Basílicas Colombianas II

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BASÍLICAS COLOMBIANAS Edwin Leonardo Avendaño Guevara, Pbro.1 PARTE II V BASÍLICAS MENORES En 2007 había en el mundo oficialmente 1.506 basílicas menores. Por razones obvias no las enunciaremos y pasamos de inmediato a recordar, cronológicamente, qué templos en Colombia han merecido este honroso título. En la Patria, dos docenas de templos y uno más, han merecido esta designación y son, a saber, salvo error u omisión: 1. Catedral Primada de Colombia, Basílica de la Inmaculada Concepción, Bogotá, D.C., Arquidiócesis de Bogotá. Desde el 25 de mayo de 1907. Su construcción inició en 1539, en ella se encuentran los restos mortales de Gonzalo Jiménez de Quesada (Fundador de la ciudad). De igual forma, detrás del altar mayor se encuentra la capilla de la Virgen del Topo, reliquia histórica y religiosa de los colombianos. El 6 de agosto de 1538, además de las 12 chozas que conformaban la villa, se pusieron las primeras piedras de la que sería la Catedral Primada de Colombia y fue denominada por el fundador como de “Nuestra Señora de la Esperanza”. Fray Domingo de la Casas en una modesta capilla de paja y ante el estandarte traído por los conquistadores que aun reposa en la Catedral, celebró la primera misa en tierra de los muiscas.

1 Discurso de posesión como Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Ocaña. La sesión solemne se realizó en la Biblioteca Luis Eduardo Páez Courvel el día jueves 23 de abril de 2009, a las 7:30 p.m. También tomaron posesionaron los distinguidos académicos doctores Guido Antonio Pérez Arévalo y el doctor Gustavo Gómez Ardila, secretario de la Academia de Historia de Norte de Santander.


La catedral que hoy se levanta airosa en el corazón de Colombia fue diseñada y construida esencialmente por fray Domingo de Petrés, lego capuchino, natural de la provincia de Valencia (España) que llegó a Santa Fe de Bogotá en 1792 y se desempeñó como arquitecto de varias de las más importantes obras emprendidas en la ciudad durante esa época. El canónigo Fernando Caicedo y Flórez, Mayordomo de Fábrica de la Catedral, puede ser considerado como su mentor. Colaboró con Petrés el maestro de albañilería Nicolás León, quien hubo de concluir la obra tras la muerte del arquitecto capuchino. El muro de la fachada y la portada principal, fue labrada por el maestro de Fernando Caicedo y Flórez cantería Nicolás Alonso en 1582. Fue consagrada Catedral el 19 de abril de 1823 por el señor obispo de Mérida Rafael Lasso de la Vega, La restauración de la Catedral Primada –fue juzgada por el Cardenal Mario Revollo Bravo como “empresa necesaria y compromiso ineludible con la cultura nacional”. 2. Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. (Boyacá), Arquidiócesis de Tunja. Desde el 13 de julio de 1927. En el templo primitivo, en el lugar donde hoy se levanta esta iglesia, se albergó el lienzo milagroso de la Virgen María y en 1794, debido a los temblores y a la humedad, la construcción se convirtió en ruinas. La comunidad de los Padres Dominicos, después de superar múltiples conflictos, construyó la basílica actual. El templo, hoy en día está totalmente reconstruido y se convierte en uno de los ejes centrales de la fe mariana Nacional. La construcción mide 79 metros de largo y 35 de ancho y data del año 1584. El complejo consta de tres naves, dos laterales que se unen en ábside, rodeando el presbiterio en una arcada de refinamiento estético. Pío VII declaró a Nuestra Señora de Chiquinquirá patrona de Colombia en 1829, concediéndole fiesta litúrgica propia y fue coronada canónicamente en 1919. 3. Catedral de Santa Marta Santa Marta (Magdalena). Diócesis de Santa Marta. Desde el 06 de mayo de 1930. Esta iglesia es un auténtico


