LÍNEA
Trece personas, nueve ideas, cinco días, un proyecto. Se dice que la diferencia entre territorio y paisaje es la presencia de un punto de vista. Aceptemos pues que es necesaria la mirada del observador y los elementos de percepción y subjetividad que trae consigo. El proyecto LÍNEA propone una visión humana sobre el territorio de Coliumo y presta especial atención a la línea que une las personas con el lugar en el que habitan de modo temporal o permanente. El proyecto colectivo mezcla primera y tercera persona, pero siempre con una mirada que elige algo concreto de entre todo lo posible y nunca con una mirada cenital que trate por igual todos los paisajes y lo que contienen.
Juan Valbuena Taller Cuando 1+1=3
Ferrocarril de Confluencia a Tomé y Penco Archivo Fotográfico Universidad de Concepción
La construcción de este ferrocarril se inició el 15 de Marzo de 1912. Este ferrocarril de 94 kilómetros de largo, es una de las obras más difíciles que se ha emprendido en Chile. Tiene cuatro túneles de más de trescientos metros cada uno, numerosos puentes de acero, cortes y terraplenes de 30 metros de altura; serpentea a 30 kilómetros a orillas del río Itata, y 14 a orillas del mar, entre Penco y Tomé. Los túneles de Hospital e Higueras se prolongaron en más de 70 metros cada uno, a fin de evitar los grades derrumbes en las bocas de salida. La ansiada vía se construyó tras una larga campaña iniciada por vecinos de Tomé y Chillán: comunidades que se verían beneficiadas directamente con las obras. La construcción de la vía concluyó el 4 de Enero de 1916. Estas fotografías fueron resultado
del encargo del Ministerio de obras Públicas y su objetivo era difundirlas en forma de álbum. Las imágenes retratan el triunfo de la perseverancia humana sobre las dificultades del medio, los logros técnicos y, sobre todo, el ideal de progreso y optimismo que la llegada del tren representaba para las comunidades. Armando Cartes Montory.
Archivo Fotográfico de la Universidad de Concepción. Fotografías: gentileza del Museo de Historia Natural de Concepción.
FotĂłgrafo Desconocido TomĂŠ, muelle y remolcador de los contratistas.
Fotógrafo Desconocido Boca del Túnel del Hospital, familia de los contratistas y su automóvil de línea.
Fotรณgrafo Desconocido Vista de frente del Puente Itata.
Fotógrafo Desconocido Túnel del Hospital mirando hacia Tomé.
Fotรณgrafo Desconocido Carro automรกtico, votando su lastre.
Fotógrafo Desconocido Tomé, Estación de Ferrocarril y un pescante movible levantando un motor.
El regreso
Claudia Inostroza
Tomar el tren de pasajeros que recorría las playas de Tomé, Coliumo y Dichato solía ser un paseo obligado para muchas familias de la Región del Bío Bío y especialmente para familias penquistas, como la mía. Las memorias del tren, el verano y la playa resurgen en la vigilia y en el sueño de mis padres. Yo he recreado estas imágenes en mi mente a través de su relato. El tren playero pasó por última vez en 1991 y este es el viaje en tren que nunca hice y que me encantaría hacer. En compensación y antes de que las últimas evidencias de su existencia sean borradas por completo, redescubro la experiencia en una serie de fotografías que recorren, de sur a norte, el trazado semioculto que pasa por estas tres playas. Esta vez yo soy el tren que ha regresado.
Puente. Bellavista, TomĂŠ.
Riel. Bellavista, TomĂŠ.
Tornamesa. Bellavista, TomĂŠ
Estación. Tomé.
Cruce. El Morro, TomĂŠ
Cuesta. El Morro, TomĂŠ
Cruce 1, Dichato
Centro comercial, Dichato.
