De víctimas a héroes y heroínas. Historias de Resistencia y Paz en Buenaventura

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DE VÍCTIMAS A HÉROES Y HEROÍNAS Historia Resistencia y Paz Urbana en Buenaventura



DE VÍCTIMAS A HÉROES Y HEROÍNAS Historia Resistencia y Paz Urbana en Buenaventura

FUNDACIÓN POR UN FUTURO MEJOR Con el apoyo del Programa de Participación y Reparación Colectiva a las Víctimas adelantado por CODHES en cooperación con USAID Investigadores: Jonathan Hurtado C. Yaisa Mariam Rodríguez Quintana Ilustración: Natalia Villada Esta cartilla es posible gracias al generoso apoyo del pueblo estadounidense a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Los contenidos son responsabilidad de la Fundación Por un Futuro Mejor y no reflejan necesariamente las opiniones de USAID o del Gobierno de los Estados Unidos.


Presentación Los atardeceres en la calle San Francisco – Antiguo Puente Nayero, nunca fueron tan angustiantes como en 2013 y 2014. En ese punto de su historia, la violencia intentó arrebatarles hasta la dignidad, pero el espíritu de resistencia heredado de sus ancestros, les ha permitido pese a grandes dificultades, unirse para dialogar y desde la construcción conjunta desalojar estratégicamente a los grupos violentos del territorio que consolidaron con sus propias manos. Esta cartilla, es un esfuerzo de reconstrucción de memorias y un homenaje de dignificación a los hombres, mujeres, niñas y niños de un territorio construido con las manos, personas que se han unido históricamente para hacer frente a la pobreza, la violencia, buscando siempre vivir con dignidad en lo que les pertenece. Los relatos aquí plasmados son una construcción artística y literaria basada en las entrevistas, diálogos comunitarios, archivos periodísticos y datos de investigación, conjugados para generar a través de 8 capítulos una reflexión sobre lo que fue, lo que es, cómo se ha recorrido este camino, la esperanza y los desafíos del Espacio Humanitario. "De Víctimas a Héroes y Heroínas" es un proyecto adelantado por la Fundación Por un Futuro Mejor con el apoyo de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento CODHES en cooperación con la Agencia para el Desarrollo Internacional, USAID. Se recomienda la lectura de la sistematización de la experiencia y la reproducción del documental de este mismo proyecto.



Un Poco de Historia En 1970, en busca de oportunidades para un mejor vivir, empezaron a llegar las primeras unidades familiares. El desarrollo portuario, el crecimiento de la industria pesquera, fueron la motivación para que estos habitantes del Río Naya llegaran a la zona urbana, así como también lo hicieron tumaqueños, chocoanos, y de todos los rincones de la Costa Pacífica. Más adelante (2001), centenares de nayeros saldrían en estampida a la zona urbana; pero no precisamente en busca del “desarrollo”, sino huyendo de la violencia paramilitar que en espacio de tres días ocasionó terror y muerte que marcaron la historia de esta zona; principalmente en la zona alta. Paradójicamente, en 2013 la pesadilla se repetiría con la crueldad y complejidad que nunca imaginaron. Sin embargo, la grandeza de sus espíritus, su herencia cultural e identidad con el territorio los movió a alzar la voz, empoderarse y realizar acciones de exigencia al Estado para la protección de sus vidas. Esto atrajo el apoyo y asesoría de organizaciones nacionales e internacionales para encontrar alternativas hasta que decidieron convertir su calle en Espacio Humanitario. Un semillero de vida y de paz que busca extenderse como estrategia a toda Buenaventura, una tierra en la que están puestos muchos intereses económicos, al mismo tiempo, que su gente padece el abandono estatal, la miseria y las dinámicas estructurales de violencia.

