Guirnalda Puertorriqueña (20 abr. 1856)

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GUlRIViLDA

PERIODICO DE AMEM LITERATCRA Y MODAS.

ASO 1.0

ABEIL 20 DE 1856.

^ Nacida la muger para labrar la feli^cidad del hombres, no solo debo ser instruida convenientemente para a su vez educar la generacion que le subsiga, aino quo debe conocer profundamentc, antes <fe abrazarle, el cstado por el cual ae constituye a unirse al hombre que su corazon escoge, y la religion le confirma, por compaaero de toda an vida. La muger que funda todo su porvenir en su belleza, y que con solo ellapiensa balagar a.sa esposo, y conservar su cariflo para siempre, no es mas que la mitad & un ser capaz de inspirar mas no­ bles sensaciones, pero que merece vivir eutregado ft ese desasosiego continue que atormenta al que corre tras de una dicba que buye, porque la busca doiide jamas ha e.\istido iii puedo e.\istir. Es cicrto que por amor entcndemos aqufcl afecto pure que tiene origen eii la idea sublime que nos formamos del objeto amado; aquej. seutimiento que nos hace mirarle como el uuico sin el cual, nuestra existenoia no es posiblej aquel cstasis que a su lado nos enagcna y nos lleva a contemplarle como el ser que pro­ tege nuestra vida y es merecedor de uuestros sentimientos; y junto a el desapareco el mundo 6 nuestros ojos y nos creemos trasportados al Eden; erapcro, por muy puro y elevado que s-;a este afecto y por mucho que ennoblezca el corazon, lega indudablemente un momento en que la muger, asi como el bombrs, se en-

N.o 8.

cuentra obligada a contemplar por otro prisma, no tan fantastico, ese cuadro seductor que absorve mas de un»imaginacionjuvenil. Kodeada de sus obligaciones dom5sticas y entregada ya a los afanes de la vi­ da comun, la muger necesita en primer lugar tener otro seutimiento menos ole- . nV vado y fantftstieo que ^ amor, aunque ‘ tan noble como el y m^bo mas duradero; tal es cl verdadero carLpo para su es­ poso, a la vez seutimiento del corazon y 0^ conviccion de la imaginneion, quo produ­ ce un amot mas dulce, mas traiiquilo, mejor fundado que la pasion que agita el alma de la jOven. Tambien necesita la muger bullarse adornada de otras dotes, que tiendan 6 la felicidad de su esposo a la par que a la suya propia: estas dotes las suministran la educacion y la instruccion; con la primera, la muger sera araable, obsequiosa para su compafioro, complaeiente y hna en BUS luaneraa y se proporcionara indudablemeute el afecto do su esposo, que no sabra disgustar a la que tanto se empefla en demostrarle un agrado noble y verdadero: en vano cl tiempo que tan pronto destruye la belleza sc empeflara en desatar este lazo; cada vez se anudara mas y mas entre los consortes. La instruccion proporciona d la mu­ ger todos los conoeimientos que debeposeer piira desempefiar con pcrfecclon los diferentes cargos que el cstado matrimo-


GUIRNALDA PUERTO-RIQUESA. liial le impone; ella le ensena al mismo tiempo & ser la duefla de los asuntos domdsticos, la directora de siis hijos, y la compafiera ilustrada del esposo, que prefiere la tranquilidad y confianza del hogar al bullicio de la sociedad, siempre que aqucl le propovcione nn recreo util. En el interes de voaotras mismas, esta, oh jdvenes, el poseer estas dotes, con las que obtendreis algun dia la dicha tras que hoy correis afanosas; y no lo dudeis, su posecion os hard atravesar el lago de la vida bajo un cielo azul y trasparente y con un companero alegre y complaciente, que evitando los escollos tt ofrecera las hermosas y fragantes flores de la vida y de la dicha.

ARTISTAS CELEBBES. LA KALIBRAII GARCIA. ( Conclusion.) Pooo antes do morir, habiondo hccho disolver 8u primer matrimonio que manoKaban graves nulidades, fuc d Paris d unirse en presenciade sus amigos y de su familia al hombro de su eleccion, al bombre verdaderamente digno de ella y el dnico que bn podido, en la turba de sus adoradores onvaneoerBO eon un amor oorrespondido. La nocbe de la ocromonin, cuando se oonsideraba dicbosa con llevnr un nombre nnevo, y oontonta eon poder llamarse madre en alta vcz, algunas perso­ nas se reunloron d su lado en la oasa que vivfa. A sus parientes, d sus amigos partloularos se juntaban las altas ilustraoiones mdsioasj Rossini, Meyerbeer, Auber, Mercadanto, Halevy, Nourrit dee. Solo eebaba ella do menos ontre los unds, aljdren Bellini, muerto on la flor do su edad; y entre los otros d Lafayette, quo la babia amado como un padre, y quo le dooia frecuontemente con muobagraoia. “Maria, oiertamonte soreis mi ultima pasion.” La tertulia se bizo do pronto un concierto que empezd casi por oasualidad y acab<5 d las dos do la manana: no babia mas que tres ejeoutoros: imas dondo enoontrarlos igualesi oran ella, Boriot y Talberg. Este los oia y so ba cia oir de ellos por primera vez. Los tres se electrizaban mdtuamente luobando en grandeza y perfeocion. El auditorio estaba llono de embriaguez, de entusiasmo y no so borraron en inuebo tiempo las sonsaoiones de aquella nccbc.

