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Ilse se acostumbró tanto para disfrazarnos en otros, que por fin somos disfrazados a nosotros. —Francois Duc de la Rochefoucauld
…La cosa que soy se está convirtiendo en algo más…. La sombra está proyectada. —Bauhaus, "Mask”
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CAPÍTULO 1 Las palomas se han apoderado de St. Mark Square. Cientos de ellas: gorda, gris, rechoncha, y callada, picoteando los trozos de sfogliatelle y pane uva migas de pan que los turistas arrojaban descuidadamente. Era mediodía, pero el sol estaba escondido entre las nubes, y una sombría nube había caído sobre la ciudad. Las góndolas estaban alineadas sobre los muelles, vacíos, sus gondoleros con poleras a rayas inclinándose sobre sus remos, esperando a los clientes que no llegaban. Las aguas estaban en marea baja, la oscura mancha de los más altos niveles visible sobre las fachadas de los edificios. Schuyler Van Alen descansaba sus codos sobre la mesa desvencijada del café y puso su cabeza entre sus manos, entonces la parte inferior de su mejilla estaba escondida bajo su gran sweater de cuello alto. Ella era un vampiro Sangre Azul, la última de los Van Alen – una importante familia conocida en Nueva York quienes influían y generosamente habían contribuido en la fundación de Manhattan hoy en día. Erase una vez, el nombre Van Alen había sido sinónimo de poder, privilegio y patrocinio. Pero eso fue hace mucho tiempo atrás, y la fortuna de la familia había disminuido por muchos años: Schuyler se familiarizaba más con ser tacaña que ir de compras. Sus vestimentas – el sweater negro de cuello alto que colgaba bajo su cadera, pitillos cortados, una chaqueta antibalas del ejército, y botas de motociclista para dar palizas – estaban abandonadas en una tienda de segunda mano. En cualquier otra chica, el andrajoso conjunto podía verse como si hubiesen sido tiradas juntas por un vagabundo, peor sobre Schuyler el ropaje se volvía igual que la realeza, y la hacía delicada, rasgos en forma de corazón hasta más atractiva. Con su cutis pálido, y marfil, un par de ojos azul profundo, y una masa de oscuro cabello negro azulado, ella era una criatura despampanante e increíblemente encantadora. Su belleza la hacía aún más benévola cuando sonreía, aunque había una pequeña oportunidad de eso esa mañana. “Anímate”, dijo Oliver Hazard-Perry, alzando una pequeña copa de café express a sus labios. “Lo que sea que suceda, o lo que no suceda, al menos tenemos un poco de descanso. Y esta ciudad no se ve magnífica? Vamos, debes admitir que estar en Venecia es mucho mejor que estar atrapado en el laboratorio de química”. Oliver había sido el mejor amigo de Schuyler desde la infancia un desgarbado, pelo lacio, joven apuesto, con una rápida sonrisa y unos amables ojos avellana. Él era su confidente y su cómplice y, como ella había aprendido no hace mucho tiempo, su humano Conducto – tradicionalmente un asistente de vampiro, una postura de elevada servidumbre. Oliver había sido fundamental en llevarlos de Nueva York a Venecia en un corto periodo de tiempo. Él estaba dispuesto de convencer a su padre de que los dejara acompañarlo al viaje de negocios a Europa. Translated by Dana
~4~ A pesar de las alentadoras palabras de Oliver, Schuyler estaba abatida. Era su último día en Venecia y ellos no habían encontrado nada. Mañana ellos viajarían de vuelta a Nueva York con las manos vacías, su viaje un completo fracaso. Ella comenzó a quitar la etiqueta de su botella Pellegrino, sacándola cuidadosamente que se desenrolló en una larga y delgada tira de papel verde. Ella no quería rendirse tan luego. Casi dos meses antes, la abuela de Schuyler, Cordelia Van Alen, había sido atacada por un Sangre Plateada, el enemigo mortal de los vampiros Sangre Azul. Schuyler había aprendido eso de Cordelia, como los Sangre Azul y los Sangre Plateada eran ángeles caídos, condenados a vivir sus vidas eternas en la tierra. Sin embargo, a diferencia de los Sangre Azul, los vampiros Sangre Plateada habían jurado lealtad al desterrado Príncipe del Cielo, Lucifer, y habían rehusado obedecer el Código de los Vampiros, una estricta ley de ética que los Sangre Azul esperaban que les ayudaría a traer el eventual regreso al Paraíso. Cordelia había sido el guardián legal de Schuyler. Schuyler nunca había conocido a sus padres: su padre murió antes que ella naciera, y su madre estaba en un coma poco después de dar a luz a ella. La mayoría de la infancia de Schuyler, Cordelia fue fría y distante, pero ella era la única familia que Schuyler tenía en el mundo, y para mejor o peor, ella había amado a su abuela. “Ella estaba segura que él estaría aquí”, dijo Schuyler, desconsoladamente lanzando migas de pan a las palomas que se habían congregado bajo su mesa. Había algo más que ella estaba diciendo desde que ellos llegaron a Venecia. Los Sangre Plateada atacaron a Cordelia dejándola debilitarse, pero antes de que su abuela haya sucumbido al estado pasivo (los vampiros Sangre Azul continuaban reencarnando en seres inmortales), ella presionó a Schuyler la necesidad de encontrar a su abuelo perdido, Lawrence Van Alen, quien ella creía que tenía la clave para derrotar a los Sangre Plateada. En su último respiro, la abuela de Schuyler le ordenó a que viajara a Venecia, a revisar las torcidas calles de la ciudad y serpenteando canales por cualquier señal de él. “Pero hemos buscado por todas partes. Nadie ha oído siquiera de un Lawrence Van Alen, o un Dr. John Carver”, suspiró Oliver, señalando que ellos habían hecho docenas de preguntas en la universidad, en el Bar Harry en el Cipriani, y en cada hotel, villa, y pensión en medio. John Carver tenía el nombre Lawrence que había sido tomado durante la estadía del Plymouth. “Lo sé. Estoy comenzando a pensar que él ni siquiera existió”, contestó Schuyler. “Quizás ella estaba equivocada – demasiado débil y desorientada y confundida sobre donde enviarte”, sugirió Oliver. “Esto podía acabar siendo solo una pérdida de tiempo”. Schuyler reflexionó la posibilidad. Quizás Cordelia había estado equivocada, y quizás Charles Force, el líder de los Sangre Azul, estaba en lo correcto después de todo. Pero Translated by Dana
~5~ la pérdida de su abuela la había afectado muchísimo, y Schuyler estaba prestando atención a una afiebrada determinación de cumplir el último deseo de la anciana. “No puedo pensar de ese modo, Ollie. Si lo hiciera, entonces me estaría rindiendo. Debo encontrarlo. Debo encontrar a mi abuelo. Duele demasiado pensar sobre lo que dijo Charles Force…”. “Qué te dijo?”, preguntó Oliver. Schuyler había mencionado la conversación que ella había tenido con Charles antes de que ellos se fueran, pero guardó los detalles vagos. “Él dijo…”, Schuyler cerró sus ojos y recordó el tenso encuentro. Ella había ido a visitar a su madre al hospital. Allegra Van Alen etaba más hermosa y remota como nunca, una mujer que sobrevivía ente la vida y la muerte. Ella estaba en un estado catatónico un poco después de que Schuyler naciera. Schuyler no estaba sorprendida de encontrar al hombre visitante al lado de la cama de su madre. Charles Force estaba arrodillado en la cama, pero se levantó rápidamente y limpió sus ojos cuando vio a Schuyler. Schuyler sintió una punzada de lástima por el hombre. Solo un mes atrás, ella había creído que él era la personificación del demonio, hasta lo había acusado de ser un Sangre Plateada. Como quitar la marca que había hecho. Charles Force era Micheal, Puro de Corazón, uno de los arcángeles que voluntariamente habían escogido exiliarse del Cielo para ayudar a sus hermanos que habían sido expulsados durante la revolución de Lucifer y condenados a vivir sus vidas en la tierra como un Sangre Azul. Él era un vampiro solo por opción, sin pecado. Su madre, Allegra Van Alen era la única otra vampiro que compartió su distinción. Allegra era Gabrielle, la Incorrupta, la Virtuosa. Michael y Gabrielle tenían una larga y enredada historia. Ellos eran vampiros gemelos, lazo de sangre del otro, y habían nacido como hermano y hermana en este ciclo. El vínculo era una promesa inmortal entre los Sangre Azul, pero Gabrielle había renunciado a la promesa cuando tomó al padre de Schuyler un Sangre Roja, su humano conocido, a su vez como su esposo. “Sabes por qué tu madre está en coma? O eligió estar en coma?”, preguntaba Charles. Schuyler asintió. “Ella juró jamás volver a tomar otro humano conocido después de que mi padre muriera. Cordelia dijo que era porque ella quería morir”. “Pero ella no puede. Es un vampiro. Entonces vive”, dijo Charles amargamente. “Si a eso puedes llamarle vivir”. “Es su elección”, dijo Schuyler, con una voz pareja. A ella no le gustó la opinión inherente de las palabras de Charles. “Elección”, maldijo Charles. “Un concepto romántico, pero nada más”. Se volteó hacia Schuyler. “Escuché que irás a Venecia”. Schuyler asintió. “Nos vamos mañana. A buscar a mi abuelo”, declaró. Es dicho que la hija de Gabrielle nos traerá la salvación que hemos buscado, le había dicho su abuela. Solo tu abuelo sabe como derrotar a los Sangre Plateada. Él te ayudará. Translated by Dana
~6~ Cordelia había explicado que desde el inicio de la historia del mundo, los Sangre Plateada se han alimentado de los Sangre Azul, consumiendo su sangre y sus recuerdos. Los últimos ataques conocidos habían sucedido en Plymouth, cuando los vampiros habían cruzado al nuevo mundo. Cuatrocientos años después, en la ciudad de Nueva York, cuando Schuyler había comenzado su segundo año en la escuela elite Duchesne, los ataques comenzaron otra vez. La primera víctima fue una compañera de clases – Aggie Carondolet. Poco después de la muerte de Aggie, el número de muertos había incrementado. Más alarmante para Schuyler, todos los asesinatos eran hacia jóvenes Sangre Azul, tomados durante su periodo más vulnerable entre los quince años y los veintiuno, antes de que estuvieran en completo control de sus poderes. “Lawrence Van Alen está marginado, en exilio”, dijo Charles Force. “No encontrarás nada más que confusión y pena si viajas a Venecia”, declaró el magnate con la mirada férrea. “No me importa”, dijo Schuyler entre dientes, con la mirada baja. Ella agarró la basta de su sweater fuertemente, haciéndola nudo. “Aún se rehúsa a admitir que los Sangre Plateada regresaron. Y ya ha habido muchos de nosotros que han sido tomados”. La última muerte sucedió poco después del funeral de su abuela. Summer Amory, la última debutante del año, había sido encontrada drenada en su apartamento penthouse en Trump Tower. La peor parte sobre los Sangre Plateada es que ellos no traen la muerte – ellos traen un destino peor que la muerte. El Código de los Vampiros expresamente prohíbe realizar la Caerimonia Osculor, el Beso Sagrado, la alimentación en sangre – con nuestra propia especia. La Caerimonia es un ritual regular, con reglas estrictas. Los humanos no deben ser jamás abusados, o drenados completamente. Pero Lucifer y sus legiones descubrieron que si realizaban el Beso sobre otro vampiro en lugar de humanos, los hacía más poderosos. Los Sangre Roja tenían la fuerza vital de solo un ser, mientras que los Sangre Azul eran más potentes, teniendo un inmortal baluarte de conocimiento. Los Sangre Plateada consumían la sangre de los vampiros y sus recuerdos, absorbiéndolos hasta la completa disipación, haciendo de los Sangre Azul un esclavo en una consciencia demente. Los Sangre Plateada eran varios seres atrapados en un solo caparazón, para siempre. Abominaciones. Charles Force frunció el ceño profundamente. “Los Sangre Plateada han sido desterrados. Es imposible. Hay otra explicación para lo que ha sucedido. El Comité está investigando”. “El Comité no está haciendo nada! El Comité continuará sin hacer nada!”, discutió Schuyler. Ella sabía la historia que Charles Force se aferraba para que los Sangre Azul ganaran la batalla final en la antigua Roma, cuando él había derrotado a Lucifer, entonces conocido como el maníaco emperador Sangre Plateada Calígula, y lo envió a los fuegos del infierno con su espada de oro. “Como quieras”, suspiró Charles. “No puedo detenerte de ir a Venecia, pero debo advertirte que Lawrence no es ni la mitad del hombre que Cordelia deseaba que fuera”. Translated by Dana
~7~ Él levantó la mejilla de Schuyler, mientras ella lo miraba con desafío. “Deberías cuidarte, hija de Allegra”, dijo en un tono amable. Schuyler se estremecía ante el recuerdo de su toque. Las pasadas dos semanas no había hecho nada pero porbar que Charles Force podía haber sabido de lo que estaba hablando. Quizás Schuyler debería parar de hacer preguntas, volver a Nueva York, y ser una buena chica, una buena Sangre Azul. Una que no preguntaba los motivos o el actuar del Comité. Una que su único problema era que vestir para el Baile Four Hundred en el St. Regis. Apagó sus explosiones y miraba suplicando hacia la mesa a su mejor amigo. Oliver había sido un apoyo fiel. Él había estado a su lado desde el principio de toda esta terrible experiencia, y durante los caóticos días después del funeral de su abuela. “Sé que está aquí, puedo sentirlo”, dijo Schuyler. “Desearía que no tuviéramos que irnos tan pronto”, puso la botella, sin su etiqueta, de vuelta en la mesa. El mesero volvió con la cuenta, y Oliver rápidamente deslizó su tarjeta de crédito en la placa de cuero antes de que Schuyler pudiera alegar. Ellos decidieron dar un paseo sobre una góndola por un último paseo por la antigua ciudad. Oliver ayudó a Schuyler a entrar al bote, y los dos se reclinaron sobre el lujoso almohadón al mismo tiempo, entonces sus antebrazos presionaron contra el otro. Schuyler se alejó un poco, sintiéndose ligeramente avergonzada con su proximidad física. Eso era nuevo. Ella siempre se había sentido en el pasado cómoda con Oliver. Ellos habían crecido juntos – nadando desnudos en el estanque detrás de la casa de su abuela en Nantucket, gastando noches durmiendo fuera de casa enrollados al otro en el mismo saco de dormir. Ellos eran tan cercanos como hermanos, pero últimamente ella había descubierto que ella estaba reaccionando a su presencia con una timidez recién descubierta que no podía explicar. Era como si ella hubiera despertado un día y descubierto que su mejor amigo era también un chico y muy apuesto. El gondolero empujó del puente, y ellos comenzaron su lento viaje. Oliver tomó fotografías, y Schuyler intentaba disfrutar la vista. Pero era tan hermosa como la ciudad, ella no podía ayudar pero sintió una ola de angustia e impotencia. Si ella no pudiera encontrar a su abuelo, que haría entonces? Aparte de Oliver, ella estaba sola en el mundo. Indefensa. Qué sucedería con ella? El Sangre Plateada – si es que existía un Sangre Plateada – casi la había tomado dos veces. Ella presionó su mano en su cuello como si se protegiera de un ataque pasado. Quién sabía si o cuando volvería? Y cuando la matanza se detendría?, como el Comité esperaba o continuaría, como ella sospechaba, hasta que todos ellos fueran tomados?. Schuyler tiritaba, aunque no hacía frío, mirando por el canal, y vio a una mujer saliendo de un edificio. Una mujer que se veía inquietantemente conocida.
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~8~ No podía ser, pensó Schuyler. Es imposible. Su madre estaba en coma, en una habitación de un hospital en la ciudad de Nueva York. No había forma de que ella estuviera en Italia. O la habría? Había algo sobre Allegra que Schuyler no sabía?. Casi como si ella la hubiese oído, la mujer miró directo a los ojos de Schuyler. Era su madre. Ella estaba segura de eso. La mujer tenía el cabello rubio de Allegra, delgada nariz aristocrática, los mismos pómulos, la misma figura elegante, los mismos ojos verde brillante. “Oliver – es – oh Dios mío!”, exclamó Schuyler, tirando del abrigo de su amigo. Ella apuntó frenéticamente hacia el canal. Oliver volteó. “Eh?”. “Esa mujer…creo que es mi…mi madre! Ahí!”, dijo Schuyler, apuntando hacia la figura corriendo rápidamente, desapareciendo entre la multitud de personas dejando el Palacio Duncal. “De qué rayos estás hablando?”, preguntó Oliver, revisando la acera donde Schuyler estaba apuntando. “Esa mujer? Estás hablando en serio? Sky, estás loca? Tu madre está en un hospital en Nueva York. Y ella está catatónica”, dijo Oliver, enojado. “Lo sé, lo sé, pero…”, dijo Schuyler. “Mira, ahí está otra vez – es ella, lo juro por Dios, es ella”. “A donde crees que vas?”, exigió Oliver, mientras Schuyler se levantaba rápidamente. “Qué sucede contigo? Espera” Sky, siéntate!”, bajo su respiro dijo entre dientes, “Esta es una enorme pérdida de tiempo”. Ella se volteó y lo fulminó con la mirada. “No debiste haber venido conmigo, lo sabes”. Oliver suspiró. “Cierto. Como si hubieras tomado todo el camino a Venecia por ti misma? Nunca has estado en Brooklyn”. Ella exhaló fuertemente, manteniendo sus ojos concentrados en la mujer rubia, deseando estar fuera del lento bote. Él estaba en lo cierto: ella le debía el enorme tiempo de acompañarla a Venecia, y le molestaba ser tan dependiente de él. Entonces ella se lo dijo. “Se supone que debes depender de mí”, explicó Oliver pacientemente. “Soy tu humano Conducto. Se supone que debo ayudarte a navegar en el mundo humano. No me había dado cuenta que eso significaría ser tu agente de viajes, pero oye”. “Entonces ayúdame”, dijo Schuyler bruscamente. “Necesito ir a…”, dijo frenéticamente. Decidida a saltar de la góndola a la acera en un elegante salto – un salto no humano sería hábil de ejecutar, desde que estaban a unos treinta pies de distancia del marciapiede más cercano. “Espera” Schuyler!”, gritó Oliver, evitando que siguiera. “Andiamo! Segua quella ragazza!”, dijo él, insistiendo al gondolero de seguir a Schuyler, pero no muy seguro de que el personal del bote sería la mejor forma para perseguir a un vampiro veloz. Schuyler sintió su visión concentrada y sus sentidos aumentados. Ella sabía que se movía rápido – tanto que se sentía como si todos los demás alrededor de ella aún estuvieran de pie. Todavía la mujer se movía rápido, volando entre los estrechos canales que se colaban en la ciudad, esquivando lanchas y volando hacia el otro lado Translated by Dana
~9~ del río. Pero Schuyler estaba justo en sus pies, las dos se veían como un movimiento borroso entre el paisaje urbano. Schuyler se encontró de improviso llena de júbilo por la persecución, mientras ella estaba estirando músculos que no sabía que tenía. “Madre!”, finalmente ella se sintió lo bastante desesperada para gritar mientras observaba a la mujer saltar elegantemente de un balcón a una entrada escondida. Pero la mujer no se volteó, y rápidamente desapareció dentro de una puerta de un cercano palazzo. Schuyler saltó al mismo piso, atrapó su respiración, y siguió a la mujer adentro, intentando más que nunca descubrir la verdadera identidad del misterioso extraño.
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CAPÍTULO 2 Mimi Force inspeccionaba la trabajada escena dentro de la Sala Jefferson en la escuela Duchesne y suspiraba felizmente. Era tarde en un Lunes por la noche, el día de escuela había terminado, y la reunión semanas del Comité iba por buen camino. Los aplicados Sangre Azul estaban congregados en pequeños grupos en la mesa circular, discutiendo los detalles de último minuto de la fiesta del año: el Baile anual Four Hundred. Rubios y de ojos verdes Mimi y su hermano gemelo, Jack, estaban entre los jóvenes vampiros que iban a ser presentados en el baile de este año. Era una tradición que llevaba siglos. Inducción dentro del Comité, un secreto y enormemente poderoso grupos de vampiros que corren en Nueva York, hasido solo el primer paso. La presentación pública de los jóvenes miembros del Comité a toda la sociedad Sangre Azul era algo grande. Era un reconocimiento de la historia pasada de uno y las futuras responsabilidades. Porque los Sangre Azul volvían en diferentes caparazones físicas, bajo nuevos nombres en cada ciclo – lo que los vampiros llamaban la duración de una vida humana – su presentación o “lanzamiento” era muy importante en el proceso de reconocimiento. Mimi Force no necesitaba un anuncio con trompetas para decir quien era ella, o quien ha sido. Ella era Mimi Force la chica más hermosa en la historia de la ciudad de Nueva York y la única hija de Charles Force, el Regis, alias cabeza del aquelarre y genio superior, conocido en el mundo como un despiadado magnate de los medios de comunicación cuyo Force News Network se expandía en el mundo desde Singapur hasta Addis Ababa. Mimi Force la chica con el cabello de color del tejido de lino, piel como la crema, sus labios de puchero competían con los de Angelina Jolie. Ella era una bomba sexy menor de edad con una reputación por cortar una temeraria franja de los jóvenes herederos más aptos de la ciudad: apuestos novios Sangre Roja por lo demás conocidos como humanos conocidos. Pero su corazón siempre ha estado, y siempre estará, muy, muy cerca de casa, Mimi pensaba mientras miraba por la sala mirando a su hermano, Jack. Hasta el momento, Mimi estaba satisfecha. Todo se encaminaba a ser la noche perfecta en el Hotel St. Regis. Esta era la fiesta más grande del año. Diferente a ese chabacano circo que ellos llaman los Oscars, con sus actrices lloronas y compañía de chelín, el baile Four Hundred era un asunto estrictamente antiguo – sobre clase, status, belleza, poder, dinero, y sangre. Líneas de Sangre, y más específicamente, Líneas de Sangre Azul. Era un baile solo para vampiros: el evento más exclusivo en Nueva York, si no es el mundo. Los Sangre Roja definitivamente no estaban permitidos. Las flores ya habían sido encargadas. Hermosas rosas americanas blancas. Veinte mil de ellas, especialmente traídas de Sudamérica para la ocasión. Habría diez mil rosas solo en la guirnalda de la entrada, el resto dispersas entre los centros de mesa. El Translated by Dana
~ 11 ~ evento más costoso planeado en la ciudad, que había convertido al Museo Metropolitano en Rusia el país de las maravillas salido directamente del Dr. Zhivago de la exhibición del Instituto Ruso de trajes, también estaba planeando hacer a mano diez mil rosas de seda para los aros servilleteros. Y por si fuera poco, todo el salón de baile sería aromatizado por galones de perfume de agua de rosa bombeados por los ventiladores. Alrededor de Mimi, el Comité consultaban los últimos detalles del asunto. Mientras los miembros junior, revisaban la lista de invitados, confirmando logísticas para las exigencias de etapa de las dos orquestas y el alumbrado al aquelarre mayor, seguido por Priscilla DuPont, una socialite bien conocida en Manhattan que con su majestuoso rostro agraciaba las columnas sociales de la semana, era envuelta en asuntos más delicados. La Sra. DuPont estaba rodeada por un grupo igualmente delgado, refinado, de mujeres bien arregladas, con su inagotable trabajo en nombre del Comité había llevado a la preservación de algunos de los edificios más importantes de Nueva York y financiado la existencia de las instituciones culturales más prestigiosas de la ciudad. El oído extra sensible de Mimi captó la conversación. “Ahora vamos a la pregunta de Sloane y Cushing Carondolet”, dijo Priscilla con gravedad, recogiendo una de las tarjetas de identificación de lino marfil dispersas en frente de ella. Las tarjetas estaban en relieve con el nombre de cada invitado, y estarían ubicadas al frente de la recepción con un número de mesa designado. Había un murmullo de desaprobación entre la multitud adinerada. La rebeldía cada vez mayor de los Carondolet era difícil de ignorar. Después de haber perdido a su hija Aggie unos meses atrás, la familia había mostrado signos de ser claramente antiComité. El rumor era que ellos incluso amenazaron con llamar para una impugnación del padre de Mimi. “Sloane no puede estar con nosotros hoy”, continuó Priscilla, “Pero ella ha enviado su donación anual. No es tan grande como lo ha sido en el pasado, pero aún es considerable – a diferencia de otras familias que no mencionaré”. Las donaciones para el baile Four Hundred iban en beneficio del Comité de Banco de Sangre de Nueva York, el nombre público del Comité, que era organizado aparentemente para recaudar dinero para investigaciones de sangre. El dinero conseguido también era usado en parte para combatir el Sida y la hemofilia. Se esperaba que cada familia hiciera donaciones magnánimas para sus fondos. Las combinadas ofrendas abastecían al Comité de multimillonarios presupuestos para todo el año. Algunos, como los Force, daban por encima y más allá del deber, mientras otros, como los Van Alen, una lamentable suma de un clan una vez poderoso, había luchado por años para subir con el monto requerido para su diezmo. Ahora que Cordelia se había ido, Mimi no estaba segura si Schuyler sabía lo que se esperaba de ella. “La pregunta es”, dijo Trinity Burden Force, la madre de Mimi, en su voz melodiosa, “es apropiado para ellos sentarlos a la mesa principal como siempre lo hacen, sabiendo lo Translated by Dana
~ 12 ~ que han dicho sobre Charles?”, Trinity planteó la pregunta en un modo que dejaba que el resto del Comité supiera que ella y Charles preferirían cenar sobre cenizas que cenar con los Carondolet. “Digo que los corramos hacia la mesa del fondo con todas las otras familias marginadas!”, declaró BobiAnne Llewellyn con su enérgico cacareo de Tejana. Hizo un rebanado de broma por su cuello, solo para exponer su anillo de diamante de treinta quilates en su dedo. BobiAnne Llewellyn era la segunda y más joven esposa de Forsyth Llewellyn, quien actualmente servía como senador junior de Nueva York. Varias señoras se sentaron alrededor de Priscilla DuPont estremeciéndose como nunca tan ligeramente ante la sugerencia, incluso si ellas accedieran en privado con eso. El modo garrafal de BobiAnne de exponer no era claramente el modo en el que los Sangre Azul hacen las cosas. Mimi notó que su amiga Bliss Llewellyn miraba al sonido de la voz chirriante de su madrastra. Bliss era una de los nuevos miembros del Comité, y su rostro se había vuelto tan rojo como sus rulos cuando escuchó la risa gutural de BobiAnne por todo el salón. “Tal vez podemos levantar un compromiso”, celebró Priscilla en su modo cortés. “Le explicaremos a Sloane que ellos no se sentarán en la mesa principal este año, viendo que ellos aún están de luto y respetamos su pena. Los ubicaremos en la mesa de la chica Van Alen. Ellos no pueden discutir eso, viendo que ellos eran buenos amigos de Cordelia, y, como su nieta, ella también ha sufrido una pérdida”. Hablando de Schuyler – donde estaba esa pequeña miserable? No es que fuera problema de Mimi, pero le molestaba que Schuyler no se hubiera molestado en aparecer a la reunión de hoy del Comité. Ella había escuchado a alguien decir que Schuyler y su amigo humano, Oliver, habían ido a Venecia, a todos sus lugares. Venecia? Qué rayos estaban haciendo ellos en Venecia? Mimi arrugó su nariz. Si alguien tuviera que fugarse a Italia, no era mejor ir a comprar a Roma o Milán? Venecia solo era húmedo y apestoso, en la opinión de Mimi. Y como pudieron conseguir permiso de la escuela para hacer el viaje?. Duchesne no se veía bondadoso sobre las vacaciones programadas en época de escuela, incluso los Force habían sido reprendidos cuando habían llevado a los gemelos fuera de la escuela en Febrero para una vacación en ski. La escuela ya había asignado en el calendario una semana oficial de ski en Marzo que todas las familias debían seguir. Pero decirle eso a los Force, quienes mantenían que el polvo en la Montaña Aspen en Marzo era sumamente inferior a la nevada de Febrero. Mimi lanzó una rosa de seda hacia la mesa de su hermano, Jack, quien estaba envuelto en una alegre discusión con su subcomité sobre el asuntos de seguridad, copias de planos del salón de baile del St.Regis dispersos delante de ellos. La rosa cayó a su regazo, y él miró sorprendido. Mimi sonrió. Jack se ruborizó un poco, pero devolvió una sonrisa deslumbrante. El sol brillaba entre las ventanas de colores, enmarcando su apuesto rostro con un brillo dorado. Translated by Dana
~ 13 ~ Mimi pensó que nunca se cansaría de mirarlo: era casi tan gratificante como mirar su propio reflejo. Ella estaba agradecida que después de que la verdad de la herencia de Schuyler – una Mestiza! Prácticamente una abominación! – fuera revelada, las cosas entre ellos dos habían vuelto a la normalidad. Lo que pasaba de normal entre los gemelos Force, de todos modos. Hola guapo, envió Mimi. Qué hay?, respondió Jack, sin hablar. Solo pensando en ti. Jack sonrió profundamente, y lanzó la rosa de vuelta a su hermana, la cual aterrizó en su regazo. Mimi se la puso detrás de su oreja y agitaba sus pestañas apreciativamente. Ella revisó las tarjetas de confirmación nuevamente. Desde que el baile era un asunto comunitario, sería una fiesta dominada por los miembros del consejo y los guardianes – un antiguo grupo. Mimi presionó sus labios fuertemente. Seguro, sería una fiesta entretenida – el evento más glamoroso de todos los tiempos – pero de pronto ella tuvo una idea. Qué hay sobre una fiesta después del baile?. Solo para jóvenes Sangre Azul? Donde ellos realmente pudieran perder el control sin preocuparse sobre lo que sus padres, guardianes, y los líderes del Comité piensen?. Algo más atrevido e intrépido… algo en que solo crème de la crème podía asistir. Una tibia, y brillante sonrisa se dibujaba en sus labios mientras ella imaginaba a todos sus tontos pares del Duchesne mendigando por una invitación a la fiesta. Todo en vano, pensó Mimi. Porque no habrían invitaciones. Solo un mensaje de texto enviado a la persona indicada en la noche del baile Four Hundred revelaría la dirección de la fiesta posterior. El baile Alterno Vampiro. Mimi le dio una mirada a Jack, quien estaba sosteniendo una hoja de papel en frente de su rostro, cubriendo su apuesto rostro. Y ella de pronto recordó una escena de una vida pasada de ellos: los dos, inclinándose en la Corte de Versalles, sus rostros ocultos tras ornamentas bordadas y máscaras emplumadas. Por supuesto!. Un baile de máscaras. La fiesta posterior requeriría elaboradas máscaras. Nadie estaría seguro de quien es quien. Quien había sido invitado y quien no – creando la más exquisita ansiedad socialA ella le gustaba mucho esa idea. Siempre que pudiera excluir a otras personas de la diversión, Mimi siempre estaba lista.
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CAPÍTULO 3 No es que ella haya tenido ese sueño antes. De estar fría y transpirada, y de no ser capaz de respirar. Todos los otros sueños habían sido como eso, excepto este que se sentía real. Ella estaba congelada, con escalofríos, y cuando ella abría sus ojos a la tenebrosa oscuridad, ella sentía otra presencia en las sombras. Una mano, agarraba su brazo, levantándola, arriba, arriba hacía la luz, y rompiendo la superficie. Splash! Bliss tomó un irregular respiro y tosía, y miraba alrededor como loca. No era un sueño. Esto era real. Ella estaba sumergida en el medio de un lago. “Mantente quieta, estás demasiado débil. Nadaré hasta la orilla”. La baja voz en su oído era tranquilizadora y calma. Ella intentó voltear para ver su rostro, pero la voz interrumpió. “No te muevas, no mires atrás, solo concéntrate en la orilla”. Ella asintió, las gotas de agua chorreaban desde su cabello a sus ojos. Ella aún estaba tosiendo, y sentía una enorme necesidad de hacer arcadas. Sus brazos y piernas estaban débiles, aunque no los estaba usando. El lago estaba plácido y tranquilo. Era apenas un lago. Cuando los ojos de Bliss se ajustaron a la oscuridad, ella vio que estaba en Central Park, en el medio del lago artificial donde, el verano pasado, antes que ella se matriculara en el Duchesne , sus padres la habían llevado con su hermana al restaurante varadero para cenar. Los botes no estaban en ninguna parte para encontrarlos esta vez. Era casi fines de Noviembre, y el lago estaba desierto. Había escarcha en el sueño, y por primera vez esa tarde, Bliss sintió un frío filtrándose en sus venas. Ella comenzó a tiritar. “Pasará. Tu sangre se calentará, no te preocupes. Los vampiros no se congelan”. Esa voz otra vez. Bliss Llewellyn era de Texas. Era la primera cosa que Bliss decía al nuevo conocido. “Soy de Texas”, como si identificando su estado natal era un largo camino explicando todo sobre ella: el acento, el cabello crespo, los diamantes de cinco quilates en cada oreja. También era para Bliss un modo de aferrarse a su querida ciudad natal, y una vida que parecía más y más remota a su actual realidad como solo otra chica linda en Nueva York. En Texas, Bliss se destacaba. Ella era cingo pies y diez pulgadas (con la altura del cabello, ella era fácilmente unos seis pies de altura), feroz e intrépida – la única porrista que podía realizar volteretas destacando en la cima de una pirámide de cincuenta personas y aterrizar sin peligro en el suave pasto del campo de fútbol. Antes que ella descubriera que era un vampiro y capaz de tal destreza física, Bliss se había apuntado a coordinación y práctica. Ella había vivido con su familia en un extendido condominio de mansiones en un exclusivo suburbio en Houston, y condujo a la escuela en el Cadillac convertible de Translated by Dana
~ 15 ~ época de su abuelo – el único con cuernos de búfalo reales en el capó. Pero su padre había crecido en Manhattan, y después de la provechosa carrera como líder político en Houston, había desarraigado abruptamente a su familia cuando él se presentó y ganó – el puesto vacío del senado de Nueva York. Adaptarse a la histeria de la Gran Manzana después de vivir en Houston era difícil para Bliss. Ella se sentía incómoda en todos los glamorosos clubes nocturnos y exclusivas fiestas de Mimi Force, su autoproclamado nuevo mejor amigo, que la llevaba arrastrado. Le dio a Bliss una jarra de Boone, unas cuantas novias, y un dvd de The Notebook, y ella era feliz. A ella no le gustaba salir a clubes, sintiéndose como nunca la sacaban a bailar mientras observaba a Mimi teniendo toda la diversión. Pero su vida de pronto estaba levantada cuando ella conoció a Dylan Ward, el chico de rostro triste, y ojos negros con mirada ardiente que había caminado, con un cigarrillo primero, hacia la vida de Bliss en un callejón en el Lower East Side solo unos meses atrás. Dylan había sido un inadaptado en el Duchesne también – un hosco y aislado rebelde con un grupo de amigos perdedores, incluyendo a Oliver Hazard-Perry y Schuyler Van Alen, los chicos más impopulares en su clase. Dylan había sido más que un amigo; él era un aliado, por no mencionar a un posible novio. Ella se ruborizaba al recordar sus profundos y penetrantes besos – oh, si solo no hubieran sido interrumpidos la noche de la fiesta. Si solo… Si solo Dylan aún estuviera vivo. Pero él había sido llevado por un Sangre Plateada, convertido en uno de ellos y luego asesinado cuando el regresó a visitarla – a advertirle… Bliss parpadeaba tratando de controlar las lágrimas, recordando como ella había encontrado su chaqueta arrugada sobre el suelo de su baño y cubierto de sangre. Bliss había pensó que esa era la última vez que ella volvería a ver a Dylan, y hasta ahora… este chico que la había rescatado… su baja voz en su oído – era tan familiar. Ella ni siquiera se atrevió a esperar; ella no quería creer en algo que no podía ser verdad, que posiblemente no era real. Se aferró a él mientras él la arrastraba sin parar a la orilla. Esa no había sido la primera vez que Bliss despertaba en un lugar inesperado, solo para encontrarse a pulgadas del peligro. Solo la semana pasada había abierto sus ojos para encontrarse sentada en la cornisa más alta del Museo Cloisters, muy arriba en Fort Tryon Park. Su pie izquierdo estaba colgando del borde, y se agarró justo a tiempo para retirarse y salvarse de una peligrosa caída. Bliss se dio cuenta que probablemente habría sobrevivido a la caída de todos modos, solo con unos cuantos rasguños, y preguntándose ociosamente si ella quería cometer un suicido, qué opciones estarían disponibles para un inmortal de todos modos?. Y luego hoy ella se encontró en el medio del lago. Las pérdidas de conocimiento – las pesadillas de alguien acechándola, y de estar ahí pero no ahí – se estaban volviendo peor. Comenzaron el año antes: espantosas migrañas acompañadas por terroríficas visiones de ojos carmesí con pupilas grises, y Translated by Dana
~ 16 ~ afilados dientes brillantes… y corriendo por los interminables corredores mientras la bestia la perseguía, su repugnante aliento daba asco en su intensidad… alcanzándola, arrojándola al piso, donde devoraría su alma. Detente, se dijo ella misma. Por qué pensar en eso ahora? La pesadilla se había ido. La bestia – lo que sea que habitara solo en su imaginación. No era eso lo que su padre le había dicho? Que las pesadillas eran simplemente parte de la transformación? Bliss tenía quince, la edad en la cual los recuerdos de vampiro sobresalían, la edad en la cual el Sangre Azul comenzaba a darse cuenta de sus verdaderas identidades como seres inmortales. Bliss intentó recordar todo lo que había sucedido antes ese días, si había alguna pista sobre como pudo encontrarse media ahogada en el lago del Central Park. Ella se había ido a la escuela como siempre, y después había asistido a otra tediosa reunión del Comité. Se suponía que el Comité le enseñaría y a todos los nuevos reclutas como controlar y usar sus sentidos de vampiro, pero durante los últimos dos meses la organización había estado más envuelta en planear una tonta fiesta más que nada. Su madrastra, BobiAnne, había asistido a la reunión, avergonzando a Bliss con su voz chillona y su tenida chabacana, un buzo con el logo de Vuitton de pies a cabeza. Bliss no se había dado cuenta que habían gastado casualmente el mismo lienzo café que el del equipaje. Ella pensó que su madrastra se veía como un gran séquito dorado y café. Después, porque su padre estaba en casa para un cambio, la familia había cenado en el nuevo Le Cirque que recientemente se había trasladado al lujoso barrio de One Beacon Court. El famoso comedor de Nueva York ofrecía al poderoso y adinerado, y el Senador Llewellyn había pasado la tarde estrechando manos con los otros clientes adinerados – el alcalde, el dueño de la estación emisora, la actriz, el otro senador de Nueva York. Bliss había ordenado su foie gras poco hecho, y había disfrutado cubriendo con mermelada de uva su grueso, abundante, y cremoso hígado de ganso en su plato. Cuando la cena terminó, ellos habían asistido a la ópera, en el box privado de la familia. Una nueva producción Met de Orfeo ed Euridice. Bliss siempre había amado la trágica historia de cómo Orpheus descendía al infierno para rescatar a Eurydice, solo para perderla hasta el final. Pero el fuerte ruido y el afligido canto habían sacudido a Bliss a dormir, guiándola a soñar en el acuoso abismo de Hades. Ahí era donde su recuerdo acababa. Su familia aún está en el teatro? Su padre sentado como severo y solemne ídolo, sus manos ubicadas bajo su mejilla, observando el espectáculo atentamente mientras su madrastra hace muecas y bosteza, y su media hermana, Jordan , atentamente moviendo los labios con todas las palabras. Jordan tenía once años y era fanática por la ópera – un ser fanático es la palabra definitiva, en la estimación de Bliss. Estaban cerca del muelle ahora, y la mano firme la alzaba a la escalera cerca del muelle. Bliss se deslizó sobre el resbaladizo piso, pero descubrió que podía caminar. Quienquiera que sea él, estaba en lo correcto: su sangre de vampiro estaba entrando Translated by Dana
~ 17 ~ en calor, y en unos minutos ella no notaría que hacían cuarenta grados afuera. Si ella hubiese sido humana, tendría que estar muerta, ahogada por seguro. Miró hacia abajo a su ropa húmeda. Aún estaba vistiendo las mismas ropas que había vestido para la cena y la ópera. Un complicado bordado en su vestido Temperley de satín negro ahora estaba arruinado. Demasiado para solo lavar en seco. Solo uno de sus charoles de plataforma Balenciaga permanecía en su lugar. El otro probablemente estaba en el fondo del lago. Ella parecía mirar con recelo el programa de ópera que aún sostenía fuertemente en su mano, y lo liberó, dejándolo caer al suelo. “Gracias…”, dijo ella, mirando atrás para finalmente ver el rostro de su salvador. Pero no había nada detrás de ella más que las tranquilas aguas azules del lago artificial. El chico se había marchado. Anuncio de Nueva York Archivos 1 de Octubre, 1870 LA MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE MAGGIE STANFORD La hija del petrolero desaparece por la noche en el baile de sociedad. Estaba drogada?. LA POLICÍA DE NUEVA YORK ESTÁN dando vueltas a la misteriosa desaparición de Maggie Stanford de dieciséis años, quien caminaba a casa del Almirante y Sra. Thomas Vanderbilt tres semanas atrás durante el baile anual Patrician celebrado en su hogar en 800 Fifth Avenue y no ha sido vista desde entonces por su familia o sus parientes. Maggie Stanford es la hija del Sr. Y Sra. Tiberius Stanford de Newport. Los detectives han trabajado laboriosamente en el extraño caso pero no han podido encontrar alguna pista. La desaparición de la Señorita Stanford fue reportada en la Décima Comisaría de la estación de policías ocurrida el viernes 22 de agosto. En esa tarde, de acuerdo con su madre, Dorothea Stanford, quien es conocida en sociedad, Maggie fue presentada en el baile Patrician y liderando la cuadrilla. Maggie tiene un temperamento tranquilo y retraído. Ella pesa noventa y cinco libras, es frágil, hermosa, y delicada, y las relaciones en su hogar son de carácter agradable. Ella tiene el cabello rojo, ojos verdes, y consigue las de ganar. Su compromiso fue anunciado con Alfred, Lord Burlimgton, Earl de Devonshire, en la tarde del baile. La Sra. Stanford le dijo a la policía que cree que su hija ha sido un señuelo o secuestrada por alguna persona con influencia demoniaca. La familia Stanford ha ofrecido una sustancial recompensa por cualquier información que ayude en su retorno. Tiberius Stanford fundó Stanford Oil, la organización más rentable en los Estados Unidos. Translated by Dana
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CAPÍTULO 4 Pero ella estaba justo ahí. Schuyler estaba segura. La mujer que estaba persiguiendo había desaparecido entre la puerta del mismísimo palazzo en el que estaba ahora Schuyler, y ahora la mujer no estaba en ninguna parte para encontrarla. Schuyler miró alrededor. Ella estaba adentro del vestíbulo de una pequeña hospedería local. Muchos de los magníficos palacios flotando en la antigua Venecia se habían convertido en pensiones turísticas, pequeños hoteles en mal estado, donde los huéspedes no les importaban las barandillas despedazadas y las peladuras de pintura porque sus folletos ilustrados les prometían que experimentarían un lado de la Italia “auténtica”. Una mujer anciana con una bufanda alrededor de la cabeza miraba curiosamente desde la mesa de registro. “Posso li giuto?”, puedo ayudarle?. Schuyler estaba confundida. No había señales de la mujer rubia en ninguna parte de la habitación. Como pudo haberse escondido tan rápido? Schuyler estaba pisándole los talones. La habitación estaba vacía de armarios o puertas. “Ci era una donna qui, si?”, dijo Schuyler. Una mujer pasó por aquí, cierto? Ella estaba agradecida de que en la Escuela Duchesne hagan a sus alumnos tomar dos lenguas extranjeras, y que a Oliver la animara a tomar italiano, “entonces podremos ordenar mejor en los restaurantes de Mario Batali”. La mujer anciana frunció el ceño. “Una donna?”, sacudió su cabeza. La conversación continuó en un italiano rápido. “No hay ninguna mujer aquí más que yo. Nadie más vino excepto tú”. “Está segura?”, exigió Schuyler. Ella seguía preguntándole a la encargada cuando llegó Oliver. Se subió a un lado del edificio en una elegante lancha. Él descubrió que el taxi de agua era más apropiado para sus necesidades que el hombre empujando la góndola. “La encontraste?”, preguntó. “Ella estuvo justo aquí. Lo juro. Pero la señora dice que nadie ha entrado”. “Ninguna mujer”, dijo la anciana, sacudiendo su cabeza. “Solo el professore vive aquí”. “El professore?”, preguntó Schuyler, su oído se avivó. Su abuelo había sido profesor de lingüística, de acuerdo con el Depósito de Historia, de los archivos de los Sangre Azul que guardaban todos los conocimientos y secretos de su raza. “Donde está él?”. “Se ha ido por varios meses”. “Cuando volverá?”. “Dos días, dos meses, dos años – puede ser en cualquier momento. Mañana o nunca”, suspiró la encargada. “Nadie lo sabe con el Proffesore. Pero soy afortunada, él siempre paga sus cuentas a tiempo”.
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~ 19 ~ “Podemos - podemos ver su habitación?”, preguntó Schuyler. La encargada se encogió de hombros y apuntó a las escaleras. Su corazón latía en su pecho, Schuyler subía la escalera, Oliver estaba atrás de ella. “Espera”, dijo Oliver en cuando alcanzaron una pequeña puerta de madera al frente del descansillo. Movió la perilla. “Está cerrado”. Intentó de nuevo. “No hay manera”. “Maldición”, dijo Schuyler. “Estás seguro?”, se acercó a él para intentarlo. Ella volteó la perilla y se abrió. “Como haces eso?”, Oliver estaba maravillado. “No hice nada”. “Estaba completamente cerrada”, dijo él. Schuyler se encogió de hombros y empujó la puerta con delicadeza. Los condujo a una cercana habitación de invitados con una cama, un escritorio de madera desgastado, y repisas de libros apilados hasta el techo. Schuyler sacó un libro desde las repisas inferiores. “Muerte y Vida en las colonias Plymouth por Lawrence Winsow Van Alen”. Ella abrió la primera página. Estaba escrito en una elegante letra manuscrita: “Para mi querida Cordelia”. “Eso es todo”, susurró Schuyler. “Él está aquí”. Ella observó detenidamente los demás libros en las estanterías, y descubrió que muchos de ellos llevaban en el lomo que declaraba a L.W. Van Alen como su autor. “No ahora, él no está”, dijo la encargada desde la entrada, haciendo saltar a Schuyler y Oliver. “Pero el Biennale termina hoy, y el Professore aún no se ha perdido alguno”. El Biennale, la exposición de arte bianual en Venecia, era una de las presentaciones más definitivas, influenciables, y exhaustivas de arte y arquitectura en el mundo. Por muchos meses cada año, toda la ciudad era apoderada por una colección internacional de artistas, marchante de arte, turistas, y estudiantes ansiosos de ser parte del histórico festival de arte. Era un evento que Schuyler y Oliver se habían perdido durante el fin de semana, debido a su infructuosa búsqueda de su abuelo. “Si se cierra hoy”, dijo Schuyler. “Deberíamos darnos prisa”. La encargada asintió y dejó la habitación. Schuyler se preguntaba sobre la mujer que se veía inquietantemente como su madre. Su madre la habrá guiado hasta su abuelo? Estaba ayudando de alguna forma a Schuyler? Solo era su espíritu lo que había visto Schuyler?. Ellos se apresuraron al bajar las escaleras y encontraron a la encargada revolviendo papeles en la recepción. “Gracias por toda su ayuda”, dijo Schuyler, haciendo una reverencia a la anciana. “Eh? Discúlpeme. Posso li aiuto?”, dijo bruscamente la anciana. “El Professore, el Biennale, vamos a intentarlo y encontrarlo ahora”. “Professore? No , no. No Professore…”, la anciana hizo la señal de la cruz y comenzó a sacudir la cabeza. Schuyler frunció el ceño. “No Professore? Qué crees que quiera decir con eso?”, le preguntó a Oliver. Translated by Dana
~ 20 ~ “Él se fue… hace dos años”, dijo la encargada en un español titubeante. “Él no vive aquí no más”. “Pero usted acaba de decir…”, discutió Schuyler. “Estábamos hablando, arriba. Vimos su habitación”. “Nunca te he visto en mi vida, su habitación está cerrada”, dijo la encargada, viéndose horrorizada y limitándose decididamente a su español rebuscado aunque era obvio que Schuyler hablaba fluido el italiano. “Eravamo giusti qui”, discutió Schuyler. Pero estábamos justo aquí. La encargada ceñudamente sacudió su cabeza y murmuraba para ella misma. “Hay algo diferente en ella”, susurró Schuyler a Oliver en cuanto salieron de la hospedería. “Si, ella estaba más irritada ahora”, comentó Oliver. Schuyler de volteó para ver la cruz de la anciana de nuevo, y notó que ella tenía un lunar bajo su mejilla que unos cuantos cabellos apartados habían mostrado. Y ahora la anciana que estaba hablándoles antes no tenía un lunar, Schuyler estaba segura de eso.