El territorio de Buenaventura, sobre todo el ancestral “ganado al mar” con relleno de basuras y balastro, donde las casas de palafito son protagonistas del paisaje, ha sufrido con severidad los rigores de la violencia en los últimos 15 años. Además del alto índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, las causas de sus problemas están asociadas a lo atractivo del territorio tanto para megaproyectos de la industria portuaria y turística, como para el tráfico ilegal de drogas. De otro lado, no es menos importante la estigmatización a la que están expuestos quienes viven en los sectores más vulnerables de la ciudad por el resto de la comunidad urbana, así como por los medios de comunicación en la forma como narran las noticias y la priorización de temas en su agenda. No obstante, las comunidades de bajamar en Buenaventura resisten tanto como pueden. Y no sólo quienes viven en bajamar; durante el paro cívico que inició el 16 de mayo de este año, las comunidades de Buenaventura en masa se volcaron a las calles a exigir sus derechos fundamentales y rechazar la corrupción, sin duda es un movimiento histórico que apenas inicia. Los procesos organizativos, la apuesta por el arte y la cultura son algunas de sus estrategias. En el caso de la calle San Francisco, conoceremos por medio de sus propias voces y perspectivas la experiencia organizativa para sacar a los violentos de su territorio y generar un espacio humanitario que ciertamente cortó la estela de muertes; no obstante, se enfrenta a varios desafíos para poder vivir en un escenario de paz, con identidad cultural; y con bienestar social.


21 de mayo del 2017, al rededor de 50.000 personas marcharon en Buenaventura por sus derechos. FotografĂ­a: Michael Cuadro NICO


Quiénes Somos Abrazando los departamentos de Valle y Cauca está el río Naya. Desde la montaña hasta el encuentro con el inmenso y bondadoso Pacífico ha regado la tierra fértil sobre la que han crecido decenas de generaciones de mujeres y hombres negros, dignos trabajadores de la tierra, hijos del mar y el río que sirven nuestra mesa y nutren nuestro espíritu. La solidaridad, el buen vivir entre vecinos hacen parte de nuestra identidad como familia nayera. Y así ha quedado demostrado también en el Puente Nayero, territorio que construimos con nuestras propias manos hace ya 50 años, cuando en los vaivén de la vida, varias familias buscando un mejor porvenir nos asentamos entre los esteros de la zona urbana de esta Buenaventura, tierra de gente resistente, que no se rinde ante la opresión histórica, la corrupción, la tiranía y la violencia, que nos ha arrebatado el bienestar, pero no la esencia de dignidad que nos caracteriza

"Puerto Merizalde, río Naya. Inicio de los años 50." Fotografía: Robert C. West


– Adolescente del Espacio Humanitario

Moverse del territorio buscando mejores oportunidades o aventuras de vida siempre es bueno, sobre todo cuando se tiene la certeza de regresar. Pero muy diferente es cuando no queda otra opción que huir para salvar la vida, y peor, sentirse preso en su propia casa por una violencia que arrebata no sólo nuestros patrimonios, sino la tranquilidad y hasta la vida. Cuando en los años 70 construimos a fuerza de voluntad estas tierras ganadas al mar y rellenadas con basura, pensamos en un segundo hogar como refugio de paz y progreso. Y en verdad fue refugio para muchos cuando en el 2001 la sombra de muerte y perversidad que trajeron los paramilitares se posó en el Naya por tres días. Más triste y doloroso fue sentir que la pesadilla nos perseguía, desde el 2012, aproximadamente, los patrullajes de Bandas Criminales se convirtieron en más que una tensión, llegaron las extorsiones y luego los gritos de horror escurriéndose por las tablas de madera; la agonía de varias almas arrastrándose entre el palafito, súplicas de piedad ahogadas en el mar. Nuestro espíritu no soportó más, un día el dolor y la dignidad nos ayudaron a decirle a los violentos “no más, nunca más”.

Mi mamá una vez tuvo que salvar a mi tío. Un día él nos vino a visitar y como no era del barrio, ni conocido por los grupos armados ilegales, entonces se lo iban a llevar. Mi mamá no sabía por qué había tanto alboroto, cuando se dio cuenta fue por él, lo agarro, casi como dándole un abrazo, no se despegó de él hasta que la banda lo había soltado y lo acompañó a coger el carro, mi tío nunca más pudo volver a visitarnos.