Cosas de Familia Cristóbal Barrientos
La familia Martínez vive en Tomé hace tres generaciones. Es una familia compuesta de sus dos padres y cinco hermanos. Actualmente sólo dos viven con sus padres. Han sobrevivido el terremoto del 27F y también la tragedia de la muerte de la principal fuente laboral que ha tenido la familia: la fábrica de paños y tejidos Bellavista Oveja Tomé. Hoy sólo tienen recuerdos de esa época que se traducen en un material fotográfico importante; de hecho, la familia Martínez lo que más tienen son fotografías. Esta serie define a los miembros de la familia a través de sus objetos más queridos, posesiones personales que han salvado del terremoto, que se han traspasado por generaciones y aún se conservan como tesoros familiares. Cuatro imágenes que muestran la cara invisible de la familia, sus apegos y su memoria traducida en objetos; una reflexión sobre la definición materialista de las personas ¿somos lo que tenemos o somos coleccionistas de la memoria?
Luis MartĂnez
Marianela Carvajal
Marcia MartĂnez
Marcela MartĂnez
Ante el horizonte Nicolás Sáez
Habitar en la costa es vivir viendo al mar y su horizonte. Mar y cielo forman una línea horizontal permanente que desde la orilla terrestre son la vista abierta del océano. Los habitantes de Coliumo, Cocholgüe y Tomé son uno más de los que crecieron contemplando al mar a lo largo de las costas de Chile. Ellos han aprendido a convivir con su belleza y furia. Ante el horizonte es una serie fotográfica que escoge ciertas “orillas terrestres” de dichas localidades y en donde los elementos artificiales fotografiados son la evidencia, desde lo frágil hasta lo imperecedero, de la naturaleza humana que decide ver y vivir frente al mar.
Hay otro paisaje Colectivo La Quinta Pata Hernán Ascui María José Mendoza Mario Moreno Claudio Quiroz Alejandro Valencia
Y si todos soñáramos alguna vez con un lugar perfecto, un espacio anhelado... Las casas de veraneo construidas en Coliumo por familias no oriundas de la zona para escapar frecuentemente de la ciudad materializan tal vez esta búsqueda de un lugar de ensueño. ¿Pero qué paisaje sueña la gente que vive en Coliumo? Este trabajo documenta el sencillo pero significativo viaje de 16 habitantes de Coliumo que aceptaron la invitación a imaginarlo. Se trata de seis mujeres de un campamento unidas por un fogón comunitario, cinco profesores de una escuela y cinco pescadores de Coliumo fotografiados mientras recorren este otro paisaje.
Un lugar en el campo con un castaùo muy grande, con la cordillera al fondo, mucho pasto, animales, distintos tipos de animales, un atardecer y sintiÊndome muy relajada, saliendo de toda la rutina, pudiendo conectarme con la naturaleza‌ ese es mi sueùo, ese es mi ideal. Patricia.
Se observan diferentes tipos de animales, hay pajaritos, golondrinas, hay lloicas, se ve el guano de los conejitos, se observan caballos a lo lejos, vacas, es un lugar muy, muy agradable, que da mucha paz. Hay harto silencio, solamente se escuchan los árboles con el leve viento que hay. Está muy clarito, el cielo despejado, la tierra es muy fértil, tiene un color exquisito… agradable, un cafecito casi húmedo. Katherine.
Bueno, imagino vivir más o menos en el campo. Tiene un arroyo como aquí al lado izquierdo, es bien bochinchero el arroyo, como acá… ojalá. Parece que tiene como unas casas y todo, una cascada pero bien chiquitita. Tiene varios como copihues como en enredadera, hartos árboles, helechos también tiene. Freddy.
En el lugar donde yo estoy sentada con mi perro echado, tranquilo, se pierde la vista en el horizonte. Con más que nada un ambiente tranquilo, sonidos suaves, tenues, donde yo siento que estoy en paz conmigo misma, es bonito. Me emociona que uno es capaz de algún día lograr algo así, se necesita una paz, de uno, del ser humano solo, encontrarse consigo mismo con la alegría que uno necesita y ese paisaje para mí es la felicidad y que a eso llegue la gente que es amiga y que busca lo mismo. Katherine.
