Cuadernos de Mambo 1

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Suplemento extraordinario de la Gaceta Mambo La Merced octubre 2006

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Distribuci贸n gratuita

Centro Hist贸rico: rescate sin rumbo sin rumbo


Para los “cuadernos” de Mambo

El

impulso a una publicación temática representa no sólo la consolidación de Mambo La Merced como un medio dirigido, desde la comunidad cercana a Casa Talavera, a un público diverso que inclu­ye a todos los que se interesen por la cultura barrial. También permite reflexionar en forma diversificada un tópico espe­ cífico. Así, los números temáticos que llevan por nombre “Cuadernos de Mambo” ofrecen al lector la oportunidad de profundizar en los temas que se tratarán. Relatos de hechos, crónicas, entrevistas, columnas de opinión y artículos en profundidad convergen aquí para enriquececer este abordaje desde puntos de vista distintos. El título de este número uno: “Centro Histórico; rescate sin rumbo” es explícito respecto de la problemática que encaramos. Diversos actores dan cuenta de la falta de claridad de las autoridades locales y federales en el proyecto de hacer del Centro Histórico —un lugar clave de la República, por sus connotaciones políticas, históricas y sociales— un entorno que, conservando sus valores, gane en habitabilidad y vuelva a ser el eje de la vida ciudadana, en cuanto ésta tiene de convivencia, sociabilidad e intercambio en todos los órdenes.

Así, un artículo de Norma Jarami­ llo hace un introducción a la foma en que ha impactado el proceso de la privatización del Centro Histórico en el comercio informal. Por su parte, en una entrevista exclusiva, el doctor René Coulomb, experto en el tema y prota­ gonista del mismo como ex direc­tor del Fideicomiso del Centro Histórico, confirma su impresión de que no exis­ te una polí­tica clara de gobierno que haga que los diferentes actores desa­ rrollen su actividad de una manera or­ ganizada y bajo un proyecto claro y definido. La misma versión, matizada con crí­ticas y perspectivas diferentes es expuesta a través de entrevistas a comerciantes, repesentates de asocia­ ciones civiles y otros actores que de­ sarrollan su acti­vidad cotidiana en el Centro Histórico. También en­riquece el número: un artículo que lleva por nom­ bre “Las dos caras de la fundación de Carlos Slim” en donde se ofrece tanto la versión oficial de la famosa Funda­ ción, como la crítica de uno de los actores que participaron en iniciativas cercanas a su proyecto. Finalmente el maestro Felipe Etche­nique nos ofrece una disertación acerca de la valoración de los monu­ mentos históricos en el marco de la discusión legal y filosófica acerca de la importancia del patrimonio cultural de la Nación. Es importante destacar que, para este número las ilustracio­ nes fueron realizadas por Luis Fon­ seca, artísta plástico que realizó un trabajo específico para acompañar el tema de esta edición. El resultado de todo este esfuerzo, es el primero de los Cuadernos, que irán intercalados con los números or­ dinarios de nuestro Mambo, procu­ rando una dosis más de reflexión que nos permita profundizar en la comple­ ja trama de la cultura barrial, en parti­ cular, aquella que atañe a este Centro Histórico. Valga pues, este pequeño aporte en ese sentido.


Centro Histórico: un espacio ¿para quién? Norma Angélica Jaramillo Puebla*

Los habitantes tradicionales; desplazados por el Estado y la iniciativa privada

La

conservación del patrimonio en el Centro Histórico de la Ciudad de México se ha convertido en una prioridad de las políticas y presupuesto del gobierno debido a que en él se concentran seis siglos de historia.1 Esta monumentalidad y riqueza cultural, característica del lugar, convivió con una variedad de actividades económicas, culturales y de gobierno que ahí se concentraron y sirvieron de incentivo para la atracción de un gran nú­ mero de personas que buscaban mejorar sus condiciones de vida. Pero esta convivencia no se ha realizado de manera pacífica sino que ha estado sujeta a tensiones producto de la variedad de actores e intereses que ahí convergen. A partir de los años sesenta, el vertiginoso crecimiento de la ciudad fue desplazando progresivamente varias de sus funciones hacia otras zonas; el deterioro urbano en sus barrios populares se fue acentuando, y el “Primer Cuadro” se redujo cada vez más a un centro comercial y de negocios.

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significa que para tener el derecho de uso del suelo se debe contar primero con la propiedad privada. A pesar del intento por convertir a los El predominio económico de la zona y las políti­cas de go­ comerciantes informales en propietarios de loca­ bierno encaminadas a la renovación urbana han provocado les ubicados en las plazas comerciales promo­ que en el Centro Histórico el uso del suelo se convierta en un vidas oficialmente, la principal limitante para el elemento de disputa capaz de movilizar y enfrentar a distintos acceso al uso comercial es el precio del suelo ya sectores sociales que tratan de recuperar el espacio en su que la mayoría no cuenta con los suficientes re­ provecho. Por un lado, existe un proyecto gubernamental de cursos para acceder a la propiedad. El problema desarrollo urbano que, en un anhelo monumentalista y de pre­ para el comerciante informal radica entonces en servación, otorga ciertas concesiones a la iniciativa privada el precio del suelo, el cual es resuelto por medio en la adquisición de edificios históricos para su conserva­ del acceso ilegal. ción y desarrollo la industria turística (hotelera, restaurantera, En este sentido, el comercio en vía pública no espec­táculos, etc.). Por otro lado, observamos cómo estas sólo tiene que ser visto como un problema de irre­ medidas intentan desplazar a deter­minados actores que gularidad económica ya que, si se participa en la durante años han configurado el paisaje y que ahora resultan economía informal es debido a la falta de algún tipo “no ser compatibles con el entorno urbano”.2 de percepción económica formalmente reconocida; Las políticas de gobierno encaminadas a la “rea­pro­ razón por la cual esta actividad se convierte en una pia­ción colectiva del espacio público” generan una serie forma posible de sobrevivencia. de conflictos entre quienes se disputan el uso del suelo, Esta problemática hace reflexionar sobre los pa­ es decir; entre el gobierno, comercio formal e informal. rámetros que deben intervenir en la construcción de La variedad de actores y la multiplicidad de usos que la ciudad. Estos, además de considerar la conserva­ se pretenden validar genera constantes querellas por ción y homenaje a su arquitectura, también tomar en imponer la forma que debe predominar en la realiza­ cuenta las prácticas sociales generadas a partir de ción de la actividad comercial.3 En estos conflictos se la convivencia entre sus diversos habitantes. Actual­ puede observar el enfrentamiento entre diferentes mo­ mente se valora más lo monumental que lo intangible. delos de ciudad. Uno que refiere al “buen” uso del Cuando se hace referencia al Centro Histórico se habla centro, muestra de desarrollo y modernidad, reflejado de edificios, pero no se habla de las personas, actitudes, en sus funciones patrimoniales y de negocios; y otro hábitos, emociones y formas de vida de quie­nes lo ha­ rela­cionado con el “mal” uso, símbolo del subdesarro­ bitan. Presenciamos la manera en que el Estado valida llo, representado por el comercio informal. y excluye usos. La población que habita en el lugar El choque de estas dos visiones ayuda a com­ donde se concentran las expresiones del patrimonio se prender porqué actualmente el proyecto de mejo­ les quita la posibilidad de apropiarse del patrimonio ramiento de la imagen urbana y la preservación de para integrarlo a sus referentes de identidad, así como monumentos, ha permitido la expansión de la inicia­ de participar en la políticas relacionadas con su entorno, tiva privada en el Centro Histórico, al mismo tiempo son otros los que gozan del usufructo directo e indirecto que no cesa en su intento por desplazar o reubicar del patrimonio construido. a los comerciantes de vía pública4 quienes, a su El homenaje al patrimonio está poniendo barreras vez, pretenden asegurar su permanencia aludiendo para que la población pueda apropiárselo en su vida co­ a la tradición comercial que ha prevalecido durante tidiana y está generando la exclusión de grupos sociales años en la zona, a su papel como agentes dispues­ y funciones tradicionales de la zona histórica como centro tos para proporcionar determinados servicios y pro­ de socialización cotidiana, de comercio y de circulación. ductos,en respuesta a una población móvil. Este monumentalismo deja de lado la cultura recreada por El gobierno establece condiciones preferen­ los diversos habitantes que dan vida al centro histórico, ciales para grandes empresas transnacionales y, contrariamente, el cambio en el uso del suelo excluye a siguiendo con la actual orientación de las medi­ ciertos sectores sociales que pretenden ser reubicados en das neoliberales, es menos benevolente con el espacios alejados para la salvaguarda del patrimonio. pe­queño comerciante. Esto se observa en la pro­ El gobierno para llevar a cabo su proyecto de ciudad moción de las plazas comerciales y su revitalización democrática debe tomar en cuenta la opinión del conjunto de estos últimos años, es decir, la refuncionaliza­ de actores que habitan y dan vida al Centro Histórico. ción del área en términos del comer­cio formal y de reactivación del mercado inmobiliario. Esto

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Víctor Martínez

Siglo XIX - XXI

I

• En 1808, en el ayuntamiento de la Ciudad de México, la iniciativa autonomista de Francisco Primo de Verdad y Ramos, inició de hecho el movimiento por la independencia nacional. Después del Grito de Dolores, las fuerzas de Hidalgo llegaron hasta Cuajimalpa, a las puertas de la capital, pero el líder insurgente temeroso de que un ataque causara daños excesivos a los habitantes de la ciudad de México, optó por emprender la retirada.

