DIRECTORIO Consejo Editorial Profr. Jesús Ruiz Barraza Rector de la Universidad de Tijuana CUT Mtro. Antonio Jiménez Luna Director de Planeación y Desarrollo Académico Lic. Rodolfo S. González Castro Editor Claudia Chita Diseño editorial Dr. Julio Cesar González Morales Investigador Dra. Margarita Alonso Alonso Investigadora Dr. Manuel González Alameda Asesor externo Colaboradores y articulistas. Mtro. Antonio Jimenez Luna, Dr. Julio Cesar Gonzalez Morales, Dra. Margarita Alonso Alonso, Dr. Cristhian Calderon Torres, Lic. Bertha Mozqueda Rojas, Dr. Odilon Lafarga Arguelles. Directorio Campus Tijuana CP. Nora Mendoza,
Directora de Operación y Finanzas,
Si algún distintivo estimo que puede servir de introducción a esta presentación de la Revista Académica de la Universidad de Tijuana, dedicada a la Investigación, es el don de la oportunidad, ya que, asistimos en estos momentos a una etapa de autoevaluación del modelo actual de enseñanza y renovación de toda la estructura educativa de la Universidad de Tijuana. Tras el proceso se busca incrementar, en todo sentido, nuestros estándares de calidad. Son muchas y muy diversas las actividades que se han realizado con ese propósito, y los logros no se han hecho esperar: en el entorno nacional, la Universidad de Tijuana es considerada miembro aspirante de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), con el objeto de que su gestión académica sea homologable en el Espacio Universitario Nacional. Hay que subrayar que durante el año 2007 se efectuaron los avances previstos en nuestro proyecto de Estándares Institucionales, centrado en elaborar un conjunto consensuado de dimensiones, criterios y procedimientos que permitan garantizar la calidad de nuestros programas educativos. Un aspecto central de la excelencia académica es, sin duda, la acreditación, proceso de evaluación mediante el cual se da fe pública de la calidad de las instituciones educativas y las carreras que ellas ofrecen. En ese sentido, el 2010 es un año muy importante, pues se concreta la etapa de la autoevaluación para desembocar en un entramado nuevo y coherente, tanto al interior de la estructura educativa de la Universidad de Tijuana como al exterior en las relaciones interinstitucionales.
Mtro. Antonio Jimenez Luna, Director de Planeación y Desarrollo Académico,
Mtra. Marisela Cano,
Directora de Servicios Escolares,
Mtra. Lourdes Delgadillo Esparza, Coordinadora Académica TM,
Lic. Claudia Merino,
Coordinadora Académica TV,
La Universidad de Tijuana es un obligado referente educativo, investigador y cultural, pero también de reflexión y de ética. De ahí que el lema Institucional sea “Nuestra Misión es Educar, Nuestro Compromiso la Calidad”. En el concepto de Calidad queremos incidir no sólo el que los estudios académicos conserven un perfil exigente, riguroso, serio, metódico y progresivo, sino muy especialmente el de promover los conocimientos en todos los aspectos y defenderlos de interpretaciones reductivas y desviadas.
Arq. Rodolfo Ortiz
Coordinador de Vinculación y Titulación,
Psic. Maricruz Alzas,
Coordinadora de Psicología,
Lic. Brenda Aguirre,
Coordinadora de Comunicación,
Arq. Gloria Morales,
Coordinadora de Arquitectura y Diseño Gráfico,
Lic Frida Rivera
Coordinadora de Derecho,
Lic. Manuel Rodríguez, Coordinador de Negocios
Lic. Bertha Alicia Modqueda Rojas Coordinadora de Diseño Curricular
En sus 16 años de actividad, la Universidad de Tijuana se ha configurado como centro de pensamiento y de formación de recursos humanos en diversas áreas –Administración, Derecho, Psicología, Comercio Exterior, Comunicación, Arquitectura, Diseño Gráfico, Contabilidad, Relaciones Internacionales, Informática y Ciencias de la Educación- y en diversos niveles, desde la Licenciatura y Normal hasta Posgrado en sus dimensiones de Especialización, Maestría y Doctorado; asimismo, ha apoyado sus procesos en diversas y cambiantes formas de gestión del conocimiento: capacitación, docencia, extensión, educación continua, investigación, eventos y publicaciones. Una de dichas formas de gestión del saber, referida a su socialización se consolida hoy, con la puesta en circulación del primer número semestral de la Revista Académica de la Universidad de Tijuana. La existencia de la revista permite a la Universidad, consolidar
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las tareas informativas en torno a sus programas de investigación, al tiempo que la provee de un argumento para reforzar sus signos de vitalidad y el cumplimiento de su misión institucional. En paralelo a esta satisfactoria situación, el contenido de la Revista Académica pretende resaltar que la vida de la Universidad de Tijuana, es sostenida y nutrida por la indagación de muchas mentes inquietas y por el latir de muchos corazones entusiastas y comprometidos. La revista está orientada fundacionalmente a la publicación de artículos académicos y de investigación, normalmente producidos en el ámbito del quehacer universitario. Completan sus páginas artículos originales sobre didáctica, informes sobre congresos, tesis doctorales, etc., y reseñas de revistas o libros. En conjunto la revista es un espacio destinado a difundir el resultado de las investigaciones, al fomento de la vinculación de ésta con la docencia y al desarrollo de un pensamiento crítico acerca de los diversos fenómenos sociales, culturales, comunicacionales, discursivos, políticos y económicos que se observan en México y el Mundo. Quisiera aprovechar esta ocasión para invitar a los alumnos y a los profesores a participar en la configuración de un espacio abierto al diálogo y al intercambio de resultados de investigaciones y reflexiones teóricas, las cuales permitirán fortalecer la labor académica y de difusión que genera esta publicación. Las páginas de esta revista están abiertas a la colaboración de cuantos productos de calidad le sean ofrecidos. Por tanto, siempre que se trate de temáticas conectadas rigurosamente a nuestro modelo interdisciplinar, la intención editorial es dar cabida a cuantas colaboraciones respondan positivamente a los criterios de rigor y seriedad académico-científica. Por último, felicito a la comunidad universitaria por la obra de gran altura intelectual y académica que tengo el gusto de presentar, con el deseo de que tenga la aceptación que merece y que sirva sobre todo de reconocimiento a nuestros docentes e investigadores. Ahora nos queda la labor de resguardar la calidad en la gestión editorial, de la internacionalización de nuestras publicaciones, y el equipo Rectoral se compromete para que la Revista Académica siga este camino, en beneficio de la Universidad de Tijuana y de la excelencia en la difusión del conocimiento que generamos.
Profr. Jesús Ruíz Barraza
Rector.
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Formación por competencias
en el contexto del aula. Una experiencia de investigación. Dr. Julio Cesar González. pag 1
Tecno Representaciones y Apropiación de las Nuevas Tecnologías: Desafíos para las universidades en la era digital. Dra. Margarita Alonso Alonso pag 11
Deseo Sexual Inhibido en Mujeres Alcohólicas en proceso de Rehabilitación. Eficacia de una propuesta de intervención. Lic. Bertha Alicia Mosqueda Rojas pag 20
Contenido La construcción social del orden moral: de la adaptación práctica a la lucha por el reconocimiento. Dr. Christian Calderón Torres. pag 30
Orientación Educativa y Tutorías: Dualidad de Intervención Psicopedagógica Mtro. Antonio Jiménez Luna. pag 43
El cambio estructural en las tasas de interés. Dr. Odilón Lárraga Arguelles pag 50
Vida Académica en la Universidad de Tijuana El escritor Eugenio Aguirre presenta en el CUT su libro “Hidalgo, entre la virtud y el vicio” Otorgan “Premio Maestro Altamirano” a estudiante de Doctorado del CUT Investigadoras del CUT imparten Taller en el Festival de México y más... pag 8
Formación por
COMPETENCIAS en el contexto del aula
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Una experiencia de investigación
Dr. Julio César González Morales.
Este artículo es una versión resumida del informe de una investigación participativa realizada con estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Educación en el CUT, Universidad de Tijuana. Se propone mostrar la factibilidad de emplear métodos que integran la docencia y la investigación en una sola acción transformadora. Defiende la necesidad de partir de una concepción socio histórica de las competencias que permita: aprovechar todas las potencialidades teóricas, metodológicas y prácticas del concepto; alejarse de las prácticas utilitarias y emplearlo a fondo para los fines de una educación integradora, funcional, humana y socialmente edificante.
Introducción. La gran diversidad de concepciones y prácticas sobre competencias existentes en la actualidad, se ubican entre dos extremos claramente diferenciables. De un lado los que pretenden garantizar, a toda costa, las destrezas que exige la producción contemporánea. De otro, los que promueven la formación integral del ciudadano en la sociedad. La Empresa, de una parte, la Universidad y los Sistemas Educativos por otra, han sido los sujetos sociales principales de una confrontación de intereses, que ha producido la multiplicidad de enfoques sobre el tema, que encontramos hoy. No obstante, el interés de formar profesionales e investigadores aptos para resolver los problemas reales de la producción y los servicios, no está para nada reñido con el propósito de garantizar los valores, actitudes y otras formaciones que contribuyan a la integralidad personal y
humana que ha perseguido, o al menos declarado siempre la educación. La universidad de hoy posee los conocimientos y las herramientas metodológicas necesarias para aunar los esfuerzos del resto de los actores sociales para lograr un graduado que integre las potencialidades para enfrentar exitosamente las transformaciones, no solo de la producción sino también de su entorno social y humano, visto de forma holística y compleja. Sin embargo, se ha hecho muy patente el peligro de que los Sistemas Educativos y Universidades, reproduzcan modelos y prácticas de formación por competencias que respondan a propósitos estrictamente relacionados con la producción o los servicios, olvidando o relegando su esencia de formador para la vida y la sociedad. La comunidad académica deberá incrementar su función investigativa en pos de alternativas novedosas y creativas para que ese peligro no se transforme en
lamentables realidades. El concepto de Competencias, posee extraordinarias potencialidades integradoras, que realzan su importancia y significado en el contexto del desarrollo y de la educación actual. Su aplicación creadora, posibilita el progreso integrado de las potencialidades internas de los educandos que han de ser movilizadas dinámicamente para la solución contextualizada y exitosa de los problemas que se presentan en su realidad externa de aprendizaje y transformación. El concepto permite trabajar productivamente y comprender contradicciones históricamente recurrentes para la ciencia, tales como: individuosociedad; sujeto-objeto; interno- externo, hombre- medio; entre otras. Posee, por lo tanto un extraordinario valor teórico y metodológico, que podría ser potenciado infinitamente si no nos empeñáramos constantemente en simplificarlo, manipularlo, deformarlo, caricaturizarlo y matarlo.
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Con este artículo se intenta socializar las experiencias investigativas desarrolladas desde la práctica educativa, junto a un grupo de estudiantes del primer cuatrimestre de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, del CUT Universidad, en Tijuana, México. La tarea consistió en alcanzar los propósitos de formación de sus competencias educativas en el contexto del módulo “Introducción a las Ciencias de la Educación” que se incluye en el plan de estudio de su carrera y que estuvo enmarcado temporalmente en el cuatrimestre septiembre- diciembre del 2009. Se propuso realizar en la práctica, de la manera más completa posible, y hasta donde lo permitieran las condiciones, saberes y habilidades colectivas, los principios básicos de la formación por competencias, integrándolos, en la práctica, al deber ser una educación contemporánea no tradicionalista. La Investigación acción participativa es el método que sirve de sostén al trabajo, al ser considerada al aula como un taller viviente generadora de experiencias y conocimientos nuevos, no solo para los alumnos sino también para toda la comunidad científica. De tal manera, se desarrolló una experiencia docente en la que poco a poco se fueron involucrando los alumnos al proceso de indagación y de perfeccionamiento de la docencia, para encontrar las mejores opciones de formación de las competencias planteadas en su plan de estudio.
Fundamentos. Las competencias se forman a lo largo de la vida de las personas y los grupos humanos, como resultado de un largo proceso de orientación en los contextos para resolver las situaciones que garantizan la satisfacción de las necesidades individuales y sociales. Aunque son formaciones esencialmente subjetivas, no podrán ser comprendidas si no se analizan en el contexto de las situaciones sociales que las movilizan y provocan. “La competencia profesional es una
configuración psicológica compleja en tanto incluye en su estructura componentes de orden motivacional e intelectual que se integran en diferentes niveles de desarrollo funcional en la regulación de la actuación profesional del sujeto. Esto quiere decir que un profesional es competente no sólo porque posee conocimientos y habilidades que le permiten resolver eficientemente los problemas profesionales sino también porque manifiesta una motivación profesional sustentada en intereses y valores profesionales y dispone de recursos personológicos que le permiten funcionar con flexibilidad, reflexión personalizada, iniciativa, perseverancia, autonomía, perspectiva futura en su actuación profesional de manera tal que posibilitan un desempeño profesional eficiente y responsable”. (González, V. 2002) Otro investigador nos plantea que las competencias pudieran considerarse como “modos de funcionamiento de la persona que articulan conocimientos y experiencias, habilidades, valores, actitudes y disposiciones, que se expresan en desempeños orientados a las demandas requeridas de las situaciones y a su transformación práctica”…por tanto, “expresan dinámicas coherentes o contradictorias entre sus componentes, que se manifiestan en la relación entre los grados de eficiencia logrados y las potencialidades de su desarrollo en condiciones de interacción social en determinados contextos favorecedores o inhibitorios”. (D’Angelo, O. 2005). En su artículo La formación por competencias: Una mirada desde el enfoque histórico cultural, Roberto Corral brinda una serie de ideas que alimentan una Revista Académica CUT Universidad de Tijuana posible definición. De ellas hemos seleccionado las siguientes: La competencia existe como potencialidad, que se realiza, se concreta, se actualiza en un desempeño real. No puede reducirse tampoco a un proceso psicológico específico, sino que expresa una potencialidad personal in-
tegradora, al nivel de la personalidad de variados procesos y recursos individuales de diferente orden de complejidad. Se vincula directamente con el concepto de Zona de Desarrollo Próximo, definida desde el enfoque histórico social, en el sentido de que pudiera representar su contenido. la competencia supone una implicación personal, no es la mera acción que se ejecuta por órdenes de otros o imperativos contextuales de fuerza mayor o por respuestas automáticas o rutinarias, sino el significado que la persona le atribuye a su desempeño de acuerdo con sus motivos e intenciones y por tanto, supone una decisión personal, una acción volitiva. Trasciende además la dicotomía cognitivo-afectivo. La definición de competencia se completa con una cualidad definitoria; la fortaleza y fecundidad de las relaciones con otras personas. (Corral. 2008) Todas estas ideas y definiciones enfatizan: Las competencias son construcciones resultado de la intervención de las formaciones de la personalidad del sujeto como un todo. Integran formaciones y procesos de carácter cognitivo y afectivos. Son formaciones auto reguladoras del desempeño exitoso. Son activadas en dependencia de una situación externa que debe ser resuelta. Son por lo tanto conformadas histórico culturalmente por múltiples agentes sociales. Resultan de una dinámica de factores externos e internos. Las reflexiones compartidas y enriquecidas con los alumnos en las clases conducen a definir la competencia como la dinámica subjetiva de integración y movilización de los recursos internos de la personalidad, ante las exigencias sentidas de la situación que organiza y regula una interacción exitosa de la persona con su entorno. Esta definición enfatiza lo que iden-
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tificamos como los cuatro rasgos básicos de la categoría que se expresan en: Dinamismo, Complejidad, Interactividad e Integración. Ello se expresa en el mapa siguiente construido para los efectos de la docencia y la investigación:
Metodología Toda la acción fue desarrollada conjuntamente en tres etapas muy interrelacionadas entre sí: Una primera estuvo dedicada básicamente a motivar a los alumnos en el proceso. Los argumentos utilizados estuvieron fundamentados en que se trataba del primer curso que esta Universidad emprendía en la modalidad de Formación por Competencias. Se abordó de manera participativa el concepto de competencias y se debatieron las diferencias sustanciales que implicaba esa modalidad de formación para su práctica educativa. Ayudó mucho el carácter del contenido del curso, que por tratarse justamente de Introducción a las Ciencias de la Educación, posibilitó abordar cuestiones interesantes de la Educación como Ciencia y también como profesión, todo lo cual sirvió también de elemento motivador. Una segunda etapa, estuvo orientada básicamente a la construcción del primer proyecto de aprendizaje. Consistió básicamente en el desarrollo de las primeras etapas de elaboración de un programa orientado a identificar y comprender, a partir de experiencias reales, los problemas de la educación contemporánea.
Esta etapa se orientó al propósito de que los propios alumnos construyeran una aproximación inicial de los problemas que enfrenta el profesional de la Educación hoy. Para ello le fueron útiles las nociones de ciencia, investigación y metodología, niveles del conocimiento científico entre otros, construidas en clase, con estrategias totalmente participativas. Se les pidió que identificaran, mediante entrevistas a educadores, algunos de los problemas presentes en sus prácticas. Los alumnos se familiarizaron con la elaboración de guías de entrevistas que realizaron en la práctica; identificaron desde un nivel empírico de conocimiento los problemas de la educación hoy; presentaron sus hallazgos; listaron colectivamente los problemas identificados por todos; Seleccionaron cada uno un problema; Reformularon los problemas con las categorías de las ciencias de la educación; Buscaron literatura científica que les permitiera comprender la importancia del asunto en la educación contemporánea; Diseñaron y realizaron otras entrevistas a otros educadores; Complementaron empíricamente la visión teórica que habían conformado; Elaboraron y presentaron las ideas de cómo podría continuarse un proyecto de ese tipo. Los temas trabajados fueron: Relación Familia Escuela. Las adicciones en las Escuelas Problemas relacionados con el déficit de atención a clases. La comunicación Maestro-alumno. La calidad de la educación en México. Estrategias de aprendizaje. Aprovechamiento escolar. Los temas trabajados les permitieron una primera aproximación propia a una diversidad de asuntos objeto de estudio de las Ciencias de la Educación, lo cual estaba
en línea con los propósitos generales del curso. La tercera etapa, se orientó al desarrollo de un segundo proyecto de aprendizaje que estuvo dedicado al tema de la evaluación educativa. Los alumnos consultaron bibliografía y produjeron sus propias miradas de las diversas modalidades de evaluación en educación, lo que cerró con la construcción de un mapa conceptual general. El proyecto se concretó en varias acciones prácticas. En primer lugar la autoevaluación que cada alumno hizo de su propio desarrollo académico. Luego, el proceso de evaluación colectiva que se concretó en la coevaluación realizada, por cada uno de ellos, a uno de sus compañeros de clase. Tanto la auto como la coevaluación se produjo a partir de una guía elaborada colectivamente por el grupo, y se fundamentó en los portafolios de evidencias conformados cuidadosamente, contentivos de todos los productos entregados por cada alumno durante el curso: análisis de lecturas, mapas conceptuales, ensayos, entre otros. La actividad final, cuya preparación se convirtió en la práctica, en el tercer proyecto de aprendizaje, consistió en la elaboración y presentación por cada alumno de una supuesta exposición promocional, que estaba dirigida a estudiantes de preparatoria, y que tenía como propósito informar y convencer al auditorio para que orientaran su vocación hacia las Ciencias de la Educación. Alcanzar los objetivos de esta actividad, implicó que los alumnos dominaran con mucha destreza el contenido de la carrera, que lograran exponerlo convincentemente, así como, estar en condiciones de responder a las dudas del auditorio, evidenciar su vocación, sus actitudes y valores. Como parte de la preparación, el grupo organizó todo el contenido del curso en carpetas conformadas por todos los materiales utilizados y producidos en las actividades realizadas en cada encuentro, las cuales tomaron parte de su entrenamiento, además de convertirse en un resultado tangible de la experiencia y un registro palpable de sus evidencias de logros colectivas.
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La experiencia fue posible gracias a la calidad humana, interés, responsabilidad, dedicación y disciplina mostrados colectivamente y por cada uno de los alumnos del grupo, a los que hago patente mi reconocimiento como coautores del presente trabajo, así como mi agradecimiento.
Algunos resultados y reflexiones. Se lograron modestos avances en la formación de una orientación científica e investigativa de los estudiantes. Dicho de otro modo un ligero progreso en la formación de su competencia investigativa. Contribuyeron: la construcción colectiva de una noción de ciencia; la comprensión del objeto de estudio de las Ciencias de la Educación; la mirada compleja de la investigación como recurso de aprendizaje y de desarrollo de la teoría, mediante el vínculo evidenciado, en la práctica, entre el proyecto de aprendizaje y el de investigación. Se logró una mayor identificación de los alumnos con su campo de estudio, una aproximación al manejo de los con-
tenidos de las diversas disciplinas: Pedagogía, Didáctica, Sociología, Psicología, unido al acercamiento teórico, y la identificación con los problemas reales que plantea la educación hoy en México Se comprendió mucho mejor el reto principal de los educadores en cuanto a cambiar formas tradicionalistas de enseñanza por la búsqueda de recursos de aprendizaje: creativo, participativo, crítico y sobre todo transformador. Lo anterior favoreció la identificación de los alumnos con la problemática de su carrera, así como la autoconciencia de su inserción en el mundo de su profesión, lo que redunda en un desarrollo potencial de sus competencias profesionales estrictamente educativas. La metodología empleada así como las actividades prácticas realizadas favorecieron en cierto modo el desarrollo de las competencias comunicativas, Toda vez que se intentó el perfeccionamiento de las habilidades orales, así como las de lectura y escritura científicas. Del mismo modo las acciones realizadas en su conjunto permitieron que se cumplieran los requerimientos para la formación de las competencias específicas declaradas en la carta de la asignatura.