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CAPÍTULO 5 Mimi miró su celular vibrando mientras salía de su clase de Francés avanzado. Estoy en la lista?. Otro mensaje de texto. Era el séptimo hoy. Podrían todos calmarse por favor?. De alguna forma, en menos de veinticuatro horas, las noticias de la fabulosa Mimi Force planeando una fiesta después del baile Four Hundred se había transmitido por toda la elite de vampiros adolescentes de la ciudad de Nueva York. Por supuesto, Mimi le había dicho a Piper Crandall, la chismosa más grande de toda la escuela, y Piper se aseguró de que todos supieran exactamente lo que iba a ocurrir. Había una locación secreta. Los gemelos Force eran los anfitriones. Pero nadie sabría si estaban invitados hasta la noche del evento. Pura tortura social!. Solo di S o N!!!. Ella borró el mensaje sin responderlo. Mimi bajaba por la escalera del Duchesne que la llevaba a la cafetería en el sótano. Mientras pasaba, varios Sangre Azul adolescentes intentaron capturar su atención. “Mims… escuché lo de la fiesta… Genial idea, necesitas alguna ayuda? Mi papá puede conseguir a Kanye para DJ”, ofreció Blair McMillan, su padre lideraba la compañía discográfica más larga del mundo. “Oye Mimi, estoy invitada, cierto? Puedo llevar a mi novio? Él es un SR…no es genial?”, revoloteaba Soos Kemble. “Hola cariño, solo asegúrate de que tengas mi contestación…”, gritó Lucy Forbes, arrojándole un exagerado beso en el aire a Mimi. Mimi sonrió gentilmente a todos ellos y llevó un dedo a sus labios. “No puedo decir nada sobre nada. Pero todos lo descubrirán pronto”. En la cafetería, bajo el espejo barroco de oro que colgaba en la chimenea, Bliss Llewellyn tomaba apáticamente su rollo de sushi, como si fuera un espécimen particularmente desagradable. Se suponía que Mimi se encontraría con ella en el almuerzo, y estaba atrasada como siempre. Bliss se alegraba del indulto, desde que le dio una oportunidad por perderse en los eventos de la noche anterior. Dylan. Debió ser él. El extraño en el parque que la había salvado de ahogarse. Bliss tenía que creer que él había sobrevivido al ataque del Sangre Plateada. Tal vez él estaba escondido ahora, y quizás estaría en peligro si revelaba su identidad. Como un superhéroe, pensó soñando. Quién más sentiría su angustia? Quién más podía nadar por las aguas frías del lago para alcanzarla? Quién más podía ser tan fuerte? Quién más podía hacerla sentir a salvo?. Bliss abrazó esa información para ella misma como una tibia frazada. Dylan estaba vivo. Tenía que estarlo. “No tienes hambre?”, preguntó Mimi, deslizándose hacia su lado. Translated by Dana
~ 22 ~ En respuesta, Bliss empujó su bandeja e hizo un gesto. Le mostró todos sus pensamientos de Dylan fuera de su mente. “Qué es toda esa cosa de la fiesta de la que todos me están acosando? Nadie me cree cuando les digo que no tengo idea de lo que está sucediendo. Tú y Jack están organizando una especie de juerga después del baile?”. Mimi miró alrededor para asegurarse de que nadie pudiera escuchar, y solo cuando estaba segura de que estaba fuera de alcance habló. “Si, iba a contártelo hoy”. Le contó todos los detalles a Bliss. Había garantizado el lugar perfecto – una sinagoga abandonada en el centro de la ciudad. No había nada más que Mimi disfrutara recomendando una noche de libertinaje en un espacio sagrado. El Centro Angel Orensanz era un edificio neogótico en el medio del Lower East Side. Había sido diseñado como una sinagoga en 1849 por un arquitecto de Berlín que la modeló después de la catedral de la colonia. Mimi no era la única Neoyorkina que le gustaba lanzar exageradas extravagancias en el espacio: el centro ya había hecho de anfitrión a varios desfiles de modas durante la Semana de la Moda, que fue como obtuvo la idea en primer lugar. A Mimi no le importaban los puntos de originalidad, solo le importaba estar donde la acción estaba, y ahora, la sinagoga profanada era popular. “El interior es un desastre”, dijo Mimi alegremente. “Hay como unas columnas podridas y vigas expuestas… es como una hermosa ruina”, susurró. “Vamos a alumbrar todo el lugar con velas y sin ninguna luz eléctrica! Y eso es todo, ninguna otra decoración. El lugar tiene la atmósfera suficiente. No necesita nada”. Mimi sacó una hoja de papel de su carpeta y se la entregó a Bliss. “Esto es lo que estaba pensando para la fiesta. Lo escribí durante mi prueba de francés”, Mimi estaba inscrita en francés avanzado, pero la clase era una broma. Una vez que sus recuerdos vampíricos salieran a la superficie, había descubierto que hablaba fluido ese idioma. Bliss miró hacia abajo todos los nombres. Froggy Kernochan. Jaime Kip. Blair McMillan. Soos Kemble. Rufus King. Booze Langdon. “Estos son todos los miembros del Comité. Pero hasta no todos los miembros del Comité”. Notó Bliss. “Exactamente”. “No vas a invitar a Lucy Forbes?”, preguntó Bliss, horrorizada. Lucy Forbes era una Sangre Azul senior, y la chica líder de la escuela. Mimi arrugó su nariz. “Lucy Forbes es una sosa. Una mojigata”. Mimi había hecho una vendetta en contra de la chica desde que Lucy había reportado que Mimi había abusado de su humano conocido alimentándose de él sin adherirse al mandato del periodo de las cuarenta y ocho horas. Bajaron por la lista, Bliss proponiendo un nombre y Mimi rechazándolo. “Qué tal Stella Van Rensslaer?”. “Estudiante de primer año! Sin mechones en esta fiesta” “Pero ella va a ser inducida la próxima primavera. O sea, ella es una Sangre Azul”, discutió Bliss. Todos los nombres de potenciales vampiros Sangre Azul estaban Translated by Dana
~ 23 ~ disponibles para los miembros del Comité entonces ellos podían estar atentos de sus hermanos jóvenes, el modo en que Mimi había llevado a Bliss bajo su ala tempranamente ese año. “Uhg. No”, dijo Mimi. “Carter Tuckerman?”, propuso Bliss, pensando en el amistoso y delgado chico que pasaba tomando notas como secretaria en las reuniones del Comité. “Ese cretino? De ninguna manera”. Bliss suspiró. Ella tampoco había visto el nombre de Schuyler en la lista, lo que le molestaba. “Y que hay sobre…ya sabes… los ‘otros significativos’, los conocidos?”, preguntó Bliss. Los Sangre Azul usaban el término de “humano conocido” para describir la dependiente relación entre las razas mortales e inmortales. Los humanos conocidos eran amantes, amigos, recipientes de los cuales los vampiros extraían su grandiosa fuerza. “Sin Sangre Roja en esta fiesta. Esto es como el baile Four Hundred, pero aún más exclusivo. Solo vampiros”. “La gente realmente se va a decepcionar sobre esto”, advirtió Bliss. Mimi sonrió con una sonrisa de un gato que se come el canario. “Exactamente”.
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CAPÍTULO 6 El Bianual de Venecia estaba ubicado en varios pabellones solapados, entonces los visitantes paseaban por una larga serie de oscuras habitaciones, penetrantes como viveo instalaciones crujiendo para vivir en inesperadas esquinas. Rostros proyectados en pelotas de vinilo expandidas y contraídas, chillando y riendo. Flores florecían y se marchitaban en las pantallas. Un apuro veloz del tráfico de Tokio , claustrofóbico y amenazador. Cuando Schuyler y Oliver habían llegado a Venecia, Schuyler había sido encendida por una energía salvaje, casi febril. Ella era implacable en su búsqueda, tenaz y decidida. Pero su entusiasmo había decaído cuando se volvió claro que encontrar a su abuelo en Venecia no sería tan fácil como ella había asumido. Ella había llegado con nada más que un nombre – ella ni siquiera sabía como era. Viejo? Joven? Su abuela le había contado que Lawrence estaba desterrado, un marginado de la comunidad de Sangre Azul. Qué pasa si todos esos años de aislamiento lo habían llevado a la locura y demencia? O peor, después de ver la habitación del Professore, ella estaba llena de la misma esperanza intensa con la que llegó. Él está aquí. Él está vivo. Puedo sentirlo. Schuyler marchaba lentamente de una habitación a la otra, escudriñando los sitios oscuros en busca de una señal, una pista que la guiaría a su abuelo. Ella pensó que la mayoría del arte era intrigante, aunque un tanto alterado, con solo una pizca de pretensión. Qué querrá decir que una mujer continúe regando la misma planta una y otra vez? Importaba siquiera? Mientras ella veía el video, se dio cuenta que estaba igual que la mujer, atrapada en una tarea titánica. Oliver ya se había saltado varias instalaciones. Él le dedicaba el mismo tiempo para estudiar cada pieza aproximadamente en diez segundos. Oliver reclamaba que eso era todo lo que necesitaba para entender el arte. Se suponía que llamarían al otro en caso de encontrar algo, aunque Oliver había señalado que ninguno de ellos sabía como se veía Lawrence Van Alen. Oliver no estaba tan convencido como Schuyler que una visita al Bianual fuera provechosa, pero él se había mordido la lengua. Ella se detuvo en la entrada de una habitación bañada en una la bruma carmesí. Una luz cortaba todo el espacio, proyectando un brillante ecuador narango entre el espacio de luz roja. Schuyler entró y se detuvo por un momento, admirandolo. “Es un Oliaf Eliasson”, le explicó un hombre joven que estaba a su lado. “Es hermoso, cierto? Puedes ver la influencia de Flavin”. Schuyler asintió. Ellos habían estudiado a Dan Flavin en Humanidades del Arte, entonces ella estaba familiarizada con el trabajo. “Pero por otro lado, no fue todo el arte fluorescente la influencia de Flavin?”, preguntó con descaro.
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~ 25 ~ Hubo un silencio incómodo, y Schuyler comenzó a alejarse, pero su compañero habló otra vez. “Dime. Por qué has venido a Italia?”, le preguntó el apuesto chico italiano en perfecto acento inglés. “Obviamente no eres un turista de arte, uno de esos con enormes cámaras y sus guías culturales a mano. Apostaría que ni siquiera has visto el nuevo Matthew Barney”. “Estoy buscando a alguien”, respondió Schuyler. “En el Bianual?”, preguntó. “Sabes en qué lugar?”. “Hay otras?”, preguntó Schuyler. “Por supuesto, esta es solo el jardín; también está el Arsenal y la cordelería. Toda la ciudad de Venecia se transforme en el Bianual. Tendrás una difícil misión buscando solo una persona. Casi un millón d epersonas visitan el Bianual – el jardín tiene treinta pabellones”. El corazón de Schuyler dio un vuelco. Ella no tenía idea de que el Bianual era tan extenso y confusos colecciones de lugares . Ella había caminado , pasando otros edificios antes de entrar en ese pabellón italiano, pero ella no tenía idea qué se extendía más allá. Los jardines eran un vasto paisaje lleno de edificios de cada época, cada edificio en su país anfitrión. Cada edificio tenía su propio estilo y ubicaba su propio arte del país. Si lo que estaba diciendo el chico era verdad, ir l Bianual a buscar al Professore era similar a buscar una aguja en un pajar. Inútil. Imposible. Un millón de personas cada año! Lo que quería decir que tendrían que haber miles de miles de personas en la exhibición ahora mismo. Con esas probabilidades, de hecho ella podía rendirse inmediatamente. Schuyler se desesperó. Ella nunca encontraría a su abuelo ahora. Quienquiera que sea, donde sea que esté, él no quería ser encontrado. Ella se preguntaba por qué estaba siendo tan directa con el chico, pero ella sintió que no tenía nada que perder. Había algo en sus ojos que la hizo sentir cómoda, a salvo. “Estoy buscando a alguien que llaman Professore. Lawrence Winslow Van Alen”. El chico estudió con serenidad a Schuyler mientras ella observaba la brillante habitación roja. Él era alto y delgado, con una nariz dura, mejillas sobresalidas, y cabello rubio caramelo un poco grueso. Él vestía un pañuelo de seda blanco alrededor de su cuello, una elegante chaqueta de lana hecha a la medida, y esquemas de aviador con borde de oro hacia atrás en su apuesta frente. “Uno no debería buscar a aquellos que no desean ser encontrados”, dijo abruptamente. “Disculpa?”, preguntó Schuyler, volteándose hacia él, sorprendida por su inesperada respuesta. Pero para entonces el chico había escabullido detrás de una gruesa cortina de fieltro negra y desapareció. Translated by Dana
~ 26 ~ Schuyler Salió del pabellón italiano hacia las rugosas piedras del paseo principal, marcando el número de Oliver en su teléfono celular mientras corría detrás del chico. “Llamaste?”, preguntaba Oliver con una cómica sumisión. “Hay un chico – alto, rubio – parece como un piloto de carreras. Gafas de aviador, maneja guantes, abrigo tweed, pañuelo de seda”, describió Schuyler, jadeando mientras corría. “Estás persiguiendo a un modelo? Pensé que estabamos buscando a tu abuelo”, se rió Oliver. “Estaba hablando con él. Le dije el nombre de mi abuelo, luego él desapareció. Quizás esté en algo – alo? Ollie? Alo?”, Schuyler movió su teléfono celular, y notó que no tenía barras. Maldición. Sin señal. Moverse entre las exhibiciones del jardín era como estar en una máquina del tiempo. Había atrios Greco-Romanos entremezclados con llamativas, y nuevas estructuras modernistas. Edificios estaban escondidos detrás de largos senderos y camuflados en la silvicultura. Schuyler suspiró, indecisa por un momento. Pero ella no estaba indecisa. Ella podía sentirlo. Ella vio pasar su silueta detrás de una reproducción del teatro Griego. Él pasó entre las columnas, desapareciendo y apareciendo en su vista. Schuyler respiró profundo, cuidadosa en mantener esta vez su velocidad bajo control , en caso de que cualquiera de los dispersos turistas notara algo extraño. Ella vio al chico tirado en un bosquecillo, pero estaba confundida cuando llegó al lugar. Ante ella estaba solo un edificio. Ella se movió rápidamente y entró a la estructura. Una vez dentro, ella comprendió por qué se había confundido. El interior del edificio había sido construido para parecerse a un patio exterior; árboles surgiendo entre el tejado abierto, haciendo que la habitación pareciera como si estubiera afuera. Esculturas estaban alineadas en todo el patio cubierto d epiedras blancas. Todo alrededor de ella, escuchaba voces hablando en italiano, el guía turístico con declaraciones de orgullo más fuertes que todo. Concéntrate, se dijo a sí misma. Escúchalo. Sus pasos. Ella cerró sus ojos, intentando sentirlo, intentando dirigir su atención en su particular aroma, recordando la combinación de piel y colonia de su pañuelo de seda, y pareciendo como si él hubiese salido en un rápido, y brillante auto deportivo nuevo. Ahí! Ella apuntó al chico de pie al lejano final del espacio. Esta vez, ella estaba sin temor de usar su velocidad, su fuerza. Ella corrió tan rápido que sentía como si estuviera volando, y como antes, estaba llena de júbilo por la persecución. Ella era incluso más fuerte que cuando iba en persecución más temprano de la mujer que se veía como su madre esa tarde, ella podía sentirlo. Ella iba a atraparlo. Él se movía hacia atrás del jardín. Los edificios gradualmente se volvían más modernos, sus paredes grabadas con palabras y nombres. Otro estaba compuesto de tubos Translated by Dana
~ 27 ~ plásticos coloreados intensamente y brillaban como caramelos. Ella vio su forma moviéndose adentro. Adentro el pabellón era oscuro. Un suelo de cristal separaba al espectador del arte debajo. O al mennos ella asumía que era arte. Todo lo que pudo ver era una masa retorcerse de robot de juguetes chirriando y subiendo encima del otro infinitamente mientras destellaban luces en rojo, azul, y verde en la oscuridad. Ella sintió un movimiento, y desde la esquina de su ojo, vio al chico moviendose rápidamente fuera de la habitación hacia el otro lado. “DETENTE!”, ella gritó. Él la miró, sonriendo, y luego desapareció otra vez. Schuyler regresó al sendero del jardín, otra vez escudriñando por él entre la multitud. Nada. Oh, cual era el motivo? Ella pensó por un momento. Intentó imaginar a Lawrence y donde ppodría estar; por qué se arrastró a este lugar. El Bianual. Luego ella recordó el mapa en su bolsillo trasero. Lo sacó estudió los caminos zigzagueantes que conectaban los pabellones. Ella se sintió ridícula por un momento, sin haber pensado en eso antes. Dobló el mapa y caminó rápidamente hacia su nueva meta. Su teléfono celular sonó. Oliver. “Sky, donde estás? Estaba preocupado”. “Estoy bien”, dijo, molesta por ser interrumpida. “Escucha, te llamaré más tarde. Creo que sé donde está”. “Donde está quién? Schuyler, hacia donde vas?”. “Estaré bien”, dijo Schuyler impaciente. “Ollie, por favor no t epreocupes por mí. Soy un vampiro”. Ella colgó el teléfono. Minutos más tarde estaba de pie en frente de un pequeño edificio de ladrillos rojos. Una contrucción modesta comparada con la mayoría de las extravagantes estructuras en la exhibición. Su fachada era Georgiana, un poco americana, con elegantes detalles blancos y nítidos trabajados en las barandillas de fierro. Era una reliquia de otra época, y la especie de lugar recordado por las antiguas colonias establecidad. Apenas había guardado el mapa en su bolsillo trasero luego vio al chico otra vez. Él parecía como si hubiera crecido durante la persecución: su respiración era poco profunda, y su cabello estaba ladeado. Él se veía sorprendido de encontrarla a ella ahí. “Tú otra vez”, dijo. Ahora era su oportunidad. Cordelia la había instruido, antes de haber expirado en este ciclo, si alguna vez encontraba a Lawrence, o alguien que ella pensara que estaría dispuesto a guiarla hacia él, Schuyler deba decir las siguientes palabras. Ella las dijo ahora, claramente, y en la voz más segura que podía mostrar.
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~ 28 ~ Adiuvo Amicus Specialis. Nihilum cello. Meus victus est tui manus. “Vine a ti para ayudar como un secreto, y especial amigo. No tengo nada que esconder. Mi vida está en tus manos”. Él miró sus ojos con una mirada fría que solo podía pertenecer a la especie de Schuyler, y sus palabras se marchitaron en silencio. “Dormio”, él ordenó, y con un movimiento de su mano, ella sintió que la oscuridad la encontró mientras se desmayaba.
Anuncio de Nueva York Archivos 15 de Marzo, 1871 COMPROMISO ROTO Lord Burlington y Maggie Standford no se casarán. Maggie Standford aún está perdida. EL COMPROMISO DE MAGGIE Standfors, la hija del Sr. Y Sra. Tiberius y Dorothea Standford de Newport, y Alfred, Lord Burlington de Londres y Devonshire, ha sido roto. La boda tenía lugar el día de hoy. Maggie Stanford desapareció misteriosamente la noche del baile Patrician – seis meses atrás. El Superintendente Campbell ha continuado con la investigación. La familia Standford sospecha juego sucio, aunque no hay nota de rescate o señales de un secuestro que hayan sido descubiertas. Una recompensa sustancial ha sido ofrecida por cualquier información concerniente al paradero de Maggie Standford.
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CAPÍTULO 7 Era el joyero de una habitación, muy alto sobre el piso más alto de uno de los rascacielos más altos del centro de Manhattan, un edificio hecho de vidrio y cromo, y mientras Mimi miraba por fuera hacia el magnífico edificio de Nueva York recortado contra el horizonte, ella agarró su reflejo en la ventana de lámina de vidrio y sonrió. Ella llevaba un vestido. Pero no solo cualquier vestido. Este era una confección de alta costura de miles de escarapelas de encaje bordadas a mano juntas para crear una etérea, y nubosa elegancia. El corpiño sin tirantes iba pegado a su pequeña cintura de veintidos pulgadas , y su lustroso cierre de oro sobre sus hombros cremosos y entonados por su espalda. Era un vestido millonario, uno del tipo espectacular que solo John Galliano podía crear. Y era de ella, al menos por una noche. Ella estaba en el departamento de vestidos de celebridades de Christian Dior. Una exclusiva sala de exposición y venta que era solo con invitación. Alrededor de todos los percheros que rodeaban a Mimi habían vestidos traídos directo de las pasarelas de Paris – ejemplares que solo modelos y modelos delgadas socialites podían soñar vestirlos. Ahí estaba el Dior que Nicole Kidman usó en los Oscars, estaba el traje de Charlize Theron que usó en los Golden Globes. “Despampanante”, se pronunció la publicista de Dior con un rápido asentimiento de su cabeza. “Absolutamente, este es el indicado”. Mimi tomó una copa flauta de champaña de la bandeja de plata ofrecidos por un servidor con guantes blancos. “Quizás”, admitió, sabiendo que con la cola del vestido de cincuenta pies de largo, ella causaría conmoción cuando entrara a la fiesta. Luego apareció Bliss en la entrada. Mimi había invitado a su amiga para que seuniera, pensando que sería divertido tener una audiencia mirándola probarse vestidos. Lo que le gustaba a Mimi más que tener una amiga aduladora envidiando su buena apariencia y sus privilegios sociales. Ella no esperaba que la publicista de Christian Dior se tropezara con ella y animara a Bliss a sacar un vestido también. Pero desde que Bliss había firmado para la agencia de modelaje Farnsworth, su rostro y su figura había sido engalanada en lo que todos saben, la campaña publicitaria de los vaqueros “Stitched para Civilization” que ella protagonizaba con Schuyler Van Alen, la pequeña rosa texana se ha vuelto una auténtica celebridad de Nueva York – un hecho que Mimi aún no ha perdonado. Bliss había sido elegida como la “Chica del Momento” en Vogue, y habían sitios web devotos a ella en cualquier movimiento. Mimi tenía que enfrentar la horrorosa verdad: su amiga era famosa. Translated by Dana
~ 30 ~ “Ustedes – qué opinan de esto?”, preguntó Bliss. Mimi y la publicista se voltearon. Mimi sonrió descolorida. La publicista corrió al lado de Bliss Llewellyn. “Espléndido!”, declaró. “Solo desearía que John estuviera aquí para verte en ese vestido”. Bliss llevaba puesto un lujoso vestido de terciopelo en verde oscuro casi negro que de manera histriónica contrarrestaba sus rizos rojizo dorado en cascada. Su pálida tez marfil parecía casi traslúcida contra el profundo e intenso color de joya del traje de fiesta. Tenía un profundo y extravagante escote, cortado desde la clavícula hasta el ombligo, revelando una generosa cantidad de escote pero deteniéndose por poco de algo obseno. El corpiño estaba adornado con miles de cristales Swarovski que brillaban contra el género como estrellas en el cielo de la noche. Era un fantástico vestido para hacer una entrada, el tipo de vestido que propulsaba a actrises desconocidas a la lista A de estrellas de cine, una contendiente para la renombrada Elizabeth Hurley en la segura insignia de Versace. “Me gusta”, asintió Bliss. Se abalanzó sobre Mimi en sus tacos de aguja con joyas, y las dos se miraron por el espejo. Contra el vestido intensamente sexy de Bliss, Mimi en sus pálidas escarapelas rosas de pronto se vió inconsecuente, y Mimi sonrió atrofiada bajo las luces mientras Bliss giraba y bailaba alrededor de la habitación. “Solo se ve pesado”, dijo Bliss, levantando el dobladillo. “Pero es tan liviano”. “Está hecho de seda Persa – una de las mejores del mundo”, explicó el representante de Dior. “Diez religiosas belgas se volvieron ciegas haciendolo”, bromeó. “Entonces chicas, supongo que está todo listo?”. Mimi sacudió su cabeza. De ninguna manera ella permitiría que Bliss le robara el foco – su noche – excepto por ella. Ella tenía su corazón puesto en ser la chica soltera más bella en el salón, y no había forma que ella esté dispuesta a hacer eso si Bliss le quitara protagonismo en ese absurdamente opulento vestido. Visitar el departamento de vestidos de celebridades había sido su idea, pero ahora Mimi tenía que optar por el plan B. Ella no estaría contenta con un vestido de la pasarela – ella tenía que tener un vestido hecho a la medida y diseñado solo para ella, por el maestro. Balenciaga. Ellas dejaron la sala de exposición y venta y cruzaron la calle para tomar un rápido almuerzo en Fred, el restaurante en el piso de arriba de Barneys. La anfitriona las sentó inmediatamente en comoda, mesa para cuatro personas cercana a la ventana, donde ellas podían ser vistas por toda la multitud. Mimi notó a Brannon Frost, un Sangre Azul editor jefe de Chic, sentado al frente de ellas con su hija de catorce años, Willow, estudiante de primer año del Duchesne. El color de Bliss era potente y su rostro brillaba felizmente. Aún seguía hablando sobre el vestido. “Si, totalmente, se ve genial en ti”, decía Mimi en una voz plana. Translated by Dana
~ 31 ~ Su amiga sonreía titubeando, y Bliss tomó un trago de agua para camuflar su desilusión. A Mimi le desinteresaba toda esa discusión sobre el traje de fiesta de Bliss para el baile que estaba terminada. Bliss rápidamente se reagrupó. “Pero el tuyo era ma-ra-vi-llo-so. El rosa es tu color”. Mimi se encogió de hombros. “No lo sé. Creo que voy a ver algo más. Dior es tan extravagante, no lo crees? Superfluos, como ellos dicen. Un poco exagerado. Pero por supuesto, si eso es lo que estás buscando, es fabuloso”. Dijo condescendientemente mientras revisaba el menú envuelto en cuero. “Entonces a donde piensas ir?” preguntó Bliss, intentando no sentir el aguijón de las pequeñas puntas de Mimi. Ella sabía que se veía genial en ese vestido, y que Mimi solo estaba celosa – Mimi siempre ha sido de esa forma. La última vez que fueron de compras, ambas encontraron precioso un abrigo de piel de cordero bebe en Intermix, una tienda moderna en el centro de la ciudad. Mimi había dejado a Bliss para que lo comprara, pero solo después que ella haya menospreciado usar piel. “Pero continúa, querida. Sé que algunas personas no les interesa el sufrimiento de pequeños animales”. Al final, Bliss había comprado el abrigo, pero aún no lo ha usado. Un punto para Mimi Force. Esa perra de ojos verdes solo tiene envidia. Conmocioné cone se vestido, pensó Bliss, luego inmediatamente se sintió avergonzada de pensar en su amiga de esa forma. Mimi estaba realmente celosa? Por qué tendría que estar celosa la hermosa Mimi Force? Su vida era como, perfecta. Quizás Bliss esta leyendo demasiado en su reacción. Quizás Mimi estaba en lo cierto – quizás ese vestido era demasiado. Quizás ella no debería ponerselo después de todo. Si solo alguien más hubiese estado con ella en esa sala de ventas, alguien como Schuyler, quien Bliss sabía que estaría dispuesta a darle una opinión honesta. Schuyler ni siquiera se daba dado cuenta lo hermosa que era; siempre estaba escondiéndose en esas capas de mujer vaga. “No sé donde voy a encontrar un vestido para el baile”, dijo Mimi despreocupadamente. “Pero estoy segura que encontraré algo”. Ella no iba a compartir el as bajo su manga esta vez. Dios la ayuda si Bliss tiene la misma idea de preguntarle al diseñador Balenciaga para hacerle el traje para el baile también. El mesero llegó y tomó sus órdenes, dos filetes a la pimienta. Poco hecho. “Sangriento”. Sonrió Mimi, mostrando solo una punta de sus colmillos para que el mesero diera una doble mirada. “Poco hecho”. Bromeó Bliss,devolviendo el menú, aunque ella no estaba bromeando. “De todos modos”, dijo Mimi, tomando un sorbo de agua y mirando alrededor del alegre restaurante para ver si alguien estaba mirándola. Si. Algunas mujeres – turistas, por la apariencia de sus chaquetas pastel y goma para el pelo de los ochenta – arraigados en Siberia, estaban murmurando y hablando sobre ella. “Esa es Mimi Force. Ya sabes, Force News? Su padre es ese empresario millonario? Hay una historia sobre ella en Styles de la semana pasada. Ella es como, la nueva Paris Hilton”. “Como te decía, no es solo el vestido. Es sobre la cita”, dijo Mimi. Translated by Dana
~ 32 ~ “Cita?”, se rió Bliss. “No sabía que teníamos que conseguir citas para esa cosa”. Mimi se rió. “Por supuesto que necesitas una cita, tonta. Es un baile”. “Entonces a quíen llevarás?”. “A Jack, por supuesto”, contestó Mimi sin demora, como si fuese la cosa más natural del mundo. “Tu hermano?” preguntó Bliss, horrorizada. “Ehm, como, puaj?”. “Es una cosa de familia”, dijo Mimi enfadada. “Los gemelos siempre van como la cita del otro. Y por otro lado, no es como…”. “No es como?”, Bliss le dio un codazo. Mimi estaba intentando decir, no es como si fuese realmente mi hermano, pero este no es el momento ni el lugar para explicar sus complicadas e inmortales historias románticas y el vínculo entre ellos. Bliss no entendería. Ella no tenía el control total de sus recuerdos todavía y no saldrían en el baile hasta el próximo año. “Nada”, dijo Mimi, mientras sus entradas estaban puestas ante ellas. “Ooh. Creo que este aún está respirando”. Sonrió mientras cortaba su filete, soltando un río de sangre roja en el inmaculado plato blanco. Una cita, pensó Bliss. Una cita para el baile Four Hundred. Bliss sabía que solo había un chico en el mundo que ella quería como acompañante. “Entonces qué hay de ti? Quizás puedas tomar a Jaime Kip”, sugirió Mimi. “Él es totalmente apuesto y tan disponible”. De hecho, Jaime Kip tenía una novia, pero desde que ella era una Sangre Roja, en la mente de Mimi eso no contaba. “Escucha, Mimi, necesito decirte algo”, susurró Bliss. Ella no quería confiárselo a Mimi, pero ella no podía mantener sus pensamientos y esperanzas para ella más tiempo. Especialmente desde que estaban hablando de chicos. Mimi levantó una ceja, “Continúa”. “Creo que Dylan está vivo”, dijo Bliss, explicando en un apuro casi incoherente como ella se había encontrado casi ahogada en el lago de Central Park, solo para ser rescatada por un chico cuyo rostro nunca vió, pero cuya voz había sido solo muy familiar. Mimi parecía compasiva con su amiga. Por su padre, Mimi había oído lo que había sucedido. Dylan había sido atacado y asesinado por un Sangre Plateada. No había esperanza para que él sobreviviera. Nunca han encontrado su cuerpo, pero el testimonio de Bliss para el Comité sobre la trágica noche había explicado fuerte y claro con detalle su destino. “Bliss, querida, creo que es realmente tierno como piensas en ese chico, tu también llamado ‘salvador’, era Dylan. Pero no hay forma. Sabes tan bien como yo que…”. “Qué?”, preguntó Bliss a la defensiva. “Que Dylan estça muerto”. Las palabras colgaron en el aire entre ellas.
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~ 33 ~ “Y él nunca más volverá, Bliss. Jamás”. Mimi suspiró y bajó su cuchillo y tenedor. “Entonces pongámonos serias. Quieres que lo arregle todo? Creo que Jaime Kip es tan apuesto”.
CAPÍTULO 8 Cuando Schuyler despertó, estaba acostada en una enorme cama tamaño king en el medio de una extensa habitación amoblada en lo que únicamente podía ser descrito como de la Realeza Medieval. Un inmenso tapiz premonizaba describiendo la muerte de un unicornio decorando la pared más lejana, un candelabro pantagruel de oro encendido con cientos de velas chorreando del techo, y la cama estaba apilada con toda clase de piel de animal gruesa y lana. Todo el lugar expresaba una brutal y primitiva elegancia. Ella pestañeó y llevó sus manos a su cuello. Pero no habían marcas de mordida. Al menos estaba segura de eso. “Ah, estás despierta”. Schuyler se volteó al sonido de la voz. Una criada uniformada en un vestido negro con un delantal blanco hizo una reverencia. “Si hace el favor de seguirme, señorita Van Alen”, dijo ella. “Se supone que la llevaré abajo”. Como ella sabía mi nombre?. “Donde estoy?”, preguntó Schuyler, sacando las mantas y cosas volviendo sus pies dentro de sus botas de motocicleta que encontró en el suelo. “En el Palacio Ducal”, respndió la criada, era la sede Veneciana del gobierno por siglos y guardaban los cuerpos legistalivos y administrativos, así como la habitación del consejo y la residencia privada de doge. Los turistas eran bienvenidos a visitar los magníficos salones y galerías. Schuyler ya había visto el palacio en el tour autorizado. Ella se dio cuenta que estaba en una de las residencias privadas, la sección separada de las cuerdas del palacio que no estaba abierto al público. La criada le indicó que la siguiera, y Schuyler bajó la escalera hacia un largo salón. Al final había un inmenso portal de roble, tallado con variados jeroglíficos y símbolos paganos. “Lo encontrarás aquí”, dijo la criada mientras abría la puerta. Schuyler entró y encontró una apmplia biblioteca de esplendor señorial. Cortinas rojas de terciopelo estaban cubriendo las ventanas. Estanterías de nogal estaban alineadas con libros forrados en cuero. Alfombras de animales y abundaban trofeos. Un encorvado caballero canoso con tela de lana hecho en las Islas de Harris de Escocia sentado en una enorme silla de cuero en frente de un fuego vivo. “Acércate”, ordenó. A su lado estaba el apuesto joven italiano del Bianual. Él asintió a Schuyler y señaló la silla que estaba al frente de él. Translated by Dana
~ 34 ~ “Tu me hechizaste”, acusó Schuyler. El chico admitió lo que hizo. “Fue el único modo para asegurarme de tu identidad y de tus verdaderas intenciones. No te preocupes, no te haremos daño”. “Y? entonces estás satisfecho?”. “Si”, dijo el chico cons eriedad. “Tu eres Schuyler Van Alen. Te estás quedando en el Hotel Danieli con Oliver Hazard-Perry Padre y su hijo Oliver. Estás en alguna especie de búsqueda. Permíteme entregarte excelentes noticias. Tu búsqueda ha terminado”. “Como?”, preguntó Schuyler con recelo. “Este es el Professore”, dijo el chico. “He oído que me has estado buscando”, dijo el profesor jovialmente. “No soy tan popular en estos días con los estudiantes americanos. Hace bastante tiempo, tuve unos cuantos peregrinos que vinieron a ver mi lectura. Pero ya no. Cuéntame, por qué has venido?”. “Cordelia Van Alen me envió”, dijo Schuyler. Al mencionar su nombre, el Profesor y el chico intercambiaron una significativa mirada. La calidez del corazón le llevó el calor a las mejillas de Schuyler, pero no fue solo el fuego que sonrojó su pálida piel. Decir el nombre de Cordelia tan audazmente la hizo sentir vulnerable. Quienes eran estos extraños hombres? Por qué la llevaron ahí? Estubo bien en apelar el llamado de Cordelia por ayuda?. “Dime más”, alentó el profesor, inclinándose y evaluando a Schuyler con mucho interés. “Cordelia era mi abuela…” dijo Schuyler. Aunque si ellos eran enemigos, no habría forma de volver atrás. Ella echó un vistazo a la habitación para encontrar puntos de salida: ella notó una puerta escondida dentro de una de las paredes de la biblioteca. Quizás ella podría escapar por ahí, o también podría aturdir a ambos, al anciano y al chico con un hechizo y salir volando por la ventana. “Era?”, preguntó el chico. “Ella expiró en este ciclo. Ella fue atacada”, inhaló Schuyler repentinamente. “Por un Sangre Plateada. Un Croatan”. “Como puedes estar segura?”, exigió el chico. “Los Sangre Plateada no han sido oídos desde el siglo diecisiete. Su existencia ha sido legislada fuera de la historia de los Sangre Azul”. “Ella misma me lo dijo”. “Pero entonces no fue llevada?”, preguntó el chico en una voz ronca. “No. Menos mal. El ataque no drenó por completo su sangre y recuerdos. Ella vivirá para volver en el próximo ciclo”. El chico se reclinó en su silla. Schuyler notó que él estaba jugando con unas llaves de auto en su mano izquierda, y su rodilla derecha se estaba moviendo arriba y abajo impaciente por oír el resto de la historia. “Continúa”, insistió el profesor. Translated by Dana
~ 35 ~ “Cordelia dijo que la clave para vencer a los Sangre Plateada era buscando a su esposo, Lawrence Van Alen, quien estaba escondido. Ella pensó que si me enviaba – si me enviaba a Venecia podría encontrarlo. Lo he hecho?”. Los ojos del anciano brillaron. “Tal vez lo hiciste”. “Abuelo, he venido a ti por ayuda. Cordelia dijo que era fundamental que…”. Hubo un ruido de aclarar garganta del chico. Schuyler se volteó hacia él. “Yo soy Lawrence Van Alen”, dijo el chico, inclinándose. Los rasgos del chico de convirtieron en los de un hombre. Pero este no era el encorvado y canoso abuelo de la imaginación de Schuyler. Este era un hombre alto y delgado con el mismo cabello leonino del chico, excepto que estaba salpicado con gris, y aún estaba la aristocrática y dura nariz y la barbilla arrogante. Era como si la habitación se encogiera con su presencia. Él era una figura autoritaria, y esa mirada brusca era intimidante. Él era el hombre que sería un rival digno para Charles Force, pensó Schuyler. “Eres un metamorfo”, dijo Schuyler con admiración. “Esta es tu real forma?”. “Tanto como cualquier forma puede ser real”, contestó Lawrence. “Anderson, puedes disculparnos?”. El caballero de edad le guiñó el ojo a Schuyler y salió del salón, cerrando la chirriante puerta de madera en silencio. Schuyler se sentó en la silla, notando las desteñidas alfombras Aubusson en el suelo de piedra. Eran similares a las de la biblioteca de cordelia en la calle 101st. “Tu Conducto?”. Lawrence asintió. Él se puso de pie y caminó hacia la entrada de un bar al lado de la chimenea, abriendo una pequeña vitrina, y removiendo una botella de vino de Oporto. Vertió en dos vasos el líquido escarlata y le entregó un vaso a Schuyler. “Tenía un presentimiento”, dijo ella, aceptando el trago. Lo bebió lentamente. Era dulce sin ser empalagoso, con mucho cuerpo y decilicoso. El alcohol no tenía efecto en los vampiros, pero la mayoría de ellos aún disfrutaban el sabor. “Pensé que lo harías. Casi te volteas a mi dirección, pero te atrapaste sola. Como lo supiste?”. “El señor de la casa usualmente se siente a la izquierda, donde estabas, mientras que él estaba sentado a tu derecha”, dijo Schuyler. Era una ley de un protocolo medieval que ella aprendió de las interminables lecciones de Cordelia sobre la historia de los Sangre Azul. El rey siempre iba sentado en la izquierda, mientras la reina, o cualquier personaje menos iba sentado a la derecha. “Ah, muy observadora. Lo olvidé. Me estoy volviendo viejo”. “Lamento que Cordelia no pueda estar aquí”, dijo Schuyler en voz baja. Lawrence suspiró. “Está bien. Hemos estado separados ahora por más de un siglo. Uno se acostumbra a la soledad. Tal vez un día será seguro para nosotros estar juntos otra vez”. Se reclinó en su silla y sacó un cigarrillo de su bolsillo frontal. “Entonces, tu eres la hija de Allegra”. Dijo él, rompiendo la punta del cigarrillo con un cortador de plata para cigarrillos. “He estado observándote. Sabía que estabas buscándome en el minuto Translated by Dana
~ 36 ~ en que llegaste a Venecia. Sentí algo en el aire – pensé que era tu madre pero era una energía diferente. Tú me viste”. “Tu eras la mujer que vi en la calle hoy. Tomaste la forma de Allegra”, se dio cuenta Schuyler en voz alta. Todo tenía sentido ahora. Lawrence asintió. “Lo hago algunas veces. Solo porque la he extrañado por un largo tiempo”. Él dio una rápida chupada al cigarrillo y exhaló. “Estaba cauteloso de revelarme ante ti hasta que estuviera seguro de tu identidad. Tengo demasiados enemigos, Schuyler. Ellos han estado cazándome por siglos. Podrías haber sido uno de ellos”. De pronto Schuyler se enderezó, casi derramando su trago. “La señora en la pensione? También eras tú. Al menos al principio”. Lawrence se rió. “Si. Por supuesto”. “Entonces esa es la razón por la que ella dijo que nunca nos había visto antes cuando bajamos las escaleras. Ella estaba diciendo la verdad”. Schuyler dejó su vaso vació sobre la pequeña mesa auxiliar al lado de la silla, tomando precaución de dejarlo sobre uno de los posavasos bañados en oro. “Mary es una honesta encargada, se lo diré”. Sonrió Lawrence. “Pro qué nos mostraste tu habitación?”. “No quise hacerlo, pero tu estabas persiguiéndome y tuve que buscar refugio en uno d emis escondites secretos alrededor de la ciudad. Tengo varias direcciones, ya sabes. Uno las necesitasi quieres esconderte exitosamente. Marie te dijo la verdad; la habitación estaba cerrada. Pero se abrió para ti. Tomé eso como una buena señal. Pensé que dándote una pista vería si eras capaz de encontrarme en el Bianual. Lo hiciste bien. Estuviste corriendo hasta el Olafur Eliasson donde estaba yo”. “Pero por qué corriste de mí otra vez? Estaba persiguiéndote”. “Y por poco me atrapas. Dios mío, la vbelocidad con la que tú – tu tienes una fuerza increíble. Tomó toda mi energía para mantenerme alejado de ti. Aún estaba inseguro de tus intenciones o de tu identidad. Me sorprendiste encontrándome en frente del edificio Colonial. Lamento tener que usar ese hechizo para domir en ti”. “por qué elegiste confiar en mí ahora?”, preguntó Schuyler. “Porque solo la hija de Allegra sabría el correcto Advoco Adiuvo, la invocación que usaste. Cordelia y yo acordamos que si alguna vez estuviéramos buscando al otro, nuestros emisarios usarían esas palabras del Sagrado Lenguaje. Sin el Advoco, nunca me hubieras encontrado en mil años, a pesar de tus poderes. Pero debí ponerte a dormir para detener por un tiempo mientras me aseguraba que no habías sido corrompida. Tenía que llevarte a algún lugar seguro, donde no fueramos observados”. Schuyler asintió. Como ella supuso. “Entonces ahora que me has encontrado, qué es lo que deseas?”, preguntó Lawrence, mirando a Schuyler entre una neblina de humo. “Quiero saber sobre los Sangre Plateada. Quiero saber todo”.
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CAPÍTULO 9 El día siguiente era el comienzo de la semana de exámenes en el Duchesne. A diferencia de otras escuelas, los estudiantes de la exclusiva institución miraban activamente hacia adelante para los exámenes ya que significaba una agenda flexible y la llegada marcada de las próximas festividades de la escuela. Bliss consultaba su lista mientras corría por las puertas dobles, de latón dorado y de vidrio. Ese día ella había tenido Inglés e Histora Americana avanzadp. El día siguiente, Alemán y Biología. Ella tenía un examen de Justicia Social el Miércoles, el jueves sin exámenes, y solo una recitación para Francés el viernes. Mientras ella subía rápidamente la escalera al tercer piso, ella notó que todo a su alrededor, chicas estaban vestidos con pantalones de yoga, poleras, y llevaban botas Ugg, mientras que los chicos llevaban poleras desteñidas, vaqueros rasgados, y zapatillas. Qué estaba sucediendo? Ella llevaba puesto su atuendo típico: pantalones de pitillo ajustados metidos en unas botas largas de hevilla, y un sweater de Stella McCartney sobre una desordenada blusa Derek Lam. Por qué todos se veían como si ellos hubiesen salido de la cama y vestido en la oscuridad?. “Oye Bliss!”, gritó Mimi mientras salía rapidamente de la biblioteca en el segundo piso. Bliss estaba sorprendida de encontrar a Mimi en una tenida que ni muerta usaría. Mimi había corrido hacia atrás su largo cabello rubio en un pañuelo rojo y azul chillón y llevaba casi nada de maquillaje (de hecho, Bliss notó un pequeño grano en la mejilla de Mimi). Una polera grande de Lacrosse del Duchesne tomada prestada de su hermano, Jack, colgaba de su deslgada figura, y completaba el look con pijamas cortos de franela y cómodas pantuflas. “Oye!”, gritó Bliss. “No puedo hablar – atrasada a mi examen de química”, explicó Mimi, bajando rápido las escaleras, sus pantuflas chancleteaban en el mármol. “Recién llegaste?”, preguntó Soos Kemble, siguiendo a Mimi. Ella vestía una sudadera grande de Oxford y pantalones holgados de jersey, su delgado cabello rubio etstaba rizado. Esa era la chica que llegaba a la escuela cada día con su cabello perfectamente seco, vistiendo atuendos de diseñador que costaban cinco ceros. “Si”. Bliss se encogió de hombros. “Por qué?”. “Todos han estado aquí desde el amanecer”. Bostezó Soos. “Es la única manera de obtener los mejores cubículos en la biblioteca durante los exámenes”. Translated by Dana
~ 38 ~ Interesante, pensó Bliss. Ella nunca entendería completamente las reglas tácitas del Duchesne, pero aparentemente verse como un “skater” o un “idiota” era la moda durante los exámenes. Tenías que aparecer como si estuvieras trabajando arduamente y totalmente serio en los exámenes. Incluso los Sangre Azul, con su hiperinteligencia, aún necesitaban estudiar. Mañana, Bliss se prometió a ella misma,llegaría a la escuela en su pijama más viejo. Ella sentirse como gallina en corral ajeno. Era solo otro modo para trasmitir el hecho que, a diferencia de sus compañeros de clase, ella no había sido alumna del Duchesne desde el pre escolar. Acaso ella siempre será una afuerana ingnorante? Bliss se preguntaba si debería estar molesta que Mimi no le haya contado sobre el código de vestimenta casual, pero luego se dio cuenta de que probablemente Mimi tendría mejores cosas de que preocuparse que informarle a Bliss sobre que vestir en los exámenes. Cuando Bliss llegó a la sala de Historia, casi todos en clase estaban sentados tranquilamente y esperando a su profesor para entregar los exámenes. Bliss tomo asiento al final de la sala, mirando alrededor para ver si Schuyler u Oliver estaban ahí. Ella quería contarles su noticia sobre el regreso de Dylan. Seguramente ellos le creerían, incluso si Mimi no lo hizo. No tuvo tal suerte. Luego ella recordó que los dos tenían permiso para rendir sus exámenes antes entonces ellos podían viajar a Venecia por dos semanas. Bastardos suertudos. Bliss miró hacia abajo a su hoja de papel. La primera pregunta estaba dedicada al viaje del Mayflower, peregrinos, y la fundación de las trece colonias. Ya que había vivido en medio de eso, todo lo que ella tenía que hacer era cerrar sus ojos y ella podría ver su desolada colonia. Ella estaba segura para obtener excelentes calificaciones. Bliss se sentía segura de sí misma de aprobar el examen mientras se ponía de pie y entregaba su papel. Jack Force estaba en la clase, y le dio una sonrisa amistoso mientras entregaba su papel después de ella. Él sostuvo la puerta abierta para ella entonces se retiraron juntos. “Como estás?”, preguntó él una vez que estaban en el pasillo al lado de la gran escalera. “Genial”, dijo ella. “Me siento como una tramposa, quiero decir….ya sabes”. Él asintió. “Sé a lo que te refieres. Todo lo que tenemos que hacer es cerrar nuestros ojos, cierto?”. “Es como tener un libro abierto o algo”, dijo Bliss. “Bueno, no es como si lo tuvieramos que usar”, dijo Jack entre dientes. “Disculpa?”, preguntó Bliss. “Nada”. Jack se encogió de hombros. Él tenía una mirada ausente, y Bliss se preguntaba qué sucedía con él. Ella no lo conocía muy bien, aunque ella pasaba el tiempo con él con bastante frecuencia ya que a Mimi siempre le gustaba tenerlo cerca. Translated by Dana
~ 39 ~ “Buena suerte para esta semana”, dijo Jack, dándole una palmadita en la espalda de un modo fraternal. “Para ti también”, gritó Bliss. Ella miró su reloj. Tenía varias horas antes de su siguiente examen. Quizás podría dar una rápida mordida a un rincón de comida y luego intentar agarrar uno de esos cubículos en la biblioteca – si es que queda alguno vacío. Mientras ella bajaba las escalera, una chica la acompañó en su camino. Bliss levantó una ceja “Si?”. Era Ava Breto, una compañera de segundo año – una Sangre Roja – y muy popular. Casi todos los amigos de Ava eran Sangre Azul, aunque ella no lo sabía. Bliss notó que habían reveladoras marcas en su cuello, que quería decir que Jaime Kip, su novio Sangre Azul, la había convertido en su conocido humano. Interesante. “Bliss, puedo preguntarte algo?”, preguntó Ava, metiendo su cabello detrás de la oreja. Ava llevada una delgada, polera de manga larga Americas Apparel sobre los pantalones cortos de básquetbol de su novio, y ropa interior térmica gris. “Seguro”. “Sabes algo sobre esa fiesta que Mimi y Jack Force están planeando para la próxima semana?”, Bliss se movió incómodamente. “Yo…”. “Está bien. O sea, Jaime ha estado realmente raro sobre eso. Sé que él va a ir a ese baile en el St. Regis con sus padres, qué tan poco convincente es eso? Pero creo que fue raro que él ni siquiera me haya invitado a la fiesta que sigue”. “Lo siento”. Dijo Bliss, sintiéndose incómoda. Ella odiaba cuando las personas eran dejadas a un lado de la diversión. Ella recordaba como había sido su vida antes de que Mimi la haya tomado bajo su ala. Ella no lo llevaba en el corazón para excluír personas. Era tan superficial y esnob, y tan Mimi. Absolutamente no era Bliss. De todos modos, cual era el daño? Quizás el baile Four Hundred era exclusivamente para los Sangre Azul, pero la fiesta posterior era para adolescentes. En la opinión de Bliss, cuantos más sea mejor. Si alguien quería unirse, cual era el daño realmente?. “Yo solo – es solo – quiero decir, sé que todos los demás recibirán una invitación”, dijo Ava, mordiéndose el labio.”Y que pasa si no estoy…”. “Es en el centro de la ciudad en el Angel Orensanz Center a medianoche”, se le escapó a Bliss. “Y es una fiesta de máscaras. Necesitarás una máscara, alguna especie de disfraz, para entrar”. Una entusiasta sonrisa apareciño en el rostro de Ava. “Gracias, Bliss. MUCHAS GRACIAS”. Maldición. Ahora ella se había ido y lo hizo. Ella había invitado a un Sangre Roja a la fiesta. Mimi va a estar realmente cabreada.
