Adrián Pérez, Gerardo Milman, Paula Bertol, Margarita Stolbizer, Ricardo Gil Lavedra, Silvana Giudici, Martín Sabbatella y Laura Alonso Producción: Gastón Carrara

HITOS por Diego Valenzuela

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DIFERENCIAS por Alejandro Querol

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PROTAGONISTAS . . . . . . . . . . . . . 132 por Hermes Binner, Mario Das Neves, Francisco De Narváez, Eduardo Duhalde, Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Fernando Solanas MURAL DEL BICENTENARIO por REP

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EMPRESARIOS . . . . . . . . . . . . . . . 150 Entrevistas a Gustavo Lopetegui, Santiago Bilinkis, Marcos Galperín, Gustavo Grobocopatel por Dolores Arrieta LA ARGENTINA EN EL MUNDO . . . . . . . . . . . . . . . 156 por José Octavio Bordón, Eric Calcagno y Rodolfo Terragno REGION POR REGION . . . . . . . . 162 por Rogelio Frigerio Datos para infografías: Lucio Castro y Antonella Mancino Infografías: Alejandro Bogado COMUNIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 por Martín Böhmer DEUDAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 Producción: Mariel Capisciolto y Paula Balbi

* AGRADECIMIENTOS Miguel Braun, Nicolás Ducoté, Antonio Cicioni, Inés Castro Almeyra, Valeria Anastasi, Eduardo Kelly y Néstor Juge del archivo fotográfico de Clarín, Andrea Zukin, Gustavo Trosman, Daniela Potap, María Julia Manzini, Romina Solano, Carolina Nahón y Ana Paoletti.

DIRECTORA Laura Zommer EDITOR Martín Rodríguez Yebra COORDINADORA Dolores Arrieta INDICADORES Nicolás Ferme Francisco Resnicoff Sebastián Ginandrea INFOGRAFIA Alejandro Bogado Sebastián Ginandrea FOTOGRAFIA Editor: Alejandro Querol Portada: Pilar Bustelo Otras secciones: archivos Clarín y La Nación DISEÑO Sara Paoletti

CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) es una organización independiente, apartidaria y sin fines de lucro que trabaja por un Estado justo, democrático y eficiente que mejore la vida de las personas. Para ello concentra sus esfuerzos en analizar y promover políticas públicas que fomenten la equidad y el crecimiento en la Argentina. Su desafío es traducir en acciones concretas las mejores ideas que surjan en las áreas de Desarrollo Social, Desarrollo Económico, Fortalecimiento de las Instituciones, y Gestión Pública, a través de los Programas de Educación, Salud, Protección Social, Política Fiscal, Inserción Internacional, Justicia y Transparencia, Desarrollo Local, y Política y Gestión de Gobierno.

Tirada 3.000 ejemplares. Distribución gratuita. Derechos reservados. Abril de 2010.

Av. Callao 25, 1º, C1022AAA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Teléfono: 4384-9009 Fax: 4384-9009 interno 1213 info@cippec.org WWW.CIPPEC.ORG


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agenda pública del Bicentenario

PRESENTACION

Construcción

LAURA ZOMMER Directora de Comunicación de CIPPEC

Agenda pública del Bicentenario es una nueva invitación de CIPPEC para pensar la Argentina que queremos. Es un repaso de lo que vivió el país en los últimos 200 años que, confiamos, ayuda a comprender mejor el pasado y, a partir de él, el presente que enfrentamos. Un presente que nos tiene acostumbrados a frecuentes sobresaltos que nos obligan a superar los avatares de la coyuntura y postergar casi siempre las soluciones de los dilemas estructurales. Es también una apuesta –optimista, por cierto– de que vale la pena aspirar y trabajar seriamente por un futuro mejor para todos. Pasaron dos siglos desde que comenzó a forjarse nuestra Nación, pero casi nadie duda de que la Argentina está aún en construcción. Si esta revista tiene alguna conclusión, les adelanto que es esa. En la foto de la portada buscamos recrear esta idea: Manuel y Camila tienen 10 años, igual que CIPPEC, y arman juntos el rompecabezas de las provincias argentinas. Nuestro Estado todavía no cumple satisfactoriamente con su misión esencial de brindar educación y salud de calidad para todos y garantizar un sistema de Justicia independiente. Tampoco logramos superar la pobreza que condena a casi el 14% de la población del país (según datos del INDEC intervenido) o a más del 25% (según estimaciones privadas). Ni disminuir las enormes desigualdades que nos aquejan y no logran reducirse, con gobiernos peronistas, radicales o de los que se llaman a sí mismos progresistas. El rol que el sistema republicano asigna a cada uno de los poderes no se respeta, y lograr un reparto justo de fondos entre la Nación y las provincias para fomentar el desarrollo con equidad en todas las regiones argentinas sigue siendo una de las principales deudas que tenemos como sociedad.

Agenda pública del Bicentenario reúne miradas y voces diversas, lúcidas y, en general, jóvenes. Presenta una recopilación de datos e indicadores inéditos. Comparte ideas novedosas y reflexiones profundas, y propone soluciones para que al final del Bicentenario la Argentina sea un país con un Estado más justo, democrático y eficiente. La revista tiene de todo. Académicos y reconocidos expertos resumen la historia de la educación, la salud, la protección social, la economía, la inserción internacional, la justicia y las instituciones políticas argentinas en la sección Pasado. El equipo de directores de CIPPEC analiza el presente con la vista puesta en lo que viene y propone soluciones y medidas concretas para los próximos años en Futuro. Lo mismo hacen en Otras miradas una veintena de legisladores nacionales de diversos partidos a los que convocamos especialmente. Rep nos deleita (aunque también inquieta) con su Mural del Bicentenario, una ilustración que recorre los logros y fracasos argentinos con una línea de tiempo. En Hitos exponemos una selección de algunos de los principales hechos políticos de la Argentina. Y en Diferencias, el reportaje fotográfico nos conmueve e incomoda con los contrastes que las imágenes evidencian. En Protagonistas escriben y nos adelantan cuáles deberían ser las principales medidas del próximo presidente algunos de los políticos clave del país. Fueron invitados a escribir algunos otros que, como la Presidenta y su marido, el vicepresidente y Elisa Carrió, desistieron de hacerlo por motivos diversos. Y en Empresarios presentamos entrevistas con algunos líderes del sector privado relativamente nuevos (de esta última década) a los que valoramos. Las secciones La Argentina en el mundo y Región por región nos aportan datos y plantean interrogantes sobre el país que tenemos y el que deseamos. Y Comunidad nos describe las características de la sociedad del Bicentenario y ensaya una respuesta acerca de por qué los argentinos llegamos a ser lo que somos. Finalmente, en Deudas, 20 referentes eligen la principal falta de la Argentina de 2010. Agenda pública del Bicentenario no es sólo una apuesta de CIPPEC por mejorar la calidad del generalmente pobre debate argentino sobre políticas públicas. Es principalmente una apelación a comprometerse e involucrarse más en la construcción del país que soñamos

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agenda pública del Bicentenario

PASADO

EDUCACION

La educación en el Bicentenario: una ojeada retro-prospectiva

RAFAEL S. GAGLIANO Coordinador académico del Programa Bicentenario de la Emancipación, Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires

oscientos años de historia argentina equivalen a doscientos años de intentos plurales de transmitir la cultura escolar. En el mismo inicio del derrotero argentino hallamos el trasiego de nombres con que la política marcó a la educación originalmente: en tiempos de revolución las viejas escuelas coloniales dejaron de llamarse “Escuelas del Rey” para denominarse soberanamente “Escuelas de la Patria”. La Revolución de Mayo se hizo no sólo en cabildos y plazas públicas y en los campos de batalla, donde no es necesaria la palabra, sino también, y centralmente, por la difusión de la imprenta, la prensa escrita, la biblioteca pública y las aulas con libros. La modernidad de la Revolución de Mayo postuló un ideal de adulto entendido como aquel sujeto social que sabía leer y escribir, esto es, acceder a los significados simbólicos de un cambio de régimen que dejaba atrás las seguridades colectivas de la cultura oral. Mucho antes de que se organizara el Estado nación, después incluso

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FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA MANUEL BELGRANO * ESTEBAN ECHEVERRIA Separados por una generación, propusieron una mirada convergente de la educación popular desde la economía, la política y la sociedad de su tiempo. JUANA MANSO – * DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO En ambos gravitó la tradición norteamericana de una educación vinculada con el desarrollo económico local, la revalorización de la mujer, la modernización de las costumbres y la democratización de las relaciones sociales en la vida pública.

de la sanción y acatamiento de la Constitución política de 1853, el secreto de la transmisión cultural radicaba en la autoridad adulta de pertenecer al mundo letrado. La escuela de los primeros 70 años de vida independiente postuló una verdad que parecía inamovible: sólo en ella un niño devenía adulto al apropiarse del tesoro de la lectura y la escritura. Desde 1810 hasta 1884 la sociedad argentina generó el más diverso conjunto de experiencias educativas en ausencia de toda política educativa central. No se había consumado el sistema educativo pero sí se habían hecho apuestas serias de hacer valer la independencia cultural y la legitimidad de la república criolla en el valor de las experiencias escolares. Figuras como Domingo Faustino Sarmiento, Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, los hermanos Cabezón, Saturnino Segurola, Juana Manso, Mariano Fragueiro, Alejandro Heredia, Estanislao López, Marco Sastre y tantos otros –a uno y otro lado de las sensibilidades políticas de la época– se educaron en las escuelas y los ideales de la época, basados en la pasión razonada, la discusión en los espacios públicos y el sentimiento de una identidad colectiva que conjugaba a la patria chica con la patria mayor americana. La fundación de la Universidad de


agenda p煤blica del Bicentenario

Desde fines del siglo XIX, la educaci贸n p煤blica fue uno de los factores que distinguieron a la Argentina en la regi贸n

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CRONOLOGIA

* 1810

* 1813

* 1821

* 1823

* 1849

Cambian de nombre las escuelas que hasta el 25 de mayo se denominaban “Escuelas del Rey” a favor de “Escuelas de la Patria”.

Reglamento Escolar de Manuel Belgrano en Jujuy. Este reglamento sirvió como base y modelo para aquellos que se elaboraron con ulterioridad.

Creación de la Universidad de Buenos Aires. Hasta 1828 organizó –bajo su control– las escuelas primarias.

Fundación de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, a cargo de la educación de las niñas hasta 1884.

Publicación del libro Educación Popular de Domingo Faustino Sarmiento.

* 1884

* 1905

* 1918

* 1944

* 1958

Ley de Educación Común 1.420, nacida a partir de los consensos alcanzados en el Congreso Pedagógico Internacional americano celebrado en Buenos Aires en 1882.

Ley 4.874 (Ley Láinez) Fundación de escuelas nacionales en jurisdicciones provinciales.

Reforma universitaria de Córdoba.

Creación de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional. En la misma línea de conexión entre educación y trabajo se funda, el 19 de agosto de 1948, por la ley 13.329, la Universidad Nacional Obrera.

Ley 14.473 Promulgación del Estatuto Nacional del Docente.

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA CARLOS NORBERTO * VERGARA - ERNESTO NELSON Desde sus textos y gestiones ejecutivas se recupera el aliento utópico de la escuela pública argentina pensada desde la autonomía moral y política de los niños y los adolescentes. LUIS IGLESIAS * OLGA Y LETICIA COSETTINI Representantes de la mejor elaboración de la tradición de la Escuela Activa en nuestro país, sustentada en la vida expresiva y artística de una escuela abierta a la comunidad y a la cultura.

Buenos Aires, las vicisitudes en la implementación del sistema lancasteriano, la disputa por los métodos de alfabetización y la creación de un mercado de publicaciones educativas produjeron –de un modo no lineal y siempre contradictorio– la creación de las instituciones emblemáticas. Estas fueron las que abrieron el camino a muchas otras que se organizaron siguiendo sus mismos principios: la escuela pública, común y popular de Sarmiento y Juana Manso, el Colegio Nacional de Mitre y Amadeo Jacques y la Escuela Normal de Paraná –tan propia de José María Torres y Víctor Mercante como de Carlos N. Vergara. El éxito de la escuela pública argentina no comenzó con el Congreso Pedagógico de 1882 ni con la Ley de Educación Común de 1884, sino que tales instituciones se inscribieron en la vitalidad y el pulso histórico que provenía de los 70 años anteriores. El pasado de la Argentina criolla no era la barbarie a la que la civilización de la escuela iba a derrotar sino el suelo vegetal de rico humus donde la Argentina moderna podía edificar. Fue el Estado argentino el que priorizó la centralidad de la educación pública, erigiéndola y financiándola, ya estuviera en manos de partidos conservadores, radicales o peronistas. Fue el debi-

litamiento del Estado, asaltado por golpes de Estado y por políticas antipopulares –cuyo más dramático ejemplo yace en la última dictadura– el que arrastró el debilitamiento de la escuela pública. A lo largo del siglo XX –y hasta mediados de la década del 70–, la movilidad social argentina se sustentó en la legitimidad del estudio y la cultura del esfuerzo y del trabajo. Los procesos institucionales del sistema formativo en todos sus niveles acompañaron estos ideales de época, que amasaron el Estado de bienestar, tal como la Argentina moderna lo supo construir. La democratización de las instituciones escolares y el combate de las oligarquías enquistadas en ellas tuvieron –en la reforma universitaria de Córdoba de 1918– un modelo de gestión y gobierno para el que contaba la participación de todos los integrantes de la comunidad educativa y el compromiso con la realidad local y americana. La Argentina democrática de 1983 en adelante necesitó reconstruir sus consensos político-educativos para superar el letargo y la desestructuración de la trama social que la dictadura había asestado. El Congreso Pedagógico de los años 80 formuló los diagnósticos necesarios para un cambio legal, organizacional y curricular que el


CRONOLOGIA

agenda pública del Bicentenario

* 1851

* 1863

* 1870

* 1871

* 1875

Fundación del Colegio del Uruguay (Entre Ríos). Escolaridad secundaria. Un año antes, Justo José de Urquiza había nombrado a Marcos Sastre como inspector General de Escuelas, organizando éste –con nuevos criterios– la educación pública provincial.

Creación del Colegio Nacional de Buenos Aires.

Creación de la Escuela Normal de Paraná. Integrada por un curso normal de cuatro años y una escuela de aplicación de seis grados, originándose así las escuelas graduadas en nuestro país.

Ley de Subvenciones. Orientada a fomentar y sostener la educación popular en las provincias con subvenciones del Tesoro nacional para la construcción de edificios, adquisición de muebles y libros y para el pago de los sueldos docentes.

Ley de Educación de la provincia de Buenos Aires.

* 1969

* 1984 | 1988

* 1991

* 2005

* 2006

La formación docente para el nivel inicial y primario es asumida por el nivel terciario no universitario.

Segundo Congreso Pedagógico Nacional. A partir de sus consensos se promulga, en 1993, la Ley Federal de Educación 24.145.

Ley de Transferencia de Servicios Educativos 24.049.

Ley de Financiamiento Educativo 26.075.

Ley Nacional de Educación 26.206.

viejo modelo de la educación pública no había tenido oportunidad de experimentar. Como herencia de la pérdida de soberanía económica y política, la sociedad argentina aumentó la desigualdad y la distancia económica y cultural que tornaron inviable la cohesión social. La escuela pública democrática de los últimos 25 años se encontró frente a un paisaje social y cultural cuyas transformaciones y metamorfosis estaban más allá de las representaciones con las que los educadores organizaban su tarea profesional. En lugar de confiar en los saberes que sí disponían y que eran efectivos, el estado docente de la década del 90 sospechó acerca de la validez y pertinencia de los saberes docentes, generando un vaciamiento y desafección que profundizó el debilitamiento de la escuela pública. Ni los cambios legales ni las transformaciones curriculares implementadas a lo largo de la década del 90 pudieron revertir esa tendencia de la cultura material y simbólica. Fue necesario una crisis sistémica como la de 2001/2002 para revisar íntegramente los componentes y el impacto del modelo neoliberal en la educación y en la cultura. La reconstrucción de la escuela pública exige una reconstrucción del

Estado y de los vínculos de éste con sus instituciones y con la calidad democrática de sus decisiones públicas. También resulta crítico para la reconfiguración del Estado reconsiderar sus vínculos con la cultura audiovisual y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. La respuesta del Estado postcrisis consistió en un cambio legal y curricular, garantizado por un financiamiento que la Argentina no había tenido en sus últimas décadas. La modernización curricular y tecnológica, la ampliación de los años de obligatoriedad escolar, las apuestas estratégicas entre educación y trabajo, la recuperación de las paritarias como regulación de las discusiones entre el Estado y los gremios docentes, y la significativa actualización salarial de maestros y profesores constituyeron señales claras de solución a viejos conflictos. La sustentabilidad del modelo de financiamiento, el olvido de los fines educativos, la impermeabilidad de afectar los modelos de enseñanza y la escasa pregnancia de los valores propios de la cultura escolar constituyen pasivos materiales o intangibles a los que nos enfrentamos como sociedad en el horizonte histórico de este Bicentenario

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FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA DEODORO ROCA * SAUL TABORDA La fuerte alianza entre el mecenazgo cultural y el más riguroso pensamiento filosófico facilitó la reforma universitaria de 1918 (antioligárquica y americanista) y promovió la revisión de la tradición normalista de la formación docente.

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GREGORIO WEINBERG BERTA BRASLAVSKY Aportes plurales desde la Historia de la Educación y la Cultura, el pensamiento argentino y latinoamericano. La mirada sobre la educación especial, la didáctica, la alfabetización inicial, la lectura comprensiva y sus polémicas enriquecieron la compleja tarea de educar en la segunda mitad del siglo XX.

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FUTURO

Más inversión para combatir la desigualdad Los recientes avances en el acceso a la escolarización contrastan con persistentes problemas como la injusticia en la distribución de recursos, la falta de adaptación a los cambios tecnológicos y las deudas relativas al sentido social de la educación

a Argentina entra en el trayecto hacia el Bicentenario con grandes avances históricos y recientes en términos de acceso a la escolarización, aunque con crecientes circuitos de desigualdades y deudas profundas en cuanto al sentido social de la educación. Estos dos ejes marcan la agenda de los grandes desafíos educativos de cara a 2016. Las desigualdades educativas están atravesadas por dos factores relativamente independientes y paralelos de segregación de los alumnos, que merecen distintas medidas de política pública. Por un lado,la desigualdad educativa condicionada por factores socioeconómicos. Por otra parte, la desigualdad propia de

L AXEL RIVAS Director del Programa de Educación de CIPPEC

OTRAS MIRADAS

un sistema educativo federal extremadamente injusto por el reparto de los recursos fiscales entre las provincias. El otro eje central de los desafíos pendientes refiere a la apropiación social de la educación, que atraviesa una fuerte deslegitimación ante la incertidumbre y la velocidad de los cambios culturales y tecnológicos. La necesidad de renovar el sentido de los procesos educativos se convierte en un desafío crucial de la política educativa. En relación con estos ejes centrales del diagnóstico1, la experiencia del equipo de trabajo del Programa de Educación de CIPPEC permite sistematizar y sugerir las siguientes propuestas integrales de política:

ADRIANA PUIGGROS | Diputada por el Frente para la Victoria

Es necesario proporcionarles a los docentes la posibilidad de la formación y capacitación permanentes, en servicio, con puntaje y en forma gratuita. El avance de las nuevas tecnologías hace que sea una prioridad actualizar los conocimientos. La cuestión salarial docente debe ser solucionada con vistas a los próximos cinco años. Cada año el inicio de las clases está con-

dicionado por la dramaticidad que tomen las paritarias. Es necesario encontrar un mecanismo que garantice un salario digno, cuya estabilidad deje de ser una preocupación constante. Hay que planificar y ejecutar políticas integrales y universales para todos los niveles educativos, sobre todo dirigidos a los sectores más vulnerables.Y un plan orientado a recuperar a los jóvenes que no están en la escuela.


agenda pública del Bicentenario

Garantizar el acceso universal al nivel inicial, primario y secundario. Para ello es necesaria una estrategia combinada de financiamiento, planificación y creación de redes sociales y pedagógicas nuevas en los sectores populares. En lo inmediato, el gran avance en términos de derechos sociales que implicó la reciente sanción del Decreto 1602/09 de Asignación Universal por Hijo plantea el desafío de incluir a unos 600 mil niños y jóvenes que recibirán el aporte estatal y no están en la escuela. Por eso es clave una política federal que articule el uso de instalaciones de transición acordes para el desarrollo de actividades educativas.

a las nuevas tecnologías y el fortalecimiento de proyectos culturales, comunitarios, deportivos y sociales en redes locales de articulación socioeducativa.

Creación de una política educativa

Potenciar la formación docente centrada en la pedagogía social y en las nuevas tecnologías. Una dimensión estratégica de la política educativa es la formación de docentes autónomos, críticos y comprometidos que quieran y puedan trabajar en los turbulentos tiempos que corren. Es vital potenciar la formación en las recientes tradiciones de la pedagogía social, con una visión sociológica del trabajo

integral para los sectores sociales en riesgo. La oferta educativa actual no basta para luchar contra la pobreza. Es necesario aumentar notablemente el financiamiento educativo destinado al 30% de los alumnos de los sectores más pobres del país. Se recomienda extender dos horas diarias las clases en el nivel primario, con una oferta que incluya el acceso

Nueva escuela secundaria universal. Es imperativo revertir el carácter selectivo fundacional de nuestra educación secundaria. Es clave concentrar el trabajo de los profesores en menos escuelas, financiar proyectos y brindar autonomía asistida por el Estado para generar nuevos modelos organizativos de la enseñanza, acordes con la multiplicidad de dimensiones culturales y tecnológicas que atraviesan los jóvenes.

PROPUESTAS 1. Diseñar una política educativa integral para los sectores sociales en riesgo. 2. Garantizar el acceso universal a la educación, hasta el nivel secundario. 3. Crear un sistema más justo de distribución de recursos entre la Nación y las provincias. 4. Potenciar la formación docente y su capacitación permanente en nuevas tecnologías. 5. Dotar de mayor capacidad en materia educativa a los gobiernos de las provincias, que llevan el peso de la educación pública.

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Solucionar la cuestión salarial es un desafío inmediato para mejorar la calidad educativa

docente y con capacidades pedagógicas adaptadas a las nuevas tecnologías y a la diversidad cultural y desigualdad social que viven sus alumnos y ellos mismos como docentes. Crear un sistema más justo de dis-

tribución de los recursos educativos nacionales entre las provincias. Si

OTRAS MIRADAS

EDUARDO COSTA | Diputado por la UCR

La recuperación del salario docente es una estrategia que debe ser política de Estado, pero los docentes tienen que entender que inevitablemente eso debe ir de la mano de las situaciones coyunturales de la economía. Deberíamos tener un índice anual que

permita resguardar el valor del salario

bien la causa de las grandes disparidades en la inversión educativa por alumno de las provincias excede a la educación y se basa en el injusto federalismo fiscal, desde el Ministerio de Educación de la Nación pueden lograrse correcciones. En ese camino han evolucionado los fondos nacionales en los años recientes, pero aún resta

y ligar el mejoramiento real del salario docente al crecimiento real de las recaudaciones provinciales. Los gremios docentes deben asumir en serio un compromiso también estratégico para no sólo garantizar los 180 días de clases sino, lo que es más importante, que los chicos tengan clases todos los días a través de algún mecanismo de control del ausentismo diario.

definir un aporte salarial nacional a los docentes que priorice a las provincias con menos recursos fiscales por habitante que mayor esfuerzo realizan para financiar la educación. Así se lograría disminuir la disparidad salarial entre los docentes y garantizar mayores condiciones de justicia distributiva federal. Potenciar las capacidades del gobierno de la educación a nivel provincial. Las provincias tienen enormes atribuciones educativas pero muchas de ellas carecen de recursos y capacidades de planeamiento para aprovecharlas. Es clave crear una institución federal de formación y capacitación de agentes públicos de la educación provincial, para potenciar a los equipos técnicos y profesionales de las provincias. Este ámbito debería propiciar


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El acceso universal a la secundaria, otra desafío para el futuro

La oferta educativa actual no basta para luchar contra la pobreza. Es necesario aumentar notablemente el financiamiento educativo destinado a los sectores más pobres mejoras a la hora de diseñar e implementar políticas pedagógicas y curriculares que apoyen los procesos de enseñanza de las escuelas y consoliden el rol del Estado en la educación. Estos desafíos mantienen una estrecha relación entre sí y con otras políticas extra educativas. Resulta evidente señalar que las políticas

económicas y de distribución del ingreso son medulares para modificar las desigualdades educativas estructurales, así como la reforma pendiente de la coparticipación resulta equivalente para el federalismo fiscal. En el ámbito propiamente educativo, un instrumento concreto que puede sintetizar buena parte de estas sugerencias es la sanción de una ley de garantía del derecho a la educación, que continúe con los logros de la Ley de Financiamiento Educativo (que abarca el período 2005-2010). Llegando a una inversión educativa que representa el 6% del Producto Bruto Interno (PBI), un récord histórico que nos pone entre los países que mayores esfuerzos realizan por la educación, la nueva norma debe con-

solidar en el tiempo esta conquista reciente. En esa norma se podrían delinear buena parte de las sugerencias contenidas aquí, como dimensiones estratégicas para priorizar la inversión educativa y garantizar el derecho a la educación

*

1. El presente artículo parte de distintos diagnósticos previos. Para un análisis en profundidad del federalismo educativo y las desigualdades entre las provincias, véase Rivas, Axel: Gobernar la educación. Estudio comparado sobre el poder y la educación en la provincias argentinas, Granica, Buenos Aires, 2004. Para un marco conceptual que posiciona a la política educativa en relación con el derecho a la educación, véase Rivas, Axel et al: El desafío del Derecho a la Educación en la Argentina. Un dispositivo analítico para la acción, CIPPEC, Buenos Aires, 2007. Para un diagnóstico de las tendencias educativas en la Argentina, véase Rivas,Axel et al: Radiografía de la educación argentina, CIPPEC, Fundación Arcor, Fundación Noble-Clarín, Buenos Aires, 2010.

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PASADO

SALUD

Entre la beneficencia y la solidaridad

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*GUILLERMO RAWSON

Nacido en San Juan en 1821, fue el primer catedrático de Higiene Pública del país. Inició en la Argentina los estudios sobre higiene con enfoque social y demográfico.

*EMILIO CONI

Fue el padre del reformismo higiénico de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que buscaba mejorar las condiciones sanitarias de la población urbana.

