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Parecen de Vuelta Abajo

Cambio de horas de oficina

Tenemos ncticias que el noventa por ciento de los empleados, están conformes con la solicitud del cambio de horas de oficina durante los meses de calor, que está próxima á ser formulada ante los poderes públicos, por la Asociación de Empleacos del Gobierno.

En Filipinas, durante esta é[ oca del año, las horas de trabajo en las oficinas del Óobierno, son entre 7:30 A. M. a r2:30 P. M; a por qué en Puerto Rico, donde E el calor estan sofocante como en aquellas islas durante estos meses, no puede ser igual?

Creemos justa la solicitud de los empleados aunque nosotros no lo seamos, y factible de que se convierta en una realidad, si lo trabajan en debida forma.

UNn OBsERVADOR 7

La Unión Mercantil

U

El ú!tínéo númeró de este semanario Comerciál, que dirije nuestro querido amigo y compañero, señor Dalmau Canet, dedica su artículo de fondo al problema del inquilinato, el cual verdaderamente está falto de la atención que merece.

Pero al olerlas se ve que otra vez a meter la pata. son de 'vuelta

Nuestro amigo trata a los propietarios de casas ruda y agriamente por el abuso que éstos señores se traen con todo el público, pero en particular con las pobres clases medias trabajadoras que son las vícimtas siempre, y nosotros creemos que la campaña emprendida por el colega, es una de las más necesarias hoy en esta ciudad, donde el aumento de alquileres de casa está a merced del capricho de los propietadios, sin que haya nada que los detenga, porque hay muchos pero muchísimos, que verdadera- mente no tienen ni conciencia, que es la única barrera que podría detener sus avaros impulsos.

Bien por el colega

Muchas y grandes farsas sociales hay; pero,tenemos que convenir qne, entre todas, las más y mayores son las que se refieren a las recomendaciones, bien sean políticas, sociales, amistosas, ó de cualquier otra clase.

Como ustedes lo oyen. Las recomendaciones, la mayor parte de las veces.. constituyen monumentales farsas. Y sí no, prueba al canto:

Dun Recareco acaba de entregar, por verda lero compromiso, según piensa él, una carta de recomendación. y zomo el- recomendado DO es persona que le interese y sería lástima que él gastará su pólvorr en salva, es decir, su ¿nfluencia en recomendaciones de individuos que nmo le importan a él un comino, don Recaredo, no bien sale de su despacho el recom :ndado, se prec:pita al teléfono llama al jefe de la oficina á quien va dirigida la reco mendación y le dice: Fulano, ahí va Menga10 Con una carta de recomendación mía para usted, recíbalo con mucha atención y afabilidad, hagale muchas promesas vagas y ninguna en concreto. mándelo a paseo y no se vuelva a acordar de él.que esto ha sido un verdadero compromiso. Me precipito a avisártelo para que lo s-pas y no vaya a tomar la cosa en serio al ver mi firma.

Como la humanidad es asi, tan engañadora si sondeáramos mucho, quizás nos encontraríamos con que el jefe de la oficina después de oir la comunicación teléfonica del amigo Tucomendante, se ha dicho interiormente: pero qué pensará Zutano, si creerá posible de el que yo vaya a hacer caso a sus recomendaciones. i¡Tan antipático! ¡tan pretenciosos itan estúpido!

Pero no es ésta de las falsedades mayores; aún hay otras. He aquí la prueba.

Bochiche es un truhán, algo más que un trubán un bandido, un verdadero desalmado, n asesiso, que ha pasado muchas estaciones veraniegas en la cársel y algunas invernadas en el presidio, aunque nuncade jefe- Pero. Bochiche, por sobre todas estas bellas cualidades es político. y hace propaganda y contribuye mucho más que otros por los mediosa su alcance a que su partido gane las elecciones en su pueblo, por eso Bochiche, al venir á

San Juan conla intencón de conseguir un puesto viene recomendaco donde un correligionario que tiene ¿nfinencia con el jefe, para que este correligionario. lo presente y reco- miende al dicho jefe con el fin de que el jefe a su vez,lo recomiende al que puede resolver acerca de sus pretenciones: y aquí se llega al máximo de las falsedades.