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CAPÍTULO 10 Imposible. Todo era imposbile ahora. Su abuelo había resultado ser inútil: un anciano asustado con nada por que vivir más que por sus libros, sus cigarrillos y su vino de Oporto. Qué había esperado ella? Un tutor, un guía, un patrón…un padre. Alguien que tomaría la carga de sus hombros por un tiempo. Mientras empacaba sus bolsos en su habitación del hotel la mañana siguiente, Schuyler recordaba las palabras de despedida de Lawrence. “Lo siento Schuyler. Cordelia se equivocó al enviarte conmigo”. Él comenzó a caminar en frente del fuego. “La verdad es, ya no tengo ningún interés en los asuntos de los Sangre Azul. Lavé mis manos de su situación difícil, desde el Roanoke. Ellos eligieron seguir a Michael como Regis cuando la crisis en el Roanoke había sido descubierta y se veía como si los Sangre Plateada hubiesen regresado. “Y si no me equivoco, ellos aún eligieron seguirlo a él, hoy como Charles Force”. Lawrence movió su cabeza. “Cuando el le dio la espalda a la familia y renunció al nombre Van Alen, prometí que jamás regresaría al aquelarre. “Desgraciadamente, has viajado en vano hasta Venecia. Soy un hombre viejo. Preferiría vivir mi vida inmortal en paz. No tengo nada para ofrecerte”. “Pero Cordelia dijo…” “Cordelia depositó demasiada fe en mí, como siempre. La clave para derrotar a los Sangre Plateada se encuentra en Charles y Allegra, no en mí. Solo el Incorrupto puede salvar a los Sangre Azul de las abominaciones de los Sangre Plateada” “Lamento que no pueda ser de mucha ayuda. Renuncié para siempre de los Sangre Azul cuando me fui en exilio”. “Entonces Charles Force estaba en lo cierto sobre ti”, dijo Schuyler, su voz temblaba. “A qué te refieres?”, preguntó Lawrence con mirada oscura. “Él dijo que tu no eras ni la mitad del hombre que Cordelia deseaba que fueras. Que solamente encontraría dolor y confusión si viajaba a Venecia”. Lawrence retrocedió como si hubiese recibido un golpe. Su rostro registraba un gran número de emociones – vergüenza, rabia, orgullo – pero él continuó en silencio. Al final, él abruptamente le dio su espalda y dejó la habitación, cerrando la puerta de golpe detrás de él. Bueno. Eso fue todo. Schuyler cerró su bolso de viaje, llevándolo sobre su hombro, y caminando hacia el elevador, donde Oliver la estaba esperando. Él no dijo hola o buenos días. Ella sabía que si quería hacerlo, podía agarrar un vislumbre de su mente – sus pensamientos emitidos como una radio satélite. Pero ella siempre cambiaba de señal. Ella no sentía que estaba correcto curiosear. Por otro lado, ella no necesitaba ninguno Translated by Dana
~ 41 ~ de sus poderes especiales para comprender que él aún estaba molesto con ella por no llamarlo la noche anterior. El chofer de Lawrence la trajo de vuelta al hotel tarde la noche anterior, y Schuyler encontró varios mensajes desesperados de su amigo en su teléfono celular y en el correo de voz del hotel. Ella lo llamaría de vuelta, pero era tan tarde que no quería despertarlo. “Pensé que estabas muerta”, acusó Oliver. “Si loe stuviera, puedes quedarte con mi iPod”. “Ja. El tuyo apesta. Ni siquiera tiene video”. Schuyler reprimió una sonrisa. Ella sabía que Oliver no podía estar enojado con ella por mucho tiempo. “De todos modos, te perdiste el divertidísimo espectáculo de premios de música Europea en la TV. David Hasselhoff barrió con todas las categorías”. “Que apestoso ser yo”. Él gruñió. “Papá se fue, tomó un vuelo más temprano. Tenía que regresar para alguna reunión de accionistas”. Schuyler miro de lado a su amigo. Su chasquilla castaña cubriendo su frente, y sus tibios ojos pardos, salpicados con verde y topacio, estaban llenos de dolor y preocupación. Schuyler se contuvo de tocar su cuello, el cual se veía tan vulberable y apetitoso. Últimamente ella había estado percibiendo un nuevo deseo en su sangre para comer. La sed era de bajo zumbido, como la música detrás de su cabeza que nunca han notado, pero de vez en cuando elevaría su voz, y no habría error. Ella se encontró atraída por Oliver en una nueva forma, y ella se sonrojaba cuando lo miraba. Sucedía que para Schuyler su padre humano había sido el conocido humamos de su madre vampiro, y Allegra lo tomó como su esposo contra las leyes vampiro. Por primera vez en la historia de los Sangre Azul, las líneas entre las razas se borraba, y el resultado había sido Schuyler. Mitad humana, mitad vampiro. Dimidium Cognatus. Schuyler había estado consciente de su ascendencia solo hace unos meses atrás, pero ahora entendía que su sangre era s destino, formando un patrón complicado de venas bajo su piel. La sangre gritaba por sangre. La sangre de Oliver… Ella nunca se había dado cuenta de cuan apuesto era su mejor amigo. Cuan suave se veía su piel. Cuanto ella deseaba estirar sus dedos y tocar ese lugar dejabo de su manzana de Adan, y besarlo ahí, y luego, quizás, perforar su piel con sus dientes, para hundir sus colmillos… y alimentarse… “Donde estuviste de todos modos?”, preguntó Oliver, rompiendo la serie de pensamientos. “Es una historia larga”, dijo Schuyler. Las puertas del elevador se abrieron y ambos entraron. Mientras hacían su cmaino en un taxi desvencijado por las calles de adoquín hacia el pequeño aeropuerto de la región, Schuyler llenó a Oliver con todo lo que había sucedido, y su amigo escuchaba atentamente. Translated by Dana
~ 42 ~ “Es una pena”, dijo Oliver. “Pero quizás cambie de parecer algún día”. Schuyler se encogió de hombre. Ella había perdido el caso, hizo lo que su abuela le pidió, pero aún estaba desdeñada. Ella realmente no pensó que hubiera algo más que hacer sobre eso. “Quizás, quizás no. Dejemos de hablar de eso”, suspiró. Su vuelo hacia Roma fue retrasado, entonces Schuyler y Oliver mataron el tiempo buscando tiendas de libre impuesto y recuerdos. Oliver sonreía mientras le mostraba a Schuyler una revista italana picante. Schuyler agarró varias revistas, una botella de agua, y goma de mascar para disminuír la presión del aire en sus oídos durante el despegue y el aterrizaje. Ella esta esperando en línea por el cajero para llamar por teléfono cuando notó un montón de máscaras Venecianas. La ciudad estaba llena de vendedores cazándolos, aunque el Carnevale fue hace unos meses. Ella apenas podía pagar cualquier atención para negociar precios. Pero una máscara en particular del aeropuesto llamó su atención. Era una máscara completa con solo agujeros para los ojos, y estaba hecha de la porcelana más fina, moldeado en oro y plata. “Mira”, dijo ella, soteniéndola para mostrársela a Oliver. “Para qué quieres esa cosa chabacana?”, preguntó. “No lo sé. No tengo nada que me recuerde Venecia. Me la llevo”. Su vuelo a Roma estuvo agitado, y el vuelo a Nueva York estuvo incluso peor –tanta turbulencia que Schuyler pensó que se volería loca por sus dientes que castañeteaban contra los otros cada vez que el avión se movía. Pero una vez que miró por la ventana y vio el horizonte de Nueva York, sintió un torrente de amor por la ciudad, teñida de tristeza al saber que no habría nadie esperándola en casa excepto dos sirvientes leales que ahora eran sus guardianes legales, conforme a la voluntad de Cordelia. Al menos ahí estaba Beauty, su sabueso, una verdadera amiga y protectora. Beauty era otra parte de la transformación, una parte del alma de Cordelia que había sido transferida al mundo físico para proteger a Schuyler hasta que ella estuviera con completo control de sus poderes. Ella había extrañado a su perro. Ellos hicieron el trayecto a la explanada para recuperar sus bolsos desde el carrusel, cansados por su jornada. Después de viajar por casi quince horas, ambos se veían paliduchos, y estaba anocheciendo cuando llegaron a Nueva York. Ellos salieron para encontrar una polvareda de nieve. Era la primera semana de Diciembre, y el invierno finalmente había llegado. Oliver encontró el auto de su familia y el conductor estaba detenido, y guió a Schuyler hacia el el Mercedes Maybach negro. Se pusieron cómodos dentro del acogedor interior de cuero, Schuyler agradeciendo a Dios por poner a Oliver en su camino. La fortuna de su familia (intacta) definitivamente resultaba útil en momentos como este. Los dos estaban tranquilamente absorbidos en sus propios pensamientes mientras los llevaban de vuelta a la ciudad. El tráfico estaba expedito en la autopista, y llegaron a Manhattan en media hora. El auto condujo sobre el puente George Washington y salió Translated by Dana
~ 43 ~ por la calle 125th, haciendo su camino bajo el Riverside hacia la mansión de los Van Alen en la esquina de 101st y Riverside. “Bueno, aquí me bajo”, dijo Schuyler. “Gracias nuevamente por todo, Ollie. Desearía que hubiese funcionado con mi abuelo”. “Si, no te preocupes. ‘Proteger y servir’, ese es mi lema”. Oliver se inclinó para besarla en la mejilla como siempre lo hacía, pero en el último momento Schuyler dio vuelta su cabeza entonces sus narices se golpearon. “Oops”, dijo ella. Oliver se veía avergonzado, y ellos se abrazaron torpemente. Qué le sucedía a ella? Él era su mejor amigo. Por qué estaba actuando tan mal? Ella estaba a punto de abrir la puerta del auto cuando él aclaró la garganta. Ella se volteó hacia él. “Dijiste algo?”. “Entonces, eh, supongo que irás a esa cosa esta noche, ah?”, preguntó él, rascándose su mejilla. Schuyler pestañeó. “Cosa?”. “Ese, eh, baile Four Hundred”, dijo Oliver, dando vuelta sus ojos e indicando exageradamente asustadas cuentas con sus dedos. “La gran fiesta de los chupasangre”. “Oh, cierto”. Ella casi se había olvidado de eso. Su presencia sería requerida como parte del Comité. Ella era demasiado joven para ser oficialmente presentada en el baile, a diferencia de Mimi y Jack Force. Jack Force – por semanas ella había suprimido sus sentimientos por él, pero el pensar en el baile Four Hundred trajo su imagen hacia el frente de su mente. Alto, terriblemente apuesto, el sol brillaba sobre su cabello dorado y piel, riendo con sus penetrantes ojos verdes, mostrando incluso sus deslumbrantes dientes blancos. Jack había sido el primero en sospechar que había algo más en la historia de la muerte de Aggie que nadie en el Comité le gustaría creer. Él era el que estaba determinado a descubrir la verdad. Ella lo había buscado después de haber sido atacada, y después que él le había dado consuelo, se besaron. El recuerdo de su beso aún estaba como una huella en sus labios. Si ella cerraba sus ojos aún podía olerlo, limpio y fresco como lino recién lavado, con una pizca de loción despues de afeitar leñosa. Jack Force… Quien le había dado vuelta la espalda cuando ella erróneamente acusó a su padre de ser un Sangre Plateada. Ella se preguntaba si Jack tenía una pareja para el baile, y si la tenía, quién era. Ella sintió una fuerte llama de envidia al pensar en otra chica en sus brazos. “Quieres ir conmigo?”, ella ni siquiera le había dado ningún pensamiento al vestido o a la pareja hasta que Oliver se lo mencionó. Oliver se ruborizó y miraba con reproche. “Es, ehm…solo para vampiros. Una especie de regla. No están permitidos los conocidos humanos o los Conductos”. “Oh, lo siento, no lo sabía”, dijo Schuyler. “Quizás no vaya”. Translated by Dana
~ 44 ~ Oliver miró por la ventana, donde la nieve había cubierto los tejados y las aceras con un glaseado de cristal blanco. “Deberías”, dijo Oliver tranquilamente. “Cordelia hubiese querido que lo hicieras”. Schuyler sabía que él tenía razón. Ella era lo que quedaba de los Van Alen en Nueva York. Ella debería representar a la familia. “Está bien, iré. Pero me iré temprano y quizás nos podamos reunir más tarde?”. Oliver sonrió con nostalgia. “Seguro”.
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CAPÍTULO 11 Los Force habían reservado la suite presidencial en el St. Regis. Casi todas las habitaciones en el hotel estaban ocupadas por familias Sangre Azul. Era una tradición, ya que significaba un simple paseo desde el elevador hasta el salón de baile y garantizaba menos arrugas en los trajes de las señoras. Charles Force abrochó sus mancuernas restantes. Él era un hombre alto, orgulloso con un una elegante cabeza de cabello gris. Él estaba usando una corbata y faldón blanco, tan blancos como sus guantes. El frac estaba fantásticamente cortado en un modo tradicional, con dos botones de cierre y una faja de terciopelo sobre sus pantalones. Él estuvo en la sala de estar con sus manos sujetadas por detrás, esperando por la mujer en su familia para que terminara de vestirse. Su hijo, Jack, estaba vestido similarmente, y se veía elegante con ese frac. Jack había escogido un cuello acabado en punta que caía plano sobre su camisa más que el tradicional cuello mariposa que se levantaba contra la mejilla. Jack había estado callado todo el día, y de pronto meció sus piernas fuera del sofá y se puso de pie. Miró a su padre a los ojos. “Qué le dijiste a Schuyler antes que se fuera?”. “Aún preocupado por la chica Van Alen?”, preguntó Charles. “Pensaría que después que erróneamente me acusó de ser una abominación, habrías perdido interés en ella”. Jack se encogió de hombros. “No estoy preocupado. Es solo curiosidad”, dijo él. Durante el jaleo que rodeaba la desaparición de Jack y el deceso de Cordelia, su padre había tomado a Jack como su confidente, diciéndole la verdad sobre la ascendencia de Schuyler. Esa noche, Jack también había descubierto la verdad sobre su relación con su hermana. Mimi era su otra mitad, para mejor o peor, su mejor amiga y su peor enemiga, su gemela en más formas que una. Pero aunque Jack se había resignado a la verdad de su familia, las preguntas permanecían: qué estaba escondiendo el Comité? Realmente ha regresado un Sangre Plateada? Su padre actuaba como si toda la situación estuviera completamente resuelta, ya que los asesinatos se habían detenido abruptamente hace varios meses atrás. Charles suspiró. “Simplemente le dije que su viaje a Venecia sería inútil. Ella tenía metido en su cabeza que su abuelo de alguna manera iba a proporcionarle las respuestas necesarias a todas sus preguntas tontas. Pero él no lo hará. Conozco bastante bien a Lawrence; él se quedará fuera de esto como siempre lo ha hecho. Ella se ha embarcado en un viaje infructuoso”. Jack lo había supuesto. Él sabía que a su padre no le gustaba Lawrence Van Alen, y sus recientes recuerdos lo confirmaban. “Alguna otra pregunta para mí?”, preguntó Charles. Jack miró hacia abajo a los zapatos de charol, lustrados especialmente para la ocasión. Él podía ver su reflejo en la superficie brillante. Translated by Dana
~ 46 ~ “No, padre”. Él sacudió su cabeza. Como podía dudar de su padre? Charles Force era Michael, Puro de Corazón, el Regis. Un vampiro por elección más que pecado, e infalible. “Bien”, dijo Charles, quitando las pelusas del frac negro de Jack y amonestando a su hijo para que se parara derecho. “Este es el baile Four Hundred. Tu presentación formal a nuestra gente. Estoy orgulloso de ti”. “Trinity, querida? Estás lista?”, llamó Charles desde la sala de estar. Jack vio a su madre, Trinity Burden Force, saliendo del vestidor y sonriendo cariñosamente a su esposo. Ella estaba vestida en un seductor traje de fiesta de seda rojo oscuro con un agradable escote y profundo escote por la espalda. Los dos abrirían el baile con su entrada. Pero Jack sabía por su padre que Trinity no había cumplido con esta costumbre en el pasado. De hecho, este sería solo el decimo sexto año que Gabrielle no llevaría el aquelarre. En una suite contigua, Mimi Force estaba cubierta en una bata de baño turca de lujo, sentada sobre una silla con respaldo dorado mientras un grupo de estilistas y manicuros la rodeaban, ocupándose de cada pulgada de ella. Su cabello había sido cepillado hacia atrás en un elegante moño, mientras otro asistente sostenía un secador de cabello de fuerza industrial. Dos de los más conocidos maquilladores en la ciudad estaban trabajando en los toques finales: uno era cepillar con lápiz labial, el otro salpicando su rostro con bronceador. Todo mientras Mimi sostenía su teléfono celular en su oreja mientras ella golpeaba sus uñas, pintadas en un perlado “Socialite”. “Oh Dios mío, es una casa de locos aquí, lo siento – no puedo oírte bien. A qué hora les dijiste a los chicos que estuvieran ahí?”. “Estamos en el hotel. Si, en el penthouse. Disculpa, te importa? Disculpa, aló, estás ahí”, dijo ella bruscamente al estilista con barba de chivo con el secador de cabello. “Casi me quemas el oído”, dijo ella, dándole una mirada fea. “Disculpa, Bliss, me tengo que ir”. Mimi volteó su teléfono celular cerrado, y la actividad alrededor de ella se paralizó. “Estamos listos?”, preguntó. “Mira”. El estilista le entregó un espejo. “Fotos instantáneas!”, exigió Mimi. Uno de los asistentes con polera negra tomó una foto rápida. Mimi revisó si su reflejo era tan bueno como el fotógrafo. Ella se estudió a si misma críticamente, buscando cualquier falla detectable, sin importar cuantos minutos tardara. Su cabello estaba cepillado y un estilo con brillo aportado, y enmarcaba su rostro como una corona de oro. Su piel brillaba; una oscura sombra resaltaban el verde de sus ojos, y sus labios se veían pintados con rosas recién sacadas. “Si, creo que eso será todo”, dijo ella regiamente, despidiendo a su séquito con un movimiento de mano y sin un rastro de gratitud. Mimi consideraba un privilegio para ellos el poder trabajar en ella, no del otro modo. Translated by Dana
~ 47 ~ Poco después, su criada entró a la habitación portando una caja de cartón del porte de un ataúd para niños pequeños. Había sido enviado al hotel en el último minuto, y Mimi aplaudió cuando lo vio. “Está aquí!”, dijo su criada alegremente, haber sido el desafortunado receptor de las rabietas de Mimi por el hecho de que el baile comenzaría en unas cuantas horas y su vestido aún no llegaba. “Lo veo. No soy idiota”, dijo Mimi bruscamente. Se acercó hacia la caja, dejada en el cubrecama, y rasgó el papel café dándolo vueltas como derviche. Después de abandonar la tienda de Dior, Mimi se quejó con su madre sobre la carencia de vestidos apropiados para el baile, y Trinity le garantizó una cita en el taller Balenciaga para encontrarse con el diseñador jefe. Durante la reunión de cinco horas, Mimi había rechazado y desechado innumerables diseños, haciendo que el diseñador hiciera pedazos más de una docena de bocetos. “Qué es lo que buscas?”, le había preguntado, completamente exasperado. “Eres más quisquillosa que una novia”. Mimi inhaló con firmeza. “Exactamente”. Ella cerró sus ojos y se vio a ella y a Jack juntos – durante su primer lazo. El vestido que ella usó ahí era simple, blanco, simplemente una sábana, como una toga, y ellos caminaron descalzos por las calles de Venecia juntos, de la mano, para la ceremonia. “Blanco, el vestido tiene que ser blanco”, murmulló. “Blanco como la nieve. Transparente como las lágrimas”. Ahora, ahí estaba, acurrucado en los tejidos más profundos. El vestido de sus sueños. Fue hecho con la seda de satín blanco más delgada, y cuando lo recogió, se sentía como un susurro entre sus dedos, era tan frágil. Justo como ella ordenó, era austero en su simplicidad. Se veía como nada sobre la percha – como una pieza plana blanca de ropa. Estaba hilado con una gruesa cadena de plata en la cadera, y un sexy e inesperado agujero en el hueso de la cadera – el único privilegio que permitió para un diseño moderno. Mimi se sacó la bata, lanzándola al suelo. Se quedó de pie en el medio de la habitación, completamente desnuda mientras su criada sostenía el vestido en el aire. Mimi entró en él, sintiendo el liviano y delgado género revoloteando como neblina, acomodándose con su delgada figura. “Vete”, le dijo secamente a su criada. La temerosa sirvienta casi se tropieza con la bata en su apuro por irse. Ató el cordón alrededor de su cintura y evaluó la piel bronceada que miraba entre el recorte. Cuando se ponga de pie al frente de la luz, su figura sería mostrada en una completa silueta ennegrecida; cada curva de su cuerpo, cada línea desde el cuello a su pecho, de su cintura a sus caderas hasta sus interminables piernas, ella sería de una vez cubierta y expuesta, vestida y desvestida, vestida y a la vez desnuda. No era necesario usar ropa interior. Translated by Dana
~ 48 ~ Era espectacular. “Guau”. Ella sonrió. Eso no tardó demasiado. Ella se volteó para ver a su hermano. Jack estaba de pie en la entrada a su habitación, apoyando una mano sobre la perilla de la puerta. Charles lo había enviado a buscar a su hermana. Su fino y platinado cabello estaba cepillado hacia atrás desde su frente, y hubo una mirada tierna en su rostro. Te ves… envió. Lo sé… Ellos habían dejado atrás sus viejos hábitos de conversar sin hablar. Jack había dejado a su hermana entrar en cada pensamiento, en cada recuerdo. Sus ojos se pusieron vidriosos. Ella podía ver lo que él veía por sus ojos, y ella sabía que él estaba recordando esa primera noche también. Ella podía ver el cielo despejado de Venecia, sus pasos livianos y rápidos sobre el puente. Ella podía verse a través de sus ojos, una eternidad joven – cuan jóvenes habían sido entonces en el amanecer del mundo, antes de las guerras, después de la oscuridad. Como lo encontraste… es el mismo?. No, lamentablemente ese vestido se fue por el río Tiber… la seda no se mantiene por mil años, querido. Este es nuevo, para un nuevo lazo. “Pero no aún”, soltó Jack. Su visión compartida desapareció, y Mimi estaba molesta por arrebatarla de un recuerdo bastante agradable. “No, aún no”, admitió Mimi. Ellos no se vincularían oficialmente hasta su cumpleaños veintiuno. De acuerdo con la ley vampiro, el vínculo – el sagrado matrimonio entre vampiros es una promesa inmortal, pero la ceremonia no puede ser realizada hasta que tengan la edad. Los dos estás obligados a renovar su vínculo en cada ciclo, aunque si esta es la primera vez que ellos han nacido como gemelos en la misma familia, confundiendo el asunto debido a las latosas leyes humanas. Pero no importa. Hay vampiros gemelos, que tienen un significado diferente entre su especie. Quiere decir que sus almas han sido juntadas en el cielo, donde ellos han prometido su amor. El vínculo no puede ser realizado hasta que ambos posean todos sus recuerdos y dominar sus poderes. Los vampiros gemelos algunas veces gastan ciclos buscando al otro, y las parejas vinculadas deben ser lo suficientemente ancianos para ser capaces de reconocer la última reencarnación de su cónyuge en un nuevo armazón. Ella sabía que en toda la historia de los vampiros, había solo una pareja que había renunciado a su vínculo. Gabrielle como Allegra Van Alen había renunciado a Michael, Charles Van Alen Force, en este ciclo. Ella se había casado – casado – en una iglesia, un santuario sagrado, dijeron las palabras, había prometido su fidelidad a un humano! A su conocido humano! Y miren lo que sucedió… Gabrielle atrapada en coma para siempre, agarrada entre la vida y la no-muerte. Condenada al silencio eterno. Translated by Dana
~ 49 ~ “Pero por qué esperar?”, preguntó Mimi. “Te conozco desde donde te pueda ver. Y tu sabes quien soy ahora”. Mimi hablaba de la noche en que en el estudio de su padre cuando las memorias de Jack finalmente habían regresado rápidamente, permitiéndole ver finalmente lo que tenía en frente de el todo este tiempo. Eran dos quienes eran uno. Ella era él. Por la eternidad. “Te amo, sabes”, dijo Mimi. “Me tienes loca, pero que Dios me ayude, Jack, lo hago”. Jack torció su cabeza entonces su nariz estaba enterrada en el cabello de Mimi. Olía a madreselva y jazmín, y él inhalaba profundo. “Yo también te amo”, contestó. “Dios mío”, dijo Trinity, con una repentina toma de aire. Mimi y Jack lentamente se alejaron de su abrazo y vieron a su madre de pie en la entrada de la puerta. “Mimi, solo tienes dieciséis. Y absolutamente no es un vestido para una chica de dieciséis años”, acusó Trinity, su voz temblaba. “Debo recordarte que soy siglos mayor que tú, ‘madre’?”, dijo Mimi. Ahora se acercaba a la edad, los recuerdos fluirían de vuelta, y Mimi ya no quería tener que jugar a ser Sangre Roja, con la típica dinámica del núcleo familiar. “Charles”, dijo Trinity. “Controla a tu hija”. “Mimi, te ves hermosa”, dijo Charles, besando a su hija en la frente. “Vamos”. Trinity frunció el ceño. “Vamos querida, es hora de bailar”, dijo Charles con dulzura, tomando la mano de su esposa y llevándola fuera de la habitación. “Vamos?”, preguntó Jack, tendiendo su mano. “Vamos”. Mimi sonrió. Y los gemelos Force salieron juntos, brazo con brazo, a la fiesta del año.
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CAPÍTULO 12 Unos cuantos bloques más allá, en un penthouse completamente diferente al extravagante de los Llewellyn, apodado “Penthouse des Rêves” debido a su impresionante, aunque surrealista, extravagancia Forsyth Llewellyn estaba de pie al frente de un compartimiento secreto detrás del armario de zapatos. Rápidamente volteó el pomo en la bóveda, dos click hacia la derecha, luego tres click a la izquierda, y retroceder mientras una puerta de cinco pulgadas de acero inoxidable se abría. “Papáaaaa, de qué se trata todo esto?”, preguntó Bliss, de pie al lado de él. “Se supone que debo encontrarme con Jaime en el vestíbulo a las ocho”. Ella estaba sosteniendo en sus brazos a Miss Ellie, su Chihuahua. Miss Ellie era su perro familiar, nombrado como su personaje favorito, en Dallas, por supuesto. Justo como prometió, Mimi había arreglado una cita de Bliss con Jaime. Era una cita completamente de amistad. Jaime no estaba interesado absolutamente en Bliss, y vice versa. De hecho, fue Jaime quien le sugirió que se encontraran en el vestíbulo del St. Regis para que ambos asistieran con sus familias. Bliss tenía la clara impresión de que Jaime le había pedido ser su pareja con el único propósito de quitarse a Mimi de encima. Mimi podía ser un poco prepotente cuando quería serlo. Bliss cruzó sus brazos y miró alrededor al enorme vestidor de su madrastra. Nunca fallaba para impresionar a los invitados durante el ritual del paseo por la casa. El “armario” era fácilmente de dos mil metros cuadrados. Tenía un baño romano revestido con mármol envejecido y estaba equipado con ducha teléfono al lado, a fin de bañarse en el medio del surtidor. Había un vestíbulo interminable de espejos que disfrazaba una serie de compartimientos que alojaba cinco mil artículos de ropa de diseñador, que había sido catalogada y archivada por el asistente personal de BobiAnne. Una lástima para lo mucho que había adentro, en la opinión de Bliss, vulgar y de mal gusto. BobiAnne nunca conoció un poncho elegante estampado en leopardo que no le gustara. BobiAnne estaba absorta en su propio baño, y Bliss podía oír el eco de la desagradable risa de su madrastra alrededor de la cámara de vestuario mientras ella cotilleaba con sus dos estilistas. Bliss se veía a sí misma en los infinitos espejos. Ella había decidido usar el Dior verde después de todo. Su padre y madrastra simplemente dieron un grito ahogado cuando la vieron. “Cariño, estás tan hermosa”, susurraba BobiAnne, estrechando a su hijastra entre sus huesudos brazos que lo hacían fibrosos por demasiado Pilates. Era como ser abrazado por un esqueleto.
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~ 51 ~ BobiAnne siempre elogió la buena apariencia de Bliss a los cielos, y despreciaba la apariencia común de su propia hija. Jordan, quien a los once era demasiado joven para el baile, había echado un vistazo mientras Bliss se vestía y dio su propio juicio. “Te vez como una puta”. Bliss le lanzó una almohada a su hermana para que se retirara. Después de mostrarles a sus padres el vestido, su padre se la llevó a un lado y la llevo a la caja fuerte. Puso varios cajones forrados en gamuza hechos a la medida para las especificaciones exactas de BobiAnne. Bliss podía ver el brillo de las tiaras de diamante, collares anillos y brazaletes de su madrastra. Era como el interior del Harry Winston. De hecho, el rumor era que cuando los Texanos se mudaron a Manhattan, la esposa del senador vació la bóveda a todos los principales vendedores en orden para celebrar su ascendencia en el mundo social de la ciudad. Él sacó una larga caja negra de terciopelo de un cajón del final. “Esto era de tu madre”, dijo él, mostrándole una enorme esmeralda extendida en un collar de platino. La esmeralda era tan larga como un puño. “Me refiero a tu verdadera madre. No a BobiAnne”. Bliss estaba en silencio. “Quiero que lo uses esta noche. Este es un momento importante para nosotros, para nuestra familia. Honrarás la memoria de tu madre con esa joya”, dijo Forsyth, abrochando el collar alrededor del cuello de su hija. Bliss sabía poco de su madre, solo que ella terminó su ciclo temprano por una razón desconocida. Su padre nunca habló de ella, y Bliss creció entendiendo que su madre era un tema doloroso. Había poco para recordarla, y lo que unas cuantas fotografías que permanecían estaban fracasadas y desteñidas, entonces las características de su madre eran casi vagas. Cuando Bliss preguntaba sobre ella, su padre solo decía “canaliza sus recuerdos”, y que conocería a su madre de nuevo si el tiempo lo permitía. El perro en los brazos de Bliss se volvió como loco, mordiendo y gruñendo a la piedra. “Mis Ellie! Deténte!”. “Silencio!”, ordenó Forsyth, y el perro saltó de los brazos de Bliss y salió corriendo por la puerta. “La asustaste papi”. Bliss miró la esmeralda, que estaba acurrucada en sí dentro de su escote. Era pesada contra su piel. Ella no sabía si le gustaba o no. Era tan grande. En realidad su madre usó esto?. “La piedra es llamada la Rosa de Lucifer, o la Perdición de Lucifer”, le explicó el senador con una sonrisa. “Has oído la historia?”. Bliss negó con la cabeza. “Se dice que cuando Lucifer cayó del cielo, una esmeralda cayó de su corona. La esmeralda fue llamada la Rosa de Lucifer, la estrella de la mañana. Algunas otras historias incluso la llaman el Santo Grial”. Translated by Dana
~ 52 ~ Bliss asimiló la información silenciosamente, sin saber que pensar. Su madre tenía una joya vinculada con los Sangre Plateada?. “Por supuesto”, dijo Forsyth, negando con su cabeza. “Es solo una historia”. En ese momento, BobiAnne entró en la habitación vistiendo un aterrador vestido Versace que parecía vinilo metálico cubierto por espray pintado sobre su cuerpo. “Como me veo?”, preguntó a su esposo dulcemente. Bliss y su padre intercambiaron miradas. “Bastante hermosa, querida”, dijo su padre con una fría sonrisa. “Nos vamos? El auto está esperando”. Al frente del hotel se congregaba un numeroso grupo de fotógrafos, y una oleada de curiosos espectadores estaban siendo contenidos por guardias de seguridad y una legión de los mejores Neoyorkinos. Mientras cada auto deportivo negro se acercaba a la entrada, explotaban luces de flash en cocofonía de staccatos rápidos. “Aquí vamos”, exclamó BobiAnne alegremente mientras salía del auto y era llevada por el brazo de su marido. Pero los paparazzi solo estaban interesados en Bliss. “Bliss! Aquí! Bliss! Una por mí! Bliss – por aquí!”. “Qué llevas puesto?”. “Quién hizo ese vestido?”. Varios de los fotógrafos y reporteros era lo suficientemente corteses para preguntar al senador y a su esposa qué pensaban de la fiesta, pero era obvio que Bliss fuera el centro de la atención. Solo había diez pasos desde la acera del hotel hasta la entrada, pero le tomó a Bliss una buena media hora para lograr llegar ahí. “Es una locura”, comentó Bliss, viéndose satisfecha cuando finalmente llegó al vestíbulo rosado y dorado y encontró a su cita esperando impacientemente en el frente de la mesa de recepción. El salón de baile del St. Regis había sido transformado en un abrir y cerrar de ojos en un invierno del país de las maravillas: las lámparas araña de cristal colgaban con suaves cuerdas con mostacillas de imitación de piedras preciosas, y gloriosas rosas American Beauty florecían por todas partes, desde los altos centros de mesa de seis pies de altura (tan pesados que las mesas tuvieron que ser reforzadas) hasta las enormes guirnaldas en cada arco. Una alfombra nieve sobre el suelo de mármol guiaba el camino desde el frente de la sala de recepción al verdadero salón de baile. “Senador y Sra. Forsyth Llewellyn”, anunció el heraldo mientras el político y su esposa aparecieron en la parte superior de las escaleras. Un reflector los alumbró, y el percusionista tocó un dramático redoble. “Sr. James Andrews Kip. Señorita Bliss Llewellyn”. Los cuatro caminaron lentamente a la fiesta. Las dos orquestas de cincuenta piezas se enfrentaban a través del espacio del salón de baile, tocando un sereno vals mientras los Sangre Azul demostraban su finura – el Translated by Dana
~ 53 ~ hombre elegante y engolado en su frac, la mujer extraordinariamente delgada e increíblemente elegante en su traje de alta costura. Era una vista mágica. El Comité realmente se había superado esta vez. Todo el salón estaba lleno con un deslumbrante, y blanco resplandor: las antiguas lámparas araña de cristal brillaban, y los suelos de azulejo destellaban. Jaime depositó a Bliss en su mesa, la saludó, e inmediatamente desapareció por el resto de la noche. Demasiado para eso. Bliss encontró a Mimi de pie con sus padres al frente de la línea de recepción. “Guau, mora eso!”, dijo Mimi, dirigiendo inmediatamente su atención hacia el collar, “Qué piedra!”. “Era de mi madre”, explicó Bliss. Le contó a Mimi la leyenda de la Ruina de Lucifer. Mimi tomó la esmeralda en sus manos, acariciando su frialdad glacial. Una vez que lo tocó, se transportó a la batalla final, destellos del día negro, trompetas sonando a la distancia, Michael con su espada flameante, el destierro, y luego el frío. El frío… despertar de un inmortal sobre la tierra y muriendo por comer. “Oh”. Los ojos de Mimi se pusieron vidriosos, su mano aún agarraba la piedra. Y luego ella la dejó caer como si la quemara. Bliss estaba sorprendida. Ella sabía que algo le había sucedido a Mimi, el destello a la vista, el recuerdo picó cuando ella la tocó. Y aún cuando Bliss tocaba la piedra, no sucedía nada. Solo era una pieza muerta de joyería. La Ruina de Lucifer. Le dio escalofríos. “Es el Corazón del Océano”, dijo Mimi. “Solo prométeme que no la arrojarás por la cubierta del Titanic”. Bliss intentó reírse. Pero la piedra, de cincuenta y cinco quilates, pesaba demasiado en su piel. La Rosa de Lucifer. La Ruina de Lucifer. El Príncipe de los Sangre Plateada, su más preciada posesión, colgando alrededor de su cuello como un lazo. Ella se estremeció. Parte de ella quería arrancarla de su garganta y lanzarla lo más lejos posible.
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CAPÍTULO 13 La mansión de los Van Alen en la esquina de 101st y Riverside había sido una vez una de las casas más grandes y majestuosas de todo Nueva York. Innumerables generaciones de la familia habían recibido a presidentes, cabezas de estado, dignatarios extranjeros, premio Nobel – ganadores, como también a la realeza de Hollywood y el ocasional gusto del mes bohemio – artistas, escritores, y su clase. Ahora era una mera sombra de lo que era antes: las cornisas estaban astilladas, había un graffiti a un lado del edificio, goteras en el tejado, y las paredes estaban acribilladas con grietas, mientras la familia no era capaz de mantener su gasto de mantenimiento durante los años. Schuyler arrastró su maleta hasta arriba y tocó el timbre. Hattie, la leal criada de su abuela, abrió la puerta y la dejó entrar. La sala de estar era tan oscura y envuelta como Schuyler la había dejado. Por años Schuyler y Cordelia han vivido en solo una cuarta parte de las habitaciones de la extensa casa – cocina, comedor, y sus dos dormitorios. Todo lo demás estaba cerrado y sin usar, lo que Schuyler siempre atribuía a la pobreza de Cordelia. Su abuela mantenía casi todos los muebles de la casa bajo sábanas, las ventanas estaban con cortinas, y todas las alas de la casa estaban prohibidas. Por lo tanto la mansión era similar a un antiguo museo rancio, lleno de artefactos antiguos y costosos objetos de arte que estaban escondidos y mantenidos bajo llave. Schyler hizo su camino hacia su habitación, donde Beauty la recibió con un alegre y resonante ladrido, y solo entonces hizo a Schuyler sentirse como si realmente estuviera en casa. Ahora el único problema era qué usar. La invitación indicaba Corbata Blanca, lo que Schuyler comprendía que se refería a vestidos largos y formales para las mujeres. Recordó sutilmente que Cordelia se estaba preparando para el baile anual Four Hundred, poniéndose la sucesión del estirado vestido de fiesta de Oscar de la Renta con guantes de ópera hasta el codo. Tal vez podría encontrar algo en el armario de Cordelia. Ella caminó hacia el dormitorio de su abuela. No había estado dentro desde la fatídica tarde del ataque. Tenía terror de estar ahí, recordando como encontró a su abuela tendida en una piscina de sangre. Pero ella se consolaba con saber que Cordelia se había controlado para sobrevivir al ataque, y que ella fuera capaz de llevar la sangre suficiente de Cordelia al centro médico. Ellos la mantendrían hasta el próximo ciclo. Cordelia volvería algún día. Ella no estaba muerta. Ella no fue tomada por un Sangre Plateada. “Busca algo, Señorita Schuyler?”, preguntó Hattie, moviendo su cabeza y encontrando a Schuyler de pie con las manos en sus caderas en frente del armario de su abuela. “Necesito un vestido, Hattie. Para el baile de esta noche”. Translated by Dana
~ 55 ~ “La Sra. Cordelia tiene un montón de vestidos”. “Si”. Schuyler frunció el ceño, removiendo varios ganchos y evaluando los vestidos. Estaban bastante anticuados, con enormes mangas afolladas o peplos. Varios eran bastante ochenteros: hombreras que competían con esos sobre los originales Nolan Miller en Alexis Carrington en Dinastía. “Solo no creo que estos combinen”. “La Señorita Allegra también tiene vestidos”, dijo Hattie. “Mi madre? Aún están aquí los vestidos de mamá?”. “En su dormitorio, en el tercer piso”. Su madre había crecido en la misma casa, y Schuyler deseaba, no por primera vez, que su madre estuviera cerca para ayudarla con su actual dilema. Hattie la llevó por las escaleras hasta el piso siguiente, por el pasillo, hacia un dormitorio esquina en el fondo. El corazón de Schuyler latía de nerviosismo. “Es una lástima lo de la señorita Allegra”, dijo Hattie mientras abría la puerta. “El dormitorio está justo como estaba cuando ella tenía dieciocho. Antes de fugarse y casarse con tu padre”. El cuarto era inmaculado. Schuyler estaba estupefacta para ver que ahí no había telarañas en las esquinas, o una capa de polvo por todas partes. Ella esperaba una cripta, un mausoleo, pero era un dormitorio brillante y alegre, con un limpio lino italiano sobre la cama y olas de cortinas blancas sobre las ventanas. “La Sra. Cordelia siempre insistía en que lo mantuviéramos. Para en cualquier momento que tu madre despierte”. Schuyler caminó hacia el armario en el medio de la habitación y abrió una de sus puertas. Buscó adentro y sacó una blusa en un gancho. Valentino, cerca de 1989. “Estás segura que tiene vestidos de fiesta?”. “Ella tiene un cotillón. Ella fue presentada en el baile Four Hundred en su cumpleaños dieciséis”, explicó Hattie. “Chanel hizo el vestido. Debe estar ahí”. Schuyler pacientemente revisó cada gancho. Al último, en el rincón más lejano del armario, encontró una funda negra de ropa adornada con el logo doble C. Ella tendió la funda sobre la cama de su madre y la abrió lentamente. “Guau”, respiró Schuyler, removiendo un vestido cuidadosamente conservado. Lo levantó hacia la luz. Era un vestido dorado con un ajustado corsé sin bretel y una falda de princesa con pliegues y pliegues de voluminoso género. Lo sostuvo contra ella. Le quedaría, ella sabía que le quedaría. Cuando Schuyler entró al salón de baile del St. Regis, todo el salón permaneció quieto. Los invitados la miraban mientras ella estaba de pie en la entrada, iluminada bajo el foco de luz, insegura sobre donde ir después. Unos cuantos ruidos de asombro se podían oír en la multitud. Jack Force, por ejemplo, no podía quitarle sus ojos de encima. Translated by Dana
~ 56 ~ Como casi todos en el salón, por un breve momento, él había creído que Gabrielle, Allegra Van Alen, había regresado.