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Estos logros habría que interpretarlos como evoluciones, que no se expresan de igual modo en los diferentes alumnos que participaron de la experiencia. Influyen en ello, por supuesto, las diferencias individuales de los estudiantes, las motivaciones, experiencias, conocimientos que traen en el momento de ingresar a la carrera. Habría que perfeccionar mucho las estrategias que posibiliten una educación verdaderamente personalizada, que logre considerar en toda su magnitud al quehacer docente diario esas diferencias y que posibilite el trazo de caminos verdaderamente diferenciados e integrados. En otro orden de cosas ninguna materia puede lograr completamente de manera independiente formar las competencias que se declara en los propósitos de su plan de estudio. Por ello se precisa la acción verdaderamente coordinada y de equipo, de los maestros que participan en la formación de un grupo de estudiantes, tanto en micro planeación, como en el trabajo docente diario en el aula. Desde la práctica y el transcurso de esta investigación se pudo experimentar, cuan difícil resulta trascender los méto-
competencia
MUNDO INTERNO DE LA PERSONALIDAD Creencias Habilidades
Capacidades
Conceptos
Conocimientos
Criterios personales
Necesidades
Actitudes
Sentimientos
Deseos
Estados de ánimo
Valores
Emociones Vivencias, Experiencias
MUNDO EXTERNO A LA PERSONALIDAD Posiciones que se ocupan
PERCEPCION DE LA COMUNICACION
Roles sociales COMPORTAMIENTO EXITOSO
Interlocutores Escenarios Criterios de otros Circunstancias
dos tradicionales, mediante los cuales el profesor explica los contenidos al alumno tal cual su propia comprensión a través del discurso pedagógico. En diversas ocasiones, la vida nos sorprende reproduciendo explicaciones tradicionalistas, orientadas a transmitir ese conocimiento, logrando en el mejor de los casos una comprensión instantánea y un olvido mucho más rápido y seguro. La formación de un concepto es un proceso que necesita insumos que tiene que buscar y componer el propio estudiante para lograr la formación de un resultado propio. La pregunta permanente, el cuestionamiento constante, la búsqueda de las experiencias personales, la reflexión crítica, el presentar problemas para buscar colectivamente soluciones, han sido algunos de los recursos que han permitido vencer los hábitos tradicionales de la explicación y los largos discursos. Por tanto una de las competencias que debe desarrollar el maestro es la de hacer pensar críticamente al alumno. Ser competente para lograr que el alumno movilice todos los recursos subjetivos de que dispone para solucionar los problemas de aprendizaje que se presentan; identificar las carencias de los alumnos en cuanto a insumos propios sean estos conocimientos, experiencia o habilidades; detectar actitudes que puedan
Bibliografía Básica. Corral, R (2008) Hacia una definición de competencias desde el enfoque histórico social. Facultad de PsicologíaUniversidad de La Habana. D´Angelo, O (2005) Complejidad y desafíos de la educación históricocultural, humanista y crítica en la formación, investigación y evaluación de competencias. Simposio Transdisciplinareidad y Formación de competenciasOFDPPONENCIA.-HÓMINIS´05
constituirse en barreras de los procesos; orientar la búsqueda proactiva de los insumos para satisfacer sus carencias. En esa dirección se pudo constatar las amplias posibilidades que ofrece el aprendizaje por proyectos para la formación de competencias. El proyecto de aprendizaje demostró fortalezas infinitas como herramienta para la formación de competencias.Como estrategia didáctica permitió el desarrollo de habilidades de investigación sin apartarse de la docencia, lo que favorece extraordinariamente las posibilidades para el alumno de aprender a aprender. Al identificar áreas de conocimiento nuevo, a las que el alumno no ha tenido acceso en sus clases tradicionales, obliga al alumno a buscar activamente el conocimiento de manera independiente, lo que incrementa considerablemente el arraigo de los conocimientos y habilidades desarrolladas. El proyecto, por su parte se orienta a tareas concretas que el estudiante debe aprender a hacer, lo cual es lo óptimo en la formación por competencias. Los proyectos emprendidos posibilitaron adelantar escenarios para la obtención del conocimiento, vincular a estos con la realidad educativa que transcurre fuera del aula, que el alumno asuma un rol mucho más protagónico en su formación.
La práctica demostró que el cambio de la situación de clase contribuye a la construcción subjetiva colectiva de ambientes de aprendizaje mucho más novedosos y diversos. En este sentido el uso de las tecnologías posibilitó trasladar al aula a escenarios internacionales, compartir experiencias educativas, familiarizarse con temas nuevos, reflexionar sobre asuntos de interés profesional, realizar dinámicas participativas, formarse nuevos puntos de vista sobre temas de interés y actualidad. Las carpetas de materiales recopilados en las sesiones muestra la diversidad de videos utilizados para provocar reacciones dignas de debate y romper con la monotonía del monólogo del profesor. Las evidencias empíricas acumuladas demostraron la validez de un concepto de competencias en el que se expresa la riqueza de la dinámica subjetiva, se integra y movilizan recursos internos de la personalidad, como un todo. Los ejercicios prácticos realizados evidenciaron la importancia de las exigencias de la situación concreta en la organización exitosa de la actividad de la persona con su entorno. Se puso de manifiesto el proceso de la competencia como configuración de formaciones a partir de unidades subjetivas de conocimiento y afecto, que cobran
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sentido para el sujeto en la medida en que son articuladas y puestas en función de la satisfacción de necesidades de la personalidad, en el proceso de aprendizaje orientado a la solución de problemas. La constatación empírica de presupuestos teóricos así como su reconstrucción activa, apunta hacia varias cuestiones esenciales que tendrán que ser consideradas en la práctica educativa orientada a la formación de competencias. Las universidades y los sistemas educativos deberán asumir posiciones mucho más críticas en relación con las concepciones y prácticas relacionadas con la formación por competencias. Deberán ser promovidas y respaldadas posiciones teóricas que consideren el carácter dinámico, integrador, complejo e interactivo de las competencias como formaciones subjetivas reguladoras de comportamiento social. En el funcionamiento dinámico de la competencia intervienen de manera integrada, muchas y muy diversas formaciones subjetivas de la personalidad, por lo que no basta con declarar la tan socorrida interacción de conocimientos, habilidades y actitudes. Tal simplificación podría colaborar con la simplificación conceptual y práctica de los procesos educativos.
Las competencias se fundamentan en múltiples formaciones subjetivas más simples que deberán ser construidas por el sujeto en sus procesos socializadores con la ayuda de la educación, para que en un momento determinado el sujeto pueda usarla e integrarla competentemente. Esto último requiere de entrenamientos específicos. Estas formaciones subjetivas (internas), participan en la configuración de la competencia en dependencia de las exigencias que plantea la solución de los problemas que se dan en el entorno, (externas) las que también se configuran de manera muy rica y diversa. Por lo que las estrategias didácticas orientadas a la solución de problemas ofrecen infinitas posibilidades a la formación por competencias. Estos niveles de complejidad e interrelación entre los factores externos e internos que se dan en el proceso, determinan que, por muy bien logrados que estén los planes de estudio por competencias, siempre será necesaria una micro planeación curricular que solo podrá ser realizada en situación de diálogo continuo entre el profesor y sus alumnos. La formación por competencias está requerida de una educación personalizada, realizable a partir de los conocidos procedimientos de la Orientación Educativa, la Tutoría, entre otras. No obstante,
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resulta importante que todos los docentes asuman la personalización de su influencia como norma y se conviertan en maestros tutores en su práctica educativa. Todo ello resalta y ratifica el rol protagónico del profesor en todo el proceso educativo por competencias que deberá ser un proceso centrado, como ya dijimos en el alumno y su aprendizaje. Se precisa por lo tanto, pensar en qué competencias educativas se requiere formar en los maestros en las nuevas condiciones para el logro de tan elevados propósitos. La formación de competencias requiere definitivamente de ambientes dinámicos, creativos, complejos y de integración, donde cada alumno pueda construir desde su singularidad y contribuir a la formación de la subjetividad del grupo mediante el despliegue de una comunicación interactiva. Este aspecto, que requiere de mucho tiempo y esfuerzo colectivo, no pudo ser desarrollado como hubiésemos deseado en esta experiencia investigativa por lo que queda fijada como propósito priorizado en futuros intentos. Tijuana Baja California, 16 de Marzo 2010.
es Licenciado en Psicología por la Universidad de La Habana, (1974). Doctor en Ciencias Psicológicas por el Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de la URSS (1986). Se ha desempeñado profesionalmente como Docente, Investigador, Consultor de empresas, Analista de medios, Asesor en materia de comunicación. Se desempeñó como Director de Posgrado y Educación Continua de la Universidad de Tijuana. Campus Tijuana y actualmente catedrático de la institución.
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VIDA
Académica en la UNIVERSIDAD de TIJUANA
El escritor Eugenio Aguirre presenta en el CUT su libro Hidalgo, entre la virtud y el vicio
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El connotado escritor Eugenio Aguirre, especialista en temas históricos del siglo XIX, presentó en la Universidad de Tijuana CUT su novela histórica “Hidalgo, entre la virtud y el vicio”, en la cual nos presenta una historia divertida y anecdótica del padre de la patria. La primera presentación tuvo lugar el pasado miércoles 14 de abril en la ciudad de Ensenada teniendo como escenario al Centro Estatal de las Artes Ensenada. En su presentación el escritor estuvo acompañado del Rector de la Universidad de Tijuana, Profesor Jesús Ruiz Barraza. En la Sala de Usos Múltiples de la Universidad de Tijuana ubicada en la Colonia Altamira, el reconocido escritor dio su segunda presentación el pasado jueves 15 de abril en punto de las 11:00 hrs, siendo presentado por Profr. Jesús Ruiz Barraza, Rector y por el Profr. Mario Ortiz Villacorta, cronista de la ciudad Eugenio Aguirre es narrador, ensayista y guionista de cine. Estudió Derecho y obtuvo la Maestría en Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México. Recibió la Gran Medalla de Plata en 1981 otorgada por la Academia Internacional de Lutece, París, por su novela “Gonzalo Guerrero”, y el Premio José Fuentes Mares 1988 por su novela “Pasos de Sangre”. Entre su obra publicada destacan: “Autobiografía: Eugenio Aguirre”, “De Cuerpo Entero: La Belleza y La Escritura”, “Biografía Novelada: Valentín Gómez Farías y Leona Vicario”. Dentro de su obra novelística se incluyen los títulos: “Jesucristo Pérez”, “El Caballero de las Espadas”, “El Testamento del Diablo”, Cadáver Exquisito, El Rumor Que Llegó Del Mar, La Suerte De La Fea, La Red “De Jonás”, “Amor de mis Amores”, “Pasos de Sangre”, “Los Niños de Colores”, “Xalapatra”, “Elena o el Laberinto de la Lujuria”, “Desierto Ardiente”, “La Fascinación de la Bestia”, “Cuarto Cerrado”, “El Hombre Baldío”, “La Lotería del Deseo” y “La Casa Ciega”. Entre sus principales novelas históricas, se encuentran “Gonzalo Guerrero”, “La Cruz Maya”, “Isabel Moctezuma”, “Victoria”, y su más reciente obra “Hidalgo, Entre la Virtud y el Vicio”.
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Investigadoras del CUT imparten Taller en el Festival de México
Catedrática del CUT imparte ponencia en la Universidad de Guanajuato
Las investigadoras del CUT Carmen García y Leslie González impartieron el”Taller Sonidos con Protoboard en el CCE-MX” como parte del programa “(in) Posición Dinámica – Ars Electronica” del Festival de México realizado del 11 al 28 de marzo en la Ciudad de México. El objetivo del taller fue mostrar una forma de producción económica y plural utilizando información de libre distribución, además de permitir a los asistentes comprender y experimentar el fenómeno físico de la generación del sonido a partir de la electricidad. Este taller abordó el uso de la tarjeta de prototipos como instrumento emergente para la generación de sonido electrónico. Cada día se trabajó en el diseño específico de un instrumento ensamblado en su protoboard.
En el marco de los Festejos del Bicentenario del inicio de la lucha de Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana en el Estado de Guanajuato, tuvo lugar el “VIII Encuentro Regional de Estudiantes de Historia del Norte y Occidente de México: Bicentenario: Rememorando 200 años de identidad nacional” que se realizó del 20 al 23 de abril en la Universidad de Guanajuato. En el evento participó como ponente la catedrática de la Universidad de Tijuana, Lic. Atenea De La Cruz Brito, con el tema “La contradicción del capitalismo: sobreproducción y crisis económica, 1997, 2007” el pasado miércoles 21 de abril en punto de las 6:00pm en el Salón de Actos de Derecho del Edificio Central de la Universidad de Guanajuato. En su ponencia planteó un análisis comparativo de la crisis financiera que sufrió el Sudeste asiático a principios de 1997 y la crisis económica que explotó en los Estados Unidos a mediados de 2007; identificó los rasgos y causas comunes de ambas crisis así como también pronosticó los efectos que dejará la crisis actual y las recomendaciones o medidas que se pueden tomar para evitar posteriores problemas económicos de tal magnitud. Con la participación de más de veinticinco universidades del país el “VIII Encuentro: Bicentenario: Rememorando 200 años de identidad nacional” convocó a estudiantes, maestros, investigadores y público especializado en sus más de cuarenta actividades que incluyeron las conferencias magistrales “El ayate guadalupano como imagen de sustitución afectiva. De los ‘verdaderos retratos’ al estandarte de Hidalgo” del Mtro. Sergio Domènech Garcia de la Universitat de Valencia y “La época de la Revolución Atlántica: Comparaciones entre México, Estados Unidos, y Francia” del Dr. Eric van Young de la University of California, San Diego.
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Otorgan “Premio Maestro Altamirano” a estudiante de Doctorado del CUT
Conferencia Magistral de Posgrado en Campus Ensenada
El Mtro. Gabriel Felipe Jacques López, originario de Mexicali, B.C., será reconocido a nivel nacional con el premio “Ignacio Manuel Altamirano al Desempeño en la Carrera Magisterial” el próximo 15 de mayo. Egresado de la Maestría en Ciencias Jurídico Penales por el CUT Universidad de Tijuana, el Mtro. Gabriel Felipe Jacques López actualmente cursa el Doctorado en Educación del CUT Universidad de Tijuana Campus San Luis Río Colorado. El Mtro. Gabriel Jacques ingresó a la Secretaría de Educación Pública SEP en 1981 en el Estado de Oaxaca, de allí pasó al Estado de Puebla como Jefe de Pagos; posteriormente fue promovido a la Ciudad de México a la Dirección General de Educación Indígena y en 1983 fue transferido a Hermosillo, Sonora, para llegar ese mismo año a la Ciudad de San Luis Río Colorado a la Escuela Secundaria General No. 2, actualmente Luis Donaldo Colosio, donde ejerce como docente desde 1984. El Reconocimiento Nacional “Ignacio Manuel Altamirano al Desempeño en la Carrera Magisterial” es una distinción que hace el Gobierno Federal a través de la SEP, mismo que se entrega a un docente por Estado, el cual surge de la elección que hace un jurado integrado por 20 personas, quienes para otorgarlo toman en cuenta los resultados obtenidos en el programa de carrera magisterial del año próximo anterior. Los maestros que participan en carrera magisterial son evaluados en todas áreas de la docencia, ya que presentan un examen de conocimientos de la materia que imparten donde se incluye todo lo relacionado con la educación, desde la constitución hasta los conocimientos pedagógicos empleados. También se les aplica un examen a los alumnos que cada maestro atiende. Además de esto será tomado en cuenta su preparación académica, los resultados de la evaluación de los cursos nacionales y estatales a los cuales debe asistir y aprobar anualmente, así como su preparación académica, su antigüedad y su trabajo en el aula. De todos estos factores surge una calificación global, la cual es la base para otorgar el premio y reconocimiento, el cual es para un solo maestro por Entidad Federativa. El Mtro. Gabriel Felipe Jacques López será el primer maestro de San Luis Río Colorado en recibir este reconocimiento de manos del C. Presidente de la República.
Con motivo del inicio de clases de los programas de Posgrado, el pasado sábado 12 de febrero, en las instalaciones de CUT Campus Ensenada se llevó a cabo una Conferencia Magistral a cargo del Doctor en Educación Salvador Jiménez Quezada con el tema “Investigación Científica encaminada a la acción”. La conferencia fue dirigida a los alumnos de maestría y doctorado en educación como parte de la materia de Seminario de Investigación Acción, asignatura que se encuentra a cargo de la Dra. Irma Cruz Soto. Estuvieron presentes alrededor de 20 alumnos de posgrado, los cuales se mostraron interesados en que hubiera más actividades como esta para reforzar sus conocimientos adquiridos en el aula. Se abrió un espacio de preguntas y respuestas donde se dio una dinámica muy activa. Al terminar la conferencia los alumnos de Maestría y Doctorado degustaron un delicioso ambigú donde aprovecharon para aclarar algunas dudas y compartir comentarios con el conferencista. Asimismo, el Dr. Salvador Jimenez recibión un diploma de parte de las autoridades del CUT Ensenada.
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ecno Representaciones y Apropiación de las Nuevas Tecnologías Desafíos para las universidades en la era digital Dra. Margarita Alonso Alonso
Las vertiginosas transformaciones
del sistema mediático en los últimos años han planteado a la investigación comunicológica
considerables retos.
Como se ha señalado “a partir de la emergencia de nuevos elementos en la ecología comunicacional, especialmente las denominadas Nuevas Tecnologías de la Comunicación (NTIC), (…) se hace necesaria también la búsqueda de nuevas herramientas, modalidades, miradas y conceptos para su estudio” (Galindo y Gómez, 2004). En el centro de la reflexión teórica sobre internet y las nuevas tecnologías se encuentra el debate en torno a la relación e influencia mutuas entre la tecnología y la sociedad. Se ha afirmado, con razón, que el determinismo tecnológico ha sido relativamente superado teóricamente en las Ciencias sociales en los últimos años, para dar paso a la comprensión sociológica y cultural de la tecnología: “Suponer que la tecnología condiciona en forma irrevocable a la sociedad es caer en un reduccionismo llamado “determinismo tecnológico”. Pero pensar al revés, que la sociedad, la cultura o la economía determinan la tecnología, es caer en otro reduccionismo de tipo economicista, sociologista, etc. Lo interesante es ver como hay una retroalimentación mutua, una causalidad circular donde todo afecta a todo.” (Pis-
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citelli, 2000). A 10 años de la aparición del medio en América Latina, los estudios sobre internet han comenzado a diversificarse y ampliarse cuantitativa y cualitativamente. Durante varias décadas, la investigación comunicológica sobre las nuevas tecnologías estuvo centrada en enfoques de carácter crítico interpretativo sobre el impacto económico, social y cultural de las mismas. Estos estudios contribuyeron a la actualización de la perspectiva crítica en los nuevos entornos comunicativos y representan una reflexión de gran valor en la comprensión de las lógicas del funcionamiento de la comunicación en la llamada sociedad de la información. Sin embargo, más recientemente, la investigación de las tecnologías de información ha sufrido desplazamientos sustanciales, que consideran la necesidad de reformular conceptualmente el abordaje de los nuevos medios: “(...) Los objetos de estudio que es necesario reformular no son sólo los productos tecnológicos nuevos como tales, o las tecnologías como lógicas de uso de determinados recursos (en este caso los informativos), independientemente de que se les considere “nuevas” o no. Se trata de algo mucho más amplio y profundo: los cambios inducidos en las relaciones socioculturales entre sujetos y sistemas, en la organización de la vida cotidiana y de sus representaciones cognitivas, en la distribución de las posicio-
nes del poder y el control de espacios en que se sitúa toda actividad humana. (Fuentes Navarro, 2001). La investigación académica de este medio ha cobrado un auge tal en la última década que llega a hablarse de los Estudios de internet como una nueva disciplina (Figueroa, 1994); en tanto algunos autores utilizan la denominación de Estudios Tecnoculturales o Ciberculturales (Silver, 2000 en Calvi, 2004). La expansión y desarrollo crecientes del funcionamiento de la Red de Redes, ha despertado el interés de los investigadores por describir, conceptualizar y entender el significado de este novedoso y complejo medio. Los análisis sobre internet son en ocasiones ambiguos y oscilan entre posturas extremas, instrumentales o excesivamente críticas, y no dejan de aparecer autores cuyos enfoques evidencian una actitud afectiva, ya sea de signo positivo o negativo: desde los fascinados hasta los atemorizados ante las implicaciones del medio1, pasando por enfoques más sustentados y dialécticos. Sin el ánimo de agrupar bajo una taxonomía rígida la diversidad de perspectivas existentes en la actualidad en el estudio de internet, una mirada al conjunto de conceptualizaciones nos permite identificar las siguientes tendencias fundamentales: Enfoques críticos de orientación
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marxista. Enfoques de carácter instrumental, tecnocráticos. Estudios socio culturales. La primera perspectiva, sustentada en la teoría crítica de inspiración marxista intenta analizar los cambios humanos que provoca esta nueva forma de producir, difundir y compartir conocimientos, los nuevos imaginarios, las nuevas formas de compartir y de distribuir que impondrá la red. Para esta perspectiva, Internet reproduce no solo a la sociedad y su modelo de desigualdad (por ejemplo en el acceso a la red), sino también su modelo de racionalidad, distribución y hasta de lógica, pues la lógica binaria cibernética tiene su correlato, no solo material, sino histórico y humano, en la polarización socioeconómica incluido-excluido (Sabatini, 2004). La mirada crítica aborda a Internet como parte de las estrategias de expansión del actual sistema neoliberal, basado en el predominio del valor del mercado por sobre todas las cosas, en la entronización del poder económico por encima de cualquier otra fuerza. (Verdú, citado por Sabatini, 2004). La perspectiva crítica analiza un aspecto ineludible del fenómeno de Internet y cualquier mirada seria sobre esta herramienta tecnológica debe analizar sus postulados teóricos. Sin embargo, algunos de sus planteamientos, permanecen en la crítica de corte pesimista que impide la elaboración de una estrategia teórica y práctica ante este nuevo medio y sus implicaciones sociales. Por otra parte, esta corriente se basa en razonamientos de carácter reflexivo interpretativos, con escasas investigaciones empíricas. Otros enfoques sobre Internet son los análisis de corte eficientista, que tienden a ver en el medio sus características preferiblemente instrumentales y sus efectos positivos, como son las oportunidades y ventajas de las diferentes aplicaciones de la red de redes para las instituciones de la sociedad actual.
Octavio Islas, por ejemplo (2002: XXXIX), ve en la Red ¨una ruta abierta para la construcción de nuevos mundos¨, que permitirá a las empresas y a los usuarios soluciones inteligentes a sus múltiples y crecientes necesidades. Una mirada mucho más integradora es la de los investigadores que, desde la perspectiva de la Cibercultura, proponen el abordaje de Internet en su carácter de soporte principal en la conformación de una cultura global interconectada. (Silver, 2004; Galindo, 2003; Pineda, 2003). La relación que se da entre la sociedad y el uso de las NTIC, sobre todo de Internet, es abordada por algunos autores latinoamericanos bajo un concepto que busca agrupar y entender las manifestaciones culturales que se dan a partir de su uso y su apropiación: el de Cibercultura, objeto de estudio amplio, cuya presencia y protagonismo cada vez
1992) recurre preferentemente al término de “tecnocultura” para definir la realidad social emergente producida por las nuevas tecnologías y caracterizada por la incesante capacidad de innovación, no ya de objetos, sino de los propios conocimientos. Es una realidad cultural que considera poco estudiada y que ya no puede entenderse con los tradicionales estudios sobre “los impactos sociales de la tecnología”. (Hurtado, 1992) La Cibercultura implica una nueva forma de construcción y reconfiguración de la percepción de la vida social a través de formas emergentes de contacto, vínculo y relación. Las diversas tendencias existentes en los enfoques conceptuales sobre Internet han permitido elaborar una plataforma conceptual que, sin dudas, contribuye a la sustentación de la investigación
mayor en los estudios comunicológicos se deriva de la creciente penetración de Internet en los distintos ámbitos de la sociedad. (Galindo y Gómez, 2004). Esta perspectiva, aunque comparte muchos de los presupuestos de la corriente crítica, se centra más en las consecuencias de la Cibercultura (y dentro de ella, de Internet), para la sociedad y sus actores sociales, sean estos impactos negativos o positivos. Salvador Giner (citado por Hurtado,
científica y la reflexión teórica sobre este complejo y dinámico medio. Sin embargo, dado el extraordinario dinamismo de su irrupción en el campo de estudios de la comunicación “los modelos y métodos adecuados para estudiarlo están por proponerse y lejos de consolidarse” (Fuentes Navarro, 2000:27). Una importante línea de investigación en el contexto de los estudios mediológicos actuales es la reflexión sobre
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los comportamientos, usos y representaciones simbólicas ligadas al consumo de los medios virtuales, pues, como se ha señalado, el impacto de una tecnología no puede estudiarse sin el análisis de su utilización por parte de los sujetos: “Lo que determina si una tecnología con una serie de características dadas puede utilizarse son las circunstancias físicas y sociales de la gente que pueda desear este uso, así como los posibles cambios en estas condiciones.” (Gershuny, 1996: 326).