capítulo de la historia de Colombia. Está llena de recuerdos y en algún lugar de su edificación, está escondida la pequeña urna que contiene el corazón y las entrañas del Libertador Simón Bolívar. La ciudad de Santa Marta construyó su Catedral a finales del siglo XVIII. Desde el siglo XVII, Santa Marta había contado con su iglesia Mayor construida por el obispo Sebastián de Ocando, la cual fue arruinada por Goodson en 1655 y destruida totalmente por los piratas Coz y Duncan en 1677. El obispo Diego de Baños la reconstruyó en 1678. Sucumbió a un temblor en 1682 que le averió los arcos, nuevamente deteriorada se realizaron obras de mejora en 1711. 40 años después, el santo recinto era una ruina total, por ello se solicitaron recursos para su reparación y se dispusieron 6.000 pesos, que no fueron utilizados porque un nuevo temblor la dejó destruida en enero de 1752. Inmediatamente el virrey marqués del Villar, comisionó al ingeniero militar Manuel Hernández para que realizara su diagnóstico sobre la situación de la Catedral, opinando como ociosa cualquier intención por repararla, recomendando construir una nueva en un sitio más extenso y cómodo. Decidida la construcción de una nueva Catedral, el virrey Pedro Messía de la Cerda, comisiona al ingeniero militar Antonio de Narváez y La Torre, acompañado del delineador Juan Cayetano Chacón, para que elaboraran los planos y perfiles de la nueva Catedral. Finalmente, el 8 de diciembre de 1766, se colocó la primera piedra. La construcción de la obra fue lenta por los pocos recursos decretados por el monarca, pero vino a intensificarse la obra entre los años de 1790 y 1794, con el concurso del director de reales obras, el ingeniero militar Antonio Marchante. En septiembre de 1794, Marchante entregó terminada la Catedral en obra blanca, sin embargo, sólo hasta julio de 1796, el gobernador Antonio de Samper, hace entrega formal de la obra para su consagración. El obispo Joaquín García Benítez con motivo de IV Centenario de la Fundación de Santa Marta en 1925, pensó en engalanar la ciudad y aprovechó su viaje a Roma para solicitar que la Catedral de Santa Marta fuese erigida en Basílica Menor por la Santa Sede. Tramitó la solicitud por conducto del cardenal Vicco que para la fecha era el Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos. Mientras tanto esto sucedía el trabajo del Jerarca se centró en la decoración interior de la Catedral que tanta falta le hacía, nuevos altares, nuevas imágenes, la adquisición de un órgano, dotarla de nuevas campanas y la ejecución de obras de mantenimiento en el ámbito de acabados; todo esto estando la Diócesis exhausta de fondos. Uno de sus colaboradores, el padre Vicente Rizo, activo sacerdote ocañero, motivado por la ilusión del señor Obispo, aprovechando que éste asistía a una Conferencia Episcopal en la ciudad de Bogotá, y por su cuenta, con el mayor sigilo solicitó la intervención del señor Nuncio Apostólico en Colombia ante la Curia Romana a fin de obtener para la Catedral el titulo de Basílica Menor, sustentada sobre la base que la Diócesis de Santa Marta es la decana de las diócesis colombianas, por ser la primera en haber sido fundada en el país. Este fue el


principal argumento para su solicitud de su elevación a Catedral Basílica Menor en 1930, tal petición argumentaba: “Allí acuden los fieles de todos los gremios y categorías, movidos por la devoción y la religión, ya hacia santa Marta Virgen Titular de la Iglesia y de la Diócesis, ya hacia Nuestra Señora Inmaculada, cuya imagen obsequiada por el Rey Carlos V, se guarda devotamente en este mismo templo”.

