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EL REGRESO DEL DI LIGADO
EN el pueblo se tenía ya la noticia de quela Legislatura habia clausurado su sesión extraordinaria. El telégrafo, ó mejeor dicho, el teléfono, con su vocesita gangosa babia llevado ya esa buena nueva yla familia de don Ri cardose preparaba á recibir á éste que por espacio de dos meses e=tuvo +userte.
¡Papito viene hoy! ¡Papito viene hoy! -Así gritaba una pléyade de barrigoncitos, alegres, bañaditos ypeinaditos, alred=dor de doña Rosa, la mamá, que lejos de mostrarse muy satisfecha con elregreso de su esposo, parecía sentirse malhumorada, c>mo ideando formarle una gresca ásu viejo palmito.
En efecto, aquella misma tarde, en un coche maltrecho y.tirado por dos flacos jamelgos llegaba don Ricardo, cumplidos sus deberes como representante del pueblo. Los niños 'coxrier9u presurosos á saludar á su papá, comiéndoselo á besos. no así doña Rosa. que si bien fué á recibirlo á la puerta, no dejó por eso de expresa-le en elsembiante el descontento en que la tenía.
Por fin, hijita, dijo, he llegado ámi casa. Esa condenada sesión extraordinaria iba á acabar con nosotros. Sino nos proponemos -acatarlo todo y darlo todo por- bueno, hasta ahora nos hubieran tenido en la Capital ¡Mal haya sea quien se mete á Delegado!
Yodebería haber hecho lo que losrepubli-canos. Negarme á ir á la asamblea y quedarmeen mi casa.-
Cáyate, recontrayado! Hablas por hablar, objetó doña Rosa. con ademanes de extrangular á don Ricardo.
Buena la han hecho ustedes y principalmente tú.
Pero Rosa, ya tusalwes que los mensajitos del Gobernador. .....
Que mensajitos, ni qué niño muerto Us_tedes no han hecho mas que perder el tiempo en San Juan, pero como la vida que se daban allí era suave;tú con especialidad, que no dormias nunca en el mismo hotel, claro está que les convenia prolongar esa situación.
Vivian como solteros.
En cambio sus esposas, y sus hijos y sus. intereses pos acá abandonados.
No, eso no es verdad, porque yos¡cmpre ; me acordaba....
Mentira, que tu estabas hecho un trasno- chador, Y prueba de que esasí: ¿que haS hecho del dinero que llevaste de squí para tus gastos? ¿Y que del que cobraste por tu trabajo cumo delegado? iQue dependientes nidependientes! Pues haber obligado álos dueños detiendas á tener empleados especiales para despachar de noEso hu- quina que nos ha negado el crédito
Buena pieza eres 1ú! Por eso llegas hecho un ecce homo, flaco, pálido.
Sí, peró eso es del mucho trabajo que hemos tenido.
Qué trabajo; esas son tus correntinas.
Y ademas han, hecho ustedes leyes cumo esa del cierre, que el diablo ha debido llevár<selosantes de aprobarla. Mire usteé que en cuanto dan las 6 de la tarde ya nu tiene 1NO donde comprar niuna caja de fó-furos, Ylos domingos las tiendas cerradas,que me da pe na ver á los pobres jibarosque vienen con sus carguitas y no tienen donde hacer <us compras.
Pero oye, Rosa; al hacerse esa lej se ha tenido en cuenta la solicitud de los dependientes, que son seres humanos y tambien necesitan descanso.
:che y los domingos por la mañana. -biera sido lo correcto.
Y ademas, esa ley de patentes,.en la que algunos pulperos se amparan para encarecer los artículos.
Ah, pero á cambio de ella está la de pesas y medidas, que los obliga á vender exactamente lo que se les compre.
* Pues mira' eso, es un mito; porque á la hora de robar, roban lo mism:-con leyes que sin leyes.
No seas exagerada, Rosa.
¿Y para eso es que hay una Cámara: ¿Y para eso se invierten tantos dollars del pueblo? Mas valiera que hubiera dejado l+s tosas como antes.
Pues te aseguro que si otra vez te ehgen delegado, tienes que escoger: ó yo Ó la Le - gislatura.
Pero mujer, no ves que despue< de tedo es un honor que me hacen.
Qué honor es ese? Al contrario, hoy tienes tú mas enemigos que antes yel primer enemigo es Don Paaocho el pulpero de la esDice q. no le fia á ningún delegado.
En fin veremos lo quese hace en el futu-