* Estudiante de doctorado en antropología social de la Universidad Autónoma Metropoli­tana, Iztapalapa 1 En 1980 el Gobierno Federal declara al Centro Histórico como Zona de Monumentos Históricos; y en 1987 se hace merecedor del máximo recono­ cimiento internacional, al distinguirlo con la deno­ minación de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. 2 La Jornada, 22 de noviembre de 2000; La Jornada, 3 de noviembre de 2005. 3 Muestra de estas querellas son las notas aparecidas en el periódico La Jornada los días 16 diciembre de 2005, 16 enero de 2006 y 6 abril de 2006; 4 Los datos del Fideicomiso Centro Histórico mues­ tran la participación de la iniciativa privada en el rescate del Centro Histórico. www.centrohistorico.df.gob.mx/fideicomiso

Historia mínima del Centro Histórico

Lo que hasta la fecha hemos observado la manera en que éstos han trabajado más para destruirse o ignorarse que para construir una ciudad que de cabida a todos. Urge la necesidad de abrir espacios de discusión donde sean considera­ das las diversas opiniones y se pueda lograr una ciudad monumental que incluya a todos los habitantes. Es necesario que en la ciudad se creen mecanismos institucionales por medio de los cuales los habitantes establezcan compromisos y acuerdos para participar en la conservación del patrimonio al mismo tiempo que realizan sus actividades comerciales y de sobrevivencia. Una ciudad de­ mocrática debe poner fin a la exclusión social a través de un poder público comprometido con todos y que cumpla con su función como regulador de los diversos intereses.


La vivienda: cuando la gente es parte del problema En estos artículos intentamos esbozar aspectos contrapuestos del vasto problema habitacional en el Centro Histórico. Por un lado, ciertos vecinos se sienten desplazados por las constructoras que con estrategias voraces, hacen su agosto comprando predios antiguos; por el otro, parece perfilarse una nueva generación de habitantes que, a semejanza de las ciudades europeas, son capaces de pagar precios exhorbitantes por el privilegio de vivir en una zona que es patrimonio histórico de la humanidad.

Los vecinos contra el desalojo Patricia Villanueva

C

omo una manera de hacer realidad las buenas intenciones expresadas en el Programa para el Rescate del CH de la Ciudad de México —documento suscrito por empresarios y jefes de gobierno local y fede­ ral—; las inmobiliarias Centro Histórico, de Carlos Slim y Lomelí-Collet, de Manuel Aran­ go, compraron edificios que remodelan, para poblarlos “con habitantes y actividades que valoren económicamente su monumentalidad y que puedan pagar por ella”. El conflicto se desata cuando la estrate­ gia de las inmobiliarias para adueñarse de los predios es desalojar a la gente que los habitan, llevando gente externa a esta zona y ofreciendo una cantidad del 25 por ciento menos del valor real de la propiedad. Por tal razón se formó la Unión de Ve­ cinos y Comerciantes del Polígono Centro Histórico (UVCPCH), con los fines de: dete­ ner el desalojo, exigir un planteamiento de la importancia del respeto del patrimonio histórico e integrar en estos reclamos a los comerciantes y vecinos de la zona. La UVCPCH, conformada por 150 comer­ ciantes y vecinos representados por José Luis

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Solís, Teresa Gonzáles, Armando Villar, María Concepción Ruiz, Oscar Rivera y Enrique Valle, afirman que la gente que vive en estos predios no es indigente y manifiestan que el programa, lejos de res­ catar el patrimonio histórico, está rom­ piendo con los usos y costumbres, del centro: “la cultura del esfuerzo de la que vienen quienes viven aquí”, afirman. Sostienen que han sido objeto de pre­ siones para vender los predios. “Los edi­ficios habitacionales que presentan adeudos del predial son desalojados por la delegación Cuauhtémoc con el fundamento de que el empresario Carlos Slim ha cubierto las deu­ das del inmueble”, comentan. José Luis Solís, representante del movi­ miento, relata que, en marzo de este año su negocio de electrónica fue clausurado por la delegación, bajo el argumento de no tener el uso de suelo apropiado. “Eso es falso, nosotros también podemos remode­ lar los inmuebles, si la delegación nos da las mismas facilidades que le ofrece a Slim y a Arango; sólo queremos que nos dejen trabajar”, —afirma José.


El nuevo centro: lujo y sofisticación Javier Garibay Según el clasificado de vivienda en el Centro Histórico (CH), existen las viviendas de interés social, condominios, departamentos para familias de clase baja y media alta, así como también una opción para quienes luego de invertir un cuantioso ca­ pital millonario, desean habitar en alguna de las zonas más exclusivas del nuevo y regenerado CH. Se trata de proyectos impulsados por desarrollos inmobiliarios que apuestan todo por recuperar lotes en ruinas, situados en zonas tan privilegiadas, cuyo valor económico va en incremento año con año. Del mismo modo, ofrecen a sus acreedores “un magnífico nivel de vida que supera a muchos de los espacios habituales de vivienda en el CH”, asegura uno de los asesores inmobiliarios de un desarrollo situado sobre la calle de Iturbide. Los nuevos desarrollos edifican espacios de vivienda sofisticados; dotados de ser­ vicios tales como alberca, gimnasio, sala de cine, terrazas y bussines center. El valor

II

• El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró en la ciudad de México con lo que quedó consumada la independencia. El desfile triunfal de dicho ejército se produjo por el Paseo de Bucareli, la calle de Corpus Christhi (hoy avenida Juárez) la actual calle de Madero y la Plaza de la Consti­tución, llamada así desde 1813 en honor de la Carta de Cádiz. En 1822 Iturbide organizó una manifestación supuestamente espontánea, en avenida Madero que influyó para que fuera coronado emperador. El 18 de noviembre de 1824, poco después de ser promulgada la Constitución, en lo que fuera territorio del estado de México se creó el Distrito Federal. sede de los Poderes de la Unión, que ocupó dos leguas radiales a partir de la Plaza Mayor.

Centro Histórico. Cuando se rompen de este modo los usos y costumbres la zona termina no siendo negocio para nadie , -comenta-; Slim y Arango están compran­ do un CH que a las nueve de la noche es un panteón”. En cuanto a los ambulantes, la UVCPCH señala que el gobierno quie­ re confrontarlos con los comerciantes establecidos. “El director de programas delegacionales, Enrique Filoy Ramos, sólo ampara a los ambulantes, dejando nuestras quejas a la delegación Cuau­ htemoc que no nos dá repuesta alguna”, sostienen los representantes de la unión vecinal”. Ante esta situación, la unión realiza protestas en actos y manifestacio­ nes “pacíficas y razonables, a pesar de no llegar a un acuerdo.” La unión tiene previsto continuar con la resistencia civil gradual, conforme a la respuestas del gobierno, puesto que no quieren suprimir a los ambulantes, sino consolidar una planeación urbana donde todos colaboren. “El de afuera -dicen- no es el enemigo, el enemigo es la corrup­ ción, la excesiva regulación y todo el fe­ nómeno de especulación inmobiliaria. “De modo que convocan a un diálo­ go directo con los empresarios que reali­ zan la remodelación, donde se establezca una política de planeación y se integren a los comerciantes establecidos, vecinos, ambulantes junto a los intereses de Slim y Arango”. En suma se trata de escuchar a los pobres y luchar contra la corrupción, todo con el fin de no terminar con el verda­ dero patrimonio histórico… su gente.

• En el templo de La Profesa, en 1820, se produjo la conjura conocida como las Juntas de la Profesa , que promovió el ascenso de Iturbide a la comandancia general del ejército realista, quien se unió a los antiguos insurgentes sobre las bases del Plan de Iguala.

Un ejemplo de las presiones que denun­ cian los representantes vecinales es el de la cantina El Gallo de Oro, con más de 80 años de tradición en el centro capitalino. “Enrique Valle Durán, copropietario del lugar, recibió una propuesta de un grupo representado por Slim donde le compraban al contado el edifi­ cio al 60 por ciento del valor y le respetaban 10 años co-renta que él fijara -afirman los representantes del UVCPCH-, pero no aceptó por el temor en que, cumplido el plazo, se deshicieran de él. Pocas semanas después, no sólo la entrada de su establecimiento, sino toda la acera estaba llena de ambulantes, lo que dificultaba en gran medida su trabajo”. Los miembros de la asociación vecinal afirman que los ambulantes se encuentran en connivencia con esta estrategia de los empre­ sarios, que los utilizan como un medio de “ejer­ cer presión a los comerciantes establecidos, al tapar la entrada del local, provocando la caída de las ventas. Esto trae la especulación inmobiliaria, pues les permite comprar barato, remodelar y vender caro. Cuando bajan tus ventas, aparecen las inmobiliarias Centro His­ torico y Lomelí-Collet con una oferta que ya no puedes rechazar, aunque está por debajo del precio real”, explica José Luis Solís. “Siguiendo esa estrategia las inmobi­ liarias se han apoderado de 50 edificios de valor artístico, cultural e histórico, princi­ palmente en las calles de Mesones, Regina, Bolivar, Bucareli, República de El Salvador, República de Uruguay y San Jerónimo -afir­ ma Teresa Gonzáles, asesora del movimien­ to-,“nos traen a gente tan ajena como los que están en la calle de Regina, muchachos que no comparten la cultura popular del