Mediante el oficio No. 5123 de mayo 6 de 1930, la Nunciatura Apostólica le informa al obispo García Benítez que la Catedral de Santa Marta ha sido oficialmente erigida en Basílica Menor. 4. Basílica Menor del Señor de los Milagros de Buga, Guadalajara de Buga (Valle del Cauca) Diócesis de Buga. Desde el 23 de junio de 1937. En 1875 al ver que el templo estaba muy deteriorado, el señor Arzobispo de Popayán resolvió traer a una comunidad religiosa para habitarlo y fue así como los Padres Redentoristas fueron recibido con gran alborozo y al poco tiempo con donaciones de los fieles, iniciaron la construcción, en la que tuvieron que empezar por fabricar allí mismo cuatro millones de ladrillos y doce mil arrobas de cal. Bendijo la primera piedra monseñor Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, y sirvió de padrino el Presidente de la República doctor Rafael Núñez. La Construcción del Templo duró quince años y se hizo durante tiempos difíciles de guerras. El 2 de agosto de 1907 (memoria de San Alfonso, fundador de los Redentoristas), se procedió a la Solemne Bendición e inauguración a la que asistieron el Nuncio Apostólico Francisco Ragonesi y el Arzobispo de Popayán, además de infinidad de fieles devotos venidos de diferentes sitios del país. Impresionante fue procesión del traslado del Señor de Los Milagros de su antigua Ermita al nuevo Santuario. Cincuenta mil personas se hicieron presentes. En 1937 el Papa Pío XI por medio de su secretario el Cardenal Eugenio Pacelli (futuro Papa Pío XII) expidió el Decreto concediéndole el Título de Basílica, debido a los

Imagen del santo Cristo venerado en Buga


numerosos milagros y al volumen de peregrinos que la visitaban. El Templo mide 80 m. de largo x 33 de altura. Entre las dos hermosas torres hay una estatua del Santísimo Redentor de 2, 5 m. de altura confeccionada en hierro fundido. El Campanario consta de cinco campanas francesas. Es el mayor de la nación y el más sonoro. El reloj de la torre es de fabricación francesa y da las horas desde el 18 de marzo de 1909, casualmente hace 100 años. 5. Catedral de Santa Fe de Antioquia. (Antioquia) Diócesis de Santa Fe de Antioquia. Desde el 05 de marzo de 1941. Esta ciudad fundada el 4 de diciembre de 1541 por el mariscal Jorge Robledo con el nombre de Antioquia, en la confluencia de los ríos Cauca y Tonusco, al noroccidente de Colombia fue la Capital de la Provincia, del Estado Soberano y del actual Departamento de Antioquia, hasta el 17 de abril de 1826, cuando la sede del gobierno territorial fue trasladada a la ciudad de Medellín. Su catedral fue construida en 1799 y elevada a diócesis de Antioquia en 1804 por el Papa Pío VII. En 1813 Antioquia se declaró un estado soberano e independiente con Santa Fe como capital, autonomía que sostuvo hasta 1826, cuando Medellín fue elegida como nueva sede departamental. Debido al estado de conservación de su arquitectura colonial fue declarada monumento nacional en 1960. Santa Fe de Antioquia, Ciudad Arzobispal, es capital Arquidiocesana y su Catedral Metropolitana, tiene también el título de Basílica Menor, y es uno de los más imponentes monumentos arquitectónicos. La Catedral Basílica Metropolitana es la primera construida en territorio antioqueño. 6. Catedral Metropolitana de Medellín. (Antioquia) Arquidiócesis de Medellín. Desde el 09 de marzo de 1948. Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción de María, el edificio es de estilo neorrománico y su construcción tomó 41 años, fue diseñado por el arquitecto francés Charles Émile Carré. El templo está situado en la zona céntrica de Medellín, en el barrio Villanueva, es el principal de la Arquidiócesis de Medellín, sede del Arzobispo, así como del Capítulo