*RAMON CARRILLO

Nacido en Santiago del Estero en 1906, fue el primer ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina. Durante su gestión, terminó con las epidemias de tifus y brucelosis, redujo la mortalidad infantil y aumentó significativamente la cantidad de camas en los hospitales.

JORGE MERA Director del Centro de Investigación en Servicios de Salud (CISSAL) del Instituto Torcuato Di Tella

rés gubernamental arraigar a esa masa con servicios que, por lo mismo, deben ser gratuitos. Salud no tuvo entonces un Sarmiento, como Educación, pero sí higienistas al estilo de Rawson o Coni.

na parte no despreciable de la explicación de algunas particularidades de nuestro sistema de salud se comprende mejor cuando se analiza la evolución de los servicios públicos de salud, generados en torno al criterio de la beneficencia de Estado, y el desarrollo de las obras sociales, construidas alrededor del concepto de la solidaridad. La medicina que en nuestro territorio precedió a la llegada del conquistador europeo aún se mantiene viva en regiones con fuerte tradición indígena, como la puna norteña. Sólo hacia 1780 el virrey Vértiz instala en Buenos Aires el Tribunal del Protomedicato, primer organismo formal de salud pública del país. A su vez, desde 1611 la ciudad tenía un pequeño hospital para los militares del presidio que una cédula real convirtió en Hospital General de Hombres en 1745, parcialmente sostenido por la caridad. Hasta allí se remonta la idea de beneficencia que ha distinguido a nuestros servicios públicos de salud. Cuando la Argentina crece por la inmigración masiva es del tácito inte-

La red de hospitales públicos. El primer antecedente de peso en tiempos modernos es el dictado en 1906 de la ley 4.953, que crea la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales, que construyó hospitales públicos gratuitos para la atención de poblaciones desprotegidas en las provincias. La Comisión funcionó hasta 1925 y su tarea fue retomada, ya desde el Ministerio de Salud, por Ramón Carrillo. El siguió el criterio de construir hospitales nacionales en las provincias con la participación adicional de la Fundación Eva Perón. Así, se incrementó la capacidad instalada pública entre 1946 y 1954 en un ritmo y dimensión nunca superados. Luego de la revolución que destituye a Perón en 1955, las acciones prevalecientes se orientaron en el sentido de descentralizar esos hospitales nacionales transfiriéndolos a las provincias, en consonancia con los criterios de planificación en boga en el mundo: descentralización, democratización y cercanía de los servicios a la población. A su vez, se aplicaron en los establecimientos públicos modalidades de

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Los índices de población sin acceso a la cobertura social crecieron de manera sostenida a partir de los años 80

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desconcentración administrativa que permitieran al hospital manejar su personal y presupuesto, y la búsqueda de fuentes adicionales de financiación. De allí la simultánea indicación de que los servicios brindados a la población, siempre gratuitos, fueran facturados a terceros pagadores (obras sociales, prepagos privados, seguros de accidentes de trabajo). En esa línea de organización se inscriben distintas experiencias: los Hospitales de Reforma de la Provincia de Buenos Aires (Mar del Plata y Gonnet); la autonomía hospitalaria en el marco de un plan provincial de salud (Neuquén); hospitales autónomos con intentos de coordinación provincial (Mendoza); el régimen de descentralización hospitalaria en la provincia de Buenos Aires; autarquías hospitalarias parciales (en la Capital) y amplias (Hospital de Clínicas, UBA) y el sistema de hospitales públicos de autogestión. Seguramente el más conocido ejemplo de estable cimiento público entera-

mente descentralizado es el Hospital de Pediatría Garrahan, que contó con el hecho favorable de empezar desde cero y se ha convertido en un hospital modelo para la región. La Seguridad Social. La evolución de la Seguridad Social ha seguido en la Argentina, como en muchos otros países, las líneas de solidaridad propias de la sociedad civil. Así, en un primer momento se produce la creación de entidades mutuales generadas por la solidaridad étnica de distintas comunidades de inmigrantes. El antecedente más remoto es la sociedad filantrópica establecida por comerciantes británicos en 1827. Luego la oleada inmigratoria de fines del siglo XIX y comienzos del XX generó múltiples asociaciones basadas en el socorro mutuo de sus integrantes, que dieron lugar a los hospitales de comunidad (Italiano, Español, Francés) que aún hoy persisten. Paulatinamente, la solidaridad étni-

El déficit de empleo y de viviendas ahondó la crisis sanitaria

El primer estudio de la cobertura de la Seguridad Social, de 1967-68, mostró que más de un tercio (35%) de la población tenía cobertura de obra social. En 1984 el INOS informó una cifra del 75%. Ya el censo de 1991 registró un descenso, con un porcentaje del 57,6 ca fue reemplazada por la solidaridad laboral y así comenzó la primera etapa de las organizaciones que hoy se conocen como “obras sociales”. Esta primera etapa fue voluntaria y espontánea. Las asociaciones de trabajadores empezaron a ofrecer a sus afiliados servicios sociales de diferente tipo: pensiones, turismo, recreación y,


agenda pública del Bicentenario

sobre todo, salud. La financiación de estos servicios, por lo general contratados con médicos y clínicas privadas, se hace en ese momento sobre la base de las cuotas societarias que voluntariamente abonan los afiliados y, más tarde, se consiguen subsidios y subvenciones por la vía de los convenios colectivos de trabajo. Con el correr del tiempo, el Estado advierte la importancia de ese movimiento y comienza a participar en él. Así, en 1944, el Poder Ejecutivo sanciona el decreto por el que se constituye una Comisión de Servicio Social cuya finalidad fue “propulsar la implantación de servicios sociales en los establecimientos de cualquier ramo de la actividad humana donde se presten tareas retributivas”. Con esta medida el Estado inicia una segunda etapa, que llamaremos mandatoria, donde se alienta la creación de servicios sociales en ámbitos laborales. A corta distancia, el gobierno avanza un paso más y, directamente, constituye “obras sociales”. El primer ejemplo es la Dirección General de Asistencia Social para el Personal Ferroviario, establecida por decreto en 1944. Por último, es el Congreso el que da marco y sustento legal a servicios de salud correspondientes a distintas ramas de la actividad laboral. La etapa mandataria culmina con el dictado de la ley 18.610 (1971), que extiende el régimen de obra social a todos los trabajadores en relación de dependencia del ámbito

nacional. La ley, además, consagró la vinculación sindical, al establecer que sólo los sindicatos signatarios de convenios colectivos de trabajo podrían constituir una obra social. Aquella ley 18.610 creó el Instituto Nacional de Obras Sociales (INOS), organismo estatal con funciones de regulación, apoyo financiero y contralor general de las obras sociales. Luego fue remplazada por la Administración Nacional del Seguro de Salud (ANSSAL) y hoy es la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). El primer estudio de la cobertura de la Seguridad Social, por entonces parcialmente voluntaria, fue realizado hacia 1967-68 y mostró que más de un tercio (35%) de la población tenía cobertura de obra social. En 1984 el INOS informó una cifra del 75%, seguramente abultada por doble cobertura e informes sobreenumerados de las obras sociales. Ya el censo de 1991 registró un descenso, con un porcentaje del 57,6, que en el grupo de población de 65 y más años alcanzaba al 85,3% (como resultado de la expansión del PAMI). En los últimos años se ha mantenido el decrecimiento de la cobertura poblacional de las obras sociales, vinculable a los problemas del mercado laboral en el país, atento a que la cobertura de la Seguridad Social está estrechamente ligada con el nivel de empleo formal de la población

*

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*ARTURO OÑATIVIA

Como ministro de Salud de Ricardo Illia promovió una ley de medicamentos que facultaba al Poder Ejecutivo la regulación de los precios, dado que su venta estaba condicionada por las necesidades de la población.

*ALDO NERI

Fue ministro de Salud del gobierno de Raúl Alfonsín. Para superar la histórica fragmentación del sistema, propuso universalizar la atención a la salud ofreciendo, para el conjunto de la población, servicios equivalentes en calidad y accesibilidad. La Ley de Seguro Nacional de Salud se sancionó en 1988 pero nunca fue reglamentada.

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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

El desafío de coordinar esfuerzos Ante la excesiva segmentación del sistema sanitario se impone establecer una estrategia común entre las provincias y la Nación, que permita establecer pautas de atención y de protección igualitarias

n el sistema de salud de la Argentina, la descentralización (a nivel geográfico, entre provincias) y la segmentación entre instituciones de aseguramiento social (entre subsistemas y al interior de ellos) acotan las posibilidades de brindar una cobertura homogénea, que garantice equidad en la asignación de los recursos de salud. El análisis de las dos últimas encuestas nacionales de uso de servicios de salud y de la información de gasto de los hogares, en 2003 y 2005, permite arribar a conclusiones que requieren de un análisis de política pública. En primer lugar, continúa la relación regresiva entre el gasto de bolsillo en salud de los hogares y los niveles de

E

DANIEL MACEIRA Director del Programa de Salud de CIPPEC

OTRAS MIRADAS

ingreso, es decir que los más pobres son quienes destinan mayor parte de sus ingresos a la salud. Este es un indicador clave para determinar la inequidad del sistema y la falta de mecanismos que reduzcan el impacto de la enfermedad sobre los ingresos disponibles de las familias. Esto es así, aun cuando el gasto en salud en términos porcentuales se redujo en este período en todos los quintiles de ingreso, a la par que se verifican aumentos en los niveles de ingreso de las familias durante ese período. En segundo lugar, se observa que la atención curativa predomina en los grupos sociales más pobres, en tanto la prevención es más frecuente en los motivos de consulta de las familias de mayores ingresos. Esto refuerza la aso-

MONICA FEIN | Diputada por el Socialismo

Crear un sistema unificado de salud, con

les locales, provinciales y nacional.

base en el sector público, para garantía de acceso universal a una atención de calidad.

Una política nacional de medicamentos

Fomentar la participación ciudadana en el

sistema sanitario, multidimensional, y en nive-

que busque la eficacia, seguridad y acceso universal a un formulario terapéutico nacional.


agenda pública del Bicentenario

PROPUESTAS 1. Diseñar una estrategia de aseguramiento social que establezca los modos de financiamiento y reduzca desigualdades en la atención. 2. Fortalecer la descentralización de la gestión, para tener un sistema que respete las particularidades de cada región. 3. El Estado nacional debe elaborar una política homogénea de capacitación. 4. Crear un fondo solidario que actúe como garantía de funcionamiento. 5. Mejorar la coordinación para crear redes de atención más eficientes.

ciación entre ingresos y acceso al sistema de salud, y muestra la ausencia de prevención en los hogares sin cobertura formal (obra social o prepaga), lo que lleva a actuar sobre la enfermedad que, finalmente, aumenta el impacto económico sobre las familias y sobre el sistema en su conjunto. Así, la falta de equidad del sistema afecta su eficiencia. En tercer lugar, el gasto en medicamentos de los sectores más pobres se redujo en el período analizado, a pesar de que el porcentaje de las familias encuestadas que declaró algún consumo de fármacos no difiere significativamente entre quintiles de ingreso. Este resultado constituye una novedad con respecto a encuestas anteriores: reflejaría una mayor efectividad de la política pública en materia de provisión de medicamentos que impone, sin embargo, un debate sobre la sustentabilidad futura de la estrategia de cobertura farmacéutica en los centros públicos de atención. Fuentes de información complementarias muestran que la inversión en el sector salud de cada provincia depende de su capacidad financiera,

lo que genera brechas entre las familias de escasos recursos. Además, el financiamiento disponible por persona en los sistemas públicos es tres veces menor al de los seguros privados. A partir de estas conclusiones surgen elementos para el debate de la política sanitaria de los próximos años. En particular, sobre el alcance y las restricciones en el diseño, la gerencia y la implementación de mecanismos sustentables de protección social en salud, y su impacto sobre la equidad del sistema. Las marcadas diferencias de cobertura en la atención de la salud entre personas y regiones refleja la falta de una estrategia de aseguramiento social que establezca los modos de financiamiento de la atención, más allá del nivel de ingreso y de la contribución de cada individuo al sistema. La presencia de un sistema financiero coordinado y uniformemente regulado permitiría que las familias, más allá de su capacidad de pago, se encuentren en condiciones de atender sus necesidades sanitarias. Este modelo coordinado de salud involucraría la necesidad de establecer pautas

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agenda pública del Bicentenario

homogéneas de atención, regulación y garantía de derechos que minimicen la exposición del sistema al surgimiento de transferencias regresivas de recursos entre subsistemas. Del mismo modo que los centros de atención definen la estructura prestadora de la oferta que brinda cobertura sanitaria, es la dimensión aseguradora el ámbito de planificación de tal cobertura. Fallas de diseño o coordinación en esta dimensión atentan contra la definición de una estrategia sanitaria, afectando la equidad, la eficacia y la calidad de los servicios. Congeniar concentración en aseguramiento y descentralización en gestión es la clave para llegar a un modelo sanitario que respete las características particulares de cada provincia. La construcción de un seguro nacional de salud, como fue propuesto por referentes sanitarios del país, no resulta un objetivo viable en el corto plazo. Sin embargo, es posible establecer sistemas coordinados de salud en las provincias, para que los ministerios provinciales y las obras sociales provinciales y delegaciones del PAMI (los dos grandes contratantes de prestaciones privadas) esta-

blezcan pautas acordadas de certificación, atención y transferencia de recursos. Ello permitiría contar con una red explícita de atención en cada provincia, donde hospitales y clínicas públicas y privadas contribuyan a un modelo más eficiente y con mayor cobertura. Una vez definidos estos esquemas provinciales será posible avanzar en la adhesión de las principales obras sociales sindicales al modelo diseñado en cada jurisdicción, y paralelamente en la construcción de lazos regionales que faciliten referencias y contrarreferencias. El gobierno nacional tiene la responsabilidad de generar los diálogos y tender los puentes necesarios para construir consensos. Deberá contar

OTRAS MIRADAS

con una redefinición de su papel en el sector, cuyos ejes deberían establecerse sobre la base de cinco principios: la revalorización de los instrumentos regulatorios y de control del Ministerio de Salud de la Nación más allá de su participación en el financiamiento del sistema; el acuerdo de una política homogénea de capacitación de recursos humanos; la creación de un plan de infraestructura sanitaria que actúe a partir de la identificación de las redes de atención; el fortalecimiento del protagonismo ministerial mediante asistencia técnica específica a partir de diseños locales de organización sanitaria; y la creación de un fondo solidario nacional que actúe como garantía de financiamiento

*

CYNTHIA HOTTON | Diputada por Valores Para Mi País

Implementar un plan materno infantil que

garantice el acceso integral a la nutrición durante los primeros 18 meses de vida de los niños.

arterial, diabetes, cáncer de cuello uterino, la lucha antitabáquica, los trastornos mentales, la violencia en todas sus formas y el abuso de las drogas.

Jerarquizar la Carrera Médica Hospitalaria y la de Enfermería, partiendo del concepto de salud trol de las enfermedades no transmisibles y los riesgos asociados, dando prioridad a: hipertensión como servicio público para la comunidad.

Implementar un programa de prevención y con-

La difícil misión de conseguir un turno en un hospital público





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agenda p煤blica del Bicentenario

PASADO

La misma plaza, dos realidades. La manifestaci贸n por Per贸n del 17 de octubre de 1945 y el reclamo piquetero que creci贸 con la crisis de 2001-2002


agenda pública del Bicentenario

PROTECCION SOCIAL

Doscientos años de avances y retrocesos

LAURA GOLBERT Investigadora titular del Area de Políticas Sociales del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES)

poco de decretarse la independencia del país, Bernandino Rivadavia creó una institución que fue revolucionaria para su época: la Sociedad de Beneficencia. Por primera vez el Estado se ocupaba de los pobres, secularizando un ámbito que hasta ese momento estaba bajo el dominio de la Iglesia. La otra novedad es que su administración quedó en manos de mujeres que debían encargarse, además, de otras obligaciones, de la educación de las niñas cualquiera fuera su extracción social en una ciudad como la de Buenos Aires, que no contaba con escuelas para ellas. Décadas más tarde la ley 1.420 impondría la educación universal, obligatoria y gratuita. Los primeros años del siglo XX marcan un nuevo rumbo de las políticas sociales. Reconociendo que la represión no era suficiente para mantener el orden social frente a los crecientes reclamos de los trabajadores, diputa-

A

dos y senadores de distinta extracción política aprobaron una serie de medidas destinadas a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Esta legislación, que contemplaba medidas que iban desde el descanso dominical hasta un seguro ante eventuales accidentes de trabajo, se cumplió en la ciudad de Buenos Aires y escasas ciudades del interior del país. Las diferencias regionales no fueron las únicas: ciertos grupos de trabajadores gozaban de una situación de privilegio al recibir, tanto de algunas reparticiones estatales como de empresarios privados, beneficios no contemplados en la legislación general. Mientras, algunos elegidos recibían un beneficio adicional. El acceso a la jubilación fue hasta 1943 el privilegio de algunos pocos: militares, empleados públicos, maestros, ferroviarios. En esos años la oferta estatal de servicios de salud se multiplicó al mismo tiempo que los inmigrantes de origen europeo iban construyendo sus propias mutuales. En el caso de la atención a los más pobres, fueron varias las organizaciones privadas que se hicieron cargo de esta tarea. De este entramado institucional fragmentado participaron tanto el Estado, como empresarios, sindica-

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*BERNARDINO RIVADAVIA

A los pocos años de proclamarse la independencia, decidió que fuera el Estado y no las órdenes eclesiásticas el que se ocupara de la atención de los pobres. Para eso crea la Sociedad de Beneficencia.

*JOAQUIN V. GONZALEZ

Creó el Departamento Nacional del Trabajo. A comienzos del siglo XX propuso el Primer Código Laboral. Si bien el proyecto no fue aprobado, en él se inspiraron una serie de leyes tendientes a mejorar las condiciones de vida y la situación laboral de los trabajadores.

*ALFREDO PALACIOS

En su carácter de diputado socialista presentó a comienzos de siglo XX un conjunto de leyes para mejorar las condiciones laborales de los obreros especialmente las de las mujeres trabajadoras.

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agenda pública del Bicentenario

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*

JUAN D. PERON Como secretario de Previsión Social, promovió medidas para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Además de las mejoras salariales y de la ampliación del beneficio jubilatorio, se otorgaron otros beneficios como un sueldo anual complementaria, vacaciones pagas e indemnización por despido.

*EVA PERON

Mientras su esposo impulsaba medidas que ampliaron los derechos laborales, ella inauguró un nuevo modo de hacer política social para los más humildes. Dejó de lado la vieja concepción de la caridad cristiana y habló de derechos sociales.

tos y organizaciones de la sociedad civil y dejó en el sistema de protección social huellas que se mantuvieron hasta el presente. El gobierno peronista representa otro hito en la historia de las políticas sociales. No sólo los salarios aumentaron sino que la gran mayoría de los trabajadores accedió al sistema de Seguridad Social. Consistente con la defensa de los derechos de los trabajadores, la Fundación Eva Perón extendió los derechos sociales a mujeres, niños y ancianos. Sin embargo, no logró revertir la fragmentación del sistema de protección social. Las propuestas de Perón de centralizar y homogeneizar los beneficios fracasaron ante la falta de apoyo de la dirigencia sindical, que consideraba que este proyecto vulneraba derechos adquiridos. Contrariando su propio discurso, el gobierno promovió la creación de obras sociales que profundizaron la fragmentación del sistema de salud. Las circunstancias políticas y económicas por las que el país transitó desde el derrocamiento de Perón

Eva Perón y su fundación, desde donde masificó la ayuda social

hasta el golpe de Estado de 1976 acentuaron las características del sistema de protección social: privilegios para algunos y fragmentación en la oferta de servicios sociales. Los ciclos de stop and go y la persistente inflación que signaron la economía argentina en la segunda mitad del siglo XX contribuyeron a profundizar esta desigualdad. Los más perjudicados fueron los sectores de menores ingresos sin capacidad de organizarse colectivamente. Con partidos políticos disueltos y sin apoyo sindical, estos grupos no contaron con una voz que los represente. Así, la causa de los pobres quedo fuera de la agenda gubernamental. No ocurrió lo mismo con la dirigencia sindical, que asumió la defensa de sus intereses y se convirtió en el interlocutor obligado de gobiernos civiles o militares. Fue en esos años que se crean el Instituto Nacional de Jubilados y Pensionados, el Fondo Nacional de Vivienda y se sancionó la Ley de Obras Sociales. Esta ley profundizó la fragmentación y la desigualdad del sistema de salud: las obras socia-


CRONOLOGIA

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* 1823

* 1907

* 1945

* 1971

* 2009

Sociedad de Beneficencia. Administrada por mujeres, esta institución, además de atender a los pobres y menesterosos, debía encargarse de la educación de las niñas, cualquiera fuera su origen social.

Departamento Nacional del Trabajo. Instalado en la órbita del Ministerio del Interior, debía encargarse de preparar la legislación laboral y de organizar la inspección y vigilancia de las disposiciones legales dictadas por el Congreso.

Ley de Asociaciones Profesionales. Al conferir a un sindicato el monopolio de la representación del conjunto de los trabajadores de una rama de actividad, esta ley fortaleció a las organizaciones sindicales convirtiéndolas en actores con gran capacidad de negociación tanto frente a la patronal como frente al Estado.

La ley 18.610 estableció la obligatoriedad de los aportes patronales y de los trabajadores otorgando a los sindicatos el poder de administrar esos fondos a través de las obras sociales, lo que aumentó notablemente el poder sindical.

Asignación universal por hijo. Esta medida universalizó las asignaciones familiares, que hasta ese momento sólo percibían los hijos de los trabajadores asalariados, y rompió con la práctica de gestionar programas focalizados para la atención a la pobreza. La iniciativa se integra en el subsistema de asignaciones familiares como un pilar no contributivo pero de pleno derecho y bajo las mismas condiciones vigentes para aquellos que están en el sistema contributivo.

En 1976 se abre otro capítulo en la historia de las políticas sociales. La desindustrialización generada por la dictadura provocó más desempleo y extendió la informalidad

les de los distintos sindicatos brindaban prestaciones acordes con los recursos que disponían. El año 1976 abre un nuevo capítulo en la historia de las políticas sociales. La desindustrialización generada por las políticas del gobierno militar provocó un aumento del desempleo y extendió la informalidad. Con la recuperación de la democracia se pudo observar el efecto de esta política: el mapa social de la Argentina delataba la presencia de una amplia población

de pobres y de trabajadores expulsados del sistema de Seguridad Social. La política económica y laboral llevada a cabo por el presidente Carlos Menem agudizó el proceso de pauperización y expulsión del mercado de trabajo. Para enfrentar la nueva cuestión social, el gobierno se limitó a gestionar un sinnúmero de programas focalizados, de corta duración y limitada cobertura. A comienzos del milenio, con la crisis de la convertibilidad, se puso en marcha un nuevo esquema de crecimiento que permitió la incorporación de trabajadores al mercado formal de trabajo. Sin embargo, son muchos los que aún quedan afuera y la posibilidad de su inclusión en el corto plazo es incierta. Ante esta perspectiva, resulta necesario discutir nuevas estrategias de intervención social, como es el caso de la asignación universal por hijo, capaces de brindar cobertura a aquellos que quedaron fuera del sistema de Seguridad Social

*

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*FRANCISCO MANRIQUE

Creó el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados –más conocido por su principal programa, el “Plan de Asistencia Médica Integral”, o PAMI– que desde entonces fue el organismo encargado de prestar servicios médicos a los jubilados.

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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

El reto de la protección social integral Para combatir la pobreza no alcanza únicamente con planes sociales; el Bicentenario abre la puerta para pensar un sistema estratégico que cambie la tendencia en términos de desarrollo humano y garantice un futuro de bienestar

a Argentina ingresa al Bicentenario con grandes desafíos por delante. Uno de ellos, sin duda sustantivo, urgente y estratégico, lo representa la necesidad de avanzar con pasos firmes hacia la construcción de un sistema de protección social integral, que sea, además, federal y con enfoque de derechos. Los principales problemas sociales que afectan a la sociedad argentina no son recientes, sino que se arrastran al menos desde hace tres décadas, cuando la dictadura militar se propuso explícitamente atacar de raíz el modelo económico y social cuyos orígenes se remontaban al primer peronismo. Es evidente que esos problemas no responden todos a las mismas causas ni tienen las mismas consecuencias en el

L FABIAN REPETTO Director del Programa de Protección Social de CIPPEC

OTRAS MIRADAS

corto y en el largo plazo. Se trata de problemas estrechamente relacionados entre sí, lo que potencia un círculo vicioso de malestar social. Es importante, a su vez, definir con precisión los problemas sociales. Veamos algunos ejemplos. En el vocabulario político y de opinión pública en la Argentina se menciona mucho la pobreza, no obstante lo cual queda aún camino por recorrer respecto a qué se entiende cuando se habla de pobreza y cuáles son sus implicancias en materia de políticas públicas. No es lo mismo la pobreza por ingreso (la que está asociada también con la indigencia) que la pobreza por falta de capital humano en materia de salud, capacitación para el trabajo y educación, o lo que

EDUARDO AMADEO | Diputado por el Peronismo Federal

Ninguna política será efectiva para reducir la pobreza y la exclusión si el país no consigue un período sostenido y estable de crecimiento. Cada crisis envía a millones a la pobreza. Hay que sostener un programa de transfe-

rencias monetarias para niños pobres y asegu-

rar la doble escolaridad progresiva, desde el nivel inicial, empezando por las zonas más postergadas. Generar todos los incentivos posibles para que aumente la formalización laboral de los trabajadores más pobres.


agenda pública del Bicentenario

Colas en la ANSES para cobrar la asignación por hijo

refiere a la pobreza por necesidades básicas insatisfechas, en la cual priman las carencias de vivienda y hábitat. Otro tanto sucede cuando se habla de precarización laboral, donde entre otras cuestiones emerge la informalidad laboral en sus múltiples expresiones. Y, por sólo citar un ejemplo más, no es lo mismo hablar de desigualdad de ingreso, de oportunidades o de resultados concretos en el bienestar de los argentinos. Desde el retorno a la vida democrática, la “cuestión social” y cómo afrontarla han estado de un modo u otro presentes en el discurso acerca de las prioridades de los gobiernos de turno. No obstante, cuando se observa lo acontecido en términos de reformas concretas en la institucionalidad, las políticas y los programas sociales, sobresalen más bien los claroscuros; en muchos casos han sido más los retrocesos que los avances en términos de las respuestas estatales a aquellas problemáticas sociales. Desde 2002 a la fecha, las reformas en la política social tuvieron como “mínimo común denominador” una mayor presencia estatal, expresada al

menos en los siguientes casos: amplios avances en la generación de empleo formal; mayor injerencia en términos de salud pública; más prioridad en materia educativa en el plano del financiamiento público; expansión y estatización del sistema previsional; aumento de los recursos para grandes programas frente a la pobreza por ingreso. Cuesta visualizar, sin embargo, que se haya tratado de reformas llevadas adelante de modo sistémico, como parte de un proyecto estratégico destinado a cambiar la tendencia en términos del desarrollo social de la Argentina, pese a que fue en estos años que la palabra “redistribución” volvió a hacerse oír en el país, luego de años de ostracismo. Casi sobre finales del año 2009, haciéndose eco de un reclamo amplio del sistema político y la opinión pública, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner puso en marcha por decreto una asignación universal para la niñez, que enfocó la atención en aquellos niños cuyos padres están desempleados, trabajan en empleo doméstico o haciéndolo en la informalidad ganan menos

PROPUESTAS 1. Coordinar mejor los recursos de ayuda social entre las distintas áreas del gobierno con responsabilidad en la materia. 2. Potenciar el valor de ámbitos como los consejos federales y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. 3. No alcanza con cambiar los planes vigentes, sino que hace falta definir una política integral con enfoque de derechos. 4. Mejorar la coordinación interjurisdiccional. 5. Asegurar el financiamiento a largo plazo.