Me gustaría que hubiera cerca harta agua pero no del mar porque el mar aunque lo amo, también le tengo mucho miedo entonces siempre he pensado en que en algún momento de mi vida quisiera estar lejos de él. (…)Creo que el lugar ideal para desconectarse del mundo es el sur de Chile donde uno respira otro aire, donde la vida es tranquila y donde todavía hay muchos lugares de ahí que el hombre no contamina. María Eliana.
Mi sitio ideal, en el que me daría tranquilidad estar, sería cerca de la playa, en una casa de madera con varias habitaciones… con mi familia. Los días no importan para mí, si son con lluvia, en invierno o verano porque el sitio en el que estamos está puro. Fani.
Me imagino en una pradera llena de flores amarillas, un riachuelo en una cabaña donde el paisaje es con montañas, me veo con mi hija y mi pareja y yo me veo embarazada… y eso es lo que yo más deseo en el mundo. Carolina.
Yo me imagino un lugar florido, lleno de flores, de flores de campo. Con una laguna, con un botecito, con mi hija. Un lugar tranquilo, lleno de pajaritos, una cabaĂąa con columpios, con mi hija jugando, eso es como me lo imagino en estos momentos. Tania.
Mi gran imaginación es ir a la Isla Juan Fernández, sólo para ver los delfines que es lo que más me encanta. Me gustaría ir en una lancha y que por alrededor vayan muchos delfines y mi gran sueño es poder tocarlos… esa es mi gran imaginación. Mónica.
Me imagino en un campo yo y mi hija, las dos siempre solas y me imagino asĂ llena de pasto y en un lugar solitario porque siempre me ha gustado un lugar silencioso. Siempre con mi hija, siempre nosotras dos apoyĂĄndonos, siempre. Loreto.
Una playa… hay árboles, hay mar… niños… mar transparente. Jocelyn.
Yo me imagino en una parte como de una montaña caminando libremente viendo el paisaje. El paisaje me lo imagino súper lindo, o sea… en este momento ahora me encuentro como pescando una caña y poniéndome a pescar en un río y es algo súper lindo, el paisaje es súper limpio. Marcelo.
Yo siempre he participado en una iglesia… en el sueño veo un paisaje verde, un barquito verde con una cachada de hermandad, de hermanos predicando en el campo libre. Ese ha sido siempre mi sueño, lo he dicho muy pocas veces, hacerlo realidad… ver en una multitud, niños llorando, corriendo, jugando, algo hermoso. Leonardo.
Veo un campo, un paisaje, animales, un río y dentro de ese paisaje, mi casa… rodeada de árboles y de ahí con mi familia vivir lo que me queda de vida, lejos de las carreteras, lejos del boche, solamente un camino de tierra. Sí con luz, árboles frutales, la niña por el lado también. Palmeras y eso más que nada, o sea un paisaje ideal pero en el campo. Eso más que nada sería el sueño que tengo. Y pescar en el río, o sea siempre voy al campo también. David.
Mi sueño es llegar a una isla y disfrutar las cosas que hay en la isla. Juntarme con pescadores, cuáles son sus trabajos, sus costumbres, como también podemos tenerlas nosotros acá, aprender de ellos igual. Estar en un lugar, en una casa de ellos y disfrutar como es estar ahí viviendo y relajarse, olvidarse de todo lo que ha pasado y cosas así… Gabriel.
Sueño con una isla hermosa, preciosa, donde hay una laguna, hartos animales silvestres, patos, mucha vegetación. Y esa persona soy yo caminando por ahí, sólo, sin nada de gente. En la isla, el único que vive ahí soy yo y -como digo harto- como harta vida, harta vegetación en esa isla… y eso sería. Ignacio.
Línea 35
Manuel Morales
Veintiún kilómetros desde Tomé a Coliumo, con capacidad para veintitrés pasajeros. Cinco vueltas al día, a treinta kilómetros por hora. Don Raúl Sanhueza (cuarenta y seis años de conducción) por la línea curva, avanza en la treinta y cinco. Coliumo, septiembre de 2011.