Metropolitano. En un principio, a la Basílica también se le llamó popularmente Catedral de Villanueva y fue declarada Monumento Nacional el 12 de marzo de 1982. La catedral es una gran estructura de ladrillo macizo. Para su construcción se utilizaron aproximadamente 1.120.000 ladrillos de 8 decímetros cúbicos cada uno, además tiene 66 m. de altura en sus dos torreones y 6.078 m² de área. También posee un pequeño museo de arte religioso, localizado en una sala contigua a la basílica, y no se encuentra abierto al público. La colección cuenta aproximadamente 40 obras pictóricas y 15 obras escultóricas de gran valor artístico. El Papa Pío XII le concedió el título de Basílica Menor por breve pontificio del 12 de junio de 1948. Hizo la consagración el 11 de agosto de 1950 monseñor Luis Andrade Valderrama, obispo de Santa Fe de Antioquia, y fue proclamada públicamente Basílica Menor dos días después. En 1961, varios vecinos de la Basílica pidieron que se estableciera una parroquia en dicho templo, por lo cual el Arzobispo Tulio Botero Salazar crea la “Parroquia de la Catedral”, por decreto del 29 de junio de 1962, quedando a cargo de todo lo referente al culto en la Basílica y la administración del edificio. En la tarde del 5 de julio de 1986 el Papa Juan Pablo II la visitó, y al verla exclamo ¡Magnífica! 7. Catedral de Manizales. (Caldas) Arquidiócesis de Manizales. Desde el 26 de noviembre de 1951. Es un monumento religioso de muchísima importancia. Puede albergar unas 5.000 personas. El 5 de febrero de 1928 se puso su primera piedra. La Catedral basílica de Manizales, es única en su género en toda América, fue diseñada por el arquitecto francés Julian Polty, jefe de monumentos históricos de París, comenzó su construcción entre 1927, es de un estilo neogótico y remplazó a la antigua catedral que tenía la ciudad, la cual fue consumida por un incendio de 1926. Se le considerándose como la segunda obra maestra de la arquitectura colombiana elaborada en concreto. Se trata de una obra pionera en el empleo del concreto reforzado, pues en la época en que se llevó a cabo su construcción este sistema tan solo llevaba veinte años de conocido, razón por la cual se hace aún más notable la capacidad de los caldenses


para emprender tareas en las cuales otros dudarían. En los años 1938 (el templo aún se encontraba en su etapa de construcción), 1962, 1979 y 1999 la estructura de la catedral sufrió las inclemencias de terremotos importantes, los cuales dejaron su huella e hicieron temer por la seguridad del mismo. Estudios para la rehabilitación sismo resistente de la Catedral, con el fin de protegerle, acopiaron lo último en tecnologías con que contábamos en nuestro medio y diseño virtual, entre otros, los cuales dieron como respuesta la necesidad de intervenir la aguja central, el control de la estabilidad de las cuatro agujas perimetrales o esquineras y la realización de varios muros estructurales adosados en puntos estratégicos con el fin de reforzar la estructura y así asegurar su óptimo funcionamiento. 8. Catedral de Popayán. (Cauca) Arquidiócesis de Popayán. Desde abril 25 de 1953. En el este sitio que actualmente ocupa esta basílica, el sábado 13 de enero de 1537, fecha de fundación de la ciudad, se inauguró, por orden de Sebastián de Belalcázar, una rústica capilla dedicada a Nuestra Señora del Reposo o del Tránsito. La primera misa solemne allí celebrada fue el 15 de agosto, y en ella se consagró la incipiente iglesia a Nuestra Señora de la Asunción. Esta primera capilla fue sustituida en 1558 por el obispo don Juan del Valle, y situada donde hoy se halla la Ermita. El 17 de diciembre de 1594 se dio inicio a la segunda catedral, en el Parque de Caldas, por el dominico fray Diego Domingo de Ulloa, la cual se dio al servicio en 1609. Esta duró hasta 1784 cuando hubo que ser demolida por deficiencias estructurales y graves daños a causa de sucesivos temblores. La que pudiéramos llamar Tercera Catedral fue un proyecto inconcluso que inició el obispo Salvador Jiménez de Enciso. La actual iglesia Catedral y basílica se inició el 16 de julio de 1856, colocada la primera piedra el 15 de agosto, día de Nuestra Señora de la Asunción, por el ilustrísimo señor Pedro Antonio Torres con planos del arquitecto italiano fray Serafín Barbetti (franciscano) y encargada su dirección técnica al arquitecto don Adolfo Dueñas hasta su terminación y entregar el 12 de junio de 1906, bajó el gobierno episcopal de obispo Manuel José Caicedo. Esta catedral, completamente remodelada en 1953, fue elevada a la categoría de Basílica Menor en 1954, y nuevamente fue embellecida y restaurada por el obispo Samuel Silverio Buitrago Trujillo en 1982.