La Malibran, dotada do una Concepcion rdpidaydo admirable fuerza do voluntad, consoguia el mismo dcsito on ouanto oraprondia. Hablaba porfectamente ouatro longuas y las ompleaba todas cuatro en courersaciones oruzadas con varios interlocutores, sin confundirso jamds. Eran el ospanol, lengua do sus padres, el franeds su longua de oducacion, el italiano, su lengua artisticn y el inglds su lengua do vingo. Sabia tambion algo do aloman. Condostroza y babilidad raros, sc aventajaba on todas 1 as obras do dodos: si voiaalguutrabnjo de niugor dbsconooido, apenos Tolviadsn oasa, monduba busoar los objotos nooesurios, se ponia dla obra y sobrepujaba pronto d susmodclos. Sin babor aprendido nunoa d dibujar, baoia rotratos mui somojantes, y sobro todo carioatums Ilonas do vivozn y de malioia. En fi'n, en su pasion de snborlo todo y de bacorlo todo, le erau mui furailiaros los ejeroicios mas violontos del ouerpo. Nadaba; tiraba al floreto y d la pisto!a, baoia juegos da fuerza y de destrezu, y montaba d oaballo con una graoia, nn aplomo, y un valor odmirablea. Como todas las oolobridades, como todas las personas quo ntracn poderosamento la curiosidad pdbUoa, laMoUbran basido bianco do las longuas maUoiosas. So ban oontado fdbulas ridioulaa aooroa do su bistoria, su persona, sus oostumbres y su oardoter: los que las publicaban bubiesen sido los primeros d quienes bubiesen enusado osodndalo, si bubiesen tenido olgunn intimidad con ella; La vida de una mugor como la Malibran, esU sobrado ospuesta d la vista del publico para poder ooultar el monor defocto, la mas pequeisa falta. Tal vez, en los arrebatos de su alma ordiento, 6 en la senoillez enoantadom de su oardetor, so permitid e^ ligerozss, esas inoonsoouenoias quo los sdbios del mundo perdonan menos que bu faltaa ocultas. Mas jen dondo so ballarian, no digo en elteatro, sine en la sociedad, oostumbres mas eeveras y mas puras, oardoter mas recto, mas noble, mas generoBot Si fuese neoesario reeoger y pubUoM los rasgos de bonefioenoia quo ban bonrado su vida, bariase una obra tan larga como la oolecoion de las alabanzas dadas d sn talonto. Era poco para ella prodigar el dinero, poique ganaba muobo; el modo de baoer un favor doblaba el benedcio. En 1889, una jdvon inglesa, corista en el teatro italiano do Peris, no teniondo reonrsos para, seguir la oompallia d Ldndros, proyootd dar un concierto en case de una persona bendfioa quo le prestd su salon. Siempre Ospuesta d baoer fuvores, la Malibran consintid en oantar, y su nombre bastd para reunir numorosa sociedad. Aquella no-


GUlRNALDA PUERTO-EIQUESA. cho, contra eu costumbrct so hi^o osporar y lIog<$ tardo> Acabado el concicrto llomd d parte d la bencficiada: “os he prometldo conaagraroala nocho, pues bien! he hallado medio do recogor dos oose> chas. Antes de venir aqui he cantado en el palacio del duque de Orleans y aqui tenois los cicn duros quo mo ha dado!” A1 mUmo laempo pouia eu raauos do la pobre c-«trangera uu bolsillo lleno do moncdas do oro. Amablo y graoiosa con sus compaRoros do teatro, do cuolquior close que fuesen, prociiraba borrar la distancia de su posicion d la suya. Y no solamonte con palabras sino con bochos los trataba coino d honnanos- Un pobre bailarin, llumado Durante, que habiumueito outre los baatidoros del teatro de san Curios, de un ataque do aplopegfa, dejd on la mayor n\iseria d su muger y d 8U3 hijos. La Malibran despues do haber prometido d su viuda cantor on su benefioio, hizo con> tribuir d sus amigos aogun la fortuna de cada uno, y orgullosa en e^ta ocosiou del favor quo gozaba •en la edrto, so preaentd al rei de Nfipoles. —‘SeHor le dijo, ostoi pidiondo pot la familia demi camarada Durante. La reina y el prinoipe de Salerno me han dado cicn duros cada uno; espero que V. M. no quorrd ser menos generoso que sus augustos parientes. -»[Cuonto exigisque os dd? rc^pondid sonridndose el rei. —Dosoientos duros. —Alld van, y se los did. La Malibran, confiada en lu fuerza do ru tom> peramento, trabajaba noche y dia sin desoanso. £sto es el verdadero desorden de su vida £1 amor al arte, osa posion invonoible quo ha devorado tantos graudos artistas, la ha matadb enloflori> do de su juventud. Frecuontemente, despucs de hobor cantado Otello d la Gazzn, quedaban tirantea sus norvios como una cucr<da que por largo tiempo vibra La Malibran murid d los 28 afios: el din an­ tes de sentir los primeros ataquos de la oalentura nerviosa quo la condujo nl sepulcro, estnba con­ tents, alegre. Por lo noche canto con Lablacho el duo de la Prova y con la Corradori, un duo de Mercadante. Su cantofud sobro bumano, porque era el canto del cisno despidiendoso do la vida. Manchester estaba llono de dolor oon la noticin de su enfermedud, y su muertofud iiua pdrdida para «l mundo

