Guirnalda Puertorriqueña (30 abr. 1856)

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GIJIBNALDA

PERIODICO DE AMENA LITEBATURA ¥ AIODAS,

ASO 1.0

ABKIL 30 DE 1866.

Imnediatamente despues delestado matrimoiiial, debenioa considerar a la muger ea au epoca mas brillante, en el zenit de su carrera, eii el estado en que le rinden una especie de culto todas las imciones, todos los hombres, todas sus cosexfineas. La maternidad es el apogee de la gloria de la muger, rodeada como se hall^ entonces de una aureola de dulzura ■ quecontemplanlos hombres estasiados; en la antigiiedad erau despreciadas las mujeres esteiiles, mientras se hacian objeto de una distincion particular las madres; es verdad que entonces se esperaba un Mesias y esta esperanza alimentaba los oorazones de los padres; despues la reli­ gion ha ensalzado la virginidad, pero no por esto ha quitado nada de su consideracion a la marternidad. Las madres encierran en sus senos los frutds do bendicion de la sociedad y esta las adinira y las contempla cual corresponde. Porsu parte aquellas hau side dotadas de sentimieiitos de dulzura, de abnegacion, fi los que nada puede compararse; hasta en las fieras es dulce y amorosa la maternidad: lo mismo la madre ilustrada y entendida que la flora del bosqiio , aman escesivamente & sus hijos y son copaces de dar su vida por ellos; pero a la primera le exije la socie­ dad algo mas, debe poseer otrosscntiraientoB que aparezcan y se desarrollen & la par de su amor maternal, para que el fruto que de su seno saiga, sea un fruto de

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bendicion, util a la sociedad que le espera y confta en 6l. La madre, otra vez lo hemos dicho, es el molde en que ha de vaciarse el corazou de cera del niflo que entra a la vida. ;Ay de los moldes imperfectos y viciosos! sus productos seran irregu'ares y defectuososy In sociedad los despreciara y hasta los arrojara fuera de si. La madre al mismo tiem.po que suministra de su propio cueqjo el alimento al hijo, debe suministrarle los mas bellos sentimientos que saignn de su'-corazon, cqmo el sustento sale de sus pechos. El niflo al abrir los ojos al mundo debe hallnr en su madre un espejo que le indique sus defectos para hacfirselos corregir; un Mentor que le guie por la mauo en el camino desconocidoqueha de erapiender; una luz que ilumino su enteudimiento y le prepare para recibir mas tarde los conocimientos que hayan de ocuparle; he aqui por que la madre debe poseer alguna instruccion, la coriveuiente para infundir en la iraaginacion y en la memoria del hijo, aquellosprincipios, vagos, si sequiere, pero indispensablcs para eutrar mas tarde en los cstudiospasi como el cuerpo se va desaiTollando paulatina pero consecutivamente, asi tambien debe suceder con el cntendimiento; y la madre es la que se halla encnrgada de comenzar esta tarea, cuyo retnrdo es siempre peijudicial. No queremos ir mas allaen una ma­ teria tan lata como la quo nosocupay con la que se han llenado voluraenes


GUIRNALDA PUERTO-RIQUEflA. por plumas mncho mas ilustradas y hdbiles que la nuestra: el objeto es unicainente bacer comprender fa imprescindi* ole necesidad de la educaciony lainstruccion en las que Ilegar&n & ser madres al^n dia y creemos que lo espueato es suncieute para qne de ello se convenzan j6venes que dentro de poco serfin llamadas & dar una nueva generacion que formarA sus sentimientos por loa de ellos y de la que en su dia tendr4n que responder i Diosy & la sociedad.

LA TERTIILIA Y EL VELIDOR. CARTA IV. Be Isaura a Julita t Geaciela. Soa en horn bueno, amigas miae; si nuostros jilanes se oumplen, si realizamos el objeto ile nuestras caitas probareeqos una vez mas quo la aguja y el telar, tan honrosos oomo propios de nuestro sexo, no son sin embargo los enemigos irreoonoiliables do la piuma y de las lotras. Convencida como ostoy de quo nuestro destiuo no cstd plonamente oirounsorito al mecaniamo de nuestras bollas loboros do mono, y do que las faeuas domdsticas no deben ser para nosotraa un cfrculo de hierro, forjado eepresomente por la naturalaza, para oomprimir y amcngflar en tan estrocho roointo, nueit^ nobles facultades, sieuto on mi mayores aa> piracionos, y arguyo y me rodarguyo i solas, y anhelo una prueba patents quo Iwrre do mi espiritu las preooupaciones qne por todas partes propenden d subyugarmo. Mo folicito pnes, porque ■euestras oartas sordn para mi osta prueba, y perquo yn presionto quo mi inteligenoia se ha de po­ ser sobre flores mas bellas que las rosas, porque creo aspirar un ambiehte tan pure oomo el etor, y moparooo sdboroar un maqjpr mas suave quo el neetar de los Diosea. lAh! pero no os espliqueis de esto modo con todo el mundo: dobo advertiros que os eepondrias i sufrir rudamonte: la espoiienoia me lo ba oiuoBado. No ba mnoho, estaba yo ontregada d meditar la forma mas conveniento que le daria d mis ideas on osta carta, las vuestroe estaban abiertas sobre mi esoritorio: tenia la piuma entro mis do­ dos, mi pensamiento vagaba oonfuso, y una gota de sudor so deslisaba lontamento per mis sienes. Do repents mo vi ceroada por una femilia entora:

DoHa Flora, so hermonay sus dos ninas tomaron poseoion do mi estudio, vuestras cartas pasaron rapidamonto do mono on mono, y despuos de algunos gostos iadescifrablos, prorumpid la buona soflora on estos singuloroS palabras. ‘•Nind! Qud! ‘ ‘to has Tuolto looa | Abora tevaadmetert fiUao"faf Ya se vd, dime oon quien andos y to died “quien oros;siempra lehan gustadodtusdosami“gnitaslasyinuras y laspoMias.Asivanlasoosas “ahora.... poreso van oomo van.... YdimoiQuo “os 080 do la Geograjlai Jesus, quo ombre tan “feo! Si Nardn y OduUn se motieran en estos oo“sas, mo pareoo que me moria del sentimientol” Os oon6oso, quoridos mias, que no pudo dominnr el movimicnto de indignaoion quo se npodord de mi alma: en otra situaoion, tal vez hubiora heoho honor d esto salvo de absurdos, oon unu sonrisa do oompasion d de desprooio; pero on nquol momonto, la ponosa olnbornoion do mis ideas, mo tenian prodipuesta d vonorar el saber y el estudio oon mas atoor quo uunoa. Los plaoeres quo sonaba en mi imoginaoion, un viage fantdstioo quo mo figurabu haoer oon Julita hasto las dltimas rogionoequo alumbra el sol, uno.rdpida esoursion por todo el ombito do la tiorra, rogistrando sus mares, sus nos, sus montoBas, sus naoionos, y ol modo do vivir diforonto, quo tianen los hombros. dposar do la identidod eseuoial de su ser; por otra parte, . ol mecaniamo espooial y lamdsioa do nnostra lengua, los aoentoa armonidsos do nnostroa podtos y los rotandos poriodos de nnastros grades osoritoros, raoitodos y analizados oon la gonial vivoza de Graoieln, todo osto se pintaba on mi monte con tonhermososooloros, quo mo parooid unaproianaoion osoandalosa, ol ez-abrupto grosero de DoOn Flora, “Sonora, (lo repliqud on mi ozartooion). U. “dobiahablar oon mas resetva.en las oosas quo “ignora Mis dos amiguitaa tionon bastaute oon “laostimaoion de las personas seusatos, y no h an “menester para nada los nplauaos de U. ni deben “curarso de su pobro oansura. Aqui no so tratads “motorso &jUotdfas, ui do las Jinurasj las poaUu “oomo U. ontiondo estos oosas: nosotras nos homos “propuosto instruimosontodoaquello quo nos sea “dable, para porfoooionar nuestro ontondimionto ^ “y oonservar ol deooro dennostrosoio, oumplian“do oon los debores que impono nna buana sooio“dad, y por lo monos ol estudio nos sera dtil pu“rapo laatimar la delioodeza do los dernas. Si “Narda, oomo U. dioo, y Odulia, empreodieran “osto oamino, gaaorian muoho y no sd porque “hubiora U. demorirae de sontimionta; antes do. “biers U. de alegrarso, porque al oabp, no so vo-

“rian nunoa on e] caso do proguntar, dg un ■""di*


GUIRNALBA PUERTO-RIQUEflA, •‘ton ohooante. ^Qu^oseso de la Geograffa/ Aqul de Dioa, amigas mias: oadnto eaolamocion y cuonta* colidcacionoa de parto do mi rohusta DoRa Flora! foUzmonto, do-puoa que de^uhogud? la bills (lo quo d decir verdad me pesa) tuve el buen sentido do pcrmanooer on »'ilencio, soportando impa iblomonto todos los dictorios que pudioron oourrir d esta noble seRorOt dosde malcriada hata bachillera Salieron al fin del cuarto, y do^puea do darleuna largaloocion d Mam& pa­ ra que me eduoora mejor, se dospidieron para no volver jamas d nue^tro casa, porque no podian tenor umiiitad con una persona tanJina y tan doc^ tora como Isanral Feliz desventura! Sin embargo, d poco do salir ellaa, entrd mamd en mi cuorto, y d peaor de su habitual dulzura me reconrino con estas severas palabras: ‘‘Htja mia, ho oido ouanto ha pasado y no hallo “discupa d tu falta de moderaoion y de pru> “donoia. DoRa Flora no es la dnioa seRora de “Bu espcoio oon^uien llevamos amietad, y si tus ’‘ostudios no te sirren para ser tolerante con “todo el mundo y avenirte con el trato de oo“oada oual, no se yo lo que ganards en ellos. “Yo mismo, hija mia, carezoo de instruooion „especial en muohos ramos, y oomo yo, es la ‘ mayor parte de las sefioroa que nos frecuen“ton, poro oiortoroonte que no es este un mo«‘tiyo para'que nos traten oon aspereza' lae personas ‘ ‘que tienen mas leotoraque nosotras. Intmyete on‘ ‘horabuena y dale graoias d los padres y d la dpo“ca que aloanzas; pero guardate de los cstimuloa “ocultos de la vanidad, que ompaflan todo sabor, “y prooura que tus ostudios sean una satisfacoion “paratlynn atractiyo para los otros. .Pero mamd, si..,. “Nada mo repliques: sd bien lo que puodes “deoirmo; pero nada es bastanto d dleoulparte. “Reflocsiona seriamento d ceroa de esta escena y “ella to ensefiard muoho; recuerda sobre que es'Mabas en tu oasa, donde uno de los dobores “Booiales mas senoillos te mandaba ser sufrida “y complaoiente aun oontra los impulsos do tu “amor propio ofondido' Sefleosionay yo te ga“rantizo quo no te oourrird otra vez cosa se“mejante ” Vod pues, amigtks mias, la situaoion en quo me hallo: ya van pasodas tres horas despuoa de este suceso estravagonte; y todavia siento un no sd qud desagradalde que me desoimna y me tieno disgustada. Con todo hard un osfuerso, proourturd darle oonoxion d mis ideas, y para oomenzar mi taroo, os hablord, aunqae bmemente, de la aritmdtica, oon U olaridad que mo sea posiMe.