El terremoto del 31 de marzo de 1983 la afectó gravemente. La cúpula se vino a tierra lo mismo que la mayoría de los techos, conservándose parte de la arquería. Hoy se encuentra totalmente reconstruida. 9. Catedral de Cartagena de Indias. (Bolívar) Arquidiócesis de Cartagena. Desde el 20 de octubre de 1953. Catedral de Cartagena de Indias, data del siglo XVI. Construida toda en piedra rosada, comenzó su edificación en 1575, en reemplazo de la catedral primitiva (que era "de madera y cañas"). Esta catedral puede considerarse una de las más antiguas de América, contemporánea de las de México. En 1586 alcanzó a ser afectada por el ataque del pirata Francis Drake, quien, para presionar por el rescate de la ciudad tomada, ordenó volar la nave del edificio, resultando con esto la caída de tres columnas y cuatro arcos. Para el 7 de agosto de 1600 se desplomaron repentinamente la nave mayor y una lateral, estando la catedral casi por terminar. La paja terminó cubriendo los daños temporalmente pero no servía de mucho cada vez que había fuertes aguacero. En 1612 quedó terminada por fin. El retablo dorado de su altar mayor, atribuible al genial tallador sevillano Luís Ortiz de Vargas, es el más destacado elemento de la arquitectura "lignaria" en Cartagena de Indias. Su severa austeridad del orden "toscano" que define el estilo arquitectónico de la ciudad colonial, con sus catorce columnas y los pilares en cruz que soportan el arco toral. Asimismo la torre, como parte de la identidad urbana de Cartagena, y su ábside con apariencia de inexpugnable fortaleza. Su estilo arquitectónico dominante es el del Renacimiento español "herreriano", característico del reinado de Felipe II. Esta iglesia es la obra cumbre del maestro constructor Simón González, quien la diseñó del modelo de algunas basílicas andaluzas y de las Islas Canarias. Se empezó a edificar antes que las de Lima y Cuzco; aunque sólo fue terminada, ochenta y cuatro años más tarde, superando increíbles adversidades. La Catedral de Cartagena, como todas sus homólogas del Nuevo Mundo en tiempos coloniales, representaba una vía directa entre los intereses de los colonos y la Corte, por fuera


del trámite oficial de las autoridades civiles, que por lo general, eran poco justas en sus decisiones. El obispo era un auténtico vocero de la comunidad, muy cercano a su feligresía, y tenía como interlocutor de su correspondencia al Rey en persona. Su localización proviene del replanteo de la ciudad realizado por el gobernador Pedro Fernández de Bustos, luego del incendio que consumió la primitiva aldea de los fundadores. 10. Santuario de Las Lajas, Ipiales (Nariño). Diócesis de Pasto. Desde agosto 30 de 1954. Por su ubicación, en una zona de frontera, sobre el cañón del Guáitara, es un punto de encuentro, un cruce de caminos, de comercio y de conexión de diferentes personas y regiones que se aglutinan en torno al poder espiritual y sagrado de la Virgen del Rosario. Histórica y geográficamente ha sido punto de conexión de las comunidades negras del Bajo Pacífico, de indígenas del Cauca, de gente de la selva y de peregrinos ecuatorianos de Riobamba, Quito, Otavalo, Ibarra y Tulcán. El vínculo con el país vecino es tan fuerte que algunos ecuatorianos afirman que la Virgen les pertenece. Dicen que alguna vez fue de ellos y los colombianos se la quitaron. Sus devotos también la llaman cariñosamente 'La mestiza' y celebran durante los primeros 15 días de septiembre su aparición. La imagen fue vista por primera vez en 1754 en una laja de roca por la indígena María Mueses y su hija, Rosa. La construcción de la basílica, comienza en torno a la Virgen de Las Lajas por un retablo enchapado en mármoles sepia que enmarca la imagen entre dos columnas dóricas de tres metros de altura. Estas sostienen una viga con la inscripción AVE GRATIA PLENA (salve llena de gracia) sobre la cual, se relieva un rosetón dorado con una paloma en el centro. Este templo gótico consta de tres naves, separadas por blancas columnas e iluminadas mediante la luz que se filtra a través de magníficos vitrales. El templo no tiene ábside, puesto que se une directamente a la montaña rocosa. La altura desde su base hasta la torre es de 100 metros. En los niveles inferiores de la basílica, se encuentra una capilla, un museo y la cripta. Un puente de 20 metros de largo por 17 de