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CAPÍTULO 14 El baile Four Hundred, también conocido como el baile Patrician, nunca dudaba de su tradición marcada por sus originales organizadores en el último siglo diecinueve, cuando primero los Sangre Azul heredaron una posición destacada en la sociedad. El décimo recorrido de la comida, con descansos entre los bailes, estaba fijada sobrre $75000 – una pieza de servicio de oro – platos de oro sólido, cubertería de oro, y copas de cristal incrustadas en oro. A lo largo de las cuatro mesas rectangulares, con cientos de asientos cada una, había una pila de arena, y cada lugar cubierto habían puestas palas de oro. Los invitados eran animados a “excavar” tesoros – sus regalos de fiesta. El Comité era capaz de convencer a los patrocinadores para proporcionar costosos y llamativos juegos de joyería con rubíes, safiros, y diamantes como pequeños objetos. El Comité Junior, guiado por Mimi, había agregado un toque moderno: collares con iniciales de Me & Ro, complicados pendientes peruanos de pavo real por Zani, y la pieza más codiciada de la temporada, colgantes de diente de tiburón incrustado en diamante de Kaviar and Kind. El menú era el mismo que ha sido en la primera noche del baile Patrician: el primer recorrido de Consomé Olga, luego Filet Mignon Lili, Calabacín grande Farcie, seguido por un pato asado y bistec de solomillo, acompañado por crema de zanahorias y puré de papas . Destacadas esculturas de hielo representaban lo más grandes monumentos de Nueva York e instituciones, incluyendo el nuevo edificio MOMA, renovado y fundado por el dinero de los Sangre Azul, y el puerto propuesto Frank Gehry, apoyado por nada menos que el Senador Llewellyn, estsba al lado de las barras que forraban el salón, y la champaña que florecia de escondidos grifos en el hielo. Mimi apenas tocó su comida, levantándose de su asiento para circular entre la reluciente multitud. Cada familia prestigiosa en Nueva York, todos los nombres antiguos estabas representados: los Van Horn, los Schlumberger, los Wagner, los Brancroft, los Stewart, los Howell y los Hoyland, los Gould y los Goelet, los Bancroft y los Barlow. Miembros del clan que estaban en Inglaterra eran representados, tan bien como una exótica ramificación. Una infinita familia de Sangre Azul que han astillado del grupo principal siglos atrás y se han establecido en lo que ahora es la moderna China han llegado recién de Shangai, una ciudad que recientemente han ayudado a reconstruir. Sus gemelas de dieciseis años, dos guapos y altas socialites chinas, estarían entre los presentes en el baile esa tarde. Pero no había familia más respetada o reverenciado como los Force. Mimi era una princesa entre su gente, y ella caminaba entre ellos, aceptando su admiración, su respeto. Ella buscaba a su hermano. Él había estado a su lado toda la noche pero había desaparecido entre el recorrido del pescado y la carne. Sin discusión ellos deberían Translated by Dana
~ 58 ~ estar haciendo esto juntos. Esta noche era la noche en que el aquelarre reconocería que se habían encontrado al otro, y eso cuando viniera el momento, ellos estarían renovando sus votos inmortales. Donde estaba?. Ella proyectó su mente entre el salón, buscando su señal. Ah, ahí estaba, en la cabecera de la mesa, conversando con un amigo del equipo de lacrosse, Bryce Cutting. Ella lo vio y él miró en su dirección repentinamente, con una sonrisa llena de dicha en su rostro. Ella sonrió de vuelta y le movió la mano, pero él no le devolvió el saludo. Molesta, se dio media vuelta – quizás él no la estaba mirando a ella después de todo?. Y ahí fue cuando se dio cuenta de quien estaba de pie justo detrás de ella, en la parte superior de la escalera, imponiendo la atención de todo el salón de baile. Schuyler Van Alen. En un vestido que incluso Mimi moriría por usar. Schuyler encontró su asiento al lado de los severos padres de Aggie Carondolet. Era aparente que los Carondolet se sentieran desairados por sus asientos, y ellos difícilmente dijeron una palabra a Schuyler excepto para informarle que estaban realmente apenados por Cordelia. Ella encontró a Bliss sentada en la mesa del frente, y la saludó con la mano. Bliss le devolvió el saludo. “Acércate”, moduló Bliss. Ella recogió su falda dorada y se acercó al lado de Bliss. Las dos chicas se abrazaron afectuosamente. “Sky, tengo que contarte algo – sobre Dylan”, dijo Bliss. “Oh?”, Schuyler elevó una ceja. “Creo que él está…”, pero antes que Bliss pudiera terminar, un chico se acercó y le pidió bailar. “Seguro”. Bliss se encogió de hombros. “Te contaré después”, le dijo a Schuyler. Schuyler asintió. Mientras volvía desalentadamente a su asiento, ella se preguntaba qué era lo que Bliss estaba a punto de decirle. Bliss era su única amiga en el baile. Qué estaba haciendo ahí Schuyler de todos modos? Por qué fue? Por Cordelia? Por el nombre de los Van Alen? No. Ella tenía que ser honesta. Y ahí era donde la verdad dolía. Ella quería ver a Jack Force otra vez. Pero era una agonía. Ahí estaba, atentamente al lado de su hermana, los dos volando por el salón de baile, entrelazados en la cadera. Jack tenía una mano sobre la pequeña cintura de Mimi. Schuyler había oído los susurros de los miembros del consejo y los Guardianes en la mesa contigua… algo sobre un vínculo… algo sobre los dos y un voto inmortal. El siguiente recorrido estaba servido, pichón asado y espárragos a la vinagreta. Se veía delicioso, pero la comida sabía seca y harinosa en su paladar. “Jack”, susurró Mimi suavemente en su oído mientras hacían su camino alrededor del salón. “Es hora”. Nunca practicaron, ella ignoró lo que había visto antes. Mimi era una experta en autoengaño. Si algo la molestaba, se rehusaba a incluso reconocer su Translated by Dana
~ 59 ~ existencia. En su mente, Schuyler Van Alen era temporal, si molestaba, encaprichamiento. Pero para Jack, ver a Schuyler Van Alen solo sirvió para prenderle fuego a un sentimiento que estaba conteniendo por meses. Un inquietante pensamiento fastidió en su conciencia. Por qué Schuyler lo afectaba de una forma poderosa? Era el parecido con Allegra? Eso era todo? O era algo nuevo… algo para lo que él no estaba preparado y no esperaba? Él sacudió su cabeza, disgustado y avergonzado de sí mismo. Su lugar correcto era al lado de su hermana. Él solo tenía que actuar como si Schuyler no existiese. “Nos están esperando para liderar la cuadrilla”, dijo Mimi, y Jack obediente acompañó a su hermana hacia la pista de baile, donde otras tres parejas jóvenes estaban esperando. Era parte de la tradición del Four Hundred que el joven que iba a ser presentado lideraría en este baile, y los jóvenes más importantes en la cuadrilla eran elegidos por la jerarquía de su familia en el Comité. Aggie Carondolet habría sido una de los bailarines si estuviese viva. Mimi pensó que la cuadrilla solo era un nombre extravagante para un cuadrado de baile, pero ella lo disfrutaba entonces, mientras Jack la guíaba entre el cruce, el equilibrio, y luego el círculo en ocho, terminando con las cuatro chicas en una magnífica cadena, que las ubicaban en frente del grupo, como debía ser. Después del baile, los jóvenes Sangre Azul continuaron congelados en su posición en el medio de la pista de baile, esperando a ser presentados formalmente por la asamblea, llamados por sus actuales y verdaderos nombres por el Regis. “Dehua Chen”, fue llamada, y una de las imperiales bellezas Chinas dio un paso adelante. “Conocida por nuestra gente por su su verdadero nombre, Xi Wangmu”. El Angel de la Inmortalidad. “Deming Chen”. Su hermana fue llamada a continuación. Las dos eran idénticas en su bellaza serena y de otro mundo, con la piel del color de la leche dorada; sedosa, cabello negro ébano; sexies ojos almendrados; y un extraño salpicado de pecas alrededor de sus narices chatas. “Conocida por nuestra gente por su verdadero nombre, Kuan Yin”. El Angel de la Misericordia. Varios jóvenes Sangre Azul eran llamados, completando el antiguo panteón celestial. Por último, un foco estaba iluminando sobre los gemelos Force. Mimi apretó fuertemente la mano de su hermano. “Madeleine Force”. Mimi dio un paso adelante, con su barbilla en alto. “Conocida por nuestra gente por su verdadero nombre, Azrael”. El Angel de la Muerte. “Benjamin Force”. Jack inclinó su cabeza. “Conocido por nuestra gente por su verdadero nombre, Abbadon”. El Angel de la Destrucción. Translated by Dana
~ 60 ~ Los Angeles gemelos del Apocalipsis. Ese era su destino inmortal. Ese era su lugar. El clan más poderoso de los vampiros después de los Incorruptos. Los antiguos tenientes de Lucifer, que dieron vuelta sus espaldas al Príncipe del Cielo después de la Caída. En Roma, ellos habían cazado y asesinado al líder de los Sangre Plateada. Solo por su fueza los Sangre Azul sobrevivieron el milenio. Jack sonrió a Mimi, y ambos hicieron una lenta reverencia al aquelarre. Su trabajo ya estaba hecho.
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CAPÍTULO 15 El café fue servido en sus garrafas de oro, y el postre – el tradicional budín Waldorf con duraznos en gelatina verde limón, además de chocolate y palos de crema de vainilla y una torta de merengue tan liviana como el aire en la parte superior con crema batida de Amaretto – fue servido y (ligeramente) consumido. Mejillas polvoreadas eran presionadas contra polvoreadas mejillas en despedida. Habían tenido un maravilloso momento, fue unánime, y una ridícula cantidas de dinero fue elevada, incluso rompiendo la meta del año pasado. Alrededor de todo el salón de baile del St.Regis, los mensajes de texto de Mimi fueron entregados. Para jóvenes vampiros selectos, la noche estaba recién comenzando. Posfiesta. Angel Orensanz. Medianoche. Obligación Máscaras. Sin el mensaje. No entra. Hubo un zumbido entre la multitud en el guardarropa y en los elevadores en torno a las invitaciones, como también llanto de confusión y decepción entre aquellos que no recibieron el mensaje. “Te vas a cambiar?”, le preguntó Bliss a Mimi, siguiéndola por la puerta, “Estás loca? Voy a usar este vestido hasta que muera”, bromeó Mimi. “Sube las escaleras. Tenemos la mejor selección de máscaras”. Mimi estaba de buen ánimo. El baile había sido rápido, pero ahora era momento para la buena música. Schuyler caminaba hacia la acera, abrazando su abrigo de piel negro, uno antiguo de Cordelia, alrededor de sus hombros. Encontró a Julius, el chofer de su abuela, esperando pacientemente por ella en la curva de la antigua Crown Victoria. “Hacia donde?”. Ella estaba a punto de decir “casa” cuando su télefono vibró. Oliver, de seguro. Nop. Era un mensaje de texto de un número bloqueado. Dirigiéndola a Angel Orensanz, la sinagoga abandonada en el Lado Este Bajo. Deber usar Máscaras? De qué se trata todo esto?. “Recibiste el mensaje?”, Cicely Appelgate le gritó con emoción desde el auto del lado. Cicely era parte del grupo de Mimi, y Schuyler se preguntaba por que ella se iba a molestar en hablarle. “Eh, si”. “Te veo ahí!”, dijo Cicely alegremente. “Por cierto, genial vestido!”, agregó con admiración. “Mi madre dijo que definitivamente es un clásico Chanel”. Entonces eso era todo. A veces le parecía a Schuyler que la escuela era tan rídicula. Si te vistes de cierta forma, o pareces de cierta manera, o tienes las cosas “correctas” – vcomo una cartera de diseñador, o el teléfono celular más nuevo, o un reloj costoso – tu vida era mucho más fácil. Schuyler nunca tuvo ninguna de esas cosas. Cordelia había
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~ 62 ~ sido estricta con su mesada, y ella siempre había sido la chica con sweaters de segunda mano y artículos de la cesta de liquidación del año anterior. Pero el vestido, y el hecho de que era de un respetada y costosa casa diseñadora, había cambiado la percepción de Cicely hacia ella. Al menos por la noche. “A casa, Señorita Schuyler?”. Ella había prometido llamar a Oliver al momento en que dejara la fiesta. Ella le había dicho que solo se quedaría por unos minutos y saldría poco después de la cena, pero ya eran las once y media. Él estaría desfasado de horario, pensó Schuyler. Probablemente él ahora este dormido frente al televisor. El mensaje de texto debe ser por la fiesta en el centro de la ciudad de la que otros chicos hablaban en el baile – el rumor sobre Mimi presentando una especie de bacanal esa noche. Debería ir? Qué daño haría? Por otro lado, si Mimi estaba ahí, eso quería decir que Jack también estaría ahí. Ella pensó en cuan apuesto se veía él en su frac, y en el modo en que la miró cuando ella entró a la fiesta, sus ojos verdes ensartados en los de ella. No hace mucho, él había sido uno de los que estaban empeñados en descubrir la verdad sobre los Sangre Plateada, pero desistió repentinamente. Pero quizás aún haya una oportunidad de poder convencerlo para unirse a ella en la pelea. Ya que su abuelo había rehusado ayudar, ella ahora estaba a la deriva. Pero con Jack a su lado…ella decidió. “Vamos a casa, Julius, pero solo por un minuto”, decidió Schuyler. “Solo necesito recoger algo. Un recuerdo de Venecia. Luego iremos al centro”. Anuncio de Nueva York Archivos 24 de Noviembre, 1871 EL ANUNCIO DE COMPROMISO SIGUE DESAPARECIDO DEL EX PROMETIDO. Lord Inglés para casarse con la heredera Vanderbilt. El anuncio formal del compromiso de Caroline Vanderbilt, hija del Almirante y Elizabeth Vanderbilt en la Fifth Avenue 800, con Alfred, Lord Burlington, de Londres y Devonshire, es la continuación de la misteriosa desaparición de la ex prometida del Lord Burlington, Maggie Stanford, hija de Tiberius y Dorothea Stanford de Newport. Maggie Stanford desapareció misteriosamente la noche del Baile Patrician realizada en el hogar del Almirante y Elizabeth Vanderbilt hace un año sobre el anuncio del compromiso con Lord Burlington. El compromiso fue roto hace ocho meses mientras Maggie Stanford aún sigue perdida. Aún, el día de la boda de la pareja no ha sido fijado.
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CAPÍTULO 16 Como mucho de los invitados, cuando Bliss llegó a la pos fiesta, ella jadeaba de placer. La sinagoga abandonada estaba iluminada por miles de velas de cena, proyectando largas y lúgubres sombras en las paredes. Mimi estaba en lo cierto, se veía como una hermosa ruina, y había algo espeluznante y romántico en bailar solo a la luz de las velas. Las máscaras dejaban en la noche un glamour espeluznante, ya que todos los invitados aún estaban con las galas del baile. Los chicos estaban tan apuestos con sus frac, y las chicas divinas en sus vestidos de baile de alta costura, y todos se veían un poco malvados con todas esas máscaras. Bliss ajustó la máscara con plumas y joyas en su rostro. Era un poco difícil ver a todos detrás de ella. Ella notó la llegada de Schuyler. Bien. Bliss había enviado el mensaje a Schuyler sin el conocimiento de Mimi. El DJ giraba Bauhaus, una oscura y violenta melodía, “Quemando desde adentro…”. Un chico con corbata y cola blanca se acercó a Bliss, su rostro escondido bajo una triste máscara Pierrot. Le hizo un gesto hacia la pista de baile. Bliss asintió y lo siguió. Él tendió sus manos y ella se acercó a su abrazo. “Entonces sobreviviste”, susurró él, con su boca cerca de su oído, entonces ella podía sentir su respiración golpeando suavemente. “Disculpa?”. “Sería odiado si te dejara ahogar”. Se rió entre dientes. “Tu…”. Él puso un dedo en sus labios, o más bien en los labios de la máscara Pierrot. “Te extrañé…”, dijo Bliss. Dylan. Tenía que ser él. Él la encontró de nuevo. Cuan inteligente para aparecerse en una fiesta de máscaras, donde él podía aparecer sin causar alboroto. “No me he ido por mucho”, dijo con gran seriedad. “Lo sé, pero estaba preocupada…”. “No deberías. Todo estará bien”. “Estás seguro?”. “Si”. Bliss bailaba alegremente. Él había regresado! Él había regresado para estar con ella. Ella estaba eufórica. La canción terminó. El chico en la máscara hizo una reverencia, “Un placer”. “Espera”, gritó Bliss, pero él ya había desaparecido entre la muchedumbre, y cuando miró alrededor, ella vio docenas de chicos vestidos similarmente con cola negra, pero
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~ 64 ~ ninguno llevaba una máscara con el rostro de un payaso triste, una lágrima brillaba por debajo del ojo. Schuyler caminaba con desánimo de habitación en habitación. Ella debió llamar a Oliver después de todo, solo para tener alguna compañía. Esta fiesta no parecía ser tan exclusiva como el baile Four Hundred. Ella notó unos cuantos de sus compañeros de clases humanos estaban ahí viéndose un poco nerviosos, como si no estuvieran seguros de ser bienvenidos. Ella podía decir humano de vampiro: los vampiros brillaban en la oscuridad – el regalo del Illuminata haciéndolos reconocibles al otro. Dentro de las sombras detrás de las columnas, varias parejas estaban aprovechando de la oscuridad para el cuello – “besuquearse” tomaba un poco de significado refiriéndose a los vampiros jóvenes. Ella podía oír el profundo sonido de succión mientras los vampiros se alimentaban de sus conocidos humanos, el latido de sangre y vida forzaba cambiar de un ser al siguiente. Después, los vampiros brillaban aún más, sus rasgos se afilaban y más definidos, mientras los humanos se veían disponibles y desganados. Un día, Schuyler sabía, que debería hacer lo mismo. Ella tendría que realizar el Beso Sagrado con un conocido humano. Ambos pensamientos la alborotaban y aterraban. El Beso Sagrado no era una broma. Era un vínculo serio entre un vampiro y un humano, uno que era respetado por los Sangre Azul. Los conocidos humanos eran tratados con cariño y cuidado por el servicio que ellos entregaban. La cursi atmósfera del baile Four Hundred había dado rumbo escandaloso, una conducta más bulliciosa. Varios jóvenes estaban bailando cuerpo a cuerpo con los fuertes sonidos de la música house que el Dj estaba girando, y una desenfrenada atmósfera de “aquí se vale todo” prevalecía, mientras las chicas comenzaban a bailar sensualmente con otras, o apretando sus pelvis contra sus parejas. La fiesta pronto fue repleta por jóvenes sudorosos elevando sus manos al aire y declarando que estaban mega borrachos esta noche. (Más borrachos de lo normal de sangre). Schuyler continuó en su incentivo. Ella no encajaba con esta multitud. Ella no tenía amigos ahí. Ella suspiró. La máscara Veneciana que llevaba cubría todo su rostro. Ella deseaba poder sacársela; picaba y le daba calor en su rostro. Hizo su camino hacia un pequeño hueco escondido detrás de los parlantes, entonces ella podía sentarse mientras discutía su próximo movimiento. Un chico la siguió adentro de la habitación. Qué gracioso, pensó Schuyler. Como sabías donde estaban las chicas porque ellas usaban diferentes vestidos, mientras que los chicos verdaderamente lo ocultaban ya que todos se veían iguales en sus trajes de pingüino. Justo como este, en su máscara de seda negra que cubría sus ojos, nariz, y cabello, dándole un aire desenfadado como un pirata urbano. “No te gustan las fiestas?”, preguntó, cuando la notó que estaba sentada sobre un banco de piedra. Schuyler se rió. “De hecho las odio”. “Yo también”. Translated by Dana
~ 65 ~ “Nunca sé que decir, o que hacer”. “Bueno, parece que bailar es involucrar. Y beber. De todo tipo”. Él era un vampiro, entonces. Schuyler se preguntaba quien era, y por qué se molestaba en hablarle. “Indudablemente”, agregó. “Pero tu escoges no elegir”. “Soy rebelde”, dijo sarcásticamente. “No lo creo”. “No?”. “Estás aquí, no? Pudiste haber elegido no venir”. Él estaba en lo cierto. Ella no tenía que estar ahí. Ella fue por la misma razón que escogió asistir al baile. Por la oportunidad de ver a Jack otra vez. Ella tenía que enfrentarlo: cada vez que veía a Jack Force, algo dentro de ella se aceleraba y vivía. “Para ser honesta, vine a ver a un chico”, dijo ella. “Qué chico?”, preguntó en una voz burlona. “No importa”. “Por qué no?”. “Porque. Es complicado”. Schuyler se encogió de hombros. “Dilo. Dilo”. “Es. Él… él no está interesado”, dijo ella, pensando en Jack y en Mimi, y en el vínculo entre ellos. Lo que sea que ella estuviera sintiendo por él era irrelevante. Él aclaró eso en el funeral de su abuela. Él tenía responsabilidades con su familia. Ella no podía escapar de la imagen de ellos dos sosteniendo sus manos en el aire. Azrael y Abbadon. La carga magnética entre ellos era eléctrica. Todo el salón de baile había hormigueado de entusiasmo ante el anuncio. Dos de nuestros más poderosos vampiros. Ellos se nos han revelado. Quién era ella, Schuyler Van Alen, ni siquiera un vampiro de pura sangre, para interponerse entre ellos?. “Como sabes que él no está interesado?”, preguntó él en un tono de voz serio. “Solo lo sé”. “Podrías sorprenderte”. Schuyler se dio cuenta de que el chico que estaba cerca de ella mientras hablaba. Sus ojos detrás de la máscara ella podía detectar una pizca de verde. Su corazón brincó en latidos. El chico se acercó. “Sorpréndeme”, susurró Schuyler. En respuesta, el chico deslizó su máscara ligeramente, entonces sus labios estaban expuestos, y luego él se inclino y llevó sus labios con los de ella. Schuyler cerró sus ojos. El único chico que había besado era Jack Force, y esto era como eso – pero diferente en algún modo. Más urgente. Más insistente. Ella inhaló su respiración, sintió su lengua en su buco, pasando con la de ella, casi como si él quisiera devorarla,. Se sentía como si ella pudiera besarlo para siempre. Y luego se detuvo. Translated by Dana
~ 66 ~ Ella abrió los ojos, su máscara ladeada de su rostro. Qué sucedió? A donde se fue?. “Oye!”. Schuyler se dio vuelta. Mimi Force estaba de pie en el vestíbulo, vistiendo un deslumbrante tocado de princesa India, su “máscara” diseñada por un experto con maquillaje y un rostro dibujado. “Has visto a mi hermano en alguna parte?”, Mimi estaba disgustada al principio por encontrar en su propia fiesta invadida por humanos gorrones, pero luego se dio cuenta de su irresistible popularidad. Entonces ella no estaba perturbada por encontrar a Schuyler, otra no invitada, a la fiesta. Antes que Schuyler pudiera responder, Jack Force se materializó al lado de su hermana. Él vestía un tocado Indio como el de su hermana. Y también su máscara, esta hecha con pintura. “Aquí estoy”, dijo Jovialmente. “Oh, hola, Schuyler. Como estuvo Venecia?”. “Genial”, dijo Schuyler, intentando mantener la compostura. “Bien”. “Vamos Jack, los fuegos artificiales están a punto de comenzar”. Dijo Mimi, tirando de su manga. “Nos vemos”, gritó Jack. Schuyler se sentía entumecida. Ella estaba tan segura que era Jack a quien estaba besando. Tan segura de que era él detrás de esa máscara negra. Pero su actitud relajada, esa simpatía casual, la hizo dudar de su suposición. Pero si no era Jack al que besó, entonces quien? Quien era el chico detrás de la máscara?. Con una punzada, se dio cuenta que mañana comenzaban las vacaciones de Navidad, y ella no vería otra vez a Jack por dos semanas.
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CAPÍTULO 17 El invierno finalmente llegó en serio a Nueva York, desatando varias tormentas. La ciudad estubo cubierta por una capa inmaculada de nieve por varios días, hasta que se tornó una masa blanda gris y amarilla, creando improvisados bancos de nieve alrededor de las aceras y charcos de loco que los ciudadanos resistían saltar o pasaban gravemente con botas de goma. Schuyler estaba contenta por el frío, mientras el clima reflejaba su humor actual . Los días festivos eran típicamente un momento tranquilo para los Van Alen. En el pasado, ella y Cordelia asistían servicios en St. Bartholomew a lo largo de la ciudad, luego tenían una modesta cena a medianoche en Nochebuena. Como lo hacía cada año, ella pasaba su día de Navidad con su madre en el hospital. Julius y Hattie tuvieron el día libre para estar con sus familias, entonces ella tomó el autobus todo el camino hacia la zona alta de la ciudad sola. El hospital estaba prácticamente abandonado cuando ella llegó. Solo habóa un guardia durmiendo en el escritorio del frente y un grupo esquelético de enfermeras ansiosas por terminar sus turnos. Ella notó que el personal había intentado de infundir el lugar con algunos adornos navideños. Habían coronas en cada puerta, y un solitario Charlie Brown – como el árbol de navidad con ramas café puestas en el medio de la enfermería, a lo largo con un Menorah parpadeante. Su amdre estaba dormida en la cama como siempre. Nada había cambiado. Schuyler puso otro regalo al lado de la cama de su madre. A lo largo de los años, se coleccionaban más y más regalos de Schuyler empolvados en el armario de su madre. Quitando la nieve, se quitó su abrigo, y llevó su gorro de lana y guantes en sus bolsillos. Si Cordelia estuviera ahí estaría en camino a su almuerzo de Navidad, preparar el pavo y rellenarlo, jamón y panecillos calientes de los recipientes de plástico que Hattie había preparado. Hattie había hecho la misma comida para llevar a Schuyler, pero comiéndola sin Cordelia corrigiendo sus modales en la mesa o desquitándose con las enfermeras para que le trajeran porcelana, no plástico, los platos ya no eran los mismos. Ella encendió la televisión y se puso cómoda para comer su solitaria comida y ver otro reestreno de It’s a Wonderful Life. La película nunca fallaba en ponerla más depresiva, ya que no había final feliz para Allegra que ella pudiera ver. Oliver la había invitado a pasar el día con su familia, pero ella se rehusó. La familia que sea que quedaba en el mundo estaba en esta trsite y sola habitación de hospital. Ahí era donde ella pertenecía. Al otro lado de la ciudadm en el Upper East Side, las grandiosas casas y espléndidos apartamentos estaban vacíos. Los Force ya se habían marchado en su Gulfstream IV por su estadía anual, enviando su ropa de playa vía FedEx a su chalet en St. Barths, donde ellos podían pasar la primera semana de vacaciones, y enviando sus equipos de Translated by Dana
~ 68 ~ ski a su casita Aspen por la segunda mitad de sus vacaciones. Lo Llewellyn estaban fuera en Texas para visitar a la familia para Navidad y se iban a encontrar con los Force en Aspen para el Año Nuevo. Incluso la familia de Oliver había hecho planes para irse de vacaciones a la playa para el recinto familiar en Tortola, pero él había optado por quedarse en la ciudad para estar cerca de Schuyler. Él planeaba visitar la casa de los Van Alen el día después de Navidad con una abundancia de regalos. Ellos siempre pasaban juntosan el Día de San Esteban. A Oliver le gustaba llevar un baguette crujiente, mantequilla francesa – de las verdaderas, él enfatizaba, nada como las versiones americanas blandas – varios tarros de caviar premium Ruso de Petrossian, tan bien como una botella grande de champaña de la bodega de vino de sus padres para su banquete del día posterior de Navidad. Pero la mañana del veintiseis, mientras Oliver estaba arreglando la canasta de picnic con regalos y estaba a punto de salir, recibió una frenética llamada de Hattie, la criada de los Van Alen. “Sr. Oliver, debe venir, debe venir ahora”, le rogó. Oliver inmediatamente saltó en un taxi y llegó a la fachada de piedra arenisca café, para encontrar a Hattie desesperada e incoherente, retorciendo sus manos en su delantal y a punto de llorar. Ella lo llevó arriba a la habitación de Schuyler. “La señorita no bajó para el desayuno. Pensé que solo estaba durmiendo, hasta que Beauty bajó las escaleras y prácticamente me empujó aquí. Luego vi que ella estaba tendida ahí, y no podía despertarla. Dios me ayude, ella se veía más como la Señorita Allegra, y estaba tan preocupada porque ella no se movía, ni siquiera parecía como si estuviera respirando, entonces lo llamé, Sr. Oliver”. Beauty, la sabueso de Schuyler, estaba gimoteando a los pies de su cama. El perro saltaba y lamía las manos de Oliver y lo miró cuando entró a la habitación. “Hiciste bien Hattie”, dijo Oliver, dándole palmaditas a Beauty y luego sacudiendo a Schuyler y revisando su pulso. No había pulso, pero eso no quería decir nada. Su entrenamiento Conducto le enseñó que los vampiros podían disminuír sus latidos a un ritmo apenas detectable para conservar su energía. Schuyler aún tenía solo quince años y solo comenzaba su transformación. Era demasiado pronto para ella ir a al modo de preservación. A menos… De pronto Oliver tuvo un horrible pensamiento: que pasa si Schuyler fue atacada por un Sangre Plateada? Sus manos temblaban mientras llamaba a su tía, la Dra. Pat, el doctor humano que cuidaba a los Sangre Azul. La Dra. Pat disuadía de Oliver en esperar a una ambulancia o llevarla a un hospital apropiado. “Ellos no sabrían que hacer con ella. Solo llévala a mi oficina ahora. Te veo allá”. Cuando Oliver llego, sosteniendo a Schuyler en sus brazos, la Dra. Pat y su equipo estaban listos. Ellos sacaron una cama de hospital, y Oliver suavemente tendió a su amiga. “Dime que va a estar bien”, suplicó Oliver. Translated by Dana
~ 69 ~ La Dra. Pat revisó el cuello de Schuyler. No habían marcas. No había señal de Abominación. “Lo estará. No parece como si fuera atacada. Estará bien. Ellos son inmortales. Pero veremos que está sucediendo”. Oliver esperó en la recepción de la Dra. Pat en una particularme incómoda silla de plástico. Su tía siempre estuvo enamorada de los muebles modernos, y la oficina parecía el vestíbulo de un moderno hotel en vez de una clínica: todos los muebles de plástico blanco, alfombras de lana blancas, lámparas blancas de la era espacial . después de unas cuantas horas de larga espera, la tía de Oliver salió del interior de la oficina. La Dra. Pat se veía cansada. “Entra”, le dijo a su sobrino. “Está despierta. Le dí una transfusión. Eso parece haber sido el truco”. Schuyler se veía hasta más pequeña y frágil en la cama de hospital. Ella llevaba uno de esos trajes que se ataban en la espalda, y su rostro estaba más pálido de lo usual. Él pudo ver sus venas azules a través de su piel transparente. “Hola, Bella Durmiente”, bromeó Oliver, intentando ocultar su preocupación. “Donde estoy?”. “Estás en mi oficina”. Dijo la Dra. Pat solemnemente. “Estuviste en hibernación. No es algo que sucede a menudo sino hasta mucho mucho tiempo después. Es otra palagra para el sueño prolongado, algo que los vampiros hacen cuando están cansados de la inmortalidad al final de un ciclo”. “Mi cabeza se siente extraña. Y mi sangre – se siente rara. Asquerosa”. “Tuve que darte una transfusión. Tenías un conteo de células bastante bajo. Se va a sentir extraño por un rato mientras la sangre nueva se ajusta a la ntigua”. “Oh”. Schuyler se estremeció. “Oliver, puedes dejarnos a solas?”. “Que bueno verte bien”, dijo Oliver, apretando fuertemente el hombre a Schuyler. “Estaré afuera”. Una vez que Oliver salió, la Dra. Pat iluminó con una luz cada pupila de Schuyler. Hizo unas notas en su gráfico, mientras Schuyler esperaba pacientemente por el diagnóstico. La Dra. Pat examinó de cerca a Schuyler. “Tienes quince, cierto?”, Schuyler asintió. “Inducida en el Comité?”. “Si”. “Como dije, tenías un conteo de células de sangre roja bastante bajo. Aún el conteo de célular de tu sangre azul están fuera de los gráficos. En alguna forma, tu ya tienes el nivel de sangre de un vampiro maduro, y tu cuerpo se fue a hibernación, lo que quiere decir que no estás produciendo los niveles correctos de antígenos”. “Qué quiere decir eso?”. “Quiere decir que la transformación esta un poco fuera de control contigo”. “Disculpe?”. Translated by Dana
~ 70 ~ “La transformación e sun proceso en la que tus células de sangre azul, tu ADN vampiro – comienza a tomar el mando. Te crecen tus colmillos, tu cuerpo cambia de necesitar alimento de comido a necesitar alimento específicamente de sangre humana. Los recuerdos comienzan a volver, y tus poderes, cuales quiera que sean, se comienzan a manifestar”. Schuyler asintió. “Aún hay algo extraño en tu análisis de sangre. Las células vampiro están tomando el mando, pero no es un normal proceso gradual, donde el humano es despojado por el inmortal como una serpiente cambiando su piel. No estoy segura, pero es casi como si tu ADN humano estuviera combatiendo al vampiro. Resistiéndolo. Y entonces para sobrecompensar, tu ADN vampiro esta combatiendo también, arduamente – enviando tu conteo de células humanas por debajo de lo que deberían estar. El choque envió a tu cuerpo en hibernación. Sucedió algo? A veces es gatillado por un suceso traumatico”. Schuyler negó con la cabeza. La noche anterior había sido tranquila. “A veces, puede ser una reacción retrasada”, conjeturó la Dra. Pat. “Debe ser por tu mezcla de sangre”, agregó. La Dra. Pat sabía sobre las circunstancias del nacimiento de Schuyler. Ella había sido la obstetra de Allegra. “Nadie jamás ha documentado qué sucede cuando el ADN humano se mezcla con la sangre vampiro. Me gustaría ponerte bajo observación por un tiempo”.
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CAPÍTULO 18 Una semana después, Schuyler aún se sentía un poco mareada después del “episodio”, lo que ella y Oliver lo llamaban una visita de emergencia a la oficina de la Dra. Pat. Oliver le había ofrecido ir a recogerla en su auto para llevarla al primer día de vuelta a la escuela. Schuyler, quien usualmente se resistiría a tal gesto ya que ella vivía cruzando la ciudad y fuera del camino, estuvo dócilmente de acuerdo para tal disposición. Oliver era su Conducto – se suponía que él debía cuidar de ella, y por primera vez, ella lo estaba dejando. El semestre de primavera fue oficialmente abierto en una asamblea, en el cual la Directora les dio la bienvenida a todos los estudiantes para otro apasionante periodo, seguido por una comida de pan d epasa y chocolate caliente en la bella vista. Oliver y Schuyler encontraron sus asientos usuales en la parte posterior de la capilla con los otros de segundo año. Había un monton de alegres saludos e intercambio de historias de las vacaciones por todos lados. La mayoría de las chicas se veían bronceadas y descansadas, intercambiando los teléfonos celulares para mostrar fotos de ellas en bikini en las playas de las Bahamas, St. Thomas, o Maui. Schuyler vio a Bliss Llewellyn caminando con Mimi Force,las dos con sus brazos entrelazados en la cintura de la otra como si fueran las amigas más cercanas. El cabello de Mimi se había vuelto más encendido por el sol, y Bliss ostentaba varias mechas color cobre. Jack Force caminaba lentamente detrás de ellas, con las manos en los bolsillos de sus Duckhead. Él tenía un bronceado de la máscara de ski alrededor de sus ojos, lo que solo hacia verse más adorable. Oliver notó hacia donde estaba mirando Schuyler y no hizo comentarios. Ella sabía como se sentía él sobre su enamoramiento por Jack Force. Percibiendo el despecho de su amigo, Schuyler apoyó su cabeza cariñosamente sobre su hombro. Si no hubiese sido por Oliver… ella pudo haber… qué? Muerto para siempre? Uniéndose a su madre en la comatosa habitación en el barrio alto? Ella aún tenía problemas para entender todo. Qué quería decir que sus células vampiro estaban peleando con sus células humanas? Siempre iba a debatirse en dos direcciones?. El hambre que ella había sentido en Venecia se había calmado un tanto con la transfusión. Quizás eso era todo. Ella necesitaba sangre. Quizás ella podía conseguir transfusiones en vez de tener que alimentarse. Ella le pregutnaría a la Dra. Pat si eso era una alternativa viable. Era demasiado raro mirar siempre a Oliver y pensar que sabía delicioso. Él era su mejor amigo, no una merienda. Bliss Llewellyn miró alrededor y se encontró con la mirada de Schuyler. Las dos chicas se saludaron con la mano tímidamente. Bliss quería contarle a Schuyler sobre el regreso de Dylan, para tener la conversación que había comenzado en el baile, pero de algun modo nunca parecía llegar la oportunidad. Translated by Dana
~ 72 ~ Las vacaciones fueron un momento inquieto para Bliss. Las pérdidas de conocimiento y las pesadillas habían vuelto con mayor fuerza. La Nochebuena fue la peor noche. Ella había despertado con un dolor en su pecho tan espantoso que no podía respirar. Ella estaba empapada en sudor y las sábanas estaban tan mojadas que se pegaron. Asqueroso. Aún más terrorífico, la bestia de sus pesadillas había comenzado a hablarle en el sueño. Blisssss… Blisssss… Blisssss… Solo decía su nombre, y aún le daban escalofríos por su espalda. Solo era un sueño. Solo un sueño. Solo un sueño. No había ninguna bestia que pudiera hacerle daño. Era parte de la transformación. Sus recuerdos despertaban y hablaban con ella, eso es lo que dijo el Comité. Sus antiguas formas, sus vidas pasadas. Apretó su mandíbula y se enderezó en su asiento. A su lado, Mimi Force bostezaba en su delicada palma. Para Mimi, las dos semanas fuera fue nada fuera del cielo. Ella había escogido no uno sino dos riquísimos conocidos humanos en el viaje, se llenó de ellos, y se sintió como si ella pudiera conquistar el mundo. Estaba ansiosa de comenzare el nuevo semestre. Una nueva temporada siempre significaba otra excusa para ir de compras. Como Bliss, Mimi también estaba ansiosa. Ansiosa de llegar a Barneys hoy antes de su cierre. Bliss se esforzaba por prestar atención a la charla de ánimo d ela Directora – Otro semestre de excelencia les espera en los salones del Duchesne, bla bla bla – cuando las puertas de la capilla se abrieron en un dos por tres. Cabezas giraron para ver qué había causado la conmoción. Un chico de pie en el umbral. Un chico muy, muy apuesto. “Oh, eh, lo siento. No quise hacer eso. Se resbaló de mis dedos, eh?”, preguntó. “No, no, está bien. Entra, Kingsley. Puedes tomar asiento aquí al frente”, dijo la Directora, haciéndole señas con la maño para que se acercara. El chico sonrió. Caminó arrogante por el pasillo, su modo de andar era encorvado. Su cabello negro relucía, un mechón descaradamente se inclinaba sobre su ojo izquierdo, él emanaba una confianza chula para caminar con su perfecta apariencia de modelo. Él vestía una camisa holgada blanca oxford y unos ajustados vaqueros negros, como si él saliera justamente desde una portada de CD. Como todas las chicas presentesm Bliss no podía quitar sus ojos de encima. Como si él pudiera sentir su mirada, él se volteó y la miró directamente a los ojos. Y le guiñó un ojo.
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CAPÍTULO 19 Su nombre era Kingsley Martin, y él era un junior. La población femenina en el Duchesne acordó: hasta su nombre era sensual. El minuto en el que apareció, era como si un fuego arrasador se extendiera entre las chicas. Dentro d euna semana, sus habilidades eran legendarias. Ahora, le habían dado un empujoncito para comenzar en lacrosse, fútbol, y otros equipos. Justo como impresionante, él era un académico certero. Él mató al malhumorado profesor de inglés avanzado con su presentación del Infierno de Dante, titulado “Infierno Taco”, donde él había comparado los círculos del infierno con los establecimientos comunes de comida rápida. En Cálculo avanzado, él había resuelto un complicado problema en tiempo record. No lastimaba que él fuera llamado por las chicos como un vibrador de rodillas. Él era devastadoramente apuesto. La especie de apuesto que combinaba con el glamour de Hollywood con la elegante sofisticación Europea y un indicio de malicia. El nuevo chico se veía entretenido. Y así, Jack Force se volvió noticia antigua. Todas las chicas que se iban a la escuela con Jack Force desde el rpe escolar. Kingsley presentaba una nueva, elegante y misteriosa alternativa. Mimi Force le dio a Bliss el resto de la primicia después de almuerzo mientras reaplicaban brillo labial en el baño de mujeres. “Él es un Sangre Azul”, dijo Mimi, haciendo un 0 con su boca mientras untaba el brillo. “Estás bromeando”, contestó Bliss. Por supuesto que él era vampiro – ella sabía eso en el minuto que puso sus ojos en él. Ella nunca había conocido a otro vampiro que alardeara su estatus de Sangre Azul tan públicamente. Era una sorpresa que él no haya mostrado sus colmillos en frente de toda la escuela. “Lo conocí en el baile Four Hundred”, dijo Mimi. “Su familia se acaba de mudar aquí de Londres, pero él creció en todas partes: Hong Kong, Nueva York, Capetown. Ellos son como, parientes de la realeza o algo. Él tiene alguna especie de título pero no lo usa”. “Deberíamos hacerle una reverencia?”, bromeó Schuyler. Mimi frunció el ceño. “No es una broma. Ellos son como, muy importantes. Poseen estados, asesoran a la Reina, todo el asunto”. Bliss se abstuvo de poner sus ojos en blanco. A veces Mimi era tan testaruda sobre su snobismo, sacaba toda la diversión de la vida. Ellas salieron del baño y se toparon con el objeto de su discusión. Kingsley estaba saliendo de los vestidores, llevando un grueso libro forrado en cuero. Él se veía desenfadado y perversamente encantador. Sus ojos bailaron cuando las vio. “Señoritas”, dijo, haciendo una reverencia. Mimi sonrió. “Justo estabamos hablando de tí”. Translated by Dana
~ 74 ~ “Espero que cosas buenas”, dijo él, mirando directamente a Bliss. “Esta es mi amiga Bliss. Su padre es senador”, dijo Mimi, dandole un tosco codazo a Bliss. “Lo sé”, dijo Kingsley, su sonrisa era cada vez más profunda. Bliss intentó mantener su compostura. Cuando él la miraba de esa forma, se sentía como si ella estuviera sin ropa. El segundo timbre sonó, lo que quería decir que tenían cinco minutos para llegar a su próxima clase. “Me tengo que ir. Korgan es senil pero puede ser un pendejo”, dijo Mimi, alcanzando las escaleras. “Ah, solo hazlo que se calle”, dijo Kingsley. “No sabes como hacero eso aún?”. “De qué estás hablando?”, preguntó Bliss. Mimi sonrió nerviosa. “Él está hablando de hacer un encantamiento a los profesores. Ya sabes, control mental. Kingsley, bromista, sabes que se supone que no debemos hacer eso. Va contra el Código. Si los Guardianes lo llegan a descubrir…”. Los jóvenes Sangre Azul tenían expresamente prohibido usar sus poderes o mostrar su fuerza sobrehumana hasta que ellos hayan alcanzado la adultez. Y aún ahí, el Código de los Vampiros era bastante claro en esa política: los humanos no son para jugar. Ellos tienen que ser respetados. Los Sangre Azul suponen entregar paz y belleza y luz al mundo, no usar sus poderes superiores para dominar y mandar. “Los Guardianes apestan”, bromeó Kingsley. “Ellos nunca sabrán lo que sucede. O ustedes creen que ellos pueden leer sus mentes?”, se burló. “Eres gracioso. Hablamos más tarde”, dijo Mimi, alejándose. “Debería irme también”, dijo Bliss nerviosa. “Espera”. Bliss levantó sus cejas. “Has estado evitándome”, dijo Kingsley con sencillez. No era una acusación, pero era una declaración d elos hechos. Él movió el libro que lleva a su otra cadera. Bliss le echó un vistazo rápidamente. No parecía como un libro de texto. Se veía similar a uno de esos antiguos libros de referencia del Depósito que Oliver había usado en su investigación de los Croatan. “De qué estás hablando? Recién te conocí”. “Ya te has olvidado?”, preguntó Kingsley. “Olvidado qué?”. Kinglsey evaluó a Bliss de arriba a abajo, desde sus nuevas ballerinas Chloe hasta su cabello con reflejos. “Me gustó el vestido verde. Y collar por supuesto. Un toque perfecto. Pero creo que me gustas mejor mojada y empapada. Indefensa”. “Tú eras el chico del parque”, jadeó Bliss. El chico que la había rescatado había sido Kingsley, no Dylan. Kingsley? Como? Lo que quería decir, ella pensó con un dolor en su corazón, que Dylan estaba realmente muerto?. “Eras una Señorita del Lago bastante linda”, dijo Kingsley. Translated by Dana
~ 75 ~ La mente de Bliss se aceleró. Entonces eso quería decir que también bailó con Kingsley en la pos fiesta. Él era el chico con la máscara Pierrot. “Qué sucedió con Dylan?”, susurró Bliss, un pavor entró en su corazón. Ella había estado tan segura que Dylan estaba vivo. Pero si él no había sido el que la había rescatado en el lago, o quien había bailado con ella en la fiesta… entonces tenía que enfrentarlo. Ella estaba agarrada a un sueño. Él se había ido para siempre, y no iba a volver. “Quien es Dylan?”. “No importa”, dijo Bliss, mientras intentaba procesar esta nueva realidad y absorver la información. “Entonces a qué te referías, la noche de la fiesta, cuando dijiste que no te habías ido por mucho. Nos – nos conocemos?”, preguntó. Kingsley se veía serio por primera vez. “Ah. Lo siento. Estás un poco retrasada, cierto? No me reconoces aún. De verdad lo siento. Había pensado que me conocías cuando estabamos bailando. Pero me equivoqué”. “Quien eres?”, preguntó Bliss. Kingsley puso su boca en la oreja de Bliss y susurró suavemente, “Soy lo mismo que tú”. El timbre final sonó. Kingsley movió sus cejas y sonrió. “Te veo después, Bliss”. Bliss se desplomó contra la pared, sus rodillas temblaban, su corazón galopeaba en su pecho. Él había estado tan cerca de ella, ella aún podía sentir su respiración sobre su mejilla. Quién era él realmente? De qué estaba hablando? Y alguna vez descubriría que había sucedido realmente con Dylan?.
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CAPÍTULO 20 El minuto en el que Schuyler bajó a desayunar el Viernes en la mañana, ella notó algo diferente en la sala de estar – luz de sol. La sala estaba brillante con sol, inundada de sol. Las cubiertas de lona sobre los muebles fueron removidos, y el rayo de sol a través de las ventanas era tan fuerte que era cegador. Lawrence Van Alen estaba de pie en el medio de la sala, examinando un antiguo retrato que colgaba sobre la chimenea. Habían antiguos baúles amontonados en el pasillo, con un largo baúl estropeado Louis Vuitton. Hattie y Julius estaban de pie alrededor de él, estrechando sus manos. Hattie vio a Schuyler primero. “Señorita Schuyler! No pude detenerlo – él tenía una llave. Él dijo que esta casa le pertenecía, y comenzó a abrir las cortinas y nos mandó a sacar las lonas protectoras. Él dijo que es su abuelo. Pero la Sra. Cordelia era viuda desde que la conocí”. “Está todo bien, Hattie. Está bien. Julius, me encargaré de esto”, dijo Schuyler, calmando a los empleados. La criada y el chofer parecían sin convicción con el intruso, pero ellos hicieron caso a las palabras de Schuyler y se retiraron de la sala. “Qué haces aquí?”, exigió Schuyler. “Pensé que te mantendrías fuera de esto”. Ella intentó sentir rabia, pero todo lo que sentía era euforia. Su abuelo! Cambió de parecer?. “No es obvio?”, preguntó Lawrence. “He regresado. Tus palabras me hirieron profundamente, Schuyler. No podía vivir sabiendo cuan cobardemente he actuado. Perdóname, ha sido bastante tiempo que Cordelia y yo hicimos el pacto. Jamás esperé que alguien me buscaría”. Él se acercó al ventanal que da la vista al congelado río Hudson. Schuyler había olvidado que su sala de estar tenía tal maravillosa vista. Cordelia había mantenido las cortinas cerradas por años. “No podía dejarte volver a tu antigua vida, sola. He estado lo suficiente en exilio. Es hora de que Nueva York recuerde el poder y la gloria de los Van Alen. Y he venido a levantarte. Después de todo, eres mi nieta”. En respuesta, Schuyler se enterró en los brazos de su abuelo y lo abrazó fuerte. “Cordelia estaba en lo correcto sobre ti. Sabía que lo estaría”. Pero antes que pudiera decir algo más, el timbre sono fuerte varias veces, como si alguien estuviera presionándolo de una manera sumamente agitada. Schuyler miró a su abuelo. “Estás esperando a alguien?”. “No por el momento. Anderson se me unirá en una semana, después de cerrar mis hogares en Venecia”. Él se veía solemne. “Al parecer mi retorno a la ciudad no fue tan secreto como esperaba”.
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~ 77 ~ Hattie se movió para abrir la puerta, pero Lawrence la detuvo. “Yo me encargaré de esto”, dijo mientras abría la puerta. Charles Force y varios Guardianes del Comité estaban de pie en el umbral de la puerta, viendose severos y decididos. “Ah. Lawrence”. Charles Force sonrió ligeramente. “Nos has honrado con tu presencia una vez más”. “Charles”. Asintió Lawrence. “Podemos entrar?”. “Por supuesto”, dijo Lawrence gentilmente. “Schuyler, creo que conoces a todos. Charles, Priscilla, Forsyth, Edmund, esta es mi nieta, Schuyler”. “So, ehm. Hola”, dijo Schuyler, preguntándose por qué su abuelo estaba actuando como si los Guardianes se dejaran caer en una visita amistosa. Ellos ignoraron a Schuyler. “Lawrence, lamento esto”, dijo Priscilla en una gentil y dulce voz. “Estaba anulada”. “Está muy bien, querida. Debo decir, me deleita verte tan bien. Ha sido bastante desde Newport”. “Demasiado”, acordó Priscilla. “Suficiente de esto”, interrumpió Charles irritado. “Lawrence, no llamé para que tu exilio fuera revocado. Debes comparecer ante el Cónclave para testificar formalmente. Haznos el favor de acompañarnos”. “Qué está sucediendo?”, lloriqueó Schuyler, mientras dos Guardianes tomaban cada brazo de Lawrence. “A donde te llevan?”. “No temas, nieta”, dijo Lawrence. “Si no tengo alternativa, iré por voluntad propia. Charles, no habrá ningún refutamiento de mi parte. Schuyler, regresaré pronto”. Charles Force resopló. “Eso lov eremos”. Schuyler observaba mientras ellos llevaban a su abuelo a un auto negro en frente del edificio. Ella se sentía triste. Justo cuando ella pensó que la ayuda finalmente había llegado, fue despojada tan rápido como llegó. “Se ha ido?”, preguntó Hattie, entrando en la cocina. “Gracias a Dios”. “Él regresará”, dijo Schuyler. Se acercó al retrato que Lawrence había estado estudiando. Era una pintura de una boda, escondida bajo una tela libre de ácido por años, con data del siglo dieciocho. Estaba Cordelia en su vestido de bodas, viéndose atractiva y remilgada. El hombre que estaba al lado de ella, vistiendo un elegante traje y pañuelo, tenía los inconfundibles rasgos duros de un joven Lawrence Van Alen.
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~ 78 ~ Anuncio de Nueva York Archivos 10 de Febrero, 1872
LAS INVITACIONES DEL ANUNCIO DE MATRIMONIO HAN SIDO EMITIDAS para el matrimonio de la Señorita Caroline Vanderbilt, hija del Almirante y la Sra. Vanderbilt, y Alfred, Lord Burlington, el Jueves por la tarde. El 29 de Febrero, a las seis en punto, en la casa de los padres de la novia, 800 Fifth Avenue. El reverendo Sr. Cushing de esta ciudad hará la celebración. La Señorita Vanderbilt será asistida por su hermana menor, la Señorita Ava Vanderbilt, y el Marqués de Essex será el padrino. Habrá una recepción después de la ceremonia. La familia de la novia es destacada en la sociedad, y entre los ochocientos invitados estará el gobernador de Nueva York y el alcalde de la ciudad. Lord Burlington es un corredor de bolsa, haciendo negocios en Londres y Nueva York, y es el hijo mayor del Duque y Duquesa de Devonshire. La novia y el novio se irán a un extenso viaje al subcontinente Indio.
