Ciberactivismo y Conflictividad Social. El Caso de Ecuador

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Medios y redes sociales digitales:

Ciberactivismo y conflictividad política en Ecuador Iván Rodrigo Mendizábal, M.A. Universidad de Los Hemisferios Centro de Investigaciones en Comunicación y Opinión Pública (CICOP) Sociedad Ecuatoriana de Investigadores de la Comunicación (SEICOM) Quito – Ecuador ivanr@uhemisferios.edu.ec

Resumen Los regímenes políticos en Ecuador y sus líderes siempre tienen sus detractores quienes emplean diversos medios de comunicación, entre otros, para combatir ideológicamente las posturas de los gobernantes o de los políticos. El ciberactivismo es una expresión de ello: es una forma de acción colectiva por su potencial expansión en las redes sociales. Los activistas emplean los recursos de Internet y es desde allá que libran la batalla; su lucha puede leerse como parte de la tensión y conflictividad que se da en el entorno de la sociedad. Este texto discute la eficacia del activismo ecuatoriano en Internet, particularmente en ciertos momentos de conflictividad política, pero también refleja que, en los últimos momentos, cuando existen otros nuevos focos de tensión, los activistas han descuidado el papel de las redes sociales virtuales. Palabras claves: Ciberactivismo, activismo político, Internet, redes sociales, hackers, movimientos sociales.

Abstract Political regimes in Ecuador and their leaders always have their detractors who use various communication media, among others, to fight ideological positions of leaders or politicians. Cyber-activism is an expression of it: it is a form of collective action due to its potential expansion in the social networks. Activists use Internet resources and is from here that are fighting the battle; the fight may be read as part of tension and conflict that occur in the environment of society. This article discusses the effectiveness of Internet activism in Ecuador, particularly at certain times of political conflict; at the ComHum anitas Vol. 2. No. 1. Año 2 · Págs.: 107-129


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same time shows that, in recent times, when there are other new sources of tension, activists have neglected the role of virtual social networks Keywords: Cyber-activism, political activism, Internet, social networks, hackers, social movements. Artículo recibido el 25. de noviembre de 2010; sometido a pre-revisión el 30 de noviembre de 2010; enviado a revisión el 1ro. de diciembre de 2010; aceptado el 20 de diciembre de 2011; publicado Año 2. Vol. 2.No. 2.

1. Introducción Internet se ha convertido en el terreno promisorio para la política en la última década. Justamente su novedad, su desarrollo tecnológico, la creciente conectividad, y en particular el hecho de que se puede publicar en él sin costos ni restricciones, ha posibilitado que diversos sectores de la sociedad, al igual que sectores de gobierno, privilegien cada vez más la red global. Desde sus inicios Internet ha sido un medio con características propias. A diferencia de los medios tradicionales, éste ha roto la verticalidad de la comunicación, ha enfrentado la imposibilidad de publicación y se ha constituido en un lugar de interacción y de diálogo: así, ha patentizado el básico enunciado de la comunicación, el de “poner en común algo”, un mensaje. El campo de referencia es el del ciberactivismo en la web, en los mismos términos de su novedad, al calor de la lucha política, es decir, en la puesta en escena del poder y la conflictividad política. El escenario es Ecuador, país en el que la política también se ha volcado hacia Internet, del mismo modo que sectores de la ciudadanía la aprovecha para tareas de confrontación con quienes dirigen el aparato de Estado. La desconfianza de los medios tradicionales, en la forma de hacer periodismo, en el rol impugnador que a los medios les toca desempeñar en el panorama político, es el caldo de cultivo para lo que consideramos el ciberactivismo. Y no sólo ello, también está el que cada vez más sectores de la sociedad ecuatoriana acceden a las nuevas tecnologías y se muestran independientes en relación a su participación con la política. La propia democracia, en la última década, igualmente ha sufrido cambios toda vez que

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la ciudadanía ejerce su derecho al reclamo hasta el punto de la conflictividad intensa. Observar cómo la ciudadanía impugna al poder, a la política tradicional, adopta nuevas tecnologías y pretende hacerse dueño de la generación de la información, nos parece una indagación interesante. De ahí que nos preguntemos: ¿En qué medida el ciberactivismo en Ecuador se constituye en una herramienta de la lucha política, y es el indicio de lo que podría ser la política 2.0 de cara a la conflictividad social prevaleciente? Esta cuestión guiará nuestro análisis.

2. Metodología Investigar el ciberactivismo en Internet, particularmente en lo que toca a Ecuador, es un tarea nueva. Desde ya no contamos con estudios previos sobre el tema, toda vez que tanto comunicadores y sociólogos no le han prestado demasiada atención, o han mirado los factores políticos relacionados con alguna coyuntura sin mencionar del todo los medios que posiblemente han intervenido. En Ecuador ha habido tres momentos de tensión donde parte de la población ha propiciado la caída de sus gobiernos: Abadalá Bucaram, Jamil Mahuad o Lucio Gutiérrez fueron depuestos si bien por sus decisiones políticas, en efecto, por las acciones de red de la sociedad y factores de activismo propiciados por quienes les denunciaron como gobernantes que no habían cumplido con su mandato. En el año 2005, luego de la crisis de gobierno, un grupo de investigadores y comunicadores emprendieron un estudio acerca del papel de la comunicación en la caída del ex Presidente Lucio Gutiérrez. Allá realizamos un informe sobre el papel de las nuevas tecnologías, los medios empleados como elementos activistas y las posibilidades de la mensajería de celular en la coyuntura política (Rodrigo, 2006). Este estudio como el conjunto de los otros aún permanecen inéditos pero sirven como una referencia primaria a la cuestión del ciberactivismo. Más recientemente el Centro Internacional de Estudios para América Latina (CIESPAL), producto de un requerimiento de la Fundación Ebert (FES) publicó el informe “Ciberactivismo de movimientos políticos y sociales en Ecuador” donde demuestra cómo los políticos ecuatorianos y mo-


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vimientos sociales como los de jóvenes y mujeres se han interesado en Internet y las redes sociales para comunicarse con la sociedad (CIESPAL, 2010). Para nosotros este documento si bien es pionero, deja amplio espacio e interrogantes para desarrollar una verdadera investigación acerca del ciberactivismo y sus implicancias. Desde ya el estudio de CIESPAL en verdad pone en evidencia cómo sectores de gobierno y de la política ecuatoriana han aprendido a integrarse a Internet. Empero un estudio previo, desarrollado por Consuelo y Belén Albornoz, puede considerarse que da la pauta para comprender la política ecuatoriana y sus actores en Internet, cuando se instaló la Asamblea Nacional Constituyente de 2007-2008 (Albornoz & Albornoz, 2010). Ambos estudios pueden ser considerados, por otro lado, como claves para comprender el uso de las nuevas tecnologías en el marco de la política y lo que puede ser la política 2.0, tema aún por discutir. El presente estudio toma otra perspectiva: pretende mostrar efectivamente el ciberactivismo desde los grupos sociales y no necesariamente si estos son políticos o no. Lo que nos interesó es la capacidad de generación de contenidos responsivos a una determinada coyuntura y régimen. Por ello, nuestra investigación es más bien descriptiva. Más allá de las consideraciones teóricas de lo que es el ciberactivismo, se trató de esbozar, si se quiere, una historia del activismo con las nuevas tecnologías en Ecuador. Nuestra observación realizada por años y la búsqueda de fuentes documentales en Internet nos han permitido comprender cómo el fenómeno del ciberactivismo se ha ido constituyendo en el país. Por otro lado, hemos encontrado indicadores de conflictividad desarrollados por el Centro Andino de Acción Popular (CAAP) que periódicamente se publican en su revista “Ecuador Debate” (Centro Andino de Acción Popular, 2006-2010). Éstos, una vez compendiados, nos sirvieron como mapa para denotar que el ciberactivismo se desarrolla más en coyunturas con mayores niveles altos de confrontación social y política. Finalmente hemos identificado en Internet los sitios, las páginas web, los grupos de Facebook y de redes sociales donde sectores de la ciudadanía se expresan de diversa forma respecto a la situación política ecuatoriana. Consideramos que ahí están las simientes del ciberactivismo, independientemente de su efectividad.

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De todo ello, nuestro interés es mostrar indicadores para futuros estudios. Está claro que en Internet y nuevas tecnologías los índices tienden a cambiar diariamente. Nosotros establecemos un mapa de la cuestión hasta octubre de 2010, incluso teniendo en cuenta factores como el pedido de revocatoria gubernamental que empezaba entonces.