Cuando habían balaceras nos teníamos que esconder debajo de las camas, a veces ellos intentaban entrar, y escuchábamos cuando pasaban corriendo debajo de nuestra casa. Mi papá una vez tuvo que ir a dormir donde un amigo, pues lo llamaron y dijeron que no debía venir porque los grupos armados habían puesto toque de queda. Y si entraba, pues le podían disparar.

Recuerdos del Horror La Historia de la Tragedia

– Habitante del Espacio Humanitario.


Marisol Por la dignidad de las víctimas y para su eterna memoria Al menos durante 16.060 noches, el firmamento contempló la existencia y dignidad de Marisol Medina Arboleda. Pero en una mañana de cielo nublado su luz fue apagada con violencia. 44 años tenía, también 4 hijos y un esposo al que intentó infructuosamente salvar. La playa de la Bocana, donde vivió sus últimos años, conocía sus pasos, y el mar que la abraza le dio el sustento diario. Miles de platos se sirvieron con el pescado que ella y su esposo colocaban en el mercado popular. Era el 23 de febrero de 2014 cuando miembros de Bacrim (Bandas Criminales) los retuvieron y le reclamaron una extorsión a su marido, porque ellos también fueron víctimas del cobro de “impuestos” y los constantes secuestros de lanchas. Con el alma en las manos, Marisol fue a buscar lo que pedían, pero al regreso supo que su compañero de vida, Omar, había sido asesinado. La misma suerte corrió Jhon Edward, el ayudante; ahora iban por ella. Fue la sevicia, el ensañamiento y la ruptura de todo límite de humanidad en su agonía que nos hizo sacudir, decirnos que preferíamos morir de pie a seguir muriendo lentamente por el miedo. Marisol representa a miles de mujeres valientes y fuertes que todos los días en nuestras comunidades nos dan ejemplo de amor, resistencia y tenacidad. Por eso, cada vez que conmemoramos la constitución de nuestro Espacio Humanitario, la recordamos, rendimos honor a su memoria y a las de todas las víctimas que estas calles y nuestra golpeada bajamar han visto partir.


El Heliotropo es una planta medicinal muy presente en la costa pacífica y particularmente en zona rural de Buenaventura. Sus flores que desprenden un delicado aroma, siempre están mirando al sol; el mismo sol que abraza a la playa de la Bocana donde vivió Marisol en los últimos años. Esta flor y esta playa son un homenaje a ella, a la mujer del Pacífico, a la eterna memoria.


Los victimarios

Una guerra financiada con miseria Apenas es natural que el corazón se nos turbe con sentimientos de ira y dolor ante cada acto violento que contra esta comunidad se ejecutó. Gran número de quienes realizaron las masacres vinieron de otras tierras, trajeron sus tácticas de tortura y dolor, también instruyeron a otros para lograr su cometido. Pero cuando uno se detiene a reflexionar, es más la tristeza de saber que, varios de los que cumplen la tarea sucia en el último eslabón de la cadena, son hijos de esta misma tierra pacífica por naturaleza. Jóvenes que terminaron dentro del círculo perverso de la miseria generada, la violencia y los intereses mezquinos sobre la tierra; aunque ello no los exonera de su responsabilidad. ¿Cómo entender que para causarnos daño, han usado a nuestra misma gente, con la que compartimos una herencia cultural, un mismo territorio? Ha sido una estrategia perversamente pensada, la misma que usaron en otros pueblos de la América Latina y el mundo. Aunque con esto rompan nuestro tejido social; la dignidad y la grandeza de lo que somos, nos permitirán seguir resistiendo, por nuestros ancestros, por nuestros hijos, por nosotros mismos.