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CAPÍTULO 21 El chico de pie precariamente sobre el enrejado del balcón fuera de la biblioteca en el tercer piso. Cuando el clima estaba cálido, el balcón era apodado “Club Duchesne” ya que los estudiantes rutinariamente tomaban sus meriendas ahí, bronceándose, subiéndose los pantalones, las chicas desabotonando sus blusas tan abajo como se atrevían, y los chicos mientras se sacaban sus camisas. Pero era mitad de Enero, y las ventanas que llevaban hacia el balcón estaban usualmente cerradas. No hoy. Hoy, alguien había abierto la ventana, dejando una ráfaga ártica dentro de la biblioteca, y ese alguien estaba ahora afuera, balanceándose en una delgada reja de metal de cuatro pulgadas. Jack estaba en su camino de vuelta del edificio de música cuando se encontró con una animada multitud congregada en el patio. Él vio a Schuyler metida entre el lado de la entrada, su rostro estaba arrugado en preocupación mientras le hablaba a su amigo Oliver, el Sangre Roja. Él dejó de mirarla con gran esfuerzo, deseando ser él a quien ella recurriera para consuelo, y miró arriba donde varias personas estaban apuntando, y notó al chico. Él era un estudiante de primer año, un Sangre Roja, y estaba de pie en la reja con una mirada en blanco y aturdida. “Salta!”, chillaba Soos Kemble, colapsando en risas. “Qué cree que está haciendo?”, preguntó otra chica, horrorizada y excitada al mismo tiempo. Jack notó que la multitud estaba entretenida con la situación. La mitad de ellos estaban entusiasmados, como si inconscientemente, alentaran al chico a caer. Las clases de seguro serían canceladas por el resto del día. “Vamos! Termínalo! Tengo una prueba de Pre cálculo no quiero darlo esta tarde!”, gritó alguien. En una esquina, escondido detrás de un seto que rodeaba un banco de piedra, la audición supersensible de Jack recogió el sonido de Kingsley Martin, el chico nuevo, riendo con Mimi. “Hazlo hacer una pirueta”, dijo Mimi. Kingsley movió su mano, y el chico sobre la cornisa ejecutó un giro de bailarina. La multitud gritó. Pero el chico aterrizó sobre sus pies. Él se veía estupefacto por lo que acababa de suceder, casi como si no tuviera control… Sin control… Jack le echó un vistazo a Kingsley. Él supo en un instante lo que había sucedido. Kingsley estaba usando el encantamiento para controlar la mente del chico, como un titiritero tiraría las cuerdas. En las reuniones del Comité, les habían dicho que habría estrictos castigos por usar sus poderes en los Sangre Roja sin provocación. Jack sintió enorme furia dentro de él. Ese arrogante, bobo estúpido. Kingsley iba a ponerlos en peligro. Translated by Dana
~ 80 ~ “Libéralo!”, ordenó Jack, subiendo una mano, sus ojos disparaban dagas a Kingsley. La multitud se volteó para ver qué estaba causando la escena. “Ah, solo estábamos teniendo un poco de diversión, oficial”, dijo Kingsley, y con otro movimiento de su muñeca, el chico dejó de girar. El chico gritó al encontrarse solo arriba del balcón. Temblaba; su pie izquierdo se salió del borde… “Martin! Bájalo! AHORA!”. “Si tú insistes”, dijo Kingsley, pareciendo aburrido. El chico recuperó su equilibrio y se bajó seguramente de la rejilla hasta la terraza. “Modo caecus”, susurró Jack, enviando un hechizo cegador sobre cualquiera de los humanos que estaban congregados, para hacerlos olvidar lo que vieron. “Eso fue estúpido y peligroso, sin mencionar cruel y mezquino”, dijo Jack, confrontando a Kingsley. Nunca se había sentido tan enojado en su vida. Y para ver a Mimi de pie al lado de él era aún peor. Él estaba celoso? O solo estaba enojado y decepcionado de encontrar a su hermana metiéndose en tan mala conducta?. “Deja de ser aguafiestas, Force”, dijo Kingsley. “No hubo daño, eh?”. “Si, Jack, córrete”, dijo Mimi. “Es solo de primero. Nada le hubiese sucedido”. “Ese no es el punto, Mimi”, dijo Jack. “Los Guardianes sabrán de esto”. “Oh, los Guardianes”. Kingsley se rió. “Escucha, por qué no vienes tú por mí?”, se mofó. “O eres demasiado amante de los Sangre Roja que has olvidado que su Sangre es azul?”. Jack se enrojeció hasta las raíces de su fino cabello rubio. “Ustedes Force – o como sea que se llamen en estos días – no serían nada sin mi familia, sin los sacrificios que hicimos”, dijo Kingsley sombríamente. Él se volteó y comenzó a alejarse. “En cualquier momento que quieras comerte tus palabras, Force, ya sabes donde encontrarme”. “Jack, es solo una broma”, dijo Mimi, intentando ablandar a su hermano. “Déjalo”, dijo Jack, sacando la mano de su hermana de su hombro. Él se alejó rápidamente, y Mimi lo siguió, con una mirada contrariada en su rostro. “Jack, espera, vamos”. Pero Jack no se volteó. Sus orejas estaban ardiendo de vergüenza al arremeter algo así en público. Había sido eso prudente? Él debía detener a Kingsley, cierto? O solo estaba siendo sin sentido del humor como su hermana había dicho? Y de todos modos, qué era lo que Kingsley estaba hablando? Qué sacrificios tuvieron que hacer los Martin?. Él tendría que preguntarle a su padre sobre esto.
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CAPÍTULO 22 Oliver le había guardado su asiento a su lado en el laboratorio de Química. Le entregó sus gafas protectoras, y ella se puso su mandil de plomo. “Qué estamos haremos hoy?”, preguntó ella, ajustando las gafas sobre su nariz. Oliver ya las tenía puestas. Toda la clase se veía como un equipo de soldados. A lo largo de la sala, Mimi se quejaba fuertemente de que las gafas le dejaban una horrible marca roja sobre su nariz, pero nadie prestó mucha atención. “Hacer caramelo otra vez?”, preguntó Schuyler. Oliver revisó el quemador Bensen y lo encendió lentamente, entonces emitió una pequeña flama roja. “Sip”. En el pasado, el Duchesne tenía a los profesores más ingeniosos y carismáticos del área. De hecho, el laboratorio de Química era tan popular entre los estudiantes que tanto los de primer año como los de segundo tenían permitido tomarlo como un electivo. Pero el Sr. Anthony, el juvenil, entusiasta y reciente graduado de Yale, había sido despedido de la escuela a finales de otoño debido a una aventura amorosa con una de sus estudiantes, que dejó embarazada. El Sr. Anthony fue despedido, y la estudiante expulsada. Esta no era la escuela Degrassi, después de todo. Esto era Duchesne. Todo estaba bien y en orden, excepto que con el Sr. Anthony y sus avanzados y emocionantes experimentos se marcharon ( el último semestre ellos habían convertido el cobre en oro, o al menos en una lámina de oro), los estudiantes estaban atrapados con el aburrido y viejo Sr. Korgan, cuyo syllabus incluía una serie de experimentos más aburridos que los siguientes. Calcular densidad. Determinar composición del agua. Identificar una solución como ácida, básica o neutra. Bostezooooooooo. El Sr. Korgan era tan lento que durante dos semanas la clase estuvo involucrada en crear una reacción química en hidrógeno y fructosa de otro modo conocido como convertir azúcar y agua en caramelo. Schuyler estaba lista para poner el vaso lleno de agua hacia el quemador, cuando el Sr. Korgan anunció que iban a hacer algo diferente ese día. “Me gustaría que ustedes – cambien de compañeros de laboratorio cada semana. La clase se ha perjudicado bastante por la demora entonces debo separarlos de sus amigos. Los compañeros de la izquierda, por favor diríjanse a la mesa del lado, y así, iremos manteniendo esta rotación cada semana”. Oliver y Schuyler se veían apenados. “Te veo después de clases”, decía Oliver mientras Schuyler recogía sus cosas y se cambiaba a la mesa de al lado, donde Kingsley Martin estaba sentado. En todo caso, las grandes gafas de plástico en su rostro solo servían para aumentar su belleza destacando como nada podía estropear su buena apariencia – ni siquiera gafas de ojos saltones. Kingsley podría usar pantalones de poliéster y un mostacho y aún así Translated by Dana
~ 82 ~ verse apuesto. Schuyler no había visto mucho a Kingsley desde que llegó, aunque ella había oído todos los delirios sobre él, y tenía de evidencia su arrogante presentación en el patio esa mañana. “Lamento lo de tu abuelo”, dijo él como un saludo. Schuyler intentó no mostrarle su horror. Pero por otro lado, Kingsley era un Sangre Azul. Sus padres eran probablemente miembros de la alta jerarquía del aquelarre. “Él estará bien”, dijo ella secamente, esperando que el agua del vaso hirviera. “Oh, estoy seguro de eso. Solo deseo haber estado ahí para ver a Lawrence y Charles pelear. Justo como en los viejos días”. “Aja”. Asintió Schuyler, no queriendo seguir con la conversación. Ella ni siquiera le había contado a Oliver del regreso de Lawrence. Ella se sentía supersticiosa sobre eso. Qué sucede si el Comité lo envía de vuelta a Italia lo más pronto posible? Entonces no habría nada que contarle. “Dime, aún sigues preocupada por ese chico?”. “Disculpa?”, preguntó Schuyler, sosteniendo un tubo de ensayo. “Nada”, Kingsley se encogió de hombros inocentemente. “Si es así como quieres jugar”, dijo burlonamente. Cuando Kingsley no estaba mirando, Schuyler estudió su perfil. Él había estado en el baile Four Hundred, escuchó. Pudo haber sido el chico detrás de la máscara que había besado en la pos fiesta? Schuyler subconscientemente puso una mano sobre sus labios. Si él era el chico que había besado, eso quería decir que aunque ella lo encontrara repulsivo, había algo sobre él que encontraba atractivo? Oliver siempre estuvo citando de Foucault, diciendo que el deseo provenía de la repugnancia. Pensamientos aleatorios volaban en su cabeza: qué pasa si el chico detrás de la máscara había sido Oliver? Habían Sangre Roja en la fiesta… y Oliver odiaba ser excluido de cualquier diversión. Él tuvo que haber sido capaz de averiguarlo, ella estaba segura. Se sintió atraída por el chico de la máscara porque era su mejor amigo? Se habían besado? Ese era el por qué él era tan amable con ella últimamente? Tratándola con mucha ternura?. Ella lo miró a hurtadillas, observando sus muecas mientras Mimi Force, su compañera de laboratorio, quemaba la fructosa entonces eso se fundía en algo asquerosamente dulce – oliendo un desastre. Si ella había besado a Oliver, eso quería decir que ahora eran más que amigos? Tendrían que comenzar a salir? Se sentía ella atraída por él? Ella miraba su cabello castaño cayendo sobre sus ojos, y pensar en como, en Venecia, ella quería nada más que saborear su sangre. Esa era atracción de todos modos? Y quién sabía qué sentía él por ella?. Schuyler depositó los perfectos cuadros de caramelo sobre la mesa, y atrapó la mirada de otro chico en la sala. Jack Force. Su estómago comenzó a hormiguear. Translated by Dana
~ 83 ~ De pronto Schuyler supo que estaba bromeando con ella misma, ella podía jugar con la idea de gustarle Kingsley u Oliver. Pero realmente ella sabía ella tenía una esperanza no muy secreta sobre la identidad del chico que había besado: ella deseaba un nombre y solo un nombre. Jack.
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CAPÍTULO 23 Cuando Schuyler regresó a casa de la escuela, Lawrence aún no regresaba. Le pidió a Julius que llevara su equipaje a la habitación de Cordelia. Se veía desolado y trsite en la entrada. Hattie había preparado la cena, y Schuyler llevó una bandeja a su habitación, comiendo su pastel de carne y puré de papas en frente de su computador. Cordelia nunca le permitiría tal cosa. Su abuela había estado alerta de que Schuyler comiera su cena apropiadamente en la mesa cada noche. Pero luego, Cordelia no estaba ahí para hacer valer las reglas. Schuyler alimentó a Beauty con sobras de su plato mientras revisaba su correo electrónico y hacía un intento poco entusiasta para temrinar su tarea. Después, ella llevó su bandeja a la cocina y ayudó a Hattie a cargar el lavavajillas. Eran pasadas las nueve en punto. Su abuelo se había ido por más de doce horas. Cuanto tiempo podía durar la reunión?. Finalmente, un poco pasado la medianoche, la llave de Lawrence dio vuelta en la cerradura. Él se veía exhausto. Las líneas en su rostro eran demacradas. Schuyler pensó que él se veía como si él hubiese envejecido varias décadas. “Qué sucedió?”, preguntó, alarmada por su condición. Ella saltó del asiento de la ventanilla donde ella estaba dormitando. La sala de estar, removida de sus cortinas y sábanas, era un lugar sorprendentemente cómodo. Hattie había encendido la chimenea, y Schuyler no podía tener suficiente de la vista del río. Lawrence puso su sombrero fedora sobre el perchero y se hundió en uno de los sofás antiguos al otro lado del fuego. El polvo volaba mientras él se movía en su asiento. “Pienso que Cordelia debió poner más dinero en mantener este lugar limpio”, se quejó. “La dejé con bastantes ahorros”. Cordelia siempre le había dado a Schuyler la impresión de que ellos se quedaron sin dinero, y lo poco que tenían para financiar sus mínimas necesidades: clases en el Duchesne, comida, refugio, personal. Cualquier cosa aparte de – ropa nueva, dinero para películas o restaurantes era entregado a regañadientes dólar por dólar. “Abuela siempre dijo que estábamos quebrados”, dijo Schuyler. “En contraste en como vivimos una vez, claro que sí. Pero nosotros los Van Alen estamos lejos de la bancarrota. Hoy revisé las cuentas. Cordelia invirtió sabiamente. El interés había acumulado interés. Podremos traer esta casa de vuelta a donde debió estar”. “Fuiste al banco?”, preguntó Schuyler, un poco atónita. “Tuve que llevar a un número de errantes, si. Ha pasado bastante tiempo desde que estuve en la ciudad. Maravillado de cómo el mundo ha cambiado. Uno olvida eso en Venecia. Llevar a varios amigos. Cushing Carondolet insitió en que cenara con él en el antiguo club. Lo lamento, debí volver antes, pero tenía que averiguar lo que Charles había hecho en mi ausencia”. Translated by Dana
~ 85 ~ “Pero qué sucedió con el Comité?”. Lawrence sacó un cigarrillo de su bolsillo y cuidadosamente lo encendió. “Oh, en la explicación?”. “Si”, dijo Schuyler impaciente, desconcertada por la actitud casual de Lawrence. “Bueno, ellos me llevaron al Depósito”, dijo Lawrence. “Tuve que hablar en frente del Cónclave – los dirigentes más altos del aquelarre. Guardianes, miembros del Comité. Enmortales como yo”. Los Enmortales eran vampiros que mantenían la misma coraza por siglos, los que les habían permitido estar exentos del ciclo de dormir y despertar, conocido de otro modo como reencarnación. “Nunca ví un grupo tan lastimero”, dijo Lawrence, apretando sus labios en disgusto. “Forsyth Llewellyn es un senador – lo sabías? En Plymouth él solo era el lacayo de Michael. Es una vergüenza. Y totalmente en contra del Código. No era siempre pero, ya sabes. Antes fuimos decretados. Pero después del desastre en Roma, aceptamos que tomar posiciones de poder en el campo humano estaba por siempre fuera de pregunta”. Schuyler asintió. Cordelia también le había hablado de eso. “Y ellos echaron a patadas a los Carondolet del Cónclave, Cushing me contó todo sobre eso. Porque él había propuesto el Candidus Suffragium”. “Qué es eso?” “El Voto Blanco. Para los dirigentes del aquelarre”, dijo Lawrence, sacándose sus botas en punta y moviendo sus pies en frente del fuego. “Pero pensé que Micheal – Charles – era Regis. Para siempre”. “No exactamente”, dijo Lawrence, removiendo sus cenizas a un cenicero que había sacado del bolsillo de su chaqueta. “No?”. “No. El aquelarre no es una democracia. Pero tampoco es una monarquía. Hemos acordado que los dirigentes pueden ser cuestionados si el aquelarre siente que el Regis no nos ha guíado apropradamente. Entonces se llama al Voto Blanco”. “Ha habido algún Voto Blanco?”. “Si”. Lawrence se hundió lentamente en la silla que solo el humo de su cigarrillo era visible. “Una vez, en Plymouth”. “Qué sucedió?”. “Perdí”. Lawrence se encogió de hombros. “Nos desterraron a Cordelia y a mí del Cónclave. Desde entonces, no hemos tenido poder en el Consulado. Nos inclinamos a sus reglas, y más tarde, en la época de la Edad Dorada, decidimos que teníamos que separarnos”. “Por qué?” preguntó Schuyler. “Cordelia te contó que nosotros sospechábamos que un miembro poderoso del Cónclave daba refugio a un Sangre Plateada. Pensé que sería seguro para ella si desaparecía por un tiempo, entonces pude continuar nuestra investigación sin que el Comité supiera de eso. Pensamos que era inteligente de nuestra parte. Pero Translated by Dana
~ 86 ~ desgraciadamente, significaba que no estaría aquí cuando Allegra sucumbió a su enfermedad cardiaca. O cuando tu naciste. Y mi trabajo hasta el momento fue en vano. No estoy cerca de confirmar mis sospechas como lo estaba antes”. “Pero qué sucedió – por qué te dejaron libre? Pensé que estabas desterrado”. Lawrence se rió entre dientes. “Lo hicieron. Ellos habían olvidado que me fui exiliado voluntariamente. No creo que alguno de ellos esperaba que yo regresara. Ellos no tenían más opción. No he quebrado ninguna regla del Código. No hay razón para prohibir mi regreso. Aun así, porque me he ido por tanto ellos ordenan que testifique”. “Testificar qué?”. “Oh, prometer no cuestionar a los dirigentes del aquelarre como lo había hecho una vez. Ya sabes, llamar para otro Voto Blanco. Ellos incluso me reincorporaron en mi posición en el Cónclave, siempre que prometa no plantear la amenaza de los Sangre Plateada otra vez. De acuerdo con Charles, la amenaza de los Croatan ha sido contenida, si es han existido”. “Solo porque nadie ha muerto en los últimos tres meses”, dijo Schuyler. “Si. Ellos están ciegos como siempre. Los Sangre Plateada han regresado. Es justo como Cordelia y yo advertimos, hace muchos años atrás”. “Pero todo lo demas está bien”, dijo Schuyler feliz, sin importarle la amenaza de los Croatan por el momento. “Has regresado, y ellos no pueden hacer nada sobre eso”. Él estudió la chimenea afligido. “No exactamente. Tengo malas noticias”. Schuyler sonrió apagada. “Charles me ha informado que está planeando adoptarte”. “Qué? Por qué?”, Charles Force – adoptarla? Qué le dio el derecho? Qué especie de broma pesada era eso?. “Desafortunadamente así es, él es, sin embargo, tu tío. Cuando Allegra, su hermana, revocó el vínculo y rehusó tomarlo como pareja en este ciclo, él le dio la espalda a la familia Van Alen. De hecho, él hizo todo lo que pudo para destruir esta familia. Para destruir a tu madre. Él nunca podrá perdonarla por casarse con tu padre y darte la vida. Él endureció su corazón contra ella. Él hasta cambió su nombre”. Schuyler pensó en las varias oportunidades en que encontró a Charles Force arrodillado al lado de la cabecera de la cama de su madre. Él había sido un visitante constante de su madre, y ella lo había oído rogándole a Allegra para su perdón. “Por lo tanto, él es tu único pariente vivo, aparte de mí, por supuesto. Pero no hay registro de mi existencia en este ciclo, de acuerdo con los papeles, estoy legalmente muerto. Morí en 1872. Gracias a Dios para los bancos Suizos. Nuestras cuentas estaban en códigos numéricos simples, de otro modo no estaría apto para tocarlos. Charles ha decidido que no estoy apto para criarte. Él quiere criarte”. Su tío. Cordelia había insinuado tanto, y ahora Schuyler se había rehusado a reconocer el hecho de su torcido árbol familiar. “Pero no pueden…o sea, él no es… ni siquiera lo conozco”. Translated by Dana
~ 87 ~ “No te preocupes, no dejaré que eso suceda. Lo que más querría Allegra es mantenerte lejos de él ”, dijo Lawrence. “Por qué te odia tanto?”, preguntó Schuyler, un brillo de lágrimas en sus brillantes ojos azules. Lawrence finalmente había regresado, y otra vez los Force o hacía que los Force conspiraran para alejarlo de ella. Schuyler pensó en como sería la adopción: tener que vivir con Mimi y Jack, sus primos. A Mimi le encantaría eso, ella estaba segura…Y Jack, que pensaría él?. “ ‘Ellos estarán divididos, padre contra hijo, hijo contra padre’ ”, dijo Lawrence, citando de la Escritura. “Desgraciadamente, siempre he decepcionado a mi hijo”. Anuncio de Nueva York Archivos 30 de Septiembre, 1872 LA DESAPARICIÓN SIGUE SIENTO UN MISTERIO Maggie Stanford no ha dado señales en dos años. Su padre murió d epena, su madre demente. EL MISTERIO RODEA la desaparición de Maggie Stanford, ahora de dieciocho años, quien desapareció hace dos años en la noche del baile anual Patrician, aún no está resuelto. La policía nunca encontró una nota de rescate o alguna indicación de secuestro o juego sucio en relación al caso, y han sugerido que la chica escapó por voluntad propia. La Sra. Dorothea Stanford, de Newport, según se informa se volvió demente por el shock de la desaparición de su hija. El Sr. Stanford murió de pena poco después que Maggie desapareciera. Extrañas alucinaciones continuan afligiendo a la madre, quien afirma que sus vecinos y amistades están ocultando la verdad sobre el paradero de su hija y la esconden de volver a casa. El Anuncio visitó a la Sra. Stanford en su hogar, y lo que pudo ser un discurso de la Sra. Stanford, ella aún está trabajando bajo la impresión de que alguien tiene custodiada a la chica y se rehusa a liberarla. El Anuncio ha descubierto que Maggie Stanford vivió en St. Dymphna Aslyum en Newport por un año antes que se perdiera el rastro, recibiendo tratamiento para una condición desconocida. Si alguien tiene alguna información de su desaparición se les pide hacer su contribución.
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CAPÍTULO 24 La revista Chic estaba ubicada en un elegante edificio nuevo de acero y vidrio en el medio del Times Square. Era una de las propiedades de medios de la comunicación de alto perfil pertenecientes a la organización Christie-Best, un conglomerado que también contaba con Flash, Kiss, Splendid, y Mine entre sus otros títulos lujosos de solo una palabra. Su vestíbulo era un sereno espacio de mármol con una fuente Zen y un ejército de guardias de seguridad con chaquetas azules que tripulaban los escritorios de recepción de ónice. Una tarde después de la escuela, Bliss estaba de pie pacientemente en el vestíbulo mientras esperaba al guardia para que llamara al encargado de las modelos de Chic para entrar. Modelos Farnworth la habían enviado para un go-see, una cita para ver si la revista les gustaría contratar a Bliss para su próxima sesión de fotos. Bliss llevaba puesto su tenida estandar go-see: vaqueros ajustados, desteñidos hechos por Civilization, ballerinas Lanvin, una blusa blanca suelta. Su rostro estaba recién lavado y libre de maquillaje, como aconsejaron en la agencia. Bliss había estado más en demanda desde que ella estuvo reimpresa por todas partes del globo terráqueo – coronándola como la nueva joven socialite (y desplazando a Mimi en la lista internacional de las mejores vestidas). Ella se tomó una foto en un anuncio de zapatos, un anuncio Gap, y ya terminó la quinta página editorial difundida en Kiss. Chic era la veta madre, lo más alto del montón de revistas, y mientras Bliss pensaba que modelar era una broma, también quería actuar bastante. “Schuyler Van Alen”, ella escucho a la chica al lado de la estación decirle al guardia. “Schuyler! Estás aquí para el go-see de Chic?”, preguntó Bliss, gratamente sorprendida al encontrar a Schuyler ahí. “Si”. Schuyler sonrió de regreso. Desde la muerte de su abuela, ella había rechazado las oportunidades de modelaje que venían rápido y furioso después de anuncio en el Times Square para Civilization. Pero Linda Farnsworth la convenció de mantener la cita con Chic, y Schuyler aceptó, si solo fuera para mantener fuera las angustiantes noticias de que Charles Force quería adoptarla. Como siempre, Schuyler se veía como pelagato en su sweater hecho jirones, túnica imperial en la cintura, calzas, y zapatillas Jack Purcell, con varias capas de abalorio de plástico cubiertas alrededor de su cuello. Aunque, sería célebre que varios editores de moda que la hayan visto en el vestíbulo habrán notado rápidamente su estilo único, y tres meses después, las páginas de Kiss, Splendid, y Flash muestren una tenida inquietantemente similar a la que Schuyler vestía. “Ustedes pueden subir”, les dijo el guardia, llevándolas hacia el torniquete automático. La oficina de Chic estaba en el décimo piso, y Schuyler y Bliss se sintieron un poco intimidadas por su alrededor completamente ordenado. El área de espera estaba Translated by Dana
~ 89 ~ revestida con fotos ampliadas de las portadas más famosas de la revista Chic un tour virtual de las celebridades más bellas del siglo veinte y veintiuno. Una anciana recepcionista les aconsejó tomar asiento en una de las sillas blancas Barcelona. Las chicas charlaban tranquilamente sobre temas neutrales: cotilleos de la escuela, pruebas, por qué la cafetería comenzó de pronto a servir hot dogs. Ambas con aplicación evadían el tema de la muerte de Dylan – Schuyler, porque ella temía que heriría demasiado a Bliss, y Bliss, porque ella sentía que no había nada más que decir, ya que el chico en el lago había resultado ser Kingsley. “Has estado pasando demasiado el rato con Kingslet”, dijo Schuyler, cuando Bliss mencionó que él la había llevado a una fiesta en el nuevo club de moda, Disaster. “Si”. Bliss levantó su pulgar. Ella estaba sentada delante del borde de la silla, no lo suficientemente cómoda para tomar demasiado espacio. Ella sostenía su portafolio de modelo negro en su regazo. “Él es genial”. Bliss aún no comprendía quién o qué había sido Kingsley en su pasado, aunque ella tenía que admitir que él hacía su presente bastante entretenido. Él pareciera tener en su mente que Bliss fue su novia, y los dos pasaban la mayoría de su tiempo libre juntos. Kinsley siempre parecía tener las últimas invitaciones a las mejores fiestas, y con él a su lado, Bliss no se sintió más tímida, pero más como una mariposa social. Por otro lado, su popularidad cada vez mayor la hacía cada vez más de confianza entre los relucientes habitantes de la vida nocturna de Nueva York. Hasta Mimi había mencionado amargamente de cuan harta estaba de ver el nombre de Bliss en negrita en las columnas de los periódicos. “Como está Oliver?”, preguntó Bliss. “Bien”, dijo Schuyler abruptamente. En realidad, Oliver había estado un poco distante últimamente, luego de ser tan compasivo antes. Quizás era una reacción para que ella se alejara de él, o su propia reserva para cambiar la naturaleza de su relación. La transición de mejor amigo a humano Conducto no era fácil de maniobrar. Ellas dejaron de hablar cuando una morena esbelta caminó hacia las puertas de vidrio. Ella llevaba una blusa suelta de campesino con un cinturón en las caderas, delgados pantalones cortos de mezclilla, y suelas de cuña. El efecto era estrafalario y poco convencional, como si hubiera sacado su tenida en el último minuto, cuando en realidad pudo haber tomado probablemente horas estudiar las fotos de pasarelas y calcular cuidadosamente cada elemento relacionado con la tenida como la medida de las opciones tan meticulosamente como un artista mezclando pinturas. “Bliss? Schuyler?”, llamó. “Chantal?”, preguntó Schuyler. “No, soy Keaton, la asistente de Chantal”. “Como en Diane o Buster”, bromeó Schuyler. Keaton la ignoró. “Chantal está atrasada en una reunión de accesorios, pero me dijo que las dejara entrar”, dijo ella condescendientemente. Translated by Dana
~ 90 ~ Keaton las llevó por el pasillo con alfombra blanca, donde chicas vestidas con similar estilo de moda excéntrica se deslizaban entre el laberinto de cubículos en tacos de cuatro pulgadas. Percheros giratorios de ropa estaban aparcados en la pared, con tarjetas y anotaciones sobre los ganchos de ropa que decían “PORTADA DEL LIBRO”, “RECHAZADO”, “VA”, “BRANNON MTG”, “DEVOLVER” e “INDEXAR”. La oficina de Chantal era un desorden de portafolios de modelos, y una pared sólida estaba llena de cientos de fotos instantáneas de modelos. Habían páginas azules de la próxima portada del mes, una maqueta del tamaño natural del tema de Febrero, y un pequeño Terrier del porte de una taza de té ladrando en la esquina. “Esperen aquí”, ordenó Keaton. “No se muevan”. Schuyler y Bliss hicieron lo que les dijeron, aunque Bliss quería un vaso de agua y Schuyler moría por ir al baño. Pero la atmósfera en Chic era tan intimidante, y Keaton tan sin sentido del humor, que ninguna de ellas se quiso arriesgar. Una hora después, finalmente llegó Chantal. Bliss esperaba a otra mujer alta y hermosa salida de una pasarela, pero Chantal era baja, pequeña, se veía como una mujer apretada con un corte de cabello de duendecillo y anteojos de ojos de gato. Ella llevaba una sudadera holgada APC y pantalones anchos, tan buenas como cómodas (pero una edición limitada y por lo tanto, extenuantemente costoso) zapatillas japonesas. “Hola chicas”, dijo ella dinámicamente, luego inmediatamente gritó, “Keaton! Mi cámara! No te dije que la trajeras?”. Ella se sentó en su escritorio y hojeó cada uno de los portafolios rápidamente. “Si, ya vi eso. Lindo. Ooh. No está mal. Como eso, no demasiado de eso”, murmuraba. Ella criticó ambos libros lentamente y les indicó posar contra una de las paredes blancas en su oficina mientras tomaba varias fotos a cada chica con su cámara. Bliss fue primero. Todo era negocio como siempre hasta que de pronto Bliss se desmayó a medida que el destello explotaba en su rostro. “Oh Dios mío. Ella no es anoréxica, cierto? O sea, está bien si lo es, Dios sabe que todas las chicas lo son. Pero no puedo dejarla hacer eso en la sesión de fotos”, dijo Chantal, más molesta que preocupada, mientras Bliss se enroscaba en el suelo. “No, no es eso”, dijo Schuyler, preocupada. Ella se arrodilló y puso una mano sobre la frente de Bliss. “Está un poco caluroso aquí”. Bliss estaba haciendo gemidos extraños. “No…Vete..No”. “Estará más caluroso en la locación”, dijo Chantal maléficamente. “Dios me ayude si vomita sobre mi alfombra”. Schuyler la fulminó con la mirada, molesta que la editora de la revista pareciera importarle más su oficina que la salud de Bliss. Bliss? Bliss? Estás bien?”, preguntó, ayudando a levantar a su amiga. Bliss pestañeaba. “Schuyler?”, dijo ella con una voz gutural. “Si”. “Necesito salir de aquí”, imploró Bliss. Translated by Dana
~ 91 ~ “Keaton te acompañará afuera. Le haré saber a Linda”, dijo Chantal mientras levantaba el teléfono. Era obvio que la editora de la revista haya continuado con las otras preocupaciones una vez que la amenaza de proyectil de regurgitación se había calmado. Schuyler ayudó a Bliss a salir de la oficina. “Calma. Tranquila”. Ella presionaba el botón del elevador y miró a la chica Christie-Best, que les había dado una mirada curiosa. “Me desmayé”, dijo Bliss. “Otra vez”. “Otra vez?”. “Sucede todo el tiempo”, Bliss le contó a Schuyler sobre las pesadillas que había tenido y las experiencias de mareos y despertar y encontrarse en lugares donde no recordaba haber estado. “Solo despertaré y estaré en otro lugar, sin idea de donde estoy. Supongo que todo es parte de la transformación”, dijo Bliss. “Si, también me ha sucedido. No tan dramático como me lo has descrito, pero hace un par de semanas me desmayé. Mas como una hibernación, dijo la Dra. Pat”, Schuyler le explicó su condición mientras llevaba a Bliss adentro del elevador. “Las mías son bastante cortas, y es parte de los recuerdos repetitivos, excepto que no parezco recordar nada”, explicó Bliss, viéndose aliviada de que ella no fuera la única a la que le sucedían estos episodios. “Supongo que solo necesitamos lidiar con esto”. “Kingsley dijo que hay unos trucos para arreglárselas. Él va a enseñarme a hacerlo”. El elevador llegó al vestíbulo, y mientras las puertas se abrían, Jack Force entró. Él llevaba puesto un pegamento negro Christie-Best “visitante” en la solapa con el piso décimo escrito. “Oh, hola”, dijo él, viéndose un tanto avergonzado. “No nos digas…”, dijo Bliss, sonriendo. “Jack Force, súper modelo! Nos puedes mostrar tu azul de acero?”, bromeó, citando a Zoolander. “Shhh”, dijo Jack, sonriendo tímidamente. “No es idea mía. Pero necesitan chicos para alguna sesión fotográfica. Chantal es amiga de mi mamá, y bueno, aquí estoy”. “Acabamos de ver a Chantal”, dijo Bliss, manteniendo la conversación a flote ya que Schuyler era demasiado tímida para hablarle directamente. “Entonces supongo que las veré en la sesión”, Jack sonrió. “Sí, seguro”, dijo Bliss. “No lo creo. Me desmayé cuando iban a tomarme una foto, y Schuyler ni siquiera se tomó la foto. No creo que tengamos alguna oportunidad de ser elegidas”. Era difícil determinar quien se veía más decepcionado si Jack o Schuyler – mientras las puertas del elevador se cerraban.
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CAPÍTULO 25 “En el primer piso, pasado el Templo de Dendur, entre el sarcófago en la sección de antigüedades Egipcias, hay un brazalete de serpiente de lapis lázuli y oro que perteneció a Hatshepsut. Me gustaría que me lo trajeras de vuelta”, dijo Lawrence, sosteniendo un cronómetro. Schuyler y su abuelo estaban en su estudio, una de las cuantas habitaciones que se abrieron tras el regreso de Lawrence. Ahora, su abuelo había comisionado a contratistas y arquitectos para restaurar la mansión para su antigua gloria, y el sonido de la construcción en la fachada – perforando, retumbando, martillando, era un disturbio diario. Pero adentro del estudio de Lawrence era tan callado y tranquilo como una tumba. Era el tercer día de su entrenamiento. Hace una semana, Lawrence había estado consternado al descubrir que el Comité había hecho casi nada para enseñarle al nuevo grupo de vampiros como controlar y usar sus poderes. Schuyler le contó que lo que hacía la mayoría de ellos era leer un montón de libros y meditar. “Nadie ha realizado la prueba Velox?”, había preguntado, levantando una ceja en consternación. Schuyler negó con la cabeza. “Qué es eso?”. “O aprendieron los cuatro factores del encantamiento?”. “No”, Schuyler negó con la cabeza”. “Entonces ninguno de ustedes tiene idea de cómo contrarrestar el ataque de un Sangre Plateada”, dijo Lawrence de forma irritable. “Ehm. No”. Lawrence estaba muy trastornado, y con el reloj haciendo tic tac – la petición adopción de Charles Force estaba serpenteando su camino en el tribunal de familia burocrático – quien sabía cuanto tiempo más estarían juntos? – las lecciones vampíricas formalmente habían comenzado. “Si quieres saber como derrotar a un Sangre Plateada, y descubrir quien o que es responsable por su regreso, primero tendrás que aprender como usar tus conocimientos de Sangre Azul y habilidades”. Su abuelo había decidido comenzar con el Velox, o prueba de velocidad. “Ser rápido no es suficiente”, sermoneó Lawrence. “Debes ser tan rápida que seas indetectable. Tan rápida que no hagas sonar las alarmas. Tan rápida que nadie pueda verte. La mayoría de los Sangre Roja cree que esto es ‘invisibilidad’. Pero esto no es un rasgo real. De hecho, no hay tal cosa como invisibilidad. Es solo que somos tan veloces, que somos indetectables al ojo humano. Una vez que poseas la maestría de las artes del Velox, serás capaz de ir a cualquier parte que quieras en un parpadeo. Los Sangre Plateada son veloces – ese es uno de sus grandes poderes. Entonces tú debes ser más veloz que ellos, si vas a sobrevivir”.
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~ 93 ~ Él le dio instrucciones de cómo encontrar el brazalete en el Museo Metropolitano de Arte. El brazalete de serpiente. De oro y lapis lázuli. Primer piso. Antigüedades Egipcias. Entre el sarcófago. “Ve”, dijo Lawrence, sosteniendo el cronómetro. Schuyler desapareció. Antes de siquiera marcar el siguiente segundo, Schuyler había reaparecido. “Mejor”, dijo él. Días antes, le había tomado dos minutos completar la tarea. Schuyler le entregó el brazalete. Ella había tomado la cerradura en caso acelerado de que la alarma no haya tenido tiempo de registrar un alboroto. Lawrence dio una pequeña sonrisa para reproducir con sus labios. “Ahora devuélvelo”. El día siguiente, Schuyler estaba exhausta por el esfuerzo de la lección de ayer que era requerido, ella manejaba esconderlo. Hubo un pequeño momento de debilidad; ella quería forjar hacia adelante sin la preocupación de Lawrence sobre que estaba a cuesta de ella. Ella estaba impaciente de aprender los principios del animadverto, o “visión inteligente”. “El rasgo vampírico del animadverto es otra característica encontradas en mitos y malentendidos”, citó Lawrence. “Los humanos creen que tenemos la capacidad del conocimiento infinito, cuando en efecto todo lo que tenemos es una perfecta memoria fotográfica. Si practicas esta habilidad, serás como yo, capaz de citar textualmente de cualquier libro que hayas leído en toda tu vida.” “La biblioteca de Alejandría estuvo perdida de la especie humana por siglos, pero gracias al cielo, fui un lector voraz hasta entonces”, dijo Lawrence, apuntando a su cabeza. “Todo está aquí”. “Por qué necesitamos saber todo esto? De qué manera es útil para derrotar a los Sangre Plateada?”, preguntó Schuyler. “Los Sangre Plateada no ponen valor en aprender, y aquellos que no aprenden historia están condenados a repetirla. Es imprescindible que encontremos señales, pistas, a sus operaciones sumergiéndonos en la historia del mundo. Tal vez entonces uno de nosotros exitosamente descubrirá el misterio de su continua existencia”. Él hizo un ademán a la Enciclopedia Británica de treinta tomos. “Toma una foto mental de cada página. Catalógala en tu memoria. Con tu velocidad, esto debería tomarte menos de quince minutos. Pero te daré una hora”. Lawrence dejó el estudio y cerró la puerta. A la hora designada, Lawrence regresó para encontrar a Schuyler despatarrada sobre el sofá, echándose una siesta. “Terminaste?”. “Hace cincuenta y cinco minutos”. Schuyler sonrió. “Bien. Dame tu definición del rito de reanimación Egipcio”. Schuyler cerró sus ojos y habló en una lenta, y moderada voz, casi como si estuviera leyendo de la página. “El rito de preparar el difunto para la vida eterna, bailando a estatuas de la muerte, la momia misma, o estatuas de un dios ubicado en un templo. Translated by Dana
~ 94 ~ Un importante elemento de la ceremonia era el ritual de la apertura de la boca entonces la momia podía respirar y comer. El rito, que simbolizaba la muerte y el concepto de regeneración del mito de Osiris, en el cual desmembraban…”. “Excelente”, elogió Lawrence. “Lo estás haciendo bastante bien para tu edad. Bastante bien. Es impresionante. Había pensado que con tu mezcla de sangre, la fuerza vampírica estaría adulterada, pero en vez de eso es hasta más tenaz”. “Abuelo?”, preguntó Schuyler insegura mientras lo ayudaba a poner los volúmenes de la enciclopedia en las estanterías apropiadas. “Si?”. “Si los vampiros pueden hacer esto. Por qué necesitamos ir a la escuela? O sea, es realmente necesario?”. “Por supuesto”, contestó Lawrence. “Lo que estamos haciendo aquí es simplemente memorización. La escuela les enseña diferentes habilidades establecidas completamente: socialización, debate, aprender a convivir con humanos. Uno no se debe distanciar de lo establecido. Los Sangre Azul deben entender que su lugar en el mundo antes de que podamos intentar cambiarlo. Puedes ser capaz de traer a la memoria toda la enciclopedia, pero un cerebro sin corazón y sin razonamiento… bueno, nada es más sin sentido”. Schuyler comenzó a esperar las pruebas cada tarde. Lawrence le planteaba los más difíciles al final de la semana. “Haz oído del encantamiento”, dijo Lawrence. “La habilidad de controlar mentes humanas”. “Si”, dijo Schuyler. “Una de las artes más peligrosas, dijo Priscilla DuPont. Mejor que no lo intentemos hasta que tengamos la edad”. “Ridículo. Necesitas aprenderlo ahora, para protegerte de sus efectos seductores. Porque el encantamiento también funciona en los Sangre Azul. Es una técnica perniciosa de los Sangre Plateada”. Schuyler se estremeció. “Entonces debes aprender como controlarlo, y defenderte contra eso. Lo intentaremos primero, antes de prepararte para la segunda”. Decidió Lawrence. “Hay cuatro factores para el encantamiento. El primero es simplemente telepatía. La habilidad de leer mentes. Para leer los pensamientos de otro, uno debe concentrarse en su energía – y esforzarse por comprender su fuente. Una mente es como un puzle; debes abrirla para leer sus secretos escondidos”. “Anderson, ven por favor”. El caballero canoso entró a la habitación. “Sí?”. “Andreson ha sido entrenado para resistir el encantamiento. Él debe hacerlo, si va a ser un buen Conducto. Uno no puede tener un asistente de vampiro corrupto”. Durante las siguientes tres horas, Schuyler se sentó al final de la mesa, Anderson se sentó en el otro extremo. Lawrence levantaría una tarjeta ilustrativa a Anderson, y Schuyler tenía que adivinar que había en la tarjeta. Translated by Dana
~ 95 ~ Qué pensaba él? Ella se concentró en su señal, pero todo lo que tuvo estaba estático, una densa neblina gris. “Reina de corazones?”, preguntó Schuyler. Lawrence le mostró un as de espadas. “Diez de tréboles?”. Tres de diamantes. Y así fue. La neblina gris no se disipaba. Schuyler se sintió abatida. Después de su éxito en el Velox y en el aminadverto, ella estaba segura que la maestría del encantamiento sería sencilla. Anderson se retiró, y Schuyler fue dejada con su abuelo. “Es difícil”. Consolaba Lawrence, barajando las cartas y amontonándolas en su caja. Schuyler asintió. “Pero parece ser tan simple”, dijo ella, mencionando como pudo leer los pensamientos de Oliver sin problemas. “Él está sin protección. Recuérdame, que debemos entrenarlo también si es que él va a ser un Conducto efectivo”. Schuyler asintió. El esfuerzo para especializarse en el encantamiento tomó bastante de su energía, y de pronto se sintió mareada y cansada. “Estás bien?”, preguntó Lawrence preocupado. Ella movió su mano. Schuyler nunca lo admitiría a su abuelo, pero a veces después de completar las pruebas, ella estaba tan débil que apenas podía sostenerse.
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~ 96 ~
CAPÍTULO 26 Su encuentro en el Depósito había sido por pura casualidad. Schuyler estaba ahí para leer la mayor cantidad de libros posibles según la instrucción de Lawrence y había sido gratamente sorprendida al encontrar a Jack estudiando en uno de los escritorios. “Oh, hola”. Él sonrió, llevando su mano a su cabello y haciéndole señas para que se sentara con él. “Qué estás leyendo? El Juicio?”, preguntó él, mostrándole su copia. Ella asintió. Ellos habían sido asignados al tomo de Kafka en su clase de inglés avanzado. Era uno de los varios libros que ella tenía en su montón. “Una historia de amor ridícula, no crees?”, preguntó, hojeando las amarillas páginas de su libro, el cual Schuyler había notado que estaba bastante gastado y con las páginas dobladas. “Historia de amor?”, ella hizo una mueca. “No es el libro sobre la tiranía de la justicia? La absurda naturaleza de la burocracia? Nunca sabremos para qué está el juicio, después de todo”. “Estoy en desacuerdo. Ya que Kafka nunca quiso que el libro fuera publicado, quién dirá de qué trata en realidad?”, preguntó Jack en un ligero tono burlón. “Leo esto porque es sobre su fallido noviazgo y compromiso con Felice Bauer. Lo que quiere decir que no se trata para nada de la ley, sino de un hombre frustrado en el amor… ”. “Oh, Jack…”, Schuyler suspiró. Ella no estaba segura si él le estaba tomando el pelo o no, pero ella estaba disfrutando sus bromas. No había sido claro hasta entonces que ellos estarían dispuestos a arreglar su amistad, o lo que sea que fuera que había comenzado entre ellos y luego terminado tan abruptamente el último semestre. Pero parecía como si Jack no estaría muy convencido de intentarlo de nuevo. No es que eso signifique algo. Él aún era el hermano de Mimi Force. “Quizás mi libro tiene algo que el tuyo no lo tiene”, dijo Jack, tirando su copia. “Aquí, déjame ver el tuyo”, dijo él. “El tuyo tiene mejor portada de todos modos”. Schuyler levantó su libro, respirando su enmohecida esencia. Ella encontró la página que había dejado y comenzó a leer. Aburrido el antiguo lugar, pensó Mimi, mientras seguía a Kingsley por las escaleras hacia el Depósito de Historia, la oficina central del Comité y la biblioteca principal del aquelarre estaban ubicadas bajo el bloque 122, el club nocturno súper exclusivo para los Sangre Azul y sus invitados. Kingsley se había vuelto un amigo, alguien que compartía el sentido de maldad de Mimi. El incidente con el chico sobre el balcón había sido el comienzo de su alianza. Kingsley representaba todo lo que Mimi admiraba en un vampiro – el deseo de usar su poder. En privado, ella estaba de acuerdo con Kingsley: el Comité era demasiado cauteloso, y ella rozaba contra sus reglas severas. Por qué no usar su fuerza para dominar a los humanos? Qué bueno tenía leer la mente de alguien si no puedes usarla como material o beneficio emocional? Por qué no alimentarse con más de un conocido Translated by Dana
~ 97 ~ al mismo tiempo? Por qué no alardear de su estatus superior en vez de intentar mezclarse en el mundo mortal?. Él le había pedido que lo acompañara al Depósito para poder mostrarle algo genial, y él había desaparecido entre los estantes para encontrarlo. Ella miró alrededor de la cavernosa habitación antigua. Varios humanos patéticos, antiguos Conductos no más atados a las familias de vampiros, donde trabajaban con diligencia en sus cubículos. Mimi tomó asiento en una de las largas mesas de lectura en el medio de la sala, golpeando sus dedos impacientemente. El suave sonido de conversación se sintió en sus oídos desde detrás de una fila de libros. “No hay nada sobre amor aquí, Jack”, una chica dijo. “Quizás tú eres el que está siendo absurdo”. “Estás segura? Deberías mirar atentamente, quizás no estás leyendo lo suficientemente cerca”, respondió. Mimi hizo rechinar sus dientes. Esa era el ratón de Van Alen otra vez, conversando con su hermano. Ella se puso de pie y aclaró su garganta, mirando detenidamente por los estantes bajos hacia ellos. Jack y Schuyler inmediatamente se alejaron. “Te, ehm, veo después”, dijo Schuyler, tomando sus libros y caminando hacia otro escritorio, sin darse cuenta que todavía tenía la copia de Jack. “Oh, hola”, dijo Jack, volteándose en su asiento para sonreírle a su hermana. “Ni siquiera sabía que te sabías el camino a este lugar”. “No me subestimes, Benjamin Force. Para tu información, soy una gran lectora”, lloriqueó Mimi. Jack sonrió. Mentirosa, envió. Tú eres el mentiroso, ella envió de vuelta. Él hizo un gesto conciliador. Perdóname. Siempre. El rostro de Mimi se suavizó. Me voy. Te veo en casa. Adiós. Mimi lo observó marcharse, pero incluso con sus dulces pensamientos grabados en su mente, no podía dejar de sentirse aproblemada. Por qué Schuyler seguía siendo un factor? Había algo sobre esa chica que estaba alejando a su hermano del equilibrio, ella podía sentirlo. Ella podía sentir su deseo de comprometerse para su vínculo, pero era casi como si él estuviera convencido de enamorarse de ella contra su voluntad. Por qué? Nunca antes había sido así. En cada ciclo, los dos habían reafirmado su vínculo sin ninguna complicación. Por un momento, la suprema confianza en si misma abandonó el rostro de Mimi, y ella se veía como una perdida y asustada niña. Qué pasa si él me deja? Qué pasa si él no Translated by Dana
~ 98 ~ quiere renovar nuestro vínculo cuando llegue el momento? Qué sucederá con nosotros?. Mimi se estremeció en cuando pensó en Allegra Van Alen, tendida en su cama de hospital, prácticamente muerta para el mundo. Ella no podía dejar que eso le sucediera, a cualquiera de ellos. “Pareces como si hubieras visto un fantasma”, dijo Kingsley, llevando un grueso libro en frente de Mimi. Mimi enseñó su sonrisa más desarmada. “Ojalá”. Ella miró abajo al tomo cubierto de cuero. “Qué es eso?”. “Es algo que no deberíamos estar mirando. Es un libro antiguo de referencia de hechizos prohibidos. Has oído sobre el asunto de los Croatan, cierto – los Sangre Plateada?”, preguntó Kingsley. “Si”, dijo Mimi con cautela. “Pero se supone que ellos no existen”. “Cierto”, sonrió Kingsley. “Solo porque ellos no son más obedientes”. “A qué te refieres?”. “Los Sangre Plateada era usados para ser los esclavos de los Sangre Azul. Cuando fuimos condenados a pasar nuestras vidas inmortales en la tierra, aquellos que aún seguían a Lucifer estaban bajo Michael y Gabrielle, por un tiempo. Nosotros los controlábamos, pero ellos se levantaron contra nosotros y dejaron de hacer nuestros sirvientes. Ellos nos cazaron, nosotros los cazamos, la guerra continuó por siglos. Ahora supuestamente se marcharon. Pero siempre hay una forma de traerlos de vuelta”. “A qué te refieres?”, Mimi preguntó, pensando que Kingsley estaba siendo realmente demasiado arrogante en este tipo de asunto. Los Sangre Plateada no eran una especie de broma, después de todo. La mayoría de los Sangre Azul ni siquiera podía hablar sobre eso. “Llamar a uno desde la oscuridad. Ya sabes. Hacer que hagan lo que quiera que desees”, dijo Kingsley. “No sé si me gusta como suena eso”, dijo Mimi, estremeciéndose. “Demasiado serio para mí”. “Vamos, creo que será divertido”, dijo Kingsley. Kingsley usaba “divertido” para describir todas las formas de travesuras que aparentaban eso para él, un oscuro y peligroso hechizo antiguo era igual que manejar un Ferrari a doscientas cincuenta millas por hora: probablemente no era una idea genial, pero una que se tenía que asumir solo para decir que lo habías hecho. “Nah”, Mimi negó con la cabeza. Pero incluso si ella no estuviera interesada en eso, habría algo más que podía encontrar en el libro que pueda resultar útil. Materia acerbus. Materia oscura. Ella dio vuelta la primera página y comenzó a leer.