3. Marco referencial 3.1. La noción de ciberactivismo en la Sociedad de la Información Partamos indicando que la noción de ciberactivismo es una forma de acción colectiva donde hay uso intensivo de medios o tecnologías electrónicas o digitales en el marco de una coyuntura o demanda social. Nuestra definición probablemente puede ser muy generalizada aunque, para efectos del presente texto, nos parece adecuada. Empero, hay que hacer algunas consideraciones. Digamos que además del uso intensivo de determinados recursos, lo que define al ciberactivismo es ser una “estrategia que persigue el cambio de la agenda pública, la inclusión de un nuevo tema en el orden del día de la gran discusión social, mediante la difusión de un determinado mensaje y su propagación a través del ‘boca a boca’ multiplicado por los medios de comunicación y publicación electrónica personal” (Ugarte, 2007: 85). Esto significa que su fin es político, anclado en acciones de confrontación discursiva contra determinadas políticas. Para muchos este hecho podría llevarles a pensar que el ciberactivismo tiene cierta connotación negativa, en tanto puede ser considerado como estrategia “subversiva” destinada a minar las bases del orden establecido. Cuando la guerrilla mexicana del EZLN apareció en la escena pública mundial en 1994 fue, en efecto, gracias a que su estrategia de lucha estaba ligada a la comunicación, y particularmente a las redes de Internet. Quienes empezaron a estudiar el fenómeno político-comunicativo en este contexto, entre ellos Arquilla y Rondfelt, definieron que el modelo de acciones que tenía la guerrilla mexicana, era de red, y por lo tanto, un tipo de guerra-red basada en acciones socio-informáticas destinadas a entrelazar personas y recursos


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para limitar las acciones del gobierno mexicano de entonces. Hoy en día se ha popularizado la enunciación “guerra en red” (netwar), acuñada por dichos politólogos, donde la categoría “guerra electrónica” engloba el fenómeno del ciberactivismo. Dicha categoría, empero, se diferencia de la “ciberguerra”, estrategia desarrollada por alguna organización militar de gobierno, en tanto que la “guerra electrónica” vendría a ser la adoptada por grupos de civiles organizados en red (Arquilla & Ronfeldt, 1996: 3) con finalidades como las definidas por Ugarte. Así, la connotación que puede pesar sobre la palabra “ciberactivismo” puede variar de acuerdo a su finalidad política (aunque podría derivar también en hacktivismo y ciberterrorismo, dependiendo de la intensidad de la lucha): por ejemplo, la del EZLN es no-violenta puesto que llama la atención sobre el estado de pobreza del indígena mexicano; así como activismo desatado alrededor de la guerra de Kosovo (1998) a escala mundial implicaba denunciar las atrocidades del conflicto y del régimen de Slobodan Milosevic contra varios sectores de la población de la ex Yugoslavia. De hecho se considera que la crisis de Kosovo supuso la primera “guerra electrónica” en Internet (Denning, 2003). Como se ve, el marco de la “ciberguerra” y de la “guerra electrónica” vendría a ser todo conflicto socio-político, donde la recurrencia a los medios de información y comunicación podría llevar al cambio de una situación. De hecho, la sociedad de la información provee la plataforma para que la conflictividad y la acción política ahora pretendan resolverse a través de la comunicación: las tecnologías electrónicas y digitales, la información, la conexión por redes, entre otras, inclinan la balanza hacia maneras de organización en las que prevalecen las relaciones sociales más intensas, poniendo en conflicto las basadas en las jerarquías (Arquilla & Ronfeldt, 2003). Si vamos a hablar de ciberactivismo, es teniendo en cuenta que su naturaleza es plana, enredada y diseminada, donde no existe centro ni gobierno definido, aunque el interés estratégico de quienes estén implicados sea la afectación de la vida política y el cambio de las agendas públicas. La otra consideración a realizar se relaciona con la acción colectiva. Ésta evidencia la estructura red-social en la que la diseminación del poder hacia los diversos sectores sociales se efectiviza: el poder de la sociedad implica, en efecto, la capacidad de organizarse en redes, las que no siempre

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mantendrían tejidos cohesionados, sino que definidos por ciertas circunstancias, intereses y finalidades. Así, la modalidad del enjambramiento (al modo de las hormigas), permite la redistribución de la información y llevaría a que la resolución de problemas no sea por obra de líderes, sino por el conjunto de la “multitud inteligente”. La clave está en darse cuenta que la suma de intenciones y mentalidades individuales llevaría al colectivo a resolver problemas que individualmente no se podrían solucionar (Rheingold, 2004). Está claro, entonces, que el ciberactivismo se estructura sobre las premisas anteriores. Aunque se piense que su dinámica sea institucional, en el fondo es espontánea, sumatoria y emergente. La información se constituye en capital social y las tecnologías de información y comunicación se erigen como “armas”: como señala Rheingold, la combinación de computación, comunicación, reputación y facilidad de ubicación (Rheingold, 2004: 196), hace que las formas de activismo y de enjambramiento, alrededor de un hecho, a la final tengan eficacia. Se comprende, naturalmente, que quienes lograrían mayor interacción y más fiabilidad en la diseminación de la información, así como potencia de acción, sean vistos con “reputación”, término que vendría a suplir la noción de “liderazgo” que más bien puede asimilarse en las estructuras jerárquicas. La tercera consideración que queremos hacer en relación a nuestra definición se relaciona con el uso de las tecnologías electrónicas y digitales donde Internet representaría al mundo global por excelencia. Arquilla y Rondfelt señalan que la “guerra en red [implica] modelos de organización, doctrina, estrategias y tecnología en red en tono con la era de la información” (Arquilla & Ronfeldt, 2003: 37). Está claro que las formas enjambrada y plana son características del ciberactivismo. El elemento doctrinario puede ponerse en tela de juicio cuando se trata de acciones de la ciudadanía, a menos que dichas acciones sean de grupos con finalidades más concretas como las de las organizaciones guerrilleras y terroristas. Lo que importa, empero, es constatar el hecho de que hoy, más que nunca, las tecnologías como Internet y de los medios de comunicación y móviles, pueden ser determinantes para la eficacia o el éxito de la guerra en red. Para nosotros dichas tecnologías se tornan claves en ciertos instantes ya que un acontecimiento les hace aparecer como esenciales para dicho momento (Rodrigo, 2006: 3).


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Hoy en día en Internet tenemos cantidad de información y casos de activismo; es decir, ejemplos, muchos de ellos que fueron exitosos en la finalidad que perseguían. Y no sólo en y gracias a Internet, sino también si se analizan los usos intensivos de celulares, los faxes, e inclusive medios o recursos “alternativos” como los chistes políticos. Esto quiere decir que, aunque las maneras por luchar contra el poder establecido dependan cada vez más de las tecnologías, no siempre estas pueden ser útiles; así, “la guerra en red [-como el activismo-] puede ser librada con alta, baja o nula tecnología” (Arquilla & Ronfeldt, 2003: 41). Empero, lo interesante también radica en el hecho que una tecnología creada para un propósito, pueda ser empleada para otro en el marco de la guerra-red, hecho que le lleva a modificar su diseño. Por ejemplo, Facebook fue creado como una tecnología para encontrar y conectar amistades; hoy se le utiliza para campañas, incluso políticas, además de ciberactivismo. Esto hace pensar que las innovaciones tecnológicas en la comunicación en su tiempo siempre han estado ligadas a objetivos estratégicos y políticos indiscutibles: si las tecnologías obedecen a un imperativo social, es en lo político que cobran su verdadero valor, más aun cuando el escenario político es el de la conflictividad (Rodrigo, 2006: 4). Y he aquí un rasgo que para nuestros propósitos es importante: si para el sistema político, el empleo de tecnologías tiene que ver con fortalecer el control social y la alienación política, para los movimientos sociales o personas activistas, que saldrían del juego político y tratarían de impugnarlo, dichas tecnologías suponen estrategias creativas hasta conseguir los fines perseguidos. Nuestro análisis en cierto modo pretendería objetivar este rasgo.

3.2. Ecuador y la política en Internet Ecuador es un país que, como muchos otros del continente, trata de delinear su horizonte como nación y Estado de cara al siglo XXI. En los recientes años la palabra “refundar” el país ha sonado insistentemente; esto significa que el descrédito del sistema político ha hecho pensar a buena parte de la población y la clase política la necesidad de enrumbar al país y volverlo a “fundar”. Esta lógica ha llevado a que los gobiernos en la última década hagan borrón y cuenta nueva, ideologías de por medio.

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Así, en los últimos diez años ha habido cambios radicales en la política en Ecuador. A diferencia de los años 70 u 80 del siglo XX, donde era común el golpe de Estado por parte de sectores militares, desde el 2000 los levantamientos han estado protagonizados esta vez por sectores sociales y clases sociales detentadoras de ciertos poderes. Es evidente que los móviles de estas acciones contra el Estado fueron la lucha contra la corrupción política y el descontento contra las políticas y el malestar social porque algunos gobiernos no cumplieron con sus promesas. Estos cambios desde ya se pueden leer como inéditos en la política ecuatoriana en las últimas décadas porque lo que se ha visto emerger es la impugnación al modelo de democracia representativa por un esquema de democracia directa que a la final, hasta la fecha, parece haberse quedado en el postulado y sueño de muchos ecuatorianos que pretenden desentenderse del Estado. El derrocamiento de tres presidentes por acción colectiva en Ecuador no es nada desdeñable, además que de ello se han obtenido varias enseñanzas. En efecto, el gobierno de Rafael Correa (2007-…) supo aprovechar los descontentos, los problemas y los errores de sus predecesores. Con ello no se puede justificar ningún tipo de acción del régimen y este no es nuestro interés. Pero sí es menester indicar que el movimiento social que propició su candidatura supo aprender del activismo ciudadano que se había consolidado con la deposición del gobierno de Lucio Gutiérrez (2003-2005), activismo social que puso en escena la capacidad de enjambramiento, de guerra-red, de uso intensivo de tecnologías de información y comunicación (incluido Internet), de aprovechamiento de diversos recursos de comunicación, de la propia diseminación del poder y, de la difusión de mensaje coherente contra el sistema político (y los medios de comunicación). A la fecha ha habido momentos álgidos en la política ecuatoriana, marcados todos ellos por la conflictividad y la crisis. Aunque los derrocamientos de los gobiernos de Abdalá Bucaram (1996-1997) y de Jamil Mahuad (1998-2000) supusieron acciones de red, el derrocamiento de Lucio Gutiérrez es el punto de giro en la política ecuatoriana una vez que se ancló en las tecnologías de información y comunicación. Entonces, si hay que hablar de ciberactivismo en Ecuador es partir de este último caso por las siguientes razones: la forma de organización social implicó la constitución