El corfeligionario trae á Boc hiche donde el Jefe y al liegar á su despacho, ya dentro, el correligionario se adelantó y allí, a la pre sencia del mismo Bochiche, le habla al Jefe en voz baja y le dice: aquí traigo este punto Alifpino que es de Playa Baja. Los informes que tengo de él ts que es un bandido, pero hay que tenerlo cuntento porque es un elemento necesario para las elecciones, así es que usted aunque no pierse hacer nmada, trítelo con deferencia. Y en seguida, con una sonrisa de afabilidad sui ¿génerfís sedirige a Borchiche diciéndole: acérquese, y k s presenta.: José Rumera. conocido popularmente por Bochiche, nuestro jefe. el que guía al partido á seguro puerto de salvación. Y todos Sorríen. El correligionario en vista del silencio del jefe, habla por él: Ya le estaba diciendo al jefe de sus deseos, indudablemente justos, y de sus condiciones políticas y tenga el ecnvencimiento de que él hará por usted todo lo que esté a su alcance, pues hasta él han llegado noticias de sus buenos trabajos en pro de nuestra causa.

El correligionario y Bochiche charlan un rato. El jefe los oye y los mira fijamente, siempre en silencio, completamente en siln- . cio, pues que su conciencia de hombre honrado no le permite hacer más en esos moment s por la causa de su partido; y cuando terminan, que se despiden. el jefe se pone de pie y como haciendo un esfuerzo supremo, le dice al Zeader de Playa Baja, váyase sin cuidado, que usted obtendrá lo que se merece.

Lo que se merece" , algún tiempo después como en cumplimiento de la profecía, Bochiche baja al presidio condenado a cadena perpetua y no lo salvan ni las recomendaciones.

CONRADO ASENJO.

Estudia. De la vida en la porfía tien-n una misó todos los seres, misión de sac atísimos deberes que han de cumplir un día.

Para lograr tal fin de la existencia se requieren insólitos vigores, y es preciso nutrir con la ambrosía de un filtro sin igual la inteligencia; Jescanciar. rebosantes de fervores, el divino elixir que la alma Ciencia nos ofrece en los libros redentore<!

Acrostico

f uce en tu frente de nobleza el sello; Cín reguero de luz tus ojos tienen:

»= el indrino mechón de tu cabello

WUNe desliza sutil por tu albo cuello, » tu pecho se acoje y se detiene.

"Yor eso cuando miro silenciosa Qnda de tu cabello deslizarse etozando en tus hombros majestuosa

"uego a Dios mi cabeza reclinarse

»»sí pueda también y sea dichosa, mdJeniendo junto a sí para mirarse espués entonces cambiará mi vida:

» tus ojos de fuego, niña hermosa.

Qtra vida mejor será e ignota, "eclinado en tus brazos, cara egida,

»= posando en tu frente tan querida, >rdiente beso aue de mi alma brota.

R. FuRrRTUÑO SELLÉS

Es preciso estudiar. Todo lo alcanza aquel que eu el estudio persevera, y en pos de su ideal resuelto avanza, sin perturbarle nunca ni la artera enemiga asechanza ni tampoco el halago del amico; llevando la Esperanza. cual fámula de luz, siempre consigo.

Nunca podrá vencer quien desconfia de la eficacia de su propio empeño; el que al principio de la lid sombría ya en la derrota piensa, sin ver que hay un Tabor para su ensueño de la hora actual tras la tiniebla densa, ¡qué puede conquistarse todavia con un gesto no más de acción intensa!....

El triunfo es de los fuertes de la vida. de los de altivas frentes, que una ambición alientan desmedida. de los que tienen fé, ¡de los creyentes!.... de los que van erguidos y orgullosos de su misión sagrada siempre en pos de pináculos gloricsos; y henchidos de Visión en la jornada. aún en los mismos antros tenebrosus, ¡vén, como en floración inusitada, una apoteosis de ortos luminosos!....

V. RopriIGuEez RIVERA,

Madrigales

Centellaron sus ojos pasión loca, mudo lenguaje ví de alma callada. Lo que dijo su esp'éndida mirada no lo dice mejor su propia boca

Para un abanico

Juguete de tu mano primorosa, el aire que refresca tu semblante, lleva en sus alas colores á la rosa, y a tí retorna fiel como el amante que no halla vida lejos de su hermosa.

F. LOPEZ SANCHEZ. 19I12.

e ke soñado más pura que un querube y más blanea que el alma de les lirics; vaporesa, impalpable cual la nube; u indecisa, vestal de mis delirios.

Ye he soñado una virgen descendida, envuelta de mil luees en el velc; yo te he viste del ciele suspendida, y es rorque son tus ojos de ese cielo.