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~ 99 ~
CAPÍTULO 27 Allegra Van Alen estaba despierta. Ella estaba sentada en la cama, su fino cabello rubio caía en cascada por sobre sus hombros y la bata de hospital. Sus ojos verdes estaban abiertos, grandes y brillantes. En una baja y angustiada voz ella habló. “Ten cuidado, Schuyler. Ten cuidado”. Schuyler despertó de un salto. Ella se encontró en la habitación de su madre del hospital Columbia Presbiterian, pero ella no tenía recuerdos de cómo había llegado ahí. Era pasada la medianoche, y la última cosa que ella recordaba era haberse quedado dormida mientras leía un libro. Ella no tenía recuerdos de haber dejado su dormitorio, tomar el autobús en la calle 168th, y bajarse en el hospital. Ella debió haber caminado dormida, o haberse desmayado justo como Bliss había descrito. Ella miró a su madre. Allegra estaba durmiendo bajo las sábanas, silenciosa y tranquila como siempre. Solo era un sueño? Pero parecía tan real. Su madre estaba despierta, le había hablado. Le había dicho que tuviera cuidado. Cuidado de qué?. “Madre”, dijo Schuyler, golpeando la mejilla fría de Allegra. El dolor de perderla nunca se fue por completo. Schuyler besó la frente de su madre y salió de la habitación, apagando las luces. En la cena la siguiente tarde. Lawrence había invitado a Schuyler a cenar con él en su antiguo club. El Adventurers Club era una organización de elite fundada por los Sangre Azul en la temprana parte del siglo dieciocho como un lugar de reunión de la misma opinión de trotamundos que estaban deseosos para documentar y compartir sus investigaciones y teorías del fenómeno natural y geográfico. Estaba ubicado en una casa unifamiliar bien nombrada en la Fifth Avenue, del otro lado del Knickerbocker Club y a minutos del Museo Metropolitano – dos asociaciones de Sangre Azul que tenían que efectuar una política más global en los recientes años y dar cabida a los Sangre Roja a su lugar. Pero el Adventurers Club seguía siendo una fortaleza de vampiros, si tan solo porque los humanos no parecían estar tan interesados en el asunto medioambiental como los demás, y no hay caché para tener divirtiéndose con el pesado y antiguo círculo de Adventurers. El comedor estaba lleno de miembros de familias antiguas: los Carondolet estaban ahí, también los Lorillard y los Seligman, quienes, les gustaba los Van Alen, tenían más historias ilustres que la fortuna del presente. Lawrence fue bienvenido por el Jefe y caminó por el salón, estrechando manos y charlando antes que él y Schuyler finalmente fueran capaces de sentarse. El menú en el Adventurers no había cambiado desde el siglo diecinueve. Lenguado rebozado. Filete Diane. Conejo Asado. Translated by Dana
~ 100 ~ Schuyler ordenó el lenguado, Lawrence optó por el filete. Su comida llegó bajo tapas de plata. “Voilà”, dijo el camarero, destapando ambas al mismo tiempo. “Bon appétit”. Mientras ella cortaba su pescado, Schuyler le contó a Lawrence lo que le había sucedido la noche anterior. “Tuve un desmayo… desperté y estaba en el hospital, en la habitación de mamá”, confesó. “Desmayos? A qué te refieres?”, preguntó Lawrence, masticando su filete. “Ya sabes, cuando te sales del tiempo y luego despiertas y no sabes como llegaste ahí”. Lawrence bajó su tenedor. “Sé de los recuerdos retrospectivos. Pero los vampiros siempre están en control cuando reviven sus recuerdos”. “En serio?”, preguntó Schuyler. Lawrence asintió. “Lo que estás describiendo es altamente inusual”. “Inusual?”, Schuyler se quedó en silencio. Pero a Bliss le sucedía todo el tiempo, entonces eso no podía ser poco común. Ella le transmitió a su abuelo lo que Bliss le había contado. Lawrence digirió la información. “Quizás este grupo de vampiros tiene algo nuevo en su genética que lo causa. No creo que sea algo de qué preocuparse, pero hazme saber si vuelve a suceder otra vez”. Luego él suspiró y bajó tenedor. “Ahora, debo decirte algo”. Schuyler se armó de valor para las noticias que le tenía terror desde el día en que regresó su abuelo. “El juez aceptó escuchar la petición de Charles para adoptarte. La audiencia es en un mes”. HISTORIA CLÍNICA St. Dymphna Manicomio. Nombre: Margaret Stanford Edad: 16 Ingreso: 5 de Abril, 1869 CAUSAS: Muestra probables causas de demencia en el paciente ingresado.
MORAL: Religioso entusiasmo a los enredos amorosos.
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~ 101 ~ FÍSICO: Masturbación Accidental o traumática Epilepsia Suicida. Paciente encontrada con sus muñecas cortadas una semana antes de la entrada de un miembro de la familia. Desvaríos ilusorios. HISTORIA FAMILIAR:
No hay signos de demencia o histeria en alguno de los miembros de la familia. Solo un hijo de ambos padres sigue vivo.
HISTORIA PREVIA: Ataques de epilepsia. Paciente se queda de dolores de cabeza, pesadillas. Desmayos. Paciente no tiene recuerdos de acciones. Enredo amoroso con un joven inapropiado citado en histeria. Sin embargo, paciente no estuvo embarazada en la admisión.
CONDICIÓN ACTUAL: Extracto de la entrevista de admisión del paciente: “Parece ser tan real. No puedo escapar. Despierto y puedo sentirlo en mis huesos. Está en camino, lo dice en mis sueños. Sabe mi nombre. Dice que es parte de mí. Eso es todo lo que puedo recordar. Ayúdeme doctor, por favor. Necesito escapar. Necesito escapar de eso”.
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~ 102 ~
CAPÍTULO 28 La inspiración de la sesión de fotos era “Talitha Getty en Marrakesh”. Montones de gasa, lino djeballa, caftan con piedras preciosas, y el ocasional turbante oh, y la más pequeña línea de bikini posible. Pero de algún modo la asistente de modas a cargo de viajar había mal entendido y les reservó en Montserrat en lugar de, entonces las islas Caribeñas sustituirán el enclave de África del Norte. No es que a alguien le pareciera importar – todos amaban la playa. Bliss había recibido la llamada de Farnsworth Models el jueves, ella estaba en un avión el viernes, y había llegado a la playa en la puesta de sol. Schuyler había sido escogida también, después que Chic eligiera a dos hermosas rusas – habían descubierto que sus visas habían expirado y no serían capaces de volver a su país. El director de moda de Chic, Patrice Wilcox, era una severa, y sensata mujer vestida de negro de pies a cabeza, incluso en el calor tropical. Ella dio la bienvenida a las modelos y el grupo sonrió tan delgado como su figura. “Esto no es vacación, gente. Esto es trabajo. Espero que todas estén en el set a las ocho de la mañana el día de mañana”. Como sea, hasta con Patrice con sus graves advertencias, no había rechazo – la sesión de fotos eran vacaciones. Mientras ella estaba dando su sermón de puntualidad, Jonas Jones, el famoso e incorregible fotógrafo Sangre Azul, guiñando por su espalda. “Margaritas en el bar en cinco minutos”, moduló. Para la medianoche todo el grupo, excepto el director de modas, incluyendo dos asistentes de Jonas – chicos lindos de Rode Islan School de Diseño – un grupo de modelos ninguno de ellas sobre los dieciocho y Schuyler y Bliss estaban en el bar al frente de la playa, bebiendo tragos. Bliss y Schuyler impresionaban a los Sangre Roja entre el grupo con su habilidad para beber todo bajo la mesa. Genes de vampiro, naturalmente. Schuyler miró la oscura playa, la luna llena brillando sobre el largo de la costa, y el suave estruendo del oleaje. Era grandioso. Ella había llegado temprano, medio esperando ser recibida por Jack Force. Pero él no estaba entre los modelos masculinos, y ella se sintió un poco decepcionada por su ausencia. Pero mientras ella deseaba que él estuviera ahí, sintió un suave golpe en su codo, y ahí estaba Jack sentado en el banco del lado. “Qué estás bebiendo?”, preguntó. “Nada muy absurdo, espero”, dijo él, como si hubiese sido solo ayer cuando ellos hablaron en el Depósito. “Es un brebaje bastante malo. Una especie de coco, ron y jugo de piña, pero no es piña colada. Pruebas?”, ofreció, entregándole su vaso. Jack tomó un sorbo e hizo una mueca. “Es horrible”. “Te lo dije”. “Tomaré uno”, le dijo al barman. Translated by Dana
~ 103 ~ “Qué valiente”, dijo ella, haciendo salud con su vaso. Jack revolviendo su trago. “Como está Lawrence?”. “Él está bien”. Schuyler se preguntaba su Jack sabía sobre la adopción que quería hacer su padre con ella. Ella no quería plantear tan incómodo asunto. “Aún crees que han regresado?”, preguntó Jack, refiriéndose a los Sangre Plateada. “Tengo qué”, dijo Schuyler. “Es la única explicación para Dylan – para lo que le sucedió a Cordelia”. Jack miró abajo a su vaso y lo agitó entonces los cubos de hielo hicieron ruido. “El Comité no lo cree. La crisis en Roma fue amainada, Lucifer fue destruido por Michael. No hay forma de que pudieran regresar”. “Lo sé”. Ella miró su concho del trago. “Pero creo que el Comité se equivoca”. Jack se veía como si estuviera a punto de responder, pero una voz ronca llamó desde el otro lado del bar, donde un escandaloso juego de tragos estaba en marcha. “Schuyler! Jack! Necesitamos dos remos más para el Señor Vikingo, vengan!”. El día siguiente, todo el equipo caminaba a una reserva escondida de la naturaleza en un desolado lugar de la isla. El grupo estableció una carpa para proteger a las modelos del calor. Bliss salió del vestidor usando un bikini a rayas con caoríes sobre sus tirantes, un caftán de seda transparente, y sandalias con la correa de piedras preciosas. “Donde están los papagayos?”, preguntó Jonas detrás de la cámara. La sesión hacía que Bliss sostuviera a dos largas, y brillantemente emplumadas guacamayas rojas en cada brazo, en homenaje a las que Talitha poseía. El entrenador de animales los liberó, pero ninguna cooperaba con las órdenes. Una se posó sobre la cabeza de Bliss mientras la otra volaba a su alrededor, chillando fuerte. El entrenador finalmente fue capaz de liberar a Bliss de las garras de las aves, y Jonas se comprometió en permanecer en la sesión con Bliss bajo un árbol, al lado de las aves. “Gracias a Dios que se acabó”, se quejaba Bliss mientras caminaba cuidadosamente en el alto césped de vuelta a la carpa. Schuyler fue llamada después. Ella llevaba un maillot negro Gucci, una pieza que solo podía ser descrita mientras dos tiras de género bajaban por el frente, culminando en una pequeña v al final. El estilista había dado unos toques al género de su pecho, pero ella aún no podía dejar de sentirse demasiado desnuda. “Voy por un estilo de Laguna Azul aquí”, explicó Jonas. “Quiero calor. Provocación. Sensualidad. Pero inocente”. Schuyler se metió con cuidado a la fría piscina bajo la cascada. “Lista?”, Jack Force preguntaba desde otro lado del estanque. Ella asintió. Ella sabía que iban a ser compañeros en la sesión, pero la vista de Jack bronceado, y su cuerpo atlético, en su traje de baño Vilbrequin a la cadera, la hacían ruborizarse. Especialmente cuando Jonas amonestaba para estar más cerca. “No me escucharon? Es Laguna Azul! Están obsesionados con el otro! Intenten demostrarlo! Jack, pon tu Translated by Dana
~ 104 ~ mano sobre su muslo. Schuyler, arquea tu espalda, muévete para que tu cuerpo quede al lado de él. Ahí. Más así”. “Lo siento”, dijo Jack, mientras se acercaba a Schuyler. “Todo es parte de un arduo día de trabajo, supongo”, dijo Schuyler, intentando no dejarlo saber lo mucho que su presencia le afectaba. La cámara sacó la foto. “Siguiente!”, gritó Jonas. Esa noche, cuando Jonas sacó a todo el grupo a cenar en un restaurante en el exterior, Bliss se encontró sentada al lado de Morgan, el serio asistente de fotos apuesto. Morgan le había prestado bastante atención todo el fin de semana. Él era un estudiante de segundo año en el RISD, diecinueve, y tenía un arsenal de malas bromas que dejaban a Bliss riéndose tontamente. Él se sirvió su trago después de otro, sin darse cuenta que Bliss era inmune a los efectos del alcohol. Bliss se inclinó en su silla de mimbre y puso sus pies sobre su regazo. Después de meses de invierno en Nueva York, ella se sentía libre aquí, con la genial brisa del océano golpeando su cabello, sin padres que la fastidien, y aún mejor – sin pesadillas desde que llegó a la isla. “Quieres dar un paseo?”, sugirió él. Bliss asintió. Una “caminata por la playa” sonaba bastante sospechoso. Pero no era solo una linda forma para decir “quieres follar?”. Ellos caminaron de la mano por la playa, Bliss metiendo sus pies en las olas y sintiendo el agua fría por su piel. Las luces del hotel se volvían más débiles. “Morgan es un nombre de chica”, se burló. “Oh si?”, el preguntó, abrazándola y tirándola al suelo. Bliss pretendió poner resistencia mientras él inmovilizaba sus brazos. “No te vas a alejar de mí”, dijo él. “No?”. El chico comenzó a besarla, y Bliss lo besó en respuesta. Esto era diferente de besar a Dylan, o de besar a Kingsley, ella pensó. Este era un humano. Un Sangre Roja. Ella podía sentir el latido de su corazón en su pecho, oler su esencia de humano. Y de pronto, ella supo lo que estaba a punto de hacer. Él se levantó la camisa y la lanzó a un lado. Bliss lo ayudó a desabotonar su blusa. Todo su cuerpo hormigueaba mientras él deslizaba una mano bajo el top de su bikini y desataba las tiras. Él se movía tan rápido…pero entonces, también ella. Ella rodó por sobre él entonces quedó sentada sobre él, sus rodillas presionaban la arena y cada lado de sus caderas. “Genial”, dijo él, admirando a Bliss montada arriba, en toples en la luz de la luna. “Tu crees?”, dijo ella tímidamente. Luego ella agachó su cabeza, besando hacia arriba desde la oscura línea de su torso, hasta su pecho, luego su cuello, al tibio lugar bajo su mejilla. Ella lo besó lentamente con su lengua. Él suspiraba y agarraba su cabeza con sus manos, presionándola más cerca de él. Translated by Dana
~ 105 ~ Y ahí fue cuando ella lo mordió con sus colmillos y se comenzó a alimentar…
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~ 106 ~
CAPÍTULO 29 El Comité mantenía que todo lo que se necesitaba para aprender sobre sus vidas pasadas era sentarse en una silla, cerrar los ojos, y meditar, dejando que la mente indague por los interminables pasillos de la memoria, examinando un catálogo de miles de vidas. En la oscura privacidad de su habitación, Mimi se acurrucó sobre su diván de princesa, poniendo una máscara de piel sobre sus ojos, y comenzó a concentrarse. Las visiones no podían ser más claras. Cada iteración de su pasado le mostraba la misma historia: ella y Jack juntos, felices, vinculados, enamorados. Ella analizó la historia de su reciente pasado: Plymouth, Newport, pero ningún momento ni ningún lugar le daba una pista. Intentó mientras pudo, no podía encontrar una razón para su retraimiento, para su duda, para su indecisión. O podía?. Con una sacudida ella recordó su rostro en el baile Four Hundred. Que se veía en total y completa adoración. En el momento en que ella había intentado desecharlo como un mero encaprichamiento. Incluso, nada más que mera curiosidad. Eso era ridículo para ella. Ella había permitido cegarse por su orgullo. Ella había estado demasiado tiempo en no querer reconocerlo. La respuesta estuvo en frente de ella todo el tiempo. Schuyler Van Alen. La pequeña mestiza. O más correctamente, una Sangre Azul sin pasado. Un espíritu nuevo. Eso era la anomalía en su universo. Eso era el factor desconocido que estaba alejando a Jack del equilibrio. Como no pudo haberlo visto antes?. Schuyler nunca había existido en su mundo hasta ahora. Solo ahora…en este ciclo. Y solo ahora, en este ciclo, el vínculo de Jack y Mimi estaba en discusión. Él estaba atraído por Schuyler – como él lo estuvo una vez de Gabrielle. Mimi arrancó su máscara de los ojos en un arrebato y la lanzó por la habitación, casi golpeando a su chow, Pookie, quien se quejó en molestia. Gabrielle. Siempre fue Gabrielle. Incluso antes de la Caída, también había sido. Gabrielle, La Virtuosa, La Mensajera, un arcángel de los Blancos, la que traería noticias de salvación. Mimi y Jack eran Angeles del Inframundo, su destino de oscuridad y justicia, de recordarle al hombre su mortalidad. Y aún Jack, Abbadon, siempre estuvo atraído por la Luz. Siempre estuvo atraído al poder de lo Blanco. Y todos decían que ella era la arribista? Pensó Mimi. A través de los siglos, Mimi supo que Jack estaba insatisfecho con su montón, había estado incómodo con su título y posición – el Angel de la Destrucción. Jack nunca se avergonzaría de sus responsabilidades, Mimi entendía bastante bien a su gemelo. Ella Translated by Dana
~ 107 ~ solo deseaba que el aceptara al mundo como fue creado en vez de aspirar para algo mejor. Eso fue lo que los llevó a problemas en primer lugar. Ellos siguieron a Lucifer hacia arriba durante su ascenso, Jack pensaba que si él pudiera brillar como el sol, Gabrielle lo amaría, él ganaría su mano. Pero entonces Gabrielle lo rechazó, e incluso cuando ella había abandonado a Michael en la Tierra ella se convirtió en humano más que Abbadon de la Oscuridad. No había secretos entre los gemelos Force. Mimi había aprendido a vivir con el hecho de que el rostro de Gabrielle había encantado los sueños de Jack por más de un milenio. Pero ahora el poder de atracción se había transferido de madre a hija, y eso ella no lo podía aceptar. Ahora Mimi sabía lo que tenía que hacer. Para salvar su vínculo, para salvarse. Ella tenía que destruir a Schuyler Van Alen.
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CAPÍTULO 30 El golpe en la puerta era insistente, moviendo las delgadas paredes de rattan en cada lado del hotel. El sonido rompió el silencio del amanecer. Eran casi las cinco de la mañana. “Schuyler! Schuyler! Despierta!”. Schuyler saltó de la cama y abrió la puerta de golpe. Vio a Bliss de pie en el pasillo al exterior viéndose en pánico, aún vistiendo la ropa de la noche anterior, su cabello desordenado. Schuyler abrió la cadena de la puerta y la abrió completamente. “Qué?”. “Oh Dios mío, Schuyler, tienes que ayudarme, estoy en graves problemas, oh mierda, es malo, creo que él está muerto”, dijo Bliss, temblando descontroladamente. Schuyler despertó inmediatamente. “Muerto? Quién está muerto?”. “Morga – el asistente – yo… ven rápido”. Mientras Schuyler bajaba a la playa con ella, Bliss le contó la historia. “Lo hice. Hice la Caerimonia Osculor. El Beso Sagrado. No lo sé, solo lo sentí. Quería terminar con eso, sabes? Estaba odiando ser la única de nuestro grado que no lo había hecho. Y fue genial, estuvo bien, él parecía realmente metido en eso – pero entonces, no lo sé, creo que fui demasiado lejos. Oh mierda, Schuyler, si el Comité lo descubre, estoy en graves problemas”. Bliss llevó a Schuyler al lugar donde ella y Morgan lo habían hecho, en un lugar solitario bajo palmeras, detrás de una duna de arena. El chico estaba tendido boca arriba en la arena, la sangre seguía goteando desde dos pequeñas perforaciones en su cuello. “No está respirando”, dijo Bliss nerviosa. “Creo que fui demasiado lejos”. Schuyler se arrodilló y tomó su pulso. “No hay pulso”. “Oh Dios mío, van a matarme! Ningún humano ha sido asesinado en la Caerimonia! Nunca!”. “Shhh… déjame pensar…Jack. Necesitamos ir a buscar a Jack”, decidió Schuyler. “Jack? Por qué?”. “Porque él lo ha hecho antes. Morgan quizás no este muerto. Quizás esto es lo que les sucede a los Sangre Roja después del ritual. Quizás Jack sepa algo que nosotras no”. Jack estaba en la puerta, vestido y completamente despierto antes de que Bliss siquiera terminara de llamar a la puerta. Schuyler maravillaba con su velocidad. Ella apostaba que él era espontáneo para la prueba del Velox. Ella no había pensado en usar su velocidad vampírica de tal manera – ella aún tenía puesto su pijama. Jack escuchó la historia de Bliss y en segundos estaba al lado del chico.
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~ 109 ~ Se arrodilló en la arena y tomó el pulso de Morgan presionando dos dedos contra su cuello. “Ahí está… puedes sentirlo, bastante débil, pero está ahí”. “Oh gracias a Dios”, dijo Bliss, enterrándose en el suelo en alivio. “Entonces él estará bien?”, preguntó Schuyler. “Él estará bien”, dijo Jack. “Puede que no recuerde lo que sucedió, pero cuando despierte, te buscará. Él estará atraído por quien lo marcó como su propiedad”. “Por qué?”. “El Beso Sagrado crea un vínculo. Quiere decir que él es tuyo. Ningún otro vampiro puede tomarlo. Cuando tú lo tomas, tu sangre se mezcla con la de él, y estará envenenada para cualquier otro Sangre Azul”. Bliss y Schuyler absorbieron la nueva información. “Entonces él es como mi novio?”, preguntó Bliss, no segura si realmente quería eso. “Si tu quieres”, accedió Jack. “No es una cosa casual, sabes. Significa algo. Para ambas partes”. Bliss se ruborizó. “Yo…”. “Está bien”, dijo Jack. Él levantó al chico. “Solo llevémoslo a su habitación. Probablemente en la mañana creerá que tiene una resaca”. “Gracias Jack”, dijo Schuyler, cuando ambos Morgan y Bliss estaban seguramente escondidos en sus habitaciones. Ella puso una mano en su antebrazo para mostrar lo mucho que sus acciones esa tarde habían significado para ella. Jack sonrió, sus ojos verdes brillaban en la tenue luz. Schuyler pensó que nunca había visto a alguien tan calmado bajo presión. Él había sido una influencia estabilizadora, un líder natural, calmando la ansiedad de Bliss y tomando un cuidado tan respetuoso para Morgan. Él puso su mano izquierda sobre la de Schuyler. “Cuando quieras. Y dile a Bliss que no se preocupe. Todos cometemos errores”. Su piel se sentía tan tibia y suave a su toque, y Schuyler pensó que podían estar así para siempre, en la entrada de su habitación. Pero Jack soltó su mano primero, y ella de mala gana la sacó también. “Bueno…buenas noches”, masculló Jack, asintiendo a la salida del sol que lentamente salía entre las nubes. Él comenzó a alejarse, sus pasos suaves sobre el suelo de madera. “Buenas noches”, susurró Schuyler. “Dulces sueños?”. “Más te vale”, respondió Jack. Schuyler rió suavemente mientras cerraba la puerta de su habitación. Ella no quería que Jack escuchara sus últimas palabras, pero no había secretos con un vampiro con una audición extra sensible. Más tarde en la mañana, Schuyler y Bliss compartieron un taxi hasta el aeropuerto. Su vuelo estaba planificado para las ocho, y ambas tuvieron solo dos horas de sueño después de todo el jaleo. “Estás bien?”, preguntó Schuyler. “Cielos, necesito un cigarrillo”, dijo Bliss, hurgando en su bolso. Sacó uno y lo encendió, mientras bajaba la ventanilla al mismo tiempo. “Quieres uno?”. Translated by Dana
~ 110 ~ Schuyler negó con la cabeza. “No estoy segura”, admitió Bliss. “Una especie de deseo que había esperado. No lo sé, solo me siento como que lo hice. Sabes? Porque Mimi habla de eso todo el tiempo – y todas esas otras chicas, ellas siempre presumen de sus conocidos humanos. Y me siento tan estúpida, no lo se, virgen o algo”. “Entonces como fue?”, preguntó Schuyler. “Honestamente?”. “Si”. “Fue grandioso. Es como que devoras su alma, Schuyler. Pude probar su…ser. Y luego me sentí genial, sabes. Es algo grande. Un apuro. Ahora sé por qué la gente lo hace”, confesó Bliss. El taxi iba a toda velocidad, y las chicas miraban la vista, las tranquilas aguas caribeñas. Era una vista espectacular, pero ambas estaban felices de regresar a las sucias, y grises calles de Nueva York. “Aún no lo he hecho”, confesó Schuyler, tomando un respiro. “Lo harás”, dijo Bliss, quitando las cenizas por la ventana. “Pero te aconsejo que cuando tomes un conocido humano, asegúrate que él sea de importancia para ti. Siento que arrastré a Morgan, y no quería hacerlo. Ni siquiera conozco al chico”. HISTORIA CLÍNICA DEL PACIENTE Manicomio St. Dymphna Nombre: Margaret Stanford Edad: 16 Ingreso: 5 de Abril, 1869 HISTORIA PREVIA: Recomendada terapia de aislamiento, 30 de Abril de 1869, Paciente indiferente. Terapia de aislamiento no es más recomendada, 23 de Mayo de 1869. Paciente continúa teniendo delirio, ilusiones, pesadillas. Tendencias suicidas más pronunciadas. Paciente violento, peligroso para si misma y para los demás. Recomendada transferencia a un centro de seguridad completo. CONDICIÓN ACTUAL: Una semana antes la paciente iba a ser transferida, la paciente comenzó a responder al tratamiento. La paciente se quedó y fue permitido continuar en nuestro centro por unas semanas, en los cuales no hubo signos de alucinación, histeria, o demencia que fueran detectados. La paciente responde bien a las preguntas y parece estar Translated by Dana
~ 111 ~ completamente recuperada. Recomendado dar de alta a la familia en tres meses si continĂşa el progreso.
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CAPÍTULO 31 Cada día de San Valentín, el consulado estudiantil patrocinaba un evento para recaudar fondos para comprar rosas las cuales serían entregadas en clase. Las rosas venían en cuatro colores: blanco, amarillo, rojo y rosado, y la sutileza de su significado era analizado por la población femenina sin fin. Mimi siempre había entendido esta forma: blanco para amor, amarillo para amistad, rojo por pasión y rosado por un amor secreto. Cada año en el día de San Valentín, Mimi era la destinataria con los más grandes y elaborados ramos de rosas. Una vez uno de sus conocidos humanos compró cinco docenas de rosas rojas para declarar su eterna devoción. Mimi se sentó en su banco en el laboratorio de Química, su primera clase esa mañana, y esperaba por la oleada floral. Los lacayos del consulado estudiantil llegaron con sus arreglos de flores. “Feliz día de San Valentín!”, dijeron a un hostil Sr. Korgan. “Adelante, terminen con esto”, se quejó. Muchas de las chicas recibieron varios arreglos pequeños – la mayoría eran rosas amarillas, lo que quería decir que las chicas habían derrochado su dinero en la otra, en el modo que las chicas hacían sentirme mejor entre ellas en no tener un admirados en el día más festivo de todos. Schuyler, sentada en su mesa usual – ellos habían rotado entonces ella había vuelto con Oliver otra vez – aceptando un bonito arreglo amarillo. Oliver le había enviado uno el año pasado también, y en efecto, la tarjeta adjunta tenía minuciosa letra. “Gracias Ollie”, ella sonrió, inhalando el fresco olor de las flores. “Y aquí hay uno para usted, Sr. Hazard-Perry”, dijo la chica novata de la entrega, confiriéndole un arreglo de rosas rosadas. Oliver se ruborizó. “Rosado?”. “Un amor secreto!”, bromeó Schuyler. Ella había decidido enviarle las flores rosadas ya que ellos siempre intercambiaban rosas amarillas, y se volvía demasiado previsible. Por qué no darle un poco de sabor. “Ja. Seguro. Sé que son tuyas, Sky”, dijo Oliver, arrancando la tarjeta. Él la leyó en voz alta: “Oliver, serían mi enamorado secreto? Cariños, Sky”. Él la metió en el envoltorio y no pudo mirar a Schuyler por un momento. Schuyler quería mirar dentro de su mente. Ella había logrado exitosamente el primer factor del encantamiento-telépata – pero Oliver había tomado lecciones también, y tan pronto el se especializó en el antídoto a la telepatía – occludo, lo que quería decir cerrar tu mente a la influencia externa – Schuyler ya no podía leer más su mente. Bliss, quien estaba sentada con Kingsley, recibió dos arreglos rojos de tamaño similar. “Oh, por lo visto tengo un rival”, dijo Kingsley.
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~ 113 ~ “No es nada. Es solo de algún tipo que ni siquiera conozco bien”, dijo Bliss entre dientes. Seguramente, el segundo arreglo era de Morgan, quien había ordenado las flores de camino a su dormitorio en Rhode Island. “Siempre estás en mi mente. Cariños, M.”, decía su carta. Kingsley le entregó su arreglo personalmente. “Deseo que estas fueran verdes, así combinarían mejor contigo. El color desentona con tu cabello”. “Está bien”, dijo Bliss entre dientes. Ella aún no sabía como se sentía con Kingsley. Estar con él parecía como traicionar la memoria de Dylan. Entregados todos los arreglos de tamaño medio, los mensajeros florales estaban entregando los grandes. Las tres o cuatro docenas de los mega-arreglos, rosas de escarlata más profundo, todas parecían tener el nombre de Mimi Force en sus tarjetas. Pronto, el área alrededor de su escritorio parecía como una sala de funeral. “Parece que eso es todo”, refunfuñó el Sr. Korgan. “Momento nos queda uno”, dijo el mensajero, sacando el que seguramente era el arreglo más costoso de todos: un arreglo de tres pies de doscientas rosas blancas, en el color marfil más pálido de todos. Todas las chicas se derritieron. Casi ningún chico entregaba rosas blancas, jamás. Era una señal demasiado grande de compromiso. Pero este prácticamente presumía un corazón ganado. El mensajero puso el arreglo en frente de Schuyler. Mimi levantó una ceja. Ella siempre ganaba la lotería de las rosas. De qué se trataba todo esto?. “Para mí?”, preguntó Schuyler, atemorizada por el tamaño de la cosa. Ella tomó la tarjeta desde el tallo más largo. “Para Schuyler, a quien no le gustan las historias de amor”, no estaba firmado. Mimi echó un vistazo a sus arreglos rojos; las flores parecían marchitarse un poco con su mirada. Ella no tenía que adivinar quien le había enviado las deslumbrantes flores blancas a la pequeña bestia. Blanco por luz. Blanco por amor. Blanco por siempre. El momento para su plan estaba a tiempo. Cuando ella caminó por el escritorio de Schuyler, ella pretendió tropezarse, y agarró un mechón del oscuro cabello de Schuyler bajo sus dedos mientras se afirmaba de la silla de Schuyler. “Ay!”, gritó Schuyler. “Cuidado”, esnifó Mimi, con el mechón de cabello sujeto a su mano. Ahora no tardaría mucho.
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CAPÍTULO 32 Después de especializarse en el primer principio del encantamiento, Schuyler siguió con el segundo principio: sugestión. El segundo principio era la habilidad de plantar una semilla de una idea en otra mente. “Es como empujamos a los Sangre Roja a esforzarse por la excelencia, el arte y la belleza”, reveló su abuelo. “Usamos la sugestión. Es una herramienta útil. La mayoría de las personas no les gusta pensar que sus ideas no son suyas, entonces nosotros le sugerimos lo contrario. Si no lo hacemos, los humanos nunca habrían tenido el New Deal, Seguridad Social, o incluso el Lincoln Center”. La sugestión es incluso más complicada que la telepatía. Lawrence explicó que uno tenía que hacerlo sutilmente, así el humano no sentiría como si estuviera siendo manipulado. “Mensaje subliminal fue inventado por uno de nuestra especie, por supuesto, pero cuando los Sangre Roja lo descubrieron, ellos inmediatamente prohibieron su uso. Una lástima”. La noche antes, Lawrence le había pedido sugerir algo a Anderson. Después de varias horas Schuyler intentó no solo encontrar la señal del objetivo, sino enviar algo, Anderson de pronto se puso de pie y dijo que necesitaba una taza de té, y si alguien quería una?. Cuando se fue, Lawrence miró a su nieta. “Esa fuiste tú, cierto?”. Schuyler asintió. Había tomado casi toda su fuerza enviarle una solicitud simple. “Bien. Mañana vamos a movernos de la delicadeza de la tarde a asuntos más importantes”. Al día siguiente en la escuela, el esfuerzo la había llevado a realizar una sugerencia tomando su cuota en Schuyler. Mientras caminaba de vuelta por los pasillos después del tercer periodo, de pronto se comenzó a sentir mareada. Se desvaneció y habría caído por las escaleras, si Jack Force no hubiese estado ahí para sostenerla. “Espera”, dijo él. “Estás bien?”. Schuyler abrió sus ojos. Jack estaba mirándola, preocupado. “Solo perdí el equilibrio… me debilité”. Las chicas detrás de las escaleras intercambiaron sonrisas. Debilitarse era un término regular en la escuela, y un revelador signo de anorexia. Por supuesto Schuyler Van Alen estaba sufriendo de un desorden alimenticio. Todos podían decir que la perra era demasiado flaca. “Déjame llevarte a casa”, dijo Jack, poniéndola de pie. “No – Oliver – mi Conducto – él puede… y en serio, no es nada, solo he estado trabajando muy duro en lo del encantamiento”, dijo ella, algo desvariada.
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~ 115 ~ “Creo que Oliver está dando una presentación en la clase de Inglés”, dijo Jack. “Pero puedo llamarlo si quieres”. Schuyler negó con la cabeza. No, no era justo pedirle a Ollie que tuviera una mala calificación solo porque ella se sentía enferma. “Vamos, déjame subirte a un taxi y llevarte a casa sana y salva”. Lawrence estaba escribiendo en su estudio cuando Hattie golpeó la puerta. “Señor, la Señorita Schuyler está de vuelta. Parece que tuvo un episodio en la escuela”. Él bajó las escaleras para encontrarse con Jack Force sosteniendo a Schuyler en sus brazos. Jack le explicó que Schuyler se había quedado dormida en el taxi camino a casa. “Por cierto, soy Jack Force”, dijo él como una presentación. “Si, si. Sé quien eres. Solo déjala en el sofá, es un buen lugar”, indicó Lawrence, llevando a Jack a la sala de estar. Jack dejó con cuidado a Schuyler sobre el diván tapizado en terciopelo, y Lawrence la cubrió con su manta de ganchillo. La piel de Schuyler era tan pálida que era transparente, y sus oscuras pestañas estaban húmedas contra sus mejillas. Ella respiraba en irregulares y tortuosos jadeos. Lawrence puso una fresca mano sobre su frente caliente y le pidió a Hattie que trajera el termómetro. “Está hirviendo en fiebre”, dijo en una voz tensa. “Se desmayó en la escuela”, explicó Jack. “Se veía bien en el taxi, y luego dijo que se sentía cansada, y…bueno…la puedes ver”. Lawrence frunció el ceño. “Ella dijo que ha estado trabajando en lo del encantamiento”. Jack miró con dureza. “Si, estuvimos practicando”, asintió Lawrence. Él se sentó al lado de su nieta y con delicadeza insertó un termómetro entre sus apretados labios. “Eso es contra las reglas del Comité”, dijo él. “No recuerdo que te hayan importado las reglas, Abbadon”, dijo Lawrence. Ninguno de ellos había reconocido su antigua amistad hasta entonces. “Tú, que estuviste con nosotros en Plymouth con el gran costo de tu propia reputación”. “Los tiempos cambian”, dijo Jack entre dientes. “Si lo que estás diciendo es verdad, entonces ella ha estado debilitando por tu culpa”. Lawrence sacó el termómetro de la boca de Schuyler. “Ciento doce”, dijo él con toda naturalidad. Una temperatura que ciertamente anunciaría una inminente muerte o un daño permanente a un mortal. Pero Schuyler era un vampiro, y aún estaba dentro de un rango aceptable para su especie. “quizás, un poco alto”, pronunció Lawrence. “Pero nada que un buen descanso no cure”. Unos minutos después, Schuyler despertó y encontró a Jack y a su abuelo mirándola en cuclillas. Ella se estremeció bajo la manta de lana y la afirmó entre sus hombros. “Cariño, ha sucedido esto antes?”. “A veces”, reconoció Schuyler suavemente. “Después de las lecciones?”. Schuyler asintió. Ella no lo había admitido porque quería continuar con las lecciones. Translated by Dana
~ 116 ~ “Debí haber visto esto. La primera vez que esto sucedió fue – cuando entraste en hibernación unos días después que me perseguiste en Venecia, cierto?”. Schuyler asintió. Ella recordó lo que la Dra. Pat había dicho: A veces es una reacción retrasada. “Debí imaginarme por qué estás tan débil”, dijo Lawrence. “Me castigo por no haberme dado cuenta antes del problema. Es simple. Ejercitando tus poderes vampíricos, tus células sangre-azul están trabajando extra, y ya que tus células sangreroja no están altas para comenzar por la mezcla natural de la composición de tu sangre – tu energía decae. Solo hay una solución para mantener el recuento de glóbulos en un rango normal. Debes tomar un conocido humano”. “Pero ni siquiera tengo dieciocho”, alegó Schuyler, citando la edad para acceder al Beso Sagrado. “Estaba planeando esperar”. “Esto es serio, Schuyler. Ya perdí a tu madre en coma, no quiero perderte también. Mientras tú poseas con certeza poderes especiales que vampiros de tu edad ni siquiera soñarían en tener, en muchas formas, eres mucho más débil que el promedio de los Sangre Azul. No puedes escapar del progreso de transformación, pero puedes controlar alguno de sus efectos más adversos. Debes tomar a un conocido humano antes de los dieciocho. Un chico humano. Para tu propio bien”. Jack aclaró su garganta, y Schuyler estaba sorprendida de verlo ahí. Él había estado tan callado durante el sermón de su abuelo. “Creo que los dejaré tranquilos, Lawrence, Schuyler”. La puerta de la sala se abrió justo cuando Jack estaba a punto de salir. Oliver Hazard-Perry estaba en la entrada, viéndose nervioso al ver a Jack. “Escuché que Schuyler set tuvo que venir a casa. Estaba preocupado, vine tan pronto como pude”. Los tres vampiros lo miraron, todos con el mismo pensamiento en sus mentes. Oliver era un chico humano. Un Sangre Roja. Y Schuyler necesitaba a un conocido humano… “Qué?”, preguntó Oliver, cuando nadie respondió. “Huelo mal o algo por el estilo?”.
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CAPÍTULO 33 Era momento de intentar su plan. Las rosas había sido el colmo. No era solo eso – su hermano estaba comenzando a volverse más y más audaz en busca de la mestiza. Apenas había intentado disimular el hecho de que se había quedado en el pasillo fuera de la sala de clases de Schuyler, o había ido a pasar el rato en la biblioteca de la escuela o en el Depósito para alcanzar a verla. Mimi incluso los había visto a los dos flirteando descaradamente en público! El otro día una amiga de ella le contó que había visto a Jack saliendo de la escuela con Schuyler en sus brazos! No es que Mimi creyera eso. Mimi dibujó el pentagrama como el libro indicaba, con una pequeña tiza blanca sobre el pálido suelo de madera. Luego juntó los ingredientes necesarios en una pequeña fuente de acero sobre la mesa de su vestidor: hojas de hierba luisa, hojas de laurel, un racimo de lirio tigrado, mejorana, un corazón de rana, y un ala de murciélago. La variedad mirada por fuera del lugar entre las muchas botellas de cristal de perfumes y costosas lociones francesas. Ella encendió una vela y extrajo la flama con una rama de romero. Golpeó la vela como estaba indicado y lanzó la hierba en flamas dentro de la fuente. Estalló una gran flama violeta. Mimi se miró en el espejo y estaba sorprendida de descubrir que su habitación, solo unos momentos antes había estado llena de la luz de la tarde, ahora estaba negra, salvo por la luz de la fuente. Sus manos temblaban ligeramente mientras abría un pequeño sobre que contenía el cabello de Schuyler Van Alen. Ella sacó el contenido y lo sostuvo en su mano. El libro le indicaba lanzar el cabello a la flama, mientras decía las palabras que derrotarían a su enemigo. Mimi cerró sus ojos y lo lanzó a la llama. “Yo, Azrael, ordeno a los espíritus. Anular el poder de mi rival”. “Yo, Azrael, ordeno a los espíritus. Anular el poder de mi rival”. “Yo, Azrael, ordeno a los espíritus. Anular el poder de mi rival”. “MIMI!”, la puerta se abrió. Charles Force estaba parado en la entrada. Con un movimiento de su mano, él extinguió la brillante flama violeta. Mimi abrió sus ojos y jadeó. Ella intentó en vano limpiar los trazos del pentagrama con su pie. “Solo estaba curiosa”, explicó. “El Comité nunca nos deja hacer nada…”. Él se acercó a su lado y metió un dedo a las brasas. “Es comprensible. Estamos hechos para magia negra – nosotros somos los que están condenados a caminar por siempre en la tierra. Pero estos encantamientos son bastante fuertes. Si no sabes como controlarlos, ellos pueden controlarte a ti. Ese es el por qué están prohibidos a los jóvenes hasta que estén preparados”.
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~ 118 ~ Charles levantó el libro de su escritorio. “Donde conseguiste esto? Ya lo sé, el Depósito. Pero esto está bajo llave. Es un libro peligroso para aquellos que no tienen la edad necesaria”. Se metió el libro bajo el brazo. “Cariño, por qué no buscas algo más que hacer con tu tiempo?”. Cuando su padre se marchó, Mimi tomó su teléfono blanco de princesa y marcó un número conocido. “Kingsley”, preguntó Mimi. “Puedo hablar contigo un minuto?”. “Por supuesto cariño, qué tienes en mente?”. “Sabes la cosa que dijiste? Sobre invocar a un Sangre Plateada desde la oscuridad?”. “Sip”. “Crees que funcionaría?”.
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CAPÍTULO 34 “Hay algo diferente en tí”, dijo Kingsley, una tarde mientras estaban supuestamente haciendo la tarea en el dormitorio de Bliss. “Supuestamente” porque eso era lo que a Bliss le gustaría que sucediera, pero Kingsley siempre tenía otras ideas. BobiAnne insistía en que Bliss dejara la puerta de su habitación abierta siempre cuando hubiera algún chico – esa era una de sus reglas. Pero BbiAnne no estaba ahí esa tarde. Era su visita semanal al spa, y estaría fuera por horas. Jordan estaba en el ensayo de ballet, lo que demoraría hasta medianoche. Bliss estaba sola en el departamento, a salvo por el personal, quienes estaban en el primer piso, lejos en el ala de los empleados. “Me corté el cabello”, dijo Bliss, mirando por encima de su ensayo de alemán. Ella no sabía en lo que andaba Kingsley. Desde la entrega del arreglo doble, Kingsley había estado acosándola para descubrir la supuesta identidad del “hombre misterioso” de Bliss. “No, no es eso”. Sonrió Kingsley. Él estaba extendido sobre su cama como un gato perezoso, su cabello negro era tan largo que se ondulaba en el cuello de la camisa. Sus cuadernos y carpetas estaban dispersos alrededor de él, incluyendo ese oscuro libro cubierto de cuero que siempre estaba leyendo. Pero en la siguiente hora, él no absolutamente nada de tareas y en vez de eso había estado molestándola toda la tarde. “No sé de qué estás hablando”, dijo Bliss obstinadamente. “Creo que si”, dijo Kingsley. “Está escrito en todo tu ser”. “Qué?”. “Que lo hiciste. Tomaste a un humano durante tus pequeñas vacaciones o sesión de fotos, lo que sea como lo llames. Bebiste su sangreee”, dijo Kingsley, imitando un acento transilvano. “Quien quiera que haya sido el que les dio la idea de que nosotros estábamos en algunas provincias del este de Europa fue brillante”. “Y qué si lo hice?”, preguntó Bliss. “Oh, yupi. Ahora estamos llegando a alguna parte. Te gustó?”. “No estás celoso?”, preguntó Bliss. “Celoso? Por qué debería estarlo?”, Kingsley se vio horrorizado. “No creo que lo entiendas – es como estar celoso de tu estilista. Los conocidos humanos otorgan un servicio, eso es todo. No nos ligamos emocionalmente a ellos”. “Nos?”. “Ya sabes lo que quiero decir”. Kingsley se acercó al lado de Bliss y comenzó a masajearle la espalda. “Vamos, relájate… aún sigues teniendo esas escenas retrospectivas? Esas pérdidas de conocimiento?”. Translated by Dana
~ 120 ~ Bliss asintió. “Intentaste hacer lo que te sugerí?”, preguntó. Ella negó con la cabeza. Estaba demasiado asustada para hacer lo que él le había propuesto. “Bueno, deberías, funciona. A mí me funcionó”. Los dedos de Kingley amasaron con habilidad sus músculos adoloridos, y Bliss pronto estaba desvanecida por su toque. Era como estar hipnotizada… Ojos rojos con pupilas plateadas, y una voz que susurraba en un siseo… Pronto… Pronto… Pronto… La bestia volvió otra vez, persiguiéndola por los laberintos de corredores. Ella sintió su aliento caliente y repugnante sobre su mejilla. Ella estaba atrapada en una esquina, y no podía despertar. Lo miro a los ojos. Hazlo, hazlo, pensó. Has lo que Kingsley dijo. Háblale. Qué es lo que quieres?, preguntó Bliss. Exijo una explicación. Los ojos carmesí pestañearon. Cuando Bliss despertó, se encontró que se estaba arañando a ella misma de miedo. Había feas magulladuras rojas en sus brazos. Pero Kingsley tuvo razón. Funcionó. La bestia se había ido. Esquizofrenia(n.) del griego para “mente destruida”. Desorden mental caracterizado por impedimentos en la percepción de la realidad. Personas que tienen esquizofrenia sufren de alucinaciones auditivas, alucinaciones visuales, forma de hablar desorganizada (incoherencia), conducta desorganizada (llanto frecuente). Signos continuos de alteraciones deben ocurrir por más de seis meses en orden del paciente a ser diagnosticado como tal. -
Diccionario de Desórdenes Mentales, Academia Americana de Profesionales de la Salud Mental.