1. La oienoia do la cantidad esprgsada por ndmeros, 6 como so dice abroviadamentc, la dencia de los n&meroa, ho ahl la dofinicion do la aritmdUca. En puridad, la oritmdtica espUoa la naturaleza y las propiedades de los numeros y tiono por objeto principal la investigacion de mdtodos fdciles y adecuados para representar, espresar, oomponer y desoomponer los numeros. La prdotica do estoa mdtodos, apUoada d las diversas oombinaciones quo se pueden efeotuar con los nfimeros, es lo que se Hama calcular. 2. Mas si la aritmdtioa versa sobre la oantidod espresada p<» ndmoros, iqud es cantidad^ qud es numerol En general se llama cantidad todo lo quo nuestro entendimionto considora como suscepti­ ble de aumento 6 disminuoion, bien que con oicrtas restricoionee. El espaoio 6 la estension, la duraoion 6 el tiempo, el peso 6 la gravedad de la materia, y todas aquellac oosas cuya oomporaoion se puede espresar por medio de los numeros, esaota 6 aprocsimadamento, son indudablemonte oantidades. Por el oontrario, amigoa mias, los afectos del doimo, como el amor 6 el ddio, y las faoultades del entendimiento, oomo la memoria, el juioio, el talonto, son visiblomento ausooptibles de aumento 6 disminuoion, oal entro los rorios individuos do la oapeoio humanu, oomo en un mismo individuo considorado on situaciones diTersos 6 on dpooas distintas; mas ostos caraotdres do la vida interior del hombro, estos fendmonos del drdon moral <! iatelectual no puedon Uamotso propiamonto cantidad, & lo menos b%jo el punto do vista do loa cdkular, porque no oouooieudo un tdrmino do oomparaclou fijo, ■ que les sirva de tipo 6 medida oomun, no es posible saber esaota 6 apfocsimadamente, en ouanto osoode un amor d otro amor, un taleuto d otro taleuto. Por oonsiguiento, no es posible dooir ouando el uno es igual, dobU, 6 trijtU del otro; ni ouando es su mitad 6 su tercera parte; on una palabro, la comparacion do moyoria 6 minorfa, quo ha nadie se escapa en esto gdncro do ideas, no se puede espresur por un ndmcro. 8. Para hallar esta ospresion, seria neoesario poseer un tipo 6 medida oomun, to­ rnado en la naturaleza misma de las cosas quo se qnioren espresar. Somojauto tipo, dostinado d servir de tdrmino do comparacion, os lo que se llama unidad; por manera quo la unidad no