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de una expansiva red comunicante que objetó la falta de debate de los medios de comunicación tradicionales, asimismo tal forma de organización desmanteló el marketing político del gobierno que quería apaciguar los ánimos, además que las tecnologías electrónicas y digitales fueron usadas de modo diferente por sectores sociales en pugna. Lo importante es la emergencia de uno o varios movimientos civiles con capacidad impugnadora, crítica y también anárquica. Es evidente que la política tradicional ecuatoriana en dicho período se transformó a política 2.0. Es menester, sin embargo, indicar que la transformación a política 2.0 no es tampoco radical en Ecuador. Lo indican los índices. En Latinoamérica, el índice acceso a Internet es de 592,556,972 usuarios, es decir, un 10,4% en relación al total mundial: 6,845,609,960. De dicho índice, Ecuador representa el 1,2%, considerando que la población conectada del país es aproximadamente 14,790,608. Empero es significativo que desde el 2000 ha habido un incremento de 1,211.0% (Internet World Stats, 2010), situación que llama la atención ya que refleja que en la presente década ha habido una veloz adopción de las tecnologías de Internet debido a causas como: la emigración ecuatoriana a otros países, la reducción de los costos de conectividad, el acceso a tecnologías de punta, el mercado de los teléfonos móviles, las innovaciones en software realizadas por ecuatorianos, etc. Según datos oficiales, hasta junio de 2010 existían 2.594.863 usuarios de Internet, es decir, el 18,21% de la población (SUPERTEL, 2010). Esto quiere decir que ha crecido el nivel de acceso de la población a Internet en relación al 2009 cuando el índice estaba en un 12%. Se presume que quienes acceden a Internet son sectores desde adolescentes, jóvenes y personas con mayoría de edad hasta los 40 años. Empero es la población mayor a 25 años la que emplea más Internet, llegando hasta un 51,2%, seguida de quienes están entre los 18 y 24 años, representando el 33,1%, estando luego la generación de menores de 18 años, con un 15,7% de usuarios. Hoy en día, para muchos de esos usuarios, en su mayoría urbanos, Internet es más importante (9,5%) que la televisión pagada (5,5%), la televisión abierta (5%), la radio (5%), los periódicos (3%) y las revistas (2%). Convencionalmente el ecuatoriano medio emplea Internet para enviar y recibir correos (85%), además de buscar infor-

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mación (84%), chatear (65,8%), descargar música (60,1%), ver visitar redes sociales (51,9%), etc. (Maldonado & Mendoza, 2010). De acuerdo a una reciente investigación del Centro de Investigación en Comunicación y Opinión Pública (CICOP) de la Universidad de Los Hemisferios, el ecuatoriano emplea Internet para comunicarse en forma diaria por email (26%) y además para enviar por dicho medio archivos o adjuntos (20,8%); o para realizar llamadas telefónicas por Internet (11,2%) aunque su uso se reduce a lo semanal; el chat no es tan popular aunque es igualmente empleado en forma diaria (9,3%); lo mismo pasa con los foros de discusión el cual se reduce a un empleo semanal (7,2%) (CICOP, 2010). Por otro lado, los ecuatorianos emplean o acceden con más frecuencia a Google Ecuador, Facebook, Windows Live, YouTube, Google, Yahoo!, MSN, Hi5, Wikipedia, Blogger, Mercado Libre, Taringa, Twitter, entre los 13 servicios/tecnologías de Internet (Alexa, 2010). Para nuestros fines, las redes sociales y las tecnologías de publicación autónoma, son las que son interesantes ya que por medio de ellas se pueden desarrollar actividades de ciberactivismo. En este contexto el uso de redes sociales en Ecuador se da en forma diaria (9,8%); esto no incluye otros usos como ser publicaciones en blogs, sitios de fotografía, video, etc. (CICOP, 2010). Una de las redes sociales más populares es Facebook la cual tiene una población usuaria en Latinoamérica de 47.325.760; de ella Ecuador tiene 1.643.260, población que crece mensualmente en un 3,41%. Los usuarios ecuatorianos son el 0,30% del total de los usuarios (Facebakers, 2010). Empero Facebook en Ecuador es la red más concurrida, de acuerdo a la Revista de negocios Ekos. De la población del país, el 58% de personas con ingresos medios está inscrita en dicho sitio; un 52% de sectores altos y 48% de sectores de condiciones bajas. En cualquier caso, el índice es alto; a continuación está Hi5, Twitter (el cual, además tiene 22% de adeptos los cuales pertenecen a sectores altos de la sociedad), My Space y Sonico. En sentido general, el 70% de la población ecuatoriana de clases medias está suscrita a alguna red social, del mismo modo que 59% de sectores altos y 49% de grupos bajos. El interés de todos es ver comentarios a los miembros de alguna red y responderles (53%), revisar fotos (31%), conocer a otras personas (10%), y visitar otras páginas enlazadas a la red (6%) (Investigación Ekos, 2010: 28).


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Para Facebook, la población más alta de ecuatorianos que tiene cuentas está en el rango de los 18-24 años de edad, representando un 34,4%; seguida por quienes están entre los 25-34 años, con un 26,7%; en tercer lugar está la generación entre los 14 y 17 años, con un 20,2%; la penetración de Facebook en Ecuador alcanza un 10,53% (Checkfacebook.com, 2010; Facebakers, 2010). El uso del blog en Ecuador, asimismo es más especializado; aunque hay variedad de usos por parte de los ecuatorianos, las más de las veces es para publicar opiniones sobre asuntos generales. Al menos hay publicaciones en forma semanal (7,4%); lo mismo pasa en sitios de publicación de fotografías (15%); mientras los videos se suben en forma mensual (6,9%). No siempre la gente que emplea Internet lo hace para fines políticos y en muchos casos se comprueba que ellos si publican algo no es necesariamente por causa política (20,3%) aunque de cierto modo su opinión pueda referirse a dicho campo; apenas el 14% piensan que es importante Internet para usos políticos (CICOP, 2010). Hacia el 2010, entonces, Internet, las redes sociales como tecnologías digitales aglutinan más usuarios, más expectativas, a la par que permite el desarrollo de nuevas estrategias. El gobierno de Rafael Correa, por ejemplo, ha sabido aprovechar de las potencialidades de la comunicación en red, sobre todo al inicio de su primera gestión; aunque ahora todo ello pareciera descuidado, puesto que fue el primero en emplear YouTube para transmitir discursos, publicidad gubernamental, declaraciones, etc., emplear Facebook y blogs, motivó el desarrollo de acciones comunicativas en Internet. Si las acciones en la web contra Lucio Gutiérrez fueron direccionadas por activistas y adherentes, en el gobierno actual, producto, por otro lado, de dicho activismo y del enjambramiento social, éste supo valerse de ello para controlar los mensajes con más eficacia. Los políticos, empezando por los miembros de Alianza País, no descuidaron Internet, las redes sociales y las comunicaciones digitales. La Asamblea Nacional, a través de su página web, trata de mostrar hoy los debates y poner a disposición de la gente los borradores de las leyes que se discuten, independientemente si estas son o no polémicas. En el fondo del uso de la red parecería estar la transparencia. Esto es lo que se dio entre 2007-2008, con la Asamblea Nacional Constitu-

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yente (ANC) donde se pudo evidenciar algo del perfil de lo que es la política 2.0. De acuerdo a Albornoz y Albornoz (2010) el portal de la ANC, hacia 2008, tuvo alrededor de 1.349.304 visitas, donde el 55,07% retornaban siempre para consultar o comentar. Se instituyeron 141 blogs, de los cuales 131 eran de asambleístas y 10 de mesas. Por otro lado, se publicaron 318 videos en YouTube, 1.202 fotografías en la web; el propio portal de la ANC informaba minuto a minuto a razón de 15.083 noticias. La ciudadanía comentó en una proporción de 12.834 textos en los blogs y espacios de la web, incluso inauguró 30 foros de discusión y propuso 1.877 ideas o textos para el debate (Albornoz & Albornoz, 2010). De lo que aconteció en el plano de Internet en el período de Gutiérrez al de Correa evidentemente hay un salto importante.