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del salario mínimo. Se trata sin duda de un paso significativo en materia de políticas de protección social, que más allá de los retos pendientes de darle carácter de ley y asegurar a largo plazo su financiamiento, es un activo a futuro para el bienestar de la sociedad argentina. Una mirada hacia el futuro. Aun cuando las reformas de las diversas políticas sociales tienen motivos y rumbos que les son propios, el reto fundamental que afronta la Argentina en este campo es avanzar de modo decidido hacia un sistema de protección social que responda integralmente a los problemas que, de modo heterogéneo, afectan a las familias y los territorios que la conforman. Deberá hacerlo, además, atendiendo a los límites pero también a las potencialidades que emanan de un sistema federal complejo en lo político, lo fiscal y lo social. Y, por sobre todo, deberá construir y motorizar ese sistema de protección social con un enfoque de derechos, lo cual implica acuerdos fundacionales acerca de los “pisos

Pobreza y desigualdad, postal cotidiana en la Villa Itatí, de Quilmes

de bienestar” que todo habitante de la Argentina debe gozar (y el Estado, asegurar). El país cuenta con una inversión en lo social para nada despreciable. Cuenta también con recursos humanos capacitados y habilitados para plasmar en la práctica mejores ideas de qué hacer ante los problemas sociales. Tiene, eso sí, retos importantes por delante en términos de su institucionalidad social, de modo tal de que funcionen mejor y de modo más incluyente las relaciones entre el Estado nacional, las provincias y los municipios. También es crítico mejorar el desempeño del ámbito destinado a coordinar los recursos de los organismos del nivel central de gobierno con responsabilidad en lo social. Ambitos como los Consejos Federales y el Consejo Nacional de

OTRAS MIRADAS

Coordinación de Políticas Sociales deberían poner una atención prioritaria a este reto de la “protección social integral con enfoque de derechos”, para que ésta no sea una frase más del edulcorado vocabulario de la política social argentina. No habrá cambios en materia de protección social que se sustenten sólo en reformas de los programas sociales vigentes (o en la creación de nuevos programas). Los programas son sólo un medio para un fin más estratégico, ése que la política debe fijar a través de procesar los conflictos de intereses, de negociar, de construir consensos, donde habrá seguro “ganadores” y “perdedores”. El asunto es que, para lograr un sistema de protección social como el que esbozamos, no podrán seguir ganando los mismos, ni perdiendo los de siempre

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ALICIA CICILIANI | Diputada por el Socialismo

Seguro de desempleo que cubra a todos

Jubilaciones y pensiones móviles

los trabajadores desempleados con un ingreso adecuado.

Asignacion universal a la niñez.

con ajuste al aumento salarial de los activos.





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Educaci贸n

INDICADORES SOCIALES


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Salud

INDICADORES SOCIALES


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INDICADORES SOCIALES

Protecci贸n Social


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INDICADORES SOCIALES



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PASADO

POLITICA FISCAL

¿Emergentes de por vida? LUCAS LLACH Historiador y economista. Director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella

¿

Es posible afirmar que la historia económica de la Argentina en estos 200 años independientes es, en verdad, una historia excepcional? Quiero decir: ¿es más excepcional que la brasileña o la mexicana o la de Chile? Es tentador creer en una peculiaridad argentina: ante todo, porque es un caso casi único de un país que en algún momento bordeó la liga de los más ricos y hoy ni siquiera encabeza a los de clase media. Su ingreso por persona es un tercio del norteamericano, la mitad del español y ya algo inferior al chileno. Hoy la Argentina es comparable en diversas dimensiones con otras naciones latinoamericanas; en otro momento lo pudo ser con otras economías. La tesis pesimista de estos párrafos es que la Argentina casi siempre ha estado en la categoría de economía emergente, y que frecuentemente no ha colmado las expectativas implícitas en ese promesa. La tesis optimista es que si uno logra apartarse por un momento de las pasiones que conmueven la vida nacional en este año del Bicentenario, la Argentina sigue siendo una promesa –bastante menos que una realidad– pero algo más que una mera esperanza. ¿Fue la Argentina una Nación emergente en su primer siglo de vida? La

costumbre de los historiadores económicos señala una navidad económica hacia 1880, año alrededor del cual se resuelve el problema de organización política y se añaden millones de leguas a la soberanía del Estado. Para 1882 la Argentina tendrá una capital que no pertenezca ya a una provincia, una gran pampa libre de malones, una moneda convertible a oro y un banco nacional en pleno funcionamiento, rasgos de los que carecía cuatro años antes. Esa consolidación política e institucional a veces se presenta como un deus ex máchina que giró la palanca de un progreso material que se extenderá por décadas –en su versión más larga, hasta 1930– aunque no exenta de sofocones como los de 1890 o 1914. Una hipótesis complementaria alude a hechos menos espectaculares, pero más profundos: la llegada del ferrocarril es lo que permite cambiar para siempre la geografía económica de la Argentina. Sin trenes, la Argentina podía exportar sólo productos animales que se transportaban por sí mismos o que tenían un valor específico alto como para soportar los costos de movilidad con tracción animal. El “modelo agroexportador” fue un verdadero modelo de desarrollo económico basado en la ocupación de tierras para la agricultura, comparable en muchos aspectos al del Medio Oeste nortemericano o al de Canadá. En las cinco décadas transcurridas desde 1880, la Argentina es una “economía emergente” con tantos pergaminos como los de aquellas regiones: recibe proporcionalmente más inmigración y la productividad de sus tierras llega a ser comparable. ¿Por qué la Argentina es para 1930 una economía más pobre y

más desigual que Canadá o el Medio Oeste y que logrará adaptarse peor a las circunstancias de las décadas subsiguientes? En primer lugar, en el punto de partida la Argentina era un país más pobre. En particular: la población de las antiguas provincias del Norte partía de una economía tradicional, y dislocada por las convulsiones políticas y económicas del siglo XIX. En segundo lugar, la crisis de 1930, que acaba para casi siempre con la posibilidad de enriquecerse en base a la exportación, deja al país enfrentado con su propio mercado, más pequeño que en aquellas otras latitudes. En breve: los supuestos según los cuales la Argentina era una economía emergente (con capacidad de convertirse al final de un camino no demasiado largo en una economía rica) se desvanecen antes de llegar a la tierra prometida. El cambio de circunstancias –la Depresión, la Guerra, la lenta recuperación del comercio en la posguerra– colocará a la Argentina en una nueva lista de “emergentes”: aquellos países con posibilidades de convertirse en economías industrializadas. Las esperanzas no son menores que a lo largo de su promesa anterior: de hecho, el carácter comparativamente desarrollado del país hacia 1930 o 1945 suponía una ventaja respecto a naciones como Brasil o México. Un mayor nivel de educación o una más alta tasa inicial de industrialización per cápita podían sugerir que el camino a la industrialización sería más breve que el de otras grandes economías latinoamericanas. Pero también era un camino con mayores obstáculos. De nuevo en la comparación con México o Brasil: mercado interno con menos potencial y salarios iniciales más altos


agenda pública del Bicentenario

El modelo agroexportador marcó los inicios del desarrollo argentino

complicaban la industrialización sustitutiva argentina. Ese proceso tendría grandes logros distributivos, pero escasos en términos de crecimiento. El modelo de desarrollo hacia adentro empieza a agotarse. Los nubarrones de la alta inflación, que habían asomado como chaparrón en el año 1959, para

comienzos de los años 70 se vuelven muy amenazantes, y ya en 1975 –enfatizamos: antes de la reorientación económica del Proceso– han desatado una tempestad que durará 15 años. ¿Cómo llegó la Argentina a la alta inflación? Las dos explicaciones favoritas de la época –monetarista y estructuralista– incluyen de manera implícita o

explícita un componente de "demandas desequilibrantes": demanda excesiva de tareas estatales en la visión monetarista, asociadas con un Estado al que se le pedía ser protagonista tanto de la distribución como de la producción; demandas demasiado ansiosas de los sindicatos en la explicación estructuralista, en un

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contexto industrial protegido que hacía viables esos reclamos, condicionales a esa alta protección o a devaluaciones que llegaban más temprano que tarde. En ambas visiones el modelo de desarrollo hacia adentro contenía las semillas de su destrucción. Es muy difícil determinar cuál de las herencias económicas que los gobiernos se legaron unos a otros entre 1976 y 2002 fue la más pesada. Los problemas irresueltos de 1975 eran similares a los de 1983 o 1989: sobre una línea de asfixia externa, reorientación productiva y laboral, desequilibrio fiscal y alta inflación, podía haber efímeros momentos favorables asociados con un ciclo de precios externos o de mercados internacionales de crédito, o quizás a uno de los tantos planes de estabilización rápidamente frustrados. Pero, en conjunto, se trata de la década y media de menor crecimiento desde que tenemos registro. Es tentador colocar a los años 90 en esa continuidad. Sin embargo, fue en esa década que la Argentina volvió una vez más a la condición de economía emergente. Hoy sabemos que aquellos problemas perennes no estaban completamente resueltos: también el ciclo de los 90 concluyó con una crisis externa, fiscal y distributiva, con una potencia que igualaba a varias de las anteriores tomadas en conjunto. Pero la experiencia post-2002 sugiere que en verdad sí se había acumulado un progreso en aquellas dimensiones, en alguna medida antes pero sobre todo durante los 90. La economía argentina pudo recuperarse rápidamente del cataclismo de 2002 en parte porque la inversión para exportación había incrementado la tasa de crecimiento potencial de las ventas externas; la modernización fiscal había alterado el déficit de pleno empleo; y otras industrias se habían aggiornado como para competir en el mundo global. Claro que cada uno de esos progresos fue socavado por las dificultades que presentaba el cambio fijo en un mundo que se volvió adverso. Pero había allí un sector privado que tenía todo lo que nece-

La inmigración produjo un cambio radical en el país a partir de 1880

La economía argentina pudo recuperarse rápidamente del cataclismo de 2002 en parte porque la inversión para exportación había incrementado la tasa de crecimiento potencial de las ventas externas

sitaba para crecer por sí mismo. El tránsito no fue fácil: antes de dispensar su magia, la devaluación extendió a todos los trabajadores las penurias que ya soportaba el número inédito de desocupados. ¿Abandonó la Argentina su condición de “economía emergente” tras la crisis de la convertibilidad? ¿Fue la última promesa creíble de que la

Argentina podía llegar a ser un país rico? Es posible. Pero también es posible que esa obsesión tan argentina por el drama del corto plazo esté ocultándonos una vez más lo que ocurre debajo de la superficie. El retraso cambiario de los 90 es comparable al retraso institucional que deslució el final de la década siguiente. La lista de tareas económicas para iniciar el tercer siglo de vida independiente no es breve, tampoco infinita. El cambio de un tres por un uno con que se inició el ciclo de expansión que dominó la última década implicó traumas mayores que los que se necesitan para colocar otra vez a la Argentina en una condición de economía emergente, y esta vez con más fundamentos que en momentos anteriores. El aumento de rentabilidad implícito en una reducción drástica de “costos institucionales” compensaría con creces, política y económicamente, aquellos inconvenientes

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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

El hilo de Ariadna para salir del laberinto fiscal En 200 años de historia el país no supo construir un sistema federal de reparto de recursos que permita un crecimiento equitativo y fomente la igualdad de oportunidades; el Bicentenario urge a reabrir el debate

Era el comienzo de otro drama, el que pondría frente a frente a la ciudad revolucionaria con el interior, que si bien habría de aceptar la disolución del pacto político colonial, rechazaría la pretensión de Buenos Aires de transformarse en única cabeza dominante del nuevo Estado nacional. (…) Continuó un litigio profundo y trascendente. (…) la guerra civil sería el largo intermedio dramático hacia nuevas formas de convivencia. Tiempos de lucha y de pendencia.”1 Así describieron Floria y García Belsunce lo que siguió luego de la revolución de mayo de 1810, momento a partir del cual el proyecto de Nación “habría de vivir por su propia cuenta, independiente de España”. Las personas y los medios poco se asemejan a los actuales, pero en la descripción del momento resuenan notables semejanzas con la actualidad. Así, hace 200 años, se encontraba la Junta, autoridad provisoria surgida de los eventos revolucionarios de mayo, por primera vez esperando la llegada de los diputados del interior. Y frente a sí tenía el desafío de generar las reglas de convivencia

LUCIANA DIAZ FRERS Directora del Programa de Política Fiscal de CIPPEC

Nuestros gobernantes tienen el desafío, que muchos califican de imposible, de simplificar el laberinto de la coparticipación para un desarrollo armónico de la Nación naciente. Entre esas reglas de convivencia hay muchas que todavía hoy siguen en discusión. Una de las más importantes es el sistema de coparticipación de impuestos. País que eligió una tradición federal, no supo construir una regla de reparto de responsabilidades y recursos que pudiera adaptarse a la cambiante realidad. Frente a esta frustración, en la Constitución de 1994 nos comprometimos a reformar el sistema a fines de 1996 para que la distribución entre el gobierno nacional y las provincias tuviera en cuenta las responsabilidades de cada nivel de gobierno, y que entre las provincias se contemplaran criterios objetivos


agenda pública del Bicentenario

Aun sin convertibilidad, la Argentina sigue pendiente de los vaivenes del dólar

de reparto que promovieran la igualdad de oportunidades. Ya llevamos demasiados años de incumplimiento mientras seguimos con un sistema que muestra una fuerte y creciente concentración de recursos en el gobierno nacional y cuyos criterios de reparto entre provincias han sido rigidizados en un sistema que no hace más que reflejar la fortaleza relativa que tenían los gobernadores entre 1985 y 1988 (cuando se acordó el actual sistema de reparto), privilegiando, así, a provincias chicas y sobrerrepresentadas en el Congreso. Nuestros gobernantes tienen el desafío, que muchos califican de imposible, de simplificar el laberinto de la coparticipación: encontrar el

OTRAS MIRADAS

hilo de Ariadna involucrará aumentar la cantidad de recursos que van a las provincias, que tienen a su cargo los sistemas de educación, salud, seguridad y justicia, y repartir mejor entre ellas para asegurar la equidad defendida en la Constitución. Si bien esta es la gran batalla, no es la única. Aun sin reformar el sistema de coparticipación, hay mucho que se puede hacer para lograr avances significativos. Por el lado del gasto público nacional, sin duda podría distribuirse de manera más equitativa, incluso corrigiendo algunos de los problemas de nuestro federalismo fiscal. Transparentar los criterios de asignación y avanzar hacia un presupuesto por resultados son pasos

WALTER AGOSTO | Diputado por el Peronismo Federal

Impulsar un programa integral de elimina-

ción de la indigencia (entendida como la situación en la que los ingresos de las personas no cubren las necesidades mínimas de alimentación bajo estrictos parámetros nutricionales). Reformar el sistema impositivo nacional y provincial y firmar un nuevo acuerdo federal

de coparticipación de recursos. Crear el Fondo de Garantías para el

Financiamiento del Sector Productivo, consistente en un fondo integrado con aportes públicos y privados para facilitar el acceso al crédito a las micro, pequeñas y medianas empresas.

PROPUESTAS 1. Reformar el sistema de coparticipación federal de impuestos, con más recursos para las provincias y una distribución más equitativa. 2. Transparentar los criterios de asignación del gasto público y avanzar hacia un presupuesto por resultados. 3. Generar una política fiscal anticíclica. 4. Reformar el sistema tributario, mediante el aumento del Impuesto a las Ganancias y la reducción de los impuestos más distorsivos. 5. Fortalecer las instituciones responsables de debatir e implementar estas reformas.

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agenda pública del Bicentenario

necesarios para mejorar la calidad del gasto. Además, tal como hemos descubierto por las malas, la solvencia fiscal es fundamental para transitar el camino del crecimiento económico. El objetivo debería ser propender a una política fiscal anticíclica que suavice las fluctuaciones económicas y permita brindar un sistema de protección social integral para los más vulnerables ante las crisis. La Argentina ha sido un país que ha disfrutado vacas gordas, pero los gobiernos sucesivos no han sabido desarrollar la capacidad de ahorrar para las épocas de vacas flacas. Las reformas hasta aquí propuestas deberían ser consistentes con algunos cambios en nuestra estructura tributaria, que debería facilitar el crecimiento con equidad. Para ello, se tendría que aumentar el peso de los impuestos a las ganancias de las personas y reducir la recaudación de los impuestos más distorsivos, como el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios y los impuestos menos progresivos, como es el IVA, particularmente cuando pesa sobre los productos de la canasta básica alimenticia. El Impuesto a los Ingresos Brutos, importante fuente de recursos provinciales, podría ser sustituido por un impuesto al valor agregado, combinado con el impuesto nacional. El Impuesto a los Bienes Personales podría traspasarse a nivel provincial y la merma de ingresos para el gobierno nacional podría ser atenuada por un impuesto a la herencia. El objetivo debiera ser mejorar la progresividad del sistema tributario. Todas estas reformas requieren un intenso debate. Las decisiones unilaterales y centralizadas no funcionaron ni lo harán en el futuro. El ámbito natural para el debate plural de estos temas es el Congreso. Pero como estos asuntos son de gran complejidad, sería importante dotar a este cuerpo de cierta estructura técnica que pudiera apoyar este tipo de discusiones. En temas de presupuesto, concretamente, se recomienda la creación de una Oficina de Presupuesto

La inflación, una preocupación recurrente

en el Parlamento que favorezca la racionalización de los debates fiscales entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo. A comienzos del siglo XIX, dábamos los primeros pasos hacia la independencia. Hacia fines del siglo XIX sembrábamos la idea en el mundo de que la Argentina tenía un gran potencial de desarrollo económico y, entrado el siglo XX, cosechábamos la fama de ser un país con una importante clase media. Pero las sucesivas crisis y su impacto sobre las estadísticas sociales nos obligan a revisar estos motivos de orgullo nacional. Las dudosas estadísticas del INDEC muestran que al menos el 14% de la población es pobre, con registros que van desde el 9,3% en la Patagonia hasta el 25,6% en el noreste argenti-

no. Otras cifras muestran la tendencia de largo plazo al aumento de la desigualdad, tanto entre personas con distintos niveles de ingreso, como entre regiones. Para recuperar el orgullo de pertenecer a una Nación con crecimiento y sin pobreza, debemos comenzar a reformar nuestras instituciones y, por qué no, empezar por la asignación de los recursos públicos

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1. Carlos Alberto Floria y César A. García Belsunce: Historia de los argentinos, Tomo I, Ed. Larousse, Buenos Aires, Argentina, 1992. Págs. 298-299.



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PASADO

INSERCION INTERNACIONAL

Por un destino peraltado

ANDRES CISNEROS Ex vicecanciller

a compleja vida de un país puede abordarse de incontables maneras, y una de las más interesantes es la de su forma de relacionarse con el mundo: el grado en que utiliza a las relaciones internacionales para beneficio del proyecto nacional de su gente. Desde esa óptica, la Argentina es tomada como un caso de libro: le fue muy bien cuando se vinculó con el mundo y muy mal cuando se aisló de él. El corte temporal también aparece muy nítido: para el primer Centenario parecíamos tener, al decir de Ortega, “un destino peraltado,” pero al segundo Centenario estamos llegando con la capa muy caída. De hecho, nuestro país “nació,” comenzó a ser una Nación, a partir de una larga guerra civil (1820-1853/60) que, entre unitarios y federales, procuraba zanjar, precisamente, quién se quedaría con el control del puerto de Buenos Aires, esto es, con el control de nuestra conexión con el mundo. Para 1860, cuando esa Nación finalmente se articuló en un Estado, tres generaciones consecutivas de dirigentes argentinos estudiaron al mundo, nos insertaron en él, y llevaron adelante ese proyecto formidable que pasó luego a conocerse como el de la Generación del 80, un conjunto

L FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*JUAN B. ALBERDI

Fue el ideólogo de la “república posible” como una economía agrícola complementaria con el Reino Unido de la revolución industrial. La influencia de su pensamiento marcó a fuego el desarrollo del país.

*DOMINGO F. SARMIENTO

Fundador, como presidente de la Nación, de la república alberdiana, integrada al mundo por el comercio con Gran Bretaña y la apuesta por la inmigración europea.

*JULIO A. ROCA

Dos veces presidente y figura clave de la Generación del 80, fue el arquitecto de la Argentina potencia agrícola mundial estrechamente orientada hacia Europa.

de acuerdos básicos que no variaron aunque cambiaran los presidentes. Como resultado, para 1910 contábamos con el séptimo producto bruto per cápita del mundo y, por bastante tiempo más, nuestro Producto Bruto Interno (PBI) continuó siendo mayor que el de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil... sumados. Hoy, no alcanzamos a la cuarta parte del de Brasil. Nadie en el mundo se atrevía a ignorar a nuestro país, y todos los estadistas y estudiosos coincidían en que, cualquiera fuere el futuro del sistema internacional, la Argentina tendría, sin duda alguna, algo importante para decir. Es que aquellos compatriotas del 80 habían leído ventajosamente a la realidad internacional y supieron aprovecharla, generando un formidable crecimiento de nuestra producción agropecuaria para exportar masivamente, a favor de una suerte de globalización de aquella época, conocida como la revolución industrial europea, con centro en Gran Bretaña. Lo que los argentinos hicimos después con todo ese horizonte de riquezas y oportunidades, mayoritariamente desperdiciado, es harina de otro costal. Ese esquema tan favorable colapsó por causas internas y externas. Internamente, porque la república oligárquica de aquél entonces no pudo, no supo o no quiso concertar una transición armoniosa con los estamentos sociales emergentes, expresión de una


agenda pública del Bicentenario

Los granos, eje de la inserción internacional argentina

realidad distinta, que reclamaba ser reconocida. Y, externamente, porque luego de la crisis de 1929 el comercio mundial cambia por completo. Gran Bretaña pasa a comprarle mucho más a competidores nuestros que eran miembros de su Commonwealth y, a partir de allí, no supimos configurar una nueva inserción en el mundo que nos apalancara en nuestro desarrollo interno. No por casualidad, esa fractura se expresa en la doble dimensión de nuestra vida política, interna y externa:

en el mismo año, 1930, se interrumpen 70 años de vida constitucional y, al mismo tiempo, Gran Bretaña nos suelta la mano como proveedores privilegiados. A partir de allí, iniciamos cinco décadas de errático aislamiento, pérdida de la continuidad constitucional y severa declinación de nuestras posibilidades nacionales, sin encontrar un destino internacional provechoso. Aun los más benévolos observadores de nuestra trayectoria como país aceptan que la Argentina siempre estu-

vo para mucho más pero, por unas u otras razones, se retrasó enormemente en su desarrollo interno y su vinculación con el mundo, tan gráficamente expresado en los 80 por Samuelson: “Hay cuatro clases de países. Los desarrollados, los subdesarrollados, Japón y la Argentina. Resulta bastante difícil explicar cómo Japón, sin recursos naturales, pudo crecer de tal manera. Igualmente difícil explicar a la Argentina, que tiene todos los recursos y, para 1910, se perfilaba

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agenda pública del Bicentenario

como una gran potencia y, sin embargo, nunca pudo consolidar su expansión económica.” No resulta casual que ese medio siglo (1930-1983) de profunda inestabilidad política interna coincidiera con un cerrado aislamiento internacional, acentuado por conflictos permanentes con los vecinos, a quienes considerábamos sólo como hipótesis de conflicto o, a lo sumo, de recelosa vecindad. De hecho, no por casualidad, fue únicamente en los gobiernos constitucionales (Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi, Arturo Illia) que se intentó una verdadera apertura internacional, rápidamente abandonada por cada golpe posterior. Hizo falta esperar a los 80 y los 90 para que cambiáramos nuestro enfoque regional, pasando a considerar a nuestros vecinos como hipótesis de cooperación y asociarnos en el Mercosur, otra vez conectados con el mundo. En ese medio siglo, la pérdida de la calidad institucional funcionó como la causa central de nuestro desarrollo insuficiente y del bajo relacionamiento internacional. Es que en la lógica de la globalización, sólo progresan los estados que consiguen aunar dos cosas: un proyecto nacional en común y la inserción de ese proyecto en las locomotoras del escenario mundial. El segundo Centenario nos encuentra, al mismo tiempo, con una performance poco admirable pero con un horizonte internacional enormemente favorable. Desde hace unos 20 años, especialmente en los últimos 10, la

situación mundial tornó a presentársenos tan propicia como en aquellos tiempos de la Generación del 80. La revalorización de las materias primas agropecuarias, y su creciente demanda por parte de China y del sudeste asiático, configura un dato estructural, no de mera coyuntura: es una demanda que llegó para quedarse por un largo tiempo histórico. En pocos años, la Argentina podría exportar alimentos y materias primas para 300 millones de personas, el equivalente de dos Brasiles. Pero para ello necesita recuperar una inserción en el mundo que facilite las inversiones y tecnología que sólo se radican en países cuyas sociedades exhiben acuerdos básicos que perduran en el tiempo. Y, al mismo tiempo, de manera inseparable de lo anterior, una vida institucional segura y previsible, que nos torne atractivos para la inversión extranjera y, por sobre todo, para el retorno de nuestros propios capitales en el exterior, hoy equivalentes a la totalidad de la deuda externa. Para el segundo Centenario parecemos tenerlo todo disponible. Resta la decisión de organizarnos, generar políticas de Estado y repetir aquel asombroso progreso de hace 100 años. Es perfectamente posible. En un país donde suele explicarse a nuestros fracasos por la indiferencia de un mundo al que siempre se lo presenta como hostil, la paradoja argentina resurge como una evidencia incontrastable: la realidad internacional no podría sernos más favorable pero se le

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*ARTURO FRONDIZI

Rediseñó el modelo de sustitución de importaciones fuertemente asociado con los capitales internacionales. Su interrumpida presidencia (1958-1963) fue revalorizada con el paso del tiempo.