De tus crenchas las hebras relucientes, sóle las tiene el Sel alguna tarde;más tú del dSol..... ¡tú tienes esplendente la ardiente ckispa que en tus ojos arde!

Ie he soñado ángel: rubias esas plumas que llevan por regiones celestiales tu euerpecito blanes cual la espuma al sople de las brisas matinales.

Us te he .soñado así; no hay duda alguna; ¡dulees ojos sombreados de vicleta!

¡casta virgen prendada de la luma, econ alma soñadera de peeta!

Manatí, 9. R. Maye 25 de 7972.

L llegar asu casa, Cayetano Menéndez comprobó, con el natural sentimiento, que había perd:do un billete de cien pesetas. Púsose á recordar dónde y con quién estuvo aquella tarde, y dedujo lógicamente que el billete se le cayó de la cartera cuando la abrió en Recoletos para apuntar las señas de un amigo que le paró un instante.

Esta pérdida que, aun siendo siempre sensible, no significaría gran cosa para mucha gente, para Cayetano era úna catástrofe. Porque sólo tenía aquellas cien pesetas, más veintitrés en plata y sesenta céntimos en cal(lerilla; para acabar el mes, y era el día to. Se le imponía, pues, la terrible necesidad de pedir un antidipo en la medesta oficina donde trabajaba, cosa que jamás intentó durante sus quince años de servicios inmaculados y ejemplar conducta.

Sin embargo, Menéndez alimentaba la con soladora esperanza de encontrar su billeteEl era un optimista. Creía en la honradez ingénita de la humanidad, y, juzgando á todos por él mismo, no suponía capaz á ningún hombre de quedarse con lo que se encontrara. luego de conocido su legítimo dueño. Por eso decidió anunciar-la pérdida en la sección económica de los periódicos, prometiendo la correspondiente gratificación á quien le entregara el billete, de tal a tal hora, en su domicilio.

En efecto. Al siguiente día, y á poco de souar la hora marcada, se le presentó un caballero y le entregó el billete, negándose, además a recibir la recompensa ofrecida.

El cumplimiento del deber no merece ningún premio le dijo con aire sentencioso.

Cayetano Menéndez no se atrevió á insistir, y sintió una alegría conmovedora, más que por recuperar su dinero, por haber compro. bado la exactitud desu creencia.

Lo que no sabía Cayetano, pero nosotres sí, y por eso lo decimos, es que aquel caba- llero no se había eecontrado su billete perdido, Era el tal un alto empleado que en cierta ocasión se quedó con algunos fondos, y acometido después por el rem»rdimiento se propuso restituirlos silenciosamente, del mismo modo que los adquiriera; y entre gentes divergas, ya que no podía saber a quien pertenecieron los suyos. Juzgando á los demás por él n.ismo, nunca quiso entregar cantidad alguna sino directamente a los desgraciado:Al leer el anuncio de Menéndez, supuso que le harían verdadera falta las cien pesetas, puesto que llamaba al corazón del prójimo; y como estaba seguro de que no se las devolvería el que se las encontrara, quiso él ocupar su puesto con aquella ficción que caía de lleno dentro de su programa.

No habría pasado un cuarto de hora de esta visita, cuando Menéndez recibía la de un joven obrero que venía á entregarle su billete. Cayetanose sintió más conmovido que antes y le gratificó con dos duros, cantidad que al donante le pareció justa.

Parecerá extraño que consignemos que tampoco era aquel el billete de Cayetano Menéndez ... Mas, así y todo, escierto... Aquel joven se lo había encontrado en Recoletos, efectivamente; pero le perdió un señor que ni siquiera se dió cuenta de la pérdida.

Y aunque resulte mucho más extraño, hasta el punto de parecer inverosímil, tenemos la obligación de decir que momentos antes de extinguirse el plazo marcado en el anuncio, se presentó en casa de Cayetano una pobre vieja a entregarle su billete. ¡Y éste sí que era el suyo!: El la dió las veintitrés pesetas y los sesenta céntimos que le quedaban sueltos, y estuvo a punto de llorar de emoción

Y al salir a la calle, Menéndez se afianzó en su creencia de que la humanidad es honrada por naturaleza, sintiendo más flrme que nunca su saludable op:i nismo.

Y bien, querido Licenciado, a cambio de la independencia que defienden con tanto heroismo ¿qué me piensan dar ustedes?

Epigramas

Cogióse una pulga un necio y puesto a filosofardijo: Animal, cómo vives a costa del animal.