La apropiación y los usos sociales de Internet Existen una gran variedad de enfoques teóricos en el estudio de los usos sociales de Internet, provenientes de diversas disciplinas o que utilizan sus categorías de análisis, tales como la Economía Política Crítica, los Estudios Culturales, el Pensamiento Complejo, la Psicología, la Antropología, la Sociología, la Telemática y otras. (Galindo y Gómez, 2004; Gómez, 2002). Los denominados Estudios críticos de Cibercultura, constituyen una de las más significativas tendencias de investigación en torno a internet. Retomando la mejor tradición de los Estudios Culturales ingleses, esta perspectiva se plantea el análisis de la Cibercultura en términos de las mediaciones sociales, económicas y culturales que explican tanto las interacciones de los individuos y grupos con los medios on line como el acceso de los diferentes actores históricamente situados a dichas interacciones. Para Migdalia Pineda (2001), las revisiones conceptuales y reformulaciones teóricas que imponen los medios interactivos e informáticos se resumen en los cambios que se operan en los siguientes aspectos básicos: 1. El propio concepto de Información: desplazamiento de la categoría de la información noticiosa o de los medios masivos, a una gran amplitud y diversificación, que supone nuevas posibilidades de uso y experiencias más holísticas e integradoras. 2. La comunicación humana: Los nuevos medios producen alteraciones en
las tipologías de los intercambios comunicativos, la relación espacio-tiempo (y a su vez las relaciones mentales y cognitivas); inducen a transformaciones sustanciales en las modalidades tradicionales de comunicación (crean interacciones simbólicas cualitativamente diferentes a la comunicación interpersonal y la masiva). El nuevo concepto de comunicación interactiva supone una mayor complejidad del proceso comunicativo y requiere de nuevos y flexibles paradigmas explicativos. 3. El usuario: El lugar central que se otorgaba al sujeto de la comunicación en los medios tradicionales a partir del paradigma de la recepción activa, debe replantearse en función de las nuevas realidades comunicativas que introducen las nuevas tecnologías. 4. El mensaje: El hipertexto introduce una diversidad de lenguajes y formas expresivas, que abre numerosas interrogantes a las ciencias del lenguaje e incluso hacen pensar en una nueva “gramática de la comunicación”. 5. El medio: La confluencia de la informática y las telecomunicaciones da lugar a procesos híbridos que requieren cambios cualitativos en la conceptualización del medio y en las tradicionales tipologías de clasificación y delimitación. Una interesante perspectiva es la que vincula el estudio de los usos y apropiación de internet con las categorías, de representaciones e imaginarios sociales. Entre estos trabajos cabe mencionar el de Maurizi (citado por Peña, 2002), en torno a los imaginarios tecnológicos de personas comunes, que hace referencia al entramado simbólico de imágenes e ideas que las personas construyen en
torno a la tecnología y su vínculo con ella, la predisposición afectiva, sus percepciones sobre quién las utiliza y con qué fines, así como la visión sobre el impacto de las mismas para sus vidas cotidianas en lo personal y profesional. Estudios empíricos como el realizado por Cabrera Paz (2001) en Bogotá con jóvenes estudiantes demuestran como, en las culturas de los jóvenes, las tecnologías de información y comunicación (TIC) han encontrado, desde sus comienzos, el mejor segmento de crecimiento y apropiación. La interesante investigación analiza cómo, la representación y uso de las nuevas tecnologías en nuestros países, opera por fuera de las racionalidades que las engendraron, qué rumbos toman, y cómo a través de estas prácticas se está constituyendo un nuevo quehacer tecnocultural. Otro relevante enfoque desarrollado dentro de los usos educativos y científicos de las tecnologías, es el relacionado con las nuevas competencias comunicativas que requiere el contexto mediático que conforma internet. Esta perspectiva destaca las diferentes competencias que se ponen en juego y que exigen una alfabetización de los usuarios, como son: lingüísticas, normativas, de producción y diseño, tecnológicas, de interacción social, de trabajo cooperativo y comunidades virtuales, de búsqueda y recupe-
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ración de información, etc. Por último, en el terreno teórico, el enfoque de la “Brecha Digital”, da cuenta de la exteriorización de una relación asimétrica entre una sociedad histórica concreta y las realidades virtuales en las que se inserta. Esta corriente ha enfatizado sobre todo en el hecho de que el diferenciado acceso a las redes incrementa la brecha de la desigualdad y la exclusión entre países y actores sociales, corriente que adquiere particular valor en las condiciones de Latinoamérica, con una penetración de Internet de 8%2 y donde se concentra apenas el 5.5% de los usuarios de Internet del mundo3, pero donde al mismo tiempo el mercado de usuarios de Internet experimenta un crecimiento más sostenido en la actualidad. Partiendo de estas diferentes perspectivas hemos abordado el estudio empírico de los usos de Internet por jóvenes universitarios de diferentes países, esencialmente de Cuba, México y Ecuador. A partir del empleo de la categoría de Tecnorepresentaciones, analizamos los conceptos, ideas, categorías, prácticas y sentimientos, generados de manera colectiva e individual, en torno a internet, las NTIC y el ciberespacio. Estas representaciones se articulan, tanto con el medio como artefacto compuesto por hardware y software, como del denominado “mindware”, o sea el
conjunto de habilidades y competencias que articula el sujeto para operar con los dos anteriores. Implica la existencia de competencias complejas respaldadas en el desarrollo de una “cultura tecnológica”. (Fainholc, 2003). Hacen referencia a los imaginarios tecnológicos de las personas, al entramado simbólico de imágenes e ideas que los sujetos construyen en torno a la tecnología y su vínculo con ella, la predisposición afectiva, sus percepciones sobre quién las utiliza y con qué fines, así como la visión sobre el impacto de las mismas para sus vidas cotidianas en lo personal y profesional. (Maurizi citado por Peña, 2002). En términos de Giddens, constituyen esquemas interpretativos o modos de tipificación incorporados en los repertorios de conocimientos de los actores y que son inseparables de la estructuración significativa de los medios o recursos de dominación y de las normas de legitimación. (Giddens en Fuentes Navarro, 2000:90-91). En diferentes contextos históricos las instituciones mediáticas promueven y ponen en circulación determinados tipos específicos de representación que influyen a su vez en la conformación de particulares cosmovisiones (Orozco, 2000) de determinados segmentos de actores, como es el caso preferente de los jóvenes.
Resultados de investigaciones empíricas A partir del marco teórico brevemente referenciado y del Estado del Arte en el ámbito de la Cibercultura y los Usos Sociales de Internet, hemos real-
izado estudios empíricos sobre los Usos de Internet, fundamentalmente en Universidades Latinoamericanas de Cuba, Ecuador y México. En nuestros estudios, y a partir de propuestas de determinados autores (Villalobos, 2001), hemos distinguido tres tipos de tecno-representaciones predominantes en estudiantes universitarios: Instrumental, Crítica y Transformadora: La racionalidad instrumental connota la capacidad cultural de una autoafirmación exitosa en el mundo objetivo, gracias a la capacidad de manipularlo informadamente y de adaptarse inteligentemente a las condiciones de un entorno contingente. (Habermas, citado por Corrales, 1997). Este tipo de representación reduce la diversidad de sistemas cognitivos y axiológicos a una sola lógica, universal y utilitaria, en la que pierden presencia los rasgos diferenciales de las identidades: ¨La producción social de sentido, mecanismo fundamental de la socialidad humana, se ve así forzada a operar instrumentalmente desde la racionalidad de poderes ejercidos a escalas mundiales y cada vez más impersonales o descentrados de la subjetividad¨ (Fuentes Navarro, 2000:18).
Crítica: Este tipo de representación posee un evidente signo afectivo y en ella se pondera la valoración de las consecuencias desfavorables de las TICS para la sociedad y sus grupos sociales.
Transformadora: Se caracteriza por la actitud analítica y reflexiva ante la Cibercultura y su impacto, donde se analizan las consecuencias tanto positivas como negativas de este entorno tecnológico sobre la vida de las personas. Implica una reflexión personal ante Internet, una postura propia del sujeto ante la posibilidad de controlar el ritmo y modalidad de la apropiación y los usos del medio. Exige la capacidad de captar y
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aprovechar las oportunidades para transformar la realidad (Fainholc, 2004). Siguiendo la perspectiva de Giddens4, es la capacidad del actor ¨para reinterpretar y movilizar un repertorio de recursos en términos de esquemas culturales distintos a los que constituyeron originalmente el repertorio, pues los recursos nunca están homogéneamente distribuidos entre los sujetos sociales (individuales o colectivos)¨ (Giddens en Fuentes Navarro, 2000: 26). Para el estudio de los usos de las tecnologías elaboramos la categoría de Estrategias de apropiación, que alude a los modos personales y esquemas de uso con que los individuos consumen, se apropian y dan sentido a la computadora e Internet. Constituyen ¨códigos no escritos que prescriben y proscriben las prácticas con Internet¨ (Reguillo, 2000: 44). Según la teoría de la estructuración de Giddens (citado por Fuentes Navarro, 2000) corresponden al concepto de esquemas interpretativos o modos de tipificación incorporados en los repertorios de conocimiento de los actores, aplicados reflexivamente o no en el sostenimiento de la comunicación5 e inseparables de la estructuración significativa de los medios o recursos de dominación y de las normas de legitimación. Como ha señalado Michel de Certau (citado por Barbero, 2003), detrás de toda práctica existen unos saberes, que son claves en su definición, que contienen y posibilitan nuevos haceres. De Certau conceptualiza esta idea a través de dos caracterizaciones: los esquemas de operación y los operadores de apropiación, que aluden al hecho de que en el fondo de toda operación hay un esquema mental sin el cual dicha operación no es posible.
No hay esfuerzo personal por transformar creativamente o explorar nuevas modalidades y prácticas: ¨la comunicación se reduce a la actualización del sentido unilateralmente generado y difundido o, en el mejor de los casos, a la incorporación por el sujeto de las condiciones de operación del sistema, no siempre más amplias que las del entorno natural¨ (Fuentes Navarro, 2000). Incorporación racional (IR): Existe una visión crítica de Internet. Se valoran tanto las ventajas como las desventajas del medio. Se usa racionalmente, puesto que su empleo es imprescindible para las necesidades y el contexto en que se desarrolla la acción social del joven. Conversión o Reapropiación personal (RAP): Este modo de apropiación transforma el objeto y sus aplicaciones de acuerdo a los intereses, necesidades y visión personal del actor social. Existe un esfuerzo de ¨remodelaje¨ tanto en la apropiación del objeto material como en su contenido, que convierte la experiencia de apropiación en significados reasignados, a partir de la competencia en una cultura pública. (Silverstone y Hirsch, 1996). El actor es capaz tanto de controlar como de transformar las relaciones sociales en que participa, a través de competencias para coordinar las acciones propias con otros y contra otros, para formar proyectos colectivos (...) y para monitorear los efectos simultáneos de las acciones propias y las de otros¨ (Giddens en Fuentes Navarro, 2000: 27). Si vinculamos las categorías de Tecno-representaciones con la de Apropiaciones apreciamos los siguientes niveles de articulación entre el nivel de las representaciones y las estrategias de apropiación:
A partir de nuestras investigaciones empíricas, hemos clasificado las estrategias de apropiación en: Asimilación funcional (AF): Los sujetos asumen pasivamente las experiencias y prácticas de usos tradicionalmente ¨incrustadas¨ en dicha tecnología.
Apropiaciones. Experiencias
Tecno-representaciones en la Red Narrativas de Internet
Instrumental. Asimilación funcional. Diversión, relajación, anti-estrés. Eficiencia. Inteligencia. Desarrollo. Avance.
Futuro. Cambio. Progreso. Crítica, Incorporación racional. Confusión, lentitud, complicación, saturación. Inaccesibilidad Difuncionalidad. Pasividad intelectual Transformadora. Conversión o reapropiación personal Necesidad, selectividad,discriminación Innovación. Alternativa. Subversión. Las investigaciones realizadas constatan que la mediación tecnológica de los sistemas de comunicación digital (Internet) y su tendencia a la reducción a una sola racionalidad competitiva e instrumental conduce a la conformación de tecnorepresentaciones utilitarias, lo que a su vez tiende a conformar formas predominantes de apropiación y usos sociales de internet que reproducen el sentido originalmente instaurado en dicha tecnología, es decir, a la asimilación por los actores sociales jóvenes de las condiciones de operación unilateralmente generadas por los sistemas informacionales. Nuestros estudios han verificado la existencia de una estrecha articulación entre los discursos sociales que circulan en la sociedad en torno a las TIC y a Internet (Tecnoutopía), los imaginarios sobre las tecnologías predominantes en los jóvenes y sus modelos de utilización y estrategias de apropiación e Internet. De acuerdo a las categorías construidas, existe un amplio predominio de Tecno-representaciones instrumentales basadas en imaginarios de competitividad y eficiencia en el uso del tiempo, su facilidad como herramienta de aprendizaje y las ventajas generales propias del medio. Ser usuario es equivalente para los jóvenes, a actualización, modernidad, proyección futura, inteligencia, acceso a la información y la comunicación, conectividad, competitividad. El saber que proporciona la escuela es percibido como atrasado y las formas en que se transmite evaluadas de lentas o aburridas. El continente desplaza al contenido y todo lo que no se difunde en los acelerados ritmos espaciales y temporales de la pantalla del ordenador es asumido como
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desactualizado. Los jóvenes investigados se apropian de Internet a partir de las lógicas, contenidos y modos de operación construidos en sus usos mediáticos anteriores, especialmente de los medios audiovisuales. Si el uso de Internet ha modificado considerablemente la percepción del espacio y el tiempo y las sensibilidades ante el saber y la institución familiar y escolar, no ha transformado de manera significativa las racionalidades instrumentales que condicionan los usos de la tecnología. Aún cuando los sujetos investigados tienen acceso en la actualidad a una cantidad muy superior de información que la que tenían anteriormente, su consumo de la Red está centrado por lo general, en el mismo tipo de información que suministran los medios tradicionales, con énfasis en la información menos trascendente, el entretenimiento y la comunicación interpersonal.
La otra cara: Una mirada a la enseñanza de las NTIC6 Desde la década de los años 80 se viene produciendo la Digitalización de los Planes de estudio de las carreras de comunicación, entendida como la actualización de los contenidos para incorporar, desde una perspectiva teórico analítica y práctico- profesional, los aspectos vinculados con la comunicación digital y las NTIC en general. La digitalización ha traído diversas consecuencias como: 1. Remodelación del campo profesional 2. Desprofesionalización de la comunicación 3. Agudización de las tradicionales tensiones entre saberes técnicos y saberes teóricos 4. Adopción acrítica de los contenidos digitales, de acuerdo a un proceso de utopización y construcción de un imaginario digital. Diferentes factores, tanto ¨enxógenos¨ como endógenos¨, están relaciona-
dos con la incorporación de lo digital a las universidades. Entre los externos pueden mencionarse: la presión del mercado, las demandas de la sociedad y del sector profesional, la penetración de las TICS en la sociedad específica y la existencia de políticas estatales. Entre los factores propios de las instituciones de educación superior se encuentran las dimensiones de la universidad, la flexibilidad del sistema educativo, el interés y el grado de capacitación de los profesores en lo digital, y las políticas universitarias, entre otros. En cuanto a los modelos de enseñanza de las TICS, estas investigaciones constatan en primer término la permanencia de mecanismos que a nivel gnoseológico mantienen la separación estricta entre saberes teóricos y saberes prácticos. Los planes de estudio de la mayoría de las universidades, tanto en el Pre como en el Posgrado, incorporan asignaturas que están pensadas con una visión y uso instrumental de la tecnología y que están desligadas de materias de otro carácter. Por su parte, las asignaturas teóricas sobre las TICS y la sociedad, se limitan la mayoría de las veces al análisis del impacto de las TIC sobre la sociedad y la comunicación, desconociendo la complejidad del desarrollo tecnológico.
Consideraciones finales El abordaje teórico metodológico de los usos socioculturales de internet no puede realizarse al margen de las lógicas tecno-económicas y sociales que condicionan la apropiación de dicha tecnología. Sin embargo, el enfoque de la Brecha digital (Digital divide), ha llevado en ocasiones a subestimar la compleji-
dad del análisis: “Pensar la brecha digital en términos solamente económico culturales, nos deja atrapados en la lógica de los soportes y su distribución social y geográfica”, es aquí donde se hace necesario el análisis multidimensional de “los factores que subyacen a los distintos ritmos de acceso a Internet y a la diversidad de sus usos”. (Cuadra, 2003). El tema de las políticas y regulaciones relacionadas con las TIC se perfila como central para la reflexión Latinoamericana, por lo que cualquier perspectiva de estudio de los usos de internet pasa por la consideración de la necesidad de elaborar políticas de comunicación e informática que contribuyan a la definición del significado y sentido del uso de las TIC, a que estas se coloquen al servicio del hombre y no al revés, a que la información sea considerada un asunto de interés público y no sólo una mercancía (Corral, 2003:42), pues como se ha señalado, en los países subdesarrollados la única posibilidad real que existe es la de desarrollar políticas que vislumbren la unificación eintegración de los procesos de las telecomunicaciones en las esferas de la educación y la cultura, no hay otra posibilidad. (González-Manet, 2001). La elevada utilización de Internet y a la vez la permanencia de tradicionales estilos y patrones de uso en los actores
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sociales investigados revela que ¨las gentes pueden con cierta facilidad asimilar los instrumentos tecnológicos y las imágenes de modernización, pero sólo muy lenta y dolorosamente pueden recomponer su sistema de valores, de normas éticas y virtudes cívicas¨. (Martín Barbero citado por Fuentes Navarro, 2000:107). Puede decirse que continúa vigente la aguda reflexión de Raymond Williams (citado por Silverstone y Hirsch, 1996:23) en torno a que ¨una característica esencial de nuestra sociedad es una coexistencia deseada entre una tecnología muy nueva y unas formas sociales muy viejas¨. De la instrumentalidad y falta de creatividad de dichos usos es en gran medida responsable la inflexibilidad del sistema educativo ¨incapaz de pensar la envergadura de los cambios culturales que emergen en la relación de los niños y jóvenes con los medios y las tecnologías audiovisuales e informáticas¨. (Martin Barbero, 2002:54-55). Un resultado significativo de los estudios es el relativo a las nuevas sensibilidades y percepciones que instaura la Cibercultura en cuanto al conocimiento y al aprendizaje escolar. Hoy el saber circula, como ha señalado Barbero, por fuera de la institución escolar y de la sabiduría de los adultos, lo que trae incuestionables retos a la escuela y la familia. Todo ello es expresión de la necesidad de que las instituciones de educación superior asuman el reto, no solo de incorporar la dimensión digital u ofrecer cada vez más información – que ya no es privativa de la escuela- sino de enseñar a reorganizar reflexiva y críticamente la amplia información que circula y desborda a la escuela. La universidad debería producir una reflexión que permita superar las visiones extremas sobre la tecnología, trabajar por la formación de una ¨Cultura informacional¨7, que propicie un pensamiento capaz de entender el sentido de las transformaciones actuales. Se trata, entonces, de la necesidad de una comprensión cultural y no instrumental de las tecnologías.
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(Footnotes) 1 Marí (op.cit) tipifica tres enfoques o miradas de la tecnología que dificultan su comprensión integral, histórica y crítica: las miradas tecnofóbica y tecnofílica, la mirada descontextualizada y la mirada instrumental. La tecnofobia y tecnofilia, implican un alto nivel de carga emocional, de signo contrario: para los tecnofóbicos la tecnología destruye la vida social y crea una cultura sin fundamentación moral; mientras los tecnofílicos piensan que la tecnología es una amiga, que hace más feliz la vida. ¨Exatan desmesuradamente las dimensiones positivas de la tecnología. Para ellos, innovación tecnológica es siempre sinónimo de desarrollo, progreso, felicidad.¨ 2 Fuente: CIA´ S world Factbook 3 Según datos del Nua Surveys. http//www.nua.com/surveys 4 En su Teoría de la estructuración, Giddens denomina agencia a esta capacidad de los actores (op.cit). 5 En realidad para Giddens estos esquemas son siempre aplicados consciente o reflexivamente a través de la agencia del sujeto, criterio que no compartimos. 6 Los datos sobre la enseñanza de las NTIC son tomados de los informes de la RED ICOD: Red Iberoamericana de Formación decomunicadores digitales, de la que forma parte la Facultad de comunicación de la Universidad de La Habana. Informes disponibles en el URL: http//www.icod.ubi.pt 7 Entendida, de acuerdo con el experto cubano José Ramón Vidal, como un modo de proceder ante la información y el conocimiento, que parte de la comprensión de la
Margarita Alonso Alonso
es Licenciada en Psicología y Doctora en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de La Habana. Profesora en diversas universidade de Latinoamerica. Vicedecana de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana desde 1993 hasta el año 2008. Actualmente es Vicerrectora del IUIToluca y Directora Titular de la Región Caribe de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS). Premiada en 6 ocasiones por su actividad de investigación científica.
Se exponen los resultados de la implementación de un Programa de Intervención y Reeducación Sexual a dos mujeres alcohólicas con deseo sexual inhibido que se encuentran en proceso de rehabilitación, pertenecientes a grupos de Alcohólicos Anónimos en la ciudad de Tijuana, B. C, a fin de lograr un aumento en el deseo sexual que presentan, y en la espera de coadyuvar a un manejo más integral de dicha disfunción. Se consideró la inclusión de técnicas de distintas corrientes de pensamiento en la Psicología, en un modelo terapéutico breve, y con la particularidad de su aplicación en formato individual. La presente investigación, brindó resultados satisfactorios en el incremento del deseo sexual y la disminución por consiguiente, del Trastorno de Deseo Sexual Inhibido en dichas mujeres.