Ll TERTULIA ¥ EL VELADOR. CARTAS VAEIAS. De Gracikla

a

Isauea

y

Julita.

Por fin rompo ol silencio, queridas mias, acusandooB el recibo de las que tuvisteis la bondad de enviarme, y desdo lueg,o y antes de disculpar mi tardanza on contestaros, me ^jo, coino suele decirse,al asunto, aceptando proyeoto do Isaiira acerca do la oomunicacion mutua de nuestras ideas y sobro todo el papel de profesora de gramiUioa qno mo destinais. Y no vayais & juzgarmo ya convertida en ddmine, con una palmeta en la mano *cn lugar del abanico; no: vueatra intcresanto y viva Graciela, como voaotras la llamais, protosta no dejar esto mueble tan util y que tanto se presta & lostraheres denuestro sezo pa­ ra usurpar los atributos del grave, frio, y barrigudo pedagogo. I,a espada sienta bien en el guerrero, la palmeta on el decurion y el aba­ nico en nna dama. I’or otra parte ia gramdtioa, como las demas oiencias, se presta tambiou d los encantos do uiia conversacion amena y aun graoiosa por mas que algunos hayan pretendido haoorla un prosaico, fastidioso y enmaraiiado labcrinto, un antro mas tenobroso quo las famosas ouevas do Aguas buenas. Pa­ ra hablar acerca de losnombres, delosveibos y aun de las oraciones gramaticalos, no es neooaario fruncir el oono, ahuocar la voz ni adop­ ter un mngestuoso y empinado continente; ya voreis como la gramdticaa pesar do mishumildes alcanoes, puedo tomar entre nosotras el caracter de risuefia y aun gratisiraa tarea; ya vereis como vamos A divertimos con Velaz­ quez, con Bello d con SalvA en la mano, a despecho do la soria gravedad de estos autores. Estas oonvorsaciones abuyentarAu de ml frente, amigas mias, aquella tristoiia que cual ligera nube vieno A turbarde vcz cn ouando y por un misterio do mi naturaleza, el pu­ re azul do alcgn'a quo por lo comun ostenta mi cielo. Pasemos A mi disculpa por la tardanza on contestaros. Baste dcciros quo ho pasado algunos dias fucra do case con motivo de la soniana Santa y de las pascuas, visitando luego algunas de estas haciendas adondo las gentea con quiencs vivo, han tenido la bondad de llevarmo. Entre otras fiestas ho asistido A dos bailes que so han dado on la poblacion, y gu to era vor cual so despeluznaban por obsi quiarme aqucllos que mo supoiicn gran cosa por quo juzgan que mi padro es yo no se quo