*CARLOS S. MENEM

Lideró un cambio histórico en la política exterior argentina: las “relaciones carnales” con los Estados Unidos. Consolidó el proceso de integración regional con la creación del Mercosur y el impulso a la desnuclearización y cooperación militar con Brasil y Chile.

sigue echando, precisamente a ella, la culpa de todo lo que nos pasa. No habrá desarrollo interno sin una correcta inserción afuera. El primer Centenario nos permitió exhibir los resultados formidables de 50 años de un esfuerzo asociado para salir al mundo y tener éxito en él. Este segundo Centenario bien puede encontrarnos resolviendo diferencias para tejer los acuerdos básicos que, en pocos años, nos permitan insertarnos en el mundo y nuestra región como un país que, otra vez, orgullosamente, tiene algo para decir

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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

Misión: reconectarse con el mundo Con una estrategia ofensiva y decidida de reinserción internacional, la Argentina podría aprovechar el contexto de un mundo cada vez más necesitado de los bienes que se producen en el país

l mundo brindará un espacio de enormes oportunidades para el nuevo presidente que asuma en 2011. Será necesario, sin embargo, eliminar las políticas distorsivas acumuladas en el último lustro para poder reconectar al país con las corrientes centrales del comercio y la inversión internacionales. Reducción de las retenciones, eliminación de todas las restricciones cuantitativas a las exportaciones y mejoras en el clima de inversión podrían ser los ejes de la agenda económica internacional del nuevo presidente. Sea quien sea el candidato que asuma la Presidencia en 2011, los dilemas de la inserción económica internacional de la Argentina estarán en el tope de las prioridades de la agenda de políticas públicas. La “era de la gran desconexión” que implicaron los últimos cinco años para la Argentina deja una pesada herencia para el próximo gobierno. En el campo financiero, la incapacidad de regresar a los mercados internacionales de crédito voluntarios dejó a la Argentina fuera de los flujos de financiamiento globales. Sumado

E LUCIO CASTRO Director del Programa de Inserción Internacional de CIPPEC

La era de la desconexión internacional que implicaron los últimos cinco años para la Argentina deja una pesada herencia para el próximo gobierno a un escenario de inflación elevada, la incertidumbre estadística acerca de las principales variables macroeconómicas, los controles de capitales y la creciente conflictividad sociopolítica han mantenido a la inversión extranjera y doméstica en niveles muy reducidos con respecto al resto de la región. En el campo del comercio exterior, fuertes restricciones a las exportaciones, sumadas a crecientes barreras a la importación, impiden a nuestro país aprovechar en toda su extensión un escenario internacional marcado por el crecimiento sostenido del mundo emergente, liderado por China, la India y Brasil. A su vez, la suma de políticas dis-


agenda pública del Bicentenario

El puerto de Buenos Aires sigue siendo una de las principales vías del comercio exterior

torsivas deja a la Argentina con un equilibrio de economía política de compleja resolución, con importantes grupos de intereses en favor de su continuación. Este equilibrio complejo demandará una delicada operación de alianzas domésticas para el gobierno entrante en la implementación de mejores políticas, en un contexto de posibles fuertes restricciones fiscales. Más allá de la compleja realidad local, es de esperar que en 2011 continúe el crecimiento del mundo emergente, lo que apuntalará la demanda de alimentos, con más de 1.400 millones de personas, en su mayoría de origen asiático, uniéndose a las filas de la clase media mundial. De acuerdo con The Economist, los precios de los alimentos han registrado una recuperación de un tercio desde diciembre de 2008, con un incremento del casi 50% en el precio de la soja. El motor es el triple proceso estructural de urbanización, industrialización y transformación alimentaria que experimentan las economías asiáticas. Estas tendencias estructurales

continuarán empujando a la demanda de productos alimentarios en el próximo lustro, brindando grandes oportunidades para la Argentina. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), hacia 2050 la población mundial alcanzaría los 96 mil millones de habitantes. Para poder satisfacer esta fuente de demanda adicional, la producción global de alimentos debería aumentar un improbable 70%. Por ello, se auguran precios entre el 15 y el 20% superiores a los actuales hacia 2015. Los países emergentes en su conjunto ya representan casi la mitad del Producto Bruto Interno (PBI) mundial. Las últimas proyecciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Interna-

OTRAS MIRADAS

Es de esperar que en 2011 continúe el crecimiento del mundo emergente, lo que apuntalará la demanda de alimentos que produce la Argentina

JULIA PERIE | Diputada por el Frente para la Victoria

En materia geopolítica, hay que defender la

soberanía nacional y nuestras fronteras, para combatir el narcotráfico y el lavado de dinero. En cuanto a lo económico, es necesaria la

producción plena planificada, con consumo

interno y exportación asegurada. Consolidar el Mercosur y la unidad latinoamericana. En lo social, fortalecer la defensa de los

derechos humanos de la región, como sustento de las democracias en América Latina.

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PROPUESTAS 1. Reconciliarse con la región y el mundo. Desarme de los conflictos con Uruguay, Brasil y los acreedores extranjeros. 2. Regresar a los mercados de crédito voluntarios internacionales. Salir del default como pre-condición para generar una ola de confianza para la inversión externa. 3. Reformas microeconómicas para la competitividad focalizadas en la energía y la infraestructura. 4.Vigorosa campaña de atracción a la inversión extranjera directa dirigida, en especial, a segmentos de mayor valor agregado de las cadenas transnacionales de producción.

cional (FMI) y las Naciones Unidas coinciden en que el crecimiento del mundo emergente duplicará al de los países desarrollados y sería una vez y media más alto en 2011. Este es el mundo de oportunidades de la Argentina de 2011, el mundo de los gigantes emergentes. Todas las proyecciones coinciden en que el próximo será un año de recuperación para la economía mundial. El FMI, el Banco Mundial y las Naciones Unidas prevén un crecimiento cercano al 2% del PBI mundial frente a una contracción de alrededor del 1,3% en 2009. Quizá en parte como reacción a los años de la gran desconexión, y de los recientes cambios en el panorama político del país, es posible avizorar el surgimiento de creciente consenso en la Argentina acerca de la necesidad de retornar al mundo. Las coincidencias emergentes parecen ser tres: reducción de los tributos más elevados a la exportación, eliminación de las restricciones cuantitativas que afectan sobre todo al trigo, al maíz y los lácteos, y remoción de las

La exportación de granos fue y es el eje de la inserción del país en el mundo

barreras que dificultan la importación de insumos. Es preciso transformar hacia 2011 este consenso negativo en una estrategia ofensiva y decidida de reintegración en los flujos mundiales de comercio e inversión que multiplique los efectos positivos de la liberación del potencial productivo argentino. Los puntales de esta estrategia deberían ser un verdadero relanzamiento del Mercosur como plataforma exportadora, una actitud proactiva en agricultura en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y una vigorosa campaña de atracción de la inversión extranjera –ligada con una intensa acción de mejoras microeconómicas del clima de negocios. Sólo el desmantelamiento de las restricciones a las exportaciones e importaciones, más una agenda ofensiva, permitirán terminar con la “gran desconexión” de la Argentina y aprovechar la oportunidad que nos seguirá brindando la recuperación de la economía mundial a partir de 2011

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agenda pública del Bicentenario

Economía

INDICADORES ECONOMICOS


agenda pĂşblica del Bicentenario

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INDICADORES ECONOMICOS


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PASADO

JUSTICIA

Una historia condicionada siempre por la política

EDUARDO ZIMMERMANN Historiador. Profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad de San Andrés

esulta difícil hacer una enumeración precisa de los hitos en la historia del Poder Judicial en la Argentina, o de la evolución de las políticas públicas en el área de la Justicia, de cara a nuestro Bicentenario, sin reconocer el extendido consenso sobre la situación crítica de nuestras instituciones judiciales. La tentación de buscar en un momento preciso de la historia la semilla de la declinación no parece ser un camino fértil. Sin embargo, ha sido uno frecuentemente transitado. Hubo quienes creyeron encontrar la clave en problemas de diseño institucional que podían rastrearse hasta la sanción de la Constitución Nacional o el establecimiento del Poder Judicial federal, en la segunda mitad del siglo XIX. Así, al exagerado optimismo en torno a las virtudes de una adaptación demasiado fiel del modelo norteamericano a una realidad muy distinta se le echó la culpa por los problemas de funcionamiento de la administración de Justicia desde muy temprano en el siglo XX. Para otros, la clave debe buscarse en coyunturas históricas concretas que habrían operado como un parteaguas: la acordada de la Corte de 1930

R

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*JUAN JOSE CASTELLI

Este abogado miembro de la Primera Junta de Gobierno, fue el responsable de desarrollar los argumentos jurídicos y políticos de la Revolución.

*JUAN BAUTISTA ALBERDI Jurista, político y escritor argentino, pensó la estructura de la Constitución de 1853.

JOSE BENJAMIN * GOROSTIAGA Abogado y político argentino, redactó el texto más importante de la Constitución de 1853 y fue miembro de la primera Corte Suprema de Justicia de la Nación.

y la supuesta consagración de la “doctrina de facto”; o el enjuiciamiento a los ministros de la Corte bajo el primer peronismo. Más recientemente, el retorno de la democracia en 1983 generó nuevas expectativas sobre el papel de las instituciones judiciales en la transición hacia el estado de derecho, que sufrieron un duro golpe con la ampliación del número de miembros de la Corte en 1989. Con las reformas estructurales de la década del 90, también la reforma de los aparatos judiciales fue puesta en la agenda pública. La reforma constitucional de 1994; la creación del Consejo de la Magistratura y la renovación de la Corte ofrecen en los últimos años abundante material para el análisis sobre los problemas del área. Paralelo a ese interés en el debate público por encontrar las claves del deterioro en el funcionamiento de la administración de Justicia en nuestro país, las ciencias sociales han desarrollado una intensa agenda de investigación sobre su evolución histórica, y sobre las condiciones estructurales que mejor garantizan la independencia del Poder Judicial y su rol en la consolidación del estado de derecho. El retorno del interés entre los historiadores por aspectos político-institucionales y el “regreso del Estado” en general como tema de investigación han alimentado una nutrida agenda de temas de investigación histórica sobre las instituciones judiciales, que ha sacudido un campo hasta


agenda pública del Bicentenario

En la Argentina, todavía hoy los expedientes se tramitan mayoritariamente en papel

hace poco sólo ocupado por los cultores de la tradicional historia del derecho. A su vez, reflejando en parte el auge en la academia norteamericana de los estudios de judicial politics, sociólogos, politólogos y economistas se han enfocado en las condiciones de emergencia y consolidación de la independencia judicial y sus distintas caras: la generación de mecanismos de accountability entre instituciones del Estado, y de la sociedad civil sobre ellas; la llamada “judicialización de la política” (y su peligrosa contracara, la politización de la Justicia) son algunos de los temas más frecuentemente visitados. ¿Qué elementos podemos tomar de estos estudios para entender mejor la evolución de nuestras instituciones judiciales y para iluminar una posible agenda del Bicentenario en torno a su mejoramiento? Por una parte, cierta perspectiva histórica nos ofrece la

posibilidad de apreciar las dificultades que la independencia judicial ha enfrentado a lo largo de toda nuestra historia, no sólo a partir del problemático siglo XX. Desde la complicada situación de los jueces de paz de la campaña rosista, pasando por los jueces federales que debieron enfrentar las rebeliones provinciales durante la etapa de organización nacional, los condicionamientos políticos de los jueces fueron siempre visibles. Durante el conflicto político de 1880 por la federalización de Buenos Aires y la candidatura del general Roca, la Corte Suprema era percibida como un actor político central, al punto que según señalaba un diputado roquista en La Prensa de junio de ese año, al considerar su posible intervención, “las gentes políticas cuentan con los dedos de antemano, el número de votos que habría en un sentido y otro, según la filiación política de sus miembros”. Sin duda, las

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

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MARGARITA ARGUAS Fue la primera mujer en ser ministra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con una trayectoria brillante tanto en la academia como en el Poder Judicial.

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CARLOS SANTIAGO NINO Filósofo y jurista, tras la restauración de la democracia en 1983, asesoró al presidente Raúl Alfonsín en cuestiones de derechos humanos e integró un comité para el estudio y diseño de reformas institucionales.

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agenda pública del Bicentenario

La imagen de la Justicia del Palacio de Tribunales

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA FLORENTINA * GOMEZ MIRANDA Abogada destacada por su labor en pos de los derechos de la mujer. Es una reconocida activista en temas de género, familia e igualdad.

décadas siguientes verían un agravamiento en cuanto a los condicionamientos políticos que la Justicia ha tenido que enfrentar en nuestro país, pero resulta conveniente disipar todo ensueño respecto a un pasado dorado de independencia y neutralidad absolutas. Desde la ciencia política y la nueva economía política se han desarrollado algunos de los estudios más impactantes sobre la forma en que los cambiantes contextos políticos –en América Latina en general, y en la Argentina en particular– han generado un comportamiento estratégico en los jueces, vinculando así la inestabilidad de nuestras instituciones con el tema de la independencia del Poder Judicial (Helmke, Iaryczower, Spiller y Tommasi). También desde la ciencia política, los estudios sobre el fenómeno reciente de la “judicialización de la política” en América Latina han incorporado el tema de la participación social (la llamada “accountability societal”) como mecanismo de control del Poder Judicial, con lo que se suma a la preocupación tradicional por el control político de los jueces una nueva dimensión

(O’Donnell; Smulovitz). Como bien se ha señalado, la movilización social en torno a cuestiones vinculadas con el Poder Judicial refleja, además, un reposicionamiento más amplio en las relaciones entre Estado y sociedad. Y esto plantea, para concluir, una importante cuestión: ¿cuál será el impacto sobre el estado de derecho en la Argentina de esta nueva forma de movilización jurídica que a través de la acción de organizaciones no gubernamentales introduce una fuerte demanda de mecanismos de transparencia y control sobre los jueces? Si por una parte ofrece todo el atractivo de una redefinición de las fronteras entre Estado y sociedad a través de nuevas formas de participación, por la otra abre el interrogante en torno a sus efectos, en un contexto de fragilidad institucional y fuerte proclividad al control político de la Justicia. En definitiva, el Bicentenario es también un llamado para promover una reflexión sistemática sobre los mecanismos políticos y sociales a través de los cuales debe iniciarse el necesario proceso de reconstrucción de nuestras instituciones judiciales

*



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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

Celeridad, control e independencia, metas para el futuro El Poder Judicial tiene pendientes reformas objetivas, algunas largamente demoradas, y un desafío más grande: un cambio profundo de prácticas que garantice la independencia de los jueces y una efectiva administración de Justicia

i bien la consolidación del sistema democrático operada a partir de 1983 implicó grandes transformaciones en el diseño y funcionamiento de los poderes del Estado, el Poder Judicial ha sido el menos afectado por tal transición. El impacto más trascendente, que ha sido la instauración del Consejo de la Magistratura, ha exhibido grandes deficiencias en la consecución de sus objetivos específicos, y dio lugar a polémicas y a graves observaciones acerca de su desempeño, sobre todo a partir de la última reforma legal. Existe consenso, entonces, en reformar nuevamente la regulación del Consejo, restableciendo el equilibrio y la pluralidad en su conformación y eli-

S MANUEL GARRIDO Director del Programa de Justicia y Transparencia de CIPPEC

OTRAS MIRADAS

minando los factores que han contribuido a su burocratización excesiva. Es de esperar que estas correcciones sirvan para recuperar la independencia subjetiva y objetiva de los jueces que de allí en más se designen. En cuanto a la naturaleza de los trámites judiciales, debe observarse con preocupación la perduración de sistemas predominantemente escritos, excesivamente formalistas y, consecuentemente, lentos. En tal magnitud que comprometen el derecho a acceder a una decisión en tiempo razonable. En consecuencia, debe consagrarse la oralidad en todos los procedimientos, iniciativa que con escasa suerte ha sido sostenida como una necesidad propia de un sistema

MARGARITA STOLBIZER | Diputada por el Gen

Redefinir el Consejo de la Magistratura, su

rol e integración equilibrada, para que la Justicia no esté sometida al poder político. Incorporar a la Justicia en un debate sobre

reforma del Estado, de modo que se asegure

un rendimiento eficaz y transparente, bajo la obligación del acceso a la información. Asegurar la autonomía e independencia a

través del presupuesto. Obligar a los jueces a pagar el Impuesto a las Ganancias.


agenda pública del Bicentenario

La Corte Suprema, en su nueva conformación, con un perfil más independiente

Deben consagrarse sistemas adecuados de responsabilidad y rendición de cuentas de jueces y fiscales, asegurando mayores niveles de acceso a la información pública democrático desde el reestablecimiento de la democracia en 1983. Debe comprenderse, por otra parte, que no basta con simples cambios o retoques de códigos procesales, sino que el desafío más grande y perdurable debe apuntar a un cambio de prácticas y de aproximación a la función por parte de los operadores del sistema de Justicia. Sería deseable que se dictase una ley de amparo que se ajuste al nuevo texto constitucional y a la agilidad necesaria para hacer efectivos los derechos en juego, corrigiendo los defectos que exhibe el decreto-ley aún vigente. En relación con el proceso penal

federal, debe eliminarse el sistema actualmente vigente, reemplazándolo por uno acusatorio. Además, es hora de que se cumpla de una vez por todas con la Constitución, estableciendo el juicio por jurados, saldando el déficit democrático existente al respecto. Ello requerirá modificar también las leyes de organización de los tribunales y la Ley Orgánica del Ministerio Público, para adecuarlas al nuevo sistema. La reforma de la Ley del Ministerio Público debe establecer una mayor flexibilidad para la asignación de casos, dejando a un lado la perjudicial y autóctona idea del “fiscal natural” y estableciendo límites a la potestad omnímoda del procurador general de la Nación, que en el esquema actual carece de controles o contrapesos serios pese a ser la cabeza de un poder y gozar de una posición vitalicia. Es necesario también reducir el tiempo de duración de los procesos, racionalizando el sistema recursivo y reduciendo la carga de los tribunales de apelación, incluida la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

PROPUESTAS 1. Reformar el Consejo de la Magistratura, restableciendo el equilibrio en su composición y reduciendo los riesgos de burocratización. 2. Consagrar la oralidad en todos los procesos. 3. Adoptar un proceso penal federal de naturaleza acusatoria, con jurados populares. 4. Reducir significativamente el tiempo de los procesos. 5. Acelerar la transferencia de competencias a la Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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agenda pública del Bicentenario

Pese a la voluntad manifestada en ese sentido, debe incrementarse la racionalización de la cantidad de causas que allí deben resolverse. Además, es necesario que se acelere, en estos años, el traspaso de competencias a la Justicia de la ciudad de Buenos Aires, garantizando a ésta la

OTRAS MIRADAS

plenitud de la jurisdicción que le reconoce el texto constitucional de 1994 y contribuyendo, así, a una mayor racionalidad derivada de la necesaria desconcentración de órganos. Deben, por otra parte, consagrarse sistemas adecuados de responsabilidad y accountability de jueces y fisca-

RICARDO GIL LAVEDRA | Diputado por la UCR

Sancionar una nueva ley de enjuiciamiento cri-

minal federal, que consagre el sistema acusatorio y permita perseguir más eficazmente los delitos complejos. Modificar la integración del Consejo de la

Magistratura y establecer el llamado anticipado de concursos. Iniciar una reforma judicial que permita el acceso de los sectores desfavorecidos, con métodos alternativos de resolución de conflictos.

les, asegurando mayores niveles de acceso a la información pública inherentes a los órganos judiciales y del Ministerio Público. En el mismo sentido, corresponde hacer efectiva en ese ámbito la aplicación de las normas vigentes en materia de ética pública. Deben contemplarse, por otro lado, mecanismos innovadores que posibiliten una participación más activa de la ciudadanía en la administración de Justicia. Y otros, que resuelvan conflictos que tradicionalmente el sistema no resuelve, por ejemplo, avanzando en el establecimiento de una Justicia de pequeñas causas o menor cuantía

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Los reclamos a la Justicia reflejan las deficiencias de un sistema que requiere reformas profundas



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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

Casi todo por hacer El país debe consolidar las reformas positivas aprobadas años atrás en materia de transparencia y lucha contra la corrupción, potenciar los órganos de control y dar impulso efectivo a una ley de acceso a la información pública

ientras que en el ámbito internacional ya se habla de una nueva frontera en la lucha contra la corrupción, en nuestro país no hemos podido consolidar ni siquiera las tibias reformas encaradas a fines de la década del 90 y comienzos de esta década. Una agenda del Bicentenario en materia de transparencia y lucha contra la corrupción necesariamente deberá consolidar las reformas positivas encaradas en algún momento, modificar aquellas políticas que han exhibido deficiencias y cubrir el vacío existente en múltiples aspectos, adoptando todas las políticas públicas en la materia que el país se ha comprometido a implementar en las normas internacionales vigentes.

M MANUEL GARRIDO Director del Programa de Justicia y Transparencia de CIPPEC

OTRAS MIRADAS

Urge cumplir con la ley de ética pública, constituyendo la Comisión Nacional de Etica Pública u otro órgano adecuado que lo reemplace Esos compromisos son numerosos y variados. Pese a ello, la Argentina ha sido morosa en su implementación, tal como lo demuestran las sucesivas evaluaciones encaradas por los organismos internacionales. La naturaleza federal de nuestra organización política requiere que las políticas anticorrupción se impulsen

SILVANA GIUDICI | Diputada por la UCR

Propiciar el acceso a la información pública,

por medio de una ley que garantice este derecho fundamental. Reformular el INDEC, ya que la información

estadística puede considerarse un insumo

básico para proyectar políticas públicas y planificar la actividad privada. Sancionar una ley de distribución de la

publicidad oficial, que asegure un reparto equitativo y transparente.


agenda pública del Bicentenario La Argentina aún no tiene una ley nacional de acceso a la información

tanto a nivel nacional como en cada una de las provincias, que se caracterizan por un panorama muy disímil. La Ley de Etica en el Ejercicio de la Función Pública, adoptada por imperativo del artículo 36 de la Constitución Nacional, invita a las provincias a adoptar normativas similares, lo que sólo ocho han hecho1. Urge cumplir con la Ley de Etica Pública, constituyendo la Comisión Nacional de Etica Pública u otro órgano adecuado que lo reemplace. Y las provincias deben adoptar y aplicar mecanismos similares, especialmente en materia de declaraciones juradas de funcionarios públicos, control de conflictos de interés y códigos de conducta. Esa Comisión nunca fue constituida, lo que afecta el rol de control y principalmente de elaboración y propuesta de políticas públicas anticorrupción que debía desempeñar. Esto también ha generado una aplicación desigual de esta normativa entre los distintos poderes del Estado, lo que debe corregirse sin más demora. Semejante panorama se aprecia en materia de acceso a la informa-

ción, donde a nivel nacional sólo se cuenta con un decreto, lo que ha generado una aplicación limitada al Poder Ejecutivo Nacional, dispar a su interior y articulada en torno a órganos extremadamente débiles. La sanción de una ley nacional de acceso a la información es vital para revertir ese panorama. Semejante proceder debe adoptarse en todas aquellas provincias que no poseen una legislación similar, ya que sólo 12 provincias contemplan normativas sobre la cuestión y no todas respetan los estándares internacionales en la materia. Esa legislación debe contemplar órganos de aplicación fuertes y la necesidad de elaborar y poner a disposición del público cierta información básica,

OTRAS MIRADAS

En materia de órganos de control, el panorama es desolador. Tienen que repararse las deficiencias que existen en el diseño de estos entes

independientemente de la existencia de requerimientos específicos. El acceso a información pública esencial que debe elaborar el Estado impone también la regularización del INDEC, estableciendo salvaguardas para que su desempeño y la veracidad de las estadísticas que elabora no vuelvan a ser avasallados.

MARTIN SABBATELLA | Diputado por Nuevo Encuentro

Leyes y medidas para garantizar el libre

semidirecta para aumentar el control social.

acceso a la información y la rendición de cuentas.

Sancionar una ley de fideicomiso ciego para

Promover normas y mecanismos de partici-

pación ciudadana e institutos de democracia

que quienes ejercen un cargo público de relevancia no gestionen negocios privados mientras están en funciones.

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agenda pública del Bicentenario

Debe corregirse el caos existente en materia de selección, designación y promoción de funcionarios públicos, eliminando la inusitada pluralidad de regímenes existentes. En materia de órganos de control el panorama es desolador. Tienen que repararse las deficiencias que existen en materia de diseño de estos entes, dotándolos de las facultades necesarias para que puedan cumplir adecuadamente con su rol. Debe

tenerse en cuenta la necesidad de intercambiar información entre los distintos organismos y establecerse mecanismos que garanticen su independencia técnica, de modo tal que no queden a merced del arbitrio exclusivo de los eventuales titulares del Poder Ejecutivo. Deben corregirse, entonces, las deficiencias existentes en el funcionamiento de la Oficina Anticorrupción, la Fiscalía de Investigaciones Adminis-

OTRAS MIRADAS

LAURA ALONSO | Diputada por el Pro

Impulsar leyes y políticas integrales de acceso a la información pública y de gobierno abierto. Crear un régimen de protección de denunciantes y testi-

gos de actos de corrupción en la administración pública.