GUIRNALDA PUERIO-RIQUEM. 08 mas qne una contidad cuolquicra qae so toma para servir de tdrmmo do comparamoa d todas las caDtidades de su cspeoie. Dc la nooion de unidad, so derira inmediatamente la idea do ndmero, porquo no es mas ol ndmero quo la espresion de las unidades, 6 partes do la unidad quo oomponcn una cantidad. Asf puos, cuando examine, por ojomplo la distancia comprendida outre doa estremos, oonsidero en general una cantidad: cuando tomo por t^rmino de comparaoion la medida oonveacional llamada vara, fijo la unidad, y por Ul­ timo cuando comparo el tamaflo de la vara con ol de toda la distancia que quiero oonoeor, yhallo quo osta comprende 6. aquella dioz, oien, 6 mil voces, formo la idea de ndmero que espreso por las palobras diez, ciento 6 mil. Lo mismo pudiera deciros en drden & las ideas de peso, cuya unidad serfa, por ejemplo, la libra, y on drden d las de tiempo en que se adopto por unidad la hora; mas no veo la necosidod do nuevas esplicaciones, que para vosotras serian redundantesBasta pues por hoy de dsperas definioiones y permitidme, antes de terminar, ima observacion quo mo sugtere la carta de Graciela. mo pudo nuestra amiga ver en las nobles for* mas de Enrique, vestido en traje de casa, la iigura de un posUlIon 6 de un payaso oulto; n\ como leer en su gravedad inteleotual, los ca* raetdres do un mono? Cierto, Enrique no posee una instruccion litcraria completa, tiene un ge­ nic on aparienoia ligero y alegro; pero me sorprende muebo que Graciela no faaya penetrado algo mas alld do estas osterioridades, y mo sorprende mas aun que no haya fijado la atenoion en la gravedad de sus pensamientos, y en la suavidad y elegancia do sus maneras iDostino singular ol nuestro, queridos mias! El amor lo cmbelloce todo d nuostros ojos, hasta los defectos, pero cuando no amomoa, un Dios maligno aguza nuestro cspWtu y morcamos con la saeta de un profundo ridfculo la frente de nuestras vfetimas. Yo no hallo otra esplicacion on los juioios ostrafios que Graciela ha formado sobre Enrique, si ya no rooonooen por causa, los mesuradoa obsequios que este jd^’en estranjero tribute d su belloza, d bus virtudea y d sus gracias. Conozco su historia, y ocoao lleguo la ocavion de traascribirosla: ontoncea, ostoy sogura de ello, Graciela lo vord con menos prcvcncion, y dird como nos sucede d todas con frecuencia,—-Conozco su mdrito,

le teogo ldatitna\ pero tieno un no se qui, quo no me gu«ta.” Ah! comunmente dospreciumos un Enriquo y olovamos on nuestro corozou uu altar para un Looncio! Os desca todo lo contrario vucstra cordial amiga Isaura,

POE SIAS. ROm&IVCR HISTORICO, ARO DE 1328. oCoReinando estaba Mohanmed, Cuarto del nombre en Granada,. Cansado ya de traiciones Que su reino devaataban. Rey magndnimo y valiente, Como nacido en Espana, No estas desdiehas pudieron Doblar su cerviz tan altaj Que uunoa los peohos nobles Se agovian por las desgraoias 81 por sus venas ciroula Sangre en las lides probada. A lances oaballeresoos Bu natural le inclinaba, T era de grande entereza, Recto juicio y mento sana. Viendo que la gente mora Con oristianos coligada Dentro de su mismo reino Su homenago le negaba, Dando al odiado enemigo Posesion de fuertes plazas, Al frente de los leales Salid arroganto & oampaiia, Resuelto 4 morir matando 0 4 reconquistar su fama. Resolucion tan herdica No fnd en mal hora pensada, Que el primero en ol oombate Tras de rebida batalla Conquistd 4 los Castellanos Dos fortalezas ganadas, Y puso cerco 4 Baena, Lugar de grande importanoia. 'eleando cierto dia Peleando Oerca la ciudad sitiada, 'Bird 4 un ginete cristiano Su aguda y robusta lanza Atraves4ndole el cuerpo De medio 4 me^o. Y es faroa Que al verla de rioas joyas Preciosamonte adomada, Quiso un more apresurarse


GUIRNALDA PUERTO-RIQUESA.

I)ol ouerpo herido 4 sar-rla, t)nc huyendo a escape tendido Do aquol liigar se alejaba. Visto lo cual per el Hey Dcteniendole esclanmra; '•Dejad qao cargiie con clla; iSi la hei'ida no le mata, Tenga al mcnoa cl cuitado Con quo obsequiar li su amada.” llaona al bn capitnla, y cl valeroso raonaroa liecobrd sus fortalezas En inia sola cainpaiia, I’crdono al traidor Othman Qnc la l ebelion causara, Y cntrd triunfante y gozoso En su hei-mosa y fiel Granada.

I’ucrfo-Eioo.

PODALIRO.

yQ^JlODAS^©/ Ya que los bailc.s empiozan 4 ser freouenles creo oportuno dcciros algo, an:ables ainiguitas, sobio los trajes que ban de haceios brillar mas cumplidamente en estas fiestas predilectas de vosotras y para las quo no solo tratais do prescntaros ufanas con vuestros propios encantos, sino tainbion con los que la moda, sienipre rica y nuova os ofreco eada dia. Para conseguir nji objeto nada mas 4propdsito que cl siguicnte traje quo describe el Album Je senoritas en uno de sus dltimos numeros; helo aqul: '■Traje pe uaii.e.—Vostido de gros arrasado bianco, de labrado menudo, con adornos do crespon bianco, rizados de orespon ros»nL ylazos de cinta del mismo color. El ouerpo e?™ cotado, ajusta bien on el talle, formando punta, y va adomado de una draperfa de rizados de crespon bianco, que anoha on el pecbo, vicne 4 morir en la honibrera, que queda mui baja. La manga de crespon bianco, es mui corta y Lneca, sostenida por un lazo, 4 la Watteau de cinca color do rosa. Se llama lazo a la Watteau al que se compme de dos lazadas, at cutjo eerUro se forma cl nudo,flotando en sus estranidades las dos juntas de la cinta redondeadas. La falda do gros es de mucha amplitud, est4 pegada al talle en pliegues gruesos; lleva un ancho volanto de crespon, colocado un poco mas do media vara, mas bajo del talle, dispuesto de modo, que llcvando cabeza, for­ me despues doce 6 catorce grupos de dos pliogues cada uno, que presente un gruoso encafionado. Este volanto debe tener mas que un doble de vnelo quo la falda, y tormina en ondas picadas: de trecho en trecho se colocan 4 la ca­ beza del volante lazos de cintas 4 la Watteau