por metro cuadrado es de 2 mil 282 dólares, que aplica para espacios de 45 a 92 metros cuadrados por departamento. Pese a los elevados costos, algunos desa­ rrollos como Puerta Alameda, han vendido poco más del 80%, aún sin concluir la obra, en donde el más barato de los departamentos de lujo llega a valuarse en 2 millones 700 mil pesos. En su mayoría sus compradores son extranjeros, ejecutivos, pequeños inversionis­ tas y funcionarios públicos los que adquieren este tipo de viviendas. Otro de los exclusivos proyectos se ubica en la calle de Donceles 1 y Marconi 2, en donde casi se concluyen los trabajos de construcción, remodelación y adaptación de inmuebles que, en anteriores épocas, fueron parte del Banco de México y hoy ya son propiedad del empresario Carlos Slim. Actualmente Slim posee 48 inmuebles de este tipo, destinados para la vivienda de clase media y alta. Según la Fundación del Centro Histórico, el fomento de vivienda en la zona es parte de un proyecto que pretende revitalizar económica y socialmente la demar­ cación, así como rescatar inmuebles que ac­ tualmente son ocupados como bodegas y al­ macenes de comercio, y que bien pueden ser aprovechados como espacios habitables. “El prototipo de vivienda que hoy surge en la parte habilitada del CH mantiene como característica la exclusividad. No es fácil adquirir un espacio dentro de esta zona tan agradable, pues quien desee vivir aquí, de manera forzosa, necesita tener amplias po­ sibilidades económicas” comentan con desani­ mo Ernesto y Alejandra, un matrimonio que pese a tener “ingresos mensuales favorables” no les será posible adquirir un departamento en el tan prestigiado desarrollo Living CH. Muchas de las mejoras en el CH son mo­ tivo de oposición. Vecinos y gente que suele visitar la zona aseguran que pese a los cons­ tantes cambios, el incremento en el costo de las rentas o el traslado de negocios a otros puntos no han sido nada favorables. “Conforme el valor de suelo incremente por la construcción de importantes inmuebles, pienso que sí nos veremos afectados, y quizá hasta desplazados a otros sitios porque se­ guramente no les agradará la idea de tener aquí mismo negocios de este tipo” comenta Leticia, una comerciante que actualmente tiene un pequeño puesto en la esquina de López e Independencia, junto a la plaza Santos Degollado y quien por razones parti­ culares prefirió no dar su nombre.

Entrevista a MALÍ HADAD,funcionaria de la Fundación del Centro Histórico

“Promovemos la revitalización y restauración” La siguiente entrevista fue realizada a Malí Hadad, funcionaria de la Fundación del Centro Histórico, organizada por al empresario Carlos Slim, con el objetivo de conocer la versión oficial de los planes y metas de la institución. ¿Cuál es el objetivo de crear una fundación que ten­ ga que ver con el Centro Histórico? La Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México es una asociación sin fines de lucro creada con el propósito de promover la revitalización y restauración del Centro Histórico de la Ciudad de México. En este espacio urbano, patrimonio de la humanidad por decla­ ratoria de la UNESCO, colaboramos con el gobierno federal mexicano, el gobierno de la Ciudad de México, instituciones privadas y organizaciones sociales, apo­ yando las iniciativas que lleven a más gente a habitar, trabajar, comprar y divertirse en el Centro Histórico. ¿Qué programas y actividades están realizando? Trabajamos en varios proyectos diferentes: coordina­ mos obras para detener el hundimiento del Centro Histórico causado por la extracción excesiva de agua del subsuelo y mejorar la disponibilidad de la misma; procuramos brindar más seguridad y mejores servicios públicos; también desarrollamos programas sociales y culturales en la zona. ¿Quiénes participan o colaboran con las activi­ dades que se realizan en la fundación? Invitamos a empresas privadas y públicas como Teléfo­ nos de México y Luz y Fuerza del Centro a aprovechar el esfuerzo de modernización de la infraestructura del drenaje y renovación de banquetas que realizó el Fi­ deicomiso del Centro Histórico. Nuestro papel ha sido


Oyuki Martínez

impulsar la colaboración de los go­ biernos federal y local y sumar es­ fuerzos de entidades privadas y pú­ blicas. Así se mejoró, por ejemplo, la infraestructura de iluminación. Para mejorar la seguridad, con ese mismo espíritu de colaboración con la Procuraduría General de la Repú­ blica y la Secretaría de Protección y Vialidad, se estableció un puesto de mando, una central de alarmas, cámaras de monitoreo con 100 lí­ neas telefónicas asociadas, cáma­ ras digitales, computadoras y se dotó a los vehículos de seguridad de nuevos sistemas de comunica­ ción y se mejoró el equipamiento de 28 unidades de vigilantes que circulan permanentemente por las calles del Centro Histórico en auxilio a la población. Para que los habitantes del Centro Histórico tengan acceso a servicios de Sa­ lud de Calidad, en coordinación con la Secretaría de Salud y con el apoyo de la Fundación Telmex, se firmarón convenios de trabajo conjunto con hospitales, asilos y clínicas de salud mediante los cua­ les se les apoya a mejorar su equi­ pamiento y se les otorga asesoría técnica en operación de equipos especalizados de tecnología avan­ zada. Funcionamos como una red

de información y de canalización de demandas de servicio para dar respuesta a todas las demandas de salud de la comunidad. ¿Qué tipo de programas so­ ciales desarrollan? Tenemos varios proyectos: con el de nue­vos negocios y generación de empleo, hemos generado 5 mil em­ pleos nuevos en la zona, así como un número similar de empleos indi­ rectos. Al abrir alternativas de de­ sarrollo social para las familias que han vivido ahí por generaciones se abren nuevos horizontes a los jóvenes. Con el de Jóvenes Cons­ tructores se logró la rehabiliatción de una parte considerable de la Casa Nacional del Estudiante que deata de 1910. A la fecha se han otorgado créditos a 277 microem­ presarios. Además del crédito se ofrecen asesorías en tres campos principales: técnica, administrativa y formativa. Además, INTTELMEX desarrolla una herramienta tecno­ lógica destinada a microempresa­ rios que facilitará el control técni­ co y financiero de sus negocios. También se están analizando los indicadores que permitirán medir con precisión el impacto social del programa. Además, en coordina­ ción estrecha con la Secretaría de

III

• Durante el motín de la Acordada , en diciembre de 1828, fuerzas militares bombardearon el Zócalo, en tanto que el mercado del Parián fue vaciado e incendiado por la multitud insurrecta. • A fines de 1832, cuando las tropas de Santa Anna se acercaban a la ciudad, el ayuntamiento y el gobierno de Melchor Múzquiz decretaron el estado de sitio y crearon tal clima de inseguridad que muchos propietarios huyeron hacia Puebla. • Al triunfo del centralismo, el Distrito Federal desapareció y su territorio fue incorporado al departamento de México en 1836. Fue restablecido el Distrito Federal en 1842.

Lasdos carasde la fundación deSlim


Educación Pública, la Fundación del Centro Histórico lleva a cabo un modelo de rela­ ción piloto por una educación de calidad, en cuatro escuelas (dos primarias y dos secundarias) para mejorar el nivel acadé­ mico de los planteles. Las escuelas se han beneficiado con el acceso a las nuevas tec­ nológias de la información. Paralelamente, tenemos un programa de la fundacion del Centro Historico, con la colaboración del GDF a traves de la direccion de empleo y capacitacion, civiles y privadas, con el objetivo de transmitir el dominio de los ofi­ cios artesanales tradicionales rehabilitando muebles e inmuebles, espacios públicos y comunitarios en el Centro Histórico. ¿Según la Fundación se está revitali­ zando el Centro Histórico? El retorno al Centro Histórico de estable­ cimientos comerciales y de servicios le ha dado nueva vida ciudadana al Centro y ha mejorado la convivencia. La Fundacion del Centro Histórico promueve la oferta de vivienda a precios accesibles; invita a ne­ gocios comerciales, de servicios y de entre­ tenimiento a instalarse en esa área, aprove­ chando los estímulos fiscales establecidos por el gobierno federal y el gobierno de la Ciudad de México. ¿Qué pasa con la restauración, recu­ peración y conser­vación de inmuebles? El Centro Histórico de la Ciudad de Méxi­ co fue declarado patrimonio de la Huma­ nidad por la UNESCO en 1987. A partir de entonces se aceleró la restauración de los inmuebles en esta área. La Fundación del Centro Histórico apoya la restauración de inmuebles exclusivamente en función de la actividad o uso que asegure su con­ servación y mantenimiento permanente. Todas las restauraciones que apoya la Fundación tienen el propósito que la gente viva, estudie o trabaje en esa zona urba­ na. Es la actividad humana, la presencia de gente y actividades comerciales y cul­ turales lo que hará del Centro Histórico un centro cultural vivo y dinámico.

Entrevista a Israel Cortés, ex coordinador de Casa Vecina

“Quieren apropiarse de la vida cultural” Creador escénico y promotor cultural, Israel Cortés, es un artista independiente que reside en el Centro Histórico. Fue contratado como coordinador de artes escénicas, de agosto de 2005 a mayo de este año, en el Espacio Cultural Casa Vecina, que depende de la Fundación Centro Histórico. Su visión de las actividades de la Institución aportan otra versión de los fines y estrategias de la Fundación. ¿Qué hacías en Casa Vecina? Recibía un sueldo como cordinador, muy bajo, y a cam­ bio ofrecía espectáculos y talleres. Le daba vida a un espacio cultural, y al no estar de acuerdo con su política de administración, levanté la mano para indicar sus erro­ res y encontré una gran intolerancia a la autocrítica, falta de agradecimiento y de valoración de lo que son los ar­ tistas. Porque no los conocen, no conocen el trabajo y el proceso de lo que es tener una vida dedicada al arte. ¿Cuál fue el objetivo de la Fundación para crear centros culturales como Casa Vecina? Por un lado, la Fundación persigue fines inmobiliarios. Una parte de la institución es la encargada de comprar edificios que están o estaban ocupados por muchos años. Los consigue a precios muy bajos, los remodela, y consigue buenas ganancias. Paralelamente, la dirección de difusión cultural de la Fundación, dirigida hasta hace unos meses por , Pablo Abunrrat, ingeniero de profesión, tuvo el propósito de crear algo así como un barrio de artistas, a través del cual transformar el Centro Histórico en un lugar atractivo y bohemio. ¿En qué consisten los proyectos culturales de la Fundación? Estos proyectos están divididos: en primero es el que lla­ mamos el corredor cultural: que va de la calle Madero a los circuitos principales, y tiene que ver con espacios co­ merciales, a los que se ha apoyado con infraestructura. Por otro lado, está está el corredor del divertimento que va del Teatro Blanquita, atraviesa la calle Cuba y llega hasta el Teatro Lírico.