GUIRNALDA PUERTO-EIQUESA. en esa ciudad y que por consiguiente soy yo un gran erapeno no so para cuantas cosas, Pobres gentes! olvidan tal rez qne mi padre es muoho, cuasi todo en sii casa y nada mas. A proposito de los baiies i& qnien oreeis que vi en uno do ellosi A Tuestro elegante Enrique, dcganle como le llama Isaura, y bueno es que le do aquella eso nombro por que dlaTerdad en toda la longitud, latitnd y negativa profundidad moral de este personage no encuentro otro que darle, y d falta de pan bueno es cazabe; «n la inteligencia, de que dl por su par­ te se muestra muy conforme y aun ufano con tal diotado que lo aceroa d-----pero aqul 4e mi escasa erudicion, pues deseosa de dar d Enriquito algnna importancia histdrioa, busco aqucllos personages que ban descollado en el mundo por osta cualidad do eminente traseendencia y no doy en el clavo. Nada! noreciierdo qnien haya side el personage mas ele­ gante do los que ban comido pan en el mundo desde los tiempos antiguos hasta los modernos. Pobreza mial pero on fin vosotras lo sabeis y podreis formar el paralelo. No sd si habrd alguna Cttmhrera en el particular, pero sd que el gdnero do los elegantes, por cualidad esclusira, abunda con extremo, y datos de comparacion no habrdn de faltaros. Llegd pues nuestro En­ rique con un trage sni generis, semi-hombre. semi-postillon, ni mas ni menos que como vestia ennla la Alearria ouando iba de oaza el conde ................................................... denosd qnd, segun dl dice. Presentdse despues de comenzado el baile... vestido do caza.... y yo pormimald por mi bien debl preoerlo paloma d algunaotra pieza de volateria,por quo dirijid hdcia ml sus tiros des^o que Uegd celebrando enoontrar por aquellos andurriales uno de los mas bellos astros de su cielo capitaleuo, se­ gun sus propias palabras; de todos modos, pasd un rato divertido pues aunqne no menos serera que vosotras en punto d estbnar solo lo que tenga algun peso y valla, son tan raras estas jdyas que, llevada de mi cardoter un po00 mas flexible que el vuestro mo entrego d divertirme con el payaso culto que se presenta, y quo aunquo9 anima" animalejo ya clasificado, no I deja de ofrecerme algun estudio en la via do f observer d la naturalezi deza humane en sus aberraciones, por quo bien mirado, no ad por quo pueda llamarse hombre, aunque lo parezoa, d un mono, ni porque no me ba de ser permitido el divertirme con las caprichosas y estravagantes variedades de la naturalcza. Enrique es divertido d falta de algo mas serio y estd bueno para matar el tiempo en un baile 6 cosa por el estilo. Luego, como ya le has oido, hablade Madrid,, Paris &c. - pues parece que vid construir eu este ultimo punto mi manteleta, y cosa singular! estd tan plogado d los usos esteriores do los paises quo ha visitado, quo aun conserve los dobleces del paquete en que

vino encerrado. Pero basta ya de Enrique, el elegante, y de mi manteleta, y concluyo esta para no hacormo pesada. En mi prdxima comenzare por exponeros mi metodo do gramdtioa que quodo en la actualidad meditSndo, y recibid por ahora un abrazo apretadlsimo y cuatro palmetazos de vuestra apasionada. Graciela.

POESIAS, PECADOS CAPITALES. LA ENVIDIA. “Un palacio, ricoa trajoa.... fiestas, mando, nombradfa.... oro, esencias, pedrerfa.... dumas, corrozas y pajes”... “iOh... felicidad colmada!!! Y yo, tendido en el lodo todo lo contemplo, todo.'... todo!... sin gozar do nada!!’* —Asf el hombre el sordo grito lanza de ominosa envidia, y con un vdrttgo lidia quo ha de arrastrarle al delito, — (lufeliz!... en tu ambicion tros un fantasma te lanzas, y aun hallards, si le alcanzasi vaclo tu oorazon. Y ;ay de quien su calma pierde, porque le mandd el infiemo ese toroodor etenio que las entraflas te muerdel Devoiado por su hiel alzas matador pufial;... \oh.,. ]a envidia os un doga], y la muerte tira de 41!!

U AVAUCIA. Con el semblante amaiillo oomo el vil metal que adoras, pasas, imbdoU, tns boras, solo en oontemplar su brillo. Y en tu mechinal estreoho, Tan oaroomiendo tu vida pobre y daflosa oomida, duro y asqueroso leoho* Si en la opulenoia eres pobre, jcdmo d tu razon no salta

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GUIRNALDA FUERTO-RIQUE^^A. quo lodo, infoliz, te falta, por mas que ^1 oro te sobre? Mas importa?... Como puedos juntar oro.... ^qu6 mas quieresY reposo.... gloria.... placerea.... jnada surtiam en monedas/ Mas si en tus areas avaras por (u vil metal temierast derretido lo bebieras, y en tus venos lo guordaras!..«• iindtil Bolicitudll! —“/Fen ven!" te grita la poroa: * —iY de mi tesoro el areal.... —No eabe on el ataudl!!