PROPUESTAS 1. Cumplir con las obligaciones asumidas en la Convención Interamericana contra la Corrupción, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y la Convención de la OCDE contra el soborno transnacional. 2. Hacer plenamente aplicable la legislación de ética pública, estableciendo el órgano de aplicación y extendiéndola a todas las provincias. 3. Dictar una ley nacional de acceso a la información y legislación semejante en todas las provincias, estableciendo órganos de aplicación y obligaciones de transparencia activa. 4.Corregir la regulación de los órganos de control e investigación de la corrupción, dotándolos de la competencia e independencia necesarias. 5.Transparentar y simplificar los regímenes existentes de selección, designación y promoción de funcionarios públicos.

trativas, la Sindicatura General de la Nación y la Auditoría General de la Nación. Semejantes criterios deben guiar el diseño de los órganos de control en las provincias, cuyos entes de control exhiben un desigual diseño, grados de independencia y competencias. Debe regularse la protección de los denunciantes y testigos de buena fe de hechos de corrupción. Los deno-

Menem y María Julia Alsogaray se convirtieron en íconos de la corrupción de los 90

Diseñar e implementar un amplio e integral sistema de compras electrónicas en las contrataciones del Estado, que elimine la discrecionalidad y los sobreprecios.


agenda pública del Bicentenario

El escándalo de la valija de Guido Antonini Wilson fue de los primeros que estalló en la era kirchnerista

minados whistleblowers constituyen una fuente esencial de detección de hechos de corrupción, que en nuestro país carecen de una tutela efectiva. En la misma línea, tendría que contemplarse la reducción de penas de los partícipes que aporten información valiosa en investigaciones de corrupción. Es necesario encarar el problema de la grave impunidad de la

corrupción que existe en nuestro país y progresar en la identificación y recuperación de activos provenientes de la corrupción. La experiencia argentina impone, asimismo, la necesaria regulación y control de la utilización de fondos reservados por parte de los órganos de inteligencia, punto sobre el cual existe un proyecto de ley elaborado

por la Oficina Anticorrupción que jamás fue considerado, pese a los reiterados escándalos de corrupción provenientes de esta fuente

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1. Chaco, Chubut, Jujuy, La Rioja, Río Negro, San Juan,

Santa Cruz y Santiago del Estero.

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agenda pública del Bicentenario

PASADO

INSTITUCIONES DEMOCRATICAS

La ilusión aún lejana de una democracia plena

LUIS ALBERTO ROMERO Investigador principal del Conicet. Director del Centro de Estudios de Historia Política de la Universidad de San Martín

esde la Revolución de Mayo, se supo que la Argentina sería una república democrática, aunque el principio de la voluntad popular se confundiera con otro, parecido pero distinto: la voluntad de los pueblos. Todo lo demás debía ser construido, ensayando y rectificando. Entre 1810 y 1880, las luchas por el poder no pasaron por la democracia, en ninguna de sus formas, sino por la guerra civil, en la que se discutió si la nueva república sería unitaria o federal. Pero en los intervalos y las treguas fueron apareciendo los elementos de la política democrática. La representación del pueblo, que estuvo presente en todas las asambleas y congresos. El sufragio, que en Buenos Aires fue universal para los varones adultos desde 1821. Las elecciones, que en ocasiones fueron disputadas y en otras fueron unánimes. La opinión pública, que animó tanto el debate de ideas como la confrontación facciosa. También la política de calles, la manifestación multitudinaria de opiniones e intereses. Pero el problema principal fue en esos años la conformación del Estado que impusiera la ley y construyera las instituciones republicanas. Este Estado estaba en pie en 1880. Sus autoridades eran legítimamente elegi-

D

das por sufragio universal masculino, aunque en los hechos poca gente votaba y los gobiernos podían construir con facilidad los resultados electorales. La práctica de estos gobiernos electores fue vigorosamente impugnada desde 1890, cuando la Unión Cívica reclamó la vigencia de la Constitución y la pureza del sufragio. Por su parte, un grupo de dirigentes encaró la reforma electoral, consagrada en 1912. Les preocupaba cómo consolidar la lealtad con el estado de la población –que había crecido espectacularmente– y cómo bloquear la acción de las minorías contestatarias. La solución se encontró en la obligatoriedad del sufragio, para obligar a los habitantes a hacerse ciudadanos, y en su credibilidad, asentada en el secreto del cuarto oscuro. “Quiera el pueblo votar”, afirmó Sáenz Peña, combinando lo imperativo con lo desiderativo. La ley contempló otras cuestiones clave: la representación de las minorías y el aliento a los partidos, que se esperaba que fueran “de ideas”. La Ley Sáenz Peña presidió la primera experiencia democrática, que se extiende entre 1916 y 1955, es decir, de Yrigoyen al primer Perón. Su contexto fue una sociedad en expansión, móvil, con una gran capacidad de inte-


agenda pública del Bicentenario

Urnas, ícono de las elecciones libres, una conquista del Centenario que costó consolidar hasta entrado el último cuarto de siglo

gración y de formación de ciudadanos activos, conscientes y participativos. Con la ampliación de la participación se instaló la política de masas, con sus liderazgos plebiscitarios, sus partidos que eran movimientos, sus consignas, símbolos y mitos. La institucionalidad republicana se resintió con la presencia de estos nuevos actores y procedimientos. Un punto neurálgico fue el Congreso –el contrapeso del Ejecutivo y el lugar del debate, el acuerdo y la negociación– que fue postergado o excluido por presidentes que agregaron a los generosos poderes constitucionales aquellos otros que derivaban de su legitimidad plebiscitaria. Otra tensión derivó del cruce de la política de masas con el proceso de nacionalización de la socie-

dad. Tanto el yrigoyenismo como el peronismo –con sus diferencias de grado y forma– se atribuyeron la representación única del pueblo y de la Nación e identificaron a sus adversarios con los enemigos del pueblo o de la Nación. Esa denegación del otro, que recibió una respuesta simétrica de las oposiciones, le dio a la política de masas un fuerte tono faccioso, que impidió procesar las diferencias de manera positiva y civilizada. Este clima de intolerancia creó las condiciones para las intervenciones del Ejército que, a más de sus razones propias, concurrió al poder convocado por alguna de las facciones en pugna. Entre 1955 y 1983 la democracia representativa cayó en un cono de sombras. Influyó la proscripción del

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*MARIANO MORENO

Figura decisiva de la Revolución de Mayo, secretario de la Primera Junta de Gobierno y fundador de La Gazeta de Buenos Aires. Murió joven, en 1811, en plena época de convulsión.

ROQUE SAENZ PEÑA * Gobernó entre 1910 y 1914 y bajo su liderazgo se sancionó la ley que instauró el sufragio universal, secreto y obligatorio, un hito decisivo en el desarrollo democrático de la Argentina.

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agenda pública del Bicentenario

FIGURAS QUE *MARCARON LA HISTORIA

*HIPOLITO YRIGOYEN

Fue uno de los fundadores y el máximo líder del primer partido de raíz popular, la Unión Cívica Radical. Fue elegido presidente dos veces. Con el golpe que lo derrocó en 1930, se inicia la dramática era de inestabilidad institucional sólo cortada en 1983.

*JUAN DOMINGO PERON

Tres veces elegido presidente de la Nación, fundador del Partido Justicialista, venerado y cuestionado por igual, Perón dejó una huella fuerte en la historia que persiste con absoluta actualidad en los días del Bicentenario.

El voto femenino se institucionalizó en 1947, promovido por Eva Perón

peronismo y la creciente injerencia de las Fuerzas Armadas. Las corporaciones constituyeron una suerte de parlamento negro, donde dirimieron sus conflictos sin necesidad de los partidos y del Congreso. A fines de los años 60 comenzó un asombroso proceso de movilización social. Impulsados por la ilusión de una transformación radical de la sociedad, generaron nuevas prácticas políticas, como la democracia directa o la movilización de calles. También se desarrolló un elemento ajeno a cualquier tradición democrática: la violencia asesina y la insurgencia armada. Ambos elementos –el participativo y el militar– coexistieron, con peso diferente, bajo el gobierno constitucional electo en 1973. En 1976 la dictadura militar eliminó a ambos de una manera terrible. Curiosamente, su discurso justificatorio no excluyó la referencia a la auténtica democracia, que su obra regeneradora restablecería. En 1983 comenzó la segunda gran experiencia democrática, la actual. Su proyecto sacaba su fuerza de los horrores de la dictadura. La nueva

Desde la hiperinflación de 1989 el país vivió en emergencia. Eso se convirtió en un argumento con el que el Poder Ejecutivo obtuvo del Congreso un conjunto de facultades que desbalancearon el equilibrio republicano

democracia habría de ser republicana, consensual y fundada en el estado de derecho. También podría solucionar los problemas más urgentes. Pero a poco de andar la sociedad argentina comenzó a advertir que la democracia realmente construida era diferente y bastante inferior que sus prospectos. Desde la hiperinflación de 1989 el país vivió en emergencia. Pero, además, la “emergencia permanente” se convirtió en un argumento con el que el Poder Ejecutivo obtuvo del

Congreso un conjunto de facultades que desbalancearon fuertemente el equilibrio republicano. Los gobiernos apelaron al viejo discurso del pueblo contra sus enemigos, carente ya de todo poder de convencimiento. Una parte de la clase política se incorporó al tradicional elenco de prebendados saqueadores del Estado. Finalmente, el empobrecimiento de la sociedad conspiró contra la formación de ciudadanos y estimuló la producción del sufragio por parte de los gobernantes, que volcaron para ello recursos estatales a través de los distintos circuitos del nuevo mundo de la pobreza. Hay también elementos para un balance positivo. Las elecciones se hacen regularmente y los opositores llegan al gobierno. Si los ciudadanos ralean, la opinión pública se mantiene activa, y recientemente ha retomado su interés por las cuestiones institucionales. En materia de democracia estamos lejos de la ilusión de 1983, pero mucho más lejos de las turbulencias de los 60 y 70, y en las antípodas de los horrores de la dictadura

*



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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

Una agenda presidencial para fortalecer el Estado Generar y mantener políticas estratégicas de largo plazo y limitar la tendencia al hiperpresidencialismo son dos condiciones de primer orden para mejorar la capacidad de los gobiernos y alentar un desarrollo sostenido

a legitimidad de un gobierno nace el día de las elecciones y se robustece o deteriora en el ejercicio del poder. Los casos de Michelle Bachelet en Chile, de Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil y de Tabaré Vázquez en Uruguay exhiben tres presidencias que finalizan con una alta legitimidad a partir de una demostrada capacidad de gobierno. En estos países, al igual que en la Argentina y en otros ejemplos de la región (Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y Venezuela), existe una tendencia manifiesta hacia la presidencialización de la política1. Esto es, la opinión pública centraliza en la figura presidencial las expectativas y la evaluación social sobre los éxitos y fracasos del gobierno. Si bien todos los gobiernos de la región comparten la tendencia a la presidencialización, las respuestas y capacidades de cada uno ante ese fenómeno difieren. En algunos países, entre los que se encuentra la Argentina, la Presidencia concentra cada vez más prerrogativas y funciones en detrimento de otros poderes del Estado y de una institucionalidad

L

FERNANDO STRAFACE Director ejecutivo y ex director del Programa de Política y Gestión de Gobierno de CIPPEC

estatal con autonomía y especialización. Estos rasgos corresponden al llamado “hiperpresidencialismo”, a partir del cual el presidente centraliza el proceso de decisión sobre las políticas y se ocupa casi personalmente de su gerenciamiento político, comunicacional y técnico. Por el contrario, los casos de Chile, Brasil y Uruguay se destacan por la convivencia de presidentes fuertes con una estructura estatal de carácter estratégico, que asegura continuidad en las políticas, capacidades y procesos para que el presidente pueda transformar las decisiones políticas en buenas políticas públicas2. La diferencia entre ambos modelos radica en la capacidad para gobernar y producir transformaciones estratégicas para el desarrollo del país. El “hiperpresidencialismo” lleva consigo el germen de su propio deterioro. A la larga, el debilitamiento del Estado y sus instituciones reduce la capacidad de gobierno y trasluce la paradoja de “un presidente fuerte de un gobierno débil”. De allí a la pérdida de legitimidad del presidente y su gobierno hay un camino muy corto, y


agenda pública del Bicentenario Todavía hay tibias señales de apertura a un control ciudadano de la gestión

En un sistema como el argentino, entre la pérdida de legitimidad de un presidente y la de su gobierno hay un camino muy corto. Eso tiene un costo muy alto para la calidad de las políticas públicas un costo muy alto para la calidad de las políticas públicas en el país. El programa de gestión pública en la Argentina debe orientarse a aumentar las capacidades de gobierno de la Presidencia, desalentando el “hiperpresidencialismo” y fortaleciendo los espacios estratégicos de autonomía y profesionalización del Estado. Esto requiere traspasar los límites de una mera reforma administrativa del Estado y pensar la acción de gobierno como una sociedad entre un Estado profesional y una gestión política estratégica. El presidente debe orientar su capital y accionar político hacia la defini-

ción de la agenda estratégica del gobierno, la comunicación política y la construcción de consensos para sus políticas dentro y fuera del país. La gestión del gobierno debe estar liderada por una Jefatura de Gabinete (JGM) que actúe a la manera de un Chief of Staff (de Estados Unidos) o de una Oficina de la Presidencia (Brasil, Chile). No hay una fórmula deseada para el número de ministros que integran el gabinete. Pero deben establecerse gabinetes sectoriales coordinados por el JGM para articular políticas (la respuesta a la Gripe A fue un buen ejemplo de ello) y visualizar intereses en conflicto. El gobierno debe enunciar al inicio del período un marco estratégico de resultados que refleje las prioridades presidenciales a partir de metas e indicadores de impacto económico y social. A la manera de Séneca, “no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”. Ese marco enuncia ante los actores políticos (el gabinete y los bloques legislativos) y la opinión pública qué preocupa y de qué se ocupará el presidente3. Las metas presidenciales abren el

PROPUESTAS 1. Es fundamental crear las condiciones para generar y mantener políticas de Estado a resguardo de los vaivenes políticos. 2. Dotar al Estado de un cuerpo gerencial basado en el mérito, que ayude a pensar las políticas públicas. 3. Garantizar la independencia de organismos estratégicos, como la AFIP, el INDEC y los entes reguladores. 4. Limitar el presidencialismo y delegar el peso de la gestión en una figura como el jefe de Gabinete. 5. Fomentar el diálogo político en las etapas de transición.

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agenda pública del Bicentenario

El jefe de Gabinete, en uno de sus informes obligatorios al Congreso

camino para un mercado político de resultados de gobierno. El desafío es convertir los resultados de la gestión de gobierno en un tema político relevante, que interese a los actores del Gobierno, a la oposición y a la opinión pública. La JGM puede promover esta dinámica, liderando dentro del gabinete el modelo de gestión por resultados, y rindiendo cuentas ante el Congreso y la opinión pública. Al inicio de cada año el presidente debería explicitar los principales compromisos gubernamentales y sus metas, mientras que el JGM tendría que dar

cuenta de los avances en cada una de sus visitas al Congreso. A su vez, el Parlamento debería convertir la discusión presupuestaria en un debate sobre el valor por dinero que involucra la propuesta presupuestaria; sobre el retorno político, social y económico de cada posible destino de financiamiento. La Presidencia dispondrá de mejores políticas públicas en la medida en que cuente con un cuerpo gerencial en el Estado meritocrático, con un alto nivel de formación y con remuneraciones competitivas respecto del

sector privado. Además, a partir de las buenas condiciones de institucionalidad logradas en los últimos años (con el Convenio Colectivo del Sector Público), deben implementarse incentivos por desempeño institucional e individual (Brasil, Chile, Colombia y México son buenos ejemplos). Para atraer a los mejores graduados al Estado podría instaurarse el Programa Presidencial de Graduados, y establecer, además, vínculos de intercambio entre gerentes públicos y privados. En los últimos años, los argentinos asistimos al deterioro de instituciones


agenda pública del Bicentenario

OTRAS MIRADAS

ADRIAN PEREZ | Diputado por la Coalición Cívica

Impulsar la transparencia en la gestión pública. Mejorar el funcionamiento de las instituciones judiciales y de los organismos de control, de manera que pueda garantizarse su independencia del poder político.

A inicios de cada año el presidente debería explicitar sus principales metas, mientras que el jefe de Gabinete debería dar cuenta de los avances en sus visitas al Congreso

centrales para la calidad de gobierno en el país: discrecionalidad en el manejo de fondos públicos, asignación de “superpoderes” que debilitan el balance republicano, pérdida de independencia del INDEC, de los entes reguladores de servicios públicos, del Banco Central y de organizaciones públicas asignadoras de precios y beneficios sectoriales. El servicio exterior ha estado sujeto en distintos gobiernos al exceso de influencia política y a la pérdida de capacidades presupuestarias y técnicas4. Resulta fundamental crear en el aparato estatal las condiciones necesarias para generar y mantener políticas de Estado en ámbitos estratégicos para el país, resguardándolas de los vaivenes políticos, los cambios de gobierno y la ocasional voluntad de confundir conducción política con

Reconstruir la credibilidad e independencia de organismos técnicos de vital importancia, como el INDEC, el Banco Central y la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA).

cooptación institucional. Esto puede lograrse a través de acuerdos legislativos para garantizar la independencia de instituciones estratégicas (como la AFIP, la ANSES, el SENASA y los entes reguladores), acompañados de estabilidad en las posiciones gerenciales de estas organizaciones, renovables hacia la mitad de cada período de gobierno. Algunas iniciativas en materia de gestión pública han logrado trascender más allá de los gobiernos de turno y, como tales, merecen ser continuadas y profundizadas. Es el caso de las Cartas Compromiso con el Ciudadano, el Consejo Federal de la Función Pública y el proceso de negociación colectiva entre el Estado y los sindicatos de trabajadores del sector público. Para finalizar, vale la pena mencionar un desafío generalmente poco valorado en nuestro país como factor determinante de la calidad de un nuevo gobierno: el período de transición presidencial. Cuando cambia el signo político de un gobierno (o aun frente a un presidente distinto del mismo signo político), debe asegurarse la provisión de información estratégica sobre las áreas de gobierno y el manejo prudente de decisiones que comprometan a la nueva administración. Esto requiere un marco de diálogo entre la adminis-

tración saliente y el equipo de transición del nuevo gobierno, así como protocolos de información previamente definidos y elaborados con anterioridad a la elección5. El stock inicial de legitimidad de cada gobierno se define el día de la elección. La calidad del ejercicio del gobierno determina los flujos positivos o negativos que afectan la gobernabilidad. Una agenda de políticas para incrementar la capacidad de gobierno en la Argentina requiere fortalecer las instituciones profesionales del Estado y transformar las decisiones del sistema político en buenas políticas públicas

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1. Algunos sistemas parlamentarios europeos (Gran

Bretaña, Italia, España) tampoco están exentos de esta tendencia y tienden a fortalecer las prerrogativas de los primeros ministros en detrimento del Parlamento. 2. El manejo de la política exterior en Brasil es un buen ejemplo de esta dinámica. 3. Colombia, Brasil, Costa Rica y México son buenos ejemplos de una institucionalidad asociada con el plan de gobierno de cada presidente. 4. En este campo la comparación tradicional es con la Cancillería de Brasil (Itamaratí), la cual representa un ejemplo de profesionalismo y estabilidad de las políticas entre los distintos gobiernos para la defensa del interés nacional. 5. Uruguay, los Estados Unidos y Brasil cuentan con iniciativas formalizadas en este tema.

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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

El vínculo entre los partidos y el Estado El camino al Bicentenario requiere una revisión de los códigos que permiten a las estructuras partidarias conquistar espacios estatales y hacer uso discrecional de sus recursos, en detrimento de la institucionalidad democrática; hay que incorporar la reforma político-administrativa en la agenda pública

a Argentina celebra su Bicentenario con una democracia técnicamente consolidada, pero de una muy baja calidad e intensidad. Podemos decir que atravesamos el primer período de democracia consolidada de nuestra historia, en el sentido de que el sistema de reglas básicas de la democracia constitucional ha devenido en el único juego admisible para la inmensa mayoría de los actores políticos y sociales (“the only game in town” en la clásica definición de Juan Linz y Alfred Stepan). Pero precisamente por ello, la discusión de nuestro tiempo no es ya entre democracia y otras formas alternativas de legitimidad política sino sobre el tipo de democracia existente. En particular, preocupa en la Argentina la calidad del régimen democrático. Naturalmente, la calidad de nuestra democracia en sus diferentes dimensiones se ve lesionada por un sinnúmero de factores, incluyendo aquellos de naturaleza económica y cultural. Existe una cuestión esencial que afecta a la institucionalidad democrática en múltiples formas y que no ha merecido hasta aquí mayor atención en la agenda de la reforma

L GERARDO SCHERLIS Investigador asociado del Programa de Política y Gestión de Gobierno de CIPPEC

Existe en el país una práctica aceptada por todos los partidos según la cual cada fuerza política está facultada a colonizar los espacios del Estado que logra conquistar

política. Me refiero a la aguda interpenetración entre estructuras partidarias y aparatos estatales. Existe en el país una práctica tácitamente aceptada por todos los actores partidarios según la cual cada fuerza política está facultada a colonizar los espacios del Estado (nacional, provincial o municipal) que logra conquistar y a hacer un uso discrecional de los recursos financieros y organizativos asociados con dichas estructuras estatales con fines partidistas. Se trata de un código implícito que, al menos en cierta medida, todos los partidos comparten. La construcción de organizaciones


agenda pública del Bicentenario Los partidos políticos enfrentan el desafío de un cambio de cultura

políticas demanda recursos materiales, que en la Argentina surgen en forma habitual de los retazos del Estado que cada cual puede capturar y de los beneficios que logre obtener a partir del control de esos espacios. La interpenetración entre partidos y oficinas públicas llega en algunos casos, como por ejemplo en el sector de medios públicos o en las áreas de desarrollo social, a un nivel cercano a la fusión. Este tipo de vínculo lesiona la institucionalidad democrática en al menos tres modos fundamentales. En primer lugar, deteriora las condiciones de equidad para la competencia política. La calidad de los procesos electorales se ve seriamente menoscabada cuando aquellos que controlan los presupuestos y la infraestructura que provee el aparato estatal pueden hacer libre uso de ellos para beneficio partidista. Segundo, estimula el funcionamiento prebendario de los partidos. La dinámica relacional entre partidos y oficinas públicas lleva a los primeros a reproducir sus estructuras y dirimir sus conflictos internos sobre la base del uso de los recursos estatales de los

que disponen los funcionarios políticos. Los partidos devienen, así, en organizaciones paraestatales constituidas a partir de la provisión de puestos y otras prebendas, en detrimento de su dimensión programática y de sus capacidades para la gestión. Finalmente, esta interpenetración atenta contra la posibilidad de contar con un Estado con la voluntad y las capacidades para promover e implementar políticas públicas eficientes. La otra cara de la moneda de los partidos que se constituyen y reproducen como organizaciones a partir de la colonización de las agencias públicas es, precisamente, un Estado débil y torpe, permeable a la rapiña de los funcionarios y a los intereses

OTRAS MIRADAS

particularistas de amigos del poder y de los lobbies corporativos; incapaz de tratar a los ciudadanos como iguales y de garantizar los derechos fundamentales. La efectiva modificación del patrón de relación entre partidos y Estado depende en gran medida de una profunda reforma político-administrativa que, asegurando la facultad de los funcionarios electos de controlar los procesos de decisión política, impida la colonización y uso particularista de las estructuras estatales por los partidos gobernantes. Mientras tanto, pueden sugerirse algunas propuestas más modestas, susceptibles de ser adoptadas en el corto plazo, que evitarían los efectos

FEDERICO PINEDO | Diputado por el Pro

En los próximos 10 años la Argentina debe

apuntar a eliminar la pobreza por medio de la creación de empleo y de la educación.

cargo de la gestión del Estado. La unidad regional y la aparición de una nueva economía en el Este de Asia abren una oportunidad enorme.

La inserción internacional, junto con una polí-

Nada será posible sin una educación de cali-

tica común de transporte y energía, permitirá aportar a ese desarrollo. Es otro desafío clave para la política y para los que quieren hacerse

dad para todos, con mediciones de resultados, asignación de presupuesto por escuela y por alumno y salida laboral.