IV

• El 6 de diciembre de 1844 la población capitalina tomó la calle, derribó las estatuas que el dictador se había erigido frente al teatro Nacional y en el Parián, y desenterró la pierna que el gobernante había perdido durante la guerra de los Pasteles, miembro que hizo enterrar con gran solemnidad.

de Oriente y de Casa Talavera. La idea era que pudieran tener una formación artística real, de forma gratuita. En este año Casa Vecina decidió cobrar arbitrariamente los talleres, y me sacaron porque no existe una verdadera política cultu­ ral dentro de la Fundación y Casa Vecina es resultado de ello. Se podría decir que los pro­ pósitos de la Fundación no son totalmente desinteresados... Eso lo demuestra su política inmo­ biliaria. No tiene ningún escrúpulo para desalojar gente. Alrededor de Casa Vecina han sido desalo­ jados una juguería y una pulque­ ría. Una pequeña empresa que fa­ brica máquinas de coser que lleva décadas en el lugar, está amena­ zada. Los funcionarios no ven en nuestros artesanos y en nuestros ofi­ cios un patrimonio cultural. ¿Qué va a pasar cuando desaparezcan los sastres, las costureras, las im­ prentas, que no pueden pagar las rentas que están pidiendo las inmobiliarias? Tenemos también el ejemplo de una supuesta “galería de arte” que, finalmente se dispo­ ne a quien tenga la capacidad de pagar la renta, sin considerar en absoluto su calidad artística. ¿Qué pasa con las plazas públicas? Las plazas públicas deben seguir siendo públicas. Lo que hace la Fundación es apropiarse de los es­ pacios, no se está beneficiando a la comunidad arraigada en el Cen­ tro Histórico, y la otra comunidad, la que está siendo invitada por la inmobiliaria para ocupar su espa­ cio es externa, ajena a los intereses de los habitantes históricos.

• En 1843 el DF fue convertido en Distrito de México. Cuando la Junta Nacional de Legisladores publicó las Bases Orgánicas, que convirtieron de nuevo a Santa Anna en el hombre fuerte, ordenó demoler el Parián y levantar un monumento a la independencia en el centro de la Plaza Mayor. Como sólo se construyera el basamento o zócalo, éste quedó ahí durante varios años y acabó por darle nombre a toda la plaza.

¿Cuál es tu impresión de la Fun­ dación? Yo tengo la impresión de que la Fun­dación del Centro Histórico quiere apropiarse de la vida cul­ tural en el Centro Histórico. Basta dar solo un ejemplo, como lo es la Clínica Regina: un edificio ha­ bitacional, que funcionó como clínica y que actualmente ha sido convertido en Centro Cultural por uno de los nietos de los dueños originales, Andrés Mendoza, artis­ ta plástico que desde hace más de una década empezó a crear proyectos completamente autóno­ mos, para generar una comunidad artística. Este espacio está dentro de los límites del corredor cultural planteado por la Fundación. Lo que hizo la Fundación es integrar esos proyectos. Al mismo tiempo, la inmobiliaria remodela los edifi­ cios y los ofrece intencionalmente a creadores y artistas, que escoge según el perfil requerido. Posterior­ mente, comenzaron a generar even­ tos culturales, invitando a artistas vinculados, sobretodo, a las artes visuales, algo que tampoco funcionó. ¿Casa Vecina fue un proyecto exitoso? Tenía la infraestructura y el impacto que buscaba, pero no el consenso de los vecinos. Por una parte los vecinos agradecen que sus hijos tengan una opción de desarrollo humano, pero si este proyecto cobra cuotas por encima de las posibilidades de la gente, enton­ ces son talleres que tienen uno o dos alumnos. El año pasado hice una política de financiamiento: trabajaba con treinta o cuarenta alumnos becados que participa­ ban también en talleres del Faro


Sin plan de gobierno claro, no habrá rescate que funcione Mariano Andrade

De

origen francés, el doctor René Coulomb llegó hace 32 años a México, país que siente como su patria. Desde los años 70 ha trabajado activamente como sociólogo urbanista en diversas asociaciones civiles encargadas de encontrar soluciones a problemas habitacionales del Centro histórico del Distrito Federal. En los 90 fue nombrado director del Fideicomiso del Centro Histórico y, como tal, fue protagonista en la elaboración del “Plan de Rescate” que firmaron, entre otros, los jefes de gobierno —tanto de la República como de la ciudad—, altos representantes del clero, del ámbito empresarial, como Carlos Slim, de los medios de comunicación y la sociedad civil. Actualmente, retirado del ámbito político, como coordinador de la maestría en Planeación y políticas metropolitanas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), René Coulomb, puede expresar su visión crítica de esos emprendimientos, a los que en general considera como poco efectivos sin una conducción política real, que encamine a acuerdos respetados por todos los sectores, que hoy, en forma anárquica, voluntarista o interesada, intentan dirigir la solución de los urgentes problemas que aquejan a esta zona, que cumple con la difícil función de centro político, histórico y simbólico de nuestro país.

Las tres etapas históricas recientes En un reciente ensayo, René Coulomb presenta tres etapas en la historia reciente de estos emprendimientos de rescate del Centro Histórico. La primera, de los años 70 a los 80, se caracteriza por una importante intervención guber­ namental en la que, además de reconstruír unas 45,000 viviendas, se rea­lizan planes muy extensos de desalojo de vecinos, que son enviados a condominios de in­terés social construídos para ese fin en la pe­riferia urbana. “Todos los grandes conjuntos habitacionales de Iztapalapa se hicieron a partir del desalojo de vecindades de Tepito, Guerrero, la More­los... los barrios bravos de vecindades deterioradas. Sin embargo, mucha gente se negó a irse. Uno de los lemas de la Cooperativa Guerrero, era, por esas épocas: “Queremos morir en la Guerrero, pero no aplas­tados” y en Tepito, tenían un lema que era “Cam­biar de casa, pero no de barrio”. Sus propues­tas eran crí­ticas con la renovación que se propo­nía. También se pretendía mantener la vincu­ lación de la vivienda con el trabajo, con el artesano, con el comer­cio... Mantener también, el patrón espacial de una vivienda como espacio privado, con un patio como espacio semi-público que daba a la calle”. A pesar de que Coulomb participó directamente en estas movilizaciones populares en contra de los desalojos, considera importante la intervención públi­ca ya que cons­ tituyó un hito único en la historia: “a partir de esta interven­ ción, lamentablemente, no ocurrieron cosas de gran tras­ cendencia en el Centro Histórico. Esa continúa siendo la gran acción de vivienda en la zona. En ese entonces se


decía mucho que la gente iba a especular con la vivienda nueva, que la iban a vender, que en Tepito y en otras par­ tes de comercio ambulante, se iban a convertir las vivien­ das en bodegas. Y, aúnque hubo algo de eso, en general no fue así”. Todavía dentro de la primera etapa, los sismos del 85 representaron un momento crucial en la historia de las relaciones entre el gobierno y la organización popular que ya se encontraba activa. “la gente ya tiene todas estas reivindicaciones presentes. Mientras el gobierno y las insti­ tuciones, que continúan organizando el desalojo, se topan con la resistencia de la gente, las organizaciones sociales, las ongs y las universidades, proponen otra cosa”. Todo esto influye para una nueva organización del rescate, que ya muestra otra relación de fuerzas entre el gobierno y las em­presas que comienzan a hacer­se cargo de ciertas acciones. “Entonces llega Camacho Solís a la Regencia de Go­ bierno con la historiadora la dra. Alejandra Moreno Toscano, que se conoce muy bien la zona. Ella es la Secretaria de Desarrollo y Equidad Social del gobierno. Y convoca a em­ presarios, propietarios de medios, representantes de la Igle­ sia, de los medios, comerciantes. Allí, ya en los años 90, llegan Carlos Slim, Roberto Hernández de Banamex, un padre de la Iglesia de Santo Domingo, Jacobo Zabludowsky, Carlos Pa­ yán... Todos ellos conforman un patronato que, a su vez, se dota de un fideicomiso, el del Centro Histórico. “Este comienza a desarrollar un programa que se llamó: “Échame la manita”, que estableció una especie de divi­ sión del trabajo donde el gobierno actúa en los espacios públicos, para mandar la señal del valor que represen­ ta esa zona y, por otra parte, crea incentivos fiscales. La realidad es que esos incentivos se fueron incrementando, porque el 3 % de la inversión con el que se comenzó no era suficiente. Así, el gobierno de la Ciudad trabajó para mejorar la imagen urbana del Centro histórico. Se cambió el mobiliario, se colocaron cestos de basura, se mejoró la iluminación y se renovó todo el pavimento”. De esta etapa y las siguientes, que a juicio de Coulomb, no son más que una prolongación de la misma,

el catedrático cuestiona su limitada acción a una pe­queña parte de lo que representa el Centro histórico. “Desde la academia dije que este programa era puro fachadismo, una escenografía...” La segunda etapa termina con la desaparición de este Patro­nato, que era una Asociación Civil y la del Fideico­ miso vinculado al mismo, que era privado. En la tercera etapa el Fideicomiso se convierte en público. “Allí llega como directora Ana Lilia Zepeda, en la gestión de Andrés Manuel y se instituye un consejo consultivo de más de 120 personas, para la foto. En el Palacio Nacional asiste todo mundo. En el fondo, se retoma la idea de mezclar iniciati­ va privada y pública. Hay una especie de reconciliación entre Andrés Manuel y el presidente Vicente Fox, que duró el tiempo de la foto. Allí se crea un Comité Ejecutivo, ahora sí, encabeza­ do por Carlos Slim, está también Jacobo Zabludowsky, y Alejandro Encinas por el gobierno de la ciudad, el gobier­ no federal, con el secretario particular del presidente, la iglesia, con el cardenal... Pero ese comité ejecutivo tampo­ co funciona, como no funciona el consejo consultivo, que nunca se volvió a reunir.

