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Del Pregón del Jesús Miguel Egea Rodríguez
Del Pregón del Jesús
Miguel Egea Rodríguez
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Agrupación de Granaderos y Agrupación de Nuestro Padre Jesús Nazareno
Hola a todos, hermanos y hermanas,
Primero quiero dar las gracias a los jóvenes marrajos que han hecho posible que la revista pueda volver a salir a la luz, porque en la época en la que estamos, darnos a conocer tiene que ser una de nuestras prioridades, y con detalles como la “revista de los jóvenes marrajos” seguro que lo conseguiremos. Me siento muy orgulloso y feliz de que hayan contado conmigo.
Este año, como sabéis, he sido el pregonero de la juventud de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y tal y como empecé y finalicé dicho pregón nos toca recordar, recordar a todos los que se han ido, los que nos han dejado físicamente pero que nunca todas esas valiosas enseñanzas, las experiencias vividas junto a ellos y ellas, y el gran amor que nos han demostrado, nos va a abandonar jamás. Desde estas páginas mi cariñoso homenaje a todos y todas y mi emocionado recuerdo a mi abuelo Juan.
El año que hemos vivido y que empezó aquel día después del cumpleaños de mi prima Ángela, casi comenzando la primavera de 2020, en plena Cuaresma, con toda la programación de actos del 75 aniversario, con todas las ilusiones puestas en nuestra querida Semana Santa, y que nos paró la vida como si fuera una de esas películas de ficción a las que tan acostumbrados nos tienen los guionistas americanos, y que, a pesar de todos los esfuerzos y renuncias que estamos haciendo, todavía seguimos sufriendo..., nos tiene que enseñar algo, porque de todo se aprende, de las buenas y de las malas experiencias. Tengo claro que todo esto nos tiene que hacer más fuertes, estar más unidos, tener más FE, salir de toda esta pesadilla con más ganas de vivir, de ser felices, de amar, de ser solidarios, de estar unidos como lo están las grandes familias, y por supuesto, aprender a distinguir entre lo importante y lo necesario, porque lo necesario siempre es importante, pero lo importante no tiene que ser necesario, importante es algo subjetivo, algo que cada uno entiende y valora para sí mismo, lo necesario es universal es una visión objetiva.
Y después de hablar del tema obvio de estos 365 días, me toca hablar de mi subjetividad, mi forma de ver la Semana Santa, lo que para mí es importante. Mi vida en la Semana Santa empezó, como muchos de los jóvenes de mi edad, incluso antes de que naciéramos. Mi abuelo me apuntó a la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Nazareno en la Semana Santa del año que yo nací, es decir, 4 meses antes de que tuviese capacidad jurídica; por lo tanto, ya sabemos que el procesionista se "salta" de aquella manera lo jurídico porque es "importante" que antes de ser "persona", uno sea marrajo, y esto es un hecho objetivo, sí o sí.
Siempre he estado acompañando a mi abuelo a todos lados, al almacén, a la pescadería, a la antigua Cofradía, entraba a echar una mano en Santa María siempre que me dejaban...y siempre he visto lo que es la Semana Santa de verdad, esa que no descansa en todo el año, esa que da igual en la fecha en la que estemos, "ellos" siempre van a estar pendientes de que todo esté bien y de que no surja ningún imprevisto a lo largo del año y lleve a buen término luciendo lo que para todos nosotros es necesario, nuestra Procesión, nuestro Nazareno, nuestras Vírgenes, nuestros impresionantes tronos llenos de luz y nuestras imágenes que son el patrimonio de esta Ciudad y que tenemos que respetar y cuidar, los increíblemente bonitos bordados que lucen estandartes y capas... Ésto es lo que tenemos que tener muy en cuenta nosotros, los jóvenes. Tenemos que tener en cuenta que la Semana Santa no es sólo una semana en la que podemos ver a nuestros santos por las calles, si no todo el año, toda unavida de dedicación, y por lo tanto se trata de pasar de lo importante para nosotros a lo necesario para todos.