3.3. Conflictividad socio-política y nuevas tecnologías Es claro que nuestro interés no es remontarnos al período de Gutiérrez y el activismo ciudadano mediante el uso de nuevas tecnologías en dicho momento (puesto que de ello ya nos ocupamos en un informe anterior (Rodrigo, 2006)), sino centrarnos en la conflictividad actual. Empero, vale la pena recalcar que hoy más que nunca la conflictividad social y política viene más amplificada por las nuevas tecnologías. Es claro que el conflicto no nace de éstas y tampoco es su directo determinante, pero gracias a ellas hay mayor velocidad en las comunicaciones de los hechos, relacionamiento entre sectores sociales, conectividad, ligados a intereses y coordinación más inmediata. El conflicto, por otro lado, es connatural a la vida democrática de toda nación. Un par de perspectivas teóricas precisamente nos refieren a este hecho: por ejemplo, para la perspectiva institucional, la democracia es una forma de gobierno que permitiría procesar cualquier conflicto sin tener que negarlo; en tanto para la perspectiva de la democracia radical, el escenario democrático vendría a ser el espacio donde se articularían el conflicto y su resolución, a sabiendas que dicho escenario tendría que dar lugar al antagonismo, la disputa y la regulación institucional. En este contexto, la conflictividad, como componente vital de la democracia, implica que puede reducírsele si existiría un reconocimiento colectivo de esta necesidad, así como la posibilidad de


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institucionalizarle (J. Merquior, cit. por Ramírez, 2003: 76). Visto así, la conflictividad se asemeja a un estado de caos cuya consecuencia es la necesidad de su dominio. Sin embargo, como estado dinámico aleatorio también puede ser considerado como la condición previa a una nueva etapa. Bajo esta perspectiva, por conflictividad política comprenderemos el momento en el que una sociedad no permite que su forma organizacional suprema, el Estado o nación, se osifique, obligando a que la misma sociedad se fuerce a la innovación y la creatividad (Coser, 1970). De este modo, el conflicto es una condición sine qua non para la toma de conciencia de una situación y la necesidad de su resolución. Ramírez dice, en efecto, que la conflictividad es el “afuera constructivo de todo ordenamiento político” (Ramírez, 2003: 76). En tal sentido, no se le puede como algo negativo, sino como un factor de cambios, por lo que la misma democracia a su vez se le puede considerar como un “sistema de incertidumbre relativa (como efecto de los incontrolables resultados y efectos de la conflictividad) normativamente regulada [en el que aparece la institución del Estado]” (ibídem). De ser así, la conflictividad también funcionaría, en el marco de nuestra exposición, como un excitador del activismo y del ciberactivismo puesto que altera la pasividad o la anomia social. Si reafirmamos el hecho de que una sociedad política sin conflictividad estaría expuesta a su próxima muerte o disolución, evidenciamos la necesidad de ingresar a un estadio más concreto donde el conflicto debe poner en crisis a las instituciones y la vida cotidiana, impeliendo a crear otras instituciones al igual que nuevas tecnologías y prácticas ligadas a ellas. Partiendo de este presupuesto, con el mismo Coser diremos que la evolución tecnológica nace del seno del conflicto; piénsese esto al calor del activismo: decíamos que las tecnologías de información y comunicación no sólo se emplean en un reclamo, sino que además toman otro significado al mismo tiempo que se rediseñan por el uso social de éstas. Coser, en efecto, afirma que el desarrollo de los conflictos es motor de innovaciones tecnológicas y el estímulo para la esfera económica. Al analizar los conflictos en varios países en el campo de la minería en los albores del industrialismo, por ejemplo, constata que no obstante el reclamo por alza de salarios y el despido de mineros, las

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empresas tuvieron asimismo que idear estrategias para facilitar mejor el trabajo y capacitar a quienes hacían labores mineras. En términos generales, dice él, que “frecuentemente los historiadores económicos llamaron la atención sobre el hecho de que gran parte del adelanto tecnológico se debió a los conflictos derivados de la actividad sindical, en lo que se refiere a elevar el nivel de salarios” (Coser, 1970: 59). Esto quiere decir, la dinámica tecnológica, su evolución, se da cuando aparecen otras necesidades correlativas a nuevas demandas. Esto, sin embargo, puede acarrear cambios y nuevos comportamientos que al mismo tiempo podrían convertirse en focos de tensión y, como tal, en conflictos. Las nuevas tecnologías en la sociedad de la información, no obstante su impostura, son producto de las tensiones que produce la globalización y su acelerado ritmo, el cual obliga al ser humano a cambiar incluso sus hábitos. Está claro que la sociedad actual no tiene nada que ver con la del siglo pasado en lo que se refiere, por ejemplo, a la dinámica del trabajo. Las tecnologías se convierten hoy en parte del sistema nervioso de la sociedad y en muchos casos el corazón de muchas dinámicas. Puede ser que algunos sectores lleguen a pensar en su presencia como algo negativo, pero lo que importa darse cuenta es el “impacto diferencial” (Coser, 1970) producido en el seno de la sociedad. Ligado al tema del conflicto político, tal impacto es igualmente determinante toda vez que todo conflicto ahora pasa por ser reconocido por la comunicación y los medios de comunicación. La presencia de éstos hace que se amplifique la tensión, se crea una sensación de mayor densidad en la percepción del conflicto, así como puede incluso convocar inmediatamente (ahora con Internet) inclusive a una opinión pública internacional de magnitud. Es evidente que el impacto de las tecnologías de comunicación hoy en día son contundentes a nivel urbano en el campo de la política. Como señala Vinuesa, con aquéllas se evidencia cuán endeble se ha vuelto la comunicación política tradicional, hacia una más plana y dialogante a nivel social (Vinuesa, 2007); y no sólo eso, la propia política se pone en conflicto ya que el modelo red implica la rapidez de la actuación social (producto del enjambramiento) frente a la actuación lineal de quienes están en el poder, situación que lleva a que los conflictos aparezcan con más rapidez.


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La tecnología de Internet sirve para el ciberactivismo gracias a que aquél es ubicuo, congrega multitud de medios y de dispositivos. El resultado es la “sociedad red”, de acuerdo a Castells, sociedad que interactúa con las tecnologías y la información y, de algún modo, hace política con ellas. El carácter identitario es más marcado en la red por lo que aparecen dos formas de actividad virtual: la primera supone a quienes son proactivos, es decir sujetos que pretenden transformar las relaciones humanas; y la segunda donde están los reactivos, activistas, para quienes Internet también es una trinchera en la que precisamente se lucha por la identidad frente al poder que parece ser avasallante (Castells, 2003: 395). Nos ubicamos en el último caso, en la capacidad reactiva de diversos sectores sociales y su expresión en Internet.

4. Hallazgos 4.1. Ciberactivismo en Ecuador Indagar acerca del ciberactivismo en Ecuador es una cuestión de la que no se tiene fuentes. La presencia de Internet en el país data de inicios de la década de 1990. Si bien aparece como una decisión privada de la mano del Banco del Pacífico, hoy administrado por el gobierno, su apertura al incipiente mercado de ese entonces estuvo a cargo de Ecuanex, hacia 1991, iniciativa de Intercom (Corporación Interinstitucional de Comunicación Electrónica) la cual formaba parte de una red global de ONG que trataban de impulsar el medio electrónico para el desarrollo. La promesa de la democratización de la información estuvo aparejada con la introducción de Internet en Ecuador: es importante entender que quienes impulsan el desarrollo de aquél son quienes estaban ligados a la comunicación para el desarrollo. En el primer semestre de 1995, cuando había estallado la guerra con el Perú, pocos eran los que poseían cuentas de Internet, siendo estos entidades no gubernamentales, contados medios de comunicación y, en cierta medida, el gobierno ecuatoriano. No obstante ello, las potencialidades del medio electrónico fueron aprovechadas en el ámbito de lo que ya se empezaba a entender como “ciberguerra”. En efecto, el gobierno ecuatoriano, organi-

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zó en CIESPAL un centro de información donde se puso a disposición de corresponsales, de medios locales y de gente que requería información, todos los recursos hasta el momento disponibles de comunicación, incluido Internet. Se puede decir que el impulso de dicho “centro de informaciones de guerra” hizo que se entendiese de manera real el papel que cumplirían los medios de comunicación electrónicos y digitales y el efecto en la opinión pública nacional e internacional respecto a la guerra: la intención fue crear una opinión favorable a los intereses de Ecuador frente a la actitud agresiva y antihistórica del Perú, hecho que tuvo las repercusiones esperadas. Para el efecto se manejó tecnologías como el gopher, boletines electrónicos, foros, y correos electrónicos (Bernhardt & Ruhmann, 2003: 272), junto a medios de comunicación convencionales para crear una imagen positiva que difícilmente pudo ser combatida por Perú. Desde ese momento hasta el presente se puede hablar, en efecto, de ciberactivismo. La novedad tecnológica sumada a los potenciales políticos que aquélla brindaría llevó a que, además de la comunicación para el desarrollo, el medio electrónico y digital, el ciberactivismo se convirtiese en el arma de lucha para de determinados fines. La “ciberguerra”, empero, fue una estrategia que luego fue desaprovechada por el Estado; en su lugar aparecieron expresiones de “guerra electrónica” desarrolladas por sectores de la sociedad descontentos y movimientos sociales. Hacia 1995, sectores de organizaciones no gubernamentales, por ejemplo, se tornaron reactivos frente a situaciones que estaban afectando el medio ambiente. Es el caso Acción Ecológica que llamó a “boicotear el camarón ecuatoriano para protestar las prácticas ambientales de la industria camaronera [nacional]” (Fierro, 1995), la cual fue calificada como responsable de la destrucción de los manglares de la costa del Ecuador. Existen pequeños experimentos más sofisticados en la década del 2000 empleando los recursos de Internet para llamar la atención respecto a problemas sociales y políticos. El momento cumbre donde se evidencia el ciberactivismo socio-político es en el marco del descontento social contra el gobierno de Lucio Gutiérrez quien fuera derrocado por presión popular el 20 de abril de 2005. Las acciones fueron de diversos sectores sociales contra el gobierno donde el activismo en Internet fue más desarrollado por jóvenes quie-


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nes, con creatividad, intervinieron en el conflicto con una contundencia tal que otros sectores sociales se plegaron con rapidez. Tal activismo, sin embargo, aunque reactivo, también rayó en el hacktivismo en el sentido que no sólo se usaron blogs, foros, páginas diseñadas para el efecto, inclusive la inclusión en la Wikipedia de la “historia de la revolución de los forajidos”, contando los detalles de la rebelión social, sino también otras formas de “combate” alterando páginas web, boicoteando sitios establecidos y logrando que el buscador de Google en un instante redireccione las búsquedas hacia el conflicto.