Entrevista a René Coulomb, ex director del Fideicomiso del Centro Histórico En relación con las edificaciones se repite el programa de Echame una manita. Se intervienen las fachadas en la misma zo­na; el cordón financiero. Yo digo que es la parte bonita, la ciudad de los palacios, del Zócalo hacia la Ala­ meda. Por entonces escribí un artículo que decía: “llueve so­bre mojado”, siempre es la mis­ma zona, hasta el Pala­cio Nacional. Una gran zona, aque­lla que no es presentable en términos turís­ticos, la que requiere más infraestructura e inversión, queda totalmente fuera del proyecto. “La Merced, por ejemplo, implica un 40 % de los edificios catalogados del Centro Histórico. En el 87 la UNESCO, había reconocido al Centro Histórico, junto con Xochimilco, como patrimonio de la Humanidad. En el cen­ tro se dispone un perímetro A y otro B. De estos 1500 edificios catalogados. El 40% de este perímetro A, queda en La Merced... Y sin embargo, no se los atiende”.


“Lo que está pasando es que se va a lo más fácil, a lo que no representa gran riesgo para la inversión —sos­tiene Coulomb—. Aquí no hay proyecto, porque se podría decir: existe un pro­ yecto especulativo que, como pasó en Europa, se tiende a revalorizar un área para sacar provecho econó­ mico, de las propiedades que están en manos de unas 6000 personas, (existen 9000 pero 3000 ni siquiera están en el catastro)... pero ni siquiera existe esto: de las 600 manza­ nas que forman el Centro Histó­ rico, se actúa en 40 o 45. Es lo más visible, lo más fácil”.

En relación con eso, el BID, Ban­ co Interamericano de Desa­rrollo, su­ giere vender el patrimo­nio para crear un círculo bondadoso. Atraigan turis­ tas y con sus divisas van a reinvertir. El turismo aparece ahí como el motor del rescate de un centro Histórico. Suena lógico, pero ¿dónde está escrito que esto es patrimonio de los mexicanos? Néstor García Canclini ha es­crito varias cosas al respecto. El piensa que en América esto es una vacilada.

¿Qué sucede en otros países con este tema? Europa por ejemplo, vive bien de su patrimonio, porque lo explota mediante el turismo. Pero hay también una mayor apropiación del patrimonio por parte de la población. Que entiende que de eso se vive, pero hay restaurantes, productos típicos, postales, se pueden vender muchas cosas... pero es muy valioso que la gente haga suyo este patrimonio.

Entrevista a René Coulomb, ex director del Fideicomiso del Centro Histórico

QUIÉN RESCATA Y PARA QUÉ “Todo esto está mezclado con otra in­ quietud mía que es definir lo que es el patrimonio —señala Coulomb—. El patrimonio es algo que alguien siente suyo. El patrimonio de la humanidad es algo así como una vacilada. Quién sabe qué sea “la humanidad”. En reali­ dad esa humanidad son los burócratas de la UNESCO. Enton­ces el problema real es el de la apropiación, de que al­ guien lo sienta suyo. Puede ocurrir que los propietarios digan, bueno, esto es valioso entonces mi propiedad vale más. Cuando yo estaba en el Fidei­ comiso me mandan una encuesta muy inteligente donde preguntaban. ¿Qué beneficio usted ha sacado de que su vivienda sea parte del Patrimonio His­ tórico de la Humanidad? La respuesta era siempre: ninguno. (Mambo) Pero entonces por qué los al­ caldes quieren obtener ese tí­tulo. Quizás piensan que con ese título los van a venir a ver. Van a incrementar el turismo. (R.C.) Pero el problema siguen siendo los recursos para la infraestructura.

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Lo que está en cuestión, realmente, es cómo los mexicanos gestionamos esta cues­tión muy complicada. Se tra­ ta de sentirnos orgullosos en relación con algo, una historia, un patrimonio. Se supone, como dice la UNESCO, de ir más allá del rescate de piedras. Cuando yo estaba en el Fideicomi­ so, Jorge Legorreta era delegado de la Cuauhtémoc y tenía la idea de darle animación a los edificios. Que aparecieran señoras vestidas de época narrando la historia. Pero sigue siendo muy complicado que el pueblo entienda el valor de las pie­ dras. Esto es para arquitectos, tipos que sepan admirar una cornisa, el estilo de una columna... Y se deses­ peran porque un ambulante mete allí un clavo para sostener el cable de la luz. Cuando me nombraron en el Fideicomiso, unos comerciantes del Centro Histórico me invitaron a comer y me dijeron: “ya conocemos su histo­ ria, usted es muy izquierdoso. Usted va a proponer que toda esta gente que no entiende nada, siga viviendo en estos edificios históricos. Dejemos a un lado el problema del racismo o de la segregación social, que existen. Centrándonos en el tema del patrimo­ nio. No hay proyecto. La democrati­ zación del patrimonio, en términos de la apropiación social no existe.

La clave del problema es enton­ ces la apropiación social. Y en particular siempre planteamos que hay una disyuntiva. Se trata de rescatar el Centro Histó­rico, pero ¿para quién? Porque cuando se habla del rescate, siempre aparece una cla­ se acomo­dada que es la que tiene una educación —aunque no siem­pre— que le permite apreciar ese valor histórico. Esa burguesía, prácticamente se fue del área. Entonces las viejas familias de alcurnia se plantean ese rescate para ellos, en relación con huellas his­ tóricas de sus abuelos. Lo que nosotros planteábamos en el plan estratégico era rescatarlo para los vecinos. Es de­

cir: que el futuro del Centro Histórico sea un área habitada. De allí la im­ portancia de implementar programas efectivos de vivienda. Sus habitantes son los que realmente van a poder dis­ frutar del rescate, aumentar la calidad de vida, sacar los coches del centro,es por ejemplo, una decisión importante para poder caminarlo. Entonces, ese


También hay un plan cultural de parte de la Fundación del Centro Histórico. Así es, nuestro plan tenía cuatro ejes: mejorar espacios públicos proveyen­ do seguridad, imagen ur­bana, am­ pliar espacio del pea­tón (algo que no se hizo). Porque un Centro histórico, es un espacio público, un espacio de con­vivencia, manifestación y re­ creación colectivo, un espacio demo­ crático, abierto a todos. Es pública la afirmación de Slim de que el primer problema del Centro Histórico es su hundimiento por el agua subterránea. El segundo eje del plan estratégico, sobre el cual Slim intervino muy poco, es el de la vivienda, pues no quere­

mos un Centro museo, vacío de no­ che, sino uno habitado. El tercer eje es el desarrollo económico, con el turismo como motor de generación de empleo. Y el cuarto eje es el desa­ rrollo social. Slim toma por bueno el plan, me lo dijo personalmente. Por eso, la Fundación del Centro Histó­ rico, creada por el grupo CARSO, realiza una acción en este sentido. Apoya programas para niños de ca­ lle, desarrolla equipamientos cultura­ les. Eso es parte de la idea, correcta, de que parte del rescate del Centro Histórico, se debe hacer con una cara social muy importante. Como parte de este desarrollo, en su aspec­ to cultural, la Fundación del Centro Histórico del señor Slim era, trabajar en unas 12 manzanas, concretamen­ te entre Vizcaínas y San Jerónimo, para hacer, en sus palabras, algo así como “un Soho mexicano”. Una zona bohemia, con artistas, cafés y atrac­ ciones de ese tipo. Eso no era una total innovación, en cuanto a que, ya desde los años 90 se veía que a algunos “juniors” les interesaba asistir a esos lugares. Había discoteques, bares... Lo que sucede es que todos esos equipamientos son muy volátiles. Dependen de la moda. Slim también emprendió acciones para rehabilitar viviendas, pero trabaja sobre unas 300, lo que ya se venía dando en la parte más agradable del centro, a través del INVI. El problema es que el centro histórico es muy grande y creo que estamos perdiendo la batalla.

V

• Durante la intervención estadounidense, cuando ya Santa Anna se había retirado con todas sus fuerzas a la villa de Guadalupe, el ayuntamiento capitalino entregó la ciudad al general Winfield Scott, en la madrugada del 14 de septiembre de 1847. • Durante el último periodo de Santa Anna en el poder, el dictador impuso a los habitantes de la ciudad impuestos como el que se aplicaba por la tenencia de perros, el número de asientos en los coches, por la existencia de ventanas y otros igualmente absurdos. • En abril de 1910, cuando la población capitalina casi llegaba al medio millón de personas, Madero fue hecho candidato a la Presidencia por el Partido Antirreeleccionista. Durante la insurrección maderista la vida cotidiana de la ciudad de México mantuvo su normalidad.

es el primer objetivo. Y después, te­ niendo un Centro Histórico habitado, vivo, apropia­do por los vecinos, en­ tonces que vengan los visitantes. Que vengan los güeros, para venderle, le damos de comer y los tratamos bien. Pero esto no es el centro del proyecto. Y hasta el día de hoy, el problema es que no hay proyecto. Pero lo que sí hay, es intereses comerciales. La cuestión es establecer allí una divi­ sión del trabajo, donde el go­bierno disponga los planes y la iniciativa pri­ vada pueda introducirse en ellos. Sin embargo, en e­sta última etapa, apa­ rece con más claridad el ingeniero Slim, como señal de que es la inicia­ tiva privada la que va a encabezar la transformación del Centro. Sigue lloviendo sobre mojado. Se rescatan las zonas rentables, como la Alameda y se hace facha­ dismo. Exacto.