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eseo Sexual Inhibido
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en Mujeres Alcohólicas en proceso de Rehabilitación
Eficacia de una propuesta de intervención. Lic. Bertha Alicia Mosqueda Rojas
INTRODUCCIÓN La OMS define la salud sexual como: “La experiencia del proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural, relacionado con la sexualidad”. Para que se alcance es importante que se logren ejercer los derechos sexuales de las personas: el derecho al placer sexual, a la expresión sexual, emocional, a información basada en el conocimiento científico, a la educación sexual integral, a la atención de la salud sexual” (OMS,2000). En este sentido una vida sexual satisfactoria es un elemento importante en el mantenimiento de la salud y su mejoramiento. Sin embargo un alto porcentaje de individuos a lo largo de su vida, presenta alguna alteración en alguna fase de la respuesta sexual que le impide disfrutar satisfactoriamente de una actividad sexual. Se trata de las disfunciones sexuales, definidas como “toda alteración persistente de los patrones normales de interés y de respuesta sexual” (Hawton, 1988, citado por Labrador, 2001). Una buena aportación en la investigación de disfunciones sexuales son los resultados del trabajo de Guibert W., Prendes M., y Portuondo O. (1998) en Cuba, quienes concluyeron que las disfunciones sexuales de mayor frecuencia son el deseo sexual inhibido y la anorgasmia, encontrando que las variables “ingestión de fármacos, ausencia de salud física, poco deseo sexual, comunicación deficiente de pareja y no recibir educación sexual” son factores de riesgo que estuvieron fuertemente asociados con la aparición de disfunciones sexuales en las mujeres, y que los factores ambientales no se asociaron con la aparición de estas disfunciones. En el estudio se encontró que sólo la variable no “recibir educación sexual” tuvo asociación significativa de tipo causal con la ocurrencia de la disfunción, mientras que el resto de los factores culturales directos e indirectos no la tuvieron, hallazgo realmente importante que devela la necesidad de una re-educación sexual integral sobre todo en las mujeres. El Deseo Sexual Inhibido afecta según Nathan (1986, citado por Labrador, 2001), entre el 1 y el 15% de la población general, aumentando la cifra en 1990 entre el 1 y el 35%. No se han encontrado datos más recientes pero si se considera la tendencia al aumento de las cifras anteriores bien puede asumirse un incremento aún mayor
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Ilustración: Claudia Chita
en las últimas décadas. El deseo sexual se manifiesta en la tendencia de una persona a buscar y/o crear activamente circunstancias que hagan muy probable llevar a cabo conductas autoeróticas (por ejemplo la masturbación) o intercambios sexuales con una pareja (por ejemplo, besos, abrazos, caricias genitales, coito). La persona afectada por esta disfunción generalmente no desea ninguna conducta erótica, y si tiene actividad sexual, es común que la tenga sin desearla realmente, ocasionándole muchas veces gran malestar. Por tal razón rehuirá cada vez más frecuentemente las ocasiones de encuentros sexuales, aunque experimente incluso un gran afecto y amor por su pareja. Se sabe que existe una mayor proporción de mujeres con DSI frente a la de varones, lo que podría explicarse entre otros factores, debido a que la conducta sexual y las actitudes hacia ésta, son aprendidas culturalmente y la tradición ha fomentado patrones mucho más rígidos para las mujeres que para los hombres en cuanto a la permisividad de vivir y disfrutar plenamente su sexualidad. Esto las predispone a presentar mayores dificultades en su vida sexual y a retardar la búsqueda de apoyo para una sexualidad satisfactoria. Si a esta realidad vivida por las mujeres, se suma la adicción al alcohol, la situación a la que se enfrentan es aún más complicada. Esta dualidad de problemáticas es importante en cuanto a que el alcoholismo, es la drogodependencia más extendida, constituyendo uno de los mayores problemas de salud pública en la mayoría de los países del mundo y la tendencias indican que va en aumento la cifra de mujeres que presentan abuso en su consumo (ENA, 1998), y por otra parte, el deseo sexual inhibido es una
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de las disfunciones sexuales más recurrentes en la misma población, suma de factores que acrecientan la brecha en la consecución de una salud integral para dichas mujeres. Como puede apreciarse, las mujeres alcohólicas que al mismo tiempo presentan alguna disfunción sexual como el deseo sexual inhibido, se encuentran por doble partida en una situación donde difícilmente podrán alcanzar una vida sana integrando la abstinencia del alcohol y una vida sexual satisfactoria sin un tratamiento adecuado que abarque ambas áreas. Sin embargo a pesar de esta íntima relación de ambos fenómenos, los esfuerzos por mejorar la vida sexual por un lado, y reducir o tratar el consumo de alcohol y drogas por el otro, se canalizan muchas veces de manera aislada, enfocándose mayor o únicamente al abordaje del problema del alcohol, y dejando muchas veces sin resolución la disfunción sexual presentada. De hecho, las investigaciones sobre disfunciones sexuales en alcohólicos son muy escasas, entre los estudios citados por Escribano (2004), que utilizaron muestras de varones hay que destacar el de Mandell y Miller (1983) quienes comprobaron que la prevalenciamde disfunciones sexuales era muy alta durante el periodo de consumo de alcohol (86%), y que se reducía a la mitad en la abstinencia (41%). Por otra parte, la investigación de Schiavi, Stimmel, Mandeli y White (1995) ha señalado que la incidencia de disfunciones sexuales en pacientes alcohólicos abstinentes era similar a la de la población general. Muy pocos son los estudios en este sentido con muestras de mujeres. Citado también por Escribano (2004), Covington y Kohen (1984) en un estudio comparativo entre mujeres alcohólicas y un grupo control, encontraron que el 85 % de las primeras presentaba algún tipo de disfunción y que su funcionamiento sexual global era peor, aunque practicaban mayor variedad de actividades sexuales. Escribano y colaboradores (2004), observaron algo similar, encontrando que el funcionamiento sexual de las mujeres era significativamente peor que en los varones. En base a la ya mencionada escasez de estudios realizados, se hace evidente pues, la necesidad de un mayor abordaje al tema desde la investigación- acción, sobre todo con esfuerzos encaminados al tratamiento de las disfunciones sexuales que presentan las mujeres alcohólicas que se encuentran ya en un proceso de rehabilitación, pues en él la vida sexual recobra importancia ya sea para ellas mismas o al reactivarse vínculos de pareja. En la espera de coadyuvar con un integral tratamiento del alcoholismo y de las propias disfunciones sexuales femeninas, se exponen los resultados positivos obtenidos en la implementación de un Programa de Intervención y Reeducación Sexual a las mujeres alcohólicas con deseo sexual inhibido que se encuentran en proceso de rehabilitación, pertenecientes a grupos de Alcohólicos Anónimos en la ciudad de Tijuana, B. C, a fin de lograr un aumento en el deseo sexual que presentan. Se consideraron en la investigación las siguientes premisas: 1. Las mujeres con alcoholismo, que se encuentran rehabilitándose de su adicción en los grupos de Alcohólicos Anónimos y que además presentan Deseo Sexual Inhibido (DSI), requieren de un tratamiento paralelo para esta disfunción sexual, no
sólo del alcoholismo. 2. Se hace necesario el abordaje de la difícil combinación de problemáticas, mediante un enfoque integral, basado en un modelo biopsicosocial. 3. El diseño del Programa de Intervención y Reeducación Sexual se basa en el de Labrador y Roa (1998), pero ha sido modificado buscando una intervención integral en un modelo de aplicación individual, con técnicas correspondientes a distintos enfoques psicológicos. Las implicaciones del presente estudio, tanto de cara al tratamiento de las disfunciones sexuales como de apoyo colateral a un tratamiento integral del alcoholismo son importantes, ya que si existe un incremento en el deseo sexual de las mujeres sujetos de investigación a partir de la implementación del programa diseñado, éste podría considerarse recomendable para la intervención terapéutica de mujeres alcohólicas con DSI (o bien otras disfunciones, ya que el programa está diseñado no sólo para dicha disfunción en particular, y considera su posible aplicación a otras poblaciones); además, se podría recomendar el empleo de un enfoque terapéutico para las disfunciones sexuales desde la integración de distintas corrientes psicológicas, con la base imprescindible de una pertinente reeducación sexual.
MÉTODO El propósito general fue valorar la pertinencia y la efectividad de la implementación del Programa de Intervención y Reeducación Sexual diseñado por la autora en base al de Labrador y Roa (1998), en el abordaje del deseo sexual inhibido
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presentado por mujeres alcohólicas en proceso de rehabilitación dentro de los grupos de Alcohólicos Anónimos en la ciudad de Tijuana, B. C. Además se pretendió llegar al conocimiento y comprensión del sentido y significado de las conductas relativas a la disfunción sexual presentada por las mujeres alcohólicas (DSI) y de los procesos de rehabilitación de la misma, a partir de su participación en el programa de tratamiento. Adicionalmente como objetivos específicos se plantearon: -Obtener información sobre la posible repercusión del Programa de Intervención y Reeducación Sexual en el tratamiento de la adicción al alcohol. -Identificar los aspectos del tratamiento que más dificultad presentan a las mujeres participantes para futuras intervenciones. -Conocer la viabilidad y eficacia obtenida al implementar el Programa individualmente y no en pareja. -Conocer la viabilidad y eficacia obtenida al implementar el Programa en parejas lésbicas. El estudio fue de tipo descriptivo y exploratorio, con estudios de caso, bajo el paradigma epistemológico de lo cualitativo, en base al énfasis que agrega dicho enfoque a la cualidad antes que la cantidad, debido a su apertura y la prioridad que brinda al objeto sobre el método, encontrándose en dichas características una similitud con la propia naturaleza humana, que brinda cabida a lo inesperado, a una realidad cambiante que puede ser entendida de manera más holística e integral con un acercamiento investigativo de este tipo. El universo de referencia para localizar y seleccionar los casos a los cuales se aplicó el Programa de Intervención y Reeducación Sexual, corresponde a los grupos de autoayuda denominados como Alcohólicos Anónimos, quienes se autodefinen como “una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo”, (Alcohólicos Anónimos, 1973). La unidad de análisis e intervención fue el Deseo Sexual, el cual es definido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV) como una de las fases de la respuesta sexual que consiste en fantasías sobre la actividad sexual y el deseo de llevarlas a cabo. Para la selección de los sujetos de la investigación, se eli-
gieron mujeres alcohólicas, participando en algún grupo de Alcohólicos Anónimos de la ciudad de Tijuana, México, de entre 20 y 35 años de edad, con pareja estable de no menos de 1 año de convivencia, con un período de abstinencia en el consumo del alcohol de más de 2 años, que presentaban buena salud general y consintieron participar en el programa, a las cuales se aplicaron como instrumentos la entrevista clínica, así como el Test de Deseo Sexual Inhibido de Master, Jhonson y Koludny (1996).Ambos instrumentos se aplicaron al inicio y final del tratamiento. Además se contó con cuestionarios de datos personales, auto reportes de los sujetos, y las evaluaciones que en entrevista realizaron del tratamiento ellos mismos. El Programa de Intervención y Reeducación Sexual, además de la fase inicial de exploración, y la fase final de evaluación, consta de 6 fases básicas: 1. Educación sexual. 2. Autoestima y comunicación. 3. Reestructuración de pensamientos y focalización sensorial. 4. Focalización sexual. 5. Progresión hacia el coito. 6. Coito completo. Cada fase básica correspondió a una sesión semanal, con una duración aproximada de dos horas. Los objetivos Específicos del Programa de Intervención y Reeducación Sexual diseñado fueron: 1. Identificar, evaluar y modificar pensamientos y creencias disfuncionales o erróneas frente a la sexualidad. 2. Lograr cambios en el auto-concepto e imagen corporal negativa. 3. Mejorar la autoestima, disminuir la inseguridad. 4. Favorecer un mejoramiento en la comunicación. 5. Explorar las condiciones que facilitan el placer sexual. 6. Activar la experiencia de placer. 7. Estimular la creatividad y comunicación erótica (experimentación de distintas formas de estímulo, caricias, etc.) 8. Incrementar el uso de la fantasía. 9. Fortalecer la respuesta sexual mediante la realización de ejercicios de “sensate focus” (enfoque sensorio) de dar placer sin coito. 10. Entrenar en nuevas conductas sexuales, incluida la autoestimulación y masturbación.
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11. Mejorar el estado de relajación para disminuir la ansiedad. 12. Brindar educación sexual. Las técnicas y herramientas terapéuticas que con un enfoque integral fueron empleadas transversales a todo el tratamiento fueron: análisis y manejo de transferencia y mecanismos de defensa, exposición de temas para reeducación sexual, técnicas de relajación, de respiración, ejercicios de focalización sexual, control de estímulos, elaboración y análisis de auto reportes. Aquellas que se emplearon en determinadas fases del tratamiento fueron: realización de cartas de auto permiso, técnicas corporales, masaje con la pareja, silla vacía, modificación de pensamientos, hipnosis, técnica de masturbación, posturas yoga, ejercicios de Kegel, imaginación guiada y visualización de logros. En el procedimiento se consideraron las reglas éticas de la profesión, obteniendo el consentimiento informado de los participantes, y guardando la confidencialidad total de sus datos. Se aplicó la intervención a lo largo de las sesiones previstas a dos mujeres que cumplieron cabalmente con los criterios de inclusión, en uno de los consultorios del Instituto de Investigaciones Psicológicas del Centro Universitario de Tijuana, utilizando de manera permanente durante el tratamiento, los auto registros que las participantes realizaron en los días entre una sesión y otra. Luego de la fase de evaluación del tratamiento, se realizó una sesión de post-prueba con la aplicación del Test de Master, Jonson y Koludny. Se realizó posteriormente a ello, un seguimiento vía telefónica.
RESULTADOS A partir de las entrevistas clínicas de exploración se encontraron en cada caso estudiado las siguientes características iniciales:
Caso 1. “XE”, de 26 años, con 4 años de relación de pareja, de preferencia heterosexual, presenta Deseo Sexual Inhibido de toda la vida, general y asociado a factores psicosociales. Su puntuación en la pre-prueba alcanzó los 84 puntos. Se observó la existencia de pensamientos disfuncionales, dificultad
para aceptar su feminidad, conductas auto-agresivas, rechazo a su cuerpo, poca asertividad y capacidad de poner límites, pasividad sexual, mitos y tabúes alrededor de la sexualidad, así como antecedente de abuso sexual en la infancia. También se encontró tensión muscular asociada a estrés y ansiedad, así como represión e intelectualización como algunos de los principales mecanismos de defensa. Como factores de predisposición, se encontraron: 1 Eventos en relación a la separación de los padres durante el inicio de su adolescencia. 2 Educación frente a la sexualidad. Se hace evidente la ausencia de una adecuada información y educación sexual. Existencia de diversos mitos y tabúes sobre sexualidad. 3 Abuso sexual en la infancia. 4 Estilo parental de crianza autoritaria y restrictiva, lo que se manifiesta en su déficit en la capacidad de comunicación, de asertividad, y la represión que mantiene. 5 Factores socioculturales y religiosos como influencia, al provenir de familia conservadora, católica, ayudando a crear creencias y actitudes negativas hacia la sexualidad. 6 Baja autoestima. Como Factores precipitantes se encontraron: 1 Experiencias heterosexuales y vida sexual tardías. 2 Alcoholismo. 3 Experiencias sexuales insatisfactorias.
Caso 2. “YF”, 32 años, con 3 años de relación con su pareja, preferencia homosexual, presenta DSI de toda la vida, general y asociado a factores psicosociales, aunado a un trastorno de la excitación, y anorgasmia. Presenta también pensamientos disfuncionales, poca sensibilidad corporal, antecedentes de abuso sexual en la infancia y violación en la adolescencia, papel activoagresivo preponderante en la práctica sexual, culpa alrededor de su homosexualidad, tensión muscular asociada a ansiedad por desempeño. Igualmente, gran dificultad para recibir y experimentar placer, con marcada tendencia a conductas agresivas pasivas o no, en el ejercicio sexual asociadas a rabia o coraje reprimidos. Pensamientos disfuncionales que obstaculizan su contacto corporal y el disfrute sexual, así como celos e inseguridad aso-
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ciados a baja autoestima. Fuertes resistencias en psicoterapias previas, no logrando formar alianzas terapéuticas. Los factores de predisposición encontrados fueron: 1 Educación frente a la sexualidad: Se hace evidente la limitación de una adecuada información y educación sexual. 2 Abusos sexuales en la infancia y violación cuando adolescente, lo que probablemente contribuyó a una disociación con su cuerpo. 3 Baja autoestima y poca capacidad de comunicación y asertividad. Agresividad. 4 Factores socioculturales involucrados, ya que proviene de un pueblo de un estado del interior del país con valores y costumbres muy tradicionales. Los factores precipitantes que se encontraron fueron: 1 Experiencias sexuales negativas. 2 Alcoholismo y otras adicciones. 3 Preferencia sexual no completamente aceptada. Luego del tratamiento de Intervención y Reeducación Sexual y la re-aplicación del instrumento, XE disminuyó el índice de DSI a una puntuación de 44 puntos, en relación a la primera puntuación obtenida de 84 al inicio del tratamiento. Además, todos los objetivos específicos se logran, mostrando un avance en cada uno de ellos, lo cual es corroborado además por su desarrollo a lo largo del tratamiento, por los autoreportes, y las autoevaluaciones realizadas por ella misma. XE evalúa el tratamiento recibido como excelente, comentando que ahora se siente más segura, con mayor conocimiento sobre su sexualidad, y más despierta en su deseo sexual, lo que nota en el hecho de que han disminuido las represiones que tenía en esta área de su vida, y por el deseo sexual que experimenta hacia una persona de su ambiente laboral. Se ha incrementado su interés sexual, así como su deseo por el disfrute y el placer. Siente haber logrado los objetivos propios planteados al inicio del tratamiento con buen grado de avance, como en el de ser más expresiva, sensual y con mayor iniciativa. En los objetivos específicos, se obtiene gran avance en la paciente en su auto-concepto e imagen corporal negativa, información y educación sexual, sobre todo en lo referente a desmitificación de aspectos sexuales, la activación de la experiencia
del placer, y el uso de la fantasía. Asimismo, un avance considerable en su disfrute sexual, modificación de pensamientos automáticos, su nivel de relajación, comunicación y el uso del placer sin coito. Por otra parte, los resultados en creatividad erótica, el entrenamiento en nuevas conductas sexuales como la masturbación, y la relación con pareja, tuvieron un avance modesto. Por su parte, YF luego del tratamiento de Intervención y Reeducación Sexual, así como la re aplicación del instrumento, disminuye el índice de DSI a una puntuación de 43 puntos, en relación a la primera puntuación obtenida de 100 al inicio del tratamiento (la puntuación más alta obtenida de todos los sujetos antes de la selección). Además, todos los objetivos específicos se logran también en este caso, mostrando un avance en cada uno de ellos, lo cual es corroborado por su desarrollo a lo largo del tratamiento, auto reportes, y las autoevaluaciones realizadas por ella misma. Refiere que es más creativa y desinhibida en sus encuentros sexuales, y sobre todo que los disfruta mucho, emplea más los sentidos. Se siente más segura, abierta en general al disfrute de su sexualidad, puede ahora dar y recibir placer. Además, su deseo sexual se ha incrementado, y mejorado mucho, ya que ahora tiene deseos de tener relaciones sexuales y volver a tener la experiencia placentera que esto le brinda. Cabe mencionar que YF incluso logró sentir orgasmos, cuando nunca los había experimentado, ya que presentaba trastorno de la excitación y anorgasmia al inicio del tratamiento, como se mencionó antes. YF evalúa el tratamiento recibido como muy bueno, dice que su estado actual luego de éste, es de felicidad y plenitud, ya que ha mejorado mucho su vida sexual. Se obtuvieron grandes avances en materia de sus resistencias al tratamiento mismo, y de la transferencia también presentada, logrando convertirla luego en una alianza de trabajo con la terapeuta. En cuanto a los objetivos específicos se incrementa considerablemente su autoestima, el contacto y relación con su cuerpo, sobre todo en lo referente a la sensibilidad que pudo lograr, mayor aceptación de su preferencia sexual, y una evidente reducción en la presión por el desempeño sexual y su enojo reprimido. Se logra igualmente gran avance en su nivel de relajación, en la creatividad y comunicación erótica y de pareja, donde el
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vínculo se ha visto fortalecido; se incrementó el uso de la fantasía, de su respuesta sexual (deseo, excitación y la capacidad orgásmica). Asimismo, el disfrute sexual, aún sin coito, y la información y educación sexual, se vieron muy fortalecidos. Donde se encontró un buen avance pero con cierta dificultad fue en el empleo de la masturbación a solas, no así en la masturbación estando en compañía de su pareja. Refiere haber conseguido alcanzar todos sus objetivos planteados a nivel personal al inicio del tratamiento, mayor sensibilidad corporal, seguridad en su cuerpo, manejar sus pensamientos intrusivos en la relación sexual, tener un orgasmo y encontrarse satisfecha sexualmente.