U PEREZA. Entre despierta y dormida, ved la indolente pereza, reelinando su eabeza sobre la pluma mvllida. Del Toneo viento al mnjir tal vez despierta un momento, y, bostezando—e« el viento— dice, y se vuelre & dormir. Despierta al son de las diez: —'kora de dehirea.... loh\ dice, 7 mirando el reld, Tuelve & dormirse otra vez. Y durmiendo y despertando, de la p4ndola ol estmqndo, va de la vida partielido» 7 hdoia la mnerte marohando. —^Despibrta i vivii!.... ya no!! abre los ojos, y advierte que, & tu lado ya, la muer^e dice mostrando el reld: Cumplida Henea tu tdud si en dvrmit la has eonaumido: duerme... quedarda dormido por toda una etemidadl

-O’l'O-

NlfiiS T FLORES. Eb la flor ofliz Lleno de eaenoia; La aina im almapuia Toda iuooenoia;

Y amboslozanas, Una dor y una nina 8on doB hermanaa. La dor guarda on bu aeno Lfquida perla, Por bI la nida alegre Quiere beberla. Blancas y rojas Solo para la nlKa Tiende bus ojas. Con onantaB auras oruzan La dor so oroo; Y ouanto vd la nlBa Tanto desoa, Que en sub amores« Son ias ninas, lo mismo Que son las dores. For si d la dor la nida Besando tooa, Ambar Uera en ana labios Miel en su boea; Que son lozanaa. Las ninas y las dores Dulces bermanas. Las dores y las niSas Nunoa se ofenden; Se aoarioiani se besan, Se hablan, se entienden, Que en sus dolo'es. Cuando las niflas lloran, Gimen las dons* Blando abril se corona De rosas bellas! Cogen las niflas dores. Juegan con ellas; Pero jugando. Las dores mas hermosas Van deshojando..., Y hoy que los brisas huyen „ Del valle umbrio, Y el monte y la ribera Seca el estio; Las desbojadas___ Flores lloran las niflas Desconsoladas. ' jAyl oada niflallora Su dor perdida: Con su Hants quisiora Darle la vida. iLdgrimas Tanas!.... Mas dejadlas que Uoren, Fueron hermanas.

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GUIRNALDA PUERTO-RIQUE^fA. LOS CD33IETIC33. Reoomendamos & nuestras bellas leotoras las siguientes lineas, en que se don muy saludables coDsojos & las demasiado aficionadas al uso de los cosm^ticos: Segun su otimologfa, son los cosm^ticos unos medios do oonservar la hermosura aun> quo es muy raro quo los preparados quo se destman d este uso, no produzcan el efccto contrario. No hay hermosura sin salud. Mantener esta, es el medio mas seguro de conscrvar aquella; pero poco convencidas do esta verdad, casi todas los naciones se ban afanado cn querer req>arar los ultrajes de la naturalcza 6 los del tiempo, con una multitud de compocisiones, mas 6 menoos propias para destruir la salud, y cuando menos inertes. Pocas naciones hay, antiguas 6 modemas civilizadas 6 salvages, que no hayan tenido ytengan sus cosmdticosj pero las de{incdiodia y las orientales han escedido siemprodlas demas en el arte ilusorio de pintarse y adornar sus caras. Aun en el dia los Asidsticos son los mas apasionados d los perfumes, al perfecto ajuste de sus trajes y d los cosmdticos. tjiendo la belleza la que impera cntre nosotros, no es estrafio que las mugeres acojan anciosas todo aquello que les da esperanza de conseguirla 6 conservarla. Agradar cs el obgeto de sus constantes esfuerzos; pero ingratas con la na uraleza, que tantos medios los prodigo pa­ ra*^ oonseguirlo, busoan en ineficacos artificios, nuovos manantiales de hermosura, olvidando que la limpieza sin afectacion, U clegancia, las gracias naturalos, la alegria y el pudor, son los verdaderos, los mas pudcrosos cosmdticos. Digamos, sin embargo, cn honor de nuestro siglo. que las mujeres han renunciado al farrdgo ridiculo de tantas supercheria, y quo consientcn ya en parecer lo que son en realidad. jQue difercncia, si se la compare con aquellos mamarraohos do quienes la pintura nos ha trasmitido la ropresentaeion! El blanqueto y el arrebol, compuesto de plomobismuto, morcurio, arcenico etc., solo se emplean hoy en los teatros, entre las oortesanas, y no es creihle que las damas nobles, que tan grande uso hacian on otro tiempo, consientan on usarlos, d pesar do la gran tendencia en volver d las antiguas costumbres. Estos compueatos inetdlioos, Idjos do produoir el efecto deseado, acarrean una vojoz anticipada, impidiendo traspiracion, y causando herpes, granos, orisipelas, oftalmfas, tcmblorcs, convulsioncs, coUcos y otras cnfemicdades, quo destruyen la hennosurn, bacon pasar la juvontud como nn relumpago y deterioran la salud. Es preciso confesarlo: en el cstado actual de las ciencias, los mejoros cosmeticos son las

frecueutes lociones do agua tibia 6 fria, on la que se puoden echar algunas gotas de un aceito esencia), la pasta de almendra, el jabon y algu­ nas unturas oleosas. Para hermosear los cabellos basta peinarlos, labarlos y treuzarlos con gracia, peii’uindndolos con alguna agua aroma-