ENCRUCIJADAS EN LA CIUDAD Entonces, aunque hay un plan, al no haber iniciativa política del gobier­ no, los que toman iniciativas, a su modo, son otros grupos. Lo que creo es que no hay un plan. Porque un plan en serio, debe ser un acuerdo, producto de un consenso en­ tre fuerzas, actores e intereses. Y esto no existe. Por ejemplo, no ha sido con­ trolar uno de los problemas principales, que es el ambulantaje. Se ha criticado mucho el plan del Fideicomiso porque, aunque era un plan inteligente e integral, no planteaba el Centro Histórico en re­ lación con la ciudad y esta era su gran debilidad. Y esto es cierto. No es posible discutir este espacio sino es en relación con la ciudad. Entonces no hay ningún plan­ teamiento serio. Por otro lado, vemos el reflejo de lo que pasa aquí en toda la experiencia latinoamericana. La glo­ balización está produciendo metrópolis policéntricas, atomizadas, que ya no funcionan los centros. Que proliferan falsas centralidades en la figura de Centros Comerciales que incor­poran cines, restaurantes, otros ser­vicios... pero que siguen siendo lugares cerra­ dos, segregados, donde no se plantea la convivencia. El viejo centro dónde está? Un tema central es la función co­ mercial. La ciudad es el cruce de los caminos, la función primordial de la plaza era el mercado —el parían, el mercado de La Merced—, donde se comercializa un excedente. Hay una enorme historia que nos viene encima, de la gran Tenochti­ tlán, de que allí se hace comercio. El ambulantaje es reflejo de eso, pero

el ambulantaje está ligado a las bo­ degas. El segundo uso de espacios en el Centro Histórico es la bodega, después de la vivienda, que todavía resiste. El día que no haya bodegas en el Centro Histórico se acaba el am­ bulantaje. Allí está la basura asiática, la piratería, etc. Los coreanos están compre y compre edificios en el Cen­ tro Histórico. Todo esto está a media cuadra del Palacio Nacional. Esto pue­ de resolverse solamente a escala de la Metrópolis. Se tiene que sacar este exceso de bodegas. Hay edificios de tres pisos de papel o de tela. Un peso que no aguantan los edificios. El patrón espacial de la Merced, por ejemplo, era que si la planta baja era comercio, arriba era habitación. Allí vivía el papá de Slim, el papá de Za­ bludowsky, por ejemplo. El ambulantaje depende de una compleja trama de intereses socia­ les y económicos. Una vez, en un congreso internacional sobre centros históricos, en París, un investigador me pregunta: ¿Cuál dijo que es la superficie del Centro Histó­ rico de México? Le respondo que al­ rededor de 9.7 kilómetros cuadrados. ¿Y cuál es su población? Me pregunta. Respondo que alrededor de un millón doscientos mil habitantes. Entonces se sienta y dice: Olvídelo, no hay solu­ ción. Efectivamente, hay una sobrecar­ ga de población flotante, relacionada con la actividad comercial, que no es posible sostener. La renta comercial es muy cara. Santa Fe es barato compa­ rado con lo que es la renta en algunas zonas de la calle Argentina o Jesús María. Esto es así por el uso de bode­ gas. Imagínese una bodega de bilés

para mujeres. ¡Millones de unidades... o de relojes chinos! Puede pagar ca­ rísimo. Por eso los coreanos compran inmuebles en efectivo. No se trata tan­ to del ambulantaje como recurso del desempleado. Hay que ver cómo se realiza, dónde, y la cadena económi­ ca vinculada con esta actividad. ¿Por dónde empezaría usted a encarar los problemas del Centro Histórico si lo nombraran responsa­ ble en el gobierno? Primero hay que hacer una reinge­ niería institucional. Hay que mantener la asociación sector público, sector priva­ do, pero hay que rescatar la conducción pública de esa relación. Entendiendo lo público como integración de gobierno local y también gobierno federal. Es evidente que los intereses del gobierno federal también están muy presentes en el Centro Histórico. No se resuelve nada si no hay una voluntad comparti­ da. En la misma línea de rescatar esta conducción tenemos que discutir lo que es la raíz del éxito, en particular, de la Habana, que es un gobierno propio, del mismo Centro Histórico, con amplia capacidad de establecer negociacio­ nes con todos los sectores. En la Haba­ na, Cuba, se dio un rescate del centro histórico a través de un gobierno con un poder casi total, obviamente, pues­ to al servicio de un plan muy claro y con capacidad de legislar, desarrollar obras, efectuar labores policiales y tam­ bién negociar en forma directa con los otros actores. Efectivamente, si no se da algo así, será muy difícil poner orden en la zona y desarrollar un plan efec­ tivo, donde la iniciativa privada tenga su parte, pero en función del bienestar general de la población.


David Argel Luna Delgado

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espués de tanto tiempo de abandono, deteriorado por el tiempo, la falta de atención en los servicios urbanos, así como la prolife­ ración de vendedores ambulantes e inseguridad, el Centro había permanecido a la sombra de otros desarrollos en la ciudad. Con la propuesta del bando dos por parte del ex Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, se pretendía, (como en una anterior entrevista a Mambo, nos lo señaló la directora de la oficina de infor­ mación pública del Instituto Nacional de Vivienda (INVI) Esperanza Pita Larrañaga), aprovechar los servicios ya existentes dentro del área me­ tropolitana para impulsar el desarrollo de la vivienda. En concreto, se tenía pensado también evaluar las condiciones de los edificios del Centro Histórico para rehabilitarlos o reconstruirlos para ampliar y mejorar la oferta en este ámbito; por supuesto, aprovechan­ do las múltiples ventajas con las que cuenta ya el Centro en todos los aspectos. Cabe mencionar, que en este proyecto la mayoría de los edificios han sido vecindades y que, tras su aplicación, se ha reducido el crecimiento de la mancha urbana.

Nuevos comercios y emprendimientos de empresarios buscan darle una nueva cara a la parte vieja de la ciudad

VI

• En cambio, desde la llegada de Madero y durante su gestión presidencial la urbe fue escenario de grandes manifestaciones, y numerosos hechos de violencia, como sucedió durante la Decena Trágica, en febrero de 1913, cuando se produjo el levantamiento armado que culminó con el asesinato de Madero y Pino Suárez y el ascenso al poder del general Victoriano Huerta. • Derrotados Huerta y ejército federal, a mediados de 1914, las fuerzas constitucionalistas al mando de Alvaro Obregón entraron en la ciudad, que poco después, se convirtió en escenario de frecuentes escaramuzas, desfiles triunfales un día y amargas retiradas al siguiente. La capital fue, también, multitudinario campamento de todos los bandos, pero en ella no se produjeron batallas frontales. Los habitantes vivían bajo la permanente amenaza de la tropa. Carrancistas, villistas y zapatistas se alternaron en la ocupación de la sede histórica del poder nacional. Francisco Villa impuso a la vieja calle de Plateros el nombre de Madero que ahora tiene.

La modernización anunciada


Desde siempre, el Centro Histórico ha sido un sitio privilegiado para establecer cualquier clase de negocios. Elizabeth Rosas, directora de desarrollo so­ cial de la subdelegación territorial Morelos, menciona que, tan solo en el área de La Merced, se registra en promedio una afluencia de tres millones de per­ sonas diariamente, que proceden de todas partes de la urbe. No es de extrañar que un local en la calle de Madero cueste, como mínimo, doce mil pe­ sos mensua­les de renta. Por supuesto, los pocos que hubo desocupados mientras realizaba este trabajo, han sido ya ocupados, uno de ellos, por una empre­ sa de financiamiento de vivienda, precisamente. Hay todo tipo de empresas, desde las multinaciona­ les de comida rápida como Mc Donals, hasta pequeños negocios que expenden comida argentina en la calle 5 de Mayo. Encontramos locales de “todo a tres pesos” hasta tiendas de lo más exclusivas. Fondas de comida económica a pocos pasos de restaurantes de lujo y de comida internacional. Pequeñas y medianas empresas tienen aquí también oficinas y establecimientos dedica­ dos a actividades comerciales y de servicios. Hay también empresarios mexicanos como Ricardo Pandal O., que vieron en el Centro Histórico el lugar adecuado para crear un espacio multidisciplinario como lo es el Paragüero, que, junto con el Dadá, La Terraza y El Tarará forman parte de la vida nocturna de la zona que, junto con la Condesa, la Zona Rosa y la Roma, se ha convertido en sitio predilecto por los jóvenes —mexicanos y extranjeros— para divertirse. Cabe mencionar además, que muchos otros espa­cios como en el Señorial —también residencia estudian­ til para artistas— el Virreyes, el Centro Cul­tural España o La Faena , entre

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otros lugares, rentan sus espacios para fiestas y even­ tos de todo tipo a precios que van desde los 1500 hasta los 3500 pesos. No falta por ello entreteni­ miento ni diversión por las noches. En los últimos años se han realizado labores, so­ bre todo, en las calles cercanas al Zócalo y en direc­ ción hacia la avenida Reforma, como parte del pro­ yecto Corredor Reforma–Centro, donde el gobierno local invirtió 350 millones de pesos y la iniciativa privada 20 mil millones de pesos. Si en infraestructura se requieren esfuerzos para continuar, en la cuestión comercial son aún más los que se necesitan e implican mayores problemas. La Cámara de Comercio del Distrito Federal a finales de 2003 reportó la existencia de 294 mil ambulantes, pero el Gobierno del Distrito Federal (GDF) sólo reco­ noció a 101,179. Datos extraoficiales revelan que por delegacio­ nes, Gustavo A. Madero tiene más de 47 ambu­ lantes; Álvaro Obregón 20 mil; Iztapalapa, 16 mil; Cuauhtémoc más de 30 mil, de los cuales 25 mil se aglutinan en el Centro Histórico. Los programas de reubicación en plazas comercia­ les, implementados con anterioridad, fracasaron y las propuestas de ley en la Asamblea Legislativa del Dis­ trito Federal no se han concretado. Los comerciantes ambulantes representan, sin duda, un gran reto al que habrán de enfrentar la nueva administración. La regu­ larización a través del pago de cuotas, la mejora en la imagen de los puestos y la ubicación de los mismos en lugares seleccionados, son algunas de las propuestas del Jefe de Gobierno electo Marcelo Ebrard. No se puede negar que la presencia del comercio informal impacta de manera directa sobre los nego­ cios formalmente establecidos. Con todo, no les va mal. Algunos de los dueños de cafés y restaurantes en la calle de Gante comentan que dado el incremento de un nuevo flujo de población, proveniente de los an­ tes mencionados planes de vivienda y trabajo dentro del CH, les ha beneficiado. Ya no son personas que vienen de paseo los fines de semana, sino gente que vive aquí o que trabaja diariamente en la zona. No se puede negar que la revitalización econó­ mica del CH es fundamental para continuar con los proyectos de rescate. Si bien el factor vivienda y cul­ tura son impor­tantes, hay que tomar en cuenta, que sin el económico no habrá una integral recuperación.