cuyos oabos caensobrelos pliegues do uno 4 otro do estos lazos, penden rizados escarolados de crespon color de rosa, formando guirnalda, El bajo de la falda de gros, va guarnecido de algunas tiras de rizaditos do crespon, hasta una altura de diez 4 docc cenlimetros, viniendo 4 cubrir las ondas del volante el primerode estos rizados. npeinado es do rulos doblcs, con ramos do rosas 4 los lados; otro mayor sc coloca en el pecho.” El baile que tuvo lugar el Jueves en el teatro presentomuipoca variedad en los trajes esoep.tuando los colores; si bien bubo algunos que llamarou la ateneion por salir del circulo comun 4 que parecen coudenados, ignore por quo motive, los trajes de nuestras bollas; uno outre otros fijo las miradas do muchos observadores y observadoras por su elogancia y senoillez, como por lo esbelto del talle que ajustaba. Era una linda joven que mas do una vez ha side el encanto do nuestras reunioncs El traje ora do glace celeste con vise del mis­ mo color; la delantera de la saya figuraba un dolantal formado de cintas de raso del mismo color abucliadas y el justillo formaba vestal por delauto y dos cintas rizadas continuaban Imcia atras en forma do tirante, El tocado bandds ahueoados con espesos gnipos do campanillas imitandoel natural.—L4stima que esta linda joven luciora mui poco su gracia y eleganoia, pues la vi retirarse mui temprano, como si algun pensamiento estrafio 4 la fiesta la ooupase; si asi es, mis votes son porque se oumplan sus dcseos y no vuelva 4 robar 4 nuestras reunioncs su anbolada presenoia. Os suplico me dispenseis esta larga digresion, heclia por vosotras mismas; y que acepteislacontradanzaquohoiso os ofreoe y ha side coinpucsta cn Cuba para los bailes da­ dos al Esomo. Sr. Capitan General de aquolla isla, en su visita 4 la ciudad del mismo nombro; y quo se ha remitido para su publieaciou on la Guirnalda. Salud y feliddad os desea viiostra amlga Luz T___

LEYENDAS. El libro de oraciones de Margaritai Era la dpoca del buen rey Enrique, des­ pues de las guerras de religion, en los dias en que la c4rto de Erancia era cl cenfro de la amable galanteria, en que las viiidas de la inatanza de San Uartolome, se volvian 4casnr, pasando 4 segundas nupcias. Era el siglo de la


QUIRNALDA PUERTO-RIQUENA. galhna an el puchero, (1) manjar heclio popular por un monaroa lilanlr6pico, aunque gascon. Era la ^poca en que la reina Margarita esenbia sobre el terciopelo bordado de oro del trono de Franeia y do Navarra cantos para la alegre y loea juventud. En estacorte disointa, en medio de aquellos elegantes y de aquellos gentiles hombres, aparecio un dia Annibal de Latfmolle, gran senor hugonote, y prdximo parientc del duque de Sully, antorcha del gobiemo. Tenia Annibal treinta anos, airosa y grande estatura, frenteoncba espresamente para Uovar graciosaraeate el sombrero con la plumacaida,yjamds la cadena de oro de Caballero sentd mejor que sobre su cuello. Cuando se presentd porprimera vez exitd un murraullo de admiracion. Traia consigo un milagro de elegancia y de belleza, uua dama de tal perfecclon que podia bacer desesperar d las mas lindas de la corte. Era su esposa Margarita. Si quereis conocerla, miradla pasar, sale de San German do Auxerrois: vd d entrar en ol Louvre, con su marido, que lleva galantomente su libro de oreciones, tan hermoso como el de la difunta reina Catalma de Mddicis. Apretemos el paso para verla y ocultdmonos, porque bajaria su velo si sospechase nuestra curiosidad. Mirad, es una muger salida de las llanuras do Honfleur, una gran senora descendieute do los condes de Pairabouf 6 de Quebec: lleva un vestido de brocado bianco listado de negro, rodeado alcuerpo por bullones de seda de enoaje que eolipsan la blancura de su cutis. Sus espaldas do un mate admirable se ocultan bajo una ligera y graciosa piel. Su cuello tiene la grada y blancura del cisne: su boca es tan poquena que parece necesitar abreviar las palabras de la lengua para darles salida: bus labios est4n apretados los unos d los otros, no l>ara mostrar unicamcnte el color de purpura de la salud,sino para ocultar por modestia perlas, dientes pequenitos y divinamente colooados que se ostentan en cada una de sus sonrisan. Sus cabellos solos desafian la modestia, rubios, sedosos, perfumados, llonos de reflejos Que deseesperarian al pintor de mas rico pincel, son tan largos y numerosos, que es precisobien verlos: asipor detrds recbazan con energia el velo de gasaquo les sirve de obstaculo, en tanto que por delante bajan en trenzados bandos sobre megillas que colora un amable e interesante pudor. Bien quisieramos hablar de sus ojos. Dicen que son azules; pero en este momento nos es (1) Aluila & la etprecioD del buoo re; Enrique VI, que decia deeeaba qi-e en su reioado caiia one de eua ^«^bd^tuB, pudiese puiier una gailina en ca pochero para denotar la prosperkind, la abundaociay fortuna de todos-