Resultados generales del programa De acuerdo a los resultados obtenidos en cada uno de los casos que conformaron esta investigación, se observa que efectivamente, el deseo sexual de las dos mujeres participantes aumentó luego de participar en el Programa de Intervención y Re-educación Sexual, disminuyendo considerablemente la disfunción sexual presentada (Deseo Sexual Inhibido) al inicio del tratamiento. Los sujetos participantes lograron desarrollar habilidades, actitudes, y componentes cognitivo-conductuales adecuados para el inicio y la consecución de una vida sexual satisfactoria.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES La investigación realizada concluye con resultados positivos en los objetivos generales y específicos planteados. La inclusión integral de las técnicas aplicadas de distintas corrientes de pensamiento en la Psicología, correspondió a una atinada forma de encarar el tratamiento y brindar mayores opciones para las mujeres participantes de incrementar su deseo sexual. Todo ello, tuvo como objeto enriquecer de forma holística lo planteado originalmente por muchos autores al considerar sólo conductas sexuales o aspectos cognitivos conductuales como la mejor forma de tratamiento de las disfunciones sexuales. Los resultados pueden indicar que es posible integrar distintas técnicas y posturas frente al tratamiento de las disfunciones sexuales, en especial, en poblaciones donde se conjunten éstas con la fármaco dependencia y la existencia de antecedentes de abuso sexual de los sujetos a tratar, ya que se hace evidente un tratamiento que se adecué a las necesidades contextuales de
dichos sujetos. El tratamiento fue diseñado además con una variante extra al apostar por la posibilidad de lograr cambios efectivos en la disfunción sexual guardando un formato de terapia individual, no de pareja, como por lo general se utiliza, debido a que muchas mujeres alcohólicas, aún cuando se encuentran sobrias y en proceso de rehabilitación, no cuentan siempre con una pareja estable y duradera, lo que concuerda con lo encontrado por González y colaboradores en 1997, sobre la dificultad de las mujeres fármaco dependientes de establecer vínculos estables, cambiando constantemente de pareja. Sobre ello y según los resultados obtenidos, no se observó ningún inconveniente en su aplicación y ambas participantes reportaron interés y apoyo de sus respectivas parejas actuales, sobre todo en el caso de XF, donde además se encontró incluso una maduración del vínculo durante el tratamiento. Otro aspecto importante en el diseño del programa consistió en brindar el tratamiento en el marco de pocas sesiones semanales, de manera tal que la duración máxima que se obtuvo fue de 10 sesiones de dos horas, lo cual no desembocó en pocos resultados, sino por el contrario, se observaron grandes mejorías en las participantes aún cuando el tiempo total del tratamiento fue relativamente breve. En vista a que en la población de fármaco dependientes se observa un porcentaje considerable de homosexualidad (González, 1997), se diseñó el programa teniendo en cuenta que pueda ser aplicado también a parejas lésbicas. Los resultados sobre ello fueron favorables, ya que la participante XF logró un importante incremento en su deseo sexual y un fortalecimiento en su vínculo de pareja, como ya se mencionó. Las sesiones del programa de Intervención y Reeducación Sexual abarcaron la psicoterapia de aspectos relacionados a la sexualidad de las participantes, por lo que los resultados muestran que es importante considerar aspectos psicológicos en el tratamiento de las disfunciones sexuales femeninas, en base a ello, se pudo corroborar lo encontrado por algunos investigadores importantes como Kaplan (1987-1995) y Granero (1979-2002) en América Latina, quienes hacen énfasis en factores tales como la rabia y la falta de asertividad en las mujeres con deseo sexual inhibido. Igualmente se coincide a partir de los resultados encontrados, con Salgado (2005), quien en su investigación realizada en
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Colombia, además de comprobar lo anterior, ha observado frecuentemente, que la falta de conexión con el cuerpo y con las sensaciones corporales, la fidelidad a las normas familiares tradicionales y los mitos culturales, están casi siemprepresentes. Si bien el estudio de dos casos no puede generalizarse a resultados en esta población como ya se mencionó, brinda un acercamiento a esta realidad que viven las mujeres que se enfrentan a la lucha de conservarse sobrias día a día y que como problemática agregada, presentan disfunciones sexuales, obstaculizando un desarrollo pleno de su salud sexual. Es importante considerar para futuras aplicaciones, que la técnica de masturbación fue la que causó más dificultades a las participantes, por lo que se sugiere una mayor claridad y extensión en tiempo para la reeducación en torno a dicha práctica. La información obtenida en esta investigación brinda un panorama de las disfunciones sexuales, especialmente del Deseo Sexual Inhibido que corresponde a una de las más comunes en las mujeres, y deja evidente la necesidad de mayores esfuerzos en relación a la investigación de la sexualidad de las mujeres farmacodependientes. Queda para futuros abordajes o aplicaciones, la ampliación a otras poblaciones, como la homosexual en varones, así como en la población que no presente alcoholismo como factor agregado a las disfunciones sexuales. Se concluye que es posible la utilización del presente dispositivo terapéutico en similares condiciones, a saber, en mujeres alcohólicas, homosexuales o bien heterosexuales, en proceso de rehabilitación mediante el programa de Alcohólicos Anónimos, que presenten Deseo Sexual Inhibido, y cumplan con los criterios establecidos para su inclusión. Dicho programa de tratamiento para el Deseo Sexual Inhibido probó su eficacia y es posible su recomendación.
Bertha Alicia Mosqueda Rojas
es Licenciada en Psicología y Diplomado en Educación Sexual y Alternativas Terapéuticas por el Centro Universitario de Tijuana. Cursa la Maestría en Educación en la Universidad de Tijuana, y la Maestría en Sexología Clínica en el Instituto Mexicano de Sexología. Actualmente es Psicóloga Orientadora en el Instituto Tecnológico de Tijuana, Catedrática a nivel superior, así como Coordinadora de Diseño Curricular en el Centro Universitario de Tijuana.
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LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL
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Mtro. Christian Calderón Torres
ORDEN
MORAL En el presente texto me interesa demostrar que la moral es parte integrante de todo orden social. Lo haré destacando la manera en que los elementos morales de la interacción social están directamente vinculados a los procesos comunicativos de generación de significados, a la vez que determinados por las relaciones de poder entre los sujetos interactuantes. Para efecto de este trabajo entenderé la moral como una especial forma de comunicación que remite a señalamientos de aprecio o desprecio entre los actores. Parto de la idea de que por lo general en la interacción el no seguimiento de las normas socialmente dominantes tiende a generar una reacción de desprecio hacía el infractor de la norma. En la segunda parte de mi texto analizaré dos tipos posibles de actitud del actor frente al orden moral: la adaptación práctica y la búsqueda de reconocimiento.
1. Producción de Sentido, Orden Moral y Poder Me quiero ocupar en primer lugar de la estrecha relación que en la interacción social existe entre la moral y la producción de sentido, quiero demostrar que los juicios morales constituyen una base indispensable para enfrentar experiencias concretas y que no son separables ni de las acciones de los individuos ni de la producción de significados. a) Los procesos de tipificación Para poder explicar estas cuestiones es necesario en primer lugar aclarar el importante papel que los procesos de tipificación juegan en la generación de sentido. Para ello me apoyare en Alfred Schütz (1974). El mundo de la vida cotidiana es experimentado bajo sus aspectos típicos. Los objetos y sucesos, percibidos bajo el
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aspecto de su singularidad, aparecen necesariamente dentro de un horizonte de familiaridad y conocimientos previos. En el mundo de la vida cotidiana cada paso de nuestra reflexión sobre el mundo descansa en un acervo de experiencias previas. El conjunto de todas estas experiencias constituye una cierta unidad que se expresa en la forma de un cúmulo de conocimientos compuesto fundamentalmente por tipificaciones, esto es, por una serie de soluciones típicas para problemas típicos, una serie de recetas con cuya ayuda todo miembro de un grupo social determinado puede, en la realidad cotidiana, definir de forma típica una situación. El cúmulo de conocimientos sirve como esquema de referencia para toda reflexión sobre el mundo. Todas nuestras experiencias en el mundo se relacionan con este esquema y esto de tal manera que los objetos y sucesos se nos presentan desde el principio en su tipicidad. La mayor parte de este cúmulo de conocimientos es transmitido y aprobado socialmente. A través de él aprendemos no sólo a definir situaciones sino también a elaborar construcciones típicas de acuerdo al sistema de relevancias del grupo a que pertenecemos. El mundo del conocimiento cotidiano es, por decirlo así, el “escenario” de la acción social. Dentro de este mundo lo hombres se relacionan e intentan comprenderse mutuamente. Para poder comunicarse en la interacción es necesario un marco de presuposiciones constituido por el cúmulo de conocimientos, el cual normalmente no es expresado en toda su amplitud pero tiene que ser traído a colación para poder efectuar y mantener los encuentros sociales. Este conocimiento es aceptado de forma sobreentendida y utilizado como un sistema de interpretación que en la interacción permite la generación del sentido en tanto resultado de rendimientos intersubjetivos de compresión reciproca. En todo encuentro con otros hombres hacemos uso de nuestro cúmulo de
conocimientos y con ayuda de las tipificaciones que contiene buscamos comprender las acciones de los otros (lo cual no significa que la tipificación sea hecha exclusivamente por el ego solitario como algunos críticos han creído poder leer en Schütz). Por esta razón, según indica Schütz, la comprensión del comportamiento del otro puede ser entendida, desde el punto de vista fenonomenológico, como un proceso de tipificación. b) Tipificaciones y demandas morales Lo que ahora me interesa mostrar es que el sentido alcanzado con la ayuda de este esquema interpretativo está en estrecha conexión con el reconocimiento de determinadas demandas morales y que el sostenimiento del sentido generado en la interacción depende del cumplimiento de dichas demandas. Siguiendo nuestras reflexiones anteriores podemos decir que el esquema interpretativo puede ser entendido como una serie de tipificaciones reciprocas mediante las cuales los actores son capaces de comprender el comportamiento del otro, darle significado, entender el sentido de sus acciones. La existencia de estas tipificaciones recíprocas genera el orden institucionalizado. Siguiendo ahora a Berger y Luckmann (1986) podemos decir que tan pronto cómo acciones habitualizadas a través de tipos de actores son recíprocamente tipificadas surge una institución, así toda tipificación puede ser considerada como una institución. Importante para nosotros es subrayar que toda institución contiene en un plano preteórico un conocimiento de “receta” trasmitido, esto es, un conocimiento que dota de contenido a las reglas de comportamiento institucionalmente apropiadas. Berger y Luckmann escriben “esta clase de conocimiento {preteórico} constituye la dinámica motivadora del comportamiento institucionalizado, define las áreas institucionalizadas del comportamiento y designa todas las situaciones que en ellas caben. Define y construye los roles que han de desempeñarse en el orden de las instituciones e, ipso facto, controla y prevé todos esos comportamientos”(1986:89) A través de este conocimiento aprendemos nosotros por ejemplo los roles sociales típicos y las expectativas típicas de comportamiento que están ligadas a los portadores de roles. De esta manera nos es posible cumplir con los roles que nos corresponden y comportarnos de tal manera que podemos suponer que nuestro comportamiento encontrará la aprobación social. Por eso podemos afirmar que las relaciones sociales están tipificadas, lo cual supone una forma de comprensión recíproca de dichas relaciones, comprensión que contiene elementos de una estratificación social aceptados de forma sobreentendida por los miembros del grupo y por ello aprobados socialmente. Berger y Luckmann afirman por otro lado que: “dado que dicho conocimiento se objetiva socialmente como tal, ó sea, como un cuerpo de verdades válidas en general acerca de la realidad, cualquier desviación radical que se aparte del orden institucional aparece como una desviación de la realidad, y puede llamársela depravación moral, enfermedad mental, ó ignorancia a secas” (1986:89) Si todo esto es correcto, entonces se torna claro que al interior de este conocimiento ópera una moral. Lo que aquí queremos resaltar es que toda tipificación aprobada socialmente presenta una serie de expectativas y obligaciones, cuya demanda de cumplimiento es una demanda moral. De esta manera se expresa la estrecha relación que existe entre la producción de un orden normativo, el cual puede ser entendido como una determinación de derechos y obligaciones, y la producción del sentido de la acción. En general podemos decir que la interacción cotidiana entre miembros de una
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sociedad descansa sobre una serie de definiciones, las cuales remiten a los derechos y obligaciones recíprocos de los actores y a partir de las cuales surge un cuerpo de expectativas recíprocas sancionadas según ciertas normas y cuyo cumplimiento es una demanda moral. El cumplimiento de las demandas mórales esta unido a una determinada producción de sentido y al reconocimiento de una determinada interpretación de las normas. El sostenimiento del sentido de una acción está por ello vinculado al cumplimiento de las pretensiones morales. Erving Goffman ha mostrado mediante múltiples ejemplos que en una “definición de la situación” aceptada socialmente, los actores tienen que asegurarse de que las reglas correspondientes sean seguidas. Esto les permite ser aquella persona que socialmente ellos creen o piensan ser. Cuando una norma de comportamiento es transgredida sucede que dos individuos corren peligro de ser desacreditados: “uno por la obligación que tenía de comportarse según la reglas: el otro por la exigencia de un trato determinado como consecuencia de esta obligación. Es decir, se amenaza parte de la definición de ambos (agente y destinatario), así como, aunque en grado menor, parte de la definición de la comunidad que lo contiene” (1981:270) Se desprende también de esta cita la importancia del sostenimiento del orden moral para el sostenimiento y confirmación de la identidad personal. c) Interacción y negociación de los significados de la acción Si ahora consideramos el carácter problemático de la reacción social frente a la trasgresión de una norma puede resultar mas clara la estrecha relación que tiene la interpretación del sentido de la acción, su tipificación, con la interpretación de su relación con el orden moral: Si uno considera que las sanciones que surgen del no cumplimiento de las demandas morales no surgen de forma inevitable y mecánica como lo hacen los sucesos naturales, sino que presuponen interpretaciones y reacciones específicas de los
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Ilustración: Claudia Chita
actores, podemos decir entonces que, normalmente, para el caso del no cumplimiento de dichas demandas existe una especie de “campo libre” que le permite a quién no cumplió negociar la posible sanción. Esto lo ha demostrado muy bien Goffman al hacer notar que nuestra reacción frente a un individuó que se desvía de una norma o que realiza una acción “ofensiva” está determinada por una serie de consideraciones interpretativas: “¿Conocía la regla que violaba ó, si la conocía, se daba cuenta de que la está transgrediendo? Si no ha considerado las consecuencias ofensivas de su acción: ¿debería haberlas considerado? Y si ha previsto resultados ofensivos, ¿constituían estos la finalidad principal de su acción ó eran únicamente un efecto marginal de ella? ¿Estaba dentro de sus posibilidades físicas abstenerse de cometer la ofensa, y si lo estaba, existían motivaciones sociales atenuantes?” (1980:270) El infractor de una norma puede bajo condiciones nórmales incidir en él proceso dé definición de una situación, para negociar una nueva definición. Por ello, dice Goffman: “un ofensor real o sospechoso no está sometido tanto a un ciclo correctivo automático cuanto a la necesidad de realizar acciones reparadoras rituales. Tiene a su disposición tres posibilidades principales: las explicaciones, las excusas y los ruegos” (1980:270) Esto significa que lo que habrá de considerarla como incumplimiento de una demanda moral será resultado de una de negociación entre los actores; las sanciones que de ello se deriven dependerán gran parte de la manera en que dicho “incum-
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plimiento” sea caracterizado y determinado. Esto, como ha indicado también Giddens (1987:110), esta formalizado en los tribunales de justicia pero atraviesa todos los espacios de la vida cotidiana donde se constituye socialmente el orden moral. De esta manera podemos asumir que la producción y sostenimiento del orden normativo se verifica en estrecha relación con la producción negociada del significado de la acción.
2. Moral y las Relaciones de Poder a) La negociación de los significados y las capacidades de imponer una definición. Para abordar la cuestión del papel de las relaciones de poder en la producción del orden moral y del sentido de las acciones, podemos volver al análisis del carácter negociado de toda producción de sentido. La negociación de la definición de una situación es posible puesto que el cúmulo de conocimientos que un actor utiliza para comprender a los otros solo es considerado como adecuado “hasta nuevo aviso” como diría Schütz. También según este autor el cúmulo de conocimientos es como un conjunto de “auto evidencias” que cambian de situación a situación y que cuando en determinado momento son puestas de relieve esto solo es posible bajo un fondo de indeterminación que proporciona la base para futuras reformulaciones. El cúmulo de conocimientos tiene un carácter pragmático y por ello la interacción es un producto de prácticas constitutivas de los actores donde la dotación del sentido de esas prácticas es continuamente negociada por ellos según relevancias concretas y “problemas a mano”. Como lo han demostrado Habermas (1988) y otros, mediante la distinción entre competencia lingüística y comunicativa, la interacción no es meramente una comunicación programada
de significados preexistentes. La previsión de las reacciones de los otros mediatiza las actividades de todo actor en todo momento, pero también aquello que anteriormente ha sucedido es objeto de una comprensión a la luz de posteriores experiencias. Una determinada tipificación puede ser modificada a raíz de la nueva información que en el transcurso de la interacción surge. Por ejemplo en un encuentro cara a cara las tipificaciones reciprocas casi siempre entran en un proceso continuo e inevitable de negociación (la dependencia contextual puede ser considerada una característica esencial de la producción de sentido en la interacción). Podemos decir que a los actores en el transcurso de la interacción les es posible negociar la definición o tipificación de una situación y con ello sus recíprocos derechos y obligaciones lo cual también significa una negociación del reconocimiento de determinadas pretensiones mórales. El reconocimiento de pretensiones morales esta vinculado entonces con una determinada producción de sentido y con el reconocimiento de una determinada interpretación de las normas: La cuestión del poder surge cuando tematizamos lo que los actores tienen que hacer para que la interpretación que están negociando sea tomada como legitima. Un conflicto de interpretaciones pueden surgir por ejemplo a raíz de dos distintas visiones del mundo o opiniones respecto a como es la realidad, esto es, en el plano cognitivo; pero igualmente puede haber diferencias respecto a cuales son las normas comunes. De la posibilidad de la negociación del significado de la acción podemos seguir que la generación de sentido, la cual aparece como mediada por las acciones prácticas de los actores, expresará de forma característica desequilibrios en relación a la posesión de poder, esto es, desequilibrios en referencia a la capacidad de los actores de ejercer poder cuando se presentan a las negociaciones en torno a la definición de una situación. Esto se puede expresar de múltiples maneras, por ejemplo puede ser resultado de diferencias en la competencia lingüística en general, la habilidad para expresarse o para argumentar, o en diferencias en relación a conocimientos especializados, el acceso a los canales legítimos de expresión o más llanamente en diferencias en la capacidad de movilizar autoridad o violencia para imponer la propia definición de la situación. b) Antropología de las instituciones, desigualdades morales y conflictos sociales. A las reflexiones anteriores quisiera añadir que desde una teoría antropológica de las instituciones uno puede argumentar que todo orden social, o por lo menos todo aquel existente en sociedades diferenciadas, necesariamente expresará un conflicto entre grupos, o clases y que ello tiene como consecuencia conflictos morales1. Arnold Gehlen (1993:87-111) ha insistido mucho en que los hombres requerimos de un orden cultural para sobrevivir después de nacer, que además nos permita vernos aliviados de la inseguridad que resulta del exceso de estímulos del mundo exterior y de la infinidad de comportamientos posibles frente a la naturaleza y frente a nuestros semejantes. El orden cultural nos sirve también para equilibrar las deficiencias individuales mediante apoyo externo. El orden cultural es necesario y consiste en una selección: a) en primer lugar por que de la multiplicidad de posibilidades de comportamiento solo determinadas formas son seleccionadas e institucionalizadas después del proceso que Gehlen llama de habitualización, y b) posteriormente y eventualmente
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a través de reconocidas conveniencias (Zweckmässigkeiten) objetivas secundarias. A las instituciones pertenecen por ejemplo una determinada interpretación de la naturaleza, la dotación del sentido de las cosas y acciones, la producción de conceptos de orden y desde luego las reglas sociales y las organizaciones. Una institución surge como resultado de la solución habitualizada de un problema y con ella surge determinada organización social que permite implementar dicha solución, estos es, surgen los roles y las conductas legítimamente esperadas de los portadores de dichos roles. Con el paso del tiempo puede suceder que haya una modificación de las condiciones, sociales, naturales o del tipo que sea, que llevaron al surgimiento de dicha institución o simplemente que hayan desaparecido. Esto plantea la necesidad de modificación o disolución de la institución. Sin embargo no necesariamente ello se podrá efectuar sin resistencias de parte de los miembros de la organización social que fue generada con dicha institución, los cuales eventualmente podrían estar contando con ciertos privilegios a raíz de las funciones hasta ese momento legítimamente desempeñadas. En esta situación dichas instituciones podrían incluso estar entorpeciendo la generación de las nuevas instituciones necesarias para afrontar las nuevas condiciones.2
medida para todos. Así en el transcurso de la historia o de la vida de un individuo surge la conciencia de la artificialidad y modificabilidad de las instituciones. El sostenimiento ilegitimo de privilegios genera un conflicto de carácter moral, pues expresa una violación de las normas que rige el reconocimiento entre los sujetos. La experiencia del desconocimiento genera la búsqueda del restablecimiento de la subjetividad lastimada lo que genera el conflicto social. A raíz de los conflictos morales pueden existir proyectos de orden o de instituciones según intereses de distintos tipos, contraproyectos pueden relativizar el orden existente. Las definiciones de la realidad, interpretaciones de los hechos sociales, el orden moral etc., que se logran imponer reflejan la relación de fuerzas entre los grupos al interior de la sociedad. Los conflictos sociales entonces no son solo explicables por la lucha derivada de una desigual distribución de los bienes sino también de la desigual distribución del reconocimiento social de los sujetos. Como veremos mas adelante es posible entonces pensar formas de conflicto social desde la lógica de los conflictos morales, esto es desde la lógica de la luchas por el reconocimiento. Esto tiene sus implicaciones respecto a la investigación del conflicto social y el sostenimiento del orden moral.
El nacimiento de la conciencia de la modificabilidad de las instituciones es posible por lo siguiente: La necesidad de un orden social es en principio, como dice Gehlen, resultado de la constitución biológica del hombre, pero en el momento en que este orden ya no solo sirve para distanciarse de la naturaleza y para dominarla, sino para estabilizar los privilegios de poder y posesiones que han surgido en las sociedades diferenciadas, entonces dicho orden empieza a ser cuestionado; surge la pregunta acerca de para quién las “conveniencias secundarias objetivas” son objetivamente convenientes. Estas lo pueden ser pero no en igual
En primer lugar se opone a una concepción funcionalista como la de Parsons de que una desviación social respecto a la normatividad dominante tiene que ver con una deficiente internalización de los valores comunes, ya que puede haber un distanciamiento conciente de los mismos o una puesta en entre dicho de su carácter “común”. Por otro lado abre la discusión respecto a qué es entonces lo que hace que experimentemos algo como un valor. Esto es, ¿de dónde surgen los valores? 3 c) Tipificación, aprecio social, derechos y obligaciones.
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Un orden moral así establecido reflejará los conflictos entre grupos. Estos se expresarán por ejemplo en las nociones que existen dentro del sistema tipificaciones acerca del valor social de los distintos grupos e individuos y sus formas de vida y realización personal. Es un conocimiento de sentido común el que la tipificación de una persona determina como nos comportaremos hacia ella y que comportamiento esperaremos de ella. Una tipificación puede por ejemplo trasladar a una persona de un determinado estrato moral hacia algún otro. Desde este punto de vista ninguna tipificación es neutral respecto a valores. La sociedad esta organizada según el principio de que un individuo que posee determinadas características sociales tiene el derecho moral de esperar que los otros lo valoren y traten de la manera adecuada correspondiente. Cuando una persona emprende la tipificación (o para hablar con Goffman, definición) de una situación o de una persona (definición de si mismo y de los otros), intenta consecuente y automáticamente hacer valer frente a los otros una demanda moral, en donde los otros tendrían que tratarlo y estimarlo de acuerdo a como tienen derecho a esperar las personas de su tipo. Pero de igual manera dicha persona esta obligada moralmente a comportarse de la correspondiente manera. A través de nuestro cúmulo de conocimientos socialmente adquirido aprendemos el conjuntó de distintas características que nos informan acerca de la posición, el status, rol y prestigio de los individuos dentro de los distintos estratos de la sociedad. Estas definiciones virtuales incluyen las nociones que los actores poseen acerca del estatus y rango social y en general acerca del apreció social de las personas. En una definición ó tipificación socialmente aceptada son estas nociones las que determinan qué derechos y obligaciones se le asignan a cada persona concreta.
