PIRUETA

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Suplemento infantil de Ciudad MCY 6 de agosto de 2018 | Año 3, No 92

C I EN C I A E C O LO G Í A H I S TO R IA JUEG O S TEC NO LO G Í A C ULTUR A T U RISM O

Nuestras plantas:

El internacional arroz

N° 93 Hagamos un postre nutritivo


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Vamos a hacerlo

Vamos a hacer un postre de arroz Carolina Álvarez

La cocina puede ser un lugar divertido para inventar, crear y experimentar. Allí puedes descubrir importantes reacciones químicas y aprender de esta ciencia, porque en la cocina la ciencia química es fundamental. Lo que sí es

importante es que tengas mucho cuidado, y que a la hora de hacer tus recetas, siempre tengas a tu lado a una persona adulta que te apoye, sobre todo si la receta

Necesitas: - 1 taza de arroz crudo (200 gr) - 1 calabacín - 1 cambur - ¼ de taza de agua - 3/4 de taza de azúcar - 1/4 de taza de aceite - 1 cucharadita de bicarbonato de sodio - 1 cucharadita de vinagre - 1 cucharadita de vainilla - 1 Molde pequeño (si es redondo puede ser de aproximadamente 20 cm de diámetro)

exige cocinar y uso del horno. Tú puedes experimentar junto a tu papá, a tu mamá o a una persona adulta. Unas rectas resultarán mejor

que otras, pero siempre nos vamos a comer lo que se haya preparado. Cuando obtengas un resultado que te guste, anota muy bien los ingredientes y las cantidades para poder repetir la receta. Este postre es muy original y nutritivo y se hace en la licuadora


Vamos a hacerlo 3 PASO A PASO 1. Antes de comenzar a preparar, debes dejar el arroz en remojo durante al menos 8 horas. Puedes ponerlo en un tazón tapado durante la noche y así podrás preparar tu torta en la mañana. 2. Después del remojo, escurre el agua del arroz en un colador y lo dejas aparte para usarlo luego. 3. Toma un trozo de calabacín, lávalo bien y pícalo en pedazos pequeños. Puedes pelarlo, pero no es necesario. 4. Coloca el calabacín en la licuadora hasta llenar medio vaso. 5. Añade 1/4 de taza de agua y lo licúas bien hasta que quede como una crema. 6. Apaga la licuadora y agrega el cambur (picado en trocitos), el azúcar y el aceite. Tapa la licuadora y bate la mezcla. 7. Añade el arroz a la mezcla y bate todo por lo menos 5 minutos hasta que el arroz quede bien disuelto.

8. Añade el bicarbonato y lo mezclas bien.

9. Agrega el vinagre y lo bates un poquito más.


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Vamos a hacerlo

10. Prepara el molde engrasándolo con un poquito de aceite y espolvoreándolo con un poquito de harina

11. Vierte la mezcla en el molde preparado. Esta mezcla no es muy espesa, parecerá una crema.

12. Lleva la mezcla al horno a 180ºc durante aproximadamente 45 minutos o hasta que esté dorada y lista (depende del horno y cómo caliente). 13. Saquen la torta del horno y dejen enfriar un poco antes de retirarla del molde.

Y... ¡A comer! Algunas ideas Para saber si una torta o un postre que lleva harina está listo, toma un palito de dientes o un cuchillo puntiagudo, lo metes en el centro de la torta y si el palito sale limpio, quiere decir que la torta está lista. Esta prueba debes hacerla con la ayuda de una persona adulta. Ten cuidado no te vayas a quemar. En el postre de arroz usamos calabacín. No te asombres, el calabacín, además de ser un vegetal muy nutritivo, no tiene un sabor fuerte y puede combinarse para comidas dulces o saladas. También es excelente para espesar salsas o cremas.


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El arroz

Nombre científico: Oryza sativa. El arroz es el segundo cereal más producido en el mundo después del maíz y el más importante en la alimentación humana (el maíz tiene otros usos como la producción de combustible).