iniposible saberlo. Sus parpados con franjas de oro los cubren con amor, cual un cstuohe oculta & todas las miradas los radiautcs fuegos de iPor qud Margarita fija asi ia viata aobro la ticrra? Puos que heraos espiado la gentU pareja, eacuchemos an conversacion. —Vida mia, dijo Annibal 4 su mujer, esta noohe monto 4 oaballo para combatir los memigoa del rey. 0 —iEata noche ya! Ha rcspondido la da­ ma. —Es preoiso, la bandera de las Uses conducir4 4 los subditoa del rey en el camino de la gloria y del honor. Esta es la ultima miaa que me con^enareis 4 oir en muchisimo tiempo. —iQuo dolor y que fastidio! jNo puedo yo ccharme 4 los pies del rey y pedirle el acompanarosl jNo podemos nbandonar la odrte y volvor 4 nuestro paclfico castillo sobre las orilloa del mar, donde otro tiempo Tlvlamos tan tranquilos y tan bien nnidoa. Nobloza obliga bermosa mia; ya el estrangero se remucve y amenaza invadir la Na­ varra; el sitio de un gen til hombre est4 en el ejercito; pero tranquillzate, dentro de sets me­ sas estare de vuclta, 4 mcnos que un mMdito tiro de aroabuz... Margarita puso su blanca mano sobre los labios de su esposo para haoorle oallar. El egoista se aprovechd de esto para oubrirla de besQs. . —Eo est4 en eso mi pesar, dijo despues de haber acariciado aquellos dedos blancos y delgados; sufro mucbo mas aim en penssr que te dejo en medio de estacdrte licenciosa, don­ de la gracia es un cebo, donde la belleza es un peligro. Quisiera que lueses fea durante todo el tiempo de mi ausencia, 4 fin de quo ningun Ca­ ballero pensase en dirijirte sus obsequios. (Gmtinuard.J

PEN8AMIENT0S yMlIIMiS SOBRE EE TIEMPO. El tiempo, que es lacosa de mas va­ lor, es, sin embargo, lo que mas se malgasta, y no se consibc c6mo se inventan 4 propfisitos ijasatiempot perjudiciales, sin , mas designio que desperdiciar una cosa, que perdida es imposible recuperar. En esta mbvil y agitada existencia son,- sin embargo, indispensables algunos momentos de reposo, y para dllo no creemos designar como pasatiempos peijudiciales, sino mas bien como distracc ones iuocentes, las que propone un autor aleman adecnadas 4 las varias divisionos del tiempo.


au ;kalda

puerto-hiquesa.

Se aoonseja, pues, al que quiera procnrarse placer. for un injfaaJe.—Beber, 'teniendo sed, agua frcsca. for unos minxuot.—Contemplar una pintura famosa, 6 uu caballt) que no sea propio. Por un cuarto de hora.—Comer un manjar que agrade. for una 6 dot horat.—Asistir S. un brillante espect&culo. Escuchar una buena orquesta. Hacer una visita d una muger, jbven y discreta. Leer en un buen libro.' Abandonarae d ideas gratas, recostado sobre flores d orillas de una crista^ lina fuente, contemplando el hermoso cielo. Por una tarde.—^Pasarla en compaflia de pocos, pero verdaderos amigos, 6 dedamas hermosas y sabias sin pretensiones. For un dia.—Ejecutar una bdena ACCiON por lamaflana, yrepetir otra por la tarde. Por una smana. —Asistir d la boda de un buen amigo,. Par leit nujM.—Recojer las propiaa coseebas. Comprar 6 edificar en el campo una babitacion agntdable. For un a«o.—Casarse con la muger d quien se ampPot toda la vida.—PbaCTICar la VIRTtn), OOZAB CON MODEBACION Y VIVIE aiEMPBE OCOPADO.