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Figura 2 Efecto del bombing

Figura 1 Bombing inicial Fuente: Efecto drago (2005)

pronto las respuestas solidarias fueron del tipo: “Yo ya aporté con mi granito de arena”, “Ya hice bombing también”, “Para que esto no vuelva a suceder”… o “Funcionó. Felicitaciones. Ahora sí a publicar...”. La cantidad de reproductores se sumaron a la iniciativa con entusiasmo. Inclusive la prensa que vio con interés lo sucedido en Internet. Una crónica del diario El Comercio, en efecto, llevaba como título: “Lucio Gutiérrez es víctima del ‘bombardeo de Google” (El Comercio, 2005) (Fig. 3). Figura 3 Efecto del bombing en los medios de comunicación nacionales

Fuente: El Ecuador de hoy (2005).

Se emplearon, los bombings. El iniciador fue el blog “El Ecuador de Hoy” (Fig. 1) con una alerta y la guía para posicionar la palabra “estupidez” en Google como definición de la persona de Lucio Gutiérrez. El resultado fue, tras el anuncio del 23 de marzo de 2005, trece enlaces con dicha palabra dirigida a la página de la Presidencia y todo lo que se refería al exgobernante. Pronto se plegaron otros blogueros que hicieron lo suyo, además de informar cómo habían contribuido (Fig. 2). Si el bloguero iniciador de la cadena escribía en su sitio: “Estúpido, estúpido, estúpido. Quiero iniciar un nuevo ‘google bomb’, dirigido hacia la presidencia, con la palabra estupidez. ¿Me apoyan...?”,

Fuente: El Comercio (2005).


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Figura 4 Bombings además empleando banners para diversos sitios web

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hicieron circular en cadenas de correos electrónicos (Fig 6). Figura 6 Banners empleando motivos publicitarios

Fuente: Andrew2377 (2006).

Similar bombardeo fue llevado a cabo por activistas, esta vez contra el candidato presidencial y jefe del partido político PRIAN, Álvaro Noboa, en febrero de 2006 resaltando el que el personaje político era un “retardado” (Fig. 4). Aparte de indicar el bombing, los ciberactivistas invitaban a todos a colocar en sus sitios de Internet banners haciendo alusión a la campaña.

Fuente: Palulo (2005).

Figura 7 Desfase de la página web de la Presidencia del Ecuador

Figura 5 Hackeo y creación de páginas falsas

Fuente: Últimas Noticias (2008).

Fuente: Anónimo (2005).

Otra manera de guerra electrónica fue crear páginas falsas o hackear las existentes. De hecho algunos activistas crearon el “Blog de Lucio Gutiérrez” en ocasión del conflicto contra el exgobernante (Fig. 5). A los pocos días de su inauguración, el propio aludido hizo intervenir y borrar el contenido de la página de Blogspot, sitio donde reposaba el blog en mención. Eso no impidió que otros activistas aprovechasen la estética de los avisos de Movistar (empresa que en 2005 ingresaba en el mercado de celulares en Ecuador, la cual además difundía una campaña de expectativa). El resultado fueron afiches, banners, con palabras como “Bótame”, “Patéame”…, mensajes que además se

En el año 2008 aparecieron, por otro lado, formas de hacktivismo más radical en Internet. El 12 de febrero un hacker logró colarse en el servidor de la página web del gobierno ecuatoriano para colocar un mensaje como “tarjeta de presentación” de su acción (Fig. 7). El mensaje en apariencia era apoyar la gestión del gobierno de Rafael Correa y expresar el descontento contra el Alcalde Jaime Nebot (El Comercio, 2008). El firmante del mensaje, “d4n1ux”, se le pudo rastrear en otras páginas. De este modo, se pudo conocer el “credo” al que se adhería: “Nosotros hacemos uso de un servicio que ya existe sin pagar por lo que podría ser barato como el polvo, si no estuviera en manos de glotones hambrientos de ganancias, y ustedes nos llaman criminales. Nosotros existimos sin nacionalidad, sin prejuicios religiosos …Mi crimen es la curiosidad. Mi crimen es el juzgar a las personas por lo que piensan, no por lo que aparentan. Mi crimen es ser más inteligente, algo por lo cual nunca me olvidarás. Soy un “hacker”, este es mi manifiesto” (Últimas Noticias, 2008).


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El hacker “d4n1ux” se convirtió con este acto en una especie de héroe para los blogueros e internautas, más por su acción de sabotear una página oficial que por su intención de dar apoyo al gobierno de Correa. De este modo, se supo que era un guayaquileño, joven y hábil con las tecnologías quien además ya reportaba sus actividades a un sitio internacional de “desfases” (realizar modificaciones en un sitio web ajeno sin el permiso del propietario) llamado Zone-h (unrestricted information). En dicho lugar se conoce que el hacker hizo 1.368 ataques a nivel mundial desde 2007 a diferentes sitios web (Zone-h, 2010). Figura 8

Desfase de la página web del candidato presidencial Álvaro Noboa Fuente: El Ecuador de hoy (2008).

Por ejemplo, él realizó similar ataque a la página web del excandidato presidencial, Álvaro Noboa (Fig. 8), del Banco de Loja y del Partido Sociedad Patriótica, además del sitio del Trolebús. Incluso intervino en otro sitio de Colombia dejando un mensaje al entonces Presidente Álvaro Uribe: “ECUADOR DICE NO AL GLIFOSATO, Y ALTO A LAS FARC, LIBERTAD DE EXPRESION A LA MIERDA, ALVARO URIBE EL GUSANO Q ESTA MATANDO A NUESTROS HERMANOS COLOM-

BIANOS..!!” (en la actualidad el sitio de referencia ha sido borrado).

4.2. Estado de la conflictividad socio-política La democracia ecuatoriana tiene momentos conflictividad intensa en la década del 2000. De acuerdo al Centro Andino de Acción Popular (CAAP), entre enero de 1999 y octubre de 2010 ha habido 5.455 conflictos. 1999 tiene el más alto índice de conflicto (754), equiparable con 2010 (756); en este último año el conflicto mayor se relaciona con el 30 de septiembre. Otros años de alta tensión son: 2000 (641), 2001 (484), 2005 (487) (los datos que reseñamos los reunimos de la serie de publicaciones del CAAP; cfr. “Ecuador Debate”, 2003-2010) (Tabla 1). De acuerdo a dicha tabla la crisis de mediados de la década de 1990 con los gobiernos de Bucaram y Mahuad, los que llevaron a una profunda descomposición económica, además de la debilitación de la estructura del Estado se evidencia con mucha fuerza entre 1999 y el 2002 cuando la democracia es definitivamente impugnada por la ciudadanía. Hacia el 2000 cae el gobierno de Mahuad y aparecen nuevos actores como los indígenas y sectores sociales organizados que plantean reclamos contra el modelo neoliberal. En el 2005, ante las promesas incumplidas del gobierno de Gutiérrez, el nepotismo, la evidente corrupción, los conflictos se profundizan ocasionando su derrocamiento por fuerza popular. El actual gobierno de Rafael Correa también enfrenta una alta conflictividad que sube hacia 2010 con la crisis del 30 de septiembre involucrando a fuerzas del orden. El género del conflicto ha tenido como ejes: el político partidista en el 2000 y el 2001; el político legislativo en el 2000; el laboral público, el 2000, el 2001 y el 2010; aparecen conflictos como el urbano-barrial en el 2004 y el cívico regional, cuyo punto álgido fue en 2005, para decrecer entre el 2006 y el 2007. En el 2010 también arrecia el

Tabla 1 Índice de conflictividad en Ecuador

1999 (enedic) 754

2000 (enedic) 641

2001 (enedic) 484

2002 (enedic) 261

Fuente: “Ecuador Debate”, elaboración propia.

2003 (enedic) 277

2004 (enedic) 255

2005 (enedic) 487

2006 (enedic) 399

2007 (enedic) 379

2008 (enedic) 388

2009 (enedic) 374

2010 (eneoct) 756

Total

5455


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conflicto con el mundo laboral privado (Tabla 2). Rafael Correa recoge la larga historia de fallas estructurales de la democracia con formato neoliberal al cual pretende combatir, apoyado por su alta popularidad. Si bien los conflictos bajan en intensidad, no necesariamente se evidencia en número hasta el presente. El argumento que

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explica la conflictividad en su gobierno es que éste enfrenta al modelo neoliberal que beneficia a determinados sectores privados y propone una economía socialista: los conflictos nacerían por la inconformidad de quienes con anterioridad se beneficiaban del Estado, de la corrupción, del poder central, etc. Esto explica que entre 2007 y

Tabla 2 Género de los conflictos

Campesino Cívico regional

2000 28 81

2001 33 85

2002 22 25

2003 13 36

2004 10 65

2005 28 214

2006 17 185

2007 17 163

2008 15 44

Indígena Laboral privado

67 95

60 67

7 27

11 34

9 27

18 56

19 56

21 60

Laboral público

174

118

97

84

62

79

59

Político legislativo Político partidista Pugna de poderes Urbano barrial

113

39

6

4

21

47

230

210

28

48

30

0

0

0

0

0

0

0

48

2009 9 58

2010 21 84

19 51

16 88

60 137

59

76

95

212

11

31

1

14

35

80

43

27

25

21

27

19

8

3

11

6

8

17

125

44

35

21

56

78

82

Fuente: “Ecuador Debate”, elaboración propia.