ANECDOTAS. GRAtr DIofOTA ACIRCA DS ONA PALABRA. Don Manuel Castilla, antijuo oatodrdtico do filosoffa es un gran puristn, de suerte quo no puedo llevar con pneiencia el que se eometan faltas contra la longua, desgracia quo lo suoede algunas vcces. Don Eulogio Canutillo, amigo suyo, vive con dl, y como ha pasado su vida on los cam. pamentos. no se cuida do la pureza dol lenguajo, escapandosole do vez en cuando ospresiones quo irritan al catedratioo y producen escenas ouriosos. La quo vamos & contar no es la monos chistosa, y tnvo efecto cn la biblioteca de los dos amigos y en presencia do dos forastoros. Giraba la oonversaoion sobro ol mdrito del Quijote, y Canutillo tuvo la desgraoia do deoir El catedrdtico, furioso, con esa pronunciaoion viciosa, le mira eonrrieadose do Idstima. - iffais'al... iCvmo donionios habla U.? Diga U. Aaya. . —Haiga, haiga\ ostos seflores me entienden, y basta. —No basta; cuando uno vivo con horabres ilnstrados, es precise saber bablar bien su longua. —Yo no he side maestro do gramdtioa ni oatedrdtico; ho pasado toda mi vida on el servioio, y no os all! donde seaprende i bablar oomo Cicorou. —Ya so Conoco. El catedrdtioo no habia dejado su desdefiosa sonriza lo oiial pied & Canutillo, quien repuso con calor y alzando los hombros: —Tambien yo mo burlo, y quiero deoir haiga, Uno y otro estaban sontados; el oatedrStico, muy distanto de coder, se levanta para dar mas peso & su replica, y eucardndose con su advcrsario, le grita: ' —Dues dobe U. deoir Aoya. Canutillo, oaloulando quo si se contonta con levantarso solo ostard al nivel del oatedrutico, sc sube d un tabureto y doniinando d Castilla, le grita: —Quiero deoir haiga.


GU.:.KALDA PUERTO-RIQUEflA. El catedrfilico, quo ni era jiven ni listo, logra no obstante con mucho trabajo encaraniarse & su asiento; se pono cn (rl de pid, y mirando con furia d su antagonista, repite su ter­ rible frasc: —Itebe U. dccir iat/a. Canutillo, sin intimidarse, salta sobre una comodaque le da una superioridad de cerca de dos pies, y alii con voz cstentdrea rcsponde niirando hdcia abajo: — Quiero dccir haiga. Si creeis que do este mode iermind la lucha, os equivocais. Habia en un rincon de la sala una escalera de biblioteca doble: el catedratico so baja do su silion lo mas pronto que ptede, y corriendo d la esoala, sube cinco 6 seis escalones, y grita eon voz triunfanter —doya. El atrevlniicnto del catedrdtico, aguija el amor propio del militar quien va d oolooarse d horcajadas en lo alto de la escalera, y repite con todas las fuerzas de sus pulmones; —/latga.

Conociendo la imposibilidad de no gritar con mas fuerza, y subir mas alto, Castilla se dlo por vencido, y fud d sentarse en su asiento inoviendo los hombros. El vencedor, viendo que no le respondian, bajdse tambien de aque11a espeoiede trono, y volvid d ooupar su sltio. Los dos testigos de aquella cscena, que reian d carcajadas, intervinieron, y los adversarios se dieron osplicaciones. Canutillo ecbd la cul­ pa dsu cardetervivo do la obstinada resistencia que babia opuesto d las observacionos do Castilla, cuya justicia conooid: prometid en lo suGCsivo decirdaya, y ba cumplido su palabra. Pero figurdmonos lindas leotoras.un obeso catedrdtico de fiiosofia con una gran peluca bien peinada, puesto en pie en medio de una escalera d seis pies del suelo, disputando so­ bre la pronunoiacion de una palabra con un coronel d borcajadas sobre lo alto de la misma escalera, gritando ambos d grito pelado.... <No es un ouadro muy cdmloo?.... ‘

q@/M0DASk®y Por primera vez la G uirnalda os ofrece un patron de bordado y corte cuya esplicacion es como sigue Numero 1. Cuello espolinado de plumilla, encaje y feston. 2. Funtas de una escofieta de Sefiora, de mcdallon: bordada d feston. 3. Casco de la escofieta. 4 y 5. Gorra de niiio en tres piezat.