3. El actor social y el orden moral. Entre la adaptación práctica y la lucha por el reconocimiento. En el marco de estas reflexiones vinculadas al orden moral y al poder me interesa hacer algunas reflexiones en torno al papel que dentro de un orden moral pueden jugar los individuos y grupos concretos. Lo que especialmente me interesa abordar es como es que los actores reaccionan frente a los conflictos morales, mismos que, como hemos visto, son también resultado de las relaciones de poder de la sociedad de donde emergen. Par ello abordaré dos posiciones aparentemente opuestas pero que en mi opinión pueden ser complementarias en el estudio de las relaciones de los actores sociales con el orden moral y político. a) Goffman y la adaptación práctica al orden moral Si uno analizar las primera obras de Goffman (1981, 1989a, 1989b) nos muestra
un tipo de actor que, aunque no necesariamente ha interiorizado los valores que rigen el orden moral social, para sacar beneficio trata de adecuarse a dicho orden sin criticarlo, “Independientemente del objetivo particular que persigue el individuo y del motivo que le dicta ese objetivo, será parte de sus intereses controlar la conducta de los otros, en especial el trato con que le corresponden. Este control se logra en gran parte influyendo en la definición de la situación que los otros vienen a formular, y él puede influir en esa definición expresándose de modo de darles la clase de impresión que habrá de llevarlos a actuar voluntariamente de acuerdo a su plan” (1989a:15-16). En términos generales para Goffman el código moral, que forma las relaciones sociales permanece ciertamente como un factum de la realidad social, sin embargo el actor que aquí nos presenta toma el código moral mas como un conjunto de reglas instrumentales, algo así como las reglas de un juego. Un juego que por una u otras razones desea o esta obligado a jugar. En estos términos el actor no percibe los valores implícitos del orden moral como algo con lo que él personalmente se sienta vinculado, es decir como obligación moral profundamente sentida. Los actores intentan simplemente, mediante complicadas estrategias, dar a los otros una convincente imagen de su persona. En las descripciones que hace Goffman de estas estrategias se desvanece la distinción convencional entre apariencia y realidad o entre el actor deshonesto y el honesto. Finalmente lo que a los autores les interesa es transmitir a los otros una imagen convincente de si mismo, y que son personas dignas de respeto, aprecio y
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respetuosas del orden y códigos morales. Lo que el uso de estas estrategias implican es la presencia no de un actor que intente reformular la interpretación de los sistemas de clasificación vinculados a valores de su sociedad para de esta manera su identidad personal y social pueda ganar mayor poder o prestigio. Implican más bien la presencia de un actor que sin poner en cuestionamiento dichos sistemas de clasificación estaría intentando transmitir a los otros la información adecuada, para que le otorguen una definición favorable de su persona y situación, Goffman escribe: “En su condición de actuantes (performers), los individuos se preocupan por mantener la impresión de que cumplen los muchos patrones aplicados para juzgarlos a ellos y sus productos (…) pero a los individuos, como actuantes, no les interesa el problema moral de cumplir con esos patrones, sino el problema amoral de fabricar una impresión convincente de que se los cumple. Nuestra actividad, pues, concierne en gran medida a las cuestiones morales, pero como actuantes no tenemos interés moral por ellas. Como actuantes somos mercaderes de moralidad” (Citado en Gouldner: 1979:350) En su análisis del modelo dramatúrgico de la acción social de Goffman, Gouldner concluye que es “una adaptación solamente afín a quienes están dispuestos a aceptar las adjudicaciones básicas de las principales instituciones vigentes (…) Es para quienes ya han triunfado en la partida principal o para los que han renunciado a jugarla”(1979: 354) Resulta aquí interesante presentar algunas observaciones de Goffman sobre la conducta de las personas con estigma. Es imaginable que una persona estigmatizada considere injusto el trato de desprecio que recibe sin embargo, según el modelo de Goffman, no intenta modificar esa situación sino que se adapta mediante complicadas estrategias que le ayudan a tener una posición menos desventajosa. Erving Goffman muestra como la estigmatización es un fenómeno social que tiene que ver con el deterioro de la identidad personal y social de sus portadores.
El estigma es un atributo despreciativo del cual se derivan serias y preestablecidas consecuencia en las relaciones sociales de sus portadores. El estigma – dice Goffman – no tiene que ver tanto con los atributos de las personas sino con sus relaciones. Este autor distingue entre persona desacreditada o desacreditable en función de si el estigma es inmediatamente evidente o no. Existen varios tipos de estigmas, por ejemplo los que se refieren a una característica física, a la pertenencia a un grupo étnico y los que se refieren a una determinada forma o condición de vida o forma de pensamiento. En un periodo histórico determinado la estigmatización puede recaer por ejemplo en: divorciados, enfermos mentales, ex presidiarios, homosexuales, quienes viven en unión libre, comunistas, mujeres, indios, los pobres etc. Goffman muestra las complicadas estrategias a las que recurren estas personas para evitar ser “descubiertos” y/o para una vez descubiertos, mediante el control de la información sobre si mismos, reducir en lo posible el desprecio social que genera la estigmatización por ejemplo y según el estigma: no acudir a determinadas lugares, no tocar determinados temas, omitir información, sentarse de determinada forma, etc. Las personas estigmatizadas entonces tienen que aprenden a manejar su situación, actuar de determinada manera según sea el contexto en el que se desenvuelvan; por ejemplo con los “simpatizantes” podrán actuar con cierta naturalidad, a los extraños les ocultarán toda la información que pudiera llevarlos a detectar su “estigmatizable” diferencia. Según Gouldner este modelo reflejaría las actitudes de aquellos que aceptan las prescripciones que les otorgan las instituciones dominantes y por aquellos que “no se sienten impulsados a protestar contra el sistema que los ha alienado, ni a oponerse activamente a él” (1979: 354). b) Honneth y la lucha por el reconocimiento Para Axel Honneth (1992) el cono-
cimiento de sentido común en la vida cotidiana proporciona un marco de seguridad antológica. Es en razón de este marco que los seres humanos en sociedad podemos distinguir las experiencias de reconocimiento o desconocimiento, de aprecio o desprecio, esto es las experiencia morales. En nuestro uso cotidiano del lenguaje esta implícitamente contenido el conocimiento de que nuestra integridad como seres humanos depende del reconocimiento y la aceptación de parte de los otros. Por ejemplo categorías como las de “insulto”, “ofensa”, “denigración”, etc., nos sirven para describir a aquellos que han actuado de forma moralmente incorrecta. En nuestra vida cotidiana estamos continuamente atentos a cuestiones que tienen que ver con nuestra percepción de los comportamientos moralmente incorrectos o especialmente correctos: cuando chismeamos sobre alguien, cuando nos quejamos de alguien o lo elogiamos, cuando nos indignamos sobre alguien o algo y cuando pedimos a otros que compartan nuestra indignación, cuando buscamos o damos consejos, cuando predicamos, etc. De hecho existen una seria de instituciones en donde especialmente se fomentan este tipo de prácticas: clubes cívicos, congregaciones, iglesias, grupos académicos, cafés, etc. Categorías como “insulto”, “ofensa”, “denigración” se vinculan con actividades de desprecio, de negación del reconocimiento, son conceptos negativos que designan un comportamiento a través del cual es cuestionado el concepto positivo de una persona el cual ya había adquirido intersubjetivamente. Una contraparte de estas palabras es por ejemplo la “indignación”. Esto significa que nuestro uso cotidiano del lenguaje contiene implícitamente un concepto de intersubjetividad que concibe la integridad de la esencia humana como dependiente del reconocimiento reciproco de los sujetos. Honneth parte de que todo sujeto capaz de acción y de lenguaje solo pue-
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de constituirse como persona en la medida de que él aprenda a verse a si mismo desde la perspectiva aprobatoria desde la cual lo ven los otros quienes le atribuyen determinadas cualidades y capacidades positivas. De ello resulta que una creciente conciencia de la individualidad implica una creciente dependencia de las relaciones de reconocimiento que el mundo ofrece al sujeto. (Honneth 1992:276) Sin el reconocimiento de los otros es imposible alcanzar la propia autoconciencia o autovaloración. Por esta razón las luchas por el reconocimiento pueden ser consideradas como objetivos morales plausibles. Las confrontaciones entre grupos pueden ser interpretadas como luchas por el reconocimiento. Los grupos oprimidos y marginales generan luchas de resistencia no solo por que desean ver satisfechas ciertas demandas materiales o de justicia, sino también por que por las condiciones en que se encuentran son humillados, avergonzados, lastimados en su propia autoestima. Por ello los conflictos sociales no son solamente una lucha por las posibilidades de vida o sobrevivencia o por la imposición de los intereses de grupo. Son también luchas por el reconocimiento que, como señala Honneth, están motivadas moralmente. En ellas se lucha porque en el futuro tanto los grupos privilegiados como los no privilegiados se otorguen reciproco reconocimiento. Estas luchas pueden expresarse de muy diversas formas: desde conflicto salariales a levantamientos revolucionarios. Honneth considera un avance en cuanto más simetría exista en lo que el considera las tres formas básicas del reconocimiento intersubjetivo: el amor, el derecho y la solidaridad o aprecio social. En lo que sigue solo me referiré a la problemática vinculadas con las luchas por el reconocimiento social. Para Honneth los seres humanos solo pueden alcanzar la autoestima en la medida de que su aporte concreto a la vida comunitaria sea visto como algo valioso. Sin embargo en la época moderna con la pluralización de las formas de vida y la diferenciación sistémica y social, resulta difícil, si no imposible a los distintos grupos percibir la importancia social de los aportes de las distintas agrupaciones, por esta razón una pregunta fundamental es la de, si en las actuales condiciones, las distintas formas de vida van a poder expresarse reciproca solidaridad o están condenadas a vivir en la indiferencia cuando no en la enemistad. Honneth menciona un tipo de desprecio estrechamente vinculado a conflictos sociales. Se trata del desprecio hacia un tipo de vida ya sea individual o colectiva.4 Dentro de la tradición de una sociedad la medida del aprecio social que una persona recibe en base a su forma de auto realización se puede vincular con conceptos como el de “honor”, la “dignidad” o el “estatus”. Cuando dentro de la jerarquía de valores de una sociedad algunas formas de vida o de pensamiento particulares son tenidas como menos valiosas y por ello degradadas, entonces los sujetos afectados pierden la posibilidad de adscribir a sus propias capacidades y maneras de autorrealización un valor social. La jerarquía de valores al degradar ciertas patrones de autorrealización que impiden a los afectados ver a su forma de vida como algo positivo para la comunidad provoca también en ellos una perdida en su autoestima y con ello reducción de las posibilidades de ver sus especificas características y capacidades como algo valioso. En la sociedad existen siempre, abiertos y porosos marcos de orientación simbólicamente articulados en los cuales se formulan los valores éticos y las metas sociales. En su conjunto constituyen la comprensión cultural que la sociedad tiene de si mismas. Este conjunto funciona como un sistema de referencia frente al cual las diferentes características de la personalidad son evaluadas en función del grado en que parecen poder contribuir al cumplimiento de las metas que se plantea la sociedad. En este contexto el aprecio social de las personas se miden en función de lo que intersubjetivamente se considera son sus aportes al sostenimiento de los valores culturalmente definidos. Así el aprecio social de los individuos o grupos depende de las
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metas éticas que predominan en la sociedad. Así las formas de aprecio social están históricamente condicionadas. El orden jerárquico mediante el cual se determina el aprecio social esta sujeto a los procesos conflictivos de cambio estructural y en razón de los cambios culturales es que también sufren modificaciones las condiciones que validan las metas éticas de una sociedad. Las interpretaciones que en determinado periodo histórico predomina acerca de las metas éticas sociales sirven para medir el valor de las formas de autorrealización de los individuos y sus correspondientes características y capacidades, el contenido de dichas interpretaciones dependen a su vez de a que grupo le resulto posible hacer aparecer su forma de autorrealización, sus aportes y características como especialmente valiosas (Honneth 1992:205). Los grupos intentarán, por medio de lo que Honneth llama violencia simbólica, elevar la valoración del tipo de capacidades vinculadas a su forma de vida, siempre en vista de las metas éticas de la sociedad. Igualmente intentarán reinterpretar el sistema de clasificación vinculado a valores de un sociedad, para de esta manera elevar su nivel de prestigio, estatus y poder. (Honneth 1992:205). Los grupos que en este contexto sienten lastimada su dignidad o negados sus legítimos derechos, se defenderán y lucharan por recuperar su estatus social y/o legal. Ya hemos visto como la conducta adaptativa y estratégica que, según el modelo de Goffman, puede seguir una persona con la identidad deteriorada por vía de la estigmatización, para Honneth en cambio la experiencia de desprecio y deterioro de la identidad personal generan conflictos morales que se expresaran en luchas por el reconocimiento. La revaloración del aprecio social de personas y grupos expresan continuamente el resultado de luchas por el reconocimiento. En resumen creo que de los aportes a la sociología y filosofía moral de Honneth podemos deducir que las luchas morales, los conflictos que de ellos resultan y una solución que contemple un creciente reconocimiento de personas, grupos o formas de vida que sufren de desprecio pueden llevar a un creciente desarrollo moral, lo cual pudiéramos entender como un mayor grado de solidaridad social y con ello de integración social.
4. Consideraciones Finales En la discusión contemporánea sobre la moral se pueden reconocer dos vertientes opuestas que sin embargo parten de un mismo supuesto: que con la evidente diferenciación social y pluralidad de las formas de vida en las sociedades occidentales contemporáneas lo que hasta ahora habíamos entendido como la moral, esto es un conjunto de valores socialmente compartidos y legitimados por la tradición, ha ido desapareciendo de la vida moderna. De esta afirmación se desprenden dos posiciones: Unos afirma que con la disolución de la moral tradicional vendrá el fin del orden moral tanto a nivel social como individual, otras posiciones argumentan que una vez que los individuos han sido liberados de las cadenas represiva de la moral tradicional se podrá ahora por fin acceder al mayor grado de desarrollo moral: la moral completamente autónoma. Estas dos posiciones expresan también algunos presupuesto respecto al origen del orden social, la primera posición considera que el orden moral se sostiene mediante la activación de un sistema de valores comunes que se realiza cuando los individuos que los comparten (en la medida que los tienen interiorizados) recurren a ellos para, en la interacción, orientar e interpretar sus acciones y las de los otros. Sin este sistema general la crisis de sentido aparece y con ella el peligro de desintegración social. La segunda posición parece percibir la moral institucionalizada como algo de lo cual
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los individuos pueden prescindir sin que con ello se afecte el orden social pues la sociedad moderna estaría integrada por medio de la organización racional de las instituciones diferenciadas. Parsons como Durkheim eran de los que temían la disolución del orden social con la ausencia de una moral homogenizadora. Esta posición ha sido cuestionada por muchos autores, aquí solo quiero referir unas observaciones de Thomas Luckmann comparando a este respecto a Durkheim con Theodor Geiger:
“Durkheim’s and Geiger’s belief that modern societies no longer possess a generally obligatory moral order is shared by most contemporary social scientists (…) I think that Durkheim was wrong to postulate that no society, not even complex modern society, could exist without the integrating force of a specific, and at the same time generally obligatory, moral code. I also think that Geiger’s assumption that the rational organization of differentiated institutions in modern social structures not only could well do without such a moral order, but would be, in fact, only impeded by it, makes sense.” “A generally obligatory and behaviorally specific moral order appeared to Geiger to be incompatible with a rationally organized, functionally differentiated modern society. According to him, the retreat of morality from the social structure would not necessarily make morality disappear completely. However, the condition of its survival was that it should become socially irrelevant and, to use his term, spiritualized.” Tomas Luckmann (1997:7y8) En general me parece correcto el planteamiento de Geiger, en el sentido de que una moralidad general y obligatoria podría ser disfuncional dentro una sociedad organizada racionalmente y diferenciada funcionalmente. Sin embargo él parece deducir que la racionalización de la organización de la sociedad y la diferenciación funcional lanzan a la moral hacia una irrelevancia social general. En mi opinión esto último no es correcto, y espero haber demostra-
do que la comunicación moral es condición indispensable para el sostenimiento de todo orden social. La cuestión es indagar como es que opera la moralidad en las sociedades modernas donde la pluralidad de la formas de vida hace difícil su integración por vía de una moral global. Me parece que en efecto en las funcionalmente diferenciadas y culturalmente plurales sociedades modernas ya no es posible asegurar el sostenimiento del orden moral mediante una moral general internalizada por los miembros de una sociedad, esto es, mediante el hecho de que los actores guíen sus comportamientos en función de valores con los cuales están comprometidos personalmente, esto es, que por estar interiorizados son “profundamente sentidos”. Apoyados en las ideas que Goffman desarrolla a raíz de una gran cantidad de investigaciones empíricas y que aquí he presentado algo esquemáticamente creo que, desde una postura interaccionista se puede sugerir la tesis de que en la sociedades contemporáneas, en los muy diferentes y a veces opuestos contextos en los que deben desempeñarse los actores sociales estos actúan tendencialmente y para fines prácticos de forma estratégica de tal manera que buscan “salvar la situación”, esto es conservar la estabilidad del orden moral para poder cumplir con los fines prácticos que se han propuesto. Resulta interesante tratar de comprender al actor de Goffman a la luz del diagnóstico que Richard Sennett hace de la sociedad capitalista contemporánea en su libro «La corrosión del carácter» (e.o. 1998. Tr. 2000): este autor explora los desórdenes de la personalidad que generan la pérdida de la sociedad y de lo público a causa de los valores individualistas y «familísticos» que en las sociedades capitalistas modernas imperan. Para explicar lo que Sennett entiende como corrosión del carácter y el debilitamiento de la identidad personal remite al concepto de flexibilidad muy de moda en el mundo del trabajo de los países capitalistas mas desarrollados.
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Mediante historias de sujetos entrevistados muestra el enorme desplazamiento de ámbito laboral que realizan los trabajadores en el lapso de sus vidas, haciendo muy difícil comprometerse moralmente con alguna actividad ya que probablemente la tendrá o querrá abandonar en poco tiempo. Igualmente difícil resulta en estas condiciones planear un proyecto de vida de largo plazo. En su estupenda reseña del libro de Sennett, Martínez Sauquillo (2005) refiere: “..en este marco laboral, señala el autor, resulta muy difícil establecer compromisos duraderos o sentir lealtad hacia los demás, ya que, para que prendan en el individuo el compromiso y la lealtad, tiene que haber vínculos sólidos, que sólo surgen de una asociación larga. No es de extrañar, argumenta, que el desapego y la cooperación superficial, a las que siempre acompaña esa actitud blasé descrita por Simmel, sean las cualidades que se adecuan mejor a las nuevas ne-
cesidades. En suma, las preocupaciones de Sennett se resumen en las siguientes preguntas: ¿cómo pueden perseguirse objetivos a largo plazo en una sociedad a corto plazo?, ¿cómo sostener relaciones humanas duraderas?, ¿cómo puede un ser humano desarrollar un relato de su identidad e historia vital en una sociedad compuesta de episodios y fragmentos?..
Más adelante: “El viejo tipo descrito por Weber, el hombre empeñado en probar su valor moral por el trabajo, sentencia Sennett, ya no tiene razón de ser y, por el contrario, el nuevo hombre o mujer que requieren los tiempos actuales es el que es, ante todo, ducho en las capacidades blandas de la comunicación y que se mueve como pez en al agua en la «cultura de la cooperación mediante símbolos
(Pie de notas) 1 Desde luego esto no implica que se la única manera de abordar el surgimiento de los conflictos entre grupos o clases. 2 Al respecto ver: Berger/Luckmann (1986:64-117) 3 Sobre esto ha trabajado Hans Joas (2001), Luckmann (2000), Tugendhat (1993). Estos autores coinciden en abordar el problema del origen de los valores apuntado a la relevancia de la constitución de la identidad personal y social en el surgimiento de la moral, posición que también comparte Honneth. Tugendhat escribe: “ ni el sentido formal de la moral (en el sentido de una sistema moral) ni los que nosotros llamaríamos „ nuestra moral” se puede entender sin recurrir al concepto de identidad personal y social“traducción del autor de este texto. En el original: “Ich will zeigen, dass weder der formale Sinn der Moral (im Sinne eines moralischen System) noch das, was wir „unsere Moral”nennen würden, ohne Rekurs auf ein Konzept personalsozialer Indentitaet verstanden werden kann“1993:33 4 Ya hemos analizado en el caso del la estigmatización como se comporta el actor de Goffman en casos de desprecios moral 5 Las negritas son mías
igualitarios», según expresión de Laurie Graham, que obliga a manipular la propia imagen” 5 Si este diagnóstico es correcto, y a mi me parece que los es, la manipulación de la imagen -que es lo mismo que decir simulación-, en lugar del compromiso moral se vuelve una buena estrategia de integración social individual para este contradictorio, flexible nuevo estilo de vida. Sin embargo al afirmar esto no quiero sugerir que los actores simplemente se adapten al orden moral y no lo evalúen según “valores morales profundamente sentidos”. Si nos apoyamos en Honneth podríamos considerar que cuando para el actor el orden moral, en una situación concreta, expresa un nivel alto de oposición a sus “valores profundamente sentidos” el sentimiento de ofensa moral, la experiencia de desprecio, de agravio puede, si no hay reparación, volver la situación ‘insostenible” o “insalvable”. En-
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tonces la negociación por la redefinición del orden moral implica un conflicto social bajo la lógica de una lucha por el reconocimiento. Esta lucha puede implicar simplemente la revaloración del aprecio social de la personas y en caso extremo la reformulación de las metas éticas sociales y el sistema de valoración social de las formas de realización personal. Me parece que más que oponerse los modelos de actor de Honneth y Goffman, pueden complementar los análisis respecto a la construcción, sostenimiento y modificación del orden moral. Goffman no parece estar interesado, por lo menos en las obras que aquí citamos, en averiguar lo que los actores pudieran hacer o hacen para actuar según valores profundamente sentidos o para modificar el orden moral. Lo que parece interesarle son las estrategias que siguen los actores para evitar la sanción moral, para elevar su estatus dentro del orden moral establecido y así llevar a cabo sus
fines prácticos, los cuales pueden ser por cierto bastante inmorales. En el caso del actor de las clases desfavorecidas, sometidas: por un lado tenemos un sujeto luchando por el reconocimiento de su forma de vida, de realización; por otro lado un actor (en el doble sentido del término) buscando la manera de vivir dentro del orden moral establecido que otorga poco aprecio social a su forma de vida, sus capacidades y características. Tratando, mediante simulaciones y manejo estratégico de la información, de ubicarse en un nivel de aprecio social mas alto del que le correspondería “realmente” a su “forma de vida”, simulando dentro de un mundo en el que, finalmente por distintas razones los actores desean o tienen que vivir, un mundo “donde las recompensas parecen guardar poca relación con la utilidad o moralidad de los hombres (o de las cosas)” (Gouldner. 1979:357). En torno al individuo estigmatizado
afirma Goffman: “el individuo estigmatizado se define a sí mismo como igual a cualquier otro ser humano, mientras que, al mismo tiempo, es definido por el mismo y por quienes lo rodean como un individuo marginal. Dada esta auto contradicción básica del individuo estigmatizado, resulta comprensible que realice grandes esfuerzos para encontrar una solución a su conflicto” (Goffman 1989: 129).