Tabla 3 Actores de los conflictos

2003 Cámara de la producción Campesinos Empresas Estudiantes Fuerzas armadas Gremios Grupos heterogéneos Grupos locales Iglesia Indígenas Organizaciones barriales Partidos políticos Policía Sindicatos Trabajadores

0 5 3 5 1 21 2 14 0 7 40 1 0 2 32

Fuente: “Ecuador Debate”, elaboración propia.

2004 1 12 8 30 0 19 18 27 0 8 48 21 0 4 62

2005 0 24 2 37 1 59 71 83 0 15 46 46 0 15 18

2006 0 19 7 30 0 18 39 109 0 22 38 13 0 10 92

2007 0 19 2 22 0 21 40 103 0 19 24 24 0 12 63

2008 2 19 31 16 3 37 21 36 1 21 49 31 13 22 74

2009 1 9 43 24 3 32 21 28 0 17 57 42 6 30 79

2010 5 21 77 48 18 38 16 68 2 58 103 74 32 47 127


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Tabla 4 Factor de rechazo

Denuncias por corrupción Financiamiento Laborales Rechazo política estatal Salariales Otros

2003 10

2004 41

2005 114

2006 32

2007 28

2008 69

2009 72

2010 136

5 6 13 27 75

43 19 36 49 103

80 67 70 43 102

76 61 45 30 147

52 58 20 24 167

58 91 47 19 87

65 97 79 27 48

129 169 140 53 112

Fuente: “Ecuador Debate”, elaboración propia.

2010 tiendan a crecer ejes conflictivos relacionados con el laboral privado, lo urbano barrial, lo político partidista, lo cívico regional, lo indígena y en menor medida el político legislativo. No se evidencia la pugna de poderes la naturaleza de los conflictos como se puede apreciar. Por otro lado, los actores más directos de los conflictos han sido grupos locales entre el 2005 y el 2007; éstos son los propiciadores de la entrada en la escena política de Rafael Correa (Tabla 3). Pero el panorama de actores no es sólo ése. Los trabajadores y las organizaciones barriales fueron grupos de presión en 2004, 2006 o 2007 y lo siguen siendo hasta el presente; los gremios y los grupos heterogéneos en el 2005, hecho que también explica la alta conflictividad al final de la gestión de Lucio Gutiérrez; los indígenas aparecen con cierto protagonismo en el 2006 y se vuelven impugnadores en el 2010. Más recientemente grupos empresariales y partidos políticos tradicionales han empezado también a oponerse a las políticas de gobierno. Y no sólo ellos, sectores de campesinos, estudiantiles, gremios, grupos locales, organizaciones barriales y sindicatos. Nótese la conflictividad de agentes como las FF.AA. y la policía. Los motivos principales de la conflictividad se pueden sintetizar en cuatro grandes aspectos: denuncias por corrupción en los años 2005, 2008 hasta el 2010; problemas de financiamiento de obras en el 2005 y 2006, hecho que se retoma el 2010; problemas laborales en el 2005, 2008, 2009 y 2010; y, rechazo a la política de gobierno en el 2005 y tomando nuevamente protagonismo entre el 2009 y 2010 (Tabla 4). Del cuadro no consideramos el rubro “otros”, que es creciente entre el 2005 y el 2007, además del 2010 y que reúne diversidad de temas como regionalismo, territorialidad, problemas de gobernabilidad, etc.

Independientemente de los datos anteriores, quisiéramos, empero resaltar el factor “rechazo a las políticas del gobierno” frente a “otros” (Tabla 5). Tabla 5 Rechazo a política estatal

Año 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Rechazo a política estatal 230 210 28 13 36 70 45 20 47 79 140

Otros 85 57 119 75 103 102 147 167 87 48 112

Fuente: “Ecuador Debate”, elaboración propia.

En el rubro “rechazo a la política estatal” se constata que entre el 2000 y el 2001 hubo una fuerte tensión, hecho que se repitió en el 2005. A partir del 2009 parece recrudecerse tal conflictividad. En el 2010 es evidente que la conflictividad estalla de manera radical con la crisis del 30 de septiembre. El rubro “otros” engloba, como dijimos, problemas de gobernabilidad, políticas sectoriales, manejo de recursos del Estado, etc. Todos estos factores son siempre recurrentes en la década por lo que se les puede considerar como motivos constantes. La cuestión política, empero, es la que debe objetivarse con más precisión.


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4.3. Gobierno de Rafael Correa: el descontento por su gestión Detengámonos en el período del actual gobierno de Rafael Correa, la conflictividad generada y particularmente la respuesta dada por algunos sectores a través de Internet, en relación al ciberactivismo o “guerra electrónica” y la “ciberguerra”; en un caso, el uso político de las redes sociales e Internet por parte de diversos sectores de la sociedad y del propio gobierno, en el otro. 4.3.1. Expresiones en las redes sociales Para no extendernos demasiado en nuestro análisis enfoquémonos en la cuestión “rechazo a la política estatal” en el contexto del gobierno actual. Vamos a comprender por dicha variable a los aspectos relacionados con las decisiones que el gobierno toma (o lleva a su aprobación a la Asamblea Nacional), genera un marco de rechazo entre diversos sectores de la sociedad. Puesto que las políticas o decisiones de gobierno afectan la vida de ciertos sectores sociales (y políticos) involucrados haciéndoles cambiar su status quo, sus relaciones de poder, el sistema de influencias, aquéllas a su vez pueden ser comprendidas como el marco de una nueva institucionalidad que vulnera las bases de las estructuras supuestamente consolidadas. Las decisiones de gobierno tienen como consecuencia la gobernabilidad (variable “otros”) que también se pone en crisis. Grosso modo, el gobierno de Rafael Correa ha tenido otro modo de comprender y, como tal, ha cambiado la política respecto a: el Plan Colombia y la cuestión de la guerrilla de las FARC, la relación con los medios de comunicación, lo que debería ser la educación en general de cara al siglo XXI, entre otros asuntos. Incluso cabe en este rubro, la forma de gobernar, el aparente autoritarismo, el manejo mercadológico de la imagen de la gestión del Estado, etc. Respecto a lo anterior se ha contado lo siguiente en las redes sociales hasta agosto de 2010 (Tabla 6):

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Tabla 6 Menciones en redes sociales al gobierno de Rafael Correa

Red Social Facebook

#Páginas 104

YouTube

2

Blogs

4

Twitter

3

Objeto Gobierno de Rafael Correa, Activismo de Carlos Vera, Ley de Comunicación, Leyes en general, Teleamazonas, Jorge Ortiz Gobierno de Rafael Correa, Activismo de Carlos Vera Gobierno de Rafael Correa, Activismo de Carlos Vera Gobierno de Rafael Correa

Fuente: elaboración propia.

Cabe indicar que lo que contabilizamos se refiere a las páginas cuyos denominativos implican a alguna de las cuestiones referidas. Así, notamos que prevalecen tres grandes hechos que aparecen: el gobierno de Rafael Correa, el activismo de Carlos Vera Rodríguez y la Ley de Comunicación. El gobierno actual genera una controversia con ciertos comunicadores, marco donde aparece el activismo del periodista y ahora político, Carlos Vera Rodríguez. Por otro lado, uno de los temas más candentes que aparece en el debate de la red de redes es la Ley de Comunicación. El trasfondo es el rechazo (o el apoyo incondicional) a las políticas del gobierno (en el mismo sentido, inclusive, del hacktivista “d4n1ux”, antes referido). Lo que hace, lo que decide, lo que piensa Rafael Correa implica una serie de posiciones en Facebook. Veamos lo que pasa en dicha red social (Tabla 7): En sentido general, quienes están suscritos a Facebook sienten que Correa atropella con sus declaraciones y su impostura como gobernante. Tenemos un grupo numeroso de suscriptores a dos grupos que se engloban en la categoría malestar contra las cadenas del Presidente. Si consideramos además a quienes no están de acuerdo con Correa como persona (señalando su “odio” visceral a éste), el rechazo a las políticas de gobierno, o las burlas que se lanzan en la red sobre él, etc., la cantidad y el porcentaje sube a: 128.881 contrarios al gobernante, es decir, 77,91% de gente que se expresa por Facebook en forma radical. En muchas páginas o grupos, hay quienes han puesto caricaturas, dibujos, fotografías manipuladas irónicas, en definitiva recursos gráficos que apoyan su descontento. Quienes son adeptos (donde está también la propia página de Correa), le defienden, apoyan


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Tabla 7 Posiciones de actores sociales en Facebook respecto a la posición de gobierno

Propósito Malestar contra las cadenas del Presidente Adhesión a las decisiones de Correa, admiración por su personalidad, apoyo a la gestión de gobierno Página personal de Rafael Correa Mostrar el odio contra Correa y su gobierno Rechazo políticas de gobierno Presentar la biografía del Presidente Correa Rechazo a la política respecto al conflicto de Colombia Burla contra Correa Malestar por la personalidad de Rafael Correa No apoyar a Correa Mostrar la obra del Presidente Pedido ciudadano de aunar esfuerzos entre líderes políticos nacionales Total

#Total de suscriptores o miembros 111.771 17.183

Porcentaje 67,56% 10,39%

16.873 8.280 4.466 2.059 1.490 1.445 1.005 424 379 54 165.429

10,20% 5,01% 2,70% 1,24% 0,90% 0,87% 0,61% 0,26% 0,23% 0,03% 100,00%

Fuente: Elaboración propia

su gestión (incluso lo encuentran “sexy”), tratan de reproducir lo que se dice del gobernante, etc. sumarían alrededor de 36.548, es decir, 22,09%. Tabla 8 Tendencias en Facebook

Tipo Opositores al gobierno, a sus políticas y decisiones Adeptos al gobierno, a sus políticas y decisiones Total

Porcentaje 77,91% 22,09% 100,00%

Fuente: Elaboración propia.

