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a EL MOSCARDON Y LA ARAÑA s7

Y continuaba atronando todos aquello: alrecedores, con el ruido que producía el movimiento nervioso de sus alas

La araña por su parte, observaba atenfa los más mínimos movimientos del moscardón , dejábase decir de cuando en cuando, como mujer tenaz que persigue una idea:

No te apures que ya te atraparé, no te apures que ya te atraparé

Y con sus ojitos que sobresalían de sus órbitas como dos cuentecitas de azabache, pre tendía hipnotízar al rey de aquellos sitios

Urrerrr, Urrrrerr, Urtrrrrr continuaba el moscardón en su afán de romper la casa in trusa

En el tronco de un añoso y corpulento árbol que vegetaba en una pradera, tenía su cueva un moscardón

Vivía feliz en aquellas soledades, felicidad que nunca interrumpió la compañía de otros insectos

Todas las mañanas salía en busca de la miel que le proporcionaban las flores

El Urrrrrr, Urrrrrr, de sus alitas en nervioso movimiento, acentuaba la monotonía de aquellos lugares

Era el rey de aquel sitio y el espantajo de cuanto avechucho pretendía posar sus reales en el añoso árbol.

Cuando en sus correrías, en busca de alimento, encontrábase á su paso una hembra, bien de su especie ó bien de cualquiera otra especie, aleteaba con inusitado furor v gritaba;

Vade retro, Satanás

Era, pues, partidario de uno de los consejos pitagóricos: Consérvate á regular distancia de las mujeres para que estés sano de cuerpo y alma.

Un día, día tachonado de nubes grises, salió el avechucho de su guarida y sorprendido quedó al ver que en una rama próxima había formado su artística casa una araña

¿Cómo esta intromisión en mis dominios? se dijo el espantajo. ¿Por donde habrá venido este demonio á interrumpir la paz de mi vida solitaria?

Urrrrer, Urrrrrr, Urrrrrr, valdré poco, ó la haré ir muy prontode aquí, urrrrrr, urrrrrer, Arrrrrer.

La guerra era inminente

¿Cuál de los dos vencería?

La historia cuenta que en las luchas del amor como en las luchas de la vida, la mujer sale siempre victoriosa

Allá veremos li

¡Oh tranquilidad de mis pasados cías ¡Oh vida sin afanes, ya no continuaréis siendo la reina de mi alma.... piritu. ... la quietud de mi es-

Esa, esa pájara. hien lo comprenlo, será mi perdición....

Y.... Urrrrrr, Urrrrrr, Urrrrrr, continuaba en <us deseos de destrozar la tela arañil

La araña confiada en su superioridad, á pesar de su diminuto cuerpo, seguía columpiándose sin perder de vista. por supuesto, á su enemigo

Yacaerás, ya caerás, gigante presuntuoso. repetía

Por fin en un acceso de furia y en defensa de sus derechos regionales, metió la cabeza el moscardón y preso quedó en las redes que tan magistralmente le había tendido aquel insignificante insecto

Vencido quedó á pesar de su valor y de su cuerpazo, el precuntuoso rey de aquel aroso árbol

Hágase cargo de la moraleja de este cuento. tanto moscardón valiente" sin alas yv con des patas que anda por esos trigos de Dios

JosÉ CALDERON APONTE

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