6. Dibujos para los hordes de una Talma. 7. Banda de bordado inglds y fes­ ton para pantalon y ebaqueta de nino, 8 y 9. Gorrita de niflo bordado inglds y ojetes. 10. Entre-dos parapufios de man­ gas abuchadas, bordado de encajes y plutnilla. 11. Gnarnicion de feston cstrellado de plumilla, para camisolin de noche. 12yl3. Pestones para almohada. 14. Escudo para marca de mantel, con las iuiciales M. D. 16. Egl6, letras inglesas. 16. Ysaura. 17. Cifra N. B. florida. I8y 19. B. A. L. letras inglesas. 20. Letra E. inglesa de plumilla. 21 y 26. M. y E. y H. cifra plumi­ lla de linea cortada. 22. M. M. cifra inglesa simple. 23. E. B. cifra inglesalinea cortada. 24 y 28. V. W. y 0. P. cifras g6ticas de linea unida. 26 y 27. L. y 0. T. bordado de fes­ ton de rosa. A1 respaldo de esta Ifimina se enouentra un croquis de camisa de mujer, cuya esplicacion creo inutil daros en vista de lo claro del dibujo. Dibujo de tapiceria. Este dibujo es bordado de cuentas, es decir, que por to­ das partes tiene el misrao numero de puntos. Se puede continuar indefinidamente, segun el uso que se le destine. El amarlllo y el bianco estan en seda y el negro sera muy bonito en felpa cuando se haga un cojin 6 tapete. No es necesario de­ cir que puede hacerse en lana. Ademas de esto la Umina tiene un . modelo de Talma, cuyas piezas estan numeradas y por eonsiguiente no necesitan e^licacion para el corte. Concluyo por hoy, sintiendo que el, no haber recibido la correspondencia de Europa me impida el daros alguna reseca de la moda, pero lo hard en el proximo numero. Vuestra amiga. Luz T....


GUIRNALDA PUERTO-EIQUESA. CONVERSiCIOir. Interrampida mi convcrsocion, en el Ultimo d6mero por causa del cajista que alempre me estd privaodo del gusto dc cliarlar con mis queridas amiguitas. (jMaldito cajista que se parece d los papda y d ks mamds que aiempre oa lutorrumnen en lo raos interesante de yuestrus amorusas pldticaal) reanudo lioy cl hilo de mi discurso, como dicen loa oradoresi y oa digo que, cn efocto, cada dia so proeentan al pfib’.ico nuevat nouveauiea [albarda aobro albarda) que eatdn destiDudos 6 baceros brillar en mas de un salon, y en mas de una fiesta de las quo aaeguran que habrd: yo no sd quicn lo aaegura, pero si guo be estado en algunas rcuuionca y el primer didlogo q^ue se entabla es; — {No ha oido U. algo do baile? —Srta. yo tengo la desgracia do scr el filtimo quo so pone al coiricnte de las funci'-nea. —Puea, dieen quo habri baile en el teatra —Serd %na ocaaion mas de que TJ. lueca au gra* cia y sus encantos. —;Qu6 aduladorll tPero habrd baile, no es ciertol —Ya estd rabiando por 61, digo yo para mis ailentros; las mugores son como los dioses de la idolatria, aue viven del incienso y las ofrendas..,.» Dispeu* sen Uos', mis queridas lectoras, no son las mugtres, smo algunae mugerca, como mi interlocutora. —ttrta, continuo en vor alia hablando con esta, JO quo yo puedo afirmar cs quo hay mil bcllas ^ue estiin, Ucscando diyertirse, como es justo, y fs indudab e que bailaran, puea los adoradores no pueden monos quo set muy complacientcs (nparte) por mas quo peligre la vida 6 la bolsn; porquo los bai­ lee BOD lo mismo quo los ladrones. En cste momento llega un tercer interlocutor, g6nero masculino, y aflade por coftclufion, —Es cosa resuelta; so dnrS un baile. que serd como el precursor de otros que le seguiran regulanneute. BaiJar^os pues, mis amables amiguitas. idieiitras tanto, permitidme que os cuente una bis* tori^ de buile, histona verdadera puesto quo yo soy, si no 01 protigoniaia de ella, por lo menos uno Ao sus prin' cipales porsonajes.... Hallfibamc cl domingo en la ntiche en el c^6; la eala cstaba casi i oscuraa (no lo esti aflen Udsh dos indiWJuos jugaban al billar y cinco 0 seis 6 la malilla 6 aJ ecar.6. en una dc las mesas QUO olli 66 hallan por los rincones; reinsba un siJencio sopulcral. iulerrumpid<» solo, en el interior, por el cJioqho do his Lolas y las voces del juego de baraju; cn el eaterior, por cl ruido del agua que caia del cielo & cuntares y rodaba 4 torrentes por el ceutro de las calico: yo i-stuba sentado en el hueCO do un.\ do Ins puert..s del baKon, cuya persiana cstaba cerrada, y no vein ni oin nada; cstaba tnate, muy tri8te,.;porqi:e. habia salido de un entierro y 4 Ja yerdad b* de la muerto no mo hoee reii; ngobiado por fiiio do cbos ejplinos quo proporci nan las coaas Anicbrea reyolvia entro mis <1. dos un Imbano d9..iw iSl|Pgo) y >sn<|«.mi imsginaciop un pensu^ien'to melauvdlico, cuanclo. de ropunto cesa la lluvia 7 crindo nbre las pertlauas; la primer rAfaga vieuto que bifid mi oido, mo hizo seiitir un S'uido suave quo se perdia on cl o>pnciu, cunio el gemldo do un desgraciado; lcvant6 maqiiinalmentc la cabeza y vi A lo Icjos un coiQunto de luccs uniforme, que en mi improsionada fantasia me pareciemn la^ luc s sepulcrulcs do l»s comouterioa; tuve miedo, pero en el mismo momen:o un jugn ior se liego d la puerta y dij i; boirto cst.^ el ijazan. Ah! si. repliqud yo, el Bazanj cs verdad quo hay baile cn el B.iran, y para compr"ba'raelo los alegrcs sonidus dc una ilanza llcgaron h.ista mi tristc corazon como ui) soplo de esperanza ul de loa infolices. Eron Ins uuevo y media y yo ' staba do