Se necesitan mĂĄs oportunidades de trabajo y estudio para que nuestros jĂłvenes desarrollen su potencial, realicen sus sueĂąos y ninguno de ellos caiga en la trampa de la violencia


El Rostro Oculto de la Violencia Cuando en los medios nacionales hablan de Buenaventura, principalmente es sobre corrupción, inseguridad y crimen, muestran la imagen de una ciudad en la que toca salir corriendo apenas se llega; y aunque no podemos negar los sucesos duros a los que nos han sometido durante años, fácilmente se deja de lado otras caras de la realidad. Si revisamos la historia y las dinámicas sociales, queda claro que este no ha sido un pueblo de grandes actos de violencias; la solidaridad, el compadrazgo, el valor de la familia extendida han sido y son parte fundamental de nuestra identidad. La violencia cruda que vivimos hoy fue introducida en Buenaventura; y justo aparece en el momento en que estos terrenos junto al mar se descubrieron atractivos ante los ojos de inversionistas colombianos y extranjeros. Poco o nada le importó antes al Estado colombiano la suerte de Buenaventura, no se ve que haya existido un interés de formar aquí una ciudad. 477 años tiene Buenaventura y 481 Cali. Las diferencias en bienestar social saltan a la vista, aun comparándola con ciudades más pequeñas. Hasta hoy queda demostrado que la prioridad ha sido y es el puerto. El desempleo en Buenaventura sobrepasa el 62% y desde que volvieron el puerto una empresa privada en 1992, los trabajos son peor pagados y con pocas garantías, no es raro escuchar cada año por lo menos 2 muertos y decenas de accidentes portuarios, sin contar las enfermedades laborales. Mientras tanto, la violencia sistemática, sobre todo en sectores donde se planean proyectos portuarios, no da tregua.

Todo esto ocurre en el mismo territorio que nuestros ancestros nos heredaron y que también nosotros mismos construimos, hoy pretenden sacarnos con excusas de desarrollo. Decimos que las expresiones de la inseguridad aquí son diferentes, porque con mayor tranquilidad se camina por las calles con el celular en la mano o con alguna prenda de valor. Cuando nosotros vamos a otras ciudades, tenemos la preocupación de que en cualquier momento nos quiten todo; por eso es importante comprender los contextos. La llegada de la guerrilla, luego los paramilitares y ahora las Bacrim, (que no son más que la unión de paramilitares desmovilizados unidos con otros delincuentes), ha transformando gravemente nuestra vida cotidiana, deteriorando el tejido social; mientras la corrupción y los intereses perversos sobre nuestro territorio intentan arrebatarnos lo que nos queda. El mismo Héctor Veloza, alias H.H, jefe paramilitar del Bloque Calima que operó en esta zona, ha reconocido en entrevistas con organizaciones como Verdad Abierta y ante periodistas como Hollman Morris que: “Los grandes beneficiados de la guerra son los empresarios de este país”. Como también ha confirmado una verdad a luces siempre denunciada por las comunidades: “Los militares se llenaban el pecho de medallas, pero eran los que nos apoyaban y refugiaban para poder cometer todos los hechos que cometimos”.


Violencia y Megaproyectos en Buenaventura 1 3 7

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Proyecto Turístico Urbano

Proyecto Portuario

Proyecto Energético

Proyecto Logístico

Presencia de Grupos Armados Ilegales

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LOS PROYECTOS

1. SPBUN: Sociedad Portuaria de Buenaventura Anterior Puertos de Colombia, privatizado desde 1994 y aliado con el terminal TECSA desde 2016. Inversión y movimiento de carga: USD 156 millones en modernización 2017-2017/ 2.5 millones de Ton. X año Constantes movilizaciones del sindicato, desmejora en condiciones laborales. Al menos 3 muertos en lo que va del 2017 en accidentes laborales.