Es originario de Asia, donde se cultiva desde hace más de 7 mil años.

Guarico

Forma parte de la dieta básica de muchos países de Nuestra América, y es el alimento básico de la mayoría de los países asiáticos especialmente de China. Cada habitante de China consume un promedio de 106 kilos de arroz al año.

En Venezuela se consumen aproximadamente 23 kilos al año por habitante.


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Nuestras plantas

La planta


Vamos a leer 7

La leyenda del arroz y el tablero de ajedrez Ilustraciones del cuento / Página web EDMI Escuela de ajedrez Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo reinaba en cierta parte de la India un rey llamado Sheram. En una de las batallas en las que participó su ejército perdió a su hijo, y eso le dejó profundamente consternado. Nada de lo que le ofrecían sus súbditos lograba alegrarle. Un buen día el sabio Sissa se presentó en su corte y pidió audiencia. El rey la aceptó y Sissa le presentó un juego que, aseguró, conseguiría divertirle y alegrarle de nuevo: el ajedrez.

Después de explicarle las reglas y entregarle un tablero con sus piezas el rey comenzó a jugar y se sintió maravillado: jugó y jugó y su pena desapareció en gran parte. Sissa lo había conseguido. Sheram, agradecido por tan preciado regalo, le dijo a Sissa que como recompensa pidiera lo que deseara. – Sissa, quiero recompensarte dignamente por el ingenioso juego que has inventado —dijo el rey. El sabio contestó con una inclinación.

– Soy bastante rico como para poder cumplir tu deseo más elevado —continuó diciendo el rey—. Di la recompensa que te satisfaga y la recibirás. Sissa continuó callado. – No seas tímido —le animó el rey—. Expresa tu deseo. No escatimaré nada para satisfacerlo. – Grande es tu magnanimidad, soberano. Pero concédeme un corto plazo para meditar la respuesta. Mañana, tras maduras reflexiones, te comunicaré mi petición. Cuando al día siguiente Sissa

se presentó de nuevo ante el trono, dejó maravillado al rey con su petición, sin precedente por su modestia. – Soberano —dijo Sissa—, manda que me entreguen un grano de arroz por la primera casilla del tablero de ajedrez. – ¿Un simple grano de arroz? —contestó admirado el rey. – Sí, soberano. Por la segunda casilla, ordena que me den dos granos; por la tercera, 4; por la cuarta, 8; por la quinta, 16; por la sexta, 32…


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Vamos a leer

– Basta —le interrumpió irritado el rey—. Recibirás el arroz correspondiente a las 64 casillas del tablero de acuerdo con tu deseo: por cada casilla doble cantidad que tenga la precedente. Pero has de saber que tu petición es indigna de mi generosidad. Al pedirme tan mísera recompensa, menosprecias, irreverente, mi benevolencia. En verdad que, como sabio que eres, deberías haber dado mayor prueba de respeto ante la bondad de tu soberano. Retírate. Mis servidores te sacarán un saco con el arroz que solicitas. Sissa sonrió, abandonó la sala y quedó esperando a la puerta del palacio. Durante la comida, el rey se acordó del inventor del ajedrez y envió a que se enteraran de si habían ya entregado al irreflexivo Sissa su mezquina

recompensa. – Soberano, están cumpliendo tu orden —fue la respuesta—. Los matemáticos de la corte calculan el número de granos que le corresponde. El rey frunció el ceño. No estaba acostumbrado a que tardaran tanto en cumplir sus órdenes. Por la noche, al retirarse a descansar, el rey preguntó de nuevo cuánto tiempo hacía que Sissa había abandonado el palacio con su saco de arroz. – Soberano —le contestaron—, tus matemáticos trabajan sin descanso y esperan terminar los cálculos al amanecer.