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frac y coroplctamcnte* vestido de ncgroi me I’esolvi 4 ir al baile y al cfccto me dirigi 4 la primera tienda de ropa, dondo compr6 una corbata bhinca que Buplio 4 la negra qne toi:ia. V«nn Uds ; la sneienad no ox'ge mas quo una tira do Henzo para difertnc ar la tristeza de la tmuba dc la alegria de !■ s feslinea. jQuu pobre idea mo ^ la sociedad do el mismal^ Asi atavlado, mo dirigi al vapor Bazani el fres­ co de la nochc, cl ruido dc- ln.s o'as y la mfisica que oadn vez eent'a mas cinrnmeute ompezaron 4 alegrarrau: por fin llegu6 Ohl cuanta hermos'*, cusnto lujo, cuontas florcs, ciiimia alegria! Era squello uno de C8«s palacios cncautados q o bnbitan las sirenna y las tmyadi-8 on cl fundo do las oguns. Pronto mi^ corazon sc rindid 4 U fiesta como sc habia rendido* al pesar y comened 4 divertirmo. Despuos de algunsa boras cstaba complctamente embriagado y lu armonla do la mdsira, ei per­ fume de lasfiorcs, el cncanto do las danzas, lasgracias do las beilas y hasta loa vnpores de la ebarapafia, mo hicieron forjar en mi imoginacion on Eden, metido en el cual, do senti correr Ins boras y prouto llcgaron las dos y media de la mahana. Eatabamos u la borda del buquo otra persona y yo, coDveisando muy di^traiJos —Se haconoluido e#to, me dijo de pronta —|Tan touipranof —Van 4 dar las trea dentro de poooj todas las sefloras se han re.irado. —Vuinonos puee; y al adclanUrmo paradespodir mo de loa Sres. quo cn tanta amabilidau y finura nos h ibinn recibido, tropoz6 ron una silla on la cual habia un pafluelo do Sra. que ttund y gonr<l6 ea mi bolsi'lo por UD proacut,oiicnto quo no supe tsplicarme. Bigamos 4 los bote : mi compjflcro cntr6 en el que le aguardaba y yo cn el raio, c’ondui ido por un so­ lo hombro. Becosmme en la popa y saqu6 el pafluelo. La solodad en que me hallnba, la uogrura de la Dooho.quc amagaba otra vez con la lluvia y el eilencio sucedido 4 la alegria *ire dovolvieroDL mi melanooifa: el pafluelo cstaba IiAmcdo, del screno 6tn dudu, peru yo mo imn^iud que de laslugrinias do algima bolla. Ob! ai yo pu^6ra consmarlo, mo dccia. {Quidii soru? El pafluelo ostaba marcado con una... ;con una... .moldita memoria;. he olvidado lus lotras Llogud a tierra y ino cncontrd con una famllia conooida u qttien habia visto d bordo: una do las jdvencs venia sola dclantc, saluddla y me respoudid casi llorando. - iQud es eso Irene? iCdmo tan t'iste dospues de un baile? —He ronido con Edgardo. Un ponsamiento pasd como un rddmpngo por mi iniaginacion; el pafluelo era do ella y estaba humedo do sus Idgrimas; para couvoucorino le dige —Enjdguo U. eac llanto quo no ser4 estdril. —He pordido mi pafluelo mo respondid. Acompaflelas d su cosn y al dojarlos escrilu enmi .cartcra *‘E1 pafluelo do una bolla,. humedo do sus lugriinns pidc amor ” Edmpl la hoja y la ech4 junto con el pafluelo por una vontana del cuuvto do Edgardo quo aun cstaba despioito. .Yo no s6 lo quo pasd, pero el midrooles en la Tctrota Oi-tuban juntos los dos jdveues, conversando ulogp-emcnte. iQud 08 paroce do mi hlstoriaf Yo Estah. tijiogrdfico dc D, X. Ouaapt Director,

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