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CAPÍTULO 35 El Mercer había sido idea de Oliver. Él prohibió la habitación de Schuyler o la de él, pensando que sería demasiado raro “hacerlo” en el mismo lugar donde ellos pasaban tantas inocentes horas leyendo revistas y viendo televisión. Entonces reservó una suite en el hotel del centro de la ciudad. Él la convenció de tomar unos cuantos tragos con él en el bar antes de subir a la habitación. “Quizás no necesites un trago, pero yo definitivamente si”, dijo él. Schuyler observaba pacientemente como Oliver tomaba un Manhattan tras otro. Ninguno decía mucho. El bar estaba prohibida para los que no estaban hospedados en el hotel, y los dos se sentaron en una esquina privada. Él otro cliente era una estrella de cine dando una entrevista a una revista al otro lado del salón. La estrella de cine tenía sus pies sobre el sofá y se reía demasiado fuerte, mientras el reportero se veía nervioso y anonadado. Una grabadora plateada se puso en la mesa de cocktail entre ellos. “Está bien, hagámoslo”, dijo Oliver, rechazando su tercer trago a medio terminar. “Dios, pareces como si te hubiera pedido ir a la guerra”, dijo Schuyler, mientras caminaban hacia el elevador. La suite de una cama tenía una sensacional vista del centro de la ciudad, y estaba decorada con un margen moderno a la moda: muebles Makassar de ébano oscuro, cojines de lana de oveja, piso pulido con un alto brillo, un bar de ónice que brillaba adentro, una televisión pantalla plana, y murallas de acero inoxidable que se veían frías al tocarlas pero que se sentían suaves y tibias, como mantequilla. “Genial”, dijo Schuyler mientras se sentaba al borde la cama, mientras Oliver sesentava en el otro lado. “Estás segura que quieres hacer esto?”, preguntó Oliver, sentándose adelante y sus panos sobre su rostro. “Ollie, si no lo hago, quedaré en coma y jamás despertaré. Esta mañana ni siquiera podía salir de la cama”. Él tragó saliva. “Odio pedirte esto – pero es solo, no lo sé, no quiero que mi primera vez sea estando con alguien que ni siquiera conozco, entiendes?”, le dijo sobre lo que le sucedió a Bliss en Montserrat. “Y tú eres mi mejor amigo”. “Sky, sabes que haré cualquier cosa por ti. Pero esto es contra el Código. Los Conductos no tienen permitido ser conocidos humanos para sus vampiros. Se supone que somos objetivos. No es parte de la relación. Cosas como la Caerimonia, complica las cosas, ya sabes”, explicó Oliver. Cuando Schuyler le preguntó por primera vez a Oliver hace una semana si él consideraría convertirse en su conocido humano, él le había dicho que lo pensaría. El Translated by Dana
~ 122 ~ día siguiente, no dijo nada, y Schuyler asumió que él era demasiado cortés para decirle que no, entonces él comenzó a actuar como si ella nunca se lo hubiese preguntado. Pasaron varios días, y ninguno lo mencionaba. Schuyler comenzaba a pensar que tendría que encontrar una solución alternativa. Pero esa mañana, ella encontró un sobre dentro de su casillero. Era del Hotel Mercer, y tenía una llave de plástico para su habitación. “Te veo ahí esta noche”, escribió Oliver. “Ñam! Ñam!”. No era como si Schuyler no tuviera sentimientos encontrados, odiaba poner a Oliver en esta posición – pero ella sentía que no tenía opción. Si ella tenía que tomar un conocido, al menos ella tomaría a uno que fuera, perdonen el juego de palabras, ya conocido para ella. Y ella se sentía atraída por Oliver desde Venecia. Quizás esa era una señal de que todo iba a estar bien. Que esto era algo que se suponía que iba a suceder. “Solo di la palabra, Ollie, y no lo haremos, está bien?”, dijo ella, sus manos agarraban el borde de la cama, sacando las sábanas de las esquinas. “Está bien. No lo hagamos”, dijo sin demora. Él suspiró y se recostó en la cama, moviendo sus manos sobre el edredón. Sus largas piernas colgaban del borde pero su torso estaba completamente horizontal. Él cerró sus ojos, como si la posibilidad era simplemente demasiado para aguantar, y puso sus manos sobre su rostro otra vez, como si se escondiera de algo. “Lo dices en serio?”, preguntó Schuyler un poco temerosa. “No lo sé”, refunfuñó Oliver tras sus manos, las cuales ahora estaban tapando su boca. “Es solo, ya sabes, seré muy cuidadosa, quiero decir, si estás asustado. Tienes que confiar en mí”. Ella aún estaba sentada entonces sus palabras eran habladas a la pared de ventanas, mientras Oliver parecía estar hablando al techo. “Confío en ti”, dijo Oliver en una forzada y triste voz. “Confío en ti con mi vida”. “Sé que cambiará nuestra relación, pero somos los mejores amigos. No puede cambiar mucho eso, cierto? O sea, ya te quiero”, dijo Schuyler. Cada palabra que ella dijo era verdad, ella le tenía mucho cariño a Oliver. Ella no podía imaginar una vida sin él. Ella se volteó para mirarlo. Oliver había quitado las manos de su rostro y abrió sus ojos. Ella notó como su cabello castaño marcaba su rostro apuesto, y como su cuello invitaba bajo su firme cuello Oxford. “No me quieres?”, ella sabía que estaba siendo manipuladora, pero no podía hacer otra cosa. Ella necesitaba que Oliver dijera que si. De otro modo… con quien lo haría?. Oliver intentó no ruborizarse y no podía mirar por completo a los ojos de Schuyler. Él se sentó nuevamente. “Está bien”, dijo él, casi más para él mismo que para ella. Schuyler se acercó a él y se inclinó hacia su cuerpo, y con unos cuantos movimientos pequeños, ella estaba sentada sobre sus piernas. “Está bien?”. “Estás pesada”, se burló, pero estaba sonriendo. “No lo estoy”. “Está bien, no lo estás”. “Eres lindo, sabes? O sea, realmente lindo. Por qué pasas todo tu tiempo conmigo? Deberías tener citas”, dijo ella de manera casual mientras corría el cabello de sus ojos Translated by Dana
~ 123 ~ pardos. Eran los ojos más amables que ella haya visto jamás, pensó. Ella siempre se sentiría segura con Oliver. “Si, yo, en citas”, Oliver se rió. Puso sus brazos alrededor de su cintura. “Por qué no? No es insólito”. “Si?”, preguntó Oliver. “Uh –”, pero Schuyler no había terminado, porque Oliver había puesto una tibia mano sobre su barbilla y la atrajo hacia él, y pronto ellos se estaban besando. Suaves e indecisos besos que se volvían más enérgicos mientras abrían sus bocas. “Mmmm…”, ella suspiró. A si que así era. Besar a Oliver. No era como lo que ella había imaginado. Era mejor. Era como si ellos estuvieran hechos para el otro. Schuyler se presionaba contra él, y Oliver puso una mano entre su cabello. Esto era nuevo. Esto era un momento decisivo. Luego ella comenzó a besar su barbilla y su cuello. “Sky…”. “Mmmm?”. De pronto, Oliver la alejó, agarró sus manos detrás de su espalda, y abruptamente la corrió de sus piernas. “No”, dijo él, jadeando en exceso. Sus mejillas estaban encendidas de vergüenza. “No?”, preguntó Schuyler, sin entender. Parecía que iba bien – esto era lo que tenía que suceder, no?. “No”. Oliver se puso de pie y comenzó a caminar. “El beso Sagrado significa algo. Lo fue para tu mamá. Y sabes qué? Deberás encontrar a otro conejillo de indias. No voy a hacerlo por obligación”. “Ollie”. “No, Schuyler”. Él nunca le decía Schuyler a menos que estuviera realmente enojado. Schuyler se quedó callada. “Me voy. No puedo estar contigo… no eres tú”. Dijo Oliver, poniéndose su abrigo y cerrando la puerta del hotel mientras salía furioso entre la noche.
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CAPÍTULO 36 En un hueco escondido dentro de los montones subterráneos bajo el Depósito de Historia, Mimi Force estaba inclinada en un viejo libro cubierto de cuero. El mismo libro que su padre le había quitado hace unas semanas. El Depósito debía mantenerlo baje llave, pero había solo un asunto en descubrir cual llave era usada para liberarlo, y eso tomaba un mínimo esfuerzo – los bibliotecarios humanos no se igualaban con la furia de un vampiro enojado. El libro estaba abierto en la página final, una página negra, cuyas letras estaban grabadas en un azul iluminado – el mismo color como la sangre que corría por las venas de Mimi. Kingsley Martin estaba al lado de ella, y los dos leían de la página desde una luz de una sola vela. Alrededor de ellos, las pilas de filas y filas de libreros de seis pies de alto que al parecer se extendían hasta el infinito – estaban en silencio y envueltos en oscuridad. El Depósito tenía aproximadamente diez millones de libros. Era la biblioteca más larga del mundo, y las pilas llegaban lejos bajo Manhattan, varias historias por debajo de la acera. Nadie siquiera estaba seguro cuan lejos iba bajo el antiguo y desvencijado elevador enjaulado. Ellos habían decidido realizar la invocación en el subsótano. El hechizo obligaba una “locación de poder fundamental”, y Kingsley había sugerido la oficina central de los Sangre Azul. “Dice que solo uno de mente parecida puede llamarlo”, dijo Mimi, leyendo el texto. “Eso quiere decir que quiera lo que tu quieres, porque solo entonces puede responder a tu llamado”, explicó él. “Está bien”. “Primero tienes que dibujar a tu víctima”, dijo Kingsley. Mimi dibujó el pentagrama alrededor de ellos, asegurándose de estar dentro de las líneas de tiza. “Príncipe Oscuro de los Sangre Plateada, atiende mi llamado; yo Azrael, te ordeno adelantar mi enemigo”, ordenó Mimi en un fuerte y claro tono de voz. En el nivel superior del Depósito, Schuyler Van Alen llegó al salón principal de lectura, buscando a Oliver. Después de estar sentada en la suite del hotel por una hora, ella decidió que no podía solo perder el tiempo y no hacer nada, o esperar a que se calmara. Ella tenía que encontrar a Oliver y disculparse. Lo que ella le había pedido estaba mal. Ella ahora lo sabía. Ella le había pedido demasiado, y quería pedirle perdón. Él usualmente pasaba sus noches del fin de semana escondido en su cubículo del Depósito, el cual fue el primer lugar que ella decidió ir a mirar después de que él no contestara su teléfono celular o sus mensajes de texto en su BlackBerry. Bliss Llewellyn estaba sentada en uno de los gastados sofás en el área de recepción. Translated by Dana
~ 125 ~ “Hola”, dijo Schuyler. “Has visto a Oliver?”. Bliss asintió. “Creo que está allá atrás. Llegó hace unos minutos”. “Genial”. Después de lo que sucedió en Montserrat, Bliss había estado un poco avergonzada con Schuyler. “Yo, ehm, estoy esperando a Kingsley”, dijo Bliss. “Me pidió que nos encontráramos aquí”. Schuyler asintió, aunque ella no le había pedido a Bliss que explicara su presencia. Ella dejó a Bliss en la entrada y caminó rápidamente por el salón silencioso para encontrar a su amigo. El Depósito estaba lleno los fines de semana por la noche. Casi todos los cubículos estaban llenos. Los bibliotecarios estaban catalogando libros en las estanterías, y varios miembros senior del Comité estaban entrando para su reunión semanal. Schuyler vio la elegante cabeza blanca de Priscilla DuPont entre ellos, la jefa de los Guardianes estaba conversando animadamente con un miembro del Cónclave. Los miembros del consejo desaparecieron en una sala privada de conferencias, y Schuyler notó que Jack Force estaba sentado en su silla usual al lado del fuego, leyendo un libro. Dentro del pentagrama, la flama sobre la vela dio un destello, y le mostró a Mimi una visión del piso superior del Depósito. Si. Justo como el hechizo había prometido. Ahí estaba Schuyler Van Alen, de pie en el medio del salón. Su víctima había sido atraída al sitio. El corazón de Mimi estaba lleno de gozo. Esto era todo. Esto realmente iba a suceder. Ella iba a librarse de esa pequeña cucaracha de una vez por todas. Schuyler había ido directo a donde Jack tan pronto cuando entró. Pero no importaba – no sería por mucho. Kingsley le entregó a Mimi un cuchillo de plata. Era la única forma de que el hechizo funcionara: sangre por sangre. Mimi sacó su muñeca derecha; la cuchilla se sentía fría en su piel. Su corazón estaba latiendo descomunalmente y sentía los primeros temblores de miedo. Aunque ella era inmortal, y el sacrificio de sangre no le haría daño, ella aún sentía mareada pensando en lo que tenía que hacer. Pero al ver a Schuyler Van Alen le hizo recordar lo que estaba en juego. El vínculo. Jack. Abbadon. Ella tenía que detener esto antes de que fuera demasiado tarde. “Te doy mi sangre por tu sangre. Oh, Príncipe de la Oscuridad. Escúchame, escucha mi llamado. Destruye mi enemigo, de una vez por todas”, gritó Mimi. “AHORA!”, gritó Kingsley. Mimi tomó aire y cortó su muñeca con el cuchillo, abriendo una vena y derramando su sangre sobre la vela, causando una flama negra que brotaba hacia arriba. La última cosa que Bliss recordaba fue una masiva explosión que rompió el suelo de la biblioteca, partiéndolo en dos, un estruendo de la propia tierra, y su pesadilla vino a la vida. Justo en frente de ella estaba una oscura masa con ojos carmesí y pupilas plateadas, rugiendo, luchando, saltando a la vida, cubriendo todo el espacio con el Translated by Dana
~ 126 ~ zumbido de miles de avispones, la agonía de miles de almas torturadas, y la horrible risa de un lunático trastornado. Bliss gritó y gritó y gritó. Luego todo se volvió negro.
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CAPÍTULO 37 El humo era sofocante. Era un humo oscuro y violeta, y olía ligeramente a azufre y ácido. Schuyler abrió sus ojos para encontrarlos en llamas. Lágrimas caían por sus mejillas aunque ella no estaba llorando. Algo había sucedido – una explosión – sonó como un desgarro en el universo. Ella miró alrededor: el Depósito estaba desordenado, todas las estanterías de libros estaban derribadas, y había papeles desparramados por todas partes, como si una bomba hubiese destruido el lugar. Había escombros del techo, yeso y polvo por todas partes, vidrio quebrado y trozos de madera. “Jack! Jack! Donde estás?”, preguntó Schuyler, en pánico. Ella había estado justo ahí, al lado de su silla, pero su silla no estaba en ninguna parte. Ella sintió sangre goteando por sus ojos y puso una indecisa mano sobre su cabeza. Algo la había cortado, pero no era una herida profunda. Las palmas de sus manos estaban arañadas y ensangrentadas, y había una rotura en su pantalón, pero gracias al cielo era la extensión de sus heridas. Hubo una tos, y Schuyler se arrastró hacia el sonido. Jack estaba tendido debajo de la mesa, momentáneamente aturdido. “Estoy bien”, dijo él, luchando por sentarse y limpiarse el humo de sus ojos. “Qué rayos sucedió?”. “No lo sé”, dijo Schuyler, tosiendo y cubriendo su nariz y boca con sus manos. “Jack! Estás bien? Puedes oírme? Jack!”, la voz desesperada de Mimi se podía oír desde el hueco escondido que llevaba a las pilas bajo tierra. Ella emergió de la esquina, viéndose aturdida pero no herida. “Estoy aquí”. “Oh gracias a Dios! Jack! Estaba tan preocupada!”, Mimi lloraba, lanzándose a los brazos de su hermano. Ella comenzó a sollozar incontrolablemente. “Pensé…pensé…”. “Está todo bien, estoy bien”, le dijo Jack, acariciándola gentilmente. Schuyler dio un paso atrás para dejarlos tener su privacidad, sintiendo un lío de celos y pena y vergüenza al presenciar su intimidad. Hubo un gemido bajo de un estante. “Ayuda”, gritaba una voz ahogada. “Ayuda!”. Jack, Mimi y Schuyler corrieron al sonido, y ayudaron a correr el cargado peso del chico. Kingsley les agradeció. “Qué mierda fue eso?”. Todo a su alrededor, bibliotecarios y miembros del Comité estaban levantándose de los escombros, contando cabezas, y asegurándose de que sus amigos hayan sobrevivido. El humo envolvía todo, y era difícil ver a través de la neblina. “Por aquí!”, gritó una voz conocida. Schuyler dejó a los gemelos Force y a Kingsley para encontrar a Oliver de rodillas al lado de un bibliotecario herido. Había un corte en su barbilla y una magulladura en su frente, y él estaba cubierto en una gruesa capa de Translated by Dana
~ 128 ~ yeso y polvo. “Estás bien”, dijo Schuyler. “Gracias a Dios”. “Schuyler, qué haces aquí?”, preguntó Oliver. “Buscándote”. Él asintió vivamente. “Vamos, dame una mano”. Renfield, uno de los malhumorados historiadores humanos, estaba retorcido de dolor contra una las copiadoras volcadas, gimiendo. Él había sido lanzado contra la muralla por la explosión, y la fuerza había quebrado sus costillas. Ellos lo ayudaron a acostarse en la pila de libros, prometiendo enviar ayuda lo más pronto posible, y caminaron alrededor para ver si había otro atrapado o heridos. Hasta el momento, todos con los que se encontraron habían sobrevivido. Había arañazos menores y unas cuantas contusiones, pero la gente estaba sorprendida de encontrarse más o menos intactos. Oliver se detuvo para administrarle primeros auxilios a una chica Sangre Azul con un brazo quebrado rompiendo una manga su camisa y creando un improvisado cabestrillo. Schuyler recogía entre el desastre y se acercó a un cuerpo boca debajo de una chica, cubierta de polvo y yeso. Ella volteó a la chica y jadeó. “Bliss, oh Dios, Bliss…”, habían dos perforaciones bajo su barbilla, y su sangre, pegajosa y azul, corría bajo su cuello. “QUÉDATE DONDE ESTÁS!”, una fuerte voz ordenó desde la entrada. El grupo se quedó inmóvil. Schuyler puso una temblorosa mano sobre el cuello de Bliss para estancar la sangre. Oh, Bliss… El humo violeta se aclaró, y Charles Force y Forsyth Llewellyn estaban pronto a su lado, sosteniendo relucientes espadas en el aire. Charles se arrodilló al lado de Bliss y puso una mano sobre su cabeza. “Este está vivo aún”. Este? Se preguntó Schuyler. Hubo un grito desde el otro lado del salón, y Schuyler pronto comprendió a lo que él se refería. Ahí, en la entrada de la oficina central del Aquelarre, despatarrada en el corredor, estaba Priscilla DuPont, la Jefa de los Guardianes. Tendida en una piscina de sangre.
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CAPÍTULO 38 Oliver llevó a Schuyler a casa, ambos aún se sentían conmocionados. El bochorno que continuaba entre ellos más temprano en el Mercer había desaparecido completamente ante esta nueva calamidad. Ellos volvieron a la normalidad, y Schuyler estaba agradecida de tener a su amigo a su lado. Hattie los mimó en exceso cuando llegaron, poniendo vendajes en la cabeza de Schuyler y en el corte en la barbilla de Oliver. La leal sirvienta preparó chocolate caliente y los envolvió cómodamente en mantas de cachemira al lado del fuego. “Donde está Lawrence?”, preguntó Schuyler, tomando una galleta desde una bandeja que Hattie les había traído. “Salió corriendo de aquí hace unos minutos; dijo que tenía una reunión de emergencia o algo por el estilo”, dijo Hattie. “Me dijo que los cuidara cuando llegaran aquí. De darle los primeros auxilios. Creo que él sabía que algo sucedió”. Una vez que Hattie dejó la habitación, Oliver preguntó, “Crees que fue un Sangre Plateada?”. Schuyler se encogió de hombros. “Tiene que ser. Es la única explicación. Pero no tiene sentido. Lawrence me dijo que los Sangre Plateada cazaban por ellos mismos. Ellos toman a sus víctimas cuando están solos, sin sus protectores caninos. El ataque sucedió en un espacio público, donde había varios testigos”. “Crees que está muerta?”, preguntó Oliver otra vez. “Quien? Bliss? No. Charles Force dijo que estaba viva”, contestó Schuyler. Aún así, era difícil de creer. La chica texana tenía dos heridas profundas de perforaciones en su cuello, y el suelo alrededor de ella estaba lleno de su sangre. “No, me refiero a… la Sra. DuPont”, aclaró Oliver. “No lo sé”. Schuyler se estremeció. Ciertamente ella lo había visto en el modo en como ella estaba, y ella había escuchado a los miembros del Cónclave discutiendo la situación desde el otro lado de la sala mientras ellos se congregaban alrededor del cuerpo. Consumo Completo…imposible… pero la sangre ha sido drenada… lo que quiere decir… ella se ha muerto… ha sido tomada… No Priscilla! Si… esto es nefasto. La ambulancia del equipo de la Dra. Pat se llevó a Bliss en una camilla, con una máscara de oxígeno en su rostro y su padre a su lado. Pero en la segunda camilla, la que llevaba a Priscilla DuPont, había sido cubierta con una sábana blanca sobre el cuerpo. Lo que significaría solo una cosa… Schuyler se escabulló al lado de Oliver entonces los dos estaban inclinados con las piernas en el sofá. Ella puso su cabeza sobre su hombro y cerró sus ojos, y él puso un
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~ 130 ~ brazo alrededor de ella para acercarla. Ellos encontraron consuelo con la compañía del otro. Lawrence volvió cerca del amanecer. Él vio a Schuyler y Oliver sentados lado a lado sobre la alfombra contra el sofá. “Ambos deberían estar en la cama. Especialmente tú, nieta. Sobrevivir a un ataque de un Sangre Plateada no es para tomarlo a la ligera”, dijo él, despertándolos gentilmente. Schuyler agitó el sueño de sus ojos, y Oliver bostezó. “No. No aún. Queremos saber qué sucedió”, insistió Schuyler. “Nosotros estuvimos ahí”. Lawrence se hundió en la silla opuesta de cuero y puso sus pies sobre el otomano. “Si, y estoy agradecido de que nada peor les haya sucedido”. “No fue tras nosotros”, dijo Schuyler. “Gracias al cielo por eso”, contestó Lawrence. Él sacó su cigarrillo habitual y el cortapuros. Schuyler sabía que eso era una señal de que su abuelo explicaría todo, o al menos lo que él sabía. Ella se inclinó. “Qué te contó Cordelia sobre los Croatan?”, él preguntó, dando chupadas a su cigarro. “Que ellos eran un antiguo peligro que se convirtió en un mito de los Sangre Azul. Porque el último ataque conocido fue hace cuatrocientos años”, dijo Schuyler. “Durante Plymouth”. “Si. Roanoke fue su más violenta y aplastante victoria. Ellos se llevaron a toda una colonia. Pero ella no te contó lo de Venecia, o Barcelona, o la Colonia”. Schuyler levantó una ceja de manera inquisitiva. “Lo que no es sabido, o al menos, lo que ha sido suprimido, es que desde su supuesta derrota en Roma, los Sangre Plateada habían vuelto a alimentarse de los jóvenes Sangre Azul al cambio de cada nuevo siglo. Hemos intentado de convencer al Cónclave de este patrón, esto nunca presentó peligro. Pero los años después de Roanoke fueron tranquilos, y solo hubo un cado de ataque en el Nuevo Mundo”. “Aquí? En América?” preguntó Schuyler. Cordelia nunca había mencionado esto. “Si”. Lawrence puso una gruesa carpeta, quemada por los bordes, sobre la mesa de té y se la entregó a Schuyler. “Este es el archivo en el que Priscilla DuPont estaba trabajando. Ella iba a presentar algunas evidencias al Comité, testificar lo que Cordelia y yo les hemos advertido, hace tanto tiempo”. Ella lo abrió, y se cayeron varios recortes de prensa. Ella y Oliver los vieron. “Quién es Maggie Stanford?”. “Ella era una Sangre Azul que desapareció. No teníamos idea que ella fue llevada a un asilo. Los doctores Sangre Roja habían pensado que era una enfermedad mental, pero de hecho era evidencia de corrupción de Sangre Plateada. Ella era una víctima”. Lawrence le dio unos golpecitos en los papeles con su cigarrillo. “Cuando Maggie nunca fue encontrada, Cordelia y yo supimos que los Sangre Plateada estaban detrás Translated by Dana
~ 131 ~ de esto, pero nunca fuimos capaces de probarlo. Ahí fue cuando decidimos separarnos, para que pudiera continuar la investigación sin que el Comité supiera. Priscilla me había dicho que había encontrado algo en los archivos que podría arrojar una luz a sus acciones, pero tuve que mirar este archivo. No hay nada que no haya visto antes”. “Qué sucedió después de Maggie?”, preguntó Schuyler, notando cuan hermosa se veía la joven debutante en la fotografía. “Nada. Los Sangre Plateada regresaron a las sombras otra vez. Hasta el último año, cuando Aggie Carondolet fue asesinada. Y desde Aggie, ha habido cuatro muertes de Sangre Azul en el comienzo de su Transformación. Cuatro. Eso es lo más que ha habido desde Roanoke. Eso quiere decir que ellos se han vuelto más fuertes, más confiados”. “La muerte de Priscilla, o lo que sea, es el mayor problema. Para saber que ellos han vencido a un vampiro con el peso de sus poderes quiere decir que su fuerza ha crecido. Se están volviendo más agresivos”. “El Comité debe despertar a este peligro. No podemos seguir acostados y esperar mientras el Príncipe de los Sangre Plateada reúne sus fuerzas contra nosotros y nos toma uno a uno”. “De verdad crees que Lucifer ha vuelto?”, rpeguntó Schuyler. Lawrence no dijo nada por un largo momento, su cigarro quemaba sin cesar, las cenizas en la punta crecían más y más hasta que caían, chisporroteando en la alfombra Aubusson y dejando un pequeño agujero. “Oh, ratas”, él maldijo. “Cordelia nunca me perdonará por eso. Ella nunca me dejó fumar en la casa”. “Abuelo, no has respondido mi pregunta”. Dijo Schuyler con dureza. “Quizás no necesita ser contestada”, dijo Oliver nervioso. Toda esta conversación de Lucifer y los Sangre Plateada lo había hecho sentir mareado. Quizás el no debió beber demasiado chocolate caliente o comer esa quinta galleta. “Solo el más poderoso de los Sangre Plateada será capaz de causar la destrucción masiva en un lugar tan protegido”, dijo Lawrence finalmente. “Protegido?”. “El Depósito de Historia es una de nuestras fortalezas más seguras. Tiene guardias por todas partes, hechizos para no dejar pasar una invasión, para no dejar entrar a la Abominación. Es una señal de siniestro para todos nosotros que los guardias no detuvieron”. “Qué es lo que vamos a hacer?”, preguntó Schuyler. “La única cosa que podemos hacer. Llamar a Voto Blanco. Es hora de que Michael sea cuestionado como Regis”.
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CAPÍTULO 39 Ellos estaban discutiendo sobre ella. Entre la bruma de morfina, Bliss podía oír a su padre y Charles Force discutiendo sobre ella detrás de la puerta cerrada del hospital. Qué había sucedido?. Débilmente recordó el negro y púrpura fuego que cubría toda la biblioteca en una gruesa e impenetrable niebla, y supo que algo malo le había sucedido. Ahí había una gasa alrededor de su cuello. Había sido mordida? Por un Sangre Plateada? El pensamiento hizo que su frente transpirara. Si ella había sido atacada por una Abominación, por qué seguía viva?. Bliss intentó mover sus manos hacia su cuello así podía revisar la herida, pero ella estaba paralizada. Entró en pánico, hasta que se dio cuenta que sus manos estaban atadas a los pilares de la cama. Por qué?. La habitación era tan espléndida como una habitación de hotel, con los modernos muebles de plástico blanco ella lo supo. Estaba en la clínica de la Dra. Pat, el hospital de los Sangre Azul. Con su audición extra sensible, se concentró en lo que su padre y Charles Force estaban discutiendo con susurros en el pasillo. “Ella no ha sido corrumpida, Charles – tu conoces las señales tan bien como yo, viste su cuello! No hay suficiente tiempo”, su padre dijo. “Entiendo, Forsyth, lo hago, pero sabes como se ve. No puedo quitarme de encima a Lawrence sobre esto. Ella va a tener que ser analizada, como todos los que estuvieron ahí esa noche”. “Ella es una víctima! Esto es indigno! No te lo permitiré!”. “No tienes alternativa”, dijo Charles, y su tono se quebró sin más discusión. “Sé cuan preocupado estás, pero como dijiste, ella parece estar a salvo”. Hubo un largo silencio, y luego los dos hombres regresaron a la habitación de Bliss. Bliss inmediatamente cerró los ojos y fingió estar dormida. Ella sintió la mano de su padre sobre su frente mientras él susurraba una corta oración en un lenguaje que no entendía. “Hola”, dijo ella, abriendo los ojos. Su madrastra y Jordan entraron a la habitación y se atestaron a los pies de la cama. BobiAnne llevaba otro traje de alta costura horrible y un sweater de cachemira con VERSACE adornado en su pecho – y llevaba un pequeño pañuelo, el cual presionaba a cada lado de sus ojos, aunque no había lágrimas visibles. “Oh, cariño, estábamos tan preocupados” Gracias a Dios que estás bien!”. “Como te sientes?”, preguntó su padre, sus manos estaban sujetas detrás de su espalda. “Cansada”, contestó Bliss. “Qué sucedió?”.
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~ 133 ~ “Hubo una explosión en el Depósito”, explicó Forsyth, “pero no te preocupes, fue tan bajo tierra que ni siquiera los Sangre Roja se dieron cuenta en la acera. Ellos creyeron que solo fue un temblor”. Bliss ni siquiera había pensado en preocuparse de que los humanos descubrieran el lugar más secreto de los Sangre Azul. “Qué me sucedió?”, preguntó. “Bueno, eso es lo que vamos a averiguar”, dijo él. “Qué es lo que recuerdas?”. Ella suspiró y miró por la ventana, mirando a una oficina vacía en el edificio próximo. Filas de computadores estaban encendidos, parpadeando, aunque era pasado las horas de oficina. “No mucho. Solo un montón de humo negro…y…”. Ojos, ojos carmesí con pupilas plateadas. La bestia, vino a la vida. Había hablado con ella… había dicho… Ella negó con su cabeza y cerró sus ojos fuertemente como si desviara la presencia del demonio. “Nada, nada… no recuerdo nada más”. Forsyth suspiró y BobiAnne lloriqueó otra vez. “Oh, pobre, pobre niña”. Jordan, su hermana, continuaba en silencio, observando a Bliss de reojo. “Gobi, puedes con Jordan dejarnos a solas un minuto?”, preguntó su padre. Cuando se fueron, Forsyth se volteó a Bliss. “Bliss, lo que te voy a decir es muy importante. Fuiste atacada por un Sangre Plateada, uno de los Croatan”, dijo su padre. “NOOOO”, susurró Bliss. “Pero el Comité dice que solo son un mito…”, dijo débilmente. “El Comité estaba equivocado. Nos dimos cuenta ahora. De hecho, Priscilla DuPont había reunido bastante evidencia para… pero no hablemos de eso ahora. El hecho es, de algún modo los Sangre Plateada han sobrevivido, y debemos afrontarlo a la realidad”. “Pero como?”. “Lamentablemente, quiere decir que uno de nosotros es culpable. Los Sangre Plateada no habría podido prosperar a menos que alguien de nuestro círculo los haya ocultado. Ayudarlos. Tuvo que haber sido una de las familias más antiguas, lo suficientemente poderosas para encubrir tal demonio oscuro para que Michael no pudiera notar un cambio en el equilibrio”. “Pero qué significa eso para mí?”, preguntó Bliss, su voz temblaba. “Hay varios que han vivido después de un ataque de Sangre Plateada, y siempre hay peligro de corrupción”. “Corrupción?”. “A veces, los Sangre Plateada no tomán a su vícitima hasta el consumo total; en lugar de eso infunden un ansia… extrayendo la sangre suficiente para que ese vampiro quede débil. Pero el Sangre Roja se vuelve veneno para la víctima, y cazará a su propia especie para sobrevivir”.
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~ 134 ~ Eso es lo que le sucedió a Dylan, pensó Bliss. Él debió haber sido transformado. Corrompido. Transformado en un monstruo, y luego asesinado antes de que pudiera revelar sus secretos. “La crisis en Roanoke, creemos, que sucedió porque varia de nuestra gente en ese lugar ya había sido corrompida cuando dejaron el Viejo Mundo”. “Como sabes si has sido corrompido?”, preguntó Bliss nerviosa. En respuesta, Forsyth comenzó a correr la gasa del cuello de Bliss. Desenvolvió el vendaje. Bliss miró a su padre ansiosa. Qué era lo que él le iba a mostrar? Había sido convertida en un monstruo?. Su padre le entregó un pequeño espejo de la mesa de la enfermera. Ella lo puso a la altura de su cuello, con miedo de lo que podría ver. Pero su cuello estaba liso, tan claro y sin manchas como antes. “Qué quiere decir?”. “No hay marcas, lo que quiere decir que el veneno no fue lo suficientemente fuerte para quedarse. Tu Sangre Azul, pudo rehabilitar tu química por voluntad propia. Cicatrizó solo, y te protegió de la corrupción. El Croatan no te convirtió en uno de su especie”. Ella asintió, agradecida y aliviada. Ella había sobrevivido… ella no estaba segura como, pero había vivido. “Habrán otras pruebas”, advirtió Forsyth. “Uno de los miembro del consejo te los realizará. Te pedirán que compartas tus recuerdos, para conversar íntimamente con ellos. Para mostrarles lo que viste. Pero estoy confiado en que pasarás su fallo”. Su padre estaba a punto de salir de la habitación, pero Bliss le gritó otra pregunta. “Pero, papá, si uno ha sido corrompido… como se podría saber?”. “Es difícil de explicar, pero nos hemos dado cuenta que aquellos que les ocurre la corrupción tienden a atraerse por la Materia Oscura, y comienzan a mostrar curiosidad en los Hechizos Negros”. Más tarde, Nan Cutler, uno de los Guardianes de la alta jerarquía, llegó a visitar a Bliss. Nan era una de las delgadas, y elegantes mujeres de sociedad en el círculo de Priscilla DuPont; ella tenía un impresionante cabello blanco con una línea en el medio. La ciudad la conocía como una infatigable recaudadora de fondos y compradora de alta costura. Pero cuando entró a la habitación de Bliss en el hospital esa tarde, todo el rastro de la fachada pública había desaparecido. Aquí había un formidable, y antiguo vampiro. Bliss podía ver las ligeras líneas azules en su rostro. Ella se presentó a Bliss, luego tomó asiento al lado de su cama. Por la noche, la sensación había regresado a los miembros de Bliss, y se estaba sintiendo mucho mejor. “Toma mis manos, niña”, dijo Nan suavemente. Bliss puso ambas manos en las suaves y antiguas manos de la señora. Las manos de Nan eran suaves y sin arrugas. “Ahora cierra tus ojos y llévame a ayer por la tarde. Muéstrame todo lo que viste”. Translated by Dana
~ 135 ~ El encantamiento. Nan usaría el encantamiento para leer su mente, Bliss lo sabía. Ella tenía que abrir su mente y dejar que la mujer viera. Bliss asintió. Ella cerró sus ojos. Juntas, vieron lo que había sucedido. Bliss, esperando en el área de recepción a Kingsley. Ellas vieron a Renfield llevar una lista de archivos a Priscilla DuPont. Ellas vieron a Schuyler entrar y preguntar si había visto a Oliver. Vieron a varias chicas del Duchesne revisando libros para la próxima reunión del Comité. Luego todo se volvió negro. Un oscuro y nocivo humo envolvió toda el área… Bliss espero a que la bestia apareciera, pero todo lo que ellas vieron era el grueso y oscuro humo. Cuando abrieron sus ojos, Nan estaba anotando rápidamente en su cuaderno. “Bien”, dijo Nan. “Ahora, por favor, corre tu cabello y muéstrame tu nuca”. La nuca?. Bliss hizo lo que le pidieron. Nan asintió. “Puedes bajar tu cabello”. Después de que el Guardián se fue, su padre entró y la abrazó apretadamente. Lo que sea que haya sido la prueba, parecía como si la hubiera pasado. La nuca… Parte de la prueba… Ella pensó en cuan largo era el cabello de Kingsley, siempre estaba cubierto en la nuca. Una moda? O estaba escondiendo algo?. Kingsley… quien llevaba ese libro con él todo el tiempo, el materia acerbus. Kingsley, quien le había enseñado a pedir explicaciones a la bestia de sus pesadillas. Kingsley Martin, quien era parte de una familia Sangre Azul muy antigua. Una de las más poderosas, y las más prestigiosas… Bliss cerró sus ojos. Ella vio a la bestia otra vez, la bestia le había hablado. Le había dicho una palabra… Ahora.
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CAPÍTULO 40 Schuyler estaba cepillándose los dientes cuando su teléfono celular sonó. Se enjuagó, hizo gárgaras, y escupió, rápidamente se limpió el rostro, y corrió a contestar. Era temprano en la maána, y ella estaba lista para la escuela. “Si?”. “Esa es la forma de contestar el teléfono?”. “Oh. Bliss. Hola. Lo siento. Pensé que era Oliver. Siempre llama en la mañana”. “Lamento decepcionarte”. “No, para nada. Como estás?”, preguntó Schuyler. Ella había querido ir a visitar a Bliss a la clínica, pero los últimos días habían sido ajetreados, intentando continuar con una agenda llena de clases, lecciones vampíricas, y lidiar con el hecho de que su abuelo se estaba alistando para la batalla campal de su vida. El Voto Blanco había sido llamado, y la elección era inminente. “Mejor”, dijo Bliss. “Sabes, eh, lo que me sucedió, cierto?”. “Si”, dijo Schuyler. “Mi abuelo dijo que era un Croatan, pero que estabas a salvo”. Bliss le contó a Schuyler lo de la prueba, abrirle la mente a Nan Cutler, y como las marcas en su cuello habían desaparecido. “Lo mismo me sucedió a mi”, dijo Schuyler. “Recuerdas? La noche que modelamos para esa sesión?”. “Si”. “Fui atacada, pero las marcas desaparecieron. Y no podía recordar nada”. “Ella también quisieron ver mi nuca. No es raro?”. Schuyler asintió, aunque Bliss no era capaz de verla. “De hecho, ese es otro tipo de prueba, dijo mi abuelo. Nan vino aquí, también. Para revisarme”. “De verdad? No soy la única?”. “No, por supuesto que no. Todos los que estuvieron esa noche debieron ser puestos a prueba”. “Genial”. “Entonces, qué hay?”. “Escucha, averigüé algo de mi padre. Sabes como el Comité siempre dije que no hay tal cosa como los Sangre Plateada?”. “aha”. “Bueno, creo que están de vuelta”. “Si, escuché eso también”, dijo Schuyler. Lawrence la había llenado de las políticas del Cónclave. Ahora que un vampiro maduro había sido tomado, el Cónclave estaba con los brazos arriba y preparados para rebelarse. Los Sangre Plateada era una nefasta realidad que había que enfrentar.
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~ 137 ~ “De todos modos, mi papá dice que tiene que ser uno de nosotros, alguien muy alto de una familia antigua”, dijo Bliss. “Eso es lo que siempre dijo Cordelia”. “Puede que creas que es loco”, dijo Bliss, “pero creo que sé quien lo hizo”. “Quien hizo qué?”. “Osea, creo que sé quien escondió al Sangre Plateada, o a los Sangre Plateada”, dijo Bliss. “Creo que Kingsley tiene algo que ver con eso”. Bliss le contó a Schuyler sus sospechas, y como coincidían con lo que su padre le contó de la corrupción y su intensa curiosidad sobre la Materia Oscura, el raro libro que siempre veía a Kingsley leer, el modo en que era muy conocedor de la historia y mitología de los Sangre Plateada. Schuyler chifló. “No lo sé… suena sospechoso… pero no crees que estás saltando a las conclusiones?”. “Quizás, pero estoy atascada aquí por otra semana”, dijo Bliss. “Crees que Oliver y tú puedan indagar en eso?”. Mása tarde esa semana, Schuyler y Oliver excavaron unos cuantos hechos interesantes sobre el nuevo chico. El Depósito había sido restaurado a una condición algo usable (el factor Velox resultó útil). Todo el polvo y yeso había sido quitado, y nada recordaba a la explosión excepto por una pequeña grieta en el medio del suelo de mármol. Era increíble lo que los vampiros podían hacer cuando fijaban sus mentes en ello. Siguiendo la pista del paradero de Kingsley fue fácil con la red de conexiones de Oliver en el circuito de la escuela privada, tan bien como algunos inteligentes computadores detectives. Schuyler llamó a Bliss a la clínica para hacerle saber lo que habían encontrado. “Los Martin se mudaron a Nueva York la misma noche que dijiste que Dylan fue asesinado”, dijo. “Y descubrimos que Kingsley pasó su escuela de verano en Hotchkiss, donde esa chica fue asesinada, y él había pasado una semana en Choate visitando a un amigo, donde un estudiante de segundo año había sido encontrado muerto justo antes que comenzara la escuela. Él estuvo aquí en Nueva York la noche de la muerte de Aggie en el Bloque 122, y él también fue a la fiesta donde Landon Shlessinger murió”. “Lo sabía!”, dijo Bliss. “Hay algo más: Kingsley fue la última persona en visitar a Summer Amory. Oliver dijo que el rumor era que él estaba saliendo con ella. Entonces eso lo deja en la escena de todos los crímenes. Pero no estoy segura, puede ser solo coincidencia. La mayoría de otros chicos Sangre Azul pasan su escuela de verano en Hotchkiss, van a Choate, estuvieron al Bloque 122 esa noche, y conocían a Landon Schlessinger. Y Summer Armory estaba saliendo con un montón de gente. Estoy segura si queremos, podemos encontrar a varias personas que encajan”. “No, tiene que ser él. Sé que es él”, dijo Bliss categóricamente. “Vas a decirle a tu papá de esto?”. “No estoy segura. Él es una especie de asesor de la familia de Kingsley. Quiero decir…”. Translated by Dana
~ 138 ~ “Le diré a Lawrence”, dijo Schuyler. “Él sabrá qué hacer”. Cuando Schuyler le presentó su caso a Lawrence en la cena, con todas las sospechas de Bliss y la evidencia que lo incriminaba, su abuelo apenas levantaba su vista de su filete. “Interesante”, dijo él distraídamente. “Eso es todo, interesante?”, preguntó Schuyler. “Pero no crees que podemos tener algo aquí?”. Lawrence tomó un sorbo de su copa de vino. “Quizás”. Eso fue todo lo que diría del asunto, y Schuyler no pudo sacar nada de él por el resto de la tarde.