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agenda pública del Bicentenario

Cómo votar es todavía fruto de intensos debates

más nocivos que el vínculo entre partidos y Estado tiene sobre los problemas mencionados, y en particular sobre el primero de ellos, la equidad de la competencia política. Crear un sistema universal, equi-

PROPUESTAS 1. Restringir de manera drástica la participación de funcionarios públicos en las campañas electorales. 2. Regular la publicidad oficial para evitar el uso propagandístico. 3. Pensar un sistema equitativo y transparente de financiamiento de la política, con fuerte énfasis en el control de los gastos de campaña y de funcionamiento partidario. 4. Fomentar la existencia de medios públicos independientes del poder político de turno. 5. Darle más facultades a la justicia electoral.

tativo y realista de financiamiento público de la actividad partidaria. El sistema de financiamiento debe ser riguroso en el control de los gastos, no sólo de las campañas, sino del funcionamiento cotidiano de los partidos. Regular la publicidad oficial, de modo tal que sirva para garantizar la publicidad de los actos de gobierno y no para propaganda. Garantizar la independencia de los medios de comunicación públicos, para que sean en efecto medios públicos y no medios del partido gubernamental. Restringir severamente la posibilidad de que los funcionarios públicos participen de las campañas electorales. Traspasar a la justicia electoral las decisivas facultades que hoy tiene el Poder Ejecutivo en materia de organización y administración del proceso

electoral, incrementadas por la reforma de 2009. Discutir, para el mediano plazo, la conformación de un ente autónomo que cumpla esas funciones. Implementar mecanismos de votación que reduzcan la necesidad que tienen hoy los partidos de reclutar enormes masas de fiscales para controlar la elección. Esta necesidad condiciona las dinámicas organizativas de los partidos y su relación con el Estado, ya que la provisión de cargos y prebendas aparece como la fuente natural para este reclutamiento. Al limitar los efectos perversos sobre la equidad y limpieza de los procesos electorales, estas medidas implicarían una mejora sustancial en la institucionalidad democrática. La agenda de la reforma política en el país ha estado hasta aquí centrada en la intención de recuperar el vínculo perdido entre partidos y ciudadanos, pero ha tendido a ignorar la discusión sobre el vínculo entre los partidos y el Estado. La propuesta consiste, en definitiva, en asumir la imperiosa necesidad de incorporar esta cuestión a la agenda pública sobre la reforma política

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agenda pública del Bicentenario

FUTURO

Muchas funciones; escasos recursos Queda mucho camino por recorrer para conseguir la consolidación y el fortalecimiento de los municipios; cumplir con los mandatos de autonomía es otra de las grandes deudas pendientes

os 200 años que cumplen la Revolución de Mayo y la Declaración de la Independencia argentina constituyen una buena oportunidad para reflexionar sobre la identidad de los argentinos, la unidad nacional, y el sentido de pertenencia de todos los ciudadanos que habitan este país. Y qué mejor que reflexionar sobre estos valores poniendo el foco en los gobiernos locales, esa porción del Estado más cercana a los ciudadanos, allí donde los lazos de vecindad y pertenencia son más directos. Estos espacios de relacionamiento casi directo entre representantes y representados han sufrido grandes transformaciones, sobre todo en el último cuarto de siglo; transformaciones que los han puesto en un lugar cada vez más relevante para el día a día de los argentinos. Los gobiernos locales fueron ocupando mayores responsabilidades, sumando competencias, roles y funciones, y aumentando el impacto de sus intervenciones sobre la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, y son diversos los desafíos que deben enfrentar los líde-

L NICOLAS FERNANDEZ ARROYO Director del Programa de Desarrollo Local de CIPPEC

res y decisores locales en pos de la consolidación y fortalecimiento de estas instancias de gobierno. El Bicentenario se encontrará, por tanto, con la deuda del reconocimiento de la autonomía municipal por parte de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza, a partir de la reforma de sus Constituciones provinciales, en consonancia con el mandato del artículo 123 de la Constitución Nacional. Este desafío vendrá acompañado de la necesidad de reforzar el ejercicio de la autonomía para los casos en donde el reconocimiento formal ya existe y avanzar en el dictado de cartas orgánicas en los casos que corresponda. Hoy, existen más de 200

Habrá que reflexionar sobre la división real de los municipios de la provincia de Buenos Aires, con 135 gobiernos locales que enfrentan porciones de población que piden la autonomía


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Una planta de reciclado de residuos en la ciudad de Buenos Aires

OTRAS MIRADAS

GERARDO MILMAN | Diputado por el Gen

Aceptar y promover el replanteo de la

coparticipación federal para que a las provincias los recursos le lleguen en el tiempo y la forma que les corresponden. No sólo hay que respetar sino promover la

autonomía municipal para que los intendentes impulsen el desarrollo local de acuerdo con

municipios que, pudiendo autonormarse, aún se rigen por la Ley Orgánica de Municipios de sus provincias. En términos institucionales, habrá que reflexionar sobre la división real, más allá de la formal, de los municipios de la provincia de Buenos Aires, con 135 gobiernos locales que frecuentemente se encuentran frente a porciones de población que luchan por su reconocimiento como municipios independientes (como la reciente escisión de Lezama del partido de Chascomús), y la gran dimensión de algunos municipios del conurbano, que conjugan múltiples localidades con identidades en competencia. El Bicentenario encontrará a los principales decisores públicos revi-

sus genuinos intereses. Incluso, que generen estrategias propias de vinculación internacional. Favorecer la conectividad entre las

secretarías municipales de la producción y los ministerios provinciales correspondientes.Y fijar políticas preventivas de salud y seguridad.

sando los procesos de descentralización de funciones en la órbita municipal, haciendo hincapié en una descentralización más justa de los recursos, acorde con las responsabilidades que asumen. Los gobiernos locales se apropian de (o se les asignan) cada vez más funciones, pero siguen representando sólo el 8% del gasto público consolidado entre los tres niveles de gobierno. Un ejemplo relevante en este sentido es la prestación de servicios de salud pública local, la cual fue asumida por muchos municipios casi en su totalidad y hoy reciben de su provincia porcentajes que apenas superan un tercio del presupuesto que deben gastar para poder ofrecer un servicio con niveles aceptables de calidad.

Es importante que los municipios puedan contar con más recursos propios que les permitan mayor capacidad de inversión pública, social y en infraestructura


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Un basural a cielo abierto en La Matanza

PROPUESTAS 1. Aumentar la participación municipal en el gasto público consolidado. 2. Lograr mayor modernización de las gestiones municipales y crear un sistema nacional de datos y estadísticas municipales. 3. Instrumentar políticas concertadas de desarrollo local, a través de la articulación de los sectores público, privado y sociedad civil. 4. Reformar las Constituciones de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza, para que aseguren el reconocimiento de las autonomías. 5. Avanzar con el dictado de cartas orgánicas municipales.

En este mismo orden de cuestiones, es importante que los gobiernos locales puedan contar con más recursos propios que les permitan mayor capacidad de inversión pública, social y en infraestructura. Para ello, deberán pensar en sistemas tributarios más justos, progresivos, con un uso del suelo más eficiente, que generen mayores niveles de riquezas a partir de la atracción de inversiones privadas y el aprovechamiento de fondos de cooperación internacional para proyectos de fortalecimiento de las instituciones locales y de desarrollo económico local. Todo esto será posible sólo si se hace una apuesta clara hacia el fortalecimiento de los liderazgos locales,

tanto del departamento Ejecutivo como del deliberativo, así como la institucionalización de los canales de participación ciudadana en el proceso decisorio y la definitiva incorporación de las nuevas tecnologías en la gestión municipal, a partir de la cual pueda adaptarse la gestión a las nuevas

OTRAS MIRADAS

generaciones de “nativos digitales”. El refuerzo de las identidades locales de cara al Bicentenario deberá darse en el marco de un mejor funcionamiento de las instituciones democráticas, el crecimiento equitativo y el desarrollo constante de los gobiernos locales

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PAULA BERTOL | Diputada por el Pro

Implementar una política pública de resolu-

binomio madre-hijo.

ción pacífica de conflictos, que nos permita bajar el nivel de agresión y violencia en el debate.

Mejorar la educación pública, mediante el

Reforzar políticas de salud, con foco en tres

cuestiones: la prevención de enfermedades, la lucha contra las adicciones y la protección del

impulso de un plan de alfabetización y la promoción de una escuela y universidad que formen además de contener. Es necesario que desarrollen su programa de estudio de acuerdo con las necesidades del país.



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Instituciones Democráticas


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HITOS


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HITOS


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DIFERENCIAS

El largo camino a la escuela, en José Mármol, a 70 kilómetros de Charata

Dos hermanos juegan con el peligro en un pozo ciego del barrio El Sifón, en Tucumán

Ciencia y diversión en un jardín de infantes en Belgrano


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El “tren blanco” de los cartoneros corre todos los días entre la Ciudad y el conurbano

Soldados del Ejército fumigan chozas de la comunidad wichi en Formosa

El hospital Rossi, durante la epidemia de gripe A

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DIFERENCIAS

Empiezan las clases en la escuela de montaña de San José de Chasquivil, en Tucumán

La ruta 11 bajo el agua, en la entrada a Resistencia

Humboldt y Niceto Vega, postal clásica de las inundaciones porteñas


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Clases de geografía en un secundario privado

El inicio de clases en una escuela rural del Norte, después de un largo paro

Un laboratorio de ciencias con alumnos de los tres niveles en el colegio Río de la Plata

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DIFERENCIAS

El muro de la discordia, que se levant贸 entre San Isidro y San Fernando

Desnutrici贸n, pobreza y poco acceso a la educaci贸n, un flagelo cotidiano


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Sol y juegos en una playa de Caril贸

Chicos que trabajan en la calle se refrescan en una fuente de Buenos Aires

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PROTAGONISTAS

* PRIMERO HAY QUE CONSTRUIR EL BARCO

a conmemoración del Bicentenario ofrece un marco propicio para pensar la Nación. Más allá de las diferencias entre la Argentina de 1910 y la actual, es sabido que la sensibilidad político-cultural que se generó en torno al Centenario influyó de manera notable en el universo político de la época. El Bicentenario es una nueva oportunidad para reflexionar sobre nuestro país y sobre las condiciones contemporáneas que lo definen como sociedad. Para esa reflexión es necesario partir de un reconocimiento de la crisis que atravesamos, de la que todos tenemos alguna responsabilidad, por acción u omisión. La nueva cuestión social y la falta de calidad institucional son dos signos distintivos de esta profunda crisis. La desigualdad, la pobreza, la fragmentación, la falta de cohesión social y la desesperanza, que se miden no sólo con indicadores de ingreso, son realidades de la Argentina reciente, que contrastan con un pasado de fuerte movilidad social ascendente. Un país que en lo esencial no ha perdido su capacidad de generar riquezas, con

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índices de pobreza, indigencia y desigualdad como los de los últimos años, refleja una nueva cuestión social que es ética antes que económica. Asimismo, el deterioro de la calidad institucional es un problema de valores, que da cuenta de la incapacidad para acordar reglas claras y luego someterse a ellas. Esta debilidad institucional y la falta de disposición al diálogo y a la concertación impiden encontrar soluciones eficaces ante la crisis social; por el contrario, la refuerzan. Debemos responder a esta situación con políticas de Estado que requieren, para ser sustentables en el tiempo, su apropiación social, es decir que la sociedad las asuma, las defienda como propias y las sostenga en el tiempo. No se trata entonces de definir un par de medidas, sino de pensar en un proyecto estratégico que fije prioridades y otorgue sentido a las distintas acciones que son necesarias en el campo político, social, económico y cultural. Este proyecto colectivo debe estar encarado en dirección a resolver positivamente las principales dificultades de la

CARGO: gobernador de Santa Fe PARTIDO: Socialista EDAD: 66 Consiguió ser el primer socialista en ganar una Gobernación en la Argentina. Gobernó la Municipalidad de Rosario durante ocho años y ahora, bajo su liderazgo, el Partido Socialista se ilusiona con un crecimiento nacional que no conocía desde hace décadas.

Argentina de hoy. Se trata de construir una sociedad con solidaridad, participación y transparencia, en la cual la educación, que nos hace libres, y el trabajo, que nos hace dignos, ocupen el centro de las prioridades nacionales. Este año 2010 es propicio para convocar a la ciudadanía con el fin de aportar a la construcción de un barco, un proyecto estratégico de Nación, de largo alcance, sin el cual es muy difícil tener un rumbo para el país. Sabemos que la Argentina atraviesa una situación compleja, y estamos convencidos de que sólo por el camino del estudio de la complejidad de la realidad y de la construcción de consensos podremos encontrar una salida al laberinto de la política actual. En 1910 se trataba de democratizar la república, lo que se alcanzó con la reforma de Sáenz Peña en 1912. Ahora tenemos la esperanza de que el Bicentenario inaugure un nuevo tiempo: el de conquistar una verdadera institucionalidad republicana, sostener la democracia política y garantizar la democracia social que es el hogar de la ciudadanía

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HERMES BINNER

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PROTAGONISTAS

* LA EDUCACION Y LA SALUD COMO PILARES

a Argentina de los últimos 70 años se ha caracterizado por marchas y contramarchas. En muchos casos, hemos perdido identidad como Nación al no haber encontrado un modelo de desarrollo que nos incluya a todos. La Argentina del Bicentenario debe encontrarnos unidos, y es responsabilidad de los líderes políticos generar los ámbitos de discusión para poder alcanzar puntos de acuerdo. Es a través de la generación de consenso en políticas de

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Estado que vamos a construir el país del futuro. El consenso es la base de mi propuesta porque fue así como logré transformar radicalmente la provincia de Chubut: integrando a los más necesitados, con un Estado presente que pone al hombre y a la familia en el centro de todas sus políticas públicas e incentivando fuertemente la inversión privada, motor de la economía y la producción. Esto no se logra generando divisiones, sino alentando las coinci-

dencias y beneficios de un proyecto en común. Porque cuando tenemos grandes desafíos, necesitamos de grandes hombres. Y esta grandeza es la que impulsamos a través del diálogo intersectorial, que permite poner sobre la mesa las necesidades de todos –trabajadores, empresarios, Estado– para construir un futuro que nos una. A su vez, tenemos que pensar en la Argentina moderna y emprendedora que siempre soñamos. Y nuestro modelo de desarrollo tie-


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MARIO DAS NEVES

ne que sustentarse en dos pilares fundamentales: educación y salud de calidad, universales y gratuitas. La educación y la salud han sido históricamente un diferencial de nuestra sociedad frente al resto de América Latina. Debemos recuperar la excelencia de nuestros sistemas educativo y sanitario con un presupuesto que priorice las partidas para estas áreas, porque una integración real es imposible sin educación y sin salud. Siempre hemos dicho que la

Argentina es un país rico. Sin embargo, esta riqueza nunca se distribuyó en forma equitativa. No tendremos un país grande, desarrollado, moderno e integrado en el mundo si no generamos políticas de Estado vinculadas con la producción industrial, agropecuaria, de las energías renovables, el agua potable y los hidrocarburos. Estos serán la base de nuestro impulso económico a nivel mundial, y a su vez el sustento de nuestro desarrollo social

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CARGO: gobernador de Chubut PARTIDO: PJ EDAD: 58 Fue diputado nacional y director de la Aduana. Después de ganar su reelección en Chubut, anunció su intención de recorrer el país para convertirse en candidato presidencial. Es uno de los gobernadores peronistas que tomó distancia del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.


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* FRANCISCO DE NARVAEZ

CARGO: diputado nacional PARTIDO: Peronismo Federal EDAD: 56 Viene del mundo empresario y llegó al Congreso de la mano de Eduardo Duhalde. Ya con un proyecto propio, derrotó a Néstor Kirchner en las elecciones legislativas de 2009. Ahora se debate entre competir por la Gobernación bonaerense o directamente por la Presidencia.

on el kirchnerismo se termina una forma de gobernar. La respuesta popular del 28 de junio de 2009 marca el comienzo de una etapa con un nuevo modo de concebir y de hacer política en nuestro país. Necesitamos para esta construcción, líderes del pensamiento pero también de la acción. Debemos trabajar para restablecer los pilares de nuestra democracia, con instituciones fuertes y en funcionamiento, como el Congreso, la Justicia y la prensa libre. Con canales abiertos permanentemente al diálogo entre

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oficialismo y oposición, donde se escuchen todas las voces. Necesitamos más y mejor democracia. Queremos un país con ascenso social, como el que las familias argentinas gozaban hace 30 o 40 años. Podemos recuperar lo que alguna vez distinguió a nuestro país: la posibilidad de una fuerte clase media. No podemos tolerar que se haya roto la tradición de que las nuevas generaciones estarán mejor que las anteriores. Brasil lo está haciendo: 27 millones de pobres entraron a la clase media en los últimos cuatro años.


PROTAGONISTAS

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LOS ARGENTINOS * DEBEMOS MARCAR UN NUEVO RUMBO

Por eso estamos trabajando en un Proyecto de Desarrollo Nacional. Una visión integral que abarca la reducción de la pobreza, el pleno empleo, la educación y salud de calidad, el desarrollo de infraestructura, la seguridad física y jurídica, y una estrategia de inserción internacional. Un modelo que no busque sólo índices fríos de crecimiento mientras que la Argentina entera está en decadencia: queremos menos pobres, un país más seguro, gente más educada, trabajadores calificados y con sueldos dignos. El progreso familiar no puede

venir sólo de los planes sociales, mucho menos de la asignación por hijo para familias pobres. Son instrumentos necesarios pero no suficientes para una pobreza que significa carencia de educación, de salud, de vivienda, de agua, cloacas y asfalto. No queremos un país donde la última opción sea asistir a la escuela pública y cada vez más chicos intenten ingresar en las privadas, escapando de los paros y la baja calidad educativa. Debemos devolverle el prestigio a la educación pública argentina. Vamos a reformarla drásticamente para que contenga a los jóvenes que hoy eligen las calles. Vamos a impulsar la doble jornada, que fomente la innovación y el emprendimiento y cree el puente hacia el mercado laboral. Queremos un país seguro, donde podamos salir a la calle sin miedo. Con una policía proactiva que prevenga los delitos, una Justicia ágil y un sistema penitenciario que reinserte a los detenidos en la sociedad. Debemos dejar de ir detrás de los hechos y comenzar a actuar para evitar que sucedan.

Esta es la Argentina a la que aspiramos en 2020. Queremos ser los convocantes para que la construcción de este proyecto nacional, de aquel país que soñaron Perón, Frondizi e Yrigoyen, se plasme en una visión de largo plazo consensuada entre la dirigencia política, empresaria, sindical, religiosa y académica, entre otras. No es caprichoso pensar esta “Nueva Nación” en el marco del Bicentenario, frente a un contexto internacional que podemos aprovechar para encarar una transformación de nuestro país, dejando de lado años de atraso, de improvisación, de falta de políticas de Estado. Vamos a tener una dirigencia honesta y comprometida que, observando al mundo, traslade lo mejor a nuestra sociedad. Si todos quienes aspiramos a ejercer los más elevados cargos públicos asumimos esta responsabilidad, el Bicentenario con seguridad será recordado, décadas más tarde, como el comienzo de un giro para el bienestar futuro de la sociedad argentina

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PROTAGONISTAS

* UNA VISION OPTIMISTA “ES UNA MALA COSTUMBRE AFIRMAR QUE LOS PENSAMIENTOS AJENOS SON MALOS, QUE SOLO LOS NUESTROS SON BUENOS Y QUE QUIENES SOSTIENEN PUNTOS DE VISTA DISTINTOS DE LOS NUESTROS SON ENEMIGOS DE LA PATRIA.” MAHATMA GANDHI

artamos de un diagnóstico que, creo, compartimos todos: en los últimos 50 años la calidad de vida de los argentinos se ha deteriorado notablemente, no importa si analizamos los grandes números de la macroeconomía o los datos elementales del bolsillo y la feria. Tampoco si apoyamos nuestros razonamientos en las herramientas metodológicas de la sociología y la antropología o en la lectura de los datos cotidianos de la calle. Los argentinos percibimos con claridad que, en algún momento de la segunda mitad del siglo pasado, perdimos el rumbo. Y, como en las novelas de aventuras, sólo nos dimos cuenta de que estábamos extraviados cuando pasamos por tercera o cuarta vez por el mismo lugar. Es quizás esa sensación de recurrencia la que más invita a algunos de mis compatriotas al desaliento. Soy, sin embargo, un incorregible optimista. Y no porque me ancle a la fe irracional del alucinado, sino porque anoto junto a los datos negativos otros positivos que me ratifican la sólida fe del creyente. El principal es que cada vez son más los argentinos convencidos de que la Argentina que nos merecemos será fruto de la aplicación a ultranza de unos po-

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cos principios fundamentales. El primero de ellos está resumido en el pensamiento de Gandhi que encabeza estas reflexiones. Afortunadamente, la mayoría de los argentinos hemos aprendido que la definición de política como confrontación permanente, tan característica de los años 70, ya no funciona en estos tiempos, y lo que se impone es el consenso, el diálogo –dialogar es fundamentalmente escuchar– y el respeto por la diversidad de las ideas. Este principio debe impregnar no sólo a la política, sino a la sociedad en su conjunto. De otra manera, ni el mejor intencionado de los gobernantes podrá conducir a una ciudadanía irritada, que llama expresarse a gritar sin oír razones y que ejerce el derecho propio pisoteando el de los demás. El segundo principio, hijo directo del anterior, es que debemos alumbrar, en 2011, un gobierno patriótico de unidad nacional. La era de los personalismos y los liderazgos hegemónicos llegó a su fin. Y el tercero, consecuencia de los dos anteriores, es establecer un compromiso alrededor de ciertos temas fundamentales, entre los que, desde mi punto de vista, deberían estar: La puesta en marcha de un pro-

grama estratégico productivo, que incluya la recuperación de nuestra mayor fuente de crecimiento en el último quinquenio, esto es, el potencial agroindustrial como base de las exportaciones y de la reconquista de mercados perdidos y la definición de políticas energéticas a mediano y largo plazo. La democratización republicana, con un retorno a los mandatos constitucionales, el respeto de los poderes del Estado y el pleno restablecimiento del Poder Judicial. La implementación efectiva de medidas de control y auditoría, que


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EDUARDO DUHALDE

transparenten la gestión de gobierno y el accionar de los funcionarios. La lucha concentrada contra las mayores expresiones del fracaso administrativo argentino: la pobreza y la exclusión, y la inseguridad ciudadana. Este Bicentenario es una excelente oportunidad para dar respuesta a una pregunta cardinal: si los argentinos vamos a permanecer anclados en los viejos enfrentamientos del siglo XX o vamos a entrar, decididamente, en las normas de convivencia y consenso que rigen la política global del siglo XXI.

La Argentina tiene en la mano todas las cartas de triunfo para encaminarse en un nuevo rumbo. Solamente tenemos que jugarlas bien. Si lo hacemos, en pocos años, podemos ser miembros de una comunidad orgullosa por su capacidad para producir y para ofrecer trabajo y oportunidades a todos sus habitantes. Ese país no está, es cierto, a la vuelta de la esquina. Pero tampoco es, como parecen creer algunos, un remedo de la Utopía de Tomás Moro. Y de esta forma habremos de homenajear cabalmente a los próceres a los que hoy recordamos

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CARGO: ex presidente de la Nación PARTIDO: PJ EDAD: 68 Durante años fue el líder indiscutido del poderoso peronismo bonaerense. Aceptó asumir la Presidencia de la Nación en medio de la gravísima crisis de 2001-2002 y gobernó el país durante un año y medio de extrema tensión. Se había retirado, pero acaba de anunciar su intención de competir por la Presidencia en 2011.


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* MAURICIO MACRI

CARGO: jefe de Gobierno porteño PARTIDO: Pro EDAD: 51 Empezó como empresario, se hizo famoso como dirigente de Boca Juniors y saltó a la política como una expresión novedosa después de la gran crisis de 20012002. Ganó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad en 2007 y no oculta sus intenciones de ser presidente.

stamos cerca de nuestro Bicentenario como Nación. Cien años atrás, la Argentina era la novena potencia mundial, el país más importante de América Latina. Hoy, 100 años después, estamos obligados a repensar estratégicamente las políticas de Estado que son fundamentales para el desarrollo de nuestro país y para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Es imprescindible que impulsemos políticas a largo plazo, que nos permitan hacer frente a la pro-

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blemática social de la Argentina, poniendo el acento en revertir sus principales carencias: un sistema de salud de calidad, políticas de promoción de empleo, y seguridad para todos los argentinos. Debemos poner el foco en la educación, que es determinante en las oportunidades de desarrollo de las personas, y debe ser uno de los ejes centrales de cualquier gobierno. Es fundamental consolidar un sistema educativo de excelencia. Los jóvenes son los protagonistas de la Argentina que se viene y de


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HAY QUE * REPENSAR LA ARGENTINA

nosotros depende darles las herramientas para forjar su futuro. Sin educación, no hay salud ni trabajo. Y el trabajo es fundamental para terminar con la pobreza, la exclusión y la inseguridad. También es importante liderar el proceso por el cual el país pueda integrarse al mundo. El mundo no debe ser visto como una amenaza sino como una oportunidad; no podemos darnos el lujo de aislarnos y desconocer el potencial que genera la inserción internacional. La Organización de Naciones Uni-

das para la Agricultura y la Alimentación (FAO) identificó tres países que están en condiciones de contribuir a satisfacer el inexorable crecimiento de la demanda mundial de alimentos: India, Brasil y la Argentina. Por lo tanto, debemos aprovechar las oportunidades que nos ofrece la coyuntura internacional. El campo es un pilar fundamental en este proceso, por la riqueza que genera y porque es un símbolo del esfuerzo y de los valores de los argentinos. Necesitamos un Estado con políticas estables y reglas claras, que nos permitan atraer las inversiones necesarias para transformar nuestra infraestructura, que es fundamental para integrarnos no sólo hacia afuera sino también hacia adentro, y para motorizar otras industrias clave como la minería, el turismo, la automotriz, la fabricación de maquinaria agrí-

cola y la petroquímica. Debemos luchar por una Argentina más federal e integrada para alcanzar el desarrollo que necesitamos. En el país existen muchas empresas con ganas de crecer. El Estado debe cumplir con su rol de facilitador y promotor de las condiciones necesarias para el crecimiento de las Pyme, que constituyen un motor fundamental de la economía de nuestro país. Si hace 200 años fuimos capaces de construir un país grande, lo podemos volver a hacer. Este Bicentenario tenemos la oportunidad de refundar nuestro país y volver a forjar un proyecto sustentable. El compromiso para lograrlo es de todos. Los invito a cada uno de los ciudadanos a asumir ese compromiso y aportar al cambio que necesita la Argentina para volver a ocupar el lugar que merece

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PROTAGONISTAS

* EL CAMINO HACIA UN ESTADO SOCIAL SOLIDARIO

omo en los últimos tiempos, durante los próximos años el tema económico prevalecerá en el debate nacional. Esta discusión, que se reitera desde la recuperación de la democracia, nos encuentra frente a una situación no desconocida pero sí profundizada: la precariedad institucional. La diferencia entre un país estable y previsible no pasa en el siglo XXI por la naturaleza del debate sino por el marco institucional y el horizonte social que lo preceden. Tal situación de desajuste institucional debilita una de las aristas básicas de la democracia. Hoy contamos con una democracia que cumple con la legitimidad de origen

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(elecciones populares), con la legitimidad de ejercicio (estado democrático de derecho); pero que no logra legitimar su finalidad (garantizar, materializar y extender los derechos sociales). La acción política en democracia nos convoca a perseguir el bienestar general y, para ello, requerimos instituciones transparentes que vehiculicen políticas de Estado progresistas. La reparación del marco institucional requiere básicamente voluntad política y vocación republicana. Su diseño está enunciado en la Constitución, contrarreformada de hecho en los últimos seis años. Sería necesario recomponer el rol constitucional del jefe de Gabinete,

dotar de equilibrio al Consejo de la Magitratura, fortalecer la presencia opositora en los organismos de control, equilibrar el sistema de distribución de recursos entre la Nación y las provincias, usar con responsabilidad institucional los decretos de necesidad y urgencia y las facultades delegadas, lo que otorgaría al sistema institucional argentino el equilibrio que, aun previsto en la Constitución, se ausenta en la práctica. En lo que respecta al modelo social, actualmente existen dos esquemas de distribución: aquel que distribuye a través del ingreso de la población (modelo individualista), y aquel que distribuye a través del gasto (modelo solidario).


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ERNESTO SANZ

En el primero, el Estado centra sus acciones en los individuos y procura que estos cuenten con el ingreso necesario para proveerse las condiciones mínimas de vida. En el segundo, el Estado procura garantizar los servicios públicos estructurales: vivienda, red de agua potable y cloacas, transporte, salud, educación y seguridad. Servicios que los individuos no pueden proveerse por sí mismos. Este segundo esquema posee, como valor fundamental, la reconstrucción de lo “público”, el valor multiplicador de la integración social. Siguiendo este marco de sociedad, fundada en principios solidarios e integradores, deberemos

avanzar, a su vez, en temas como: crecer a una tasa sostenible y no a la máxima posible en el corto plazo, lograr previsibilidad y seguridad jurídica, gravar el sistema financiero, generar empleo formal, incentivar a las Pyme, promover una cultura emprendedora y con un empresariado comprometido, democratizar el sindicalismo, realizar una reforma tributaria progresiva y concretar el federalismo de concertación. El Estado Social Solidario, basado en instituciones previsibles, es el horizonte a alcanzar, un Estado que, al garantizar y proveer los aspectos estructurales de una sociedad, otorgue a la población las bases para desarrollarse en libertad

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CARGO: senador nacional por Mendoza PARTIDO: UCR EDAD: 53 Fue elegido en 2009 presidente de la Unión Cívica Radical, después de haber conducido durante cuatro años el bloque de senadores de su partido. Ganó las últimas elecciones en Mendoza y aspira a que el radicalismo vuelva a ser gobierno en el país.