Y es que en mi opinión los individuos que sufren del desprecio social sin haber encontrado reconocimientos alternativos para revaluar su identidad (para acceder a una identidad colectiva diría Honneth), podrán difícilmente distanciarse de las valoraciones negativas de los demás, lo que por otra parte confirma las tesis de Honneth respecto a que el reconocimiento social juega un papel fundamental en la constitución de la identidad del individuo y en su autoestima.
Christian Calderon Torres
Es Sociólogo por la UNAM, Maestro en Sociología y Maestro en Ciencia Política por la Universidad de Constanza Alemania, estudios de doctorado en Sociología en la Universidad de Constanza, Alemania y candidato a Doctor en Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad de la Habana. Ha sido docente y conferencista en diversas universidades entre otras en el IUIToluca, la Universidad de Tijuana y la Universidad de Constancia, Alemania.
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rientación Educativa y Tutorías: Dualidad de
Intervención Psicopedagógica Mtro. Antonio Jiménez Luna
El contexto.
La educación, entendida como el proceso social que promueve el desarrollo de los sujetos, es un tópico que trasciende en su análisis actual a los profesionales que abordan su estudio, pues son tan variadas las líneas de reflexión, que se particulariza muy a fondo cada elemento posible de revisión de los factores que intervienen en ella; sin embargo de no ser por esa circunstancia, no sería posible identificar las áreas de oportunidad para mejorar el proceso de enseñanza que permitan un aprendizaje holístico a la vez que significativo, recuperando al mismo tiempo las deficiencias en el enseñar. Contexto antecedente regido por los escenarios educativos actuales, poniendo de manifiesto la reestructuración de las metodologías existentes en la práctica pedagógica y con ello la resolución parcial y a futuro total, de los diversos problemas académicos a los que se enfrentan los alumnos, situación por la cual los actores involucrados deberán estar en posiciones flexibles que favorezcan la acción educativa y eficienticen el aprendizaje. Por ende, la ESCUELA debe poseer la capacidad para diagnosticar y crear
La orientación educativa y las tutorías, han sido un tema discutido en los espacios académicos por el lugar que deben ocupar dentro del currículo y la gestión del desarrollo integral del sujeto; sin embargo, debe quedar claro que su homologación trae consigo ventajas múltiples, si se utilizan estrategias de intervención Psicopedagógica en el desarrollo de programas conjuntos, donde los actores de la comunidad escolar estén interrelacionados de forma horizontal y vertical. Para tal objetivo los programas deben dar respuesta a un escenario donde sus particularidades determinen las características físicas, metodológicas y de intervención, permitiendo con ello la paulatina inmersión de los involucrados para resultados que no respondan a la imposición, sino más bien, a la adecuación de escenarios de mejora continua donde se asume la responsabilidad que el rol y función establecen dentro del proceso enseñanza – aprendizaje.
programas específicos que detengan el crecimiento de los fenómenos escolares, situación que interna primordialmente a los centros de educación Media Superior y Superior en una constante construcción de espacios para satisfacer las necesidades de su comunidad.
La Orientación Educativa en el Centro Escolar. La Orientación Educativa juega un papel primordial en la búsqueda de opciones que coadyuven el desarrollo efectivo de los sujetos, proponiendo estrategias tan variadas que impacten de forma integral el rendimiento escolar desde perspectivas integrales que trasciendan sus beneficios, más allá de los límites escolares y
generacionales. Pues debe dar respuestas que se adecúen a los escenarios multifacéticos que presenta la sociedad impactada por la globalización, los avances científicos, la multiculturalidad y otros fenómenos sociales que intervienen en las relaciones socio académicas de la comunidad escolar. (Gutiérrez y Castro; 2004) En ésa búsqueda interminable de acciones a ejecutar es transferible crear, innovar o modificar metodologías existentes utilizadas de forma cotidiana en las instituciones y que aplicadas de forma regular traen soluciones parciales o totales en el desempeño del alumno; enmarcadas en principios psicológicos, pedagógicos y socioculturales entre las que se pueden destacar: intervención psicológi-
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ca para subsanar los problemas psicoafectivos del sujeto, la modificación de la conducta individual, grupal o en su caso familiar que permita armonizar entornos, la solución de conflictos de la etapa de desarrollo, clarificación de las opciones de desarrollo profesional, conocimiento de las diversas técnicas de estudio para mejorar su desempeño estudiantil, entre otras. Acciones que se llevan a cabo de forma individual o en conjunto a través de los diversos actores de la comunidad escolar, pero que al final conforman un mismo y sólido objetivo: la consolidación de un alumno que pueda intervenir en su grupo social de forma tracedental.
El concepto de Tutorías y su
inmersión teórica – metodológica con la Orientación Educativa. Dentro de las diversas propuestas generadas, las Tutorías como medio de intervención han sido un punto de partida para la implementación de acciones que, dependiendo del contexto o circunstancias institucionales, se han realizado, trayendo resultados que las han enriquecido y en su momento reestructurado para su aplicación en los diversos niveles educativos; “claramente a la luz de los cambios, la tutoría tiene múltiples roles y funciones que desempeñar. Así, sus roles están cambiando en la medida que cambian las características y por tanto,
las necesidades de nuestros estudiantes”. (Sanz, 2005:78) Como ejemplos, los modelos desarrollados en algunos países europeos y específicamente en México a través de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) el Programa Institucional de Tutorías; del cual se desprende una serie de metodologías específicas para el nivel Medio Superior y Superior del Sistema Educativo Mexicano, mismas que toman sentido y dan respuesta a lineamientos institucionalizados. Por tanto, se debe tener en claro que el sistema tutorial surge de la dinámica cambiante de la Orientación Educativa y como estrategia para atender el área
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académica con ayuda o asesoramiento de otros actores educativos; sin embargo ha tomado formas y planteamientos teórico – metodológicos que responden a las muy particulares necesidades del entorno; tal discusión subyace desde el concepto de tutorías dentro de los escenarios escolares. Las diversas construcciones teóricas sobre el tema (Martínez, Zaragoza, Lázaro, Asensi, Rodríguez, Fernández, 2004; UAS, UAQ, 2002; Sanz, Martínez, Torres, Huerta, 2005; García, Trejo, Flores, Rabadán, 2007) nos proporcionan perspectivas analizadas en congresos, foros, asambleas, mesas de trabajo, etc.; que plantean de modo central dos posturas, una dirigida a la tutoría burocrática que es exclusivamente en la atención de problemas de asignatura dotada de procesos administrativos exhaustivos, (muchas veces con intenciones de remuneración económica) y otra de carácter orientador e intencional que busca facilitar el desarrollo cognitivo, personal y profesional del alumno. Ante la primera, encontramos que la ANUIES (2002) define a la tutoría como el proceso de apoyo académico que se proporciona a lo largo de la permanencia del estudiante en la institución con el fin de mejorar el rendimiento académico, solucionar problemas escolares, desarrollar habilidades y actitudes positivas en los estudiantes; por otro lado la Universidad Autónoma de Querétaro (2002) afirma que es un “acompañamiento y apoyo docente con carácter individual y en algunas ocasiones grupal, que se ofrece a los estudiantes como actividad más de su currículo formativo” En la misma línea, Martínez; Martínez y Zaragoza, (2004:2) mencionan que es “un proceso que interviene en aspectos escolares de los alumnos por parte del tutor asignado y tiene un tiempo establecido para llevarse a cabo”. Así mismo, la Universidad de Sonora (2002) la define como “un proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes que se concreta mediante la atención personalizada a un alumno o aun grupo reducido de alumnos por parte
de académicos competentes y formados para esta función, apoyándose conceptualmente en las teorías del aprendizaje más que en las de la enseñanza”. Aún cuando los conceptos propuestos dejan en claro los procesos administrativos, intentan considerar algunos elementos con una línea de acción integral; sin embargo se detonan diversos problemas en su ejecución desprendidas de sistemas político-institucionales como lo plantea Romo (2003) al afirmar que las tutorías se han convertido en una vulgar mercadería en las Instituciones de Educación Superior; mientras que en la educación media superior (Robles;2008) la problemática radica en la falta de capacitación del docente – tutor para la eficacia del proceso. Ante la segunda perspectiva; la Tutoría se entiende como “el proceso auxiliar de la Orientación Educativa que retoma los aspectos relacionados con el contexto escolar y busca formar a los profesores y alumnos con cierto potencial y un perfil especial, con el fin de apoyar a los estudiantes que presentan diversos problemas, siempre y cuando se relacionen con su rendimiento y adaptación al medio ambiente y ritmo escolar” Lazaro; Asensi y Rodríguez; citados por Fernández (2004) en otra visión más amplia, indica que la tutoría es vista “como un instrumento que puede potenciar la formación integral del alumno, además de constituir un recurso de gran valor para facilitar la adaptación del estudiante al ambiente escolar, mejorar sus habilidades de estudio y trabajo, abatir los índices de reprobación y rezago escolar, reducir las tazas de abandono y mejorar la eficiencia terminal, al atender puntual y oportunamente los problemas específicos de las trayectorias escolares de los alumnos (Martínez; Torres; Huerta, 2005). Por último García, Trejo, Flores, Rabadán (2007) describen que es un recurso para formar integralmente a los alumnos a través de una labor individualizada pero con intención integradora, por lo que resulta una actividad compleja que se ubica dentro de un contexto educativo.
En el análisis se puede determinar que las tutorías pueden formar parte homóloga de la Orientación o ser una entidad particular que favorece el trabajo académico, sin embargo queda claro que debe ser un proceso integral que coadyuve el rendimiento del estudiante atendiendo el mayor numero posible de las dimensiones de su ser, así mismo quienes participen en ella deberán estar dotados de herramientas elementales para no perder el objetivo central, pero ante todo, el concepto institucional de tutoría estará enmarcado por las características propias del centro, así como su función u objetivo para el que se establezcan; pues no se debe dejar de lado que lo pretendido a través de la tutoría es acompañar al alumno en su proceso académico y personal, facilitando que él, conozca sus opciones las analice, reflexione y tome decisiones. Fernández (2004:5) corrobora que la labor tutorial “debe dirigirse a todo el ciclo escolar ya que no se limita únicamente a motivar su desempeño académico, más bien recupera los aspectos de su desarrollo personal y social” haciendo hincapié que la función tutorial necesariamente deberá adaptarse a las características y necesidades particulares del alumno. A través de éstas ideas centrales, se desprende una constante dualidad implícita: Orientación Educativa – Tutorías, mismo planteamiento que ha sido cuestión de análisis teórico, pues mientras se concreta, debe quedar claro que ambas, una como resultado de la otra son integrales; pues en la articulación de acciones, el Coordinador de Tutorías – Orientador echará mano de otros integrantes de la comunidad escolar para masificar la atención a los estudiantes; no se trata de supresión o limitación de actividades más bien es creación de programas sólidos e integrales de orientación educativa.
El modelo de Intervención Psicopedagógica y la Tutoría. Dados los enfoques de intervención de esta última, la tutoría debe desprenderse
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o crearse como homóloga en los modelos Psicopedagógicos de intervención de la Orientación Educativa dado que solo estos permiten: centrar su atención en todos los agentes que intervienen en la comunidad escolar y los considera elementos que favorecen o perjudican el proceso educativo. Además, el modelo psicopedagógico esta presente desde el diseño curricular pues se pretende abordar de forma global a través de la colaboración de los maestros y orientadores que promoverán cambios duraderos. Recobra mayor importancia al fusionarse con el proceso de enseñanza-aprendizaje, es decir, que el acto educador no es ajeno al orientador, pues el docente es el sujeto que llevará a cabo la acción tutorial. “Así mismo el resto de los agentes educativos juegan un papel primordial como objetos y sujetos de la orientación, por lo que la acción psicopedagógica se dirige también a profesores, padres y alumnos” (Santana 2003) citado por (Martínez; Torres; Huerta, 2005:3) Filella y Bisquerra (2006), afirman a través de sus investigaciones realizadas en Instituciones del Estado de San Luís Potosí; que el modelo Psicopedagógico juega un papel trascendental para construir hacia dentro de las instituciones, permitiendo con ello contribuir el alcance de los objetivos. Sin embargo, ratifican el hecho que lograrlo será posible en la medida de una
amplia capacitación a los involucrados, y a la difusión y permanencia de los servicios para los alumnos pues de iniciar brechas en las actividades perderán continuidad, posibilitando el fracaso. Pero de mantener firme la postura de no desvincular el aprendizaje de los contenidos y verificar la trascendencia en la vida de los sujetos, siendo visible el punto de inicio así como el alcance en el desarrollo de los alumnos; los resultados serán los esperados. En consecuencia, concluyen que “existe una sensibilización al trabajo de tutoría desde el enfoque psicopedagógico que tiende a ser más holístico e integral de los diferentes enfoques teóricos de la Orientación Educativa”. (Filella y Bisquerra; 2006:27) Por su parte Gutiérrez y Castro (2003) enfatizan sobre la responsabilidad del docente dentro de las actividades orientadoras pues la consideran como parte esencial del quehacer educativo; afirmando que: “se defiende en la actualidad la necesidad de ofertar al alumnado una educación integral… y de esa manera la Orientación y la acción tutorial sustentan el trabajo de orientadores, profesores y tutores bajo los siguientes principios: la individualización o personalización de la enseñanza, la atención a la diversidad, la educación integral e inserción social, la coordinación interna y externa y la transi-
ción entre ciclos y etapas” (2003: 3-4) Por consiguiente; el modelo de intervención psicopedagógica permite una visión integral de las acciones a realizar en el proceso de tutorías trayendo una interrelación de estrategias que involucran forzosamente a la comunidad escolar; aportando consigo un desarrollo del alumno a partir del entendimiento de su entorno, promoviendo no solo mejorar su individualidad sino impactar a su medio, generando redes sociales efectivas que sin lugar a dudas traerá beneficios en su vida futura. Este modelo permite dotar de personalidad a los actores involucrados confiriéndole al maestro un rol de facilitador y constructor de escenarios de aprendizaje a la par que los directivos y orientadores pasan a ser gestores del cambio y transformación paulatino del contexto escolar; coordinando acciones que favorezcan la participación de todos, teniendo en cuenta que una de las tareas más importantes “de quienes convivimos cotidianamente con las nuevas generaciones es acercarse de la mejor manera a los problemas de los alumnos para llegar a comprender que mecanismos se ponen en funcionamiento en las relaciones familiares, escolares y de que forma estos repercuten en los alumnos hasta hacerles fracasar en la escuela” (Osorio,2005: 438) por ende, se tendrá que poner también especial atención en los padres de familia pues
orientación Desarrollo Personal e Integral del Alumno PRINCIPIOS Individualización de la enseñanza Atención a la diversidad
ACTORES AREAS DE INTERVENCIÓN Orientadores Directivos Profesores
Orientadores Directivos Profesores
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se deberá reconstruir su identidad dentro del escenario educativo y dejará de ser el proveedor de recursos materiales y económicos para pasar a ser corresponsables del proceso educativo; se debe establecer un vínculo de afectividad entre padres – maestros – directivos para poder consolidar un proyecto “ Por eso, los padres deberán tomar conciencia de su responsabilidad educativa para contribuir a fortalecer la confianza, la autoestima, la autonomía, la iniciativa, el sentido de pertenencia de sus hijos; en un clima de diálogo permanente y de respeto mutuo, que no está reñido con la necesaria interiorización de normas que favorezcan la convivencia”. (Vexler, 2007:137) pues no se debe olvidar que “La finalidad de la Orientación en este modelo es preventiva, el orientador interviene directa e indirectamente a través de los profesores y tutores en colaboración con ellos, para que la institución educativa se desarrolle al máximo” (Martínez; Torres; Huerta, 2005:3)
El Docente – Tutor. Ahora bien; quienes tomen la decisión de participar en programas específicos de Orientación Educativa – Tutorías, deberán estar concientes de la exigencia que traerá consigo, así como la responsabilidad que se encara a través de un compromiso moral y “un esfuerzo en tiempo y dedicación para hacer posible una formación integral” (Romo; 2003:6) reconociendo que los alumnos son participantes activos y no recipientes, teniendo en cuenta en todo momento que su desarrollo no solo es dentro de la escuela sino que se debe considerar el contexto exterior, interrogarse que esta pasando fuera de esas cuatro paredes llamadas salón o escuela y como se involucra en el desarrollo del sujeto; así mismo reconocer “que los estudiantes con la ayuda de profesores, tutores, directivos y padres de familia descubren y aprenden por sí mismos, se convierten en miembros de comunidades de aprendizaje donde hacen descubrimientos y solucionan problemas” (Stage, 1996; Terenzini, 1995
citados por Sanz, 2005: 75) para lograrlo; los tutores asignados deben ser profesores confiables, tolerantes, empatitos y sobre todo que siempre están dispuestos a escuchar o aconsejar a los alumnos pues “No los dejemos solos; debemos acompañarlos cercanamente durante su crecimiento humano. Y no olvidemos que no son “niños grandes” no “adultos chicos” (Vexler, 2007: 142) son adolescentes y jóvenes. Por consiguiente, los tutores deben poseer características específicas que permitan un resultado efectivo considerando lo siguiente desde las diversas opiniones teóricas: (Universidad de Sonora, 2002; Sarracino, 2003; Muñoz, 2003; Gutiérrez y Castro, 2004; Sanz, 2005; García, Trejo, Flores, Rabadán 2007; Vexler, 2007) Conocer de los procesos administrativos de la Institución; Conocer la estructura y organización del programa académico que le corresponde; Integrar experiencias y ser capaz de ayudar a elaborar programas de acción para cambios constructivos, ser práctico, estar a gusto con la gente y la gente con él, poder manejar crisis, explorar su propia conducta y problemática y saber quién es, no ayudar a otros para satisfacer sus necesidades personales; Capacidad para generar entornos de aprendizajes creativos y significativos; Capacidad de dialogo, persuasión, liderazgo, iniciativa, empatía y comunicación; Adaptarse a nuevas situaciones, ser responsable, tener habilidad para mantener la confianza de los educandos y personas comprometidas en el proceso educativo como catedráticos, padres de familia, directivos y personal administrativo; Conocimientos generales y especializados en el área psicopedagógica; Capacidad para potenciar fortalezas en los estudiantes; Capacidad para tolerar la frustración, enfrentar dificultades y enfrentar las alternativas de solución, así como de enfrentar y resistir situaciones de riesgo
y presión; Asumir una actitud directiva, poseer ética profesional y emitir juicios objetivos y estudiar las tendencias modernas de la educación; Respetar la personalidad de los alumnos y responder a las necesidades de su medio escolar; Ser consciente de sus capacidades y limitaciones intelectuales, tener amplio surtido de destrezas socioemocionales, mostrar respeto y no juzgar, interesarse auténticamente en la persona, no estar a la defensiva, ser espontáneo, concreto y objetivo.
Propuesta y Conclusiones. Por tanto; se puede concluir que el modelo Tutorías – Orientación debe ser resultado del contexto estudiado y que el mismo este integrado por una visión general de lo que acontece no desde una visión unidireccional, más bien, de una integral en donde los responsables de proponerla y ejecutarla son los miembros directos a quienes les interesa generar procesos de cambio paulatinos para el mejoramiento de las acciones emprendidas en pro de mejorar la practica y gestión educativa. Por lo que un modelo basado en la intervención psicopedagógica genera canales donde todos los actores involucrados pueden cumplir con las funciones o indicaciones para ejecutar las estrategias que corresponden a cada uno; sin embrago en la medida de cumplir con lo señalado se puede en el avance del mismo reorientar y complementar, pues su fundamentación responde a la imperante atención heterogénea que requieren los alumnos. Se concreta entonces que lo eficaz deberá estar en una propuesta de dualidad Orientación Educativa - Tutorías vistas como proyectos homólogos, que en vez de suprimir funciones, roles y actividades generan proyectos conjuntos de intervención holística. En virtud de lo anterior, se deberán establecer cuatro actores: Maestros, Padres de Familia, Alumnos y Administrativos, esclareciendo que la relación entre
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Administración
Maestros
orientación educativa tutorías
Padres de Familia
ellos es compartida, que no se limita a obtener la información, sino más bien a compartirla para solucionar problemas, a través de canales de comunicación constante de forma horizontal - vertical haciendo con ello que la fluidez de la misma sea oportuna y que la participación de los actores así como la comunicación entre ellos no tenga barreras, siendo precisos que no reportar los resultados de cualquier proceso donde se intervenga y algún otro actor no tenga la información a tiempo es una limitante mayúscula, quedando claro que el coordinador de las tutorías o departamento de orientación tienen la responsabilidad de generar continuamente lo necesario o indispensable para fortalecer los lazos generados e ir en aumento, fortaleciendo el programa en vías de obtener resultados cada vez más acertados. La participación comprometida es elemento clave en todo proyecto grupal por lo que en un programa de esta naturaleza se considera esencial; pues el compromiso que se debe generar en el tiempo (horas) de revisión, planeación y ejecución es de relevancia por lo que una persona comprometida estará dispuesta a otorgarlo. Figura 3: Propuesta de modelo de tutorías bajo la intervención psicopedagógica, elaboración propia. Así mismo; el tipo de relaciones que se establezca con los integrantes del equipo operativo será relevante pues la cordialidad, entusiasmo y motivación in-
Alumnos
trínseca deberán estar presente en todo momento, apoyando en lo necesario a los docentes/tutores en la ejecución de acciones, lo que permitirá equipos de trabajo con empuje y solidaridad profesional a través de canales de comunicación efectiva, lo que conduce sin duda a superar la frustración que puedan acarrear algunos casos específicos, las voluntades políticas o administrativas también serán clave en el desarrollo de la propuesta pues de no contar con la participación activa de los miembros y por otra la de los directivos facilitando los permisos y recursos necesarios; no se podrá afianzar
con estructuras sólidas, otro elemento a considerar son los recursos materiales o económicos, afortunadamente para un programa con la naturaleza descrita, son mínimos, pues la infraestructura escolar da por sí misma para poner en marcha el proyecto; sin embargo un indicador de aplicación será el numero de alumnos con los que cuenta la institución pues a partir de ello se vislumbraran las propias necesidades de ejecución, de importancia resulta remarcar que el contexto escolar donde se aplique la propuesta permitirá la flexibilidad. Por último, Romo (2003) hace énfasis que los programas de tutoría no deben ser implantados por efecto de imposiciones ni decretos; más bien, deben responder a la promoción de una nueva cultura institucional que se distinga por la libertad de asumir compromisos entre los estudiantes y su formación; entre los estudiantes y sus profesores - tutores; entre los profesores sus cursos y deberes institucionales; entre los alumnos y su entorno familiar como elemento de ayuda y entre los actores involucrados en la gestión educativa. Porque “el peor error que podemos cometer es no hacer nada por pensar que es muy poco lo que podemos hacer”. Burker (2005:46)
Antonio Jiménez Luna,
es licenciado en Pedagogía por la Universidad del Golfo de México, Campus Córdoba, Mtro. en Administración y Gestión de Instituciones Educativas por la Universidad Cristóbal Colon, campus Torrente Viver de Boca del Rio Veracruz. Miembro Fundador y Director Académico de la Asociación Nacional de Profesionales de la Orientación – Delegación Zona Costa (AMPO) desde abril 2008. Catedrático en nivel Superior y Posgrado. Actualmente Director de Planeación y Desarrollo Académico del Centro Universitario de Tijuana.