ancho une al templo con el otro lado del abismo y se levanta en dos arcos a 50 metros de altura sobre el río. El puente hace de plazoleta y atrio a la vez; al final de este se ubica el velatorio, que es el pequeño sitio en donde los fieles encienden y dejan consumir lucernarios para honrar a la Virgen. 11. Basílica del Señor de Monserrate, Bogotá, D.C. Arquidiócesis de Bogotá. Desde mayo 25 de 1956. Monserrate o 'Monte en forma de dientes' encierra en sus 3.131 metros de altura y en sus más de 400 años de historia del santuario aventuras y leyendas que se conjugan con la fe de los bogotanos. Este encanto ha acompañado al santuario de Monserrate desde su fundación, en 1640. Tal vez por esto, su historia se entreteje con hechos históricos y con fantásticas fábulas que se van narrando a través del tiempo. Juan de Borja fue quien autorizó a Pedro Solís de Valenzuela para que construyera en el cerro una capilla en honor de Nuestra Señora de Monserrate, originaria de un monte de España, muy cercano a Barcelona. El proyecto de Solís iba más allá. La idea era construir un monasterio para los monjes Cartujos (religiosos que permanecen en silencio y no consumen carne ni licor). La obra fue terminada en 1657, gracias a la colaboración de los santafereños, quienes con gran esfuerzo, y como penitencia, subían materiales para la construcción. La tradición popular cuenta que la imagen del Cristo Caído que allí se venera llegó por equivocación al santuario. Asentado en la cima del cerro, como atalaya imperturbable, el hermoso Santuario preside y vigila tanto la ciudad capital como la sabana verde y apacible que le sirve de tapete. Y en el fondo del templo, en un camarín especial, la hermosa y venerable imagen del "Santo Cristo Caído cubierto de azotes y clavado en la cruz", preside silenciosa la gigantesca e ininterrumpida peregrinación de sus devotos. 12. Basílica Menor del Señor de los Milagros de Sincelejo, Sincelejo (Sucre) Diócesis de Sincelejo. Desde septiembre 16 de 1963. La Villa de Tacasuan, gobernada por el


cacique del mismo nombre, era ya un foco religioso antes de la llegada de los españoles. El conquistador Alonso de Heredia tomó la Villa el año 1534 y la dedicó al padre de los monjes de Occidente San Benito Abad. El origen del Cristo que allí se venera, tiene sus leyendas populares y se dice además que fue enviado de España el año 1634 por Benito Figueroa, antiguo Gobernador de Cartagena. “Por la fe en la muerte y resurrección de Cristo, se ha otorgado favores a numerosos fieles que acudieron con fervor a este Santuario del Perdón”. Así está escrito en una de “las piedras de la historia” que el peregrino puede encontrar en la parte posterior del camarín del Cristo. El Santuario es para la Diócesis de Sincelejo una promesa y un desafío. Como promesa es una valiosa oportunidad para una evangelización que puede trascender en el tiempo. 13. Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, Bogotá, D.C. Arquidiócesis de Bogotá. Desde el 14 de febrero de 1964. A Colombia, como al resto de América Latina, en el proceso de evangelización el Sagrado Corazón llega como símbolo religioso y su devoción se va encauzando y en el siglo XIX, con la ratificación del culto por parte del Papa Pío IX, éste adquiere relevancia sobre los demás cultos. El siglo XX se inicia en Colombia con la humareda de la Guerra de los Mil Días, pero se firman tratados de paz y la Iglesia propone el Voto Nacional por la Paz de la República y la construcción de una Basílica en su honor (Iglesia del Voto Nacional en Bogotá). El Estado acepta el Voto Nacional mediante el Decreto presidencial 820 de 1902. Monseñor Bernardo Herrera Restrepo, tercer obispo nacido en Bogotá y quien recibió el 17 de noviembre de 1902 el título honorífico de arzobispo Primado de Colombia fue el gran artífice y promotor de la Basílica del Voto Nacional al Sagrado Corazón de Jesús, cuya iglesia consagró el 24 de septiembre de 1916. Con el Voto Nacional el papel político que desempeñó el símbolo del Corazón de Jesús a finales del siglo XIX se transforma en un rol cívico que garantiza la conciliación entre los partidos. Políticamente neutro, desde entonces se erige como garante de la gestión del Estado por la paz, y se convierte en símbolo nacional, y patrimonio de todos.