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* FERNANDO SOLANAS


PROTAGONISTAS

CARGO: diputado nacional PARTIDO: Proyecto Sur EDAD: 74 Cineasta multipremiado, entró en el Congreso por primera vez en los años 90. Tras un largo paréntesis, volvió a la política activa en las elecciones de 2009, con un gran desempeño en la ciudad de Buenos Aires, donde su Proyecto Sur quedó segundo.

ncluso desde antes de su nacimiento, Proyecto Sur viene estudiando y proponiendo medidas tendientes a mejorar las condiciones de vida de los argentinos, con la mira en retomar la senda del desarrollo, redistribuir la riqueza e incrementar la soberanía. En este sentido, reconstruir la red ferroviaria no es un capricho. El ferrocarril unifica e integra al país, al tiempo que facilita el intercambio comercial y favorece el desarrollo de economías regionales. Otra de sus consecuencias sería la creación de decenas de miles de puestos de trabajo en el servicio y en la industria necesaria para su reactivación. Además, tendría un impacto en la disminución de los accidentes en las rutas, cifras que se disparan a partir del cierre de los ramales y el incremento del tránsito vehicular. La reconstrucción de la flota marítima es otra medida de alto impacto. Permitiría la creación de puestos de trabajo en los astilleros y el país se ahorraría una parte de los 3.000 millones de dólares que gasta en fletes.

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POR UNA * DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

La investigación y auditoría de la deuda externa es esencial para distinguir la parte de ella que es legal (y se debe pagar) de la parte mayoritaria que tiene un origen fraudulento y, por lo tanto, no se debe pagar. La deuda externa es la mayor estafa de la historia del país. Ha devorado la riqueza generada por los trabajadores argentinos en los últimos 30 años y es una de las causas principales de la devastación social de las últimas décadas. Mientras la Argentina continúe pagando todos los años las cifras monumentales que paga esos recursos faltarán para escuelas, salud o pago del 82% móvil. La ecuación es simple: el incremento en los pagos de deuda externa incrementa la dolorosa deuda social interna. Acabar con las exenciones impositivas y los subsidios a petroleras, mineras, bancos, exportadoras y grandes grupos trasnacionales permitiría una importante liberación de recursos. Esos subsidios y exenciones no tienen razón de ser porque se trata de sectores que tienen una altísima tasa de ganancia, que reinvierten poco y que no gene-

ran un círculo virtuoso de inversión, desarrollo y creación de empleo. Además el Estado debe recuperar para sí la explotación de los recursos naturales. También es necesaria una reforma impositiva que gradualmente modifique la estructura regresiva por una progresiva: no es justo que el litro de leche en un barrio pague altos impuestos mientras las operaciones financieras gocen de exenciones. Y por último hay una política que es clave, porque es la llave para otras, y la garantía para no desviarse. Democratizar las instituciones, que el ciudadano tenga poder real de decisión y que no se limite a votar una vez cada dos años resulta imprescindible para impedir que sea una pequeña fracción –una red mafiosa, clientelar y corrupta– la que defina el futuro del país. Proyecto Sur sostiene que debemos superar la actual democracia delegativa por una democracia participativa. Sólo el compromiso y la participación de todos garantizarán que no sean unos pocos los que definan el país en el que queremos vivir

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BICENTENARIO


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Mural del bicentenario, Miguel Rep, 2008. (en Biblioteca Nacional, Buenos Aires) WWW.MIGUELREP.BLOGSPOT.COM

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EMPRESARIOS

“Necesitamos un país normal” GUSTAVO LOPETEGUI, CEO de Lan Argentina, sostiene que tranquilidad, reglas claras y apertura al mundo son las condiciones elementales para que la Argentina tenga un crecimiento sostenido

–¿Qué políticas de largo plazo debería impulsar el país para avanzar en un camino de desarrollo sostenido? –Desde que volvimos a la democracia, después de cada gobierno, alguna lección estructural quedó. Alfonsín nos dejó los derechos humanos, la institucionalidad y la aversión por la hiperinflación. El menemismo, la apertura económica al mundo. No sé qué gobierno, con la coyuntura que le tocó a De la Rúa, hubiera podido hacer algo diferente. Y el Gobierno actual logró hacer una transición inteligente con la tensión social que había, sin causar mayores estragos. Continuó con la apertura al mundo y un crecimiento que fue gran generador de empleo en blanco. La lección es que no tenemos que tener un presidencialismo tan poderoso. No es un problema de eficiencia económica sino de nuestro arreglo político. El gobierno central vuelve a ser poderosísimo en términos fiscales y eso está desequilibrado. Ojalá que, así como dijimos “no queremos más hiperinflación” digamos ahora “no queremos que haya tanta discrecionalidad en la distribución de los recursos públicos entre el gobierno federal y los subnacionales”. –¿Qué aportes puede hacer el mundo empresario al debate sobre el futuro de la Argentina? –Creo que pocos. “Zapatero a tus zapatos”, suelo decir yo. Los empresarios tienen un rol clave en el mundo y no es definir la agenda política, aun-

que sí pueden asesorar a los partidos políticos en cuanto a qué tipo de estructura económica creen que puede ser más conveniente. Tienen que defender sus intereses sin vergüenza. Los empresarios deben opinar de las cosas que saben. Todos pueden participar en política. Enhorabuena si un empresario se quiere dedicar a hacer política. Que haya diputados empresarios me parece espectacular, ojalá hubiera muchos más, para dar la visión de lo que es el mundo de la producción. Pero, a veces, veo comunicados de asociaciones empresarias sobre temas que no tienen ni idea. Y se necesita rigor. –¿Qué oportunidades de inversión ve en su sector en la Argentina? –Las oportunidades son enormes. La Argentina tiene el tráfico aéreo muy subdesarrollado. Comparados con Brasil o Chile, tenemos la mitad de pasajeros de transporte aéreo por habitante. El transporte aéreo internacional, en cambio, se ha desarrollado y existe la oportunidad de captar parte de ese tráfico con empresas argentinas. En este sentido, Lan Argentina tiene 1.700 empleados argentinos. En el mercado doméstico podríamos tener el doble de pasajeros, tranquilamente. El subdesarrollo del transporte doméstico afecta al desarrollo económico, al desarrollo turístico y a la economía en general. De cada 100 pasajeros que viajan en nuestro país, sólo siete lo hacen en

avión. En los últimos 10 años la industria está estancada: si comparamos los pasajeros por habitante que había en el año 2000 y los que hay hoy, son más o menos los mismos, cuando en los países vecinos se duplicó. El panorama de la última década es descorazonador. Pero, en los últimos 18 meses, las cosas empiezan a ir mejor: las tasas interanuales de crecimiento de pasajeros se acercan al 20%. Si pudiésemos mantener esas tasas en un 15% anual, en seis o siete años esta brecha que tenemos con nuestros vecinos se cerraría. –¿Qué políticas concretas favorecerían la creación de empleo en el sector y en el país? –Creo que es necesario que se mantenga la equidad regulatoria entre los distintos participantes y alguna flexibilidad de las bandas que, además, necesitan permanente actualización por la inflación. No hay muchos mercados en los que la Argentina pueda crecer al 15 o 20% por año para alcanzar niveles latinoamericanos. Hoy trabajan 16.000 personas en este sector en la Argentina y podría trabajar el doble. Estos son empleos de alta calificación: nadie en Lan Argentina gana menos de 5.000 pesos al mes. Con respecto al país, la línea principal es la de siempre: bastante desánimo. Es dificilísimo levantar la mirada del corto plazo y estamos


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“Los empresarios tienen un rol clave en el mundo y no es definir la agenda política. Tienen que defender sus intereses sin vergüenza. Y deben opinar de las cosas que saben.”

siempre mirando la vorágine de este mes, atendiendo a disrupciones permanentes del statu quo. Lo que necesitamos es... un país normal. Necesitamos tranquilidad y que se cumplan las reglas. Pareciera que el mundo nos sigue regalando oportunidades y las seguimos rifando. Tenemos todo. En las encuestas de la compañía en la región, Lan Argentina siempre sale como la mejor de servicios de abordo, con las mejores azafatas, los mejores mecánicos, tenemos recursos humanos espectaculares. La casa central de Lan, en Chile, está llena de argentinos. –-Como empresario, ¿le gustaría

tener más o menos relación con el Gobierno? –Ni más ni menos. –¿Cuál sería el rol más adecuado del Estado para favorecer el desarrollo? –Ya está eso definido en el mundo y nosotros no cumplimos nada de lo más mínimo. Tenemos que brindar mejor las funciones que son indelegables del Estado: seguridad, salud, educación e infraestructura. Cómo hacer que eso suceda es la discusión de nuestro ser nacional. Yo no tengo la repuesta, y voy casi todas las semanas a Chile y me deprimo. Es un trabajo constante, de todos los días, ordenado y sin tantos sobresaltos

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EMPRESARIOS

“El Estado debe ayudar a construir riqueza” Para SANTIAGO BILINKIS, fundador y CEO de Officenet, la falta de un proyecto económico y político de largo plazo dificulta el desarrollo y es el germen del permanente conflicto social

–¿Qué políticas de largo plazo debería impulsar el país para avanzar en un camino de desarrollo sostenido? –Lo más importante de todo es encontrar una identidad, saber qué querés ser. Encontrar nuestra posición en el mundo de las naciones y tener un plan estratégico, que probablemente sea algo para los próximos 25 años. Los países que han pegado el salto importante, de pasar de ser un país tercermundista a realmente progresar económica y socialmente, lo han hecho con una idea concreta de qué quieren construir como país. Quizás, esa falta de un proyecto nacional definido es lo que deja librado el resultado al tironeo de muchas personas que quieren ir para lugares disímiles. –¿Qué aportes puede hacer el mundo empresario al debate sobre el futuro de la Argentina? –Para mí el mejor mundo es aquel en el que el empresario no molesta al Estado y el Estado no molesta al empresariado, pero obviamente todo proyecto de desarrollo tiene un componente de crecimiento y un componente distributivo. El rol de los empresarios es generar riqueza, y el rol del Estado es asegurarse de que esa riqueza contribuya al bienestar de todos los ciudadanos. Los empresarios tienen que estar enfocados en la generación de riqueza que produzca crecimiento. No es tan sencillo por-

que es una cuestión de valores: para el empresario el mejor negocio es el lobby, pero si la única meta es maximizar las ganancias individuales, eso se lleva a las patadas con el crecimiento del país. –Como empresario, ¿le gustaría tener más o menos relación con el Gobierno? –Cuanta menos mejor, con cualquier gobierno. En los 13 años de Officenet pasaron cinco presidentes y nunca tuvimos ningún tipo de relación, acercamiento o contacto con ninguno. Lo más cerca que yo estuve de eso es estar en el Consejo Asesor de Prosperar. Tuve como compañero de banco en el secundario a un ministro de Economía y no le dirigí la palabra hasta que no había salido de su cargo. –¿Qué oportunidades de inversión ve en su sector en la Argentina? –Si consideramos a Officenet como una empresa de retail o e-commerce, básicamente el retail en la Argentina sigue estando en un estado embrionario. Trece años atrás, Officenet identificó la oportunidad de que una gran cantidad de productos, como los insumos para oficinas, se vendía en la Argentina de una manera mucho más rudimentaria que en otros lugares del mundo. Todavía quedan decenas de aspectos del retail para aggionar, tanto desde los locales físicos como del e-commerce. En la Argentina prácticamente no hay todavía una compañía que venda por

internet, que no sea Mercado Libre, que lo hace con mediación. La compañía que más vende por internet en la Argentina somos nosotros, y eso no tiene sentido, porque tenemos una categoría de producto muy acotada. Así que quedan infinitas oportunidades. –¿Qué desafíos encuentra para realizar esas oportunidades? –-Al final del día, crear una compañía y montar un negocio se basa en crear un plan que supone un determinado contexto y una determinada situación competitiva. Cuando esas condiciones cambian drásticamente, lo que era una idea genial puede terminar siendo una idea pésima y viceversa. Eso obliga a hacer una de tres cosas: mantenerte afuera del juego y no hacer nada, meterte en el juego pero estar constantemente tratando de incidir a través del lobby o, la número tres, que es la que hicimos nosotros: meterse en el juego y encomendarse a que las cosas salgan bien, mantenerse al margen de toda incidencia política. –¿Qué políticas concretas favorecerían la inversión y la creación de empleo en el sector y en el país? –Lo más trascendente que le falta a la Argentina es valorizar el rol del empresario. Eso tiene dos componentes: uno de apreciación social del valor del empresario, y uno del empresario de estar a la altura de ser valorado. La mala ponderación que


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“El rol del Estado es definir reglas del juego coherentes que permitan a cada uno hacer bien su trabajo. No debiera ser proveedor de otras cosas más que de salud, educación, justicia, las cosas básicas.”

los empresarios tienen en el país, en la gran mayoría de los casos, está bien ganada. Si uno compara, en otras sociedades, los empresarios que hacen las cosas bien son personas muy apreciadas y valoradas socialmente. Si uno en la Argentina le pregunta a la gente a qué empresarios admira, te miran con cara de “de qué me estás hablando”.

–¿Cuál sería el rol del Estado más adecuado para favorecer el desarrollo? –El rol del Estado es definir reglas del juego coherentes que permitan a cada uno hacer bien su trabajo y, a través de las diferentes herramientas de política económica, repartir la riqueza que se genera de una manera que todo el mundo tenga acceso a las necesidades mínimas para tener

una buena vida. No debiera ser proveedor de otras cosas más que de salud, educación, justicia, las cosas más básicas. Cuando el Estado ha hecho el intento de operar compañías y meterse en industrias, en general ese trabajo es mejor hecho por empresarios con reglas del juego pautadas por el Estado que aseguren que, en todo caso, en industrias clave, el interés del país esté contemplado. Ayudaría que cada mundo entendiera mejor al otro. Sería bueno tener más empresarios haciendo política y más políticos en actividades empresarias

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EMPRESARIOS

“Debemos generar empleos sustentables” MARCOS GALPERIN, CEO de Mercado Libre, destaca la importancia de la interacción entre las empresas y el Gobierno para generar nuevos proyectos de inversión y fortalecer la inclusión laboral

–¿Qué políticas de largo plazo debería impulsar el país para avanzar en un camino de desarrollo sostenido? –Es fundamental mantener una política de largo plazo en el plano educativo y garantizar la seguridad jurídica e institucional en cada acción posible. –¿Qué aportes puede hacer el mundo empresario al debate sobre el futuro de la Argentina? -El mundo empresario es sinónimo de gestión y logro de resultados. Eso es lo que sabemos hacer y con lo que más podemos colaborar y aportar. Un campo empresario que genera empleos sustentables es indispensable para un país desarrollado. A su vez, aquellas empresas más establecidas deberían incluir acciones sustentables y de responsabilidad social como una de sus estrategias básicas. Además, creemos que es fundamental incluir en ese debate la necesidad de interacción y asociación con el Estado para aportar al desarrollo sustentable. –¿Qué desafíos identifica para la inversión en la Argentina? –En Mercado Libre trabajamos comprometidos con el largo plazo, con generar valor y confianza a toda la comunidad de usuarios de internet y los mercados, con planes muy claros y definidos hacia futuro, lo que nos ha

“Hay tres condiciones fundamentales para estimular la inversión: reglas claras, previsibilidad y la posibilidad de proyección.”

permitido recibir fondos que nos ayudaron a crecer y generar valor y empleo en toda la región durante estos primeros 10 años de existencia. Entendemos que, a pesar de los vaivenes políticos y económicos locales, una orientación de largo plazo es indispensable para lograr inversiones que generen valor y

mejoras en la sociedad. –Como empresario, ¿le gustaría tener más o menos relación con el Gobierno? –El rol más adecuado del Estado es el de generación de confianza, seguridad y condiciones que permitan el desarrollo de la industria. Creemos que el trabajo es conjunto, y el camino de la confianza es largo y duradero. Es importante tender los puentes de relación necesarios para ello. Asimismo, la relación empresa-gobierno debe hacerse siempre en el marco de una Justicia fuerte e independiente. –¿Cuál sería el rol del Estado más adecuado para favorecer el desarrollo? –El rol más adecuado es el de generación de confianza, seguridad y condiciones que permitan el desarrollo. Confianza para ayudar a los empresarios y emprendedores a generar nuevos y más proyectos, seguridad para no perder fácilmente lo que tanto cuesta lograr y condiciones para que el desarrollo sea posible y lleguen las inversiones privadas. Por ello son clave: las reglas claras, la previsibilidad y la posibilidad de proyección (tres reglas fundamentales para estimular la inversión). Todo lo anterior se resume en seguridad jurídica y en una Justicia fuerte e independiente

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“Hay que permitir que los emprendedores ganen dinero” GUSTAVO GROBOCOPATEL, CEO de Los Grobo y figura emblemática del sector agropecuario, reclama un Estado que se concentre en generar más riqueza y que haga uso eficiente de los recursos

–¿Qué políticas de largo plazo debería impulsar el país para avanzar en un camino de desarrollo sostenido? –Hay que revisar el contrato entre la sociedad, el Estado y las empresas. La base tiene que ser el sistema impositivo, la calidad del Estado requerida, incluyendo los servicios públicos que brinda, el combate a la exclusión y la pobreza. –¿Qué aportes puede hacer el mundo empresario al debate sobre el futuro de la Argentina? –Creo que los empresarios son actores principalísimos de este proceso, son los que arriesgan, crean riqueza y empleo; con la calidad y el precio de sus productos y servicios afectan a los consumidores.

–¿Qué oportunidades de inversión ve en su sector en la Argentina? –Muchísimas, la Argentina podría producir rápidamente 150 millones de toneladas de granos (60% más que ahora) y transformar esas materias primas en productos más elaborados. Este desarrollo tendría enormes implicancias en las industrias metalmecánica, electrónica, automotriz, de semillas, de procesamientos y petroquímica. –¿Qué políticas concretas favorecerían la creación de empleo en el país? –Estimular la inversión. Para ello hay que permitir que los emprendedores ganen dinero. El Estado debe hacer un uso eficiente de los recursos y desarrollar servicios públicos de alta calidad.

“Me gustaría tener más relación con el Gobierno y con todos los sectores de la sociedad.”

–Como empresario, ¿le gustaría tener más o menos relación con el Gobierno? –Me gustaría tener más relación con el Gobierno y con todos los sectores de la sociedad. –¿Cuál sería el rol más adecuado del Estado para favorecer el desarrollo? –Facilitar el proceso de creación de riqueza y valor. Y asegurar una redistribución equitativa e inclusiva de los excedentes generados

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LA ARGENTINA EN EL MUNDO

Las ventajas de respetar las reglas

POR JOSE OCTAVIO BORDON Ex embajador argentino en Estados Unidos

s casi un lugar común entre los más calificados analistas internacionales observar que una buena política exterior está fundamentada en la pertinencia, calidad y certeza de su política doméstica. Para una Nación con la historia, características y valores de la Argentina no cabe duda de las ventajas que supone, en un mundo fuertemente interrelacionado, mostrar una democracia pluralista que exhiba un sistema republicano en el que los distintos organismos ejecutivos, legislativos y judiciales cooperan y mantienen su independencia. Donde las reglas de juego fijadas por el sistema institucional se respetan y mantienen razonablemente; y los cambios se efectivizan con los procedimientos prefijados y en un clima de consenso y racionalidad. Una sustentable estrategia económica y social de crecimiento con equidad fortalece los objetivos nacionales e internacionales de un país. Una justa y eficiente política educativa genera mejor ciudadanía, liderazgos y competitividad económica. Otro tanto, el diseñar y efectivizar buenas políticas sociales universales. Pero, en espejo, no es menos cierto que una acertada estrategia de inserción internacional es también una condición necesaria del fortalecimiento y bienestar de una comunidad nacional. Tanto la sobrestimación de las potencialidades nacionales como una baja autoestima pueden generar severas crisis o inhibir realizaciones. Una correcta política exterior tiene como objetivo ayudar a que los ciudadanos puedan vivir una ciudadanía plena, ser felices, desarrollar sus potencialidades y libertades, sentirse seguros individual y colectivamente. Implica aumentar la capacidad de decisión nacional sin aislarse; generar crecimiento equili-

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brado entre personas, sectores y regiones; tonificar las fronteras convirtiéndolas en espacios de intercambio e integración física, cultural y económica. Supone armonizar con realismo e imaginación el saber, por un lado, lo que tenemos, lo que somos y lo que pasa en nuestra vecindad y en el mundo; y por el otro, qué queremos ser y cómo lo podemos hacer. Estrechamente relacionado con los conceptos anteriores está la importancia de la continuidad en las estrategias de inserción internacional y la consecuente necesidad de construir consensos básicos que permitan, en sistemas de democracia con alternancia política, sostenerlos en el tiempo. Implica la construcción de un Estado fiscalmente sustentable, apto para generar políticas públicas y con capacidad de gestión. Gobiernos legítimos por su origen, desempeño y finalidad. Es obvio que quienes no tienen liderazgos institucionales y una visión estratégica mal pueden diseñar políticas, y quienes no las tienen es de suyo que no pueden convocar a políticas de Estado. ¿Ha tenido la Argentina, en estos cinco lustros vividos desde el retorno a la democracia, una estrategia de inserción internacional? Un país que ha vivido en estos 25 años crisis de la profundidad de las hiperinflaciones de 19891990 y de la hiperrecesión 2001-2002 es difícil que pueda mantener una estrategia sostenida. A ello hay que agregarle que hemos pasado pendularmente de estrategias que imaginaron que un alineamiento acrítico con las grandes potencias nos haría superar nuestras debilidades e irrelevancia internacional, a otras basadas en la confrontación externa y la subordinación de la relación internacional a los intereses políticos domésticos de corto plazo. En ambo casos, más allá de sus importantes diferencias,


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existió la coincidencia de leer superficialmente la realidad. No significa lo precedente que en estos años la Argentina no ha desarrollado algunas correctas políticas de relación internacional o que no existan algunos temas en los cuales se expresan coincidencias muy cercanas a políticas de Estado: el permanente compromiso con la democracia en la región y en el mundo; la resolución de nuestros conflictos y diferencias por vías diplomáticas y pacíficas; la participación en misiones de paz bajo el comando de las Naciones Unidas; la búsqueda y construcción de políticas regionales de defensa; el compromiso en la defensa y vigencia de los derechos humanos; el uso pacífico de la energía nuclear; los acuerdos para cooperar en la lucha contra el narcotráfico y el delito organizado; el accionar a nivel legal y operativo contra el terrorismo; el compromiso con las convenciones internacionales por la defensa del medio ambiente; y, por supuesto, la recuperación por medios pacíficos de las islas Malvinas. No agotan los temas pero son suficientes para ejemplificar que la necesaria autocrítica no nos debe llevar a la errónea idea de imaginar que flotamos en la nada. Más allá de sus debilidades, fracasos y desencuentros locales e internacionales, la Argentina esta a tiempo de construir una positiva política exterior, enmarcada en una correcta e integral estrategia nacional, que le permita cooperar con el bienestar de los habitantes del país pero también jugar un papel importante a favor del desarrollo armónico y justo de las democracias de la región. Para eso debemos tomar conciencia de nuestras fortalezas y debilidades. No somos el territorio más rico del mundo pero estamos dotados de recursos naturales muy diversos y con grandes ventajas comparativas, como pocas naciones en el mundo. No estamos en el centro del planeta pero tenemos una más que razonable ubicación física si aprovechamos los prestigiados y dinámicos vecinos, la diversificación en productos y mercados de nuestro comercio exterior, nuestra proyección hacia el Atlántico, el territorio Antártico y el Pacífico. No somos el pueblo elegido de Dios, pero tenemos una población que es un crisol de razas, que tiene ventajas competitivas en los niveles culturales y educativos por su nivel de desarrollo humano y la ausencia de conflictos racia-

les o religiosos. Vivimos en una de las regiones con menor riesgo de enfrentamientos armados y con amplia dotación de energía y agua potable. Junto con el reconocimiento a este potencial nacional y regional es importante tomar conciencia de que, a pesar de los avances logrados en impulso democrático desde 1983 y los períodos de recuperación económica de la década del 90 y ahora desde 2002 a 2007, la Argentina está estancada o retrasada en relación a sus vecinos más dinámicos. La decadencia desde la muerte de Perón, en 1974, hasta el regreso a la democracia en 1983 –y la volatilidad expresada en las profundas crisis de fines del 80 y principios de 2000– ha enervado los procesos de mejoramiento de ciertos períodos. Si comparamos el desempeño y fortalecimiento de la Argentina, Brasil y Chile en el período 1975-2005, se hace evidente que más allá de algunas ventajas que aún tenemos en el campo del desarrollo humano estas brechas se achican por virtud de ellos y defecto nuestro. El Bicentenario, que estamos desaprovechando por la crispación política y la falta de una estrategia institucional y socioeconómica que permita no frustrar la recuperación 20022007, debería ser una oportunidad para diseñar una estrategia integral de desarrollo institucional, económico, social, cultural, tecnológico e internacional. Valorando con equilibrio, sin excesos ni sectarismos, los aportes que la Generación del 80, el radicalismo, el justicialismo y otros sectores le han hecho al país. Con sus aciertos y errores, sus fortalezas y debilidades. Si todo hubiera sido siempre una nostálgica Edad de Oro, ¿cómo explicar nuestros problemas y debilidades? Si todo hubiera sido negativo, ¿cómo entender nuestros haberes y fortalezas actuales? Es necesario abandonar nuestro sentido siempre fundacional, puesto en el presente o en algún momento del pasado, que es la otra cara de culpabilizar de todos nuestros males a alguna persona, grupo o período. No se trata de un relativismo cultural acrítico sino de entender que los países se construyen como capas geológicas superando en cada período las debilidades heredadas y potenciando, diversificando y dinamizando las fortalezas recibidas