2 2. TCBUEN: Terminal de contenedores de Buenaventura Puerto privado de contenedores operando desde 2005. Inversión y mov. Carga: USD 400 millones/ 2.8 millones Ton. X año Principales accionistas: el grupo catalán TCB que vendieron el negocio en 2016 a la naviera MAERSK tras escándalo por afectaciones ambientales, a las viviendas e incluso desplazamiento forzado e inseguridad. En 2014 una serie de incendios aún en investigación fue la excusa para intentar desterrar a más de 200 familias. 3 3. PUERTO AGUADULCE Puerto privado en inaugurado en 2017. Inversión y mov. Carga: USD 600 millones /550 mil ton. X año Principales accionistas: ICTSI – Filipinas y PSA – Singapur. En febrero de 2016 hubo un cierre de la obra por 2 días por aparente violación del POT. La ANI y el vicepresidente intervinieron. La zona estuvo antes en control territorial por grupos armados como las FARC y disputado por bandas criminales. 4 4. MALECÓN BAHÍA DE LA CRUZ. Proyecto urbanístico que pretende construir espacio público, centros de convenciones y otras obras comerciales y turísticas sobre la comuna 4 de Buenaventura controlada por bandas criminales. Costo: Fase 1 (terminada con dudas de corrupción frente FINDETER Financiera del Desarrollo Territorial S.A., encargada de la obra) $23.800 millones – Costo total $160 millones de pesos. En 2015 una sentencia de la Corte Constitucional (T-555/15) freno el desalojo de 3.400 familias de la zona de bajamar que construyeron su territorio con las manos y está tejido con valores ancestrales y de comunidad negra.


5 5. CAEB Centro de Actividades Económicas de Buenaventura Proyecto bandera del programa Nuevas Ciudades del Departamento Nacional de Planeación. El CAEB planea convertirse en un megaparque industrial con zonas de logística, tecnología, metalmecánica y energética. Inversión inicial y patrocinadores: USD 16 millones en fase 1. / Gobierno de China. Este proyecto se desarrolla alrededor de las comunas 11 y 12 golpeadas con brutalidad en los últimos 10 años por grupos neoparamilitares que han masacrado, desaparecido, extorsionado y desplazado a muchos civiles entre ellos niñas, niños y mujeres. 6 6. DELTA DEL RÍO DAGUA Sociedad constituida en 1997 para la construcción y operación de un puerto privado en bajamar (carbón, madera, pesca e industria), frente al canal de acceso de la bahía de Buenaventura con su respectiva construcción vial en zona rural de la ciudad para la extracción de carga. Tras denuncias de la comunidad por las afectaciones a los ecosistemas y las comunidades negras, se adelantó un largo proceso de negociaciones, solicitud de claridades sobre plan ambiental y en 2015 llegan a un acuerdo. Inversión: USD 303 millones. Grupos guerrilleros y en los últimos 15 años paramilitares y neoparamilitares han asediado a la comunidad del Dagua y sectores aledaños, realizando masacres y ejerciendo control territorial. 7 7. PUERTO SOLO Puerto energético, de contenedores y carga general ubicado en zona urbana de Buenaventura, al lado del terminal TCBUEN, y también circundado por zona de bajamar y sectores en vulnerabilidad afectados por masacres, extorsión y desplazamiento forzado por parte de los GAI: Grupos Armados Ilegales, estructuras neoparamilitares. Algunos de estos barrios son: Punta del Este, Inmaculada y Santa Cruz. Inversión y patrocinadores: USD 1.9 millones / Grupo PIO, los mismos gestores de TCBUEN. 8 8. CELPA: Centro Logístico del Pacífico Es una plataforma logística con funciones de zona franca con un área de 348.300 metros cuadrados a las afueras de Buenaventura. Está operando desde 2015. Se encuentra ubicada en la zona de vía alterna interna, sector en el que las comunidades se han enfrentado en battalas jurídicas con privados que tienen interés en esta zona considerada recientemente como de expansión portuaria. Inversión: USD 50millones.


Cómo lo Logramos

Los líderes tomaron la iniciativa, pero nosotros como familias teníamos que apoyarlos y colocar cada uno su granito de arena. Al principio la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz tenía que estar acá todos los días, incluso presenciando y viviendo amenazas

– María Enelia Sinisterra.

Pero los líderes solos no iban a lograr desterrar a los violentos, teníamos que comprometernos como pueblo a estar unidos, aportar desde cada familia y cada persona. Entonces, trabajamos por grupos y casi secretamente en la construcción de unos acuerdos de convivencia para vivir en el Espacio Humanitario. Cada familia lo leyó y lo firmó. Después de este proceso de meses, y tan esperanzador como emocionante, llegó el gran día.