De un porrazo más que buerio quedó un atleta sin brío. El golpe fué en el vacio pero le cogió de lleno.

F. Lorez SANCHEZ Mayo, 1912,

La Atalaya -

Con este sugestivo título se ha establetido al lado de muestra redacción, (Fortaleza ti) un taller artísticamente adornado, dedic co á la confección y reforma de sombreros de señora.

Las damas de buen gusto pueden corse guir en La Atalaya' -los sombreros más artís ticos y elegantes:

La limosna

En una cierta ocasión

(De esta escena fuí testigo)

Le arrojó pan á un mendigo

Un niño desde un balcón

Pero su padre, hombre humano

Díjole: ¿No te sonrojas?

La limosna no se arroja;

Se besa y se dá en la mano.

ESDE la alta cumbre en que mi espíritu mora, distante de prevcupaciones torpes y de seculares prejuicios, observando estoy la ilógica y absurda misión que se han impuesto algunos pocos espíritus obcecados, los cuales, creyendo volver por los fueros de una moral altísima, colmando de dicterios soeces la sagrada y noble misión de una mujer, se lanzan a empresas atrevidas que mal pueden avenirse con la moral cristianay con las prácticas evangélicas de que hacen galas los que tal dicen y tal hacen, llamándose y creyéndose los perpétuos y únicos depositarios de la noble y eterna verdad.

¡Triste condición humana!

¡Deventura grande la de mnuestro pueblo. perpetuamente sometido y engañado!

¡Triste condición la de aquellos que, perdidos en un caos de ambiciones desapoderadas y de mezquinos egoísmos, se ven penetrados por los resplandores de la ciencia positiva, en un siglo en que la patraña de un dogma se derrumba en la conciencia humana! No hay defensa posible ante la verdad que se establece.

Así, pués, ¿a qué tanto pánico, a qué tanto dicterio mordaz al paso glorioso y triunfal de

¿Es que se pretende por ventura dominar la conciencia con la eterna mertira? JPues ved que es la mujer, una mujer excepcional. la que vuelve por los fueros de la razón tergiversada, de la moral torcida. Que es la mujer la eterna victima del dogmatismo religioso, la que de manera tan gallarda se irgue fulminando su verbo demoledor por el gran mundo enfermo....

¡Ah, preparaos para las tremendas represalias que vendrán! Las mujeres inician nobles eampañas de redención; y cuando son ellas, alma del mundo, encanto de la vida, las que tal hacen, la victoria es segura, el triunfo desicivo y fecunda en ópimos bienes la jornada.

Cristo va por ei mundo, y como antaño, envuelto en su túnica resplandeciente, entra en el templo y arroja de él la eterna simonía. Su látigo resuena y estalla.

El mundo ya despierta de su letargo profundo, pués que sabe el mundo que ese Cristo desfigurado que yace rígido por sobre los polvorientos altares de los viejos templos, no es el sublime Cristo de forma augusta, de bondad original, que hablara al pueblo hebreo en una mañana de sol, sino la concepción mezquina que está sirviendo, en el glorioso siglo veinte, de burla sarcástica al mismo creador del -Uuiverso.

Yo he presenciado en los templos, en los famosos días de Semana Santa actos tristísimos, conmovedores. En medita ciones dolorosas he contemplado á Cristo. prisionero en lujosas urnas de cristales, en torno a avaros azafates brillantes de oro;: que depositaba el fanatísmo y la ignorancia, sin comprender que contribuían con tales ofrendas á esclavizar las conciencias en los estrechos moldes de un culto que perece porque la razón y la ciencia lo demandan.

¡Ah. qué torbellinos de inventivas y de argumentos falaces ha levantado la simonía frente á la dama genial, que- dijera arre' bató á la omnipotencia el verbo de la convicción! ¡Cuánta mala fé. cuánta mezquindad de espíritu y qué pobreza .de sentimientos! ¿Por qué los que tal hacen y dicen, no vienen á discutir con la que llena de resplandores las conciencias?

No vendrán, no; porque de la muchendumrbre, surge expontáneo, vibrante. armonioso un canto épico y grandioso, ante el cual se desvanecen cuantos prejuicios trajinan por la vida.

Librepensadores, adelante....

Y en marcha gloriosa, anunciad por el mundo á los hombres de todos los pueblos, que el día solemne y hermoso de la redención universal está cercano'

José Corpova LAaNDRÓón.

Mayo 25 de 1912.

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