MIÉRCOLES 16 DE DICIEMBRE DE 2009 / CIUDAD CCS
VENEZUELA
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A 10 años de la tragedia de Vargas Cuatro protagonistas y reveladoras fotografías evidencian los avances de la recuperación del Litoral Central
YENEIZA DELGADO MIJARES CIUDAD CCS
El miércoles 15 de diciembre de 1999 Arianne Velis ayudaba a los damnificados que ya existían en el estado Vargas, producto de los torrenciales aguaceros que caían desde el primer día del mes, Yadira Merentes votó y regresó a su casa, Rosa Briceño retrasó la salida a su trabajo y el niño Henry Louis Cabrera jugaba con sus hermanos dentro de su casa. Todos esperaban que escampara. Ninguno imaginaba que al día siguiente, tal fecha como hoy, sus casas y casi toda la entidad, estarían bajo lodo, rocas y enormes árboles. NADA QUE CELEBRAR “Uno nunca pensó que iba a ser tanta la magnitud”, contó Arianne Velis, quien recuerda que sintió verdadera alarma cuando, en la noche, vio por televisión al pre-
sidente Hugo Chávez anunciando el triunfo del referéndum para la nueva Constitución de la República, pero advirtiendo que nada había que celebrar por la situación en Vargas. Arianne, quien sobrevivió junto a su madre y su hija de 12 años, estuvo en el techo de su casa, en Macuto, junto a un grupo de 50 personas disminuido drásticamente después de “la ola que vino” conlas primeras horas del día 16. “En un momento lo que pedí fue que Omar (su esposo, entonces de viaje) consiguiera nuestros cadáveres”, dijo. Hoy vive en Caracas, porque gracias a un crédito del Fondo Único Social (FUS) compró, pero no deja de extrañar al Litoral Central.
ja de la Quebrada de Cariaco (La Guaira). Recuerda que hubo elecciones y que ya a las dos de la madrugada tuvo que salir de su casa, cuyo primer piso quedó totalmente tapiado pocas horas después y luego fue saqueada. “Salí junto a mis dos hermanos, mis padres, mis abuelos, una tía abuela y un primo, en un helicóptero, gracias al presidente Chávez”, contó. 10 años después vive en la misma casa, pero afirma sentirse “mucho más seguro”, después del trabajo de embaulamiento que le hicieron a la quebrada. Destacó que “ahora está embaulada mucho más profunda, no se siente el retumbar de las piedras y cada tres meses limpian su cauce”.
“ME SIENTO MÁS SEGURO” Henry Louis Cabrera tenía nueve años en 1999. Vivía en la parte ba-
EL PODER DEL PUEBLO ORGANIZADO “Después de votar no paró de llover. Como a las seis de la mañana
casi me sorprende el deslave junto a mi hijo, con quien salí por los techos y logré llegar a la escuela Panamá (El Cardonal), de allí nos llevaron al hospital y nos evacuaron”, narró Yadira Merentes, quien ahora vive en la urbanización Solidaridad. Junto a otros 22 damnificados fue a Miraflores a exigir vivienda, “nos atendió Chávez y nos dijo que nos organizáramos en una OCV (Organización Comunitaria de Vivienda). Luchamos y esperamos mucho porque hubo funcionarios que no cumplían las órdenes del Presidente, pero unidos ejercimos el poder popular y lo logramos”, resaltó con orgullo. NO VOLVER A ZONAS DE RIESGO Rosa Briceño recordó que en la madrugada del 15 supo que hubo muertos cerca, porque se derrumbó una vivienda (en Guanape, La
Guaira). “Luego supimos que eso no era todo”. Su grupo familiar sobrevivió gracias a la evacuación hecha por Protección Civil. En su nueva vivienda, producto de un crédito particular, hizo un llamado a crear conciencia y no volver a construir en las zonas de alto riesgo. SE HA HECHO MUCHO Todos coinciden en que el gobierno ha hecho mucho por la reconstrucción del estado Vargas y por sus habitantes. “Quien dice que nada se ha hecho, es porque no vivió ver su urbanización desaparecer y poder volver a caminar en ella”, destacó Arianne Velis. Además del rescate de las vías, se han construido más viviendas, escuelas y centros de salud. 54 presas contribuyen a disminuir el riesgo para la población.
Zonas de Caracas también sufrieron por las lluvias
Con la fuente de la prosperidad, en el corazón de La Guaira, se inicia el recorrido del antes y el ahora. FOTOS JESÚS CASTILLO
Las lluvias de diciembre de 1999 también afectaron diferentes zonas de Caracas. Ya el día 13 los medios de comunicación reportaron que en los sectores La Esperanza, Traposos y el Callejón Venezuela, de Gramovén, el suelo se agrietó, con lo cual resultaron afectadas 200 casas y alrededor de mil habitantes de la zona. Entre el 15 y el 16 de diciembre diversas urbanizaciones y sectores caraqueños fueron inundados por el desbordamiento de las quebradas de Catuche (Puente Guanábano, La Trilla) y Anauco (San Ber-
nardino, Los Anaucos y Barrio Humboldt). De los barrios ubicados paralelos a la autopista Caracas-La Guaira hubo damnificados en Blandín, Plan de Manzano y El Limón. El 15 de diciembre de 1999 el Gobierno Nacional decretó la emergencia no sólo en el estado Vargas y en el Distrito Capital. La medida también abarcó a los estados Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Falcón, Mérida, Miranda, Nueva Esparta, Sucre, Táchira, Trujillo, Yaracuy y Zulia, por los graves problemas que las lluvias ocasionaron en sus pobladores.
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La fuerza de las imágenes En dos recorridos, con 10 años de diferencia, por La Guaira, Macuto, El Caribe, Tanaguarena y Anare, nuestro reportero gráfico Jesús Castillo captó la tragedia y la recuperación del estado Vargas. Ante la evidencia fotográfica retumba la frase de Arianne Velis, quien sobrevivió el deslave en Macuto: “Quien dice que nada se ha hecho, es porque no vivió ver desaparecer su urbanización y volver a caminar por ella”. El Litoral Central, la región que muchos pensaron quedaría borrada del mapa de Venezuela, renació gracias al amor de sus habitantes y al trabajo de un gobierno responsable y con profundo compromiso social.
La Casa Guipuzcoana y la sede del correo de La Guaira padecieron el lodo y las piedras.
En 1999 “la bomba texaco” no escapó de las inundaciones.
Hoy vuelve a ser la última parada del transporte que llega hasta El Caribe.
Se espera que la actual sede de la Gobernación deje de serlo en poco tiempo.
La popular “playa Pantaleta” desapareció en 1999.
Aspecto de los alrededores del balneario de Macuto en 1999.
El río Osorio fue inclemente con la funeraria de La Guaira.
En 2009 es, por lo menos, dos veces su tamaño original.
La recuperación actual.
Hoy cuatro presas lo controlan.
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El ímpetu del río Osorio no encontró resistencia en la catedral de La Guaira.
La familia que hace 10 años se despidió de la calle El Río de Anare.
Llamado San Pedro Apóstol, el templo está totalmente reconstruido.
Hoy vive en su misma casa.
Cerro Grande fue una de las urbanizaciones más afectadas.
Luego lo habitable fue recuperado.
Mucho sufrieron los habitantes del casco colonial de La Guaira.
Ahora luce mejor que hace una década.
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