Teníamos miedo. Pero también estábamos cansados de la zozobra, de callarnos el dolor. Así que fue cuestión de semanas para que sobre todo los jóvenes líderes de la comunidad tomaran la iniciativa. Mientras nos reuníamos entre amigos o familias en las casas para conversar sobre qué podíamos hacer, hasta cuándo íbamos a soportar, quién nos podría ayudar; un grupo pequeño volvió a nuestra gran casa, el río Naya para buscar asesoría de los mayores, del consejo comunitario. Fue en una reunión en el Naya donde surgió la idea de visitar las comunidades rurales de Curvaradó y Jiguamiandó en el Chocó, para conocer su experiencia de resistencia. Ellos habían declarado su territorio como zona humanitaria y de biodiversidad, dando ejemplo de paz y unión comunitaria al país. Porque definitivamente no es aceptable que las comunidades, sobre todo afrodescendientes, campesinos e indígenas tengamos que vivir condenados al desplazamiento y la violencia por los intereses sobre la tierra. Conocimos su trabajo, buscamos asesoría de ong’s y en especial de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

14 de abril de 2014, celebración del Domingo de Ramos. La iglesia y el obispo Héctor Epalza Quintero, estaban de nuestro lado; una comisión de derechos humanos ya estaba en la ciudad por esos días. Parecía una celebración religiosa normal, la procesión de cada año. Lo que las bandas criminales no sabían era que ese día y en ese mismo evento, más de 300 familias nos declarábamos como territorio de paz y les pediríamos que se fueran. No fue fácil, ni lo ha sido hasta ahora, las amenazas e intentos de ataque estuvieron sobre todo cuando iniciaron las capturas. Las personas de la Comisión Intereclesial durmieron en el barrio, en nuestras casas, y desde entonces el apoyo fue creciendo y nuestra declaratoria se hizo más visible. En septiembre del mismo año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos nos dio por resolución las medidas cautelares, así se presionó al gobierno de Colombia para que nos protegiera y garantizara nuestro derechos básicos. Aún no cumplen con todos los acuerdos pero hemos avanzado, por lo menos en seguridad. Queremos que esta experiencia se extienda a toda la ciudad, porque podemos vivir sin mayor peligro en el espacio, pero qué cuando salimos, qué de los otros miles de bonaverenses sometidos a esta guerra que claramente tiene intereses sobre nuestra herencia, el territorio.


OTORGAMIENTO DE MEDIDAS CAUTELARES RES. 25/2014 CIDH SEPTIEMBRE 15 DE 2014

Declaratoria de espacio Humanitario Asesinato de Marisol Medina

ABRIL 13

2014

FEBRERO

2014

Unión comunitaria, intercambio de experiencias y gestión de medidas y mecanismos de protección Invasión de Bacrims Extorsión y Terror

2013 2012

Desplazamiento desde el Naya por Incursión Paramilitar Gestión e inicio del Relleno de la Calle Migración desde Otros ríos al Sector Primera Migración Desde el río Naya

2014 2001

1989

1990

1980

2000

1968

1978


Nunca Más Los Desafíos

Ver a los niños y niñas corriendo por las calles y los puentes, llenos de alegría, en bicicletas, saltando el lazo, jugando con pelotas, con canicas o a las escondidas nos da mucha felicidad. Han pasado tres años desde que logramos decirles a los violentos: “Este es nuestro territorio, el que construimos con nuestras manos, la herencia de nuestros hijos y lo queremos en paz”. Varios de esos muchachos que le sirvieron a los grupos armados ilegales son de sectores cercanos, con la misma herencia ancestral que nosotros, pero seducidos por una guerra de la miseria, que les promete poder y un dinero que no se les ve; sin embargo, sí han hecho mucho daño mientras quienes los manejan como marionetas disfrutan de los intereses sobre nuestro territorio en Cali, Medellín, Bogotá y fuera del país. Aunque haya de nuevo alegría y mucha vida en la calle, sin duda nos quedó una marca que nunca podemos olvidar. La amarga experiencia debemos recordarla para fortalecernos, para crecer en comunidad, sobre todo si tenemos en cuenta que el peligro aún es latente. El mundo está hablando de la Paz en Colombia, y el proceso para el posconflicto está siendo tan duro o más de lo que imaginamos. A los líderes sociales los están asesinando. De enero a julio de 2017 asesinaron a 186 y otro centenar ha sido víctima de atentados y amenazas.

