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PAGINAS CORTAS

Fragilidad

En Cauterets, durante la estación, la estación perfumada, la estación breve, cuando los enámorados se apresuran 4 amar, cuando las flores se apresuran 4 fio- _recer

Bajo el pino, 4 orillas del arroyo, están ambos sentados, las manos entre las manos, hablan.

Hablan dé amor, en voz baja.

El arroyo murmura:

Oh! cómo se imaginan esos enamorados que se les escucha! Como si no se supiese, antes de que hablasen, todo cuanto puedan decirse! Laslibélulas azules, que se persiguen en las puntas de los juncos, no son tan cuidadosas. Ellas me interesan más, tan locamente azules, tan candorosamente impúdicas! El pino murmura: Dos locos más que van á martirizarme con sus corta-plumas, que van á incrustar sus iniciales en mi médula, bajo el ridículo pretexto de eternizar sus amores. Pobres locos! Las abejas que pululan en las grietas de mi corteza, los pinzones que hacen sus nidos en las horquetas de mis ramas, se conducen conmigo de una manera más discreta.

Y los enamurados han entrelazado sus iniciales en el corazón del árbol; en voz baja, por miedo de que el arroyo lus oiga, han cambiado sus juramentos de amor. Tierno mío, yo no te olvidaré jamás! Y ya la estación perfumada y frágil

El Corazon Negro

ERAsE un pobre corazón que estaba todo negro y al que nada podía tornar blanco.

En vano el pobre corazón les suplicaba á las palomas que dejaran caer al pasar sus alas sobre l: las palomas, enternecidas al escuchar sus súplicas, dejaron caer sus alas sobre l; pero el pobre corazón permanecía siempre negro.

Y en vano le imploraba 4 la luna que lo mirara durante largo tiempo: la luna lo miraba cuanto podía y el pobre coras zón permancía siempre. Y el agua del ha concluido. Los enamoradosse han marchado y han venido los leñadores; han derribado el árbol y lo han tallado en planchas. Y las planchas, vendidas en el comercio, han sido acarreadasá la ciudad, á la ciudad lejana en donde viven los enamorados. kEra el invierno y él acababa de morir. Y, con las planchas del pino, del antiguo pino testigo de sus promesas, han construido su ataúd.

La bien amada supo que su prometido había muerto. Ha llorado.

Tierno mío, jamás te olvidarél Ha llorado todo un día y toda una noche,

Y luego, como era el carnaval, se ba vestido un bellísimo traje, y ha ido 4 bailar.

En el primer baile ha sentido un gran cunsuelo;en el segundo, ha prometido 6 otro hombre.

Y su novio la ha llevado en su batel, sobre el río lento, á la sombra de los sau* ces primaverales que olfan á miel.

Tierno mío, jamás te olvidarél

Y el ríose ha puesto 4 bullir alegremente, 4 reir en torno de la barca. Y al relr, ha lanzado una bocanada de espuma á las mejillas de la bien amada.

Porque el río era el arroyo que había oído sus juramentos de amor, era la bella agua azul portadora de mentiras.

EMILE POUvILLON.

arroyo lo lavaba, al propio tiempo que á las guijas del álveo;y la lluvia del elelo caía sobre él, como sobre los trigos, y el sol mismo sentía piedad de aquel pobre corazón negro.

Pero¡nd¡a se acercó 4 l otro que era feliz, puesto que era blanco, y tocó al corazón negro, y el corazón negro se rompió6; pero antes de romperse. se tornó todo blanco, y sus despojos eran cándidos como las propias plumas de las tórtolas.

Erase un pobre corazón que estaba todo negro y al que nada podía tornar blanco.

ALLÁ lo llevaron las decepeciones y . las ingratitudes y allá murió rodeado de unos cuantos amigos y atendido, con cariñosa -solicitud de padre, por Cándido Marcos, un español que honra á la patria en la isla de Cuba.

Era Momo, lo saben cuantos lo trataron intimamente, uu gran corazón y un gran talento.

Patriota de buena ley, su mano geherosa arrojó al surco abierto en el ancho campo de la política puertorrique_ ña, la primera semilla de la Unión de Puerto Rico aves de rapiña, agiero se comían el fruto la unión y dejaban sin cultivo la tiéfrra generosa, fuese triste y pensatYo camino del voluntario destierro.. / sófico y siempre ¿e

Afligido, triste al ver la lucha que llevaba al suicidioá la patria, puso al servicio de aquella causa alta y levantada, que muchos creían una utopia, todas ens energías y todos sus ent siasmo.

Y aquel escritor.riÁocijado Á verces sátirico, á veces fi ocurrente é intencionado, enmudeció como si hubiese muerto al abandonar las plavas puertorriqueñas.

No enmudeció. Momo escribió en Cnba una bellísima composición ded á.la Vírgen del Cobre, que era Momo, á la par que un excelente puertomqueño *car tólico sincero, un ferviente admirador de la vírgen excelsa, á quien dedicó sus más inspiradas estrofas.

Descanse en paz el más noble y el más generoso de los amigos.

Absuelta I

Si ya te he perdonado ¿por qué lloras?

No volverán las horas, pasadas ¡ay! en dulce desvarío, nila primera luz de la mañana á través del cristal de tu ventana alumbrará tu rostro junto al mío. Tanto te amé, que un día pesé el cariño que por tí sentía, y vÍí que era tan grande como el mundo, y hallé que era tan dulce y tan profundo como el que tuve por la madré mía. ¡Ya no existe el voleán! Ya puedo verte sin que la fiebre invada mi cabeza, y ya no pedirá mi labio inerte más besos á tu boca de cereza.

¡Si yo lo sé, mujer! No te defiendas, ni suplicante y trémula pretendas que torne á revivir mi amor perdido.

¡Desdichada! yo sé que te han v o Venderte á tí. que vales un tesoro,¡por un puñado de monedas deem!'_

Iii T

íctima triste de fatal destino, -prosigue tu camino que al fin de la jornada está el (hiiñ'io.. Para no verte más, sigo el contrario y si ahora eruel y altive teabandono, de tí compadec¡du te perdono..

¡Adelante, mujer! Si torpe y la turba miserable te desprecia, $ levanta fiera tu humillada frente, y di queno has pecado y eres de tu crimen inoanh ... que el escarnio sea - para los que tu cuerpo han entregado, para.la gente vil que te rodea! MOMO.

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