En Facebook, la militancia a favor de Correa es baja en relación a quienes son sus detractores (Tabla 8). En dicha red social se evidencia que la adhesión a él es baja no obstante las propias instancias del movimiento Alianza País han sabido crear páginas y lograr que alguna gente apoye la gestión; esto supone que la ciberguerra no es efectiva desde instancias de gobierno y de adherentes; más bien la guerra electrónica es notoria a nivel de personas que expresan de cualquier modo su malestar y su odio frontal al gobierno y sus políticas. Esto explica los títulos y los apelativos que emplean muchos de los organizadores de las páginas de Facebook respecto a la gestión de gobierno

y la persona de Correa. Entre otros, nos llama por ejemplo la atención: “anti rafael correa el desCHAVEtado”, “APOYO PARA QUE RAFAEL CORREA REEMPLACE A FIDEL CASTRO EN CUBA”, “Apuesto a que este pepino puede gobernar mejor que Rafael Correa”, “DIGAMOS ¡NO! AL NEOCOMUNISTA RAFAEL CORREA”, “FARC - FUERZAS ARMADAS RAFAEL CORREA”, “lOs Q crEeMoS q RaFael CoRrEa Es Un FARISEO CHAVISTA”, “Odio a Rafael Correa Es Lo Peor Del Mundo (:”, “ODIO AL TRIPLE HIJUEPUTA DE RAFAEL CORREA PRESIDENTE DE ECUADOR”, etc. El activismo se ancla en expresiones lingüísticas fuertes, con connotaciones negativas, criticables y hasta a veces viscerales. El gobierno al parecer combate la ola de expresividad negativa con acciones propagandísticas de su gestión, poniendo mensajes para lograr adhesión; esto se evidencia cuando constatamos la existencia de otros canales en redes sociales (Tabla 9); empero notamos que la adhesión a éstos es baja, hecho que nos permite afirmar que la ciberguerra en Internet no está del todo comprendida y desarrollada por el movimiento de Correa y el propio gobierno no obstante sus antecedentes:


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Tabla 9 Canales del gobierno en redes sociales

Red

Twitter Blogs YouTube

# de referencias 3 1

# seguidores

1

1.228

Temática

7.310 0

Gestión de gobierno Página personal de Rafael Correa Canal del gobierno

Fuente: Elaboración propia.

4.3.2. Posturas frente a las leyes y medios de comunicación El gobierno de Correa ha generado un intenso debate y descontento alrededor de la promulgación de nuevas leyes orgánicas, hecho que implica el cambio de las políticas e estructuras institucionales y el cuestionamiento de los modelos sociales, políticos y culturales. Al igual ha profundizado radicalmente el debate público político alrededor de los medios masivos de comunicación, impugnando su rol, imponiendo agendas que en muchos casos ha sido interpretada como una especie de censura oficial, además que al parecer ha presionado para que algunos periodistas “críticos” al poder gubernamental renuncien a los medios en los que laboraban. A diferencia de los conflictos anteriores, en la gestión de gobierno actual aparece con fuerza el conflicto con medios, hecho que es menester tomar en cuenta. El debate alrededor de las leyes y los me-

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dios de comunicación lo podemos observar en la red en la Tabla 10. Observamos que existe una creciente postura y definición de las personas que acceden a la red respecto a las leyes, particularmente las de comunicación y de educación superior, ambas que han generado un intenso debate y tensión social, además de un apoyo a la libertad de expresión, objeto que está detrás de la impugnación del rol de los medios de comunicación tradicionales. De hecho, las cadenas radiales presidenciales (y lo que con ello acarrea, es decir, la publicidad oficial), está en primer lugar del rechazo en las redes sociales. En segundo lugar, está el apoyo de la gente a Teleamazonas, canal de televisión privado, descalificado por el gobierno por ser este un medio supuestamente “crítico” en sus informativos. En tercer lugar, se constata también el apoyo a dos periodistas quienes han sido los más frontales a la gestión de Correa. Por otro lado, la discusión sobre las leyes es reducida. Inclusive el debate alrededor de la Ley de Comunicación tampoco despierta demasiado interés. Todo lo dicho demuestra que en Facebook el debate, el activismo, el apoyo a personas y medios de comunicación es más por lo que estos últimos representan en la comunicación tradicional, en su ligazón con los intereses de ciertos sectores. Esto explica por qué la discusión sobre las leyes no sea intenso, pues estas al parecer no afectarían la vida de las personas, o en su caso, podría leerse que la sociedad ecuatoriana esperaría cambios radicales estructurales sin que se

Tabla 10 Conversaciones sobre la Ley de Comunicación y papel medios

Propósito Rechazo a las cadenas presidenciales Seguidores de Teleamazonas Apoyo a Carlos Vera Rechazo a Jorge Ortiz y Teleamazonas Apoyo a Jorge Ortiz y Teleamazonas Discusión sobre la Ley de Comunicación Rechazo de Carlos Vera Discusión sobre la Ley de Educación Superior Discusión sobre las leyes del Ecuador Reclamo por las emisiones de Teleamazonas Total Fuente: Elaboración propia.

#Total de suscriptores o miembros 111.771 66.700 35.802 21.671 17.357 1.697 443 368 365 221 256.395

Porcentaje 43,59% 26,01% 13,96% 8,45% 6,77% 0,66% 0,17% 0,14% 0,14% 0,09% 99,98%


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afectase la institucionalidad de ciertos “tótems”. A nivel de blogs sólo dos aparecen como los que pretenden extender algunas posturas radicales contra Teleamazonas y Jorge Ortiz: “Vamos a cerrar un lindo canal yaaa!!!” y “Ecuador insensato”. Por su parte Carlos Vera Rodríguez, gracias al contexto de la tensión con el gobierno, al éste considerarse “despedido” gracias a las presiones de instancias del Estado, de pronto adoptó públicamente la bandera del activismo político. Instituyó un canal en YouTube, “Carlos Vera TV”, y un blog en Wordpress, “Vencer el miedo”. Éste último se ha constituido el medio para realizar el ciberactivismo con más presencia que el sitio de Facebook del mencionado periodista. 4.3.3. La cuestión de la revocatoria Finalmente vamos a referirnos a uno de los temas cuyo contenido es nuevo en la vida republicana de Ecuador: la revocatoria de las autoridades, consagrada en la Constitución Política del Ecuador recientemente aprobada en 2008, cuyo artículo 105 dice lo siguiente: “Las personas en goce de los derechos políticos podrán revocar el mandato a las autoridades de elección popular. La solicitud de revocatoria del mandato podrá presentarse una vez cumplido el primero y antes del último año del periodo para el que fue electa la autoridad cuestionada. Durante el periodo de gestión de una autoridad podrá realizarse sólo un proceso de revocatoria del mandato. La solicitud de revocatoria deberá respaldarse por un número no inferior al diez por ciento de personas inscritas en el registro electoral correspondiente. Para el caso de la Presidenta o Presidente de la República se requerirá el respaldo de un número no inferior al quince por ciento de inscritos en el registro electoral”. Este asunto es completamente nuevo en la democracia ecuatoriana, el cual puede verse como una posibilidad de impugnación del poder desde la ciudadanía. Aunque el fundamento puede ser reclamar transparencia, independencia, equilibrio, voluntad de trabajar en bien de la totalidad de los gobernados, la dinámica de este postulado puede ser problemática porque puede estar sujeta a diversos intereses, más aún cuando no existe una reglamentación para su puesta en marcha. No obstante estas cuestiones, los pedidos de revocatorias han empezado a emerger en el panorama político ecuatoriano. Hasta agosto de

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2010 se registra alrededor de 260 pedidos de revocatoria, solicitados por todo ciudadano que esté en condiciones de reclamar sus derechos. Tales pedidos han sido inscritos en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y son los siguientes (El Comercio, 2010: 4) (Tabla 11): Tabla 11 Pedidos de revocatoria hasta 2010

Tipo de dignidad Presidente de la República Asambleístas Prefectos Alcaldes Concejales y Juntas parroquiales Total

#Dignidades 1 1 2 69 189 260

Fuente: El Comercio.