La violencia ha querido regresar a los que fueron nuestros referentes de paz: Curvaradó y Jiguamiandó, los grupos neo-paramilitares los han amenazado y hostigado, así que para nosotros como comunidad de San Francisco –Puente Nayero, es un llamado de atención. Debemos permanecer unidos para evitar que vuelva la violencia, pero también necesitamos avanzar en el cuidado de nuestro territorio, del medio ambiente; demostrar con todo el empeño ese amor por la benévola bajamar que nos abriga con su brisa y cambios de marea. Tenemos que seguir trabajando en fortalecer la identidad; transmitir a cada generación nuestros conocimientos y saberes ancestrales que nuestros niños y niñas conozcan su historia, sepan del esfuerzo de sus mayores, el valor del lugar donde vivimos y que tenemos que amarlo, cuidarlo y protegerlo porque “el territorio es la vida y la vida no es posible sin el territorio.



El Futuro, los Sueños Dos buses para transportar los niños y niñas hasta el colegio, esquemas de seguridad, mejoramiento en el servicio de acueducto, entre otras fueron las promesas y compromisos que el gobierno asumió y que también le corresponde para cumplir las medidas cautelares que nos otorgó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en septiembre del 2014. La verdad es que se han cumplido a medias a pesar del monitoreo constante que realizamos.

Haber logrado consolidar este Espacio Humanitario, un espacio de vida, es un paso importante para nosotros, y nos pone muy contentos. Pero queremos, además, que se nos reconozca legalmente el derecho sobre el territorio que con tanto esfuerzo construimos. Es en el territorio donde se desarrolla nuestra cultura e identidad, con unas características propias de comunidad negra en el contexto urbano.

Y aunque la presión internacional ha sido vital, sólo la unión de la comunidad, el mantenernos activos, participando y empoderados va a permitir que nuestro esfuerzo de Espacio Humanitario trascienda como ejemplo de construcción de paz para el mundo. Cuando el pueblo se levanta unido, nada puede detenerlo.

Anhelamos que el Estado colombiano entienda que no estamos en contra del desarrollo. Nos parece muy bien que el país avance, y mucho más que lo haga con nosotros, que el país se sienta orgulloso de su diversidad, que aprenda a pensar alrededor de ella. Que no nos arrebaten la vida, porque el territorio es la vida de nuestra comunidad.

Tenemos aspectos por mejorar, especialmente en la convivencia, eso nos va a permitir avanzar. Necesitamos desarraigar para siempre todas las secuelas que nos dejó la cultura de la violencia impuesta por la fuerza, sistemáticamente y que se fue incrementando hasta sobrepasar todo límite imaginable. Pero creemos en que la cultura, ese legado maravilloso que nos dejaron nuestros ancestros, es la clave principal en la reconstrucción del tejido social en nuestro sector y en toda la ciudad.

Soñamos con heredarles a las siguientes generaciones, un sector San Francisco y una ciudad en la que no tengamos que movilizarnos por asuntos tan básicos como el agua, la educación, o por tener siquiera un buen hospital. Soñamos con tener una casa digna, que cada niña y niño pueda ir a la universidad, empleo y emprendimientos, construir un proyecto de vida desde su propia identidad. Eso no quiere decir más que buscamos vivir con dignidad en nuestro territorio, y eso por supuesto que construye paz.

Soñamos con una Buenaventura Humanitaria, pero no por la necesidad de protegernos de inmediato de la violencia generada estratégicamente, sino que el motivo principal sea la comunión de nuestros anhelos, de nuestra herencia ancestral, de la capacidad comunitaria para construir territorios de paz, sobre todo en este momento histórico que inicia en Colombia.


Recomendamos leer la sistematización de la experiencia realizada en el marco de este proyecto. Consúltela a través del siguiente enlace: https://drive.google.com/open?id=0B6O63RILAAJoTXY2QnhCamhXaFU



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