El diario El Espectador, en su edición del 09 de febrero de 2009 manifiesta, El Voto Nacional fue declarado un monumento nacional hace 34 años, lo que supone el apoyo de Patrimonio Nacional y del Distrito para conservarse con el paso del tiempo. Sin embargo, hoy esta iglesia, ubicada en la calle 10ª con carrera 15, se cae y sus secretos y tesoros, que bien podrían ser el centro de la atención de turistas y ciudadanos, se deterioran sin piedad. De las cruces de bronce que adornaban los imponentes portones de madera no queda mucho. Sólo algunos vestigios en la parte superior, donde no han podido llegar las manos de los ladrones. Adentro el deterioro es evidente. Las gigantescas columnas que sostienen la iglesia parecen pintadas con moho, resultado de las filtraciones de lluvia. Grandes trozos se desprenden de los lados y profundas grietas atraviesan las bases de este templo…. …¿Por qué es importante salvar este templo? De acuerdo con el padre Darío Echeverry “es un referente del pasado, de la paz y de la reconciliación”. El 22 de noviembre de 1902 el gobierno de José Manuel Marroquín firmó el Decreto 820, en el que se acordó construir la iglesia del Voto Nacional, también llamada la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, como un símbolo que anunciara la paz de Colombia y la reconciliación de los partidos Liberal y Conservador después de la Guerra de los Mil Días. Los terrenos para la obra fueron donados al costado sur del parque Los Mártires, un monumento a los patriotas de la Independencia. El arquitecto Julio Lombana erigió un templo al estilo grecorromano con 17 metros de altura, 65 de profundidad y un obelisco en piedra de sillar que hoy en día permite ubicar la Basílica a metros de distancia. En 1918 la obra estaba terminada. Echeverry asegura haber hecho todos los trámites ante el Ministerio de Cultura y Patrimonio Histórico para que el templo fuera restaurado, ya que la limosna de los feligreses no alcanza ni para los servicios: “Aún la respuesta definitiva está en veremos debido a que, se supone, no tienen recursos”. Mientras tanto este monumento histórico se desmorona, enterrando consigo valiosas obras de arte como pinturas, esculturas, vitrales y toda una composición arquitectónica que alguna vez representó la esperanza nacional.

14. Basílica de Monguí. (Boyacá) Diócesis de Duitama-Sogamoso. Desde el 04 de junio de 1966. Esta iglesia de estilo románico y mezcla de otros estilos, construida en piedra por don Martín Polo Caballero, oriundo de Campill, España, tardó en edificarse 66 años(1694-1760); las reliquias que se encuentran en la iglesia y convento datan de la época colonial y cabe destacar el cuadro de Nuestra Señora de Monguí. Fue elevada a Basílica menor en el año de 1966, por la belleza de la arquitectura colonial y decoraciones antiguas, con algunas reformas posteriores. La franciscana iglesia de Monguí, denota la presencia de un espíritu y de una técnica constructiva todavía medieval, romántica por su severidad, su juego de


volúmenes su pesadez en la masa y el empleo de gruesos estribos. En ella existe un total de 130 cuadros, de las cuales nueve son en óleo sobre madera dos litografías y las demás pinturas al óleo sobre tela. En ocho cuadros aparece plasmada la firma de Gregorio Vázquez de Arces y Ceballos, el resto de pinturas son de artista de la época y anónimos. 15. Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, Medellín (Antioquia) Arquidiócesis de Medellín. Desde el 13 de julio de 1970. Este templo está dedicado a la Virgen María bajo la advocación de la Candelaria. Fue Catedral de la Arquidiócesis de Medellín entre 1868 y 1931, cuando este título pasó a la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción. Es una construcción colonial, de estilo neoclásico, planta rectangular, con tres naves y crucero. Su estructura levantada en muros de piedra y construida en cal y canto ha sido “recompuesta” varias veces a lo largo de su historia, con sustancias ajenas a esas características. En 1997 fue restaurada con la técnica y los materiales utilizados en la época de fabricación. La Basílica Menor de Nuestra Señora de La Candelaria de Medellín es la primera parroquia de esa ciudad. Su primera construcción, en madera y techo de paja, fue emprendida por el cura don Juan Gómez de Ureña, en 1649, 26 años antes de Medellín ser erigida como villa. Para la coronación de la Venerada Imagen de la candelaria que en ella se encuentra, en 1950, por privilegio concedido por S.S. Pío XII, a petición de los feligreses encabezados por su arzobispo, monseñor Joaquín García Benítez, se procedió a nuevas reformas. El 8 de diciembre de 1970 fue consagrada como Basílica Menor. El título se lo confirió S.S. Paulo VI, durante el arzobispado de monseñor Tulio Botero Salazar, siendo párroco Manuel José Betancur Campuzano. Tiene un hermoso sagrario de plata y una rica custodia, a más del valioso joyero de la Virgen. Posee un brazo de San Félix y una importante pinacoteca en la sacristía. 16. Basílica Menor de Nuestra Señora de las Misericordias, Santa Rosa de Osos (Antioquia) Diócesis de Santa Rosa de Osos. Desde julio 28 de 1972. El edificio es de planta de cruz griega, cuenta con una área de 800 metros cuadrados, capacidad para 3.400 personas; su estilo es moderno inspirado en el gótico, pues