Este ultimo consejo es de un valor inmenso, puesto que por mas instantes, boras y dias de placer que podamos gozar, la vida dempre sera un valle de Idgrimas, y no puede baber mas sOlido consuelo, ni mas inocente placer que el vivir prepa­ rados para la eternrdad, con la fundada esperanza de tevivir, despues de estos dias perecederesj en esa inmutable felicidao & que nuestra alma aspira incesantemente. Eltiempo es como el espacio, se le mide por memo de los abjetos qne le U«nan. jCuantos hombres dejan pasar el tiempoylaocaskin de serfelices DuscandoloB medios de serlo! Cien veces al 4i» tenemos ocasion

de hacer mal, solo una al alio de hacer bien. La tristeza es el amor de un bien pasado', la alegria el amor de nnbien presente; la esperanza el amor de' un bien venidero. El tiempo de la adversidad es la estacion de la virtud, Vivamos segunla naturaleza, dice Seneca; solo somos pobres cuando vivimossegun la opinion. Pooo desca la na­ turaleza; todo lo desea la opinion. El refran inglCs que mce: Procura economizar lot cuattot, que lot onzat de ora te economizardn por ti mitmat, puede aplicarse tambien a la permda que mucnas veces hacemos del tiempo. _ Es un escelente mCtodo, tanto para, el ingenio, cuanto para el caracter, y tambien para la salnd, el hacer siempre Ins mismas cosas & las mismas boras sm ninguna escepcion. Tanto en lai cosas fisicas como en las morales, las peuaa ligeras que todos los dias se repiten, se baoen crueles; se parecen 4 la gota de agua que llega 4 cavar una dura piedra. Itecia Pascal que la vida del hombre era como un punto entre dos eternidades. Deseamos el dinero para tener con que pasar una vida agradable; y para ganarle esponemos 4 cada instante la vi­ da, y cuando lo hemos ganado, aun nos afanamos 6 por conservarlo, 6 por. aumcntarlo. Mas trabajamos para parecer felices que para serlo. La|atencion es el unico medio de ha­ cer que parezea como prolongarse la vida, Decia cierta dama que todos los males de, este mundo, escepto la mueHe, venian de falta de firmeza. El que ensella 4 el hombre 4 morir lo ensena 4 vivir. En toda tu vida no baces mas que fabricarte la muerte. La utilidad del vivir no consiste en el espacio sino en el uso. Algunos ban vivido por largo tiempo, y vivido poco. Todos los. dias van 4 la muerte, el uliimo llega. Es duefio de la vidade los demasicl que desprecia la soya.


GUIRNALDA PUERTO-RIQUESA. CONVERSACION. Trca mesea hace qno tuvc el gusto do empeznr mis conversucionea c<>n voaotras. qm riilisimas loctoraa y aino fuera por lo haUaUo y lo a. ontecido en dicho tiempo, de aeguro oa divla quo fu6 ayer quo cli principio, tal ea la rapule* con que ha corrido cl tiempo para mi, pendiento aiempre del mAmonto cn que In* bia de dirigiros la palabra y en quo nuealraa almaa habian do pou ree on contncto; por que oa tncliv’abla quo la conrersacionuuulos alinaa, comoel fluido elec* tro-mfign6fco uiie los cuerpos; y on efecto. |qgj6n do voaotras nl eonvcraar conmigo no so acuerda de YOi eomo Yo sc acuerda do todaa voaotras? U6 aqui unn sola pcro poderosa raaon para que yo poae toda mi vitla conversaodo; pjr que ea indudable que do este modo ae halla coi.trovcrtida la frase con quo tnntn os hnlagau los poetas, y los amontes y no soia las Senoras de loB pensamienaot sino que yo aoy ol de vuetircB peruamientoB. Seiuauo este principio, ya comprendercis quo era imposible aconteciera lo que algonos pronosticaron de que la Ouirnalda tendria poca vida? jpoca vido, cuando estabayoaqui panr-echar ve’ns y arrastniderns corf que navegar viento en popa^or el mar del palique con voaotrae!; estii viato, los quS‘tal4^®*‘‘^“ conocon toilo lo quo vale una hora de converSttton femenil; do 080 dinlogo aiempre aubrado y bulUcLoso, mitnd festivo, mitad serio, pero aiempre satlrico y ontretenido, que vive coma loa polios, no sobro el pais, s no regularmeoto sobro el mismosexo que le aosttenc. Dejemoa eaaa menguadas tmaglnncioues movurfie cn cl circulo minimo (prcguntcu UU. esto u la Srta. Julita en la Tertuliayel re/cdor) do la pequeflez huimnaysiga* moa mientraa ti.nto conservando, que a f6 que, en tan* to no dispongn el Hacedor supremo de este pobre pr6jimo, prometo dcciros muchaa coaaa y muy oonitaa. —Volviondo a mi amoruaa bistoria, de que oa ha* b!6 en el h^racro anterior, y & la bella ireuej .ya4su armonla con au idolatrado^d®^*^r09^‘r5 ‘1^'^ mingo en lu noche^jfoWTd^rloa maa amantea quo nunca, id6ndo creerin UU? En ol miamo vapor Bazan, cuya oficialidad aiempre amable y complaciente di6 otro rtle danaant, otro aoirie, otra reunioH, 6como UU. qideran llamarlo, que rivalizo en lujo, alegrla y buon gi^to con la dUima fiesta, y que hlzo traaladarae & bor* do\a muchas bollas y & muchoa mas fees, ea deeir, del aexo deeate nombro. Irene y Edgardo estabanaHl eo­ mo chcantados, ain duda queiiendo borrarcon la dhha de aqo^oa momentoa el recuerdo tnate quo namon aacado dH^ismo higar nochea antta-, y lo crnaeguir&D; el.corazon rMqnano oa un eapectador que, colocado frente al cecenaha^lel mundo y las pasiones, solo as ocupa do la decoracTOis.t[reaente, ain recordar la quo paao;y la comedia del rauiWi»<tioim raucha tramoya. To que como cimlquier otroW»ta.4^ repr^em -----*olL-.itacion, os digo quo bade-i-« del-•-i--------ju6vcs en1-la lioWlU i una de las osconas mas bonltos que ho viato aucedmo desde que aoy espectadoi; y vali6ndome de la fraso de un amigo, que quedo mas prendado quo yo do La osccua os dir6, A en recuerdo el corazon palpita Do pure go»o j de placer hcnchidu; I’or dutces iiusionea adonnido Entro amorca no mas tlorno ee agUa. Eato, como UU. cimprondorfin, lo ha dicho un cnamorado: solo i loa cnamorados les ea pormitido dormirflc con iluaionea y despertar cou ellaa, v que au co­ razon ae agite tiernamento entre amorea; lo que ea ^o deapiorto con realidadoa, y lo priraero que mo fMlpita e« ol estdmago, no porgastronomia sino por debilidad; todo lo vco con los ojos de la razon y por eso a mi tendor