Los pedidos de revocatoria sin duda reflejan el resultado de la alta conflictividad y, en algún caso, la intolerancia socio-política en Ecuador. También muestran la inconformidad ante las decisiones que toman muchas autoridades, las promesas que no se cumplen, los despropósitos en los que caen los gobernantes, la corrupción, la falta de seguridad jurídica y económica, etc. Probablemente también involucre posturas personalistas que se hacen pasar como si fueran colectivas, con el propósito de medir fuerzas entre individuos y Estado. En todo caso, como constatamos antes, los ritmos de conflictividad en el gobierno actual son altos aun cuando se promocione la idea de que hay transformaciones profundas en el marco de una revolución ciudadana. En los últimos años la vida cotidiana se ha deteriorado irremisiblemente lo mismo que las estructuras del Estado aún parecen estar endebles. La respuesta son estos pedidos, incluido el de la revocatoria del Presidente de la República, aunque en este último caso también parece pesar cuestiones personales de quien lidera el proceso. Detengámonos sólo en el tema de la posible revocatoria del Presidente Rafael Correa. Una rápida búsqueda en Google encontramos 155.000 incidencias. Éstas están compuestas por diversidad de noticias, entradas en blogs, comentarios, artículos, etc. Empero, hemos podido detectar en redes sociales la referencia a la revocatoria de la presidencia en las siguientes proporciones (Tabla 12):


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Tabla 12 Referencias a la revocatoria en las redes sociales

Red social Blogspot Wordpress Issuu Facebook YouTube Scribd Twitter Hi5 Total

#Incidencias 35.000 1.380 345 344 246 149 24 4 37.492

Porcentaje 93,35% 3,68% 0,92% 0,92% 0,66% 0,40% 0,06% 0,01% 100,00%

Fuente: Elaboración propia.

Lo anterior refleja que el debate está, en efecto, en los blogs, cuestión que no es desdeñable en sentido que aquéllos son más bien espacios de reflexión, de profundización e incluso de escritura propositiva, situación que no se puede ver necesariamente en Facebook, el cual es más un lugar de encuentro. Lo que queremos decir es que los blogs llevan a que exista una mayor profundización de los aspectos del problema en cuestión mediante publicaciones que buscan comentarios hilados. En aquéllos no necesariamente se esperaría el grito efusivo, la frase visceral, la expresión más rabiosa; más bien vendrían a ser lugares de argumentación.

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que la patria no aguanta más” (Fig. 9). Infelizmente el sitio, aunque está diseñado con un interface amigable y de fácil acceso, adolece de corrección de estilo, tiene infinidad de faltas ortográficas e inexactitudes. Esto hace pensar que quienes están detrás del proyecto o son jóvenes activistas o personas con una formación relativamente baja, todos ellos con ímpetu de ingresar en el terreno político. De todos modos, tiene 6 artículos publicados, una declaración de principios, una página de noticias, la evaluación de aciertos y desaciertos del gobierno de Correa, una lista de enlaces donde se puede conectar a 10 blogs de carácter político, 2 canales de YouTube (el uno de Carlos Vera, y el otro de Emilio Palacio, ambos periodistas que aparentemente sufrieron la “persecución” gubernamental), 5 sitios de humor político, 2 enlaces a documentos legales y la conexión a una radio online. A la par se puede ingresar a una encuesta online (abierta desde el 17 de noviembre de 2009) cuyos resultados son visibles; según éste el 74,1% de los que ingresaron a la página apoyan la necesidad de revocar el mandato, en tanto el 24,7% está en desacuerdo y el 1,2% no le interesa. Hasta septiembre de 2010 ha recibido 7.815 visitantes. Este portal podría considerarse como parte del ciberactivismo ciudadano; empero su presentación y su impacto es bajo. Figura 10 Blog de Carlos Vera Rodríguez

Figura 9 Portal ciudadano independiente

Fuente: Vera (2010). Fuente: Revocatoria Ecuador (2010).

Ahora bien, ¿todos ellos se pueden considerar en realidad medios de activismo? En Internet se ha detectado la web: “Revocatoria Ecuador: por-

El impulsor de la revocatoria, como se ha mencionado, es el periodista, ahora activista político, Carlos Vera Rodríguez. Él ha centralizado sus medios de información y de lucha alrededor de su blog en Wordpress: “Vencer el miedo” (Fig.


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10). Desde allá tiene conexiones a las redes sociales donde también postea información: Facebook, YouTube, Twitter. La propuesta de Vera es en cierto modo la honestidad en la lucha política; por ello postula un ideario, una ruta democrática, una ética, además que reclama el derecho de expresión. Postea desde febrero de 2010 a razón de 6,87 artículos. Es notorio, en este sentido, la baja intensidad para generar debate. Por otro lado, si nos vamos a Twitter, le suscriben apenas 662, aunque aprovecha las listas de 26 twitteros a los que sigue. En YouTube, su canal inaugurado en abril de 2009 cuenta con 3.328 suscriptores, de los cuales 801 son “amigos”; allá ha publicado 236 videos. El activismo de Carlos Vera en Internet sigue siendo mínimo y con poco impacto si colegimos de los datos anteriores. Figura 11 Sitio de Facebook con motivo del pedido de revocatoria

Fuente: Salvador (2010).

Por otro lado, hemos detectado un página de Facebook que parece cumplir con más precisión el ciberactivismo más radical: “1´500.000 DE FIRMAS PARA QUE SU” MAJESTAD” CORREA DEJE EL MANDATO YA!!!” (Fig. 11). Quien lo genera es Elvis Salvador, al parecer radicado en Barcelona. Señala en su propósito: “podria ser algo innecesario, pero es hora que se fije este dictador que no goza con el apoyo de muchos ecuatorianos, ya que no queremos ser otro venezuela, otra nicaragua, otra bolivia, otra cuba.. porque es hora de hacernos escuchar!!!! INVITEMOS A TODOS NUESTROS CONTACTOS, Y ASÍ ESCUCHAR A TODOS PORQUE AQUÍ SI SE RESPETA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN!!!” (sic) (Salvador, 2010). En la actualidad cuenta con 43.584 seguidores. Lo importante es que mediante este sitio de Facebook se pretende logra motivar, precisamente, la reunión

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del 1.500.000 de firmas. Con todo su propósito específico, el grupo de Facebook también expone debate muy visceral, poco profundo, y más bien se estructura como página de combate y no de foro. Parece estar claro en este ejemplo, un tipo de “guerra electrónica” anclada en la necesidad de vehicular mensajes de confrontación y a veces de desprestigio.

5. Conclusiones En sentido general, observando los casos anteriores, es evidente que el ciberactivismo en Internet obedece a coyunturas específicas donde ecuatorianos y adherentes responden con alguna idea. Empero, tal actitud responsiva a los conflictos que genera el poder si bien es visible, no siempre tiene la misma continuidad y el impacto esperado. Es claro indicar que el activismo y el ciberactivismo generado al final del período de Lucio Gutiérrez no se ha repetido con la misma intensidad y creatividad no obstante aquél movimiento llevó a Correa al poder. Es decir, la intensidad activista no es comparable con dicho momento (2005) independientemente de los conflictos por los que atraviesa el país . En los últimos años se ha incrementado el número de redes sociales y posibilidades tecnológicas de Internet hasta el punto de contar hoy con la web 2.0. Los políticos y los activistas, empero, no la emplean en su totalidad. Esto quiere decir que la política 2.0, caracterizada ésta por ser una política en red, dialogante, dinámica al emplear diversidad de recursos y medios, plana, que posibilita el enjambramiento, donde además el ciudadano se vuelve más proactivo, creativo, interesado por la cosa pública (en el sentido aristoteliano), interactivo y profundizador de las relaciones sociales, etc., aún no es el del todo reconocido en Ecuador. Incluso los jóvenes activistas no ven con seriedad las posibilidades de la web 2.0 y prefieren, en una etapa de sus actividades, volver a los senderos tradicionales. Activistas como Carlos Vera Rodríguez incluso no emplean radicalmente las herramientas de Internet con fines propositivos. La discusión no está en el acceso de la población a Internet, hecho que va siempre en crecimiento tal como constatamos antes. La cuestión está en que los políticos y los activistas aún no avizoran el potencial de los jóvenes como futuro del país.


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Prefieren buscar los votos en los sectores y segmentos tradicionales. Y más allá de ello, tampoco comprenden cómo se puede integrar al diálogo político los medios digitales. Es fácil comprobar que las redes sociales aún no han sido aprovechadas en sus posibilidades de conectar, de abrir el diálogo, de vehicular mensajes importantes. Lamentablemente esto lo hacen con más eficiencia por ejemplo los fan pages de Facebook, aprovechados por empresas transnacionales gracias al marketing. Ésta misma disciplina ha sabido darle un vuelco más innovador a la viralización que puede ser un recurso interesante en el ciberactivismo. Si el ciberactivismo busca cambiar las agendas públicas, habría que preguntarse, finalmente si lo logrado hasta ahora tiene este efecto. La respuesta nuestra es que en el año 2005 se pudo evidenciar ciertas posibilidades de la web 2.0 y de la política 2.0, pero que luego se abandonó para institucionalizar la comunicación. De cara al presente, no vemos que las redes sociales o Internet en Ecuador hayan cambiado efectivamente las agendas. Finalmente diremos que si vamos a hablar de política 2.0 es en virtud de comprender a la política como un medio más inclusivo, más participante y de mayor responsabilidad. La vuelta al ágora pública es necesaria en un momento en el que Ecuador y los demás países de Latinoamérica pretenden replantearse sus proyectos de nación.

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