Parqueo para sombrillas

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PENÉLOPE Estaré parado ante tu puerta un día sin gaviotas y sin puertos cuando ya no escribas ni mi nombre y los caracoles de tu pelo no se alegren de mis dedos una noche rubia o tal vez una inmensa madrugada cuando seas otro Edén y otra manzana cuando a bordo de otros verdes bordes otras verdades y tu vientre me respire casi hablando cuando ya no esperes mi regreso como ladrón como luna como la misma muerte entraré por tus ojos con tanta y tanta vida.


EL MILAGRO DE LAS OLAS Platicame de estos seis años de no saber por qué hablame así de conforme: “somos locos y amigos antes que creernos voluntad suprema del amor” decime que no entendés por qué yo esto y lo otro excusa tras excusa y viajes de volver vacío hasta del mismo aliento gritame a la cara que todo ha sido morder el polvo y morder el polvo y repetir y repetir y repetirnos y mandar al carajo todo y a todos yo sabré callar te juro que sabré callar y bajaré los ojos como bestia herida que no cree más en su legítima defensa y seré arcilla bajo tropel de elefantes sombrero y caña en el huracán y serás puñado de hormigas en mis ojos entonces él el cristo de nuestro diminuto templo caminará sobre las olas de nuestro llanto de poca fe




Nosotros Y es que el agua nace aguda en su guirnalda y es que el ojo atónito del puente y es que el alma es una bestia espada-trino para el fuego en que amanezco y es que tu vientre de sangrado calendario y es que la luna mordida por el hombre y es que esta urgente colección de brazos vacíos y es que la piedra en el zapato el corazón de piedra esta tu ausencia de dura piedra y es que el universo es partícula minúscula de intactos nervios en tu beso y es que a veces… siempre… entonces… de nuevo es arriesgada la palabra que hago mía y es que siempre vos y es que a veces yo y es que nosotros…


RINCÓN Y LUZ Un girasol se desnuda en el fondo de mi cuarto muchacha de harina y fuego canción de bambú y sal mordedura de serpiente en las manos de este invierno que no baja de su andamio muchacha desnuda girasol de mar y cárcel ¿cómo sería vivir sin la desmesura de tu aliento? ¿con que inmenso llanto llegar a vos cuando se haga invencible la distancia? ¿a quién le otorgo esta carga de angustia que me hunde cada vez que te vuelves lejanía con adioses de nube rota? muchacha de harina y fuego no te lleves los peces de mi pecho de papel girasol de carne y oro desnudez de cartón y estrellas ¡qué manera de emprender este maldito exilio de golondrina en invierno!




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