– ¿Por qué va tan despacio este asunto? —gritó el rey furioso—. Que mañana, antes de que me despierte, hayan entregado a Sissa hasta el último grano de arroz. No acostumbro a dar dos veces una misma orden. Por la mañana comunicaron al rey que el matemático mayor de la corte solicitaba audiencia para presentarle un informe muy importante. El rey mandó que le hicieran entrar. – Antes de comenzar tu informe —le dijo Sheram—, quiero saber si se ha entregado por fin a Sissa la mísera recompensa que ha solicitado. – Precisamente por eso me he atrevido a presentarme tan temprano —contestó el anciano—. Hemos calculado escrupulosamente la cantidad total de granos que desea recibir Sissa. Resulta una cifra tan enorme… – Sea cual fuere su magnitud —le interrumpió con altivez el rey— mis graneros no empobrecerán. He prometido darle esa recompensa, y por lo tanto, hay que entregársela. – Soberano, no depende de tu voluntad el cumplir semejante deseo. En todos tus graneros no existe la cantidad de arroz que exige Sissa. Tampoco existe en los graneros de todo el reino. Hasta los graneros del mundo entero son insuficientes. Si deseas entregar sin falta la recompensa prometida, ordena que todos los reinos de la Tierra se conviertan en labrantíos, manda desecar los mares y océanos, ordena fundir el hielo y la nieve que


Vamos a leer 9 cubren los lejanos desiertos del Norte. Que todo el espacio sea totalmente sembrado de

arroz, y ordena que toda la cosecha obtenida en estos campos sea entregada a Sissa.

Sólo entonces recibirá su recompensa.

El rey escuchaba lleno de asombro las palabras del anciano sabio. – Dime cuál es esa cifra tan monstruosa —dijo reflexionando. – ¡Oh, soberano! Dieciocho trillones cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones setenta y tres mil setecientos nueve millones quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince (18.446.744.073.709.551.615) granos de arroz. El rey se quedó mudo como una piedra. Pero en ese momento Sissa renunció al regalo solicitado. Tenía suficiente con haber conseguido que el rey volviera a estar feliz y además les había dado una lección matemática que no se esperaban.

Se trata de un problema matemático

El llamado problema del arroz y del tablero de ajedrez (a veces puede aparecer expresado en términos de granos de trigo), es un problema matemático cuyo enunciado es el siguiente: “Si se coloca sobre un tablero de ajedrez (lo suficientemente grande) un grano de arroz en el primer casillero, dos en el segundo, cuatro en el tercero y así sucesivamente, doblando la cantidad de granos en cada casilla, ¿cuántos granos de trigo habría en el tablero al final?” El problema puede ser resuelto mediante la realización de una suma aparentemente simple, la cual es no obstante un poco fastidiosa de hacer a mano. Debido a que en un tablero de ajedrez existen 64 (8x8) casillas y asumiendo que el número de granos se duplica en cada uno, entonces la suma de granos sería 1 + 2 + 4 + 8... y así sucesivamente hasta un total de 64 veces. Al final de esta suma, tendríamos la siguiente cantidad: 18.446.744.073.709.551.615 En la página web Me llevo las mates de calle en la dirección: http://dunia.somms.net/?p=12, encontrarás una buena explicación de este problema.

¿Cuánto arroz es?

Para que puedas hacerte una idea de la cantidad de arroz de la que estamos hablando podemos estimar que en un kilo de arroz hay aproximadamente 25.000 granos arroz, por lo tanto: 18.446.744.073.709.551.615 granos son aproximadamente 737.869.762.948.382 Kg Es decir 737.869.762.948 Toneladas

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Pirueta, suplemento para niños del diario Ciudad MCY, circula encartado todos los lunes Coordinación General Carolina Álvarez | Consejo Editorial Carolina Álvarez Diagramación e Ilustración Andrés Arrillaga | Corrección Jana Molina | Impreso en Complejo Editorial Alfredo Maneiro | Depósito legal AR2016000093 Dirección: Av. Agustín Alvarez Zerpa, Edificio Gobernación del estado Bolivariano de Aragua. Municipio Girardot, estado Aragua. Maracay 2018


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