16 l ARAGÓN
Domingo 13 de julio de 2014 l Heraldo de Aragón
El furtivismo y la basura siguen arrasando el Mar de Aragón sin que nadie haga nada
HERALDO
Basura, acampadas, hogueras... Al problema del furtivismo se suma el de las toneladas de basura que se abandonan en el embalse, el de las acampadas ilegales, el de las hogueras... Además, los infractores acaban expulsando a muchos pescadores legales.
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Barbaridades. Desde arriba, la cabeza de un siluro; una tenca atravesada por anzuelos para usarla como cebo vivo; y dos carpas atadas para mantenerlas vivas.
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Artes prohibidas. Los furtivos utilizan redes de cientos de metros de largo de las que solo se salvan los peces más pequeños. También se ha detectado el uso de bastones eléctricos que acaban con todos los animales desde la superficie hasta el fondo.
La falta de vigilancia y la enorme afluencia de pescadores provocan que desde hace años el pantano de Mequinenza sufra todo tipo de desmanes La puesta en marcha de un coto en el que la cuota por pescar se destine a limpiar y vigilar está paralizada, aunque no resolverá todo el problema ZARAGOZA. El furtivismo, la suciedad y otros problemas asociados a la pesca siguen degradando el embalse de Mequinenza sin que ni el Gobierno de Aragón ni el resto de administraciones implicadas tomen medidas. La falta de vigilancia permite que en el Mar de Aragón y en sus orillas se estén cometiendo todo tipo de desmanes desde hace prácticamente una década, lo que puede comprometer el futuro de uno de los espacios naturales más emblemáticos de la Comunidad y de los muchos empleos que dependen del pantano. El pasado sábado, la Guardia Civil sorprendió a tres pescadores rumanos que transportaban dos toneladas de carpas y luciopercas en una furgoneta. Las habían capturado ilegalmente en un paraje de Sástago utilizando unos 1.500 metros de redes, un método de pesca prohibido. Según explicaron a los agentes, iban a llevarlas hasta Cas-
tellón para venderlas y destinarlas a consumo humano. A pesar de la importancia del decomiso, tanto la Federación Aragonesa de Pesca como los empresarios que se dedican a esta y a otras actividades deportivas en el embalse están convencidos de que el de esos furtivos no fue un caso aislado. «A los del otro día los cogieron por pura suerte, pero hay más grupos de extranjeros que se dedican a esquilmar el pantano aprovechando falta de vigilancia y que la ley es muy blanda –explica el propietario de un negocio de pesca que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias–. En una mañana pueden pescar lo que mi empresa en medio año, y si no se toman medidas va a pasar como sucedió en Italia con el río Po: que terminarán con todos los peces y Aragón que quedará sin el tesoro que supone tener el lugar más famoso de Europa para la pesca».
El embalse de Mequinenza tiene unos 500 kilómetros de orilla y recibe varios cientos de miles de visitas cada año, en torno al 80% de pescadores extranjeros que llegan atraídos por la pesca del siluro y de otras especies como la lucioperca, la carpa, el blackbass... Cuatro agentes sin barca Para vigilar esa enorme afluencia de gente desperdigada por un espacio tan extenso, el Seprona de la Guardia Civil solo dispone de dos patrullas que ni siquiera cuentan con una barca para acceder a las muchas zonas a las que no se puede llegar por tierra. Por su parte, los agentes de protección de la naturaleza (APN) de la DGA sí que disponen de una embarcación, pero en la zona que va desde Quinto hasta Fayón únicamente trabajan diez de estos forestales y además tienen otras muchas funciones además de la de
controlar la pesca. «Los fines de semana de verano, cuando más gente hay en el embalse, directamente no hacemos vigilancia porque los tres agentes que trabajan están destinados a la campaña contra los incendios», destacan fuentes de la asociación profesional que agrupa a los APN de Aragón. Esta falta de control permite que, como detallan los propios agentes, una «amplia mayoría» de los pescadores infrinjan la normativa y utilicen métodos de pesca ilegales: cebado de las aguas con toneladas de harinas orgánicas, utilización de cebos vivos no permitidos, colocación de sedales con decenas de anzuelos enganchados a árboles, boyas e incluso somieres viejos... Pescas masivas Además, en los últimos años se están detectando grupos más o menos organizados que se dedican a la pesca a gran escala.«Echan las redes de un lado al otro y capturan todos los peces que tengan más de cinco centímetros de diámetro –explica el propietario de la empresa de pesca, que trabaja en la zona desde hace 12 años y está en contacto con cientos de aficionados–. También utilizan bastones eléctricos que acaban con todos
los animales que haya desde la superficie hasta el fondo». Esos cientos –incluso miles– de kilos de pescado conseguidos de forma ilícita se suelen meter en arcones frigoríficos, aunque con especies como la carpa –que puede vivir cuatro o cinco horas fuera del agua si está húmeda– ni siquiera es necesario congelarlos. Los APN han constatado que los furtivos también se dedican a destripar y filetear los peces in situ para secarlos al sol como mojama, ahumarlos en hornos construidos en las orillas o hacer escabeches. «En Europa el kilo de carpa se paga a cinco o seis euros, y el de siluro, a diez, doce o incluso más –destaca el empresario pesquero–. Estos grupos trafican con los peces de Mequinenza con el único gasto de transportarlos». Un riesgo para la salud Fuentes del Seprona explican que, aunque la Guardia Civil tiene el «convencimiento» de que esas capturas a gran escala se venden para destinarlas al consumo humano, todavía no ha podido probarlo. «Estamos trabajando en ello, pero con los medios que tenemos y la amplitud del embalse no es fácil –indican las mismas fuentes–. Si conseguimos demostrarlo, estaríamos hablando de un delito contra la salud pública por introducir peces en la cadena alimentaria sin ningún control». Por otra parte, a la problemática del furtivismo hay que sumarle otros excesos relacionados con la pesca. El principal es la suciedad, ya que muchos de los pescadores que acuden al Mar de Aragón tiran sus basuras al agua o en las orillas provocando la acumulación de toneladas de residuos. Además, es habitual que acampen –lo que también está prohibido–, que enciendan hogueras, que incumplan las normas de navegación y de control del mejillón cebra... «Hay que ser más valiente» Aunque desde algunos sectores se reclama el endurecimiento de las leyes, el presidente de la Federación Aragonesa de Pesca, Norberto Royo, considera que el problema es la falta de vigilancia. «En el embalse de Ribarroja tenemos un único guarda y no pasa lo mismo que en Mequinenza», recuerda. Royo se muestra indignado con el bloqueo del coto que la Federación ha impulsado para el Mar de Aragón. Esa iniciativa supondrá que en el pantano haya que pagar por pescar y que los ingresos obtenidos se destinarán a limpiar y a aumentar la vigilancia. Sin embargo, la DGA ha paralizado su puesta en marcha alegando que incumple la ley de pesca. «Ahora nos dicen que no se permiten cotos de más de seis kilómetros, pero esa excusa no me vale porque hace año y medio no pusieron pegas –critica Royo–. Lo que pasa es que de nuevo no hay voluntad política y no se atreven a dar un paso adelante para resolver este problema enquistado... ¡menuda banda! Hay que ser más valiente». Pese a todo, el presidente de los pescadores aragonesa avisa de que el coto «no será la panacea que resuelva todos los problemas». De hecho, hay colectivos, como CHA, que se oponen a esta solución y proponen como alternativa que el Mar de Aragón sea declarado paisaje protegido. I. ARISTU