“Los planes son que el Centro sea un lugar turístico” Adrián Martínez

La

siguiente entrevista, prueba de que existe gente que valora las refor­ mas, se realizó en la célebre calle de Donceles, especializada en libre­ rías, donde podemos encontrar libros usados o nuevos, actuales o del pasado a precios económicos en algunas de estas librerías, aquí también lo ideal es recorrer toda la calle y preguntar por el libro que se desea comprar, para que puedan comparar como los precios varían de un lugar a otro. Fue en el numero 12 de esta calle donde encontramos la librería “libros técnicos y científicos “ que funciona desde hace 75, como comercio familiar. Platicamos con la propietaria y encargada de esta librería , la señora Graciela Gómez Pezuela , de edad avanzada pero de una lucidez y sentido del humor envidiable, quien nos dio su opinión acerca de la remodelación de el Centro Histórico y en especial de la calle de Donceles. La librera en general está de acuerdo con la remodelación que, a su enten­ der, libró a la calle Donceles de sus plagas: “las personas no podían apreciar los edificios y comercios por tanto carro y basura. En el lugar también los indi­ gentes tomaban esta parte de la calle para descansar o pedir dinero, daban un mal aspecto a la calle. Actualmente está prohibido estacionarse en esta calle, con la remodelación de los edificios , calles y comercios nos ha beneficiado ya no hay tanta basura y no vemos tanto indigente por aquí como antes”. Como problemas actuales del Centro Histórico la comerciante menciona, en primer lugar, a los comerciantes ambulantes; “ ya que estos ocupan la gran mayoría de las banquetas , principalmente de este lado en el Eje Central , las personas no caminan con tranquilidad o apreciando los edificios y comercios por que los puestos tapan la visibilidad , a esto hay que sumarle que algunos de estos comerciantes venden libros que la mayoría son libros piratas y a veces libros originales a precios con los que no podemos competir ,esto se traduce en una competencia desleal ya que ellos no pagan impuestos,renta o derechos de autor”. Con respecto a las obras, Graciela Gómez Pezuela afirma que los res­ ponsables les informaron que su objetivo era mejorar el aspecto de la ciudad, permtiendo “que la ciudad conservara sus monumentos y edificios como eran antiguamente , los planes son hacer que el Centro Histórico sea un lugar tu­ rístico y también hablaron de la importancia que para el comercio traería la remodelación”, concluye.

VII

... continua en la pág. 21

Entrevista a Graciela Gómez Pezuela, librera tradicional de la calle Donceles

• En agosto de 1915 los constitucionalistas se instalaron definitivamente y Carranza ocupó el Palacio Nacional en su calidad de primer jefe, título que cambió por el de Presidente de la República después de las elecciones de 1917. • En 1978, al descubrir unos trabajadores la piedra de la Coyolxauhqui, en la esquina de las calles Guatemala y Argentina, se inició un proceso de conservación y remozamiento de la llamada parte vieja de la capital del país. • Las autoridades procedieron a establecer dos perímetros de la zona: el mayor de ellos delimitado al norte por las calles Degollado y Libertad, la plaza Fray Bartolomé de las Casas y una línea que abarca las manzanas que están frente a la acera norte del llamado Palacio de Lecumberri. Este queda dentro del límite oriente, línea que se extiende hasta el Eje Tres Norte, donde da vuelta hacia el poniente hasta Eduardo Molina y a partir de ahí se

Cada uno de estos aspectos es un eslabón que forma parte de un proyecto todavía más amplio, que incluye toda la ciudad.


Monumento histórico en venta Felipe I. Echenique March

Promotores culturales, micros, pequeñas y medianas empresas y fundaciones culturales de medios de condicionamiento de masas y empresarios del espectáculo, entre otros, pugnan para crear una Ley de Desarrollo Cultural que les permita apropiarse de sitios históricos y arqueológicos. Por detrás de ello hay toda una forma de considerar lo nacional dentro de lo mercantil.

Una

cosa es que, lo que hoy llamamos vestigios arqueo­lógicos contengan y puedan manifestarnos expresiones culturales de grupos humanos que vivieron y dominaron las zonas o regiones donde vemos que todavía existen, y otra muy distinta es presumir que esos vestigios, por sí mis­mos, enriquecen la cultura nacional. Para que esos vestigios puedan incorporarse y enriquecer la cultura de la nación hay que apropiárselos, tal como decía Justo Sierra, siguiendo el ideario de los hombres del siglo XIX que se propusieron forjar nuestra patria. Pero apro­ piárselos como el sustento de un pasado milenario grandioso, autónomo, original e independiente. Justo Sierra expresaría esto, a principios del siglo XIX, en un Congreso de America­ nistas: “Todo ese monumento precortesiano cuyos archivos monumentales venís a estudiar aquí, es nuestro, es nuestro pasado, nos lo hemos incorporado como un preámbulo que cimienta y explica nuestra verdadera historia nacional”. Así, la apropiación de esos vestigios arqueológicos era, antes que nada, apropia­ ción histórica que había que estudiar, investigar, conservar y custodiar no sólo porque fuesen vestigios, sino por lo que éstos podían hablarnos de un pasado que se asumió como basamento de la historia nacional, cuyas principales divisas eran las de ser posibilidades históricas autónomas, independiente y con grandes lo­gros arquitectónicos, de conocimientos astronómicos, matemáticos, de medicina, de expre­siones pictográficas. En fin, de gobierno y posibilidades de historias múltiples y diversas.

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Variaciones sobre lo arqueológico en la cantaleta de Ley de Desarrollo Cultural Pero, por otra parte, esa visión, con todo lo buen que pudo propiciar, tam­ bién actualizó el discurso racista de los mestizos y criollos. Así surgió el “Viva el indio histórico,” ya muerto y “muera el indio vivo”, presente y actuante. Tampoco voy a recorrer aquí las pá­ ginas de esa otra historia que mues­tran la acción de aquel discurso, simplemen­ te sirva lo expresado para dejar claro que la exhibición de los “logros cultura­ les” de los otros, por los vestigios que nos quedan de ellos, no implica necesa­ riamente la construcción de una cultura nacional incluyente y comprensiva para todos los componentes sociales de la nación e inclusive para los legítimos he­ rederos o sucesores de las sociedades que construyeron eso que hoy muchos llamamos monumentos arqueológicos.

historias similares, tal como sucede en muchos de los “grandes museos del mundo,” donde se exhiben a todo lujo el dominio que la cultura occiden­ tal ha ejercido sobre los otras cultu­ ras, al exponer en las vitrinas piezas y monumentos que son subsumidas y si­ lenciadas en el discursos histórico-mu­ seográficos de los poderosos. En esos escaparates prevalece la muestra de lo extraño y exótico de “los otros” y, con ello, esperan que el espectador —al comprar muestras de unos y otros pueblos— termine aceptando la sufi­ ciencia del que exhibe sus logros con las insuficiencias y limitaciones de “los otros,” que no pasan de ser ex­ presiones y conductas religiosas que rayan en el fanatismo que hizo vivir a esas culturas.

VIII

Porque los vestigios arqueológi­ cos, que mejor sería denominarlos co­ mo históricos, no son o producen cul­ tura por sí mismos. Para proyectar­los en esas dimensiones hay que investi­ garlos, estudiarlos y comprender­los a cabalidad. Compararlos y confrontar­ los con los bienes de otros hombres y sociedades coetáneas o con los que continuaron con la marcha de sus his­ torias en los tiempos subsecuentes. En la explicación y comprensión de esas historias —que siguen total­ mente inacabadas, siempre confron­ tadas con las realidades actuales—, surgirán actitudes culturales nuevas y renovadas, si y solo si se actualiza la critica histórica, porque los vestigios que hoy llamamos arqueológicos por sí mismos expresan muy poco o pue­ den contribuir a ser valorados sólo en los mercados de los objetos exóticos o extraños que se cotizarse en el mer­ cado negro, que también construye

desplaza en línea recta hacía el sur hasta donde termina el parque Balbuena, y segue por Doctor Liceaga y Durango. En Durango la línea tuerce hacia el norte por Morelia, Versalles, Paseo de la Reforma, Jesús Terán y Zaragoza. El perímetro menor está delimitado hacia el norte por las calles de Mina, Eje Central, Perú, Chile, Comonfort, Paraguay, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Aztecas, El Carmen, Plaza del Estudiante, callejón de Quintero, Bolivia y José Joaquín Herrera, hacia el oriente por Leona Vicario, Guatemala y Anillo de Circunvalación, por el sur San Pablo e Izazaga, sigue la línea como limite poniente por el Eje Central, da vuelta en avenida Juárez, quiebra en José María Luis Mora, en Hidalgo y en Guerrero hasta encontrarse con Mina. • El perímetro menor comprende la Alameda Central, el Palacio de Bellas Artes, los templos de San Diego, la iglesia y panteón de San Fernando, el templo de San Hipólito y el Museo Franz Mayer, el hotel de Cortés y otros monumentos de valor histórico o artístico.

