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MENUDENCIAS
Como lo presumíamos. Después de perder mucho dinero y no pocos hombres en la guerra con Marruecos, todas son diticultades para cobrar la indemnización.
Yo comprendo que eso de pagar, á nadie hace mucha gracia: pero tratándose de los moros se acabó la ingrat tud.
Y acabarán por no pagar nada.
Enla guerra anterior también convinieron con Martínez Campos en pagar una indemnización. Se venció el primer plazo y hubo que arrancárselo casi con tenezas.
Por fin lo mandaron y con la remesa, que resultó casi toda de pesetas falsas, envió el Sultán una comisión á Madrid.
Recordando, sin duda, alguna deuda vieja, un distinguido militar español se lo puso á uno de los comisionados.
Y todos sabemos el resultado de aquella truculencia.
Para suavizar asperezas enviamos con la comisión al Reina Regente y al regresar. no se supo nunca la suerte que corrió.
Todo eso costó el primer plazo de la famosa indemnizacióu.
La de ahora parece que va á costar más cara.
Siempre hemos creído que para meterse con los :moros vale más meterse con el diablo.