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El
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Cambio
Estructural De Las Tasas De Interes. Dr. Odilón Lárraga Arguelles
En la amplia acepción que nos proponemos dar al término de la tasa de interés, debemos recordar aquí que el término interés se utiliza en el presente contexto, para designar el monto del rendimiento recibido por inversionista, cualquiera que pueda ser la categoría financiera bajo la cual este rendimiento sea obtenido: interés propiamente dicho, ganancia de capital, dividendos o alguna combinación. La tasa de interés está en el centro de todas las discusiones relativas al ritmo de la actividad de inversión; se considera que actúa sobre esta, ya como estimulante, ya como freno. Es muy importante, pues, notar la orientación de la proposición más elemental que se refiere a ella; que aduce que la escasez de la oferta de dinero como depósito de valor eleva las tasas de interés, conservando esta última su tendencia en razón inversa de la inclinación a ahorrar. Por tanto, las grandes trasmutaciones de los ahorros en la bolsa de valores a niveles de interés más bajos dependen, en gran medida, de un acrecentado espíritu ahorrativo y de un mejor uso de los ahorros. Sin embargo, el problema sólo comienza con el reconocimiento de que las variables que determinan la tasa de interés, son principalmente, conceptos de demanda y oferta. De esto se sigue que no se puede hablar de una inversión financiera dada, o de una tasa de inversión, independientemente de su utilización como inversión real o productiva, ya que la forma en que se use influirá inevitablemente en el volumen futuro del total de inversión financiera. El concentrar la atención en la influencia que deja
sentir sobre la tasa de interés, el vínculo entre la inversión financiera y su distribución en las técnicas de producción, no significa la negación de la existencia de otros factores adicionales que afectan el resultado final, como las apreciaciones de riesgo que encierra los posibles quebrantamientos de un desarrollo desequilibrado, una acrecentada preferencia por la liquidez y, el ejercicio de la función del sector financiero cuyos servicios implican un costo si se quiere proporcionar una palanca y un ímpetu para el desarrollo que sostenga los átomos constituyentes del sistema productivo. En la mayor parte de los países emergentes, la empresa no cuenta con un superávit que se pueda ahorrar; de hecho, la formación de capital para su vital acrecentamiento, requiere algo más que la mera reserva de la utilidad de sus operaciones. En una economía así, con el rasgo característico de la escasez de capital, son esenciales la creación y la oferta de nuevas inversiones financieras como un prerrequisito para llevar a cabo mayores inversiones reales. Es decir, en una economía en franca expansión el proceso de inversión real no puede crear automáticamente todo el ahorro necesario, promover el crecimiento implica además de la capitalización de los recursos generados por las actividades productivas, la asignación de mayores recursos, de modo que tenemos que preocuparnos del nivel de ahorros, porque la inversión financiera debe secundar los cortos al-
cances de la inversión real para financiar la superioridad productiva. En abundamiento, básicamente, una empresa en franca expansión sólo puede crear una parte de los recursos necesarios, para promover el proceso de inversión real. Y esto equivale a que en un determinado momento, cualquier empresa se encuentra en la situación que, si a pesar de ya haber utilizado toda su capacidad de reinversión completa aún persiste una demanda significativa insatisfecha de recursos, de no ser por la oferta de fondos prestables a través del mercadocrediticio nacional, las únicas variables que puede manejar la empresa en esas circunstancias son: 1 Ir cubriendo gradualmente las demandas insatisfechas de recursos conforme la generación de recursos de sus operaciones lo fueran permitiendo. Sin embargo, este camino puede colocar a la empresa en una posición difícil, que sea a la vez inconveniente y costosa. Apenas es necesario advertir que el patrón restrictivo de inversión que adopte la empresa, en consecuencia, acaso no coincida con el destino de recursos que requiera la expansión de la economía. Sería inútil, esperar un rápido crecimiento espontáneo. Las exigencias del progreso económico y social caen en la escasa acumulación que no permite a la empresa
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productiva progresar más que poco más o menos al mismo ritmo que su inercia. Naturalmente, la escasa acumulación resulta importantemente, del bajo nivel de productividad del trabajo. A lo reducido de la acumulación viene añadirse la ineficiencia de su utilización. Esta ineficiencia se debe a la acción de los factores que bloquean las vías de la industrialización, a la existencia del desempleo, subempleo y salarios bajos que, desde el punto de vista de la empresa privada, hacen poco atractivas las inversiones reales que podrían incrementar la productividad del trabajo. En teoría, pueden verse con bastante claridad las tareas gravosas pero no imposibles que esperan al empresario del país. Hay que racionalizar la inversión productiva, no sólo para sentar la base de una economía segura, sino también para posesionarse de recursos que trabajen en los proyectos para la formación de producción. Los grandes proyectos para la formación de capital deben emprenderse con esta fuerza laboral, para preparar el campo sobre el cual pueda lograrse un progreso ulterior. Entonces puede edificarse la empresa productiva, al principio apoyándose fuertemente sobre las inversiones financieras y, más tarde, con el tiempo, construyéndola con sus propios medios de producción.
por acciones. Si la tasa de rendimiento de la nueva inversión no es por lo menos igual a la vieja tasa de ganancia, se merman los dividendos de los accionistas en general. En último lugar, quizás deba añadirse una breve alusión sobre el mercado de acciones a que puede acceder una empresa determinada. Existe una gran diferencia entre tratar de colocar un monto de acciones de una empresa registrada en bolsa y colocar acciones de otra empresa que no lo está. En el primer caso, una empresa registrada en bolsa negocia sus acciones todos los días hábiles del año libremente, bajo las fuerzas del mercado; por lo que la amplitud del significado de su profundización y alcance, facilita la concreción del aporte financiero al capital de la empresa. Adicionalmente, la inscripción en bolsa es un argumento que da a la empresa la seguridad de poder disponer a ciertos intervalos en el futuro de una proporción regular de valores análogos y otras alternativas de financiamiento. Por el contrario, al no estar cotizada en bolsa una empresa, no cuenta con la posibilidad conveniente de negociar sus acciones, la misma puede ser lenta e irregular y no pocas veces accidentada, si atendemos que al iniciar la negociación el vendedor pone al descubierto su interés y necesidad de vender.
2 Tomar nuevas decisiones de invertir que ensanche los límites que a los planes de reinversión fijan la estrechez de la generación interna de recursos. Esta decisión descansa en la elevación del capital obtenida mediante la emisión de acciones que provea recursos para salvar los obstáculos arriba enumerados. A primera vista pudiera pensarse que su emisión no tiene límite, pero en realidad son varios los factores restrictivos: en primer lugar, la influencia restrictiva sobre las emisiones destinadas al público, sin afectar el control mayoritario ejercido por los principales accionistas. En segundo lugar, existe el riesgo de que la inversión que se financie por medio de una emisión de acciones no permita elevar las ganancias de la empresa en la misma proporción en que se eleve el capital
Habiendo escogido inicialmente entre la capitalización de utilidades y suscripción de acciones para la concentración de capital que financie nuevas inversiones a fin de aumentar la producción, este grupo estratégico tiene aún otra elección: el monto de fondos prestables que pueda esperar obtener. Esta última elección está determinada en gran medida por la cuantía de su capital de empresa. Más allá de cierto nivel determinado por este monto, no le sería posible a una empresa pedir prestado, por la contingencia que comporta la insolvencia futura del negocio. Toda empresa que piense ampliarse tiene que reconocer el hecho de que su magnitud está circunscrita por la cantidad de capital propiedad de la empresa, tanto a través de la influencia que tiene sobre su capital para
obtener préstamos como por su efecto para generar utilidades. Y, siendo esto así, finalmente, nos encontramos, con los elementos más importantes para el estudio de la tasa de interés, en la economía de los pueblos ágrafos, los problemas relacionados con el grado en que los recursos económicos por debajo de las necesidades productivas se encuentran en diferentes empresas y con el modo de disponer de ellos, el cual indica los caminos con que se eleva al máximo la satisfacción de los deseos y las apetencias de estas empresas. La tasa de interés resulta fundamentalmente de la persistente demanda significativa de capital a través del mercado financiero a fin de complementar las inversiones reales crónicamente deficientes para sostener las actividades productivas. Y, a la vez por la oferta coexistente del factor acervo y fondos prestables, que precisa un volumen sustancial de inversión financiera hasta el punto de permitir la contribución plena al financiamiento de la inversión real, cuyo destino es. La importancia relativa de los extremos de esta transacción, es que la tasa de interés debe tender hacia el nivel al cual sean iguales las corrientes de ahorro o inversión financiera e inversión real o productiva. Un bajo nivel de capital tiende a originar elevadas tasas de interés lo cual refleja su escasez e, induce al prestatario a que aproveche al máximo la oferta disponible. La tendencia contraria, surge por ahorrar más de lo que la economía puede invertir, y aunque es una circunstancia de excepción que se percibe preponderantemente en lontananza; en este caso, una reducción en las tasas de interés hacia el punto en el cual se desvanecen, constituyen cambios cuyo acaecimiento entra en las decisiones de las autoridades financieras para neutralizar los volúmenes de ahorro y fomentar la inversión directa en la empresa local. No hay razón por la que una economía, como la de México, no pueda producir, a su tiempo, el capital necesario para realizar toda la ascensión. México es un país en el que sin duda se encuen-
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tran aún superposiciones y lagunas, no obstante, tiene la suerte de manifestar notables resultados de desarrollo en un corto espacio de años. Más para la mayor parte del mundo subdesarrollado, en el que quedan comúnmente excluidas las mejoras técnicas y el desarrollo general económico, la proyección de su economía se dilata en el horizonte del tiempo en un futuro indefinido. Después de esta digresión, procederemos como sigue a la interpretación formal del concepto de tasa de interés. Así, lo definimos como el porciento de excedente de una suma monetaria para entrega futura por unidad de tiempo. No podríamos librarnos de las dificultades decretando simplemente que el dinero será el patrón de valor en vez del oro, u otro de contenido real. Por tanto, al atribuir un significado particular a la tasa de interés, hemos supuesto tácitamente la verosimilidad de la clase de patrón de valor establecido. De lo anterior se desprende que la tasa de interés de una inversión de carácter puramente financiero reside en el intercambio de bienes presentes por bienes futuros. De esta manera, el lapso que transcurre entre dos fechas o intervalos de tiempo, la primera que justifica el desembolso de la inversión destinado a pagarla y, la segunda en que se extrae el beneficio de una fecha posterior; representa la razón práctica para la formación de un ingreso cuya importancia debe ser asunto de criterio, teniendo en cuenta como mínimo, algo más que lo suficiente para compensar las pérdidas posibles a que se está expuesto al invertir, aun con la necesaria prudencia. Por lo regular lo mínimo que se pide de tasa de interés en una inversión financiera es que rebase la tasa de inflación esperada del período correspondiente. Esta diferencia entre la tasa de interés y la tasa de inflación se llama tasa real y puede ser positiva o negativa, en su caso. En este aspecto, son interesantes algunos hechos verificados en el mercado financiero mexicano en 1982, en que se mantuvo obstinadamente las tasas de interés para casi todos los títulos de renta fija, a un nivel por debajo
del porciento inflacionario; esta circunstancia explica las variaciones de valor del dinero y la minusvalía del capital originario entre dos épocas, mismas que determinaron en su momento la selección de otra divisa en los mercados internacionales. A la luz de la experiencia de estos últimos años, con base en que el interés representa una importante consideración para todas las formas de inversión. Una tasa de interés conforme a los cambios previstos en el ciclo económico, puede ser considerada como un desiderátum por su efecto estabilizador en el mercado, entre el volumen de la inversión y del crédito; por lo tanto, es necesario que las autoridades se persuadan de que las tasas del interés altas no constituyen un fenómeno artificial, que deba ser combatido, sino simplemente la consecuencia de la escasez de capital con relación a la demanda. La política de alto interés, practicada en buena medida en la bolsa de valores, ha aumentado eficacia a algunos de los instrumentos más importantes del mercado. Es útil señalar, que una política de tasa de interés en fuerte desacuerdo con las condiciones reales del mercado, se considera objetable porque debilita el aceptado concepto de los rendimientos de la inversión, y porque despoja al sistema financiero de un elemento básico de sus instituciones más características, a un grado tal que se eliminarían ellas mismas del mercado. En tal contexto, la conclusión que sacan las difíciles experiencias nacionales abona resultados provechosos: a fin de prevenirse de ser omitidas, las instituciones financieras han elevado sus tasas sobre depósitos al punto óptimo que responda al entorno económico local, hasta igualarlas con la tasa que puede obtener el público sobre sus inversiones cotidianas en otros mercados. De este modo, existirá una tendencia del mercado financiero a favor de una relación racional entre estas tasas; en realidad, esta tendencia ha sido en parte resultado de la cambiante filosofía con que las propias estructuras financieras del país han transitado de una situación inicial de fragmentación y prácticas
poco saludables a las concepciones de nuestros días en que los patrones institucionales encuentran sus principios más firmes y evolucionados. La falta de un verdadero mercado financiero es una amenaza para el futuro desarrollo económico.
Consideraciones finales. La conclusión que esgrimen los anteriores argumentos es que si la función de inversión no fuera elástica a las variaciones de la tasa de interés, las operaciones de mercado abierto serían impracticables; introduciéndose, un elemento de rigidez tan indeseable como la inflexibilidad que lo caracterizó en 1982 y durante meses del período 1985-1986, que impidieron adaptarse oportunamente a las constantes circunstancias del país y al nuevo ciclo de competencia y globalización. El comportamiento del inversionista hacia esta variable, sin abstracción del riesgo, la preferencia por la liquidez y el plazo; no tiene igual significación en lapsos en que la economía no es la misma, es decir, el cambio estructural afecta el comportamiento de la variable en estudio. Para la solidez del sistema financiero se hace absolutamente necesario que las inversiones financieras y la oferta de fondos prestables se realicen mediante criterios rigurosamente técnicos del mecanismo de la tasa de interés, la que en condiciones normales mide la cantidad de capitales disponibles mediante el ahorro, frente a la demanda de crédito para la inversión. Ahora bien, en la práctica esta situación ideal no puede realizarse, cabe reflexionar, que sin duda el Estado mantiene un papel insustituible en la promoción de un clima de estabilidad económica y en atender aquellos sectores y actividades, que no obstante su trascendencia para el desarrollo del país, escapan al ámbito de acción de la inversión privada. Es conveniente, por lo tanto, aceptar una situación engarzada dentro de la economía de mercados y mejorarla poco a poco, como se ha hecho importantemente, desde finales de 1994, en la que ha obrado una combinación continuamente compensada por la intervención
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del Estado y la iniciativa privada. El reconocimiento de este poder de las autoridades, hace que las expectativas que producen las imperfecciones del mercado de valores, sean muy sensibles a las intenciones oficiales. Esto quiere decir que las autoridades están en aptitud de persuadir al mercado a que asuma una actitud diferente en cuanto a la tasa de interés pertinente; en realidad, compuesta en parte resultado de un convencionalismo y a favor de una relación racional. Por lo que la intensidad de los ahorros en valores gubernamentales, se expanden y se multiplican, respondiendo a la inquietud que al ahorrador le producen el temor y la incertidumbre respecto a lo porvenir. Para el público inversionista, los títulos del Estado llegan a simbolizar todo lo que es más permanente y más seguro en la transitoria aventura de la vida, atendiendo a su preferencia por la liquidez y al beneficio que mediante el ingreso estos valores le procuran. Análogos efectos se presentan en la distribución del crédito. Existen regiones en el país, que acusan una imperante necesidad de capital, pero que en las condiciones actuales no ofrecen perspectivas favorables a las inversiones, y donde los créditos representan a menudo riesgos, con tasas de interés necesariamente más elevadas. El remedio a este estado de cosas, radica en la sinergia con el Estado, que allane las desigualdades de la actividad económica general, para crear las condiciones necesarias a favor de lo incentivo para inducir a empresas e individuos a realizar sus propias inversiones, susceptibles más tarde de financiamiento de ejercicio a través de los mercados. El mecanismo de la tasa de interés de que se sirve en parte, la acción coordinadora del gobierno, para orientar y estimular, en el sentido y la medida que juzgue convenientes, la marcha de la economía; se define dentro de muy estrechos límites a cualquier nivel en todo tiempo; de la tasa de interés que surge internamente de la operación de los certificados de la tesorería, en mercado abierto. Por otra parte, en una economía progresiva como
la del país, bajo las condiciones modernas, los que ahorran y los verdaderos inversionistas son por lo general grupos diferentes. En conjunto el sector personal tiende a generar más ahorro del que emplea en inversión real y es un acumulador neto de activos en forma de haberes en el sistema financiero. El sector empresarial, por otro lado, suele hacer más inversiones reales de lo que está en capacidad de financiar con su propio ahorro y, por lo tanto tiende a ser un prestatario neto del sistema financiero. En consecuencia, el tipo de ahorro más importante para el desarrollo del mercado de valores, es el de los activos financieros adquiridos por el sector privado, y particularmente por las personas. Estos activos financieros revisten un gran campo de elección de instrumentos de inversión y financiación alternativos, en los que para cada tipo de interés habrá cierto número de inversiones que podrán ser realizadas con fines diferentes de acuerdo con la preferencia por la liquidez para el inversionista, o, tasas diferenciales atribuibles a los diversos riesgos que confronta el prestamista. En México, los pequeños ahorros parecen estar mucho más cerca de constituir el 4 por ciento del ingreso nacional, de acuerdo con las mejores estimaciones que se han hecho hasta ahora, indudablemente, no es nada despreciable, aunque en economías completas representa un 12 por ciento o, más al año, del ingreso nacional; vale la pena tomar medidas destinadas a elevar los pequeños ahorros, estas medidas estriban en otra forma, en la no discriminación de los pequeños ahorradores debido a que el costo de recolectarlos y utilizarlos por parte de la bolsa e instituciones financieras es elevado, y se desalientan los pequeños ahorros. Debemos recordar aquí que el sistema financiero mexicano, deberá considerar la naturaleza de nuestros problemas peculiares y desarrollar un mercado de valores apropiado a las necesidades porque cuando las instituciones no satisfacen al público ahorrador e inversionista al que deben servir, se convierten en un lujo muy caro al ejercer una función que a pocos sirva. Concluimos, con el entusiasmo primigenio, esperando.
Odilón Lárraga Argüelles
Cursó la Licenciatura en Contaduría (1980-1984), la Maestría de Administración con Especialidad en Finanzas en la Universidad Autónoma de Guadalajara (1988-1990) y, el Doctorado en Finanzas en la Universidad de Oxford, Inglaterra (1990-1992). Actualmente es Director de Autoestudio para la Acreditación ante FIMPES en la Universidad de Tijuana CUT. Es Profesor en la Maestría de Finanzas Corporativas del Cetys y Profesor de Cátedra en la Universidad de Tijuana. entre 1995 y 1999 fue Administrador General del Grupo Corporativo Arkos, A.C., entre 1995 y 1997 fue Asesor Financiero de Allegro Resort Management Services, Ltd.,en 1994 fue Consejero Financiero del Gobierno de la Entidad Autonómica de Cataluña, España.
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El Mtro.
JESUS RUIZ
BARRAZA, Rector de la Universidad de Tijuana
Rector de la Universidad de Tijuana (CUT) y ex director e impulsor de la federalización de la preparatoria Federal Lázaro Cárdenas.
CUT en EL PASEO DE LA FAMA de BAJA CALIFORNIA
Una vez más el Rector de la Universidad de Tijuana, es galardonado. En esta ocasión por el Comité de Imagen de Tijuana y el Consejo de Desarrollo Económico de Tijuana. En el marco del 120 Aniversario de la Ciudad, el profesor Jesús Ruiz Barraza, fue distinguido como personaje del Paseo de la Fama 2009. El pasado miércoles 29 de julio en el patio central de Palacio Municipal, y con la presencia del alcalde de Tijuana, C. Jorge Ramos, así como de invitados especiales el Sr. José Galicot, Presidente del Comité de Imagen de Tijuana, presentó a las 14 personalidades que forman parte del Paseo de la Fama de este año, entre ellos el Rector del CUT. El profesor Barraza, es reconocido por el Comité por su destacada trayectoria a base de talento y trabajo, como maestro y fundador de instituciones edu-
cativas, la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas y la Universidad de Tijuana, misma que se ha extendido por todo el noroeste del país, llevando el nombre de Tijuana a diversos estados de la República, con un amplio reconocimiento. Durante la ceremonia se presento un video con una breve semblanza del Maestro Barraza, quien posteriormente dirigió unas palabras, para luego develar en presencia de su familia y amigos, la fotografía que se exhibe en el patio cen-
tral de Palacio Municipal. Llegó a Tijuana siendo un joven maestro de primaria, posteriormente de secundaria y preparatoria, el Profr. Ruiz Barraza es originario de Durango, pero ha vivido la mayor parte de su vida en esta ciudad, y es aquí donde se desarrollo personal y profesionalmente. El Rector del CUT, dijo que es importante destacar todos los aspectos positivos de Tijuana, uno de ellos es la educación, mencionó que esta distinción representa un mayor compromiso, con su institución y con la ciudadanía. Para la Universidad de Tijuana es motivo de orgullo, que nuestro Rector sea distinguido con este tipo de reconocimientos, que enaltecen no solo a su persona, sino también a la institución que el representa. De esta forma el Paseo de la Fama brinda a los tijuanenses una propuesta novedosa que muestre a quienes nos visitan, las contribuciones que nuestra ciudad ha dado a México y al mundo a través del quehacer de sus personajes. Sin lugar a dudas el Profesor Jesús Ruiz Barraza es un orgullo que le da identidad a la ciudad de Tijuana.
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