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LA ARGENTINA EN EL MUNDO

La apuesta por la integración sudamericana

POR ERIC CALCAGNO Economista y senador por el Frente para la Victoria

as profundas transformaciones ocurridas en la política y la economía internacionales desde mediados de los años 70 obligan a un replanteo de las funciones y de las posibilidades de los países de desarrollo mediano. Existe una ausencia de conceptos que rindan cuenta de la verdadera naturaleza y del real impacto de las transformaciones sucedidas. Sin embargo, ya se perfilan algunos rasgos del orden mundial que prevalecerá en el siglo XXI. Sabemos que los protagonistas serán bloques de países con integraciones acordes a su carácter, sus recursos y su voluntad política. La incógnita es saber si la escena será dominada sólo por Estados Unidos o si también gravitarán otras agrupaciones regionales. Esta última posibilidad parece la más probable; pero cualquiera sea la situación, es indudable que debe fortalecerse la integración de Sudamérica, unidad política que da sentido a la civilización latinoamericana. En este contexto, no se habla de poder, sino que se lo construye: ¿cómo estructurar este bloque para darle objetivos comunes y unidad de acción?, ¿cómo conseguir el margen operativo para aplicar políticas independientes?, ¿cómo definir y aplicar esas políticas? Aquí la acción de la Argentina puede ser determinante. A nuestro juicio, la solución depende de tres líneas fundamentales. La primera es de carácter histórico y tiende a la independencia e integración regional, cuya primera manifestación fue el Congreso de Panamá convocado por

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Bolívar en 1826, sin la hegemonía de ningún país. La segunda línea fundamental es la prevalencia de la política; el eje no será el arancel cero sino el desarrollo nacional y regional. La tercera línea es económica y afirma que para que una nación gravite en el contexto internacional es fundamental que la jerarquía de su sistema productivo sea elevada. En síntesis, se trata de integrarse de modo conveniente en un contexto donde, más que libre intercambio, hay relaciones de poder. La integración sudamericana se adecua a estos requerimientos. Una agenda posible consiste en formalizar una integración entre iguales, con total respeto a las decisiones políticas y económicas de cada país. Esta agenda es viable, puesto que en el plano del comercio exterior, por ejemplo, no hay que inventar nada, sino coordinar y poner en funcionamiento el Mercosur y la Comunidad Andina, así como hacer efectiva la incorporación de Chile, Guyana y Surinam. La necesidad de actuar en conjunto es obvia y se manifiesta en todos los órdenes: la relación de fuerzas mejora de modo sustancial si negocia un grupo de países en lugar de un país aislado. La irrupción en el plano internacional de un grupo sudamericano --como parte del más amplio latinoamericano y del Caribe-- afianzaría un poder de negociación que está en crecimiento; no olvidemos que la Argentina, Brasil y México integran el Grupo de los 20, que dirige la economía mundial. Nuestro lugar en el mundo está signado por nuestra pertenencia sudamericana y nuestra fidelidad a la rebeldía de nuestros ancestros en el momento de optar por la libertad hace ya dos siglos

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Una diplomacia para el desarrollo

POR RODOLFO TERRGANO Ex senador por la UCR

o entiendo qué significa “inserción de la Argentina en el mundo”, expresión que hoy está en la boca de todos. El país no se halla “fuera” del mundo. Salvo que se quiera incluirlo de un soplo en el “primer” mundo. O que se aluda a “una mayor gravitación comercial”. O a una política exterior más activa. Algunos hablan de “reinsertar”, porque creen que la Argentina alguna vez fue “potencia”. Recuerdan que, entre 1880 y 1920, el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita creció 42 veces; o que, en 1940, era cercano al francés y triplicaba al italiano. En verdad, la Argentina nunca fue potencia. Como no lo es Qatar hoy. Nosotros integramos, en el pasado, una suerte de OPEP agrícola; justo cuando los países industriales –lejos aún de la autosuficiencia alimentaria– abrían sus gigantescos mercados a carne y cereales. Ser el “granero del mundo” era, entonces, como tener “oro negro” ahora. Mencioné Qatar porque, si el status de “potencia” lo da el PBI per cápita, no hay país que lo supere: es de 87.717 dólares, casi el doble de Estados Unidos: 46.443. Como ocurrió en la Argentina desde fines del siglo XIX hasta mediados de los 60 --cuando hubo aquí las mejores universidades hispanoamericanas y los laboratorios de tres premios Nóbel en ciencias-- la prosperidad trae, en los países petroleros, interés por la cultura. En Doha, la capital qatarí, existe la Ciudad de la Educación: una zona franca para la investigación y la enseñanza, que congrega

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a varias de las mejores universidades del mundo. Para recuperar posiciones en el mercado mundial, la Argentina (que actualmente participa de él con menos del 0,5%) debe desarrollar ventajas competitivas en diversos sectores, vinculando ciencia y técnica con producción. Tiene algo a favor: aunque disminuido, conserva el aparato científico-técnico que construyó en otros tiempos. Con tecnología de punta (semillas transgénicas, poderosos herbicidas, siembra directa) en la última década se convirtió en el tercer país productor y exportador de soja: un producto que, desde el ingreso de China al mercado mundial, tiene demanda asegurada. Por su parte, INVAP Sociedad del Estado no ha cesado en su labor creadora. No sólo fabrica satélites y radares: le ha vendido reactores nucleares, hechos en Bariloche, a Argelia, Australia, Egipto, Perú y, pronto, a Holanda. La política comercial deberá ir asociada a la diplomacia, que no consiste en formar ligas ideológicas sino en proteger –en el plano internacional– los intereses nacionales. El primer interés es la paz, razón por la cual el trato con los países limítrofes debe ser primordial. Luego, hay que prestar especial atención a nuestros mayores socios comerciales: Brasil, China y Estados Unidos, que representan casi el 40% de nuestras exportaciones e importaciones. En los organismos internacionales, la Argentina debe reivindicar sus derechos sobre Malvinas y defender congruentemente la democracia y los derechos humanos, sin hacer distingos entre tiranías ni entre violadores de tales derechos

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REGION POR REGION

La invariable supremacía de las provincias grandes LA POLITICA COMERCIAL INICIADA EN LA ARGENTINA EN 2002 CRISTALIZO EL ESQUEMA DE CONCENTRACION DEL DESARROLLO EN LOS CINCO MAYORES DISTRITOS PRODUCTIVOS Y TODAVIA NO SE EXPLORAN CAMINOS PARA QUE EL CRECIMIENTO ECONOMICO SE TRADUZCA EN UNA REAL INTEGRACION

POR ROGELIO FRIGERIO (N.) Director de la consultora Economía y Regiones

as características productivas, la trayectoria y el peso específico de las distintas economías provinciales en el Producto Bruto Interno (PBI) son las variables que definen la distribución geográfica del crecimiento. Al analizar la evolución de las distintas economías provinciales es factible advertir el impacto derivado de la salida del régimen de convertibilidad. El incremento de la competitividad por precio y el contexto internacional favorable (incremento del precio de commodities y abundancia de liquidez) han impulsado un fuerte crecimiento en las economías provinciales basadas en la producción de bienes primarios. La distorsión de precios relativos y el efecto proteccionista generado por la variación de la paridad cambiaria propició un estímulo para algunas economías provinciales que, con aparatos productivos más complejos, presentan una mayor inserción internacional y capacidades para producir bienes previamente importados. En particular, la política comercial implementada a partir de 2002, basada en la imposición de derechos a las exportaciones, ha sido otro factor determinante en el desarrollo de las economías provinciales. A modo de ejemplo, en virtud del nivel de retenciones a las exportaciones del sector hidrocarburos, las provincias patagónicas han sido las más afectadas por estas medidas. La situación descripta se aprecia al considerar la evolución económica de las provincias dentro del período bajo análisis: las mayores tasas de crecimiento se verifican en aquellas provincias en donde la agricultura, la ganadería y la forestación juegan un rol central, entre ellas Chaco, La Pampa, Entre Ríos y Misiones.

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El incremento de la competitividad por precio y el contexto internacional favorable han impulsado un fuerte crecimiento en las economías provinciales basadas en la producción de bienes primarios

Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Tucumán –con mayor inserción internacional basada en la exportación de bienes industriales y con mayor capacidad de sustituir importaciones– presentan tasas de crecimiento similares a las del país en su conjunto. En tanto, las menores tasas de crecimiento corresponden a las provincias hidrocarburíferas, donde ese sector marca el ritmo de la actividad económica. Sin embargo, pese a las disímiles tasas de crecimiento experimentadas por las economías provinciales, la distribución del Producto Bruto Geográfico (PBG) provincial no ha evidenciado variaciones relevantes. El 77,5 % se sigue concentrando en las cinco principales jurisdicciones producti-


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vas: Buenos Aires (31,7%), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (26,1%), Santa Fe (7,7%), Córdoba (7,4%) y Mendoza (4,4 %). El restante 22,5%, puede ser divido en tres grupos de provincias, según el aporte de ellas al producto nacional. Un primer grupo, formado por provincias con aportes superiores al 2% y menores al 3%: entre ellas, Tucumán (2,1%), Entre Ríos (2,1%) y Neuquén (2%). Un segundo grupo, con participaciones menores al 2% pero mayores al 1%, formado por Salta (1,6%), Río Negro (1,4%), Misiones (1,4%), Chubut (1,3%), Corrientes (1,3%), Santa Cruz (1,2%), Chaco (1,2%) y San Juan (1,1%). Y, por último, el grupo de provin-

cias cuyo aporte es inferior al 1%: San Luis (0,9 %), La Pampa (0,9%), Jujuy (0.8%), Santiago del Estero (0,8%), Formosa (0,6%), Tierra del Fuego (0,6%), La Rioja (0,5%) y Catamarca (0,5%). El aporte provincial al crecimiento del PBI evidencia la nueva coyuntura internacional y la política económica nacional reinante a partir de 2002. Así, se aprecian tres situaciones claramente diferenciables: la profundización de la supremacía económica de las provincias “grandes”, que a partir de estructuras productivas de mayor complejidad han podido aprovechar mejor las ventajas provistas del nuevo escenario local e internacional (y realizar aportes al creci-

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miento superiores a su participación relativa en el PBG). Por otro lado, una mayor participación de las economías provinciales sustentadas en la explotación de recursos naturales renovables (agricultura, ganadería y forestación) en el crecimiento. Por último, el desempeño relativo de las provincias hidrocarburíferas. Del análisis surge, por una parte, que las provincias de mayor magnitud económica, ergo con entramados productivos y empresariales más complejos, han sido las que mayores beneficios y menores perjuicios han obtenido dentro del primer y segundo grupo, respectivamente. Aquellas provincias con dificultades estructurales recurrentes dentro del primer grupo y con un elevado nivel de concentración económica dentro del segundo grupo son aquellas que resultaron menos beneficiadas y más perjudicadas respectivamente. Entre Ríos, Tucumán, Salta, Río Negro, Misiones, Corrientes, Chaco y San Juan conforman el primer subgrupo de provincias beneficiadas por la política económica reinante a partir de 2002. En tanto, San Luis, La Pampa, Jujuy, Santiago del Estero, Formosa, Tierra del Fuego, La Rioja y Catamarca integran el segundo subgrupo. Dentro del grupo de provincias hidrocarburíferas, Neuquén responde a las características del primer subgrupo, en tanto Santa Cruz y Chubut a las del segundo subgrupo. El hecho de que en la Argentina hablemos “del interior” ya nos está indicando el antecedente colonial del subdesarro-

Hoy en día, los profundos cambios que se han verificado en el entorno económico mundial plantean una realidad distinta y abren nuevos senderos y desafíos para el desarrollo de las actividades productivas de nuestras diversas regiones

llo, la estructura de crecimiento hacia afuera; es decir, un sector dinámico vinculado con el puerto y, el resto del país, el interior, atrasado y postergado. Hoy en día, los profundos cambios que se han verificado en el entorno económico mundial plantean una realidad distinta y abren nuevos senderos y desafíos para el desarrollo de las actividades productivas de nuestras diversas regiones. La configuración productiva actual genera perspectivas alentadoras para comenzar a resolver una de las caras más dramática de las malas decisiones de política económica que se tomaron en el pasado: la migración de millones de argentinos del inte-


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rior del país a las grandes ciudades, que no están en condiciones de satisfacer esa nueva y creciente demanda de servicios públicos esenciales. Para evitar que se siga intensificando este fenómeno, una condición indispensable es proveer la infraestructura necesaria para avanzar en el proceso de integración del país. En definitiva, hay que encarar políticas que determinen la posibilidad de reducir drásticamente el “impuesto a la distancia” que sufre el interior del país, producto de los mayores costos que genera una infraestructura evidentemente insuficiente. Más desarrollo de las economías regionales, más inversión pública en las provincias, mejores accesos, mejores escuelas y más universidades regionales van a posibilitar

frenar el proceso de migración del interior hacia los grandes centros urbanos y, quizá también, revertirlo. Lamentablemente este problema no parece ser entendido por las actuales autoridades, que han encarado una política de centralización de recursos nunca antes vista desde que el país se organizó allá por 1853 como república federal. No sabemos cómo atender las necesidades crecientes del conurbano bonaerense, pero no podemos ver que parte de la solución pasa por crear las condiciones en el interior del país como para revertir el proceso migratorio, por garantizar, básicamente, que todos los argentinos, independientemente del lugar donde hayan nacido, recibirán la misma cantidad y calidad de bienes públicos

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COMUNIDAD

Claves para una sociedad que mire al futuro LA ARGENTINA ES UN PAIS EN EL QUE SUS HABITANTES NO CUIDAN LOS UNOS DE LOS OTROS, QUE NO HAN ENCONTRADO UNA FORMA RAZONABLE DE ZANJAR SUS DIFERENCIAS; LOS INDICES DE POBREZA HAN CRECIDO Y SE BATEN RECORDS EN ACCIDENTES DE TRANSITO. LA NUEVA CENTURIA ABRE EL DESAFIO DE ENCONTRAR NUEVAS FORMAS DE RELACIONARNOS

POR MARTIN BÖHMER Investigador principal de CIPPEC

comienzos del siglo pasado, cuando los argentinos se preguntaban por los primeros 100 años de vida independiente, mirar hacia atrás revelaba una década de guerra exterior por la independencia, una década de guerra civil y anarquía, casi dos décadas de dictadura, una década de secesión y cinco décadas de construcción de estatalidad y crecimiento económico bajo la forma de una concentración creciente de poder, asesinatos políticos y elecciones fraudulentas. La sociedad se movía a la par de estos movimientos y se sumaba a los ejércitos y a las sublevacio-

A

nes, trabajaba en el campo, votaba, era arriada al fortín, se expandía con las inmigraciones, se instruía en el sistema educativo más exitoso de la región y viajaba en ferrocarril. Esa sociedad ya tenía su “comprensión del ser”, ya había armado cierta forma de entender sus propias prácticas, ciertos roles que asumir, ciertos instrumentos con los cuales desplegar esos roles y un lenguaje con el cual expresar el lugar de cada uno en este mundo. Dos obras literarias fueron las que produjeron esa luminosidad: el Facundo de Sarmiento y el Martín Fierro de Hernández. Estos dos libros encarnaron dos formas de ser argentino, dos roles en la formación del Estado nacional, y crearon dos lugares desde donde se pueden decir ciertas cosas, cerrando la posibilidad de que exista un tercer lugar. El Facundo es la expresión de la necesidad del armado de estatalidad sin importar el precio. Está basado en el convencimiento de que el desierto, y la escasa población que lo habitaba, impedían la creación del Estado y del desarrollo nacional. El gaucho no servía ni para la democracia ni para el capitalismo y, por lo tanto, había que cambiarlo y


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poblar el desierto con quienes tuvieran ganas de trabajar. El Martín Fierro es la respuesta a ese desafío. Si la creación del Estado nacional se iba a realizar por medio de la imposición autoritaria de una práctica política excluyente y corrupta, el gaucho, el habitante de la Argentina, iba a tener a esa autoridad como ilegítima y a negarle obediencia. Trágicamente esta respuesta se encarna en el rol del gaucho malo, un delincuente que excusa su permanente violación de la ley y de los derechos de los otros en la ilegitimidad de la autoridad y en su pasado de víctima inocente. El siglo XX es el despliegue hiperbólico de esta discusión homicida. La estabilidad institucional se quiebra en 1930 cuando quienes habían monopolizado el poder por 50 años no toleran que otros lo monopolicen por 18 y recurren a las armas con la bendición vergonzosa de la Corte Suprema. Luego, a autoridad ilegítima, rebelión ilegítima, y la espiral de la violencia sigue su curso hasta que se da el salto cualitativo a la maldad radical. En efecto, la violencia política había alcanzado picos espantosos en los 50 años que van del primer golpe de Estado hasta el de 1976, pero nunca antes el Estado se había convertido en una máquina de secuestrar, torturar y asesinar en forma sistemática a sus ciudadanos. Con la dictadura ingresamos en la lista de países que son del linaje del Holocausto. Sin embargo, la misma sociedad que había hecho oídos sordos a las violaciones de derechos por tantos años, que no se había resistido a la

Somos parte de la región más desigual del planeta y no desentonamos: los índices de pobreza han crecido, así como también se deterioran los índices de salud y educación

desaparición de las instituciones democráticas, elige en 1983 a un candidato que recita el Preámbulo de la Constitución y a un gobierno que promete estado de derecho y persecución penal a los mayores responsables de los crímenes de la década más violenta de nuestra historia. Así, sobre las bases del Nunca Más a las violaciones de derechos y de la democracia como la forma de procesar nuestros desacuerdos, llegamos a celebrar el Bicentenario bajo la Presidencia de una mujer electa por el voto popular. Hemos aprendido que la inflación no es buena, que debemos combatir la corrupción, que la represión no puede ser indiscriminada y que el déficit público pone en peligro la institucionalidad. Pero las viejas mañas no se pierden. Somos parte de la región más desigual del planeta y no desentonamos: los índices de pobreza han crecido así como también se deterioran los índices de salud y educación, y somos el país que mata más gente en accidentes de tránsito. En definitiva, somos una sociedad en la cual sus habitantes no cuidan los unos de los otros, que no han encontrado una forma razonable de zanjar sus diferencias.

Esta forma de ser se percibe en la política que se caracteriza por ser un juego de suma cero, en el cual el que gana, gana todo y el que pierde, pierde todo y para ganar no hay límites legales o constitucionales, o acuerdos políticos que valgan. Es el viejo diálogo homicida entre Facundo y Fierro, entre la orden ilegítima y la desobediencia ilegítima. El siglo XXI, sin embargo, no nos encuentra igual. La reforma constitucional de 1994 nos ha brindado elementos con los cuales algunos actores están intentando modificar la tragedia bicentenaria. La sociedad civil se ha organizado en miles de grupos que representan a voces tradicionalmente desoídas y que utilizan los mecanismos constitucionales para hacerlas oír en la calle, en Tribunales, en los entes reguladores o en el Congreso. La administración se ha descentralizado, los tribunales han aceptado casos de grupos, demandas por violaciones de derechos colectivos y han creado procedimientos para ampliar las oportunidades del diálogo entre personas que nunca antes habían conversado así. Los derechos se multiplicaron y los lugares de la política también: discutimos en las ciudades, en las provincias y en la Nación, pero también en foros regionales, continentales, internacionales y globales. Ahora debemos articular estas nuevas formas de encontrarnos y convertirlas en prácticas comunes, en roles, en instrumentos cotidianos, en lenguaje, en poesía. El desafío de este nuevo siglo es encarnar la promesa de la democracia que tanto nos costó conseguir

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¿CUAL ES LA PRINCIPAL DEUDA QUE TIENE EL PAIS DEL BICENTENARIO? INTELECTUALES, POLITICOS, ACTORES, INVESTIGADORES, FUNCIONARIOS Y PERIODISTAS ACEPTARON EL DESAFIO DE RESPONDER ESA CONSIGNA Y SUMARSE AL DEBATE PENDIENTE SOBRE LA ARGENTINA DEL FUTURO BERNARDO KOSACOFF DIRECTOR DE LA COMISION ECONOMICA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL)

DEUDAS

SILVINA GVIRTZ

PEPE ELIASCHEV

HORACIO VERBITSKY

DIRECTORA DE LA MAESTRIA EN EDUCACION DE LA UNIVERSIDAD DE SAN ANDRES

PERIODISTA

PERIODISTA Y PRESIDENTE DEL CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES (CELS) La vacuna contra la obviedad

Eliminar la pobreza

y construir una sociedad con una mejor distribución de los recursos y, por tanto, con mayor justicia social

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RICARDO DELGADO DIRECTOR DE LA CONSULTORA ANALYTICA La sociedad argentina

no ha sido capaz todavía de encontrar los caminos y las instituciones adecuadas que articulen y coordinen la multiplicidad de intereses particulares y sectoriales en un proyecto común de país. Esto generó (y genera) exclusión, pujas distributivas (inflación) y volatilidad en el crecimiento

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todavía derrotado irreversiblemente la barbarie que el constituyente de 1853 quiso superar mediante las instituciones de una república democrática, representativa y federal, hoy aún frágiles

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JULIO BLANCK

CLAUDIA ROMERO DIRECTORA DEL AREA DE EDUCACION DE LA UNIVERSIDAD TORCUATO DI TELLA La modernización del

país durante el Centenario siguió a la universalización de la escuela primaria. La deuda del Bicentenario es la universalización de la escuela secundaria, base del impostergable desarrollo

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La principal deuda es

el logro de un desarrollo inclusivo, que nos permita converger a los niveles de eficiencia y equidad de las sociedades más avanzadas. La educación, la innovación y las instituciones deberían ser la prioridad

No haber

PERIODISTA

ARTURO GUARDIOLA DIRECTOR PERIODISTICO DEL DIARIO LOS ANDES La destrucción de

la educación pública por pérdida de excelencia en todos sus niveles y de su alcance universal. La destrucción de la cultura de la legalidad y del valor del compromiso asumido

La Argentina ha contraído una injustificable y peligrosa deuda educativa. En promedio, sus ciudadanos poseen un escaso nivel, tanto en la cantidad como en la calidad de la educación que han recibido

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GUILLERMO JAIM ETCHEVERRY EX RECTOR DE LA UBA Y PRESIDENTE DE LA FUNDACION CAROLINA DE ARGENTINA

Nos falta paz. Paz como resultado de más justicia, más trabajo, menos desigualdad, más tolerancia con los que piensan distinto y menos, mucha menos tolerancia, con los que saquean lo que es de todos

DANIEL SABSAY PRESIDENTE DE LA FUNDACION AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES (FARN)

MEX URTIZBEREA ACTOR Y HUMORISTA

La independencia

Que sean niños los

niños. Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías. Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa

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argentina y su organización nacional apuntaron a la construcción de un estado de derecho fundado en las ideas de democracia, Constitución, derechos fundamentales, seguridad jurídica. Sin embargo, a 200 años, nuestra gran asignatura pendiente es la ausencia de un gobierno basado en la ley

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ALVARO HERRERO

DELIA FERREIRA RUBIO

DIRECTOR EJECUTIVO DE LA ASOCIACION POR LOS DERECHOS CIVILES (ADC)

PRESIDENTA DE PODER CIUDADANO

El reconocimiento

que nuestra Constitución consagró a los derechos civiles se vio reforzado con su reforma de 1994. Sin embargo, para lograr una Argentina igualitaria e inclusiva es preciso que el Congreso actúe sin demora para asegurar el ejercicio efectivo de dichos derechos

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ANA MARIA MUSTAPIC INVESTIGADORA DEL CONICET Y PROFESORA DE LA UNIVERSIDAD TORCUATO DI TELLA

ROSENDO FRAGA

El desafío para

DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS NUEVA MAYORIA

los argentinos del Bicentenario es la concreción de una verdadera República, auténticamente representativa y efectivamente federal. Ese es el camino para la inclusión y el desarrollo

En su Centenario,

la Argentina presentaba orgullosa el ser el país más alfabetizado de Latinoamérica, donde la educación era considerada una prioridad. Hoy, es necesario un cambio que nos permita revertir la crítica situación que atraviesa nuestro sistema educativo. Si no lo hacemos, resulta claro que países como Chile y Brasil tendrán un lugar en el mundo mucho más destacado

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Una deuda es la

consolidación del estado de derecho. La propia predisposición de los gobernantes a eludir la sujeción de sus decisiones a la ley cuando saben que no serán sancionados lo impide

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ALDO NERI EX MINISTRO DE SALUD DE LA NACION Y VICEPRESIDENTE DE LA FUNDACION ARGENTINA PARA LA LIBRE INFORMACION (FULAI) Aunque no nos importara

la Justicia, la grave desigualdad social genera violencia, evapora la cohesión social, limita la economía, compromete la democracia y deteriora la calidad de vida de todos, incluidos a los que les va bien

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CARLOS RAIMUNDI PRESIDENTE DEL PARTIDO SOLIDARIDAD E IGUALDAD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Una de las principales

deudas del Bicentenario, advirtiendo que no creo en los absolutos, es nuestra incapacidad para resolver conflictos por vía de la negociación, del consenso, de la síntesis, esto es, saber escuchar en la inteligencia de que parte de la verdad puede estar en el otro. Desde el primer conflicto político de la argentinidad, Saavedra vs. Moreno, en adelante, tenemos la costumbre de resolver los conflictos por eliminación del opuesto. La superación de ello no es el pacto espurio, como suele suceder

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ALBERTO DALLA VIA PRESIDENTE DE LA CAMARA NACIONAL ELECTORAL El acatamiento del

proyecto de vida en común escrito en nuestra Constitución, para que la libertad, la igualdad y la fraternidad expulsen al clientelismo, al nepotismo y al transfuguismo

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DANIEL ARROYO EX VICEMINISTRO DE DESARROLLO SOCIAL DE LA NACION

SILVIA AUGSBURGER

Las principales deudas

de la Argentina de cara al Bicentenarios son: a) la definición de las áreas productivas estratégicas que deberán marcar el modelo educativo y el mercado laboral de las próximas décadas; b) la inclusión de los 900.000 jóvenes que no estudian ni trabajan y, c) el desarrollo de una política integral para los grandes centros urbanos que hoy tienen problemas de gobernabilidad por condiciones de hacinamiento, violencia e informalidad económica

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PRESIDENTA DEL PARTIDO SOCIALISTA DE LA PROVINCIA DE SANTA FE La desigualdad. Sin duda,

los protagonistas de mayo supieron que no bastaba separarse de España o de su rey, sino que era necesario proclamar la República inspirada en principios de libertad e igualdad. Doscientos años después, son la libertad y la igualdad las banderas que guían el camino a recorrer, para que la exclusión social, la marginación, la pobreza y la indigencia sean una vergonzosa experiencia del pasado

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