091209p20

Page 1

MIÉRCOLES

9 DE DICIEMBRE DE 2009 AÑO 1 Nº 124 CARACAS, VENEZUELA

¡Maíz para el cochinito! > Una tradición que se perpetúa > El cochino de plástico a las puertas de los locales comerciales

ÁNGEL MéNDEZ CIUDAD CCS

Son de plástico y de todos los colores. Sus dueños los visten de San Nicolás, le colocan adornos y hasta zarcillos. En una peluquería de la Baralt nos recibió Mariana y nos enseñó su cochino rosado con uniforme de pelotero. Con voz no muy simpática nos amenazó: “Si te afeitas aquí, tienes que dejar, por lo menos, cien de aguinaldo. ¿Entendiste mijito?” Decidimos irnos a otra parte en tanto reflexionábamos sobre la presencia del animalito. Comienzan a dejarse ver en noviembre y digo que tienen mucho de duende, porque se mueven constantemente; en una esquina, rezagaditos... Luego, cuando entra diciembre con toda su pompa navideña, tufo de hallacas y pan de jamón, los cerdos pasan a lugares destacados. Erguidos al lado de las cajas registradoras o donde te vayan a dar el vuelto por alguna compra. Llegan acompañados con la mirada picarona de la negrita que, en la panadería que frecuentas, te deja desarmado, porque además es una de esas que esconden la pregunta –comentario calificativo– pichirre si te niegas: “Y entonces, viejo bello, ¿no le vas a echar nada al cochinito?” Y uno queda sin palabras, atragantado y con demasiado calor en los bolsillos. Hasta llego a creer que por cinco bolívares me ganaré los favores de la diosa de ébano a la que le he tirado los perros todo el año. El porcinillo me ayudará… ¡Sí, Luis!

El cochinito permanecerá allí, en ese lugar vistoso y mi negra seguirá pelando el diente y yo continuaré echándole maíz al chancho, para engordarlo y que se rompa el 24 de diciembre, porque ese es el día de reventarlo. ¡Aplausos! ¡Aplausos! La tradición El cochinito hace su aparición a propósito del ahorro. Es sinónimo de guardar dinero y los bancos de entonces, BND y Banco Unión, utilizaron su estampa para incentivar el sistema. La figura pasó a ser emblema del obligado aguinaldo. Necesario acotar que en Venezuela se acostumbra engordar un cochino para, en diciembre, darle el “palo cochinero” y servirlo en navidad. A la par de esta tradición, también hace 40 años, cuando no era riesgo ir de casa en casa a cantar villancicos, los niños músicos entonaban la canción de moda y extendían el cuatro o la guitarra para que depositaran el “bondadoso” aguinaldo. En ocasiones no había dinero, sino una copita de leche de burra o una hallaca bien resuelta. Hay que recordar Pero la gente no es tan “dadivosa” como uno piensa. A pesar de estar imbuidos por el espíritu de la Navidad, a los usuarios los expendedores tienen que recordarle el aguinaldo. “Tengo ese cochino desde el 15 de noviembre, vestidito de San Nicolás y todo, y si uno no dice que le eche al porcino, se van con un simple hasta luego”, comenta Zulei-

da, propietaria de una tienda naturista en El Silencio, en tanto Sarahí, quien vende jugos de naranja frente al teatro Municipal, observa que siempre le dejan el remanente de la toronja, “porque el vaso es a ocho bolívares y el aguinaldo son los dos que sobran, pero hay que estarles recordando”. Otros

no sólo no dejan, sino que se llevan el cochino a toda carrera, por ello en la lonchería San José lo encadenaron. “Es que hay mucho choro por allí”, asegura Carlos, el expendedor. Mientras… ¡Allí está el cochino! ¡Maíz para el cochinito!... ¡Graaaacias!!!

OPINIÓN

¿Un mal hábito? ILDEGAR GIL CIUDAD CCS

Quienes dicen apreciarme, incluyendo a algunos caraquistas, me critican lo que para ellos es mi extrema actitud racional frente a algunos aspectos vinculados con la vida misma. Por alguna razón soy así y no de otra forma. En esto del cochinito decembrino no hago excepción y en lo que resta de existencia, no creo que modifique esta forma de ser, frente al puerco y también frente a otros asuntos. ¿Saben qué? No doy ¡ni medio! al fulano marrano de plástico colocado sobre mostradores. Ah, no acepto que me califiquen de mezquino, “agarrao” o tacaño, porque no se trata de eso. Ni que intenten convencerme de que Navidad o Año Nuevo son sinónimo de martillo o bajadera de mula al colectivo en general. Entiendo que cada quien hace con su di-

nero lo que mejor le parece, pero de ahí a que yo también deba retratarme ante el gordiflón, hay mucho trecho. ¿Es un asunto de aguinaldo? De ser así, pues, también yo tengo derecho a buscar un inanimado con ranura y cobrar peaje a quien me pase por el frente. Ése, me parece el más vacío de los argumentos esgrimidos para pedir plata. ¿Se imaginan a 30 millones de venezolanos con igual número de alcancías por estos días? La partida quedaría igualada a cero en el mejor de los casos, porque en el peor seguramente que más de uno quedaría insatisfecho ante la propina recibida. Y si me obligan mucho, también confieso que tampoco simpatizo con la “costumbre”, impuesta, de dar propinas a mesoneros, camareros, hoteleros y demás “eros” que así como yo, tienen sueldo, aguinaldos, vacaciones, bonos, seguro social, etc, etc y demás etcéteras.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.