Ofrezco - Recomiendo Fernando Melo
Línea de recorrido por un plato. ¿Cómo llego ante un plato en este recorrido por la línea del borde marino?. De partida y a diferencia de la comida urbana rápida, para llegar hay que desplazarse y esto implica una disposición, salir, invitar, compartir, normalmente cruzada por el agrado. El encuentro con el plato llegará por un dato o porque lo buscas. Siempre observo en estos lugares al público recién llegado, hay ciertas constantes, movimientos comunes en las personas que llegan buscando una mesa. Mover las manos, acomodarse mas allá de lo necesario, un giro de observación panorámica al restaurant, un vistazo a los platos de otros, luego el plato llega a tu mesa. ¿Cómo se ve? . ¿Qué tradición contiene ello? Sin duda varias, espontáneas, de una escuela informal, familiar, de otros que venden lo mismo, huellas de un complejo sistema cultural. En esta selección hay cuatro ofertas y recomendaciones, del micro-local al
restaurant formal de carta y de chef, evidencias de tradición y también del inevitable y enriquecedor sincretismo de la migración peruana, presente sutilmente en uno de los platos. Este círculo contenedor de materia orgánica, cuerpos, colores, texturas, líquidos (entiéndase también comida) están dispuestos para marcar diferencia, detalle, elegancia, lo abundante, especial, típico, innovador, entre muchas otras proyecciones. “No soy yo quién toma la fotografía sino la imagen que me toma a mí” . Darian Leader Ambiguadad del signo fotográfico
Pescado Frito con acompañamiento Restaurant El Parrón Cocholgüe
Carapacho con Pinzas Donde Mirza La explanada TomĂŠ
Chupe de Jaibas Restaurant La TĂa Pabla Caleta los Morros, Coliumo.
Trilogía Costa Nuestra Restaurant Costa Nuestra Tomé
La historia de Sayen, la bisabuela Ada y el gato Luz Lanito. Jorge Pasmiño Sayen una niña de seis años, muy querendona de su familia, durante los días de sol juega y sueña en su frondoso y perfumado jardín junto a su gato regalón Luz Lanito, gordo y peludo, que habitualmente juguetea trepando una escalera y marca su territorio. Cuando camina apenas roza la superficie del techo familiar, seguro y dominante mientras fisgonea entre plantas y flores a veces intentando atrapar algún insecto o avecilla. Sayen decora y pinta su colorida casa de muñecas, le cuenta a Luz Lanito, las historias que ha escuchado de su bisabuela: como cuando la familia de Ada y su esposo Daniel, oriundos de Concepción, en los años 50 veraneaban en las agradables playas de Coliumo y Dichato. Paseaban y navegaban en un bote de madera recorriendo junto a la familia la bahía de Coliumo. Ada, aún recuerda las suaves arenas o la brisa marina, mientras al fondo, sobre el horizonte se recortaban los Tres Morros. Esta historia se conserva, enriquece y hereda en la familia con Mónica su
hija Lucia, y desde ahora con Sayen. Ada Maureira y Daniel Rebolledo: Bisabuelos. Sayen: Bisnieta Lucía Haristoy: Madre de Sayen. Gato : Luz Lanito
Ada Maureira y Daniel Rebolledo en Dichato. AĂąo 1955.
Territorio Exterior Sady Mora
Registro que busca entregar, visibilidad y comprensión, hacia las significaciones y sentidos que se hallan sobre los territorios apartados de la península de Coliumo. Expresión de naturaleza, de líneas visibles e invisibles que se hallan presentes a través del tiempo, las cuales establecen conexiones entre el espacio, la materia y la experiencia de quienes viven y transitan sobre este territorio. El trabajo de campo se realizó a través del trayecto realizado por el perímetro externo de Coliumo, sitios solitarios, destinados a labores agrícolas, pastoreo y pesca, caracterizado por la presencia de los elementos naturales que manifiestan atmósferas diversas, inclementes y abrazadas por el viento frío del océano. Trazos y líneas que recorren, conectan y construyen un paisaje cuya lectura nos habla de tensiones, latencias y huellas de supervivencia.