No es el momento de hacer un ba­ lance de los distintos y di-símbolos re­ sultados que aquel ideario propició, simplemente hay que decir que, por una parte, la práctica de aquel discurso condujo a la protección más o menos eficiente de esos vestigios para in­ vestigarlos, estudiarlos, custodiarlos y con­servarlos como bienes nacionales adscritos al Sistema Educativo nacio­ nal para que todos los ciudadanos viesen en ellos la propuesta de una historia y un futuro milenario grandio­ so, original e independiente. Esos vestigios se incardinaron a una parte de la cultura nacional por­ que eran historia, basamento. Piso histórico de independencia y posibi­ lidades de existencia original y autó­ noma. En esa medida se asentaba el derecho a continuar con una historia patria igualmente autónoma, original e independiente dentro del concierto de las naciones del resto del mundo.


Los vestigios arqueológicos pueden, así, servir para di­ versas actividades culturales, si entendemos por éstas toda expresión o creación humana, sin adjetivarla ni ponerle sustantivos. Esas actividades culturales pueden servir para mantener el discurso racista que ha condenado a “los otros” a vivir —después de muertos y sin saber todo de ellos— como pueblos fanáticos, exóticos, extraños a occidente y, por lo tanto, misteriosos e ininteligibles. A estos pueblos hay que admirarlos como a chivos en cristalería. Esto es lo que hoy en día se vende dentro del “turismo de aventura,” del “turismo exotérico, mágico, místico y religioso”, tal como se anuncia en la grandes promociones para visitar las zonas arqueológicas, sobre todo, del sureste mexicano y que deja impresionantes cantidades de dinero a las grandes compa­ ñía de viajes, de aviones, de cadenas hoteleras, de comida rápida y de los monopolios de los medios masivos de comunicación, mejor llamados medios de condicio­ namiento de masas que tratan de ex­ plotar, ahora, esa otra visión que les es más conveniente y convenida, no sólo porque terminarán enterrando toda posibilidad de hacer estudios críticos e investigación para las próxi­ mas generaciones, sino porque la ini­ ciativa privada también terminarán destruyendo las zonas arqueológicas como exhibición de pasados autóno­ mos, independientes y originales. Esa deseada apropiación que hoy pretenden algunos políticos y empresarios —porque no a todos ellos les da el cerebro para tales elu­ cubraciones, como sí lo hacen sus patrones: los dueños del dinero—, requiere desmantelar buena parte de la estructura que conserva a las zo­ nas arqueológicas en una posición y disposición social adscritas, siempre, al Sistema Educativo Nacional.

extinguirían. Por eso, a las zonas arqueológicas hay que mantenerlas en un ámbito donde los empresarios puedan controlarlas a su placer, gusto y ganancias. Pero, ojo, donde no pierdan todos esos encantos de magia, esoterismo, mística y extrañeza, aunque cientos de especialistas trabajen en la investigación, restauración y consolidación de algo que convenidamente ya se advierte como incomprensible. Todo esto es más rentable, excitante y atractivo si otros especialistas en escenografía, iluminación, mímica, danza, teatro, cine, televisión, terapeutas en orina-terapia, músicoterapia, aroma-terapia, cartomancia y limpias herbales pue­ den sumarse para agregarle los toques que necesitan esos “mundos mágicos y misteriosos” que tanto andan buscando los tránsfugas citadinos, “yupees” y turistas en tiempos de vacaciones o días de descanso y recreación onírica. Así, promotores culturales, micros, pe­ queñas y media­nas empresas y funda­ ciones culturales de medios de condi­ cionamiento de masas, empresarios del espectáculo y quién sabe quiénes más, hoy pugnan y pujan para crear una Ley de Desarrollo Cultural que les permita —sin desestructurar todo el sis­ tema que contribuyó a darles una posi­ ción y disposición social privilegiada a eso que hoy llamamos monumentos y zonas de monumentos arqueológicos e históricos—apropiar­se de todos estos monumentos y zonas de monumentos. Pero en esa iniciativa de Ley de Desarrollo Cultural, que hoy se en­ cuentra en la Cámara de Diputados, no hay un renglón donde explícita­ mente se diga que todo se actuará en un sentido mercantil. La única y clara intención es subordinar al INBAL, el INAH y otras instituciones educativas, a un Consejo Nacional para la Cul­ tura y la Artes que no sólo duplicará funciones, sino que permitirá —como ya sucede desde los tiempos de Sa­ La exhibición de los “logros culturales” de los otros, por los linas de Gortari hasta la fecha— al presidente de la República y sus prin­ vestigios que nos quedan de ellos, no implica necesariamente la construcción de una cultura nacional incluyente y comprensiva para cipales allegados tener otra “caja chica” —bueno no tan chica porque todos los componentes sociales de la nación e inclusive para los legítimos herederos o sucesores de las sociedades que construyeron son más de 3 mil millones de pesos lo que se les ha dejado manipular a eso que hoy muchos llamamos monumentos arqueológicos. sus anchas— y mantener una actitud Pero esa nueva apropiación, no puede ser para todos. de desmantelamiento de los símbolos que le dan identidad Es decir, no podría quedar en un mercado libre y abierto a los mexicanos para trasmutarlos en escenografías y coreo­ porque sus pingues ganancias, en muy poco tiempo, se grafías vacías de contenidos histórico-social.

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Ya se ve que los diputados van a aprobar esa ley y, por lo tanto, continuará ese intento de destrucción de esos vestigios históricos. Ante ello, hay dos preguntas que debemos hacernos: ¿Estamos dispuestos a permitirlo? Y, lo más importante, ¿Seguimos con ánimo y voluntad para continuar trabajando en lo teórico y crítico del conocimiento de lo histórico para fortalecer el estudio y comprensión de esos vestigios que, desde mi particular punto de vista, están muy conveniente y convenidamente explicados para un discurso de un tipo de Estado? En la construcción de un nuevo Estado, que es el que nos estamos proponiendo construir todos los discursos historiográficos tendrán que pasar a una nueva revisión critica para terminar con las explicaciones convenientes y convenidas a ciertos estados monárquicos o dictatoriales como los que hasta ahora hemos padecido.

En 1946, a Jaime Torres Bodet no le faltaba razón para expresar, en la intro­ ducción al libro colectivo México y la Cultura, lo siguiente: “Como el árbol del que habla un poeta nuestro, que cuanto más se atreve la audacia de su ramaje a la inmensidad magnifica de la luz más debe hundir su raíz en la noche pródiga de la tierra, la cultura tiene que compensar en pro­ fanidad lo que ansía y proclama en elevación. Si no lo hace, cae de improviso, rechazada por el suelo que no interpreta, que no la nutre y que, al sentirse no comprendido ni revelado espontáneamente, repudia su ornato superficial y la flora postiza que lo recubre. Función y ornato. He ahí, en el fondo, los términos que traducen, en sus extre­ mos, nuestro entusiasmo y nuestra reserva ante muchos problemas de la cultura. En las épocas vigorosas, de positiva salud social, la cultura se presenta siem­ pre a los hombres como función; manifestación orgánica y generosa que lleva en su cumplimiento su propio adorno y que sólo precisa, para ser bella, resolver sus dificultades sinceramente, con originalidad, con franqueza, con plenitud. En las épocas de desquiciamiento moral, la cultura pierde el sentido de su función. Y, en los edificios, como en los libros, como en las ciencias, se vuelve lujo, aparato decorativo, lepra que roe, con adjetivos declamatorios, la blanda prosa que el sustantivo y el verbo ya no sostienen; urticaria de enca­jes que irrita el cuerpo de los muros endebles y mal fincados; disfraz que esconde, tras de pórticos opulentos, patios en ruinas y, tras de andamios de metáforas ilusorias, el trabajo de un pensamiento que no consigue, por más que hace, disimular su vacío, su soledad… su estulticia.”

• En el perímetro principal se encuentran el Templo Mayor, la Plaza de la Constitución y los edificios que la rodean la Catedral, el Palacio Nacional, la Suprema Corte de Justicia, el Departamento del Distrito Federal, el Nacional Monte de Piedad, el Portal de Mercaderes, el Hotel de la Ciudad de México, la plaza Manuel Tolsá que comprende los palacios Postal y de Minería.

Epílogo

IX

• En 1980 se constituyó e instaló el Consejo del Centro Histórico de la Ciudad de México, con sede en la casa de los condes de Heras y Soto. EI Consejo tenía entre sus funciones la coordinación y promoción de las actividades del gobierno y de particulares tendientes a preservar el patrimonio urbano del área a su cargo, que comprende 1436 edificaciones distribuidas en 688 manzanas. • En diciembre de 1987, el Centro Histórico de la Ciudad de México fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los vestigios que hoy llamamos arqueológicos por sí mismos expresan muy poco o pueden contribuir a ser valorados sólo en los mercados de los objetos exóticos o extraños que se cotizarse en el mercado negro, que también construye historias similares, tal como sucede en muchos de los “grandes museos del mundo,” donde se exhiben a todo lujo el dominio que la cultura occidental ha ejercido sobre los otras culturas, al exponer en las vitrinas piezas y monumentos que son subsumidas y silenciadas en el discursos histórico-museográficos de los poderosos.


Responsables de la edición Mariano Andrade Alejandro Semo Responsable de Casa Talavera Emma Messeguer Diseño Gráfico Alejandra Galicia Serigrafías Luis Fonseca Téllez Logística y difusión Nadia García Joaquín Aguilar Maricela Iñíguez

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