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CAPÍTULO 41 La investigación del Comité sobre el incidente en el Depósito llamó a una audiencia pública, donde todos los testigos del ataque fueron llamados a declarar ante el Comité. La audiencia tomó lugar dentro de una de las masivas salas del tribunal bajo el Depósito. Los miembros del Cónclave se sentaron en una fila sobre una alta plataforma, de cara a la multitud, con Charles Force en el medio. Lawrence Van Alen estaba sentado lejos a la derecha, y estaba chupando su cigarrillo de costumbre. El nuevo jefe de los Guardianes, Edmund Oelrich, un famoso historiador de arte y propietario de una galería en su vida pública, corrió los procedimientos desde su sitio sobre la plataforma. Había un pequeño podio al lado donde los testigos eran llamados, y el inquisidor, el fiscal oficial del Comité, estaba de pie al otro lado. Los asientos de la sala estaban de llenos de casi todas las familias Sangre Azul, y la tensión se acrecentaba mientras Schuyler, Jack, Bliss y Oliver describieron su versión de los eventos uno a uno. Ellos estaban sentados al lado del otro en la primera fila. Mimi estaba sentada al lado de Jack, y aún esperaba por su turno. Ella estaba nerviosa con la investigación, pero calculó que debía haber alguna forma para lograr salir de esto. Después de todo, no era como si ella al menos quisiera que Bliss resultara herida o Priscilla DuPont muerta! Le importaba un bledo la viejaca. Solo fue un desafortunado accidente. Ellos tenían que entender eso, cierto? Si no había motivo, ellos no podían encontrarla culpable, o si? Ella extendió la mano para agarrar la mano de su hermano, y Jack le dio un tibio apretón. El inquisidor llamó a Kingsley Martin al estrado. “Di tu nombre para el registro”. “Kingsley Drexel Martin”. “Y tu posición”. Posición? Mimi levantó una ceja. De qué se trataba todo esto?. “Soy el que busca la verdad. Un Veritas Venator. El Comité me encargó investigar las muertes de varios Sangre Azul: Aggie Carondolet, Dylan Ward, Summer Armory, Natalie Getty, Landon Schlessinger, y Grayson St. James”. Un murmullo corrió entre la multitud. Los antiguos Sangre Azul conocían a los Venator como la orden más alta de la policía secreta del Comité, intrépidos guerreros en la lucha por mantener la seguridad de los Sangre Azul contra el daño y el descubrimiento. “Y tu misión?”, apuntó el inquisidor. “Fui enviado a la escuela Duchesne para acumular cualquier evidencia que pudiera llevar a la detección del enemigo”, dijo Kingsley sin alterar la voz. Otro murmullo, esta vez más agitado. Un Venator había sido enviado a uno de sus santuarios más seguros el Duchesne! Qué era lo que el Comité estaba pensando, enviar a uno de sus poderosos asesinos a espiar en una escuela de niños?. Translated by Dana
~ 140 ~ “Quienes son los sospechosos?”. “Madeleine Force. Bliss Llewellyn. Schuyler Van Alen”. Esta vez hubo un grito de asombro audible en la multitud. Kingsley era un agente encubierto! Un Johny Depp de nuestros días en 21 Jump Street, un vampiro encubierto trabajando. Schuyler jadeó, Bliss no podía más que reír, y Mimi solo rechinaba sus dientes. Ese pequeño gilipollas. “Y qué muestran tus hallazgos?”. “Inmediatamente taché a Schuyler Van Alen. Ella fue una víctima de dos ataques de Sangre Plateada y no mostró ninguna indicación de sentirse atraída por Materia Oscura”, dijo Kingsley, sacando un pequeño cuaderno del bolsillo de su chaqueta y hojeando sus notas. “Bliss Llewellyn fue un asunto más prometedor. Ella se quejaba de pesadillas y alucinaciones, similares a las que sufrió Maggie Stanford antes de su deceso. Pero debido a esas alucinaciones, tengo que concluir que Bliss fue una posible víctima y no la autora”. “Y Madeleine?”. “Tengo que concluir que Madeleine Force da refugio al Sangre Plateada que ha estado atacando a nuestra comunidad”, dijo Kingsley, su tomo de voz casi casual. “Silencio! Silencio en la corte!”, amonestó el jefe de los Guardianes, mientras la multitud se volvía más enojada y agitada. Varios vampiros se pusieron de pie, y hubo abucheos y pitadas al testimonio de Kingsley. Mimi Force – la hija del Regis – cómplice de un Sangre Plateada? Era una especie de broma?. “Y en qué se basa tu evidencia?”, gruñó el jefe de los Guardianes desde la alta plataforma. “Ella expresó un deseo por aprender más sobre Materia Oscura. Específicamente, ella quería saber como realizar el Incantation Demonata. El llamado del Sangre Plateada”. “Y por qué dijo ella que quería hacerlo?”. “Dijo que quería acabar con un enemigo”, dijo Kingsley, mirando directamente a Mimi. Mimi temblaba en su asiento. Mentiras, mentiras. Todas son mentiras! Deja de hablar! Cállate! Cállate! Tu eras mi amigo! Traidor!. “Y esa era Bliss Llewellyn”. “No”. “No?”, el inquisidor parecía ligeramente sorprendido. “No”. “Quien era el objetivo?”. “Schuyler Van Alen”. Hubo otro murmullo de rabia entre la audiencia. Schuyler se congeló. Entonces ella no solo era paranoica – Mimi quería destruirla. Ella recordó su sueño en el que su madre estaba despierta y hablaba con ella. Qué le había dicho Allegra? Ten cuidado. Translated by Dana
~ 141 ~ “Por qué le permitiste realizar la invocación?”, preguntó el jefe de los Guardianes. “Necesitaba la evidencia. Pensé que podía controlarlo, detenerla antes de que sucediera. Pero no pude. Era obvio que ella lo había hecho antes. Muchas veces”. “Gracias, Venator”. Kingsley dimitió. Ahora su identidad era conocida, se veía mucho más viejo, el adolescente chulo había sido una fachada, simplemente una representación. Él caminó con gravedad a su asiento en la primera fila al lado de los chicos Duchesne, y ellos le dieron una litera respetuosa. “La investigación llama ahora al estrado a Charles Force”, anunció el jefe de los Guardianes. El líder del aquelarre se bajó del podio en su asiento en la alta plataforma. Su propia hija, dando refugio a un Sangre Plateada! La vergüenza estaba escrita en su rostro. Su cabello canoso se veía blanco bajo la luz, y había pesadas bolsas bajo sus ojos. Se veía como un hombre quebrado, no el infatigable líder de los vampiros. “Diga su nombre completo para el registro”, ordenó el inquisidor. “Charles Van Alen Force”. “Ha presenciado a su hija entrometiéndose con Hechizos Negros?”. “Si, pero…”, contestó Charles, limpiando su frente con un pañuelo de seda. “Invocaciones. Hechizos prohibidos”. “Si, pero…”. “Eso es todo. Gracias”, dijo el inquisidor, cortando su testimonio. Charles parecía como si quisiera decir algo más, pero sus palabras murieron en su lengua. Él se veía pálido y desanimado. Bajó y caminó de regreso a su asiento con el Cónclave. Ninguno de los miembros del Cónclave lo mirarían, y varios en la multitud comenzaron a abuchearlo y pitarlo. “Como evidencia final contra Madeleine Force, presentamos la Marca. Creo que la encontraran en su nuca”, declaró el inquisidor. “Eso es absolutamente ridículo. Ya no llevo la Marca de Lucifer como el resto de ustedes”, dijo Mimi. Ella quería gritar. Esto era una parodia. A ella le tendieron una trampa!. “Levanta tu cabello, por favor”, ordenó el jefe de los Guardianes. Mimi recogió su cabello y lo levantó. Ella lo había hecho para Nan Cutler la noche anterior, cuando fue a realizar la prueba. Nada había sucedido, y ella estaba segura de que estaba limpia. Hubo un murmullo agitado del Cónclave. “Qué?”. Tu cuello, Mimi, hay algo en tu cuello. Jack, me estás asustando. Ella tocó su nuca con la punta de sus dedos. Carne levantada. Un tatuaje. Más como una quemadura, como un hierro al marcar el ganado. Translated by Dana
~ 142 ~ La sentencia era rauda y decidida. Mimi era la perpetradora. Fue encontrada culpable de conspirar con un Sangre Plateada. Ella sería llevada a su antigua prisión en Venecia, donde su sangre sería quemada, sus recuerdos destruidos, sin esperanza de reencarnar. La fianza se fijó en un millón de dólares, la cual su padre pagó de inmediato, entonces Mimi podía estar liberada para su custodia. Mimi miró a Jack. Esto no puede estar sucediendo..No lo hice. Tú sabes que no lo hice. Lo sé. Lo sé. Jack puso un brazo alrededor de su hermana, pero su rostro estaba arrugado de ansiedad. Esto era serio. Sentenciada al fuego! Mimi!. Los gemelos Force esperaron a que Charles bajara de la plataforma. Él aún tenía la misma mirada de neurosis en su rostro. “Padre, qué podemos hacer ahora?”, dijo Mimi. “Seguramente…”. Charles Force estaba aterrado. “No hay nada…”. “Nada?”. “Solo hay una forma de rebatir la Marca de Lucifer. Debes ser sometida a una costumbre aún más antigua. El Juicio de Sangre. Pero solo Gabrielle – Allegra Van Alen – es capaz de realizarlo”. “Gabrielle?”, preguntó Mimi, con una sensación de desazón. “Si”. Todo lo bueno tenía que hacerlo ella. Allegra estaba en coma y jamás despertará. “Entonces hay algo más que pueda hacer para probar mi inocencia?”, preguntó Mimi. “Nada”.
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CAPÍTULO 42 Audiencia luego de la sesión se dispersó hacia el Depósito, y Schuyler esperó a su abuelo en la entrada. Oliver ya se había adelantado, citando una prueba de Trigonometría de la tarde que no se podía perder. Ellos habían dado especial exención al asistir a la audiencia esa mañana. Schuyler sabía que debió irse con él, pero ella quería escuchar como su abuelo tomaba la situación. Él estaba dejando la oficina central del Cónclave, con Edmund Oelrich y Nan Cutler a su lado. “Debemos despediros, Lawrence”, dijo Edmund, haciendo una reverencia. “Es una parodia lo que le ha sucedido a esta comunidad”. “Te aseguramos, que tendrás nuestros votos cuando llegue el momento”, agregó Nan, dándole palmaditas al brazo de Lawrence. “Debimos haberte escuchado hace cuatrocientos años. Para pensar que la Abominación era localizada en la familia real!”. “Gracias”, asintió Lawrence. Se volteó a Schuyler. “Entonces. Qué crees de Kingsley Martin ahora?”. Ellos comenzaron a subir las escaleras, hacia el lado de las puertas del club solo para vampiros, bloque 122, y salir a la acera. “Todo este tiempo fue Mimi”, se maravillaba Schuyler. “Mimi…”, aún era difícil de creer, especialmente con todas sus persistentes sospechas sobre Kingsley. “Sabías que Kingley era un Venator?”. Lawrence asintió. “Si”. Schuyler recordó lo que Kingsley le había dicho a Jack aquella mañana. No serías nada sin nosotros, sin los sacrificios que hemos hecho. “Pero estabas en lo cierto, nieta. Kingsley es un Sangre Plateada”, dijo Lawrence, haciéndole señas a Julius sobre el auto de ciudad. “A qué te refieres?”, Schuyler preguntó mientras entraba, Lawrence sostenía la puerta abierta. “Su familia es antigua. Una de los guerreros más antiguos. Ellos fueron corrompidos por el propio Lucifer. Pero volvieron al redil de los Sangre Azul, arrepentidos de sus acciones, y aprendieron como controlar la Abominación, el hambre, las voces en sus cabezas”, dijo Lawrence, cerrando la puerta. “Duchesne, por favor, Julius. Debemos dejar a Schuyler primero y luego volver a casa”, dijo él, golpeando en el vidrio que separaba al chofer de los pasajeros. Manejaron por las calles de Chelsea a la autopista West Side. Era otro día gris en Nueva York. “Pero como podemos confiar en ellos?”. “Hemos confiado en ellos por miles de años. Kingsley Martin es un Sangre Plateada solo por defecto. Su sangre es tan azul como la tuya y la mía. Ellos han renunciado a su Translated by Dana
~ 144 ~ lealtad con Lucifer, y han sido bastante útiles en nuestra búsqueda por el conspirador”, suspiró Lawrence. “Y ahora…”. “Y ahora?”. “Y ahora… algo sobre este caso me perturba. Crees que Mimi Force es culpable?”. “Si”, dijo Schuyler claramente. “Ella es una persona terrible, abuelo”. “Y saber que tú eras su objetivo es extremadamente conflictivo, si. Pero…” “Pero qué?”. “Pero si tu fueras el objetivo, por qué Priscilla fue tomada? Y la chica Llewellyn? Algo no tiene sentido”. Schuyler se encogió de hombros. Quizás ella no debió apurarse a juzgar, pero eso no era lo que el Comité había hecho? Y ella no podía encontrar en su corazón para sentir lástima por Mimi. La chica había enviado a un Sangre Plateada para matarla, después de todo. “Oíste lo que Kingsley dijo. Y él es un Venator. Eso no quiere decir que él tiene que decir la verdad? Siempre?”. Lawrence asintió. “Si. Charles siempre ha confiado en ellos. Él fue el que los reclutó de vuelta para nuestra causa. Pero no lo sé. Siempre he albergado mis dudas sobre los Martin”. El auto se acercó a la puerta de la escuela Duchesne. Schuyler salió del auto, pero no sin antes darle un beso a su abuelo en la mejilla. “Tu abuela siempre dijo que nunca confíes en las superficies brillantes. Esconden innumerables defectos”. Mientras ella entraba a la escuela, Schuyler chocó con Jack Force, quien estaba entrando por la puerta del lado. Jack aún estaba en su traje gris oscuro de la audiencia, y sus ojos estaban enrojecidos, como si estuviera llorando. Schuyler sintió una punzada de lástima. Mientras ella no tenía cariño por Mimi, Jack era un recordatorio de que no todos se sentían de la misma forma. “Ella no lo hizo, sabes”, dijo él preventivamente. Schuyler enardeció, pensando, ella quería destruirme! Ella lo admitió! Pero a Jack le dijo con calma, “Eso no es lo que encontró la corte”. “Mimi es egoísta…pero no es un demonio”, imploró Jack. El timbre de la tarde sonó, señalando el término del periodo de almuerzo y el comienzo de clases. Los estudiantes comenzaron a salir de la cafetería, subir las escaleras, y llenando el vestíbulo de mármol, donde Jack y Schuyler estaban. Varios susurraban mientras notaron que Jack y Schuyler se agrupaban en una conversación. Algunos Sangre Azul que habían asistido a la audiencia se veían compasivos cuando veían a Jack, mientras que otros lo fulminaban con la mirada, y uno pasó tan lejos para silbar a su presencia. Una reunión especial del Comité había sido programada para esa tarde para alertar a los miembros jóvenes de los últimos descubrimientos. “Ella nunca lastimaría verdaderamente a otra persona”. Continuó Jack presionando el caso de su hermana. “Ella no te odia. No realmente”. Él deseaba poder explicar. No es Translated by Dana
~ 145 ~ a ti a quien odia, Schuyler. Es a mí. Ella solo volteó su furia hacia afuera porque no podía odiar a quien amaba. Y ella me odia por lo que he hecho – por amarte. Schuyler lo miró escéptica, pero continuaba en silencio. Mimi Force. Azrael. El Angel de la Muerte? No era ese el trabajo de Mimi? Provocar el final de la vida? Para su sorpresa, Jack parecía ser capaz de leerle la mente. “No lo entiendes – es parte del equilibrio. Somos quienes somos. La muerte es parte de la vida. Es el regalo de los Sangre Roja. Mimi es parte del gran plan”, dijo Jack. Schuyler se encogió de hombros. “No estoy tan segura”, dijo. “Adiós, Jack”.
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CAPÍTULO 43 Lawrence estaba estudiando minuciosamente los archivos del Depósito, y notó que un recorte de prensa estaba completamente quemado excepto su fecha en la parte superior. 23 de Noviembre de 1872. Aún estaba observándolo cuando Schuyler regresó de la escuela. Ella le contó a su abuelo sobre Jack Force logrando leer su mente esa tarde. “Pensé que estaba a salvo de la telepatía, y aún el pudo ser capaz de leer mis pensamientos. Por qué?”, preguntó ella. “Abbadon siempre ha sido uno de nuestros más talentosos videntes”, dijo Lawrence. “Tomará más que un simple ejercicio de occludo para cerrar la mente de él. Pero a veces sucede a aquellos que están atraídos por el otro pueden compartir un parentesco de algún tipo”. “Atraídos por el otro?”, preguntó Schuyler.
“Debes haber notado que él está atraído por ti”, dijo Lawrence. Schuyler se sonrojó. Ella lo esperaba pero nunca pensó que fuese realidad. Y ahora, hasta su vínculo con Mimi, él había buscado su amistad e insinuar que quizás él estaría interesado en algo más… él la había besado una vez, hace bastante tiempo. Y el chico detrás de la máscara… pudo haber sido él?. “Pero él está vinculado”, dijo Schuyler. “No puede ser”. “No. No en nuestra especie. Abbadon siempre ha sido así. No eres la primera en tentar su fidelidad”, dijo Lawrence. “Pero pasará. Gracias a Dios que no estás atraída por él. De otro modo significaría desastre para ambos”. Ella miró abajo a la alfombra, preguntándose si su abuelo estaba poniéndola a prueba, o si simplemente él asumía que Schuyler elegiría el camino correcto simplemente porque era su nieta. “Si”, dijo ella. “Gracias a Dios por eso.” De pronto ella sintió un mareo, y su visión se volvió borrosa; sus rodillas se torcieron, pero antes que pudiera colapsar, Lawrence saltó y la afirmó. “No has hecho lo que te dije”, dijo él con gravedad. “No has tomado a un conocido humano. Te estás debilitando”. Ella negó con su cabeza. “Esto no es un tema insignificante, Schuyler. Si no tomas a un conocido, hay un real peligro de que sucumbas en coma como tu madre”. “Pero yo…”. Lawrence la cortó con una brusca orden. “Debes cazar, luego – usa la seducción. La llamada. Ahora esa es la única forma”. La Caerimonia Osculor era un ritual entre un vampiro y un humano que usualmente era un progreso dentro de la relación existente. Ese era el por qué los conocidos Translated by Dana
~ 147 ~ humanos tradicionalmente era amantes y amigos de los Sangre Azul. Pero el código también permite el uso de los poderes de Seducción si el vampiro está desesperado. El vampiro usaría el Llamado para atraer el humano a él, hipnotizando al humano y extrayendo su sangre. “Te he enseñado las palabras del lenguaje sagrado que lo induciría”, dijo Lawrence. “Iré al club esta noche. Cuando regreso, confiaré en que has realizado lo necesario”. Su abuelo salió poco después de eso, dejando a Schuyler en su habitación. No quiero, pensó ella obstinadamente. No quiero hacerlo con un extraño. No quiero hacerlo con alguien que no conozco. No estoy desesperada! O si?. Luego, casi como si percibiera el llamado, alguien golpeó en la puerta del dormitorio de Schuyler. “Qué sucede Hattie?”, preguntó Schuyler. La puerta se abrió. “No es Hattie, soy yo”, dijo Oliver, encorvado en la entrada. “No oí la puerta principal abrirse. Qué haces aquí?”, preguntó Schuyler a la defensiva. “Tu abuelo me dijo que querías que viniera”, explicó Oliver. Ah. Entonces Lawrence había realizado la llamada. Solo, esto simplemente implicó el uso del teléfono. Muy listo, abuelo, pensó Schuyler. Oliver se acercó para sentarse en el baúl al lado de la cama de Schuyler. Él se veía pensativo. “Estuve pensando… si aún quieres hacerlo, podemos hacerlo”. “De verdad?”. “Si”. “Aquí?”, preguntó Schuyler, mirando alrededor de su habitación, a sus posters de Evanescence, la casa rosada de Barbie, la fila de portadas de Playbill – Rent, Avenue Q, The Boy from Oz – pegadas en su muralla durante el tiempo que Cordelia regularmente tocaba sus musicales de Broadway. Aún era un dormitorio infantil. No se veía como la guarida de un vampiro. “Está bien como cualquier lugar”, Oliver se encogió de hombros. “Por otro lado, me ahorraría el costo de una habitación de hotel”. “Estás seguro sobre esto?”, preguntó Schuyler, alcanzando su mano. “Si”. Oliver exhaló. “Sé lo que va a suceder si no lo haces, y entre tú y yo, preferiría que no seas un vegetal. Odio los vegetales”, bromeó. “Especialmente el brócoli… entonces como lo…”, dijo Oliver. “Me quedo de pie? O…”, se puso de pie y miró alrededor. Él era mucho más alto que ella. “No, siéntate”, dijo Schuyler, presionando suavemente sus hombros hacia la cama. “Así puedo agacharme”. Ella se paró entre sus piernas. Él la miró. Ella pensó que él nunca se había visto tan apuesto, o tan vulnerable. Oliver cerró sus ojos. “Hazlo suave”. Schuyler se agachó, besando el hueco en la base de su cuello, y luego, lo más delicado posible, extendió sus colmillos y los clavó. Oliver chifló entre sus dientes, como si tuviera dolor. “Me detengo?”. “No…continúa…”, dijo él, moviendo una mano. Translated by Dana
~ 148 ~ “No te estoy haciendo daño, o si?”. “No… de hecho…se siente, bien”, susurró. Él puso una mano sobre su cabeza y la guió nuevamente hacia su cuello. Schuyler cerró sus ojos y hundió sus colmillos nuevamente en su cuello. Mientras lo hacía, sus sentidos se volvieron más fuertes, y la mente de él comencé a abrirse a ella. El recuerdo de la sangre vino en destellos. Era justo como Bliss dijo: ella estaba devorando su alma, su ser… y, qué era esto? Su mente ahora era un libro abierto para ella, su sangre mezclándose con la de ella, reviviéndola… y ella pudo leer cada pensamiento que ha tenido en su vida… podía acceder a cada recuerdo. Oliver estaba enamorado de ella. Él había estado enamorado de ella todo este tiempo. Desde que se conocieron. Por años y años y años. Ella sospechaba eso pero lo había reprimido. Pero ahora estaba confirmado. No podía negarlo. Oh, Ollie. No debí hacer esto. Schuyler estaba desesperada. El Beso Sagrado solo incrementaría su amor, no lo disiparía. Ahora ellos estaban vinculados en una nueva manera y más complicada. Esto era más de lo que ella había acordado. Su amistad estaría en peligro, eso lo supo ahora. No había manera de retroceder. Ellos solo serían capaces de seguir adelante. Como vampiro y conocido. Entrelazados por un antiguo ritual de sangre. Ella terminó. Estaba saciada. Retiró sus colmillos y sintió la vigorizante energía fluir por su cuerpo. Era como si hubiese ingerido veinticuatro galones de café. Sus mejillas estaban llenas de color, y sus ojos brillaban. La cabeza de Oliver cayó. Él ya estaba dormido. Schuyler gentilmente lo dejó en su cama, donde pasaría el resto de las próximas horas durmiendo, y lo cubrió con su manta. Qué he hecho? Se preguntó, mientras sentía su visión más clara y sus sentidos aumentados. Serían capaces de guardar este secreto al Comité? Qué pasa si Oliver fuera desterrado porque descubrieron que un Conducto se volvió un conocido humano? Ella recordó que Cordelia le contó que Allegra se había casado con el padre de Schuyler, su conocido humano, contra el Código de los Vampiros. Su madre había cambiado su vínculo por otro. Y qué hay de Jack?. Cuando Oliver despertó, Schuyler estaba sentada en su escritorio, observándolo. “Bueno”, dijo él, rascándose el cuello donde las marcas de la mordida estaban crudas, “Supongo que eso es lo que se llama amistad con beneficios”. Ambos se partieron en risas. Schuyler le lanzó una almohada. Ella llevó a Oliver a la puerta y le agradeció otra vez. Él la besó en los labios mientras se iba. Un beso rápido, pero aún así, un beso en los labios. Ella cerró la puerta, su corazón estaba ansioso y aproblemado. Translated by Dana
~ 149 ~ Esto fue un error.
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CAPÍTULO 44 La suite de Allegra Van Alen en el hospital estaba en el piso más alto del Columbian Presbyterian, en un ala privada donde los ricos y famosos se recuperaban. La habitación estaba decorada en un estilo de las suites de los mejores hoteles de la ciudad, con lino blanco italiano sobre la cama, lujoso enmoquetado, y floreros de vidrio llenos de flores frescas. Cada día, un equipo de enfermeras masajeaban y manipulaban los miembros de Allegra para prevenir sus músculos de los peligros de la artrofia. No es Allegra no lo notara nunca. Una vez una de las celebridades más bella, dormía, inconsciente del mundo a su alrededor: una mujer con un glorioso y trágico pasado, pero sin futuro. El monitor cardiaco al lado de la cama mostraba un pulso fijo, y por un largo tiempo, no hubo sonido en la habitación más que el sonido fijo de la máquina. Lawrence Van Alen estaba sentado en una silla al frente de la cama de Allegra. Él había ido a visitar a su hijo por primera vez desde que regresó. Era una visita que estaba posponiendo debido al peso emocional de ver a su pequeña reducida en tal capacidad. “Oh, Gabrielle”, dijo finalmente. “Como llegaste a esto?”. “No puede oírte”, dijo Charles Force mientras entraba a la habitación, trayendo otra jarra con flores. Las dejó en el aparador al lado de su cama. Él no pareció sorprendido de encontrar a Lawrence ahí. “Ella escoge no escuchar”dijo Lawrence. “Tú has hecho esto”. “No he hecho nada. Esto fue su culpa”. “Sea como sea, sigue siendo tu culpa. Si tu no hubieras – ”. “Si no la hubiera salvado, a eso te refieres, en Florencia? Si hubiese dejado que la bestia la tomase? Entonces ella no estaría en coma? Pero cual era la alternativa? Dejarla morir? Qué iba a hacer? Dime, padre”. “Lo que hiciste era en contra de las leyes del universo. Era su hora, Michael. Era su momento de irse”. “No me hables de tiempo. No tienes idea qué sucedió. No estabas ahí”, dijo Charles amargamente. Él puso una mano sobre la mejilla y la acarició suavemente. “Un día despertará. Despertará por el amor que siente por mí”. “Es triste que aún no comprendas, Michael. Ella nunca te amará de la forma que lo hizo antes. Ella no entendió la decisión que tomaste. Deberías dejarla morir. Ella nunca te perdonará”. Los brazos de Charles Force se agitaron. “Por qué me hablas como si aún fuera un chico? Ella solo dejó el Cielo por amor por ti y Cordelia cuando fueron desterrados”.
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~ 151 ~ “Si. Fuimos condenados, los que fueron leales a Lucifer. Pero tu hermana nos trajo esperanza. Fue su opción convertirse en uno de los no-muertos”. “Justo como fue mi opción por seguirla”. Lawrence caviló sobre su antigua historia. Cuanto tiempo era ahora: Lucifer subió al trono, el Príncipe del Cielo en toda su gloria, su brillante estrella tan hermosa como el sol, tan poderoso como Dios, o lo que ellos pensaron, para su propio perjuicio. Cuando sufrieron. El cruel exilio del Paraíso, y Gabrielle, la Virtuosa, que voluntariamente había seguido a los subordinados de Lucifer para traerles esperanza y salvación a su especie. Ella le dio su espalda al Cielo por amor a ellos, y Michael la siguió fuera del Paraíso porque no pudo soportar estar separado de ella. Los dos fueron llamados Incorruptos porque no cargaban con el pecado del destierro. Ellos se habían ido por decisión propia. De amor y deber. “A si que has ganado, Lawrence. Después de todos estos años, finalmente tienes lo que quieres. El Aquelarre”. El Voto Blanco había sido llamado esa mañana, y Lawrence había sido instalado como Regis en una elección casi unánime. Charles inmediatamente había sido despojado de su título y de sus responsabilidades. Su reputación había sido empañada por la condena de Mimi. Él había ofrecido su resignación al Cónclave tan pronto en cuanto las noticias fueron anunciadas. “Nunca quise desplazarte, Charles. Solo quería que estuviéramos seguros”. “Seguros? Nadie esta a salvo. Todo lo que harás es sembrar miedo y debilidad. Nos harás retirarnos una vez más. Volver a las sombras. De vuelta a la oscuridad, donde nos esconderemos como animales”. “Una retirada no, un ejercicio táctico en el cual seremos capaces de prepararnos. Porque la guerra se acerca, y no hay nada que puedas hacer para detenerla en este tiempo. Los Sangre Plateada están ascendiendo y el futuro de este mundo será decidido de una vez por todas”. Charles Force continuaba en silencio. Él caminó hacia la ventana y miró el río Hudson. Una lenta barcaza se movía por la superficie, y una gaviota graznaba su solitario llanto. “Pero tengo esperanza. Es dicho que la hija de Allegra derrotará a los Sangre Plateada. Creo que Schuyler nos traerá la salvación que buscamos”, dijo Lawrence. “Ella es casi tan poderosa como su madre”. Le contó a Charles las asombrosas habilidades de Schuyler. “Y un día será incluso más poderosa”. “Schuyler Van Alen… la mestiza?”, reflexionó Charles. “Estás segura de que ella es la indicada?”. Lawrence asintió. “Porque Allegra tiene dos hijas”, dijo Charles en un liviano y casi pícaro tono de voz. “Seguramente, incluso no has olvidado eso”.
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CAPÍTULO 45 La condena de Mimi, el proceso formal de su ejecución, fue programada casualmente durante la semana de Ski del Duchesne en Marzo, entonces ella se permitió fingir que la familia solo iba de vacaciones a Venecia. La posibilidad de lo que iba a quemar su sangre, su inminente destrucción se veía absolutamente ridículo. Ella creyó que su padre encontraría alguna forma de salvarla de su destino, y ella pasó el vuelo por Nueva York hojeando revistas de moda, marcando las ropas que se compraría cuando regrese a la ciudad. Pero una vez que llegaron a Venecia, la bravuconada de Mimi se agrietó un poco. Especialmente cuando miembros del Cónclave los escoltaron hacia el hotel. Ellos también habían viajado a la antigua prisión, para presenciar el rito final. Era difícil de creer en la muerte y arder en su cómodo dormitorio, donde ella aún podía observar su TiVo Mis Dulces Dieciséis y Tiara Girls. Pero caminar sobre las aceras empapadas de Venecia parecía traer el pasado a la vida, y sus recuerdos chillaron con imágenes de la cacería: dando muerte a los adversarios de los Sangre Azul, las togas negras de la condena vestidas por los traidores corruptos, los gritos de la culpabilidad. Mimi se estremeció. La tradición llamaba al acusado para que voluntariamente se rindiera con el carcelero, y en la noche de su llegada, Mimi dejó su hotel e hizo la histórica caminata por el Puente de los Suspiros, donde miles de prisioneros de los Sangre Azul habían caminado antes. El puente era tan nombrado porque era el último punto de ventaja en el cual los condenados podían ver la vista de la ciudad. Ella siguió caminando a la ligera. Jack estaba a su lado, en silencio y severo. Unos cuantos pasos tras ellos, Miembros del Consejo y Guardianes seguían en procesión. Mimi podía oír los pesados pasos de las botas de los hombres, y el suave sonido de los tacos de las mujeres. “No lo hagas”, le dijo a su hermano. “Qué?”. No actúes como si ya estuviera muerta. Yo, no me estoy rindiendo. Ella levantó su barbilla, desafiante y con la cabeza en alto. “No estoy preocupada! Ellos ya verán que me tendieron una trampa!”. “Nada te deprime, ah?”, preguntó Jack con una sonrisa fantasmal. Él estaba entretenido al encontrar a su hermana tan irritante y confiada como nunca. Su valentía era admirable. “Me río en la cara de la muerte. Pero por otro lado, yo soy la Muerte”. Ellos se quedaron de pie en el medio del puente, los dos recordándole al otro caminar, otro momento, en su pasado compartido. Un recuerdo feliz. Translated by Dana
~ 153 ~ Una idea se le ocurrió a Mimi. Ella se volteó hacia su hermano. Los dos estaban de pie frente al otro, frente a frente, como lo habían hecho hace siglos atrás. “Te entrego mi ser”, ella susurró, uniendo sus dedos con los de él. Esas eran las palabras sagradas que comenzaban la ceremonia. Eso implicaba el vínculo. Todo lo que él tenía que hacer era repetir las palabras a ella, y el vínculo sería liberado en una nueva vida. En esta vida. Jack sostuvo las delicadas manos de ella en las suyas. Las levantó hacia sus labios y las besó apasionadamente, profundamente. Él cerró sus ojos u sostuvo sus temblorosos dedos, sintiendo en su mente el amor de ella, su deseo, toda su alma, esperando sobre un precipicio su respuesta. “No. No todavía”, susurró, manteniendo sus manos unidas fuertemente y abriendo sus ojos entonces él pudo mirar directamente a los ojos de ella. “Si no es ahora, cuando?”, preguntó ella, la amenaza de lágrimas se sentía en su voz. Ella lo amaba demasiado. Él era ella. Ella era él. Era la manera de su especie. Esta era su historia inmortal. “Puede que el tiempo se este agotando para mí. Para nosotros”. “No”, prometió Jack. “Nunca dejaría que sucediera eso”. Él miró lejos y soltó sus manos de las de ella. Mimi cruzó sus brazos, furiosa, y fulminó con la mirada a lo que lo había distraído. Schuyler Van Alen estaba caminando con su abuelo unos cuantos pasos detrás de ellos. Seriamente! La maldita chica no podía dejarla en paz? Ella había ganado, o no?. “Espera”, dijo Jack. “No es lo que crees. Necesito hablar con Schuyler”. Mimi observaba mientras Jack se acercaba a su rival. En la noche de su condena, ni siquiera podía tener un descanso?. Schuyler estaba atónita cuando Jack Force apareció a su lado. Ella había viajado a Venecia con Lawrence por petición de su abuelo. El pensar en ser testigo del fallecimiento de Mimi Force no era una experiencia que deseaba, aunque, como Mimi, no podía creer que realmente estaba sucediendo. “Sabes lo del juicio de sangre”, dijo Jack. Ella asintió. “Si. Mi abuelo me contó que es la única forma de probar qué fue lo que realmente sucedió esa noche. La única forma de dar vuelta una resolución del Cónclave en sesión”. Lo que Schuyler no dijo fue que Lawrence le contó algo más sobre el juicio de sangre. Su abuelo le resumió la historia de su madre durante sus lecciones vampíricas y le confió que Gabrielle era el único vampiro que era capaz de realizarlo: como uno de los Venator de alto rango, ella podía contar los recuerdos de sangre. “Como la hija de Allegra, tu puedes haber heredado esa habilidad”, dijo Lawrence. “Puedes ser capaz de salvar a Mimi Force”. “Abuelo”, suplicó Schuyler, “No soy… no puedo…”. “Escúchame con mucha atención, el juicio de sangre significa que deberás beber la sangre de Mimi para descubrir la verdad de lo que sucedió esa noche. Solo el Translated by Dana
~ 154 ~ Incorrupto tiene el poder para averiguar el recuerdo real del falso en el recuerdo sanguíneo. Pero es un gran riesgo: beber la sangre de otro vampiro significa que hay una opción de que puedas sucumbir a la tentación que aqueja a los Sangre Plateada, matar a Mimi, y condenarte en el proceso convirtiéndote en una Abominación. Es un riego que solo tú puedes decidir tomar”. “Y si decido no hacerlo?”, preguntó Schuyler. “Entonces el castigo será realizado”. El pensamiento de que ella tenía la vida de Mimi en sus manos oprimía a Schuyler. El riesgo de su propia vida para salvar al enemigo! Como podía ofrecerse para tal tarea? Ella había visitado a su madre en el hospital por orientación. Allegra dormía plácidamente en su cama. “No sé qué hacer. Si no lo hago, Mimi morirá. Pero si lo hago, entonces puedo convertirme en un monstruo… dime qué hacer, madre. Ayúdame”. Como siempre, no hubo señales de Allegra. Y ahora Jack estaba estudiando a Schuyler cuidadosamente. A qué se refería Jack con sacar esto ahora? El no debería estar al lado de Mimi y ayudarla a aceptar lo inevitable? . Jack examinó a Lawrence, quien los observaba con mucho interés. Él volvió su mirada a Schuyler. “Eres la hija de tu madre. Solo tú puedes realizar el juicio de sangre”. Ella dio un paso atrás. Lawrence aclaró su garganta, pero sostuvo su lengua. “Lawrence, tu también lo has dicho, que Schuyler tiene poderes que ninguno de nosotros tenemos. Schuyler, por favor. Te lo ruego”, dijo Jack, con lágrimas en sus ojos. “Eres su única opción. Ellos la destruirán”. De pronto, Schuyler comprendió lo que estaba en juego. Esto no era un juego que el Conclave estuviera jugando. Esto no era una fantasía o un juego puesto para su entretención. Ellos habían llevado a cabo una investigación y pronunciado su sentencia. El castigo había sido archivado en el Libro de Leyes. Ellos habían cruzado el océano a Venecia, a la antigua prisión, para cumplir con la sentencia. Mimi iba a ser quemada. Schuyler miraba con recelo a Jack. Tu hermana intentó destruirme! Ella me quería muerta tomada por un Sangre Plateada! Como puedo… Pero ella supo lo que tenía que hacer. Esa era la señal que había estado buscando todo este tiempo. Ella miró a los intensos y ansiosos ojos verdes de Jack. “Está bien”, dijo ella, tomando un respiro. “Lo haré”.
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CAPÍTULO 46 La condena fue realizada en una de las habitaciones más antiguas dentro del Palacio Ducal u comenzó con un pronunciamiento formal de la sentencia. Mimi Force fue llevada al frente de la sala en grilletes. Una toga negra se le había puesto sobre sus hombros, y su cabello rubio fue cubierto por su capucha. Los miembros del Cónclave estaban en un semicírculo alrededor de ella. El jefe de los Guardianes había terminado de describir el proceso cuando Lawrence detuvo el juicio. “Como Regis, tengo motivos para llamar un juicio de sangre para rebatir o confirmar el fallo en la sesión del Cónclave”. “Juicio de sangre?”, preguntó el jefe de los Guardianes, Edmund Oelrich. “Pero sin duda, no hay manera de hacerlo. Allegra aún está dormida, o no?”. Charles Force, quien estaba sentado en frente de su hijo, se puso de pie. “Secundo la moción para el juicio de sangre”. “Lawrence, es esto prudente? De qué estás hablando?”, preguntó Nan Cutler. “La hija de Allegra, Schuyler Van Alen, se ha ofrecido para realizar el ritual”, Lawrence llamó a Schuyler para que se acercara. “La mestiza?”, exclamó Forsyth Llewellyn. “Me opongo a esto. Como sabemos si funcionará?”. “Hija de Allegra?”, otro miembro preguntó. “Ella ha sido dotada con poderes que van más allá de la norma, y estoy confiado en que será capaz de llevar a cabo esta tarea”. El Cónclave murmuraba, y el aplazamiento de una sentencia era concedida mientras ellos acordaran este nuevo suceso en otra sala. Unas horas después, el Cónclave regresó. Finalmente, el jefe de los Guardianes habló. “El juicio de sangre será confirmado”Mimi y Schuyler fueron llevadas a una pequeña celda al lado de la sala de audiencia. Lawrence le daba palmaditas en la espalda a Schuyler. “Ten cuidado, y recuerda lo que te dije”. Cuando estaban solas, Mimi se quitó la capucha de la cabeza y miró a Schuyler con desagrado. “Tú”. “Yo”. “No te necesito. Prefiero morir”. “Lo harías? Porque ciertamente esa es la otra opción”, dijo Schuyler bruscamente. Mimi se sonrojó. “Mi hermano te puso en esto, cierto?”. “Si. Es a él a quien deberás agradecer por tu vida, si es que pruebas ser inocente”, contestó Schuyler.
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~ 156 ~ Mimi cruzó sus brazos y revisó sus cutículas. Puso los ojos en blanco. “De acuerdo. Terminemos con esto”. Mimi subió su barbilla y cerró sus ojos. Schuyler se puso de puntillas y puso su boca en el cuello de Mimi. Hundió sus colmillos… y justo como con Oliver, ella fue transportada al pasado… viendo lo que había dentro de los recuerdos de Mimi… volviendo a la noche del ataque. El oscuro subterráneo del Depósito. Mimi y Kingsley se reían con el libro. Ubicados dentro del pentagrama, la vela parpadeando y proyectando sus sombras contra la muralla de piedra. Mimi cortó su muñeca, enviando la sangre sobre la llama y diciendo las palabras. Pero luego…nada sucedió. Mimi se había desmayado, pero el hechizo no funcionó. Mimi no pudo convocar el odio necesario para traer un Sangre Plateada. Pero Mimi no estuvo inconsciente, solo desorientada. Ella había presenciado los eventos que se desarrollaron después, pero el recuerdo de eso continuaba en su subconsciente, lo cual explica por qué no fue capaz de recordarlo para probar su inocencia. Ahora, mediante el juicio de sangre, Schuyler era capaz de ver qué había sucedido realmente. Kingsley maldijo y recogió el cuchillo. Cortó su muñeca e invocó las palabras en una fuerte y profunda voz. Hubo un desgarro en la tierra: el temblor, la llama que salió disparada. El aire se llenó de humo, y de pronto había una corpulenta masa oscura dirigiéndose directo a Bliss Llewellyn y luego mató a Priscilla DuPont. En la confusión, Kingsley ayudó a Mimi a ponerse de pie, y puso una mano sobre su hombro. Schuyler sintió una presión fría en la nuca justo como Mimi había experimentado. Luego Kingsley empujó a Mimi fuera del hueco y corrió al Depósito, fingiendo ser aplastado por una estantería. Todo este tiempo fue Kingsley. Schuyler gorgoteó, alimentándose de la sangre de Mimi. Ella sabía que debía detenerse, pero no podía. Ella quería ver, quería devorar todos los recuerdos de Mimi. Ella vio algo más: la noche del baile Four Hundred. La pos fiesta en la Fundación Angel Orensanz. Jack Force, poniéndose la máscara negra que usó el chico que la besó esa noche. Entonces fue Jack quien la besó después de todo. La realización la hizo perder el agarre de Mimi, y se alejó, retirando sus colmillos. La llamada de la sangre había sido tan fuerte que había sido tentada a tomar a Mimi hasta el consumo completo, para convertirse en Mimi, absorber todos sus recuerdos y su ser. Pero la conmoción de ver a Jack en la máscara la salvó de convertirse en una Abominación. Translated by Dana
~ 157 ~ Schuyler se apoyó en la muralla, sintiéndose mareada y delirante, mientras Mimi se desvaneció y cayó en la silla cercana. Cuando encontró su orientación, Schuyler regresó donde el Cónclave. “Mimi es inocente”, dijo ella, y justo como Lawrence le había mostrado, ella entregó sus pensamientos y les mostró lo que había visto en el recuerdo de sangre, proyectando la visión de Kingsley Martin invocando al Sangre Plateada a todos los que estaban en la sala.
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CAPÍTULO 47 Mimi fue liberada a su familia, y Schuyler esperó con su abuelo en la entrada del Palacio Ducal a que llegara su lancha. “Van a arrestar a los Martin?”, preguntó Schuyler. Lawrence miró al cielo. “Si, un equipo de Venator ya fueron enviado a su hogar. Pero no los encontraron ahí”. “Por qué no?”. “Porque ya han desaparecido”, dijo Lawrence. “No será fácil atraparlos”. “Lo sabías?”. “No hasta que leíste la verdad en el recuerdo de sangre. Lo sospeché, pero no lo sabía. No es la misma cosa”. “Entonces por qué no hiciste nada?”. “Nada?”, preguntó Lawrence con una sonrisa. “Salvé a una chica inocente de la muerte. A eso no lo llamaría nada”. “Pero debiste haber enviado a alguien donde Kingsley y…”. “No sin prueba”. “Pero esperaste – y se marcharon”. Lawrence asintió. “Si, se han ido. Pero al menos sabemos que estábamos en el carril correcto. Priscilla DuPont fue asesinada no solo como un espectáculo por agrandado poder, sino porque ella estaba cerca de descubrir quién daba refugio al Sangre Plateada en el Cónclave. De hecho, ella estaba a punto de confrontar al perpetrador cuando sucedió la explosión”. “Ella iba a nombrar a los Martin?”. “Eso creo”. “Y qué prueba eso?”. “Prueba que Cordelia y yo tuvimos la razón todo este tiempo”. “Pero con los Martin desaparecidos…”. “Los Martin no son los únicos sospechosos”, dijo Lawrence. “Hay soldados de infantería, peones, creados para hacer lo que les pidan sus maestros. Si lo que ella me dijo es verdad, hay otra familia, aún en la oscuridad, que da albergue a un Sangre Plateada, que ha contribuido en el retorno de Lucifer”. “Quien?”. “Eso, Schuyler, es lo que tenemos que descubrir”. Schuyler procesó la información. Los Martin habían mostrado su mano, pero aún había un titiritero fuera del escenario manipulando las cuerdas. Ella pensó en los archivos que Priscilla DuPont había reunido antes de su muerte. “Abuelo, lo que sea que le sucedió a Maggie Stanford? Alguien lo sabe?”. Translated by Dana
~ 159 ~ Lawrence negó con su cabeza. “No”. Los Force – Charles, Jack, Mimi – salieron juntos de la sala de audiencia. El alivio era evidente en sus rostros. Jack se acercó a Schuyler. “Gracias”, dijo él. Me besaste, pensó Schuyler. Ella recordó lo que él había dicho esa noche… Como sabes que él no está interesado? Puedes sorprenderte. Él sabía que ella sabía?. Ella quería tocar su mejilla, besar su suave piel otra vez, pero vio a Mimi con el ceño fruncido. Incluso si Mimi le debía su vida, no quería decir que ella fuera a ser amable con Schuyler. “No hay de qué”, le dijo a Jack. Charles se unió a ellos. “Cuando regresemos a Nueva York, enviaré a mi chofer para recoger tus pertenencias. Ya hemos despejado la habitación de huéspedes para ti. Creo que la arreglarás a tu gusto”. “De qué está hablando?”, preguntó Schuyler. “Si, papá, qué rayos?”, interrumpió Mimi. “Veo que tu abuelo no te lo ha comentado”. Dijo Charles sonriendo con gravedad. “Lawrence, puedes haber ganado el liderazgo del Aquelarre, pero yo he ganado la batalla de adopción. Schuyler, la corte de los Sangre Roja ha decidido, en su infinita sabiduría, de ponerte bajo mi custodia”. “Abuelo…”. “Es cierto. La apelación ha sido rechazada”, dijo Lawrence, con la cabeza baja. “Charles, no pensé que insistirías en esto. Lo siento, Schuyler. Continuaré peleando, pero por ahora, vas a tener que irte a vivir con los Force. Charles, no hay necesidad de enviar a Schuyler. La iré a dejar yo mismo”. Mimi fulminó con la mirada a Schuyler, mientras Jack solo se veía estupefacto. Vivir con ellos?. Estaban locos?. Schuyler miró a los gemelos, y se dio cuenta que había sobrevivido al juicio de sangre solo para verse enfrentada en un nuevo y más complicado desafío.
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CAPÍTULO 48 Regresar al hogar de su madrastra el Penthouse des Reves era un poco decepcionante después de estar mimada en la clínica de la Dra. Pat. Bliss finalmente había sido dada de alta después de varias semanas, después de ser puesta en observación para asegurarse que estaba estable y no presentaba señales de corrupción. Ella se preguntaba qué era lo que ellos esperaban que hiciera, que los atacara? Que cortara sus muñecas? Las enfermeras en la clínica actuaban como si tuvieran miedo de acercarse demasiado, para que no les sucediera nada. Era el primer día de la semana de ski, y usualmente la familia estaría ahora mismo en un avión para Gstaad, pero el asuntó del Cónclave llamó a su padre a Venecia. BobiAnne había ido con él, pero solo si podía ir de comprar por las tiendas en Via Condotti en Roma. Jordan también había acompañado a sus padres, ya que era demasiado joven para dejarla sola. Mientras Bliss aún se recuperaba, fue dejada al cuidado del equipo de trabajadores de la casa. Bliss había estado en casa durante el juicio de Mimi y la sentencia, pero esta segura que Mimi volvería sin ningún daño. Era demasiado fácil imaginar una vida sin el modo dictatorial de Mimi Force, y no había manera de que el universo sea tan amable para deshacerse de ella. Bliss estaba aburrida y sola en el apartamento y decidió limpiar su armario para encontrar algo mejor que hacer. Quizás realizar ese ritual de limpieza general que en las revistas de mujeres siempre aconsejaban: tirar la ropa que no había usado en dos años, o aquellas que eran demasiado gastadas o ya no lo quedaban – ese tipo de cosas. Ella estaba sacando un sweater viejo tricotado cuando una larga caja de terciopelo cayó al suelo y salió un collar. Era una esmeralda. Ella había olvidado devolverla a su padre para que lo guardara en la bóveda después del baile Four Hundred. Bliss la recogió, aún cautelosa por la historia detrás de la joya. La Perdición de Lucifer. Mientras la metía en la caja, una fotografía salió por debajo de la almohadilla de terciopelo. Bliss se agachó para recogerla, estudiándola. Era una fotografía de su padre, viéndose más joven y delgado en una chaqueta y botas, con una mujer a su lado que Bliss siempre había asumido como su madre. Su padre tenía una desteñida copia de la fotografía en su billetera. Esta estaba más preservada. Bliss notó el largo cabello rubio y grandes ojos. Los ojos de Bliss, su padre siempre decía eso. Tienes los ojos de tu madre. Los ojos de su madre eran verdes, como los de ella, tan verdes como la esmeralda que sostenía en su mano. Bliss dio vuelta la fotografía. Forsyth Llewellyn y Allegra Van Alen, 1982. Allegra Van Alen?. Esa no era la madre de Schuyler?. Translated by Dana
~ 161 ~ Debe haber un error. El nombre de su madre era Charlotte Potter. De qué se trataba todo esto?. Bliss aún descifraba la extraña inscripción cuando se quebró una ventana. El vidrio se destrozó a sus pies y Bliss corrió a ver que había sucedido. El chico estaba temblando en la esquina, sus pies sangraban por el vidrio quebrado. Él llevaba la misma polera, y vaqueros con los que lo había visto la última vez. Su cabello oscuro estaba mojado y apelmazado, pero él la miró con la misma pena y ojos de avergonzado. Dylan! En realidad era él. Estaba vivo. Ella corrió hacia él, aún sosteniendo la esmeralda en su mano. Dylan miró a Bliss, luego se estremeció cuando vio lo que ella llevaba, casi como si le hiciera daño. “Estás vivo!”, dijo Bliss alegremente. “Pero estás herido – déjame ayudarte”. Dylan negó con su cabeza. “No hay tiempo para eso ahora. Sé quien es el Sangre Plateada”.
Anuncio de Nueva York. Archivos 23 de Noviembre de 1872 HEREDERA DESAPARECIDA ES ENCONTRADA MUERTA EN EL RÍO La policía de Nueva York descubrió el cuerpo de Maggie Stanford dos años después de que fuera reportada desaparecida. Una sospecha de juego sucio. El cuerpo fue encontrado y luego desapareció otra vez. EL CUERPO DE UNA BIEN VESTIDA y hermosa mujer fue encontrado esta mañana flotando en el río Hudson. El policía Charles Langford descubrió el cuerpo a las seis de la mañana y reportó el asunto a la Décima Comisaría. El cuerpo fue sacado del agua y llevado a la estación. Había marcas sobre su cabeza y cuerpo, las que llevaron a la policía a creer que la mujer fue vilmente atacada. Ella tenía cabello rojo, ojos verdes, y estaba vestida en un vestido de fiesta de seda blanco con cintas rosadas. En sus esfuerzos por establecer la identidad de la mujer, la policía encontró un pañuelo de hilo blanco con las iniciales “M.S.” en el bolsillo de su vestido. El cuerpo posteriormente fue identificado como el de Maggie Stanford, la hija del difunto magnate petrolero Tiberius Stanford y Dorothea Stanford, quien falleció hace dos meses de demencia resultante de la desaparición de su hija. La ropa de Maggie Stanford según se informa fue usada en el baile Patrician la noche en que desapareció, pues concuerda con la descripción del traje de fiesta usado por la mujer muerta. El cuerpo estaba excesivamente bien preservado, con casi ningún signo de Translated by Dana
~ 162 ~ descomposición. El cuerpo fue enviado al hospital para un examen adicional, pero al día siguiente fue reportado perdido por la morgue. La policía continúa desconcertada con este extraño caso.
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