consta de arcos ojivales que le dan la forma al templo, que alcanzan una altura interior de 26 metros y en el crucero tiene una aguja de 64 metros de altura. A raíz del primer Congreso Mariano que tuvo lugar en Colombia el 17 de julio de 1919, con motivo de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá como Reina de Colombia, la naciente Diócesis de Santa Rosa de Osos quiso perpetuar, bajo la orientación de su primer obispo Maximiliano Crespo Rivera, el recuerdo de las celebraciones con un monumento a la Virgen María. El padre Gabriel Velásquez promovió la idea y encargó la elaboración de la estatua al escultor antioqueño Álvaro Carvajal. Se colocó la imagen sobre un modesto pedestal en la plazoleta conocida en ese momento como de San Ignacio, en donde funcionaba por esa época el Seminario Conciliar. Desde entonces la imagen empezó a despertar la simpatía y el afecto de todos los transeúntes que quedaban impresionados de la bondad que refleja su rostro y de la fuerza acogedora que proviene de sus brazos maternales. En 1931, al ver las inquietudes de sus feligreses, el obispo Miguel Ángel Builes, estableció el culto público y determinó que la fiesta de la Virgen se celebraría el 8 de septiembre de cada año, día de la Natividad de la “Madre de Dios”. Con tal motivo se celebró un concurso para darle un nombre o título a la estatua y fue así como los fieles votaron por el de “Madre de las Misericordias”, bajo esta nueva advocación el culto a la Virgen María, fue mucho mayor y fue necesario construirle un templo digno. Fue así como el párroco Andrés Elías Mejía en 1933 dio inicio a la obra, la cual fue inaugurada el 8 de septiembre de 1934. En los días posteriores a la festividad de 1934 el obispo Builes en presencia del Seminario Mayor, hizo a la santísima virgen el voto de construir un majestuoso santuario, a la vez que encomendaba a Ella las necesidades de la Diócesis. El 8 de septiembre 1950, con la bendición de la primera piedra por parte del Obispo, se inicia la construcción del templo que hoy es basílica; para lo cual tocó estudiar la topografía del terreno que se eligió, pues dos hondonadas lo rodean; selección de proyectos, decisión sobre el estilo y estudios sobre la consecución de materiales y como subsanar las dificultades económicas. El 8 de septiembre de 1962, el obispo Builes da al culto público el templo, aunque la obra estaba sin terminar. En su interior está, tallada en blanco mármol italiano una imagen de Nuestra Señora de las Misericordias, copia de la colocada en el


templete que fue donada por Guillermo París, de Bogotá, como gratitud de los beneficios recibidos de la Virgen María. En 1968 y bajo la dirección de monseñor Félix María Torres Parra, quien ocupaba la sede episcopal en calidad de Administrador Apostólico, se realizó la remodelación de los zócalos con madera especial y el adoquinado. En ese mismo año el Papa Pablo VI, le concedió al templo por medio de un breve el título de "Basílica Menor". Para 1971, la obra alcanzó su terminación siendo consagrado por Joaquín García Ordóñez. En 1996, la Basílica fue erigida como parroquia por decreto del obispo Jairo Jaramillo Monsalve.


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