Es el biiilo espnsicion de las bollas, de las (lures, di-1 lujo y de los amore*, del placer y el curazoo. Eu el como on panonimt so von pequofias pnsiones} y bromas y diveisiontW} escenos to iu.s de un drama, quo tal vez comienza aili <omo entre burla burlando, y despuos so va ac.ibandu Cf'n pasi'iD, dm frenosi. Por eso os aconsrjn quoridns loctoras, quo no dels entrada cn viiestros cunuunea d los ainores de'-bailo, sutlon ser do rusultad<is fatales p ra vosBotros, p&M,.^guu tengo oido, l.a mayor parte de las voces concmji^ por rumpimientos vaileiitus quo dejan el corazon GnsUoza lo por ol iloUr y ror los recuerdos dc felicidade^sqofladas y no alcanzadoa,—A propdsito de felicidadea. weo neccsari> deciros tigo . aobre unt escona que tcndidn para aiempre grabada en su cortzun todos los que fiioron testigos do elln; esceua casta y pura como el pensamiento do una vlrgen, tiema y contnovodora como el sentiraionb* matornal, uua do esos esceuas que una voz prosoticiadas so giiardan dulccraente on ol pocho. como guarda el poeta au lira, prenta tiemp'c d omitir ^o□idos suavea y ogradabloa d la menor emocl u do dicha 6 de pesar. .Me rofiero d la cnmuuion poscual que hiclcron ol dnmingo antepasado las niflas do lot colcgios do educaciou de esti ciudad; jno vistsH aquel coro do pequehas virgenes levantar susddbi. les voces ante la magostmt y grandeza dt| Dios omnipotento que asi ordena iM tempo ta los,y los terromotos como atiendo al cuidodo do la maa po quofia flor? Flores eran ta^ubion las quo alii se leofrecieron y el las aceptn gustoso. En ol momento un que aquelljiB inocentea cantos se doblaban ante la magestad del autor de todo lo oreado, el tempio presentabatm aspeoto de grandoza que no esposible dar dins cosas torrenales, confliovia. nuestro corazon, y todo el dmbito so halUba houchido'tlejii^rfuino much^ maa grato quo el aroma quo e^peBti.^ mcensario; era el perfume de la virtud que llegamjq hasta cl fondo do nuostros corazonos nos hncia dwrpmar Id* grimas de ternura y folicidad. . Las ni&as son flores cuyo aroran os In virtud, ha dicho un c6lobre escritor it^iano; jes necesaHo si quiera recomendar quo las floros dsben conservar su aroma para lucir y for solicitadasl-Guardemos pues el recuerdo y la lecciou y hablomos ahora de otra cosa; hay quion croo que mi historia Hoi pafiuelo „„„ nccion, ucuiuu, que no ue »* im tales amdros. ni tal auea una nni o«80; ^& ostoi leg los dir6 itampoco ^tampoco croon UU. que el auaodicho pnliuolo pnRuelo me ha siuo aido regalado y'o y ’o oonservo o susodicho en mi poder como uni preudi do uo orgiiUo \part^ii araiatad, romo im tostimonio del compromiao*< --fljpT MoriL-tlavnidto-^tgrrill^O uw ^ BJiNiado, —------- -- --0 ». como estoa olviden bus mfituos promosas? Pues bion no. crean UU. dieJwaoa loa que no vieron y ereyeron; es. ton al monos poHran fundir su pnrvenir en seuUmientos ogenos, d los que dan erddito aun<tuo no vean; vosotros no; no creeia mas quo )o quo vow y por coDaigu'ento vuostro amor lojos de ser unn dicha eord un potro p.ara vuestro corazonj no podois creer on el amor de otra persona porquo no lo • Voaotras no soia asi, mis quoridas iectoras, asi lo cree por vues»ro bion y por el de los demos, vu^tro admlrador.

Estab, tipogrdjico da D. /.

Director.


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