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‘’somos el futuro de la semana santa’’
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‘’allí junto al Nazareno’’
Por suerte, nuestra generación ha vivido una de las mejores épocas de la Semana Santa en Cartagena y, esa época tiene que volver, renacer y recuperar todo el tiempo que hemos perdido, los abuelos y abuelas están deseando volver a estar junto a sus familias, los hermanos de nuestra Cofradía y de todas las Cofradías de nuestra ciudad estamos desando volver a vernos, charlar, organizar o al menos participar en la organización, aportar lo que podamos, limpiando tronos, hachotes, haciendo el reparto de vestuario, que los jóvenes volvamos a tener las ganas de salir acompañando a nuestros hermanos por las calles de Cartagena, que nadie se enfríe, que siga la luz en nuestros corazones y por supuesto la ilusión de crecer dentro de nuestra Agrupación y de nuestra Cofradía.
Los jóvenes de ahora, y los que vienen detrás de nosotros, somos el futuro de la Semana Santa y los más antiguos de la Cofradía tienen que entenderlo, tenemos ganas de participar en las decisiones importantes, de ser valorados, y por supuesto, en contraprestación, debe existir por nuestra parte el firme y serio compromiso de asumir que la participación exige responsabilidad, dedicación y esfuerzo. No se nos puede olvidar a ninguno de nosotros, que los que nos preceden se han dedicado en cuerpo y alma a la Cofradía, que nos puede parecer más o menos acertado, que cada uno puede tener una opinión mejor o peor de los responsables en tomar decisiones y en dirigir las Agrupaciones, porque quien trabaja se equivoca o acierta, pero trabaja, no tengo la menor duda. Y como de la historia, debemos aprender de los aciertos y por supuesto, de los errores, para intentar mejorar en cada acierto y evitar caer en anteriores errores. Dejar a un lado lo que es "importante" para cada uno de nosotros y atender a lo "necesario" para todos, porque una vez atajado lo necesario, podremos emprender lo importante.
Durante el pregón quise sacar y saqué un tema que considero hoy en día necesario e importante, y es la mujer en la semana santa. Recuerdo a mi hermana que quería ser "granadera", de hecho desfilaba a mi lado el Viernes de Dolores, enfadada porque no la dejaban. Ver a mi abuela, y a tantas mujeres de su edad, haciendo todo lo que estaba en sus manos para ayudar a las distintas agrupaciones, pero siempre ahí, un poco con lo que se consideraban labores propias de las mujeres de su generación, y por supuesto que hemos avanzado, también recuerdo cuando mi madre renegaba porque a las mujeres en los tercios se las "colocaba" para que pareciese que participaban por igual en los desfiles de los tercios... un lunes Santo, decía, nunca un Viernes Santo por la noche.... Vivimos en el siglo XXI y no debe de haber ninguna diferencia entre hombres y mujeres, ya que ambos aportamos lo mismo a la Cofradía, y como dije, mal lo tenemos sin ellas si queremos dar imagen de unidad, y por supuesto de ser una FaMILIa. Cierto es que a día de hoy ya hay mujeres en puestos de responsabilidad y entiendo que decisión, y tengo la certeza de que todo va a seguir así, aumentando su participación, tenemos la suerte de contar en nuestra Cofradía con grandes mujeres y grandes hombres con ganas inmensas de trabajar, por la cultura, la historia, la tradición y la fe.
Que así sea.
Gracias de nuevo por contar conmigo este año, como he dicho al inicio, un honor, y aunque en este artículo he sido más comedido a la hora de hablar de él, que en el pregón de la juventud, seguro que allí junto al Nazareno, mi abuelo os estará también dando las gracias y apostando por unas generaciones futuras que hagan más grande, si cabe, lo que tanto han
Un abrazo a toda mi familia Marraja.